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Psicología socia

CONCEPTOS FUNDAMENTALE!

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EDUCACION HOY

Volúmenes publicados:

ADLER, M.: Manifiesto educativo. Propf_!esta del Grupo Paideia. AGUERA, I.: Curso de Creatividad y Lenguaje. AMADO, G., y ROY, J.: La observación de los niños difíciles. (Agot.) ANTINORI, F.: ¿Guardería o comunidad educadora? APARISI, A.: Utopía escolar y realismo educativo. AUDOUIN, F.: Cibernética y enseñanza. BALL, S.: La motivación educativa. Actitudes. Intereses. Rendimiento. Control. BARBERA, V.: Didáctica de las Ciencias Naturales en la educación básica. Modelos de programación. (Agot.) BERGE, Y.: Vivir tu cuerpo. Para una pedagogía del movimiento. BLACKBURN, K.:. La función tutorial. (Agot.) BLANCHET, A.; GHIGLIONE, R.; MASSONNAT, J., y TROGNON, A.: Técnicas de investigación en ciencias sociales. BRUNELLE, L.: ¿Qué es la no directividad? (Agot.) CALLEJAS, J. M.: El teatro educa. Experiencias didácticas en filosofía. CALONGHI, L., y otros: El problema de la evaluación. (Agot.) CANDAU, V.M.: La enseñanza programada. (Agot.) - La Didáctica en cuestión. Investigación y enseñanza. COLECTIVO «CAMPOS DE CASTILLA»: La Escuela Rural. Un Proyecto educativo en marcha. CROS. L.: Escuela: nuevos testimonios, nuevas experiencias. CURWIN, R. L., yMENDLER, A. N.: La disciplina en clase. Guía para la organización de la escuela y el aula. CHAUCHARD, P.: El cerebro y la mano creadora. (Agot.) D'HAINAUT, L.: Los sistemas educativos. Análisis y regulación.

DE LA GARANDERlE, A.: Los perfiles pedagógicos. Descubrir las aptitudes escolares. DE LA TORRE, S.: Educar en la creatividad. Recursos para desarrollar la creatividad en el medio escolar. DELAIS, J.: Los hijos de la revolución. ¿Qué tipo de hombre queremos formar? DIAZ, C.: La creatividad en la Expresión Plástica. Propuestas didácticas y metodológicas. DIEZ, J. J.: La Comunidad Educativa. DOMINGUES, C.: Módulos para medir y evaluar en educación. (Agot.) ENTWISTLE, H.: La educación política en una democracia. ESTELLA, J.: Programa docente de Química para la formación de profesores de EGB. ESTEVE, J. M.: Autoridad, obediencia y educación. (Agot.) - Influencia de la publicidad en TV sobre los niños. FAUQUET, M., y STRASFOGEL, S.: Lo audiovisual al servicio de los profesores. (Agot.) FAURE, P.: Ideas y métodos en la educación. (Agot.) - Enseñanza personalizada y también comunitaria. FERNANDES, E.: Proyecto educativo para una sociedad nueva. FERNANDEZ, J. J., yDUASO, S.: El cine en el aula. FERNANDEZ, J. M.; ROMAN, J. M., y OTEO, R. : Seminarios didácticos en Bachillerato. Pautas para programar. (Agot.) FERNANDEZ, S.: Didáctica de la gramática. (2.ª ed.) FERNANDEZ VILLAMARZO, P.: Características y tratamiento de la sexualidad infantil. Enfoque psicoanalítico freudiano. (2.ª ed.) FERRAN., P.: La escuela de la calle. Una educación abierta hacia el medio. (Agot.) FISCHER, G. N.: Psicología social. Conceptos fundamentales. FOURCADE, R.: La motivación en la enseñanza. (Agot.)

ULASSER, M.: La «Reality Therapy». Un nuevo camino para la psiquiatría. (2. ª cd.) (; LOTON, R.: Comunicación y diálogo entre educadores. (Agot.) <ILOTON, R., y CLERO, Cl.: La creatividad en el niño. (Agot.) < iOBLE, N. M., y PORTER, J. F.: La cambiante función del profesor. ( IOGUELIN, P.: Formación continua de adultos. (Agot.) ( IOMEZ, E.: Diagnóstico del deficiente mental. Patología y prevención. UOMEZ DEL MANZANO; M.: El protagonista-niño en la literatura infanti! del siglo XX. Incidencias en la personalidad del niño lector. ( iONNET, J.: El periódico en la escuela. Creación y utilización. <IONZALEZ, A. P.; FERNANDEZ, J. M., y BÁRRADO, A.: Análisis de la calidad de la enseñanza. CIONZALEZ, A. P.; NAVES, S., y SALVAT, A.: Programación didáctica en Bachillerato. l. Matemáticas. JI. Física y Química. GUTIERREZ, l.: Experiencia Somosaguas. (Agot.) IJERNANDEZ, A. J.: Experiencias de interdisciplinariedad. Las Ciencias Naturales en el Bachillerato. (Agot.) - Metodología sistémica en la enseñanza universitaria. Un proyecto de integración ecológica y pedagógica. IIERNANDEZ, A. J., y GOMEZ, M. J.: Hacia una concepción integrada de la Naturaleza. Experiencias y material para programaciones en Enseñanzas Medias. IIESS, R.: La pedagogía institucional hoy. IJOUGHTON, H., y otros: Educación recurrente. I.E.P.S.: Educación y valores. Sentido de la acción educativa de nuestro tiempo. (3.ª ed.) - Estudios y experiencias sobre educación en valores. (Agot.) - Educación y solidaridad. Propuestas de reflexión y acción. IRWIN, M., y BUSHNELL, M.: La observación del niño. Estrategias para su estudio. !TURBE, T., y DE NARDO, A. R.: Orientación educativa del niño. ITURBE, T., y DEL CARMEN., l.: El Departamento de Orientación en un centro escolar. (4.' ed.)

JEAN, G.: El profesor. Su cultura personal y su acción pedagógica. JIMENEZ, F.: Técnicas psicológicas de Asesoramiento y Ayuda Interpersonal. KELEMAN, S.: La realidad somática. Proceso de la persona. LABELLE, J. M.: Universidad y educación de adultos. LEPLAT, J., y otros: Formación y aprendizaje. LEROY, J.: El diálogo en la educación. (Agot.) LO PEZ MELERO, M.: Teoría y práctica de la Educación Especial. Educación intelectual del niño trisómico-21 (mongólico). (2.ª ed.) LOPEZ QUINTAS, A.: La juventud actual entre el vértigo y el éxtasis. (Agot.) LLOPIS, C., y CARRAL, Cl.: Las Ciencias Sociales en el aula. (3.' ed.) MANTILERI, A.: Los niños y el agua. Actividades lúdicas en piscina. MARTINEZ, A.: Formación de actitudes y educación personalizada. (Agot.) MARTINEZ, B.: Causas del fracaso escolar y técnicas para afrontarlo. (3.' ed.) - La ayuda psicopedagógica compensatoria de carencias ambientales. MAUCO, M.: El inconsciente y la psicología del niño. MORA, J. A.: Acción tutorial y orientación educativa. (2.' ed.) MORATINOS, J. F.: La recuperación educativa en el marco de la evaluación continua. - La Escuela de Padres. Educación familiar. MORENO, M. A.: Experiencias e ideas sobre la música en la escuela. (Agot.) - Música y Expresión Dinámica en EGB. (2.' ed.) MOUSTAKAS, Cl.: Autorrealización del profesor a través de la enseñanza. (Agot.) MUÑOZ, B.: La singularidad, dinamismo de creación personal. O.C.D.E.: La educación y el problema del desempleo. - La formación de profesores en ejercicio, condición de cambio en la escuela. OBRIST, A. J.: El microordenador en la enseñanza. Posibilidades, áreas y formas de aplicación.


( >ÑATE, M.ª P. de: El autoconcepto Formación, medida e implicaciones en la personalidad. l'/\LLERO, S.: La entrada a la Universidad. lmtrumentos de aprendizaje universitario. (Agot.) l'/\SCUAL, A. V.: Clarificación de valores y desarrollo humano. Estrategias para la e,1'cuela. l'EAUCELLE, O.: Formar un pueblo de rl'yes. La vida de una clase maternal. (/\got.) l'EIRO, S.: El ideario educativo. Axiología e interdisciplinariedad. l'EREIRA, N.: Educación personalizada: un proyecto pedagógico en Pierre Faure. (Agot.) l'IKLER, E.: Moverse en libertad. Desarrollo de la motricidad global. l'OCZTAR, J.: Definir los objetivos pedagógicos. ¿Nuevas técnicas? l'OVEDA, D.: Creatividad y teatro. (Agot.) l'OWELL, T.: El educador y la creatividad . del niño. (Agot.) POZUELO, L.; SANCHEZ, C., y LOUZAO, L.: Didáctica para la clase de idioma. Metodología, instrumentos, juegos, experiencias. (2.ª ed.) ()UARTI, C.: Profesión: padres. A.: Cartas a los padres y educadores para tiempos de revolución. REBOUL, E.: Aprender a usar las fuentes de información. Técnicas para la escuela. l~EBOUL, O.: ¿Transformar la sociedad? ¿Transformar la educación? (Agot.) IHCHMOND, K.: Currículum escolar. l~A VIER,

(Agot.)

ROSALES, C.: Criterios para una evaluación formativa. (3. a ed.) - Didáctica de la comunicación verbal. (2.a' ed.) ROUSSEAU, G.: Las reuniones en la vida de los grupos. RUIZ DE OLABUENAGA, J. L., y otros: Enseñanza, política y futuro educativo.

Psicología social CONCEPTOS FUNDAMENTALES

SANCHEZ DE HORCAJO, J. J.: gestión participativa en la enseñanza. (2.' ed.) SANTIAGO, P.: De la Expresión Corporal a la comunicación interpersonal. Teoría y práctica de un programa. SANTIUSTE, V., y GOMEZ DE VELASCO, F.: Didáctica de la filosofía. Teoría, métodos, programas, evaluación. SHAYER, M., y ADEY, Ph.: La ciencia de enseñar Ciencias. Desarrollo cognoscitivo y exigencias del currículo. (2.a ed.) SCHRODER, M., y otros: Educación para la libertad. (Agot.) TITONE, R.: El lenguaje en la interacción didáctica. TO ESCA, Y.: La sociometría en la educación básica. (Agot.) VACAS, C.: Relajación y Yoga para escolares. V ALCARCEL, J.: Orientación profesional integrada y promoción humana. (Agot.) VIAL, J.: La escuela rumbo al 2001. (Agot.) VIAL, M., y otros: Los malos alumnos. (Agot.)

Gustave-Nicolas Fischer Universidad de Metz

WARWICK, D.: «Team teaching». La puesta en marcha de la enseñanza en equipo. (Agot.)

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NARCEA, S. A. DE EDICIONES MADRID


Indice

PROLOGO l. LA PSICOLOGIA SOCIAL: APROXIMACION Y TEORIAS .. . . . . . . . .. .. . La formación de la psicología social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El enfoque psicosocial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Principales orientaciones teóricas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

11 11 18 25

2. LA RELAClON SOCIAL ................................................................................................ . El vínculo social .................................................................................................................. .

31 31 42

i~~i;:~~~~i~~~te~~~1~;i~ªs~~i~l··:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del «Copyright11, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o proredimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo pú4Jicos.

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3. LA INFUENCIA SOCIAL .............................................................. . Procesos de la influencia social ......................................................... . Formas de influencia social .............................................................. . Impacto de la influencia social .......................................................... .

49 59

60 70 83

4. LA REPRESENTACION SOCIAL .................................................. . 95 Las teorías de la creencia social ......................................................... . 96 Modalidades de lá percepción social: prejuicios y estereotipos ................. . 105 Representación social ..................................................................... . 116 © NARCEA, S.A. DE EDICIONES, 1990 Dr. Federico Rubio y Galí, 9. 28039 Madrid © BORDAS, Paris, 1987

Título original: Les concepts fandamentaux de la psychologie socia/e Traducción de Alfredo Guerra y Alfredo Casais Cubierta de Fernando García de Miguel I.S.B.N.: 84-277-0890-4 Depósito Legal: M-28677-1990 Impreso en España. Printed in Spain. Fotocomposición: M.T., S.A. Av. Filipinas, 48 - 28003 Madrid Impreso en Notigraf. San Dalmacio, 8 - 28021 Madrid

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5. LA COMUNICAClON SOCIAL .................................................................................. Teorías de la comunicación ............................................................................................ Procesos de la comunicación .................. :: ...................................................................... Comunicaciones de masas ...............................................................................................

125 126 137 149

6. LA IDENTIDAD SOCIAL .............................................................................................. Concepciones de la identidad......................................................................................... Características de la identidad ....................................................................................... Mecanismos de la identidad social ..............................................................................

157 158 165 174

BIBLIOGRAFIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181


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La psicología social sigue siendo u11. sa1Jer de contornos fluctuai tes. Aunque se ha constituido a partir de disciplinas que hoy día ~ encuentran fuera de sus fronteras, su desarrollo a partir de corrient1 de pensamiento y de prácticas sociales, ha renovado profundamen: desde hace una veintena de años su marco teórico inicial y su progre~ se ha. hecho de una especificidad cada vez mayor. ~J!_C,:ªmpo puec definirse someramente como el estudio de los fenómenos social< caracterizados por la naturaleza, siempre problemática, de las relaci< nes que tienen lugar entre individuo y sociedad, aun cuando los té minos de esta relación permanezcan ambiguos y entremezclados. En Francia, la psicología social se ha ido progresivamente estrrn turando como una esfera autónoma de saber y de enseñanza; hoy ~ revela como una dimensión esencial de la formación universitaria e psicología. Las obras de referencia existentes: Stoetzel (1963), Ma sonneuve (1973), Daval (1967), Castellan (1970), Moscovici (1984) ~ presentan como manuales de síntesis, pero cada una de ellas con un distinta tonalidad teórica, en la que se acentúa una orientación pers< nal por parte del autor. En cuanto a los textos fundamentales d psicología social ingleses y americanos, presentados por Lévy (196~ hace más de veinte años, arrojaban entonces una nueva luz sob1 corrientes de investigación, temas y métodos que ulteriormente s confirmaron como polos principales de la psicología social. A diferencia de otras obras precedentes, ésta no es un tratado; e lugar de una presentación exhaustiva de los principales campos, pre ccsos o métodos, propone una entrada en la psicología social partier do de los conceptos esenciales que constituyen un lenguaje que e fundamental para definir el enfoque psicosocial.


l'SI( '( >1.< >(i!A SOCIAL

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Se trata aquí de una elección basada en la preocupac1on por proponer, en una perspectiva didáctica, un repertorio básico que lll~rmita a todos aquellos que inician su formación en esta materia, poseer un denominador común y adquirir una comprensión de los mecanismos específicos que trata la psicología social. A nuestro modo de ver, el estudio de los conceptos fundamentales proporciona unas daves para penetrar en este universe teórico y para abordar ciertos fenómenos de la realidad social. Esta obra es, pues, esencialmente una introducción que permitirá sensibilizar al lector hacia un modo de aprehender el mundo social y captar así las características de las situaciones y los comportamientos determinados por la realidad social. Concebida como una herramienta pedagógica, va destinada especialmente a los estudiantes del primer ciclo de enseñanza superior, pero, se dirige a todos aquellos, ya sean educadores, trabajadores sociales, psicólogos prácticos, orientadores, que deseen entender m~jor determinados rnecanismos esenciales.. d~. la vida social. · La estructura general de la exposición incluye un capítulo introductorio que presenta el enfoque psicosocial a través de su desarrollo y sus principales..c.ar.acterísticas. Luego gira en torno a los principales co1ic_e.p_to_s_que constituyen los ejes fundamentales de nuestro manual: la relación, la influencia, la representación, la comunicación y la identidad. Nos queda por decir, finalmente, que la publicación de esta obra ha sido facilitada por una subvención concedida por la Corporación franco-quebequesa, subraya la voluntad de integrar y articular las perspectivas teóricas de esta disciplina, surgidas a partir de universos culturales y sociales diferentes.

l. La psicología social: aproximación y teorías

Este capítulo introductorio tiene como fin delimitar el campo de la psicología social. Desarrollaremos tres aspectos correspondientes a algunas dimensiones esenciales: -

en primer lugar expondremos algunos datos de orden histórico, a fin de entender cómo se ha constituido la psicología ,social; - determinaremos, seguidamente, el enfoque psicosocial como campo de investigaciones específicas, - y por último presentaremos algunas orientaciones teóricas dentro de dicho campo.

Formación de la psicología social Es una disciplina reciente, que hace un siglo no existía como tal. En 1908 se publicó el primer manual inglés de psicología social (Me Dougall), centrado casi exclusivamente sobre el estudio de los mecanismos de control de los instintos biológicos. Subrayaba esencialmente el papel de este control de los instintos como elementos explicativos de la vida social. En Europa, el pensamiento social -influido por Marx en el siglo XIX y por Durkheim a principios del siglo XX --sentó las bases de la psicología social destacando la importancia del colectivo para la comprensión de los fenómenos psicológicos. Aunque observamos una trayectoria diferente en Europa y en Estados Unidos en cuanto a la formación y la evolución de la psicología social, sabemos que se ha ew

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PSICOLOGIA SOCIAL

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13 • APROXIMACION Y TEORIAS •

constituido a partir de reflexiones y conceptos procedentes de otras disciplinas, tales como la filosofía, la sociología o la psicología. Aquí no consideraremos más que tres aspectos relativos a diferentes niveles de la formación de la disciplina: - la psicología social dentro de la evolución de los conocimientos sobre el hombre; - los diferentes puntos de vista sobre el hombre, en los que se ha basado con más o menos intensidadr - y, por último, el paso efectuado desde una reflexión de psicología colectiva, a una reflexión psicosocial. 1

EVOLUCION DE LOS CONOCIMIENTOS

La psicología social, como todas las demás ciencias humanas se inscribe dentro de un esfuerzo para organizar el conocimiento sdbre el hombre, que, durante siglos, ha sido esencialmente filosófico. Este conocimiento se ha desarrollado ampliamente basándose en una distinción establecida entre individuo y sociedad. El concepto de naturaleza humana definía al individuo y proporcionab11 una explicación en términos de estabilidad, considerándose esta naturaleza como algo invariable en relación con las fluctuaciones externas y con una sociedad cambiante. La contraposición cuerpo/alma permitía comprender la relación fuera/dentro en un mismo individuo: el cuerpo sería la exterioridad, el alma, la interioridad. El alma determina otra dimensión del individuo: la «psique», a la cual se vincula un tipo de experiencia que concierne al pensamiento y a las emociones. El advenimiento de las «ciencias humanas» se tradujo en una nueva relación con el saber, que ha valorado la subjetividad como elem_ento de conocimiento; no existe un saber desencarnado, sino relat1".o _al observador, al sujeto que conoce. Al mismo tiempo, el conoc1m1ento no es ya portador de valores universales y no posee ya una función enciclopédica; cada saber refleja una posición específica· su orientación está caracterizada por una trayectoria que se localiz~ en sectores determinados. Es decir, el saber se va dividiendo cada vez mªs-~n, elemento~ especializados que le otorgan un status específico, en vutud del objeto que aprehende y que recibirá su .legitimación dentro del dispositivo general de los saberes en una sociedad. El surgimiento de la psicología social ha estado marcado por esta transformación del status del saber dentro de la sociedad, de diversos modos:

l. En primer lugar, y quizás mejor que otras disciplinas, refleja el status

híbrido de «especialidades» que se constituyen a partir de conceptos existentes en otros campos; estos conceptos son captados de nuevo e insertados en enunciados que les forjan una nueva legitimidad dentro de__cuerpos teóricos definidos. 2. Por otra parte, la psicología s,ocial es tributaria de la división en disciplinas de los diferentes campos aprehendidos por los saberes constituidos. Deberá, pues, amoldarse a códigos establecidos, que confieren un reconocimiento social a su contribución. 3. Por último, la trayectoria de la psicología social está vinculda al estado de una sociedad y a las cuestiones que le son propias. En este sentido, el esfuerzo de la psicología social, como gestión científica, comporta siempre un aspecto dialéctico: a través del estudio de los fenómenos sociales y de los tipos de valores vehiculados en una sociedad, se define como una aproximación crítica a su propio saber, ya que éste está producido por los fenómenos analizados y depende, en parte, del sentido que la sociedad le confiere. 1AS DIVERSAS CONCEPCIONES DEL HOMBRE

¿De qué tipo de hombre trata la psicología social? Para responder a esta pregunta, hemos de p_resentar diversas concepciones que han influido, de uno u otro modo, la manera de entender al ser humano y que han intervenido en la definición que la psicología social le ha, dado después. Nos limitaremos a algunas etapas que, desde el comienzo de la época moderna, han correspondido a estas distintas concepciones: - el hombre como ser racional; ""- el hombre como ser biológico; - el hombre como ser psicológico.

HI hombre como ser racional

Para el pensamiento del siglo XVII, _el conocimiento del hombre procede aún de fuentes impuras. Es Pescartes quien lo va a_íund(;l~ _ 111c11tar sobre la evidencia de la reflexión: ~l hombre es un ser de razón y la guía de la razón es la conciencia. La concepción cartesiana opera, por tanto, el paso que va desde la creencia sobre el hombre, a una certeza sobre el hombre; esta certeza está proporcionada por la razón, mientras que la creencia es una seguridad fundamentada únicamente sobre la intuición. Con esta concepción asistimos a la fundamentaci611, de nuevo, del ser humano en torno a un elemento central: la concienciu como guf11 de lu conducta.


l'SIC 'OLOG!A SOCIAL

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Este conocimiento filosófico del hombre va acompañado de conocimientos, mucho más concretos en las obras de 1los moralistas (La Rochefoucauld, La Bruyere). En. oposición a la filosofía racionalista, elaboran una psicología empírica según la cual no existe en el hombre nada de natural,' o más bien de innato; todo es adquirido por experiencia. La noción de carácter se convierte entonces en un elemento interpretativo de la conducta humana y social, al mismo tiempo que «desnaturaliza» el comportamiento humano, dándole una significación social. Con los moralistas aparece una consideración del hombre a través de un enfoque subjetivo, mantenido por un trasfondo de valores sociales y morales. El hombre como ser. biológico El siglo XVIII se caracteriza por un extraordinario apasionamiento por las ciencias naturales. La situación del hombre se estudió en relación con las especies animales y se convirtió en parte de la zoología. Es la época en la que se comienza a recibir de ultramar un cierto número de monos, que se pueden disecar; se trata entonces de situar el comportamiento humano en relación con el de estos monos. En el curso de estos .estudios, que dieron lugar a numerosos debates, apareció una estructura .epistemológica esencial: dentro del saber anatómico hay un abismo entre los conocimientos que proporciona y los aspectos del comportamiento que se le escapan. El escalpelo estudia al cadáver. El saber anatómico es, paradójicamente, el comienzo de una reflexión más general sobre los límites últimos .. de toda nbservación que implica, en un momento dado, una fijación de lo viviente. Aquello que se quiere observar escapa por el hecho mismo de aislarlo. Todos estos debates se ven ampliados y precisados por la cuestión del hombre salvaje: ¿qué criterios son los que hacen que un individuo pertenezca a la especie humana y no a las especies animales? El siglo XVIII respondió a esta pregunta teniendo en cuenta un criterio fundamental: el lenguaje humano. Sin embargo, después de este debate quedan planteadas no pocas preguntas, ya que no se pudieron definir las fronteras reales del lenguaje. Pero los trabajos de los anatómicos iban a revolucionar las concepciones filosóficas tradicionales; al e.s.table.cer una descripción externa e interna del hombre elaboran una nomenclatura de elementos constitutivos que iba a permitir introducir una especie de j.erarquización_relativa de la importancia de las partes anatómicas, concediendo lugar privilegiado al cráneo, considerado como lugar del conocimiento. Paralelamente se consideraron las diferentes partes del cuerpo, no

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APROXIMACION Y TEORIAS

sólo según sus funciones biológic~s, sino como _un cierto ;iúmero de signos que permiten poner de relieve y pronosticar el caracter de un individuo. El conocimiento del hombre se fundamentará, en adelante sobre d aspecto del cuerpo y no sobre la reflexión filo_só~ica; en consecuencia el conocimiento del ser humano es un conocimiento de naturaleza fisi~lógica, debido a la importancia concedida al organismo, a sus funciones y estructuras. El hombre como ser psicológico Hacia finales del siglo XIX y principios del XX, d?s c<;>rrientes han intervenido en la aparición de la psicología como ciencia natural: la filosofía empirista y la corriente racionalista. l. Al llamar la atención sobre el papel primordial de la percepción sensorial y del aprendizaje en el desarrollo del espíritu, los empiristas pro:

pusieron una concepción de las actividades mentales en la que ~~ percepción sensorial se consideraba com~ _un proceso. ?e recepc~on de estímulos exteriores, que ponen de mamfiesto la func10n a~aptativa d~l comportamiento. Este análisis de las estimulaciones exteriores constituye la base de !os coi;iocimientos del .h?mbre acerca del m_undo que le rodea; en consecuencia, para los empmstas, el comport~miento humano posee una función purament~ recepti".'a, en la medida en que no tiene valor más que como receptaculo pasivo. 2. La creación en 1879 de un laboratorio de psicología experimental en la Universidad de Leipzig, por Wilhelm Wundt iniciará.~l estudio_ experimental de los fenómenos mentales, como la precepc10n sensonal._ La contribución esencial de esta nueva psicología, concebida como psic~­ fisiología, será el estudio de los proces~s físic_os implica~os en la ~cti­ vidad mental o psicológica: ,La pers~ectiva a~ierta a partir ?e la psic~­ fisiología fue la demostracion de la mteracc10n de las func10nes. ~rga­ nicas y las reacciones psicológicas. Lo que.se va a poner de mamfie~to es la cuestión relativa a la estructura psiqmca como proceso compleJO. Esta estructura va a ser progresivamente tenida en cuenta, sobre todo como elemento interactivo entre los factores de tipo fisiológico y de tipo psíquico. SURGIMIENTO DE LA PSICOLOGIA SOCIAL

Comte . La caracterización del individuo como ser so.cial aparece de manera explícita con A\igusto Comte (1798-1857). Su finalidad es el


PS!COLOGIA SOCIAL

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estudio .del ser social en su conjunto; por ello intenta fundar un conocimiento del hombre sobre su modo de ser en sociedad. Para Comte, el hombre está también configurado por la sociedad en la que se encuentra. En adelante, ya no será el hombre aislado el objeto de la nueva ciencia, sino el hombre arraigado en un grupo más o menos organizado. Pero es realmente con Tarde (1903) y con Le Bon (1895) cuando asistimos a un JlUténtico desarrollo de la psicología social. A Tarde, por otra parte, es a quien debemos. el término «psicología social». El interés de esta concepción reside en presentar factores psicológicos para analizar fenómenos hasta entonces estudiados por la sociología. Tarde El sentido mismo del término psicología social es relativamente limitado para este autor, que no se interesa por el individuo en tanto que tal, sino solamente en la medida en la que aparecen determinaciones sociales en su comportamiento. Es.Jlech:, anali?<l: s()PretQdo el grupo, las instituciones, pero en tanto que están compuestas por individuos. En sus investigaciones, Tarde aparece como un precursor de los estudios sobre los mec.anismos esenciales en la psicología social, como s_on las opiniones y las. actitudes:.Estudia los aspectos cognitivos y afectivos de la personalidad, mostrando que constituyen las fuerzas propias de la vida social. Define e_I concepto de imitación como un proceso fundamental de la realidad social, mostrando su. carácter dinámico y selectivo, que prefigura ya la importancia del concepto de influencia en los estudios ulteriores.

Le Bon Es Le Bon quien abordará una situac;ión colectiva esencial: Ja muchedumbre. Para él: «la muchedumbre psicológica es un ser provisional compuesto de elementos heterogéneos, soldados durante un momento, exactamente igual que las células del cuerpo constituyen, mediante su reunión, un cuerpo que manifiesta características muy diferentes de las de cada una de las células que posee. Esta masa dot~ por tanto a los individuos de l!na especie de.alma colectiva que les hace sentir, pensar y actuar de un modo completamente distinto .a como sentiría y actuaría cada uno de ellos aisladamente».

El estudio dek_Bon es en realidad un_estudio psicológico de los J191llbr_es C:tgrnpadps para formar muchedumbre. Observa que el com-

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APROXIMACION Y TEORIAS

portamiento de los hombres en esta situación difiere esencialmente de su psicología individual. El mero hecho de encontrarse en una muc~e­ dumbre modifica al individuo: se convierte en un autómata y su umón con otros conduce a la formación de un ser nuevo, que Le Bon denomina «el alma colectiva». Destaca algunas características psicológicas, que son las siguientes: 1. La masa obedece a la ley de unidad mental: las convicciones y las emociones se expresan para tender hacia una imanimidad; tienen por consecuencia el dogmatismo y la intolerancia. 2. Por otra parte, la muchedumbre expone a los individuos a emociones súbitas, simples, intensas y cambiantes. . 3. Adopta, por último, en su expresión lo que Le Bon designa como razonamiento rudimentario.

Le Bon explica estos comportamientos de la masa por dos causas: 1. La primera, interna, es el contagio ~e~tal: lasemocione.s y las opiniones se comunican y por ello se multiplican Y.re.füerzan; dentro de una situación colectiva se produce una. propagación de los sent.imientos. Así los fenómenos sociales no están solamente determinados por la coa~ción, sino también por eleme11t()§_e.1J1()Cionales que se transmiten entre los miembros del grupo. 2. La segunda causa es externa y se refi~re a.la existencia d~,líderes. La idea de líder sigue estando muy supeditada a una concepc1on centrada sobre el prestigio personal y el poder de fa_scinación, pero su m~rito consiste en proponer un nuevo modo de explicar fenómenos colectivos.

Durkheim A principios de siglo, Durkheim esclarecerá de un modo decisivo la importancia de lo social y de su interpret~ción. Mostra~á «qu~ no puede haber sociología, sin las sociedade_s, m tampoco ~0~1~dad s1 no hay más que individuos». En su estudio sobre. ~l s~1c1?1? (1897), proporciona un análisis sociológico sobre una dec1~1ón. md1v1dual. ~? quiso conocer los motivos ~e las person~~ que habrni;i ~ntentad?·s_m,c1darse ni informarse a partu de los fam1hares del smc1da. Se hm1to a compÍlar estadísticas acerca del_ número de sui~idios en diferentes países de Europa a lo largo del siglo XIX y a analizarlas. Descubrió que los suicidios habían tenido un denominador común: el grado de integración del individuo en la sociedad. En otros


PSICOLOGIA SOCIAL ,

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términos,_ la ten~~ncia .ª~ suicidio_ ~s inversamente proporcional al grado ?e m~eg~a.cion rehg10sa, familiar o política: cuanto más integrado ~ste un md~~1duo en una o cada una de estas esferas, tanto menor sera la p~ob_a?ihdad de que se suicide. Durkheim ha mostrado así que un acto md1v1du~l tan aislado como el suicüJio halla una explicación e~ el r<?l de la~ m~uenc!as sociales que pesan sobre los individuos. D1c~as mfluencias mt~rvie~en, según él, a través de las reglas sociales que mtroducen una distancia en la relación entre los individuos pero que hacen de esta distancia la realidad de toda relación social. ' Aun cuan~o Durkheim esta~a. influido aún por la física social de Comt~, n_o _dejo de poner de mamfiesto que la sociedad es irreductible a los ~ndiv1duos. que la componen, al igual que las representaciones colectivas so_n. d1f~r.entes de !as represe~taciones y las emociones que afectan a ~os md1viduos. Enge el funcionamiento de lo social sobre leyes propias. . La constit~c~~n de la psi~ología social como disciplina será tribu~an_a .de esta _vlSlon y se realizará a partir de un modelo dicotómico i~dividuo/sociedad, el cual, al menos en sus principios se encerrará bien en un reducto. sociológic_o, _bie?_ en un reducto p;icológico par~ pensa: sobre lo social._ La dehmitac10n de la psicología social sólo se lle~ara ª,cabo progresivamente, en torno a un objeto específico que articulara los dos polos sobre los cuales está construida.

E11foqu~

Sería, por tanto, ilusorio querer asignar a la psicología social el papel de fijar arbitrariamente la parte correspondiente a lo colectivo y la correspondiente a lo individual en aquellos fenómenos que estudia, o bien querer discriminar aquello que más bien deriva de la psicología o de la sociología. Su tarea consiste en definir la naturaleza psicosocial de los fenómenos que resultan de la interacción de los ¡•kmentos presentes. Para precisar la naturaleza psicosocial del°individuo, podemos afirmar que la psicología social considera al hombre <;amo un ser rdacional. Es uno de los fenómenos más complejos a los que se l'nfrenta. Al tratar de la relación, aborda una dimensión específica de la vida social. En el interior de un contexto dado, revela laj_i:redl!.~!i­ hilidad de las .posiciones soci.ales a un nivel de sentimientos. interpersonales; toda relación está determinada por status, actitudes, funciones, que crean distancias entre aquello que está en mutua relación. La naturaleza relacional del hombre se expresa por la comunicación, que ts un medio absolutamente necesario, pero que hace intervenir múltiples barreras entre los individuos y los grupos: «la comunicación es un muro» (Moles). Estos elementos constituyen uno de los aspectos de lo que se llama fenómenos sociales. No se puede por tanto entender el tejido social como la mera adición de vínculos que se desarrollan en un grupo o en una sociedad. Nµestras interacciones revelan la estructura porosa .de nuestra identidad; sabemos que al salir de nuestro medio familiar., cambiamos. Esto nos anuncia que la realidad social se presenta como un sistema de relaciones compuestas por numerosas y variadas diferencias: diferencias dejdeas, de sentimientos, de clases, de sexos, de juicios. Ahora bien, todas estas diferencias forman una dimen.sión de la vida social que se presenta como un juego de influencias; los fenómenos que aquí nos interesan están compuestos por esos ingredientes particulares de las relaciones que se llaman relaciones de fuerzas. :E,ntenc:l~rJ~u:elación corrio sistema de. influencias permite captar la importancia de las determinaciones, así como la pregnancia del control social, del que el individuo no es consciente. No obstante, si se considera la influencia social como una relación, ésta implica una dimensión dinámica que no la reduce a un,puro determinismo:

psicos()cial

DELIMITACION DEL CAMPO DE LA PSICOLOGIA SOCIAL

-?l campo de la ps.iGofogí.asQcial queda formulado del modo más sencillo y _esquemático afirmando que el hombre es, por naturaleza un ser social. ' E~ta posición muestra que la psicología social se ha desarrollado a part!f de una co~cepción determinada sobre el lugár del hombre en la soci~dad .. Considera este lugar como una situación específica en la 9u~ s_e nnbncan dos ~spectOB;_a priori irreductibles, de la realidad: lo mdiv1dual y l? col~ctivo. Analiza y estudia cómo se articulan estos dos pol?s, es decir, como la acción de un individuo y las fuerzas de una soc1e.?ad estructurada actú~n entr.e sí. Estas dimensiones están íntima_men!lle mezcladas de modo mex~tlcable. Misión de la psicología social es tenerlas. ~n cuenta para medir los fenómenos sociales que resultan de su relac1on.

APROXIMACION Y TEORIAS

'• '

- por una parte, se presenta como controLsocial, es decir, como un sistema de limitaciones implícitas o explícitas; - por otra parte, su aparición suscita, al menos potencialmente, en a<fiellos sobre los cuales se ejerce, resistencias y distanciamientos, también más o menos explícitos.


PSICOLOGIA SOCIAL

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Esto constituye un importante aspecto de la relación social, qüe trataremos en la presente obra. . A partir. de esta constatación ¿qué nos propone la psiCología social? Considera esencialmente esta dinámica inscrita en lo social y la defme corno una estructura conflictiva que se expresa en el interior de todo sis~ema organizado. ~n este sentido nos ayuda a comprender que lo so~ial no es una .realidad homogénea, pero que tiende a la homogeneidad e~ la me~id~ en que nivela los comportamientos y, por ello, oculta las diferencias mherentes a toda construcción social de lo rea!. Al ~ntentar captar la naturaleza conflictiva de lo social, la psicologia ~o~i.al muestra que la realidad está constituida por separaciones, por divisiones, que forman su núcleo ineludible· en este sentido el conflicto es un aspecto determinante de toda est;uctura social· es su elemento dinamizador. ' La ~specificidad de la vía psicosocial es, pues, pensar en la realidad .social como una realidad conflictiva, es decir, marcada por tensiones mherentes a la naturaleza y funcionamiento del tejido social. Este puede ser consider.ado como un sistema relativamente estable, pero perforado por presiones, que lo trasforman. En este sentido la realidad social es una coexistencia de elementos contrarios de fronteras de~imitadas pero elásticas, en la que orden y desorden, determinación y libertad, no son puras oposiciones, sino que forman dos polos interactivos de un mismo universo. . Dur~nte ~ucho }iempo ha persistido la pregunta acerca de si la psicologia social tema un. estatuto autónomo e independiente en la esfera de los saberes relativos al ser humano. En cuanto tratamiento especí~ic? de la realid~d social, no~ proporciona una nueva forma de conocimiento de lo social. El estudio de los procesos sociales revela la n.aturaleza de este saber: tropieza permanentemente con las resistencias q~e lo soci~l origina para poderse perpetuar. El conocimiento de lo soCial es en cierto modo, y en primer lugar, una información acerca del modo en que se oculta, resta inf<?rma~ión nos permite captarlo, no ya solamente como un. ~bJ~to ~xtenor, smo en la medida en la que nosotros nos vemos tambien implicados como sujetos en los procesos estudiados. La activi?ad de la psicología social ha sido, pues, formulada, desde sus ongenes como una práctica de cambio; ya que. el saber acerca de lo social nos enseña algo acerca de nosotros mismos está si~mpre inscrito socialmente, podemos a partir de un mejor conocimiento de estos fenómenos, modificar aquello que nos condiciona. Los enfoques de la psicología social se han desarrollado: l. S~bre t~~o dentr_o de la perspe_cti_va ~orteamericana, a partir de una onentacion que vmcula el conocimiento con una aplicación concreta en

APROX!MACION Y TEORIAS

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un determinado campo. En este sentido, el estudio del tejido social está destinado a mejorar su funcionamiento; se compr~nde así 9ue las dimensiones de facilitación y de ayuda hayan constituido una importante preocupación de los psicosociólogos. 2. Desde una psicología social crítica, este carácter de ayuda ha estado mucho menos- marcado desde el momento en que se define, sobre todo, como un análisis que intenta mostrar las contradicciones existentes en el interior de la realidad social. 3. Po~ último, y según otra perspecti~a, num~~osos estudios psicosoci~les optan por una vía en que la expenmentac10n ocup~ un lugar esen,c~a~, ya sea por el estudio de los fenómenos de laboratono, ya por el anahsis de sistemas sociales complejos.

Estos diferentes enfoques proporcionan respuestas distintas según su manera de tratar lo social: -

aquellas que consideran que el conocimiento debe favorecer un mejor funcionamiento social; - aquellas otras que con~ideran que. el conoc!~iento. de lo social es relativamente independiente de la mtervenc1on realizada para cambiarlo.

DEFINICIONES y CONCEPTOS

Después de esbozar los contornos de la psicología social, presentaremos algunas definiciones. Allport Fue Allport quien propuso en 19241._lna de las J?rimeras defi~cio~ nes que fija el objeto de la psicología social al estudio de las relaciones: «La psicología social tiene por objeto el estudio de_ las relaciones, re~les imaginadas, de persona a persona, dentro de un d~ter~;nado context() social, en tanto afectan a las personas implicadas en esa s1tuac1on».

0

a) En el contexto de las investigaciones norteamericanas, la relación .es entendida, esencialmente, como relación interp~rsonal, Yª. que la~oc1e­ dad, en su conjunto, es considerada ~~mo un~ s1~te~n~ de mtera~ciones

e interc.ambios entre individuo e individuo. El mdlVlduo constituye el elemento central del sistema relacional y la psicología social trata, por tanto de los intercambios interindividuales.

b) El punto de vista de Allport acentúa, además, la función de~ contexto dentro del cual se produce un intercambio. El contexto no tiene aquí


l'SICOLOGIA SOCIAL

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un valor real de d t · ·, · intercambios. e ermmac10n smo que remite a la significación de los c) En esta definición vemos anunciado 'l . haciendo cada vez más central es P?r u ltlm~, un aspecto que se irá social, que va a asumir un , ecIT, .e va or de la representación intenciones y las motivacion!s~)~~ esencial en . la explicación de las forma acerca de sí misma d . rep~esentac1ones que la gente se una voluntad y proponeny unea sus.reltc1?,nes ex~resan unos intereses, efecto el mod . . . onen ac1on precisa de la acción. En los co~ponent~sc~~~~~sr~~~~duos s_e represe~tai;i la i;naterialidad de función del impacto simbólico n, defme su autentica significación, en que asume ante su modo de ver.

d

Esta primera definieión nos proporciona una a . sobre las dos dimensiones de.Ja, realid d mp~ia

. pe:spect~va · · · a. q~.trata.Japs1colog1a..social:

- por una parte, sistemas más o menos organizados· - por otra, conductas individuales. '

Una definición más reciente (G 1981 ) Y la función de la psicología soci:{g~ni· .t separa la naturaleza análisis de las relaciones: ' e imi su campo propio al

ª

«En términos formales, la psicolo ía . 1 . . . estudian de manera sistemática las int g s<;>cia e~ una d1sc1plma en la que se psicológicos. Un estudio sistemático coeracc10nes umanas y sus fundamentos nentes siguientes: el desarrollo de un ;npr~nd~ por lo general los tres compoel estímulo a la acción». ª eona, e soporte empírico de la--teoría,

El campo de la psicología social d f .d 0 . norteamericanas consagra la nociód de ~n: P~: las mvesti~aciones vilegiado de l?~ intercambios sociales. e m eracc1on como objeto prirela¿{: ~~~~is~~;r~~~~~no!~~~: )~~mitirá com~~ender que la idea de distintos cada uno de lo~ cuales c~sos, me Ia?te dos conceptos rente: la noción de relación y la nseocr~f1erde ~un um~~rso teórico dife. ion e mteracc1on. a) .La noción de relación ha surgido de 1 . 1 , . °,º ~orno una vinculación exterior de ~n~~~~~;~~J/efm~.la relación, s1, smo como un proceso dinámico .. epen ientes entre dos polos implicados. Muestra la iu{ue mo~1f1ca per~ane~temente los portanc1a de la distancia social: no existe relación sin distancia As' . 1 pues, estar en relación es mostrarque

APROXIMACION Y TEORIAS

estamos permanentemente confrontados con aquello que nos diferencia biológica, física, social, culturalmente. Toda relación es considerada como un proceso dinámico que es parte integrante de la estructura social. En esta perspectiva, el objeto de la psicología social es el conjunto..de las relaciones sociales mediante las cuales, los individuos están determinados, no solamente desde el exterior, por sus relaciones, sino también dentro de ellos mismos. Así pues, es el fondo de la realidad social el que está estructurado como una relación. Las relaciones no son agentes neutros de vinculación, sino que poseen siempre una función estructuradora de las conductas. h) Junto a la idea de relación, el concepto de interacción se refiere a otro universo teórico. Muestra que el conjunto de las relaciones interpersonales es producto de un proceso de socialización y que los individuos no existen dentro de un sistema social, sino en la medida en la que están integrados en él. La interacción es un proceso de aprendizaje sociaLvalorado como un modo positivo de comunicación. Es un concepto integrador, surgido a partir de investigaciones que definen a la sociedad global como un sistema de interacción fundado sobre la mejor cooperación de los individuos entre sí. Así pues, estar en relación es adherirse al sistema social en el que uno se encuentra. Interactuar es favorecer la propia integración en el sistema en el que se vive. A través de la idea de interacción, la sociedad se entiende como una multiplicidad de conductas relacionadas unas con otras y no como una realidad que opone con más o menos fuerza a los individuos entre sí en función del puesto que ocupan en la sociedad.

Aunque la psicología social aborda un orden de hechos sociales particulares, las relaciones, parece ser, según el concepto que tenemos de ellas, que no poseen el mismo sentido: la idea de relación se refiere a un punto de vista antagónico de la realidad social, mientras .que la idea de interacción es una noción funcional del sistema social. Worchel y Cooper Junto a los enfoques que ponen al acento en la noción de interacción, Worchel y Cooper (1976) consideran a la psicología social desde un ángulo ligeramente distinto; la definen como el estudio de las condiciones en las que los individuos son afectados por situaciones sociales. Aquí, el término «situación social» se refiere a todos Jos acontecimientos que se producen en el entorno de un individuo. Al privilegiar la noción de situación sobre la de relación, estos autores


l'S!COLOG!A SOCIAL

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APROXIMACION Y TEORIAS

~~~~~~::,,~~:,fa~ic;~~g!: _:;:~~~ º;n i~e~ª~!'¡~:,~:,~cu;~~ó~

e) Pero la articulación entre la determinación de las coerciones o constricciones y la dependencia de los comportamientos es fundamentalmente

t:

raves e conjuntos complejos -situaciones- en las 1 ' , l?s son numerosos, y revisten si nificacio ' que os esJun:uc1das 0 variables. g, -----··· nes eventualmente desconoLa noción de situacióµ implica esencialmente dos aspectos:

incierta. Confiere al funcionamiento social y a los comportamientos un carácter ambiguo. La psicología social, en este sentido, es una interpretación de la ambigüedad social creada por la complejidad de estos procesos.

- por una parte, e~ contexto en el que se expresa un com . . - ~or otra parte y vmcula?a a este contexto, la interpretació~or~:~~e:~~~ _e e_sf~ co~?ucta, es decir' la reacción comportamental en fu~ción de la s1gm 1cac1on supuesta.

noci¿~ddaeun~t ori~?tación de la psi~ología social se ha inspirado en la

s1 uac1on para construu metodolo , . c_studiar el comportami_ento d~ los individuos. ~f~;~7~~1;.1~~:~~:uf­ ~ad?~ stsuele _te_ner la 1m~res1ón de la fragilidad del ser en el ámbito socia . os _PSicologos sociales se dan cuenta de hasta ué puede .i:iampul~r a los individuos manipulando las situi'ciorfe~nt~s~~ ~n~res10n pedrmd1te preguntarse ~n qué medida se encuentra el i~diviu a merce e su entorno social y en u' d"d . haciendo uso de una libertad individual.q e me I a puede reaccionar

Definición . A_ pa:~ir de los elementos anteriormente ex t l_a de~m~10n sig~iente: la psicología social es el t~~~i~sd~~~f~~~;fe~ ;as re aciones existentes entre los individuos los grupos las . (t . r;:,s, /entre; fe una_ sociedad dada; este sist~ma de rela~ione;n~~ ~~~~:

so~7a~ ;~: lee~e;,;:t::::~h:Í;ra::bl~~ ~:rsonales,

sino por un campo caracterizadas en el plano socipculfur'fz. Y que da lugar a conductas a) La psicología ~acial, por tanto, se qc;up~ de los . rocesos d que f,qrrnan las conductas sociales: muestra que el inicio d . p

~~~~~~ '~';,"~~~~7::.~:1~~ r':i~~~::; ;'.~¿~:~~:';:~~~!~~:~= as» e msertas en las estructuras.

b) Toda relación está determinada, al menos parcialmente por su inserción en r:-n contexto o un medio dado. Este se define c ' s?c1~1» e !ndlica que es u_na forma de intervención ~;:11~ ~~cÍ~c3:Jt;~~rtoe s1 misma, e campo social es . 1 cierto_ modo petrifica la relac~~ c:~)~s sf;;~:e~!~t~fa~~dsuycidsoº».; len preexistentes. cm es

Principales orientaciones teóricas Hemos visto que la psicología social se ha formado a partiL.de 1111füisis que han tomado tanto a los fenómenos psicológicos como a los fenómenos sociales, como elementos explicativos de la realidad. Vamos a exponer ahora las orientaciones teóricas en torno a las cuales se articula. Mostraremos, en primer lugar, a qué tipo de preocupacionrs responde una teoría y presentaremos a continuación algunas orientaciones teóricas importantes. 11.1. PUESTO DE LA TEORIA

Para entender cómo se construye una teoría hay que partir del mrcanismo más elemental mediante el que cada uno de nosotros capta la realidad: todos tenemos ideas implícitas sobre hechos o situaciones de la vida cotidiana; es decir,, producimos primeramente imágenes nrerca de la realidad que intentamos comprender. Aprehendemos cosas, hechos y formulamos los correspondientes contornos sobre la hase de sentimientos e intuiciones. Así, establecemos relaciones entre cirrtos comportamientos individuales y la apariencia· exterior de la gente; consideramos, por ejemplo que tal modo de v:estir no les gustará a los que nos rodean, o que conviene adoptar una determinada urtitud para que los demás nos perciban bien. En consecuencia utilizamos un conjunto de elementos implícitos que podemos caracterizar rnmo «teorías implícitas» sobre la realidad social, sobre la reacción de los demás a los acontecimientos. Frente a todas estas vinculaciones difusas que establecemos entre diversos acontecimientos, situaciones o conductas, la psicología social intenta establecer enunciados explicativos del conjunto de los casos individuales con que se encuentra. Así pues, más que intentar estudiar situaciones idénticas a las que conocemos y compararlas entre sí, la psicología social trata de ver cómo se comporta la gente en situaciones que difieren de las suyas, de sus opiniones y de sus actitudes habituales. Delimitando constantes a partir de las distancias que observa,


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construye explicaciones lógicas y coherentes. Como acabamos de afir~nar, la m~yoría de las ideas implícitas que tenemos están llenas de 1'.1~oherencias_y contradi~ciones. Pode1:11os pensar, por ejemplo, que lcts p~rsonas tien~n ne_c,es1dad ~e cambiar y, al mismo tiempo, que la segundad de_ su situac1on constituye un elemento necesario. , C~and~ mtenta form_ula! te~rías_, la psicología social procura to'!lclf distanciad~ sus propias implicaciones, lo que no significa que esté luera de la realidad. Una teona no es realmente neutra· es decir la r~cu~r~lidad c?nsiste p~ec~samente el? tener en cuenta s.{ implicación ~UbJetlva: a fm d~ objetivar la realidad que estudia del modo más independiente posible de esa subjetividad inmediata. ~sto no ~ign~fica, evide~temente, que no pueda existir más que un tipo de cnteno para explicar los fenómenos. Dada su diversidad se e:?tiende fácilmente que no todos pueden referirse a una mism~ leona y que esta por tanto, sólo fija un aspecto de la realidad basándose en criterios que permitan llegar a un punto de vista p~rticular acerca de ella. . A pa~~ir de estos _elementos podemos definir una teoría como la .formulacwn 1e ~nunczados _gen~rales, organizados y vinculados lógicamente ent~e si. Tienen .por fmahdad describir un campo de observación y proporc1~marle un sistema explicativo general, e.s decir, encontrar leyes p~o~ia~ y específic~s _que puedan servir para comprender fenóm.enos identicos,_ proposic10nes co~erentes que explican por qué se p1 oducen determmados comportamientos, por qué existe una relación entre un fenómeno y una actitud. ( 'ONCEPCIONES TEORICAS EXISTENTES

. Después ?e localiza~ la~ diversa~ func~ones de la teoría, podemos

pas~r a exammar las pnncipales onentaciones teóricas en psicología

social.

