Linderos de esperanza pag

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ÍNDICE DE CONTENIDO Agradecimientos….….………………………………….... 04 Dedicatorias………………………………………………. 05 Prefacio…………………………………………………… 08 Prometeo y el montañista………………………………… 13 Detente, Juan, detente….…………………………………. 24

AGRADECIMIENTOS

El antojo…………………………………………………... 42 El misterio del antojo …………………………………….. 46 Hacia el Hospital Angelita………………………………... 49 Diáspora…………………………………………………... 54 La botija………………………………………………...… 66 El labriego y la ciguapa………………………………….... 78 El hípico…………………………………………………... 85 Trilogía quisqueyana……………………………………...93 Notas finales……………………………………………...115

A quien vierte su sangre en un madero transversal para crear la libertaria filosofía del amor, el más profundo, sublime y eficaz conocimiento; y aún, ni la maldad, la mentira y la muerte retienen su cuerpo en el pétreo sepulcral, al ser testimonio de la verdad, la vida y la eternidad: ¡Maranata!


Dedicatorias

A Dolores Antigua viuda Severino (Doña Lola), quien nutre mi alma en una doble porción de amor maternal; noble abuela burladora de la parca al regresar en cada amanecer a fortalecer mi ser, cual ángel protector y guía vivencial. “No hay nada nuevo bajo el sol.” Rey Salomón A Sofía Isabel Ramos B., un rayo de la divinidad, fulminando la oscuridad e impregnando mi alma de vivificante energía.

A Yudelca B. Cruz, mujer, madre, maestra y amorosa esposa.


PREFACIO Es trascendente, centenaria e inmensa, la tradición quisqueyana de cultivadores literarios; pero, nunca existen políticas de Estado para proyectar internacionalmente nuestros mejores escritores; mucho menos, establecer el sacramento social de la lectura en los altares del conocimiento en República Dominicana. El profesor Juan Bosch, considerado por Gabriel García Márquez, el gran maestro de la narrativa latinoamericana, no obtiene el premio nobel de literatura, entre otros aspectos, por soslayar el Estado Dominicano su trascendental impronta en el género cuento a nivel mundial. Por otra parte, más allá de toda duda razonable, Manuel del Cabral, ponderado por la crítica internacional especializada como uno de los máximos exponentes de las poesías metafísica y negroide en el orbe, creador de una extraordinaria versificación cimentada sobre la originalidad y la innovación tropológica, integrante exquisito del parnaso hispánico del siglo XX; sólo debemos analizar el libro “Los Huéspedes Secretos” para comprobar lo sustentado aquí. Qué reseñar del inmenso humanista de América, Don Pedro Henríquez Ureña, su código genético es la literatura; su vida, la magna consagración al culto a las bellas letras durante la primera mitad del siglo XX.

Para el pueblo dominicano, lamentablemente, los premios nobel se entregan en vida; y, casi, todos los mejores escritores quisqueyanos descansan en el parnaso. Por consiguiente, debemos formularnos como colectividad la siguiente pregunta: ¿qué hacer para recibir el premio nobel de literatura? Primeramente, los conglomerados humanos, deben imponerse metas para transitar en las vías evolutivas del pensamiento. Los dirigentes están obligados a encender la antorcha social, iluminando la mentalidad ciudadana hacia el sendero correcto y alcanzar los objetivos colectivos. Para obtener un premio nobel de literatura, República Dominicana, debe asumir la voluntad estatal para promover sus talentos mejor posicionados en la actualidad; de forma principal, traducir e imprimir sus obras al inglés, francés y sueco, posteriormente, socializarlas en otros idiomas, según la disponibilidad de recursos financieros. En ese tenor, abrir portales electrónicos en la mayor cantidad de lenguas, donde puedan ser leídos y analizados estos escritores. Cada agregado cultural de una embajada dominicana, debe ser un activista literario de la dominicanidad; realizando tertulias, conferencias, seminarios y otros foros afines; participar activamente en las ferias de libros de los países donde están acreditados. Las personas dominicanas amantes de la literatura, pueden abrir portales electrónicos en las diferentes plataformas virtuales para divulgar particularmente las obras de autores y autoras coterráneos; en ese tenor, regalar ejemplares de estos libros a familiares, amistades y relacionados en el extranjero.


Por ejemplo, un sacerdote quisqueyano, nacido en 1966, Fausto Antonio Leonardo Henríquez, por su obra literaria “Gemidos del siervo herido”, obtuvo en el año 2009, el Premio Mundial de Poesía Mística, galardón patrocinado por el Vaticano. El Estado Dominicano, debe traducir e imprimir este poemario en los idiomas antes señalados, difundiéndolo a nivel mundial en las revistas y páginas literarias convencionales de Europa y América; también, a través de portales electrónicos. En Quisqueya, existe una cantera inagotable de materia prima, de la cual se extraen sutiles versos y encantadoras novelas. Un escritor consagrado, es Marcio Veloz Maggiolo, durante cincuenta años, nos brinda sus personajes, cada uno deja su olor y palpitar existencial en las páginas de sus libros. Sus aportes al acervo literario están traducidos a varios idiomas, sus escritos son muy preciados y motivo de análisis. La magistral novela “En el tiempo de las mariposas”, de la escritora dominicana Julia Álvarez, por la temática relativa a la historia reciente de nuestra media ínsula, es una obra literaria que debe ser impresa a gran escala por el Estado Dominicano para ser analizada en las aulas quisqueyanas y divulgada por los agregados culturales en todos los países donde la nación tenga presencia diplomática o consular. El Ministerio de Cultura de República Dominicana, tiene la obligación moral de ponderar la trascendencia y consistencia de las obras de dos o tres autores criollos para desarrollar una estrategia de difusión literaria en todas las vías y medios posibles. Sin lugar a dudas, Veloz Maggiolo y Julia Álvarez, estarán en ese selecto listado.

En unos, la falta de visión, conocimiento y voluntad política sobre la realidad literaria de nuestros escritores; y en otros, el egocentrismo, frustran los legítimos derechos de grandes glorias de las letras quisqueyanas para alcanzar el preciado galardón emitido por la academia sueca. Risos de luminosa realidad son movidos desde la inmortalidad donde descansan las grandes glorias de las letras quisqueyanas; y aún, persiste una deslumbrante quimera iluminando la dominicanidad: ¡Ver coronada la literatura criolla por el galardón del premio nobel!


PROMETEO Y EL MONTAÑISTA __ ¿A quién elegiremos para resguardar el divino fuego del conocimiento que nos hace superior a todos los seres del universo, estando facultados a ser dioses y gobernar los mortales a nuestros deseos?__; en sublime asamblea sobre el Monte Olimpo, esto inquieren Zeus y las principales deidades. Después de mucho analizar la elección, Zeus, señaló, __Prometeo, es el titán más adecuado, por ser leal y de voluntad inquebrantable__. Todos los demás dioses ratifican esta afirmación.

“Hombre soy, nada humano me es ajeno.” Publio Terencio

A Minerva, diosa del conocimiento, la comisionan para citar a Prometeo. La bella deidad transita velozmente sobre las alas del viento y en un breve instante llegó donde el titán elegido, notificándole que Zeus, inmediatamente, lo requiere ante la divina asamblea del Monte Olimpo. Cuando la autoridad llama, se debe responder en el acto, a menos que se nos conceda plazo. En forma temerosa y respetuosa advino el elegido ante el concilio, identificándose, __Yo, soy Prometeo, titán por mandato de Zeus, presto a cumplir diligentemente tus designios en las eternidades, hago presencia ante la majestuosa Corte del Monte Olimpo, presidida por el padre de todos los dioses y compuesta por omnipresentes, omnisapientes y plenipotenciarias divinidades.


__Titán Prometeo, eres elegido por la fidelidad a nosotros, en el caro encargo de ser guardián del conocimiento, fuente reservada a los dioses y otras deidades, haciéndonos superior a toda criatura. Si, alguna vez, dejas a los humanos o cualquier otro ente viviente, acercarse a la divina llama de la cognición, traicionarás este mandato y serás condenado eternamente al más cruel de los suplicios. Zeus, sigue ampliando su mandato expreso, _ Además, sin mi autorización, no permitirás a ningún dios o titán, permanecer al lado de la sacra y sublime tea de las inteligencias racional y emocional; la cual decodifica los misterios o arcanos de la vida. Hasta, usted, debe mantenerse a prudente distancia. Puede retirarse__. Así concluyó Zeus. Prometeo, ganó la confianza del padre de los dioses, al ser elegido guardián del fuego divino del conocimiento. Ahora, es envidiado por todas las divinidades, quienes rápidamente empiezan a conspirar; esperan, el excelso Zeus, lo destrone de su digna posición. El titán no daba importancia a las intrigas, tiene más de una eternidad para verificar el cansancio de las voces agoreras de sus adversarios. La sublime llama de la cognición es custodiada celosamente por su guardián, dando cumplimiento fiel a la palabra ordenada por Zeus. Muchas divinidades se acercan y tratan de sobornarlo para aumentar sus conocimientos, emulando al padre de las deidades.

Prometeo, percatado de la monótona existencia deífica, tiempo en demasía y pocas cosas para hacer, todo se circunscribe a repetir aburridas rutinas; comprueba que los dioses no duermen, ni ingieren alimentos, jamás agrandan su progenie; sólo Dionisio, a veces, degusta algunos tragos de vino. Sí, invierten una eternidad en chismes y conjeturas, degradándoles a la irracionalidad. Prometeo, compara la vida de los humanos, la considera más hermosa y trascendente a la existencia de los dioses; aunque, son simples mortales excluidos de la tea del conocimiento. En la corte divina de Zeus, hay envidia y traición sobreabundante; precaria sensibilidad hacia las demás criaturas de la creación. Las deidades existen en el limbo de su rancia nobleza; cualquier pequeña obra o acción la magnifican, todo está hecho y les queda una aburrida eternidad. El políglota y noble Prometeo, se compadece de la pobreza material del género humano, están faltos de alimentos, vestidos y herramientas para defenderse de las bestias salvajes; sus hogares son rústicas cavernas temporales y su existencia muy miserable. Pero, le agrada la unidad societaria de los entes vivientes denominados hombres y mujeres, fundamentada en la familia, el amor y la solidaridad, estos valores los hacen entregar la vida en una cacería, así el grupo lleva un trozo de carne a la comunidad para sobrevivir. La existencia de Prometeo es monótona, igual a los demás dioses; el titán analiza seriamente ser mortal, enamorar a una mujer y conformar una familia; pero, siendo guardián de la divina tea de la cognición, no tiene derecho a tales cosas. No hay gloria en una eternidad protegiendo el conocimiento, sin acceder al mismo, aún si lo anhelan. Como aquellos vigilantes en las universidades, pasan día y noche cuidándolas; en tal condición discurre su vida, pero casi nunca pueden superarse intelectualmente.


El tiempo se hace muy tedioso, cuando nos envolvemos en la telaraña gigante de la envidia y el chisme; degradante hasta de las divinidades. Pasando los siglos, se acrecienta la sensibilidad del titán hacia la humanidad; un día, llamó a las personas y les entregó la divina llama del conocimiento. Los hombres y mujeres se transforman en seres inteligentes, liberados de las crueles cadenas de la ignorancia, que convierte al género humano en bestias de carga. Zeus, de aspecto iracundo y derrotado, pregunta, __ ¡Prometeo! ¿Qué hiciste? El sacro templo donde descansaba la divina tea de la cognición está profanado. ¿Qué seres impuros raptaron el conocimiento? ¡Acaso, eres cómplice de esta tragedia! __ Gran dios Zeus, por la falta de la luz del conocimiento, la miseria devora a los humanos. Contemplé a las deidades, sin darles ninguna utilidad a la divina tea de la cognición y decidí entregarla al género humano__, contesta cabizbajo el titán Prometeo. __No sabes, las consecuencias de tu actuación, nos quitas el conocimiento, la majestad, la gloria para dirigir a los humanos y entender el universo. La inteligencia se entrega a alguien; y luego, no se le puede despojar. Por tanto, convertiste a todos los mortales en dioses. Jamás, serán seres sumisos y obedientes, tampoco nos adorarán, ya tienen la cognición. La farsa divinidad está develada, sobre la ignorancia se erigía nuestro poder. Si las herramientas hablantes tienen sabiduría, pierden sus temores y someten sus pasiones, nos gobernarán; pues, serán poderosos, sobrepasando a todas las divinidades del Monte Olimpo__, en forma irritada y llorosa, aduce Zeus. __ ¡Dijiste a los humanos el gran secreto del poder! ¿Cómo se someten los temores y pasiones ?__, inquirió Zeus, a Prometeo.

__No, gran dios. Mis conocimientos no son tan profundos, soy un simple titán de mucha fuerza muscular y elemental razonamiento__. Prometeo conoce la forma para permitir a los humanos conquistar sus temores y pasiones, pero no conviene manifestarlo a Zeus.

__ Eternamente, eres condenado a vivir amarrado por fuertes cadenas, una arpía en la noche te desgarre el hígado; posteriormente, durante el día, empezarás un penoso proceso de recuperación y luego en cada nocturnidad volverá a herirte. Nadie de los nuestros irá en socorro; esto así, por desobedecer la orden de custodiar la tea del conocimiento. Cualquier ser viviente que te visite, morirá__, así sentencia Zeus. __Comprendo mi falta ante el deber, condéname a ser humano e inmediatamente morir en paz; en vez, de sufrir por una eternidad, te lo imploro gran Zeus__, solicita Prometeo.

__ ¡Oh!, quieres ser humano para seguir conspirando y convertirte en un ser superior a nosotros. Déjame cumplir el deber de administrar justicia sobre tus nefastos hechos, desobedeciste la responsabilidad de guardar la tea del conocimiento. Esta es la sentencia, y así será, por toda la eternidad__, ordena Zeus. Suplica Prometeo, __ Gran Zeus, entonces, conviérteme en un ser irracional; aunque sea, para tener la esperanza de la muerte. La petición de Prometeo fue denegada. El triste condenado, es encadenado en elevado acantilado y empieza la primera noche de suplicio. La arpía, ser de rostro femíneo, cuerpo de ave rapiñadora y largas garras, lacera su vientre y destroza a picotadas su hígado, desde


el atardecer hasta el amanecer, cuando casi se desmaya. Entonces, los rayos del sol fortalecen su cuerpo y misteriosamente las heridas cicatrizan. Han pasado milenios y Prometeo sigue encadenado, ninguno de los falsos dioses lo visitan, el sitio es inaccesible; los humanos no conocen el lugar de su detención y mucho menos su inmensa proeza. Por azar de la vida, un montañista, se propone llegar a aquel sombrío acantilado; los antiguos marineros dicen que allá está el nido de la novia de Lucifer, donde un ave extrañísima llega bajo el crepúsculo vesperal y se despide al rayar el alba. Siempre se escuchan gritos terroríficos a miles de metros en todo derredor. El escalador no concede crédito a los cuentos de marineros y empieza su ascenso al acantilado; luego, de cinco horas, llega a la cúspide. A distancia de la vista humana, pudo observar una gigante figura antropomorfa de pétrea musculatura, sus extremidades sujetas por inmensas cadenas. Se acerca sigiloso y contempla la herida en su vientre, la cual cicatriza misteriosamente. La cabeza de Prometeo, atraída por la gravedad, descansa sobre su pecho; abre los ojos y dos grandes faros oculares reflejan la luz del sol.

cognitiva a la humanidad para ser inteligente y prosperar. Todos los hombres y mujeres disfrutar de alimentos, vestimentas, techos, entre otras cosas; por eso, padezco este suplicio, durante miles de años, no tengo comunicación con la gente; y es mejor, porque todo ser biosíquicosocial al acercarse, morirá irremisiblemente__, relata el titán. Prometeo, en plácida conversación, argumenta y pregunta, _ Por el cielo cruzan grandes pájaros metálicos, dejando una estela de humo; e inmensas casas navegan en la mar. Los niveles de superación del género humano son ostensibles; ya no mantienen una vida miserable. La luz de la sabiduría se generaliza y los libra de la pobreza. Siguen siendo solidarios, recuerdo a muchos, ofrendar sus vidas en las patas de los búfalos; así, la comunidad comía una ración de bravos bisontes.

En forma lacónica, contesta, el alpinista, __ Nadie__. El escalador verifica que se trata de un ser sorprendente, __ ¿Quién y por qué te encadenan ?__, inquiere el atleta.

El montañista responde, __La sociedad cambió mucho en los últimos milenios. Ahora, impera el individualismo y la gente no es solidaria. Cuatro hechos son trascendentes en la historia de la humanidad. En Grecia, Clístenes inventa la democracia, en pro de la dignificación del género humano; el excelso maestro Jesucristo, crucificado en transversal madero crea la ideología del amor, esta sobrepasa todo entendimiento humano y te puede librar de esas cadenas; el navegante Cristóbal Colón, estableció la ruta a nuevos territorios, llamado el Continente Americano; y por último, sacos de partículas biosíquicas, autodenominadas personas humanas, visitaron La Luna y pretenden llegar al Planeta Marte.

__Mi historia es larga, soy Prometeo, otrora titán y guardián del divino fuego del conocimiento, me compadecí de la desdicha en las personas, desobedecí el mandato de Zeus y entregué la llama

Continúa, _Esos pájaros metálicos surcando los cielos; y las casas andando en la mar son aviones y barcos fabricados por el trabajo colectivo. Tristemente, te digo, el género humano sigue abrumado

__ ¿Quién te ha enviado?__, pausadamente pregunta Prometeo.


en la miseria. He viajado a todo el mundo, hay lugares, donde las personas viven peor, a tres mil años atrás, porque hasta la madre naturaleza, se niega a parir frutos, tal, algunos lugares del Continente Africano. _Existen naciones apartadas de la luz del conocimiento y el desarrollo. Inclusive, despectivamente, a algunos países de América, los llaman repúblicas bananeras__, prosigue. Persiste el diálogo, _Una de ellas, únicamente, inventó el agua en fundita, el chasis de la camioneta marca Roka y exporta muchos peloteros. ¿Cómo pueden progresar, si casi todas carecen de energía eléctrica, indispensable en la producción de riquezas? _No obstante, a todos los valladares de la vida, vale la pena ser humano. Tener conciencia de nuestra existencia y sentir el dolor del prójimo, estos dos estados de conocimiento racional y emocional, nos conceden la humanidad__, razona el montañista. Entristece, la mirada de Prometeo, __Parece que mi suplicio es inútil, miles de años encadenado aquí; entregué la luz de la cognición a la humanidad, los dioses tenían la tea del conocimiento secuestrado y estaba prohibido a los humildes mortales; ahora, los hombres ocultan la ciencia para esclavizar a otras tribus. Esta es mi mayor desdicha. Explícame, inquiere Prometeo, __ ¿Qué invento es el agua en fundita?, tengo tanto tiempo encadenado, ya no entiendo muchas cosas en la actualidad. El alpinista contesta, __Por la contaminación de los ríos, gran parte de la humanidad no ingiere agua potable; venden el líquido en pequeñas funditas, ese es, el invento para comerciar el fluido vital. El titán argumenta, __En relación a la falta de abastecimiento eléctrico, la madre natura dota a la humanidad de recursos inmensurables. El sol y la mar son fuentes constantes de masa térmica.

Por consiguiente, en la costa marina, deben construir estanques resistentes, preferiblemente de grafito, concreto reforzado o alguna aleación resistente, en forma cilíndrica, de cincuenta metros y una altitud de un quinto o las proyecciones prácticas requeridas. El tope cubierto en cristales y sobre ellos reflectores Scheffler, concentradores de rayos heliacales, generadores de ebullición acuífera, creando la fuerza destinada a transformar el movimiento mecánico en energía eléctrica. Además, del vapor hídrico, se puede extraer hidrógeno puro, mediante procesos de hidrólisis; y el líquido indispensable de la vida, mediante electrólisis. _Esta innovación en la producción de energía eléctrica, ayudará grandemente al desarrollo de la humanidad_, comenta el alpinista. Aduce el montañista, _Jesucristo, ayudará a librarte de las cadenas; sólo, ten fe en ese nombre, el cual es sobretodo nombre. Contesta el titán, __Retírate, asumes un inminente peligro. Es mandato de Zeus, que todo ser viviente al visitarme, inexorablemente muera, nadie puede librarme de este suplicio. Tengo fuerza muscular superior a miles de hombres y no alcanzan para sustraerme de estas cadenas. Aquí seguiré, atado con mi rostro al sol; aunque, unos me condenen eternamente; y otros, no agradezcan mi esfuerzo. Estoy convencido de actuar justamente, soy libre ante el supremo tribunal de mi conciencia. Márchate, desciende cuidadosamente de este acantilado; la tarde avanza, el crepúsculo vesperal trae consigo mi dolor. No veas la cruel consumación de mi sentencia y pierdas la vida por mí. Tu visitación me deja una inmensa desdicha, añadida a mi sufrimiento, al saber de la irracionalidad humana, de no compartir el conocimiento. Enseñas a las personas a razonar y no ser dirigidas como herramientas hablantes; únicamente, el amor conquista las pasiones y temores.


El titán insiste, _Así, los entes biosíquicosocial, obra máxima de la creación, deben convertirse en seres conscientes de luz. Nunca quieran ser dioses, ni animales, sean ustedes mismos, personas rindiendo culto al más superior de todos los conocimientos: el amor. Jamás, se consideren ángeles, porque surgirá en su alma un profundo sentimiento de culpa; pero, mucho menos, demonios; pues, la raíz de amargura no los dejará vivir. Aprendan a disfrutar la estadía en La Tierra, cual humildes mortales sometidos a las limitaciones propias de su especie. Mi mayor dicha, hubiese sido pertenecer al linaje de la humanidad; no obstante, fuese por un instante. Simplemente, existo entre el dolor y el olvido. El visitante del titán, camina y empieza a dejar tierra de por medio, cuando escucha el ventarrón de la voz de Prometeo, inquirir, __ ¿De dónde eres? El montañista pretende volver al encuentro del titán; entonces, comenta, __ Soy de una tribu donde el pueblo a veces come…; luego, bebe agua en fundita y el buen servicio eléctrico, es una deficiente quimera. __ ¿En qué continente vive esa pobre tribu?__, averigua el titán. Pero, mientras formula la indagación, observa el advenimiento del ave infernal. Muy agitado ordena al alpinista, __ ¡Retírate, corre!, ¡Ahí viene la arpía, tu vida está en peligro! El montañista tiene la respuesta a flor de labios, pero mira al horizonte y contempla algo aterrador; solo clamó: ¡Jesucristo! En ese instante, su fe, activa su cuerpo espiritual; ahora, su visión es capaz de percibir los movimientos, a una velocidad de dos mil millones ochocientos cincuenta y seis mil seiscientos sesenta y siete kilómetros por segundo; y ve una energía extraña, desplazándose a un tercio, de la velocidad anterior.

