Revista Surcos septiembre 2021 by DiocesisSantaMariadeLosAngeles

«Salva a tu pueblo, que clama a ti»

• Voz del Pastor: Homilía Te Deum 2021 • Francisco: Catequesis sobre la oración 25, 26, 27 y 28

SURCOS

• Declaración CP de la CECH ante violencia contra los inmigrantes • Declaración CP de la CECH ante Proyecto de ley que despenaliza el aborto • Mons. Felipe Bacarreza celebra 30 años de episcopado • Santo Cristo de Mulchén. Remodelación del Santuario

Diócesis Santa María de los Ángeles Año XXIV – Nº 244 Septiembre 2021

Septiembre 2021

Índice

Director: +Felipe Bacarreza Rodríguez Comité de Redacción: Pbro. Eduardo Riquelme Pbro. Pablo Lastrego Srta. Marcia González e-mail: surcosnoticias@gmail.com Impresión: El Sur Impresores

Portada: Nuestra Señora del Carmen, estilo cuzqueño

Voz del Pastor: Homilía en el Te Deum

Francisco: Catequesis sobre la oración 25, 26, 27 y 28

Declaración del Comité Permanente de la CECH ante violencia contra inmigrantes en Iquique

Declaración del Comité Permanente de la CECH ante Proyecto de ley que despenaliza el aborto

Mons. Felipe Bacarreza celebra 30 años de ministerio episcopal

Santo Cristo de Mulchén. Remodelación del Santuario

Legión de María celebra 100 años al servicio de la evangelización

Gotas para el alma. «Todas mis fuentes están en ti»

Oradoras del Alba. Reciben visita de sacerdotes ahijados espirituales

Contribución a la Iglesia, junio 2021

Noticias

Contratapa. Huida a Egipto. De Ximena Bacarreza de S.

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La voz del Pastor

Misa de Acción de Gracias con Te Deum Catedral Santa María de los Ángeles Sábado 18 de septiembre de 2021 Este año la Misa de Acción de gracias por la patria con el canto del himno «Te Deum» se celebró en la Catedral a las 10:30 horas, con participación de las autoridades y representantes de las fuerzas armadas y de orden y un grupo de fieles, que ocupaban los lugares designados para mantener la distancia sanitaria. Terminada la Eucaristía, presidida por nuestro Obispo Mons. Felipe Bacarreza, las autoridades y el mismo Obispo concurrieron a presenciar el tradicional desfile militar que se realizó a las 12 horas delante del edificio de la Gobernación. Recordamos que el año pasado 2020 el desfile militar debió suspenderse, a causa de la pandemia Covid-19. Publicamos, a continuación, la Voz del Pastor, que resonó en su homilía en esa Misa de Acción de gracias por la patria.

«Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria…» En este momento tampoco podemos desentendernos de la pandemia que ha azotado a la humanidad en el último año y medio −que aún amenaza con nuevo rebrotes−, y los efectos que ha tenido a nivel personal, familiar y también globales en todo el mundo, de manera que muchos a afirman que el mundo, después de este flagelo, ya no será nunca el mismo.

La celebración de un nuevo aniversario de la patria −el N. 211−, nos lleva a preguntarnos muchas cosas sobre nuestro país en este particular momento de la historia nacional y también de la historia de la humanidad. Este aniversario, que ya supera los dos siglos, nos hace pensar en el paso del tiempo y en los cambios que se van produciendo a su paso. Imposible desconocer los impresionantes cambios que ha experimentado la humanidad en los últimos años y la velocidad con que se han producido, lo que hace que muchos se sientan como inadecuados y fuera de lugar en el mundo actual.

1.- El sentido del tiempo y de la historia Todo esto nos mueve a preguntarnos sobre el sentido del tiempo y de 3

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la historia; ¿hacia dónde se dirige la historia humana? ¿Tiene algún sentido la historia humana o todo ocurre al azar y de manera absurda?

apaga? Ya lo decía el salmista: «¡El hombre! Como la hierba son sus días, como la flor del campo, así florece; pasa por él un soplo, y ya no existe, ni el lugar donde estuvo vuelve a conocerlo» (Sal 103,15-16).

La pregunta sobre el sentido de la historia puede plantearse a un triple nivel:

Para responder a la primera pregunta, debemos decir que el sentido de la historia no puede encontrarlo el ser humano con su propia inteligencia. El ser humano ni siquiera puede descubrir con su inteligencia ¿por qué existe todo en lugar de no existir? Tampoco puede decir cada uno: ¿Por qué existo yo? Mal puede, entonces, descubrir con su inteligencia hacia dónde se dirige todo.

1) ¿cuál es el sentido de la historia, que desde los más antiguos vestigios de vida humana −más de dos millones de años− ha progresado hasta los impresionantes logros de la ciencia y tecnología actuales?; 2) ¿Hacia dónde se dirige nuestra patria, que se ubica en esta historia solamente desde 211 años?; 3) ¿Cuál es el sentido de mi propia vida, de mi paso por esta historia, que es como un suspiro, como una luz que parpadea por breve tiempo y luego se

El ser humano debe recibir la respuesta sobre el sentido del tiempo y de la histo4

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ria como una revelación que le es dada. La verdad sobre el sentido de la historia es un don que el ser humano recibe junto con la fe, que le concede adherir, porque confía en quien lo revela.

primera y última línea de la Biblia y son también el primero y último evento de toda la historia y del tiempo.

La primera línea de la Biblia es esta: «En el principio creó Dios el cielo y la tierra» (Gen 1,1); y su última línea En efecto, el sentido de la historia está es esta: «Dice el que da testimonio de expresado en la Biblia. La Biblia es un todo esto: “Sí, vengo pronto”. “¡Amén! conjunto de libros cuya finalidad es ¡Ven, Señor Jesús!”» (Apoc 22,20). Estos expresar el sentido de la historia y del son los extremos de la historia, que ser humano que es el sujeto de esa desde su comienzo hasta su fin procede historia. La historia tiene un sentido, como en una línea, la línea del tiempo, sin porque dentro de la historia secular o volver nunca atrás. profana, la que encontramos en los libros de historia, corre otra historia, que Los que creemos que la Biblia es la Palaes la Historia de la salvación, bra que Dios dirige al ser humano para que le da el sentido. revelarle el sentido de todo lo creado, en particular, el sentido de su propia existencia, sabemos que el tiempo comenzó en un punto, con la creación −hace 13 billones 700.000 millones de años− y que se dirige hacia un evento que le pondrá fin: la venida final de Jesucristo. En la etapa de la histo-

2.- El primero y el último evento de la Historia El primero y el último evento de la Historia de Salvación están expresados respectivamente en la

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ria en que nosotros nos encontramos ese fin está cercano −«Sí, vengo pronto»−, más aún, estamos en la última hora.

concibió así, no porque los hombres y mujeres de Israel fueran más inteligentes que los hombres y mujeres de los demás pueblos, sino porque les fue dado, fue revelado a ellos. Así está en la Biblia, que ellos recibieron como Palabra de Dios.

La última hora comienza con la venida del Hijo de Dios hecho hombre y hecho parte de nuestra historia, como lo afirma San Pablo: «Cuando se cumplió la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer… para que nosotros recibieramos la filiación divina» (Gal 4,4).

Si, por un momento, imaginamos que la Biblia no existiera, entonces todos los seres humanos estaríamos condenados a entender la historia como una sucesión infinita de ciclos, en los cuales todo se repite sin sentido. El ser humano no sería más que una pequeña perturbación dentro de uno de esos ciclos, da lo mismo cuál, porque no tienen principio ni fin. Así entienden la historia todos los pueblos que no han acogido la Biblia.

Lo afirma también otro de los testigos, San Juan: «Hijos míos, es la última hora. Ustedes han oído que iba a venir un Anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual sabemos que es la última hora» (1Jn 2,18). El único pueblo de la tierra que comprendió la historia como una línea que tiene un principio y un fin, fue Israel, y la

Esta línea de la historia alcanza su punto 6

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culminante, su plenitud, cuando entró en ella el mismo Dios, el Hijo de Dios hecho hombre, Jesucristo. Él nos ha revelado que el sentido de la vida humana, la razón de la existencia de todo ser humano es la de ser elevado a la condición de hijo de Dios y que la vida en plenitud la recibirá cuando venga de nuevo Jesucristo, esta vez glorioso, a poner fin a la historia. Entonces comenzará la resurrección y la visión eterna de Dios.

una persona humana por propia iniciativa. No sólo atenta contra un semejante, sino también contra la decisión de Dios. Es actuar como un agente de muerte contra el Dios de la vida. Dios decidió en su designio de infinita sabiduría crear a un ser humano y confiarlo al cuidado amoroso de un hombre y una mujer. El hombre y la mujer, cuando engendran una vida deben tener conciencia que eso significa que Dios ha confiado en ellos para crear a una persona humana nueva. No son el hombre y la mujer los creadores del hijo; a ellos se les ha confiado para que, como el padre y la madre, lleven a esa persona a asumir plenamente su vocación a ser hijo de Dios y vivir eternamente,

3.- Todo ser humano es creado por Dios en el contexto de la unión de un hombre y una mujer Todo ser humano es único e irrepetible y fue creado por Dios para ser su hijo por toda la eternidad. Por eso, nadie puede eliminar a

Dios no crea una nueva persona, sino en el contexto de la unión 7

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de un hombre y una mujer: en estas uniones puede una de las partes «Hombre y mujer los creó y les dijo: ser «madre» y la otra, padre. Sean fecundos y multipliquense» (cf. Gen Que en nuestro país se insista en opo1,27-28). nerse al plan de Dios con leyes contraSólo a la unión del hombre y la mujer rias a las establecidas por Él en la misma puede darse el nombre de «matriz», naturaleza de las cosas, no puede tener porque sólo a través de la unión un resultado sino de muerte, como dessexual de hombre y mujer ha graciadamente lo estamos viendo. decidido Dios dar existencia a un nuevo ser humano. Las uniones 4.- «Cuando el Hijo del homosexuales, en cambio, no son el con- hombre venga en su texto decidido por Dios para ser matriz gloria…» de vida. Dios nunca va a crear un ser humano para entregarlo a una pareja Hemos dicho que toda la historia homosexual, porque no es este el con- humana y también la de nuestra nación y texto que Él decidió para crear un ser la de cada ser humano tiene que medirse humano. Por eso, es un abuso del en relación con ese punto final que les lenguaje llamar a esas uniones concede su sentido. con el nombre de «Matrimonio». Esas uniones no son una matriz de vida, Así lo hemos escuchado de boca de porque no puede nacer de ellas un ser Jesús en el Evangelio: «Cuando el Hijo humano; no son un matrimonio. Llamar a del hombre venga en su gloria… esas uniones con el nombre de «matriserán congregadas delante de él todas monio» es una burla al Creador y un reproche contra Él, porque Él nunca las naciones, y él separará a los unos de creará en ese contexto a un hijo. «Matri» los otros, como el pastor separa las es el dativo del sustantivo latino ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas «mater», que significa «madre». En las a su derecha, y los cabritos a su izquieruniones homosexuales no hay quien da. Entonces dirá el Rey a los de su derepueda ser madre. Las parejas homo- cha: "Vengan, benditos de mi Padre, recisexuales no pueden «con-cebir» ban en herencia el Reino preparado para (con-recibir) un ser humano. La con-cep- ustedes desde la creación del mundo…". ción es la recepción por parte de dos, un Dirá, en cambio a los de su izquierda: hombre y una mujer, de un ser humano "Apartense de mí, malditos, al fuego que Dios ha creado. Sólo las uniones en eterno preparado para el Diablo y sus que, por intervención de ambas partes, la ángeles…". E irán éstos a un castigo concepción puede ocurrir reciben el eterno, y los justos a una vida eterna» (cf. nombre de «matrimonio», porque sólo Mt 25,31-46). 9

