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IV Con “León”, del “palangre” al “cerco”

IV. Con “León”, del “palangre” al “cerco”

Solamente con mencionar sus apellidos, “León” nos introduce de manera inmediata en el más auténtico mundo de la pesca de Baiona. “Leyendas” y “Selegantes” son sagas de marineros que han surcado palmo a palmo los mares baioneses desde hace siglos: Cabo Silleiro, las Illas Estelas, las Cíes, Os Carallóns, A Concheira, la Praia dos Frades, Monte Ferro… Cuentan de uno de los Selegantes, Pepe, que se había hecho famoso por crear la mejor “Libreta de Marcas” que existía en Baiona a mediados del pasado siglo. Era el abuelo de “León” por parte materna. Los “Leyendas” y los “Selegantes” han pescado en todos los mares del mundo… con todas las artes… con toda clase de embarcaciones: “pincheiras”, gamelas, barcos de madera a carbón, a gasoil… barcos de acero de los de antes… de los de ahora con las más avanzada tecnología… Sergio Leyenda Selegante, “León” por su padre, nació en Baiona en 1978, en el barrio marinero de La Anunciada. Hijo de León Leyenda Carneiro, marinero, y de Olga Selegante Cabrera, ama de casa, descendiente a su vez de marineros. Tiene dos hermanos, Marcos, el mayor, e Iván, el pequeño, también marinero como sus antepasados. <<Mi padre, conocido por “O Catau”-explica “León”-, anduvo cerca de treinta años ”al atún” como contramaestre en el “Txori Zuri” y en el “Txori Eder”. Luego pasó ocho años “al espada” en el “Monte Ventoso” de Vigo. En 2006 se retiraría en el palangrero “Ransés” de A Guarda. Lo de su mote “O Catau”, ya le viene de los antepasados, todos ellos marineros “de bajura” de Baiona. Los de la última generación ya fueron también pescadores “de altura”. En cambio, por parte de mi madre, los Selegante -bisabuelos, abuelos, tíos, padre, hermanos…- han sido siempre pescadores “de bajura”. Mi abuelo, Pepe Selegante, es el autor de la famosa “Libreta de Marcas” de la costa baionesa, la mejor de

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su época, tal vez recogiendo los valiosos datos pasados por tradición de padres a hijos desde hacía más de un siglo. >>

Baiona, 1945. Caldeirada a bordo del “Canero”. Entre otros: “Chinto” Denis, “Cariño”, Ayú, Ángel “O Catau”, Luis “O Corrancho… “Mi abuelo, Ángel “O Catau”, es el segundo por la derecha”, aclara León. (Foto Borrajo. Archivo familia Denis).

“Mi abuelo por parte de madre, Pepe Selegante, también marinero, y autor de la mejor “Libreta de Marcas” de la época”, cuenta “León”con orgullo.

León Leyenda Carneiro, “O Catau”, el padre de Sergio, ya anduvo entre redes desde pequeño. Comenzó a pescar con su padre y con sus tíos a los doce años, y desde entonces, toda una vida dedicada al mar.(Archivo familia Leyenda Selegante)

Años noventa. El atunero vasco “Txori Eder”, donde anduvo embarcado León Leyenda Carneiro, “O Catau”, durante varios años. En esta época tuvo de compañeros a varios marineros de Baiona: “Lalo” Goce Silva, José Celso Rodríguez Carneiro “Sito”, “Nasi” Míguez Goce….

Años ochenta. José Celso Rodríguez Carneiro, “Sito”, pintando las letras del nombre del atunero vasco, “Txori Eder”, que significa en castellano “Pájaro Hermoso”.

Años noventa. León Leyenda Carneiro, “O Catau”, en su época en los atuneros vascos “Txori Zuri” y ”Txori Eder”. Pescaban en el Océano Índico. Abajo, con un buen ejemplar de atún. (Archivo familia Leyenda Selegante).

Océano Índico, años noventa. León Leyenda Carneiro, “O Catau”, en uno de los “Txuri”, con unos buenos ejemplares de atúnes. (Archivo fam. Leyenda Selegante).

Después de cerca de cuarenta años de vida marinera, León Leyenda Carneiro, “O Catau”, disfruta de una más que merecida jubilación en su villa natal. Retirado en 2008, ha navegado por casi todos los mares del mundo, y pescado con las artes fundamentales al uso: el “arrastre”, el “cerco” y el “palangre” .