Teorías conductistas En psicología social hay ll:n conjunto de enfoques que parten del pos.tulado de que los rnecamsmos que presiden la vida social son racionales. Aquí seyu~~en agrupar las teorías comportamentales que prol?onen una exphcac10n causal para ciertos fenómenos. Parten del ser !ndivid~al si~uado en un medio y que posee un compü';t~-~Íento autonomo, mflmdo por estímulos que le llegan del exterior. Son estos estímulos los.que van a determinarla rn~turaleza de su comportamien-

APROXIMACION Y TEORIAS

to. Así pues toda acción, toda conducta humana quedará_ definid·ª·· n 11110 una reacción es decir, vinculada causalmente a cualqmer modi1irnción de los acontecimientos exteriores. 1~n la base de esto encontramos un determinismo traducido en la r.1µ11iente ecuaciónfundamental: estí~µlo + ~rganismo = re~cción. Se 111 puede considerar como una especie de axioma de causahdad:. Per111i le explicar el aprendizaje de nuevos modelos de comport~m~ento, 1·11 la medida en que se destaca el poder de, los acoi;itecimientos l'Xteriores susceptibles de modelarlo. Es.tas teonas man~i~nen qµe el Individuo.es un ser maleable,- en el sentido de que modifica su. comportamiento en función de los estímulos que ~ct~an sobre ~l. La idea de maleabilidad explica el proceso de aprendizaje estableciendo _una relación entre los diferentes modelos del entorno y los comportamientos humanos. Para los conductistas es posible prever los cornporta111icntos manipulando los elementos del medio; se puede ejercer entonces un control sobre la realidad, de modo que las pe.r:mnfüI:c.st.én dctcrminadas por ciertos acontecimientos ambientales, para onentar sus conductas de una determinada manera, y no de otra . En un experimento clásico de Verplanck (1955), sobre el co_n,trol o a la influencia de una conversación, basándose en la aprobac1on o l'll la desaprobación, la teoría conductista ha p~rmi~ido deducir _que l'Stos dos elementos pueden ser utilizados para mflmr en la cantidad de opiniones emitidas. La psicología social, basá~dose s<;>br~ es~as tl'orías ' intenta esencialmente definir el poder de la mfluencia e1ercida -. por un entorno sobre las interacciones humanas. Teorías cognitivas Están sobre todo orientadas hacia el estudio de los procesos men1a lcs; su papel consiste en analizar el efecto .de los conocim~e!ltos (pensamiento) y de sus significados (interpretación) sobre la actividad social. Mientras que las teorías comportamenta,les acei;i~uaban el valor determinante de los estímulos externos, la teona cogmtiva se propone 1 !escribir y explicar cómo los procesos interiores imponen una forma al mundo exterior. Un ejemplo ya clásico, la teoría del campo de l .ewin (1951) puede explicar cómo fund_on~n. los p~ocesos mentale_s. La idea de campo se basa en el pnncipio de mterdependencrn existente entre la persona y su entorno. Pero el entorno. no ~e. reduce a sus componentes físicos: un c~ml?º. es el entor~o «psicologico», es decir tal como existe para el md1viduo. Se refiere a los procesos ment~les que le estructuran para constituir un campo topol~gico, es decir, un espacio mental formado por valores que determman las


APROXIMAC!ON Y TEORIAS

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PSICOLOGIA SOCIAL

conductas dentro de un entorno. Así, la teoría cognitiva permite llamar la aten~ión sobre el hecho de que a_quello que más determina el comportamiento es. el ~~do en que el individuo se representa al n;iundo, en el plano psicologico. En esta perspectiva son las construc~10nes mentales las que influyen ..~obxe.las conductas y lo que le mte~esa es captar los. efectos producidos en la actividad social. En este sentido, las percepciones sociales, las opiniones o los prejuicios, en tanto se trata de procesos mentales positivos o negativos configuran las relaciones sociales. ' Teorías fenomenológicas

Se las puede de~iJ?-ir como una aproximación sistemática destinada ,1 a .observar y descnbu .las características. . .esenciales de los aconteci-~··~·' ID!~11Jo.s, tal como estos...s.e..nos.presentan. Por principio intentan destacar aquel~o que .hay de .general en las conductas, de independiente de las contmgencias particulares, para describirlas en términos globales. El ~nfoque fenomenológico intenta, ~11.primeIJ~rmiUQ,JüsJar, c.ara~i~nzar las.cQUdJJ.Cta,S~CQll:lQf(:llÓillenos, es decir, comó. elementos un'conprovisionalmente independientes de su inserción parti.cufar text'?, en una situación demasiado precisa, en una causa demasiado particular, para hacer de ellos un objeto de estudio aislable. La actitud ~enomen~lógica..es Ja ...simplfLledncción a . lo. esencial, máS"'ó"menos mdependiente de una significación que se impondrá más adelante. _En ~tras pala~ras, .una teoría fenomenológica es la puesta entre parentesis del conjunto de las particularidades definidas de nuestras ..conductas...o~.<k.nuestras acciones, de su intencionalidad o de su sentido. Es una ciencia del continente y no del contenido, una ciencia de las ~ormas, y n.o de la.s signi~ic~ci.ones. Exige la adopción de lo que se design.a como mge1!:1idad discr¡~lmar, y hasta «observación ingenua», es d~c!r, la suspension voluntana de todos los postulados implícitos 0 exphcitos que }::m~~an .s~sgar la observación. Esta actitud supone el rechazo de la sigmficacion aparente en favor de la forma percibida el rechazo del contenido en favor del continente. ' De ~st~ conjunto de operaciones se extrae la noción de <{enómeno», d.eiinido ~~mo un todo organizado cuyas funciones particulares s~ J?Onen pro".is10nalmente entre paréntesis. La pregunta fenomeno~ logica ~s se~cillament~: <~~Qu~, es lo que está ahí?» Sin preguntarse por qu~ o como. La sigmficacion de un acontecimiento, de un comportamiento, no a~arecerá hasta el ~inal del proceso y no al principio, como el elemento mtegrador a partu de los criterios descriptivos del

en

junto de los actos particulares q~e. realiz~n los seres hum~I_lo_s: dormir, viajar. Las caractensticas asi sel?aradas permituan ni11sliluir los fenómenos, reduciéndolos a lo esencial. . . 1Me enfoque se basa en una actitud fuI_l~a~ental: se evit~, al • os en el punto de partida, establecer un JUICIO sobre~~ re~hdad, 1111 11 v11 que la mayoría de las veces no se ofrece a la comprension smo tan 1 1lo a la vista; los fenómenos no están claros y por tanto no, nos 11 pnmiten juzgarlos. Al limitarnos simplemente a destacar los fenon;ieuos, tratamos de crear una distancia, no sólo de nuestros prop10s ¡111 rios, sino también de la realidad con~re~a con la.que estamos e~ t1•lación, para permitirle «aparecer» lo mas md~~endientemente posihk de la naturaleza de nuestra propia observacion, y de las funciones p11rliculares que podríamos atribuirle.

11111 rnlllt'I',

1t'< Jrias simbólicas

Su perspectiva general, desarrollada sobre todo P'?r la teorí~ de la interacción simbólica (Mead, 1956) ha puesto de relieve las ~iferen­ rias que pueden existir entre UJ?- grup~ y otro, y e~tre una s?ciedad Y olra, en la organización de la vida social y de los mtercambios. ~stas lt•orías, basadas en un punto de vista intercultural, enfoca1! la reahd~d romo un conjunto de constructos sociales, a partir de la importa~cia del sistema de símbolos colectivos operantes. Esto~ se basan en s!stemas de valores, de normas, de creencias, compartidos por los miembros de un grupo o de una sociedad. ., . Así pues, se reconoce el sentido de un~ acc~~n a partu de .las formas simbólicas que intervienen en una si~uac1?~ para con~enrle u otro valor. La existencia de elementos s1mbohcos.es considera11110 da como operante para modificar la reali?ad. Propomen?o valores tratándolos, utilizándolos, se alcanzan los fmes que se persiguen den1ro de una situación social. Las teorías simbólicas muestran que cada .fenómen? comporta esta dimensión, que es inherente al funcionamiento social. Se h~ce resaltar, por tanto, la «eficacia simbólica» (Lévy-Strauss) en la medida en que la realidad es definida como algo en lo cual se,cree; cuando los elementos sociales se objetivan sobre estas bases, actuan c'?m~ nuevos sistemas de influencia. Ciertos fenómenos sociales y ?rgamzativos han sido estudiados desde este ángulo, para most~ar c?mo operan e~tas construcciones simbólicas; así pm:..ej.empl.o, eL?uectut~.desarrol~a:a su propia comprensión de la empresa y, a p~rtlf .de ahi, prod~clfa los símbolos de su acción y de su poder para mflmr sobre los miembros de la organización y sobre la realidad circundante.


l'SICOLOGIA SOCIAL

-Lªs.J~Q.IÜ!§_.§iW!?21iEª§

pueden, así, definirse como

UIL~stuói9. g~

2. La relación social

la .dinámica.de_lQs..sis.temas..culturales; l!lJ!estrª1J C:Qil10 a través de las n01:i:11ªs, las . !ni..<:1ici911e.s y_ los. yªIores s911utilizados .QJJi~llinte.rsi~nen

CQJD.o ..fücJ.QI~.!LQ.uejnfluyen sobre .lQ.s.. 90JJJPQrtami~ntos. En esta perspectiva, la realidad social no puede reducirse a la realidad objetivada, ya que JodQ..~l.Jnundo.mane.j.a..c.S.imhalos . para-.actuar. Los procesos sociales son juegos simbólicos que permiten dar una interpretación a las creencias y a los valores producidos en una sociedad. '•

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, socia . 1' e 1 ser. h um ano es un ser relacional, ya Para la psicologrn · 1 de todo . 1 s que defmen la natura1eza socia ~ 1 que son las re ac1on~s a 't lo tiene por objeto el estudio de esta individuo. El presenbe calp1 u to de interacción. Se divide en dos realidad centrada so re e concep . partes: d"f modalidades de la relación social. l:! f~r~~nd:s intraccíón definida por el concepto

l. La prímedraa trbataddae 2. La segun a or de intercambio social.

t

El vínculo social

-

<:ONCEPTOS

Antes de desarrollar los procesos de l~ relación y los factores que los determinan, precisaremos algunas noc10nes.

WATSON, D. L.; DEBORTAIL-TREGER, G. y FRANK, J. (19Sl): Social Psychology. Scott Foresman, Glenview, Ill.

Vínculo social

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1 , · ple y el más difícil de El concepto _básic~, a l~ vez d::k~:U,~ o relación. Es un rasgo discrimi~ar ~? ps1cologrn shocrnl es eLa nociÓn misma de vínculo.caracde la socrnb1hdad del .ser. umano.. h las modalidades de teriza, a la vez, una ma~era de ,ser r ~~:1~oy t;aducirá la idea deJ expresión que l~, acomnpeal~~~ti~;1d~ºqueJ cada ~no está sumido en un .¡, puesta en situac1on, e


PSICOLOGIA SOCIAL LA RELACION SOCIAL

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\contexto, inserto en un campo social que de uno u otro modo, coloca(1 · \ al individuo dentro de una red de intercambios. . J En otro sentido, ~.LYí.nc11J9_m.!JA.~trnJfl..s_fQ_1:_11rn.Lf-º.!:!fre_tª·sg_~_jn-.·, fly_~ia qus;_ªc;t:úan sQQ.teJQ~Lrnmp.Qrta.miento.s. Finalmente, el víncu-;: ¡ lo se refiere a funciones-soportes que permiten establecer una vincu-;~. / lación con los demás y con el entorno. En este sentido, la comunica:/ de los-·~ medios nara establecer ( ción ~--••••••• es uno -·--·--~ ·-~-~---~-,-~~<oo-.,,._,., .,,,."0<'_•,t:~,,.-,•·-•·"'"'°' ""'-•-.,·~•-.•-.H ~,~-~ relaciones. ....,~ ,,_~, r~ Todo iru;JiviQ.!!Q1i~h"ªllª_yinf_l!!ª.Q9_,_g_~__ªJ.g:Y.!1.mo.do, a otro: P_fl~es,, ( h~E.~!ln~~J~.~!!!!!~!Q.I!~s_,_grn129s,__~1~. Está, pues, insertQ. §JLUnJ:ejido ¡ S.Q.~iªL~Qfilpl~iQ que le 'encierra, orienta su acción Y•.Q~fine su.s.odabi1Jig~g. Este vínculo sociªls.e.actnaliza..de.Yariasmaneras.en el curso de 1 lª~Qh1c..i.911 .de 11n inciiyjduo y según los contextos en los ', viviendo.

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Afiliación 1

Junto a la idea de relación, el término atiliaciónindica la naturakz.ª . fJJJldamentªlmente social .del ser humano c.:omo. . sex::con:los~otros) se traduce en las diferentes formas de conducta mediante las cuales sé establecen vínculos con los demás. Una de las principales formas es la adhesión, el apego, que detallaremos más adelante. En este sentido, la sociabilidad del ser humano se expresa por una necesidad fundamental de poder contar con los demás, apoyándose en ellos. Para ciertos autores (sobre todo Wilson, 1975) la afüiaci.ón está, en gran parte, ligada. . a...lª-.. D:ef.esiQ.ª~LqJJ.e . ....tienen Josjndividuos de .c.oonernI.P<trn..Y.i.YiLeJL~.fj~g-ª-g· Según ellos, se trata incluso de un factor constitutivo del V.i!J.c!:IJQ..§Q.<;:.iªl; así, la búsqueda de la subsistencia mediante lª.fª:z;ª·ºª·º·!?JigªQ.º-·ª-l<?.!L!.1:!.Qi.yiqµ_Qs .. e..sla.ble.cer..entre sí ·-·~l!P. VÍ!!f.!!12-s.ogªlh.él~ªdo en la .cQ.Q.P.~rnción. Se pone, pues, de manif~-~!2.!!J:!.}:tiei::.ªJ:!!.srrt<?.. .e§eP.~iªLc:l~J.ª-ªfilifü~ión.: el descubrimiento de la interdependencia, que puede definirse como el conjunto de situaciones en las que a todo individuo le es necesaria la presencia de otro, para perseguir los propios fines. --La.afiliación_apar.ece .c.omo..laJiú.S.ql!ed<t. de..unarelación.con . otro, que interviene de manera significativa cuando los individ_uos están en situación de stress, como han mostrado ciertas experiencias. En primer lugar, se ha constatado que el contacto social es buscado cuando los individuos se encuentra~ en situaciones que no comprenden.

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Schachter (1959) ha provocado una situación así en un aula de niñas, a la que llegó la directora para buscar a una (cómplice) en plena clase, sin dar ninguna explicación. La incertidumbre provocó el acercamiento entre las otras alumnas para encontrar una razón al hecho.

. 1 t e. cuando los estudios individuosque tienen d d Hay han 1.a afiliación se expresa iguadmen . n contexto e ans1e a . . 1 pw rn Irentarse a u , los individuos que tienen miedo 11111~1 rado que, en un ~onte~to a~~ !º~pr~ximarse entre st(Schacht~r' liH1 q11L' muestran ~asdten en~rmiten afirmar que la afiliación sea un l'J'W). Pero ~os r~~u ~a 1o~~~g Estos datos experimentales ponen de de relaciones con los demás.

::::,::;::i~t~;~a ~~~~~ta~cia n~estras

. 11111cción

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., d f una relación la dimensión 1,a noción de atraccrnn e~e se caracteri;a por la exprel'lt tnrional _con respe~t.o a los di~ atí~ ue puede manifestarse por ~ít 111 de actitudes I?os1tivas (la s burkh;i~ (l 960) había afirmado ya i·I dl'sco de aprox1m.a~se a e~~1~aba mediante sentimientos de ..a.1Ifl.Cq1w la cohes10n socia se .rte d ertir la importancia de la dimensión i 11111. Este concepto perm1 e.ª v . nkdiva en las relaciones .s~xiale\ordan las relaciones en función de ¡\ trav~s de la atracc1on s~:S demás. La teoría de Homans (1974) 111 q11c s~ntimos co?,respec!o ªar a los factores afectivos según la cual, dn una ~nt~rpretac10n part1~ul ntamos hacia los demás se expresan en h is scntim1entos que _expen~e . stablece una relación cuando 1 1t·1111inos de ganan:cia; es ~C:: ~ci~en:s ara nosotros. La atracción rnncsp?nde ~ pos1~les grat1{1\asa degpratificaciones recibidas y el ~l'.l lil as1 la diferencia entre a rnsll' de una relac~ón_. b 1 ácter funcional de los sentimien1•'.ste enfoque ms1ste_ ~o re e catrrar ue la atracción depende del los dentro de una relac~on, al m~s ien~ de otra persona, En estas v11lor que se conceda a comJ,or am com ortamiento varía según las a ~7acion~s cambian de una situación rnndiciones, el valor que s~ ~1111aciones. En consecuencia,_ as a ol ra y son relativas y precanas.

r.

1 t H(Mt\CION DEL VINCULO SOCIAL

d rollan y se deshacen en l ,a§..l~lª-ciones que s~ co~struyen~s.~~~tensame.nie..marcadas l'I 1ranscurso de la e~pe:Q,e1;l,!;;1ªEJlllJuma t'tuve el fundamento de todas . l , d de la mfancrn. a cons 1 9' • 1H>1 c... pseJ]Q... iL.. ~·-;---·----·----· 1 primeras relaciones sociales, y con , d 1 l. , · 'i' c1'ones ultenores, ya que as olS le,..ª·-;--·"""---,----;·-···~ ividas Or cada uno a traves e a n la .rcll!ción social. hac~... frl'cucncrn las mas ir;itimas, son v l'l'lación con la propia madr~. La entra a e iaiiz~ciÓn.' intervenir dos aspectos esenciales: el apego _yJ'ª-.~95.'.~·-·······-·-···

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l'SICOLOGIA SOCIAL

; LA RELACION SOCIAL

por una relación privilegiada con el maniquí de alambre <;11;1e les lacta, Los mo?itos

Apego

fueron luego colocados en lugares que no les eran famrhares o cerca de obJetos que les asustaban, para saber hacia qué sustitutivo materno se dirigían.

El apego puede definirse como una relación afectiva que une a dos

in9iYidY.Q§_ª···.lrnyé~u;i.~.lª Yªloi:ªción yTa--impoffafü:"iaqueseconc~llen

111ill!lamen~. Maccoby y Masters (1970) han recopilado las manifes-i taciones más características del apego a la madre en el niño pequeño; r; busc~ el contacto físico ..ªf~!l'~I1cf9§e, . sQnr:íe.yJlorn_. Estas~filo~~' 1; CQTI§!QGJ_ªQª§;f.91!!QJQilliª.§ __deLªP.~O, tienen funciones complejas, que. ' van a evoluc10nar y a ajustarse al contexto social. Las teorías del apego se dividen en dos grandes tendencias: - una de ellas lo considera como una_~lación..sociaLinstintí:va; - la otra lo define como un<Lr.~lª_gj_gg__ ªgqµjr_ülª, como respuesta a los cuidados impartidos al niño.

La teoría de Bowlby (1969) constituye una síntesis de estos dos pun.to~ de vista. Según este autor,{el apego es una relación social mstmtlva que corresponde en el niño a disposiciones innatas;que se J?9pen en acción como respuesta a la solicitud de la madre respecto a el:1 El apego aparece, pues, como una conducta interactiva que se establece en relación con el entorno, que aporta al pequeño un determinado número de cuidados y atenciones ... Se constituye como respuesta al modo en que los padres se ocupan de él; se irá haciendo también más específico a medida que el niño se desarrolla introduciendo una progresiva diferenciación-entre el hijo y sus pad;es. . Esta pri!11era .construcción de la relación social que es el apego tiene dos dimensiones: fes una respuesta activa a la solicitud que expresan los padres cuando satisfacen las necesidades físicas del niño· esta produce una creación de vínculos, estableciendo una dimensió~ ~fectiva a.través de la cual el hijo y la madre se sienten profundamente h~a?os ent.re sí., La relación .de apego no es únicamente un «agradecimi~nto v~~ceral» i:or la satisfacción de las necesidades fisiológicas. La dimension afectiva del apego no es específica del ser humano; ha sido demostrada mediante experimentos con crías de mono (Harlow 1958, 1972). '

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Los resultados muestran que tras una primera reacción de esp~n­ to, los monitos se dirigían, sin vacilar, al sustituto materno de .terciopelo, al cual se aferraban. Esta relación les proporciona?a ~viden~e­ llll'llte una seguridad y un apaciguamiento, ya qu~ se po~ian 11;1mediatu111ente a explorar su nuevo entorno, pero volv1end~ si~mpre a este Nllstitutivo entre dos exploraciones. El apego al sustitutivo materno ll'vestido de terciopelo resulta, pues, evidente, a pesar de no proporcionar satisfacción alguna de las necesidades físicas. El apego se_ constituye, por tanto, como una relación que se t•stablece a partir de la combinación de dos elemento,s: .los cmdados físicos y la seguridad afectiva. Junto a estas ~ara~tenstlcas, ~;ichas investigaciones han subrayado ~u impor~ancia vital. en el mno en l'llanto al desarrollo de sus relaciones sociales postenores; han mos1rado una correlación entre la calidad de las_vinculaciones vhddas...en 111 primera infancia y la capacidad para establecer relaciQJ1~§intimas L'll la edad adulta. Han sido los estudios relativos a la angustia de separación y después la separación efectiva de la mad_re los que ~~n permi~ido dl'stacar la naturaleza del apego. La angustia de separac1on mterviene rnando el niño es dejado solo por la madre en un lugar que no conoce. l •'.sta situación le provoca manifestaciones de desamparo, ya que la presencia de la m~dre representa U:n po_l? afectivo al cual s_e aferra ruando está desonentado por una situac10n que es desconocida para l'I. El examen de las reacciones de separación ha permitido distinguir tres tipos de relaciones de apego (Ainsworth, Blehar, Waters y Wall, 11J78): - una relación de apaciguamiento en los niños muy apegados a su madre, una vez que la han vuelto a encontrar; - una relación de eEitaci.ón_de.l conta<;t.Qf(sico, en los niños menos apega-

dos..a..SJ.Lmadre;

Esta investigación estaba basada en el dispositivo siguiente: ¿e separaron los

una relación de búsqueda de contacto al principio y de rechazo después, una vez que han vuelto a encontrar a la madre, en los niños relativamente poco apegados a ella.

sustitutivos maternos. Se trataba de unos maniquíes: uno de ellos estaba recubierto de un terciopelo muy suave, mientras que el otro era de alambre, provisto de un biberón que le permitía al monito mamar. Todos los monitos eran alimentados mediante este dispositivo. El estudio partía de la hipótesis siguiente: si el apego de los cachorros de mono es sólo un comportamiento instintivo, se manifestaría

Los efectos de la separación se han abÓrdado en numer~sas inv~s­ tigaciones durante y despu~s de la segun~a ~ue~ra mundial (Spitz, 1949). Se trataba de niños mgresados en mst1tucio~~slen la.s _qu~ la preocupación esencial era proporcionarles las cond1c1ones higiemcas

cac~orr_os de mono, de su madre y se les colocó en una jaula en la que había dos

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PSICOLOGIA SOCIAL LA RELACION SOCIAL

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cu~dados físicos indispensable, pero manteniéndoles casi totafi 1

mente aislado~ del mundo de los adultos; no había contacto más qug cuando se vema a recoger a los niños. : Las .reacciones de los pequeños a este tipo de situaciones fueroJ· d e d os tipos: !' - algunos de ellos manifest.ar~:>n u?a progresiva indiferencia a las relacio~: nesl con el e!1torno: no d1stmgman a los familiares de los extraños quei se es aproximaban; · · 1 - otros, por el contrario, expresaban una insaciable necesidad de con} tactos. -

1

. Junto ~ estos efectos a corto plazo se observó el impacto sobre 1 :'. v~d~ postenor: m~ch~s niños sometidos a esta separación y que habíaª,, dviv~do en un~ ,mstitll:ción de este tipo presentaron más adelante signo1:!

e madaptac10n social más o menos acentuados. ' 1. ~n estas experiencias,!,el apego aparece como uno de los vínculos·¡ socia es profundos que costituyen el núcleo de las futuras relaciones, que cada pe~sona puede crear en su vida. En consecuencia la ca acidad de relación_ de un. individuo depende de la calidad de los a ~ os de losdque ha. sido o.bJeto y que ha podido desarrollar, a su vezp lo ' largo e su pnmera mfancia. '

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Socialización , ~n seg~ndo elemento que permite comprender la formación del vmcu o so~ia~ es la ~ocialización. Puede describirse como el proceso de aprendiz~]~ Y de mtegración social a través de la relación. Simmel (191)7) la defm~~ como un~ <:pue.sta en relación social» (Vergesellschaftun!f · .1:-ª noc10n ~e soci~hzación abarca, pues, el desarrollo de la sociab.ihdad,. es .d~cu, los diferentes tipos de aprendizaje a los que está sometido el ~ndividuo. La socialización se estudia unas veces como un ~roceso au!onomo. de desarrollo, y otras, como el resultado de un sistema de mteracc10nes.

~as investigaciones de Piaget (1957) pusieron de relieve que determmados procesos fundamentales de socialización son independientes d~ las culturas y de ¡os contextos sociales particulares son esen~ialmente. función del desarrollo de las estructuras cogniti~fs En fl mis~<? se1.1~ido, los trabajos de Schutz (1960) habían mostrado ·que a sociahzacion depende de la sociabilidad del ser hum expresa en torno a tres necesidades fundamentales: ano, que se

1,a necesidad de inclusión aparece como una tendencia fundamental de buscar comunicación y contacto. Se trata de una necesidad muy arcaica que consiste en existir a los ojos de los demás, a través de la atención que le conceden al individuo, y la relación que de aquí se deriva. 1 1,a necesidad de control concierne a las interacciones entre la necesidad de seguridad y la de tener un poder s?bre <:tro. Estas ne~es~d~des aparecen más tarde, en el curso de la mfancia, cuando el md1v1duo debe interiorizar las normas para alcanzar una mayor autonomía. l. La necesidad de afecto se refiere a los vínculos de apego a otro. Mientras que las necesidades de inclusión y de control se establecen d~~tro del marco de una relación más amplia, en el seno del grupo fam1har, por ejemplo, el afecto concierne esencialmente a las relaciones entre dos personas.

1~ste enfoque describe el proceso de socialización a partir de una iliní11nica de las necesidades de sociabilidad del propio individuo. l ,as investigaciones que definen la socialización como procesos de llllt'racción muestran hasta qué punto las relaciones constituyen for11111s variadas de adaptación. Hay experimentos (Stern, 1977) que han 1k111ostrado que, desde el nacimiento, es el propio niño el elemento dominante de la interacción; es él quien determina la cadencia, la illll'llsidad y la naturaleza de sus experiencias. La socialización construye al niño a través de las relaciones que nllahlece con los demás, con su entorno, al mismo tiempo que se va 1kscubriendo progresivamente a sí mismo y afirma su propio yo. Con 111 l'dad y las nuevas posibilidades de representación, el pequeño va diferenciándose de su entorno y modificando sus relaciones con el otro; así, dentro de la formación de su capacidad de juicio tenderá a 1111L'rpretarlas de manera egocéntrica, mientras se li:r~ite1.1 a sus pa?res. l ·:111 re los 8 y los 11 años, cuando aparece la conciencia de r~cipro­ ridad y de contrato, el niño se verá inserto en un grupo de iguales (¡11'<'r-group) en el que el control parental no se ejercerá ya de m~do l'Xdusivo; la reciprocidad se establecerá en función de su relación rnn. situaciones externas; a través de ellas aprenderá que no podrá l'onseguir un reconocimiento de sí mismo por parte de los demás, sino en la medida en la que él les dé a su vez signos de recono1·i111iento. l ,;1 socialización muestra la naturaleza dialéctica de la formación dd vínculo social; el niño entra en la relación' social a partir de sus 111teracciones con sus padres. Estas le permitirán hacer la experiencia dl' nuevas interacciones, que le irán integrando progresivamente en el universo social, en el que la afirmación de su Yo se efectuará como proceso relacional.


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PSJCOLOG!A SOCIAL 1

1

LA RELACION SOCIAL

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DETERMINANTES PSICOSOCIALES DE LA RELACION /1)

pespués de sentar las bases sobre la .•. el vmculo social vamos a def1'n1·r l l s que se forma y se desarrolla. . .i 'd . ' os e ementos qu d t VI a social, las relaciones de los individ ,e e en_nman, en la( factores principales: uos entre SI. Estudiaremos tres( - la proximidad· - la simili~ud-co~plementariedad· - el atractivo físico. '

Proximidad a) En su investigación sobre la elección del c . . pap~l_de la proximidad,Girard (1974) º~Junto, para determinar el movd1dad de la población los m t . m~stro que, pese a la creciente cuencia entre personas q~e tení: r~~om?s se con,traían aún con fre~egún este autor, los futuros cóny:ge~~~~~mos onge.nes geográficos." s1 no en la misma localidad al I an, en casi todos los casos d~ transporte permitan un~ fr~~~~~a~~na J.ist~ncia tal q1:1~ los medio~ m1dad expresa el hecho de que las l -? ian~. La noc1on de proxiaumentar a medida que disminu re ~c10n~s tienen una tendencia a dad aparece así como uno de l ye distancia geográficaj la proximivínculos con otra persona. os e ementos que incitan a establecer . Uno de los primeros estudios relativos 1 . fl física en las relaciones se llevó a cab a a m u~ncia <;fe la proximidad te~ casa?os (Festinger, Schachter y ~~~ku~i~~)s1dencia para estudianmmar s1 la proximidad desem - b ' . Se trataba de detervínculos en el interior de esa zoifae~a a ~n p~pel en la formación de traron una estrecha correlación ent~:~s1 ·~nc1~., Los resultados demosy el desarrollo de contactos· cuanto s1 ~a~1on de los apartamentos de otro, más tendencia mo~traban l~as pro.x1mo está un apartamento entre sí; vivían en apartamentos v s. pare1as, a esta?Iecer relaciones probabilidades de establecer vínculo~~nos ~em~n casi dos veces más t~a?an a dos puertas de distancia. Se ~b~ust~ que l~s que se enconv1:1an en apartamentos situados cercad l ervo, ~demas, que _los que mas que los que se encontraba e as esca eras se relacionaban probabilidad de hacer amigosn ~.°el. extremo del pasillo. Por tanto, la distancia entre los apartamentos is~~nu¡e a medida que aumenta la diantes establecían contactos entr. , ie_n :a~ que un .40 ?'o de los estusólo un 10 % entablaban relació:s~;~ v~via~ en a~oJa~mentos vecinos, veces mayor. Se ha observado d ,n o e alopm~en~o era cuatro desarrollar relaciones más durade~a~~as, que la prox1m1dad permitía

Después de mostrar la importancia de la proximidad, podemos destacar dos características que permiten establecer la naturaleza de su influencia: la familiaridad y la distancia. l ,a familiaridad está basada en las ocasiones y las frecuencias de una relación. Los estudios relativos a la familiaridad como factor de relación (Zajonc, Markus y Wilson, 1974) han mostrado que cuanto más numerosas son las ocasiones de encuentro con alguien, más probable es que se entre en relación con él! En un experimento, Zajonc pidió a unos alumnos que dijesen lo que sentían ante unas fotografías de personas que les eran desconocidas. Los resultados mostraron que las personas que salían más frecuentemente que otras en las fotografías fueron evaluadas de modo más positivo que las que se veían más de tarde en tarde. Así, aunque el sujeto no se dé cuenta, la familiaridad con un objeto, una situación, unas personas, suele crear un sentimiento positivo a su respecto. El estudio de la distancia (Hall, 1971) ha permitido extraer reglas de proxemia en el establecimiento de relaciones. Se trata de reglas culturales concernientes al comportamiento espacial y que precisan la distancia física adecuada en las relaciones interpersonales, según los tipos de situaciones. La distancia física no es, en sí, un factor determinante, sino las reglas que la rigen~ según la naturaleza de la relación. Hay estudios (Sommer, 1969) que han determinado el impacto de las distancias sobre el establecimiento de relaciones y que han medido la reacción de las personas ante la invasión de su intimidad. En bancos públicos en los que se encontraba ya una persona sola, los investigadores se sentaron a quince centímetros de distancia de ella. Midieron el tiempo que esa persona tardaba en abandonar el banco, después de la llegada de los investigadores.

Se puso de manifiesto que un 60 % de esas personas habían abandonado el banco quince minutos después de la llegada del intruso. Los individuos no se ponen, pues, en relación cuando se sienten amenazados por la violación de su espacio personal. Otras investigaciones han mostrado que el establecimiento de relaciones satisfactorias se producía en función de una especie de contrato relativo a la definición de fronteras recíprocas (Altman, Taylor y Wheeler, 1971). El experimento se realizó en un grupo de marinos voluntarios que fueron aislados, por parejas, en una pequeña habitación durante diez días. La habitación contenía las instalaciones necesarias para vivir durante este período. La finalidad de la investigación era analizar el tipo de relaciones que iban a desarrollar los individuos, y los factores que influían sobre ellas.

Los resultados han mostrado la importancia de una negociación acerca de las fronteras recíprocas, y ello desde el comienzo del


PSICOLOGIA SOCIAL

experimento. Han confirmado así el hecho de que' cuando los compañeros se habían puesto de acuerdo desde el principio sobre la.: distribución de sus respectivos territorios, objetos y espacios, sur-. gían relaciones amistosas; En cambio, cuando las fronteras no se establecieron, las relacionés no pudieron evolucionar de una manera positiva~ La proximidad física aparece, pues, como un factor importante en el desarrollo de las relaciones, ya que permite a los indivi- 1 duos establecerlas a base de un principio de economía de su energía relacional.

LA RELACION SOCIAL

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. . d aumentar la estima con respecto a uno mismo, prime~ lugar' pue e d ta de que las propias opiniones son la medida en que uno se cuen

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1 ., 's positiva con alguien del que rnmpartidas por otros. ' l'or otra parte, desarroll~ una re ac10n ma arte mas cosas con nosotros. t SL' sa 1e_que comp Por último se basa so b re 1a 1ºd ea 1·mplícita de que otro, que se nos parece, po;ee rasgos de carácter amables.

Aunque la semejanza puede d~semp~ñar un papel im~t~~;~u~~ ~g~nos i_nvestlg~~o:~sc~oanp~~~e igualmen1¡11 l11ndón en~~ desarroll~ la~ ~~l~;i~~:~· no se bas~n únicamente en h· l'll'ar avers10n, ya qu . d d · . bº, en la complementane a · . ~·1111, P·1ra s1110 tam ie~ . d (w· h 195 8)ila complementareidad algunos mvestiga ores me ' . 1 : n factor de relación al acentuar el hecho de que a atrac11111st 1tuye u . . 'd .. d or el complemento que los rhl11 está determmada, en un 10 ivi :~~f su os: Son, por tanto, las 111sgos p_ersona}es del otro apo~tan las ~e crean y refuerzan la diln~ncias, mas que las se~eJ~nJ¡~~duo p~ede hacer algo de que _es 11·lanón etntre l~sf~:s~~:p1e!~ntariedad aparece como un mecamsl11rapaz o ro, Y . ' d d vivir una relación\ 1111, rnmpens~tono d~~t~~r:;;te1::i~n~ari~dad intervienen en toda relaLa seme1anza Y . d de un conjunto de condiciones 1'11111; su importlan~rnd:e~datui~~ i:fqe;e; unas veces lo que les diferencia, qm· hacen que os m ivi. 111 n l'ación de relaciones,

Semejanza-complementariedad

La semejanza es un segundo factor que interviene en el desarrollo de relaciones. Puede definirse como una reciprocidad de intereses, de opiniones, de gustos, de formas de comunicar. Los individuos tienen tendencia a buscar entre los demás, a aquellos que se les parecen. Hay estudios que han puesto de manifiesto los efectos de la semejanza sobre el desarrollo de la relación. Clore y Byrne (1974) han observado que la afinidad entre la semejanza. y una relación va unida a lo que esperamos en cuanto a aquellos individuos que comparten nuestra manera de pensar. En esta investigación se comunicó a unos estudiantes las opiniones de un ' compañero, que podían estar más o menos de acuerdo con las suyas. Se observó que los individuos buscan el contacto con aquellos que piensan igual que ellos; la relación se desarrollará, pues, tanto mejor cuanto más numerosos sean los campos en los que existe acuerdo.

! • 1

Griffitt y Veitch (1974) realizaron un experimento en un refugio antiatómico muy reducido, con trece voluntarios que no se conocían anteriormente y a los que pagó por pasar juntos diez días. Se les pidió que nombrasen dos de entre ellos a los que prefiriesen mantener dentro del grupo y otros dos a los que preferirían excluir de él.

1

Un análisis mostró una fuerte correlación entre la semejanza de opiniones y la expresión de las preferencias: los que manifestaban más predilección entre sí eran aquellos cuyas opiniones estaban más próximas. Otras investigaciones se han referido a otros tipos de semejanzas (habilidad, estado emocional, status social); A partir de estas investigaciones se ha intentado definir lo que, dentro de la semejanza, favorecía el encuentro con el otro. Con respecto a este tema se dieron tres tipos de respuesta:

v 11 1ras lo que les asemeja.

.·\ tmctivo físico

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La evaluación del aspecto físico es otro de l?s factores qu~ ~ te~­ 1 vil'ncn -según los resultados de diversos estu?10s~ es~~ree~tufc~~ nticnto de rela~ion~s interpersonal:~sps~tir~el~~~¿más.\Hay idvesti( muchas veces irracional) que h~ce 1 (Dº 1972) que han . r das en el ambiente esco ar ion, . p,i1c1o~es rlea izal . , hecha por adultos, del rendimiento académiLos resultados han revelado l'Sludiado a eva uacion, d .~ ro y la ~onducta de un grupo ~~~~o~ás el trabajo del alumno qu_e que se tle~?e a recompensar m . rta mal este niño será castilicne un fisico agradable, y que s; se poyo físic¿ sea poco atractivo. g:1do menos severamente que o ro cu

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. . Si all 1974) ha estudiado la evaluación de los Otra invest1gac1ón. (Landy y d , llos iba unida una fotografía. Los trabajos de unas es~udianteJ; a ca a u~~ p~;ero se encargó de los de chicas muy trabajos fueron confiados ª1 os grupos. gó de los mismos trabajos, pero con atractivas, mientras que e otro se encar


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PSICOLOGIA SOCIAL

42 LA RELACION SOCIAL

foto~rafías de estudi~ntes poco ag!aciada~. Hay que destacar que, en cada grupo, , la mitad de los trabajos estaban bien escntos, mientras que la otra mitad estaban mal redactados.

.~os resultados mostraron que, a pesar de una evaluación más

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pos1!r~ra de los ~rabajos bien escritos, fueron los de las estudiantes con i un fis1co atractivo los que se consideraron mejores. , La belleza física es, en sí misma, un elemento de evaluación del otro .. Esto demuestra la parte irracional que influye en todas nuestras relaciones.

Formas y niveles de la relació~' LAS PRINCIPALES MODALIDADES

~n función de las situaciones sociales en las que se expresan, las relac10nes pueden descomponerse en tres formas distintas. Formas de la relación a) La re_lación interpersonal o la relación con el otro~· esta concepción esei:icialme~te desarrolla?a por la psicología social americana estudi~ las mteracc10nes. ;:orno situaciones de individuo a individuo. Muestra 9u~, _en la rela~10n, los vínculos con otro se desarrollan a partir del u~di_vidu_o~ considerado ~orno una unidad y un polo de consistencia. Se ~stmgm_nan entonces ciertas características, tales como los gesfos 0 los ntuales n~terpersonales, que intervienen en la relación y constituyen claves d~ ~nt~rpretación (Morris, 1978). íL~ rela~ion mterpersonal constituye, pues, la base de los enfoques psicos~cial~~ que s~ han desarrollado para entender los fenómenos de con;rnmcac10n y de mteracción en los grupos, las instituciones y la vida social. 1

b) La relación organizativa o la relac~ón confor'?Ie a las normas: Ia segunda forma de comprender las relac10nes consiste en enfocarlas a partir de _los roles que cada ~ual desempeña, según su pertenencia a una soc1eda? o u!1 grupo soc~al dados. Se considera entonces que el individuo est~ obligado a realizar deter~inadas actividades, siguiendo comP?rtamientos reg~amentados y socialmente definidos. Se observa inmediatamente q1:1e. ciertas formas de organización sitúan a cada individuo en formas defm1das de relación: se trabaja en una oficina 0 una fábrica.

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lleva a los hijos a tal colegio,.º a tal

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se hacen las. compras en

1111 supermercado, etc. ¡Las relac10nes estan por tanto s?cialm~nte ~e­

tnminadas por todo un dispositivo de normas que diferencia y Jernrquiza. l ·:11 este caso se dirá que es el ámbito social, y ya. no solamente .l?s 11spectos interpersonales, lo que estructura las relac10nes. La relac10!1 dL',ja de considerarse como una cuestión de buenos o de malos sentimientos entre los individuos presentes, para colocar el acento sobre el peso relativo de las obligaciones y las posiciones sociales ocupadas por los individuos. Cuando recibimos a nuestros amigos, lo hacemos esponl(i ncamente por la alegría de volverse ~ encontrar y p~ra darles _satisfacción, pero en realidad, nuestra acogida y nuestros mtercambios se L' fcctúan siguiendo unas reglas y un ritual que corresponden a aquello que se juzga como conforme con nuestra posición y acept~bl~ por part: de Jos demás. Esta forma de la relación muestra que el mdividuo esta inserto en un tejido social cuya función esencial consiste en integrarle en situaciones, que, por otra parte, le condicionan. . En estas formas de relación interviene un elemento particular: el peso de las estructuras jerárquicas~1 En efecto, todas nuestr~s relacio_nes ~e sitúan por referencia a sistemas de pod~r. En este sentido P?dna ~fir­ marse que todas las relaciones son relaciones de poder, 9ue mterviene en diversos grados. En primer lugar puede ser entendido como una influencia, es decir, como la capacidad por parte d~ un individuo, ~ada uno de nosotros de imponer a otro sus puntos de vista; en este sentido, todos nosotros tenemos, de un modo o de otro, relaciones de poder. Pero el poder es también una fuerza, es decir, una ~o~encia. de acción que ejerce sobre los demás diversas clases de condic10namientos; en este caso se apoya sobre un sistema de autoridad que impone a los individuos funciones y modos de actuar que, a su vez, estructuran la relación con los demás.

e) La relación social o la relación según la diferencia: el individuo no está sólo inserto en organizaciones, sino que su relación con el otro está determinada por su pertenencia a una categoría soci~l definida, a _u;na. raza a una edad. Este conjunto de factores determma toda relacion,.; crea~do distancias socioculturales entre los individuos (lenguaje, estilo de vida, modo de vestir). Su importancia puede medirse mediante cierto número de variabÍes, tales como los modelos de conducta que indican la manera de comportarse los individuos en un entorno determinado y que revelan las actitudes más frecuentes en un grupo.

En consecuencia la relación no funciona jamás en un universo socialmente neutro. Estos factores se imponen en toda relación, ma11i fcstando así posiciones irreductibles a la buenl¡l volunta?, del in~ivi­ duo. Hacen patentes las tensiones inherente~ a to_da relac1on, ~e~1das a que la pertenencia de cad~ per~on~ a s1tuac1ones o co~d1c10nes socialmente opuestas hace des1guahtar1a toda estructura social.


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LA RELACION SOCIAL

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1111 ¡\('IONES INTIMAS

Niveles de la relación

1•'.xaminaremos ahora las relaciones íntimas, ya que los tres niveles

Junto a las formas de relación f . . : diferentes aspectos sociales que Gue Jetre I~ren pnnc1palmente a los¡ (1972) han propuesto un modelo el e erm1?~n, Levmger .Y Snoe : ~ela~iones, que corresponden a diferen que d1stmgue1? t~es_mveles de implican modalidades de interaccione:e!sgprea~f~s de mt1md1dad y que: ellos: ci icas en ca a uno de'.

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- el contacto inicial, - la relación superficial; - la relación profunda.

b) El segundo nivel queda definido or l l ., . . personas. Esta relación se estable~ , a re ~c10~ superficial entre dos de interés comunes' tales como en ~, por eJ~n:1P o, en torno a centros ~onstituirse tambié~ a través de ~1:~~~a musica, la actu~lidad.\ Puede mtercambios con compañeros de traba; es que d~sempena cada uno: JO, con vec1?~s, con 1.0~ comerciantes del barrio. La ma oría de constituyen habitualmente ~e este n~stras relaciones cotidianas se ·superficial. mo 0 Y no pasan de este contacto

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c) El tercer nivel queda definido or la re 1. . desde la reciprocidad parcial ~ una p~ {!"~cid~1; pu~de variar, yendo transforme los intereses comunes en rerl1c1pac1ond mas profunda, que · ac10nes e apego y a ', A . mor i es t e mve1se crea una esfera de intimid d otro en lo que uno hace y lo a. que mtegra estrechamente al el otro sabe y piensa se convf~~eun~ ~1ensa, y enf la que a9u~ll~ que ' u vez, en actor de mtim1dad.

Estos tres niveles de relación b evolución posible pero cada uno ~s o~an un esquema general de mismo individuo ' , 1 · . e e os puede expresarse en un en una misma per~~~~~ :;p~~~:\~n::rk~~~~articip~ntes.fCoexisten establecer con otra~, e re ac1ones que puede

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sido objeto de investigaciones. Tendremos en cuenta tres aspectos: los factores que intervienen en la evolución de las relaciones; la función de las normas; el papel de la comunicación.

l•.'1•0/ución de las relaciones

a) El primer nivel está definido 0 dos individuos uno en presen~iar duen~ontacto ce~o, en el que se pone a teriza por una toma de conciencia ·1 ro, pero sm conocerse; se caracse da cuenta de la existencia del otr~m ~tera:, en la que uno de los polos frente a la atención que se le presta~ e cua 'a su vez, podrá reaccionar

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Diversos estudios han mostrado una correlación entre la profundidad de una relación y el cambio de actitudes; insisten especialmente Nnhrc una interacción entre atracción hacia el otro y apertura de sí mismo. El experimento de Rands y Levinger (1979) ilustra este punto. Estudiaron una muestra de ochenta estudiantes, a los que se pidió que caracterizasen tipos de comportamientos en función de tipos de relaciones. Las situaciones relacionales elegidas en función de un creciente grado de intimidad, eran las siguientes: encuentros ocasionales, amistades sinceras, relaciones íntimas fuera de todo contexto institucional y relaciones íntimas en el matrimonio. Los lipos de comportamiento tenidos en cuenta fueron: la apertura de sí mismo, las actividades sociales, las actitudes positivas o negativas (alabanzas o críticas), la expresión corporal y los contactos físicos. A partir de este esquema, los estudiantes evaluaron la probabilidad de aparición de los diferentes tipos de comportamiento frente a cada una de las situaciones de relación presentadas.

Los resultados indicaron, en primer lugar, que los contactos físirns y sociales se desarrollan a medida que la relación se hace más profunda, pero al mismo tiempo se diversifican los comportamientos: mientras que al principio muestran una tendencia a ser exclusivamen1c positivos, luego se comprueba un aumento de la crítica y el control ejcrddo sobre la conducta del compañero o la pareja. Si las relaciones van acompañadas de interacciones más numerosas, de contactos físicos y de apertura de sí mismo, surge entonces una mayor presión, por la cual se crea una conformidad también mayor a lo que cada cual L~spera del otro.\El desarrollo de una relación incluye una dimensión conflictiva, en la medida en que se va profundizando, cada vez tiende más a negar las diferencias y la expresión de sí mismo. La evolución de una relación queda así marcada por elementos contradictorios: una comunicación más intensa, pero, al mismo tiempo, críticas mayores y presiones orientadas hacia la uniformidad. ,


PSICOLOGIA SOCIAL

Un estudio (Blood, 1967) relativo a la evolución de las relaciones· entre personas casadas, permite precisar la orientación que toma la · intimidad dentro de este contexto.

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La hipótesis del estudio se basaba sobre el hecho de que la evolución · de las relaciones entre los cónyuges que se habían elegido libremente era , más satisfactoria que cuando el matrimonio había sido más o menos .'. decidido por la familia de uno u otro. Blood intentó comparar la evolución ; de las relaciones en ambos casos. A este fin eligió a la familia japonesa, ' que, según él, gozaba de gran vitalidad y comparó parejas casadas que habían tomado la decisión porque se amaban, con otras que se habían casado porque así lo había deseado la familia. Este estudio compara las . modificaciones de las muestras de amor en ambos grupos, tomando como criterio la frecuencia con la que el marido expresa su amor por su mujer. Los resultados revelan tres fases importantes: l. En el curso de los dos primeros años de matrimonio no existen diferencias significativas entre ambos grupos: en los dos casos los maridos expresan idéntica atención y afecto a su mujer. 2. Después del segundo año de matrimonio, las señales de afecto disminuyen de manera espectacular en los matrimonios convenidos por la familia y esto se prolongaba hasta el octavo año. En los matrimonios por amor se comprueba una estabilización entre los dos y los ocho años después de la boda, aun cuando las manifestaciones de amor hayan disminuido en comparación con el principio. 3. La tercera fase se sitúa a los nueve años de matrimonio. Los resultados son idénticos en ambos grupos: la expresión de las relaciones amorosas se reduce a una tercera parte de lo que había sido al comienzo de la vida conyugal. Se comprueba además una disminución de la actividad sexual, la comunicación también disminuye y es menor la satisfacción en las relaciones con la pareja. Este estudio muestra, por tanto, que sea cual fuere la intensidad del afecto y la fuerza de las emociones al principio del matrimonio, se van apagando progresivamente con el tiempo.

