Poemas premiados por la Academia Real de Buenas Letras de Puerto Rico (1851)

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PBEllIADOS Pflil LA ACADEMIA REAL DE BUENAS LETRAS DE en 19 de noviembre de 1851. • ■»' '. •■■ V ' SR V. - • •vV^-' -#%. -l-Tc. V ■ 'i'"' ;' - •'. ..■^:- m--' PUERTO-RICO; establecimiento tipográfico DB D. i. GUASP. 1851. -:i
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DE D. JUAN MANUEL ECHEVERRIA.

LA ACADEMIA

PUER-TO-RICO, A QUIEN SE ADJUDICO

PRIMER

LA MISMA,

GLORIOSA DBFRNSA ht
Ciubaíí í)c Pitalo-Uico DURANTE EL ASEDIO BRITANICO QUE SUFRIO EN 1797TO^VLJL
DE
REAL DE BUENAS LETRAS DE
EL
PREMIO OFRECIDO POR
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Objeto del Pooma.-Iiivocación.--Estado do España antes de la guerra. -Motivos de esta.-HoBtilidades.-Albercombry.-CaBtro.-Prepaiativos de defensa.

Aquel triunfo sublime y portentoso

De que el Caribe (1) con razón blasona, Porque un lugar le conquistó glorioso Entre los fuertes hijos de Belona, Cuando al inglés en cerco rigoroso Disputó del valiente la corona, Es el asunto que en mi lira canto Si mi atrevida musa puede tanto.

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Arcánjel tiitelar de nuestro suelo!

Tú que rljes y velas sus destinos Desque su guarda encomendara el Cielo

A los cuidados de tu amor divinos, Y con tierno solícito desvelo

Le colmaste de bienes peregrinos. Dando á sn campo producción opima, Eteriial primavera y dulce clima:

Tu que grabaste en mármoles y bronce

Con buril de diamante las hazañas De Colon y Cortés, Pizarro y Ponce, Cuando venciendo las marinas sañas La América encontraron, y de entonce El ínclito pendón de las Españas Unió con lazos de amistad profundos Del mismo hablar y relijion dos mundos:

Cúbreme con tus alas protectoras; Vibren al soplo que tu boca exhala Las cuerdas de mi cítara sonoras Con dulces voces de pomposa gala; La inspiración, las frases seductoras Dame que dieras al cantor de Atala: Ven,ó numen de un pueblo jeneroso! E inspírame tu acento melodioso.

Carlos cuarto cenia prepotente

De Eecaredo la diadema hermosa; Libre Espafía,feliz, independiente. Alzaba ufana su cabeza airosa; Sacudia el león gallardamente La rizada melena majestuosa Sobre dos hemisferios, y en el paso De sus pueblos el sol no hallaba ocaso.

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Buscaban su alianza las naciones, Inspiraba terror á sus rivales, Orgullosa engreía sus pendones Cargados de trofeos inmortales, Cruzábanse en los mares sus galeones Preñados de finísimos metales

Que la América enviaba en homenaje De su nunca mentido vasallaje.

Las letras circundadas relucían De aureola de fulgores sobei'anos; Campomancs, Melendez florencian, Moratin, el do Aranda, Jovellanos; Todo auguraba en fin que volverían Aquellos tiempos de ventura hispanos, En que un César trocó cetro ó imperio Por el de Yuste oscuro monasterio.

En alas de la paz j bienandanza

Asi marchando la nación Ibera, Ver perturbada la feliz bonanza De su cielo purísimo no espera; Mas, guai! que allende el mar en lontananza

La tea de la envidia se encendiera, Que la zelosa Albion se sobresalta Al mirar otro reino que se exalta.

Alevosa, con fútiles pretestos

Las naves castellanas ultrajaba, Sus puertos al comercio hizo funestos, bTuestra industria su fraude aniquilaba, De rebelión los jérmenes infestos '

En los dominios de Ultramar sembr.aba, Con vejámenes otros infinitos Que la historia imparcial nos dejó escritos.

Al sentii- el dolor de tanta herida

Que cual vivera audaz le hizo Inglaterra, A vengar sus agravios decidida

La noble España á quien la lid no aterra TJn esfuerzo valiente hizo de vida, Y dió principio á la sangrienta guerra En que tuvimos triunfos jreveses. X" reveses y triunfos los ingleses.

Ellos del mar señores poderosos

Las costas de la América infestaron;. Sus navios de guerra numerosos

A las de Goatemala hostilizai'on, Pero sus moradores valerosos Con insólito ardor los rechazaron, Llevándose por prez de la jornada La mengua de una fuga atropellada.

De Trinidad los hijos no lo mismo Pruebas como ellos de nobleza dieron;

A la voz del honor y patriotismo Para eterno baldón sordos se hicieron; Pindiólos la codicia y egoísmo; Al combate la afrenta prefirieron; La cerviz humillaron ante el yugo, Y be:iaron la mano del verdugo.

Con tan innoble triunfo envanecidos

Otra joya mas linda codiciaron, Y de naves sesenta prevenidos Sus proras hacia ella encaminaron. En la torpe confianza remecidos De que el dia feliz que ambicionaron Llegó por fin á la anhelada empresa -De hacer 4 Borinquen colonia inglesa.

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A bordo de la rójia capitana

En su cámara de oro y sedería

Fijaba un hombre la mirada ufana

Por sobre un atlas que estendido habia, Y en esa isla de la mar indiana

La punta del compás siempre ponia, Y sonriendo después: "cosa es segura, Clavaré eu ella mi pendón", murmura.

Era Albercombry (2): de espaciosa frente, De ojo chisiieante y de mir-ar ceñudo, Adalid de renombre entre su jente

Por su valor y su talento agudo; Rubio el cabello, el labio prominente, La edad casi senil, y el pecho mudo

A sentimientos dulces, la fiereza

Pareció ser en él naturaleza.

Recostado después en almohadones

De muelle pluma y de algodón indiano.

Revolvía tal vez meditaciones De mal augurio en su cerebro insano,

O mas bien placenteras ilusiones La soberbia halagaban del anciano.

Hasta que al fin se adormeció al arrullo De la ambición y del inglés orgullo.

Y soñaba que en dulce bienandanza Hendiendo el mar sus poderosas quillas

Descubría por fin en lontananza De Borinquen las májicas orillas, Y que excedía tanto á su esperanza

Ese rico joyel de las Antillas Que en su loca ilusión jamás pensara Que tan risueño Edén allí se alzara.

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Edeii que ya era suyo, pue¿ apenas £stenclia su brazo ponderoso Las náyades caribas, las sirenas Aclamaban á Jorje poderoso, Y abatidas al polvo sus almenas Abrían paso al triuntador glorioso. Brindándole tan fácil su conciuista Como al cierzo quebrar frajil arista-.