La sangre concentrada en las extremidades inferiores del montañista, activa el instinto de supervivencia, sale huyendo; al asustado, se le olvidan las cosas, toda la capacidad intelectiva y espiritual queda desactivada, ya no recuerda su nombre, ni lugar de origen, su reacción está concentrada en descender del acantilado; y su fe en Jesucristo, yace relegada por el pavor. En un tiempo imperceptible para su conciencia racional, querubines dirigen a legiones de ángeles de batalla, ya anticipados a su socorro. Pero, el miedo y la penumbra de la noche arropan su ser. Mientras, los gritos de Prometeo martillan sus oídos. Milagrosamente, llega a la playa, aborda el bote y se hace a la mar; a lo lejos escucha el último gemido del titán. El montañista, temeroso, conduce un bote de dos poderosos motores fuera de borda. Sus pensamientos están centrados en la arpía, si aquella ave mefistofélica lo persigue para acometer el designio de la muerte contra su persona, ¿por qué lado del navío atacará?, se imagina, morir atravesado por fuertes garras, este cuadro sobrecogía su alma; recuerda a Prometeo manifestar, a quien lo visite, también queda condenado a la parca. El alpinista tiene encendida una poderosa linterna, sus ojos parecen dos faroles desorbitados. A toda marcha, recorrió unos ochenta kilómetros, separando al islote de tierra firme; arribó a la playa, no atinó a amarrar la lancha. Empezó a correr tierra adentro en un trillo hasta encontrar una casa, donde pidió socorro. Le abren la puerta, exhausto cae en el suelo, sólo pudo exclamar, __ ¡Por un chin me agarra la ‘aipía’!__. Entonces, se desmaya, ya está a salvo; por lo menos, ¡eso parece!


¡DETENTE, JUAN, DETENTE…! El palacio de justicia se encuentra en la llanura costera del suroeste primario; allí, la carretera interprovincial conforma una curva diestra, casi frente a la pequeña, solitaria y deforestada montaña, de unos diez metros de altitud sobre el nivel de la vía pública. El sol matinal arrecia, no hay viento y la calidez del verano se concentra entre las edificaciones de concreto. En ese momento, el reloj marca la novena hora. La gendarmería vestida de gris, armada de escopetas y revólveres, llevan a los arrestados ante el juez, quien analizará sus procesos penales en solemnes audiencias. Todos los asientos del tribunal están ocupados por los parroquianos, muchas personas permanecen sobre sus extremidades inferiores; se escuchan los murmullos y se siente sofocante calor. Abordan el estrado; primeramente, la secretaria y el alguacil; luego, el fiscal, cada uno, vestido de conformidad a la ley. Algunos minutos después, se escucha la voz del ujier, __Silencio, todos de pies__. Inmediatamente, los ciudadanos tomaron posición firme. Así estuvieron hasta el juez manifestar, __Buenos días, pueden sentarse. Damos apertura a los procesos en materia criminal para este día__. Y enseguida ordena, __Ministerial, proceda a llamar conforme al rol__. Cumpliendo el mandato y protocolo judicial, oyen la proclama del oficial público, __…hoy, día… del año 1997, quedan abiertas las audiencias en material criminal del juzgado de primera instancia de este distrito judicial, preside el honorable magistrado…, beepers apagados.

Los justiciables y sus prontuarios de acusaciones criminales, varían desde robo agravado, asesinato, violación sexual, drogas, entre otros ilícitos penales. Múltiples audiencias sobre diferentes pretensiones represivas son aplazadas para regular las notificaciones y en cumplimiento de otras disposiciones procesales. Con estilo de pregonero, se escucha nuevamente la voz del alguacil, __ Audiencia número seis; acusado, Juan Currutaco. Agraviada…__. Simultáneamente, el abogado defensor, debidamente togado, sube al lado izquierdo del estrado. Entonces, el juzgador inquiriere a la parte acusadora, __ Magistrado fiscal, está en disposición para conocer el juicio__. El ministerio público, aduce, __Su señoría, estamos listos para ventilar el fondo del presente proceso. __Abogado de la defensa, algún pedimento antes de avocarnos a conocer el fondo de la acusación__, pregunta el magistrado. __Ninguno, honorable juez__, en forma lacónica contesta el jurista. __Acusado, ponga atención a la lectura de la acusación en su contra, en virtud de la providencia calificativa que lo envía a este tribunal criminal__, así ordena el magistrado juez. La secretaria empieza a leer el instrumento jurisdiccional, __En nombre de la República... Nosotros, magistrado juez de instrucción del juzgado de primera instancia de este distrito judicial, luego de realizar las pesquisas en el proceso seguido a Juan Currutaco; resguardado el voto de la ley, consignado en la constitución política del Estado y el código de procedimiento criminal, hemos encontrado indicios serios, graves y concordantes que


comprometen su responsabilidad penal en el crimen de violación sexual contra una niña de siete años. Vistos los medios de pruebas legales para sustentar esta decisión; el justiciable, es enviado por ante el tribunal criminal, a ser juzgado en un juicio, conforme a derecho, por el hecho imputado__. Terminada la lectura del auto judicial, el juzgador manifiesta al justiciable, __He ahí, la acusación en su contra, tendrá la oportunidad de defenderse. __Magistrado fiscal, tiene la palabra para sustentar la acusación y concluir al fondo__, comunica el juez. El fiscal extrae un pañuelo, seca el sudor del rostro y empieza su retórica acusadora, __Honorable juez, el acusado Juan Currutaco, es un hombre empalmando seis décadas sobre sus sienes, parece a simple vista, un ser afable y bueno; pero, es la personificación del peligro público, quien atenta contra la ley, la moral y las buenas costumbres. Cometió un hecho ultrajante a toda la comunidad; pues, fue capaz de violar sexualmente a una niña de siete años, hija de su compadre; ni por el sacramento detuvo esta acción criminal. El justiciable no controla sus bajas pasiones, su deseo sexual desbordado lo convierte en un ente dañino y sin misericordia, no retiene su ímpetu delante del llanto de una criatura adolorida por la desfloración del himen; le produjo una hemorragia y puso en peligro inminente la vida de la agraviada. Como medios legales probatorios, aportamos a este plenario, la experticia médico legal, certificante de este ilícito penal; también, el informe sicológico realizado en el Consejo Nacional de la Niñez; como acción procesal de la víctima, presentamos la querella y constitución en acción civil de la madre y el padre. Mientras, el fiscal formula la acusación; la madre de la niña, llora desconsoladamente. Esto conlleva al juez, a ordenar un receso de media hora, hasta la progenitora dejar el estado histérico y retomara la moderación.

Transcurrido, el tiempo ordenado; cual ametrallador de la ciudad francesa de Lyón o director de un pelotón de fusilamiento físico y moral, el fiscal arremete con nuevos ánimos contra Juan Currutaco, solicitando al juez en sus conclusiones, la condena del justiciable a veinte años de prisión. El encartado escuchó la petición de sanción penal sentado en el banquillo de los acusados. El esplendor de la justicia queda deslucido, parte de los vasos capilares de los ojos de Juan Currutaco, quedan roto por la alta presión arterial producto del calor infernal, la humillación del fiscal y la impotencia. Sus lágrimas, ya no son cristalinas, llevan las penas de las tristes y enrojecidas nubes del atardecer, sus pupilas son arreboles tiñendo el cielo. Su alma presiente el tenebroso manto de la oscuridad nocturnal, sin un halo de luz. __Abogado, tiene la palabra para sus medios de defensa contra la acusación y concluir al fondo__, escuetamente, dice el juez. El letrado defensor de Juan Currutaco, forja una defensa apoteósica de la honestidad del justiciable. Ataca los medios de pruebas de la acusación; sobretodo, la falta de rigor científico de la experticia sicológica y los altos niveles de sugestión en una niña de siete años. Manifiesta, que ningún testigo es aportado al tribunal para probar la culpabilidad en el crimen de violación sexual; únicamente, la declaración infantil contenida en el informe sicológico. Expone, _ Como dijo el justiciable en la jurisdicción de instrucción, el compadre quería llegar a un acuerdo sobre el caso y requirió dos yuntas de bueyes y doscientas tareas de tierras, por el supuesto daño causado a la hija. Y no cedió, pues, sería aceptar su culpabilidad en un hecho no cometido _. El letrado suda copiosamente, parece derretirse, cual vela dando la luz del conocimiento jurídico. Pero, quizás su luminaria no logre despejar el espesor en la oscuridad de la injusticia.


Continua la proverbial defensa, __El proceso está viciado, el juez de instrucción al emitir el auto de providencia calificativa, no investigó el caso. La niña acudió a la capital, acompañada de su madre, bajo el requerimiento de ser evaluada sicológicamente en el Consejo Nacional de la Niñez. En la experticia, no determinaron los posibles niveles de sugestión en la infanta; tampoco, realizaron una limpieza mental, siendo necesario el internamiento en una agradable comunidad infantil donde haya juegos, payasos y entretenimiento absoluto, para borrar las imágenes prefijadas o sugeridas en su siquis; sin la más mínima influencia de sus padres, familiares, tutores o personas allegadas. Facilitando prendas de vestir y otros accesorios para despojarla de la vestimenta, zapatos, anillos, aretes y cualquier cosa recordatoria de su entorno, para impedir el quehacer sicoprofiláctico. Contrarrestando, así, las figuras, ideas propuestas o montajes de proyecciones mentales diferentes a la realidad objetiva. El primer período de la vida humana, es tan sugestionable, hasta observar los calzados regalados por alguien, esta simple representación, vuelve a la conciencia, apuntala el nivel de dependencia y conexión a la versión aconsejada, y ese recuerdo no permite la afloración de la objetividad. El examen no menciona las técnicas empleadas y qué factor mide cada prueba sicológica, implicando falta de rigor científico en el mismo. Brevemente, se despoja del birrete para secar el sudor por toda su cabeza y rostro; entonces, prosigue el discurso, __ La verdad de los infantes no corresponde a la realidad; porque la niñez no tiene un razonamiento inductivo o deductivo, permitiendo llegar a una conclusión lógica. Los niños no hablan mentira, como consecuencia de una perversión del alma; únicamente, tergiversan los hechos, por el bajo nivel de desarrollo de la conciencia, esto no permite su discernimiento entre el bien y el mal, verdadero y falso, real y ficticio. La razón de la infancia, es la sinrazón de la transducción; la cual permite cambiar la realidad material de las cosas, por la verdad sujetiva, a partir de una mínima capacidad valorativa.

El letrado lleva adelante su discurso forense, __La candidez de las palabras de una niña; aunque, no convenzan la razón del adulto, terminan por seducir la subjetividad de las fibras del alma. Debemos atarnos al fuerte mástil del raciocinio, para no ser abatidos por el encanto de la niñez. La verdad objetiva, debe guiar el velero de la justicia; jamás, la transducción de un ser, que está más allá del bien y el mal, lo justo e injusto, lo real o falso. El abogado defensor de Juan Currutaco, sobre acertados conocimientos en sicología jurídica esboza su tesis del caso, __El pensamiento es una megametáfora, facilitadora de la comprensión del universo. Los niños y dementes crean su cosmos, a partir de su fascinante lenguaje tropológico, de símbolos diferentes a los parámetros establecidos. Allí, en su mundo, es verdadero y real, todo lo circunscrito a la nueva valoración de las cosas. Para entender la traslación del sentido de sus ideas, debemos deshacer el estereotipo social de los adultos, aceptado como realidad. __La niñez y los enajenados, estructuran sus pensamientos, más o menos, de la misma manera, van más allá, de la objetividad social aceptada para establecer su razón de las cosas, aunque a los adultos nos parece una sinrazón. Quizás un trozo de madera, lo simbolicen como un caballo, esa es la formalidad conceptual otorgada al pedazo de palo. Los infantes, como las personas al padecer trastornos síquicos, no hablan mentiras; simplemente, viven en una contrariedad a la praxis diaria, en su ilusoria realidad mental. Para tipificar la falacia, se debe tener conciencia y la intención de dañar, situación no conjugada en ambos casos. Por eso, las aseveraciones de los párvulos; y quienes están afectados de desórdenes del alma, no son pasibles de ser perseguidos por perjurio; mucho menos, su testimonio, como único medio probatorio vinculante, debe servir para condenar a una persona; pues, resulta absurdo y caprichoso, de conformidad a los tratadistas de la sicología y lógica jurídicas; sólo utilizando los métodos inductivo y deductivo del razonamiento científico podemos apercibirnos de los hechos para probar el plano fáctico. Como forma del raciocinio, la transducción se fundamenta en la incoherencia de sus proposiciones. Está muy por debajo de


la intuición, siendo un conjunto de ideas imaginadas al margen de toda demostración, pero acoge un planteamiento configurado gramaticalmente, que ni remotamente puede ser verificado__, sigue postulando el jurista. En un acto de solidaridad con Juan Currutaco; un matrimonio se apersona a la sala de audiencias, compuesto por un viejo agricultor y una noble comadrona, quienes son vecinos del justiciable. En la cavidad bucal del labrador hacen falta, los jardineros centrales de los maxilares, esto impide retener el aire al charlar, e inconscientemente, brotan en demasía eses apicales, aquellas pronunciadas por la punta de la lengua; aunque, era bien trigueño, al hablar parecía un español. Comenta, en susurros a su pareja, __ Cucusa, no sé ‘nadas’ de estos asuntos judiciales, ‘peros’ este ‘abogados’ sazona bien las palabras y ‘hablas bonitos’. Contesta la interlocutora, __ ¡Viejo, el abogado habla fino y bonito como tú, esa es la purita verdad! El abogado de Currutaco, motiva su disertación, __Toda arbitrariedad y entuerto disfrazado de justicia, como el caso que nos ocupa, debe quedar deshecho ante el análisis de un juez honesto. Porque, los sentenciadores de lo justo, conforme a la moral cristiana y el ordenamiento legal; se deben al bien jurídico tutelado por el imperio de la ley, la valoración de las pruebas y al supremo tribunal de su conciencia, permitiéndoles encontrar la nobleza trascendental para discernir entre culpabilidad y absolución; tal, la forma del accionar jurisdiccional de un prudente magistrado. Saca un libro en apoyo de su discurso, lee brevemente una frase y continúa su defensa, __No se ha probado ante este tribunal, la acción y participación de mi defendido, como motivo eficaz y necesario, para cometer este hecho criminoso. La relación causa y efecto, no se puede establecer; porque nada lo incrimina en forma concluyente; ventilamos una acusación de múltiples bifurcaciones en un inmenso laberinto de dudas. La prueba es la plenitud demostrativa de la realidad objetiva, el puente luminoso para transitar hacia la

verdad. Muchas veces, las investigaciones no llegan a reflejar el espíritu de la justicia, por el valor incierto de las premisas, el método investigativo errado, las precariedades materiales y morales para obtener las evidencias. Los elementos de la verdad, tienen su fundamento en la lógica, esto implica demostración y claridad; así como, en la templanza, la cual impele al ser a caminar por los senderos de la razón y la rectitud moral. Mientras habla, siempre tiene diferentes libros en sus manos, cual guerrero experimentado, defendiendo una noble causa con sus mejores armas, __No causar daño injustamente, es el mayor logro mostrado por un juez prudente. De no ser así, a consecuencia del caos judicial, las acciones jurisdiccionales se convierten en irracionalidades destructoras de lo justo y las instituciones democráticas. Máxime, cuando se trata de salvaguardar el debido proceso y el Estado constitucional y democrático de derecho, sin el cual, es imposible una sana administración de justicia para buscar el respeto del sagrado derecho a la libertad, tal, el proceso en cuestión. El letrado, siempre pretende despertar en la autoridad niveles elevados de la conciencia del deber de lo justo, __Esperamos, prudente juez, haga decantar su saber en términos de la verdad, sustentando su decisión en la ponderación lógica de la ley y el análisis fáctico, mediante la rigurosidad probatoria del método de interpretación científico. Las actuaciones jurisdiccionales de un juzgador, deben ser conforme al derecho y la justicia; convirtiéndolo en un abanderado de la honestidad, trascendiendo las epiqueyas, absurdas y antojadizas conjeturas de la ley, adaptadas del análisis exegético. Enarbola la defensa, _Las decisiones sabias, lo justifican todo. El accionar esclarecedor de los jueces debe estar ahí, igual al sol; si lo juzgan las personas prudentes y con conocimiento de causa, habrán de concluir, declarando sus luces, más trascendentes a sus sombras; y las tinieblas de las injusticias, tiemblan ante su intensidad, templanza y fortaleza. Las sentencias irradiarán justicia, dejando en sosiego el alma del juez e iluminando a la sociedad para transitar


por senderos bañados de una refulgente paz. Razona el jurista, __Una desinformación, aunque bien intencionada, puede desatar un torbellino social de proporciones inimaginables; porque destruye los patrimonios más sublimes de toda persona o conglomerado humano: la paz y la honestidad. ¡Qué gloria tiene pretender la destrucción espiritual de un ciudadano sobre opiniones de una situación no investigada! Aún, tengan, el noble designio de ayudar a la implantación de lo justo, son subyugados por una deuda por daños morales; la imprudencia cometida, los condena en el supremo tribunal de su conciencia y convierten la vida en miserable, pues nadie consigue la felicidad en un ámbito injusto. Pero, es peor, cuando los jueces se dejan abrumar por comentarios de ciudadanos, en principio, bien determinadas por el noble ideal de la justicia, sus exponentes no conocen el derecho material penal, ni las prerrogativas formales represivas; por tanto, no pueden profundizar en el tema, sus juicios son superficiales e insustanciales, y por lo regular, no corresponden a la verdad jurídica. Matiza el jurista, _ Al acaecer el suceso, en forma reiterativa, los medios de comunicación provincial se pronunciaron sobre la culpabilidad de Juan Currutaco. Otras personas en la comunidad, conocen la honestidad del acusado, dominan la materia jurídica y el hecho criminoso; pero, pretenden confabularse a los moralistas de techos de cristal. Prefieren tomar el hacha para derribar al roble que no se cimbrea al azote de sus vientos malhechores. Así, se hacen graciosos ante el pueblo, a ese grupo de presión, no le importa la verdad; sino, tener vigencia en la sociedad y controlar algunos estamentos del poder. Los grupos de hiperactividad social y los poderes fácticos, siempre han existido en todas las comarcas y naciones; normalmente, contribuyen a las mayores injusticias. En todo tiempo y lugar, reclaman una actividad jurisdiccional en estado de genuflexión, mediante el tráfico de influencias o la agitación de las masas. Utilizando esta malsana combinación, pidieron la crucifixión del más excelso y puro de los hombres. A través de nefastas acciones simoníacas, profanan la justicia y la convierten en mercado público. No se guarda, ni la más mínima formalidad para

gravitar en los despachos de los jueces; donde las acciones comprobadas de corrupción judicial, son polvorines explosionando a cada instante, dañando los derechos en los desposeídos de las doradas y encantadoras monedas para agenciarse una sentencia favorable. Gracias a Dios, en esta jurisdicción, tenemos jueces honestos, como usted, dignificando la judicatura nacional. Puntualiza la hilaridad de su motivación, __Fijaos bien, prudente juez, para no ser sorprendido en su noble intención de administrar justicia. Mientras, los atletas de la verdad y lo justo se amarran las sandalias; los portavoces de las falacias han dado la vuelta al mundo. Esto, es así, porque las mentiras oficiosas no se investigan y poseen un rápido desplazamiento a la velocidad del pensamiento, produciendo energías negativas, de una inmensa sinergia destructora de honras, familias y naciones. Sigue, el argumento del togado, __La justicia es el conjunto de todas las virtudes fundamentales, y siempre existen las presiones sociales mal intencionadas; pues, el conglomerado humano, se desenvuelve en una lucha dialéctica de intereses, muchas veces nocivos; por tanto, si un juez no tiene fortaleza para determinar conforme al derecho y lo justo, por temor al cuestionamiento público, se transforma en indigno de su magistratura, al carecer de honestidad. Cuando un prudente árbitro social emite un auto, resolución o sentencia, plasma en ellos sus conocimientos jurídicos, espíritu de justicia y, entre las líneas, yacen los medios justificativos. __Si al momento de administrar justicia, los honorables jueces, garantes de la paz en la nación, deben circunscribirse al temor de la opinión en los medios de comunicación, al rumor popular, la aclamación pública, las conjeturas, chismes y otras malas artes; entonces y sólo entonces, un conciliábulo profanará el sagrado templo de la justicia, donde ya no se rendirá culto a la verdad y lo justo; sino a oscuros razonamientos nocivos al Estado de derecho y el bien común__, así continua sus reflexiones jurídicas.


Destaca su ardiente y atinado discurso ciceroniano, __La honestidad es un elevado estado del alma, adquirido cuando se conjugan las cuatro virtudes fundamentales o cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza; así lo sentenció Cicerón, el gran tribuno romano. El letrado, cuestiona severamente el periodismo ligero, __El deseo de saber es consustancial al género humano; e informar, es una característica de las almas nobles. Pero, nunca debemos dar crédito a las personas que formulan opiniones o conjeturas sin investigar a profundidad. Mucho menos, a quienes repiten esos conceptos; pues, de antemano están revestidos en una falta de credibilidad; porque tener lo incierto por averiguado, y asentir a ello temerariamente, será una doble perversión del alma, por ser mentiroso e imprudente. Este criterio, es sustentado por dos grandes moralistas, Cicerón, de la estatura moral, temple y fortaleza de un titán, pagó con su vida el alto precio por defender las instituciones democráticas en Roma; y San Agustín, de la dimensión espiritual de un querubín. La sala de audiencias está atraída, por las palabras imantadas en la verdad y el sentido de lo justo del discurso forense en el abogado defensor, dijo Cicerón, _La prudencia nace de la investigación y descubrimiento de la verdad. Por tanto, es sensatez y buen juicio. La justicia es derecho, razón y equidad, debe inclinarse reverente a dar a cada uno lo correspondiente; en ella se conjugan todas las virtudes. La fortaleza, es el vigor para vencer el temor y huir de la temeridad. La templanza, es la sobriedad que modera los sentidos sujetándola a la razón. En sus sabias palabras, hizo hincapié en la pertinencia de las pesquisas objetivas para llegar a la realidad. También, puntualiza en razonamientos bíblicos, __ Somos polvo cósmico, con aliento de vida y luz divina del conocimiento, convertidos en seres humanos o materia iluminada. Entes muy especiales, compuesto de cuerpo, espíritu y alma, obra máxima de la creación

del Dios Todopoderoso. Por eso, debemos respetar los preceptos cristianos, el referente moral encontrado en La Torah o volumen de la ley de los judíos, escrito por Moisés, contenido en los primeros cinco libros de La Santa Biblia. Hizo brevísimo silencio, extrajo de su maletín Las Sagradas Escrituras y en Éxodo, capítulo 18, versículos 20 al 22, lee, __ “Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer. Además, escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, cincuenta y de diez. Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo…”. Magistrado, esas sacras palabras se cumplen en su persona; usted, es un ser privilegiado, porque tiene el derecho a juzgar a los demás y determinar su destino. De continuo, analiza el testimonio a partir de la Ley de Moisés y la doctrina de Francois Gorphe, sustentada en el libro La Apreciación Judicial de las Pruebas, __En ese tenor, la Palabra de Dios, en el Libro de Deuteronomio, capítulo 19, versículo 15, manda: “No se tomará en cuenta a un sólo testigo contra ninguno en cualquier delito ni en cualquier pecado, en relación con cualquier ofensa cometida. Sólo por el testimonio de dos o tres testigos se mantendrá la acusación.” Honorable juez, este es un criterio defendido por la escuela francesa, encabezada por Gorphe; así, como otros grandes jurisconsultos latinos y anglosajones. En los hechos contra Juan Currutaco, no existe una prueba testimonial para sustentar la violación sexual a la niña. No obstante, ningún testigo a cargo compareció a la jurisdicción de instrucción o a este plenario. Entonces, debemos colegir, es injusto retener la responsabilidad penal de nuestro defendido; pues, todo lo justo debe ser probado. Su presunción de inocencia es un bien jurídico tutelado por la Constitución del Estado y ante este plenario se mantiene erguida y ondeante, el fardo de las pruebas no es capaz de derribarla.