“León”, como le gusta que le llamen, es uno de los tantos chicos de Baiona que han nacido marineros desde la misma cuna. A pesar de los nuevos tiempos, de las novedosas posibilidades de trabajo en la villa, de las buenas ocasiones para estudiar y formarse en distintos oficios, de los mejorados medios económicos familiares… a pesar de todo, quisieron ser marineros. <<A los quince años ya salía a pescar en el bote de casa, el ”Durán” -cuenta “León”, con mi tío Serafín Selegante. Llegábamos a Cabo Silleiro, a las Estelas, a las Cíes… Años más tarde, esta lancha se hundiría en el Lobo (Cabo Silleiro). De aquí pasé al “Cantiño”, con mi tío Tito, de la saga de los “Músicos”, considerados los mejores pescadores de lubina de Baiona. >>

Océano Índico, 2014. Sergio Leyenda Selegante, “León”, ayudante de contramaestre en el “Albatún Tres”. (Archivo familia Leyenda Selegante).

<<A los dieciséis años, 1994, me enrolé en el palangrero “Yanki”, de A Guarda, que andaba “al espada” por el Atlántico Sur, en Cabo Verde, Las Palmas, Gomera… Faenábamos durante uno/dos meses, y regresábamos. En 1997 tuve que cumplir el servicio militar, y de nada me valió la condición de cabeza de familia para librarme. Así que ingresé en la Armada desde enero hasta octubre, primero en Ferrol, y al final acabé en la ETEA de Vigo. Aquí comenzé una etapa de once años de mi vida marinera, en la que anduve saltando de barco en barco, a veces “al espada”y a veces “al atún”, al principio en mareas de uno/dos meses, luego de seis/ocho… Del “Yanki” pasé al “Lelo” de A Guarda -fui de contramaestre-,y estuve un año y medio “al espada”.>> En 1998, “León” se cambia del pez espada “al palangre”, a la pesca del atún “al cerco”. Se enrola en el“Montedeme” como marinero, y permanece en este buque cerca de dos años

El “Monteneme”, faenando por aguas del Caribe.

Mar Caribe, 1998. El atunero congelador “Monteneme” de la armadora gallega “Calvopesca”. Faenaba “al atún” en Venezuela, y después pasó a Abidjan (Costa de Marfil), en el Océano Atlántico.

El atunero “Monteneme”, descargando en el puerto de Pisco (Perú).

<<Volví de nuevo “al espada” en el “Mar Diez” de A Guarda -sigue “León” con su relato. Faenábamos por Sudáfrica. Y del “Mar Diez” me fui al “Pescadoira” de Vigo, barco en el que permanecí seis años, y en que se hacían campañas de uno/dos meses. >>

1999. En el “Pescadoira” de Vigo. El baionés Pablo Marcos, un compañero de O Grove y “León” Leyenda Selegante. (Archivo familia Leyenda Selegante).

1999. “León” Leyenda Selegante en el “Pescadoira”.

1999. “León” Leyenda Selegante y “O Grilo” de O Grove, en el “Pescadoira”.

1999. A bordo del “Pescadoira”, en medio del Atlántico: “Troski”, “O Grilo y ”León”

“Troski” y “León”, dos baioneses en el “Pescadoira”.

Con un buen ejemplar de pez espada.

En el “Pescadoira”, 1999. Tirando por un “pez manta” en el Atlántico para subirlo a bordo. (Archivo familia Leyenda Selegante).

<<A bordo del “Pescadoira”, estuvimos a punto de hundirnos por una vía de agua. Con las bombas de achique a pleno funcionamiento, conseguimos mantenernos y llegar al puerto de Las Palmas. Le colocaron en el mismo muelle un tapón provisional a presión, y a continuación lo llevamos al astillero a reparar. >>

El baionés Pablo “Troski”, cocinero del “Pescadoira”, posando con un buen ejemplar de marrajo. (Archivo familia Leyenda Selegante).

Dibujo explicativo de la pesca del pez espada “al palangre”

La lancha del “Pescadoira”, preparada para el trasbordo de carnada sobrante al “Naboeiro”, palangrero de la misma armadora.

“León”, “O Grilo” y un compañero de Cangas, con un buen marrajo.

En el puente del “Pescadoira”, 1999. Arriba, en el centro del grupo, los baioneses Nando y “León”. (Archivo familia Leyenda Selegante).

La tripulación del “Pescadoira” estaba compuesta por catorce marineros gallegos, de los que al menos cuatro, eran de Baiona.

Cena de la tripulación del “Pescadoira” casi al completo. El patrón, el primero por la derecha. “León”, al fondo a la izquierda, con gafas recetadas por el oculista, que pronto desecharía para siempre.

Mapa con los caladeros de pez espada.