Ilusión! ilusión bija del sueño, Que estraviando su loca fantasía No le dejaba ver que el borinqueño Desconoce rival en valentía. Ni sospechaba el jeneroso empeño Y el arrojo inmortal que mostraría Defendiendo su culto y sus altares, Sus leyes, sus costumbres y sus lares.

De sus pueblos estaba á la cabeza Invicto jefe, militar severo. De sin igual tesan y fortalezasBizarro paladín, buen caballero,Lleno de majestad jde nobleza. Tipo glorioso del soldado ibero, Emulo de Guzmanes y de Cides, Dulce en la paz,intrépido en las lides.(3)

Burgos cuna le did, la que blasona

De haberla dado al de Yivar famoso; En su regazo le ariulló Belona Y le inspiró sn aliento jeneroso; Adolescente aun bella corona

Ornó sus sienes de laurel hermoso: Su numen fué el honor, su fé, su astro. La gloria su ambición, su nombre Castro.

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Percibe H]xbuis la íatal noticia

Que de la guerra le anunciaba gI duelo Bendijo al hado que ocasión propicia Dái)a!e así de desplegar su celo, Bu patrio ardor, su militar pericia, Deíendiendo á Carib con el anhelo El heroico valor y el entusiasmo Que fud en Tarifa de los moros pasmo.

Sobre bayo corcel que en las praderas Nació de Puerto-Rico y no envidiara Al que Bdtis soberbio en sus riberas De aljofarada yerba apacentara.

Tremolando en su mano las banderas Que el inglés orgulloso desafiara Al soldado las muestra, que segura Ya desde entonces la victoria augura.

Helo, heloalli; solícito, afanoso. Ya levanta un reducto, ya una torre, Ya ai^arece en el muro, ya en el foso Ora del puerto la estension i'ecorre Revista sus soldados animoso Va, viene, vuelve, se detiene, corre. Sin dar descanso en tan sublime empeño

A sus fatigas ni e} preciso sueño.

No terne un punto la marcial campaña, Antes ardiendo en entusiasmo vivo. De la escuadra potente de Bretaña Ansioso espera el anunciado arribo Paia mostrar al mundo á cuanta hazaña

Puede dar cima un corazón altivo Cuánto sabe arrostrar y cuanto emprende

Un pueblo grande que su honor defiende,

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Arribo de la escuadra.—Zozobra del pueblo —Parlamento.—Entusias mo jcncral.—Doaerabarco.—Combate.—Héroes.

Sonó la hora fatal: ele lucos lleno

Un día fué de primavera hermoso;

Del vasto mar el cristalino seno Se aprestaba á dejar el sol radioso;

El cielo estaba límpido y sereno, El zéfiro suavísimo, oloroso , Verdes las cumbres do los altos montes, Y sin nieblas también los horizontes.

_ Del alba los crepúsculos bermejos

^ nítidos fulgores se eclipsaban, Del nuevo dia espléndidos reflejos

A iluminar el éter comenzaban, Cuando naves se vieron que á lo lejos Sus mástiles y velas asomaban

Al trave's de una atmósfera sin bruma Cual niveas moles de salada espuma.

El inglés, el inglés! cien voces gritaii De ajitacion y sobre salto llenas, Todos los pechos laten y j^alpitan, Hierve la sangre en la cerúleas venas , Todos en confusión se precipitan A las torres y altísimas almenas, Observando de allí con ánsia muda Para salir de la terrible duda.

Al suave impulso de propicio viento Da flota en tanto liácia la playa avanza, Pduda surcando el húmedo elemento En alas de fatídica confianza; e acerca mas y mas cada momento, a tan prócsima está que á ver se alcanza ^n sus cofas y vergas los grumetes, X en sus topes los rejios gallardetes.

Da zozobra se aumenta; pero ufanos be miran ya ondear los pabellones: Esto es hecho, gran Dios! délos bonbritaqos las fuertes belíjeras lejiones; amueite y destrucción viene en sus manos,La destrucción y muerte en sus cañones; Es el leopardo que ee arroja fiero A rasgar las entrañas del cordero.

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Í)e tirana Opresión la desventura.

Los errores, el cisma, la herejía; Del sátrapa oriental la mano dura, Del protestante la creencia impía, Tal es la suerte que esa flota augura A Carib bienhadada hasta ese dia; Tres centurias de dichas y contento Pretenden abismarse en un momento.

Tu heróica decisión en tanto apuro Vacilar sentirás, ilustre Antiíla? Se eclipsará de honor el astro puro Que hace tres siglos en tu cielo brilla? O, aunque débil, blandiendo el hierro duro

Preferirás la muerte á la mancilla? Harás digno tu nombre de la historia, O quedarás del mundo vil escoria ?

Mas no, que de valor y de hidalguía Siempre fué tipo la candente zonia: De Boj'inquen la innata bizarría Su proceder en el conflicto abona; La rica^ la lujosa pedrería Jamas empañará de su corona, Y pensar que su honor dejará inulto Es hacer ásii honor un grave insulto.

De un lado está lagloria en el combate Vilipendio del otro, mengua, afrenta:

Cual corazón si jeneroso late Habrájamas que vacilar se sienta? La inminencia del riesgo no le abate, Ni el temor de la muerte le amedrenta: En la lid desigual tal vez sucumba; Pero de rosas se abrirá una tumba.

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Tal es el voto uaiversal-, risueño

Si su semblaute les mostrare el hado, La patria salvará su noble empeño, Y renombre inmortal habrán ganado: Y si les es contrario, eterno sueño Durmiendo ya, de su pais amado La ruina no verán y los horrores Mártires de la patria 6 vencedores.

Sube el sol al zenit: cual numerosa Bandada de gabiotas que se mece Sobre las olas de la mar undosa La británica escuadra asi aparece: Después de giros varios presurosa Se dirije á la orilla que le ofrece Fácil abrigo que á sus naves basta Del Boquerón en la ensenada vasta.

Rápido bote hácia los muros viene De iguales remos al empuje blando Que de los fuertes el cañón contiene Parlamentario signo tremolando: Recostado en su popa se mantiene Un oficial del estranjero bando Con los cabellos y bigote rojos, De erguido talle y centellantes ojos.

De su torvo mirar y faz siniestra

Que es un heraldo de baldón se infiere: Del noble jefe de la plaza nuestra Ser conducido á la presencia quiere, Y un pliego del inglés pone en su diestra. Maldición á su nombre! en que requiere La rendición cobarde de la plaza, • O convertirla en ruinas amenaza.