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Si la historia no se dirigiera hacia un evento final, si fuera solo una sucesión de ciclos que vuelven al punto inicial para volver a comenzar un sinfín de veces, entonces la vida humana perdería todo sentido. Y esto es lo que estamos viendo cada vez más a menudo en nuestra patria. Para muchos, sus acciones no tienen dimensión moral, porque no creen en esa vida eterna, que es la que da trascendencia al hombre y a sus obras. Actúan solamente al impulso de sus pasiones y están esclavizados por ellas. La pasión de poseer los lleva a apoderarse de la propiedad ajena, sin importarles el daño que puedan causar a otros y sin vacilar en usar la violencia e incluso la muerte. Y esta mentalidad se va difundiendo cada vez más y haciendose habitual, hasta el 10

punto de que los mismos delinquen una y otra vez dejando en la población una fuerte sensación de impunidad y de inseguridad. Algunos afirman que los delincuentes son los que andan libres por la ciudad mientras que los ciudadanos honestos tienen que recluirse en sus casas fortificadas como en una cárcel. El robo se ha convertido en una institución que ya se da por supuesta, de manera que la culpa ya parece que no la tiene el que roba, sino quien no cuida sus pertenencias. Si uno viaja en un bus, encuentra una advertencia: «Cuide sus pertenencias, no deje cosas inatendidas, etc.» y si desea bajarse en algún terminal para estirar las piernas, debe llevar en la mano todas sus cosas. Nadie puede dejar su auto estacionado con alguna cosa a la vista, porque está expuesto a que se la roben y si se la roban, que en ese caso es lo esperable,

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entonces la culpa es de él por no haber dejado todo oculto.

no tenía abridor automático para la puerta del vehículo y entonces, había que bajarse para abrirla y cerrarla. Para evitar esa molestia, yo la abría en la mañana para salir y la dejaba abierta todo el día hasta la noche. Ahora no puedo creer que yo hiciera eso; pero en ese tiempo me parecía normal y no veía inconveniente. ¡Cuánto hemos cambiado para peor!

Nos hemos ido acostumbrando a esto y a considerarlo casi normal. Antes de la pandemia, durante las manifestaciones por demandas sociales, aparecía cada vez la muralla de la Catedral rayada con insultos y blasfemias. Teníamos que disponer de una persona que cada mañana volviera a pintar para borrar esos insultos. Pero los volvían a escribir, como si fuera un deporte o algo ingenioso, sin conciencia de que pudieran estar ofendiendo a otro o dañando la propiedad ajena. Eso no era tema, el tema es imponer lo que yo quiero.

5.- Visiones dispares sobre el ser humano Ahora nuestro país está pasando por un momento de gran expectativa de que todo esto pueda mejorar, por medio de la formulación de una nueva constitución.

Para evaluar cuánto hemos perdido en nuestra convivencia nacional conviene comparar con otros momentos pasados. En mi experiencia personal, cuando llegué como Obispo a Los Ángeles, hace casi 16 años, la casa episcopal

Pero comenzamos a perder las esperanzas también en este proceso, porque hemos visto allí también episodios de exclusión, intransigencia, descalificación, etc.

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patria sea un lugar seguro, tranquilo, donde podamos vivir en paz y la norma sea la cordialidad y la amabilidad. Pero esto no lo obtendremos por medio de la represión, ni por medio de castigos y amenazas. Lo obtendremos anunciando a Jesucristo e implorando la conversión de todos a Él, lo podremos vivir en la medida en que todos acojamos a Jesucristo como nuestro Dios y Señor.

Es difícil que pueda llegarse a una conclusión, cuando vemos visiones tan dispares sobre el ser humano para el cual se quiere legislar. En efecto, algunos concebimos la historia como una línea que tiene un punto final y esto da sentido y trascendencia a nuestros actos humanos, como lo expresa San Pablo: «Nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos como Salvador al Señor Jesucristo, el cual transfigurará este miserable cuerpo nuestro en un cuerpo glorioso como el suyo» (Fil 3.20-21). Pero otros tienen la visión del tiempo cíclico, sin fin, en el cual los actos humanos son intrascendentes y no tienen más sentido que imponer cada uno su propia voluntad. Ya lo decía bien San Pablo: «Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana moriremos» (1Cor 15,32). Imposible conciliar ambas visiones. Los cristianos esperamos que la visión del ser humano que pueda unir a todos los constituyentes y a todos los chilenos sea la de un ser creado por Dios a su imagen y semejanza para elevarlo a la condición de hijo de Dios concediendole participar de su vida divina ya desde este mundo y, cuando venga Jesucristo a poner fin a la historia, concederle la resurrección y el gozo eterno en el cielo.

Anhelamos que se repita en nuestra patria lo que ocurrió en la casa de aquel publicano llamado Zaqueo del cual nos habla el Evangelio, cuando Jesús fue acogido por él en su casa (cf. Lc 19,1-10). Gracias a la presencia de Jesús, Zaqueo, que era hombre rico, tomó la decisión de dar la mitad de sus bienes a los pobres y de reparar abundantemente cualquier daño causado a otros. Jesús entonces declaró: «Hoy la salvación ha entrado en esta casa». Acojamos a Jesús y su Evangelio en nuestro país, en los hogares y en los corazones, para que Él pueda declarar: «Hoy la salvación ha entrado en este país». Que nuestra oración esta mañana en el día de la patria sea pedir la presencia salvadora de Jesús en todos los lugares de nuestro país. La Virgen María Madre de Dios ha estado presente en nuestro país en todos sus gozos y penas durante estos 211 años de vida independiente; que ella nos muestre a su Hijo Jesús y nos conceda un corazón dispuesto a acogerlo en medio de nosotros.

6.- «Hoy la salvación ha entrado en este país»

+ Felipe Bacarreza Rodríguez Obispo de Santa María de los Ángeles

Todos anhelamos que nuestra 12

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Papa Francisco

Publicamos las siguientes cuatro catequesis del Papa Francisco sobre la oración, las catequesis 25, 26, 27 y 28. En las catequesis 25 y 26, pronunciadas respectivamente en las Audiencias Públicas de los miércoles 3 y 17 de marzo de 2021, el Papa Francisco explica la relación de la oración cristiana con la Santísima Trinidad, en cuanto que el Hijo, hecho hombre, nos reveló a Dios, a quien se dirige nuestra oración, como Padre, y esto se hace vida en nosotros por la acción del Espíritu Santo. En la catequesis N. 27 (24 marzo 2021) explica el lugar que tiene en nuestra oración la Virgen María Madre de Dios, pues ella nos recibió como hijos suyos al pie de la cruz de parte de su Hijo. En la catequesis N. 28 (7 abril 2021) se refiere a la comunión de los santos y a la participación de ellos en nuestra oración.

Catequesis sobre la oración (25) La oración y la Trinidad I Biblioteca Palacio Apostólico, miércoles 3 marzo 2021 En nuestro camino de catequesis sobre la oración, hoy y la próxima semana queremos ver cómo, gracias a Jesucristo, la

oración nos abre de par en par a la Trinidad –al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo–, al mar inmenso de Dios que es Amor. 13

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veces no está contento con nuestras oraciones y nosotros ni siquiera nos damos cuenta. Dios mira las manos de quien ora; para hacerlas puras no es necesario lavarlas; es necesario, en todo caso, abstenerse de acciones malvadas. San Francisco oraba: «Nullu homo ène dignu te mentovare», es decir: «Ningún hombre es digno de nombrarte» (Cántico del hermano sol). Pero quizá el reconocimiento más conmovedor de la pobreza de nuestra oración floreció de la boca de ese centurión romano que un día suplicó a Jesús que sanara a su siervo enfermo (cf. Mt 8,5-13). Él se sentía completamente inadecuado; no era judío, era oficial del odiado ejército de ocupación. Pero la preocupación por el siervo lo hace atreverse, y dice: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; basta que lo digas de palabra y mi siervo quedará sano» (Mt 8,8). Es la frase que también nosotros repetimos en cada liturgia eucarística. Dialogar con Dios es una gracia; nosotros no somos dignos, no tenemos ningún derecho que reclamar, nosotros «cojeamos» en cada palabra y en cada pensamiento… Pero Jesús es la puerta que nos abre a este diálogo con Dios.

Jesús es quien nos ha abierto el Cielo y nos ha proyectado en la relación con Dios. Ha sido Él quien ha hecho esto, nos ha abierto esta relación con el Dios Trino, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Es lo que afirma el apóstol Juan, en la conclusión del Prólogo de su Evangelio: «A Dios nadie lo ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, Él lo ha contado» (Jn 1,18). Jesús nos ha revelado la identidad, esta identidad de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Nosotros realmente no sabíamos cómo se podía orar: qué palabras, qué sentimientos y qué lenguajes eran apropiados para Dios. En esa petición dirigida por los discípulos al Maestro –«Señor, enséñanos a orar» (Lc 11,1)–, que a menudo hemos recordado durante estas catequesis, está todo el vaivén del hombre, sus repetidos intentos, a menudo fracasados, de dirigir- ¿Por qué el hombre debería ser amado por Dios? No hay razones evidentes, no se al Creador. hay proporción… Tanto es así, que en No todas las oraciones son iguales, y no gran parte de las mitologías no está contodas son convenientes. La Biblia misma templado el caso de un dios que se preonos atestigua el fracaso de muchas ora- cupe por las situaciones humanas; es ciones, que son rechazadas. Quizá Dios a más, estas son molestas y aburridas, 14

