Copia a la albúmina – Procesos Fotográficos – 6 de 12

Lista de vídeos y traducciones:

Sexto capítulo de la serie procesos fotográficos de la George Eastman House, dedicado a las copias a la albúmina:

Los colores identifican a los tres narradores de este vídeo para que sea más fácil seguir el hilo:

Jessica Johnston, Mark Osterman, Alison Nordström

Cuando se inventó la copia a la albúmina en 1850, las copias en papel salado pasaron a llamarse «copias simples» (Nota: esto ocurre países anglófonos: de «salt paper print» pasan a llamarse «plain prints») La diferencia es que una lleva clara de huevo y la otra no, es el mismo proceso.

(Intro)

Éstos son ejemplos de copias a la albúmina. La copia la albúmina fue inventada en 1850 por Louis Désiré Blanquart-Evrard y fue el proceso fotográfico más popular durante el siglo XIX. Éste es un ejemplo de una copia a la albúmina en perfecto estado, es el aspecto que habría tenido una copia recién hecha. Ésta es un ejemplo de una albúmina descolorida, de un color amarillento, característica del deterioro de la albúmina.

La copia a la albúmina es un proceso basado en el cloruro de plata, se usa sal de mesa como parte del proceso. Consiste básicamente en un papel que se hace flotar sobre una solución de albúmina, clara de huevo.

Al principio, para realizar las copias, se necesitaba tener muchas gallinas, porque hacían falta muchos huevos para poder hacer una gran cantidad de copias a la albúmina.

Se coge un huevo y se separa la clara de la yema, se baten las claras y cuando han reposado obtenemos un precioso líquido amarillento. En el líquido hay cloruro de sodio, sal común. Se hace flotar el papel en este líquido y cuando está seco se obtiene una superficie brillante. Éste papel, una vez seco, se hace flotar sobre una solución de nitrato de plata. Cuando el nitrato de plata y el cloruro de sodio se combinan se consigue papel fotográfico.

Lo que se consigue al final es un método barato y relativamente fácil de preparar un papel para copiar una fotografía usando un negativo que puede haber sido producido mediante otros muchos procesos. De esta manera, un negativo de colodión se podía positivar como una copia a la albúmina.

Tendrías un negativo, que colocarías en contacto con el papel ya sensibilizado y se expondría bajo la luz del sol. Lo que distingue un papel salado de una copia a la albúmina, o de una copia sobre platino, es que la imagen está suspendida en una capa por encima del papel en lugar de estar embebida entre las fibras de éste, creando una fotografía mucho más precisa y nítida.

Es el momento en el que presenciamos la época dorada de los grandes estudios industriales, creando fotografías de lugares turísticos. Incluso entonces, se empezaba a pensar: si no tienes una fotografía de algo no lo has vivido. Fue el principio de la producción agresiva de fotografías y comercialización a gran escala para consumo del gran público.

Éste fue el papel para copias predominante desde 1850 hasta 1890.

La gente como Frith, produjo biblias ilustradas con fotografías, para las que se tomaban fotografías de las localizaciones en el S.XIX donde la biblia decía que habían sucedido los hechos que narraba. Comenzamos a ver cómo la fotografía, incluso ya en los años 70 y 80, se convierte no solo en una importante transmisora de conocimiento e información, si no en una creadora conocimiento e información. Fue la copia a la albúmina la que lo hizo posible, porque era precisa, con detalle, barata y podía ser producida a gran escala y distribuida fácilmente.

3 pensamientos en “Copia a la albúmina – Procesos Fotográficos – 6 de 12

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