Normas de la intimidad

LA RELACION SOCIAL

d relación están sometidas a normas 1llt1•n·11cia de º!~as formas ~ referenci~ a la sexualidad es objeto de l'ltlt11rnles esre.ci!icas, ya que 1 ue está determinada por sistemas de ll11·rtl's prohibiciones, puesto! q bueno y lo que es malo en este vnlt irrs que permiten evaluar o que es r11111po. . B . 1976 que han mostrado cómo las normas l •'.xisten estudios. rm~, . ' Observan ue esas normas están en ,/,•/1'1:'~1inan las relaciones ~ntu:za~~as· evoluci6nan con el tiempo; Así, ruunon de las culturas Y ~s ep. ' ece como una forma normal de •'ll diversas culturas, la pohgami~_apaCd'Augelli 1979) han señalado t1•l11riones sexuales. Otros e~tu ios ejemplo' las relaciones sexuaqm· rn la sociedad nortean:en~a~~~ P~~e antes ~ criterios de amor Y h•N L'stán mucho m~no~ v_mcu ª b el hecho de que las normas no nlrrto. Estos tra~aJOS msiste~_so re función del valor que los indivi111111 inmutables, smo que cam rnn en.d d · 'n de sus necesi a es. . .. 1 d11os dan a a expresio h r do el modo como los md1viduos Otros investigado~es. an an~ i~~vos amorosos, para captar la lrnhlaba? de sus sentlmienrs a l~ciones intimas y mostrar que ex_iste 111lluenc1a de ~as norma~ en as r~escribir sus emociones. Bersche1d y 1111 i•ocabularw normativo ~ara 1 s emociones se manifiestan me0 W11lster (1969) h~n mostr~ 1q~e ~aracteriza la adecuación d~ un dí1111te un l.engua1e es~og:~~'rdaciones. El vocabulario posee as1 una rnt11portam1ento a 1:11;1 mve . a la cual se puede captar si lo que se l1111ción de evaluac1on, gr~crns d d ·ntimidad en el que se encuentra din· está de a~u~rdo con~ gr~ó~ e~:atégica, que permite saber ha~ta 11110; posee as1m1smo unabulnc1 ladón en función de la acogida i111t- punto se puede enta .ar un,a re bl .d' 1 código asi esta eci o. , . 1 t d tacado el hecho de que esta gramatica prl'stada por e o ro ~ Aunque los estud10.s han es d ucho de las normas culturales, dl'I afecto y de las.relaCH.mes depen e elemento de activación en el i·stas ac~ú~n al mismo t1e~~~ ~~~~s relaciones, ya que proporcionan 'n ofreciéndoles medios para reparar i·stablec1n:1ento y la evol_uc1 11 las pare1as un repertono comu 'dado el caso profundizar sus re1·1 uno en el otro, conocerse y, ' lndones.

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Las relaciones íntimas, que con frecuencia son idealizadas y descritas como irracionales, apasionadas o románticas, no escapan a las normas de una determinada sociedad. En estas relaciones, así como en la expresión de sus sentimientos y su afecto, los individuos suelen ajustarse a reglas, adoptando actitudes y expresiones ampliamente aceptadas~ Las relaciones íntimas son, por tanto, tributarias de lo que se espera según las normas vigentes, que definen de manera más o menos explícita cómo se pueden expresar el afecto o el amor. A

l 'a¡Jel de Za comunicación

. relación el de la comunicaEntre los factores importan!tes. en unt.ªgadores c~mo determinante. ·d· ·d ado por os mves I d· d<i11 ha s1 º. consi e~ 1 Gottman (1979) ha perfilado forma~ e 11 11, un estud10 expei;1?1enta ' . asadas según que fuesen fehces comunicación especificas en pare1as c ' 1, desgraciadas.


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LA RELACION SOCIAL

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Observó, sobre todo, que el modelo de comunicación no era mismo en ambos casos. Las parejas felices, aunque estuvieran e desacuerdo, a lo largo de la discusión, eran capaces de tener ud actitud que les permitía aceptar la posición de su pareja. Por contrario, los matrimonios que no eran felices, manifestaban un «d~ ficit de comunicación» que se expresaba por una mayor o meno, imposibilidad para aceptar los mensajes de su pareja; en consecuen cia, eran incapaces de emitir mensajes susceptibles de ser tenidos e, cuenta por el otro; quedaban encerrados en posiciones rígidas que n< permitían ningún ajuste y parecían destinados al fracaso. En cambiol las parejas satisfechas se enviaban y recibían mensajes que permitía el mantenimiento de su relación. Así pues, la comunicación parece se un criterio apto para apreciar el nivel de satisfacción en las relacione· de una pareja y evaluar, en consecuencia, sus perspectivas en la vida¡ La comunicación ha sido también analizada a través de otro meJt:\ canismo, definido con el término de. autorrevelación, que expresa Iát idea de que se va revelando una creciente cantidad de información;1 acerca de uno mismo a medida que una relación se va haciendo más' profunda. . Este proceso, como ya hemos indicado, ha sido estudiado por. Altman y Taylor (1973). Estos autores consideran la relación como un! movimiento en el cual la expresión de sentimientos positivos acentúai,, la revelación progresiva de uno mismo: si se siente que el otro acepta:) la totalidad del propio comportamiento, se refuerzan a su vez los! sentimientos positivos respecto a él. Cuanto más se comuniquen los\ individuos entre sí, tanto más se opera un proceso de autorrevelación 1·. que va desde un nivel superficial, a un nivel íntimo, a medida que la relación se va haciendo más profunda. , El estudio del proceso de autorrevelación ha permitido, por otra parte, destacar otra característica interesante, es decir, que la relación . es siempre una situación disimétrica: el que exista apertura de uno mismo a medida que se profundiza, no quiere decir forzosamente que exista reciprocidad directa de esta apertura en los dos miembros de la pareja. Los individuos que revelan una información importante acerca de sí mismos suelen ser objeto de una apreciación positiva por parte de los demás, pero estos no harán necesariamente lo mismo. Así pues, la comunicación es uno de los motores esenciales en la relación pero no es vivida del mismo modo por cada uno de los miembros de la pareja. Las relaciones íntimas son las formas más ' privilegiadas, más intensas y al mismo tiempo las .más frágiles de nuestra relación con el otro. Definen uno de los aspectos más misteriosos del vínculo social.

Interacción e intercambio social . , define una dimensión de la realidad relacion so mediante el cual se exp~esa. ~res~n­ ~iwial la mteracc1on es el proc~ . , a partir de las mvestigac101111l'lllOS aquí los procesos de mte~acciond,e intercambio interpersonal. . d . ca de los mecamsmos . d b d iws reahza as ~cer . m orta la idea de reciproc1da as~ a l 11 noción de ii:tercambio co dóir dar y recibir: En esta perspect1~a, ,,obre un mecamsmo ~e tr~nsac . . sitúa a los intercambios tlllb1 interacción soc~al tiene un pre~~~t~ ~ue los asimila al funciodcnlro de una dinámica de ~ampra Y, . s' Examinaremos primera11¡1111iento de los intercambios ecodnon111~º1~z las teorías del intercam- , ntos que han saca o a 1 1 1m·nte os edeeme . · liio, antes realizar un anaTisi·s crítico de este enfoque.

Mie~tras qu~, la

e'11racterísticas del intercambio . . , n en la que tratamos de obtei:~r El intercambio es. una transacc10t . aparece como una situacion . ·, asible para noso ros, . t 1 la me1or , . re acion S , PGergen y Gergen (l 9Sl) ' los individuos mten, an · 1·strateg1ca. egun . . lacer máximo a un coste mm111dquirir, 111;ediant_e el mt~~car:~i~e~~f esfuerzo posible para obtener 1110, es decir' des_ean r~,a ~zar . tercambios revelarían así una estratel'I máximo de s~tisf_ac.cion. }~si~ en la vida social. En efecto, c<;>mo las gia del c_oste ps1col?g~co mimm intentará establecerlas sobre s1ste?1as interacciones ·son se ev1ºt ar tensiones inútiles y crear' s1 no , mc1ertas: e permiten de acamo d ac1on qu rorniso mutuo aceptab1e. 1111a satisfacción, a_l menos un c?mp tos realizados en este campo (SiUno de los pnmeros exf3~~~ntentaba distinguir las modalidades dowski, Wyckoff y Tabory, ) ~~tercambio satisfactorio, dentro de dable para cada uno de ellos. de dos individuos par~ llegar ~n una situación potencialmente esagra

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. alados solos durante veinticinco midonde había dos botones y un Los su1· etos eran separados, mst . · , nte una mesa b b nutos en un~ ha itac10n, a .. dos a sus dedos. El dispositivo esta a contador umdos a electrodos ¿11a tenía un botón a su derecha y otro a concebido de tal modo que c~ ~ u~óºn tantas veces como quisiera; su tarea su izquierda. Podía puls~r.ca ªaeº untos pero no sabía que el hecho de consistía en ganar el max~mo ~ unt~s 0 recibir descargas. pulsar un botón no supoma. marca )i b'an instalado los botones de _tal En realidad los experimentos h a \ ºndividuo de la primera habitamodo que pulsando el de la derelc tª' e ~eto En consecuencia, el resul. ºó ' . b p nto a o ro SUJ ción le proporc10na a un u d' d lo que hacía, sino de la acc1 n tado obtenido por cada uno no <lepen ia e


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PSICOLOGJA SOCIAL ~

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de~ otro. Cuando el sujeto de la . ., :; la .izquierda, le daba un punto :ie~~~~a h~b1tac10n pulsaba el botón de' su1eto de la primera habitación pulsab p~1m~ra habi~aci~n. Cuando el una descarga eléctrica al de la segun~!uh ~~on ?,e la I~qmerda, enviaba:: descarga al de la primera si pulsaba el b t' a Jtaf10n y este enviaba una ;' Para obtener una solución sa . º. on e ~ derecha. :, su bo~ón ~~l lado derecho y el se ~~~~tona, e! p~1m~r su jeto debía pulsar ~ombmac10n les penalizaba Eng t 'el b<;>t?n izqmerdo. Cualquier otra·.···· mtercambio satisfactorio y~ que es. as cond1c10nes no es fácil llegar a un ·. de la acción del otro. ' nmguno sabe que su situación depende '

Los resultados muestran ue d . tos, el número de puntos qu¿ lo ur.ante los qumce primeros minupara estabilizarse luego El n, s SUJJtos dan, aumenta, sin saberlo ~levado y desciende ens~guidauT,ero ~ descargas eléctricas es poco u_i!ercambio revelan que los s~je:~sª~~~uges adoptadas a lo largo del c10? que les eviten demasiados disg t ulscado formas de interacrec1proca. us os y es procuren una ventaja . Sobre la base de este experimento h . b10. como un proceso de acomodación se a col_ls1~e!ado el intercamal mtentar evitarse disgustos t que los 11_1d1v1duos desarrollan relación aceptable. mu uamente, a fm de establecer una Principios del intercambio

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Para los teóricos del intercambio exist . de reglas que orientan las ínter . en un determmado número · nes surgen dos reglas esenciales:accwnes . · En las disfm t as mvestigacio- la que c.orresponde al tipo de recurso . . - la que nge la cantidad adecuada d s que pu~den ser mtercambiados. de un criterio que se llama pri . e. redcursos .ª mtercambiar' en funció~ nc1p10 e eqmdad.

La interacción como intercambio de recursos

. ~as reglas relativas al tipo de recu . def~mdas por Foa y Foa (1974) a a . rsos han ~ido esencialmente social en diversas culturas Han l P.f~tirdde estud10s del intercambio d . . · e as1 ica o los b· ~o en seis grandes categorías· el am 1 re~u~sos el mtercamdmero' la. información y el status or' os se~VIc10s ',los bienes' el de su particularización y su materÍa~~t~ ~t~gonas. vanan en función a . , s1 por e3emplo, la mayoría

LA RELACION SOCIAL

1k las personas consideran que no es adecuado intercambiar un recur•11 rnya particularización es débil, como el dinero, por un recurso cuya purlicularización es elevada, como el amor. ¡\ partir de estas dos dimensiones se ha definido un principio t1111damental del intercambio: cuanto más similares son dos acciones 1•11 manto a su grado de particularización y de materialidad, tanto más npropiado resulta el intercambio entre ellas. Así por ejemplo, si se le tltrige a uno una sonrisa, sería inadecuado responder dando dinero a 111 persona que nos ha sonreído. Este fenómeno ha sido estudiado en el curso de un experimento (Foa y Foa, l lJ74) en el que se intentó evaluar las reacciones de los individuos en un grupo, ruando un individuo respondía inadecuadamente a lo que recibía. Un colaborador (r(Jmplice) en el grupo, dirigía mensajes en términos de particularización y de 111aterialidad, unas veces semejantes, otras diferentes, de los que recibía.

: Se pysg ci~ Jil<l.g!,fj~~-tg q1:1:~J9s suj~t<:)S expresaba,J?: lpáS .satisfa,cción la pa,r,ti,cularÍZ(:lCÍÓn y la materialidad de los mensajes· Ínterl'lllllbiad9~ . . e,f<l;!},~~.I];_{j.,~Q!_~. Estas teorías han ·destacado asil1lismó-la 11dccuación que debe existir entre los mensajes intercambiados, ya que son considerados como recursos y constituyen un modo de regul11ri6n que incita a los individuos a encontrar el comportamiento 11propiado en cada situación.· l'llHIH.io

N1•¡.:las de equidad

Aparte de los recursos intercambiados, la teoría del intercambio ha puesto el acento en otro factor, que es la importancia o tasa de n·curso operante en una interacción. En este caso, lo que se busca no 1·s la cone.§pondencia entre los términos del intercambio, sÍÍlo su nccptació11,,.re.~ultante q~,la canti~~~.9:t!. recursos intercambi~~<?~= es h1 que se 11!'.ltp.ª pri!J:<:;ip!9 _4e, ~g!:!i2!:15!· _La equidad puede definirse como una norma de reciprocidad ¡wrcibida por cada participante como un factor esencial del intercambio, en la medida en que produce un sentimiento de satisfacción directamente vinculado a la forma equilibrada de la interacción. En las relaciones íntimas; por ejemplo, .habrá equidad cuando cada par1icipante tenga la sensación de que los signos de afecto que prodiga le son, de algún modo, correspondidos. Cuando los individuos estiman que no existe ya una forma equitativa de intercambio, intentan, o bien restablecerla, o bien buscar soluciones de repuesto. En la vida profesional, estos fenómenos se producen, por ejemplo, cuando los individuos consideran que su salario es demasiado bajo para el trabajo que


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se les exige, ya que juzgan roto el equilibrio entre lo que dan y lo q' reciben. Pueden entonces adoptar diversas posiciones encaminadas:1 encontrar una solución aceptable para ellos: desencadenar una acci reivindicativa, o definir sus propias normas de equidad mediante co portamientos que se manifiestan, por ejemplo, por una disminució' más o menos importante de la productividad. Gergen y Gergen (1981) citan una investigación en la que intentó evaluar el sentimiento de equidad en las relaciones heter'.· sexuales (Walster, Walster y Traupman, ,1979). Se pidió a quinient: estudiantes que evaluasen a la vez todo lo que daban y todo lo qu, obtenían en esas relaciones. Los que tenían la sensación de que pq nían más de lo que recibían estaban muy insatisfechos. , Por otra parte, los mismos investigadores llevaron a cabo u• estudio que ha permitido establecer una relación entre la equidad y 1, fidelidad de un cónyuge. A partir de los resultados. obtenidos s constató una diferencia entre las parejas que se sentían relativament. iguales, en cuanto a sus encantos en general, y las parejas en las qu' uno de los miembros se sentía más deseable que el otro. Los investí~ gadores pusieron a continuación estos elementos en correspondencia' con el deseo que nace en los distintos miembros de las parejas, de establecer relaciones sexuales extramatrimoniales. Los resultados¡ muestran que cuando el sentimiento de equidad afectiva está desigual~t mente repartido, el cónyuge que cree poseer más encanto tiene rela-¡ ciones sexuales extramatrimoniales mucho más rápidamente después 11 de la boda y con más parejas, que los miembros de parejas en las que1~ cada uno considera que tiene el mismo atractivo que su compañero oi, compañera. Mediante este experimento, los investigadores han querido mostrar cómo puede aplicarse la equidad al intercambio afectivo, en la medida en la que proporciona una respuesta destinada a apreciar~ el ~e:rit!miento de satisfaccióh que se genera en un intercambio así. ! Jtas reglas de equidad manifiestan además, que las interacciones 11sociales vienen determinadas, en gran parte, por principios jurídicos: los intercambios se realizan con arreglo a derechos reconocidos al individuoJl[],l uso de estos derechos está regido por un sistema de códigos cuya función consiste, precisamente, en asegurar la equidad en una sociedad dac;l~) Diversos trabajos han abordado la relación entre el uso de un derecho y la mayor o menor equidad que se le atribuye. Hay un experimento (Jones y Aronson, 1973) que ha estudiado el impacto del principio de equidad sobre las sanciones.

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Se pidió a unos sujetos que expresaran el castigo que impondrían a un individuo en el caso de una agresión sexual. Se constituyeron dos grupos: el

ía sido detenido antes del acto s~xual 11111u·tn fue informado de qude eldagrqeus~ref~bgresor había sido detenido despues de 1llt1pl1lllll~l1Íe. dlC . h O,· el segun lo, e 111h1•1 l'omctido el acto sexua .

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.. , ena de diez años de prisión para el ni primer grup? fIJO un.a p el acto sexual; el segundo, una p~na "'11•1111r q~c ~o babia comet~da~ía llegado a las últimas cc:~secuencrns. 11• illl'ris61s anos para el que . , sexual el que comet10 el acto es ,t\111 pues, en casos de agres10~ ue no Ío pudo comet~!-°' au? ~u~ndo ··111111dt.i más severamente que el q po estimó la situac1on mas m3usta •\U'I"' l'sa su mtenc1on, . · , ya que e gru 11 ttiH 11 la víctima. '

¡, ,,. de la equidad

. "t'do destacar el carácter relat1. · han perfil · d o, po r Algunas invest1gac1ones 'd d1 Esto ha sido analiza vo Y subjetivo de las r~9la~~er:%~pªe~sas en situaciones en. ~as q~e •1l1•111plo, en la ev~luac10nmanera equitativa, una remunerac1on mas 111• utribuía a algmen, d~ (G rgen Morse y Bode, 1974). 11\t'vada de la que merecrn e ' .

\ 1

11

. . americanos que efectuasen un traba)o .dió a unos estudiantes itallanos y d or ruidos parásitos. Tras la ~re­ Se Pl ·· 1 b as deforma as P , , s eqmtaronsistente en ident1?care):sªp;oponía fijar el salario. que ~~s pareJ!~r%~yó a los t;t•ntación de.~as ~r~~sd~ficultad de su labor. A contdmuac1 ~~~modo arbitrario 1ivo en func1on e f'ó el salario para ca ª grup · sto por rsl udiantes en trdes gr~fº~fu:r ~~upo recibió el ~alario estimad?s c~:t~ ~~e había lirando a los da os. P 30 % aproximadamente ma los estudiantes, el segundo g~óºo/ou~ás. prdido y el tercer grupo, un

. nto muestran que cada gru.~o l ,os resultados de este expernr:nción del nivel de re~une;ac1?? rn·valuó la dificultad de la tare~ en ás elevado era el salano, mas d1f( 11rhitrariamente decidido: cuan o ~stató así una correlación entre a ril se consideraba la t~re~; se cola remuneración elevada. Por otra estimación de u,n salano 3usto ~nce no fue mayor en lo~ grupos que ¡nrtc se observo que la petr~l concluyeron los invest1gador~s que ll:nían un salario más alto. e e ~e lo que es justo puede cam~rnr e,n la idea que uno se for~a a~erca éste corresponda a un traba~o m~s t1111ción del nivel salanal, sm qu:l mero hecho de dar un salano mas i111portante. En otras pala~ras,'ón de la importancia de lo que se h;ce l'lcvado produce una reeva uac1 'bido como justo. En este esta .10, y por tanto, de aquello que es~~~~~ de interacción social .establ;c1~0 \a equidad apar~ce como. un~ como norma de interca~?1os, a m e por una determn~ada soc1efda a reglas que sean prev1s1bles. ordenar las relaciones con orme ,


LA RELACION SOCIAL

PSICOLOGIA SOCIAL 1'

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. El carácter subjetivo de la . i., ; relieve a partir del estudio de i t eqm_dad ,,se ha puesto también d' de i~ualdad (Leventhal, 1980)~~;~~ones b~s~das sobre el principi a permitido destacar la impo • tancia de la socialización en I d dentro de los intercambios E~t fes~rrollo ~e la noción de igualdá· durante un experimento de "-ue ~ c~~ or ~a sido an~lizado so-bre tod,1 de edades comprendidas intrg l munecos realizado en cien niño Sampson, 1975). e os tres Y los doce años (Cohen ·

!11

',111

S:ada_ uno de los niños tenía dos muñec , !, fºs Situac10nes.~xperimentales distintas· enos y s~ ob~ervo su_ comportamiento ed' os que se les dIJO que habían realizado. una. e e ~as teman dos muñecos de' tr~, los dos muñecos habían realizado~: tr_aba10 de ~mportancia desigual; e~ el eman que recompensar a los muñecos en 1!1Itsmda cantid_ad de trabajo. Los niños VIS a e estas mformaciones. :,1

Los resultados muestran que la . . '· p~nsar de un modo más igual :umnas ben.en tendencia a recom-\ mientras que los niños por el co yt ? cu~lqmera que sea su edad , s ' n rano d1strib . ' us ~ecompensas según el trabaJ·o r r ' d uyen progresivamente; 0 creciendo. ea Iza Y esto a medida que van, Estos experimentos permite d . . ,' terc~mbios pone en juego recurs~sªd.mitff que tod~ e~tructura de in-• relatr~'as a las normas de un ~ersam_ent~ d1stnbuidos y reglas i una dmámica en tensión que r~~~)ºi ualqmer mteracción define así elementos que la determinan. a a naturaleza contradictoria de los FACTORES DEL INTERCAMBIO

. Los. procesos del intercambio so . vista ps1cosocial, según varios facto~~~ter~retados, desde el punto de

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-

e: ~alor estratégic.? de una interacción. e impacto de los mdices corporales. ' el peso de elementos culturales y si~bólicos.

Estrategias del intercambio

Las investigaciones sobre el i

.

h~cho de que en toda situación den~e~camb~? han insistido sobre el

fhcto más o menos fuerte entre el d~n eracc1on se manifiesta un condeseo de e~plotarle. Todo intercamb~eo de co~pera~ con el otro, y el tal, a partIT del cual diversos est d.10 c~ea as1 un dilema fundamen ventajas y los inconvenientes bi~ IOJ intentad? demostrar la; ' n e a cooperación, bien de la

tn

tUplot11ción. El individuo puede adoptar distintas estrategias qu.e le ttt11111itan alcanzar su finalidad y llegar a una situación satisfactoria:; Se k1111 dl'limitado tres grandes estrategias del intercambio: ...,. ~ la cooperación, la resistencia; l'I refuerzo. primer lugar, la estrategia de cooperación, como han demostrado vnrios estudios experimentales (Rubin y Brown, 1975), tendría más hicn como efecto un comportamiento positivo por parte de los demás. <Hros trabajos, por el contrario (Hammer y Yukl, 1977), muestran que una actítud de cooperación suscita en los demás un comportamiento de l"xplotación.

11 ¡ l ·:11

¡,¡ Junto a la estrategia de cooperación existe una estrategia de resistencia., l •:n este caso se adopta una posición desde la cual se le haéeii'af otro pocas concesiones. Los estudios llevados a cabo al respecto han mostrado que este tipo de estrategia tenía, como efecto, disminuir en los demás la búsqueda exclusiva de sus ventajas, lo cual se ha expresado por un cambio en el nivel de aspiraciones personales (Harnett, Cummings y Hamner, 1973). Sin embargo, estas posiciones poseen muchos inconvenientes desde el punto de vista de la eficacia última en un intercambio a largo plazo. Por ello los investigadores han puesto de manifiesto la eficacia de la estrategia llamada del «pecador arrepentido». En este caso el intercambio comienza por una posición dura, pero enseguida se adopta una actitud mucho más cooperativa. En el momento del paso de la posición dura a una actitud más flexible es cuando habitualmente aparece una cooperación mayor por parte de los demás (Deutsch, 1975). d Por último, la estrategia del refuerzo define un tipo de intercambio basado en el principio del «ojo por ojo»: se res.ponde.aJa,cooperación con la cooperación y a la explotación con la explotación. Según varios críticos, esta estrategia puede resultar eficaz con el tiempo, pero encierra a los participantes en un ciclo sin fin de explotación mutua. Para salir de este círculo vicioso, algunos investigadores (Tannenbaum y Osgood 1955) han propuesto la noción de estrategia de intercambios graduados. En la vida corriente esto se parece a la noción de estrategia «por pequeños pasos», en la que puede verificarse el cambio de una situación bloqueada si uno de los participantes toma la inieiativa de realizar un gesto de cooperación, por mínimo que sea. Pese a los efectos positivos observados en cada caso, ninguna estrategia logra por sí sola resultados satisfactorios siempre.

Teniendo en cuenta estas limitaciones, algunos investigadores han dado preferencia al concepto de firme~ªJl1<xible (Pruit y Lewis, 1965)


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PS!COLOGIA SOCIAL

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<:'.qnio li,1 mejo~. situa~ión de intercambio quepermite la cooperac;id En esta línea se considera que para que un intercambio consiga éx1. es necesario que las personas mantengan firmemente sus objetiv , pero muestren flexibilidad para alcanzarlos. Esto indica, además, q, no se trata solamente de estrategias; algunos experimentos han mq trado, por ejemplo, que las personas tienden a explotarse cuando .' tienen la posibilidad de comunicarse entre sí. La elevación del gra ,' de comunicación va directamente acompañada: por un aumento de s.' actitudes cooperativas (Kimmel, 1980). ! El concepto de estrategia en las relaciones muestra que es ~:' elección adoptada, y por tanto la adecuación entre diferentes factor~ de un intercambio, lo que permite vivirlo de una manera más o menó armoniosa.

LA RELACION SOCIAL

. hll in para los sujetos era aq uella en la que fijaba su mirada, de modo . flt'lltHlico, sobre ellos. d bre el estudio de las expresiones funci· ones estratégicas en los 1 os experimentos basa os so ºfdo mostrar sus . d 1 d · · 1'111 porales han permi i T d además para diferenciar mo e os ~ l11lr1rambios. Se han utI iza o, 'dera'dos de manera más genera · eden ser consi · fie nen 1111nramb10, que pu . t ión Aunque estos enfoques 1111110 los mensajes de una~~ e~~c~ndi~ios estos pueden ser objeto de til 111érito de poner de mam ies pdr naturaleza, ambiguo~. No 1111n¡)retaciones divers~s, ya qude slon,d más factores que intervienen ¡uwd~n ser por t ª!1 to aislados . . e os e 1'11 l'I curso de un mtercamb10. , /.a Jimción simbólica

Expresión corporal

Son varios los autores que han intentado establecer una tipología! de las interacciones, incluyendo en ello, por una parte, los elemento ' de «puesta en escena» (Goffman, 1973), donde la presentación de sí · mismo desenipeña el papel de un aparato simbólico, y por otra parte,\, los índices corporales. Hay estudios experimentales que han analizado; índices corporales en situaciones de interacción, en las que el otro:, participante era unas veces de status superior y otras veces, inferioL1 Los resultados han permitido constatar una expresión corporal más: flexible, y por lo tanto menos reprimida, en individuos, que se encon-< traban con alguien de status inferior al suyo (Mehrabian, 1972). Así pues, la postura ha de ser integrada en una interpretación de; conjunto de los elementos corporales que aparecen en el curso de una · relación. Deben ser correlacionados con otras expresiones, tales como . las de tocar o mirar, por ejemplo. · Se ha estudiado el rol de la mirada a lo largo de una conversación. Un colaborador (cómplice) tenía como misión la de adoptar expresiones visuales diferentes: mirada vaga, en el primer caso; mirada fija sobre la pesona, únicamente cuando ésta habla, en el segundo caso; mirada fija y continuada sobre la persona, en el último caso (Argyle, Lefebvre y Cook, 1974).

De este experimento se desprende que el cómplice era percibido como dominante cuando fijaba los ojos continuamente sobre el otro participante; como moderado, cuando sus miradas no se detenían en este sino intermitentemente y, por último, en posición de minoría o de inferioridad cuando su mirada era vaga. La situación más satisfac1

. ción realizados dentro de una p~r~1 os estudios sobre la mterac 1, diferencias que pueden existu intercultural o u otra socieda?, ik un grupo ? ~na s~ciedad, ~ios L~ t~oría del interacc10n~smo s1m11I modo de v1vu los mterc~m n ~uenta la importancia del s1~tema de holico (Mead, 1?56) ha t~mdo ~nen en los intercambios s.~.crnl~~· La ~1111holos colectivos q~e m\ervie ite comprender la sigmhcacion de tnlnpretación de los simbo os per~ 'todo la interacción es captada los actos sociales. En efecto, en es e mecomdnican según los roles que 11 1rnvés de la imagen de l?s actos queocas de roles los individuos lletas acc10nes recipr d. i'll'élll. Me rnnte: es nstruir la realidad social. · µ, 1111 a intercambiar Y a co

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~n cua~to

i\ NA LISIS CRITICO

, . b. social se inspiran en una ~isión ecoLas teonas del mtercam io . el esencialmente mterperso., itúan a un mv · . b' 111ímica de la relac1on y ~es ción que existe en los mtercam i~s, nal. Intentan t~a~ar la mf,orr;na s de los recursos. Intentan, a~e~~s, -;cgún los principios e~onom~~o las interacciones en una exphcac~n inlcgrar el func~ona~nento ue se considera como un elemento fun. ahasada en la racionalidad; q mbios Estos son analizados esenc~~l111cntal que subyace a los mterca d c1'o'n. que permiten una regulacion rncnte como proce Sos de. acomo a interpersonal ~atisfactona. f s está en primer lugar, en el h~cho La limitación de estos en oque , n'teramente racionales; al igual tk que las inte:acci~:mes no S?~ Jª~~~ ~mbiguas, ya que los individuos que las otras situac10.n~~ soc~a es, 'nformaciones parciales y deforma110 tienen~ su dispos1c10n mas que 1


PSICOLOGIA SOCIAL

3. La influencia social

das. Por otra parte, todos los intercambios sociales están determina 1 fºs por el sta~u~ social de los indivi_duos_ presentes, así como por e; :~ooo de :percibIIlo. Algunas aproximaciones han insistido sobre I •i~ortancia de las norm~s cuit1:1rales que impregnan las relaciones y onentan a las conductas, impomendo reglas que se juzgan aceptables" t?lerables o rechazables. '; .' Si se p_ueden establecer criterios para discernir la naturaleza de los mte~camb10s, e~~os rara ve~ van unidos a una causa única y necesitad: una mterpretacion que le~ mte.sre en un conju~to significaciones y¡: que result~, par~ cada situac10n, de la relativa importancia de los; factores psicosociales evocados.

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La influencia es uno de los mecanismos fundamentales de los que ocupa la psicología social., Todos los estudios sobre este proceso lonnan parte del núcleo de ~sta disciplina,y, en cierto modo, todos los 1k111ás aspectos derivan de él. La realidad de la influencia social se 1•11rnentra a todo lo largo de los análisis y del enfoque psicosocial, pno, según los distintos puntos de vista se le concede un lugar más o 1m·nos importante, ya que la comprensión de este fenómeno depende 11 su vez del conocimiento que la psicología social tenga de él. 1 Este término designa de modo amplio el hecho de que la acción i, de una persona se convierte en una prescripción para la orientación ( conducta de otra persona. Cabe, pues, d~cir que la influenci~a', 1k !iOl'lal abarca todo aquello que produce un cambio de la conducta, en ·~· virtud de las presiones dominantes en un determinado contexto. Aña- 1 diremos que la existencia de la influencia social no nos informa direc- 1, 111111cnte acerca del modo como los individuos la organizan,la trata~ 111 incorporan. Este capítulo tiene como fin describir los principales mecanismos q11l' muestran la fuerza de las presiones que ejerce la influencia social, y l'Xplicar los efectos más significativos de estos mecanismos. Examinaremos sucesivamente los siguientes puntos: 11t•

- los procesos de la influencia social; - las formas de la influencia social; -- las consecuencias de la influencia social.


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PSICOLOGIA SOCIAL

Procesos de la influencia social El estudio de los fenómenos sociales se caracteriza, en primer término por la tendencia de los sistemas a la integración y por la capacidad de los individuos para incorporar los elementos dominantes en una cultura. Esto nos permitirá diferenciar diversos tipos de procesos, que pueden ser difusos, o bien dar lugar más directamente a obligaciones explícitas. •

MODELOS DE INFLUENCIA LATENTE

A principios de siglo se consideraba la influencia a partir de la tendencia de los individuos a imitar a los demás; la imitación era \ definida como una característica social, resultante de una especie de atracción invisible hacia los otros, pero era percibida como un rasgo de la naturaleza humana. Hoy día, los psicólogos sociales consideran que la tendencia a la uniformización en la sociedad, no resulta del ' instinto, sino que encuentra su explicación en un conjunto de presiones invisibles y ocultas, que han sido caracterizadas de diversos modos: imitación y contagio social, comparación social. Imitación y contagio social

Para Tarde (1903), la imitación es el proceso fundamental de la realidad social. Tiene un carácter dinámico y selectivo y no puede ser '. definida sólo conio un calco de otra conducta; no se trata de una simple copia, sino de una producción original.La imitación desarrolla en sí modelos de comportamiento que permiten actuar de modo eficaz y satisfactorio. El concepto de contagio social tiene su origen en Le Bon, que ha explicado el comportamiento de los hombres, cuando forman muchedumbre mediante esta noción, que traduce la idea de que las emoeio- "' nes y las opiniones se comunican y que, por ello, se multiplican y refuerzan; es decir, en el interior de Jos sistemas sociales existe una circulación de sentimientos entre los individuos. Esto muestra que los fenómenos sociales no se explican sólo por el condicionamiento, sino también por el poder que poseen determinados valores u opinion'es para agrupar en torno suyo a los individuos. El contagio social define así la tendencia a imitar un modelo dominante de comportamiento, que se propaga de una persona a otra.

LA INFLUENCIA SOCIAL

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El estudio de Kerckhoff y Back (1968) ha permitido ilu~trar este knómeno. Estos investigadores partieron de un hecho pubhcadc;> por la prensa y que se refería a ciertos trastorno~ físicos en los trabajadores de una hilandería del sur de Estados Umdos. Once personas que sufrían fuertes náuseas habían s~d~ i~gresadas en el hospital, pero el número de trabajadore~ a~ectados a~mento rap1damente, alcanzando una cifra superior a sesenta. La. !abnc~ se ce~ro,.~un cuando se hall~?ª en pleno período de producción. Se abno una mves1Igac1on porque ~e alud10 a la presencia de un insecto portador de enfermedad en una rem;s~ de fibras en~rega­ das a la hilandería. No dio resultado alguno y el examen me~1co de los pacientes no permitió descubrir causas biol.ógicas responsables de los smtomas .

Los investigadores sorprendidos por tales resultados, avanzaron.la hipótesis de un contagio mental, para ~ncon~rar ;in. fundan:ento social a la epidemia. A partir de un estud10 soc1o~etr~co reahzado en el interior de la fábrica descubrieron que la epidemia se propagaba en gran medida a partir' de los trabajadores más aprec~ados y populares de la fábrica y que, en cambio, los trabajadores socialmente aislados, o bien rechazados por el grupo, apenas eran afecta~os. Por otr~ par~e, la enfermedad se daba preferentemente entre amigos, en el mtenor de un grupo. . . , 1 ·, d A partir de estas observaciones, el estu.d!o lle~o a la conc us1on e que los individuos cuyas ~elacion.es son pos1t1vas tienden~ modelar sus comportamientos entre s1, en el mtento de parecerse. J?'.xis~e, pues: en una manifestación de índole biológica, un factor exphcat1vo «social» que se basa en el hecho de que un individ1:1o acep~a u~ modelo implícito, según el cual es deseable, en ~etermmadas s1tua~1ones, ser como los demás y actuar, en consecuencia, adoptando el mismo comportamiento que ellos. Comparación social

Como acabamos de ver, ciertas formas de comp<?rtamie1,1t? que se calcan sobre las de otras personas, no pueden explicarse fac1lm~nte, ni por causas biológicas subyacentes, ni siquiera por reglas sociales explícitas. . . . . La noción de comparación social (Festmger, ~95~ )_, contnbuye, a aclarar el problema. Según este investigador, l~s md1v1duos no e~tan siempre seguros de sus opiniones ni de sus ac~10.nes, y enton~es ~ien­ den a comprobar en otros si son exactas sus opm1ones., es d~cir, s1 son aceptadas en el grupo en el que se encuentran. Tal mcert1dumbre Y tal impulso orientan su comportamiento hacia los demás para obtener,


PSICOLOGIA SOCIAL LA INFLUENCIA SOCIAL

mediante la comparación de sus actitudes, una estimación y una ari monización de su conducta. Los individuos entran así en un proceso, de comparación social, cada vez que sienten la necesidad de evalua~ su conducta y de ajustarla a las normas de su ambiente. Fue Sherif (1935) el autor de uno de los experimentos más reve-: !adores sobre el fenómeno de la comparación social y más aún, en,1 relación con el problema de la formación de las normas. Se trataba de' saber lo que haría un individuo colocado en una situación ambigua, · en la que no resultan ya adecuados los modos de comportamiento habituales. En otras palabras en una situación ambigua, un individuo· proporcionará un «juicio extravagante», o establecerá un punto de referencia que le sea propio. Para crear esta situación ambigua, Sherif recurrió a un experimento de ilusión óptica designado como «efecto autocinético»: al presentarlo a una cierta distancia, · en la oscuridad, un punto luminoso inmóvil da la impresión de desplazarse, debido: a que no hay ningún punto de referencia con relación al cual situarlo. Para Sherif, el proceso de comparación social puede revelarse de un modo particularmente significativo en tal situación, dado que el observador no dispone de ningún punto '; de apoyo objetivo para apreciar el movimiento aparente de la luz. El experimento se desarrolla del modo siguiente: el sujeto fue introducido en un cuarto oscuro y colocado a cinco metros de la fuente de luz. Sherif le pidió que evaluara el movimiento de fa luz, del modo más exacto e independiente posible. Tras haber examinado a los sujetos individuales, los reunió en pequeños grupos y les propuso la misma tarea.

Los resultados indican que, al principio, las respuestas fueron bastante distintas entre sí, disminuyendo luego progresivamente esta variabilidad: el sujeto tiende a situar sus estimaciones en el interior de una «horquilla» personal. Es decir, cuando un individuo percibe movimientos sin ninguna base de comparación, establece un margen de variación y en el interior de ese margen, un punto de referencia que le es propio. Este punto y este margen pueden diferir de los determinados por otros individuos. En cambio, en caso de que se trate de un grupo de dos o tres personas, se comprueba que las estimaciones convergen rápidamente hacia una norma común. Apoyándose en estos resultados, G. de Montmollin (1966) quiso verificar si las apreciaciones de cada individuo se aproximaban a la tendencia central de la distribución de las respuestas en su grupo.

. ' aproximándose a una tendencia cenrnmprobar si. las respues t as se modificaban Ira! (existencia de una convergencia).

El análisis de los resultados mostró que este principio dd~ conv~,r11 grupos en los que 1a ispers10n Por el, contrarioe,netna d" . , 1 s md1v1duos no teman en cu ltºos ap1 roximaban más que a a en en I . y no se Es decir cuando la dispersión es fuerte, los sujetos marg1\'l'l"canos. , ' situadas fuera de un c1er · t o m argen de veronan las estimaciones Nimilitud.

;¡~: 1~: ;:;~~ta~!r:;~~~~faa::1e ª&~1 ~~ p~i~cipio. 11

::::1(~;Y~sº:e~:lt;~e;:~ de1ss~~~~~~l~ jduic~~~ :~t:!fj;~f~s~~I~~~u~~~

Estos experimentos tienen el interés de su~rayar hasta qué punto forman los individuos a su propi? juici9 a partu ?e.l 9ue ~r~ea~:ne~~~ hrir en l?s otros.

~~!u:~:ci~~c~o~~~~n~:s~~~!sJ~~c:~in~s,~per? esto

::;~~~;if~: ~~eu~~ este~os influidos ~á~ que por las fpiniones ªJ~~~~

los sujetos que se han formado. u!1 JUICIO persona seguro~1f~ ue l'Shr más abiertos a opiniones d1stmtas de la suyad, que a_qf_u t aae.· ' d 0 ias ideas Esto pone e mam ies o, IH'.. ~stáf ~~~~~O~e eq~~S ~ecaniS~OS sociales tienen tendencia ~'.~,~~~i~ la duda de los cc;nnportamientos, imponiendo certezas resu !antes de las normas sociales.

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l'IWDUCCION DE LAS NORMAS

Mediante el análisis de las normas abordamos el universo de las reglas: _reglas i~visibles o r~gl~s.formale~; ri en sus modalidades de relación y - que al J~dd~v1~:~,c~~ace; de neutralizar sus orientaciones c1er a r:ie I , que, seenimronten afectivas espontaneas.

/ >e{inición El experimento era algo distinto: durante cuatro segundos se presentó a cinco sujetos un cartón sobre el cual estaban pegadas ochenta pastillas de colores. Cada uno de los sujetos debía dar por escrito un cálculo del número de pastillas. Después de una serie de presentaciones individuales, se les comu11icaron las respuestas de las otras cuatro personas y luego se repitió la experiencia a fin de

Una norma puede ser definida como una regla explícita o im_plícdi, regnante un modo organiza o la, que impone ~e forma mas o menos con ·unto de valores, ampliatle conducta social; se p~esenta comdo · 1da sociedad· solicita una 111ente dominante y seguido en una etermma '

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PSICOLOGIA SOCIAL 11~

adhesió:z...,e implica sanciones, dentro de un campo de interacciones comple¡a§). Esta definición insiste e,n primer lugar, sobre el hecho de que la ' n?rma s_e confunde, d~ algun modo, con los marcos generales de la vida social? se caractenza como un juicio que designa los valores a los que se refiere. P~r. otra parte, ciertas normas son específicas de un grupo Y no son _validas para todos. Así por ejemplo, las normas de roles que prescnben las co?ductas. derivadas del puesto de un in di vi?~º.dentro de un determmado sistema. Por último, en tanto que JUICIO de v~lor, la _norma es un imperativo cuya no observancia da lugar a sanciones difusas o claramente enunciadas. Ya se trate de una norm~ explícita o implícita, está comprobado qu~ ~u efecto es engendrar cierta uniformidad. Así pues, su rol con-. sistma en ~rear un ~undo completamente estable, en el que los comportamientos senan perfectamente identificables. Pero las nor~~s encuentran seres humanos que no se doblegan con toda la precis10n deseada. Por otra parte, ellas mismas evolucionan: unas caen en el desuso, otras no ~on ~ompartidas ya por la mayoría y, en este caso aparecen como arbitranas. '

LA INFLUENCIA SOCIAL

mostrado que la creacion de una norma de grupo era un proceso rn111plejo, en el que la uniformización no se producía de modo lineal v unilateral. Así, los sujetos que se elegían mutuamente convergían 11111s hacia una norma común, que aquellos que se rechazaban. Los ~11 jl'los que ocupaban puestos inferiores dentro de la jerarquía del J!l llpo, hacían más concesiones para ajustarse a la norma, que los ~ujl'los de rango elevado. 1'1111ciones de las normas

De todos estos trabajos se pueden deducir algunas funciones esend11lcs aseguradas por las normas. Los experimentos han mostrado que 111 convergencia de las estimaciones se produce sobre todo cuando los ~11jdos tienen que juzgar un elemento objetivo, que implica una 1cspuesta exacta, idéntica para todos. No sucede lo mismo cuando 1khcn proporcionar una respuesta aproximada. 11) Una primera función de la norma sería, por tanto, la reducción de la

Resultados experimentales

Los tra?ajo~ de McNeil y Sherif (1976) sobre la evolución de las normas arbitranas han permitido distinguir algunos elementos. . . En su expe_rimento, que incluía a un sujeto ingenuo y tres cómplices estos ult1111os daban s1empr.e respuestas conforme a las instrucciones del exp ·' t t · · t·. l · :1 , . enmen a' 01, 111 JO( .uc1enc o as1 una norma arbitraria. Por la retirada gradual de ¡0 , rCl~S. es posible ver cómo evoluciona esta norma. s comp 1

... -~1.prin.~ip~o lo9raron imponer la norma, pero enseguida, con su d1~n1111uyo el respeto a la norma, para aproximarse a los V!tlorcs lrnh1t ualcs cuando no hay influencias ficticias. Esta dism· _ c1611 cm progiysi~<~, lo cual indica que hubo una interiorización d~ra 1.1orn1:~ l'll, lo~ 111d1v1duos que no percibieron su carácter arbitrario. Se rn111p1o~lo, l111alnwntc, que una norma moderadamente arbitraria re~~1!ta 111:1s :stahll' que otra más arbitraria; c~be entonces suponer que, s1t ndo 1¡.:11.il todo lo demás, una norma arbitraria aparece como inestabk. ll:l11.id.1,

<,>t ros cst udios experimentales han dirigido su atención a la producc1611 t!c normas de grupo. Lemaine, Desportes y Louarn (1969) en 1111 l'Xpcrnncnto propuesto a los alumnos de una escuela normal, han

ambigüedad. Ante la imposibilidad, en muchos casos, de obtener respuestas seguras, se crea una inseguridad derivada de esta situación. Con la constitución de una norma, la inquietud-incertidumbre ligada a la respuesta aproximada, se reduce; la realidad física ambigua, difícil de discriminar a falta de un medio de medida, es sustituida por una realidad social no ambigua. Así pues, una de las funciones de la norma consiste en consolidar las posiciones de los individuos mediante un sistema de seguridad que les permite dominar mejor la realidad. h) Otra función de la norma es la evitación de conflicto. Moscovici (1972) sugiere interpretar en este sentido los procesos de normalización. Considera que la variedad de los juicios individuales, tal como se expresan, por ejemplo, en el experimento de Sherif, por el establecimiento de normas personales, impide la conclusión de un acuerdo. El hecho de que diferentes tipos de respuestas se presenten y entren, en parte, en competición, crea tensiones y supone un riesgo de conflictos. La aparición de una norma de grupo resulta, precisamente, de que los sujetos aceptan e interiorizan estimaciones convergentes para alejar el conflicto. Según Moscovici, el conflicto se evita mediante un juego de negociaciones de las respectivas estimaciones, que conducen a concesiones recíprocas. e) La normalización se opera como un proceso de negociación. Desde este punto de vista equivale a un mecanismo de negociaciones activas conducente a la aceptación del denominador común más pequeño. Puede por tanto considerarse que este proceso se realiza tanto más fácilmente,


ni 1.Jr i

!, LA INFLUENCIA SOCIAL PSICOLOGIA SOCIAL

cuanto que la idea de unas concesiones recíprocas no pone realmen . . e~ .causa verdaderos retos. La normalización tiene, pues, lugar m factlmente, ya que, en cierto modo, no vale la pena.

Límites de los enfoques experimentales

El proceso de producción de normas está inducido por la natura:'

l~za de los grupos en los experimentos, que están construidos artif{

cialmente, lo cual no carece de importancia en la valoración de lo' resultados. Moscovici hace constar a este respecto que los individuo'1 no se ven ~fectados po~ s1:1~ tareas. Según él, este es el motivo por que es .P?,sible l~ negociacion, ya que no existe preferencia por ningu:: na posicion particular. Pero este ~rgumento puede ser refutado, ya que al no haber u reto, cabe decu que no existe riesgo de conflicto, debido a la diversi'. dad misma de las .Pº.siciones. En estas condiciones, no hay necesida •. · de entablar negociaciones, los individuos podrían limitarse a constata sus divergencias y mantener s~s respuestas individuales. El que existá¡ a p~sar .de ~~do, esta t~nd~~cia a la negociación podría explicarse po : la .1mphcac10n de los mdividuos ante el experimentador: el sujetó q_~iere d~r una buena imagen de sí mismo y aportar la mejor presta~ cion posible. Per? la ambigüedad del estímulo no le permite esta~ seguro de su propia respuesta y por ello busca la referencia sólida qu~1 encuentra mas a mano, es decu el grupo. En este caso, la constitució ··. de ~ormas de ~r1:1po ~erí~ ~l resu.It.ado de una búsqueda de los sujetos;: segun su p~opi.a imphcacion positiva en el experimento. • . En defimtiva, el pr.oces~ de normali~ación es un factor que per~.¡; mite comprender la umformidad generalizada que existe en la socie.::.~ dad: en tod~s las situaciones, lo~ individuos localizan rápidamente las'.~ reglas que ngen los comportamientos y las asimilan para facilitar las,·: relaciones sociales. . 1 Analizaremos ~ste fenó~eno a partir de las orientaciones que han\ postulado la necesidad que tiene el hombre de certeza y coherencia en; c~anto a sus juicios, en u_n mundo que ejerce sobre él presiones~; diversas. Una de estas pres10nes viene de la disonancia de elementos, co~itivos que se le dirigen y que constituyen a su vez ·presiones,¡ destmadas a modificar su actitud. ·

e

INFLUENCIA SOCIAL Y DISONANCIA COGNITIVA

La influencia social ha sido también estudiada como factor de cambio de los individuos y de sus actitudes. Los individuos actúan a

11111tir de lo que creen y de lo que experimentan ante los demás y ante 111 111ismos. Al estudiar la manera que tienen de enfocar su acción y la 1h• los demás, observamos una motivación fundamental, que es la hllNqucda de coherencia entre los distintos elementos (pensamiento, 1 1 11•1·m~ia y sentimientos) en relación con el mundo que les rodea. 1\sta necesidad de coherencia explica nuestra tendencia a organi1111, del mejor modo, tanto nuestras opiniones como nuestra manera 1h• l'ntcnder el mundo y de comportamos en consecuencia. La influenrl11 social será abordada aquí a partir de la necesidad de coherencia n1µ.11itiva y de la forma en que interviene como factor de influencia 11ohrL' el cambio de actitudes. /'rorfa de la disonancia cognitiva

l'estinger (1957) ha intentado explicar este fenómeno a partir de teoría de la disonancia cognitiva. Según él, las ideas esenciales de 4''4111 teoría son extremadamente simples: 1111

«La distancia simultánea de elementos de conocimiento que, de una manera u otra, no van de acuerdo (disonancia) exige del individuo un esfuerzo para hacer, que de un modo u otro, vayan más de acuerdo (reducción de la disonancia).>~

Es decir, la disonancia cognitiva es un estado de tensión interior, n•stiltado de una coexistencia discordante entre ideas u opiniones 1111tcriormente adquiridas y un hecho o varios hechos nuevos. Festinj!t'I" ha estudiado varios casos: - la - la - la - la

disonancia como consecuencia de decisiones tomadas; disonancia introducida por un hecho realizado; disonancia resultante del esfuerzo; resultante de la tentación..