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completamente insignificantes. Recordemos la frase de Dios a su pueblo, repetida en el Deuteronomio: «Piensa, ¿qué pueblo tiene a sus dioses cerca de sí, como ustedes me tienen a mí cerca de ustedes?» (Deut 4,7). ¡Esta cercanía de Dios es la revelación! Algunos filósofos dicen que Dios puede pensar solo en sí mismo. En todo caso, somos los humanos los que intentamos impresionar a la divinidad y resultar agradables a sus ojos. De aquí el deber de «religión», con el cortejo de sacrificios y devociones a ofrecer continuamente para congraciarse con un Dios mudo, un Dios indiferente. No hay diálogo. Ha sido sólo Jesús; antes de Jesús, ha sido sólo la revelación de Dios a Moisés, cuando Dios se presentó a él; ha sido sólo la Biblia la que nos ha abierto el camino del diálogo con Dios. Recordemos: «¿Qué pueblo tiene a

sus dioses cerca de sí como tú me tienes a mí cerca de ti?». Esta cercanía de Dios es la que nos abre al diálogo con Él. Nosotros nunca habríamos tenido la valentía de creer en un Dios que ama al hombre, si no hubiéramos conocido a Jesús. El conocimiento de Jesús nos ha hecho entender esto, nos ha revelado esto. Es el escándalo que encontramos grabado en la parábola del padre misericordioso, o en la del pastor que va en busca de la oveja perdida (cf. Lc 15). Historias de este tipo no habríamos podido concebirlas, ni siquiera comprenderlas, si no hubiéramos encontrado a Jesús. ¿Qué Dios está dispuesto a morir por los hombres? ¿Qué Dios ama siempre y pacientemente, sin pretender ser amado a cambio? ¿Qué Dios acepta la tremenda falta de reconocimiento de un hijo que pide un adelanto de la herencia y se va de casa malgastando todo? (cf. Lc 15,12-13). Es Jesús quien nos revela el corazón de Dios. Jesús nos cuenta con su vida en qué medida Dios es Padre. «Tam Pater nemo»: Nadie es Padre cómo Él. La paternidad que es cercanía, compasión y ternura. No olvidemos estas tres palabras que son el estilo de Dios: cercanía, compasión y ternura. Es el modo de expresar su paternidad con nosotros. Nosotros imaginamos con dificultad y muy de lejos el amor del que la Santísima Trinidad está llena, y qué abismo de mutua benevolencia existe entre Padre, Hijo y Espíritu Santo. Los iconos orienta-

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les nos dejan intuir algo de este misterio que es el origen y la alegría de todo el universo. Sobre todo, estabamos lejos de creer que este amor divino se dilataría, alcanzando nuestra orilla humana; somos el objetivo de un amor que no tiene igual en la tierra. El Catecismo explica: «La santa humanidad de Jesús es, pues, el

camino por el que el Espíritu Santo nos enseña a orar a Dios nuestro Padre» (N. 2664). Y esta es la gracia de nuestra fe. Realmente, no podíamos esperar vocación más alta: la humanidad de Jesús –Dios se ha hecho cercano en Jesús– ha hecho disponible para nosotros la vida misma de la Trinidad, ha abierto de par en par la puerta del misterio del amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

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Catequesis sobre la oración (26) La oración y la Trinidad II Biblioteca Palacio Apostólico, miércoles 17 marzo 2021 mismo de Dios. Nosotros no somos sólo huéspedes y peregrinos en el camino en esta tierra, somos también huéspedes y peregrinos en el misterio de la Trinidad. Somos como Abraham, que un día, acogiendo en su tienda a tres viajeros, encontró a Dios. Si podemos en verdad invocar a Dios llamándolo «Abbà – Padre», es porque en nosotros habita el Espíritu Santo; es Él quien nos transforma en lo profundo y nos hace experimentar la alegría conmovedora de ser amados por Dios como verdaderos hijos. Todo el trabajo espiritual dentro de nosotros hacia Dios lo hace el Espíritu Santo, este Don. Trabaja en nosotros para llevar adelante nuestra vida cristiana hacia el Padre, con Jesús. Hoy completamos la catequesis sobre la oración como relación con la Santísima Trinidad, en particular con el Espíritu Santo.

El Catecismo, al respecto, dice: «Cada vez que en la oración nos dirigimos a Jesús, es el Espíritu Santo quien, con su gracia preveniente, nos atrae al camino de la oración. Puesto que Él nos enseña a El primer don de toda existencia cristia- orar recordándonos a Cristo, ¿cómo no na es el Espíritu Santo. No es uno de los dirigirnos también a Él orando? Por eso, muchos dones, sino «el Don» fundamen- la Iglesia nos invita a implorar todos los tal. El Espíritu es el don que Jesús había días al Espíritu Santo, especialmente al prometido enviarnos. Sin el Espíritu no comenzar y al terminar cualquier acción hay relación con Cristo y con el Padre, importante» (N. 2670). Esta es la obra porque el Espíritu abre nuestro corazón del Espíritu en nosotros. Él nos «recuera la presencia de Dios y lo atrae a ese da» a Jesús y lo hace presente en noso«torbellino» de amor que es el corazón tros –podemos decir que es nuestra 17

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memoria trinitaria, es la memoria de Dios en nosotros–; hace presente a Jesús, para que no se reduzca a un personaje del pasado; es decir, el Espíritu trae al presente a Jesús en nuestra conciencia. Si Cristo estuviera lejano en el tiempo, nosotros estaríamos solos y perdidos en el mundo. Sí, recordamos a Jesús, allí, lejano en el tiempo, pero es el Espíritu quien lo trae hoy, ahora, en este momento a nuestro corazón. En el Espíritu todo es vivificado; a los cristianos de todo tiempo y lugar se les abre la posibilidad de encontrar a Cristo. Está abierta la posibilidad de encontrar a Cristo, no solamente como un personaje histórico. No. El Espíritu atrae a Cristo a nuestros corazones, Él es quien nos hace encontrarnos con Cristo. Él no está distante, el Espíritu está con nosotros; todavía hoy Jesús todavía educa a sus discípulos transformando su corazón, como hizo con Pedro, con Pablo, con María Magdalena, con todos los apóstoles. ¿Por qué está presente Jesús? Porque es el Espíritu quien lo trae a nosotros.

a veces de lucha interior, que purifica la fe. Estos testigos humildes han buscado a Dios en el Evangelio, en la Eucaristía recibida y adorada, en el rostro del hermano en dificultad, y conservan su presencia como un fuego secreto. La primera tarea de los cristianos es precisamente mantener vivo este fuego, que Jesús ha traído a la tierra (cf. Lc 12,49), ¿y cuál es este fuego? Es el amor, el Amor de Dios, el Espíritu Santo. Sin el fuego del Espíritu las profecías se apagan, la tristeza suplanta la alegría, la costumbre sustituye al amor, el servicio se transforma en esclavitud. Viene a la mente la imagen de la lámpara encendida junto al tabernáculo, donde se conserva la Eucaristía. También cuando el templo se vacía y cae la noche, también cuando el templo está cerrado, esa lámpara permanece encendida, sigue ardiendo; no la ve nadie, pero arde ante el Señor. Así es el Espíritu en nuestro corazón, está siempre presente como esa lámpara.

Encontramos también escrito en el Es la experiencia que han vivido muchos Catecismo: «El Espíritu Santo, cuya orantes, hombres y mujeres a quienes el unción impregna todo nuestro ser, es el Espíritu Santo ha formado según la Maestro interior de la oración cristiana. «medida» de Cristo, en la misericordia, Es el artífice de la tradición viva de la en el servicio, en la oración, en la cate- oración. Ciertamente, hay tantos camiquesis… Es una gracia poder encontrar nos en la oración como orantes, pero es personas así; nos damos cuenta que en el mismo Espíritu el que actúa en todos y ellos late una vida diferente, su mirada ve con todos. En la comunión en el Espíritu «más allá». No pensemos solo en los Santo la oración cristiana es oración en monjes, los eremitas; se encuentran tam- la Iglesia» (N. 2672). Muchas veces bién entre la gente común, gente que ha sucede que nosotros no oramos, no tejido una larga vida de diálogo con Dios, tenemos ganas de orar o muchas veces 18

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oramos como loros, con la boca, pero el corazón está lejos. Este es el momento de decir al Espíritu: «Ven, ven Espíritu Santo, enciende mi corazón. Ven y enséñame a orar, enséñame a mirar al Padre, a mirar al Hijo. Enséñame cómo es el camino de la fe. Enséñame cómo amar y sobre todo enséñame a tener una actitud de esperanza». Se trata de llamar al Espíritu continuamente para que esté presente en nuestras vidas.

En el campo infinito de la santidad, el único Dios, Trinidad de Amor, hace florecer la variedad de los testigos, todos iguales por dignidad, pero también únicos en la belleza que el Espíritu ha querido que se irradiase en cada uno de aquellos a quienes la misericordia de Dios ha hecho sus hijos. No lo olvidemos, el Espíritu está presente, está presente en nosotros. Escuchemos al Espíritu, llamemos al Espíritu –es el don, el regalo que Dios nos ha hecho– y digáEs, por tanto, el Espíritu quien escribe la mosle: «Espíritu Santo, yo no sé cómo es historia de la Iglesia y del mundo. Noso- tu rostro –no lo conocemos– pero sé tros somos páginas abiertas, disponibles que tú eres la fuerza, que tú eres la luz, a recibir su caligrafía. Y en cada uno de que tú eres capaz de hacerme ir adelante nosotros el Espíritu compone obras y de enseñarme cómo orar. Ven Espíritu originales, porque no habrá nunca un Santo». Una bonita oración esta: «Ven, cristiano completamente idéntico a otro. Espíritu Santo».

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Catequesis sobre la oración (27) Orar en comunión con María Biblioteca Palacio Apostólico, miércoles 24 marzo 2021

Hoy la catequesis está dedicada a la oración en comunión con María, y tiene lugar precisamente en la vigilia de la Solemnidad de la Anunciación. Sabemos que el camino principal de la oración cristiana es la humanidad de Jesús. De hecho, la confianza típica de la oración cristiana no tendría sentido si el Verbo no se hubiera encarnado, donándonos en el Espíritu su relación filial con el Padre. Hemos escuchado, en la lectura, sobre aquella reunión de los discípulos, en la que estaban las piadosas mujeres y María, orando, después de la Ascensión de Jesús. Es la primera comunidad cristiana que espera el don de Jesús, la Promesa de Jesús. Cristo es el Mediador, el puente que atravesamos para dirigirnos al Padre (cf.