<<Después de seis años en el “Pescadoira” me pasé al “Mar de Islandia” de Vigo, donde iba de patrón el baionés “Piloto”, y se hacían mareas de tres meses. >>

En el “Mar de Islandia”, 2005. “León”, en el halador para recoger el aparejo.

<<Hacía año y medio que no veía a mi padre -cuenta “León” delante de las fotos-, y tuvimos un feliz encuentro en alta mar. Hubo que hacer el trasbordo de material del “Mar de Islandia” al “Monte Ventoso” -donde andaba mi padre-, que eran barcos de la misma armadora viguesa. Llevábamos todo ese tiempo sin coincidir en las vacaciones en Baiona, y en cambio, fuimos a encontrarnos en la mitad del océano. >>

2005. En el “Monte Ventoso”, de un armador vigués, anduvo León Leyenda Cedeira, “O Catau”, el padre de Sergio, durante ocho años “al espada” .

<<Del “Mar de Islandia” me fui al “Ruibo” de Viana do Castelo, con “Cali” Denis Goce de “Os Botones” de Baiona, como patrón; luego pasamos los dos al “Yriana”, de Las Palmas, barco al que “arranchamos” en tierra durante dos semanas, para luego realizar el embarque más corto de nuestras vidas: un día. Nada más salir a faenar, estuvimos a punto de naufragar por un golpe de mar, que nos produjo una vía de agua, aunque al final conseguimos llegar a puerto. Ni “Cali” ni yo, volvimos a embarcar. >>

“León”, a bordo del “Yriana” de Las Palmas.

<<Por último, me enrolé en el “Pleamar”, de nuevo con el baionés “Cali” Denis Goce como patrón de pesca. Sería aquí donde acabaría mi época de pesca “al espada”. A mi me gustaba mucho más la pesca del espada que la del atún -comenta “León” sobre su futuro cambio-. Pero las condiciones son mejores las del atún. En el espada, tres meses de mar y veinte días de vacaciones. En el atún, cuatro meses de campaña y cuatro de descanso. Un grave accidente que tuve en el “Pleamar”, me obligó a desembarcar, y me mantuvo una larga temporada alejado del mar. >>

En 2006, continuando en ese peregrinar permanente de los marineros de un barco a otro, se pasa al flamante atunero “Draco” como ayudante del contramaestre. Estuvo tres años y medio.

Vigo, 2006. Atunero congelador cerquero “Draco”, de la armadora “Mantisa”.

Buque atunero “Draco”

CONSTRUIDO POR ASTILLEROS FREIRE SHIPYARD DE VIGO CONSTRUCCIÓN NC-589. Es un atunero congelador al cerco, para el armador Mar de las Antillas Curasao N. Capacidad de cubas 2600, m3. CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES Eslora 95,70 metros eslora pp. 82,70 metros, con una manga de 15,20 metros puntal cubierta superior 9,95 metros. Puntal cubierta principal 7.15 m. Calado de proyecto 6.70 m. POTENCIA Y VELOCIDAD Motor Principal 6.000 kW Velocidad 19.2 nudos Generadores principales 3 x 1.020 kW Generador de cola 1 x 1.200 kW Bow thursters 2 x 331 kW Stern thruster 1 x 441 kW CAPACIDADES Capacidad cubas 2593.5 m3. Fuel tanques permanentes 685.5 m3. Fuel oil (en cubas) 110.5 m3. Agua dulce 74.5 m3. Aceite de lubricación 99.5 m3. Capacidad de congelación 200 Tons/day. Congelador -55ºC 5 Tons/day

Características principales del atunero congelador “al cerco” “Draco”, construido en 2006 por el “Astillero Paulino Freire” de Bouzas (Vigo) para la armadora “Mantisa”.

El “Draco”, saliendo de la dársena de Bouzas. Lleva a remolque a la “panga”.

La “panga” del “Draco”.

En el “Draco”, 2006. “León” Leyenda Selegante, ayudante de contramaestre.

La “panga” del “Draco” , manejada por el baionés José “el Arnó”, primo de “León”.

Maniobra de subir la “panga” a popa al finalizar el lance.

Recogiendo la red.

Maniobra del “salabardeo”

La recogida de redes, una vez finalizado el lance, ocupa dos horas y media.

Preparando la maniobra para lanzar otra vez. El marinero superior de la derecha está atando agujeros que se produjeron en el lance anterior.

Arnó y “León”, trabajando en la “jareta”, el cable que cierra el saco del pescado.

“León”, con las “paztecas”, en la maniobra de soltar “cáncamos”

Preparando el “saco”. “León”, en medio de los marineros.

