El sector agrícola juega un papel sumamente importante en el mundo ya que, un gran porcentaje de la población, depende de esta actividad para su alimentación y para mejorar su ingreso económico; en Guatemala la agricultura es, sin lugar a dudas, el motor de la economía nacional, genera más de 1 millón de empleos y representa el 40% de las exportaciones, para lo cual utiliza más de 7.3 millones de hectáreas para su uso, que equivale al 67.5% del territorio nacional, el 12% de esta superficie se dedica a cultivos anuales como el maíz, frijol, arroz, hortalizas, entre otros; el restante 14% a cultivos permanentes y semipermanentes como el café, cacao, caña, hule, palma africana, etc.
En Guatemala se identifican, por lo menos, tres modalidades de producción agrícola: la agricultura semicomercial, la agricultura de exportación y la agricultura de subsistencia campesina; la agricultura es altamente vulnerable a los cambios climáticos como sequías, inundaciones y heladas, las cuales son una amenaza para su producción; en el caso de la agricultura de subsistencia campesina, esta situación agudiza los problemas del campesinado por la reducción de su cosecha, lo que trae como consecuencia el aumento de la pobreza y la pobreza extrema, la desnutrición crónica y bajos ingresos económicos.
Los cambios climáticos traen otras consecuencias aparejadas con la pobreza como son los bajos niveles de educación, el poco acceso a la tierra y al agua, la exposición a plagas y otros; al final, esta reducción en la producción genera un impacto en la sociedad y pone en riesgo alimentario a la población más pobre. Aunque el sector agrícola es vulnerable, también hay oportunidades, la tendencia a nivel mundial muestra que la agricultura debe evolucionar a sistemas modernos de producción agrícola que garanticen la seguridad alimentaria, un mejor ingreso a los agricultores, la gestión sostenible de la tierra y del agua, y la conservación de la agrobiodiversidad, la cual es la base biológica para la adaptación de la agricultura al cambio climático.
El campesino de nuestro país que se dedica a la agricultura de subsistencia requiere una atención especial en la provisión de asistencia técnica, capacitación, dotación de insumos, provisión de sistemas de riego y acceso al crédito, que mejoren sus niveles de productividad, así como la ayuda requerida para la venta en mercados de sus productos, programas de fertilizantes a precios accesibles, utilización de semillas con el objeto de lograr un mejor rendimiento de las cosechas; para lograr estos objetivos y ayudar a paliar el hambre y la pobreza, es importante la atención del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación – MAGA a los campesinos de subsistencia, a los micro y a los pequeños agricultores que sus ingresos económicos y alimentación dependen de cada cosecha, este ministerio debe de ser proactivo y apoyar a estos agricultores para que logren mejorar su nivel de vida, ningún ministerio debe de ser un botín político, ni proveedor de plazas para funcionarios de otros organismos del Estado, porque al no colocarse el personal capacitado para desempeñar un trabajo específico, no solo se desvirtúa su labor, sino que no se dan los resultados esperados en el ámbito de su actuación.
En el gobierno, la planificación agrícola debe buscar todas las medidas posibles para evitar que se siga deteriorando el bienestar y la productividad de los agricultores, es vital que todas las instituciones del Estado trabajen de manera coordinada y que, de igual manera, se fortalezca la organización local en todo el territorio nacional, para mejorar el nivel de vida y la productividad en las cosechas. La planificación y una visión a mediano y largo plazo son fundamentales para generar los cambios en la agricultura.
GUATEMALA NECESITA DE SUS MEJORES HOMBRES Y MUJERES.
LIC. JULIO RIVERA CLAVERIA
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Con el incremento del precio de los fertilizantes a los campesinos de subsistencia, a los micro, pequeños y medianos agricultores se les hará cuesta arriba el poder sembrar y por consiguiente el próximo año, sin lugar a dudas veremos un impacto en la producción agrícola que se verá reflejado en los precios para el consumidor final y en la escasez de granos básicos en el país, aunado a esto se prevé una reducción en la producción agrícola mundial debido a los costos del petróleo, la escasez de barcos y la guerra entre Rusia y Ucrania, que son factores externos pero que influyen negativamente tanto en la importación de fertilizantes como de granos básicos y cereales.
El otro fenómeno que afecta a Guatemala en el tema agrícola es la gran cantidad de población migrante que deja el país y que históricamente se han dedicado a la agricultura lo que provoca que enfrentemos una escasez de mano de obra en la agricultura, porque los migrantes que se logran establecer, especialmente en los Estados Unidos y envían remesas, con ellas prácticamente mantienen a sus padres y hermanos quienes, al recibir ese dinero ya no quieren trabajar en la agricultura.
Todo lo indicado anteriormente influye negativamente para las cosechas del próximo año, especialmente de granos básicos, porque los campesinos, micro, pequeños y medianos agricultores quienes están sembrando no pueden pagar los altos costos de los fertilizantes y por otro lado, muchos están dejando la agricultura como medio de subsistencia porque reciben remesas y ya no están sembrando, al dispararse los precios de los fertilizantes, se incrementa el precio de los granos básicos, especialmente el maíz, eso significa que el próximo año al no haber cosecha de maíz, este se tendrá que pagar muy caro, lo que va a traer como consecuencia hambre, de ahí la importancia de tomar medidas desde ya en materia agrícola y de seguridad alimentaria.
Partiendo de estos hechos, como país debemos procurar evolucionar a sistemas modernos de producción agrícola que garanticen la seguridad alimentaria, un mejor ingreso a los agricultores, la gestión sostenible de la tierra y del agua y la conservación de la biodiversidad y por otra parte, el campesino de nuestro país que se dedica a la agricultura de subsistencia requiere una atención especial por parte del Ministerio de Agricultura en la provisión de asistencia técnica, capacitación, dotación de insumos, provisión de sistemas de riego y acceso a crédito para mejorar su nivel de productividad y abrirle mercados a sus productos, siendo Guatemala un país eminentemente forestal y agrícola, el Ministerio de Agricultura debe trabajar de la mano con los agricultores para garantizar la seguridad alimentaria en el país, tomando las medidas necesarias y apoyando a quien más necesite para paliar el hambre y la pobreza que amenaza a la población.
El gobierno central debe empezar a actuar responsablemente planificando y dictando políticas de Estado para contrarrestar esta potencial crisis que se avecina y que, sin lugar a duda, nos va a afectar; Guatemala podría convertirse en el granero de Mesoamérica si se definen objetivos con metas claras y alcanzables de mediano y largo plazo para que el país pueda modernizar su agricultura.
GUATEMALA NECESITA DE SUS MEJORES HOMBRES Y MUJERES.
LIC. JULIO RIVERA CLAVERIA