Catecismo de la Iglesia Católica, N. 2674). Él es el único Redentor, no hay corredentores junto con Cristo. Es el Mediador por excelencia, es «el Mediador». Cada oración que elevamos a Dios es «por Cristo, con Cristo y en Cristo» y se realiza gracias a su intercesión. El Espíritu Santo extiende la mediación de Cristo a todo tiempo y todo lugar; no hay otro nombre en el que podamos ser salvados (cf. Hech 4,12). Jesucristo es el único Mediador entre Dios y los hombres. De la única mediación de Cristo toman sentido y valor las otras referencias que el cristianismo encuentra para su oración y su devoción, en primer lugar, a la Virgen María, la Madre de Jesús. Ella ocupa en la vida y, por tanto, también en la oración

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Jesús lo vemos en las bodas de Caná; María dice: «Hagan lo que Él les diga». Siempre indica a Cristo; es la primera discípula. Este es el rol que María ha ocupado durante toda su vida terrena y que conserva para siempre, ser humilde sierva del Señor, nada más. A un cierto punto, en los Evangelios, ella parece casi desaparecer; pero vuelve en los momentos cruciales, como en Caná, cuando el Hijo, gracias a su intervención atenta, realizó el primer «signo» (cf. Jn 2,1-12), y después en el Gólgota, al pie de la cruz. del cristiano un lugar privilegiado, porque es la Madre de Jesús. Las Iglesias de Oriente la han representado a menudo como la «Odighitria», la que «indica el camino», es decir al Hijo Jesucristo. Me viene a la mente ese hermoso cuadro antiguo de la «Odighitria» en la catedral de Bari, la Virgen que muestra a Jesús, desnudo. Después le pusieron una camisa para cubrir esa desnudez, pero la verdad es que Jesús está retratado desnudo, para indicar que Él, hombre nacido de María, es el Mediador. Y ella indica al Mediador, ella es la «Odighitria». En la iconografía cristiana su presencia está en todas partes, y a veces con gran protagonismo, pero siempre en relación al Hijo y en función de Él. Sus manos, sus ojos, su actitud son un «catecismo» viviente y siempre apuntan al fundamento, el centro: Jesús. María está totalmente dirigida a Él (cf. Catecismo, N. 2674), hasta el punto de que podemos decir que ella es más discípula que Madre. Ese indicar a 21

Jesús extendió la maternidad de María a toda la Iglesia, cuando le encomendó al discípulo amado, poco antes de morir en la cruz. Desde ese momento, todos nosotros estamos colocados bajo su manto, como se ve en ciertos frescos y cuadros medievales. También la primera antífona latina –«Sub tuum praesidium confugimus, sancta Dei Genetrix»– se dirige a la Virgen que, como Madre a la cual Jesús nos ha encomendado, envuelve a todos nosotros; pero, como Madre, no como diosa, no como corredentora, sino como Madre. Es verdad que la piedad cristiana siempre le da hermosos títulos, como un hijo a la madre. ¡Cuántas cosas hermosas dice un hijo a la madre a la que ama! Pero estemos atentos; las cosas hermosas que la Iglesia y los Santos dicen de María no quitan nada a la unicidad redentora de Cristo. Él es el único Redentor. Son expresiones de amor como la de un hijo a su madre, algunas

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veces exageradas. Pero el amor –nosotros lo sabemos– siempre nos hace hacer cosas exageradas, pero con amor.

María está siempre presente en la cabecera de sus hijos que dejan este mundo. Si alguno se encuentra solo y abandonado, ella es Madre, está allí cerca, como estaba junto a su Hijo, cuando todos lo habían abandonado.

Y así empezamos a orar con algunas expresiones dirigidas a ella, presentes en los Evangelios: «Llena de gracia», «bendita entre las mujeres» (cf. Catecismo, N. 2676s.). A la oración del Ave María pronto se agregaría el título «Theotokos = Madre de Dios», ratificado por el Concilio de Éfeso. Y, análogamente, y como sucede en el Padre Nuestro, después de la alabanza añadimos la súplica, pedimos a la Madre que ruegue por nosotros, pecadores, para que interceda con su ternura, «ahora y en la hora de nuestra muerte». Ahora, en las situaciones concretas de la vida, y en el momento final, para que nos acompañe –como Madre, como primera discípula– en el paso a la vida eterna.

María ha estado presente en los días de pandemia, cerca de las personas que lamentablemente han concluido su camino terreno en una condición de aislamiento, sin el consuelo de la cercanía de sus seres queridos. María está siempre allí, junto a nosotros, con su ternura materna. Las oraciones dirigidas a ella no son vanas. Mujer del «sí», que ha acogido con prontitud la invitación del Ángel, responde también a nuestras súplicas, escucha nuestras voces, también las que permanecen cerradas en el corazón, que no tienen la fuerza de salir, pero que Dios conoce mejor que nosotros mismos. Las escucha como Madre. Como y más que toda buena madre, María nos defiende en los peligros, se preocupa por nosotros, también cuando nosotros estamos atrapados por nuestras cosas y perdemos el sentido del camino, y ponemos en peligro no sólo nuestra salud, sino nuestra salvación. María está allí, orando por nosotros, orando por quien no ora, orando con nosotros. ¿Por qué? Porque ella es nuestra Madre.

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Catequesis sobre la oración (28) Orar en comunión con los santos Biblioteca Palacio Apostólico, miércoles 7 abril 2021 en generación, en una relación continua entre la experiencia personal y la del pueblo y la humanidad a la que pertenecemos. Nadie puede desprenderse de su propia historia, de la historia de su propio pueblo, siempre llevamos esta herencia en nuestras costumbres y también en la oración. En la oración de alabanza, especialmente en la que brota del corazón de los pequeños y los humildes, resuena algo del cántico del «Magnificat» que María elevó a Dios ante su pariente Isabel; o de la exclamación del anciano Simeón que, tomando al Niño Jesús en sus brazos, oró así: «Ahora Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz» (Lc 2,29). Hoy quisiera reflexionar sobre la relación entre la oración y la comunión de los santos. De hecho, cuando oramos, nunca lo hacemos solos; aunque no lo pensemos, estamos inmersos en un majestuoso río de invocaciones que nos precede y continúa después de nosotros. En las oraciones que encontramos en la Biblia, y que a menudo resuenan en la liturgia, vemos la huella de historias antiguas, de liberaciones prodigiosas, de deportaciones y tristes exilios, de regresos conmovidos, de alabanzas surgidas ante las maravillas de la creación... Y así estas voces se difunden de generación

Las oraciones –las buenas– son «difusivas», se propagan continuamente, con o sin mensajes en las «redes sociales»; se propagan desde los corredores de hospitales, desde las reuniones festivas y hasta desde los momentos en que se sufre en silencio... El dolor de cada uno es el dolor de todos, y la felicidad de uno se vuelca sobre el alma de los demás. El dolor y la felicidad son parte de la única historia; son historias que se hacen historia en la propia vida. Se revive la historia con palabras propias, pero la experiencia es la misma. Las oraciones siempre renacen: cada vez

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que juntamos las manos y abrimos nuestro corazón a Dios, nos encontramos en compañía de santos anónimos y santos reconocidos que oran con nosotros, y que interceden por nosotros, como hermanos y hermanas mayores que han pasado por nuestra misma aventura humana. En la Iglesia no hay duelo solitario, no hay lágrima que caiga en el olvido, porque todo respira y participa de una gracia común. No es una casualidad que en las Iglesias antiguas las sepulturas estuvieran en el jardín, alrededor del edificio sagrado, como para decir que la multitud de los que nos precedieron participa de alguna manera en cada Eucaristía. Están nuestros padres y abuelos, nuestros padrinos y madrinas, los catequistas y otros educadores… esa fe transmitida, que hemos recibido. Con la fe se ha transmitido también la forma de orar, la oración.

Los santos todavía están aquí, no lejos de nosotros, y sus representaciones en las Iglesias evocan esa «nube de testigos» que siempre nos rodea (cf. Heb 12,1). Hemos escuchado al principio la lectura del pasaje de la Carta a los Hebreos. Son testigos que no adoramos –esto es claro, no adoramos a estos santos–, pero que veneramos y que de mil maneras diferentes nos remiten a Jesucristo, único Señor y Mediador entre Dios y el hombre. Un santo que no te remite a Jesucristo no es un santo, ni siquiera es un cristiano. El Santo te recuerda a Jesucristo, porque recorrió el camino de la vida como cristiano. Los santos nos recuerdan que también en nuestra vida, aunque débil y marcada por el pecado, la santidad puede florecer. Leemos en los Evangelios que el primer santo «canonizado» fue un ladrón y fue «canonizado» no por un Papa, sino por el mismo Jesús. La santidad es un camino de vida, de encuentro con Jesús, ya sea largo, corto, o solo un instante, pero siempre es un testimonio. Un santo es el testimonio de un hombre o una mujer que han conocido a Jesús y han seguido a Jesús. Nunca es demasiado tarde para convertirse al Señor, que es bueno y grande en el amor (cf. Sal 102, 8). El Catecismo explica que los santos «contemplan a Dios, lo alaban y no dejan de cuidar de aquéllos que han quedado en la tierra… Su intercesión es su más alto servicio al plan de Dios. Podemos y debemos rogarles que intercedan por nosotros y por el mundo entero» (N.

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2683). En Cristo hay una solidaridad misteriosa entre los que han pasado a la otra vida y nosotros, los que peregrinamos en ésta; nuestros seres queridos fallecidos siguen cuidándonos desde el Cielo. Oran por nosotros y nosotros oramos por ellos, y oramos con ellos.

en la vida, darnos una mano para obtener de Dios las gracias que más necesitamos. Si en nuestra vida las pruebas no han superado el colmo, si todavía somos capaces de perseverar, si, a pesar de todo, seguimos adelante con confianza, quizás todo esto, más que a nuestros méritos, se lo debemos a la intercesión Este vínculo de oración entre nosotros y de tantos santos, unos en el Cielo, otros los santos, es decir, entre nosotros y per- peregrinos como nosotros en la tierra, sonas que han alcanzado la plenitud de la que nos han protegido y acompañado, vida, este vínculo de oración lo experi- porque todos sabemos que aquí en la mentamos ya aquí, en la vida terrena; tierra hay gente santa, hombres y mujeoramos los unos por los otros, pedimos res santos que viven en santidad. Ellos no y ofrecemos oraciones... La primera lo saben, nosotros tampoco lo sabemos, forma de orar por alguien es hablar con pero hay santos, santos de todos los días, Dios sobre él o ella. Si lo hacemos con santos escondidos o, como me gusta frecuencia, todos los días, nuestro cora- decir, «santos de la puerta del lado», los zón no se cierra, permanece abierto a que viven con nosotros en la vida, que los hermanos. Orar por los demás es la trabajan con nosotros y llevan una vida primera forma de amarlos y nos empuja de santidad. a una cercanía concreta. Incluso en los momentos de conflicto, una forma de Bendito sea Jesucristo, único Salvador resolver el conflicto, de suavizarlo, es del mundo, junto con este inmenso floreorar por la persona con la que estoy en cimiento de santos y santas, que pueblan conflicto. Y algo cambia con la oración. la tierra y que han hecho de su vida una Lo primero que cambia es mi corazón, es alabanza a Dios. Porque –como afirmaba mi actitud. El Señor lo cambia para hacer san Basilio– «para el Espíritu el santo es posible un encuentro, un nuevo encuen- una habitación particularmente apropiatro y para evitar que el conflicto se con- da, porque se ofrece para habitar con vierta en una guerra sin fin. Dios y es llamado templo suyo» (Liber de Spiritu Sancto, 26, 62: PG 32, 184A; cf. La primera forma de afrontar un moCatecismo, N. 2684). mento de angustia es pedir a los hermanos, a los santos, sobre todo, que oren por nosotros. ¡El nombre que nos dieron en el Bautismo no es una etiqueta ni una decoración! Suele ser el nombre de la Virgen, de un santo o de una santa, que no desean más que «darnos una mano» 25

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Ante la violencia contra los inmigrantesen Iquique Mensaje del Comité Permanente de la CECH Santiago, 27 de septiembre de 2021