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Semejantes propósitos ieyeiido

(.jiie iiiñeren ásu lioiior tan grave ultraje, El espauo' caudillo reprimiendo La esplosion del justísimo coraje, ]\Ias las pupilas en furor ardiendo Así responde al pérfido mensaje: •'Sepa Albercombry que jamás un Castro Dejó en su fama ignominioso rastro.''

"Pocos son, es verdad, mis veteranos;(4) iVIas cuento con un pueblo jeneroso Que antes que sucumbir á los britanos Su sangre toda verto-á gozoso, y cual pueblo de bravos espartanos Defenderá la patria valeroso, Sosteniéndola fiel sobre sus hombros O con ella cayendo en sus escombros.

"Así decid al amo que os envía Que abunda Puerto-^Rico en pechos leales Que anhelan conquistar con bizarria Coronas y trofeos inmortales; Y si su planta por desgracia un dia De Borinquen profana los umbrales Es que en sus muros, y esto no le asombre. No queda ya con vida un solo hombre."

Dijo, y las ígneas órbitas volviendo

Al pueblo que ostasiado le escuchara: '•Al combate, á la lid, siguió diciendo, Projenie ilustre de una estirpe clara: Pocos sois y ellos muchos; mas comprendo Que mas gloriosa siempre y mas preclara La victoria será cuanto mas grave Fuere el peligro que arrostrar so sabe."

—IT-

"Pocos eran también los esforzados

De la Lebráica Betiilia defensores

Cuando vieron sus muros atacados Por estranjeras bordas dé invasores; Pero á la lid se aprestan condados En El que hace vencer los vencedores Y logran con su auxilio de improviso Esterminar al pueblo incircunciso."

"Pocós eran también los qüe mas tarde Hefnjiados dé Asturia en la montaña Haciendo de valor heróico alarde Eibi ar juraron de opresión á Esjjaña: El patrio fuego que en sus pechos arde En cada acción les inspiro uua hazaña Y fué del agareno ardiente rayo El valor de los hijos de Pelayo."

"Al Combate, ála lid, fuertes varones. Vuestro éulto sagrado se pretende Canibiar por el error; sus! campeones! Es justa vuestra causa y la defiende El que eleva y abate las naciones: Sobre vosotros su favor estiende El poderoso Dios de las batallas Y ¡iroteje su escudo estas murallas."

El intrépido ardor, el noble aliento Que el corazón del adalid encierra Cual eléctrico fl uido en un momento Corre veloz la boiánqueOa tierra: A todos se trasmite, un solo acento Repiten ya mil voces, guerra! guerra! Y de la patria al sacrosanto nombre El pueblo so levanta como un hombre.

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De la.s jilayns del Sud á las del Norte y de oriente al ocaso, á la pelea Todo el inundo se alista; una cohorte Ofrece de valientes cada aldea, La marcha apresurar de su consorte La tierna esposa con afan desea, y si lícito fuera en esta zona Ella también tornárase Amazona.

J.a anciana madre llena de alborozo, Sagunlina matrona en la bravura, Al hijo do su amor imberbe mozo Aprestad combatir: dicha mas pura No sintiera jamás ni mayor gozo Que al cefiirle la espada, y si ternura Al momento mostró que le bendice, También con firmo voz, así le dice:

i'La patria te reclama; cobardía y de infamia padrón fuera negarte: De viles irruptores la osadía Arrebatarle quiere su estandarte: Ella á sus hijos su salud confía, Su guarda ellos serán y su baluarte: No de un catibo se dirá valiente Que el peligro esquivó cobardemenfq.

Yo la vida te di, mucho te quiero; Eres de mi vejez sola esperanza; Mas hijo de la patria eres primero; Parte y renombre do valor alcanza. En el mayor peligro sea tu acero El que muestre roas brio y mas pujanza; Lidia por tu pais como lidiaron Los que la (Irecia en Maratón salvaron.

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La vista de la muerte no te asombre, Que es gloriosa la muerte del soldado. ¿La vida sin honor qué vale al hombre? Morir primero que vivir manchado; Mas no temo por tí, sé que tu nombre Conservarás ileso, inmaculado; La egrejia palma alcanzarás guerrera, O morirás al pié de tu bandera."

Rasgos de tan sublime patriotismo El recuerdo producen á mi mente. De la antigua Cartago que asimismo oiendo cercada por Scipion potente A tan alto llevára el heroísmo, Que faltando las cuerdas á su jente Para tender los arcos,sus cabellos Cortan las hembras y las tejen de ellos.

O bien de la impertérrita Numancia Los sacrosantos bélicos ardores Cuando siendo modelo de constancia Lidió contra profanos irruptores, Hasta que vió caer con arrogancia El postrer de sus bravos moradores; Y entonce, horror de Romafementida Quiso antes ser quemada que vencida.

Albercombry entre tanto la respuesta De Castro recibió, y enfurecido Viendo trocarse en decepción funesta Su ensueño de ambición dulce y querido. Sus tropas luego al desembarco apresta,' De loca rabia y de despecho henchido. Esperando que logren los estragos Lo que no consiguieron los amagos.

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Siis bajeles, inmensos batallones (5) Vomitan en tropel sobre la tierra Y morteros y obuses y cañones En cuyo seno destrucción se encierra, Con tan copioso tren de municiones Y de elementos de esterm'ni > y guerra Que al mirarlos reunidos se pensara Que el heleno otra vez á Tliun sitiara.

Al compás de tambores y atabales IjUS lejiones ordénanse guerreras En los vastos parduzcos arenales Que forman de Cangrejos las riberas; Allí establecen sus tremendos reales, Y enarbolan ufanos sus banderas, Que de hacer tremolar están seguros Del Morro y San Cristo val culos muros.

Truena al fin el canon y do las bala.s Se escuchan los horrísimos fragores Que atravesando las etéreas salas Conducen de la muerto los horrores. ¡Anjel de Borinqucn, tus blancas alas Tiende sobre sus bravos defensores, El susto y el pavor de ellos aleja Y tu invisible mano les ])roteja!

Pre-sta á su jefe en el fatal momento La constancia feliz, la ciencia rara Que el nombre de Guztnan ])or sit ardimiento En la hispana nación eternizara. Préstale de Paredes el aliento , El arrojo de Córdova y de Lara Que brillan en los l'astos españoles No yalnceroR, coruscanics soles.

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O

Y vosotros, riqueflos belicosos,

En medio de la lid teiied presente

Que á vuestros nobles hijos jenerosos

El baldón legaréis 6 fama ingente:

Recordad que dos mundos anhelosos

Os ven y os juzgarán, en vuestra frente;

El sello colocando de anatema

O de los héroes la inmortal diadema.

