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La formación del intrépido mambí

LA FORMACIÓN DEL INTRÉPIDO MAMBÍ

No es demasiado lo que se sabe acerca de la niñez de quien terminósiendoelhombre que acumuló mayorpoderpersonalenla decimonónicaRepúblicaDominicana, apesardequese le hanconsagrado muchos libros. A lo largo de suvida, Heureauxse mostró indiferente hacia elpasado,ycuando lo evocó fue con fines políticos, y aun así de manera lacónica. Prefirió siempre alardear en presente. Aunque no tenía empacho en reconocer hechos de su pasado que afeaban su imagen, prefería que se hablara de eso lo menos posible. De ahísobrevino una actitud de indiferencia ante familiares yamigos que formaba parte de la fría consideraciónde todo lo que acontecía a su alrededor. Evidenciade esta actitudfue el episodio de la muerte de su madre: estando en el apogeo del poderomnímodo,sele avisóquesumadre se encontrabamoribunda, ysorprendió a los acompañantes al decirles que no iría a Puerto Plata paraverla, explicando que sí lo hubiera hecho si hubiera sidomédico.

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Esta distancia respecto a la madre fue producto de no haber crecido en elhogar de lafamilia, sino que fue recogido poruna tal mademoiselle Rose, extranjerahumilde pero quelo ayudó a adquirir hábitos de urbanidad, como su obsesión con el aseo y el buen vestir. Adicionalmente, en losprimeros años de suvidano fue reconocido por supadre,yfue bautizado como Hilarión Lebert, por el apellido delamadre. Cuando supadreloreconoció, le cambió el apellido y el nombre, pasando Hilarión Lebert a llamarse Ulises Heureauxcuando estababastante crecido. Alcabo de cierto tiempo, todosle conocíanporsu apodo, como era común en la época: de acuerdoalosgirosidiomáticos comúnmenteempleados, Ulises pasó aLilisesque, a suvez, fue abreviado aLilís, aún másreducido por otros al seco ydespectivo Lilí.

Como erafrecuente enlos medios urbanos dela época, elfuturo tirano eravástago de dos extranjeros. Nació en Puerto Plata el 21 de octubre de 1845, un año después de proclamada la República. Su madre, Josefa Lebert, eranativa de Saint-Thomas, ysu padre, D'Assas Heureaux, hijo de un francés, fue uno de los tantos

haitianos que prefirió hacerse dominicano cuando se declaró la independencia en 1844. Padre y madre eran mulatos, aunque de piel oscura. El color de la piel del vástago era oscuro, al grado de queera generalmente considerado un negro puro.

Sus rasgos somáticos, chocantes para muchos en un individuo de supoder, formaron parte aguda de laformación de supersonalidad. Tenía la convicción de que negros yblancos tenían visiones distintas de las cosas. Para él, el papel del negro estabareservado a ciertos menesteres, como le indicó a unjovende Dajabón que quería ingresar al seminario: "Procura de cambiar de vocación, muchacho, porque los que como túyyo hemos salido del horno demasiado quemao, si estudiamos el latín nos volvemos locos." Podía, pues, bromearcon el asuntoy, al mismo tiempo, resentíacualquier manifestación de racismo, aunque sinperderlafrialdad que le era característica. Era capaz de hacer venir de un lugar distante a alguien que lo "negreaba" y hacerlo esperar varias horas en el antedespacho, pasar en repetidas ocasionesfrente a élyterminar simulando sorpresa por no encontrarse frente a un rubio de ojos azules, por lo cual no podía encomendarle una misión a Europa, reservada para blancos. Si se trataba de una dama, obraba con su galanteríacaracterística. En sentido inverso, procuraba atraer hacia su persona a negros y mulatos sobre la base de la comunidad racial.

Fue un perfecto autodidacta. De acuerdo a Horacio Blanco Fombona, apenas recibió la educación elemental que sebrindaba en las ciudades. Niño todavía, se vio obligado a emplearse en la panadería deTomás Paredes, quienle inculcó hábitos de disciplina laboral. Desde muyjoven hizo un aprendizaje práctico en asuntos delavidacomo empleadode establecimientoscomerciales enPuerto Plata. Debió oscilarentre una niñez díscolaylaformación de un carácter disciplinado, rasgos ambos que, combinados, gestaronla personalidad audazydura quele permitió hacerse el amo delpaís. Todasuvida alardeó sobre elpapel de suvoluntad, quele permitió construirse a símismo. No llegónunca a hacerse un hombreculto, pero no por deficiencia, sinopor considerarlo innecesario.Adquiriólosrudimentosculturalesquelepermitieronelevarsealacondición