1. Como Obispos de la Iglesia Católica en Chile, nos unimos al dolor y al rechazo que han ocasionado los actos de violencia cometidos contra hermanos inmigrantes en la ciudad de Iquique, ocurridos en los últimos días. Observar la agresión a personas en situación de vulnerabilidad, incluidos niños y adolescentes, junto a la destrucción de sus pocas pertenencias, mientras se gritaba “vivas” a Chile, nos llena de vergüenza y de estupor. No es ese el Chile al que todos aspiramos. 2. Comprendemos que la llegada de numerosos migrantes a determinadas

ciudades y localidades muchas veces puede hacer difícil la convivencia de estos hermanos con la comunidad local, pero, por lo mismo, se requiere una acción coordinada de las autoridades locales y nacionales para hacer frente a una situación que no se puede dejar a la deriva. No puede haber indolencia o negligencia de parte del Estado, pues ello solo agrava el problema. Tampoco contribuyen las actitudes xenófobas y violentas, pues dañan la dignidad humana. “Todo emigrante es una persona humana que, en cuanto tal, posee derechos fundamentales inalienables que han de ser respetados por todos y en cualquier 26

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situación” (Benedicto XVI, Caritas in veritate, 62) 3. No podemos olvidar que detrás de la migración hay situaciones de pobreza, de violencia y de crisis de las que se huye. Por eso la migración, junto con ser un hecho doloroso, es también un derecho humano, porque las personas tienen derecho a buscar una vida mejor y a huir de la desesperación. Es lo que vivieron muchos chilenos en otra época, cuando fueron acogidos y encontraron un espacio de desarrollo en otros países de nuestro continente. Si la dignidad de la persona humana no queda a salvo y, por el contrario, consideramos a algunos menos valiosos o descartables, no hay futuro ni para la fraternidad ni para la sobrevivencia de la humanidad (cf. Papa Francisco, Fratelli tutti, 107). 4. Llamamos a las autoridades a asumir la problemática migratoria, ofreciendo espacios de acogida en condiciones dignas, que permitan no cargar a las comunidades locales con situaciones urbanas indeseadas. También pedimos facilitar los procesos de regularización de acuerdo con la ley y coordinar acciones internacionales a nivel regional que permitan enfrentar el problema en común. Todos estamos de acuerdo en que la migración debe ser regulada, pero regular no es lo mismo que prohibir o hacerla imposible inflexiblemente. La migración no debe ser vista solo como una amenaza, sino como una oportunidad para construir un futuro de paz.

5. Invitamos a los católicos a no asumir ni promover actitudes hostiles al inmigrante. Una mentalidad xenófoba y replegada sobre sí misma, sea por la consideración que sea, no puede prevalecer por encima de las más hondas convicciones de fe, que nos hacen sostener el valor de cada persona humana y la ley suprema del amor fraterno. Justo ayer, celebrando en Roma la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, Francisco nos ha llamado a no cerrar la puerta a la esperanza de los migrantes, invitándonos a "caminar juntos, sin prejuicios, sin miedos, poniéndonos al lado de los más vulnerables: migrantes, refugiados, víctimas de la trata, descartados... estamos llamados a construir un mundo cada vez más inclusivo, que no excluya a nadie”. El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile + Celestino Card. Aós Braco Cardenal Arzobispo de Santiago, Presidente + Fernando Chomalí Garib Arzobispo de Concepción, Vicepresidente + Juan Ignacio González Errázuriz Obispo de San Bernardo + Ricardo Morales Galindo Obispo de Copiapó + Sergio Pérez de Arce Arriagada Obispo de Chillán, Secretario General

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Ante el Proyecto de Ley que despenaliza el aborto Mensaje del Comité Permanente de la CECH Santiago, 29 de septiembre de 2021

La Cámara de Diputados y Diputadas ha aprobado, en el día de ayer, la idea de legislar el proyecto de ley que despenaliza el aborto hasta las 14 semanas de gestación. Como Obispos de la Iglesia Católica, lamentamos profundamente esta decisión y reafirmamos, ante la opinión pública, valores esenciales que en este tema están en juego.

sa de cualquier derecho humano” (Evangelii Gaudium 213), y el primero de los derechos humanos es el derecho a la vida, que ha de ser respetada desde la concepción hasta la muerte natural. Por eso, no matar deliberada y directamente al inocente es un absoluto moral cuyo reconocimiento y protección resulta indispensable para la vida en comunidad.

1. El valor de la vida y la dignidad de la persona humana son un fundamento esencial e irrenunciable de la vida en la sociedad. Como nos recuerda el Papa Francisco, “la defensa de la vida por nacer está íntimamente ligada a la defen-

2. Como lo señalamos en el año 2015, “la ciencia biológica confirma que desde el momento de la fecundación se inicia una nueva vida humana, distinta a la del padre y a la de la madre, que en un proceso continuo, gradual y autónomo, se irá 28

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desarrollando en el tiempo. Cobijado y dependiente de la madre, no es sin embargo parte del cuerpo de ella, sino otro ser, por lo que su individualidad debe ser respetada” (1) . Este respeto incondicional a la vida humana es lo que debe guiar cualquier consideración ética, legislativa, humana y sanitaria ante la realidad de un embarazo no deseado. Está claro que hay situaciones humanas complejas, y a veces dramáticas, que pueden surgir de un embarazo. Pero nada de ello se soluciona con la eliminación deliberada de un ser humano indefenso e inocente. El talante de una sociedad se mide en la capacidad de hacerse cargo de los más débiles, los que siempre han de ser tratados en virtud de la dignidad que les es propia, y no de intentar solucionar los problemas por medio de la violencia. 3. Sabemos que las legislaciones pro aborto parten, a menudo, planteándose como una excepción, sosteniendo la interrupción del embarazo para casos excepcionales, como se sostuvo por ejemplo al aprobar la ley del aborto en tres causales. Pero la experiencia nos dice que se termina afirmando un “derecho al aborto” y la primacía de los derechos sexuales y reproductivos de la mujer, ignorándose del todo la existencia y los derechos de otro ser humano. Se crea una mentalidad contraria a la vida de la persona engendrada, como si el niño fuera una cosa o un enemigo, y no un ser humano, maravilloso don de Dios. Como lo señalamos días atrás a propósi29

to de los inmigrantes y la situación vivida en Iquique, “si la dignidad de la persona humana no queda a salvo y, por el contrario, consideramos a algunos menos valiosos o descartables, no hay futuro ni para la fraternidad ni para la sobrevivencia de la humanidad (cf. Papa Francisco, Fratelli Tutti, 107)” (2). 4. A los católicos, que estamos llamados a actuar en la vida pública desde nuestras convicciones de fe y desde los argumentos de la razón, les recordamos que la inmoralidad del aborto se encuentra entre las enseñanzas constantes de la Iglesia. Entre otros muchos pronunciamientos, el Papa Juan Pablo II declaró: “con la autoridad que Cristo confirió a Pedro y a sus Sucesores, en comunión con todos los Obispos (…) declaro que el aborto directo, es decir, querido como fin o como medio, es siempre un desorden moral grave, en cuanto eliminación deliberada de un ser humano inocente. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el magisterio ordinario y universal” (Encíclica Evangelium vitae, 62). Oramos al Señor para que ilumine la conciencia y los corazones de quienes deben tomar decisiones en favor del bien común, para que defiendan siempre a los más vulnerables. A la Virgen María encomendamos todo cuidado y promoción de la vida humana.

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El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile

del aborto, 25 Marzo 2015. (2) Ante la violencia contra los inmigrantes en Iquique. Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile, 27 de septiembre de 2021.

(1) El derecho humano a la vida, una vida digna para todos. Mensaje de la Conferencia Episcopal de Chile en torno al proyecto de ley sobre despenalización

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Mons. Felipe Bacarreza Rodríguez Celebra 30 años de ministerio episcopal

El miércoles 8 de septiembre, en la fiesta de la Natividad de la Virgen María, celebró nuestro Obispo el aniversario N. 30 de su Ordenación episcopal. Lo hizo con la celebración de la Eucaristía a las 12:30 horas en la Catedral de Santa María de los Ángeles, acompañado por el Vicario general, el Vicario de pastoral, los decanos y los encargados de los departamentos de pastoral. Participaron algunos diáconos en representación del colegio de los diáconos y muchos fieles. Mons. Bacarreza comenzó su homilía destacando los grandes cambios que se han producido en la humanidad y en 31

Chile en estos 30 años en que le ha tocado servir como Obispo. En este momento es el Obispo más antiguo en ejercicio. Agradeció al Señor que en todo su ministerio ha sentido la presencia de la Madre de Dios y declaró que a ella debía su sacerdocio y su episcopado. Su nombramiento por el Papa San Juan Pablo II se hizo público el 16 de julio de 1991, cuando en Chile se celebraba la Solemnidad de la Virgen del Carmen. Su Ordenación debía programarse un domingo en la tarde para facilitar la participación del clero; y ese año, precisamente, era domingo el 8 de septiembre, fiesta mariana muy querida de la Natividad de la Virgen María. Este día –8 de septiembre– tiene relación con su primer destino, que fue como Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de la Santísima Concepción, pues el nacimiento de la Virgen María se celebra precisamente nueve meses después del 8 de diciembre en que se celebra su Concepción Inmaculada, fiesta patronal de esa Arquidiócesis. Mons. Bacarreza eligió, como lema episcopal, las primeras palabras de la antífona mariana más antigua: «Sub tuum praesidium» (Bajo tu amparo). Y, por último, su segundo destino, por nombramiento del Papa Benedicto XVI, fue como Obispo de la Diócesis de Santa María de los Ángeles. Ha distribuido, por tanto, sus 30 años de episcopado, sirviendo en tiempos casi iguales en las únicas dos Dióce-

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sis de nuestra patria consagradas a la Virgen María.

justificados ahora por su sangre… fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo» (Rom 5,9.10). La condición para que todo se vuelva en bien es «amar a Dios». De esto debemos, entonces, preocuparnos por encima de toda otra preocupación.