Nuevamente, el letrado trata de despertar la conciencia en la autoridad, __El patricio hizo suya la idea de lo justo, sustentada por Platón en su célebre obra “La República”. El más excelso de los dominicanos defendió este criterio, al decir: “Sed justos lo primero, si queréis ser felices. Ese es el primer deber del hombre…”. Magistrado, invocamos en esta sala de audiencias, la majestad del espíritu de lo justo, morando en personas nobles como usted. El pueblo se niega a creer, como muchísimos jueces honestos, que los tribunales sean círculos viciosos para la sociedad, donde únicamente se permite entrar e invocar la justicia espectral o la imagen de una entidad inerte, la cual solo reacciona ante el dinero y el poder en sus múltiples manifestaciones. Sino, muy por el contrario, vamos a desarrollar un quehacer jurisdiccional cimentado en un Estado constitucional y democrático de derecho, donde se resguarde el debido proceso de ley y la igualdad de todos en la aplicación de la norma, sobre estas premisas se pueden tomar decisiones justas. El abogado trata de ser lo más compendioso, pero no quiere dejar de exponer algunos tópicos. Todo el auditorio en vilo, espera cada una de las frases, como palabras de vida; tanto, por la gracia, o por el contenido. La desenvainada espada flamígera de su verbo, calcina la acusación de marras, desarrolla los medios de defensa en la siguiente forma, __El sistema de justicia en cualquier Estado civilizado, debe ser eficaz y probo; pero, necesita jueces como usted, de nivel académico, prudentes, justos, fuertes y templados; juzgadores, sin importar la condición social de los justiciables, ni la influencia de ningún estamento nacional o foráneo, sólamente tomando en cuenta el espíritu de justicia, el imperio de la ley, las pruebas y su conciencia. __Ya, lo han señalado grandes jurisconsultos; un buen procedimiento, es la garantía de la paz social en un Estado de derecho. Al hablar de justicia, es pertinente determinar el valor de lo justo y la forma para el descubrimiento de la verdad__. Todos los presentes allí, están convencidos de la inocencia de Juan Currutaco.

Sus credenciales como calificado jurista son evidentes; pero, se acrecientan por su humildad manifiesta y la gentiliza de su alma, __Prudente juez, presidente de este tribunal, el gran jurista vienés, Hans Kelsen, en su célebre obra ‘What is Justice?’, sentenció: “La justicia se encuentra en aquel ordenamiento social bajo cuya protección puede prosperar la búsqueda de la verdad…”. Pretendemos que la realidad, el plano material, objetivo, histórico u óntico, resplandezca cual cálido sol de mediodía, despejando toda oscuridad y las manchas de las mentiras se tornen visibles. El letrado, pretende parafrasear al grandioso militar y político romano Julio César, antes de declarar la guerra al invicto general Pompeyo Magno, __El honorable fiscal, ya dictaminó, como jinete de la coerción social, en forma injusta, el petitorio condenatorio cruza El Rubicón. La suerte está echada, marcha a paso avasallante, pretendiendo quebrantar el valladar moral de mi defendido; quizás, sea imposible retrotraer su pedimento a la razón y la verdad. En algunos momentos, es difícil someter la fuerza al raciocinio; pero, sabio juez, sobre sus hombros descansa el poder para impedir la materialización de una arbitrariedad contra un noble y humilde ciudadano. Llega el momento del cierre en la sustanciosa defensa, __Por todas las razones expuestas ante este prudente tribunal, tanto de hecho, como de derecho, respetuosamente, el abogado del acusado, concluye de la manera siguiente; primero, rechazar las conclusiones del honorable ministerio público, por ser improcedentes y carentes de base legal; porque no destruyen la presunción de inocencia del acusado Juan Currutaco, el estado natural de todo justiciable. Segundo, declarar no culpable al acusado, por no haber cometido el hecho criminal puesto a su cargo. Tercero, declarar de oficio las costas penales del procedimiento. Cuarto, rechazar las pretensiones del querellante y actor civil, por ser capciosas y contraria a derecho. El juez se retira a deliberar y redactar la sentencia. Luego de sesenta minutos, se decide la suerte del justiciable, viene con su acto jurisdiccional; aparece sobre el estrado, casi se realiza el mismo


ceremonial. Las personas, sin pestañar, contemplan en la sala de audiencias. __Acusado, póngase de pies. Secretaria, lea la sentencia__, ordena a ambos el magistrado juez. La secretaria, procede a la lectura del acto jurisdiccional, __... este tribunal de primera instancia, administrando justicia en nombre de la República Dominicana y por imperio de la ley, luego de valorar los medios legales de pruebas sometidas al debate oral, público y contradictorio, resguardando el debido proceso de ley, analizando conjuntamente el texto represivo y los hechos, declara culpable de violación sexual al nombrado Juan Currutaco, acción cometida y probada contra una menor de siete años de edad, por razones legales omitimos su nombre. En mérito de nuestro código penal, que castiga esta conducta, lo condena a veinte años de reclusión, a ser cumplidos en la cárcel pública de esta provincia. Se concede un plazo de diez días para apelar la presente sentencia. Así se pronuncia, ordena, manda y firma, magistrado juez presidente. Juan Currutaco, ante la ignominia de la sentencia, rompe el silencio de su perturbada alma y en voz alta exclama, __ ¡Dios mío, durante diez años, mi esperanza estuvo en la justicia! ¡Soy inocente! ¡He perdido mi honra y mi libertad; aquí, mi sangre pagará el precio de la injusticia! En el acto, el sentenciado saca de la parte superior del pantalón, una arma cortante de dos pulgadas, se hiere en la muñeca izquierda; e inmediatamente, se corta el cuello, cercenándose la arteria aorta, ambas heridas son profundas. Es un toro de lidia, sangra enormemente de la injusta estocada mortal que lo despoja de la vida. Blande en su mano derecha la pequeña hoja filosa, nadie se le acerca, cual espécimen vacuno de resplandecientes cuernos. __ ¡Qué haces, Juan, por el amor de Jesucristo, no destruyas tu vida!__. Exclamó el letrado defensor. En tanto, velozmente, se desplaza hacia su asistido. Pero, el justiciable, exhibe la navaja en señal

de respeto a su decisión. Bruscamente, el abogado se detuvo, y sigue diciendo, __Detente, Juan, detente. Podemos apelar la sentencia y en la corte obtendrás la libertad; sino, recurriremos en casación ante la Suprema Corte de Justicia, por favor, permítenos llevarte al médico, estás casi desangrado. __Deténganlo__, ordena atónito el juzgador. El fiscal al momento refrenda la disposición del juez, dice a la gendarmería, __Rápido desármenlo__. Pero, los policías no tienen la osadía para acercarse. __ Doctor, usted, me defendió como un verdadero abogado; pero, no quiero volver a mirar la cara de la justicia, déjeme morir en paz; gracias, por sus decires a favor de un inocente. Yo, perdono a mis compadres; y a la justicia__, atina a decir el moribundo. Juan Currutaco, no acomete contra nadie, ni pronuncia palabras injuriosas, respeta a la autoridad; aunque, violaron su libertad. No muestra conformidad a la afrentosa sentencia, simplemente ofrenda la vida para probar su inocencia y no quiere perturbación en ese sublime momento. Pierde mucha sangre, casi desvalido solicita, __ ¡Que alguien ore a Jesucristo por mi alma!__. Ya no tiene fuerzas para sostener erguido el brazo y blandir la pequeña daga; sus piernas se doblan, las rodillas chocan el suelo, cae boca abajo en un inmenso manantial de sangre, sus ojos en contacto directo al piso; el encartado, no quiere volver a mirar, los solemnes rostros de la injusticia. En ese momento, los policías, velozmente, retiran la chaveta de la mano del inocente condenado. Una noble mujer, solicita permiso al juez para orar por el alma del justiciable, en cumplimiento de su última voluntad. De inmediato, asintió, el rostro pesaroso del juzgador, sin pronunciar palabras. La dama inicia su ministerio, __ Padre Celestial, perdona los pecados de este hombre__, a continuación le pregunta, __Si escuchas, mueve un dedo en señal de arrepentimiento de todos tus pecados__. Entonces, Juan Currutaco, menea la mano derecha. La mujer implora al Altísimo a voz en cuello, __Jesucristo, eres Padre


de la Gracia, siendo inocente fuiste condenado por los pecados de la humanidad; varón experimentado en quebrantos, ten misericordia de esta alma, justifícala y escribe su nombre en el libro de la vida__. Ese ser femíneo pasa suavemente su mano por la cabeza del hombre en estado de agonía. Su otrora vestido azul turquesa de talle largo; ahora, no se establece el color ante la inmensidad de sangre sobre el traje. __Sargento, llévenlo al médico__, apresurado ordena el fiscal. __ Se despidió de este mundo, no es necesario ir de prisa; su alma descansa en los brazos de Jesucristo __, adujo la mística mujer, una paz inmensa se refleja en el rostro de ella. Las almas de los demás están turbadas y asombradas; mientras, los familiares del difunto lloran desconsoladamente. Muchas cosas extrañas pasan en este día, nada similar había sucedido en ese tribunal. Nadie conoce a la noble mujer, ella ora; luego, ágil y sigilosamente se esfumó de aquel lugar. El juez ordena la cancelación del rol de audiencias en ese día y la sala es cerrada para ser aseada. Las conserjes recogen varias cubetas de sangre al limpiar la sala de audiencias, durante la faena comenta una de las empleadas, __ Me siento muy triste por la muerte de Juan Currutaco, lo conocía muy bien, a cualquiera le quitaba el hambre, en realidad era inocente; pero, por chisme y envidia de su compadre lo acusaron de eso…__. Y las lágrimas de la trabajadora se mezclan en el cáliz donde se recoge la sangre del inocente condenado. La injusticia aflige a todos, a quienes sin merecerlo reciben el maleficio y a los facilitadores. Luego de este episodio; el juez, ciudadano respetado y de buena intención, se evidencia aletargado, su imagen descuidada, desgarbado, presenta mal ánimo y altamente irritable. Profanó la justicia,

ahora, parece un extraño en otro mundo; su siquis, no está en condiciones de administrar justicia, es diagnosticado esquizofrénico y puesto en licencia permanente hasta su pensión. El fiscal termina sus días en ebriedad consuetudinaria, borracho por costumbre, emulando una uva añeja, junto a los demonios de sus dictámenes y postulando en medio del parque central, pisando chancletas de goma, mugroso pantalón bermudas y el torso desnudo; en tanto, la inmundicia de su alma, cubre ominosamente el exterior de su cuerpo. En ese lugar, su discurso forense empieza en la tarde y se extiende algunas veces hasta la madrugada, todo depende de los niveles de alcohol en su sangre; convierte una banqueta en estrado, el milagro del equilibrio y la fuerza de gravedad no permiten que caiga de su escaño, un litro de aguardiente es su inseparable compañero. Desde allí, elucubra sus acusaciones contra virtuales justiciables, siempre haciendo interpretaciones antojadizas de la ley, absurdas epiqueyas para destruir vidas y familias, lacerando profundamente la sociedad. De vez en cuando, agita una campanilla, tal vez, para invocar sus espíritus inmundos, el aquelarre pervertidor del altar de la justicia. No entendió, la poderosa luz de la virtud, la cual en ocasión posa sobre nuestra frente y nos hace resplandecer; si se profana, se marcha a iluminar otras mentes y quedamos ensombrecidos por nuestras malas acciones. Su alma perdida en el espacio y el tiempo, siempre atormentada por los espectros de su maldad; no sabe si existe, quiénes son sus familiares, no posee la más mínima noción de su conciencia.


El deseo prolongado de comer aturde su cuerpo, continúa inmóvil, la mujer se transforma en una estatua de la miseria. A pocos metros, el viento cálido del Mar Caribe, mueve sus trapos; el crepúsculo vesperal la reviste de un toque espectral, en sus células lleva la estampa del hambre eterna del arrabal. Cuando los ciudadanos ingieren el sabroso manjar; la fémina lame sus labios y traga, la abstracción mental, le permite vivir la realidad virtual de creer que se alimenta. Las personas terminan de comer sus suculentos platos y absorben tragos de agua. La embarazada trata de hacer lo mismo, verifica la carencia del preciado líquido y sigue hambrienta. Ahora, la cruel realidad inicia un estado de bulimia, toda su actividad cerebral se concentra en nutrirse. El mozo retira los recipientes conteniendo una lonja de filete; ya ni siquiera tiene fuerzas para mirar el pedazo de carne, último vestigio de su gran quimera alimenticia.

EL ANTOJO

La desamparada mujer, lleva en su vientre dos criaturas gimiendo de hambre, mueven el cordón umbilical para extraer algunos nutrientes; únicamente, jalan aire y lanzan fuertes patadas, quieren salir a destiempo a otro lugar más placentero. El líquido amniótico desaparece gradualmente, como las aguas de un pequeño riachuelo durante el verano.

Sirven jugosos filetes en fina vajilla; a través del grueso y limpio cristal de un restaurante, observa una hambrienta mujer, sus papilas y pupilas dilatadas, tiene su actividad sensorial exaltada, cual divina artista en un éxtasis supremo al perpetuar su creación.

Aquel ser femíneo, lentamente, mueve el cuello y mira a su alrededor para pedir auxilio a algún transeúnte o encontrar un árbol, cual pie amigo para apoyarse, todo es en vano, no tiene energías para gritar o dar algunos pasos. Ella está inmóvil, cual cariátide miserable de barriga templada por sus vástagos.

La harapienta fémina está poseída de un estado máximo de contemplación. Una de las raciones de ternera se deshace en el paladar; la otra, a medio cocinar, algo sanguinolenta, una policromía de vegetales flanquean los platos, coronados en blancas cebollas, cual aureola luminosa, los hace mucho más apetecibles. Sigue mirando, mientras, dos comensales empiezan a degustar los alimentos.

Regresa a lo real, sus manos sobre el vientre bajo, acarician sus hijos desesperados por el hambre, pero no tiene fuerzas para caminar, ni consistencia para mantenerse en pies, como arcilla mal cocida cae al suelo, quejidos delirantes musitan sus labios besando la tierra, último toque labial sobre la piel de la madre natura. En su mente


queda fija la imagen suculenta del filete; solamente, en forma leve, atina a decir, _ carne. En el césped del jardín del restaurante, el guachimán encuentra la mujer desmayada, el noble hombre busca agua potable para saciarle la sed. Pero, ella tiene los labios cerrados y ya no se escucha el triste canto de una palabra, monólogo bisilábico de los delirios del hambre, integrado por el concepto existencial: carne. El humilde empleado notifica el hallazgo al administrador del negocio; quienes sigilosos y diligentes se apersonan al lugar. El gerente está pasmado. Al ver la mujer tirada sobre la inmensa sábana verde de la grama, le toma el pulso y deja caer su oído en el corazón de la embarazada, contacta la carencia de signos vitales. La fémina tiene la falda mojada de sangre y deja entrever sus esqueléticas piernas. Escuchan un ligero gemido infantil, los dos hombres miran a un niño naciendo; el vigilante se despoja de la camisa de uniforme y recibe al bebé, sendos ciudadanos se convierten en parteros. ¡Transcurren quince minutos, milagrosamente, otro vástago lanza el grito de la vida frente al Mar Caribe y bajo la luna tropical! Es muy difícil movilizar la madre junto a los infantes; pues, siguen atados del sagrado lazo materno. El paramilitar extrajo de su cinto una navaja tipo sevillana y corta el cordón umbilical de los gemelos. _ ¡Morirán!__, dice el regente del restaurant muy preocupado y nervioso ante la rusticidad quirúrgica. Contesta, el guachimán en funciones de médico obstetra, __ ¡Vivirán!, traiga un poco de Ron Brugal Blanco para desinfectar las heridas de los niños y la madre. El administrador trae media botella de aguardiente y manteles para envolver a los infantes. Entonces, el galeno, por accidente de la vida, hace una rústica limpieza en los recién nacidos y la madre.

Luego de algunos segundos, nacido el último bebé, la parturienta lanzó un suspiro casi imperceptible; quizás, era una mueca por el dolor; tal vez, una sonrisa irónica para burlarse de la muerte y dar gracia a la vida. Por eso, el guachimán, en funciones galénicas, comprueba que aún vive. Pregunta el gerente del restaurante a su acompañante, __Dónde aprendiste a ser partero__. Responde el guachimán, __En la universidad de la naturaleza. En mi campo ayudaba en el alumbramiento de vacas, cerdas y chivas; además, desde mi bisabuela hasta mi mamá, todas eran comadronas. Terminé el séptimo curso y no pude seguir estudiando, pero las virtudes concedidas de Dios, nadie las quita.


EL MISTERIO DEL ANTOJO En emergencia de la maternidad, una madre y dos niños son transportados. Allí, las criaturas son declaradas vivas y viables, aunque de bajo peso. Un pediatra revisa el corte del ombligo y ordena que los recién nacidos sean aseados.

hemofilia, ni otra complicación, simplemente, es un antojo de la madre. Ya comprendí el caso, se trata de un pedazo de carne anhelado por la madre y el deseo insatisfecho produjo esa mancha. Contesta, el jefe de los facultativos, __Enfermera, su razonamiento no tiene lógica conforme a la ciencia médica, usted, está carente de formación académica.

El mandato del médico se cumple. La enfermera, empieza la profilaxis de rigor; primero, la cabeza y el pectoral en un bebé; luego, procede a higienizarle la espalda, descubre pequeñísimas gotitas de sangre en el omóplato izquierdo del niño. En múltiples ocasiones limpia el área, pero vuelve a ponerse rojiza. Posteriormente, lleva la criatura al área de incubadora.

Ansiosa y dispuesta a sustentar su criterio acientífico, la enfermera argumentó, __Doctor, en la vida hay misterios inexplicables para la ciencia. Por favor, eche para acá, mire el pedazo de carne dibujado sobre las espaldas de los bebés, parece un tatuaje en alto relieve. Nadie me puede decir, que no es un antojo. Estoy convencida, como reconocer mi partida de este mundo.

La enfermera inicia el mismo proceso profiláctico en el otro hermano gemelo, queda atónita al descubrir idéntica marca en su anatomía.

El médico empieza a caminar hacia las cunas, recorre unos siete pasos, siempre parsimonioso y guardando silencio, apoyado sobre la seguridad del razonamiento científico; ya, frente a los infantes, procede a la observación clínica.

El pediatra de turno, inmediatamente, llama a los dermatólogos y otros especialistas para proceder a la evaluación de ambos casos. En forma urgente, ordenan hacer los análisis de lugar y determinar si existe alguna patología. Uno de los obstetras, ajustando las lentes a su rostro, argumenta, __Parece que los niños padecen de hemofilia, sustento mi criterio a priori, porque el sangrado es lento y persistente en los omóplatos de los bebés. La enfermera atiende a los niños y escucha las sugerencias de los galenos; quienes muestran preocupación ante el ligero sangrado en recién nacidos de muy bajo peso, cuadro clínico persistente que pondría en peligro la vida de los infantes, según el criterio de los facultativos. __Discúlpenme, doctores__, interrumpe la enfermera__, eso que los niños tienen en la espalda, no es una enfermedad de la piel o

El doctor guarda silencio ante la evidencia cutánea en los niños, y se limita a decir, _ Enfermera, esperemos los análisis. Al amanecer, llega el turno de relevo al hospital. A media mañana, alrededor de las diez, los análisis de sangre y otros estudios clínicos confirman a las criaturas sanas; únicamente, anemia, deben nutrirlos adecuadamente para elevar los niveles de hemoglobina. Aunque alimentarlos, es el gran dilema; pues, su madre fue declarada muerta y no llega ningún familiar de los infantes o un buen cristiano para buscar la leche requerida. Las parturientas prestan sus senos a los niños y en cada momento de lactancia, succionan las mamas fuertemente, parecen infantes de nueve meses, padecen de la patología social denominada como ‘hambritis aguda’.


Por el desasosiego de su peculiar forma de alimentarse, cariñosamente les dicen Chupa Chupa y Traga Traga.

HACIA EL HOSPITAL ANGELITA La enfermera que recibe a los bebés en el centro de maternidad, e hizo el diagnóstico práctico del antojo, se encariña con Chupa Chupa y Traga Traga, ella está comisionada para entregar los niños a la Dirección del Hospital Infantil Angelita. En cumplimiento de la encomienda, la ambulancia transita por el malecón; mientras, la paramédica conversa con el chofer, __ ¡Caramba, la situación de estos bebés me rompe el alma! ¿Cuándo llegará un político de justo espíritu para traer libertad y bienestar al pueblo? El chofer de la ambulancia, la interrumpe, __ ¡Mira, muchacha, baja la voz, mejor cállate, deja de hablar así! ¡Ahí mismito, va la avanzada del jefe y esas gentes tienen los oídos más finos que los demonios, todo lo escuchan! El temeroso conductor, aborda el carril derecho, reduce la velocidad y detiene la marcha del vehículo automotriz, obedeciendo la voz áspera y la señal de pare, ordenada por un miembro del Servicio de Inteligencia Militar (SIM), organismo de seguridad del Estado y guardianes personales del dictador. Un Chevrolet, lujoso automóvil del Generalísimo Trujillo, se estaciona en la más bella avenida de Santo Domingo. Susurra, el chofer de la ambulancia, __Te lo dije, estamos descubiertos, escucharon tu voz de protesta contra el gobierno. __Hacia dónde van___, con voz de mando, pregunta un agente encubierto del SIM, al conductor de la ambulancia.