“Salabardeando”.

El “salabardo” cargado de atún, sobre la “tolva” para descargar.

El “salabardo”, vaciándose en la “tolva”, para pasar el pescado a la cinta transportadora, que lo llevará a las cubas en la planta de procesado.

“León”, clasificando el pescado, y retirando la “basura”.

La cinta lleva directamente el pescado a las cubas de refrigeración.

El “Draco”, rumbo a las Islas Seychelles en el Océano Índico.

Una tortuga gigante vino enredada en el aparejo. ”León”, dispuesto para devolverla al mar. (Archivo familia Leyenda Selegante).

“Mi camarote durante cuatro meses”, comenta “León”.

Tres baioneses de parrillada en el “Draco”: “León”, Suso “el Suplín” y Antonio “el Loro”, o lo que es lo mismo, un marinero, un “panguero”. y un contramaestre.

El baionés Arnó, con camiseta, “panguero” del “Draco”.

“León”, aprendiendo a manejar la “panga” del “Draco”.

“León”, con un pez merlín.

El pez merlín, colgado para abrirlo en canal.

El pez merlín, abierto en canal por orden del patrón de pesca. En su interior aguardaba la sorpresa. (Archivo familia Leyenda Selegante).

Una vez abierto en canal por “León” y sus compañeros, el pez merlín tenía en su interior un atún de treinta kilos. El patrón había visto como se lo tragaba en el mar, y por eso dio la orden de abrirlo. Al desgraciado atún no hubo ni que sacarlo del merlín, se precipitó en el suelo sin más.(Archivo familia Leyenda Selegante).

Caladero de las Islas Seychelles, en donde pescaba el “Draco”.

Ibraima, uno de los “miradores”, y “León”.

“León”, “arranchando” en la grua de proa del “Draco”, moviendo “objetos” con sus balizas y “paños”. (Archivo familia Leyenda Selegante).

Port Victoria (Islas Seychelles), 2006. “León”, con dos compañeros, en el bar “Pirata Arms”, centro de reunión de los marineros cuando estaban en puerto.

Navidades en el “Draco”, con la casi totalidad de la tripulación. Entre ellos: los baioneses “Selino”, jefe de máquinas, “Arnó”, el “panguero”, y “León”; además, el vigués Manolo, ghaneanos, senegaleses… (Archivo familia Leyenda Selegante).

La mesa de los “morenos” -de Ghana y Senegal- en las Navidades.

Navidades en el “Draco”. La mesa de los españoles. Entre ellos, a la izquierda: el vigués Manolo, Manolo de Ribeira y el baionés “León”; a la derecha, Paco de Muros… (Archivo familia Leyenda Selegante).

“León”, haciendo “sarrias” -cuadrado de red-, utilizadas para la descarga en puerto.

Aeropuerto de la Isla de Mahé (Islas Seychelles), 2009. “León”, con su amigo senegalés Ibraima, cogiendo el avión para irse de vacaciones. (Archivo familia Leyenda Selegante).

<<En 2009 -cuenta Sergio-, debido a un contratiempo familiar, me mantuve en tierra durante seis años. El “Draco” quedaba en mi memoria como un grato recuerdo, tras una muy buena experiencia, un gran compañerismo, un excelente trato con el patrón vasco, y una magnífica convivencia con los “morenos”. En ese tiempo en tierra trabajé en una empresa de Marín, clasificando aletas de tiburón. Una vez resuelto el problema de familia, abandoné ese trabajo -estaba bajando la demanda-, y volví a embarcar inmediatamente. De nuevo regresaba a Peinador, mi punto de partida hacia el trabajo, para enlazar en Madrid con los vuelos necesarios para llegar a mis embarques, generalmente en la isla de Mahé (Islas Seychelles). >>

Vigo, Aeropuerto de Peinador, 2006. Salida de Sergio Leyenda Selegante, “León”, con destino a su primer embarque en el atunero congelador “Draco”, en Port Victoria (Mahé, Islas Seychelles). Por entonces, con 27 años.

<<Después de seis años en tierra, regresé al mar en septiembre de 2015, de nuevo “al atún”, enrolado en el “Albatún Tres”. Aquí ya salí como ayudante de contramaestre. Embarcamos en Port Victoria, en la Islas Seychelles. >>

Vigo, 2015. El atunero “Albatún Tres”, de la armadora “Albacora S.A.”.

Libreta de Marinero de Sergio Leyenda Selegante.