Refiriendose a los tiempos que nos toca vivir en los cuales es difícil ubicarse y seguir el ritmo de los cambios, que no siempre van en la dirección correcta, dijo que, sin embargo, los cristianos tenemos una certeza, que nada nos puede arrebatar. Lo dijo citando las palabras de San Pablo: «Sabemos, que para quienes aman a Dios todas las cosas contribuyen al bien» (Rom 8,28). Y esto es posible porque Dios puede con su poder de los males sacar bienes. En efecto, sin duda, lo más malo que ha acontecido en la humanidad ha sido la muerte de Jesús en la cruz.Y, sin embargo, esa muerte, con toda su crueldad, ha sido la causa del máximo bien para toda la humanidad: «Estamos

San Pablo agrega que todo se vuelve en bien de «los que han sido llamados» por Dios; llamados ¿para qué? Para «reproducir la imagen de su Hijo, para que sea Él el primogénito entre muchos hermanos». ¡Qué honor ser llamados a ser hermanos de Cristo! Todo termina en la gloria: «A éstos los justificó; y a los que justificó, a éstos también los glorificó» (Rom 8,29-30). Se leía ese día el comienzo del Evangelio

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de Mateo, donde el evangelista explica cómo fue el origen de Jesucristo y el rol fundamental que tiene su madre, la Virgen María. En esa larga genealogía de José –42 generaciones– van pasando los años desde Abraham hasta José, «el esposo de María de la cual nació Jesús». La historia de salvación se prolonga, luego, en los apóstoles, enviados por Jesús con poder para anunciarla y realizarla en todos los pueblos y en todos los tiempos, como lo expresa la conclusión de ese mismo Evangelio: «Hagan discípulos de todos los pueblos… hasta el fin de los tiempos» (cf. Mt 28,19.20). En esta historia entramos nosotros, los que hemos sido llamados a ser ministros de este misterio en este tiempo por el Sacramento del Orden: «El Orden es el Sacramento gracias al cual la misión con33

fiada por Cristo a sus Apóstoles sigue siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos» (Catecismo N. 1536). Jesús no ocultó a sus apóstoles que iban a sufrir grandes tribulaciones por causa suya: «Serán odiados por todos, por causa de mi Nombre» (Mt 10,22). Si es así, ¿cómo encuentra el Señor quienes respondan a su llamado? Encuentra, porque toda tribulación es nada comparada con el honor de su amor y su amistad: «A ustedes los llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre lo he dado a conocer a ustedes» (Jn 15,15). Los apóstoles y los presbíteros y Obispos de todos los tiempos siguen a Jesús porque están fascinados por Él y por lo que Él les ha dado a conocer. Así lo expresa San Pedro, cuando, precisamen-

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te, fue encarcelado y le fue prohibido predicar el Nombre de Cristo: «Nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído» (Hech 4,20). La vocación al sacerdocio nace de algo «visto y oído», que no puede dejar de anunciarse. Jesús llama fascinando. Quien ha sido llamado no puede sino responder: «¿A dónde quién otro iremos? Tú tienes palabras de vida eterna y nosotros creemos y sabemos que Tú eres el Santo de Dios» (Jn 6,68-69).

Terminada la Misa, el presidente del colegio de los diáconos entregó al Obispo un regalo. Luego, todos los colaboradores en el Obispado, los vicarios y decanos y los encargados de los departamentos de pastoral se trasladaron a la Casa Adveniat donde compartieron con el Obispo un excelente almuerzo.

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Santo Cristo de Mulchén Remodelación del Santuario que lo acoge

El sábado 25 de septiembre, a las 17 horas, fueron inauguradas y bendecidas por nuestro Obispo Mons. Felipe Bacarreza, las obras de remodelación del «Santo Cristo de Mulchén». Este es el nombre que recibe el Crucifijo que, desde hace más de cien años está erigido en el acceso norte de la ciudad para acoger a todos los que entran y despedir a los que salen de la ciudad. El crucifijo fue traído desde Francia en el año 1920 por la familia Morandé-Campino e instalada a pocos metros de la orilla del Río Bureo. La historia cuenta que la imagen fue el cumplimiento de una

manda hecha por doña Sara Campino en gratitud por una gracia recibida y que acudía diariamente a venerarla recorriendo un sendero hecho para ese fin desde su casa hasta el pie de la cruz. Sucesivamente se hizo una gruta para proteger la imagen de las inclemencias del tiempo. Pronto, el lugar se convirtió en un Santuario donde acudían, no sólo los habitantes de Mulchén, sino también fieles de toda la Provincia. En el año 2014, en el primer mandato del actual alcalde de Mulchén, don Jorge Rivas Figueroa, el Santuario fue embellecido y provisto de más amplias escaleras

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y, sobre todo, de una rampla, que le concede acceso universal. El mismo alcalde promovió la remodelación, con la eficaz colaboración de CMPC, que tiene en el mismo sector del Santuario su principal aserradero de la zona. La CMPC proveyó la hermosa madera con que se remodeló el lugar, incluido el madero de la cruz del Santo Cristo; sobre todo, proveyó la maestría en el tratamiento de la madera. La ceremonia comenzó con las palabras del alcalde Jorge Rivas Figueroa, quien, después de narrar brevemente la historia del Santo Cristo, explicó, que con la venia del párroco Pbro. Manuel Jesús Leal Poblete, se dieron los pasos para embellecer el lugar y hacerlo más atractivo para los peregrinos. Inmediatamente, la CMPC se prestó a colaborar con la 38

madera y la mano de obra. El resultado deja a la vista lo que se puede hacer con este importante elemento que caracteriza a nuestra región. Luego tomó la palabra don Felipe Alveal, subgerente de Asuntos corporativos de CMPC Bio Bio. Agradeció que la Compañía haya sido invitada a colaborar en esta emblemática obra aportando la madera y la «expertise», que ha adquirido en tantos años en el trabajo de la madera. La obra deja en evidencia la nobleza de este material y su aptitud para todo tipo de construcciones. Aseguró que para la compañía fue un honor haber contribuido con esta obra a dar mayor gloria a Jesucristo. A continuación, representantes del coro

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Por último, el Obispo Mons. Felipe Bacarreza procedió a la bendición del madero de la cruz –«del cual pende la salvación del mundo»– y de la nueva estructura del Santuario. El Obispo leyó el pasaje del Evangelio de Juan más apropiado para la ocasión, dado que todos los presentes estaban el pie de la cruz de Jesús: «Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleopás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo amado, dice a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Luego dice al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Y desde aquella hora el discípulo la acogió como suya» (Jn 19,25-27). Esta escena representa precisamente lo que viven los fieles que acuden al pie del Santo Cristo de Mulchén, porque en esa bendita imagen está representado Jesús en la

de la Parroquia San Esteban interpretaron cantos religiosos que permitieron a los presentes tener un momento de reflexión en ese espacio de oración.

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cruz, pero aún vivo, antes de que Él entregara el Espíritu y antes de la cruel lanzada del soldado. En ese supremo momento estaban junto a la cruz de Jesús las personas que Él más amaba: su Madre, María Magdalena y el discípulo amado. Merece el nombre de «discípulo amado» todo el que se ha recostado sobre el pecho de Jesús, ha estado al pie de la cruz y ha recibido a la Madre de Dios como Madre suya.

acto de desagravio que se ofreció al Señor el 14 de diciembre de 2007. En esa ocasión se movilizó todo el presbiterio y una multitud de fieles de toda la Diócesis. (Publicamos más abajo el artículo aparecido en este mismo boletín Surcos diciembre 2007, páginas 14 a 17 y algunas fotos de ese evento).

El Obispo agradeció al alcalde, al representante de la CMPC, al párroco de San Esteban de Mulchén y a todos los que Mons. Bacarreza recordó con dolor los hicieron posible la remodelación del Sanactos de vandalismo y de profanación de tuario e invitó a los fieles a concurrir que fue objeto el Santo Cristo, en la frecuentemente a ese lugar de oración, noche del 18 de septiembre de 2007. donde el Señor está pronto a escuchar Pero destacó también la prontitud con las oraciones de sus fieles. Luego, proque fue reparada la imagen, gracias a la nunció la oración de bendición y roció preocupación del entonces párroco de con agua bendita a los asistentes y a las San Esteban, Pbro. Eduardo Riquelme y, obras de remodelación. Por último, sobre todo, recordó el impresionante acompañado por las autoridades cortó 40

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templo parroquial donde celebró la Eucaristía y administró el Sacramento de la Confirmación a 69 jóvenes y adultos de la Parroquia San Esteban.

la cinta con lo cual quedó inaugurada la obra. Más tarde Mons. Bacarreza se dirigió al

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Acto de desagravio Crucifijo de Mulchén (Artículo de Surcos diciembre 2007, página 14 a 17)

El pueblo de Mulchén ya se sentía incómodo y desprotegido sin el Crucifijo que daba acceso al pueblo. Muchos tenían la costumbre de detenerse a hacer un acto de amor a Jesús, que murió en la cruz por nosotros. Pero no encontraban al Señor en su lugar, el lugar desde donde ha escuchado las oraciones de tantos fieles por más de cien años. Inmediatamente después del atentado que sufrió el Cristo bendito, el párroco Pbro. Eduardo Riquelme comenzó a dar los pasos para su restauración. Se contactó con un artista de Concepción y consiguió los recursos. El artista que

tuvo el honor de restaurar la sagrada imagen de Cristo crucificado es don Álvaro Barruylle Ayala. El palo de la cruz se hizo de metal y se empotró firmemente en su base. Acercandose la fecha en que se haría el acto de desagravio al Señor y se bendeciría la imagen restaurada, Mons. Felipe Bacarreza mandó una carta a todos los presbíteros y diáconos de la Diócesis para explicar el sentido del acto de desagravio e invitarlos a participar en ese acto de reparación y amor a Jesús. A continuación publicamos dicha carta: 42

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A todos los miembros del clero: Desagravio Crucifijo de Mulchén Querido hermano en el Señor: Todos hemos tenido conocimiento del horrible atentado contra el Crucifijo que por más de cien años ha estado a la entrada de Mulchén recibiendo a los que llegan a esa ciudad y despidiendo a los que salen de ella. San Pablo estaba convencido de que la visión de la cruz de Cristo era argumento suficiente del amor de Dios hacia nosotros y del don gratuito de la salvación, y así lo dice a los gálatas que se dejaban engañar por otras doctrinas: «¡Oh insensatos gálatas! ¿Quién los sedujo a ustedes, ante cuyos ojos fue presentado Jesucristo crucificado?» (Gal 3,1). Nos duele que haya en nuestra Diócesis personas tan insensatas que hayan llegado hasta ese extremo en su odio e intolerancia. Y más aun que esta acción la hayan hecho en el día de nuestras fiestas patrias, 18 de septiembre. Por eso queremos poner un signo de nuestra amor a Jesús que supere el odio y le ofrezca reparación. Todos los presbíteros y diáconos, acompañados por numerosos fieles de sus parroquias deben hacerse una obligación el participar en el acto de desagravio que tendrá lugar el viernes 14 de diciembre partiendo en procesión con el Santísimo Sacramento desde la parroquia de Mulchén a las 19:30 horas. Este no será un acto de revancha ni de reivindicación; será un acto de amor a Jesús por medio del cual le pediremos perdón por la ofensa contra él cometida por hermanos nuestros. Imploraremos a Dios con las mismas palabras de Jesús: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34). Esperando reunirnos allá lo saludo con vivo afecto en Jesús y María Stma. + Felipe Bacarreza Rodríguez Obispo de Santa María de los Ángeles

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El viernes 14 de diciembre a las 19:30 horas se reunió una multitud de fieles y todo el clero de la Diócesis en el templo parroquial. Desde allí partió la procesión acompañando el Santísimo Sacramento que fue llevado todo el trayecto por nuestro Obispo. Llegados al santuario del Crucifijo, se rezaron las Vísperas de la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz y se dio la bendición con el Santísimo Sacramento. En las preces, para cumplir con el mandato de Jesús de orar por nuestros enemigos y por los que nos persiguen, Mons. Bacarreza invitó a orar por los que habían atentado contra la cruz del Señor y la habían destruido, para que reconozcan su pecado y se arrepientan. La multitud se unió a esta petición respondiendo: «Escuchanos, Señor, te rogamos».