Al chofer interpelado, las piernas se le convierten en gelatina; no cae, porque permanece sentado; las extremidades inferiores, hacen movimientos involuntarios, tiene sensación de calambres desde la cintura hacia abajo. La garganta reseca y trunca, si gaguea está preso, a la guardia de Trujillo, se le habla firme y respetuosamente. En milésimas de segundo, hace un ejercicio mental, ensayando el discurso de la libertad, al fin pudo contestar, __Vamos al Hospital Angelita, a entregar estos niños huérfanos, por orden expresa del generalísimo Trujillo, protector de la niñez y desamparados, gran Benefactor de la nación y padre de la patria nueva. El chofer menciona el nombre del ‘perínclito barón de San Cristóbal’; la aspereza del militar se esfuma del rostro, suavemente, el oficial manifiesta, __Un agente nuestro los acompañará en la ambulancia para indicar el paso franco; tomamos ciertas medidas de seguridad en aras de permitir una caminata del jefe frente al malecón. Si la visita es breve a ese centro médico, vuelvan por otra vía. Acto seguido, un agente abordó el medio de transporte, acompañando a la enfermera, el chofer y los gemelos Chupa Chupa y Traga Traga. Cada minuto es sempiterno. La mirada investigadora del chivato; el llanto desesperante de los niños hambrientos; y el calor sofocante de la ribera caribeña, se convierten en tres eternidades para arribar al hospital infantil. El soplón se desmonta de la ambulancia en el estacionamiento del Hospital Angelita y dice, __Vayan por otra vía, como ordena el comandante. Tantas historietas y conjeturas tejidas sobre Chapita, el endiosamiento de su persona; algunos dicen que, un gran bocó o bacá lo protege, y sus maléficos poderes convierten a sus opositores en galipotes. Nadie debe mirar al jefe a los ojos por su relampagueante e hipnótica mirada. Pocos quieren investigar estas mentiras afianzadas en la conciencia colectiva para mistificar al dictador caribeño, como el chivo de dilatada micción, quien más mea.

Cuando la ambulancia estuvo debidamente estacionada; el chofer da gracias a Dios, sólo vio la silueta del generalísimo Trujillo; y no su mirada penetrante e intimidante. El miedo, el calor asfixiante y la hipertensión arterial son detonantes para desmayarse, su cabeza cae sobre el círculo del volante. __ ¡Despierta, ayúdame con los bebés!, ¿qué te sucede?__; manifiesta la enfermera, dando palmaditas en el rostro de Juanito, pero el chofer no responde. La enfermera marcha raudamente a la emergencia del hospital infantil; allí, solicita los primeros auxilios para el chofer. Luego, agarra en cada mano, una de las canastas donde están los gemelos, entrega la comunicación y los infantes; exigiendo la firma y sello en una copia, como descargo de responsabilidad. Discurren las horas. El susto del chofer al mirar la sombra de Trujillo, ya pasó. Se encuentra estable, luego del mareo de gallo indio; ahora, está en condiciones de seguir desempeñando su oficio. La noble enfermera, besa la frente de cada niño, poseyendo la triste dicotomía de una madre renegada a separarse de sus hijos o dejarlos morir de hambre, al no poder alimentarlos; lentamente se despide caminando, la espalda hacia la puerta, no quiere marcharse, siempre mirando de frente a las cunas donde reposan Chupa Chupa y Traga Traga, prosigue entre sollozos, un inmenso caudal de lágrimas internas abre una catarata de dolor en su alma. La enfermera en taciturno transitar, se dirige al lugar de estacionamiento de la ambulancia. Junta al automotor, a distancia de su brazo hay plantas de cayenas, suavemente despega una flor, la acerca al rostro y sus gotas lagrimales, humedecen cada pétalo de la rosa, divino recipiente o mágica ánfora que recoge el rocío de sus copiosas secreciones del alma.


El chofer puso en marcha la ambulancia. Comprueba el celestial instinto materno, la acreencia del arrojo de una fiera y la sublimidad de sentir en su alma el dolor ajeno. Nery Martínez, volvió a la maternidad y sigue recordando la desdicha de Chupa Chupa y Traga Traga, la congoja extrae sus lágrimas, siguen cayendo, cual rocío encantador de las flores de cayena, palidecidas ante su dolor… “No hay sabiduría en destruir nuestra única casa para deambular en el universo.” Martín de Las Taranas


queo, hacen desaparecer a miles de especies vivientes. Han transcurrieron dos siglos, estamos en la centuria XXXIII, y en los lugares de los desaparecidos glaciales, se registran temperaturas de hasta sesenta grados Celsius, produciendo evaporación de las aguas oceánicas a gran escala. Se produce el efecto de una salten calentada, donde el líquido vital se transforma en estado gaseoso. Ahora, en el año tres mil trescientos cincuenta, por la cantidad descontrolada de energía solar recibida en las grandes masas hídricas, los mares y océanos disminuyen gradualmente. Las aguas volvieron a sus límites y cada año se repliegan mucho más; en la actualidad, dejan tras de sí, grandes cantidades de sal sobre La Tierra. Ahora, el género humano está construyendo ciudades subterráneas, provistas de sofisticados sistemas de climatización. Implementan la agricultura sobre técnicas de invernadero, hidroponía y nuevas tecnologías. Producen proteínas a partir de procesos orgánicos del monóxido de carbono y otros elementos químicos. Las estaciones del año desaparecieron, en el tiempo actual, existe un eterno y cruel verano. DIÁSPORA Ya hace dos siglos de la centuria XXXI, después de Jesucristo, cuando la capa d ozono desapareció en su totalidad. Las aguas marinas inundaron las costas, en diminuto tsunami, avanzando diariamente, durante media centuria. Radicalmente, el deshielo de los polos norte y sur, cambian la geografía de nuestro inmenso hogar. La superficie entera de países, yacen sumergidas a más de veinte metros de profundidad. Los océanos y mares se ensanchan, ocupan todas las planicies costeras, hasta impedirlo alguna cadena montañosa. A plenitud, los rayos ultravioletas impactan el Planeta Tierra y se produce una catástrofe global. Los niveles de calentamiento terrá-

Dos tercios de la población mundial, desaparecen por el hambre y la radioactividad; cientos de millones de humanos, tienen problemas severos en la piel. Las masas hídricas en los grandes ríos se secaron y sobre su lecho pueden hornear cualquier alimento. Nuestro planeta está transformado en un gran desierto, la ingesta de agua potable es una calamidad mundial. Desde hace más de un siglo, los humanos cambiaron su estilo de vida; todas las naciones afiliadas a la Liga Mundial de Países (LMP), imponen la pena de muerte a los ciudadanos al malgastar el preciado líquido para lavar sus aerodeslizables convertibles y asear sus cuerpos; ahora, las leyes locales e internacionales, sugieren la utilización de sustancias químicas en la higiene. Lavar la piel humana es un inmenso privilegio, en caso de ser de-


nunciado y probado, se condena a pena de muerte por deshidratación. En los estanques y lugares de expendio de agua, se accede por el código genético; y la computadora niega la venta, sino se cumple el plazo de obtención. El preciado líquido, es adquirido por medio de la desalinización de los fluidos marinos, se racionaliza a un galón semanal por persona. En algunos Estados pobres, las personas mueren de sed, porque no tienen dinero para adquirir un galón hídrico potable. La escasez de las aguas marinas hace firmar a las grandes potencias del mundo, el Protocolo Mundial Hídrico, poniendo fin a una disputa sobre la explotación de ese recurso natural de donde se extrae el preciado líquido. Los países hegemónicos en siglos anteriores, tenían conflictos por el control de los hidrocarburos y otras fuentes de energía. En el presente, la explotación de los recursos acuíferos, lleva a la comunidad internacional, casi a una conflagración de aniquilación rápida y total. Los rayos del astro rey de la vía láctea, siguen flagelando el Planeta Tierra; la corona del sol se vuelve inestable, las erupciones heliacales agitan el viento cósmico, lanzando inmensidad de energía protónica y fotones de amplio espectro, constituyendo cinturones de radiación, atraídos por el campo magnético del globo terráqueo. Auroras boreales gigantes se visualizan en el polo norte; y de igual intensidad, se observan las auroras astrales en el polo sur; estos espectáculos de luminosidad sonrosada se registran cada día, es lo más bello que sucede en nuestro planeta; pero, las personas viven ocupadas en modernas cavernas y nunca las educaron para contemplar la beldad del cosmos y su noble lenguaje. Fuertes brisas recorren la faz terrestre, una luz anaranjada danza en el horizonte, marcando movimientos de intensa radioactividad. Las personas deben andar sobre la superficie del Planeta Tierra en trajes térmicos, controladores de radiactividad y procesadores de oxígeno. El preciado aire está enrarecido, por reacciones químicas

de la humanidad y la naturaleza. La vida es insostenible en la Madre Tierra, cuando suele llover, cae una lluvia extremadamente ácida, causante de ampollas; y el agua potable es oro líquido. La humanidad busca otras alternativas de vida en el espacio sideral. En el año tres mil trescientos treinta y tres, la Liga Mundial de Países (LMP), firmó un protocolo para la construcción de tres estaciones de lanzamientos cosmonáuticos, en las cuales irá la génesis de la humanidad a poblar el universo. En un desesperado esfuerzo de los entes biosíquicosociales para perpetuar su especie en el cosmos, establecen como punto de partida en el Continente Americano, la isla de segundo tamaño en Las Antillas; exactamente, en un elevado pueblo sobre la cadena montañosa más alta de la ínsula, cordón umbilical de las naciones integrantes de este inmenso archipiélago; allí, se construyó una, de las tres plataformas de lanzamiento de naves interplanetarias. Inexorablemente, el Planeta Tierra, transita por senderos de holocausto, no se puede sostener la supervivencia humana en el globo terráqueo, las condiciones climáticas no lo permiten. La madre natura se está cobrando un acumulado pasivo ecológico milenario en torturas, envenenamiento y agresión. La nao interplanetaria, será abordada por los más superdotados en conocimientos o disciplinas deportivas, hay capacidad para permitir la vida generacional de cien personas durante doscientos años. Los más ilustrados científicos, jurisconsultos, sociólogos, economistas, agrónomos, artistas, deportistas, entre otros, tienen derechos adquiridos para abordar la nave interplanetaria. Se requieren científicos de teorías avanzadas sobre cultivos de alimentos interestelares para desarrollar semillas de frutos en diferentes ambientes, desde el más cálido hasta el inmensamente frío.


En las instalaciones de lanzamiento interplanetario, los familiares de los cosmonautas lloran en las horas de la despedida, un viaje sin regreso hacia lo desconocido. Humedecidos por las lágrimas, la tristeza se apodera de los espacios, ataques histéricos, los más circunspectos gimen, como niños recién nacidos experimentan el dolor de una muerte suspendida. Algunos, lamentan no volver a pasar otra navidad al lado de sus familiares. Si la vida es inconstante en La Tierra; la incertidumbre aumenta en otro lugar del universo. Se acumula todo el maltrato e indiferencia hacia el Planeta Tierra, siendo heredado por esta generación, quienes reciben un indecoroso legado, al cual no podrán renunciar; aunque, no les permite el más mínimo nivel de vida. La nave espacial consta de tres reactores de hidrógeno para la propulsión, los cuales producen agua y oxígeno. Allí, existe una colosal cantidad de comestibles comprimidos; también, capacidad para producir y suplir alimentos a la tripulación durante dos centurias. Los pasajeros interplanetarios, genéticamente codificados, abordan la cosmonave denominada Diáspora; sin oro, billetes de banco o cualquier otro instrumento de pago. El despegue debe hacerse a medianoche, en el mes de enero, cuando la temperatura es más suave, son escasas las tormentas radioactivas y el oxígeno está menos contaminado. Encienden los insuperables motores para surcar el espacio astral. El director de navegación sideral, ordena verificar el sistema de coordenadas astronómicas y establecer la ruta espacial hacia la órbita de Júpiter, donde se encuentra el Satélite Europa. Un sofisticado sistema de reproducción de sonidos e imágenes, cada veinticuatro horas, aporta datos sobre el viaje. El contenido de la primera emisión presenta figuras cartográficas virtuales, y

expresa, __Júpiter, es el más grande de los planetas de la vía láctea, mil cuatrocientas veces mayor a La Tierra, ninguno lo supera en nuestra galaxia en cantidad de satélites a su alrededor; Europa es una de sus lunas, descubierta por Galileo en 1610, eminente físico y astrónomo italiano; tiene superficie estriada, parecida a los mares, cuando estaban helados en nuestro mundo; este astro del sistema solar donde nos dirigimos, posee un tenue velo de oxígeno, capa helada a profundidad de cien kilómetros. Seguiremos informándoles. Durante la navegación cósmica, todos los astronautas que viajan hacia el satélite Europa, proyectan sus vidas de esquimales en un lugar de superficie helada. Sus mayores pensamientos giran a cómo sobrevivir allí. El viaje en la nao sideral Diáspora, discurre sin mayores inconvenientes. La rápida rotación de Júpiter, produce fuertes corrientes atmosféricas, la órbita del gigante es altamente turbulenta. El coordinador de navegación, ordena girar cuarenta grados a babor para alejarse de la acción gravitatoria del coloso del sistema solar hasta aproximarse a Europa. Luego de semanas del viaje astral, el director de navegación de Diáspora, anuncia a los selectos pasajeros, que el sistema de coordenadas astronómicas, permiten verificar su aproximación al satélite Europa, lugar de su destino. La gravitación de la luna de Júpiter, empieza a ejercer su fuerza de atracción sobre la nave; el facilitador de navegación dispone desacelerar el vehículo espacial para efectuar un mejor descenso. La pericia de la tripulación y alta tecnología de vuelo interestelar, permiten ingresar sin contratiempos en la órbita, según el plan de traslado cósmico. El coordinador de navegación anuncia, el arribo vertical en la superficie del satélite Europa. Luego de hacer el análisis químico y físico de los elementos del gélido lugar; proceden a medir el espesor en la capa de hielo. Una misión de tres cosmonautas dispuestas a descender de la nave, acompañados por siete Ciudadanos


Eficaces de Inteligencia Artificial o por su sigla CEIA, en la antigüedad denominados robots. Los astronautas poseen la más alta tecnología desarrollada en el Planeta Tierra, permitiendo obtener pruebas biofísicas y bioquímicas, incluyendo el ADN, a cualquier entidad viviente, mediante el empleo de ondas electromagnéticas mega potenciadas, propagadas a grandes distancias transmiten la información, la cual reciben en la nave interestelar para descifrar la composición molecular, tamaño, movimiento, antigüedad y otros detalles de los objetos deseados. Es inmensa la incertidumbre entre los cosmonautas, encuentran una nueva realidad, llegan al lugar donde pretenden rehacer una colmena humana. Antes de europeizar, vuelven a comunicarse al centro espacial terrícola e informan el exitoso viaje interestelar, transmiten imágenes del paisaje inhóspito. Mientras, tres científicos van al exterior para realizar una misión de reconocimiento. Los enviados tratan de verificar una pequeña extensión del Satélite Europa, descienden protegidos en sus trajes espaciales, una gélida tempestad flagela el lugar; parecidas a las tormentas de nieve, que siglos atrás registraba el Planeta Tierra, conocidas solo en imágenes por los ocupantes de la nave Diáspora. El ultra radar bioquímicofísico se mantiene activado; a más de cien mil kilómetros, detecta tres objetos desplazándose a inmensa aceleración jamás verificada, mil veces más rápida que la nao Diáspora; según se acercan al instrumento de medición, determinan la composición molecular de los objetos voladores aproximándose, están conformados por aleación de carbono, volframio y otros metales desconocidos en La Tierra, capaces de realizar vuelos interestelares cerca del sol a velocidades supermegasónicas, recibir estallidos de cientos de megatones y salir victoriosas. Conforme los datos obtenidos, el director de la misión cosmonáutica comprueba la vulnerabilidad tecnológica, convirtiéndolos en seres inferiores relativo a los habitantes del satélite Europa.

El coordinador de Diáspora, ordena a los miembros de la misión exploradora volver inmediatamente al interior de la nave; pues, tres aerodeslizables se dirigen a su encuentro. El trío de aeronaves se acercan al perímetro de Diáspora en diferentes lados, en formación triangular equilátera, a distancia de mil kilómetros se mantienen en levitación. Luego de un minuto, cientos de artefactos voladores se ubican en formación de ataque en la popa de la nave terrestre. La distancia la acortan hasta cincuenta mil metros, es un gran espectáculo de tecnología y poder. Los habitantes del satélite Europa usan unas astronaves supermegasónicas; su velocidad, es tal, que se transforman en invisibles al ojo humano, después aparecen de la nada en otra locación, sus aerodeslizadores interestelares son resultantes de materializar la ecuación del desdoblamiento espacio tiempo, un desafío de los conocimientos sobre física aplicada para las mentes más brillantes del Planeta Tierra. Los entes biosiquicosociales del satélite Europa constituyen una civilización muy avanzada en relación a los visitantes del Planeta Tierra. Ubican la frecuencia de transmisión de la nao Diáspora y establecen comunicación, __Soy Clístenes, mediador de los guardianes interestelares de nuestro amado satélite Europa. ¿Qué buscan en este bello espacio sideral?__. Transmiten el mensaje en doce idiomas: mandarín, español, inglés, francés, portugués, mandinga, bantú, japonés, ruso, alemán, italiano y vasco. La respuesta no se hace esperar, __Soy el coordinador de la nave Diáspora, venimos del Planeta Tierra en esta misma galaxia. Estamos aquí, buscando un sitio donde establecer el género humano; porque nuestro hábitat se torna altamente peligroso. Clístenes, comenta, __ Los ciudadanos del satélite Europa, estamos constituidos de catorce elementos químicos, igual a los terrícolas. Nuestra raza ancestral emigró de La Tierra, exactamente desde una super secreta base aeroespacial en Zugspitze, región de Baviera, a una altura de dos mil novecientos sesenta y dos metros sobre el


nivel del mar, en la zona alpina de Alemania, ubicada en las coordenadas terrestres: latitud 47° 27’ N, longitud 10° 58’ E, el 20 de abril de 1945, y se radicaron en el Planeta Marte. El constructor y jefe técnico de lanzamiento de la cosmonave AH-1, era Wernher Von Braun, quien por orden expresa del líder, debía seguirle en otra nao sideral, la cual necesitaba algunos ajustes; pero nunca realizó el viaje. Mediante la clonación cualificada del führer, observada por él y dirigida por un equipo experimentado de genetistas; crearon una raza donde la maldad prosperaba en sus manos. Ante mandato histórico y directo de su máximo dirigente, estando dispuesta la tecnología y la capacidad para someter o destruir las potencias de La Tierra, se procedería a una invasión interplanetaria del Tercer Reich. Alunizarían y desde allí, mediante ondas ultra mejoradas de baja frecuencia, tomar el control mental de toda la regencia mundial. El estandarte de nuestros antepasados era la esvástica y su libro sagrado lo denominaban Mi Lucha; este pendón, lo cambiamos por un lienzo blanco, en su centro, una paloma azul celeste; y adoptamos otro sacro libro del cual guardamos pequeños fragmentos. Compartimos el mismo genoma, aunque habrá diferencias en las escalas de valores morales. La ambición desmedida de poder y riquezas, conjuntamente al uso irracional del oxígeno e ínfimos recursos naturales marcianos, agudizó la explotación en los entes biosíquicosociales y conllevó a la destrucción absoluta de nuestros ascendientes. Por el conocimiento de la ciencia mi generación está diseñada genéticamente para ser entidades vivientes superiores, una forma evolucionada de materia conciente, poseyendo facultades intelectivas y otras capacidades sicológicas privilegiadas. Tratamos de comunicarnos telepáticamente con ustedes; pero, sus canales síquicos no tienen suficiente desarrollo para receptar la frecuencia de la empatía__, así termina su deposición. Entonces, el coordinador de la nao Diáspora, pregunta, __Respetuosamente, solicitamos, se nos conceda albergue, ya que todos somos humanos. Acto seguido, Clístenes, contesta, __ Quienes puedan ser útil a la

comunidad y tengan el patrón moral mínimo de nuestra civilización, esos podrán quedarse. Cada uno será evaluado, solicitamos a todos descender de su módulo interestelar. El pánico se apodera de los cosmonautas terrícolas, inferían mil cosas negativas en sus atormentadas mentes, ser convertidos en esclavos, asesinados, sometidos a saciar bajas pasiones; otro piensa sería tomado en espécimen de laboratorio. Sentencia, Clístenes, __Dejen de elucubrar alocadamente; pues, nos ofenden sus malvados pensamientos, podemos leer sus mentes y determinar sus actuaciones. No tenemos el mismo modelo conductual de ustedes; genéticamente, sentimos rechazo por la maldad. Procedan a descender en la superficie de nuestro frío satélite. No tienen otra opción, bajan de su nave y reconocen a los pobladores del satélite Europa. A la primera impresión, los terrícolas quedan asombrados, ven a estos seres de gran tamaño, de tejido adiposo inmensamente desarrollado para sobrevivir en zonas heladas. Rápidamente, empiezan el interrogatorio para determinar en qué colaborarán en el gélido lugar. Todos hacen sus propuestas en base a conocimientos, los cuales resultan obsoletos a los entes biosiquicosociales del satélite Europa. Llega el turno a uno de los científicos del agro, quien manifiesta poseer semillas de multiplicidad de frutos comestibles, fácilmente cultivables en clima congelado para aportar toneladas de alimentos y ser repartidos entre los miembros de la sociedad. También adujo, __ Pero, mi mayor legado a entregar al pueblo del satélite Europa es una Santa Biblia, libro para enseñar la mayor sabiduría: amar al prójimo, como a sí mismo, a la naturaleza y al creador del universo. Todos los habitantes del satélite Europa quedan pasmados ante aquel discurso. El cultivador agrícola, saca un ejemplar del sacro texto envuelto en tela de áuricas fibras y la entrega al mediador interestelar; éste, luego de una breve y profunda lectura, se hinca,


levanta los brazos, y dice, __Bendito sea Jesucristo, que aún en lejanos espacios del universo, nos hace llegar su palabra como pan de vida. Durante generaciones, se nos habló de estos preceptos, para las personas conducirse hacia senderos de paz y prosperidad. El pueblo, al ver un ejemplar completo de La Biblia, las Sagradas Escrituras de Dios, a unanimidad reverenciaron. Únicamente, califica el agrónomo, al ser valorado un ente potencial para incorporarse a esa nueva colonia humana. A los restantes noventa y nueve, se les comunica rehacer un conglomerado humano en el satélite Ganímedes, en la misma órbita de Júpiter. La astronave Diáspora, despega hacia la referida luna, escoltada por siete naos intersiderales que marcan el rumbo. Clístenes y todos los habitantes del satélite Europa: ¡Lloran!, al despedir a los visitantes del Planeta Tierra; sienten dolor al ver su género degradado ante la acumulación de riquezas, la fuerza y las bajas pasiones. Comenta, el mediador interestelar, __Utilizan la ciencia y el poder para destruir a sus semejantes y su mundo. Si tuviesen mayor tecnología, nos aniquilan y se apoderan del amado hogar. Molecularmente son humanos de almas poco evolucionadas. El conocimiento sin controles morales, conlleva al caos y la destrucción de todas las especies. Hace más de dos centurias, enviamos misiones técnicas al Planeta Tierra para advertir y preparar a los hermanos terrícolas del peligro ante la devastadora agresión hitleriana desde el Planeta Marte, quienes querían establecer una base en La Luna, para desde allí acercarse al globo terráqueo, y por medio de ondas ultra mejoradas de baja frecuencia, pretendían controlar los cerebros de los habitantes del lugar de nuestra génesis. Pero, los emisarios fueron asesinados y sus cuerpos preservados como ranas de laboratorio. No comprendieron las mutaciones genéticas producidas por el tiempo al salir hacia el espacio sideral. Carecen de sabiduría, otorgan mayor importancia a la apariencia; que a la esencia real

de las cosas. Sólo usan sus ojos físicos; sin practicar la inteligencia espiritual del ser. Jamás, reconocieron como humanos a nuestros mensajeros de paz y amor; aún siendo de su mismo genoma, pero de morfología diferente.


mientos justos, solo le interesa ganar almas para sus sempiternas ergástulas, es un híbrido entre el sofista infernal del engaño y la perversa irracionalidad minotáurica. Se inicia el proceso de justicia celestial, el secretario llama la entidad espiritual a juzgar; el jefe de legión demoníaca se torna contento, tiene una oportunidad para engrosar el reino de maldad, es un discursista de primer orden y un litigante temerario, utiliza todas las malas artes y estratagemas para salir ganancioso de causa, se debe estar despierto para evadir el engaño. Pero, por más oscuro, inmenso y bien elaborado espesor de la falsedad, siempre se desvanece ante el más mínimo rayo de justicia.