En este último caso, la teoría de la disonancia permite predecir un individuo, después de haber cometido un acto inmoral, adop111r;í frente a este acto una actitud más indulgente que antes. La teoría de la disonancia tiene sobre todo el interés de mostrar 1·111110 los individuos llegan a reducir el estado perturbador así engendrado. La reducción de la disonancia es un mecanismo que disminuye In tensión interior creada por la existencia simultánea de elementos de ronocimiento discordantes. Existen diferencias en cuanto a la intensidad de esta disonancia y se puede establecer una correlación entre la magnitud y la disonancia y la importancia de las cogniciones a su ljllL'


PSICOLOGIA SOCIAL

LA INFLUENCIA SOCIAL

respecto. De ello resulta que cuanto más elevada es la disonanci mayor es la motivación para reducirla. . .• 1 Los individuos pueden reducir de varias maneras este estado pet turbador. \ '!

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1. En primer lugar, modificando la cognición propiamente dicha es decit ~ambian?o de idea según la situac~ó~ nueva._ A~! por ej~mplo:' no teng: ideas racistas, pero rechazo la dec1sion de mi hija de sahr con un amig; :: negro. 2. La disonancia puede ser reducida, además, mediante un sistema d evitación. Este mec~nismo tiene por función realizar la integración d · los elementos extenores, pero sobre la base de un sistema protecto que preserve al Yo. Así por ejemplo, en una campaña de informaciótj' ~ncontra~os personas que sintiéndose expuestas y obligadas a recib( i~formac.10nes. «desagradabl~~» y poco acordes con sus opiniones pre· ; vias, las mterpretan en funcion de sus actitudes anteriores. 3. Por último, seleccionando las informaciones que les convienen Io 1 individuos pueden reducir la disonancia mediante un cambio de ~outi P?rtamien~o frente a la ~ueva. sit~a_ción. En este caso se percibe e¡ vmculo existente entre la mvestigac10n de una consonancia cognitiva , el cambio de actit~des; la ~educción de la diferencia es entonces equi, v~}ente a un camb10 de actitudes, que tendrá lugar mediante la integra'. c10n de nuevos datos, del modo más económico posible. Este cambi: hay que entenderlo como una reorganización de conjunto, es decir como una redistribución de valores que conduzca al individuo a u, 1 nuevo estadio de consonancia.

1111\N disonancia que limitarse a hacer una declaración en favor de los 111•y,ros. Así pues, cuanto mayor sea la disonancia, tanto mayor es h1111hi6n el cambio de actitud.

/,imbardo y Ebbeson (1969) realizaron un estudio en el mismo 111•111ido. Se pidió a unos individuos que expusieran un tema que no coincidía con su 11pi11ión personal. Podían seguir simultáneamente su discurso por auriculares; sus v11ccs estaban separadas por una fracción de segundo para hacer la tarea aún más dificil. Otro grupo de individuos tenía que realizar la misma tarea, pero sin estar N11mctidos a la retroacción auditiva diferida de su exposición.

1,os resultados pusieron de relieve que los individuos del segundo al presentar un tema disconforme con sus opiniones, pero sin _,., perturbados en su presentación, dieron pruebas de escasa convicdt'111 de las declaraciones que estaban haciendo. Por el contrario, los tlrl primer grupo, sometidos a una escucha casi instantánea de sus 111innaciones, estuvieron mucho menos perturbados y se mostraron, 1.•11 consecuencia, dos veces más convencidos por la presentación que huhían hecho. ~·upo,

¡\ ljlll'

partir de estos experimentos puede llegarse a la conclusión de

el sentimiento de disonancia da lugar a un cambio de las actitudes

prrsonales, cuando los individuos adoptan públicamente un rol que en contradicción con ellas. La teoría de Festinger sugiere que nrnndo un individuo se encuentra entre dos o más elementos discord1111tcs intentará reducir esta incomodidad modificando su actitud ' en la dirección del comportamiento más generalmente adm1-. pnsonal 1ldo. Por el contrario, en caso de que los individuos se vean obligados 11 adoptar una actitud opuesta a sus experiencias anteriores, cuantas ru:is presiones haya, tanto menor será la producción de disonancia.

1•Nlú

Disonancia y cambio de actitudes

Hay dos estudios que permiten clarificar esta relación entre reducJ1 ción de la disonancia y cambio de actitud. , '. ·'

En el marco de un experimento, Culbertson (1957) propuso a sujetos de raz~ blanca que tenían prejuicios contra los negros, o bien interpretar el papel de u. negro que se muda a un barrio totalmente habitado por blancos, o bien contemplai; a otros interpretando este papel. .·.:

Los resultados han mostrado que los que habían aceptado ínter~ pretar el pape,l de. u~ negro, habían reducido más sus prejuicios que: los que.se habrnn limitado a ser espectadores. Investigaciones comple7; mentanas han revelado que los cambios son tanto más importantes cuanto mayor fue la implicación en el juego de roles. Las implicado~. nes se han interpretado del siguiente modo: el hecho de intentati identificarse con alguien a quien se tiende a no considerar bien crei,

Festinger y Carlsmith (1959) han examinado el caso de unas perque eran invitadas a emprender una acción desagradable, por 111 que serían recompensadas. Sentaron la hipótesis de que, al estar •itilicientemente pagadas por decir una mentira, no experimentarían disonancia, ya que considerarían que habían sido obligadas a aceptar!11 por la importancia de la recompensa. Formularon además otra l11pótesis según la cual los individuos pensarían que no podrían justi1ica r su comportamiento si no se les entregaba más que una suma ll'ducida por la misma mentira; en este caso podrían enfre?tars~ con 11uís facilidad a la disonancia, aceptando con menos reticencias la ~41111as


PSICOLOGIA SOCIAL 1

LA INFLUENCIA SOCIAL

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mentira. A partir de estas hipótesis, el experimento se llevó de la.' manera siguiente: Se entregaron a un grupo de estudiantes veinte dólares, para que dijesen á\ sus compañeros de clase que una de sus actividades, que de hecho era muy poco; motivadora, tenía un gran interés. Otro grupo de estudiantes no recibió más quet un dólar por proporcionar la misma falsa información. :

Los resultados mostraron que los estudiantes peor pagados esta-:'1 ban más convencidos de que la tarea podía ser interesante, mientras; que los mejor pagados estaban dos veces menos convencidos. · . Todos estos experimentos permiten entender la disonancia cognitiva como un proceso productor de un cambio de actitudes. En esta; perspectiva, la reducción de la disonancia opera como un sistema de' 1 influencia cognitiva. J,,

/'rimeras investigaciones whre la conformidad El proceso de conformidad ha sido conocido sobre todo por los trnhajos de Asch (1951). A partir d~ un e::r~e~iment? s<;>~re la precepd(m visual, estudió la independencia de JUICIO del md1v1duo frente a lus presiones sociales. El experimento consistía en present~r al sujeto ~na hoja, sobre la cual h~bía una línea negra de una determinada longitud, y pedirle que comparase esta lmea rnn otras tres, dibujadas en otra hoja. Las estimaci~nes resultaban fáciles, Yª. que, normalmente más de un 90% de los sujetos localizaban en la segunda hoja, la línea de la misma longitud. En realidad, en este experimento, Asch había creado una situación de presión social por la presencia de sujetos, ~e los que todos men?s 11110 se habían puesto previamente de acuerdo con expenmenta?or para elegir, en determinadas etapas del experimento y hasta. un cier~o porcentaje, una respue~­ la falsa. La cuestión era saber lo que haría el sujeto no mformado: ?se mantendna fiel a su precepción o se sumaría a la respu~sta del grupo? Este sujeto, q;ie ~ra el auténtico objeto del experimento, estaba situado de tal modo que podia Olf las respuestas de los otros miembros del grupo ~ntes de dar l~ suya ..se enc?~traba entre dos fuerzas contrarias: su propia percepción de un fenomeno sm ambiguedad y la unanimidad de la respuesta de los demás.

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Formas de influencia social:

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Aquí trataremos dos formas esenciales de influencia social: la\ conformidad y la obediencia. Son situaciones en las que interviene'. una modificación del comportamiento que es resultado de presiones',: específicas. En ambos casos interesa examinar la naturaleza de estas·' . presiones. CONFORMIDAD

La conformidad puede definirse como la modificación de un com- ;, portamiento mediante la cual el individuo responde a las presiones de .' un grupo, intentando estar de acuerdo mediante la aceptación de las ! normas que se le proponen o le son impuestas. En la conformidad encontramos tres elementos diferentes: :'

1

- la existencia de tensiones entre las posiciones anteriores de un individuo y las presiones a las que se ve más o menos intensamente sometido; - la adhesión que tiene lugar en el individuo a lo que se le propone; - el resultado de esta modificación, que implica a la vez una parte correspondiente a la negación de ciertos aspectos del comportamiento , anterior y una parte de afirmación de sí mismo, mediante la adopción de comportamientos nuevos.

De los resultados se deriva que sólo la cuarta parte de los sujetos l'llnsiguió resistir a las presiones. Una ter~e~a. parte se sometió. a la opinión del grupo, en lugar de expresar su Jm.c1oyers~:mal, a partu de Nll propia percepción. El efecto, aunque es s1gmf1catlvo, no es absoluto, ya que un 68% de las respuestas fuer?~ correctas, p~se a la presión del grupo. Hay que ob~e~var, por ult1m~, que al fma~ del 1·xperimento, cuando se les exphco su compor.tam1ent? a .los ~u1etos 110 informados, subestimaron en gran parte la mfluencia e1erc1da por 1·1 grupo sobre ellos, considerando que la presión social les parecía un fartor secundario. Según Zajonc (1966), que ha comentado esto~ ~esult~dos~ este 1·xpcrimento constituye un motivo de asombro y qmzas de mqmetud, va que numerosos adultos cuya vista es correcta afirman que una línea dl' tres pulgadas mide diez, por el mero hecho de que otros lo ha~ ufirmado así antes. Asch practicó más tarde variantes de este expenmcnto, que permitieron llegar a la conclusión de que la confo~mida~ 1·stú producida por la situación de aislamiento por parte del su1eto. S1 Nt' rompe este aislamiento se produce un descenso de la tasa de ronformidad.

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PSICOLOGIA SOCIAL

Teorías de la conformidad . A continuación de los trabajos de Asch, hubo investigaciones que.; mtentaron responder a la pregunta siguiente: ¿por qué se conforma la! gente? Se pueden distinguir dos tendencias importantes, según que la1i conformidad sea analizada como una característica individual o según!, su expresión en el seno de un grupo. · \

a) Desde un punto de vista individual, para estudiar la conformidad varios:' autores ha~ tratado de descubrir algunas de sus características en pet)'. sonas predispuestas, por su carácter a conformarse al grupo. Así,'i Crutchfield (1955) ha comparado la conformidad en los hombres de1 negocios y en los militares. Según él, los conformistas eran menos, inteligentes, tenían un complejo de inferioridad mayor que los otros.:~ Llegó a la conclusión de que, en general, los conformistas tendían\, menos a aceptar sus propios impulsos, así como la ambigüedad; quel tendían menos a asumir responsabilidades, que eran menos perspica..1i: ces, menos espontáneos y poco originales; presentaban, además, acti~'!, tudes más autoritarias y más prejuicios. 1{ La posición de Crutchfield, que define al conformista como un indivi-.'.il duo no intelige11te .e inadaptado, plantea diversas interrogantes: en;: primer lugar las informacióñes sobre la personalidad de un conformista~ no verifican las relativas a un individuo inadaptado, en general. Pod otra parte, un individuo conformista no lo es de un modo absoluto; su', comportamiento dependerá de la situación que se le presente. Por•• ~lti!-11.º' en el er:ifoque de Crutchfield, se reduce la conformidad a rasgos·, mdividuales, sm tener en cuenta el proceso social que la determina. b) Desde el punto de vista del grupo, Asch (1952), Deutsch y Gérard (1955) han definido la conformidad mostrando que los individuos se servían de informaciones procedentes del comportamiento y de las y creencias de un grupo, para determinar sus propias actitudes. ' Existen así dos tipos de informaciones que intervienen en el proceso de./ conformidad: las que proceden de experiencias personales y las que f proceden del grupo. Según estos autores, la segunda categoría es muy ~m~o:tante, ya que el ~rupo tiene raz~)n, con tanta frecuencia que el. ir:idividuo lle9a a ser siempre dependiente de las informaciones que Circulan por el. Por otra parte, el grupo, que es considerado como un lugar de producción de informaciones sociales, posee un _9eterminado poder para forzar al individuo a conformarse a sus normas. ~st~ poder es defini?o precisamente como presión ~cial, ya que el md1vidu. o, al te.ner mie?o .de s~r rechazado ~or el grupo debido a tener u~ comportamiento ~ideas diferentes, se siente de - ún modo opri- , mido y por tanto obligado a conformarse. La idea de opresión puede ser tanto psíquica como física. Es el resultado de la posibilidad de que

un individuo esté persuadido de que será rechazado si se desvía del grupo y, de hecho, sabemos que los grupos efectivamente rechazan a los que se desvían de ellos. Existen, pues, dos clases de presiones hacia la conformidad y que proceden del grupo: la que se ejerce en la búsqueda de realidad, y la normativa, que se ejerce sobre el comportamiento y los pensamientos de los individuos. Estas dos formas de presión pueden corresponder a los dos tipos de comportamiento que un individuo puede adoptar: o bien acepta la presión del grupo, aceptando sus ideas, o bien sufre fa presión, pero manteniendo ideas diferentes.

I>l'ferminantes de la conformidad Las investigaciones sobre la conformidad permiten diferenciar lres tipos de factores que influyen sobre este proceso: - las características del individuo; - las características del grupo; - la situación específica. Estos tres factores se imbrican estrechamente, pero alcanzan un valor mayor o menor, según los casos. a) En el plano de las características individuales existen dos factores que han merecido particular atención: la nacionalidad y el sexo~\Se integran en una comprensión más amplia de la experiencia de sociarízación, que muestra que la conformidad opera de un modo distinto y específico en ambos casos. Pero en general, se ha buscado aquello que a nivel individual podría actuar en dirección a la conformidad. Así hay investigaciones (Worchel y Cooper, 1976) que han establecido que cuanto más competente se siente un individuo para cumplir una tarea, menos deseará conformarse al grupo. En efecto, el que se sienta poco seguro de sus capacidades, mostrará una mayor tendencia a dirigirse hacia el grupo para obtener de él informaciones más amplias y adoptará aquellas que se le propongan. Por el contrario, el que crea tener facilidad buscará mucho menos la ayuda del grupo. · Por otra parte, Worchel y Cooper han puesto de manifiesto que las mujeres tienen tendencia a conformarse más fácilmente que los hombres. La explicación que se ha dado a esto es que la mayor independencia de los hombres con respecto a las normas es el resultado de un tratamiento de la diferencia social que valora esa actitud en ellos, más que en las mujeres. h) En cuanto a las características del grupo existen varios tipos de investigaciones, cuyos principales resultados expondremos aquí.


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Asch (1951) ha estudiado la influencia del tamaño del grupo sobre l.a variabilidad del nivel de conformidad. Ha observado que la conformidad aumenta según el tamaño del grupo, hasta que éste se componga de cuatro personas: más allá de esta cifra, disminuye el pe~o ~e. conformidad. Para interpretar este fenómeno consid~ra que el ~ndiv~~uo, enfrentado a una presión normativa, busca en pnmer lugar identtf~car las reacciones del grupo para poder imitarlas, lo cual r~sulta relativamente cómodo cuando se trata de un grupo de cuatro a cmco personas. Después, las reacciones son menos conformes. Sin embargo, si el grupo ejerce una presión sobre la información, puede esperarse una co~for­ midad más o menos elevada. Por último, la presencia de un desviado dentro del grupo engendra una conformidad menor, sobre todo en un grupo con una presión normativa elevada. Para otros autores (Latane y Wolf, 1981), la conformidad se acrecienta a medida que aumenta el tamaño del grupo, pero el grado de conformidad de los individuos está en función del momento en que llegan al grupo. Es decir la conformidad, según el tam~ño del gru~o, actúa aquí en relación con el número de personas que eJercen efectivamente una presión sobre el grupo. . . . . . Allen y Levine (1969) han estudiado la mfluencia de_ la un~nzmzdad del grupo, sobre la conformidad. Observaron que el su1eto aislado q~e se aparta de una posición de consenso provoca una fuerte tende~ci~ al rechazo pero si existe en el grupo un compañero que exprese pubhcamente s~ acuerdo con él se reducirá su miedo a la exclusión; así pues, el apoyo social a un indi~iduo disminuye l~ tendenc~~ a la conformidad. Lo mismo sucede cuando se trata de la mtervenc10n de una persona reconocida como competente: la toma de posición de ésta influye más sobre la reducción de la conformidad, que la de una persona que no lo es. Así pues, el status de una persona en el interior del grupo des~~­ peña un papel en la conformidad, no solamente a ~ausa de la func~on reconocida a dicho status, sino por el carácter relac10nal que va umdo a esa toma de postura. . Moreland y Levine (1982) han utilizado la idea de relación para ~sta­ blecer cómo afecta a la conformidad. Han mostrado que las relaciones entre el individuo y el grupo se modifican con el paso del tiempo y pueden producir otros compron;isos, así como c~mbio~ d~ ~oles. Han distinguido cinco fases consecutivas ~e pertenencia de md1y1duos a un grupo, cada una de las cuales int~rvi~~e de ~n !11º~? particular e!l, el proceso de la conformidad: investigac10n, sociahzac1on, conservac10n, resocialización y rememoración. Cada una de estas etapas_ da lugar a cambios de roles señalados, en primer término, por el mgreso del individuo en el gr~po; a continuación por su a~~J.?tación ~orno mi_em?ro pleno del grupo, por la adopción de una posic10n de d1".~rgencia si se convierte en miembro marginal, por un rol de reconvers10n, por el rol particular que desempeña en el momento de su sali?a del grupo y, por último, por la evaluación retrospectiva de sus relac10nes pasadas, una vez que ha abandonado al grupo.

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LA INFLUENCIA SOCIAL

c) Las investigaciones llevadas a cabo sobre las características de la situación pretenden averiguar en qué situaciones se conforman más o menos los individuos. Blake, Helson y Mouton (1957) han mostrado que la conformidad era mayor cuando una tarea era difícil o ambigua, que cuando era sencilla de realizar. Cuando la tarea es difícil, los individuos utilizan al grupo como fuente de información, es decir como un recurso, mientras que en una situación más desahogada, el grupo u_tilizará la presión normativa para obtener la conformidad. Estos trabajos han permitido constatar que la naturaleza de una situación no solamente influye sobre la conformidad en sí, sino también sobre el tipo de presiones utilizado por el grupo.

A partir de estas investigaciones se ha podido distinguir la noción de conformidad de la de contagio. Existen, en efecto situaciones en las que a un individuo le gustaría comportarse de una determinada manera, pero al ver que los demás no lo hacen así, se abstiene: es decir, hace como ellos. En este caso puede decirse que el contagio es distinto de la conformidad, en la medida en que el conflicto implicado por el contagio sobreviene antes de que el individuo sea p_uesto en presencia de un modelo, mientras que, por lo q':le se refiere a la conformidad, el conflicto se produce por el hecho mismo de la presencia de modelos sugeridos o impuestos. Interpretación de la conformidad

¿Qué explicaciones se han dado al proceso de conformidad? ¿Por qué se conforma la gente? ¿Por qué cede a la presión del grupo? Existen diversos tipos de respuestas. a) La primera, la más ampliamente difundida, se refiere a la hipótesis de

las normas de grupo: como la mayoría de los grupos tienen finalidades precisas, exigen a sus miembros una sumisión a sus reglas, para conseguirlas. Así, se ve con frecuencia cómo un grupo reacciona a la menor desviación. Asch (1955) señaló que la mínima desviación podría ejercer un efecto negativo en cuanto a la cohesión del grupo, ya que esta disconformidad tiene tendencia a propagarse. Pero si existen tomas de postura en favor del sujeto que se ?esvía, éste ten.drá menos n;iedo a ser rechazado. Así pues, la tendencia a la conformidad resultana de la necesidad de encontrar puntos de comparación y de verificación, a fin de lograr un acuerdo entre nosotros y los demás. . La conformidad es, por tanto, el resultado de una necesidad de punto de referencia en el individuo, ya que se esfuerza por estar en armonía con los demás comportamientos y creencias que encuentra a su alrededor. Puede llegarse a la conclusión de que cuanta menos confianza


PSICOLOGIA SOCIAL

tenga una persona en sí misma, tanto más susceptible resulta a las presiones en el sentido de la conformidad. b) De modo más general se puede explicar la conformidad mediante la

idea de dependencia. Cuando un grupo se enfrenta a la evaluación de , una situación, elabora un sistema de respuestas que no solamente : asegura la reducción de la ansiedad, sino también su propia cohesión. Este sistema se impone, en consecuencia, como la respuesta más adap- .· tada y se convierte en una norma: si se asume el riesgo de oponerse a : ella, se puede resultar rechazado por el grupo. La eventualidad de un } desacuerdo plantea al individuo un problema de elección: seguir en el ;: grupo o preservar su propio sistema de respuesta personal. .,; Si obtiene un acuerdo y una aprobación, la tensión queda resuelta por [ la sumisión a la norma: permanecer dentro del grupo es más importan~.·1¡ te para él que preservar su autonomía. En el grupo existe una regla: la sumisión a la norma produce aprobación social. Es precisamente este mecanismo el que crea una dependencia del individuo con respecto la norma mayoritaria. Es tanto más eficaz cuando, por una parte, la pérdida de la autonomía no va acompañada por una pérdida material, sino de una ganancia afectiva y, por otra parte, el sistema de respuesta personal es impreciso, ya que la situación es objetivamente, ambigua. Las interpretaciones de la conformidad que utilizan la idea de dependencia tienen el inconveniente de considerar al sujeto como un ser relativamente pasivo, y no lo es totalmente .. e) Moscovici (1972) hace intervenir, a este respecto, un comportamiento

más activo, al explicar la conformidad mediante el fenómeno de la negociación. Parte de la idea de que el sujeto ingenuo no ha de ser considerado como un ser simplemente sometido a la presión de la mayoría, sino como teniendo a su disposición un sistema de respuesta que le es propio. La conformidad sería entonces el resultado de la confrontación entre dos sistemas opuestos: el del sujeto y el de la mayoría. En este sentido, la situación de negociación que se instaura permite analizar la conformidad en términos de conflictos no intrapersonales, sino interpersonales. En esta situación, la consistencia interindividual aparece como un factor esencial en la adaptación de la respuesta. La negociación define entonces la conformidad como un compromiso.

En relación con estas distintas interpretaciones, Personnaz (1976) se ha preguntado si, en una situación de conformidad, el consenso correspondía efectivamente a la aceptación de la norma mayoritaria. En su experimento utilizó una luz azul verdosa. Comenzó por buscar la norma del sujeto, el cual debía decir, tras una serie de presentaciones, si veía la luz comó azul, o como verde. Una vez conocida esta norma, en la segunda fase , intervenía un.individuo cómplice del experimentador, que contestaba dando siem- .;

11

LA INFLUENCIA SOCIAL

pre la respuesta opuesta a la norma del sujeto. En una tercera fase, las respuestas se daban por escrito, en presencia del c?mplice. El experimento concluía con una serie de presentaciones en las que el su¡eto estaba solo.

Los resultados permiten constatar que ningún sujeto resistió hasta l'I fin la influencia. Por otra parte, la conformidad no es

perturba~a

por el carácter privado o público de las re~puestas. _La depende~cia nea una especie de interferencia con el objeto, debido a la focahzarión sobre otro. Por último, la influencia cesa cuando se marcha el nímplice informado: el sujeto yuelve a su norma personal. . A partir de este experimento, Personnaz esboza una nuev~ onenlación teórica: los conformistas se centran en la fuente de la mfluenl'ia, debido, por ejemplo, a la impresión de extra~eza que suscita ~t~o. Por otra parte, la conformidad no es sino u~ fenomeno de superflc!e, ya que la influencia no es duradera y el su1eto conserva sus propios juicios y criterios de precepció~. En este caso, P1;1-e~e l~egarse ~ la conclusión de que la dependencia no crea una autentica mfluencia y que la conformidad sigue siendo una modificación momentánea; el sujeto conserva su integridad, pero está temporalmente oculta. Los análisis acerca de la conformidad constatan, desde un determinado ángulo, el carácter social del ser humano; éste noyuede vivir y desarrollarse fuera de situaciones, de contextos, que le u~ponen en mayor o menor grado, las orientacion~~ de su comp_ortamien~o. Los análisis de la psicología profunda se dmgen en el mismo sentido: en todo contacto con lo real y el entorno social existe una parte de angustia que impulsa al sujeto, más o ~enos conscientemente, m.ás o menos intensamente, a hacerse dependiente del otro. La conformidad parece, en parte, inscribi~se en esta p~rspectiv~. Al mismo tiempo existe un movimiento mverso, por el que el individuo experimenta la necesidad de diferenciar~e de los demás; se plantea entonces la cuestión d~ saber cómo coexist~n estas dos tendencias. A través de la conformidad, constatamos la importante parte que corresponde a la sumisión .ª las presiones de un grupo. Es~o implica la existencia de un confllcto entre el modo co~o le gustana comportarse al individuo y el modo como el grupo le impone uno o . . varios tipos de comportamiento. ., Así pues, la conformi~ad es una sol~1c~on par~ial a este confllcto en la medida en que permite al &rupo existu )'.' ~eah~ars_e,_ pero ~esuel­ ve asimismo una parte del confllcto, al per~Itu al 11:;1dividuo smgularizarse. Según Codol (1976) esto resulta posible gracias a ~os comportamientos de conformidad superior de sí mismo, denommados también fenómenos P.I.P. (Primus Inter Pares). Se designa con este término un fenómeno .que se observa en múltiples ocasiones, por el que cuando una persona se compara con


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LA INFLUENCIA SOCIAL

PSICOLOGIA SOCIAL

otra, muestra una tendencia a presentarse personalmente como más .· · conforme a las normas de la situación social en la que está implicada, que los otros miembros del grupo. Así, por ejemplo, si la norma de·'· un grupo es el altruismo, la mayoría de los miembros tenderán a , describirse como más altruistas que los otros, si se les pregunta. En un estudio realizado en adolescentes, el au~or ha mostrado que los sujetos presentan un comportamiento de conformidad superior de sí ·. mismo cuanto más deseen diferenciarse de los demás, buscando contactos sociales. Aunque la conformidad tiene el efecto de reducir el .' conflicto eliminando la desviación, produce sin embargo una diferenciación de los comportamientos en el interior de este proceso; implica •· entonces un proceso de influencias recíprocas. LA OBEDIENCIA

Junto con la conformidad, la obediencia representa una segunda forma esencial de la influencia social. Puede ser definida, globalmente como la modificación del comportamiento, mediante la cual un individuo responde con la sumisión a una orden procedente de una autoridad legítima. En resumen, puede definirse la obediencia como la sumisión · a una autoridad. Para tratar esta cuestión, vamos a presentar sobre todo los traba... jos de Milgram (1965, 1974) por dos motivos: -

por una parte, su experimento conduce a un resultado espectacular e , insospechado, que contrasta con la banalidad y la evidencia de multitud de resultados de experimentos; por otra parte, ilustra perfectamente el principio metodológico de la psicología social, que consiste en crear situaciones explicativas.

Experimento de Milgram En el marco de un estudio llevado a cabo por el laboratorio de psicología de la universidad de Y ale, se reclutaron individuos mediante pequeños anuncios, para participar en un experimento cuya finalidad, según se les dijo, consistía en comprobar el efecto de una descarga eléctrica sobre la memoria. El sujeto y otro voluntario, debían echar a suertes para determinar el rol de cada uno: alumno o monitor. Por supuesto, el sorteo estaba trucado: el sujeto se convertía en el monitor y el colaborador del experimentador (cómplice), en el alumno. Este fue sujetado a un sillón y se le fijaron electrodos en el brazo; incluso se le aplicó una pomada especial para evitar las quemaduras. El experimentador condujo después al monitor a otro cuarto, separado del primero por un muro de vidrio, y le instaló ante un cuadro de mandos equipado con treinta botones graduados entre 15 y 450 voltios. Frente a estos botones figuraban las siguientes afirmaciones: «descarga ligera»,

«descarga moderada», «descarga fuerte», «descarga muy fuerte», «descarga intensa», «descarga extremadamente intensa», «atención: descarga peligrosa» y, por último, tres «X». El principio del experimento es el siguiente: el monitor tiene ante él una lista de treinta palabras asociadas a adjetivos. Su tarea consiste en leer, para comenzar, los treinta pares de palabras (por ejemplo: azul-cielo) y luego en presentar al alumno una de estas palabras, para que encuentre la otra (ejemplo: azul... cielo). El experimentador explica que, a cada error que comete el alumno, el monitor debe administrarle una descarga eléctrica; las descargas serán tanto más intensas cuanto más numerosos sean los errores. El dispositivo está también concebido de tal suerte que el monitor recibe un feed back de parte del alumno, cada vez que administra una descarga eléctrica y en función de la intensidad: a 75 voltios, el alumno gime; a 120 voltios, grita que los choques son dolorosos; a 150 voltios se niega a continuar; a 270 voltios, lanza un grito de agonía y a partir de 300 voltios lanza estertores y no responde ya a las preguntas. Cada vez que un monitor duda, el experimentador le invita a continuar y si tras la cuarta invitación, el sujeto se niega a obedecer, el experimento se detiene.

El objeto del experimento no corresponde, en realidad, a los dcctos del castigo sobre el aprendizaje: lo que se busca es la capacidad de obediencia al monitor, la sumisión a la autoridad. Para el sujeto que participa la autoridad es aquí el experimentador, que le impone infligir un código de castigos a alguien que no le ha hecho nada: ¿hasta qué punto va a obedecer esta orden que se le acaba de dar? Paralelamente, Milgram procedió a realizar encuestas en tres categorías de personas: psiquiatras, estudiantes y adultos de la clase media. Les preguntó acerca de lo que harían si participasen en un experimento así y lo que harían los demás. Las encuestas mostraron un rechazo casi unánime de la obediencia, por parte de los sujetos, con excepción de algunos casos patológicos (1a2%) que continuarían dando descargas eléctricas hasta el último extremo, es decir, hasta el máximo. Según los psiquiatras, la mayoría de los sujetos no irían más allá del décimo nivel (150 voltios), un 4% llegarían al vigésimo nivel (300 voltios) y un 1 ó 2% llegarían hasta el final. Las previsiones así establecidas se basaban: - en parte, en la idea de que la gente es relativamente buena y nada proclive a hacer sufrir a un inocente; - por otra parte, sobre la idea de que, no existiendo posibilidad alguna de sanción, un individuo es dueño absoluto de su comportamiento, es decir, que actúa únicamente de uno u otro modo porque ha decidido hacerlo.

Estas reflexiones valoraban el carácter autónomo del individuo, sin tener en cuenta la situación en la que se encuentra. Pero aquí, 19s sujetos han sido llevados precisamente a comportarse y a adoptar


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comportamientos opuestos a sus convicciones. ¿Cómo reaccionaron, durante el experimento? Hay que señalar en primer término que) ningún candidato se negó a participar en esta investigación. No obstante, la obediencia que demostraron no dejaba de constituir ' problema para ellos. .1

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La situación no era vivida como un juego, sino como una tensión, importante. Así por ejemplo, muchos evitaban mirar al alumno des- , pués de administrarle las descargas eléctricas. Cuando se les hizo notar ;l este hecho dijeron que les resultaba penoso verle sufrir; no obstante»'' continuaron haciéndolo si cometía errores. J - En algunos se podía observar otro tipo de tensión unida a su esfuerzo ', psicológico para aceptar la situación, lo que resultó posible por la ) devaluación de la víctima. Para librarse de una situación para él insoportable, el sujeto debía romper con la autoridad, es decir, negarse a continuar obedeciéndola.

Los resultados de este experimento revelan que un 62% de los sujetos eran obedientes hasta el extremo, es decir, que continuaban administrando descargas hasta que se les decía que podían detenerse. Se habían sometido, por tanto, a lo que se les mandaba hacer. Milgram realizó dieciocho variantes de su paradigma experimental y en : todos los casos, el experimento ilustra claramente el peso de la sumí-,: sión a la autoridad. Esto significa que en la gran mayoría de los casos · ; los individu?s no ~u~str~n tendencia alguna a resistir a las exigencia~ :, de la auton~ad, m s1qmera cuando creen que está equivocada, son " capaces de e1ecutar cualquier orden emanada de ella. Este comportamiento no puede, pues, comprenderse en términos de psicología individual, como la agresividad o el sadismo, el motor de este fenómeno, reside en la obediencia. Este experimento muestra cómo unas personas normales pueden ser llevadas a abdicar de toda conciencia, de toda moral personal, en provecho de una obediencia ciega a las órdenes procedentes de una autoridad superior. ¿Cómo entender este mecanismo? Modelo explicativo Milgram intenta explicar la obediencia por diversos factores: - las condiciones de la socialización; - los factores de cambio de la obediencia; - la debilidad de la resistencia humana.

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a) Condiciones de la socialización: tod<_> .individuo entra en la vida soc~al aprendiendo a obedecer, en la familia, en la escuela, en el trabaJo. - Interiorización de la sumisión: los veinte primeros años de la vida transcurren en estado de subordinación, estado que, por otra parte, es valorado como moral y bueno, ya que la obediencia es consagrada como una virtud y es, por tanto, recompensada. Tiene entonces_ lug~r la interiorización del orden social, es decir, de la norma de obediencia a los superiores. Para que este JI.lecanismo pueda fu~cion~~ es necesario, en primer lugar, que la autoridad sea clarament~ iden~i~~cable ..con frecuencia, el sujeto ~cude con la i_dea de que alg1.:uen,dm1a las. s~tua­ ciones en las que esta colocado e mtenta descubrir donde se situa la autoridad. Por su parte la autoridad se señala por marc~s caracte_rísticas que los individuos advierten. Por otra parte, el su1eto se siente comprometido y moralmente obligado, sobre t?do en ~l caso d~l T?encionado experimento, a asumir su rol hast~, el final. Exist~, por ultimo, una coherencia entre el orden y la funcion de la aut~:mdad, lo cual significa que un individuo será receptiv? a cuanto procede de ella y que aceptará la situación tal como la autoridad la defme. - El estado agéntico: la integración ~n la jerarquía da lugar a una p~rdida del estado de autonomía, sustituido por un nuevo estado que Milgram denomina el «estado agéntico». ,fül sujeto no se siente ya responsable de sus actos no se considera ya más que como el instrumento de la voluntad de 'otro, cuyas órdenes obedece./ Pero al obedecer renunciamos a nuestra capacidad de evaluación personal: consideramos que no tenemos ya que juzgar si nuestros actos son buenos o malos; en el momento que se nos da upa orden, estimamos quella autoridad superior está ahí para juzgarla}; nosotros hacemos simplemente aquello_ que se nos ha pedido hacer {Para Milgram, además, cuan~o un~ a~t~mdad es identificada, se produce un fenómeno llamado «~mtomzacion»: el sujeto es receptivo a todo lo que viene de la autorid~? y muy poco receptivo a lo que procede de otra parte. Su atel_lc~on p~r~a~ece centrada en todo lo que la autoridad es capaz de exigir. El mdividuo la definición que acepta las situaciones que se le presen~an a través hace de ellas la autoridad; estando obligado a realizar todo lo que ella exige, la deja ser única juez de la signific~ción de su~ !1ct~s; . Estos mecanismos tienen por consecuencia una modificac10n del sent~­ do de la responsabilidad~( el individuo considera que está comprm_netido con la autoridad, que le da ciertas órdenes, pero no se sient~ personalmente responsable de los actos pr~scritos por 7lla.¡La autoridad se convierte en fuente de reconoc1m1ento y en Juez moral del sujeto/que buscará t;n ella la imagen buena de sí mismo; es la autoridad la que puede confirmar esta imagen, i:iero para ello hay qu~-~be­ decer. En último término, el estado agéptico resulta de la sumis1on a las órdenes procedentes de la autoridad;"

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b) Factores de cambio de la obediencia: Milgram y ot~o_s, psicólogos sociales han intentado definir dentro del proceso de sumis1on, aquellos


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factores que, modificados, podrían reducir la tendencia a obedecer ciegamente. Aquí se han llegado a diferenciar varios elementos. - La legitimidad de la autoridad: considerando que el elevado grado de obediencia, en su experimento, estaba esencialmente vinculado al peso de la legitimidad reconocida a las exigencias del experimentador, que encarnaba el prestigio de la universidad de Y ale. Milgram quiso explorar otras posibilidades. Instaló otro laboratorio en un inmueble deteriorado y presentó al promotor del estudio como una firma privada; los otros elementos del experimento eran idénticos. Los resultados mos- . traron que el cambio de procedimiento redujo la obediencia a un 48%. ~ - La proximidad de la víctima: en el experimento que acabamos de presentar, la víctima estaba en una habitación cercana. Los trabajos ulteriores de Milgram han demostrado que la obediencia disminuía considerablemente cuando el sujeto estaba en la misma habitación que la víctima. Cuanto más próxima se hallaba la víctima, menos sumisión había.

c) La debilidad de la resistencia humana: los experimentos de Milgram, que han sido objeto de una importante controversia, han tenido el mérito de poner de manifiesto el perturbador hecho de que la mayoría de las personas siguen ciegamente las órdenes que reciben. Estos resul- ' tados muestran la debilidad de la resistencia de los individuos ante una autoridad, la importancia de su dimisión y de la abdicación de sus responsabilidades, pero también revelan que una obediencia así no se produce sin problemas; la vivencia de estas situaciones ha sido, con frecuencia, dramática, al ser muy intenso el conflicto interior; casi nunca se dio una adhesión ciega a la tarea. Aun cuando la mayoría obedecía bastante, y con frecuencia hasta el final, se observó también una minoría que no se sometía totalmente. Por otra parte, cuando la situación lo permite, se ven aparecer tentativas de resistencia. El debilitamiento de las posiciones autónomas o de responsabilidad es tributario de una jerarquización de valores, introducida por la relación de orden: ante aquel a quien se obedece, se intenta dar una buena imagen de sí mismo. Existe por t<).nto jerarquización, ya que hay una reordenación de valores en función de aquello que espera la autoridad y, en caso de conflicto, los valores dictados por ella serán adoptados por los individuos; todo el mundo se ha visto llevado a un comportamiento contrario a las propias convicciones, al menos hasta cierto umbral. Por no reconocer la fuerza de estos factores, los sujetos encuestados, incluidos los psiquiatras, se han equivocado en la previsión de los resultados.

En las dos formas de influencia social de las que acabamos de hablar se pone a los individuos en situaciones en las que modifican su comportamiento y se someten a órdenes: -

en la conformidad, es la presión del grupo lo que actúa; en la obediencia, es la orden de la autoridad.

Impacto de la influencia social El análisis de estas formas de influencia nos lleva a la c~~stión de los efectos ·generales de este proceso. ¿Es que una pres10n ? u~a influencia conducen forzosamente a la conformidad? La expenencia cotidiana nos muestra que una influencia _no tiene un efecto automá1ico; puede producir también no-con~ormidad, o una mayor o menor desviación respecto a las normas, o mclus~ el rechazo .de estas. Presentaremos algunos aspectos de este ~enomeno rela~ivos, por u~a parte, a las situaciones de no-confor~1da~, de anomia y de desviación, y por otra, a los fenómenos de mmonas. RESISTENCIA, ANOMIA, DESVIACION

Si los análisis precedentes han per~itido comprender por qu~ se conforman los individuos, no es menos importante e.aptar P'?r que.no se conforman, es decir, por qué se resisten a la mfluencia social. Resistencia individual: la reactancia

Un primer tipo de estudios responde a esta l?regu~ta I?~niendo de manifiesto los factores vinculados a las reacciones mdivid~ales de resistencia a la influencia. Distintos investigadores han exphca~o la resistencia a las presiones por factores psicológicos. Así, en u.na situación en la que los individuos se sient~n amenazados en su m.dependencia, reaccionan con un comportamiento llamado «re~cta~?ia». La reactancia puede definirse como el d~sw:rollo d~ una motzv~cwn negativa, unida al sentimiento de una p~rdzda d~ mdependencz~ Y que se manifiesta por una resis.tencia a la ~nfluencza, y que se orienta en el sentido de recuperar la libertad perdida. a) Un estudio relativo a los cambios de actitudes vi~culados a una situ~­ ción de censura (Wicklund y Brehm, 197?) per!11ite entender c?n mas precisión un estado de reactancia. La h1potes1s de. este expenmen~o consideraba la censura como una presión sobre la libertad, que podia desencadenar reacciones para preservarla. El experimento se refería a la medición de las actitudes de lo~ alumnos de un instituto en cuanto al descenso de la edad de voto; la mayona de ellos


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manifestaba su aprobación en este punto. Se les había anunciado la venida de un conferenciante que debía pronunciar un discurso en favor de esta posición, pero la conferencia fue suspendida, la misma mañana en que estaba prevista. Parte de los alumnos fueron informados de que el discurso había sido prohibido por el consejo escolar regional, que no deseaba que se escuchase; a los demás alumnos se les dijo que el conferenciante estaba enfermo. A continuación se midieron las actitudes de los alumnos para saber si la censura había logrado modificar sus disposiciones anteriores.

Se puso de manifiesto que los alumnos a los que se había hablado de la censura habían desarrollado una actitud aún más acentuada en favor del descenso de la edad de voto. La censura no modificó para nada sus actitudes en el sentido deseado, sino al contrario. En cambio, no se dio este resultado en los alumnos que no habían recibido la misma información. Así pues, los individuos pueden resistir, en ciertos casos, la presión social ejercida sobre ellos, ya que esa presión provoca motivaciones en sentido contrario al efecto buscado. Estas motivaciones pueden estar vinculadas a sus creencias personales, a los sentimientos de independencia que deseaban conservar, a los valores.que defendían o incluso a compromisos diversos en los que estaban implicados. b) Otros estudios han mostrado que la probabilidad de un comportamiento de reactancia iba unida a varios factores: aumenta tanto más cuanto más disminuye el sentimiento de libertad, esto se da, sobre todo, cuando el individuo concede cierta importancia al comportamiento así amenazado (Brehm y Mann, 1975).

Entre los elementos de orden individual que intervienen como resistencia a la influencia, se pueden contar los sentimientos de identidad personal. Duval (1972) ha observado que la conformidad de los individuos puede disminuir cuando son colocados en situaciones en las que es muy grande la percepción de similaridad. En un estudio que tenía como objeto el efecto de la percepción de semejanza sobre el conformismo, dicho autor hizo variar el sentimiento de unicidad en un grupo de estudiantes. En una primera etapa, este grupo fue informado de que otros estudiantes, entre diez mil interrogados, compartían sus diez actitudes más importantes en una proporción de 5%, 50% o 95%. Cada uno debía expresar su opinión, tras haber escuchado las valoraciones de otros dos estudiantes.

Los resultados ponen de manifiesto que en todos los casos en los que se les decía que sus actitudes tenían una semejanza elevada con las de la mayoría de los estudiantes, los sujetos expresaban el nivel más bajo de acuerdo con las otras estimaciones. Aquí se constata, por tanto, que la conformidad disminye cuando aumenta la necesidad de distinguirse o de afirmarse. Si ahora nos situamos, no en el punto de

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vista del individuo, sino de la organización social, s~ puede distinguir otro efecto de la influencia en el concepto de anomia. Anomia social

El concepto de anomia, creado por Durkhei~ (196~) define los efectos de desorden social vinculados a los conflictos existentes, en_tre valores y normas dentro de un contexto dado. Se const~ta una perd~da de impacto, de potencia, de eficacia de l~s reglas sociales que gman los c¿mportamientos. Existe, pues, anomia cuando la c?nducta de los individuos no está ya regida por normas claras; se cons~~era e?tonces que l~s sistemas sociales, debido a su creciente cc:mple)ldad, mducen un efecto de atomización que produce un con3unt? de reglas mal establecidas. Debido al rápido cambio a que se ven su3etas las normas, se da un desgaste de los valores tradiciona~es y por tanto un desorden en las relaciones entre el individuo y la sociedad, ya que las reglas han perdido su consistencia. Merton (1949) presentó un enfoque del c~ncepto dentro de una perspectiva microsociológica. Para él, la ano~ia _resulta del hecho de que la sociedad propone a sus miembros ob3etivos, pero n~, les da posibilidades de alcanzarlos. Se produce entonces una ~ension q~e crea una dejación del consenso,, c~yo ef~cto es una rel~tiva ausencia de normas. Así por ejemplo, el exito social; que es considerado como un valor en la sociedad industrial, se convie:!e en ui;i p~~to de referencia en relación con los objetivos que se Íl)an los mdividucls. Para alcanzarlos disponen de medios que son socialmente ~alorados ,Y al mismo tiempo determinados por normas; estas constituyen asi, al mismo tiempo, barreras que muchos individuos r;io podr~n franq~e~r, debido a su condición social. Así, en la clase media amencana, el exito es positivamente valorado, pero con frecuencia faltan los recursos para alcanzarlo. . En este caso, la anomia es un proceso mediant~ el cu~~ las estr,uc:turas sociales engendran condiciones en las que la mfraccion del codigo de la sociedad constituye una respuesta «normal»_,, que pu~de adoptar la forma de desvi~ción in~ividual o de contestac1on cole_ctlva. De aquí la aparición de diversos tipos de conductas correspondientes al rechazo de los medios socialmente yalorados.. . Así pues, la anomia permite medlf las desviac~on~s. engendrad.as por normas inoperantes; con respecto a ell~s: los mdiv1duos desl?hegan cierto número de posibilida~es, que u!ihzan para alcan~ar fmes definidos. El análisis de la anomia proporc10na, en este sen~ido, una explicación a los comportamientos desviados, ya que constituye, según Merton, su fuente social y cultural.


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y supera con mucho al número de las dirigidas a los otros. Es decir, los

miembros del grupo despliegan una gran energía para hacer volver al desviado al camino recto, esto es, para que ajuste su opinión a la de ellos. Se observa, por otra parte, hacia el final del experimento, que el número de comunicaciones dirigidas al desviado disminuye sensiblemente. Esto se ha interpretado como una forma de rechazo; las evaluaciones posteriores han demostrado que los miembros del grupo le eran hostiles.