Gloria eterna y renombre al denodado

Que por la patria con valor lidiare,.

Maldición, ignominia al que menguado

De los peligros á la faz temblare.

Mas nd, no hai nadie que de honor sagrado

En Borinquen la senda desampare;

Todos lidiar por sus penates quieren.

Todos la muerte al deshonor prefieren.

Helos, helos allí; ni.un solo instante

Su fuerte pecho á conmover alcanzan Ni hacen palidecer ningún semblante'

Las muertes mil que los ingleses lanzan; Con anhelo al contrario palpitante A granadas y bombas se abalanzan, Disputando á quién antes acometa A quitar de su gola la espoleta. (6)

En vano el jenio del pavor infundo

Para eclipsar su intrepidez gloriosa

Se presenta ásus ojos incendiando De sus vituallas provisión copiosa, En vano sus hogares estragando Y atorrantes la sangre jenerosa

Vertiendo de Caribes, su bravura Y noble ardor adormecer procura.

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i

El silbo de las balas les placía Cual veteranos en la lid curtidos, Era música llena de armonía El estruendo del bronce á sus oidos: Y cuando estragos el Inglés siifria Por fuegos de la plaza producidos, Era de oirse cual de todos puntos Miles de vivas resonaban juntos.

Si los ojos levantan á los cielos Se aumenta del ardor la llama pura, Creyendo que sus ínclitos abuelos Complacidos les ven desde la altura, Y al contemplar su afany sus desvelos Con acento les dicen de dulzura: "Honrad, oh hijos, vuestra estirpe bella; "Salvad la patria ó pereced con ella."

Y volcanes entonces se tornaban De ardientes lavas sus marciales pechos, Los ámbitos del muro reputaban A su noble impaciencia asaz estrechos, Y en cruentras salidas anhelaban Campo mas vasto á tan grandiosos hechos, Que corriendo del Orbe los confines Llenasen de la fama los clarines.

Oh! quién me diera del sublime Taso

La dulce voz, la inspiración divina ? Yo siguiera mis héroes paso á paso En su marcha de glorias peregrina Y en ellos tantas encontrara acaso Como en los suyos él de Palestina Probando que igualaron en denuedo ABouillon, á Reinaldo, y úTancredo.

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O

La emulación Jijera sorprendente

Con que todos aspiran á porfía El peligro arrostrar mas inminente Para ostentar mas grande bizarría, Y dijera, también el impaciente Continuo afan con que el soldado ansia Ser preferido á defender los puestos A los fuegos contrarios mas espuestos.

Con dulcísima cítara cantara Los arrojos gloriosos, inmortale.s, De Toro, de Linares ydeLara, De Ortega, de Garcia y de Canales, Y del Diaz aquel que eternizara La fama de su nombre en los anales Acometiendo con valor estóico El empeño mas árduo y mas heroico.(T)

Y en estrofas cantara inolvidables, Inspirando mi musa estro divino. De Perez las proezas admirables Y de Hurtado, el intrépido marino, Y los hechos que hicieron memorables A Vizcarrondo, Mascaré y Andino Y mil que he de callar, pues su resumen iSTo cupiera de un canto en el volumen.

línquinacion del infierno contra los sitiados, de María.—Derrota de Konirod. -liogativA.—Protección

m

Ilu tanto XiUciíer en el inmunclo Antro de las timeblas en que mora Y donde Dio.s le permitió que al mundo su mirada escrutadora, bintiose herido de dolor profundo •Al ver que fracasaban en mal hora Sus inicuos proyectos infernales De envolver á Carib en duros males.

O

y juntando la turba de precitos

Que obedecen humildes a su maiidc, Dijo con fuertes espantosos gritos

Que hacen temblar al caveiuo."50 baiid

"Compañeros, espíritus malditos!

Cómo tranquilos os estáis mirando Que así de Borinquen la bizarria Me estorba uncirla á la carroza miar

i)'.

"Inútil fuera concitar jo mismo

Contra esa muchedumbre de cristianos

Los zelos, la soberbia, el egoísmo

La venganza cruel de los britanos:

Triunfa de su furor el heroismo

De un puñado de hombres que así Titanos

Su nombre elevan á tan grande altura Que será asombr-o de la edad futura.

"En vano un corazón envilecido, Y riqueño no fué, pudo encontrarse Que del oro britano seducido

A la negra traición quiso prestarse;

Su trama fracasó, y enfurecido De su crimen las pruebas al hallarse (S)

Su nombre todo el pueblo, como era ovio, A excecracion condena y al oprobio.

"¿Qué me resta que hacer? un solo medio

Alcanzo á discurrir en mis rencores:

A la vez que se estreche el duro asedio Y redoble el britano sus furores.

El pánico terror lánzese en medio

Del pueblo de Carib; con sus horrores

Que habré por fin de conseguir no dudo

Lo que la fuerza y la traición no pudo.

-2tí—
Ji

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ti cmniile, Nemrod,ángel del miedo, Idccavá cabo empeño tan preciado;

Corre, no tardes, y al sin par denuedo ñustituye el pavor que tu has creado: Astucia, fuerza, coacción, enredo.

Para tan alto fin nada es vedado; Lo que hiciste otra vez en Guádalete El triunfo en Puerto-Rico me promete.

"Presenta de sus héroes á los ojos

El espantoso mal que les espera; Dilcs que por laurel de sus arrojos

La nmorto solo encontraráit severa; Que ríos correrán de sangre rojos Sin que gloria les den; con voz austera Dilos cuanto conduzca al grande objeto. L)e poner su valor en duro aprieto."

Aplausos rinde el consistorio horrible

A esto discurso de Satau impuro; El mimen del pavor con faz terrible Deja la estancia del erebo oscuro, y i res veces cirniéndose invisible En rededor del borinqueño muro, Buscaba sitio y ocasión propicia.

Para dar curso á su infernal malicia.

Mas doquier que miró, rostros severos Solo encontraba y pechos de diamante, linpávidos soldados y guerreros V un pueblo grande, de valor radiante; V ya pensaba con enojos fieros

VoL crse al orco, cuando vi6 delante De la ínfima plebe un débil grupo V artero en él introducirse supo.

Incautos ellos su palabra oyeronCuando astuto y falaz hizo presentes Los muchos bravos que en la lid cayeron, Cuánta sangre vertióse de valientes, Cuán terribles desastres produjeron' Los cañones ingleses prepotentes: Y con negros colores les pintaba La suerte que á ellos mismos esperaba.