En su alocución Mons. Bacarreza explicó el sentido de la cruz de Cristo. «Al mirarla –se detuvo e invitó a mirar la cruz– debemos ver en ella dos cosas: la gravedad de nuestros pecados, pues para obtenernos el perdón tuvo que abrazar Jesús la cruz y morir en ella, y el infinito amor que Dios nos tiene, que no vaciló en entregar a su Hijo único para que nosotros podamos salvarnos». Finalmente, el Obispo bendijo la Cruz restaurada y la roció con agua bendita e invitó a toda la comunidad a cuidarla y a venerarla. La multitud se retiró, aunque muchos permanecieron en el lugar largo rato en oración.

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Legión de María Celebra 100 años al servicio de la Evangelización

La Legión de María fue fundada en Dublin, Irlanda el 7 de septiembre de 1921, cuando un joven laico católico llamado Frank Duff, muy devoto de la Virgen María, organizó un encuentro de oración con otros fieles, con el fin de organizarse para servir a los más pobres de esa ciudad y de difundir el conocimiento de Cristo. Los inspiraba la doctrina del «Tratado de la verdadera devoción a la Virgen María» de San Luis María Grignion de Montfort. Comenzaron visitando a los enfermos en los hospitales y en sus casas. Uno de los pilares de su espiritualidad es el santo Rosario. Pronto el movimiento creció y se difundió.

Legión de María son Edel Quinn (1907-1944) que la difundió en África y Alfie Lambe (1932-1959) que la difundió en América Latina. Estos tres pioneros se encuentran en proceso de canonización. Hoy día, después de cien años, la Legión de María es reconocida por la Iglesia como Asociación Internacional de Fieles, está presente en 168 países y reúne a más de 10 millones de laicos, siendo uno de los mayores movimientos católicos. Varias Conferencias Episcopales y Obispos del mundo escribieron cartas de gratitud a la Legión de María con ocasión de su centenario, reconociendo el inmenso apostolado desarrollado en esos lugares.

Además del fundador Frank Duff (1889-1980), grandes apóstoles de la

El trabajo apostólico de la Legión de María es oculto, pero perseverante y 46

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En nuestra Diócesis de Santa María de los Ángeles la Legión de María está presente desde hace 35 años. Sólo Dios sabe cuánto bien han hecho, porque, como hemos dicho, su trabajo es oculto. Celebraron el centenario con una Eucaristía presidida por nuestro Obispo, Mons. Felipe Bacarreza el martes 7 de septiembre a las 16 horas en la Parroquia El Buen Pastor. Concelebró con el Obispo el Administrador de esa Parroquia Pbro. Miguel Salas. Se celebró la Misa de la Natividad de la Virgen María, en la Víspera de esa fiesta mariana y se recordó que ese día –el 8 de septiembre– Mons. Felipe Bacarreza celebraba su aniversario N. 30 de su Ordenación episcopal.

eficaz. Entre miles de experiencias que han compartido sus miembros con ocasión del centenario, seleccionamos uno, que representa bien su carisma, compartido por un miembro de la Legión en Italia: «Había un señor, en Milán, que no tenía casa ni bienes. Cada martes pasaban a verlo las damas de la Legión, que venían a ayudarlo en sus necesidades y velar por su conversión. Como muchos otros, en ocasiones pudo haberse molestado, pero, al final, por su perseverancia y caridad, la Legión tocó su corazón y lo llevó a concluir: “Si todas estas señoras han venido durante tanto tiempo, es porque yo valgo la pena”. Habían logrado el objetivo de ganar a un hermano por quien Cristo murió». 47

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El Obispo ha apoyado siempre la Legión de María y muchas veces ha alentado a los párrocos de los lugares donde hay grupos a atenderlas y confiarles tareas apostólicas, sobre todo, en la visita a los enfermos. Dijo que él conocía la Legión de María desde que era niño y contó varias experiencias vividas en relación con sus miembros y con su apostolado que le ha tocado conocer. Celebró, sobre todo, que fuera una Asociación de Fieles completamente consagrada a la Virgen María Madre de Dios y que de

ella reciba su inspiración y fuerza para anunciar al Señor. Hacen su trabajo con espíritu de fe y en unión con María. Expresó su deseo de que la Legión de María se difunda cada vez más en la Diócesis. Concluida la Eucaristía, fueron todos ante la gruta de la Virgen de Lourdes para inmortalizar el momento con varias fotos y, luego, se reunieron en el salón parroquial para compartir un sencillo ágape fraterno.

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Gotas para el alma

«En ti están todas mis fuentes» cional se celebró en Lille, Francia, en 1881. Desde entonces, con cierta periodicidad, convocados por el Papa, los católicos centramos nuestra atención en este inestimable Sacramento que Jesús nos dejó, a fin de «cargar las pilas» en el conocimiento y devoción hacia Él, que se quedó con nosotros bajo la forma de Pan. El hermoso lema: «En ti están todas mis fuentes», nos recuerda de manera muy gráfica la gran verdad que ilumina y fortalece nuestra fe. De Él manan todas las gracias que necesitamos para hacer el camino de la vida, sólo en Él está la vida, la felicidad, la plenitud del ser humano. Creo que lo más importante de un Congreso como estos, para que sirva de manera eficaz, es descubrir o recordar Este es el lema del quincuagésimo segun- que la devoción eucarística debe condudo Congreso Eucarístico Internacional, cirnos obligadamente a llevar una vida en realizado en la ciudad de Budapest, Hun- el amor y en todas las virtudes que se gría, entre el 5 y el 12 de septiembre desprenden del amor. recién pasado. Estaba previsto para el 2020, pero se postergó, a causa de la Por eso voy a mencionar aquí una senpandemia. El Santo Padre Francisco pre- tencia que es verdadera pero terrible sidió la Eucaristía de culminación el día para nosotros. Si todo es muy bonito en 12, acompañado por casi 100 mil perso- las celebraciones de un Congreso Eucanas, de las cuales, unos 5.000 eran rístico −los cantos, las flores, los ornamentos litúrgicos, las reuniones y charextranjeros llegados de unos 20 países. las etc.−, deja de serlo cuando alguien El primer Congreso Eucarístico Interna- nos aterriza. Esta vez lo hace Santa 50

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Fuerte, pero así no más es. ¿Tan grave es una falta de amor? Eso dicen los santos y antes que ellos, lo dice Jesús, en Mateo 5,20-26. En lo único que Dios nos juzga y juzgará será en el amor. Él es Amor; por tanto, cada vez que actuamos en contra del amor, nos ponemos en contra de Él; en consecuencia no deberíamos comulgar, ya que la Comunión es la unión plena con Jesús.

Teresa de Jesús de Los Andes, Juanita Fernández Solar. Entre los interrogatorios realizados durante el proceso de canonización, encontramos el testimonio de Anita Rücker Solar, prima segunda de Juanita y compañera de colegio. Cuando describe el comportamiento de ella, relata lo siguiente: «Un día tuve una discusión con una compañera, ella (Juanita) me tomó y me dijo: “Antes de comulgar tienes que pedirle perdón y ponerte bien con ella; cuando se falta a la caridad, no se puede comulgar”» (Positio).

Alguno dirá que ha actuado bien porque cumple siempre los 10 mandamientos. Y está en lo correcto. Pero, para Jesucristo, eso es insuficiente. Él pide más, quiere que hilemos más fino. Faltamos a la caridad cada vez que con nuestras palabras ofendemos a alguien, o con nuestros comentarios maliciosos dejamos mal puesto al de más allá; cada vez que «pelamos» a la vecina o agrandamos el error de un colega; cada vez que dejamos de hacer el bien que podíamos o cuando nos mostramos molestos porque las cosas no se hicieron a nuestro modo. Faltamos al amor, cuando evitamos a una persona desagradable, cuando ignora-

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mos las necesidades de los demás, cuando negamos un favor o nos desentendemos de un trabajo molesto esperando que lo haga otro. Faltamos a la caridad, cuando pensamos mal de una persona y más encima la difamamos, con o sin razón, cuando dejamos de alabar al que hizo una comida muy rica o al que se destaca por su trabajo bien hecho. Faltamos al amor, cuando negamos la sonrisa al otro disculpándonos con que nos duele la cabeza. Cuando vemos la iglesia llena de polvo y criticamos, pero no hacemos nada por limpiarla. Cuando agrandamos los defectos de éste o nos burlamos de aquélla que nos cae mal. Es falta de caridad andar todo el día con cara larga para que los demás se den cuenta de que estamos molestos o disgustados. Faltamos a la caridad, cuando mentimos a alguien, porque la mentira es una falta de respeto, y si no respetamos al otro es porque no lo amamos.Y la lista podría seguir sin terminar. ¿Entonces quien puede comulgar en la siguiente Eucaristía? Todos podemos, a pesar de nuestras innumerables fallas en el amor. La compasión y misericordia de Dios son más grandes que todos nuestros pecados. Sólo una actitud se nos pide: reconocer nuestra falta de amor, dolor sincero de habernos dejado llevar por lo que no es amor, y, obviamente, la decisión firme de elegir en adelante el camino de la caridad. Jesús Eucaristía es absolutamente Caridad y es inconcebible pretender recibirlo teniendo en el alma todas estas manchas. 52

¿Qué hacer? Cuando se trata de pecados graves, acercarnos al Sacramento de la Reconciliación como a una fuente de agua que nos lava. Si son pecados leves, faltas menores, faltas de virtud o imperfecciones, al comienzo de la Misa está el Rito Penitencial que borra nuestros pecados veniales y nos dispone para recibir la Santa Comunión siempre y cuando ese acto penitencial se haya hecho de corazón, con atención, con recogimiento, con conciencia clara de lo que he hecho y lo que estoy haciendo, con dolor sincero de haber ofendido al Dios Amor, que nos llama, y con el deseo profundo de ir creciendo cada día más en la caridad que es, en definitiva, lo único que importa y que nos hace felices. Un Congreso Eucarístico Internacional o a nivel de país o de Diócesis, no tiene sentido, si no logra convertirnos desde dentro y de manera que se note en cada uno de nuestros actos.

Dos clases de personas deben comulgar frecuentemente: las perfectas para mantenerse perfectas y las imperfectas para alcanzar la perfección. (San Francisco de Sales) Marisol Sepúlveda G.

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Oradoras del Alba Reciben visita de sacerdotes ahijados espirituales

Con gran regocijo, Oradoras del Alba recibieron la visita de dos de sus ahijados espirituales que ya son sacerdotes, Padre Luis Eduardo Avilés Henríquez y Padre Luis Alberto Sánchez Gómez. Como se informara en revista Surcos de agosto (ver páginas 50-51), en el encuentro del 7 de agosto, el entonces diácono Luis Eduardo Avilés acompañó en la Eucaristía de esa mañana a Padre Miguel Salas y en esa oportunidad se le extendió la invitación para el encuentro del 21 de agosto, (los encuentros son quincenales) cuando él, ya ordenado presbítero, pudiese presidir la Eucaristía. Esta Santa Misa se celebró en el Santuario de Schoenstatt, la primera en este lugar de 53

oración para el grupo, tras la suspensión de todas las actividades el año pasado, con motivo de la emergencia sanitaria nacional. Se tuvo la instancia de compartir un desayuno con él y poder entregarle un presente que le fuera de utilidad en el ejercicio de su ministerio. El grupo fue bendecido también con la visita de Padre Luis Alberto Sánchez, quien venía llegando desde Roma, donde se encuentra cursando estudios de teología bíblica. Celebró con las Oradoras del Alba la Eucaristía del 4 de septiembre, compartió su experiencia vivida en el país europeo y manifestó su agradecimiento a Oradoras del Alba por su constante oración y apoyo.