Desviación es laU:a d~ I~~ consecuencias más sintomáticas de la influencia social esviacwn, que puede definirse como un tipo d d resulta de un conflicto entre valores y normas y que si:ú~~nlo~c~aiu~ duos fuera de un sistema social de reglas est~blecidas donde sin ividuct~_no parece ya limitada por ellas. Los estudios sobre la desv~a~f~ ~el re ietr~tndtantfo a los elementos de reacción a la conformidad como as ac 1 u es rente a los desviados. '

Levine (1980) ha confirmado esta noción de presión social sobre el desviado por la elevada tasa de comunicaciones, pero sólo durante cierto tiempo, más allá del cual la presión disminuye y equivale a un rechazo de ést~. Así, la presión contra la desviación permite captar hasta qué punto el consenso en torno a las reglas sociales aparece como una dimensión esencial y crucial de todo sistema, ya que es ella la que constituye la realidad social, propiamente dicha, en el sentido de que determina una comprensión y unos tipos de comportamiento socialmehte aceptados, en relación a lo que debe ser el mundo. Toda desviación de este consenso se convierte en una amenaza a la integridad, tal como se la ha construido socialmente un grupo. Es percibida como un riesgo de dislocación. La importancia de la presión ejercida sobre el desviado aumenta, pues, tanto más cuanto que representa una amenaza de este orden; pero la importancia de la presión puede provenir igualmente de la cohesión del grupo como tal. Parece ser, por tanto, que los sistemas sociales toleran pequeñas desviaciones de la norma, pero si son más importantes, resultan más amenazadoras. En este caso, o bien se ejerce una presión muy fuerte para reintegrar al desviado, o bien el grupo considera que ha transgredido los límites y entonces le rechaza.

a) La teoría de la reactancia (Brehm 1966) que hemo . d b~sa en la hipótesis de _que el indi~iduo posee una ;a:=~~n~o~;~;t~~ miento.s que puede utJhzar de inmediato o más tarde S t potenciales que se refieren a su manera de vivir la r . e rata de cuant_o_ afecta.al sentimiento que pueda tener al respect~b;~~~d, Y,todo ucua una reacc10n mediante la cual intentará volverla a encontrar. b) :f:l, segundo t~po de estudios se refiere a los fenómenos de desindi 'd cwnf: esta on_entación se basa en la idea de que los individuos ad~p~~ con recuencia, cuando están en . ;:e.se: cuando estaba~~nlV~uu~s se sentian me?os responsables de sus actos . d. 'd 1 g. p '.ya que no senttan sus comportamientos como . m iv1 ua es, es decu diferentes de los d 1

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Vemos, pues, que la desviación es una situación de interacción mediante la cual un grupo regula la aplicación de las normas, ejerciendo un tipo de presión que consiste en reinsertar al desviado dentro de los límites fijados por ese grupo. Pero estos esfuerzos no siempre tienen éxito.

d~~. c~nstJtuyden: se~ú~ él, un o~stáculo al deseo de ser adve~ti~ov;~!¿ I~

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ecu, umco. Esta imposibilidad

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:~~~;t:~i:~i~~~;~~~~~~~~~~ai~~n~l~ntenta~c~~~~~~~z:rs~~1:1e~~~:á e) Otras investigaciones se refieren a las actitudes frente a los desviados. Un estudio clásico (Schachter 1951) h d . d' relativas a un comportamiento desvi~do de t a d escnto iversas presiones