Al propio tiempo de su boca inmunda L1 mentíco aliento que se exhala Cual impalpable atmósfera circunda Al infeliz riqueño que lo inhala; desaliento y la inquietud profundaLn su pecho infiltrándose que el ala Leí vámpiro noctivago produce, i que la fuerza y el valor reduce.

Lo pasado á sus ojos Ies revela Horoscopo de suerte aun mas penosa, i en ellos el espanto se rebela Cual mal pisada sierpe venenosa: Cn profundo terror sus almas hiela, &e empieza á murmurar, y, horrible cosa, Cue es ya temeridad se dice y yiiensa Insistir por mas tiempo en la defensa.

Sonrió Salan en la infernal caverna bu torpe anhelo al contemplar logrado; Tembló la vírjen de Luquillo tierna yuc su blanco cendal previo manchado on borron negro de ignominia eterna Que le quiere imprimir su pueblo amado, X ios OJOS cerró con triste lloro 1 or no ver el puñal de su desdoro.

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Que si en pocos aun el ardimiento

Y la llama de honor vacila, guay! Que en la degradación y el desaliento De contajio fatal jérmenes hay, Y si salta una chispa en un momento Mil hogueras enciende: entonces, ¡ay De Borinquen! su gloria y sus blasones Se trocarán en mengua y en borrones.

Y ese inónstruo del báratro nacido En el hediondo fango ocultamente Empezaba á fijar el pi<5 atrevido En esferas mas altas impudente, Y lo que ayer dijérase al oido Hoy se escucha decir públicamente: Otro paso dé mas, y basta y sobra Del heroísmo, á derribar la obra.

Cunde el contajio; el Jeneral se espanta: Y los buenos con él; mas conociendo Que es el oríjen de desgracia tanta El despecho y furor del orco horrendo. Por conjurarlo ocurren á la santa Protección de los cielos, y reuniendo Al pueblo de Carib con ánsia viva Emprendieron devota rogativa.

Bien estorbarlo procuró el averno. Mas fué inútil su afan: la grey ]úado.sa Al templo del Señor con zelo tierno En confuso tro]iel corre anhelosa, Y á la Señora del Empíreo eterno Llevando en procesión, le ruega ansiosa Disipe aquel vapor que viene oscuro A empañar de su gloria eí cielo puro. (9)

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O

El maléfico espíritu atrevido

Una derrota sospechando acaso, Con humanos disfrazes revestido La precesión seguia paso á paso; Y su proyecto al recelar perdido

Por si alcanza á evitar duro fracaso, Astuto se dirije á todas partes, Do quier empleando sus malignas artes.

* Mas el humo del místico incensario Que ante la Víijen arde, le sofoca;

Atúrdenle las voces del Rosario Que canta el corazón mas que la boca, Y aterrado su espíritu nefário Inmóvil se quedó como una roca Cuando elevando su mirada negra El rostro vio de la que al cielo alegra.

El alijero Arcánjel entre tanto Custodio y guardia del caribo suelo Sus oraciones presento y su llanto A la divina Emperatriz del cielo, Que sacudiendo el perfumado manto Ilácia los astros remontó su vuelo, Y agenollada ante el sublime trono

Así de Puerto-Rico habló en abono:

"De Borinquen los hijos tu paciencia

Con sus culpas, Seuor, han irritado; Mas no olvides también que su creencia Y santísima te nunca han negado: En su favor imploro tu clemencia

Pues humildes mi nombre han invocado, Y esperan do mi amor y patrocinio Vencer á los que buscan su estcrminio."

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La faz estaba de Jeovali severa Cuando á sus plantas se arrojó María;-, Mas súbito tornóse placentera De su voz al oír la melodía, Y tomando su mano en que imprimiera Un ósculo filial, le respondia: "Nada os puedo negar, Madre jSeñora; Salvadlos, pues os place, en buena hora."

Potestades del orco, os desafio Vuestra intención á realizar funesta; Ya estinguir no podréis el fuerte brio. Que es de Carib divisa manifiesta: Vano será vuestro furor iinpio: La Madre de Jesús favor le presta, Y no hay poder, sabedlo, en todo el orbeQue iguale á su poder ó que lo estorbe.

Apenas el Eterno pronunciara Con dulce voz el salvador decreto, Volvióse á un Anjel de belleza rara La esposa celestial del Paracleto, Y para obedecer lo que ordenara Inclinándose ante ella con respeto Baja del cielo en zafirina nnbe De Puerto-Rico el tutelar Querube.

Y al infernal espíritu encontrando Inerte y aturdido en nuestra tierra. La flamíjera espada ante 61 vibrandoLe aturde mas, confúndele, y aterra; Y con mano potente al pié nefando Férrea cadena le aplicó, y encierra, Maguer los gritos do su labio hediondoj Del tártaro profundo en lo mas hondo..

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—82— Asídestruido su letal influjo, Felice cambio de repente se obraj Disípase la niebla que produjo El mortal desaliento y la zozobra; El prístino valor se rejprodujo, Y el pueblo de su angustia se recobra, Veloz corriendo bácia los muros altos Sediento de peligros y de asaltos. "Ni IKi -■ I 4! í ■ , (. •>•! * ■ k'4Hil¡^;i4y ■' ■o l. ii; ; '-.r-r V • %

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Combate decisivo—Triunfo.—Acción de gracias.

Quince veces el sol, padre del día, Desde la eterea fúljida techumbre Con sus rnjos do luz dorado había Del risueño Luquillo el alta cumbre: itl cm-co cada vez mas duro hacia La sitiadora inglesa muchedumbreLmpero del sitiado la constancia Se aumentaba también y la arrogancia.

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De Albercombry por tin ya la fiereza

A su colmo llegaba, despechado\1 ver la intrepíd^^i y la firmeza Con que el Caribo audaz le ha contrastado. A desconfiar de la victoria empieza, Y mas por eso mismo ecsasperado Ordena furibundo en sus rencores Apurar del asedio los rigores.

Era la noche: el horizonte ardía Como una pira inmensa,fulgurante; Los aires sin cesar ensordecía El fragor de sus fuegos rimbombante; Cien valientes de menos producía Su mortífero bronce á cada instante. Que en esa noche de furor aciago (jolpe no hubo que no hiciera estrago.

Mas los desastres ya no debilitan De los fuertes atletas la pujanza. Antes por el contrario mas concitan Su sed de destrucción y de matanza. Pues sus muertos paréceles que gritan Pidiendo de su sangre la venganza; Arróianse en tropel á los cánones, Y no son hombres ya. sino leones.

r cual toro que herido en el costado Por acerada punta se enfurece, Y embistiendo otra vez mas esforzado La tierra esparce y el bramido acrece; Así cuando sucumbe algún soldado Reanímanse los fuegos, y parece Qx;e si una pira inmensa fuera había. Un tremendo volcan adentro ardía.