LA BOTIJA Fallece IA, estas son las iniciales de su nombre y apellido. Era hijo de la vejez octogenaria, incubada en el vientre de una concubina abandonada en el estéril desierto tribal de la injusticia social. Su alma, mente o siquis en un segundo, la envían ante el divino juzgado de la instrucción; allí, activan nuevamente su memoria, sus acciones la proyectan en una pantalla gigante adjunto a las pruebas. Se procederá a formular los cargos contra IA; el acusador odia a todo justiciable, es un eterno violador de derechos y los razona-

Quien preside el sacro tribunal, concede la palabra al acusador para formulación precisa de cargos, y este empieza, __He ahí, los hechos innegables que voluntariamente cometió; dedicó su existencia a producir riquezas, no tuvo misericordia de sí mismo, mucho menos de nadie; casi ni comía para no gastar dinero, sacrificó su propia vida en aras de la codicia. Observe esta prueba testifical, aquí una hambrienta vieja solicita una limosna; escuche lo dicho a ese vetusto ser: “Busca un marido o ponte a trabajar”. Ahora, analicemos este otro presupuesto de la cintila probatoria, miren la actitud hacia su madre, cuando peticiona dinero para comprar medicina, le contesta no tener, y los bolsillos repletos de papeletas de todos los colores y números. Prosigue su discurso acusador, _Por economía procesal; pues, miles de almas esperan su juicio, sólo me limito a argumentar lo siguiente, el imputado IA, existió en forma indolente en La Tierra. Si le permiten entrar a la gloria, deben perdonar la rebelión de mi jefe y cada uno de sus acólitos, restituyéndolo en el cielo junto a todos los poderes como ángel de luz y fe. Por tanto, según La Biblia, código vigente, los avaros conllevan castigo, y esta inmoralidad, estuvo en consumación constante en la vida de este hereje. Luego de motivar brevemente mi petición, concluyo así: __Declarar culpable a IA del pecado de avaricia, a ser condenado eternamente al suplicio del lago de fuego y azufre; y darle diariamente unos masajitos, con


hojas de pringamoza en la espalda y la zona escrotal__. De esta manera, el jefe de la legión mefistofélica termina su exposición. Corresponde, el turno al divino abogado defensor, __Excelsa señoría, soy dichoso al poder postular ante este majestuoso tribunal; es usted, el juez de jueces, conocedor de la naturaleza humana, quien discierne los pensamientos; pues, las personas, aunque algunas muy presumidas, siempre sus cuerpos serán aliento viviente que inexorablemente marcha hacia el polvo. Si, por un momento, pudiesen someter las pasiones, en ese mismo instante dejarían de ser hombres y mujeres, y se convertirían en ángeles, sin apetencia de nada, solo alabar el bendito nombre de Dios Todopoderoso. De suerte y manera, las almas deben vivir constantemente en un peregrinar bajo el azote de las miserias espiritual y material. Esta persona, en su niñez y adolescencia, padeció el espantoso infortunio del hambre; a tal punto, en el caballete de la enramada de piso terroso, la cual sirve de cocina a su casa, amarraban un arenque, lo introducían en una olla de barro; echaban agua, hasta el preciado líquido absorber el gusto y empieza a hervir; luego, jalan al ‘policía’ y lo dejan suspendido en el aire, atado a la fina cuerda; entonces, le echan arroz para simular un locrio. Su estómago, casi se cierra ante la ausencia de alimentos, por eso, comía muy poco. La necesidad hace valorar más las cosas; así, aprendió a enterrar riquezas para asegurar el futuro de sus vástagos. En su discurso apoteósico de justificación social y espiritual de IA, prosigue el Raboni, el León de la Tribu de Judá, _ Con relación a la honorable dama, solicitante de una limosna, debemos señalar, desde su juventud vivió pidiendo, nunca trabajó y abusaba de la bondad de este hombre. Pero, esa digna mujer, compareció a juicio y Lucifer la acusó de estafar insaciablemente a IA, pretendiendo llevarla al infierno; no entendemos la doble moral de los demonios. En cuanto, al dinero pedido por su madre, era una mujer de poca fe en ese momento. ¿Por qué no imploró salud divina ante mí?, a partir de aquel día, desarrollé en ella niveles más elevados de creencia. Por último, consideramos, las conclusiones solicitando la culpabilidad y condena de nuestro defendido son extemporáneas,

improcedentes y carentes de fundamento moral; estamos en la instrucción del proceso. Concluimos, los pedimentos del delegado acusador mefistofélico deben ser rechazados, por las razones antes señaladas__. A los imputadores, no les preocupa el procedimiento, quieren acabar rápido la honra de los encartados. __Justiciable, en su defensa, tiene algo para explicar o solicitar a este divino tribunal__, manifiesta, Dios, en funciones de juez de la instrucción. El imputado argumenta, lo siguiente, __Señoría, soy una persona que padecí mucha hambre, una inmensa crujía; mi apodo es Quijada Quieta. En mi estómago, no había molienda durante días; pesaba ochenta y siete libras, si las ropas estaban mojadas, era un anteproyecto fallido de hombre. Comprendo, llevé una vida errada al atesorar riquezas; pero, las conseguí trabajando. Deseo el permiso de escoger una noble persona en La Tierra, a Juan Currutaco, para buscar el oro enterrado y lo entregue a los pobres; así, allano el camino a la gloria. El demonio, interrumpe la alocución del imputado, y sustenta, __Detrás de muchas fortunas hay un inmenso lago de dolor y sangre…__. Silencio, espíritu de las tinieblas, no tienes derecho a la palabra, vehemente ordenó el Juez de jueces. __Por favor, escriba secretario. Este Divino Juzgado de la Instrucción, administrando justicia en nombre de la Suprema Autoridad de Dios Todopoderoso, regularmente constituido en el proceso de IA, debidamente asistido por su defensa, el León de la Tribu de Judá; versus Lucifer, parte acusadora y reclamante de su alma. Vista la última dispensa celestial o Pacto de la Gracia y escuchada la solicitud del imputado, en el sentido de escoger en La Tierra, a una persona para encontrar la botija y la reparta entre los pobres. Falla: primero, facultar a IA para requerir una noble persona física, nombrada Juan Currutaco, para extraer sus riquezas. Segundo, sus-


pender el conocimiento del presente proceso, hasta tanto concluya la indicación anterior, en un plazo no excedente, al cabo de año del fallecido, ahora imputado. Tercero, vencido el tiempo, Lucifer, es investido del derecho de propiedad sobre los bienes soterrados y el alma del fenecido IA__, así sentencia, quien preside el tribunal. Eustaquio, en la tierra de los vivos, en su humilde casa, evidencia intranquilidad, un ángel lo inquieta, no puede descifrar las revelaciones celestiales para sacar de tribulación el alma de IA, rogándole buscar la fortuna en doblones y morocotas de oro, enterradas antes de fallecer. Si discurre el final del cabo de año, Mefistófeles, se convierte de pleno derecho en guardián de todos los bienes soterrados, situación calificadora del pecado de avaro: esto implica, no entrar en la gloria. Hasta en sus momentos de ingerir alimentos, el ángel aparece a Eustaquio, era tal, los niveles de posesión en el designado por mandato celestial que sale huyendo hacia los montes, brinca como un chivo, cuando le enseñan a lengua de mime para sacrificarlo. Los parroquianos consideran su locura, esa percepción la fundamentan en su extraño comportamiento. Esto impide a las personas creer en su relato sobre una orden celestial para sacar una ánima en pena, deseosa de entregar en sus manos, inmensa fortuna en doblones y morocotas de oro para repartir entre los pobres; por tanto, necesita dos hombres íntegros y valientes para asistirle en esta misión. Los comentarios de Eustaquio seducen a algunos aldeanos. Llama a dos vecinos, a quienes revela, _ En un mes, llegará el azote de una inmensa granizada, capaz de matar cerdos, ganado caprino y aves de corral; sino están bajo fuerte techo_. Sendos amigos, ya persuadidos, toman las previsiones de lugar y salvaguardan sus animales y cosechas. Los demás, no hacen caso a su predicción. Ahora, no lo llaman loco, sino brujo.

Eustaquio, en esta empresa esotérica, no lo motiva la avaricia, sino la paz de su alma y la del difunto. Así, transmite a sus acompañantes, fielmente los consejos del penitente. Bajo el manto de la oscura noche, tres hombres y un manso caballo, caminan sigilosamente en la sabana, iluminados por astillas de cuaba. Flanquean el lado derecho del monte de hicacos, cruzan de una zancada, la diminuta quebradita o riachuelo agigantado por los aguaceros, que desaparece en una o dos semanas al dejar de llover. Las aves cantoras en la nocturnidad, rompen la armonía del silencio, adjunto a otros animales y seres. La lechuza, lanza al aire su triste y temeroso chirrido; cientos de grillos desesperados emiten su monótono y agudo discurso de amor. Mientras, a lo lejos, se escucha el jupear de las ciguapas, cortejando al laborioso galipote; a igual distancia, los fuertes bramidos de las reses, saludan las estrellas; y aúllan los perros, presienten el ambiente enrarecido. El caballo relincha varias veces, arroja patadas durante un rato y tumba al jinete; lo jalan por el freno, incitándolo a marchar, el animal se resiste, está sudoroso y azorado; el gran resuello, denota un estado de inmensa agitación, como si sobrellevara una gran carga, para la cual no tiene fuerzas. Entonces, el potro, empieza a botar sangre en todos sus orificios, hasta caer muerto en la inmensidad de la sabana; allí dejan al potranco aparejado, llevándose a cuesta el pico, una filosa pala y otros utensilios. Eustaquio, cumplió al pie de la letra la ordenanza del difunto, revelada en uno de los sueños, debía ir en compañía de dos hombres sin avaricia, cada uno montaría sobre un blanco caballo y vestidos de igual color; pero sendos conjurados hicieron caso omiso a la formalidad. El místico cree estar a mayor distancia de la botija, pero en la inmensidad de la sabana avistó la sombra espesa del árbol de mango de gran tronco, que tantas veces, el difunto le había revelado. Un mes antes, Eustaquio, visitó el lugar durante varios días, cuan-


do el sol está en el centro del cielo y sus pies pisan la sombra de su cabeza; pero, siempre los vellos se le erizan, siente escalofríos y profundas puñaladas de miradas invisibles. Los tres hombres llegan al lugar indicado, cada uno, posee siete velas en sus bolsillos para encender en tres partidas. Eustaquio establece instintivamente, el lugar exacto y cava con el pico; otro, usa la pala para retirar la tierra; el tercero, reza muchas Ave María, una tras otra, sin cesar y mantiene encendido los cirios. Luego de laborar media hora, aparecen seis tinajas de tamaño mediano, tienen el mismo color del suelo. Un estado de ansiedad se apodera de los hombres, las pequeñas luces se reflejan en las monedas; nunca antes los conjurados han visto un doblón o morocota de oro. Se disponen a sacar los recipientes; repentinamente, escuchan una voz de ultratumba, azufrada y nauseabunda, inquirir, __ ¿Quién ordenó llevarse mi oro?, y ¿Conseguir riquezas mal habidas, es tan fácil? ¡Por obtener posesiones y poder me nombraron jefe del infierno! ¿Piensan, con tres docenas de Ave María, siete frasquitos dizque de agua bendita y veintiún cerillos, me despojarán de los derechos adquiridos sobre los bienes espurios? ¡Soy príncipe y rey eterno de todas las fortunas de los avaros, sin importar dónde están depositadas! ¡Nadie recibe mi legado, mía es toda herencia mal obtenida! ¡Únicamente, la concedo temporalmente para engañar a quien invoca y honra mi reino de maldad! ¡Falsamente invento necesidades materiales, presiono a la gente, luego cometen desvaríos y siempre vuelvo a administrar lo que me pertenece! A ver, ¿Cuáles son sus crímenes?, ¿Qué pago harán por mis haberes?, ¡No son chismosos, avaros, asesinos, ladrones, ni causan destrucción, no tienen méritos y pretenden sustraer los bienes del amo e inspirador de los ladrones! ¡Ah, loquitos viejos, estos carajos! Mientras, más Ave María rezan los tres indefensos hombres, mayor control de la situación evidencia el maligno espíritu. Los dos acompañantes del hombre de los misterios, tratan de confabularse al maléfico poder y argumentan, __Poderoso señor, nosotros no sabemos de esto, Eustaquio, es quien nos invita a buscar estos

bienes...__. Lucifer, no lo deja concluir, una voz autoritaria, pronuncia un san antonio y ordena, __Cállense, ¿quiénes son éste par de carajos, que sin autorización hablan delante de mi epifanía y no prestan reverencia a mi presencia? ¡Arrodíllense!, vagabundos__. Los demonios, sino ofenden, mejor nunca pronuncian una palabra. Los socios del místico obedecen el mandato. __ ¡Ahora, hablen claro y sin mucha burundanga, pa’ que no se jodan!__, ordena Mefistófeles en tono avasallador. El color de ambos hombres varía de un pálido claro, como si tuviese anemia crónica; a un oscuro intenso, parece a alguien de sangre coagulada. El tránsito del intestino se torna irregular en sendas personas, padecen de una apertura involuntaria de los esfínteres anales; Julián, en sólida defecación, cual turrón de cacao para guayar; el otro, con recurrencia intestinal acuosa. __Hablas, Eustaquio, defiéndenos__, los cachanchanes muy agitados, únicamente asintieron a decir. Aduce Eustaquio, __Las voces de un alma angelical me atormentan durante meses para venir aquí y retirar esta riqueza enterrada. Nunca he tenido ambición de fortuna, invité a mis vecinos para ayudar en esta tarea; no vamos a porfiar. Usted, afirma la pertenencia de estos bienes; nos retiraremos en paz hacia nuestros hogares, únicamente, permita a mis socios obtener algunas monedas en compensación del trabajo realizado. Argumenta Mefistófeles, __ ¿Por qué hablas erguido, sin miedo y no veneras mi presencia; acaso, no sabes quién soy? Eustaquio, de valentía espartana y sonrisa de ángel, profiere, __Respeto el olor azufrado que denuncia el lugar de donde vienes y los poderes maléficos; pero, el conocimiento en Jesucristo liberta a las personas de todos los temores…__. La conversación se torna tensa entre Eustaquio y el dueño de todas las riquezas espurias. Los acompañantes del místico, ambos esclavos del miedo, con voz trunca, interrumpen la conversación, __No hables así, a ese poderoso señor, nuestra suerte está en sus manos…__. Hacen esa


intervención para congraciarse con Lucifer. Se pronuncia el rey de las tinieblas, __Hace rato dije que se callen y no lo repito más. No quiero la ayuda de cobardes, son traidores por naturaleza; además, aléjense un poco, no me agradan sus aromas fecales. __Eres muy altivo Eustaquio, me gustan las personas así; pronto forman parte de mi reino__, argumenta la vetustez serpentina. El místico escucha fijamente la voz espectral y razona, __Líbreme Jesucristo de la altivez y sea mi alma como manso cordero__. Al mencionar el nombre del Hijo de Dios, la intensidad mefistofélica se reduce a su mínima expresión y el enemigo de la humanidad, se pronuncia, __ ¿Por qué mencionas ese nombre reverentemente? ¡Te destruiré, si vuelves a decirlo!__. El vidente conocía todos los poderes sobrenaturales y le comunica, __Únicamente, puedes amenazar y tus poderes son muy limitados, no quiero todos los doblones y morocotas, pero dejas a mis acompañantes llevar algo de oro. Una risa burlona, abruma más la oscura sabana, luego se escucha una voz, __Para despojarme de este botín, debes invocar el espíritu del difunto que alegue y justifique la propiedad de esta riqueza__. El místico argumenta impertérrito, __No debo demandar la presencia de ninguna alma, venga ella y defienda su causa. Uno de los vecinos echa agua a la ácida conversación, su voz trémula por el miedo, dice, __Eustaquio, nosotros no tenemos suerte, ni parte en esta fortuna y no nos interesa el oro, es mejor la vida en pobreza, a la muerte en abundante riqueza. __Eustaquio, puedes retirarte, pero tus dos compañeros quedarán enterrados aquí__, así se pronuncia el rey de las engañosas fortunas. Intervino el místico hombre, __ ¿Qué gloria tendrás al disponer de la vida de personas vencidas por su propio miedo?, simplemente, son mis vecinos, los traje hasta aquí y vuelven conmigo. Argumenta el emperador de la maldad, __Las acciones de ambos, rivalizan a las de cualquier criminal, son cobardes y traidores,

pertenecen a mi reino y merecen doble castigo; recuerda siempre, al corito hay que darle más duro. En tanto, el acusador conversa con Eustaquio; uno de sus socios, tiene aumento de sus coprolitos guindando en sus fundillos; el otro, sufre deshidratación fecal. El místico descifra el plan de terror acometido por el príncipe de las tinieblas para despojar la vida a sus vecinos; entonces, en milésimas de segundo, Eustaquio, elabora una estrategia y procede a ignorar a Lucifer, éste habla y no le responde; empieza a bendecir a Jesucristo, la silueta satánica se deshace y su autoritaria voz, evidenciando pérdida de hegemonía. Un ángel de gloria y poder aparece y comunica a la valiente persona la reprensión al enemigo de la siguiente manera, __In nomini sanguinis Iesus Cristi, vade retro Satanás spirit inmundi__. Los tres hombres, a toda voz en medio de la noche, entonan las palabras dichas por el mensajero celestial, aunque desconocen su significado. La epifanía mefistofélica se esfuma. La cantata surte su efecto espiritual, las legiones de demonios no resisten un alma alabando a Jesucristo e invocando su majestad; allí desaparece absolutamente toda manifestación diabólica. Los dos vecinos son grisáceas estatuas de salmuera petrificada. Pudieron articular su sistema muscular, cuando el místico da algunas palmaditas en sus caras, __ A trabajar, la noche avanza, saquen las tinajas y echen el oro en estos sacos__, ordena Eustaquio. Rápidamente, los hombres empiezan a extraer los bienes. En la parte superior de una de las vasijas, está un corazón de oro macizo, tamaño de una mano femenina, una de sus caras, posee las iniciales IA; la otra, dos letras ilegibles. Los demás recipientes tienen en la boca algunas barras de oro resguardando las monedas del preciado metal, se colectan dos sacos de resistente cabuya, aproximándose a cien kilos cada uno. __Carguen los sacos, no hagan preguntas, tampoco miren hacia atrás__, sugiere Eustaquio. Salen de la finca sabanera, acceden a un camino de vereda para bestias de carga, ambos lados delimita-


dos por oxidados alambrados de púas, este trillo cruza la carretera interprovincial a la altura de La Bomba de Yaiba a Las Taranas, por ese caminito todos los agricultores transitan desde antes del amanecer. A cualquier hombre de fuerza, llevar uno de los sacos llenos de oro, lo pone a culipandear. Inmediatamente, Eustaquio, desamarra la boca del talego cargado al hombro por Julián, lo mismo hizo al otro receptáculo y comienza a tirar doblones, morocotas y barras de oro sobre la hierba que besa el trillo a lo largo de tres kilómetros. En la madrugada profunda, hipnotizados por el susto, perfumados en el rocío, el cual queda vencido ante el hedor fecal, los dos vecinos llegan a sus casas; la actividad cerebral es intensa, sus memorias borran aquellos hechos, padecen profunda amnesia. Eustaquio, piensa en voz baja, mientras sus compañeros de faena se retiran, __Parece que mi vecino Julián, se echó algunas barras de oro en los fundillos, aunque me parece no ser así, porque el oro no hiede. Pronto llega la mañana, los campesinos marchan a sus múltiples labores. Todos encuentran doblones, morocotas y barras de oro, regalos de la divina providencia para mejorar su suerte. Eustaquio, se levanta en medio de la algarabía en el caserío; pues, un espíritu de bonanza bendijo la comarca. Los dos vecinos se unen a la celebración, sin recordar nada. En la profundidad de la madrugada del próximo día, Eustaquio, reconcilia el sueño y duerme plácidamente. El mismo ángel se le aparece e informa que IA, aunque a mucha dificultad, pudo ir a la gloria. Comenta el místico hombre, __Vivir y descansar en paz, es la mayor de todas las bonanzas y para vivir no se necesita tanta riqueza. Que Jesucristo envíe a uno de sus asistentes para hablar conmigo y protegerme, es el mayor de todos mis bienes. Esta bendición no la cambio por la fortuna que repartí, ni por las barras de oro de mi vecino Julián.