Los datos técnicos del "Albatún Tres" llaman la atención del más profano. Construido en 2004 por el astillero vigués “Hijos de J. Barreras” -el segundo de los atuneros para la empresa “Albacora” , cuenta con un hermano gemelo, el "Albatún Dos". Está considerado por sus constructores como el mayor atunero del mundo y ha sido específicamente diseñado para la pesca en los Océanos Índico y Pacífico. La construcción supuso 30 millones de euros, mide 115 metros de eslora por 17 de manga. Como congelador tiene una capacidad de 3.500 metros cúbicos, desarrolla una potencia de 8.500 caballos y puede congelar el atún a 65 grados bajo cero (más frío que en Marte).

El “Albatún Tres”, faenando por el Océano Índico.

En el “Albatun Tres”, 2015. Un “mirador”, oteando el horizonte en busca de las manadas de atunes. También vigilan en el cielo la aparición de aves, que indican la existencia de pescado debajo de ellas.

Los “speedboat” salen en ayuda de la “panga” para cerrar el cerco.

El “Albatún Tres”, descargando sus capturas en el buque nodriza “Sierra Lara”.

Este barco lleva una tripulación aproximada de cuarenta hombres. En el puente: Patrón de Pesca, Capitán -que manda en puerto-, Oficial, y suele acompañar la campaña un alumno en prácticas. En cubierta: contramaestre y su ayudante, y dieciséis marineros africanos, de Ghana, Senegal, Costa de Marfil… En máquinas: jefe de máquinas, dos segundos, un caldereta, tres engrasadores y dos limpias, y el “panguero”, que también está asignado a este grupo. En la cocina: cocinero, ayudante y camarero. Y desde que apareció el acoso de los piratas somalíes en el Océano Índico, el barco lleva dos o tres hombres de seguridad.

Uno de los dos responsables de la seguridad del “Albatún Tres”.

<<Cuando embarqué -explica “León, el “Albatún Tres” venía de faenar en el Océano Pacífico. La armadora había decidido cambiar su zona de pesca al Índico. Desde allá traía a bordo un helicóptero, que siguiendo las instrucciones del patrón, se dedicaba a localizar las manadas de atunes con más rapidez que la acostumbrada, y cubriendo una mayor extensión de mar. Pasado un año, prescindieron del helicóptero por falta de rentabilidad, ya que suponía un costo demasiado alto que no compensaba los beneficios que aportaba. Un piloto, su ayudante y un mecánico atendían su manejo y el mantenimiento. >>

Arriba, el helicóptero, situado en su plataforma de aterrizaje, dispuesto a despegar para inspeccionar la zona indicada por el patrón de pesca. Detectará con bastante rapidez las “brisas” ocasionadas por las manadas de atunes. Abajo, en el aire.

“León”, ayudando a reparar un aspa del helicóptero.

El helicóptero necesita una perfecta y permanente puesta a punto, ya que en pleno océano no podrá contar con la más mínima ayuda en caso de avería. Una de las razones para suprimirlo, fue un accidente ocurrido por entonces en otro barco, en el que perdieron la vida sus tres tripulantes al precipitarse el helicóptero al mar.

Los “miradores” -también el helicóptero cuando lo hay- detectan la manada de pescado, y el barco se pone de inmediato a la faena. La “panga” sera la primera en salir al mar para iniciar el “cerco”.

Una vez finalizada la “largada”, la “panga” se recoge en popa. El baionés Jesús Freire “el Suplín”, el “panguero” del “Albatun Tres”, al frente de las maniobras.

Subiendo la “panga” a bordo.

Con la voz de alerta en el aire, todos los marineros se ponen en marcha para tener preparada la “largada” cuando se reciban las órdenes del patrón.

“León”, preparando los “cáncamos” para el cierre de la “jareta” del saco.

Cogiendo una anilla para preparar el “salabardeo”.

Finalizada la maniobra del “cerco”, se procede a recoger la red y a su correspondiente colocación a bordo. La operación es compleja, y ocupará unas dos horas y media. (Archivo familia Leyenda Elegante).

Preparando la maniobra del “saco”. El primero por la derecha es el baionésTonio “el Loro”, primo de “León”, que se encuentra a su lado.

Los marineros, haciendo el “saco” que recogerá el pescado capturado.

Todos los marineros preparando el “saco”.

La red suele tener más de 1.700 metros de largo por cerca de 150 metros de ancho. (Archivo familia Leyenda Selegante).

Sala de mando en el puente del “Albatun Tres”. (Foto jou jou. Marine Traffic.com).

Terminando la maniobra del “salabardeo”. “León”, en medio de sus compañeros.