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—3;:

Tremendo sí, cjiie sus fulmíneas balas Estruííos causan al inglés tan duros Cual SI la misma soberana Palas Las impeliera do los altos muros; Y sacudiendo sus enormes alas Con golpes redoblados y seguros La muerte allí fijaba su dominio, Y vertía la copa de esterminio.

Y la derrota inevitable viendo, Se enfurece el de Albion: ruje incesante De sus cañones el horrible estruendo, Y de rail balas el silbar tenante Ruina espantosa, cataclismo horrendo Amenaza á Carib á cada instante; Mas eso esfuerzo de la rabia impia Las convulsiones son de su agonia.

Sus, paladines de Carib gloriosos! No desmaye el valor, tened presente Que á vuestros hijos nobles,jenerosos, Renombre legareis de gloria injente: Recordad que dos mundos anhelosos Su fallo van á dar, de vuestra frente Alejando por siempre el anatema Para ceñirla de eterna! diadema.

Sús, otra vez! á vuestro triunfo nada Hai ya sobre la tierra que se oponga; Un esfuerzo, otro mas, y estajoruada Tal vez la historia en paralelo ponga Con aquella inmortal en que humOlada Fué!a raza de Agar en Covadonga, Y hará famosos los riqueños valles Cual los de Cerinola y Roncesvalles.

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Un esfuerzo, otro mas, y altivo y fiero Enlas negras entrañas del Leopardo El inocente tímido Cordero Clavará agudo venenoso dardo, Y su frente después al mundo entero Mostrará ornada de laurel y nardo. Dando glorioso desde su ígnea zona Ejemplo áZaragoza y á Gerona.

Gloria, gloria al riquefio que impetuoso

Hizo ese esfuerzo con tan grande brio Que los hijos de Albion con pavoroso Estruendo caen en el bando impío. Como las hojas en el bosque umbroso Al recio embate de huracán bravio; Y en sus reales el miedo se difunde, Y desorden confuso en ellos cunde.

El alba duerme aun, cuando el nutrido Fuego contrario de repente cesa, Y se percibe insólito ruido Y ajitacion en la falanje inglesa: ¿Un lazo á Borinquen será tendido, O es que desisten de su hostil empresa? Dirálo el dia que al abrir su broche Disipará las sombras de la noche.

Y ese dia de plácidos fulgores Llegó á alumbrar el triunfo mas glorioso: El bando de profanos irruptores

A reembarcarse corre presuroso Con semblantes que pintan los terrores Y el sello del espanto pavoroso

Que la muerte produjo al rei maldito El Mane, Thesfx, Pitares, viendo escrito.

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Salve,joyeles déla patria! Al cabo

Al Támesis soberbio escarmentasteis; La cadena terrible del esclavo Que imponeros queria, quebrantasteis; La corona inmortal que ciñe el bravo En esa fausta noche conquistasteis; Y si un sol alumbró vuestro conflicto, Otro sol os alumbra pueblo invicto.

Salve, otra vez I mirad, no corre, vuela.

En su fuga el inglés precipitado: Plantas de ciervo 6 rápida gazela El insólito miedo le ha prestado: El fantasma invisible que le hiela Su razón de tal modo ha pertubado y con vértigo tanto le arrebata Que alhajas deja de preciosa plata. (10).

y sus tiendas también dejó guerreras, Prisioneros y heiádos á montones, Su pólvora,tambores y banderas, Sus vituallas, sus armas, sus frisones, y montados aun en las trincheras Sus morteros, obuses y cañones Que hoy adornando Auiestros muros veo Cual de victoria espléndido trofeo. (11).

Esas lenguas de bronce inacallables

En altas voces sin cesar pregonan Las ínclitas proezas admirables

Que del riqueño la bravura abonan, Y con lauros por siempre inmarchitables Sus sienes impertérritas coronan. Publicando ([ue son al orbe entero Tipos de la lealtad y honor guerrero.

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n

Ninfas de Borinquén! cubrid de rosas

El paso de los bravos triunfadores, Lindas guirnaldas les tejed graciosas De verde mirto y tropicales flores, Y ciñendo sus frentes victoriosas Vuestros labios les digan seductores: "Así premia el honor y la bravui-a De sus fuertes campeones la hermosura."

A los hijos del siglo venidero

La historia transmitid de esta batalla; Decidles que mas grande y mas guerrero Que el pueblo de Carib ninguno se halla; Y por glorioso lema verdadero Grabad sobre sus puertas y muralla Con letras de oro y de diamante rico: Es Muí LEAL Y MUI NOBLE PUERTO-BICO.

Y un himno de loor á la memoria También cantad del adalid hispano, Si de su ínclita patria prez y gloria, Orgullo de este suelo americano. Que supo encadenar á la victoria Y conducir con poderosa mano Donde la estrella de la fama brilla, A los hijos cgrejios de esta antilla.

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Así sobre el Leopardo enfurecido El Cordero logrd triunfo esplendente: Mas, qué numen terrífico ha infnndido Ese pavor á ia enemiga jente ? Quién en soldado transformó aguerrido Al que rústico arado solainente Supiera manejar? La historia calla, Y del prodijio la razón no halla.

Pero del pueblo la creencia pía Su victoria y laureles atribuye Al poderoso auxilio de Mana Ante quien tiembla Lucifer y^ huye; A la que del error y la herejía La cabeza infernal siempre destruye; A la que pisa estrellas por alfombra, Y de quien es el sol pálida sombra (12).

Con júbilo tan dulce como raro De esa Reina del cielo inmaculada El atribuye al protector amparo El éxito feliz de esta jornada. En que el Caribe con valor pieclaro Hizo que del inglés la furia osada Se estrellase en los pechos inmortales De sus fuertes é invictos naturales.

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Ese pueblo por ende agradecido Al favor de su diestra tan preciado, Apenas los contrarios ha rendido, El rostro hacia el Empíreo levantado, Con ternura filial la ha bendecido Y su acento primer le ha consagrado. Entonando por himnos de victoria Aleluyas y Hosannas á su gloria.

Y desde el campo mismo en que valiente Palmas cortó jamas perecederas. Desplegando ondeantes á su frente Las nacionales ínclitas banderas Que supo defender bizarramente De las audaces garras estranjeras, En procesión devota se encamina A la presencia de su Dios divina.

Al compás de las músicas marciales Y al tañido del címbalo cristiano. Entre aplausos y Víctores triunfales Abre la marcha el noble Castellano, De tan digna manera á naturales Y estranjeros probando que si ufano Hubo^ el primer lugar como guerrero, También en la piedad era el primero.