EL LABRIEGO Y LA CIGUAPA Una larga cicatriz sobre la epidermis de la tierra, se forma a muchas pisadas. Transita el labriego sobre el trillo, en medio del bosque húmedo tropical; vende su fuerza de trabajo por días, al atardecer camina cansado, ansía llegar a las frescas aguas del Río Yanabo para allí dejar su agotamiento. El joven jornalero, quien es estudiante de las Escuelas Radiofónicas Santa María, recibió anticipado el pago, satisfactoriamente, cumple la obligación. Su rostro y las flores de las enormes amapolas atrapan los últimos rayos de sol. Las rosas de la campiña, se bañan en la crepuscular nostalgia del atardecer y exhalan sus nobles aromas. La belleza del paisaje se niega a ser eclipsado ante el embrujo de la nocturnidad. Un existencial razonamiento invade su alma, no hay alimentos en el hogar para compartir junto a su vetusta abuela, esto turba su alma y no puede observar a plenitud la alquimia seductora de la naturaleza. Sólo se concentra en recordar que hay varios racimos de plátanos, empezando a secar manzana frente al Charco de Muma, donde las risueñas aguas acarician la piel de las doncellas y develan los misterios de sus virginidades. Pero, pasar cerca de aquel charco era inmoral, cuando la luz del sol ilumina el firmamento; pues, allí, las féminas bañaban sus cuerpos. En tanto, el atardecer llega a su clímax y el crepúsculo vesperal se sumerge en la noche; Alberto, se dispuso a tratar de proveerse de la compaña de los víveres que cortará en los linderos del anochecer, empezó a atrapar ambrosías de la vida, de diez patas cavadoras de cuevas o caminadoras hacia su escondite debajo de las piedras. Su débil abuela, doña Eusebia, al hervir media docena de jaibas,

tomaba el vigor de una muchacha veinteañera; las considera manjar divino; también, un locrio de cangrejo de río o paella quisqueyana, flanqueada en el plato por dos tajadas de carne del monte o aguacate. La cortina de la noche, apresuradamente recorre la bóveda celestial, el azul engalanador del cielo; ahora, es gris, las tonalidades se van acentuando. La policromía de la naturaleza se desvanece, los colores se pierden en una aberración cromática. Cuando advino frente al Charco de Muma, alguien se llevó el racimo de banano, dejado por Alberto hace dos días, porque le falta tiempo; pero otro, lo encontró de provecho. Son plantas crecidas a las orillas de los ríos y son de disfrute público. Volvió a hacer memoria, determinó que frente al predio de Pomito Palma, había varias plantas de plátanos prestos a mitigar el hambre. Llegó al otro sitio y con su machete de faena cortó las viandas; ya, adjunto a la sarta de jaibas, tiene la cena asegurada. Alberto vuelve al Charco de Muma, estanque paradisíaco, un inmenso jacuzzi de portentosa chorrera de cristalinas aguas, que nos sumerge en una extraordinaria y gigante piscina natural, donde flexibles árboles de cacao sirven de balancines para hacer clavados. Los hombres pueden bañarse a partir de la prima noche, es una norma de moralidad pública en el campo, el voyeurismo en esa área, se paga con la exclusión social, como un leproso en la antigüedad. En los linderos indefinidos de la prima nocturnidad; Alberto, se dispuso a acicalar su anatomía en aquel remanso. Mientras se acerca, observa una silueta de mujer que alborota las aguas; volteó el rostro, pero un fuerte silbido lo incita a mirar; entonces, los ademanes, lo invitan formalmente a compartir el estanque. El joven, casi imberbe, en su explosión hormonal vence al miedo y la vergüenza, se acerca al charco en tímido cortejo. La fémina al jupear, retumba en el ambiente y agita las aguas al nadar.


En cada caricia, un bucólico amor baña sus cuerpos. Las palabras sobran por la intensidad de la pasión y la luz de la noche cubre todas las faltas. La belleza en el alma del mancebo contrarresta su ausencia de garbo; la nocturnidad es el manto que cubre los deseos furtivos. La Luna, hermosa lámpara en el centro de un inmenso salón palaciego, se situó en medio del cielo; las estrellas son lágrimas luminosas colgando del firmamento. Los bananos, la sarta de jaibas y su abuela, descansan en el olvido de la pasionaria nocturnal; es la iniciación de Alberto en el altar del culto de Eros. El inquieto Cupido no lo ha flechado, pero no era necesario, la llama flamígera agita su corazón y hace horas que la razón escapó de su mente. La Luna marca un ángulo en declinatoria sobre el horizonte; pronto, la noche desaparecerá en el misterio de la naturaleza. Los gallos cantan anunciando el alba. El sol empieza a lucir sus espadas de fuego, poquito a poco, dejan su timidez y muestran mayor esplendor en la bóveda celestial. La claridad empieza a develar la desnudez de los cuerpos sometidos a batalla campal; allí, nuevamente se verificó la teoría de la relatividad del tiempo sustentada por Einstein; en un abrir y cerrar de ojos, la noche se esfumó. Alberto, disfrutó el último chapuzón, salió del río, agarró sus harapos y cubrió su cuerpo. Observó, cuando su compañera de la nocturnidad se sumergió en el remanso, esperó más de diez minutos, la mujer no emergía y la silueta femenina se desvanece en el interior del estanque. El mozalbete se lanzó a las aguas nadando hasta el fondo y busca por todos los lados, varias veces ejecutó la infructuosa operación de rescate. Pero, el sol restituye el mágico cromatismo a la naturaleza, las flores vuelven a exhibir sus encantos, el Charco de Muma se transforma en transparente y no encuentra su acompañante; a lo lejos escucha las voces de varias féminas, adviniendo a asearse.

Con el alba, llegan las primeras féminas a acicalar sus cuerpos en el Charco de Muma, por la vereda recogen yerbas aromáticas y medicinales para estrujar sobre la piel y mantenerla lozana. Veloz y atormentado, se retira el joven por el monte, mirando hacia atrás, buscando con sus pupilas dilatadas a la mujer, que en un toque mágico se disgregó ante su incrédula mirada. No pudo registrar en su memoria, el sonido de la voz de su acompañante, aunque el joven quedó marcado por la huella de la pasión. Únicamente, recuerda su mirada nostálgica y dolorosa; lleva en su alma, una estampa hecha bajo el hierro candente de la sociedad; en sus ojos, la tristeza del zambo. En la femínea piel, se siente el fuego del enigma africano y la mansedumbre de las taínas, de este híbrido surge la ninfa encantada de los bosques quisqueyanos, ser espectral que se deshace en el alba. El dolor, la soledad y la injusticia condenan su voz al silencio; su cuerpo, mediante un conjuro, desaparece al contacto con la luz. El osado joven llega a la casa materna. Su abuela, doña Eusebia, mastica el viento, como buscando el sabor del oxígeno en sus labios hambrientos, a sus noventa años tiene muchas deficiencias fisiológicas, pero el estómago y el sentido de la vista, funcionan casi a la perfección. Al mirar a su nieto, la nonagenaria dama, muy exaltada exclama, __ ¡Pero, Alberto, hijo de mi alma!, ¿quién ha cometido ese abuso contra ti?, ¿cómo te dieron esa golpiza? ¡Muchacho, tú estás lleno de moretones por todo el cuello, el pecho, los brazos y la espalda! ¿Cuántos hombres enfrentaste en duelo desigual? ¡Déjame buscar el cuchillo lengua mime de tu difunto padre, aquí se va a pelear hasta la sangre desbordar al río! ¡Ay no, esto no se queda así! ¡Rompe ese silencio!, y dime, ¿quiénes son esos cobardes? ¡Déjame poner una enagua, por si caigo al suelo, no miren mi vergüenza! La anciana se retira a su recámara, cuando se agacha para entrar un pie en la indumentaria íntima, detonan varias flatulencias involuntarias, pero el nieto no las escucha. La enfadada dama continua su discurso, __ ¡Si tienes miedo, vamos donde el alcalde pedáneo


a poner la denuncia sobre esta paliza, estos bandidos deben ir a la cárcel!

ña botica. Se le activa la inteligencia emocional, intuición o sexto sentido y halla sus pócimas adquiridas en la farmacia.

El nieto de doña Eusebia está desvencijado, molido por la batalla campal, su piel testifica el aguerrido encuentro.

Entra a la habitación de su benjamín que mejora gradualmente, echa en agua el cuerpo esférico para desbaratar los hematomas; mientras, esta sustancia se disuelve procede a frotar el ungüento en la piel sobre las marcas de la pasión desbordada. Terminado el masaje, Eusebia, amorosamente, dijo a su nieto, __Mi hijo, bébete esto__. El desvencijado hombre asiente con la cabeza e ingiere un sorbito, pero no le agrada al paladar. Entonces, manifiesta a la abuela, __Vieja, tengo hambre, antes de esta tisana, quiero víveres y algo de compaña.

Con sobresalto, la abuela del joven llamó a su buena vecina, __ ¡Negra, corra!, traiga un poco de leche de vaca y bija para desbaratarle unos golpes a Alberto, casi lo matan. La noble vecina, Negra la de Pichirro, llega al encuentro del clamor de Eusebia y ayuda a levantar a Alberto, el cual se encuentra casi desmayado en la enramada a las patas del fogón. La leche caliente de vaca junto a la bija, devuelve la vida al mancebo, lo ayudan a acostarse en su catre y por el trasnoche, queda rendido por el sueño. Eusebia, sale a la letrina a dar del cuerpo. Al ejecutar el acto fisiológico, en su mente tiene ideas encontradas, una disyuntiva: echa el pleito o debe posponerlo. La anciana no es mujer de culipandear; pero, ante todo, piensa en la salud de su nieto. Fuma su cachimbo alimentado por recio andullo, entre tanto, razona; _ Que sea la justicia, quien decida sobre la golpiza de Alberto, siempre es mejor así. Eusebia, desarrolla su lenta actividad fisiológica y sigue pensando en la golpiza de Alberto. Mientras, las mujeres de la comarca suben del río y una noble cristiana, trae el racimito de plátanos y la sarta de jaibas, llama a la casa y nadie responde. Deja debajo del fogón las musáceas y los cangrejos, se despide diciendo, __Vieja, en la cocina te dejo una cosa__. La noble anciana, a la lejos escucha una voz femenina, sin distinguir quién era. La vetusta ciudadana sale de la letrina, apaga el cachimbo, se lava las manos y deja atrás su estado de beligerancia, está concentrada en buscar unas medicinas: bola de golpe y algunos bálsamos, muy eficaces para el malestar de su nieto. Su mente divaga, transcurren más de dos horas y no acierta racionalmente a encontrar su peque-

La vetusta dama guardó silencio y cogió el machete del joven, recordó que al final del solar hay un racimo de banano, aunque le falta tiempo, se deja hervir. Faltan fuerzas a la doñita para cortar la planta, pero le sobra disposición al acometer toda obra de bien a favor de su protegido. Susurró al oído del mancebo, __Quédate tranquilito aquí, voy a mochar un racimito de plátano en la empalizada del fundo. Al escuchar las palabras de su venerable familiar, la noción del deber se apoderó de su mente, dejó la ñoñería, se incorporó del canapé y argumentó, __Mamá, préstame la mocha, traeré la vianda. La ancianidad no la despoja de los bríos en su alma; pero, la vejez es humillante. Sus labios ondean involuntariamente, cual frágil lienzo movido por el viento, la abuela contestó, __ ¡Mejor, vamos los dos! Salieron de la humilde habitación de Alberto, sus brazos entrelazados por los hombros, caminan cinco pasos, distancia de separación entre la casa y la enramada en funciones de cocina. Doña Eusebia, siente los temblores en el cuerpo de su nieto, los ondulantes cueros de la barriga, emulan las olas del mar, lo sobrecoge una respiración sofocante, sudor copioso, ojos desorbitados y mirada fija en las rústicas patas del fogón. Lo que motivó a la noble anciana a inquirir, __ ¿Qué te pasa mi niño?__. El joven quiere contestar, pero la


ausencia de oxígeno en los pulmones no le permite hablar; allí mismo, descansa en un taburete, luego de calmado un poco, comentó a su abuela, __Mamá, estoy bien; pero, ¿Quién trajo ese racimo de plátano y esa sarta de jaibas?__. La dama no comprendía, el por qué de la pregunta, ni el azoramiento de su pupilo. Se percata, que el joven se agita mucho más, cada segundo discurrido al hilvanar su respuesta, __Mi hijo, a la verdad, estuve dando del cuerpo en la letrina, únicamente, oí una voz de mujer, no entendí sus palabras y mucho menos pude ver su cuerpo, todo me resultó extraño, pero gracias a Dios, aunque en forma misteriosa, siempre provee alimentos a su sierva. Terminada la exposición de la veterana de mil batallas vivenciales; el joven se desmaya en el acto, vira los ojos y un sudor frío sale de sus poros. El grito del desconsuelo brota de la garganta de la nonagenaria dama, __ ¡Comadre Negra, corra, Alberto se muere!

EL HÍPICO En el Hipódromo Perla Antillana, donde se encuentra el Establo Carracuca, al corcel denominado Huracán Tropical, cepillan los dientes con bicarbonato de sodio, cortan todo el pelaje y proceden a brillar la piel del viejo potro. Al animal lo certifican por un pedigrí de ejemplares vencedores que ejecutaron hazañas históricas en las arenas de la pista.


A la especie equina, el veterinario inyectó una serie de sustancias energizantes para fortalecer los músculos y activar su sistema cardiovascular. En el corazón del caballo se registran mayores combustiones, que en el moderno motor de un automóvil fórmula uno. Luego del entrenamiento correspondiente, Huracán Tropical, está en condiciones de exhibir su gran estirpe en las arenas doradas por el sol caribeño en el Hipódromo Perla Antillana. Huracán Tropical, en sus días de esplendor, cuando salía de la gatera, delante de él, sólo iba el viento. Emula a Bucéfalo en su esplendor y pelaje azabache; pero, se fracturó una pata trasera durante una fatídica carrera. De aquellas glorias, no queda, ni su sombra. Luego de tres años de fisioterapia equina, buscan relanzar al caballo. El dueño del Establo Carracuca, busca una carrera donde su modelo hípico pueda descollar; necesita corceles que a pura sangre hayan recorrido la arena del hipódromo y a partir de la Curvita de la Paraguay, sus pulmones buscaran un segundo aire para imponer su nombre. Establo por establo averiguó las condiciones de salud de los ejemplares a correr en las distintas competencias de la próxima semana. Se convenció que, el miércoles en la tercera carrera, disputarían esplendorosos corceles, aunque no están en su mejor momento. Si gana el potro Huracán Tropical, el éxito de la extraordinaria victoria, elevaría su precio. En la referida carrera disputarán Doña Bella, Sol de Verano, Doña Taso, Perla Negra, Don Queto, La Consentida y Huracán Tropical. De estos ejemplares, Don Queto, es el único en estado saludable, hizo buen tiempo en sus últimas dos carreras, apoderándose del segundo lugar en sendas justas. Debe ejecutar una estrategia para ganarle a este brioso caballo; en el último certamen al salir a la arena, perdió por tan sólo medio cuerpo en una emocionante competencia; pues, en los últimos doscientos metros, mantuvo en vilo a

todos los presentes y seguidores por las ondas hertzianas. El miércoles, día de la tercera carrera, llegado el momento del certamen, todos los caballos y yeguas se encuentran en la gatera, listos para mostrar en la arena su fuerza, consistencia y velocidad administrada y guiada por la astucia del jinete. El locutor cede el uso de los micrófonos al narrador oficial de la carrera, Simón Alfonso Pemberton, su mágica estridencia e inigualable voz, empieza a saludar, __Gracias colega. Buenas tardes amigos, desde La Torre de Marfil del Hipódromo Perla Antillana para llevar las incidencias de la tercera carrera puntuable, válida para pool y banca, mil doscientos metros es la meta. Ya los ejemplares de la competencia están alineados en la gatera, esperando el momento de partida. Todo listo, a correr fanáticos… Con salida rápida inicia el ejemplar Huracán Tropical, número cinco; seguido por la yegua Doña Bella, marcada con el tres; el potro Don Queto, señalado por el uno, aunque favorito, se quedó encabritado en la alineación y viene remontando a diez cuerpos del último lugar. El número cuatro, Don Taso, ahora ocupa el segundo puesto, viene avanzando fuertemente en el carril del centro. Prosigue el espectacular relato hípico, _Entran en la recta final, Don Queto, viene volando bajito, ahora pasa a ocupar el tercer lugar, cabeza a cabeza, al lado de Perla Negra, identificado con el dos. Don Queto sigue imponiéndose en la pista. En los últimos cincuenta metros, Huracán Tropical, lo aventaja por tres cuerpos de distancia, Don Queto levanta el rabo para tener mayor equilibrio y fácil desplazamiento, parece impulsado por un motor de reacción a chorro. Se sitúa a un cuerpo distante de Huracán Tropical, que va en la delantera; ahora, cuando faltan veinte metros, van oreja a oreja, Don Queto montado por el jinete Leche de Mime, quien lo azota al costado derecho para sobrepasar a su rival, cabeza a cabeza entran a la meta. Grandioso espectáculo hípico en esta tarde. Esperemos el fotofinis para declarar el ganador de este evento de la tarde de hoy, pues, a simple vista no se pudo apreciar al vencedor. En unos instantes declararemos oficial este torneo.


El fotofinis está dañado; mientras tanto, reemplaza el aparato, la vista de un empleado para apreciar al ojo por ciento. Transcurren quince minutos para llegar la información donde el narrador, __ ¡Fanáticos, aquí tenemos el ganador..., y es…! ¡Huracán Tropical! El alboroto se armó al lado del caballo vencedor y su jinete apodado El Esqueleto, son conducidos al círculo de ganadores. Con silencio cauteloso y capcioso, el fornido enano Machuca, había accedido a la gatera y con ligera soga amarró las patas traseras del potro Don Queto. Después de la carrera, el diminuto hombre se acercó al dueño del Establo Carracuca, __Dame lo mío, ya hice mi trabajo__. La respuesta no se hizo esperar, __Date una vuelta, lo tuyo está seguro__. Aquel hombre, aunque de baja estatura, tiene una mirada intimidante y su boca, es un fusil de alta potencia, contestó con voz ronca de borrachón, __Yo no soy rueda para dar vuelta, necesito mi dinero ahora, o voy donde el encargado de la comisión hípica, para que sepa cómo ganó Huracán Tropical__. Inmediatamente recibe un billete de quinientos pesos. A mucho empeño, demasiada astucia e inmensidad de malas artes, Huracán Tropical, ganó la carrera. Su precio en el mercado de valores hípicos se eleva astronómicamente, venció a los más granados pura sangre de Santo Domingo. El veterinario y sus sustancias de esteroides anabólicos, combinadas al buen entrenamiento, resucitan al otrora Huracán Tropical; durante la carrera se observa la buena biodinámica del potro, aparentemente verificándose un extraordinario desplazamiento. En el palco de honor del Hipódromo Perla Antillana, está un joven comerciante del citadino y populoso sector de Capotillo, se agencia una pequeña fortuna a esfuerzos de madrugadas y la brisa de la suerte a su favor. Escuchó por las bocinas del recinto hípico, la oferta de Huracán Tropical. El laborioso hombre, inmediatamente, se apersonó al Establo Carracuca para acordar el precio sobre el

equino. Su mayor anhelo en la vida era poseer un victorioso caballo de carrera y la adquisición de ese equino, consumaría esta esperanza existencial. Acordado el precio sobre el objeto, la venta es perfecta. El comerciante, con la mitad de su fortuna en las manos, se dirige donde el propietario del Establo Carracuca a efectuar la transacción del potro. La entrega de Huracán Tropical, se consumó al momento de desembolsar el dinero. El comerciante acaricia la cabeza del caballo, sujetado por la brida, lo lleva hacia el establo de un amigo, en el interior del Hipódromo Perla Antillana. El corcel parece un animal amaestrado, abre la boca y enseña los blancos dientes a su nuevo amo; quien exclamó, __ ¡Es un potrillo! Huracán Tropical, pasó al cuidado de otras manos; durante la primera semana, el comerciante dedica todo el tiempo al caballo, como un niño a su juguete de ensueños. En todos los planes de su vida: reina el corcel, a tal punto, que decide bautizarlo con su propio nombre: Pedro T. Pero, el dueño del equino, debe dedicar más tiempo a los negocios, pues, el supuesto potrillo consume mayor dinero, que la generalidad de los gastos de toda su familia. Cuando está en su actividad comercial, utiliza más el hilo telefónico para llamar al establo donde se encuentra el pegaso, que a su hogar. Dentro de un mes, el equino exhibirá su bizarría en las arenas del hipódromo. El nuevo dueño de Huracán Tropical, ahora, denominado Pedro T, lo visita dos veces a la semana. Hace tres semanas, el ejemplar hípico no recibe los esteroides anabolizantes, induciendo a la reducción de peso y masa muscular. Lo encuentra un poco desmejorado, recostado sobre el pasto servido en el establo, sin energía, la mirada triste y el pelaje opaco. Para presenciar la competencia de Pedro T, el martes 13, en la


semana entrante, están invitados Capotillo, Luperón, Villas Agrícolas y otros sectores de la zona norte de Santo Domingo. El caballo está inscrito para participar en la cuarta carrera del evento hípico pactado en la fecha. La madre del dueño de Pedro T, padece de climaterio y deficiencia óptica; su hijo le compra un blanco traje y un binocular. Durante varios días, el comerciante arenga a los vecinos de los sectores capitalinos donde hace vida social; motivándolos a apostar y ganar dinero en la carrera del potrillo Pedro T. Llega el día de la competencia, cientos de ciudadanos se movilizan hasta el Hipódromo Perla Antillana. Acompañados de redoblantes y trompetas marchan al centro hípico y se acomodan en las gradas. En el palco principal están la madre, esposa, toda su descendencia y algunos compadres; mientras, el anfitrión se encuentra en el establo, tratando levantar al viejo penco, Pedro T, para el próximo certamen. Llaman al veterinario del Establo Carracuca para asistir al caballo. El facultativo se apersona allí y tiene altas dosis de fármacos cardiotónicos o estimulantes del corazón y todo un cóctel de sustancias, conoce bien las necesidades del viejo penco. Pedro T, se incorporó a la media hora y empezó a relinchar, le pusieron la brida y el fuste; el jinete empezó el proceso de calentamiento del caballo, hay tiempo suficiente, la cartelera hípica no ha empezado y el corcel echará suerte en la cuarta carrera. Después de dos horas, el potro emite fuertes resuellos, las fosas nasales son dos muffler o tubos de escape de un motor de combustión interna; ruge, cual acelerado y frenado automotor, deseoso de desarrollar su máxima potencia. Los esteroides hacen su efecto. Momentos antes de iniciar la cuarta carrera del evento hípico, donde verá acción el seudo potranco, ya tiene la sangre ligera y acelerada. Cuando transfieren el uso de la palabra al insuperable narrador hípico, Simón Alfonso Pemberton., ya Pedro T, está situado en la gatera para salir a vencer.