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Sin lugar a dudas, estas visitas, que son una respuesta de Dios a nuestras oraciones, refuerzan la intención de adoptar espiritualmente a jóvenes que escuchan el llamado del Señor a seguirlo en el sacerdocio y que, caminando de la mano de María, nuestra Madre Celestial, reco-

rren con gozo el camino. Con Cristo su Hijo, nos bendiga la Virgen María Jacqueline Rascheya Krause Corresponsal

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Parroquia Nuestra Señora de Fátima

Confirmaciones. El sábado 21 de agosto en la Misa de 19 horas, 11 damas y 8 varones, recibieron el Sacramento de la Confirmación de manos de Mons. Felipe Bacarreza, con quien concelebró nuestro párroco Padre Pedro Mieres Pastene.

se basó en la modalidad presencial y online. En modo presencial participaron de una jornada-retiro en el Colegio Beato Damián que les predicó nuestro diácono Patricio Araya Padilla, concluyendo con la Eucaristía celebrada por el Pbro. Patricio Bravo Angelotti.

En su homilía, el Obispo motivó a este grupo de jóvenes a participar de la Misa dominical y a seguir a Jesús sin miedo, puesto que, si dedicaron tanto tiempo para prepararse a recibir este Sacramento y después se alejan, no se entiende por qué y para qué se prepararon. Cabe señalar que su preparación, a raíz de la pandemia, duró cerca de los tres años y

Agradecemos a nuestros catequistas, que hacen todo lo posible para que los jóvenes confirmados profesen su fe y permanezcan en ella, participando de la Eucaristía dominical e insertándose en algún grupo parroquial.

Congreso Eucarístico Internacional. El 8 de septiembre, en la Fiesta

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de la Natividad de la Virgen María, la Comunidad Parroquial se unió, mediante la celebración de la Eucaristía de 19:30 horas, a la edición número 52 del Congreso Eucarístico Internacional (CEI) que tuvo lugar en Budapest (Hungría). En esa Eucaristía el padre Pedro Mieres nos invitó a orar también por nuestro Obispo, Mons. Felipe Bacarreza, quien cumplía ese día su Aniversario Episcopal N. 30. Al término de la Santa Misa, los presentes acompañaron a Jesús Sacramentado en Adoración Eucarística. Lo ideal sería que no nos quedáramos sólo en este encuentro con el Señor y nos diéramos tiempo (como Él lo tiene para con nosotros) para expresar nuestra fe y agradecer todas las bendiciones que cada día recibimos de Él. En nuestra ciudad, en la calle Ercilla 339, está la Capilla de Adoración Transfiguración del Señor, donde el Santísimo Sacramento está expuesto para la adoración de los fieles de lunes a sábado, de 9 a 19 horas durante todo el año.

dos con su Iglesia, que quieren seguir a Jesús sin condiciones, que desean vivir alegremente dando testimonio de su fe, nada les resulta un obstáculo; había que buscar una forma para no perder el contacto y el deseo de seguir siendo activos, de alguna manera, en el ambiente parroquial. Fue así como, después de haber sostenido reuniones virtuales, llegaron a «dar vida» a su Late, espacio que ha tenido muy buena acogida; los invitados participan de una entretenida entrevista en la que la comunidad parroquial también puede interactuar, formulando preguntas, de acuerdo al tema central, que generalmente apunta a la acción pastoral. Ya están pensando cómo se organizarán para rendir un homenaje a la Stma. Virgen, llevando a efecto la «Cantata a la Virgen». Felicitamos a nuestra juventud parroquial por su entusiasmo y su forma de mantenerse unida, haciendo buen uso de las redes sociales.

Pastoral Juvenil Fátima. La pandemia no fue motivo para que nuestros entusiastas jóvenes perdieran su norte; es que para quienes están comprometi-

Gladys García, Corresponsal

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Parroquia San Esteban, Mulchén Actividades parroquiales. ¿Cómo no agradecer al señor sus bendiciones? El pasado martes 07 de septiembre a las 19:00 hrs, se llevó a cabo nuestro primer consejo de pastoral en lo que va de pandemia, donde grupos, Movimientos, pastorales y comunidades urbanas y rurales se dieron cita en nuestro templo parroquial, para estrechar lazos y conversar sobre las necesidades de nuestra Iglesia en Mulchén, en la cual se pudieron establecer acuerdos en beneficio de todos los fieles, respetando el plan paso a paso dispuesto por el Gobierno de Chile.

De esta manera, han retomado la presencialidad nuestros hermanos «madrugadores», quienes llenos de gozo cantan: «Hemos llegado hasta aquí con todas nuestras voces», agradecidos de nuestro Padre Dios por permitirles volver a encontrarse en nuestro templo parroquial los segundos y cuartos sábados de cada mes a las 7 horas. Unidos oran por las necesidades personales y las del mundo. Invitamos a todos los varones de nuestra Parroquia que deseen ser madrugadores a que se atrevan a vivir esta espiritualidad y se comprometan con el Señor.

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El 18 de septiembre a las 11 horas nos reunimos en nuestro templo parroquial para para participar en la Misa de acción de gracias por la patria. Se contó con la participación de las autoridades locales encabezadas por el alcalde de Mulchen, señor Jorge Rivas. Nuestro párroco Pbro. Manuel Jesús Leal, en su homilía dijo: «Hemos venido a este templo parroquial con nuestros corazones llenos de júbilo por nuestra querida y amada patria». Enfatizó que todos estamos llamados a pedir y dar perdón, para construir unidos una nación más hermana y justa, donde reine el amor y la verdad y podamos cumplir con la exhortación de Jesús a ser compasivos como nuestro Padre es compasivo. Agregó: «Todos tenemos el deber de construir una Patria y una 59

Comuna más grande, donde todos nos reconozcamos hermanos, una patria donde exista la reconciliación como verdadero fundamento de la paz». Pastoral juvenil. El 12 de septiembre, una vez terminada la Eucaristía dominical, el movimiento JUPACH retornó a la presencialidad con adolecentes entre 12 y 18 años, quienes, domingo a domingo, irán evaluando poder volver con los más pequeños, bajo el lema: «Jupachino, ten fe y esperanza, Cristo contigo avanza». Remodelación Santuario del Santo Cristo. El sábado 25 de septiembre se celebró la bendición por parte de nuestro Obispo Mons. Felipe Bacarreza de las obras de remodelación

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del Santuario del Santo Cristo, ubicado frente al Río Bureo en la entrada norte de nuestra ciudad. (Ver artículo completo en este mismo boletín).

Confirmaciones. El mismo sábado 25 de septiembre, después de la bendición del Santuario del Santo Cristo, el Obispo administró el Sacramento de la Confir-

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mación a 69 jóvenes y adultos en el templo parroquial. Ellos se habían preparado durante largo tiempo para recibir este Sacramento. Mons. Bacarreza explicó que este Sacramento confiere el don del Espíritu Santo que da fuerza a quien lo recibe para ser testigos de Cristo con la palabra y, sobre todo, con la vida. Exhortó a los confirmados a asumir la responsabilidad de hacer presente en nuestro mundo actual la salvación obrada por Jesucristo. Esto lo realiza cada uno siguiendo su propia vocación. Aniversario sacerdotal N. 24 de nuestro párroco. El domingo 26 de septiembre, Día de Oración por Chile, celebró nuestro párroco, Pbro. Manue Jesús Leal Poblete su aniversario sacerdotal. Oriundo de la Parroquia San Judas

Tadeo de Los Ángeles, cursó sus estudios en el Seminario Pontificio Mayor de Santiago, siendo ordenado sacerdote el 26 de septiembre de 1997. Durante sus 24 años de sacerdocio ha servido en las siguientes Parroquias: San Juan de Dios de Teno, San Luis Gonzaga de Collipulli, y –ya en nuestra Diócesis– en «La Purísima» de San Carlos de Puren, Inmaculada Concepción de Antuco, Nuestra Señora de las Mercedes de Quilleco y, actualmente, ejerce su ministerio en nuestra Parroquia de San Esteban. Agradecemos la generosidad del Padre Manuel y su servicio noble y humilde, realizado con cariño, en nuestra comunidad parroquial..

Rodrigo Alejandro Morales Soto Corresponsal

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Parroquia Nuestra Señora del Carmen, Negrete Novena y fiesta patronal de la Virgen del Carmen. Con la novena a la Virgen del Carmen, que comenzó el 7 de julio, la Parroquia de Negrete preparó la fiesta de su Santa Patrona. Nuestro párroco, Pbro. Rodrigo Andrés Vilches Riquelme, envió la invitación a las nuevas autoridades comunales, encabezadas por el alcalde Alfredo Peña Peña y su esposa, a celebrar la Solemnidad de Nuestra Señora del Carmen, el viernes 16 de julio. Junto con la comunidad parroquial, participaron los concejales Juan Pablo Orrego Vásquez y Edwin Von-jentschyk Cruz. En esa ocasión se dirigieron a la Virgen del Carmen, Reina y Madre de Chile, oraciones por la Parroquia, por Chile y por las nuevas autoridades comunales.

Primeras Comuniones. La Parroquia Nuestra Señora del Carmen celebró la Primera Comunión de 12 de sus miembros, entre niños y adultos. Con el fin de respetar las normas sanitarias exigidas por la prevención de la pandemia, se distribuyeron en dos grupos, 6 de ellos el sábado 14 de agosto y los otros 6, el domingo 15 de agosto. El Párroco Rodrigo Vilches instó a la comunidad parroquial a apoyar a estos jóvenes y adultos que reciben por primera vez el Cuerpo de Cristo a que participen de este admirable misterio todos los domingos.

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Confirmaciones. Veintidós jóvenes recibieron el Sacramento de la Confirmación el sábado 4 de septiembre en la Misa prefestiva del domingo. La Eucaristía la presidió el Obispo Mons. Felipe Bacarreza, con quien concelebró nuestro párroco. Cada confirmando pudo ser acompañado solamente por su padrino, a causa de las limitaciones impuestas por la pandemia. El Obispo explicó que, no obstante, los candidatos hayan recibido la Confirmación como el último de los Sacramentos de la iniciación cristiana, el Sacramento supremo y el que lleva la iniciación a su plenitud es siempre la Eucaristía y que ésta en un cristiano confirmado debe ser el alimento de todos los domingos, pues «la sagrada Eucaristía contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua» (Catecismo N. 1324). 63