Oh! cuán sublime, cuán hermoso y tierno El cuadro fué que en tan glorioso día Presentaba Carib, con zelo interno Himnos cantando á la sin par María, Madre sin mancha del Cordero Eterno, De los tristes solaz, á quien dehia Que deheladas las terribles greyes. Se salvasen su honor, su fé, sus leyes.

1 —40-

Allí lüs paladines aguenldos, Humilladas las frentes belicosas, Del liumo de la pólvora ennegridos Y cicatrices ostentando hermosas, Dlrijen al' Altísimo rendidos Eucarísticas preces fervorosas, De bravura en el campo ayer ejemplo, Dechados de piedad hoi en el templo.

Y la voz del Pontílicc inspirado De santa unción y do elocuencia rara En el cristiano pueblo congregado Eraocion tan dulcísima cansara, Que de todos los ojos ha arrancado Lágrimas de placer cuando probara Que á la que en su piedad Madre apellida Tan insigne victoria era debida.

Victoria singular, que eternamente Del bizarro Caribe la memoria Hará pasar á la futura jente Entre nimbos purísimos de gloria: Victoria memorable y sorprendente Que grabada en los fkstos de la historia Es el topacio mas brillante y rico Que ostenta en su corona Puerto-Rico.

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'•iií 'i'j,.' 1 r ' 'N' , IV.-; ■WL"'

La de Puerto-Rico .e llamó antiguamente Oarib ó BorinJeneral inglés,jefe de las fuerzas sitiadoras.

Era Gobernador y Capitán Jeueral de la Isla el Sr. Brigadier D líamon de Castro. o o, xj. ^'oufÍT*?

S^arnecia la Ciudad, no tenia masque oOi plazas veteranas: el resto de sus fuerzas y las demás

Aunque en las Memorias Históricas de Puerto-R;.,, r as tropas de desembarco eran en número dtc 000 1 testigos iire.scnoiales dpsmíontnr. ero ae O.OOO nombres,

zYri"

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°Tiíí°"tt ™™t° ~««atacar una batería enemica defenílírln o • zas de Artillería y 300 hombres, en los cuales, sable en m^'I" hizo una espantosa carnicería, obligándolos al fin á desaloiar el puesto; En la acción perdió lo hombres.

^Vue"elriL MLmbTe ctTe-trair'""''"dad lo cual obligó al Gobernador á\:diVr::;iÍ¿srbre todos los estranjeros que residían en ella hÍrÍwsn

la imájeu de Huestra Señora 1,1 víspera del triunfo. 10. Histórico.

11. Véase en las Memorias citadas um ]orn.npertrechos de toda clase abandon.ado; p^m- ereTem^T unca se ha podido e.splicar satisfactoriamente el motivo queobligo á los ingleses á levantar el sitio de un modo tan iLsnerado y vergonzoso para ellos; pero la piedad de m T queños lo ha atribuido siempre á la visible proteo 7 dispensó la Santísima Vírien á quien nT 7'í"" con oraciones públicas v n7'„ds!T 7 asedio. ^ estableció el

4. 12.
\ .t -,1 . ' T: ' • • • fI. I .i.i- ¡ - ^ ■ -r'' ' -r . un-» ifv% 1 í > f.r»v»i»y * .-J

A LA GLORIOSA DFIllA durante el asedio BRITANICO

EN 1797. He 0, iHmntrt fílipe (Sastvo IKDIVIDUO CORRESPONSAL UB LA ACADEMIA REAL DE BUENAS LETRAS DE PUERTO-RICO, A QUIEN SE ADJUDICO EL ACCESIT OFRECIDO POR LA MISMA.
í-.' *\\ —i -*'||1

Colígause los males á la voz de Luzbel que loa excita á la destruc ción de Puerto-Rico.

Guerra eterna, Guerra á la usurpación: muramos todos, Aláramos, si, vengados: Antes que vernos a las torpes plantas De bárbaros verdugos, Sin libertad, sin patria, arrodillados."

Martínez de la Rosa.

¿Quién despierta mi mimen adormido?

¿ Quien de mi lira el desacorde acento

En mórvidu reposo sumerjido

Hora despide al vagaroso viento?

I Qué celestial poder enai'decido

Plácido excita mi inspirado aliento?

¿Quién su entusiasmo arrebatado inflama

Cual rayo abrasador de activa llama ?

Un pueblo valeroso por instinto Despierta mi adormida fantasia, Un pueblo que prefiere en sangre tinto Mil muertes arrostrar con bizarría, Antes de tolerar que en su recinto Estranjero invasor un solo dia, Altivo imponga á las felices greyes Usos, costumbres,relijion y leyes.

Débil tiembla mi voz al árduo asunto. No bastará á cantarle dignamente La sola voluntad en este punto. Mas aunque indigno mi trovar se siente, Pulso la lira, mis esfuerzos junto, Al ansia cedo de mi arrojo ardiente Y déla egrejlaBorinquen en tanto Los nobles triunfos y las glorias canto.

¡Aladainspiración, numen sagrado. Espíritu divino refuljente. Cuyo eternal poder brilla ecsaltado Desde la edad pasada á la presente! Mi intento protejed, vedle apiadado. Volved á mí vuestra laureada frente. Vuestro apoyo prestadme, y un destello De vuestro resplandor enviadme bello.

Acá del mundo en el lindero opuesto Dó'el atrevido Genovés, los mares Surcando ignotos, término bailó puesto

A BU noble ambición y á sus azares, Yace un vergel sobre el Océano espuesto. En sus altos y rudos castellares Al viento libre con orgullo ondea El pendón de Castilla gigantea.

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Jamás fuera tan leal y cariñosa

Acia la tierna madre hija ninguna, Ni acaso so repute tan dichosa Otra que acuerde el cielo 6 la fortuna, Corno Garib se cuenta venturosa Guando á la Iberia su destino aduna. Probanzas dando al César de Castilla De su constante amor la noble Antilla.

Mas ¡ay! que adormecida en su ventura y en su felice calma reposando, Agena de la amarga desventura. Sin límites sus dichas reputando. No teme de los males la amargura' Que suelen allegarse en torpe bando, Y al mísero mortal no apercibido Dejar en llanto y en dolor sumido.

Allá en los antros do Luzbel su asiento En sempiterna noche borrascosa Fija entre horrores y pavor sin cuento. Canalla vil congrégase asquerosa, De alma proterva y corrompido aliento. De dañada intención y venenosa, Gloria del Orco y de su jefe inmundo Que tal hueste acaudilla en lo profundo.