El “cerco” se va cerrando, y llega el momento de recoger la pesca.

“Salabardeando” el cimarrón. El “salabardo” tiene capacidad para nueve toneladas de pescado. (Archivo familia Leyenda Selegante).

El “salabardo”, repleto de cimarrones, preparado para pasar a las cubas. El cimarrón es la especie de atún más cotizada por su mejor calidad de carne. Se caracteriza por tener las aletas amarillas.

En el “salabardo” se retiran tiburones, melba y demás especies de pescado que vienen mezcladas con el atún, para devolverlas al mar.

El baionés Julián y el “moreno” Winston, sacando tiburones del “salabardo” para devolverlos al mar. (Archivo familia Leyenda Selegante)

El “moreno” Winston se dirige a devolver los tiburones al océano.

El ghaneano Winston, recuperando un cimarrón caido del “salabardo”.

“León” retira serruchos en la descarga, para tirar al mar.

El marinero senegalés devuelve un pequeño tiburón al océano.

El “salabardo” acaba de ser izado a cubierta repleto de cimarrones, y espera su turno para ser vaciado en la “tolva”. Volverá al mar una y otra vez, hasta vaciar el saco.

El “salabardo” se vacía en la “tolva”, que depositará el pescado en las cintas transportadoras que lo conducen a las cubas de refrigeración..

El “salabardo” se abre en su parte inferior para verter el pescado en la “tolva”.

El pescado se lleva por medio de las cintas transportadoras a las cubas de refrigeración, situadas en el parque de pesca.

2016. Descargando la pesca en Port Victoria. “León”, recogiendo un cimarrón para depositarlo en la cinta de descarga. (Archivo familia Leyenda Selegante).

Dos baioneses charlando, Suso “el Suplín”, el “panguero” del “Albatún Tres”, y “León”, el ayudante del contramaestre. (Archivo familia Leyenda Selegante).

Hora del bocadillo para dos baioneses: “León”, el ayudante de contramaestre, y Tonio “el Loro”, el contramaestre.(Archivo familia Leyenda Selegante).

Port Victoria (Mahé, Islas Seychelles), 2016. El “Albatún Tres”, atracado al muelle.

El “Albatun Tres” acude periodicamente a puerto a la descarga del pescado, bien sea con destino a las propias Islas Seychelles, o para su envío a España en contenedores. Al mismo tiempo, aprovecha para proveerse de víveres, agua potable y demás enseres necesarios. Pero en esta ocasión, llegaba a puerto con la misión inaplazable de reparar la red.

Descarga de la red en el muelle de Port Victoria para su reparación.

Port Victoria (Mahé, Islas Seychelles), 2016. El “Albatun Tres”, descargando la red en el muelle para su inmediata y urgente reparación. El buque lleva entre su tripulación dos “rederos”, que resuelven pequeñas reparaciones sobre la marcha, mientras no llega la reparación total.

Las “brisas” en el mar provocadas por la presencia de una manada de cimarrones, la especie de atún más cotizada, atraen a los buques atuneros cercanos, que se aproximan a la zona a la espera de poder realizar alguna “largada” positiva.

Preparado el “objeto”, los marineros se disponen a bajarlo al mar. Se trata de un recipiente de 2 x 2 metros, con balizas de seguimiento, que se sitúa en el mar en libertad para atraer al atún. A “objeto” se le van adheriendo verdal, melba, percebes, “charna”… que ocasionan la aproximación del atún. Los marineros de Baiona, “León” y Julián, de espaldas en el centro, colaboran en la maniobra. Tonio “el Loro”, el contramaestre, en frente. (Archivo familia Leyenda Selegante)

Bajando un “objeto” al mar, que es recogido por una “speedboat”, que lo trasladará al lugar elegido por el patrón. (Archivo familia Leyenda Selegante).

El baionés Suso “el Suplín”, “panguero” del “Albatun Tres”, y “León”, charlan

sobre la cubierta del buque.

Entre faena y faena, un rato de charla. Reunión de dos baioneses, “León” y Suso “el Suplín”, con Festival, marinero ghaneano, hincha del Real Madrid por lo que se observa. La fuerza del fútbol se manifiesta en los lugares más inesperados. (Archivo familia Leyenda Selegante).

Comienza la operación de descarga, retirando los atunes de las cubas, para trasladarlos a la cinta que los llevará al puerto.

La cinta transportadora conduce el pescado hasta la “sarria”, que una vez llena, será pesada antes de bajarla a tierra. (Archivo familia Leyenda Selegante).

Dos buenas piezas de cimarrón son retiradas de las cubas de refrigeración.