Se escucha la detonación de un tiro de revólver y la varonil voz del locutor, diciendo, __ ¡A correr! … ¡Fanáticos!__. Todos los caballos velozmente inician la carrera; en tanto, Pedro T, dio tres galopes y cae abrumado bajo su propio peso y el del jinete, a un ladito de la pista. Desde el palco de honor, el dueño del viejo caballo, quien está sentado al lado de su noble madre, observó cómo la ilusión de su vida yace sobre las cálidas arenas de la pista del Hipódromo Perla Antillana. Pedro T, sangra por la cavidad bucal y las fosas nasales; parece afectado de plaquetopenia o trombocitopenia, consistente en un descenso patológico del número de plaquetas circulantes. Pedro T, no reacciona. El engañado hípico, entre sollozos comentó, __ Ay, madre mía, mis chelitos, mis chelitos__. Y deja caer su cabeza sobre el pecho de su progenitora, buscando consuelo y tapándose el rostro por la inmensa vergüenza. Mientras, cariñosamente su madre lo consuela, __Hijo de mi alma, la fecha y el calor sofocante son los causantes de esta desgracia. La carrera es declarada oficial y buscan una grúa para sacar a Pedro T, el cual está en un lado de la pista. En el mismo hipódromo, el ‘tigueraje’ apostador de su dinero, se creyó estafado por el dueño de Pedro T y acuden a reclamar sus dividendos, a quien lo había motivado a jugar al caballo. El más felino dijo al atribulado hombre, __ ¡De aquí no sales vivo, sino buscas el dinero de todos nosotros, apostado a ese maldito caballo! El dueño de Pedro T, sale del palco de honor y camina hacia las gradas, cerca de la pista para tratar de apaciguar la situación. Pero, los hombres se sienten burlados y engañados, recuerdan la insistencia para apostar por el caballo. A cada momento, la escena se torna


más tensa; cuando el hípico dice no ser responsable de la pérdida del dinero, suena el primer pescozón en el rostro del propietario del corcel. Más de doscientas personas, perdieron sus modestos ahorros bancarios en las patas de Pedro T. La indignación era tal, agarran palos, botellas, tubos y otros objetos para golpear al hípico, quien a gran velocidad tomó la pista del Hipódromo Perla Antillana, se convirtió en un pegaso para salvar su vida. El hípico estableció nuevo record mundial en los cuatrocientos metros con obstáculos, la inmortal gacela quisqueyana, Félix Sánchez, era un niño haciendo pininos ante este hombre, quien prefirió dejar los resbalones y no los cuajarones en la pista del Hipódromo Perla Antillana. La madre del hípico, nerviosa y expectante desde el palco de honor, utiliza sus binoculares para contemplar tan grotesco espectáculo de atletismo, solo decía: ¡Corre por tu vida, hijo de mi alma!

TRILOGÍA QUISQUEYANA La Divina Trinidad de Dios Todopoderoso pasa revista a las acciones de los pueblos de La Tierra para trazar el destino en cada país, conforme a sus hechos. Al examinar las naciones de América; de manera especial, República Dominicana, observa a los quisqueyanos pretendiendo marchar por senderos de paz y desarrollo; aunque sus gobernantes no resuelven un mal ancestral: la pobreza.


Pero, hasta en la gloria, siempre deben solucionarse problemas; pues, muchos reclaman derechos y posiciones sin tener méritos; manifiestan hacer grandes obras a favor del reino celestial; y a duras penas, agarrados de muchas dispensaciones llegan a la Nueva Jerusalén. Luego, quieren ostentar preciosas diademas y un lugar de principalía ante el Santo Trono del Dios Viviente, esto resulta injusto y profanaría el palacio celestial. Cuando en el reino celestial se hacen ponderaciones trascendentes, como la consignada en el Libro de Génesis, capítulo uno, versículo veintiséis, siempre se produce el magnánimo concierto de voluntades de la Divina Trinidad de Dios, entidad espiritual suprema de carácter eminentemente democrático. Consulta todo lo que va a hacer, no por falta de conocimientos; pues, es omnisapiente, sino por su espíritu de amor y gran liderazgo. La Divina Trinidad de Dios, decide escuchar el dictamen de varias almas de políticos dominicanos, dispone despertar las ánimas de Joaquín Balaguer, Juan Bosch y Peña Gómez; asimismo, les mandan usar cuerpos incorruptibles. Al instante se ejecutó la disposición. Bosch y Peña Gómez, plácidos caminan por el sendero de la gloria y analizan el devenir de la nación dominicana. Entre tanto, el líder histórico del partido reformista llegó presuroso, agitado y sudoroso, tras prolijo recorrido deja una larga estela. Bosch, en forma apacible, le pregunta al líder reformista, __ ¿De dónde vienes, tan apresurado y con incontinencia en las glándulas sudoríparas, Balaguer?__. El interpelado se está acotejando antes de contestar, porque la forma conlleva a la esencia de las cosas, entonces aduce, __Respondiendo a esa inquisición, permíteme decirte, Juan, advengo de un baño sauna, algo distante; y ese rápido desplazamiento muscular del cual son testigos oculares, es para fortalecer cuerpo y alma; pues, aquí, la vida es muy larga y a los humanos está prohibido gobernar este reino; mientras tanto, debo entretenerme en algo.

Peña Gómez, en forma incrédula escucha las adornadas palabras de Balaguer y olvida saludarlo, al hacer un absorbente ejercicio mental para interpretar cada una de las ideas externadas por Joaquín; sobre todo su silencioso y estridente lenguaje corporal, una contradicción sensorial, no es audible su copiosa sudoración, pero se visualiza. La celeridad al andar y el olor, no lo convencen de venir de un baño de vapor; duda de la sinceridad de su respuesta. El líder eterno del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), vuelve en sí, cuando el dilatado inquilino del palacio presidencial dominicano, le dice, __ Peña Gómez, y por qué no hay reciprocidad en la salutación, me dirigí afectuosamente a ambos__. Una sonrisa inmensa aflora a los labios de José Francisco, al momento, le concede un fuerte abrazo y balbucea algunas palabras casi imperceptibles a sus oídos, motivando una diplomática carcajada a su interlocutor, enseguida manifiesta, __Balaguer, discúlpeme, no quise interrumpir a Bosch, mientras te preguntó de dónde vienes; tampoco, romper el hilo de la continuidad de la respuesta. Juan Bosch, concluido los saludos, retomó la conversación, preguntándole a Balaguer, sobre el futuro de República Dominicana. Joaquín, hace su ponderación, __Al entregar la presidencia del país, en el año 1996, traté por todos los medios que reinara la paz y el progreso en la nación dominicana, creo en la democracia y la alternabilidad en el poder; pero, no siempre hay personas preparadas y de buenas intenciones para dirigir el destino de nuestro pueblo. Es, pues, la política, una ciencia social destinada a conjurar los males de un conglomerado humano, elevando la calidad material y espiritual de sus conciudadanos. Por tanto, los negociantes al comercio, como los zapateros a sus calzados; se prostituye el noble quehacer de dirigir un Estado, si alguna persona de mentalidad mercaderil, ocupa el solio presidencial; es decir, la codiciada silla de los alfileres. Los mercaderes no soportan el tintineo de las monedas, enloquecen sus sentidos, quieren depositarlas en sus arcas y no reparan en el costo moral para engrosar sus riquezas. Imaginemos, cuando asumen la primera curul de la nación, apoderados para disponer de las arcas públicas, nos enfrentaríamos a una


crisis de consecuencias impredecibles, donde la misma integridad de la república estaría en peligro. Continúa el doctor, _Por consiguiente, el arte y ciencia de bien gobernar, es un sacerdocio al servicio de los menesterosos, ejercido con ahínco, decoro y prudencia. En algunas nocturnidades, no podía conciliar el sueño, al sospechar la existencia de un compatriota padeciendo escasez de comestibles; por tanto, formé un programa de asistencia social, despectivamente denominado por mis adversarios como ‘la fundita’, cuyo objetivo directo era contrarrestar necesidades perentorias de los desheredados de la fortuna, elemental para disponer de una ración alimenticia. Las personas humanas, dejan de comportarse como tales, cuando son azotadas por el hambre; entonces, ya no dirigimos ciudadanos, la carencia sistemática de alimentos degrada nuestra especie a bestias sin capacidad de pensar, y ningún poder del Estado, lo detendrá en sus justas reivindicaciones a sobrevivir. La historia nos concede la razón, Luis XVI, perdió el trono y su vida, cuando el hambriento pueblo francés se levantó en armas. El Zar Nicolás II, no pudo detener la revolución bolchevique, porque los rusos diezmados por los pesares, hicieron claudicar su régimen, corriendo la misma suerte del monarca anterior. Innumerables regímenes, sucumben ante la rebelión de las masas. Pero también, ¿Cuántos gobiernos democráticos fracasan, si sus conciudadanos aguijoneados por la prángana, se sublevan contra el orden institucional del Estado? Joaquín, enaltece la efectividad de las políticas sociales para sostener la paz social, _Para proveer alimentos baratos y de calidad a los quisqueyanos, procedí a crear el Instituto de Estabilización de Precios (INESPRE), siempre consideré a esta entidad, mi mejor aliada para gobernar; pues, los pobres no exigen suntuosidad, sino lo necesario para subsistir. Gran parte de mi vida, pernocté en la parte posterior de la casa marcada con el número 25, en la Avenida Máximo Gómez, ciudad de Santo Domingo de Guzmán; mientras, mi voluntad titánica, construía miles de viviendas para dignificar las familias dominicanas. No contraje matrimonio, porque la política requiere consagración, de tal manera, estuve ocupado toda mi vida.

Hubiese condenado a mi consorte y a mí mismo, a una existencia espiritual miserable; ella, por no disfrutar del tiempo necesario de la esposa e hijos, conllevando eventualmente a infidelidades consuetudinarias, en las cuales se pierde el buen nombre de la pareja. Tal, lo sucedido a Napoleón Bonaparte y su amada Josefina. En pocas palabras, para no someter a mi descendencia al escarnio público, prácticamente, asumí un celibato junto a ligeras licencias. En conclusión, reitero, la alternabilidad del poder es buena, si existen hombres probos o mujeres preclaras para dirigir la administración pública. Nuestro país cuenta en la actualidad con una inagotable cantera de mármol translúcido de potenciales presidenciables, donde sobresalen algunos por sus virtudes, cual nobles y límpidas piezas de incorruptible mármol sobre la cual debe erigirse la columna moral del Estado. Y queda esclarecido, otra vez, únicamente a ellos, presto mi sombrero, luego a nadie más. Por tanto, jamás, pero jamás, estaré de acuerdo que los inescrupulosos negociantes dirijan la patria. He dicho. Bosch, argumenta, __De manera particular, dediqué toda mi vida a la formación de hombres y mujeres en la ciencia política y el humanismo hostosiano, capacitados y honestos para dirigir al pueblo dominicano. Pero, mis más aventajados discípulos me han traicionado, a excepción de Bidó Medina. Personas altamente calificadas para guiar la nación, se dejaron corromper por el dinero, y sumergen a la nación en nauseabunda inmundicia gubernamental. Joaquín, rápidamente, razona en voz alta, __Juan, no me gusta interrumpir a la persona en el uso de la palabra, no es elegante socialmente; recuerda, entrenaste a Leonel Fernández; pero, ingeniosamente armé las triunfantes espuelas de faisán ganadoras de la presidencia en 1996. Por consiguiente, eres hombre justo, debes puntualizar sobre las honras compartidas. Peña, está inquieto escuchando a Balaguer; pregunta con su voz estridente y sílabas prolongadas caracterizadoras de su discurso, _ Balaguer, si a Leonel Fernández, donó un par de espuelas de faisán; dígame, ¿de qué son las de Danilo Medina?, ¡serán aguijones de


alacrán! o ¡contienen alquitrán!_ Escuetamente dice el interpelado, _A ese gallo no lo armé, inquiérale a Don Juan. Juan Bosch, intervino y dice a su antiguo discípulo, __José Francisco, José Francisco, José Francisco. Tranquilo, vamos en el sendero a la gloria, después no nos abren la puerta del cielo. Memoriza, en el año 1990, me dieron el tiro del bolsón y estuve quieto por la paz de la nación. Además, debes entender a Balaguer, quien habla en sentido figurado, en parábolas; las espuelas, son una metáfora política. Peña Gómez, el inteligente hombre de piel de azabache, poseedor de un verbo incendiario de corazones y seductor de las mentes; ahora, de un tono más suave y una sonrisa astuta, se refiere al exmandatario dominicano, _Balaguer, hagamos una paz eterna y honorable; pero, dígame, qué le untó a las espuelas de Leonel. Balaguer, el astuto zorro quisqueyano, de rostro risueño, mira fijamente a los ojos del compañero de caminata celestial y dice, __Peña, observo la recurrencia en tu inquietud, entiéndeme, es un secreto de Estado, motivo de mi segunda página en blanco. Marchemos en sosiego eterno, aquí no tengo aspiraciones para gobernar; si mantienes alguna pretensión en ese sentido, cuenta con mi apoyo en secreto; aunque, recuerda lo sucedido al ángel de luz y fe. José Francisco, se queda pensando en las vulpinas proposiciones de Joaquín, en su inmensa habilidad y enigmáticos razonamientos; introspectivamente, bajo el silencio de su alma, sin musitar una palabra, concluye, __Balaguer es un genio…, sabe demasiado, es un zorro de mirada ingenua. Balaguer y Juan, comentan, quién ocupará la presidencia de República Dominicana, y buscan una persona cuerda y no salpicada por la corrupción. Preguntan al gran líder de las praderas y favelas quisqueyanas sobre el ciudadano idóneo para gobernar el país. Un rostro sombrío y pesaroso se apodera de Peña Gómez, quien comenta, __Escuchen mi discurso patriótico, compañeros de

esta larga caminata celestial; aquí, estamos en la verdad, donde las pasiones y aspiraciones están sometidas a la voluntad de Dios Todopoderoso y prevalece el bien de la humanidad; y de manera particular, de nuestro pueblo. Para bien de algunos y mal de otros, el Partido Revolucionario Dominicano, es una organización vencedora de grandes desafíos; pero, jamás se restablece de la división cíclica, la discordia y falta de disciplina en mi glorioso partido de la libertad, dicho estado de cosas, fomenta un flaco servicio a favor de la democracia quisqueyana; tal, es la situación, en la actualidad no están en condiciones de dirigir la entidad política fundada en 1939; mucho menos, los destinos de Quisqueya. A finales del año 1977, a raíz de la convención para elegir los candidatos aspirantes a las elevadas magistraturas de la nación, pronuncié un discurso por el programa radial Tribuna Democrática, donde analicé las causas de la derrota y desaparición del Imperio Inca, por la lucha fratricida entre Atahualpa y Huáscar, herederos de un inmenso reino, prefirieron la sumisión de su trono, antes de llegar a sabios acuerdos; esta es, la cruel realidad de mi amada institución política: el glorioso partido del “jacho prendío” __. Al mencionar la última frase, un inmenso manantial de lágrimas ahoga su noble alma. Peña Gómez, empieza a llorar ante las circunstancias adversas de su otrora partido de masa, recuerda aquellos mítines en la margen occidental del Puente de La 17, hoy Avenida Padre Castellanos; aún, escucha los emotivos ecos de la voz del poeta, al arengar a sus seguidores: “venga gente, venga pueblo”. Jipíos del alma brotan por sus ojos arrebolados, cae hincado sobre una espesa nube. Don Juan, cual noble progenitor, pasa la mano consoladora por la cabeza, lo agarra por un hombro, aupándolo tiernamente, le dice, __José Francisco, deja el lamento, por su desatino eligen su triste destino; de mi parte, hace tiempo lloré ese muerto. En el año 1973, vaticiné que el Partido Revolucionario Dominicano, cumplió su cometido histórico, su razón de ser.


Peña Gómez, se repuso de aquel momento; entonces, más allá de toda pasión, argumenta, __En mi suprema convicción, llevo estampada la dominicanidad en mi conciencia, cual sello indeleble exhibido en la eternidad, y como dice el rítmico merengue cantado por el moreno que bota miel por los poros: “si volviera a nacer, quiero ser dominicano”; soy por igual, un demócrata a carta cabal y los principios no se negocian; por tanto, no comparto los postulados de la reelección; no, por ser nociva; sino, porque en los países de instituciones débiles, sirve para anidar rancios caudillismos para desarrollar caprichosas agendas personales; en vez de plantearse programas de gobiernos desde las plataformas de políticas públicas de las agrupaciones partidarias. Estoy plenamente de acuerdo: República Dominicana, debe establecer la alternancia en la administración estatal. Por el momento, en el P.R.D., nadie tiene los requisitos de un estadista en estos tiempos. La persona de mayores perfiles para dirigir, ya sea por sus conocimientos integrales, eficacia, prudencia, solidaridad, honestidad y defensa de los intereses de la nación, es Luis Abinader. Las masas de mi glorioso partido deben concederle un voto de confianza por el bien de la República Dominicana; estoy convencido de su noble corazón y capacidad para guiar al pueblo, porque el buen bateador, se conoce al agarrar el madero. Balaguer, Bosch y Peña, por unanimidad y en honor a sus méritos acumulados, deciden recomendar ante el Excelso Dios Todopoderoso, a Luis Abinader para gobernar a República Dominicana. Joaquín, realizando un análisis histórico de los acuerdos políticos entre ellos, comenta, __Peña, primera vez, nosotros tres, estamos de acuerdo en algo. José Francisco, posee una mirada serena, firme y penetrante, observa a quien dialoga y le responde, __Balaguer, hemos armonizado en esta elección, porque la persona propuesta no tiene tasa de rechazo y esa precandidatura crece desde La Tierra al cielo. El áurico resplandor en las calles de La Nueva Jerusalén es evidente a la vista de la tríada. Guardan la divina ciudad, ángeles portando

largas espadas de fuego, causan un gran remolino al cortar el limpio aire. Los tres dominicanos quedan pasmados ante el esplendor de las vías doradas por donde transitan. Las diademas cuelgan en los frentes de los palacios celestiales, esperando a alguien meritorio para lucirlas en su cabeza. Cualquier mortal pasaría una eternidad contemplando aquellas coronas; allí, todo es luminoso y diferentes tonalidades de luz se perciben en las aureolas. Balaguer, manifiesta ir a los vestidores del majestuoso palacio, necesita un traje formal para resaltar su imagen; pues, viene de un baño sauna. Un ángel guardián lo reconoce y pregunta, __ ¿Qué usted hace aquí, Joaquín?__. El interpelado contesta, __Investiga a San Pedro, me manda a buscar para tratar asuntos de Estado. Asísteme en la indumentaria__. Balaguer, solicita un frac blanco. El ángel verifica la invitación a dicha alma, luego, le responde, __ Aquí únicamente se usa alba túnica de lino fino__. El expresidente dominicano, recuerda una vestimenta de ese color, la cual vistió para presentar cartas credenciales ante el gobierno de Colombia y cuidadosamente guardó hasta sus últimos días en la tierra. Como pensamiento vago, advino a su mente el asistente fiel, Bello Andino. Cuando están debidamente ataviados, en divina audiencia son recibidos por el Altísimo y conforme a la verdad de sus conciencias, dictaminarán sobre la persona de mayores condiciones para ejercer el poder político en República Dominicana. Los ángeles ujieres, entidades espirituales del protocolo celestial, lo conducen hasta una inmensa luminosidad, sobrepasando en brillantez al sol, sin incandescencia, se acercan y no se queman; únicamente, reciben un viento apacible, cegador de sus ojos. La poderosa luz, de voz audible, les pregunta, __ ¿Cuál es la mejor persona para ser elegida a la presidencia en su país?__, al escuchar el sonido de las palabras, los tres hombres caen hincados en absoluta reverencia y al unísono dijeron, __ Luis Abinader__. Entonces, el omnisapiente y democrático ser sentencia, __Es la voluntad permisiva de Dios Todopoderoso, elegir a Luis Abinader, Presidente de República Dominicana, tiene nuestra gracia, decidan ustedes la forma de comunicar esta decisión; pues, necesita el favor del libre albedrío de los hombres y mujeres


de Quisqueya; porque muchas veces, la Divina Trinidad de Dios dispone una cosa; y los humanos, por sus desvaríos y desatinos, deciden poner piedras de tropiezos en la materialización de esa disposición. En tal caso, deben aceptar la responsabilidad. Su nación, siempre está ante la presencia de nuestro trono; al ser fundada por un Ángel de Luz, vertiendo el evangelio en medio de la blanca cruz; además, allí, yace un remanente firme doblando rodillas a nuestro Santísimo Nombre; razón por la cual, sobre brazo fuerte y extendido reafirmamos los cimientos de la tierra en su media isla, deshacemos las tormentas en el Mar Caribe, bendecimos sus cultivos al enviar lluvia oportuna. En todo tiempo, los dominicanos serán prosperados; no olvido, cuando mi pueblo elegido al ser perseguido para exterminio y sometido a campos de concentración, un pedazo de aquella nación, tuvo prisa para brindarle socorro. Bosch, Balaguer y Peña, están embriagados por la presencia de Dios y escuchar las maravillas sobre Quisqueya, pero la misma voz, les ordena retirarse. Reverentemente, la trilogía quisqueyana se marcha del centro del poder del Dios Viviente, proporcionándoles una plena satisfacción de gozo. Se despiden caminando hacia atrás, siempre dando el frente a la inmensa luz, el resplandor es grandioso, les cubre sus espaldas y no hay un ápice de sombra por ningún lugar hasta estar fuera del majestuoso y espacioso trono. Flanqueado por dos ángeles, Peña Gómez, Juan Bosch y Balaguer, animosamente conversan; entre tanto, marchan a la puerta conductora al exterior de la inmensa mansión celestial; entonces, Joaquín saluda a alguien y se queda rezagado. Los cuatro seres se percatan de la ausencia de Balaguer; pero, ya está entrando nuevamente al lugar Santísimo, agarrado de la mano de una autoridad, la cual tiene sobre su cabeza un reluciente capelo y su anatomía cubierta por una toga con fibras de oro. Las deidades del protocolo celestial sobrepasan en señales a un policía de tránsito en una intercepción congestionada y solicitan detenerse al líder reformista, el llamado es en vano; pues, el líder reformista entra al centro del esplendor

divino, conjuntamente a su acompañante. Joaquín, conoce el protocolo celestial, inmediatamente se arrodilla e implora al Dios Todopoderoso, permitirle hablar, encuentra gracia en su solicitud y Balaguer empieza su discurso, __Divino y Verdadero Dios, no hay reino como tu señorío y de tu excelsa majestad dimana todo poder, soy indigno de estar ante la luz inmaculada de tu presencia, suplico el perdón de mis pecados; pido disponer mi traslado a este lugar, hace un calor sofocante donde estoy, es un baño sauna, con quienes cohabito son muy beligerantes y conspiradores impenitentes a tus designios. Aduce la Divina Fuerza Redentora, _Un momento, Joaquín Balaguer, vamos a permitir el advenimiento del acusador de tu alma, es trascendental establecer y resguardar un buen procedimiento, es la garantía de la paz celestial. _Acusador, ahí tienes el dossier de vida del dominicano Joaquín Balaguer; necesita tiempo para estudiarlo_. Inquiere la Divina Fuerza Redentora desde su majestuosidad celestial. Contesta el interpelado, _Pero, ese es Elito, conozco muy bien su impronta terrenal, no hay que pasarle juicio. Chapita, lo espera en su celda. Argumenta El Excelso, _En el Magno y Supremo Tribunal Celestial, no se aceptan los alias o apodos, son degradantes a las personas; por eso, en el libro de la vida o en la bitácora de los caídos, sólo se escriben los nombres completos declarados por su padre, madre o tutor, jamás un sobrenombre; si en la tierra no son declarados, entonces, lo acreditamos así. La voz del Excelso argumenta, __Joaquín Balaguer, justifícame una razón para alcanzar la gloria. Joaquín, inicia rápidamente a hilvanar sus más trascendentales pensamientos para su celestial discurso; sus labios dejaron salir las


siguientes palabras, __Nuestro Señor y Salvador Jesucristo en su misión redentora en La Tierra, encontró a un joven, quien guardaba todos los mandamientos de la Ley de Moisés; el mancebo preguntó al raboni, qué le faltaba para ser salvo. Jesús dijo, vende todos tus bienes y entrégalo a los pobres. Pero, aquella persona entristeció y no cumplió la sugerencia del Rabí de Galilea. Mas sin embargo, mi mayor virtud fue vivir sin apego a las cosas materiales y desarrollar un sacerdocio al servicio de las masas desposeídas; regalé todos mis bienes a favor de los menesterosos. Si pudieras proyectar mi expediente, verificarás mi dedicación en la vida a regalar: ¡muñecas y bicicletas!, para los niños pobres. En esa ocasión, un arcángel empieza a pasar imágenes y sonidos desde que Balaguer tuvo conciencia. El habilidoso líder dominicano, se fija en los episodios de sus bondadosas obras, las cuales pasan muy fugaz, y los instantes donde aparecen situaciones desfavorables, se exhiben por más tiempo; levantó el brazo derecho, blandiendo el dedo índice, cual espada desenvainada, y argumenta, __Respetuosamente, quiero señalar que en las pruebas sobre mi accionar de vida, no existe un trato igualitario en el tiempo de apreciación. Dios, ordena a su asistente, ir más despacio en la representación del fardo probatorio. Aparece la imagen de un hombre asesinado a balazos cerca de la Universidad Autónoma de Santo Domingo; y la voz del Juez de jueces interroga, __Balaguer, dígame sobre la muerte de ese joven periodista, y pondere, que las páginas en blanco están escritas en nuestra presencia. El acusador, interrumpe y dice, _Elito, es capaz de armarte un lío en el cielo y quedarse gobernando. _Mefistófeles, como parte acusadora, ya le dije su deber de llamar a las almas por su nombre completo_, comenta el Juez de jueces. Mientras, el maligno refunfuña, pero se impuso la autoridad.