'/'eoría del impacto social

de~idir la ~uerte de un joven delin!ente. ~~oo~~~~z~ómpJ1c~s). Jenían que

La teoría del impacto social (Latane y Nida, 1980) propone a este respecto un enfoque interesante. Muestra que en el interior de un grupo, las normas no son siempre rígidas, los individuos pueden conservar cierta libertad y en este tipo de :interacciones, ejercen un impacto unos sobre otros. En estas condiciones, un desviado puede aprovechar la situación y conducir, por ejemplo, al grupo a otras posiciones distintas de las que tenía anteriormente. Según esta teoría se distinguen varios factores de impacto sobre el grupo:

~~~~~ndf~;o~~~~~:~e:e;~: ~~ s:xc~~~~an~ ~~tr~ r~s g::~~sc~:f~~:!~ ~~~

y cmco mmutos, en el curso del cual cada uno d b' un e ate e cu~r~nta

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SOCIAL LA INFLUENCIA SOCIAL

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-·- La cantidad de influencias diferentes: cuantas más personas existan que · tienen opiniones diferentes, tanto más posible es influir sobre el desviado. -~- El peso de la influencia: la idea de pesoJstá vinculada aquí al recono- \ cimiento de la acción de un individuo. Así, el peso de la influencia ' aumenta cuando puede ayudar, ofrecer un status social o proporcionar' placer a alguien.

A través de estas características, la teoría del impacto social indica que los pequeños grupos tienen menos fuentes de influencia y ofrecen, en consecuencia, mayores posibilidades de libertad. A su vez, el ' desviado es capaz de actuar sobre la situación y por tanto, de influir sobre el comportamiento de los demás miembros y sobre la orientación del grupo. La teoría del impacto social puede compararse con un estudio de Asch (1951) sobre el modo de reducir el conformismo. En este experimento, uno de los cómplices expresaba claramente una opinión en favor de una respuesta inexacta; los efectos de esta posición anticonformista sobre las reacciones de los sujetos fueron importantes, ya que la tasa de conformidad descendió a aproximadamente un 5%. En otras palabras, la presión de las normas hace surgir respuestas individuales extremadamente variadas. Si los individuos encuentran apoyo u sus puntos de vista, resistirán a la pasión y adoptarán una actitud de separación mayor o menor con respecto a las normas. Las condiciones de resistencia a la influencia social y de desviación en particular revelan, a niveles más profundos, un conflicto entre un sistema de valores y un sistema de normas. Este conflicto es el resultado, por una parte, de la ambigüedad de la realidad social, que da lugar a estas reacciones por el hecho de situar a los individuos en una contradicción permanente entre los valores que esa realidad social propone y las normas a partir de las cuales sanciona sus conductas. A fin de cuentas, el comportamiento marginal posee el mérito de mostrar que la influencia social no funciona jamás en sentido único; el individuo al que va destinada se convierte a su vez en un polo activo dentro de este sistema relacional.

probar, la minoría puede, a su vez, convertirs~ en ':1n ~gente de influencia. Esto se ha hecho patente a través de mvest1gac~ones q~e han estudiado los fenómenos minoritarios como fuente de mfluencrn social y no solamente como puro blanco de la mayoría. En los experimentos que vamos a presentar, los autores parten del hecho de que no puede~ ~omprend~rse los. ,ele~en,tos del_ cambio social ni ciertas caractenstlcas de la mnovac1on, s1 solo se tienen en cuent~ los simples mecanismos de uniformización y de reducción de las diferencias, producidos por la mayoría. HXPERIMENTOS DE FAUCHEUX Y MOSCOVICI (1967)

Se propone a unos sujetos juzgar unos dibujos que varían en cuatro dimensiones: el tamaño, el color, la forma y el contorno. Exis~en _cuatro buenas respue~­ tas posibles y los sujetos son invitados a adoptar el cnte~10 9ue les par~zca mas adecuado. La serie incluye, en total, sesenta y cuatro dibujos. ~os s1;1.jetos son distribuidos en grupos de cuatro o cinco, entre los cuales hay un comphce que da sistemáticamente la respuesta color.

Resultó que en los grupos sometidos a la influencia del cómplice, las respuestas color fueron las más importantes. En otro experimento, los mismos investigadores presentaron a unos s?jetos una lista de ochenta y nueve palabras-estímulos, frente a _las cuales habi~ d~s términos asociados: por ejemplo, frente a la palabra «naranja» estaban los. terminos «redonda» y «fruta», uno de los cuales era siempre cualitativo y el otro siempre supraordenado. , El experimentador presentaba la palabra ~sttmulo, a. un_ grupo de cuatro personas, una de las cuales era cómplice. C:ada sujeto ~ebia mdicar la palabra que le parecía más relacionada, pero los cómphces daban siempre ~a respuesta de tipo supraordenado. Se introdujeron, además, dos variantes: una hsta A en la q1;1.~ los términos asociados estaban elegidos de tal modo que aumentaba la proba~ihdad de elección supraordenada, lo cual definía al cómplice, primero como des,via~o y luego como situado dentro de la norma; u~a ~ist~ B, en la 9~e los termii:i?s asociados estaban elegidos de tal modo que dismmma la probabihd_ad de elec~ion supraordenada, lo cual tenía como efecto hacer que el comportamiento del complice apareciese primero como conforme y luego, como conservador.

1\L PESO DE LAS MINORIAS

La mayoría de los trabajos sobre la influencia social han insistido sobre la importancia de un fenómeno mayoritario en este proceso: se 11poyan en un sistema explicativo en el que se considera el hecho de que la mayoría posee efectos automáticos, sin preocuparse de la minoría, que no tiene las mismas reacciones. Como hemos podido com-

Se comprueba que cuando el cómplice se comporta como un desviado su influencia sobre la mayoría es segura. Por otra parte, puede observarse que el peso de su influencia es debido a su coi;iformismo de partida. Este experimento mu~stra, por tanto, q~e existen estrategias de influencia y que algunos tipos de comportam1~nto _son más eficaces que otros para ejercer un impacto de mfluencrn mmoritaria.


LA INFLUENCIA SOCIAL l'SICOLOGIA SOCIAL

lúperimento de Moscovici, Lage y Naffrechowc (1969) Este experimento ha permitido determinar ciertos procesos de influencia minoritaria y saber cómo y a qué nivel se producía. El experimento constaba de tres fases. -

En primer lugar se mostraba a los sujetos dispositivos provistos de filtros que ! tenían como efecto, o disminuir la intensidad luminosa, o eliminar el color,~ para no dejar subsistir más que la gama de predominio azul. Los grupos estaban compuestos por cuatro sujetos no cómplices y dos cómplices. Estos estimaban · siempre la luminosidad según su percepción, pero afirmaban que el color era verde, mientras que era manifiestamente azul. - A continuación, los sujetos seguían siendo los mismos, pero un nuevo experimentador les proponía, un estudio sobre la percepción de los colores, mostrándoles unas pastillas, unas veces azules, otras verdes, que había que clasificar según el color que se les atribuía. - Por último, los sujetos, contestaban a un cuestionario, en el que evaluaban a sus compañeros de equipo.

Los resultados revelaron varios puntos: - En la primera fase del experimento, la minoría no ejerce más que una débil influencia, ya que sólo un 8% de los sujetos proporcionan las mismas respuestas que el cómplice. - A continuación del test de discriminación se constata una modificación del código perceptivo en el grupo marcado por la influencia minoritaria; en este caso, los sujetos juzgan el color más bien verde, mientras que los grupos testigos lo consideran más bien azul. - Finalmente, a partir del cuestionario, se advierte que los cómplices son juzgados como menos competentes que los sujetos ya que su comportamiento se califica de desviado. En cambio son considerados como más seguros (consistencia).

Este experimento pone de manifiesto que existe una influencia de la cual no es consciente el sujeto y que se refiere a su código perceptivo. Permite distinguir el proceso de influencia minoritaria, del de conformidad. Mientras que esta última reside más en un comportamiento estratégico, con la finalidad de disminuir un conflicto aparente y no se trata, por tanto, de una verdadera influencia, sino simplemente de una sumisión que desaparece cuando desaparece a su vez la fuente de influencia, la influencia minoritaria, por el contrario, no interviene de modo consciente y no puede ser, por tanto, considerada como una táctica.

Influencia de la minoría sobre la mayoría Otros trabajos (Nemeth y Wachtler, 1973) muestran que una ' posición mantenida por una minoría puede influir sobre el comporta-

miento de la mayoría y hacerle modificar su sistema de respuesta, aproximándolo al suyo. Sin embargo, si el sujeto minoritario adopta una posición extrema, provoca una repulsión, incluso cuando anteriormente tal posición era mayoritaria. Paicheler (1976, 1977) ha estudiado la polarización de las actitudes en un grupo, a propósito, sobre todo de la opinión de grupos femeninos acerca de la liberación de la mujer. En cada grupo se introdujo un cómplice, que adoptaba una posición extrema, bien antifeminista, bien profeminista. Iba pues en contra o a favor de las normas de las participantes en el experimento.

En el grupo del cómplice profeminista, la polarización de las actitudes fue muy fuerte y un 94% de los sujetos adoptaron el punto de vista del cómplice, que ejerció, por tanto, una influencia muy grande, produciendo en el grupo una interiorización de su respuesta. En el grupo del cómplice antifeminista se constató una imposibilidad de llegar a un consenso en un 94% de los casos, al mismo tiempo que aparecía una cierta agresividad contra las rígidas posiciones del cómplice. El efecto de bipolarización que se produjo en este grupo muestra que la presencia de un individuo heterodoxo aumenta las divergencias de opinión y hace surgir conflictos entre los miembros de un grupo, paralizando así la posibilidad de alcanzar un consenso entre ellos. Este experimento es interesante porque permite distinguir dos tipos de minoría: ortodoxa y heterodoxa, cada una de las cuales da lugar a determinados tipos de cambio en los sujetos sometidos a su influencia.

El «estilo comportamental» Por último, en los estudios sobre las minorías hay que subrayar un factor evidenciado por Moscovici (1976) que lo llama «estilo comportamental» del agente de influencia. Los elementos que intervienen en la influencia minoritaria son de tres órdenes: - la inversión relativa al problema; - la autonomía; - la consistencia.

Así, la condición de eficacia de la influencia minoritaria reside en un sistema de respuesta consistente, que debe ir acompañada de una confianza en sí mismo. El conjunto de los estudios sobre las minorías permite observar

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--------que la mayoría y la minoría no son dos bloques rígidos: el peso de su. respectiva influencia es conjugado y puede invertirse en beneficio de; la influencia minoritaria. Así pues, no son las mayorías las que deten-:1 tan, de manera exclusiva, los sistemas de influencia; con frecuencia1 están influidas por la opinión de las minorías y como reacción, puedeq: modificar sus propias opiniones, valores y modos de comportamiento;'. Sin embargo, la eficacia de una minoría depende mucho de su estilo), comportamental, que define un nuevo criterio de estrategia social eri_\ las reglas de influencia capaces de producir un cambio positivo. Este capítulo sobre la influencia social ha permitido distinguir un'. tipo de proceso conflictivo existente entre las presiones hacia la uni~ '; formidad, por una parte, y el deseo de autonomía del individuo, por;: otra, lo cual da lugar a formas diversas de adaptación cuya naturaleza} y mecanismos hemos examinado, sobre todo en cuanto a la conformidad y a la obediencia. La influencia es por tanto una palanca central\ en el funcionamiento de la máquina social y las minorías permiten , definir en qué términos, entre otros, se plantea el problema de la:. resistencia frente a las presiones sociales que pesan sobre los indivi- . . duos y los grupos y que los determinan.

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LA INFLUENCIA SOCIAL

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4. La representación social

La noción de representación social se encuentra en una situación muy particular en la psicología social: no está aún bien reconocida como un campo específico, debido a los enfoques behavioristas que han dominado en los estudios de la percepción social y la han asimilado a esta corriente. Se trata, por otra parte, de un concepto relativamente reciente que no ha sido todavía bien integrado, aun cuando Durkheim fue el primero (1898) en introducir la idea de representación colectiva, atribuyendo a la psicología social la misión de estudiar las representaciones sociales. Este concepto se elaboró con el estudio de Moscovici (1961). En Francia ha experimentado un desarrollo marcado por diversas hipótesis, relativas sobre todo a las mujeres (Chombart de Lauwe, 1967) la cultura en los obreros franceses (Kaes, 1968), la salud y la enfermedad (Herzlich, 1969), el espacio (Milgram y Jodelet, 1976). Estas orientaciones han puesto de relieve las modalidades cognitivas específicas de elaboración de la realidad, que definen 1as representaciones como construcciones mentales de lo social. En e·ste capítulo delimitaremos este concepto situándolo, por una parte, en relación con las corrientes. que tratan de los fenómenos de percepción y creencia sociales, y por otra, destacando sus aspectos más característicos. · El desarrollo del presente capítulo se llevará a cabo de la manera siguiente: l. En primer lugar presentaremos algunas teorías de la percepción social,

mostrando cómo, por una parte, los individuos utilizan sus impresiones acerca del otro y cómo, por otra parte, intentan dar a las situaciones y las reacciones del otro, tipos de explicaciones para establecer su conocimiento del mundo social.


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LA REPRESENTACION SOCIAL

J>SICOLOGIA SOCIAL

que se hayan formado mientras tanto. Estas teorías funcionan como formaciones aprendidas y dependen de varios factores:

2. Procederemos, a continuación, al análisis de ciertas formas de percepción social a partir de las nociones de prejuicio y estereotipo. 3. Desarrollaremos, por último, la noción de representación como objeto teórico específico, estudiando la naturaleza de los procesos aquí operantes y examinando los factores esenciales que los determinan.

- la experiencia; - la motivación; - el contexto social.

Teorías, de la creencia social.·· ¿Cómo construimos lo real? ¿Qué imagen nos formamos del otro? , ¿Cómo pensamos las situaciones en las que estamos implicados o las e; que observamos desde el exterior? La psicología social se interesa por · los mecanismos cognitivos mediante los cuales pensamos y percibimos lo social. Estos mecanismos serán abordados mediante tres modalidades distintas: -

las teorías implícitas de la personalidad; los mecanismos de formación de las impresiones; los procesos de atribución.

La experiencia

Las ideas que nos hacemos del otro se forman a partir de los. intercambios sociales. Percibimos los comportamientos del otro de una manera positiva o negativa, según reglas que hemos aprendido por nuestra cuenta, para comprenderlos,. Las teorías implícitas de la personalidad se convierten así en reglas objetivadas, es decir, enli!na manera de describir la realidad, en la medida en que este proceso está integrado en el sentido común. Describir una empresa como compuesta por un 'presidente director general, cuadros, empleados, mandos intermedios y obreros, es establecer una clasificación que se mu~stra como la situación normal de funcionamiento de una organización., Mediante este modo de presentar las cosas se adquiere el sentido común, es decir, una percepción «natural» de aquello que constituye la realidad social. ...,.

TEORIAS IMPLICITAS DE LA PERSONALIDAD ·'i

Organizamos nuestra percepción del otro simplificando las infor-J maciones de que disponemos. Conocemos la realidad social por es-'~ quematización, es decir, por un proceso de evaluación gracias al cual,'' con menor esfuerzo, sabemos lo que es el otro y su modo de funcio-; namiento. Intentamos situar a los otros en categorías sumarias, para formarnos una idea coherente de ellos; a esto es a lo que se refiere el · concepto de «teorías implícitas de la personalidad» (Bruner y Taguiri, 1954; Schneider, 1973). Este concepto describe una representación mental somera cuya función consiste en dominar la re~lidad mediante una reducción de su '• complejidad y de las diferencias que la componen. Este mecanismo proporciona puntos de referencia capaces de organizar y orientar nuestra acción en un sentido que haga posible la previsión de determinadas reacciones y, por tanto, su controL ~Las teorías implícitas de la personalidad definen así todas las. formas de caiegorización que nos permiten aprehender las característi~A cas del otro, captar nuestra reacción sin demasiados riesgos y determi··: nar nuestras conductas futuras en función de las ideas preconcebida~¡! 1

I,as motivaciones

Las teorías implícitas de la personalidad están asimismo en función de nuestras motivaciones, que privilegian o distorsionan determinadas informaciones en detrimento de otras. Más concretamente, estas motivaciones pueden ir unidas a la prosecución de objetivos personales y desempeñar, por ejemplo, el papel de reforzamiento de una percepción. Este experimento se organizó como un juego que se proponía a unos adolescentes y que les permitía obtener una entrada para un partido de baloncesto. Los sujetos estaban distribuidos en dos grupos. Al primero se le daba la siguiente información: el partido carecía de interés, puesto que se trataba de una competición entre alumnos de enseñanza secundaria. Al segundo se le dijo que era un partido importante. Para obtener una entrada cada sujeto debía pasar por un jurado compuesto por tres entrenadores, que le planteaban una serie de preguntas. Era por tanto la apreciación del jurado, a la vista de las respuestas del sujeto, la que indicaba si había ganado o no. En realidad, los entrenadores eran cómplices y cada uno de ellos adoptaba una actitud bien definida: el primero era amable, el segundo, neutral y el tercero,


\ l'S!COLOGIA SOCIAL

'!9 LA REPRESENTACION SOCIAL

crítico. Al final del experimento cada sujeto debía dar su opinión acerca del tipo de aprobación que los miembros del jurado le habían expresado.

Los que estaban fuertemente motivados para obtener una entrada valoraron al miembro amable· del jurado como más aprobador, que los sujetos que estaban poco motivados. , El estudio evidenció el hecho de que las expectativas de los indi- ' viduos condicionan su percepción de la realidjld, en la medida en que buscan, en el entorno y en los demás, informaciones que las refuerzan.

El contexto social

de ~ste proceso general de categorización podemos examinar los mecamsmos de formación de las impresiones. MECANISMOS DE FORMACION DE LAS IMPRESIONES

La ~ormación de las impresiones es un proceso que consiste en caractenzar a una determinada persona en un conjunto organizado a partir de rasgos particulares. '

lüperimento de Asch

Las teorías implícitas de la personalidad están igualmente influidas por el contexto social, que determina un funcionamiento cognitivo particular: la propensión a ignorar la información sobre las probabili-) dades. '.~orno hemos visto, los individuos establecen, a partir de índi-.. ces aprendidos, relaciones entre los datos de un acontecimiento y los, rasgos de un comportamiento para formarse un juicio o una idea; esta. apreciación se efectúa habitualmente a propósito de situaciones pun.:.¡: tuales·:. No sustituyen estas evaluaciones a un nivel de conocimiento.; que permite captar la probabilidad general de aparición de esos acon-: tecimientos o comportamientos, ya que este nivel de información no siempre está disponible y no es necesariamente tenido en cuenta por los individuos, como han demostrado Tversky y Kahneman (1980). · No se sabe verdaderamente si el juicio es típico o inhabitual. Así,.) nuestro conocimiento de las situaciones se centra sobre todo en los,' acontecimientos inmediatos, dejando de lado el recurso a las informaJ ciones de probabilidad general.

***

,· /Asch fue uno de Io.s,primeros. (1946~ que desarrolló las investigaciones so~re la formac1on de las 1mpres1ones~ Sus trabajos, influidos por. l.a ps1colog~a de la forma, insistían sobre el hecho de que el 111d1v1duo .orga~1za los rasgos de su percepción en un todo, mediante procesos mter~ores. Seg~n Asch, la impresión global que se tiene acerca de algmen no eqmvale a la suma de las impresiones obtenidas para ca~~ rasgo particular.' Según él, el individuo intenta organizar su pcrcepc10n dentro de un conjunto coherente que les confiere una significación. r . En un ~xperimento ya clásic?, .Asch (1946) presentó a dos grupos de estudiantes una hsta de rasgos caractensticos que venían a describir a una determinada persona: inteligente, hábil, trabajador, fogoso, frío, decidido, práctico, prudente. ~n ~no de los grupos «fogoso» fue remplazado por «frío». Asch consideró los termmos «~og?s.o» y «frío» como rasgos sumamente importantes, a partir de los cuales, los md1v1duos pod~an ~acer descripciones complejas de la personalidad de otrayersona. ~ras hab~r sido ~nformados de esta serie de adjetivos, los estudiantes deb1~1_1 c~mumcar sus u?pres10nes relativas a ese hipotético individuo y a continuac10n, Juzgarle a partir de otras características elegidas por ellos.

De este experimento se desprenden tres elementos. Las teorías implícitas de la personalidad representan, por tanto,.: un complejo proceso cognitivo, mediante el cual, forjándonos ciertas·~' categorías, intentamos hacer accesibles y comprensibles los acontecí~~ mientos y a los demás. Estas constituyen un tipo de creencia, que,:, , resulta al mismo tiempo un sistema explicativo, a partir de los vínculos\1 que establecemos entre determinados rasgos de personalidad, por/ ejemplo. Estas creencias, llamadas «teorías ingenuas» son explicacio~! nes a las que nos referimos para evaluar a otra persona o a nosotros· mismos, y predecir así sus comportamientos y los nuestros. En base\

1. En primer lugar, los estudiantes organizaron los distintos rasgos en un todo coherente. 2. A cont.ihuaci~n se comprobó en la descripción de la persona una marcada diferencia, según que las listas incluyesen el término <<fogoso» 0 el término «frío». 3. Por ~ltimo.' se obs~rvó que los términos «fogoso» y «frío» ejercían unu particular mfluencrn sobre la percepción de conjunto.

A.sch dedujo que dctc~minados rasgos desempolfon ol pnpcol do orgamzadores centrnlcs, 1111cntrns que otros no tlonon mdN qua untl


l'SICOLOGIA SOCIAL

importancia secundaria. Así pues, según él, existen rasgos estímulo y rasgos insertados. Los primeros son los que determinan una impresión global y que daría lugar a inferencias relativas a otros rasgos; así por ejemplo, un 91 % de los sujetos percibieron a la persona fogosa como generosa, mientras que la persona fría no fue considerada así más que por un 8%.Jf\.lgunos rasgos se califican, por tanto, de organizadores, en la medida en que inducen otros rasgos a los cuales se les vincula, bien positiva, bien negativamente] Los resultados del experimento de Asch han desencadenado numerosas investigaciones, que han modificado el enfoque gestáltico de partida.

Elementos de formación de las impresi()nes ·. 1

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Después de destacar la aportación que suponen los trabajos de Asch, resulta posible diferenciar algunos factores que intervienen en la formación de impresiones.

aA El hecho de que nuestras impresiones se drganicen esencialmente en

un todo se apoya sobre un principio de coherencia que las estructura y puede tener como efecto hacernos insensibles a un determinado número de acontecimientos;} Aunque esta coherencia puede ser de orden lógico (Gollin, 1954), es también emocional (Anderson, 1978). Las impresiones que cada cual tiene de otra persona se basan en elementos de información que le permiten destacar una preferencia global en cuanto a los sentimientos que experimenta. Anderson (1978) ha intentado comprender cómo los individuos llegan a esta preferencia global. Se han definido dos modelos: el primero considera que se llega a ella por adición, es decir, bastaría sencillamente con hacer la suma de las preferencias relativas a una determinada. situación. El segundo es un modelo de término medio, en el cual los individuos hacen la media de los elementos de información que determinan .su preferencia globaL'"'

b) Otro factor concierne a la persistencia de nuestras primeras impresiones. En sus primeros trabajos, Asch (1946) introdujo una variante en el experimento descrito anteriormente. Pidió a unos sujetos que comunicasen sus impresiones globales de una persona a partir de los siguientes rasgos: inteligente, trabajadora, impulsiva, crítica, testaruda, envidiosa. La lista de rasgos fue presentada a dos grupos de estudiantes, pero en orden inverso. En el primer grupo, empezaba por rasgos positivos, en el segundo, por rasgos negativos.

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LA REPRESENTACION SOCIAL

Los resultados han demostrado que la formación de las impresiones se efectuaba según el orden de presentación: si los rasgos positivos eran mencionados en primer lugar, los sujetos tenían una impresión global positiva. De este estudio se deduce que los individuos quedan marcados por la primera impresión, aun cuando una información posterior ofrezca otras indicaciones. Las apreciaciones iniciales parecen, pues, imponerse, lo cual permite comprender por qué seguimos considerando a determinadas personas como agresivas o, por el contrario, como amistosas, a pesar de las nuevas informaciones que contradicen dicha primera apreciación. El motivo de esa persistencia parece ir unido al hecho de que los individuos son poco receptivos a las nuevas informaciones que tienden a modificar sus primeras impresiones (Greenwald, 1980). c) En una situación experimental, Snyder y Uranowitz (1978) han intentado averiguar si el recuerdo de una información reciente podía ser

modificado para ajustarse a la impresión de momento. En el experimento se les presentaba a unos estudiantes la historia de una joven, en la cual se hacían aparecer diversos elementos concernientes a sus relaciones amistosas, amorosas, familiares y de otra índole. Más tarde se informó a los sujetos de que esa mujer era, o bien una lesbiana activa, o bien una heterosexual. Una semana después de esta información se evaluó cuáles eran los detalles de la vida de la mujer de los que se acordaban. A tal efecto se les dio una lista con treinta y seis preguntas, con respuestas de elección múltiple.

Los resultados pusieron de manifiesto que las respuestas estaban directamente influidas por una tentativa de reorganización de los detalles de la biografía, que tendía a hacerlos compatibles con la etiqueta que se le había colocado. Así, los estudiantes a los que se había dicho que la mujer era heterosexual recordaban hechos compatibles con ese estilo de vida, mientras que los que pensaban que era lesbiana recordaban lo que iba en ese sentido. La interpretación de estos resultados permite llegar a la concl~~-} sión de que un individuo que recibe una información tiende a buscar { otros elementos capaces de .reforzar su evaluación. A partir de este i experimento observamos que las primeras impresiones pueden ser \ ,~ 1 , reorganizadas en función de una categorización que tie1;1en .tendencia j a reforzar. ~

Teorías de la atribución En la vida cotidiana nos esforzamos por explicar los acontecimien-\ tos imputando su aparición a determinadas causas. Se designa este \


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hecho con el término atribución. Se encamina a expresar nuestra necesidad de encontrar causas, evidenciando un tipo de proceso cog-, nitivo que intenta evaluar las motivaciones y las intenciones de los ·• individuos «midiendo» la relación existente entre el mundo exterior y nuestra reacción frente a él. La atribución puede definirse, en una primera aproximación, como un proceso de inferencia causal, que consiste en comprender elj sentido de las acciones de otra persona mediante una búsqueda de ': elementos estables, de invariantes que permiten explicar determina- i dos acontecimientos, cambiantes y directamente perceptibles. La atri- :¡ bución constituye un campo de estudio de la percepción social que se' interesa,_ no solamente por la veracidad de esta percepción, sino tam-:.: bién por el proceso subyacente. .• A continuación examinarerp.os las principales teorías de la atribución, mostrando su e'specificidad dentro del marco de las investigacio-.i nes sobre la percepción social. ·· _i

Teoría de la psicología ingenua

Es debida a Heider (1958) que ha intentado comprender el procedimiento que sigue el hombre de la calle cuando intenta encontrar causas a los acontecimientos con los que tropieza, así como a los actos de otra persona. Se trata de explicar la psicología a la que recurrimos todos los días en nuestras relaciones interpersonales. Los primeros trabajos de Heider estuvieron influidos por los de ,. Michotta (1946), que había diferenciado la idea de causalidad feno- · menal en la percepción, es decir, el hecho de que los individuos, en el curso de un experimento en el que se hacía variar la velocidad de aproximación y el tiempo de yuxtaposición de dos cuadrados de colores diferentes, tenían la sensación de que uno de los cuadrados había arrastrado al otro consigo. Esta percepción se había producido, pues, en ausencia de toda causalidad física. A partir de estos resultados realizó otro experimento que se basaba en el movimiento aleatorio de figuras geométricas. Los individuos percibían esos movimientos atribuyéndoles determinadas intenciones. Heider dedujo de ello el concepto de formación de unidad, que define la relación existente entre el agente y su acción, en la medida en que se trata de los dos polos de una misma unidad. La existencia de esta relación explica la tendencia a atribuir los elementos de la conducta a la persona y descuidar aquellos aspectos que se derivan de la situadón. Para Heider, el proceso de atribución es, por tanto, un «análisis ingenuo de la acción», mediante una investigación causal que permite

LA REPRESENTACION SOCIAL

establecer nexos entre comportamientos continuamente cambiantes y propiedades estables. Teoría de la covarianza

Kelley (1967) ha elaborado un modelo que se basa en el principio de la analogía entre los procedimientos que utiliza el individuo en la vida cotidiana y los de los investigadores de laboratorio, pero a partir de un análisis de varianza. Para él, la atribución reside en el principio de covarianza, es decir, en el hecho de que un factor varía con un conjunto de criterios, cuando se desea determinar su causa real. Existen, según él, tres criterios esenciales sobre los que se basa el principio de la covarianza. a) El criterio del carácter distintivo: permite verificar, entre las diversas fuentes de información, a cuál se puede atribuir un determinado comportamiento. Así por ejemplo, al final de un curso un estudiante viene a comunicarle a su profesor su dificultad de comprensión de los conceptos y el profesor, entonces, puede buscar una explicación, bien en la presentación, bien en el contenido, bien en la situación o incluso en el comportamiento habitual del estudiante. El carácter distintivo permite determinar qué información es seleccionada como causa de la atribución. b) El criterio del consenso: consiste en determinar la tasa de reacción idéntica de un número elevado de individuos en relación a un estímulo dado. Así, la atribución de causalidad a este estímulo será más elevada cuando exista un consenso en la respuesta de los individuos a su respecto. El criterio del consenso es considerado como un factor de influencia de las conductas, en la medida en que los individuos lo toman en consideración cuando es claramente explícito. Se considera como un factor de influencia sobre los juicios que se tienen acerca de otra persona, porque proporciona una mayor confianza en los propios juicios. De ello resulta que cuando gran número de individuos adoptan comportamientos idénticos (en el comportamiento relativo al modo de vestir: llevar vaqueros, por ejemplo), dichos comportamientos serán considerados más bien como debidos a una causa externa, más que a una causa interna. c) El criterio de consistencia: tiene por objeto definir la permanencia de las respuestas en el tiempo y a través de las diversas situaciones. Permite determinar si las reacciones producidas persisten en el tiempo, sean cuales fueren las situaciones. Así, cuando una información provo-


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que de modo constante una determinada respuesta, tanto más elevado'¡ será el elemento causal de la atribución. l 't

Según Kelley, estos tres criterios no tienen la misma importancia{ en las diferentes situaciones. Ha intentado sobre todo definir el pro-;, ceso de elección entre ellos. Muestra, en ptimer lugar, que la atribu-~ ci<ln de causalidad puede residir en una combinación de los tres crite-)! ríos, pero que en el caso en que intervenga una explicación plausible\! y suficiente por una sola causa, queda descartada toda otra posible explicación. Kelley llama a este proceso principio de eliminación . El interés del modelo de atribución de Kelley consiste en tener en.: cuenta la eventualidad de recurrir a diferentes criterios que no tienen. lu misma importancia, en el momento de elegir la atribución y de i¡ permitir así elaborar una explicación en función de una selección de•!' posibilidades. ·

LA REPRESENTACION SOCIAL

Las teorías de la atribución se presentan, por tanto, como un análisis del sistema cognitivo que opera en las explicaciones que los individuos, en la vida cotidiana, proporcionan acerca de sus propios comportamientos y de los comportamientos de los demás. Muestran, además, que estas explicaciones que buscamos no dependen solamente de nuestros juicios individuales, sino también de nuestro comportamiento social.

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Teoría de la inferencia correspondiente Jones y Davis (1965) han desarrollado el concepto de inferencia/ correspondiente para estudiar cómo los individuos realizan ciertas deduc- .: ciones acerca de las intenciones de una persona. Su teoría se basa en el hecho de que se le atribuye a un individuo una intención, a partir de un Nolo comportamiento o de un rasgo particular. Así, quien observa un : comportamiento postula que su autor sabe que es lo que hace y que es , cnpaz de decidir los efectos de sus acciones. Esta teoría destaca dos • l'uctores en la formación de las inferencias correspondientes. l. El primero es el de los «efectos no comunes»: la disposición personal '

que guía nuestros actos puede determinarse aislando los efectos partículares de varias acciones posibles. Estos sirven por tanto para explicar la atribución, siendo eliminados los efectos comunes, ya que no aportan informaciones de naturaleza tal que oriente la elección. 2. El segundo factor concierne a la «idea de acción deseable», es decir, aquella que, a los ojos del observador, se produzca en las mismas situaciones. En realidad, este elemento de deseabilidad social que muestra la relación existente entre efectos normalmente deseables y expresiones de las intenciones, no permite aprehender los rasgos de un comportamiento. En realidad, de lo que se trata es de buscar las acciones no corrientemente deseables, ya que estas poseen un carácter informativo mayor. Este factor indica el escaso valor informativo del comportamiento socialmente deseable.

Esta teoría ha puesto de manifiesto de qué modo procedemos pura establecer la causa de una intención y.para hacer inferencias, a rln de hallar motivos a nuestros actos y a los de los demás.

' .:. ;' ' . ·

Modalidades de la percepción social: prejuicios y estereotipos El análisis de las nociones de prejuicio y estereotipo, que son conceptos clásicos en psicología social, permite captar una de las modalidades de expresión de nuestros sistemas perceptivos, y\precisar los mecanismos de elaboración mental y social de lo real, así como el funcionamiento de las opiniones y de las creencias sociales. DEFINICIONES Y CARACTERISTICAS

Prejuicios y estereotipos mantienen entre sí estrechas relaciones. Los psicólogos sociales han intentado definirlas como los dos componentes de un mismo proceso, que consiste globalmente en esquematizar la realidad social. En estas condiciones, el prejuicio puede ser definido como una'-¡ actitud del individuo que implica una dimensión evaluativa,_ con fre- ! cuenda negativa, con respecto a personas y grupos, en función de su \ · propia pertenencia social. Se trata, por tanto, de una disposición / adquirida cuya finalidad consiste en establecer una diferenciación social. Sucintamente puede afirmarse que el prejuicio es una discriminación. Esta idea permite distinguir dos componentes esenciales: uno cognitivo y otro comportamental. El prejuicio presenta las características de toda actitud; en cuanto tal es fruto de una combinación entre ( una creencia y un valor (Rosenberg y Abelson, 1960). ,J El estereotipo, término creado por Lippmann (1922), designa las categorías descriptivas simplificadas mediante las cuales intentamos situar a otra persona o a grupos de individuos. El término estereotipo, que etimológicamente significa carácter sólido, del griego stereos (sólido) y typos (carácter) fue introducido en psicología social para definir los fenómenos de creencias y de representaciones. Si para Lippmann los estereotipos son aquellas «imágenes en nuestras cabezas»


l'SICOLOGIA SOCIAL

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que se interponen entre la realidad y nuestra precepción, provocand, una esquematización, este concepto designa en la actualidad, en sen'' tido amplio, el conjunto de las categorías dentro de las cuales situa' mos a los demás. !, Desde este punto de vista, los estereotipos constituyen un meca~ nismo importante para el mantenimiento de prejuicios. Mientras qu ' los prejuicios son actitudes con un gran cuadro de expresión, lo~ estereotipos se manifiestan por lo general en las conductas verbales; Si el estereotipo se caracteriza por su uniformidad, el prejuicio pose~ un carácter de apreciación más extenso, que integra un conjunto d · estereotipos diversos relativos a la raza, al sexo, a la religión o a un determinada clase social. En definitiva, el prejuicio expresa el carád· ter estructural de las representaciones sociales, mientras que los estel; '• reotipos se referirían a su carácter funcional. 1

PROCESO DE FORMACION

Los prejuicios y los estereotipos son elaboraciones mentales' aprendidas. Presentaremos a continuación las teorías relativas por una parte,' a la elaboración cognitiva de los estereotipos y por otra, a la génesis" de los prejuicios, que deriva sobre todo de los procesos de socializa.::. ción y de los fenómenos de escolarización. · Elaboración de los estereoti(os

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LA REPRESENTACION SOCIAL

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La elaboración de estereotipos ha sido demostrada por los trabade Tajfel (1978)

Este autor proyectó a alumnos, que no se conocían, diapositivas que repre" / sentaban cuadros abstractos distribuidos de un modo totalmente aleatorio. Luego· los distribuyó en pequeños grupos y les pidió que expresasen sus preferencias en ; 1 relación con lo que habían visto. Los resultados muestran que los individuos expresan sus preferencias en f~nción del grupo en que se encuentran y que adoptan luego comportamientos d~ discriminación que van unidos a esa inserción. Basándose sobre estos experimentos, Leyens y Schadron (1980) han intentadeterminar si la discriminación está menos marcada cuando se pide a unos mdividuos que juzguen a otros individuos aislados, más que a grupos.

?o

El experimento consistía en proponer a dos individuos o a dos grupos una actividad creadora, en este caso la realización de la fotografía más original posible ?e un decorado. Una vez cumplida la tarea, las fotos eran valoradas y se les mdicaba al individuo y al grupo quién había obtenido mejor resultado.

Se puso de manifiesto que la discriminación era mucho más acent 11ada a nivel de los grupos, que a nivel de los individuos aislados.' En l't in secuencia, el factor discriminatorio parece depender de la pertellt' ncia

a un grupo, más que de condiciones individuales. La elaboración cognitiva de los estereotipos parece estrechamente vinculada a la situación colectiva de los individuos, que desarrollan posiciones de discriminación en relación a un objeto dado, en función de su pertenencia a una categoría. Por otra parte, las condiciones de 11parición del estereotipo no dependen de una elección arbitraria o de lu percepción objetiva, sino de la esquematización de los rasgos propuestos. Se comprueba, sobre todo, que el estereotipo es siempre lll'gativo si los contactos entre grupos son competitivos. Por el contrario, es más positivo cuando los intercambios entre los grupos presentes son cooperativos. Así pues, estos experimentos indican que el estereotipo se desu rrolla siempre sobre un trasfondo de situación social; más exactamente, su aparición va directamente determinada por las modalidades de las relaciones intergrupos.

<,'énesis de los prejuicios Si la elaboración de los estereotipos se define como un proceso de racionalización de ciertas características en cuanto a un grupo, en una determinada sociedad, la génesis de los prejuicios está ligada a factores de aprendizaje social que presentaremos a continuación. a) Socialización y emergencia de los prejuicios: el desarrollo de los prejuicios va en paralelo al. de las actitudes. Su génesis está vinculada a los fenómenos de socialización. Por ello son el resultado de un aprendizaje social; su desarrollo está condicionado en primer término por el medio ambiente familiar y, más particularmente, por el modelo que los padres constituyen al principio, como fuente principal de conocimiento para el hijo. A través de ellos le es explicado el mundo y el hijo intenta repetir lo que ellos le muestran. Así pues, los niños aprenden los comportamientos sociales observando a los demás o imitándoles; mediante este proceso adquieren las actitudes y sobre todo, los prejuicios de sus padres. La vinculación existente entre la importancia de esta marca parental y los prejuicios ha quedado de manifiesto en la investigación acerca de la personalidad autoritaria (Adorno y cols« 1950). Este estudio era al principio una investigación sobre los motivos del antisemitismo, para averiguar si existían tipos de individuos particularmente antisemitas. En realidad estos trabajos han revelado que no existían tipos de individuos, sino un tipo de personalidad: la personalidad autoritaria, cuya


l'SI< 'OLOGIA SOCIAL

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característica no era sólo la de ser antisemita, sino la de manifestar una: aversión y una hostilidad frente a todos los grupos minoritarios. Un& per~~nalidad así se manifiesta a través de ciertos rasgos. Se trata de mdividuos que poseen una fuerte tendencia a unirse a todos los líderes \ s}n vacilaci?i;i alguna .. ~efienden los valores preconizados por eso~ hderes, pohtlcos o rehg10sos. Adoptan sus modos de vida convencía~; nales y se muestran muy críticos frente a todo cuanto no lo es. . Se ha desarr~llado un método para medir la personalidad autoritaria,' qll:e s~ ha des~gn~do con ~l nombre de escala «F» («F» de fascista). Los,', pnncipales entenas considerados fueron los siguientes: - rigidez de los modos de pensamiento del individuo; - insensibilidad a los cambios de comportamiento en los demás o ¡\; aquellos aco!1t~cimientos que no refuerzan su propia percepción; - recurso precipitado a las normas en condiciones que son de gran: ambigüedad; · 1, - percepción ~e imágenes reales en situaciones en las que los estímu-:¡ los son ambiguos; ( - a_ pr~o_ri positivos en favor de la policía y negativos contra la pros-:li tltucion; './ - sumisión a toda influencia procedente de un status social más elev'a~\l do que el propio; (i - tendencia a dictar veredictos severos en -los juicios. ; Las inv~stigaciont<s acerca de la personalidad autoritaria han permitido d~termmar las condiciones .de aparición de estos prejuicios, en la me- , dida en que los efectos de la marca parental son manifiestos. !Han mostrado que los individuos aprenden de sus padres las actitudes básicas frente a la autoridad y los grupos minoritarios. Parece ser que estos elementos adquiri~os 1:11-uestran u~a tendencia a perpetuarse y a regenerarse. Las expene1.1cias de lo~ pnmeros años de la vida pueden tener, P?! tanto, una gran importancia en la formación de los prejuicios; los mnos aprenden a pensar, a ver y a evaluar como los que les rodean. Como hemos visto, el prejuicio se asemeja mucho a la actitud y, al igual que ésta, es fruto de los diversos condicionamientos a los que se ve s?metida. Al igual también que la actitud, el prejuicio se aprende y, en .1 cierto modo, se desaprende; puede aparecer, ejercer una influencia en determinados momentos de la vida y atenuarse o desaparecer en otros.

¡

b) Escolarización y desarrollo de los prejuicios: la escolarización es otro ~actor e!1 la formaciói:t de prejuicios. Se integra en el conjunto de mfluencias que determman nuestros pensamientos y nuestras acciones en función de los contextos en los que tenemos que desenvolvernos. L~ escolarización y su impacto serán presentados aquí a partir de un análisis de los prejuicios transmitidos por los manuales escolares (David, 1982). El est.udio se ;efiere a prejuicios relativos a Suiza, a partir del examen de un determmado numero de manuales de geografía, que se utilizan en la ense-

LA REPRESENTACION SOCIAL

ñanza secundaria francesa. La hipótesis consiste en que gran parte de la representación que los franceses se forman del mundo en general, de los demás países y de Suiza, en particular, proceden de la escuela y del instintuto. La elección de Suiza parece justificada, puesto que las informaciones acerca de este país son relativamente raras en la prensa escrita y audiovisual francesa. El análisis se refiere a los programas de cursos cuarto y terminal que han estado en vigor durante una década. La metodología consiste en una lectura crítica de dichos programas, siguiendo un estadillo que permitía clasificar los diferentes temas abordados, según que proporcionen una imagen valorizadora o desvalorizadora del país, de los hombres y de las actividades. Los rasgos que se destacan son globalmente positivos y presentan en primer término a Suiza como el símbolo de la democracia y además, como un país acogedor. El sistema federal, por ejemplo, aparece como ganador de una democracia que se fundamenta sobre una «sabiduría campesina» y una «herencia solariega». Estas formulaciones, con frecuencia vagas, trasparentan un discurso banalizado que se refiere a una concepción idílica del funcionamiento social. La neutralidad es otro rasgo sobre el cual insisten los manuales, destacando su importancia como factor de enriquecimiento, mientras que los demás países europeos se destruían y se empobrecían. Como consecuencia lógica de tal modelo, Suiza se presenta como una tierra de tolerancia y de acogida, tanto para las instituciones internacionales, cuyo símbolo sería la Cruz Roja, como para los exiliados políticos. La imbricación de estos rasgos está perfectamente resumida en uno de los manuales: «El país goza de una paz permanente que hace de él, no solamente un Estado próspero, sino también el refugio de todos los perseguidos, así como de los capitales que buscan un abrigo seguro» (Bordas). En los terrenos económico y financiero, estos programas presentan un país poco favorecido por la naturaleza, pero que se beneficia del trabajo y del meticuloso ingenio de su población: «Constituye actualmente un islote de prosperidad y de bienestar en un mundo inquieto o en crisis» (Belin). Al hándicap que representa la escasez de riquezas naturales, un terreno desigual y un clima duro, los manuales contraponen una imagen que destaca el valor del trabajo y la calidad humana de la mano de obra: «Son los hombres los que han creado la riqueza de Suiza» (Belin). La imagen de la industria viene dada por una elevada cualificación que permite la fabricación altamente especializada de productos de lujo, de calidad (la relojería, por ejemplo), así como una organización económica eficaz. Por último, Suiza es descrita como una potencia bancaria «la caja fuerte de las fortunas» (Belin): este término se emparenta, curiosamente, con la referencia al vocabulario utilizado en la descripción del relieve, en la que el país es calificado de «fortaleza». La insistencia en estos libros sobre el papel de los bancos o de las sociedades financieras suizas comporta una gran ambigüedad, en la medida en que la prosperidad y el enriquecimiento son presentados como valores positivos que suscitan admiración, pero que al mismo tiempo hacen brotar la envidia y, en ocasiones, el desprecio. Estos sentimientos ambivalentes siguen siendo excepcionales y son las imágenes valorizadoras las que predominan con mucho. Crean prejuicios difundidos por la escuela, a través de los libros de texto, pero mantenidos también por el pensamiento popular. Este puede, pues, justificar sus sentimientos de envidia o incluso de celos con respecto a esos contenidos, tan valorativos. Desde este punto de vista se puede también captar el tono insólitamente moralizante de los manuales. Suiza queda convertida en un ejemplo de laboriosidad, de espíritu de iniciativa, de gusto por el trabajo bien hecho, pese a unas condiciones naturales difíciles.


l'S 1C'O LOGIA SOCIAL

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Este análisis m~tra que los libros de texto constituyen un destacado •. depósito para el aprendizaje de prejuicios, y que actúan como los equiva- , lentes contemporáneos de las fábulas antiguas, contribuyendo así a confi- · . gurar los espíritus y a nutrir al pensamiento social. La escolarización es . . :/ una de las formas del desarollo y del mantenimiento del prejuicio. El . prejuicio, es por tanto, una representación adquirida, que se aprende en ·. primer término mediante la interiorización de los modelos parentales. A continuación, a lo largo de la vida, la influencia de los grupos, de las instituciones y del contexto social en el que vivimos, cultiva nuestras ideas preconcebidas y las perpetúa. 1

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FUNCIONES

Vamos a examinar ahora por qué los individuos mantienen prejuicios y estereotipos para deducir de ello algunas de las funciones esenciales. Diferenciación social

El estereotipo constituye un importante mecanismo de mantenimiento del prejuicio y, por ello, ambos aseguran una función esencial de discriminación. Los psicólogos sociales se han interesado sobre todo por los efectos psicológicos que van unidos a procesos desigualitarios, a nivel social, educativo o económico. La función discriminativa se manifiesta en primer lugar, por una modificación de la imagen de sí mismo. Lewin (1941) observó que los judíos se habían forjado una representación detestable de sí mismos, a fuerza de ser víctimas de discriminaciones: en lugar de dirigir hacia el exterior, para oponerse a ellos, los prejuicios de los que habían sido objeto, de algún modo se los ' incorporaban. Los trabajos de Clark (1947) fueron los primeros que mostraron la degradación de la imagen, en sí, como efecto de la discriminación. El experimento se realizó con niños negros de edades comprendidas entre unos meses y siete años, a los que se les presentaban parejas de muñecas, una de las cuales era de color marrón oscuro y la otra más bien pálida. Se les pedía a los niños, de diversos modos, que expresasen su preferencia: ¿cuál era la muñeca más bonita?, ¿cuál era la que tenía cara de mala?, ¿con cuál querían jugar?, etc.

Este estudio mostró que los niños negros sentían una aversión injustificada hacia las muñecas que más se les parecían; en su gran

LA REPRESENTACION SOCIAL

mayoría (dos terceras partes) se sentían atraídos por la muñeca pálid~. 1,os investigadores interpretaron este fenómeno como un desprecio

disimulado contra sí mismos. Otros trabajos han intentado determinar cuáles eran los rasgos estereotipados valorados por los hombres y por las mujeres, basándose en una encuesta hecha a cerca de un millar de adultos (Rosenkrantz y cols., 1968). Las informaciones recogidas han perr1:1itido destacar rasgos típicamente asociados a los hoi;nbre~ y a las ~uJeres: ent:e los correspondientes a los hom?r~s se mclum.ª1.1, la mdepe1.1dencrn, l~ objetividad, la lógica, la actividad, la amb1c!on, la confrnn~a en si mismo· entre los correspondientes a las mu1eres, la locuacidad, la dulzur~, el interés por la apariencia, la necesidad de seguridad. El interés de esta investigación residía, en realidad, en una evaluación posterior, que ha puesto de relieve que son l,os ras~os típic~­ mente asociados a los hombres los que la gran mayona considera mas valiosos incluidas las mujeres que indican rasgos masculinos cuando se les pide que determinen los más valiosos a s~s ojos. Las muj~res, no sólo se reconocen más en los rasgos estereotipados que valonzan a los hombres, sino que encuentran también que rasgos n~g:itivos, asociados a las mujeres, constituyen rasgos adecuados (Wilhams y Bennet, 1975). Estos estudios han mostrado que el gran número de rasgos masculinos fuertemente valorados, tanto por los ~ombres como por las mujeres, y el escaso número de rasgos fem~m~os. val?rados tanto por hombres como por mujeres, eran factores d~scnmmativos ~n la percepción de sí mismo. Como los rasgos fei;nenmos pos~en. mas connotaciones negativas, van asociados a una imagen de s1 mismo menos valorizadora. La discriminación es un proceso interactivo que orienta el comportamiento hacia una justific3:ción de la~ a.c~itude~ que han pre.sidido la discriminación. En este sentido, el pre1mc10 actua como un tipo de solicitación y la discriminación se considera como un proceso reactivo a una esper~. Aparece entonces como un elemen.to de conformi~ac~ó~ operada por la representación social, en la medida en que.los md1v1duos se ajustan a la percepción que tienen de las expectativas de los demás respecto a ellos. Efecto Pygmalión

Estos fenómenos han sido particularmente observados en el sistema escolar y son conocidos con el nombre de e~ecto Pygmalión. Es un proceso que consiste en crear en otros expectativas que son, de hecho,


l'SICOLOG!A SOCIAL

LA REPRESENTACION SOCIAL

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/ el resultado de una percepción más o menos clara que tenemos a süí; respecto. Recordemos que el término «Pygmalión» procede de l~;, leyenda de un escultor griego que se enamoró de la estatua que él,' 1 mismo había esculpido y que adquirió vida. El experimento que defi~: nió el efecto Pygmalión fue realizado por Rosenthal y Jacobson (1968)/ en una clase de escuela primaria. .'., J

La primera fase tuvo lugar a la vuelta a las clases y consistió en someter a los f alumnos a un test de capacidad intelectual. Los profesores fueron informados de;:;,\ que ese test permitiría deducir una probabilidad acerca de las posibilidades de ¡/ desarrollo intelectual de un niño en un futuro próximo. Los tests fueron corregidos,:1 y los profesores advertidos de los resultados de ciertos escolares a los que debería 1'.¡ corresponder un desarrollo particularmente positivo en el plano intelectual en ei:,,j curso acadé1!1ico. . , . . . ,~ En realidad, los alumnos a los que se atnbma un potencial mtelectual impor-;:: tante y unas posibilidades de desarrollo, habían sido seleccionados al azar y;) representaban un 20% de cada clase. Mediante dichas informaciones, el equipo de< ' investigadores creó, en los profesores, una expectativa positiva sobre una parte de , los alumnos de cada clase, sin formular ninguna con respecto a los demás. Laj finalidad del experimento consistía en verificar la hipótesis de que las expectativas !i arbitrariamente creadas inducirían a la aparición de actitudes discriminatorias, que •;. tenderían eventualmente a mantener la capacidad de rendimiento intelectual de ,l esos escolares. fl Para medir el efecto de estas expectativas tan discriminatorias, los investigadores aplicaron otros tests de cociente intelectual, a intervalos regulares, durante el curso, a los cuatro, ocho y veinte meses del comienzo del experimento, sobre la base de los resultados académicos y las evaluaciones realizadas por los profesores de cada niño. >

El primer test (cuatro meses después del comienzo del experimento) ponía claramente de manifiesto un cociente intelectual más elevado en los niños que eran objeto de una expectativa positiva por parte de los profesores. Esto fue confirmado en los tests siguientes, que indicaban una diferencia de diez a quince puntos en el nivel del cociente intelectual de estos niños en comparación con los del grupo testigo. , Pese a las controversias que suscitó este experimento, los resultados confirmaron, en primer término, el hecho de que las actitudes positivas de los profesores ante determinados escolares, daban lugar a evaluaciones y notas altas. Y por el contrario, los niños sobre los que no existían expectativas positivas, eran evaluados como menos capacitados y por tanto, con unas probabilidades de éxito muy inferiores. Por otra parte, la creencia de los profesores en las capacidades de determinados alumnos se reflejaba de hecho en ellos por un aumento del cociente intelectual. Es decir, el rendimiento intelectual «objetivamente» más alto, al final del año escolar, que el de los alumnos del grupo testigo no estaba

determinado por una mayor inteligencia, sino l?ºr el h~ch,o ?e que }ºs )rofesores es eraban que estos alumnos obtuviesen mas e~ito que os ~>tros. Ademfs, esta investiga~i?n ha permitido captar vanos factores explicativos del efecto Pygmahon. l. En primer lugar, la existencia de un silstema delroelcauc~~nse; f::J~rJ.~ncpi~; les entre los profesores y algunos a umnos, , com ortamientos específicos por parte, de. los profesores: sonnen, mue~tran una actitud positiva, dedican mas tiempo a unos alumnos que

~~tJ~~~ibución desigual de la información dentro de l~ clase: l?s pr?2. fesores orientan a los alumnos preferidos po_r ellos difíciles· se comprueba también un apoyo mas selectivo a~ apre~dizaJe, los prof~sores son más pacientes con sus alumnos favontos y es proorcionan con más frecuencia ocasiones para expresarse. ~ 'ltimo una modulación en las correcciones de las tar~as esc<;>lares: 3. lo~r ;rofes~res aprecian de m.anera más constante y mas precisa los trabajos de sus alumnos favontos.

~acia matena~ 111;ª~

Así ues el efecto Pygmalión permite entender otro proceso de

diferenciació~, mostrando la importancia del. poder de las representa-

ciones sociales para cambiar el comporta~mento .. Este .efecto no se produce únicamente en el medio escolar, smo que m~er~iene en to~as las situaciones sociales en las que evaluamos «ObJe.t~vamente» as cualidades 0 las realizaciones de otra perso~a, en funci~~ de expect~: tivas que van, a su vez, determinadas y onentadas positiva o negati vamente a su respecto. Justificación social

La justificación social es otra función ~poyada ~or losdprej~c~os los estereotipos. A ella ha dedicado Sh~r~f, u~ conJunto e tra aJOS r1953 1955 1961) dedicados a la competlcion mtergrupos e~. Cat~pa­ ment~S de 'vacaci~nes. Estas investigaciones tenían co;rio fm.':hd~d determinar el papel de los conflictos intergrupos en la ormac1on e prejuicios. Una de ellas fue llevada a cabo en un campamento conocido ~~nctf;t::i~:b~~ de «la taberna de los ladro~es». ;~~~:n~~~t~~~~ºgf~;o~~~~~faron realiz~ndo muc~achos, que no se conolcian end~ las cuale.s definieron su propio funcionamien· ~~t~~~~:~~~ ~~~~l~~a~~ó~,c~:~nvestigadores propusieron organizar entre elk>s juegos de competición.


l'SI< 'O LOGIA SOCIAL

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Se observó entonces que ambos r . . . v¡ L~laras entre ellos y los d , p g ·9pos establecieron distmcionesJ · ·.r emas. ara c.áda · dº ºd p~r~cnecía era considerado el mejor a I~ ivi uo? el grupo al qut'.,\ rnp1damente a detestarse Pudo b Y m os eqmpos comenzaron'.,, habían forjado estereoti ~s a 1 o servarse que ,los muc~achos sef de justificación e inclusop d~ antºi·csi_pqu~ ~ordrelspond~a la función social' ·' acion e confhcto . ' De 1as observaciones que se hº · . · dusiones: icieron se. dedu1eron varias con1. En primer lugar, los prejuicios funcionan co

crean un conjunto de actitudes desfavor

mo normas de grupo, que

Es~o tiene como efecto sancionar a todoabl~s con respecto ~l _exterior.

actitud positiva hacia un miembro d l t miembro que mamfieste una e o ro 2. El desarro11 o de prejuicios va acom - dgrupo . superioridad y de valoración positiv ~ana, o por un sentimiento de sentimiento acerca de la pro ia l' a e s1 mismo. Este refuerzo del maneras: mayor confianza enpsí ; / ia puede_ ~anifestarse de diversas potencia que permiten a cada mi~~o, se~t-~u.entos de cohesión y de desc~b~e en el grupo en su conjunto. ro a n mrse las cualidades que 3. Por ultimo, el sistema de gratificació . utilizan entre ellos puede ser inter ret nd que los miembros. del grupo un sentimiento etnocéntrico es d p. a o por_gr~pos extenores como exagerado, en virtud del cual se c~c1~d un sentimiento d~ superioridad los terrenos. nsi eran como los me1ores en todos En estas condiciones la expre · , d f compañerismo es inter ;etada 0~on e o~mas de solidaridad y de ~ t el exte!ior como un situarse al margen de los demás ~ue excluir a todos aquello~ que ~~nsis e, esen~ialmente, en distanciar y del grupo. Esta investí ación ~~~ recon?~idos como formando parte que los prejuicios y l~s estei'eotie el ment? de poner de manifiesto creando aquellos elementos que le dP?fs per~1tedn al grupo afirmarse, ·11 d 1 i erencian e los demás e o, an ugar a su cohesión. vivenciánd y que, por pt~cde justificar sus propias c~eencias me~~e ~o~o uln grupo apart~, m1entos que desarrolla con respect o a s1, mismo. ~an e e va or de los sentiLa función de los prejuicios d 1 . reducción del coste 'psicológico dy e os estereotip~s corresponde a la e una representación: - para los partidarios del psicoanálisi 1 . .. sd, o_s PI re1mc10~ son sistemas de defensa que tienden sobre todo para 1 t ,l ' ' a re UCIT a angustia. - je socf:1~n ropo ogos se trata de residuos producidos por el aprendiza- par~ lla psicología social son procesos mentales socia mente a un menor costo psicológico. que permiten vivir

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LA REPRESENTACION SOCIAL

Constituyen por tanto un sistema de regulación social, en la medida en la que las esquematizaciones que hacen ayudan a los individuos a formarse una idea de las cosas y a realizar elecciones sin demasiados riesgos. IMPORTANCIA Y VALOR

La cuestión que se ha planteado en diversas ocasiones a propósito de los estereotipos es la de saber si tienen un fundamento objetivo. Según Allport (1954), la mayoría de los estereotipos contienen los que él ha denominado un «núcleo de verdad». De hecho, el fondo de exactitud objetiva de los prejuicios resulta de una construcción social. El núcleo de verdad es por tanto el producto de una esquematización; los prejuicios crean y mantienen de este modo la realidad social. No\ pretenden una objetividad científica, pero, para emplear un concepto ¡ utilizado por Lévi-Strauss (1958) en otro contexto, una «eficaciil sim- ( bólica». En este sentido representan un;;i.. justificación de «nuestra>~¡;)"" verdad, es decir, de nuestras ideas y de nuestra visión de las cosas, ,i l' mediante un sistema de explicación que fundamenta intelectualment~ ' nuestras creencias. .~ Un segundo valor importante de los prejuicios reside en su naturaleza relacional. A partir de los trabajos de Hamilton y Bishop (1976) se ha podido constatar que los prejuicios hacen aparecer muy claramente la sobreestimación de rasgos poco habituales en un grupo minoritario y la infravaloración de esas mismas características en un grupo mayoritario. En cuanto sistema relacional, los prejuicios constituyen «una ilusión de correlación», en la medida en la que no establecemos forzosamente relaciones entre las características objetivas en presencia. La naturaleza relacional de los prejuicios posee asimismo otro valor, por el hecho de que forman un elemento de la interacción social. En este sentido permiten una vida social establecida sobre percepciones compartidas, pero parcialmente inexactas y desde este punto de vista hacen posible una cohabitación social, en la medida en la que están fundadas en la creencia general de que la gente no siempre es tan mala como se dice. A este respecto desempeñan también, como hemos visto, un papel facilitador como reductores parciales de conflictos. Por ello poseen una utilidad social que es resultado de la distorsión que imponen a nuestras creencias, basándolas sobre verdades parciales. Es, por tanto, la distorsión que imponen a la


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LA REPRESENTACION SOCIAL

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realidad de lo que hace de los preju~s la expresión de la verdaq' común; instauran así la coherencia en el mundo social, siendo los que! organizan el «Orden de cosas». Ji

Moscovici (1961)

La representación social es ,, ,,._{

. Representación social, ".I

La representación puede ser considerada, en sentido amplio,,i; como un modo de organizar nuestro conocimiento de la realidad, que:J está construida socialmente. Este conocimiento se elabora a partir de nuestros propios códigos de interpretación, culturalmente marcados;,:\ , y en este sentidg constituye en sí un fenómeno social. Desde este\ punto de vista, el proceso de representación introduce un carácter de :s diferenciación en las lógicas sociales y en los rasgos individuales. Da''. lugar a una construcción o reconstrucción de la realidad, integrando\ de manera específica la dimensión psicológica y la dimensión social. , Presentaremos en primer lugar algunos elementos de definición y ,: seguidamente desarrollaremos ciertas características de la representa- ,¡ ción, para concluir describiendo algunos aspectos de su funcionamien- !: to. '

. de rácticas relativas a objetos, aspectos «Un sistema de valores~ de n?~10nes y rrf:te no solamente la estabilización del o dimensio~es del me~iod~º.~ª ' qu~!e~rupo's, sino que constituye también .~n marco de vida de .los m. ~vi duols y cepción de situaciones y de la elaboracion instrumento de onentacion e a per de respuestas».

1;

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ELEMENTOS DE DEFINICION

El término representación designa, en sentido amplio, una activi\ dad mental a través de la cual se hace presente, mediante una imagen, 1 un objeto o un acontecimiento ausentes. La representación ha sido objeto de diversas definiciones, de las que mencionaremos las más significativas. Piaget (1926)

Se trata '«bien de una evocación de objetos en su ausencia o bien, cuando acompaña a la percepción en su presencia, de completar los conocimientos perceptivos, refiriéndose a otros objetos no percibidos actualmente, Aunque la representación prolonga en un sentido la percepción, introduce un elemento nuevo que , le es irreductible: un sistema de significaciones que incluyen una diferenciación entre el significante y el significado».

Para Piaget, la representación se reduce directamente a la imagen mental.

Herzlich (1969)

A partir de un estudio sobre la representación social de la salu~,Y la enfermedad, este autor la define como un proceso de construcc1on de lo real. Según él ., d resentación tiende a reintroducir el «el acento puesto sobred la noci~n . e t~epy de los procesos simbólicos, en su estudio de los modos e conocirmen relación con las conductas».

Jodelet (1984) ., . 1d · una forma de conocimiento «El concepto de repres.entac10i: so~~ o:~~~:enidos manifiestan la operaespecífica,..el saber del se.ntido cfuom~n, lis socialmente marcados. En sentido ción de procesos generativos y nciona . . . , . d · forma de pensamiento socia1· , . . 1 modalidades de pensamiento practico, mas amplio esigna ~na ensión el dominio del entorno Las representaciones ~oci~ ,es son orientadas h~cia ~a comumcac10n, la co~~:entan clracteres específicos en los social, material~ id~al. En cuanto.~ales~~ como de las operaciones mentales y : planos ,d~ orgamzación de .c~n;e~~so~~ntenidos o de los procesos de represen- . de la logica. La m~rca s~cia ed. .ones y a los co.n.textos en los cuales surgen tación ha de r~fenrse a as con i~i . es por las que circulan, a las funciones las representaciones, a las comumcacion 1 d , que sirven en la interacción con el mundo y con os emas».

DEFINICIÓN QUE PROPONEMOS

La definición que nosotros propone~~s es la sit~uien1:i~~~a~e:;~~ ., . l n proceso de elaboracwn precep iva y

~E~~~a:~~~:;:it~~!::tafJ:;º(::Z~~;:,s if:;~:;, ~~J:f{~1:~!: confiere un estatuto cognitivo que permite captar os as

,

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PSICOLOGIA SOCIAL

LA REPRESENTAC!ON SOCIAL

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?rdiri_aria medi~nte un _reenmarque de 7JJJestras propias conductas en el',\ interior de las interacciones sociales. ;:, CARACTERISTICAS

. A partir de estos elementos de definición de la representación s<;>cial se pueden destacar algunas características generales, correspondientes tanto a su estructuración, como a su contenido. A nivel de la estructuración a) En tanto ql:1~ proceso, la representación es, en primer término, la transforma~wn de un'!' realidad social en un objeto mental. Desde este ~unto de vista, no es _Jamás ~n simple calco, no restituye en su integrahda~ ,lo~(datos matenales, smo que los selecciona y los distorsiona en f~nci~~ del puesto que ocupan los individuos en una determin~da situac10n social y de las relaciones que mantienen con los demás.~ b) ~~representación es asimismo un proceso relacional. Es una elaborac10n mental que se desarrolla en función de la situación de una persona de un grupo de una institución de u,na categoría social, en relación co~ la de otra pe_rso~~' grui:io o categona social. Es por tanto un mediador de la ~omumca~10n so~ia1) en la medida en la que ésta se- apoya sobre los _objetos sociales asi transformados, para inscribirlos en el sistema social como elementos de intercambio. c) ~e trata tam~ién_ de un~roceso de remodelado de la realidad, en cuanto tiene como fmahdad .1~ de producir informaciones significativas) No es ya, pues,_ la adecuac10~ a lo real la raz~n principal, aun cuando se la busque, smo la{rec~~aci?n ,de_la realidad. La representación aparece así como u_na elabora~10~ ~hnamica: está inacabada y al mi~mo tiempo está producida por el mdividuo o el grupo que la enuncia. JA este nivel se presenta como una nue~a capt~ción y una interiorización de los model?s culturales y de las ideologias dominantes que actúan en una sociedad.

trasf~rmación op~rad~,Por las representaciones se manifiesta como un traba¡o de n:aturaliza~wn de la realidad social, ya que interpreta los element?s social~s sesgandol?S. En estas condiciones puede aparecer ~orno el mv~ntano de un conjunto de evidencias. La representación se u_ripone, a fm de cuentas, como un «dato perceptivo» (Herzlich) Fun- · c10na como una reducción elaborada de la realidad, que tiene co~o fin efe~tuar de ~lla una presentación revisada y corregida, aligerando el caracter ambiguo y pesado que tiene para nosotros. La evidencia hace

de la realidad una cosa simple; (refiere la representación a un modelo implícito de funcionamiento mental, que se supone lógico, es decir, racional y en consecuencia no parasitado por elementos no posibles de dominar.)

A nivel de contenido

