A eso de las seis de la tarde comienzan a oirse cohetes para que la gente se vaya preparando para la marcha. Ya están aquí los bueyes que atados a dos encinas esperan pacientemente a ser uncidos en el yugo. Mientras, la gente se hacen fotos con los mansos.A las seis y media proceden a acoyundar los animales al yugo de la carreta que ha de transportar a San Isidro de vuelta a su iglesia, la del Socorro. Estos son los dos animalitos que ya están atados y bien atados a las gamellas. Sumisos y obedientes, bajo el peso del jubo, a las órdenes de los boyeros.Colocan a San Isidro en su transporte.Arranca la carreta, convertida en capilla ambulante, tras la cual caminan los romeros.La directiva de la Hermandad, portadora del estandarte, espera la carreta para abrir marcha. Los jinetes esperan su paso. Una pareja parece que consulta el mapa de la ruta a seguir. Como son muy jóvenes será Google Maps.Formada la comitiva, sin prisa pero sin pausa, al Socorro.Entre tanto, en el Loreto se espera para recibir al Santo agricultor y a los romeros. Buen ambiente, calma, paciencia, alegría y tranquilidad. Unos buscan asentadero y otros se los traen de casa. «Hombre (Y mujer) prevenido vale por dos», dice el refrán.El próximo día, la entrada en el Loreto y la recogida en el Socorro.
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