El Excelso sigue preguntando, __En una oportunidad usted argumentó que su mano podía temblar por edad, jamás por miedo; ahora, observo inestable y nervioso a su dedo erguido sobre su frente, ¿por qué tiene el índice tan agitado? Audazmente, Joaquín, elabora una respuesta y la expone, __Ante el poder de tu gloria inclino mi rostro, permíteme contestar la primera inquisición. Por santo y noble que sean los hombres, siempre a su lado existe un cerco de incontrolables; esto no implica necesariamente, estar de acuerdo con sus malsanas acciones. Haciendo memoria; la noche cuando el Divino Maestro es detenido; Pedro, haló una daga y desprendió la oreja a uno de quienes fueron a detener al raboni. Esto, en modo alguno, implica la culpabilidad del Salvador del Mundo; únicamente, un hereje podría pensar lo contrario. Guardando las distancias, lo argumento en parábola para explicar mi participación; por consiguiente, ni di la orden, y mucho menos cogí la espada. No pueden establecer mi autoría en el plano biosíquico, desde la perspectiva del pensamiento, energía motriz de la acción; o en la consumación del hecho, resultante óntica del plano sicológico. Usted, Divina Trinidad del Dios Único e Indivisible, que tiene el poder absoluto para decodificar los arcanos de la siquis humana, en tanto, eres el megaarquitecto cósmico, controlas la ilusión en el tiempo humano del pasado, presente y futuro, en tu presencia se desdobla y unifica la temporalidad para conformar un eterno presente, como unidad del tiempo, donde queda develada la más recóndita actividad intelectiva. Juzgue mi accionar de vida, desde el momento, cuando la refulgencia de la cognición consciente ilumina mi alma. ‘Jamaninunca’ … Interrumpe, el secretario de la corte celestial, pregunta al Excelso, en qué idioma y cuál es el significado de la palabra ‘jamaninunca’. Dios le contesta, _ Ese concepto está en la lengua materna de Joaquín Balaguer, el cibaeño, y se traduce como “nunca jamás.” El Excelso, ordena, prosiga Joaquín Balaguer. El interpelado continúa, _Gracias, omnisapiente Javeh Shalom,


Dios de dioses, Rey de reyes, Señor de señores, principio y fin, conocedor y dueño de los misterios del tiempo, arquitecto cósmico, hacedor de la vida y mi pastor. Nunca jamás, blasfemé contra el Espíritu Santo, aunque no entendía algunos de sus dones, como hablar en lenguas angelicales. La imagen del crimen sigue fija, el exponente reconoce la virtud de su verbo seductor, pero del círculo de la justicia divina, advino un comentario reiterado sobre la pregunta, __Joaquín Balaguer, sabemos de sus destrezas como gran orador, de una inmensa capacidad persuasiva, la cual permitió hasta su retorno a este lugar; circunscríbase en este momento a explicar, ¿por qué su dedo índice tiembla, igual a la luz de una lámpara agitada por el viento? ¡Muchas veces, los gestos contradicen las palabras! Joaquín olvida, justificarse delante de Dios no es fácil. A la velocidad y agilidad del pensamiento, avanzando por los conectores neuronales, a dos millones ochocientos cincuenta y siete mil kilómetros por segundo, multiplicados por la velocidad de la luz, esgrimió su respuesta, emulando a las refulgentes antorchas celestiales, __Mi Señor y Dios, de ese movimiento oscilatorio digital, te manifiesto la negatividad en aceptar la culpabilidad sobre ese hecho. Simplemente, indico la no aceptación de la acusación en este crimen, el cual pronto se aclarará con la publicación en Quisqueya de la página en blanco. Vaivenear el índice, hacia derecha e izquierda, es un ademán utilizado en mi país para evidenciar la no conformidad en algo. Dios ordena al arcángel, __Por favor, devuelva la imagen de la rueda de prensa en ese bello palacio presidencial, donde airadamente Balaguer dice al periodista, señalar los presos políticos en su gobierno. Luego, el automóvil del comunicador explosiona en una calle de Santo Domingo de Guzmán. Explíqueme ese episodio Joaquín. El expresidente dominicano, palidece y empieza a carraspear, la garganta se le seca, emite una pequeña tos intermitente para aclarar

el espacio interior del cuello y mantener la nitidez de la voz, vuelve a tejer su defensa, __ Ante tu majestuosa presencia estoy y tengo conocimiento que escudriñas a profundidad los pensamientos de las personas; analizas, pues, si mis labios emitieron esa orden; aquí estamos en la verdad, en la plenitud del espacio y la unidad del tiempo: la eternidad, donde lo óntico, las acciones materiales del ser, están al descubierto. ___, adujo el interrogado. Inmediatamente sigue hablando, __Por amor a tu nombre y al género humano, a cientos de miles de mis conciudadanos quité el hambre e hice el bien social en la medida de las circunstancias financieras; aún, sin estar en la dirección del Estado Dominicano. Mi Dios viviente, eterno y todopoderoso, ten misericordia de mi alma y del pueblo dado a gobernar; quienes son altamente difícil de dirigir, está compuesto por la nostalgia del africano, el dolor del indio y el látigo del blanco. Con mis manos, quise revertir cinco siglos de injusticia social; una nación sacudida y medida por buen cajón, considerada como cinturón de los fuertes y contrapeso de los débiles, un lugar donde los tiranos no mueren en sus camas. En Quisqueya, hay más caciques que indios, allí todo el mundo se cree jefe, empezando por el conscripto que recibe una macana, sale a patrullar por las calles, empieza a dar palos y bofetadas a diestra y siniestra; pues, se considera acreedor de este derecho; hasta los funcionarios irrespetando soberbiamente y desafiando las leyes. Cada miembro de mi pueblo, no desarrolla la conciencia de ciudadano; sino una mentalidad caudillista. Si alguien asume la presidencia de República Dominicana, sus seguidores le endiosan y consideran indispensable su reelección; así los mandatarios de mi país; aún, los más demócratas, terminan siendo grandes caudillos. Mi única codicia fue servir honradamente a mi nación, no recibí sobornos, y diariamente administraba las recaudaciones con esmerada transparencia para financiar obras sociales sin préstamos locales o internacionales; a capa y espada, cual celoso guardián de la soberanía dominicana, defendí la frontera de la nación; aunque patrociné la solidaridad con el pueblo vecino en nuestra media ínsula. Observe mi Dios, el oprobio, la inmundicia, la sentina, el fétido lodazal en que Danilo Medina somete al pueblo dominicano, mediante la con-


fabulación internacional de la invasión haitiana, hasta ahora pasiva; y el peculado con la constructora Odebrecht. Todos invocan el espíritu de la democracia, pero sus acciones cabalgan a una eternidad de la misma. Ahora bien, quizás, no seré merecedor de habitar en la gloria; pero, no soporto estar al lado de seres conspiradores, cuyos designios siempre son contra mi Dios. Balaguer, llora desconsoladamente, mientras balbucea, __Honré a mi padre y madre, me compadecí de los pobres, sobre todo, de la niñez desposeída de juguetes y sus estómagos azotados por el hambre eterna del arrabal. Nunca conjuré contra mis superiores, jamás distraje riquezas, no derramé sangre, llevé una vida: ¡sin injusticias, ni privilegios! ... Estoy dispuesto a pagar mis pecados; pero, no se me pueden imputar, los de mis seguidores; algunos, ciegos y sordos por la pasión del poder, cometieron excesos ominosos y caprichos altamente censurables. No hay nobleza en atribuir una acción contraria a la moral divina, sin aportar las pruebas de su participación activa, directa y los niveles de dominio fáctico, determinando su coautoría o complicidad para verificar su pragma en los hechos. Dirigir una nación requiere personas de una estirpe titánica; luché contra la plaga roja del comunismo, cuando pretendía destruir la civilización cristiana, defendiendo la fe ante hombres y mujeres blasfemos de tu santo nombre. Diste la encomienda a Moisés, quien hablaba cara a cara con Usted, de guiar tu pueblo por el desierto; sin embargo, muchos pesares soportó este gran líder por la desobediencia de tu pueblo escogido. Yo, en tanto, no tuve la suerte de ver tu rostro: ¡la divina epifanía ante mi presencia!, de tiempo en tiempo, inútilmente pretendía comunicarme contigo por intermedio de una vieja imagen; ahora, me doy cuenta, es fácil interactuar con Usted, únicamente, invocando tu Divino Espíritu Santo, sin ninguna mediación. __Las personas son un mar insaciable; y volubles como el viento; y la verdad, la quieren circunscribir a sus intereses. Ahí, radica la dificultad de gobernar un conglomerado humano. Si padezco la suerte de Moisés, quien no pudo entrar a la tierra prometida; no obstante, su trascendental personalidad, acepto. Pero, hasta a un

arcángel lo designan para regir una comunidad humana, y debe cuidarse mucho para no perder su dignidad. Divina Fuerza Redentora, eres omnisapiente, no olvidas nada; y toda acción está siempre pendiente de ser juzgada delante de tu presencia. No es sabio, hacer comparaciones de la autoridad; y cuestionar ligeramente sus actos, sino se tiene conocimiento de causa; pues, es una enfermedad del raciocinio, tener por cierto, lo no investigado; pero, tu Santa Palabra es verdad y en ella se verifica el advenimiento del diluvio, cuya causal fue la maldad del género humano. Juzgue, Dios, mi ejercicio de vida, como un simple mortal; jamás renegué tu divino nombre y mucho menos cuestioné tu poder. Las lágrimas que nublan nuestros ojos y la emoción entristecedora de mi voz, no me permiten cumplir con la ecuanimidad debida esta intervención. Las personas entran verdaderamente en la historia, cuando abandonan el escenario de la vida, con sus combates y contradicciones. Era inmenso el cúmulo de asechanzas, de delaciones infames e insinuaciones perversas llegadas a diario, al través de algunos de mis colaboradores, hasta la mesa agobiada de problemas, pero nunca fui dado a las naturales pasiones de los hombres, amantes inmensos de las sensualidades de la vida. No mostré entusiasmo por las condecoraciones y la afición a los títulos y a toda la pompa teatral en las implacables luchas del poder terrenal. Por mis hechos a favor de los necesitados, muestro mi fe cristiana, aunque las obras no salvan a nadie; mi convicción racional en tu existencia, me conllevaba a obrar conforme al bien de los dominicanos, luchando implacablemente contra toda manifestación adversa al cristianismo, sea política, cultural o religiosa. En ese orden, podemos mencionar tres aspectos de la cultura de la muerte: el comunismo, halloween o noche de brujas y el vudú__. Joaquín, ensancha su defensa, estas últimas palabras, las profiere con su garganta anegada por el llanto. La persona del excelso Dios, muestra misericordia y saca de dificultad a Balaguer; entonces, la Divina Fuerza Redentora argumenta, __Levántate, no despreciaré un corazón entristecido y humillado. Vencer al altivo, debe ser la principal gloria de la justicia. Sentencia El Excelso, _En nombre de las supremas leyes cósmicas;


por la autoridad conferida a esta Augusta y Magna Corte Celestial, obrando contrario al imperio de la maldad; resguardando plenamente el sacro derecho a la defensa del penitente Joaquín Balaguer; y reservando las prerrogativas del acusador, Mefistófeles, a reclamar las almas de los caídos. Luego de verificar el Código Eterno; o sea, la Santa, Única e Inmutable Palabra de Dios, integrado por los preceptos antiguos; completado por la Dispensación de la Gracia, o Pacto del Amor: la Alianza Nueva y Eterna; también denominada por los intérpretes, como Los Evangelios o Buenas Nuevas. Luego de ponderar los méritos de la acusación mefistofélica, de manera especial, las pruebas de sustentación de la misma; hemos podido verificar inconsistencia en el plano fáctico y la normativa bíblica, no menciona el lugar preciso y el tiempo de ocurrencia de la acción pecaminosa, ni establece el grado de participación, en la parte volitiva de la planificación del esquema antimoral, ni en la consumación material de la peccata. Tomando en máxima consideración, la sentencia constante, irrevocable y eterna: “todo lo justo, debe ser probado”; eje divino y humano del sagrado principio de justicia; ponderando que las dudas, conjeturas, suposiciones, chismes, caprichos; sobretodo, sostenerse en esta base para tener por cierto, lo no investigado, son perversas acciones pertenecientes a seres de la oscuridad, de mentalidad fecunda en la maldad. Y acogiendo circunstancias altamente atenuantes, observando la no herejía contra Dios, ni la blasfemia contra el Espíritu Santo, se descarga de la acusación a Joaquín Balaguer, por no probarse las imputaciones de la vetustez serpentina. Por consiguiente, se declara dicha alma libre de pecados; admitiéndose de pleno derecho en el reino de gloria. El otrora penitente, queda designado arcángel superior y asesor en política celestial, con preciada diadema en sus sienes y áurica toga sobre su cuerpo. Esta dispensación es de ejecución inmediata, no obstante cualquier recurso; la Santísima Trinidad de Dios, se autodesigna para cumplir de inmediato la colocación de la elevada investidura sobre el elegido. Reservándose el derecho de apelación ante el Supremo Círculo Celestial; la Santísima Trinidad de Dios, se autodesigna para cumplir de inmediato la colocación de la elevada investidura sobre el elegido.

El acusador bota azufre de su perverso ser, murmura, se queja, chilla por la decisión a favor de Balaguer. Aduce el enemigo de las almas, _Usaré el derecho de presentar formal recurso de apelación a esta decisión. Razona, el supremo juzgador, _Se le concede, a partir de este momento, el derecho a Mefistófeles para recurrir la sentencia emitida por esta Augusta y Magna Corte Celestial, posee un plazo de veinte días hábiles del calendario humano, sin contar sábado, ni domingo, tiempo en el cual debe fundamental, los supuestos vicios de este acto jurisdiccional. Terminada la consagración, Balaguer, se inclina y manifiesta, __ Gloria y honra eterna al misterio de la Santísima Trinidad de Dios; a Jesucristo, nombre sobre todo nombre; al Espíritu Santo, guía de la iglesia; y al Dios Padre, creador y regente del universo; sempiternamente las gracias, por todas sus bondades y por la merced de esta inesperada dispensación. Pero, imploro por las almas de Juan Bosch y Peña Gómez, nobles hombres, dedicaron sus vidas al bien del pueblo dominicano, hijos de la nación de los fieles de Dios; ellos, jamás malversaron los fondos públicos, ni realizaron negocios turbios al amparo del poder político, ni codiciaron cosas materiales. La unidad de la Divina Trinidad de Dios, tienen voces que se escuchan al unísono, deciden constituirse en Cámara de Consejo Celestial y ordenan al arcángel, __Busque los expedientes de sendas almas peticionadas por Joaquín Balaguer, quién está investido de arcángel superior y asesor en política celestial, posee preciada diadema en sus sienes y áurica toga sobre su cuerpo. _Mefistófeles, no se esfume, seguiremos conociendo otros juicios__, ordena El Excelso. Primeramente, proyectan las imágenes de Peña Gómez, el Santísimo inquiere, __ ¿Por qué participa en un culto extraño?__. Joaquín, asume la defensa y comenta, __Es evidente, el estado de necesidad y desesperación, en el cual se encontraba en esos momentos, esto


lo condujo a tales irreflexiones; pero, en el fondo de su alma, es un gran hombre dominicano, soy testigo de su arrepentimiento y renuncia a esas acciones ancestrales.

sin pestañar y los ojos buscando toda la luz del lugar. No sabían, si estaban salvados o jodidos. Simplemente, susurraron, __ ¡Parece que hicieron elecciones en el cielo!

Balaguer, observa nuevamente al arcángel inferior, deja fijas las imágenes del dossier de Peña Gómez, le hace seña con la mano para proseguir en la representación. Pero, en la gloria, el lenguaje mímico no se usa y mucho menos es entendible.

En tanto, una gran cantidad de entidades celestiales, tratan a Balaguer sobre mucha pleitesía.

Joaquín, en tono suave, manifestó al Gran Yo Soy El Que Soy, permíteme mostrarte el informe de vida de Juan Bosch; diplomáticamente, agarró el aparato reproductor de imágenes, dirigido por el arcángel. Balaguer, rápidamente expone el vídeo, va exaltando las virtudes de su compatriota. En tanto, Dios, expresa, __Discúlpeme, arcángel superior, Joaquín Balaguer, y esa frase de su compatriota, Juan Bosch, de no creer en Dios. Joaquín, contestó audaz y velozmente, __Es una imagen y sonido mal editada en 1990, tomada fuera de contexto en ese proceso electoral en República Dominicana. El padre celestial manifiesta, __ ¿Cómo hablas así, pareces tener mucha certeza y pleno conocimiento de causa sobre el hecho?__. La Vulpeja Caribeña guarda silencio. La Divina Trinidad de Dios Todopoderoso, concede la dispensa celestial para Juan Bosch y Peña Gómez, siendo admitidos en la gloria. Balaguer y su acompañante con capelo, reverentemente, se retiran de la presencia del Altísimo; el expresidente dominicano, ahora, en la dignidad de arcángel superior y asesor en política celestial. Cuando Peña y Bosch, vieron a Balaguer revestido en su elevada dignidad de preciada diadema y áurica toga, quedan asombrados,

Los conciudadanos de Joaquín, sigilosamente, se acercan al arcángel superior y en sus mentes se anidó una inquisición que expusieron a él, __ ¿Cómo conseguiste esta dignidad celestial? ¿Qué debemos hacer para obtenerla?__. La respuesta no se hizo esperar, __Necesitan la recomendación de un capelo__. Peña y Bosch, aprietan los dientes y cada uno se pasa la mano derecha por la cabeza. En el momento, les dicen a su interlocutor, __Balaguer, consíguenos un decreto a cada uno, para cohabitar definitivamente en la gloria. Joaquín, adujo, __Permítanme corregirles algo, aquí los términos cambian, no se dice decreto; sino dispensación celestial; la cual, conseguí para ustedes, pronto exhibirán alba túnica de fino lino. Bosch y Peña, están contentos por la audacia de Balaguer. José Francisco, empezó a dar vueltas de alegría; reiteradamente, levanta las manos, salió un poco de compostura. Entonces, el arcángel superior, conocedor del discurso de justificación de Peña Gómez y observando el tongoneo de su compatriota, le sugirió, __José Francisco, tu gozo es inmenso; empero, deja esos movimientos; luego, el acusador alude la participación en un culto extraño o no someter las pasiones de la carne. Dejado atrás aquel momento, vuelven a hablar del tema que produjo su encuentro, __Con relación a la consulta, de quién es la persona más idónea para dirigir a la nación dominicana, ¿cómo comunicaremos al pueblo la voluntad permisiva de Dios, para que Luis Abinader sea Presidente de República Dominicana?__. Inquiere Juan Bosch.


Peña Gómez, sugiere enviar un ángel para tal misión. Pero, al final consensuaron sobre la estrategia comunicativa, acordando revelar el mensaje a líderes y siervos en comunión íntima al Espíritu Santo de Dios; así como, a todas las ciudadanas y ciudadanos de buena voluntad, habitantes de la noble tierra quisqueyana, para la consumación presidencial del designado. _ Dios, en su voluntad permisiva, es quien sugiere, prepara y designa; pero, en su libre albedrío las personas son las que eligen_, consiente la Trilogía Quisqueyana.

NOTAS FINALES Gracias por leer y analizar estos relatos. Ninguna obra humana es perfecta, aunque gradualmente se obtienen mejores niveles de realización; pero, pretender la perfección es una altivez del alma. No obstante, nunca podemos decantarnos por el mínimo esfuerzo, amigo inseparable de la mediocridad. Humildemente, te solicito hagas llegar vía correo electrónico a joseramosseverino@gmail.com las imperfecciones, incorrecciones, faltas y errores encontrados; la idea de estos relatos, es que sean la resultante del ejercicio intelectivo de la colectividad. En ese tenor, te agradezco el envío de cualquier comentario sobre estos relatos, la crítica es necesaria para avanzar a niveles cualitativos. Te reitero las gracias anticipadas por contactarme en una media ínsula enclavada en el Mar Caribe, segunda isla en tamaño de Las Antillas, en el mismo trayecto helíaco, donde sus habitantes son ángeles al nacer; y la metamorfosis social los transforman en mártires y demonios al crecer.-


Este libro, Linderos de esperanza, se termina escribir el 30 de julio del año 2017, en Santo Domingo de Guzmán, Distrito Nacional, República Dominicana. Bajo la corrección de estilo del autor, José Ramos; diagramación y diseño de portada de Yudelca B. Cruz.

República Dominicana 1era edicion

COLOFÓN

Linderos de esperanza Julio 2017


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