Las características de la representación están igualmente relacionadas con su contenido. a) 1El contenido de la representación es, en primer lugar, cognitivo: se trata de un conjunto de informaciones, relativas a un objeto social, que pueden ser tnás o menos variadas,.1!1ás o _menos e~tere~t~p.adas, más_~ ,_menos ricas.1Así, en la representac10n social del psicoanahsis Moscovic1 había observado que los obreros interrogados solamente poseían una escasa información sobre lo que era, mientras que las clases medias y las profesiones liberales disponían de informaciones más abundantes y .,_ más precisas. b) Luego, el contenido de la representación viene marcado por su carácter significativo: está, según Moscovici, defi!1ida por una relación fig~­ ra/sentido que expresa una correspondencia entre estos dos polos. As1, las significaciones pasan por imágenes y estas imágenes producen significaciones. En una representación, el carácter significativo nunca es independiente de su carácter figurativo)(Moscovici, 1969). · c) Finalmente, la representación tiene un contenido simbólico directamente relacionado con el aspecto precedente) El símbolo constituye un elemento de la representación, en la medida en que, por una parte, el objeto presente designa lo que está ausente de nuestras percepciones inmediatas y, por otra, lo que está ausente adquiere significación apoyándose sobre él y confiriéndole cualidades que le dan sentido. Desde este punto de vista, el contenido simbólico de las representaciones se refiere a la estructura imaginaria de los individuos y constituye uno de sus modos de expresión en que la realidad, según la interpretación psicoanalítica, es construida por los deseos, las expectati;vas y los sentimientos que proyectamos sobre ella.)

d) (La

FUNCIONES

Después de haber deducido algunas carac~er~sticas ese~ciales de la representación social, presentaremos sus pnnc1pale~ func10nes, estudiando los procesos en los que se apoya para conducu a una reconstitución específica de la realidad social.


PSICOLOGIA SOCIAL

Estos procesos que se dan en las-répresentaciones han sido defi4 nidos por Moscovici (1961) con los términos objetivación y anclaje{ Muestran cómo lo social se apodera de un objeto, de una: informacióni de un acontecimiento y los transfigura. Son procesos integradores, e~ la medida en que articulan interacciones que relacionan lo psicológico¡ y lo social. Son, pues, a la vez actividades psíquicas, que ponen en\' juego un ccmjunto. de mecanismos mentales., y fenómenos sociales 1 marcados por los contextos en los cuales se expresan. Finalmente~J garantizan, por inedio de esta interactividad, una función de filtrado, 1: cognitivo, en la medida en que integran de manera específica la natu< raleza flotante, inesperada o nueva de los acontecimientos, en una,,:; visión aceptable y coherente. · ' "· Objetivación

La objetivación es un proceso de disposición de los conocimientos relativos al objeto de una representación (Moscovici, 1961).! Es un mecanismo por medio del cual se produce el paso de elementos abs-. tractos teóricos a imágenes concretas. En el caso de la representación · del psicoanálisis (Moscovici, 1961), este proceso se descompone en tres etapas distintas. a) (La primera se caracteriza por la selección de las informaciones respecto 'al psicoanálisis. Actúa, en primer lugar, como un filtro que retiene ciertos elementos y rechaza otros.)Las informaciones así seleccionadas son separadas del contexto teórico que las ha producido; de esta manera, son remodeladas y retomadas por los individuos en una reconstrucción específica. bJ(La noción de esquema figurativo caracteriza la segunda etapa: es el núcleo mismo de la representación. Se constituye :por medio de una disposición dialéctica que comprende, por una parte, una condensación de los elementos de infqrmacíón y, por otra, una evacuación de sus aspectos más conflictivos) En el caso del psicoanálisis, Moscovici ha mostrado que esto se traducía en un esquema compuesto por ideas simples, a través de las cuales el . aparato psíquico es propuesto como un objeto fácil de captar. Pero, en realidad, ello no es posible más que porque los elementós así construidos son vaciados de lo que los dinamiza: la líbido. No obstante, esta ocultación tiene una función esencial que es la de presentar el psicoanálisis como una ciencia y una teoría aceptables, es decir, que ya no da miedo, porque se ha desembarazado de su estructura conflictiva.

c) La tercera etapa es un proceso de naturalización. Como ya hemos explicado anteriormente, se trata de la concretización de lüs elementos

LA REPRESENTACION SOCIAL

l.'I

. . nvierten en elementos de la realidad. (La naturaflgurattvos, que seco d f ida como el proceso de transformali~!1ci~n fuedf ·~~~t:n~~'¡ ~:ns:~ento en «verdaderas categorías del cion ~ os e e ndimiento -categorías sociales, naturalmenteacóntecimientos concretos y recibir consis-

~e;~~~~fs ::;a :~enar ~o.s

(Mosc~vt~~' ~~ 6~~ª \reestructuración de ciertas ideas ~?r. ~~ns1~1::ee~~~' c~~o,rfos elementos teóricos ?el psicoanálisis--l~ue

tencia de _ell?s»

as1~ convertirse en fenómenos objetivos, considerados como re~ 1 avdan e t"dentes A través de esta transformación, se lleva~ cabo, as1,funa es v . . ., 1 f , s complejos- cuya unmaterialización_--cosiflcac10n de. os e~m:~fes de la teoría de base, ción es domesticar los aspectos mapre en con el fin de dominar sus elementos. Anclaje

1 se undo roceso de la representación -el ancl_aje- designa, E g t l~s modalidades de .tnserción en lo social y, por otra, d . C rende tres aspectos esenpor una par e, ~~!l~~n~~~n~~r;;:~i~:ne~~p::r e~r}~~~ion~:fento de la representación social a varios niveles. .

e la representación funciona

a) El anclaje muestra, _en pnmer. 1 ,u~ar, qu traduce en el hecho de que

como.~n. s~stem:a~~~~~e::::~~f~~n~ne~~~;re de utilidad sociaqE~ psicoda-

se_ ~t~1 mra a_u nsiderado como un útil de conoc1m1ento e nahs1s, por _e1emplodee~o~ºotros. sirve para descifrar lo que nos rodea, nosotro~ m~s~~~~s un marco de interpretación que permite ha~e_r en:~p~~~~º:1dividuos y las situaciones en clasificaciones que servuan de

f

:~~f:;~~·tsE~~:~i~. ~,;~:l~~~i~e~~~~;~~ :r;::~~~ que servirán para evaluar los acontec1m1entos y las con uc as. .

b) La representac1ó~ se

.

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1

nte en sistema de significacio-

co~~t~t~?:~~faj: -~~ el 'caso del psicoanálisis, _est? ne~, que e~ otro e e~:n red de significaciones» que le son atnbu1-

qmere decu ques:x~e~i~:; ~el sistema de valores producido por la das.' de~p E~:ste sentido el psicoartálisis es presentado co~o algoáque socie ª'-Y' . m~s sociales o a corrientes ideológicas m s o se op~n~o:tif~~rtaq~:~an a conferirle significaci?nes partic?ólareds. El meno , . . ' n hecho social: en func1 n e sus ps~~om:1:ahs1s se ve, ento,n~~~s~~:~d~ como una teoría científica, sino utthzac1one~,. ya _no sera d .ertas categorías. podrá expresar las como el pnv1leg10 reserva o -a c1 '


l'SICOLOGIA SOCIAL

relaciones que existen entre grupos--86ciales, encarnar un sistema de: valores o marcar las oposiciones entre diversas culturas. :', (La red de significaciones que se pone de relieve es un aspecto centr~e del funcionamiento de las representaciones, puesto que muestra las1 relaciones que existen entre diferentes elementos y, desde este punto.~ de vista, refleja la identidad de los individuos y de los grupos a través,: precisamente, de las diversas significaciones presentes en sus repre-'' · sentaciones. El anclaje, como revelador de la inscripción social del individuo, per-.~ mite, a fin de cuentas, mostrar las relaciones que le unen con una: cultura determinada. En este sentido, asegura una orientación de los,: comportamientos y de las relaciones sociales. c) El tercer aspecto del anclaje reside en su función de integración, en lae.: medida en que inserta la representación en sistemas de pensamiento ya;: presentes. Esta noción de integración permite comprender cómo se) lleva a cabo la relación entre un tipo de tepresenta,c:;ión preexistente Yi'. la novedad con la que puede verse enfre...utado. El anclaje permite, por lo tanto, captar cómo se efectúa la integración de esta novedad en un sistema dado, así como la redisposición de los elementos en interacción.

Este proceso confiere a las representaciones una característica definida por Moscovici como «la polifasia cognitiva». Ella indica que, desde cierto punto de vista, es el carácter inédito de la representación el que puede construir un factor que favorezca su integración, es decir la asimilación de la novedad.) Es así como la representación del psi- . coanálisis, en razón de su confrontación con otras corrientes de pensamiento, ha favorecido la transformación de éstas y, así, facilitado su propia integración. Al integrarse en la realidad preexistente, la representación del psicoanálisis lo ha modificado también. Pero, en otro plano, la integración de la novedad va a proporcionar sus propios puntos de referencia a marcos de pensamiento preestablecidos. El anclaje pone, así, de manifiesto un proceso de aproximación entre estos elementos inéditos y lo que ya es conocido, proponiendo un modo de clasificación por medio de juicios rápidos que permiten a los individuos determinarse frente a ellos. A través del funcionamiento de la representación social, captamos algunas de las condiciones de su emergencia: trata la información disponible concentrándola, a partir de una orientación selectiva, y elabora sus elementos en una configuración nuev~. En este sentido, toda representación aparece como un proceso dinámico a través del cual se lleva a cabo una reconstrucción social de lo real; funciona como un «universo de opiniones» (Moscoviei) que incluyeJormas de expresión extremadamente variadas.

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LA REPRESENTACION SOCIAL

El examen de los diferentes aspectos de la percepci?n Y de la representación social revela cómo pensamos el mundo soc1~l,Y mu~s1ra que nuestro conocimiento corresponde a una construcc1on so~1,al de la realidad. A través de sus diversas expresiones, la repr~senta~1on social manifiesta su carácter relacional y refleja, así, el func1onam1enlo de las reglas y de los valores en una cultura dada.


5. La comunicación social

La cornunicac1on se ha convertido en una terna central en el discurso social, por tanto debe ser estudiada corno fenómeno social que descansa sobre la existencia explícita de una ecuación entre la tasa de comunicación intercambiada en una sociedad y la mejor comprensión entre los individuos. Para la psicología social, la comunicación constituye una de las modalidades fundamentales de la conducta humana; los individuos no se ven solamente influidos por contextos sociales a los cuales reaccionan, sino que interactúan perrnanenternente con otras personas que se caracterizan corno interlocutores (compañeros o adversarios). En uno de los primeros análisis, la comunicación se ha definido corno <~el rn,ecanisrno por el cual las relaciones humanas existen y se desarrollan>~ (Cooley, 1902). Hoy actúa a través de los sistemas técnicos, que juegan un papel cada vez rnás importante, modificando la estructura rnisrna de los intercambios. A partir de ahora comprende la utilización de dispositivos cuya función es transmitir signos o imágenes y que crean una nueva dinámica social de los intercambios. La misma idea de comunicación se ha, pues, transformado profundamente a causa de la evolución social. Su análisis se apoya en el conjunto de las modificaciones en el interior del tejido social. Los estudios sobre las comunicaciones cubren un campo relativamente amplio que va desde la teoría de la información a la semántica y la lingüística, pasando por el estudio experimental de las redes en los pequeños grupos, hasta los análisis relativos a las comunicaciones de masas. No desarrollaremos la totalidad de estos puntos; recuperaremos los aspectos que, en los diferentes campos, sirven de base para el conocimiento de este concepto. En esta perspectiva:


LA COMUNICACION SOCIAL

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PSICOLOGIA SOCIAL

- presentaremos, en primer lugar, las principales orientaciones teórica~ - tocare~os: luego, algunos aspectos relativos a la estructura de l~ c_omumcac1ones, así como ciertos procesos; · •· - f1~almente, haremos un análisis sucinto de lo que se conoce · «sistemas de comunicación».

- Un receptor, que recoge la información, transformándola. - Un repertorio de signos o elementos comunes, en el cual el emisor y el receptor permitan construir un mensaje o bien identificar su naturaleza.

( 'aracterísticas de la comunicación

Teorías de la comunicació El concepto de comm;i.icaci~n se ha elaborado a partir de varios; modelos. Veremos tres onentac10nes teóricas esenciales: i - el modelo cibernético y la teoría de la información· ·. - los mo~elos lingüísticos q~e han abordado la comu~icación a partir dé' los fenomenos del lenguaje; '1 - los modelos ~ist~~icos que han sido utilizados en una visión terapéutica:'.: de la comumcac1on. '1 MODELO CIBERNETICO Y TEORIA DE LA INFORMACION

La cibernética ha propuesto un punto de vista de la comunicación! q_ue se apoya en una teoría de la información. Este punto de yista ha: ~Ido desa~rollado, sobre todo, por ~~les (1971), a partir de los traba-:i. JOS de Wien~r (1947) que la ha defm1do como «la teoría de los siste-f m~s complejos autocontro}ad?s y de las comunicaciones, tanto en los:'. ammale~, como e_n las m~9umas». Esta teoría descansa sobre una concepc10? de 1~ mforma_c,Ion que, ei;igloba no sólo las lenguas, habladas ?, es~ntas, smo tamb1en los cod1gos y los signos. Así, toda informac10n ti~ne un soporte formado habitualmente por los elementos de un le?guaJe qu~ son las palabras, las expresiones, compuestas a su vez por signos o senales.

Definición y elementos . , El esq"!'ema de l_a, comunJcac~ón consiste en un proceso de transmision de la mformacwn que Implica cuatro elementos distintos. !-Jn_e1?1isor, que transforma la información, codificándola; puede ser un md1v1duo, un grupo o una institución. - Un canal 4e informaciones, es decir un sistema físico en el cual circulan los mensajes. -

A partir de estos elementos, todo estudio de la comunicación tratará de determinar quiénes son los emisores y los receptores, cuál es la naturaleza del canal, cuáles son las características del repertorio de signos. La teoría cibernética ha puesto de relieve la necesidad de definir claramente la estructura de las redes en las que circulan los mensajes, con el fin de aplicarles las leyes de la teoría métrica de la información. a) El mensaje es, ante todo, una consecuencia ordenada de elementos extraídos de un repertorio de signos por el emisor, que los organiza según ciertas leyes inherentes al n!ensaje a transmitir. La comunicación supone repertorios idénticos para el emisor y el receptor, a partir de los cuales cada uno constituye el código de su mensaje; por lo tanto, solamente tiene lugar cuando estos elementos son comunes a los dos compañeros. El receptor recibe el conjunto de los signos que constituyen el mensaje, los identifica y luego los percibe como significaciones. Pero, en esta perspectiva, integra el mensaje como algo distinto de lo que él conoce ya. b) El mensaje es el soporte de una novedad, es decir de un cierto grado de imprevisibilidad y en esta medida tiene valor de información. Esta se aprecia por la cantidad de originalidad que representa para el receptor. Para la teoría de la información, un mensaje se considera original cuando sus oportunidades de aparición son escasas. c) La información se presenta como una reducción de la incertidumbre, ya que la originalidad que lleva consigo acrecienta su previsibilidad. En estas condiciones, un mensaje, para ser percibido y comprendido, debe poseer una especie de equilibrio entre previsibilidad e imprevisibilidad. El mensaje puede ser recibido en la medida en que es previsible, es decir, si el receptor cuenta con la serie de las informaciones; esta expectativa se define como una «acomodación informacional». Así, para el conjunto de los mensajes, existe un coeficiente de probabilidad de ocurrencia que permite definir una comunicación óptima. Esto supone una densidad aceptable de originalidad, es decir un umbral de originalidad del mensaje, que va a permitir medir la aptitud del individuo para aceptar la novedad. La noción de capacidad máxima de originalidad aceptable para un


PSICOLOG!A SOCIAL

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receptor es esencial, puesto que permite deducir una regla fundamenf de la comunicación que consiste en permanecer dentro de un umbr' de capacidad necesaria para el receptor para integrar la informaciq nueva.

d) Otro aspecto de la comunicación es el de su coste: el mensaje debes~ lo más económico posible. Igualmente, la comunicación tenderá •· establecerse sobre la base de la utilización de im número mínimo d' signos para vehicular el mismo mensaje. Pero, en la medida en que s trata de individuos que comunican, éstos no tienen como fin esenci · economizar los mensajes, sino hacerse comprender. En este sentido,~ individuo se asegurará de la buena calidad del mensaje repitiendo 1, información; el mensaje se hace, entonces, redundante. r:1\ En la teoría de la información, la redundancia se define como ~· exceso de señales con relación a lo que es teóricamente necesario pa~:_,. la transmisión y la comprensión de un mensaje. No existe inteligibi1\ dad sin una cierta redundancia, que caracteriza lo superfluo en relació con una información pura. La redundancia es, al mismo tiempo, u~( medida de inteligibilidad y una medida de la reducción de la inform~ ción. Cuanto más redundante es un mensaje menos informacione!' transmite, pero se hace más comprensible. En estas condiciones, f' eficacia de un mensaje es función del equilibrio entre su originalidad· su redundancia.

receptor, sino también con las ~ariaciones que éste introduce en torno a la forma denotativa de cada signo. , . 'd El Todo mensaje llega al destinatario con una perdida -0. con r~i os .. ruido se caracteriza por el conjunto de las perturbaci<:m;s a e~tonas ue intervienen en el curso de la transmisión de ~as m orm.aciones. istas perturbaciones son múltiples y puedei:i provemr del propio ~anfl, de su utilización, de las actitudes del emisor y. ~el ~~ceptor, e as . bi üedades del mensaje, de los errores de. codifica~~on. ~mpa~tir de estos elementos, la teoría de l~ mfo~?1ac10nfpresefta ~~a ción de la comunicación que hace hmcapie en la arma izaci~m ~~~~~p rocesos de transmisión, en las cualidades lógicas del 1:11ei:isaJe, más qJe en su significación. Apenas tiene ~n ~~ent~, por consigu!ei:ite, la dimensión de la relación en la comumcac1on m las caractensticas semánticas del mensaje.

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e) Finalmente, la teoría de la información se interesa por las propiedad~1 de los mensajes, desde el punto de vista de sus efectos sobre el receptor'.1i muestra, como hemos dicho, que emisor y receptor utilizan cada unq! un repertorio que les es común y que sirve para comunicar fabricandd:11 mensajes con signos reconocibles. Ello pone de manifiesto las regla$!) del código, es decir la forma en que el .emisor hace uso de los signo:;! que permitirán al receptor descifrar el mensaje, reduciendo, así lal/ riqueza de las combinaciones de los elementos-signos, pero permitien-Ji' do una decodificación al receptor. La comunicación se establece, entonces, en función de un conjunto de , códigos y el papel fundamental del mensaje es permitir un reconoci~ , miento claro de ellos. Desde este punto de vista, todo mensaje puede':! ser enfocado en dos niveles: denotativo y connotativo. El primer nivel ·i· concierne al valor denotativo o semántico de la comunicación y se ; expresa por medio de la fuerza del código sobre la trabazón de los ' signos. El segundo nivel concierne al valor connot.ativo o estético de los mensajes, que muestra la existencia de variaciones alrededor de las formas normalizadas de cada signo. Estas variaciones aportan una información que puede ser extraordinariamente independiente de su soporte; este mensaje está basado en la evocación y es, frecuentemente, la fuente de la creatividad en la comunicación. Esto muestra que, si bien el mensaje puede ser descompuesto en un modelo lógico, su eficacia está relacionada no solamente con las cualidades técnicas del 1

LA COMUNICACION SOCIAL

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M< lDELOS DEL LENGUAJE 1'N LA COMUNICACION

La psicología ha prestado un crecie~~e inte~és a los fenómenos d~ la adquisición del lenguaj~ y de. su ~unc1onamie,~·~º~s q~e t~~v~~nd~º~a vertido en un campo de mvestigaci~mes ~speci i ' . . isicolingüística. En la perspectiva psicosocrnl'. el estudio del l~ng~~J~ 1;terviene como un factor esencial del estu~i~ de la c~mumcaci~n, permite poner de manifiesto ciertas caracte~i~tlcas. prop1.a~ ~e lf s mterlocutores y otras vinculadas a la dimension psicosocrn e a co-

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municación. . · · l 'g'cos Presentaremos en primer lugar, ciertos mecamsmos psico o i . del lenguaje y des~rrollaremos, luego, algunos de sus aspectos ps1cosociológicos. Mecanismos psicológicos del lenguaje

El estudio psicológico del lenguaj~ considera que éste ha s~o concebido para transmitir la informac1on de una persona ~ otra. m b r 0 una ran parte de los mensajes pasa por el sesgo _e c.oi;iven~~n:s gs~ciale! que determinan las suposicione~ 9ue los mdiv1duos a propósito de los otros Estas suposic10nes son llamadas h unos de la comunicación», pues · d e f'i!1en, ent r e los interlocuto« acen ostulados ., , r~s el acuerdo tácito que se establece, precisamente en f~nc1ondde IJ~ reglas sociales que presiden el diálogo. Los postulados epen en e los grupos y de las culturas en las que se producen.

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Los estudios psicológicos del leJguaje han definido ciertos ele mentos que es útil conocer para comprender la comunicación. a) Las reglas del lenguaje permiten distinguir las palabras utilizadas en 1 comunicación y las ideas a las que se refieren. Las palabras forman ¡ , que puede ser medido e!n el comportamiento verbal: se llamará, enton ces, «estructura de superficie del lenguaje» a las frases escritas o habla' das y «estruct_iir~ semántica» al sentido transmitido por las palabrasi Uno de los pnnc1pales problemas de la comunicación consiste en eva luar si el emisor y el receptor hacen referencia al mismo concepto. E problema de referencia está ligado a la caracterización de un concepto· la cual constituye, por lo tanto, un mecanismo simple para indica"' '.' cuáles son, exactamente, los conceptos de que se trata. .'l (/

b) Los estudios psicológicos del lenguaje han puesto de relieve el hecho d' que su comprensión obedece a cierto número de obligaciones opi racionales. · Los mecanismos de análisis del lenguaje deben, en primer lugar operi de una manera rápida, con el fin de seguir el caudal del discurso'; Luego, el análisis lingüístico de la frase debe proceder según el ordelf de la,s palabr~s pronunciadas; esto significa que, por una parte, n ' podra ser realizado antes de que se haya oído una parte importante dé, la frase. Finalmente, la última obligación impuesta a estos mecanismo~: saca a la luz el hecho de que deben ser capaces de tolerar los errores 1;1 la falta de información; ello implica, por ejemplo, poder entender el': lenguaj~ hablado, a~n cuando el emisor cometa un error o si el recep2: tor relaJa su atenc10n. Hay que subrayar que los mecanismos que'l; aseguran la comprensión del lenguaje están estrechamente ligados a los:: de la percepción. Así, la forma en que 'una lengua dada se refiere a'' experiencias perceptivas puede tener una gran influencia sobre la codi- :) ficación y la retención de la información sensorial. c) Lindsay y Norman (1977) presentaron un estudio del lenguaje a partir, de una combinación de mecanismos, de los cuales unos están dirigidos i por datos (de abajo a arriba) y los otros por conceptos (de arriba a:1 abajo). Según estos autores, los procesos dirigidos por "datos responden . a las señales que llegan al sistema sensorial: los ojos y los oídos. Hemos asistido a varias fases: en primer lugar, las imágenes (símbolos de los signos) son traducidas según sus características sensoriales y son .4 los mecanismos particulares los que las identifican; cuando esas imágenes se presentan en buenas proporciones, son identificadas como partes componentes de items particulares. Finalmente, el conjunto de items presentes en un momento dado y su interrelación permiten interpretar la escena visual y auditiva. · En razón del recorrido concreto de este análisis, se le llama también «análisis de abajo a arriba», lo cual significa que se inicia en el nivel más bajo de informaciones (los datos sensoriales), progresando hacia

el nivel más elevado (las estructuras semánticas). El segundo tipo de tratamiento de la información es el proceso dirigido por conceptos: interviene partiendo de las expectativas y de los índices contextuales, en varios niveles. En el nivel más alto de conceptualización, el carácter general de las estructuras nemónicas que son elaboradas va a servir de guía para los niveles inferiores de análisis. Así, el tratamiento dirigido por conceptos va a permitir organizar las expectativas en función de la materia de que se trate, de las informaciones específicas por llegar y, finalmente, del contenido de las frases que se presenten. Esta forma de análisis procede a partir de las conceptualizaciones generales sobre un tema, pasando a una información cada vez más específica'. para lle~ar, finalmente, a la anticipación de palabras, imágenes y ~omdos particulares. Viene definido como un análisis de arriba a abaJo, que parte de las estructuras semánticas, descendiendo hasta los datos sensoriales .

A partir de estas someras indicaciones, comprobamos que el lenguaje se utiliza como un instrumento que los individuos producen ~ara comunicarse sus ideas. Los sistemas lingüísticos pueden ser considerados como mecanismos destinados a transmitir la información de un individuo a otro. Dimensiones sociales del lenguaje

La dimensión psicosociológica del estudio del lenguaje y de la comunicación es relativamente reciente. Las investigaciones llevadas a cabo en este campo definen la comunicación como una relación de interlocutores; esto significa, por una parte, que los seres humanos comprometidos en una comunicación ca-construyen sentido a partir de un código y, por otra, que producen una situación social, marcada a su vez por un conjunto de factores sociales. La utilización del lenguaje en la comunicación se considera como una situación social que presenta varias características. a) Los trabajos de Ghiglione (1981, 1983, 1986), de Beauvois (1981) y de Trognon (1986) han presentado, sobre todo, una concepción teórica que se apoya en la idea de que la comunicación es un sistema compuesto por un conjunto de subsistemas (verbales, paraverbales y no verbales) que tienen estructuras semejantes y vínculos sistémicos. Este modelo se apoya sobre varios conceptos generales. - En primer lugar, una situación de comunicación tiende a construir sentido; esto se produce en función del conjunto de los sistemas de signos que pone en juego. - Luego, el sujeto es definido como sujeto comunicante, es decir como


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un ser. «socialme~te ins~ri~o y datado». En este sentido, el sujet'. comumcante, segun Ghighone (1986), se refiere a un status de r palabra portadora de los rasgos del entorno del sujeto, de los retos d' la situación «aquí» y «ahora», de los saberes anteriores y de los que s construyen en la situación de interlocución. ,'. - Finalmente, la situacipn viene definida como comunicativa a partir d los conceptos de reto y de contrato. La noción de contrato de comuni" cación considera que toda situación de interlocución es un proceso d ' co-construcción de la referencia que crea una «situación potencialmett1 te comunicativa». En esta perspectiva, el análisis de la comunicación se lleva a cab siguiendo un método denominado «análisis proporcional de discurso i que saca a la luz los elementos que intervienen en las situaciones d, interlocuci?n como un «análisis sistemático de los rasgos en el discursq ~::· oral o escrito»; estos rasgos son de tres tipos: l

• los rasgos de los núcleos que estructuran los sistemas de repre1; sentación de los individuos a propósito de un objeto temática dado (definido como referente núcleo) y de su relación; · • los rasgos de las actitudes de los enunciadores en relación co ,; estos referentes núcleos; • finalmente, los rasgos de las lógicas argumentativas que articu~:, lan las producciones discursivas. , '¡ Así, por medio de la teoría de la comunicación contractual Ghi;l glione _(1986) da cuenta de la relación entre un sujeto comunic~nte yii un objeto, la lengua, a partir de una relación de apropiación que) construye sentido, según una decodificación del mundo ofrecida por la lengua. Por otra parte, ésta es vista como herramienta de comunicación:: con los demás y, desde este punto de vista, está relacionada con las· estructuraciones sociales en que está inserta.

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b) Los trabajos de Blakar (1979) se apoyan, por una parte, sobre losJ mismos conceptos y muestran, en especial, que el que habla utiliza? un código lingüístico en función de objetivos que le son propios y¡,'. que consisten ~lobalmente en ejercer influencia. Con este objeto, él\ actúa por medio de un registro que le permite realizar elecciones. 'j Blakar enumera algunas de ellas, como, por ejemplo, la elección de i la forma gramatical, la del énfasis y del tono de la voz. Demuestra que, en la fabricación de su mensaje, el que habla nunca es un eslabón neutral, sino que produce realmente algo nuevo. En este ,'• se~tido, la comunicación se define como un montaje lingüístico activo. Pero toda comunicación se inscribe igualmente en una estructura so~~al del lenguaje que f~ncion~ independientemente del que lo utiliza. Este modo de funcionamiento revela que el lenguaje es un, fragmento de una cultura en una sociedad determinada. Se puede·'

considerar, a este respecto, el aprendizaje de una lengua a t_ravés de la forma en que ésta asume las dimensiones de los role~ socia~es. La idea que nosotros nos hacemos ~el r?} de otr~ determm~ la firma y el contenido de nuestra comumcacion con el. A traves de estos elementos, el lenguaje es considerado come;> un_ reflejo de_la estructura de las relaciones sociales. Las investigaciones relativas a los fenómenos de adaptación del lenguaje han mostrado especialmente que en ciertas relaciones particular~s,' los individuos producen su discurso como una forma de adaptac10n. Así se ha hecho un estudio sobre educadores en una institución que acogía a niños pequeños coloca?os en salas l~rgas (Tizard? ~972). Dicho estudio ha deducido dos tipos de lenguaje: un lenguaje mformativo que incluía la expresión de sentimient~s ~ de explicacio_nes, y un lenguaje restringido que era pobre y se limitaba al enunciado de consignas. Se pudo_ comprob~~ que el rec~r~o a una u otra de estas formas de lenguaje era funcion de la relacion que los educadores tenían con ciertos tipos de niños: cuando los niños a los que se dirigían tenían un lenguaje ~erbal po?re, los propios ~ducadon~s utilizaban también un lenguaje restringido. En este estud10, el fenomeno de la adaptación del lengúaje ha mostrado que se tr~taba también, de hecho, de la expresión de cierto tipo de relaciones sociales. c) Los aspectos sociales de la comunicación _afectan _al comportai;riiento verbal ejerciendo, por otra parte, una mfluencia sobre el tipo de lenguaje que adoptan los individuos. Esto se ha puesto de manifiesto por medio_d~ un_a investigación ~~pe­ rimental (Moscovici, 1967) que se apoya en la lnpotesis ?e qu~ la mo?ificación y, en ese caso, el empobrecimiento_del_vocabulano senai;i debidos a '.lOI12:1lbobrrél2 normativas en las comumcac10nes entre los miembros de . . pequeños grupos. . .. , La investigación se llevó en torno a la defmici~n de tres _s1t~ac10nes distintas en las cuales dos individuos eran alternativamente mv1tados. a comunic~r sobre un tema dado. La primera situación incluía una constncción normativa que se expresaba por medio de ui;ia consigna de cons~nso impuesto a los sujetos al término de sus intercambios. En ~a segunda'situación la constricción, no normativa, se traducía en una consigna que versaba sobr~ los plazos otorgados para el intercambio. Finalmente, la tercera situación no tenía ninguna constricción.

Las conversaciones quedaron grabadas y el análi~is ~ostró 9ue era ~a situación de constricción normativa la que había ejercido la mfluencta mayor, provocando una reducción de la ca~tidad de_ ~nfo~r,naciones int~r­ cambiadas una redundancia del vocabulario y la utihzac10n de un léxico más pobr;. Esta experiencia permitió establecer. una correlación entre . . constricciones normativas y estructuras del lengu~Je. El conjunto de estos elementos atestigua la importancia de la sltua-


l'SI< 'Ol .OGIA ficrAL

ción social en cuanto a la utilización del lenguaje. Los factores sociales de.' la comunicación juegan un papel determinante en el tipo de discurso · adoptado por los interlocutores presentes. Pero, debido a este hecho, el:. lenguaje así producido se convierte, a su vez, en un aspecto de la deter-; minación social que va a pesar sobre el propio curso de la comunicación. 1:1 M<>DELO SISTEMICO Y «LOGICA» DE LA COMUNICACION

Fue a partir de los trabajos de Bateson (1951) cuando nació una teoría de la comunicación que se inspira con fuerza en la vía sistémica; se presenta como un modelo que concibe las actividades de forma relacional y considera que todo acontecimiento comprende «aspectos . comunicativos». Se ha desarrollado, sobre todo, alrededor de un grupo de investigadores conocido con el nombre de escuela de Palo Alto. Presentaremos el principio general, así como algunos elementos de la comunicación en este enfoque. Principio general de la comunicación

En esta óptica, el estudio de la comunicación descansa sobre la idea de que todo comportamiento es una comunicación.!La escuela de Palo Alto establece una ecuación entre comportamiento, mensaje y comunicación: la comunicación se extiende al conjunto del comportamiento, es decir, sobre todo, a los modos de comunicación no léxicos. La relación indisociable entre comportamiento y comunicac1on se encuentra expresada en este enunciado esencial: en imposible no comunicar. La comunicación es un proceso social permanente que engloba modalidades muy variadas de comportamiento: la palabra, el gesto, la mirada; en esta perspectiva, no existe oposición entre comunicación verbal y comunicación no verbal: la comunicación es un todo integrado. En este sentido, hay que considerar todo lo que, en el comportamiento, cobra, en un momento u otro, valor de comunicación. Esto significa que no se pueden aislar los mensajes, puesto que sólo tienen sentido en el contexto del conjunto de los modos de comunicación. Así, el valor de la comunicación humana se deriva del valor de los mensajes comportamentales que adquieren un sentido situados en su contexto, así como en las modalidades de la interacción. La comunicación es enfocada a través del funcionamiento de los diferentes modos de comportamiento en un contexto dado; es, por consiguiente, en

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términos de complejidad y de contextos múltiples como hay que concebir el enfoque de toda comunicación. Elementos de la comunicación a) Bateson ha enfocado la comunicación entre individuos o entre grupos como una secuencia una serie de reacciones provocadas unas con relación a las otras. El distingue, así, dos sistemas esenciales de comunicaciones: la comunicación simétrica y la comunicación complementaria. - La comunicación simétrica es aquélla en la que los interlocutores se comprometen en una espiral fundada en un a~recentamien~o de _la amplitud de un mismo comportamiento; por ejemplo, l~ v10lencia. - La comunicación complementaria es aquélla en la que los mterlocutores forman juntos una entidad bipolar'. que p~ede exp:esarse por medio de mensajes sobre el modo de la diferencia; por ejemplo, la autoridad y la sumisión. . ., Con el fin de dar cuenta de estas form,¡is de comumcac10n, Bateson establece la hipótesis de una esquismogénesis defini?a co~o ~1! «proceso de diferenciación en las normas de comportamiento mdividuales resultantes de interacciones acumulativas entre los individuos». Toda comunicación se expresa, así, de una de estas dos formas: es simétrica, cuando instaura o establece la igualdad o la reciprocidad; es complementaria, cuando expresa la diferencia. Además ella vehicula siempre dos tipos de informaciones: una referente a l~s hechos y la otra relativa a la relación que se establece entre los individuos en el curso de la comunicación. Todo mensaje es, a la vez un contenido y una relación. El aspecto relacional puede ser con'siderado como un segundo mensaje que engloba al primero y caracteriza la forma en que éste es aprehendido. Se hablará, entonces, de «comunicación sobre la comunicación» o de «metacomunicación», que puede referirse, bien al contenido, bien a la ~~lación, y adq1:1~rir niveles de expresión variados. Al asegurar una ~unc10n. de adapta~10n al mensaje, ya para comprenderlo, ya para precisa~lo, mterpreta, igu~lmente, el rol de una regulación afectiva, en la medida en 9u~ puede situarse a nivel de la expresión de las emociones y de los sentlmi~nto.s, que pueden constituir una forma de comunicar sobre una comumcacion en curso: «Es tan poco decir que te quiero». b) La escuela de Palo Alto ha establecido que, e~ la comu~ic~ción, los individuos recurrían, según los casos, a dos tipos de codigo.s .o de señales. Hace también una distinción entre comunicación digital y comunicación analógica. .. . . - La comunicación digital es aquella en que se utihza una mfo~mac1ón objetiva, lógica que puede ser codi~icada (y entrar en UJ?-a máquma) por medio de cierto número de operaciones basadas en el sistema de cálcu-


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l.? binario. Así, 1:1, comunicac~ón_ ~s d~Sital cuando está fundada en utj, cuya relac10n con la sigmficac1on dada es puramente conven~ ctonal. · · -- La comun~cación ana!ógf~a e~, aquélla e~ la que existe una relaciól'I¡ e_ntre, 1:1º sign? y su s1gmficac1<;m, a partir de una semejanza física c;t: simbobca. As1, los comportamientos no verbales pueden ser conside~ rados como los mod~s de la comunicación ~nalógica, pues «la amplitud! del gesto, la profundidad de la voz, la longitud de la pausa o la tensión, del músculo corresponden directa o .inversamente al volumen de las\ relaciones que son objeto del discurso» (Bateson, 1966). '' La comunicación analógica sería, así, el modo de comunicación sobre. las _relaciones .. !ocluye una gran dosis de i~precisión y deja lugar para i la ~nterpretacion person~l. ~?r el contrano, la comunicación digital sena el modo de comumcac10n sobre las cosas o sobre el contenido .\• ,,. precisa. . '"''. pues es mas Toda comunicación implicaría estos modos complementarios de utili~ :i zación .~e los mensajes, en la medida en que las informaciones a· tr~nsmitir no pu~den serlo recurriendo siempre a los mismos códigos;' asi, las referencias a las relaciones interpersonales son difícilmente ' digitalizables, mientras que los mensajes relativos a los hechos o a} cosas no siempre pueden apelar a la comunicación analógica. '

LA COMUNICACION SOCIAL

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comunicación poniendo de manifiesto los procesos interactivos de todo comportamiento. Ello ha permitido deducir una «lógica de la comunicación» (Watzlawick, 1972) que establece la existencia de diferentes niveles a los cuales se refieren los agentes de la comunicación. Además, ha mostrado que las perturbaciones psíquicas de la personalidad pueden ser interpretadas como perturbaciones de la comunicación que existe entre un individuo y su entorno. La noción de patología de la comunicación designa mecanismos cuyo interés consiste en ayudar a comprender mejor ciertos desórdenes mentales relacionados con la perturbación de diversas formas de interacciones.

s~gno

c) Final1?~nte, la escuela ~e P_~lo Alt? se ha interesado por los aspectos patologicos de la comumcacion. La idea de patología cubre el hecho de que la comunicación ya no garantiza su rol de construcción de relaciones pos_it_ivas entre los individuos, sino que crea entre ellos barreras que se mamfiestan por la perturbación de los niveles de comunicación. Una de la~ exp~~siones de esta patolo~ía es la «comunicación paradójica»: una situac10n en la que un mensa1e comprende dos contenidos incompatibl_es, es decir una paradoja. Existen dos categorías de paradojas: la conmmación paradójica y la previsión paradójica. - La conminación parad~jic~, s~ presenta en forma de un imperativo y comprende una contradicc10n mterna, de forma que no permite ninguna resl?uesta adaptada y sati_sfactoria. Una ilustración de este tipo de mensaJe se encuen~ra, por eJemp~o, ~~las conminaciones del género: «Mantenga la sonnsa». Ponen al md1viduo en una posición frecuentemente imposible. Sin embargo, una situación así puede suscitar en ª!&una ocasión, ~eacciones innovadoras y puede tener un aspecto' pos1ttvo, en la medida en que conduce a hacer frente a una situación poco habitual. - La previsión paradójica se presenta en forma de una decisión que no p~~de ser concreta~a: se trata de un «mensaje indecidible». Esto sigmfica que se comumca a un compañero una información que concierne ª.una_ ?ecisión que debería tomar, pero que no puede afrontar; esta sltuacion provoca perturbaciones más o menos marcadas en el curso posterior de la comunicación. La teoría de la escuela de Palo Alto aborda los fenómenos de la

Procesos de la comunicación REDES Y ESTRUCTURAS DE COMUNICACION EN LOS GRUPOS

Los estudios sobre los procesos de comunicación son, esencialmente, trabajos relativos a la comunicación en los grupos, puesto que constituyen uno de los campos privilegiados en la exploración de estos procesos. En este apartado, presentaremos las experiencias más clásicas, pues tienen la ventaja de proporcionar el esquema canónico sobre el que se han apoyado buen número de investigaciones posteriores. Flament (1965) introdujo, en el análisis de los procesos de comunicación, una 9,istinción entre estructuras y redes. -

La red de comunicación define el conjunto de los canales existentes en un grupo organizado, por los cuales son transmitidos los mensajes. Se trata de condiciones materiales que impone un tipo de comunicación en función de cierto número de constricciones relacionadas, en particular, con los diferentes relés a franquear. La red es, por lo tanto, una estructura a priori de las comunicaciones en un grupo. - La estructura de comunicación es la «organización de los intercambios reales entre los miembros del grupo, con vistas a realizar una tarea dada» (Flament, 1965). Así, por ejemplo, una organización determinada de tareas impone una estructura de comunicación definida. Sin embargo, la noción de estructura de comunicación existe siempre en un grupo, independientemente de una tarea precisa, en la medida en que los intercambios se organizan .Y, se ?rientan ~n u~a dirección da~t~. Por consiguiente, esta estructurac1on ttende a cnstahzarse y a estab1h· zarse en un momento dado, de forma que se impone progresivamente como una red.


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b) Leavitt (1951) retomó el dispositivo experimental de Bavelas, pero definiendo cuatro tipos de redes: en cadena, en estrella, en «Y», en círculo.

... P.resentaremos, sucesivamente, algun~s.estudios experimentales y d<.:!1mremos los conceptos que se han utilizado para interpretarlos. l':studios experimentales: características de las redes a) Fue, en pri~er lugar, Bav,el~s (1950) el que se dedicó a definir algunas ' de las propieda~es geometncas de diversas redes. En su estudio, las estructuras analizadas son tres: las redes de comunicación en cadena en círculo, en radio. ' Las estructuras. analizadas consisten en células enlazadas unas con · otras. ~av~~as formula la hipótesis de que la estructura de la red de c?mumcac1on afecta al fu.ncionamiento de un grupo compuesto por c1!1co P.ersonas. Par~ medlf la co~mnicación, propone el concepto de d1stanc1~, que se defme como el numero de eslabones de comunicación. nec~~~nos para que un mensaje llegue, por el camino más corto, de una pos1c10n a otra. Determinó, así, en primer lugar, la distancia de cada uno a t?dos los otros; luego, dedujo para cada red una distancia total que es ig~al a la suma de las distancias de todos los puestos de una red ' dada. As1, para la red en cadena es de 40, para la red en círculo es de 30 y para la red en ra~io es de 32. Es, pues, en la configuración en cadena donde el mensaje debe recorrer la distancia mayor. 1

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LA COMUNICACION SOCIAL

Radio

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A partir d~ ~sta. experi~ncia, Bavelas definió el concepto de centralidad para descnblf diferencias en el interior y entre las estructuras de comunicación. La posición más central en una red es la más próxima a todas las otras; así, el he~ho, para los i~dividuos, de ocupar una posición cent~al les proporc10na una ventaja en las comunicaciones con los " demas, de forma que son una especie de líderes, cuando el grupo debe resolver un problema.

En esta experiencia, los individuos estaban agrupados cinco alrededor de cada mesa y los grupos separados unos de otros por un tabique, lo cual imponía una comunicación por escrito. A cada sujeto se le daba una tarjeta en la que estaba representada una serie de cinco símbolos sobre seis posibles. Cada tarjeta difería de las otras, en el sentido de que el símbolo que faltaba no era el mismo. De esta manera, en cualquier serie de cinco tarjetas, no había más que un símbolo común. El objetivo de la experiencia era, para cada miembro del grupo, encontrar este símbolo común a todos los participantes del mismo. Para ello, todos tenían el derecho de comunicar, por medio de mensajes escritos, con los miembros del grupo, con los cuales estaban enlazados según redes definidas.

Los resultados de la experiencia, que tuvieron en cuenta el tiempo · necesario, el número de mensajes emitidos, así como el número de errores en cada grupo, permiten observar las diferencias relacionadas con el tipo de red de comunicación. Se comprueba, por ejemplo, que las posiciones más centrales envían el mayor números de mensajes, mientras que las menos centrales envían el menor número. Así, las posiciones de centralidad ejercen el máximo de influencia sobre el funcionamiento del grupo, pero son igualmente aquéllas en que el grado de satisfacción, en el interior de la red, es más elevado. En lo que concierne a las redes, se puede ver que la estrella es aquélla en la que las comunicaciones son más eficaces. Inversamente, la red en círculo es la que exige el número más elevado de mensajes e, igualmente, aquélla en que los errores son más numerosos. La posición, en la red, que hizo aparecer con más claridad diferencias de comportamientos y de eficacia es la centralidad: cuanto más central es la posición que ocupa un individuo, más información recibe y más da. Así, los lugares que los individuos ocupan en una red de comunicaciones afectan a la forma en que van a comunicar. Además de la correlación entre eficacia y situación en la red, Leavitt evaluó el grado de satisfacción de los individuos según la forma de la red en que se encontraban. Se puede observar que es la red circular la que permite la mayor satisfacción, aunque es menos eficaz. Por el contrario, es en la red en estrella donde se notó la eficacia más grande, se observó el desinterés más rápido y el grado de satisfacción menos elevado, puesto que los miembros tuvieron pocas ocasiones de participar en el funcionamiento del grupo. c) Flament (1965) retomó el dispositivo de las redes, comparándolo con la naturaleza de las tareas realizadas por el grupo. Definió una teoría de las redes de comunicación considerando el coste mínimo de resolución de cada problema, en términos de comunicaciones, y estableciendo una relación entre el coste efectivo necesario y el coste mínimo. En esta experiencia, los sujetos se disponen en red centralizada o no centralizada. Realizan sus tareas siguiendo dos modelos de resoluciones:


l'SIC'OL<~IA

LA COMUNICACION SOCIAL

SOCIAL

una red debe, igualmente, ser puesto en relación con el grado de satisfacción para los miembros del grupo y se puede considerar que la satisfacción media es inversamente proporcional al índice.

d ·I L~s re.s~l~dos indican que las diferencias de actuaciones depended

:~~:-Er~~:~if~7:~:~~;~~;~::~:~:~:ci~~!:~ e~\~t~c%~

los enlaces tienen dificultades de funcion~mi~~~~esSde mforma~1on, pues: tanto, una eficiencia mayor cuando hay estricta. e comprdue ~'por lQf estructura de la t f d · cor~espon encia entre: prolonga lo suficie~t~ª Ie ~b~er e red. No obstante, Sl la exp,eriencia sel hace semejante; cu~Ie'squiera q~: ;::~fa~ ~~t~~c:~~:~.des, la eficiencia s~1 1

~n~en7~'~e~dee~=~~·~:,':\~~ ~~~:;,s:;~~~~e~:~~:i~ ~~e;;~:~:~; r

el gn~P.º una estructura de relac10nes isomorfa con el sistema d 1 · .,:.i1 ncs ex1g1das por la tarea. e re ac10• •

Medid~ de las propiedades de las redes: l't'nlraltdad y periferia

. El .conjunto de estos. estudios ha permitido deducir cierto número dl! f1~d1c~s para caractenzar algunas propiedades de las red d 111umcac16n. es e co~ a) (1','/ fndiced de · 1ugar de reheve · l 950) f centralidad 1 . ; ,puesto , en p~1mer por Bavelas

. ', e me a pos1~1on mas prox1ma a todas las otras en una red duda .. · · se puede · deducu ' así ' un i'nd1'ce d e cen t ral'd i ad por puesto P.crmt~c medu posteriormente el índice de centralidad d 1 d que hl fndtcc del puesto se define por la relación e 1 e a re . red y la suma de las " e m ice s1 ua e1 grado de centralidad de u interior de la red, y esto en los términos si uiente~· puesto da_do, en el l'S el Indice de c~ntralidad del puesto má~ facilid~~~sª~:~:~s f~e~~d? ~luo pum comumcar con los otros y ~ás tendencia ten , a e I? .1v111!1por1.ancia de su rol en el funcionamiento del ru o dra a perc1bu la . l <,I ~11d1cc de centralidad de la red viene defini~o p 0 · tndwcs de todos los puestos que la componen Así p r lat sun;a .de los S"ll e ·t·. , d' , 1 . 'cuan o mas impor11111 '" , .. ·" s e m ice, mas e evada será la: ef · d 1 de este índice fue indicado por Bavela~ L:~ª~:: e. grupo. E~ valor q1w Ia.s distancias sociales se afirman tant~ másv~u~ni~1en~s ~ons~deran el ímhce de centralidad de la red· así una pos1·c1'o'n mtasle eva o sea . . · d' · ' ' cen ra en una red · o 11 1 1ga el un 111 1v1duo a asegurar un rol de 11'd · · · •· ' 'fé · · . er, mversamente una , d'ice d e centralidad · ' de 11os1cmn pen nea impide tener este rol · El m

~l1i:111.11~ci111~. ~e. ~ta,

di~tancias nd~f p~!~::~~s~~~:!J~~

b) El índice de conexidad de una red es igual al número más pequeño de canales cuya retirada lleva consigo la desconexión de la red. En la red en estrella, por ejemplo, el índice de conexidad es igual a 1, puesto que basta con suprimir un canal para cortar la comunicación. Este índice permite representar el valor de una red en función de las posibilidades de comunicación que ofrece. El índice de conexidad retoma una medida introducida por Bavelas, que es la «suma de los vecinos», es decir la suma, para la red entera, de las posiciones que se encuentran a un . eslabón de distancia unas de las otras. Este índice expresa, así, la estabilidad de una red, que será tanto más grande cuantas más posibilidades posea el individuo de comunicarse con el conjunto del grupo. c) El índice de periferidad relativa de un puesto es el último concepto que permite medir las propiedades de un puesto en el interior de una red. Este índice, propuesto por Leavitt (1951), viene establecido por la diferencia entre el índice de centralidfü de un puesto y el índice de centralidad del puesto más central en la red. Mide el grado de desigualdad de los participantes en el acceso a la información en el interior de · una red; cuanto más grande es esta diferencia, más subordinado estará el puesto al puesto central. Este índice es inversamente proporcional a la igualdad de los participantes en el acceso a las informaciones y determina, directamente, el grado de satisfacción de un puesto en el interior de una red cuanto más elevado es el índice de periferidad, más baja es la moral del grupo y más grande es la insatisfacción.

Los estudios de las redes de comunicación han permitido deducir la importancia de la influencia de la estructura de la red, no solamente sobre la eficacia del grupo, sino también sobre el grado de satisfacción o de insatisfacción. Además, la posición de un individuo en la red, su lugar relativo, determinan, no sólo sus posibilidades de intercambio, sino también su grado de participación y, por consiguiente, su nivel de satisfacción. Las conclusiones establecidas por estos estudios experimentales siguen siendo válidas para las redes de comunicación dentro de los sistemas sociales: así, los individuos periféricos son los que tienen menos informaciones, lo cual determina un débil grado de participación y engendra un elevado grado de insatisfacción. LA COMUNICACION NO VERBAL

En los procesos de comunicación, se ha prestado una atención especial a la actividad corporal y motriz que la acompaña. Las inves-


LA COMUNICACION SOCIAL

l'S I< 'Ol~GIA SOCIAL

HI

~igaciones que se han llevado a cabo a este respecto se apoyan en'. 1dc~ de ~ue los gestos, la expresión del cuerpo, los movimient vanados tienen una función de comunicación. Una primera vía tien a mostrar el valor de ciertos índices no verbales como factores ~o~unicación. Estos .es~udios versan sobre el valor de las expresion faciales y de los mov1m1entos del cuerpo en la comunicación.

romportamientos que incluyen la post?ra .Y, los n:iovimi~ntos .del ~uer­ P', como índices fiables en la comumcac1on. Ciertas mvest1g~c10.nes (Mchrabian, 1972), como ya hemos visto, ~rnn explorado_ los mdices ik dominancia en situaciones en que los su1etos desempenaban el :ol dl' una persona que comunica con alguien que posee un st~tus supenor inferior. Se ha podido observar q~e tenían. tende,ncia a adoptar 0 posturas más distendidas, cuando el mte:cai_n?io tema luga~ con ~1¡tuicn de status inferior al suy?. ~ero los md1c1os posturales mterv1ellt'll con un conjunto de otros md1cadores corporales, como el tacto o 111 fijeza de la mirada. . . Estos resultados experimentales tienden a probar que los movimientos del cuerpo, la postura y los gestos pueden servir d~ índices.~e l'otnunicación. Pero su valor comunicativo resulta de su mterac~io!l ron un conjunto de otros elemen~os ~?rporales que les dan una s1gmficación particular en una comumcac10n dada.

. Ekman (1978) realizó una experiencia en la cual se presentaron a millares e{

SUJ_e~os de to~o el mundo fotografías que expresaban emociones variadas:

l

felicidad, la tnsteza, la cólera, el miedo, la sorpresa, el disgusto.

·

Los r~sultados hicieron patente, en individuos pertenecientes ·•· cultur~s d1feren.tes, un a~uerdo muy elevado en lo que concierne a fa cxpres1on~s faciales particulares representadas en las fotografías. Ek ma~ extrajo de aquí la idea de la universalidad de estas expresione; ~aciales,. destacando, no obstante, la importancia de las variacione'

mtroduc1das por factores sociales, individuales o culturales. '. . El estudio de e.stas. ~ariaciones .i:arece ju~ar un papel en la in ten.' s1dad de la comumcac10n, en func10n, especialmente, de varios ele mentos; l~~ re~l~s que rigen, por ejemplo, la forma en que se expres una emoc10n d1f1eren de una cultura a otra. Así, un estudio realizado por Ekma~ y _F:iesen (1969) s1;1gi.ere que los sujetos japoneses deja~ ver pocos md1c10s de sus sentimientos, cuando están en situaciones públicas. Los individuos pueden, igualmente, utilizar indicios faciales para tratar de engañar a los demás. · . C?t!as ~nv~s~igaciones (Ekman y Friesen, 1974) han tratado de 1 1dentlflcar md1c10s que permiten revelar el estado emocional interior: de personas que están mintiendo. Así, se ha comprobado, por ejem-· plo, que estas personas realizaban gestos más numerosos de automanipulación (t?cars~ la cara con la mano), o que, por el contrario, se quedaban ,mas qmetas. ~e ha vi~t<:>, igualmente, que su voz podía:; hacerse mas aguda y su mirada hmd1za. Pero tales indicios no siempre< son fiables. · .E~~o.s element?s permiten establecer que, en ciertas condiciones, los md1v1duos de diversas cult?ras pueden comprender las expresiones de la cara como un vector importante de la expresión emocional. _ Otros. ~nfoques muestran que la.s p~sturas Y. los gestos desempena.n tambien un papel en las comu°:1cac1ones. S1 los psiquiatras y los ps1coterapeut~s ~~n estado en el ongen de las primeras investigaciones sob:e los md~c1os corporales, los psicólogos sociales han recurrido a estud10s expenmentales controlados para identificar conjuntos de

Los trabajos de Birdwhistell (1970) han arrojad? una luz esp~~i~l los procesos de la comunicación verbat,J>ara él.' existe una o~osic10n 11 rntre la comunicación que tiene un aspecto racio~~l, ?~n?tativo que sirve para decir a otro lo qu~ se piensa, y ~a expres10n Ilogica, embrollada, que sirve para traduclf lo 9?e se siente. En otras palabr~s, la comunicación es verbal, la expresion es no verbal; es el «lengua1e del cuerpo». Así, el conocimiento está ~lojado e°: las palabras y los sen, . timientos pasan por los gestos, los OJOS, los gnto~., . En enfoque de Birdwhistell se apoya .en ~a kmes1ca que ~l ~efme como «el estudio de los aspectos comumcativo~ .~e los !11ovimientos corporales aprendidos y estructurados». Esta v1s101! ~sta fundada en la hipótesis de una selección cultural. de algunas posicio~es. corporales entre los millares que puede produclf el cu~rpo en mov.im!ento. Gestualidad y lenguaje se integran, así.' en. ?n sistema .const~tmdo por. un.a multiplicidad de modos de comumcacion. Par~ Birdwhistell, 13; sigmficación de un gesto no existe; el gesto se i°:tegra en u~ sist~ma interacciona! de múltiples canales que se confirman o se mvahdan mutuamente. · · Esta concepción de la comunicación consiste en descn~lf e1 conjunto de los modos de comunicación no ver~ales a parti~ de una extrapolación del rol de la cultura en el lenguaje, en el con1unto del comportamiento social. La cultura conserva algunas dec~nas de movimientos entre los millares que el cuerpo puede produc!r; ~~tos mo. vimientos elementales constituirán un sistem~ de comu!licacion. A partir de la noción de kinésica, Birdwh1stell concibe l~ .comunicación como un «proceso multicanales permanente»,. que ut1hza todas las modalidades sensoriales: visión, audición, olfacción, tacto. El es-


LA COMUNICACION SOCIAL

l'SI< 'OJ:~GJA SOCIAL

de la comunicaci?n no puede hacerse aislando un solo «infrasi' lema», ~º1:11º el len~~aje, más que si el investigador es muy conscien l~C los _h~mtes que fija a s~ es~~dio: Pero, si bien niega al lenguaje.·~ ~x~l~sividad de _la ~?~umcac10_n,. mtenta, por medio de un métod,j inspirado en la lmgmst~ca descnptlva, mostrar en qué sentido se der· va, a su vez, la gestuahdad de un conjunto de reglas de construcció: tan elaboradas como el lenguaje. )·

que éste no ve. Se hace, luego, entrar al t~rcer? a qui.en el segundo describe la imagen que él ha visto. Cada uno de los seis o siete suie~~~ escucha el r~~~to del que le precede y lo transmite al 9u~ le sigue. J?e transmisi?n en transmisro.n, los investigadores pueden, por consigmente, segun las alteraciones del mensaie durante el curso de la comunicación.

1udio

LOS RUMORES ~os

rm1:10.res constituyen un modo de comunicación específico e . la vida ~otidrnna y en las organizaciones sociales. Si desde hac" mucho tiemp~, se ha _constituido una especie de teorÍa común d · rumo~, a partir de su importancia y de su ambigüedad los estudio' c~penmentales y ciertas investigaciones de campo han p~rmitido pre'\ cISar s~~ aspectos form~les, mostrando, sobre todo, los procesos d" alterac1?~ de los mensajes y el cariz de su difusión. El rumor pued ser defmido. como u~a «afirmación general que se presenta com verd~dera, sm que existan datos concretos que permitan verificar s \: exactitud» (Allport, 1965).

Presen~arem?s ei:;i. primer lugar el estudio de los rumores, a parti~, d_e algunas ~nvest~gaciones; desarrollaremos, luego, los procesos esen~ crnles que mtervienen en la transformación de los mensajes en esta J forma de comunicación. ,,1 Estudios experimentales

Las experi~ncia~ ~e Allport y de Postman (1965) constituyen una de las :eferencrns clasicas para la comprensión de la alteración de los mensajes en una com~nicaci??· Parten de la hipótesis de que los: rum?res se pon~~ en circulac10n porque tienen la doble función de:: e~phcar y de ahv1ar tensiones _emocionales; el hecho de hablar, por/ ejemplo, mal de una persona tiene come> efecto atenuar provisional-: me~t~, el odio que se le tiene. Allport y Postman ha~ tratado de.~ def1mr los procesos de transmisión, explicando las exageraciones características de los rumores. Su método experimental consiste en proyectar sobre una pantalla una imagen tenga n:uchos detall~s, algunos _de los cuales podían ser ambiguos, contradictonos o err~:me?s. Los sujetos, en _numero de seis o siete, son aislados al principio · de la expenencia, salvo los dos pnmeros. Uno de éstos describe al otro la imagen qu~

Los trabajos de Dodd (1953) presentaron _e~ _fenómeno del n~.mor través de una experiencia titulada «transmision de un mensaje en ('-villa». El objeto de este estudio versaba sobre la forma de la curva l lc la difusión de un rumor, en función del espacio y del tiempo, en una localidad llamada e-villa de mil habitantes.

:i

Una de cada cinco amas de casa recibe, un día de julio, a un visitante que le enseña un eslogan de seis palabras lanzado por una supuesta marca de café. ~~':de que todas las personas que puedan repetí! e_se eslogan ~_las otras re:cibua~, gratuitamente, una libra de café. Al ~ía sigmente, un avion lanza tremta mil octavillas anunciando que una de cada cmco amas de casa conoce un eslogan que valdrá, al día siguiente, una libra de café gratuita a toda persona capaz de repetirlo. Esto fue, efectivamente, lo que sucedió y Ic;is encuestadores .r~~elaron, al mismo tiempo, la persona que se encontraba.~! ongen de la_ trans!11isron, el lugar y el momento en que ésta se había producido,_ así co~? la distancia que separaba los dos domicilios de las dos amas de casa en mteraccron.

Esta experiencia permitió extraer el concel?t? de la m~rch_a, de la difusión en la propagación de los :umores. Defmiendo la difusio_n, D, como la proporción de los individuos afectados por el mensaje, se observa que es proporcional al logaritmo del número P de la pobla. ción en que se ha difundido el rumor: D = a log P ·. Expresando la difusión por el número I de las mteracciones producidas durante la transmisión, Dodd encontró que la difusión es una función armónica de la distancia L entre la fuente de los rumores y el lugar de la recepción. Dedujo, por otra parte, la noción de potencial de la difusión, que se define como el número de per~onas a las c~ales un individuo que haya recibido el mensaje lo transmite en ~1:1ª umdad de tiempo; en otros términos, es el número T de transmisiones por recepción R, por unidad de tiempo. . . . Esta noción expresa, por tanto, la tasa de crecimiento de la difusión, es decir el aumento de la proporción de los informados por un aumento del tiempo igual a la unidad. Investigaciones de campo

El fenómeno del rumor ha sido analizado en el marco de investigaciones empíricas; una de las más_ clásicas de ellas se conoce con el nombre de rumor de Orleáns (Monn, 1969).


l'SI< '( H .()O!A SOCIAL

\ En el mes de mayo, nace y se extiende, en esta ciudad, el rumor de que uno'i ltwgo dos y luego seis almacenes de ropa del centro de la ciudad organizaban 1 lrnla de blancas. Se dice que algunas jóvenes eran drogadas, por medio de inyec dones en los probadores, después depositadas en los sótanos, de donde era· l'Vacuadas de noche hacia lugares exóticos de prostitución. Los almacenes incri. minados pertenecen a comerciantes judíos. Mientras circulaban estos rumores, s pudo comprobar que no existía ninguna desaparición en la ciudad y que la prensá local jamás había hablado de esto. Se trataba de un rumor. ¿Cómo pudo nacer y dl'sarrollarse? ; Para Morin, la primera incubación del rumor tuvo lugar en las clases de chicas 'J internas en colegios doblemente propicias a la transmisión y a la proliferación de 1 este tipo de informaciones, por una parte, porque esos medios cerrados constitu~.·: yen verdaderas cajas de resonancia y, por otra, porque esta población adolescente. está rodeada por una fuerte protección y vive en la inexperiencia del mundo social:" La descripción del fenómeno permitió destacar que el rumor se propagaba a.: partir de los «probadores»; esta comprobación explica su origen, su desarrollo y sus consecuencias. En primer lugar, el probador incluye funciones fantasmáticas y. una estructura mitológica en relación con el tocador femenino. Es ahí donde se · reúnen y se despliegan las potencias eróticas difusas y latentes de la ropa femenina: d vestido, la falda, la ropa interior y la exterior. Es en este tipo de lugares donde se fija el rumor de la trata de blancas. Se trata, por otra parte, de un lugar un poco tabú. Está mal cerrado, aislado con frecuencia por medio de una cortina, y es en este contexto donde se lleva a cabo la acción de desnudarse, que se carga de un sentido erótico semilatente, semimanifiesto, de narcisismo y de exhibicionismo, en el que la joven se transforma en fuente de seducción y en el que la desnudez del cuerpo hace nacer la tentación erótica y el fantasma. El análisis de este fenómeno permite ciar cuenta de ciertos procesos en marcha de la propagación de los rumores. Si el probador ha estado en el centro de la estructura de los rumores es porque se trata de un lugar fundamentalmente ambivalente; lugar funcional para probarse un vestido, pero también lugar erótico que crea un universo fantasmátíco, en el cual el acto de vestirse va acompañado por el de hacerse deseable. Según Morin, el probador se convierte en el centro de un mito, cuya función consiste en poner en relación dos elementos de la vida que funcionan, habitualmente, de un modo separado: por una parte, la vida cotidiana de la joven honesta y, por otra, los deseos eróticos latentes que pueden manifestarse en el momento de desnudarse. Esta estructura mítica, facilitada por el hecho de desvestirse, permite poner en comunicación lo que está disociado por el super-ego social e individual: la inocencia y el pecado. Debido a este hecho, el rumor «trata de blancas» encuentra un soporte en un fenómeno social que la sociedad aprehende sobre un modo separado y canalizado por gran cantidad de prohibiciones.

En este análisis, el rumor es asimilado a una circulación de mens11jcs imaginarios, organizados según una lógica psico-afectiva que itsocia, en el modo fantasmático, lugares reales y un tráfico real, pero que ambos han sido arrancados de su propio anclaje sociológico, lo que les confiere un valor propiamente mitológico. Después de los trabajos de Morin, obras más recientes (Gritti, 1'>78; Kapferer, 1987) han retomado el estudio de los rumores partien-

LA COMUNICACION SOCIAL

HI

, . 1 ndo contemporáneo. Kapferer hace do de sus carac~enst1cas en e {:1ud e el estudio de los rumore~ ha l'spccial hincapié sob;~ ~l hicas~a :h~~a por una concepción negativa: sido excesivamente dmg1do, necesariamente falsos, caprichosos o los rumores que corren senan . pre es falso· no es oficial y esto 'l 1 rumor no s1em ' ., d p irracionales. ara e ' e E t diando el proceso de forma~1on Y. e l'S lo que le da un valor. s u1 mpos más variados -mvest1gat nnsmisión de los rumores en .os ~a rcado política- Kapferer d~mes criminales, Bolsa, estudios le mdeelo d; Allport y de Postman mola transmisión de 1os rumor es encuentra una expricación que une ee en ( 1965) que vamos a presentar, q~ 11 es la que va a dar al rull1;or su h adhesión es el elemento m~tor' ed~ ciertas alteraciones a la mfor~arácter de credibilidad, ocas10nan mación.

Modelo explicativo

(1965 ) extrajeron tres leyes de Los trabajos de ~llport y Posl~manla transmisión de los rumores. . , n del mensaJe para exp icar " , dºd a1terac10

obrec imiento o de nivelación: ~me 1 a) La primera ley e~ una ley_de ~m~ hacerse más corto, más con~1so, mas ue un rumor circula, tien e . , e once experiencias realizadas en ~cil de comprender y de canta[' ~o~ de un 70% de los detalles son laboratorio, se const~ta que a ~e t:a~s~isiones. Pero parece que este eliminados durante cmco. o seis t biliza en la parte final de la l?ropaempobrecímiento progresivo se e~ a s un relato más oportumdades , ~or to . y concisoSee uede concluir' ' · · gación: cuanto mas por consigmentiene de ser reproducido f1elm~nt~~rbaf circula en forma de ru~or' las te, que cada vez que u~ mensa1_e m re a hacerlo más breve y mas condistorsiones que sufre tie~den ~1~ po es un fenómeno que se produzca ciso. Sin embargo, est'.1 n~v~~~:o~ los que seleccionan los detalles que por azar: son los propi?s m 1 ayudan a estructurar su relato. confirman sus expectativas y os b) La segunda ley que se

la le de acentuación: se define, como

d~?uce l:s reprbducción selectiva de un n~m~o

la percepción, la retenc1on y . n de un contexto más amph?/ n limitado de detalles que p~~viene n roceso de refuerzo de ciertos otras palabras, l~ acentuac1on e!n~raren la significación de los rm:1:1?detalles que adqmeren ~n lugar c E primer lugar' la acentuacion res, en función de vanoJ. f~ct~~e:~te:Ción de palabras e:trañas o qu~ uede efectuarse por me 10_, e . iene or lo demas, cuando e a la igualmente, determinarelato mcluye la 1:1?cion ~ b ·etas. • da por la dimens10n relativa de los o J. ridad» puede desempen~tr un Otro factor llamado «efecto de antena al rÍncipio de una sene de sobre un c;ldetalle,los ~guientes. La acentuación Papel de f~calización , t to mantem o en relatos y sera, por _an 't te de la deformación del rumor. es, así, un proceso impar an

fmpres~onan

in_i~gi~ac:~~i~~~r;'o; vi~nt


LA COMUNICACION SOCIAL

l'Sll 'OL(~GIA SOCIAL

e) La tercera ley es la ley de asimilación: se trata de un proceso conservación y de reorganización de las informaciones alrededor ciertos motivos centrales/Éste proceso resulta de la fuerza de atracci~ ejercida sobre un rumor por las costumbres, los intereses y los sen. mientos de aquéllos a quienes se dirige. Allport y Postman han delim tado varias formas de asimilación. ;, - La asimilación al tema central consiste en reducir o acentuar detalleé~ de manera que se los haga corresponder a la idea dominante del relat en el que se integran, con el fin de aumentar su coherencia, su verosi 1 militud y su lógica. - La asimilación por condensación consiste en hacer que se fusionen do' detalles, en lugar de mantenerlos separadamente. :'; - La asimilación por anticipación concierne a ciertos detalles que toma. · una forma correspondiente a la forma de pensamiento de aquél que lo' transmite; éste mantiene las cosas tal como se presentan habitualment~ para él. . - La asimilación a estereotipos verbales consiste en acomodar el mensaje,;'.; con el fin de situarlo en la categoría convencional en la que debe inser-f~ tarse. Así, en el estudio experimental de Allport, se ha podido observar(, que, en más de la mitad de las experiencias, una navaja de afeitar pasa,.:'. en el relato, de las manos de un Blanco a las de un Negro, puesto que se espera que los Negros estén armados con una navaja de afeitar y los Blancos no. Existe, de esta manera, un estereotipo cultural inconsciente del Negro, violento, dispuesto a servirse de una navaja de afeitar. Hasta en el laboratorio, la asimilación se produce en el sentido de las predisposiciones emocionales profundas. Los rumores tienden, pues, a confirmar y a ajustarse a los intereses individuales, a la pertenencia racial o social, o, incluso a los prejuicios personales de quien los transmite.