La “sarria”, llena de pescado, preparada para ser pesada, y volcada a continuación en la cinta del contenedor situado en el muelle.

Subiendo la “sarria” para ser pesada, antes de bajarla a tierra.

Vaciando las cubas de pescado para la descarga.

Un alto en el trabajo: Antonio -de Ribeira-, jefe de máquinas, “León” y Suso “el Suplín”. (Archivo familia Leyenda Selegante).

“León”, revisando el traslado de la cinta para retirar la “basura”.

Pasando dos buenos cimarrones a la cinta transportadora.

El baionés Tonio “el Loro”, contramaestre, ayudando en la descarga.

Los hombres de la “coia” llegan al muelle de Port Victoria para proceder a la descarga del “Albatún Tres”. (Archivo familia Leyenda Selegante).

Los componentes de la “coia” del puerto, subiendo al “Albatún Tres”.

Los hombres de la “coia” procediendo a la descarga del “Albatún Tres”. En la fotografía de abajo, al fondo en el centro, vemos en la tarea al baionés Carlos “el Músico”, segundo de máquinas. (Archivo familia Leyenda Selegante).

El pescado trasladado en la cinta desde las cubas, descarga el atún en la “sarria”

Dos isleños de la “coia” descargan el pescado en el mismo parque de pesca.

Cuando la descarga es para la fábrica de las Islas Seychelles, envían personal propio a revisar el pescado, y efectuar el correspodiente “escandallo”.

El personal de la fábrica de las islas, revisando el pescado

Port Victoria, (Mahé, Islas Seychelles), 2016. La “sarria” es subida a cubierta, pesada y trasladada a la “tolva” de tierra, preparada para cargar los contenedores.

Descarga de la “sarria” del “Albatún Tres” en la “tolva” que lleva la carga al contenedor. (Archivo familia Leyenda Selegante).

Descarga del “Albatún Tres” en Port Victoria (Mahé, Islas Syechelles).

La “tolba” acoge la “sarria” que descargará el pescado en el contenedor con destino a España. (Archivo familia Leyenda Selegante).

El muelle de Port Victoria. Un barco francés esperando para la descarga.

Port Vicoria (Mahé, Islas Seychelles), 2016. “León”, de maniobras por el puerto en la “panga” del “Albatún Tres”. (Archivo familia Leyenda Selegante).

Llegan las fiestas navideñas, y la tripulación lo festeja a lo grande para salvar de alguna manera las lógicas nostalgias familiares que se producen en estas fechas por las ausencias y las distancias.

Océano Índico, 2016. Navidades en el “Albatún Tres”. “León”, con tres compañeros en el comedor. (Archivo familia Leyenda Selegante).

Reunidos tras una buena cena. De izquierda a derecha: el ecuatoriano Pepe -caldereta-, Antonio, de Ribeira -jefe de máquinas-, “León”, el moañés Manolo -“panguero”-, y los baioneses Julián y Tonio “el Loro” -contramaestre-.

Imágenes para el recuerdo de buenas amistades en el “Albatún Tres”: Manolo, de Moaña, Julián, de Baiona, un compañero de Seguridad, y los baionese Tonio “el Loro” y “León”. (Archivo familia Leyenda Selegante).

La tripulación del “Albatún Tres” casi al completo: tres de Seguridad, los baioneses Berto “el Uvas”, Julián, Tonio “el Loro” y “León”, y seis “morenos”, la mitad de los que había en el barco.

<<Una de las operaciones más difíciles en la que participé en mi vida marinera -cuenta “León”-, nos ocurrió poco antes de desembarcar del “Albatún Tres”, y fue precisamente con el barco que después sería mi próximo destino, el ”Albacora Uno”. Debiamos cambiar en pleno mar abierto la red rota del “Albatún Tres”, por las red en condiciones del “Albacora Uno”, ambos buques de la misma armadora. La operación parecía a simple vista bastante sencilla, pero en la realidad resultaría muy complicado manejar aquellos cientos de metros de red -1.700 de largo por más de 100 de ancho- y por partida doble, de uno a otro barco.>>

Los barcos “Albatún Tres” y “Albacora Uno” se encuentran en la mitad del Océano Índico para efectuar el cambio de red. El capitán vasco Eneko, observa desde cubierta la aproximación de los dos buques, que en la imagen ya aparecen comenzando el trasbordo.

La operación del cambio de red ya está llegando a su final.

