Agencia Reforma
Aurelia García Cruceño, presa desde hace tres años por un aborto involuntario que las autoridades de Guerrero tipificaron como homicidio en razón de parentesco, fue liberada.
Anoche, la jueza Mariela Alfaro Zapata la absolvió durante una audiencia que duró más de dos horas, y así la indígena nahua dejó el penal de Iguala, donde cumplía una sentencia de 13 años y 4 meses de prisión.
La mujer quedó embaraza tras ser violada por una autoridad de la comunidad de Xochicalco, municipio de Chilapa, de donde es originaria, y desde octubre de 2019 estaba presa.
Sin embargo, las abogadas de la Red Guerrerense por los Derechos de las Mujeres, que llevaron el caso, lograron que la sentencia fuera revertida y que se abriera un nuevo proceso.
Durante la audiencia de ayer, que se desarrolló en el juzgado que está dentro de las instalaciones de la Ciudad Judicial de Iguala, estuvieron las activistas y la abogada defensora de Aurelia, Verónica Garzón Bonetti, así como los padres de Aurelia, Agustina Cruceño Naranjas y Alberto García Palazin.
Tras la resolución de la jueza, García Cruceño recibió su boleta de libertad y abandonó el Centro de Reinserción Social.
Ana Gabriela Candela Garzón, coordinadora de la Red, sostuvo que el caso de Aurelia es ejemplo de que en Guerrero no se juzga con perspectiva de género ni perspectiva intercultural.
"Ahora que ya está en libertad, Aurelia podrá cumplir su sueño de ser maestra y enseñarle a leer y a escribir a los niños de su pueblo, y tener otros proyectos que le truncaron las autoridades", manifestó.