Los procesos de transformación de los rumores así deducidos actúan simultáneamente y reflejan la apropiación subjetiva que da cuenta, por una parte, de las deformaciones que can1cterizan a los rumores. 1 Este triple proceso de transformación, definido por Allport como un «proceso de consolidación», tiene el interés de que muestra que todos los individuos, durante la propagación de los rumores, chocan con la dificultad de captar y mantener en su objetividad los elementos del mundo exterior. Con el fin de poder utilizarlos, deben reestructurarlos y ajustarlos a su propio modo de comprensión y a sus propios intereses/ Si los trabajos de Allport y Postman se han centrado sobre todo en la alteración de los mensajes, autores recientes (Kapferer, 1987) han investigado, después de Morin, por qué transmitimos los rumores. Han establecido que el rumor se apoya en tres condiciones esenciales: es preciso que la información parezca creíble, verosímil y deseable. Descansa, además, sobre una necesidad profunda que tienen los individuos de adherirse a un conjunto de creencias a través de las cuales atribuyen a ciertas categorías rasgos particulares. Ello tiende a

isión de un rumor es un mecanismo pn ibar que. ~l proceso de ~r~ns~etado como una necesidad de introtk proyeccion. Pue?e se~ m erp afectiva en un material ambiguo y se duci~ ~na coherenciabr~cion~ yde significación ante una realidad poco nwmfresta como una usque a dura y poco segura. . , de los rumores muestran que buen Los procesos de :propagacion n este sentido «los medios de númer? d~ Jnformacion~s f~r~~1;;st~tu en una expllcación a la ansi~­ romumca~10n de lo n~. dic~~r;tamientoysocial de la diferencia, permidad, al miedo al caro io,; . de agresividad en contra de categoticndo e~ectuar una. tr~n~ erenc~e se convierten, debido a este hecho, rías parti~ulares ~e in<:Iivi~ufs '!nor acusar a los Judíos, a los Negros, en los chivos expiatonos e ru . ucios vagos es una forma de a los inmigrantes de ser .la?ro~esd: hostilfdad en los que el probledcscargar sobre ellos se¡ti{11i;n es menos i~portante que el de la ma d~l_fundamento o .~ a .:iene~ torno a estos sentimient~s. Los adhesion. Y ?e la n;ovilizaci~~ulos ue corren en las instituciones Y rumores mdican, asi, que llod de im sistema de interpretación que , l sociedad son los reve a ores ·. . ~~t;a para canalizar el miedo ante situaciones ambiguas.

º:

Comunicaciones de masas t'tuyen un campo especial de Las comunica~iones ,de m~sas co~~t~ a artado consideramos tres estudios para la psicologia. socia¡- E~ción d~ comunicación de masas: aspectos concretos para situar a n · · a partir de una teoría - una presentación del sistema de comumcac10~s'i 1986)· estructural de las com~~icaciot nes lde ~~~asy(el º;:~saje (Mac Luhan, ...--- la función de la relac10n en re e m 1.967);

- finalmente, masas.

el estud1·0 d 1 influencias de las comunicaciones de e as

. . d on un fenómeno de sociedad y los Las comumcac10nes e.masa~ s cia su desarrollo necesitan, cada problemas causados P?r su ~1:llP.º~· anr Jn esta perspectiva, mostrarevez más un enfoque mter iscip ~na . . lo ía social mas cuál es la aportación específica de la psi~~neg recisar .el término Antes de desarrollarS esto~. pu~t~~r~~:l confunto de las técnicas comunicación de 11?-asas .. e en i~n e diri irse a un gran público. Los de difusión ?ºlectiva qu0 l?erll?-iten de ~asas son la prensa, el cine, principales tipos.~~ cor;i~~icaci~n~~co el cartel. La comunicación de la radio, la television, e i ro, e. . ' masas puede ser' por tanto, defmida como 1a


J>SICO\OGIA SOCIAL

«difusión cuantitativamente im ortant d . o a grupos numerosos y heteropéneo ~ e cont.emdos semejantes a individ de difusión colectiva» (Silberm!nn, l~s~/ª sociedad, con la ayuda de técni.

En toda comunicación de masas es i ·. los medios que permiten las co '. .mportante, pues, disting mismas. mumcacwnes Y las comunicacion'

ENFOQUE ESTRUCTURAL DE LAS COMUNICACIONES

El enfoque estructural de las c · · como un análisis que muestra có~~umcac1ones ~e n;iasas se presenf1 0 progresivamente a la transferencia . ~~ ~~P [1e tecmco ha sustituid (1986) abordan el fenómeno de la cm iv1. ua : ,Los trabajos de Mol ' la noción de media. Los med" omun!cac1on de masas a partir d transferencia de mensajes vari~~ so~ v~hiculos, canales, sistemas ct''· os. e escomponen en dos aspectos,, - los media interpersonales cu os . ~ definidos y elegidos por ~l ind· .¡untos de parti.da y de llegada so :, nales»; iv1 uo y que constituyen redes de «Ca~

- losmass · ·. . -m ed"za, que son dispositivos d d"f . , los OJOS a los oídos todo lo ue h . e I us10n .Y que hacen pasar por radio o la televisió~· constituqyen u~as1dodcentrahzado por la prens~, lái1 ' re en «regadera». 1

Los mass-media son pue · , . '.: el mismo mensaje a un' gran s~ ~n conJ~n~o ~e .tecmcas que difunden , fuente única que representa el eum.er~ e md1v1duos, a partir de una º.bjetos fabricados en el campo ¿~1va e?-t~ ª.la producción en serie de cial multiplicar un mismo mensa. mercia ' tiene.? como función esen- , A partir de este esquema ca~~~~~n gran numero de ~je1!1plares. , de. estos nuevos sistemas sobre el ' Mole~ d~d_uce las mc1dencias pnmer lugar' los sistemas de comun. e1.1t.~rno md1v1dual y social. En telecomunicación constituy icac1on y' más específicamente la en «una ventana abiert 1 d ' . . ' ,ª.a mun O»: una expenencia a través de la cual imá ene se hacen presentes con lo . g s y valores flSlcamente lejanos 1 · ·, s signos que representa p nex1on general, a través de la c . ., . n. ero a mtercorepliegue del individuo sobre sí on;iumcac10n, tiene por efecto un densificación de los mensajes mismo, que es proporcional a la Para Moles la parad . dqule es capaz de recibir. I d ' ºJª e a comunicación d 1h e masas es que, en ugar e crear la solidaridad dev 1 televisión, por ejemplo no c;e ue ve ª ombre a sí mismo. La que se define como un <;perisco ªii~~ may~r apert~ra al mundo, sino manera, la pantalla de televisi p el oceano s~c1~l». Dicho de otra on es un muro de v1dno que pone a los

LA COMUNICAC!ON SOCIAL 1~1

Individuos en contacto con los otros, a través de la comunicación tt·rnológica, pero que, al mismo tiempo, los separa. Estos sistemas de comunicación definen un nuevo átomo social: pura Moles, es el ser en su concha, en su piso, en su casa. Este átomo •l' presenta bajo la forma de un bucle cibernético establecido entre los t11L'nsajes que el entorno envía al individuo y las acciones y teleacciom·s que éste ejerce de retorno al interface que constituye una parte dl' su esfera privada. Este nuevo átomo social sería el individuo replegado sobre sí mismo, encerrado cada vez más en su esfera cuanto más 1111merosos sean los mensajes que entren en él: las distancias sociales 11umentan a medida que las distancias geométricas disminuyen. Otro aspecto de la comunicación de masas es «la opulencia comunicacional». Define la idea de que el individuo está dotado de más facilidades de comunicación de las que utiliza y de las que desea utilizar. En otros términos, solamente encontrará los límites a sus interacciones con los demás en la deteq:ginación interna que da a su vida y no en las limitaciones externas que sufre. Algunas encuestas han mostrado a este respecto, por ejemplo en Japón, que el volumen del consumo de las informaciones no crecía ya más que a un ritmo del \3%, ya vengan de los media o de otro tipo de comunicaciones, mientras que las comunicaciones proporcionadas por los media crecen al ritmo del 11,5%. Para Moles, la opulencia comunicacional plantea el problema de la «conserva de la comunicación», es decir de la permanencia de los mensajes a través del tiempo. Esta permanencia puede efectuarse por medios muy diversos y constituye, en cierto modo, una nueva memoria. Los efectos de esta puesta en conserva consisten en poner a disposición de todos, los mensajes que les interesan. Dicho de otro modo, a partir del momento en que todo es registrable, el problema ya no es registrar, ni comunicar, sino recibir, es decir que depende de la capacidad receptiva de información del individuo, poseedor de un presupuesto de tiempo necesariamente limitado. Este es, por ejemplo, el papel del magnetoscopio que permite conectarse con los grifos de cultura, en el momento en que se le ha elegido para conservar' lo que se quiere seleccionar. Así, en la esfera privada, el individl,IO dispondrá, no sólo de una biblioteca o de una discoteca, sino también de una videoteca que le permitirá vivir fuera de la sociedad, sin estar desconectado de ella, puesto que podrá abrir a voluntad el grifo de informaciones en el momento que le plazca.


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LA COMUNICACION SOCIAL

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l ,a teoría estructural de Moles presenta un modelo comunicad' que ofrece al individuo casi cualquier posibilidad. Pero, al mis · t il·mpo, Moles refiere este desarrollo a la relativa constancia de lo. rns~os psicológicos del ser humano que determina, a fin de cuenta cl uso de esta comunicación en función de una economía person rl'lacionada con sus necesidades, su campo de conciencia, los rasgaº dl' su personalidad y sus recursos internos. 11111

I .< >S «MEDIA» DE COMUNICACION ,;¡,

Los medios utilizados por la comunicación, es decir los propio~ media, constituyen otro aspecto de las comunicaciones de masas. Lói l~studios psicosociológicos, que se inspiran en la teoría de la informa' ción, han prestado más atención a los análisis de contenidos que al de' medium; han considerado que lo importante era el mensaje, cualquie~ ra que sea el soporte por el que es transmitido. ,, Fue Mac Luhan (1964) el que puso el acento en los media de laj comunicación, tratando de conocer las características de cada medium, y de medir sus efectos sobre la estructura social. Para él, el medio es; el mensaje. Esta afirmación resume su camino y significa que el modo:~ a través del cual se realiza la comunicación es el que posee un impacto sobre las conductas y las creencias, más que las imágenes que se hacen;, ver o las informaciones que se dan a entender. Mac Luhan ha esta-;, hlccido la importancia de los media, distinguiendo tres estadios de la'· comunicación en el desarrollo de las civilizaciones. 1. El primer estadio es la fase tribal: el hombre tribal vive en un pueblo .·. y su cultura es, esencialmente, oral. En esta fase, la transmisión de los '· mensajes, en el interior de un grupo social, se lleva a cabo, esencialmente, a través de la palabra, por lo tanto, el hombre vive estos · intercambios y estas comunicaciones por medio de sus sentidos. 2. El segundo estadio es, en primer lugar, aquel en que el hombre inventa la escritura que va a situar la vida humana bajo el signo del fraccionamiento. El hombre del alfabeto funda una cultura que va a volver la espalda a la riqueza emocional de la edad precedente. Con la escritura, se produce una escisión entre la inteligencia y la afectividad. Hay un segundo rasgo que caracteriza este período: la imprenta, que define la «galaxia Gutenberg». El texto impreso va a producir ciertos efectos: primero, supone un sistema de codificación que permite a una información ser difundida; luego, el hecho de reproducir un mismo documento en varios ejemplares va a conferirle un nuevo status que permitirá apreciarlo en función del conjunto que constituye, independientemente del contexto social que lo ha producido. J. La tercera fase está constituida por las nuevas máquinas para difundir

los sonidos y las imágenes. Mac L;ihan considera que es~e n~ev? e~~~~ dio permite al individuo desempenar, de nuevo, un pape ac, ivoi p ºd to que se siente unido a toda la humanidad, se comprometera ~~- a ~1 colectiva El medio desempeñaría, pues, el rol de nuevo socia i~a or' que per~itiría desarrollar una cultura diversificada Y personalizada.

ª

En esta ers ectiva, el modo de comunicación es el 9ue determin~ 1 una transfoimadón_sensorial y culturalhy no )roduce Los trabaJOS de Mac Luhan an s1 o o J d. ~ríticas, pero tienen.el mérito, al poner.el a~~nto;: :1e~ª~f~c?~~ ~:ci~~ 1-:omo factor determmante de la comumcac1on y , .t . una cultural, de mostrar que en este punto todavia no ex1s e nmg teoría satisfactoria.

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1

INFLUENCIA DE LAS COMUNICACIONES DE MASAS

Muchos trabajos han tratado de deter~inar los efectos de la co. ·, de masac"· Fue a partir de los de Lazarsfeld (1948) · · cuando d mumcac1on se pudieron delimitar factores de influencia de las comumcac1ones e masas. 1. Están, en primer lugar' constituidos por los grupos primarios que son amplificadores. , ft ·do por 2 En el interior de estos grupos, un segund~ f3;ctor esta cons 1 m. 1 . los líderes de opinión, que son intermedianos entre los media y e . t e grupo y que juegan un papel de agentes de enlace. . d o co n el hecho. de que 3. Un tercer factor esta, re1ac1ona 1 estos t mderm bidodiarios son más dependientes de los mass-medra hque os º.t~~s, deeducir al hecho de que consumen más. Estos elementos an perm11 .º d la idea de un «two-step flow», q~e es, en cirto m~?ºte~~r~~~e;fme~ tránsito a dos niveles, en la medida en que ?s ~e ta , d 11 ramente una influencia sobre estos intermedianos y a traves e e os, en un segundo momento, sobre el conjunto del grupo.

Estos trabajos han favorecido una nueva comprensión d~ bª in~ fluencia de las comunicaciones, mostrando q~e las fuen~es d~ m uen cia partían de los tipos de relaciones que ex1st~~ _en el tenor ge ~~ grupo. Han permitido relativizar, si no desmitificar', e pe~? e bre media sobre los comportamientos y' de una manera mas amp rn, so los intercambios sociales. , . · d Kl er En las investigaciones sobre los efectos, el ana11s1s e app · · , no actu' a según un esquema (1960) ha mostrado que la comumcac1on , . causalista, sino en función de cierto número de parai:ietros ~ocia1es Y de factores mediáticos valorizados en un contexto mas ampho.

lf


LA COMUNICACION SOCIAL

Muchos estudios se han dedicado a buscar la influencia de televisión en ciertos campos, especialmente el desarrollo intelectu del niño y los efectos de escenas de violencia sobre los niños y l ' adolescentes. Los resultados de estas investigaciones atestiguan, p . ejemplo, que no existe ninguna relación directa entre la violencf presentada en la televisión y los actos de violencia cometidos p ·• adolescentes. Aunque ciertos adolescentes en situación más frágil, s sienten más inclinados a consumir programas que muestren escena de violencia, no se puede afirmar que esas escenas tengan un efect ~ directo sobre su comportamiento. Estos elementos permiten salir de un esquema mecanicista e ' cuanto a la interpretación del impacto de las comunicaciones de m~ sas. Las investigaciones han desarrollado, así, un modelo explicativ' que se ha centrado más en el análisis de las funciones o de las signifi caciones que en la búsqueda de las causas. Se ha investigado, po ejemplo cómo utilizan los individuos el televisor, mostrando, más qu' los efectos que ejerce sobre ellos, su función de proporcionarles sue' ños por poderes. ' Finalmente, un último aspecto del estudio de las influencias de las; comunicaciones de masas versa sobre las consecuencias culturales. Eri' lo sucesivo, se considera a los mass-media como un fenómeno social; que vehicula contenidos culturales y produce lo que se ha llamado una} cultura de masas, es decir un conjunto de conocimientos, valores,·; estereotipos y mitos labrados por los media. Existen muchos análisis' sobre este punto (Alberoni, 1963): permiten entre otras cosas deducir:: una función que es la de una satisfacción ilusoria procurada en térmi- ¡ nos de identificación. Así, los mass-media crearían, en los individuos , anónimos el sentimiento de ser una «élite sin poder» (Alberoni), por~· la identificación con las vedettes o los ídolos, que les permitiría así. participar por poderes en un éxito social al que no tienen acceso. La comunicación es una actividad humana compleja. Las teorías que dan cuenta de ella son variadas; tan pronto ponen el acento en la función del lenguaje, como en los elementos no verbales. Los procesos abordados han puesto de relieve la importancia de las redes, especialmente en los estudios experimentales sobre los pequeños grupos. Han situado la comunicación no verbal como un enfoque que atribuye a los gestos y a los movimientos cualidades comunicativas. Han definido las características del rumor cómo un proceso concreto de comunicación. Por úlltimo, las comunicaciones de masas, consideradas como un fenómeno social, han sido analizadas a partir de algunos elementos teóricos para determinar ciertos efectos sigñificativos.

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6. La identidad social

El concepto de identidad se presenta, en psicología social, como una idea síntesis que muestra la articulación de lo psicólogico y lo social en un individuo; es una noción qrte expresa la resultante de las interacciones complejas entre el individuo, los otros y la sociedad. Se levanta corno una construcción representativa de sí en su relación con el otro y con la sociedad. La identidad es, así, la conciencia social que el actor tiene de sí mismo, pero en la medida en que su relación con los otros confiere a su propia existencia cualidades particulares. La identidad es en gran medida una actualización a nivel individual de cierto número de componentes sociales; ello implica una definición de sí por los otros y de los otros por sí mismo, es decir que se trata de descubrir quién es uno para sí mismo y para los otros y quiénes son los otros para sí (Laing, 1971). La identidad engloba ciertas dimensiones de la realidad social abordadas anteriormente, por ejemplo a nivel de la representación o de la influencia social. Indica cómo se incorporan estos fenómenos a la personalidad para constituir el núcleo de lo que el individuo piensa, de la manera en que se representa a los otros y de cómo evalúa su propia posición. La identidad es, pues, el producto de los procesos interactivos en marcha entre el individuo y el campo social, y no solamente un elemento de las características individuales. La identidad es la realidad social que se actualiza en una representación de sí. En este sentido, resulta de un complejo enredo de lo social y de lo individual. Lo social, corno elemento de nuestra identidad (la familia, la nación, la raza, la profesión, etc.) se sitúa en función de nuestras características individuales. La dimensión social de identidad es, pues, algo muy distinto de una realidad exterior a nosotros, simple


LA IDENTIDAD SOCIAL

l'S 1( 'OI .O<i ~ SOCIAL

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objeto de nuestras proyecciones, de nuestras actitudes o de nuestras! opiniones; es el tejido que alimenta nuestros deseos y nuestros valores ' y los transforma en un sistema consistente. En este capítulo, examinaremos:

al super-yo, aparece como el lugar en el que son interiorizadas las normas sociales, a través del proceso de la socialización de la personalidad, definida como sistema de incorporación de las normas a través del super-yo. Para Erikson, el concepto d~ identidad s~ t~a?uce por la definición de sí, es decir por las características que un md1viduo identifica como suyas y a las cuales concede un valor de reconocimiento. En esta perspectiva, esta noción comprende cuatro aspectos esenciales:

·-- en primer lugar, ciertas concepciones que permitirán entender cómo la .· noción de identidad se ha elaborado según varias orientaciones; man- :' tendremos, por una parte, la perspectiva psicoanalítica y, por otra, la ! dimensión sociológica, para mostrar, finalmente, el contenido específico aportado por el enfoque psicosocial; - presentaremos luego algunas características de la identidad que permitirán captar estos contornos e interpretarlos; ·-finalmente, analizaremos los mecanismos esenciales a partir de los cuales se forma la identidad social.

Concepciones de la identidad La identidad, como definición de una interacción particular de lo social y lo individual, ha sido abordada según dos perspectivas distintas: - la que privilegia las características individuales y define las modalidades de constitución de sí, a partir de una absorción de lo social por lo individual; - la que privilegia las características colectivas y define las modalidades de pertenencia del individuo a un grupo, una categoría social, a partir de su integración en un sistema dado.

En una acepción corriente, la noción de identidad comporta dos polos: - el polo individual, traducido por el concepto de sí, es decir las características individuales que alguien se atribuye y que le permiten decirse y mostrar quién es; - el polo social, definido por el sistema de las normas y que se expresa a través del conjunto de los roles a los que un individuo se acomoda para responder a las expectativas de los otros, de un grupo social o de una situación dada. PERSPECTIVA PSICOANALITICA

El concepto de identidad, elaborado por Erikson (1972, 1974) se inspira en las aportaciones del psicoanálisis. La identidad, asimilada

-

la confianza en sí mismo; el carácter estable de los elementos individuales; la integración del Yo; la adhesión a los valores de un grupo y a su identidad.

Es una síntesis de diversos componentes que integran elementos relacionados con las características personales y con los valores sociales. La identidad es, por consiguiente, fruto de la socialización; su función es insertar la personalidad en su contexto social; se inscribe en un aprendizaje por medio de la interiorización de las normas. La noción de «difusión de la identidad» traduce, en este aspecto, el fracaso de la socialización: hay difusión de la identidad, cuando hay disfunción de los procesos de integración. Según Erikson, la construcción de la identi?a~ s~xial se realiz~ por medio de una combinación de esfuerzos del mdividuo y la sociedad para integrar a aquél de la mejor manera posible en los pape~es que le son asignados. La cuestión de la identidad, abordada baJO este ángulo, pone de relieve el valor positivo de su función integradora: el individuo tendrá un sentimiento de bienestar, si acepta y hace suyos los valores que se le proponen. Si bien, en este enfoque, la integración se define como un valor estructurante de la identidad, ésta se construye, igualmente, a través de las tensiones inherentes a todo proceso social. Laing (1971) ha iluminado la noción de identidad de _un modo especial, por medio de la definición del concept.o de identidad complementaria. Dicho concepto descansa sobre la idea de que hay que volver a situar al individuo en su contexto, puesto que no se puede hacer una descripción fiel de él sin describir, igualmente, sus relaciones con los demás. Ahora bien, en toda situación, cada uno actúa siempre sobre los otros y sufre como contrapartida su inf1:uencia. ~sí, toda identidad requiere la existencia de otro en una relación gracias a la cual se actualiza la identidad de la elección:


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.. «Una muj~r no p1;1ede .ser una madre, si no tiene hijos. Le hace falta un h110 que le confiera su identidad de madre. Un hombre tiene necesidad de una esposa para ser un marido. Un amante sin una amante no es más que un supuesto amante». ,

La i~entidad complementaria designa, según Laing, la función de ' las. :elaciones personales.' por medio de la cual el otro completa el Sí · o 1espon~e a su expectativa. Esta complementariedad puede realizarse d~ ~anas maneras: puede ser más o menos convencional o estar. condic10na?a por la sociedad. Para Laing, la identidad es un elemento . . de la, relación que implica una definición de sí por el otro y del otro por si; por esto es por lo que uno se identifica. CONCEPCION SOCIOLOGICA

. En la p~rspectiva sociológica, se ha afrontado la noción de iden- , tldad a pa!tir del estudio de las diversas formas de integración en un orden social. Se ha abordado según dos puntos de vista distintos: - la corr~ente dialéctica, por una parte; - la corriente funcionalista, por otra.

Sociología dialéctica

La sociolo~ía di~lécti~a se inspira en los conceptos desarrollados por Marx y defme la identidad como una interiorización de los valores c1ue no son ~eparables de una ideología dominante en una sociedad. b.n este sent~do, ~l, concepto .de i?entidad define, hablando con propiedad, la ahenacion; la conciencia que el individuo tiene de la reali~lad ~o corresponde a las condiciones objetivas que la determinan. La 1~en~ida~ no puede ser, d~s~e este punto de vista, más que una conciencia nu?lada, que se h~mta a reconocer el orden social sin poder captar su sentido como relación de dominación y sin llegar a comprender la razón de su propia conducta. . En esta perspectiva, como ha mostrado Touraine (1974) la ident tdad es una adaptación a la sociedad a través de la cual el individuo apr~nde a reconocer su lugar y a comprender las reglas del juego social. ~º1!1º producto del aprendizaje social, conduce a un no-saber sobr~ si mi~~o, pu~sto que. es impuesta desde fuera; la identidad no me dice qmen soy m el sentido de lo que yo hago, sino quién debo ser y la conducta que se espera de mí. Se expresa, así, a través de todas

LA IDENTIDAD SOCIAL

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las formas de sumisión y de dependencia. La identidad no es, pues, más que una ausencia de identidad, puesto que se reduce a una falsa conciencia de la propia condición. Para Touraine, existen, en cierto modo, dos identidades: - una falsa identidad, impuesta por el sistema; - una verdadera identidad, arrancada por medio ?e las luchas.

Según él, la formación de la identidad solamente se realiza a través de las luchas sociales que permiten revelar las ilusiones de identidad. Existe, por tanto, un lazo esencial entre identidad y conflicto, en la medida en que el nacimiento a la identidad solamente puede hacerse a través del conflicto, es decir el desgarramiento por medio del cual se deja de aceptar la identidad que da el sistema social. El nacimiento a una nueva identidad es, en primer lugar, la crítica de las ilusiones de la identidad anterior. Se realiza fundamentalmente a través de una dialéctica conflictiva de las relaciones sociales, que implican el desgarramiento de la conciencia, para poner en funcionamiento la acción histórica que permitid· rechazar los status de los roles anteriores. En esta perspectiva, el estudio de la identidad corresponde a un análisis de las relaciones sociales gracias al cual el individuo se libera del espesor del orden social en el que está enterrado, para definirse como actor de la historia, a través de las conductas de oposición que es capaz de asumir. Sociología funcionalista

La sociología funcionalista describe la identidad como el reflejo, a nivel individual, de los valores comúnmente admitidos en una sociedad. En toda sociedad, existirían así identidades-tipo que son en cierto modo modelos para la conducta social y que representan la realidad objetiva que engendra una sociedad y con la cual los individuos se identifican. Estos enfoques, desarrollados por Berger y Luckman (1966), definen la sociedad como un recipiente de identidades-tipo que construyen socialmente la realidad y proponen a los individuos los comportamientos adecuados, en función de las circunstancias típicas en las que se encuentran. La identidad es, pues, una realidad objetiva y estable, a la que los individuos pueden referirse, en la medida en que es objeto de un consenso.


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En esta perspectiva, la formación de la identidad es el resultado de una interacción entre la .conciencia individual y la estructura social; · es_. 1~ construcción de una armonía social a la cual se llega, en la medida en _que t_odos beben en las identidades-tipo, para desempeñar su ~ol. La identidad no es, entonces, otra cosa que el reflejo de una sociedad consensual, expresado por individuos adaptados a un sistema cuyos valores son compartidos por todos. ENFOQUE PSICOSOCIAL

La vía psicosocial ha definido progresivamente la identidad a partir de una prob~e~á~ica de la interacción que integra, por una p_arte, los aspectos md1v1duales y los componentes psicológicos relac10nados con la personalildad (el Sí mismo) y, por otra las variables sociológicas relacionadas, especialmente, con la noción' de rol social. El marco conceptual que resulta de esta problemática se ha elaborado a través de la ampliación de la noción de rol social al de identidad y por un camino centrado en la importancia de los factores cog~itiv<;>s en la ~onstitución_de la identidad. El concepto de identidad ha sido mtroduc1do progresivamente para dar una nueva interpretación al lugar ocupado por los individuos en el interior de una estructura social. Así, Mead (1934) define el Sí mismo y lo sitúa en relación con otros componentes individuales: el Ego y el Yo. El Sí mismo es el aspecto del individuo marcado por los valores y las normas del contexto social. Es la síntesis de un juego dialéctico entre el Ego y el Yo. Para ~ead, el E~o ~sel individuo, en tanto que es, en primer lugar, un _objeto para s1 mismo, y ello en la medida en que hace suyas las actitudes de los otros respecto a él. En este sentido, todo individuo se represe~ta a .s~ mismo con la óptica del «Otro generalizado», con el c~al se 1den~1fI~a_. El Yo es ,el ~go-sujeto que corresponde al sentimiento del md1v1duo para s1 mismo en su relación con la situación social. En la interacción del Yo y el Ego, en referencia a la realidad soc~al, emerge el ~í misn:io; es, pues, el producto de todo este juego social, pero al mismo tiempo es el lugar en el que se forja una conciencia de sí, es decir, una posición propia que consiste en experimentarse a sí mismo a través del prisma de la relación con los demás. Con Allport (1970), la identidad es presentada igualmente por el concepto de Sí mismo que es asimilado a la conciencia de sí. El Sí mismo es el sentimiento de identidad sintetizado en nosotros por

cierto número de elementos frente a los cuales sentimos una «autonomía funcional». Así, el sentimiento de identidad se descompone en cierto número de factores cuya función es introducir una cohereneia entre diferentes estados que experimentamos: - el sentimiento físico de su cuerpo, que descansa sobre un conjunto de sensaciones que nos son propias; - el sentimiento .de continudad temporal, que hace que el individuo se sienta el mismo durante los cambios que afectan a su vida; - el sentimiento de valor y de estima de sí que resulta de la evaluación que los otros hacen de lo que somos; - el sentimiento de orientación general en la existencia que se apoya en objetivos definidos que subyacen a nuestros esfuerzos e iluminan el sentido de nuestra vida. Miller (1975) distingue la identidad pública, que traduce los componentes psicológicos con respecto a las normas del grupo, y la identidad de la elección, que define las m9dalidades de organización de las representaciones que un individuo tiene de sí mismo. En la noción de identidad pública, se recuperan las dos vertientes, objetiva y subjetiva, del rol social: - la primera define los elementos que el grupo asigna a un individuo; - la segunda muestra cómo asume un individuo este rol a través de la imagen que se hace de él. En este sentido, la definición de la identidad se hace a partir de la noción de rol asumido en un sistema dado. Así, la identidad social comprende tres elementos esenciales: - la posición ocupada; - las expectativas relacionadas con ella; - la identificación del individuo con su rol. La identidad social se elabora, por consiguiente, a partir del status social y de la evaluación de las expectativas y de las exigencias relacionadas con él. Por otra parte, la elaboración del concepto de identidad se ha realizado en una perspectiva centrada sobre la determinación de las estructuras de conocimiento del individuo respecto a su propio lugar en el mundo. Los trabajos de Zavalloni (1984) han dado a esta orientación una problemática y una conceptualización específicas. Sitúan, en primer lugar, la cuestión de la identidad en el marco general del estudio de los procesos cognitivos: la identidad se concibe como una estructura cognitiva relacionada con el pensamiento repre-


l'SIC;OLOGIA SOCIAL

sentacional. El concepto designa las modalidades de organizac1on, para un individuo dado, de las representaciones que tiene de sí mismo -·representación del Sí mismo- y de las representaciones de los:. grupos a los que pertenece. La identidad aparece como una estructura organizada de las ;reprnsentaciones de sí y de los otros; se trata, por lo tanto, del conjunto · de las representaciones vividas de la relación individuo/sociedad. Za- ·• valloni define la identidad como «el entorno interior operatorio» de una persona, que está constituido por imágenes, conceptos y juicios que conciernen a la relación sí/otros y al mundo social. La identidad es una construcción social de la realidad en la cual la relación con los demás es, en primer lugar, la conciencia de esta relación con respecto a la conciencia de pertenencia. La conciencia de sí es, por tanto, inseparable de la conciencia del otro; la identidad, según Zavalloni, aparece así como un objeto privilegiado para comprender la construcción de la realidad social, en la medida en que la relación con el mundo se establece a través de las diversas pertenencias sociales y culturales del individuo. Zavalloni propone el concepto de ego-ecología como el enfoque teórico de la identidad social. La ego-ecología es una ciencia empírica de la subjetividad; se define como el estudio del Sí mismo en sus relaciones complejas con su entorno. Finalmente, Zavalloni propone una medida empírica de la identidad, a través del método de contextualización representacional, que consiste en suscitar los elementos que forman psíquicamente el contt•xto subyacente de las representaciones (imágenes, recuerdos, experic.·ndas sedimentadas constitutivas de la biografía de la persona). Se trnln, pues, de hacer emerger el contexto latente de las representaciom•s del mundo social. J,11 teoría de Zavalloni hace de la identidad un punto de unión · 1.•ntrc lo individual y lo colectivo, que se organiza como una construcl'it)n subjetiva de la realidad que muestra, así, que ésta es el mundo éll tunto que experiencia subjetiva. Al definir, por último, la identidad como estructura cognitiva, es decir el proceso de representación de sí por medio del cual los individuos organizan sus experiencias, Zavalloni une el estudio de la identidad con la elaboración de un modelo de hombre basado en la importancia de las imágenes a través de las rualL's define sus relaciones con los otros y con la sociedad. A partir de las diversas concepciones enunciadas, la identidad puede ser definida como las diferentes modalidades del sentimiento y di.) la representación de sí que se derivan de las formas de interacción sí/otros, en un contexto social dado, y que determinan quiénes somos.

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Características de la identidad Después de haber delimitado las diversas concepciones que existen vamos a deducir algunas características que permiten captar los pri~cipales componentes de la identidad. ~e ~~n extraíd_? a par~i~ de datos de situación y muestran cómo los md1v1duos defmen qmenes son en diversos momentos de su vida, en circunstancias que les oblÍgan a hacer elecciones, o en sus grupos de referenci~: Estas características no son datos estables; se modifican en función de los cambios vividos por el individuo; éste no tiene por lo tanto una sola sino numerosas identidades que varían a lo largo de su vida. Tendre~os en cuenta tres características esenciales de la identidad: - el Sí mismo, que muestra cómo define un individuo quién es; - la pertenencia social, que pone de manifiesto la manera en que se refiere a grupos que le permiten eWtluar quién e~; . . ., - la implicación social, que indica los grados de mtenonzac1on de los roles y las modificaciones de la identidad, en función de los cambios del status social de un individuo. DEFINICION DE SI

El concepto de Sí mismo es aquél por medio del cual se car_acteriza más ampliamente la identidad. El Sí mismo representa el conjunto de las características que un individuo considera como suyas y a las cuales concede un valor socio-afectivo. La identidad implica, pues, una definición del Sí mismo, en el sentido en que éste comprende, por una parte la idea de quién se es y remite, por otra, a~ senti~~ento de s~gu~r siendo siempre el mismo, es decir de tener una impres10n de contmmdad en relación consigo, aunque la vida y el entorno cambien. Sentimiento de sí

La definición de sí implica la relación y la conciencia del otro. Por eso hay un aspecto del concepto de Sí mismo que se ha privilegiado en las investigaciones: la autoestima. Puede ser descnta como la importancia que un individuo se otorga en !elación con los otros, gracias a la cual se sitúa en la estructura. social. Aparece como :in.a evaluación de nuestra identidad; permite, especialmente, defum nuestro rol en las interacciones sociales. La autoestima viene determi-


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nada por varios factores: las ambiciones, la aprobación social y la confianza en nuestro poder. a) La autoestima es, en primer lugar, función de nuestras aspiraciones, en ' relación con lo que tenemos que hacer. Así, no todas las actividades nos afectan de la misma manera: evaluamos las informaciones en función de la idea que nos hacemos de nosotros mismos y buscaremos aquéllas que nos refuercen en la imagen positiva de nosotros mismos. Un estudio (Markus, 1977) ha mostrado que, en el curso de una experiencia sobre los problemas de la independencia y la dependencia, las mujeres se han expresado con mucha más facilidad que los hombres sobre este punto, ya que ello representaba un elemento importante de su autoestima, lo cual les permitía discutir más fácilmente este aspecto de ellas mismas. b) La autoestima está, igualmente, condicionada por la aprobación social, es decir la reputación de que goza un individuo. El concepto de aprobación social ha permitido distinguir dos tipos de autoestima (White, 1963): la interior, unida con nuestras realizaciones personales, y la exterior, que proviene de la opinión que los otros tienen de nosotros. c) Finalmente, la autoestima está determinada por la creencia que tene-

mos en nuestra capacidad de dominar las cosas y de cambiar las situaciones, así, la idea que nos hacemos de nuestra aptitud para controlar lo que nos ocurre influye en nuestra forma de actuar y, en consecuencia, en la imagen que nos hacemos de nosotros mismos. Rotter (1966) ha definido la noción de control interno para caracterizar a los individuos que piensan que actúan directamente sobre los acontecimientos. El control externo se refiere a la idea de que los aconteci'mientos no dependen de nosotros, sino del azar, de la oportunidad, del destino o de un ser trascendente. Sobre estas bases, Rotter ha elaborado una escala para determinar a qué atribuyen los individuos lo que les sucede; se compone de una serie de veintinueve pares de enunciados, cada uno de los cuales incluye una afirmación que presenta una concepción de la vida fundada sobre un control interno y una afirmación basada en un control externo. Los estudios (Phares, 1976) que se apoyan en este test muestran que los sujetos presentan diferencias significativas, según el tipo de control en que creen. Los que aceptan los enunciados que expresan la creencia en un control externo se consideran, con frecuencia, víctimas de fuerzas que los superan. Por el contrario, los que creen en un control interno son más dinámicos, más activos y más capaces de descubrir, en su entorno, lo que les permite progresar. El análisis de situaciones de la vida real ha confirmado los resultados experimentales: así, se ha observado (Bulman y Wortman, 1977) que los individuos que asumen una parte de la responsabilidad de un accidente grave del que han sido víctimas tienen una curación más rápida

LA IDENTIDAD SOCIAL

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y más completa .. Podría existir una ~elación entre una orientación interna y la capacidad de curarse del cancer.

Autopresentación Fenigstein, Scheirr y Buss (1?75) han est~blecido, en la conciencia de sí, una distinción entre dos mveles esenciales: _la conciencia del yo íntimo, que se manifiesta en ~l sen~imiento 9ue uno tiene de sí mismo, independientemente de las situaciones sociales en las que se en:cuentre; . . ., - la conciencia del yo público, unida a la ext~nonzac_ion de los elementos del Sí mismo, y considerada como un objeto social; se expre~a en la autopresentación, que define el Sí ~ismo co~o eleme~t<;> de la mteracción social. Se manifiesta según vanas modalidades distmtas. a) Afirmar nuestra distinción: algunos estudios (t~11;cGuire. y Padawer-Singer, 1976) han mostrad<;> q~,e la autopresentac10~ funcionaba coro<? un mecanismo de diferenciac10n, que ffone po~ objeto poner. ~e relieve uno 0 varios rasgos distintivos de nosotros mismos, en ~el~c!on con los otros. Se pidió a unos niños que hicieran una descnpc10n de ellos mismos destacando lo que los distinguía de sus companeros de clase. Resultó' que los niños, por ejemplo, dieron su edad, ~uando eran los más pequeños o los de más edad d~ su. grl;1po; d~l mismo modo, las niñas precisaban su sexo, si eran mmontanas. Asi,. ~n esta present~­ ción los niños indicaron los elementos que permitian a los <lemas ' . identificarlos más fácilmente. b) Crear una impresión relativa a la situac~ón: la au~opresen~ación_ es un objeto relacional determinado por las cucunstancias. Los i~vestlgado­ res Newtson y Czerlinski (1974) comprobaroi;i 9~e los estudiantes a los que se les había pedido que dieran su opimon sobre la guerra de Vietnam se presentaron de forro~ casi dia~etralmente opuest~, co~o palomas 0 halcones, según las cucunstancias e~ las qu~ habian sido colocados. Además, la autopresentación hace mter~emr d~ man~~a más 0 menos explícita la tendencia a dar a los <lemas una impresion favorable. c) Hacer una puesta en escena: fue Goffm3;n (1973)_ el que _dio a la 3:utopresentación una interpretación específica: las i_nte;~cc10nes so~iales crean una puesta en escena, a través de la cual los mdividuos despliegan un arsenal simbólico que les permite mantener roles. aceptables ante l<;>~ ojos de los demás. Crean, así, con sus co~portamiei;itos, ~na esp~c1e de espectáculos, cuyo objeto e~, estab~ecer mtercambios _satlsfactonos. En este sentido toda interacc10n social se parece, en cierto modo, a una puesta en e~cena en la que cada uno interpreta su papel.


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Esta idea de puesta en escena manifiesta una función social esencial de )' la au~opres~n~ación: la c~paci?ad para l?s indiv~duos de improvisar sus ~ propias posiciones en el mtenor de las mteracciones y ello a través de , '. un sistema simbólico que les permite descubrir y aceptar sus identida· .:' des respectivas.

d) Adoptar un comportamiento estratégico: la idea de comportamiento estratégico, elaborada por Crozier (1977), en el marco de la interpretación de los comportamientos organizacionales, clarifica la noción de · autopresentación. Para él, las relaciones que se desarrollan en el interior de una organización se establecen, entre los individuos, según modalidades que les permiten adoptar posiciones que escapan al poder de los otros. La autopresentación equivale, en este contexto, a desarrollar estrategias para hacer que su propio comportamiento sea incierto a los ojos de los otros. Se define como un juego para intentar preservar un margen de seguridad en las relaciones interpersonales. A este respecto, la autopresentación es un sistema de negociación en el que cada uno confiere, por medio de su comportamiento estratégico, cierto precio a su relación con los otros, pues, para Crozier, las relaciones son relaciones de poder. En estas condiciones, la identidad se refiere siempre, de un modo u otro, a una relación de poder, es decir que está determinada por el sistema de influencia puesto en práctica por los individuos para definir su posición y alcanzar sus objetivos. Así, la identidad se elabora a través de las estrategias de los agentes sociales, quienes determinan un juego de interacciones, creando, permanentemente, zonas de incertidumbre para escapar parcialmente al poder de los otros. La identidad. aparece, pues, como un elemento de la dinámica social que obliga a los individuos a entrar en sistemas de interacciones y a definir el juego que son capaces de hacer en ellos.

Consecuencias

El Sí mismo es, en cierto modo, la parte de la inversión social de la identidad. Representa, unos retos que pueden tener repercusiones diversas. Analizaremos dos tipos de consecuencias: -

las disfunciones entre la intención de dar una imagen positiva de sí y la imagen negativa sentida por los otros; el impacto del Sí mismo como factor de evaluación personal.

a) Habitualmente tendemos a crear ante los otros una buena imagen de nosotros mismos, que constituye un elemento importante en toda interacción social. Así, una autopresentación conseguida refuerza la ima-

l LA IDENTIDAD SOCIAL

gen positiva que los otros tienen de nosotros "/,la que nos.otros. tenemos de nosotros mismos. Cuando hay una separacion entre la identidad que·· rida y la identidad percibida, se crea una situación de tensión. Un estudio (Apsler, 1975) que se desarrolló en dos fases, estaba basado en la realización de cierto número de actividades, la primera fase situaba a mujeres jóvenes en una posición que podía percibir como más o menos ridícula: imitar la rabieta de U:n niño pequeño; reírse durante treinta segundos pensando en una historia graciosa; bailar con la música de un disco. La segunda fase de la experiencia tenía por objeto expresar, no ya el lado ridículo, sino el lado positivo de ellas mismas, sobre todo a través de la forma en que podían reaccionar frente a una de~a~da de ayuda. Se les pidió, durante tres semanas, que anotaran sus sentimientos y sus emociones durante media hora diaria.

Los resultados muestran que las mujeres que se habían sentido más ridículas en la primera parte de la experiencia eran las que más se apresuraban a responder a la petición de ayuda que se les había formulado después. Los investigadores concluyeron que la respuesta a la solicitud de ayuda era una forma de recrear una imagen positiva de sí, en relación con la perturbación creada por el sentimiento de ridículo. Cuando existe disfunción entre el nivel de la identidad querida y el nivel de la identidad percibida, se desarrolla una reacción de compensación que consiste en desplazar a otra situación el beneficio no obtenido. b) Otra consecuencia de la autoexpresión está unida al hecho de que

ésta interviene siempre en un contexto social: el Sí mismo es un objeto social que los otros evalúan a partir de su forma de reaccionar con respecto a nosotros. Es un espejo a través del cual los individuos pueden hacer su evaluación personal; . . , Las situaciones sociales producen, asi, un estado de conciencia de s1 que puede ser tanto positivo como negativ~. Hay situacione~ que nos revelan permanentemente a nosotros mismos: por la manana, cuando nos miramos en el espejo; las fotografías; lo que los otros dicen de nosotros. Todos estos elementos constituyen reflejos del Sí mismo, que no están forzosamente de acuerdo con la impresión que queremos dar y que nos obligan a una reevaluación de nuestra imagen. . Se impone cierta autoconciencia, como ha mostrado W~cklund (1975), a partir de la evaluación ?egativa que hace~os del~ ima~en de nosotros mismos que ·se refleJa en el mundo social. Segun Wicklund, la evaluación personal positiva o negativa depende de la naturaleza de la divergencia entre el Sí mismo ideal y el Sí mismo reflejado. . Algunos estudios experimentales han intentado desc~bnr de qué manera la autoconciencia podía determinar la evaluación personal. Los estudios de Wicklund (1975) mostraron, especialmente, que la


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autoconciencia estaba determinada por la situación y las actividades que viven los individuos, pero se destacó que su nivel de intensidad estaba unido a una atención más o menos grande prestada al entorno social. Cuanto más importante es la autoimagen que una persona tiene, menos centrada estará sobre los elementos exteriores.

Estudios relativos a las modalidades particulares de la expresión de la autoconciencia (Vallacher, 1978), hicieron aparecer varias características: - los sujetos que tienen un elevado grado de autoconciencia no tienen mucha habilidad en la resolución de problemas o de tareas; - tienen en cambio una evaluación más realista de ellos mismos; - finalmente, dan pruebas de una resistencia mayor a la influencia social, . sobre todo si se refiere a sus convicciones personales.

El Sí mismo es, así, un espejo sobre el que se focaliza cierto número de características de la identidad y que provoca una evaluación, positiva o negativa, que puede inhibir o reafirmar la competencia social de un individuo. PERTENENCIA SOCIAL

La identidad se caracteriza, igualmente, por el hecho de que los individuos se perciben en el sistema social, en función de las condiciones sociales en las que se encuentran. La noción de pertenencia se refiere al hecho de que los individuos está situados en algún sitio, que entran en categorías sociales dadas y que aceptan, de forma más o menos explícita, sus valores. La identidad se caracteriza, por lo tanto, por los sistemas de inserción que pesan sobre el individuo; su vida en sociedad se desarro- , lla en el interior de diversas agrupaciones sociales que organizan y definen lo que él es. Los elementos de pertenencia que componen la identidad pueden estar agrupados bajo los puntos siguientes. La personalidad de base

La identidad pasa, en primer lugar, por la pertenencia a una colectividad social más o menos vasta (país, raza, religión, creencia), que imprime formas de pensar y de vivir, constituyendo, así, el amplio cimiento de las conductas sociales. A este respecto, la identidad cubre la idea de personalidad de base (Kardiner, 1939).

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LA IDENTIDAD SOCIAL

La vida social marca la identidad por medio de formas de pertenencia más o menos definidas. Algunas se expresan sobre un modo relativamente formal: somos miembros de tal asociación, trabajal11:os en tal empresa, somos estudiantes de tal disciplina. Ot~as se desphegan de una manera más informal y se de.sarrol}an a t!aves de redes. ~n las que los individuos tienen intercamb10s mas flexibles, en relacion . con los roles en que evolucionan habitualfi1:ente. En sentido amplio, nuestra pertenencia a un sistema dado nos encierra en configuraciones relativamente rígidas que, por una parte, hacen típica nuestra identidad social, pero que, por otra, nos ofrecen variaciones que permiten modularla. Categorías sociales

De forma más precisa, la identidad social está dete~minada. por la, inserción del individuo en categorías, cuya clase o mvel social, asi como el grupo étnico, aparecen com_o elem~ntos ~specíficos. Como hemos visto en el capítulo sobre la in~uen~ia. social, ~l h~c~o, J??r ejemplo, de pertenecer a un grupo social vict1i:iia ~e ~hscnmmacion racial o el hecho de formar parte de una mmona mfluye en los miembros de estos grupos, en sus formas de percibir o de expresar su identidad. Valores internos del grupo Pero la identidad no actúa exclusivamente, como reacción ante los otros grupos. Estudios como ~l de Trimble (1983) relativos a gruJ?OS de Negros han mostrado que su identidad no iba, únicamente, um~a a las reacciones que tenían en relación con los valores ~e la mayona blanca, sino también con los diversos elementos valonzadores que ellos desarrollaban en el interior de su grupo para crear y reforzar un nivel.de autoestima que podía ser superior al de los Blancos .. La pertenencia al gr~po é~nico m~estra, así, como hemo~ ':isto ya, el valor interactivo de la identidad social, que no se expresa umcamente sobre el modo pertenencia/no pertenencia, sino .también ~n función de la relación que los miembros de un grupo social dado tienen con respecto a los valores internos que produce. Pertenencia sexual

Una de las características de la identidad que ha sido la más estudiada concierne a la pertenencia al sexo masculino o femenino.


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Sobre todo, se han abordado (Sheehy, 1976) las diferencias entre el hombre y la mujer en cuanto al desarrollo de la identidad. Un estudio (Block, Haan, 1971) ha puesto muy de relieve las dif~rencias en la afirmación de la identidad, según se sea hombre o mujer: - para los hombres, se ha observado que este desarrollo se efectuaba de manera generalmente positiva, a medida que tenían más edad; - en cambio, para las mujeres, el desarrollo de la identidad se expresaba de forma frecuentemente más negativa, más problemática y más conflictiva.

Mientras los hombres manifestaban, con la edad, más confianza, satisfacción personal y competencia, unidas a su status social, las mujeres tenían un sentimiento más negativo de sí mismas, considerando que sus atractivos sexuales disminuían; ellas se mostraban, además, más resignadas y sumisas. En este mismo estudio, se ha destaca~ do, igualmente, que, si el desarrollo de la identidad era vivido de forma positiva en los hombres, iba, al mismo tiempo, acompañado por una progresiva disminución de sus sentimientos y de la ternura. Por su parte, si las mujeres estaban menos seguras de sí mismas con la edad, se hacían más comprensivas e inclinadas a guardar sus sentimientos para ellas mismas. Las diferencias aparecidas en el desarrollo del hombre y de la mujer plantean el problema de la adecuación, más o menos satisfactoria, entre desarrollo personal y rol social. IMPLICACION SOCIAL

La identidad social no es una realidad adquirida de una vez para siempre; evoluciona durante la vida y se construye a través de las opciones y los compromisos más o menos pronunciados (elección de una carrera, elección de un partido político, elección de un sindicato) que van a darle orientaciones y significaciones nuevas. La implicación social permite, por lo tanto, deducir cómo se lleva a cabo el paso de una identidad a otra y de qué forma el individuo se adhiere a ella con más o menos fuerza. Marcia (1966, 1978) ha definido cuatro formas de identidad, según la implicación social de un individuo: - la afirmación de la identidad; - la moratoria; - el rechazo de una identidad propia; - la dispersión.

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LA IDENTIDAD SOCIAL

Estos elementos entran en juego cuando un individuo se invi~!e de otra identidad, especialmente en el momento de una elecc10n profesional. Afirmación de la identidad Corresponde al compromis? personal_~ a la parte de elecció~ que un individuo es capaz de asumu en relacion con up_a. ~ueva realidad. Por ejemplo, se sabe que muchos. ~e. nosotros _no tienen,.º apenas tienen, elección y no tienen ~a pos~?ihdad ~e afi~marse ~ mvel de su trabajo. En este campo, la afm~a~ion de_la identidad est~ fuertemente determinada por las caractensticas, mas o menos valon~adoras, de la categoría social a la que se pertenece. Es e!1tre l?~ miemb_ros d_e las clases sociales más favorecidas donde la afumacion de la identidad es teóricamente más elevada. Estudios como los de Waterman y Watterman (1976) han confirmado este fenómeno que ya era 1 previsible. Moratoria . Caracteriza la incertidumbre y la duda en la implicación social Y se manifiesta en una voluntad de aplazar la decisión de comprometerse en una línea más que en otra. Es una fase transitoria en la que se , . instalan los individuos. . .. Este fenómeno nos refiere no solamente a caractensticas mdividuales, sino a las situaciones sociales ~n las que lo~ individ~os est~n inmersos. La prolongación de los estudios en las socie_dades m~ust~i:i­ les pone a buen número de jóven~s en esta fase ~e mdetermmacion que, aun confiriéndoles una identidad, «de ,estudiante prolongado», aumenta el tiempo durante el que estan mas o meno~ mstalados en una identidad, en principio transitoria, pero que constituye, cada vez más, una identidad real. Rechazo de una identidad propia Este rechazo concierne a la entrada en los diversos roles sociales a lo largo de la vida, sin que el individuo sienta cri,si~ particu~ares frente a sí mismo. Asume, en cierto modo como un habito, las d1v_ersas identidades a las que se ve empujado, sin implicarse con relación


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a ellas: elige tal trabajo, sin pl~ntearse el problema de preferencias person~les, ~un cuando el abamco de las elecciones pueda ser limita?º· ~a ide~ti~a.d se paree~, en este caso, a una no-identidad o a una 1d~nt1dad f1~t1cia que un impor~~nte número de individuos adopta, ev1ta~do, as1 plantearse la cuestion de lo que quieren y afrontar los confhctos que ello pueda llevar consigo. Dispersión

Es la idea de una imposibilidad de comprometerse en una identidad ~ada; ~~'no sol~men~e una no-implicación, sino una indiferencia. !--ª d1sper~1on de la id~ntldad, como han puesto de manifiesto ciertas mvest1gac1ones (Marcia, 1~~8), con~ierne a individuos poco estables en ~~ empleo, que no _mamfiestan nmgún interés particular hacia una actividad. Se ~aracten~a P?; una pobreza de las relaciones interperso~ales y una ~n?etermmacion respecto a la vida que los instala en una actitud superficial y un miedo a comprometerse. . ~as. caracter~sticas así deducidas permiten captar el peso de las mscnpc10nes sociales a través del sentimiento que los individuos tienen de lo que son. ·

Mecanismos de la identidad social La ~dentidad social no _es un dato to~almente hecho; se construye progresiv_amente, en esp~cial durante la mfancia, como han mostrado los tr~baJo_s de Freud, Prnget, Mead. Los mecanismos de formación de ~a identidad van, ~ie~tamente, a actuar de modo particular en este penado, pero _no se hmitan a él. Entre los más importantes consideraremos sucesivamente: ' -

la identificación; la influencia de los referentes sociales· los procesos de evalucación personal de improvisación.

y

IDENTIFICACION

La identidad_ ,se construye en relación al «otro generalizado» (Mead). La relac10n con los demás es, pues, esencial en los mecanis-

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mos de formación de la identidad; es el mundo social, a través de estos diversos componentes, lo que constituye el lugar fundamental de las identificaciones. La identificación es un proceso que se parece, en primer lugar, al mecanismo de atribución ya estudiado; es el conjunto de las categorizaciones que permite reconocer a los otros, según un conjunto de signos específicos, y situarlos, en consecuencia, de una forma clara en una realidad dada. El sistema cultural de un grupo o de una sociedad incluye, así, un conjunto de percepciones con las cuales entra más o menos directamente en contacto y determina lo que debe hacer. Los trabajos sobre las identificaciones de los otros (Mucchielli, 1980) precisan este mecanismo. Durante una experiencia, se trataba de identificar a unos individuos en dos fotos, una de las cuales mostraba a un Negro americano, célebre batería de jazz, llegando a una estación de París para dar un concierto.

Las respuestas hacen aparectr dos tipos de identificación. La primera evalúa el personaje según el esquema siguiente: Negro= inmigrante= obrero; estación= ferroviario= mozo de equipajes; gorra= elemento que refuerza la identidad de un mozo de estación. La segunda toma en consideración, no el encadenamiento evidente de estereotipos, sino indicios que permiten interpretar el aspecto general e identificar no a un trabajador, sino a un viajero. Estas experiencias muestran que el proceso de identificación se elabora a partir de una evaluación de un conjunto de elementos que refuerza esquemas aprendidos a partir de experiencias anteriores. La identificación se refiere, así, a modelos sociales y culturales que orientan nuestros comportamientos para evaluar a los otros; es socialmente compartida, en la medida en que aceptamos esta realidad social como algo que es lo que pensamos que debe ser. En otro sentido, la identificación ha sido definida como un proceso en el cual otro sirve de modelo a un individuo (o a un grupo) que lo hace suyo, incorporándolo a su propia conducta por medio de una interiorización y una asimilación. Los procesos de identificación, puestos de relieve por los trabajos de Freud y la psicología del niño, han mostrado el valor esencial de los primeros modelos en la formación de la personalidad. Así, los padres representan, a la vez, una norma y un ideal para el niño, que va a acomodarse a ellos. La identificación es, en este sentido, un proceso interactivo entre un ideal del yo, que puede definirse como lo que el individuo prefiere ser, y un super-yo, que implica una relación con las normas introyectadas del medio parental. Este proce-


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so está 'l en marcha a todo lo largo . . .de la vida ' en la med"d i a en que unos m >d ,· ~ . e os son pr~puestos al mdividuo como valores de su identidad · l ,st<1 apa_rece, asi, como una estructura interiorizada dinámica s·.c modifica en función de la propia vida del sujeto y d~ la realidad que con 1'' que se encuentra enfrentado. ·I . D~sde el punto de vista psicosociológico, la identificación define (:, ~on1unto de estos procesos, pero en su relación con el ent social_. Puede realizarse a través de la figura del héroe d 1 domo , amp¡·io a' traves e ª,vedeette, que • Slfve de modelo. Se realiza de modo mas los ~el 1_ores y n?rmas de_ un grupo_ o de un sistema cultural, que or anizan d_ ~~agmano ~ol~c~ivo y suscitan una adhesión por la posibiliJad ue oflecen a los mdividuos de parecérseles. Así en las d"f t q_ lhdes 1 "d tºfº · , ' i eren es socie' " a , i en i icac10n cumple una función social en 1 d"d los d t · · · a me i a que ' · a ?s imagmanos, 1as creencias, forman parte de la información que onenta al _comportamiento del individuo y asegura en c· t ·~~odo, la ~ohesión del sistema social. Los mecanismos de' identI~~a~ c1'ó'n per~ruten, pues, comprender que la identidad es una dimensión r~lc1ttva a las diversas culturas, lo cual implica que los individuos ptens~n de un _modo diferente en función de los valores sociales qusee orgamzan su vida.

La identidad no se construye, sin embargo, únicamente a través de la relación con un solo referente. Estudios como los de Denzin (1972) han hecho evidente que la identidad funcionaba con relación a varios referentes. Durante un experimento en que se pidió a unos estudiantes que hicieran una lista de personas o grupos que tenían importancia a sus ojos, se comprobó, por ejemplo, que, cuando adoptaban una identidad de estudiantes, el cuerpo enseñante era el referente principal para ellos; en cambio, cuando se metían en la piel de un individuo no estudiante, eran los amigos y la familia el referente esencial. Los resultados de estas experiencias muestran, pues, que, en función de los referentes, poseemos varias identidades. Por lo demás, los referentes pueden distinguirse según la importancia que tienen en relación con ciertos roles sociales o según se dirijan a un elemento concreto de nuestra personalidad. La influencia de los grupos de referencia en la formación de la identidad ha sido analizada a través de dos mecanismos: la comparación social y la influencia normativa. -

INFLUENCIA DE LOS REFERENTES

.La i.dentidad se co~struy~ a part~r de un conjunto de elementos lomc1dos de las categonas sociales existentes y q e 1 · d de li:ctt · · · t 1 u e sirven e pauta . . trct, es os e ementos se pueden definir como ref t d 11.knt1da.<.!: La noción de referente (Sullivan 1953) h .deren_l~s de mr11c·1l1f1.. · d"iv1·duos que marcan de modo ' co a sit ol uti · iza a ' c<1r a 1os m l <¡ut~ l~os lrnccmos de nosotros .mismos. ncre o a imagen < 111111do estos referentes de identidad concierne les llnma grupo de referencia (Hyman 1942) El n a un grupo, se ' · concepto de grupo de r •r .. , ." l · e ~.' cnc1.1 a n1rca no solamente a los grupos sociales id f f d cspcdl1c11mcntc como los que ejercen una influe . '1 i ica. ?s dt.• In itkntidml, sino también al conjunto de los r~~~ªreent a ~rmaci?n ks- los r<>I . , I· . n es psicosocia,· · es, <1s normas, 1as mentalidades los sistem d 1 . 1 as e va ores y los símbolos en funcionamiento en la pira'm'i·d A /. . . l . e socia . n.i 11s1s so Jrc la mfluencia de los referentes (Feld R bl 1981) han mostrado que la identidad correspondía a manly · ~ de, sin1i<>S. 1oc.1 " 1·,. • , r. 1zctc·J os, en personas importantes que h una 1se eccion e acen asdve~~s de símbolos para el individuo. La identidad es , l'ompl, · · ' as1, un proceso ec1s1onal c.10 que consiste en extraer de las características de un indiv'd i uo 1os elementos a través de los cuales se trata n 'l d dios, sino también de ser ob1"eto de aproba c10n . , opor so osu parte. e parecerse a

et

La noción de comparación social, desarrollada en el capítulo sobre la influencia, establece que los individuos evalúan permanentemente sus opiniones, situándolas en relación con los comportamientos de los otros, puesto que cada uno trata de ser reconocido por los otros en lo que hace. - De forma más general, la identidad se construye de la influencia normativa de los grupos sociales a los cuales se pertenece o con los cuales uno se identifica. El grupo de referencia adquiere, así, un valor normativo, por una parte, porque deseamos unirnos a él y, por otra, porque ejerce un control social sobre nosotros. Es, por consiguiente, el grupo normativo el que tiene una influencia sobre nuestra identidad, dando forma a una visión de nosotros mismos y del entorno social. Este grupo desarrolla, así, una estructura de pensamiento que permite orientar el comportamiento de los demás y proporciona un sentimiento de seguridad y de confianza a sus miembros. Estos definen entonces su identidad a través de los puntos de referencia producidos por el grupo al que se adhieren. La identidad se construye pues, en función, no tanto de la cultura global, como de los grupos de referencia normativos en los que se vive y con los cuales uno se identifica, con frecuencia afectivamente: familia, clase, categoría profesional. Ellos dan forma a nuestras ideas, nuestros sentimientos y nuestras costumbres, puesto que constituyen un núcleo de nuestra identidad social.


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Imposición e improvisación L~ identidad social ha sido considerada por buen número de 111vcs~1gadores e.orno el resultado de las determinaciones que los otros

.

º.el sistema social ~~cían I?esar sobre nosotros; en este sentido, equiv.~lc a una ac~ptac10n pasiva de las categorías sociales en funcionam~cnto y consiste, en suma, en entrar en el i:p.terior de estas imágenes Y ~c?moda!se ª. el~as . .1:-ºY ya no se considera como un proceso automatJ~o de mtenonzac10i:i de los elementos sociales que nos asaltan y q~e mtegramos pura y simplemente. La identidad es, más bien defi1~1da como un proces? activo ,Y conflictivo que muestra que, 'si los 'alares y nor~as socrnl~s estan en funcionamiento, son parte inteW~nte de un s1ste~a de mteracción compleja en el que nuestra posi~1on ~nte ellas es igualmente un factor esencial. En este sentido la tdentida~ ª!?~rece como un sistema de evaluación, de improvisaciÓn y de negocrnc10n.

La identidad es, en primer lugar, un mecanismo de evaluación

. En la i;n~~ida en que el sistema social nos propone habitualmente vanas pos1b1hdades, tenemos que determinarnos en relación con lo que queremos hacer. El compromiso frente a la identidad que se nos propone ~e llev~ ~cabo, por ~o tanto, a partir de una evaluación que nos I?erm1te defimrnos con mas o menos fuerza y claridad. En efecto ~n ciertos casos, los elementos de la identidad son más 0 meno~ 1mpuest?s; .e? otr?s, corresponden más a nuestras aspiraciones y a nuestra md1v1duahdad. .· Este proce.so_in~ica que la identidad no es un resultado puro y ~imple .de las hm1tac~ones; no tenemos que plegarnos pasivamente a ellas, s~no q1:1e ~o?avrn podemos hacer una elección relativa. , ~s1, e~ md1v1d~o puede, a la vez, sintetizar los elementos del lun~1?,nam1~nto s'?~rnl y .controlar su ajuste a él, procediendo a una dec1s1on de mvers1on satisfactoria para él. La identidad es un sistema de improvisación

. La mayor part~ de los va~ores y. de las normas que nos vienen impuestos admiten mterpretac1ones diversas; dejan márgenes de ma-

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niobra y permiten una relativa improvisación en función de las circunstancias. Se ve, además, que los cambios sociales van acompañados por una relativización de los valores y de los modelos; esta relativización procede de un q1estionamiento de los valores existentes y favorece la apertura hacia otros valores. Las comunicaciones de masas, por ejemplo, han sido los vectores de la introducción de otros modelos de referencia, ofreciendo nuevas opciones. Así, la identidad aparece como una posibilidad de cierta libertad en relación al conjunto de las obligaciones sociales. · La identidad es un sistema de negociación

La identidad social no viene totalmente dada de antemano, sino que el hecho de asignar un rol social al individuo muestra que no somos totalmente libres para elegir nuestra identidad. Esta resulta de una negociación que se ha estudiac),9 bajo dos ángulos distintos. 1. En primer lugar, McCall y Simmons (1978) establecieron que nuestra identidad resulta de una negociación con nosotros mismos: debe armonizarse con el sentimiento de sí. La incorporación de los modelos sociales es un proceso que puede producir perturbaciones profundas, en la medida en que ciertos rol~s, incompatibles con un sentimiento profundo de sí, crean malestar y van acompañados por un sentimiento de alienación. 2. Por otra parte, la identidad es también una respuesta individual a las exigencias sociales; en este sentido, aparece como un compromiso entre nuestros deseos y las presiones que los demás y el contexto social ejercen sobre nosotros. Por eso, la identidad es, por naturaleza, con-· flictiva: pone al individuo en situaciones en las que se siente permanentemente atraído por un deseo de realización de las orientaciones personales y la lógica social y los modelos que ésta propone, modelos que están más o menos en contradicción con los primeros. La identidad se define finalmente como un proceso incierto, puesto que nunca se sabe desde el principio hasta qué punto la máquina social llega a hacer de nosotros lo que no pensamos ni queremos ser. Pero, por otro lado, la identidad es un mecanismo social inevitable, en la medida en que la consistencia de cada individuo es, por medio de este sesgo, sometida a la prueba de la realidad. Frente al peso de las influencias sociales vaciadas, la identidad es un proceso integrador que permite a todos experimentar quiénes son y llegar a una comprensión de sí mismos y una interpretación del mundo. En psicología social, el concepto de identidad articula el núcleo profundo del individuo formado por su personalidad y la idea que tiene de


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sí mismo con el conjunto de los factores que, en el contexto social en que está inscrito, actúan sobre él. Si bien es, en muchos aspectos, una identidad dada socialmente, en la medida en que corresponde a las características sociales del individuo, es también, no obstante, una síntesis integradora de las interacciones que existen entre el individuo y la sociedad. La identidad social es el punto en que se centran los componentes sociales y psicológicos, en el interior de una estructura afectiva y cognitiva que permite al individuo representarse quién es e intercambiar con el mundo social que le rodea.

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