<<Tardamos casi todo el día en el delicado y trabajoso cambio de red, pero lo conseguimos. Ahorramos un par de días de navegación, más el tiempo de la repación en puerto. El “Albacora Uno”, en cambio, ya iba a descargar. >>

Después de casi cinco años en el “Albatún Tres” desempeñando el puesto de ayudante de contramaestre, la armadora premia el trabajo de Sergio Leyenda Selegante, “León”, pasándolo al “Albacora Uno” para ocupar ahora el puesto de contramaestre.

El “Albacora Uno”, buque atunero congelador de la armadora de Bermeo “Albacora, S.A.”. Fue construido en “Astilleros Barreras” de Vigo en 1996.

ALBACORA UNO (IMO: 9127435) navega bajo la bandera de España . Su capacidad de carga es de 3300 t DWT y se informa que su calado actual es de 8,6 metros. Su longitud total (LOA) es de 105 metros y su ancho es de 16,2 metros. Información General del barco Número IMO : 9127435 Nombre : ALBACORA UNO Tipo de barco: Barco pesquero Estado: Activo MMSI : 224782000 Identificativo de llamada: EAMB Bandera: España [ES] Arqueo bruto : 3585 DWT Verano: 3300 Eslora Total x Manga Máxima: 105 x 16,2 m Año de construcción: 1996. Puerto Base: VIGO

2014. El “Albacora Uno” atracado en puerto, con su “panga” a un costado. (Fotos Javier JAC)

(Reportaje fotográfico, 2014, de Javier JAC)

La imponente proa del “Albacora Uno” con el escudo en lo alto de la armadora vasca “Albacora S.A.”. (Reportaje fotográfico Javier JAC).

<<El nuevo barco es muy similar al anterior -cuenta “León”-, y al pertenecer a la misma armadora, su forma de tra-

bajar es también parecida. Seguimos pescando en el Océano Índico, por el caladero de las Islas Seychelles. Como es natural echo de menos a mis compañeros del “Albatún Tres”, ya que formábamos un buen grupo, pero en el año que llevo en el “Albacora Uno”, todo va bien. No hay marineros de Baiona en mi turno, pero en cambio hay varios en el otro: Adrián Martínez “el Loro”, primo de Tonio, “Nasi” Míguez Goce, que está a punto de jubilarse, Dani de Baredo, Yerai, el contramaestre, “Lalito”, el “panguero”... >>

En el primer“Albacora Uno” –construido en 1969-, antes de desguazarse y ser sustituido por el actual en 1996, anduvieron embarcados muchos marineros de Baiona en los años ochenta y principios del noventa.

Abidjan (Costa de Marfil), 1981. El baionés Manuel, un compañero ghanés y Manuel López Goce, “O Crispín”, en el “Albacora Uno”, con un buen ejemplar de atún.

25 de noviembre de 1981. Manuel López Goce,

“O Crispín”, en el “Albacora Uno” como contramaestre. Estuvo embarcado de 1980 a 1983.

1982. El “Albacora Uno”, en plena faena en el Océano Índico.

<<En este embarque en el “Albacora Uno”, 9 de diciembre de 2019 -explica el baionés “León”, vamos los blancos en clara inferioridad, quince contra veinticinco “morenos”, todos de nacionalidades distintas: Ghana, Senegal, Costa Verde… Los armadores no los quieren del mismo pais, pero van aumentando paulativamente la presencia de africanos en la flota española, evidentemente porque les pagan bastante menos y tienen peores condiciones laborales. Seguimos llevando tres hombres de Seguridad, aunque las agresiones de los piratas somalíes han disminuido notablemente, en parte por las precauciones extremas que se mantienen en los atuneros. >>

Sergio Leyenda Selegante, “León”, acaba de cumplir su primer año de contramaestre en el “Albacora Uno”. (Reportaje fotográfico de Javier JAC).

<< ¿Me preguntas por las relaciones familiares de los marineros “de altura” ? Tal vez sea lo más complicado de nuestra profesión. Demasiados meses de separación. En mi caso, tanto Begoña, mi esposa, como yo, debemos acostumbrarnos cada vez

a los radicales cambios de situación que sufrimos periodicamente: cuatro meses con ausencia total entre nosotros -salvo el móvil o las video-conferencias de ahora-, a pasar cuatro meses con una presencia mutua permanente. La vida del mar es muy dura, y depende en gran parte de los compañeros con los que compartas el trabajo, en especial el capitán, el patrón y el contramaestre. Tan sólo uno de éstos te puede amargar la campaña. Más de un marinero se ha cambiado de barco escapando del trato recibido por uno de los mandos. Espero tener suerte en esta nueva singladura de mi vida marinera. La sensación, de momento, es buena. >>