Allí estaba la Envidia emponzoñada, f La Discordia proterva allí su tea Fiera ajiía. Con garra acicalada ■ Insana la Ambición se enseñorea. ¡ Allí el Furor hedionda y destrenzada ^ La hirsuta cabollei'a pavonea; f Y allí también el Dolo y la Codicia ¡ La Traición, la Demencia y la Impudicia.

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Mil otros adalides con presteza

Acuden de sn jefe al llamamiento, Que para obedecerle con ■viveza Solo esperan su voz, ó impuro alienta. Intrépido Luzbel con altiveza Ocupa en medio su elevado'asiento, Y con torpe ademan y voz severa Les arengó feroz de esta manera.

"Guardianes esforzados de mi Delgloria. Báratro felice habitadores. Heraldos de la dicha y la victoria De, mi culto pontífices mayores. Atletas todos de eterual memoria Que dirijís el mundo cual señores, ¿Por qué en ocio fatal permanecéis Cuando á nobles empresas os debéis?"

"¿Dónde la diestra vencedora un dia Que horror del orbe amedrentado fuera, Esa diestra de prez y de valía ' Que tanto el hombre en sn pavor venera? éstá, decid, su arrojo y valentía? ¿Dó la pujanza de su edad primera? ¿ Habréis de consentir que agora ociosa Deslustre vuestros hechos vergonzosa?"

"Lainercia sacudid, y con Depresteza ese embeleso que adormiros quiereEl halago alejad con entereza, Que hondas heridas al honor infiere. Una vez mas asombre la altiveza Que á vuestro brazo mi querer confiere, Y á los hombres mostrad el poderíoDe vuestra audacia y el esfuerzo mió. "

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Hazafla se os presenta esplendorosa, Digna de noble y jeneroso aliento. Brillará vuestra faina en ella hermosa ^ Cuanto mayor mostréis vuestro ardimiento. Armad,¡sus 1 esa diestra ponderosa Por que nada resista al gTave intento, Y batiendo en la lid al castellano En él escarmentemos al cristiano.'-'

Que no es lei ni razón,fuertes varones. Que el estandarte de la cruz de Cristo Pretenda debelar los corazones Que de frente el peligro siempre han visto. La empresa acometed, nobles campeones, Con pecho firme, de valor provisto, Y la muerte llevad si es necesario Hasta vencer en lid vuestro contrario."

"A esa Carib que altiva se presenta Sirena de los mares orgullosa, A esa Carib que próspera se cuenta . Por la lealtad y afecto que gozosa A la Iberia tributa, y el que ostenta Acia una relijion que os es odiosa. Llevad nuestro pendón, y en él escritos Nuestro dogma llevad y nuestros ritos.

"Allende el mar, en la soberbia Albion Dispuestos hallaréis los corazones, Y prontos 4 prestaros protección Sus naves hallaréis y sus lejiones. Aprovechad propicia la ocasión, Que no han de menester muchas razones Cuando el dominio de la ajena tierra A los hijos de Albion incita á guerra."

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"De vuestra voluntad y anhelo mió La Discordia será nuncio elocuente. Que parta sin tardanza. En su alto brio, En su palabra y persuasiva ardiente Descanso sin temor: ciego confio. Que parta luego, miéntras que valiente. Del Báratro la hueste de caudillos Aguzados prepara los cuchillos.''

Dice, y cual león que en la desierta arena OI aiestros cazadores perseguido, bacude soberano la melena, De sed de sangre y de furor movido, ial de maldad y de protervia llena El alma de Luzbel enfurecido, Complácese con hórrida esperanzaEl gozo anticipando á la venganza.

En tanto la Discordia dilíjente A cumplir su misión va presurosa. Con cauto paso y falso continente Eas puertas abre á la mansión umbrosa, ntro nube sulfúrea y pestilente onde la faz oculta cautelosa, xiapida desparece, cual lijero Buitre que sigue presa carnicero.

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J

Aparece una visión al Gobernador y Capitán Jenoral de rucrto-Eico y le revela los males que amenazan'la Isla.

Es la critaciou galana de las flores De matizado aspecto y suave aroma, Que después del invierno y sus rigores Risueño rostro virjinal asoma.

Es la dulee estación de los amores Que al animal feroz humilla y doma, y en que basta el hombre revivirse siente Al influjo del sojdo omnipotente.

L

Bendita mano de clemencia llena

Que di(5 la primavera al hombre un dia. Cual bálsamo que alivia la honda pena Y al triste corazón consuelo envía.

¡Salve, estación poética jamena, Que encierras tanto amor tanta alegría!

¡Una y mil veces salve ¡oh primavera. Que esparces el contento en la ancha esfera!

silenciosa y apartada estancia Sobre muelles cojines recamados

Be perlas y oro y seda en abundancia. Bajo velos riquísimos bordados. Con marcial abandono y elegancia. Del peso del gobierno y los cuidados Reclinado reposa alto guerrero.De rostro dulce aunque á la par severo.

jSí un paso, ni una voz allí imprudente alcazar perturba majestuoso, uei me en la oscuridad eco doliente i solo el respirar fuerte, anheloso e guerrero adormido,levemente Al silencio interrumpe misterioso, Y revela también estar atento

Por el bien de su pueblo el pensamiento.

Mas súbito resuena leve ruido

Que el aire vago y gilenóioso hiende ^ un suavísimo aroma difundido De vaporosa nube se desprende, Y áureo manto en la estancia descorrido bobre espléndido trono,en que desciende Durísima Vestal, que mas acrece Mientras mas inmediata resplandece.

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J

Blanco y puro cenJal desde el cabelip

Las formas cubre de la vírjen fada.

Guirnalda de azabache al niveo cuello

Es la negra melena destrenzada, Su anjélico ademan y rostro bellof Su continente y célica mirada, Todo anuncia terneza, y todo en ella Su divinal misión doquier destella.

Era la vírjen de Luquillo hermosa. De fatídicas nuevas mensajera.

Que por su pueblo atenta y cuidadosa A prevenir el mal bajalijera; Y en su acendrado atecto, cariñosa

Se anticipa al anuncio la primera.

Cual digna madre en su ternura diestra Que al hijo amado los peligros muestra,;

Detúvose un instante contemplando Al gallardo varón adormecido Que de virtud en el regazo blando Al reposo se entrega y al olvido.

Tiembla al pensar en el anuncio infando Que al encumbrado alcázar la hatraido. Mas ¡ay! que el tiempo sin cesar avanza

L eran crimen la duda y la tardanza.

Quizás el veterano en su i'eposo

De sacra inspiración se sienta herido. El piélago se ajita borrascoso

Por encontrados vientos combatido, Y así también su pecho congojoso

De la pena interior mueva el latido. Sin que el Jénio del Bien allí presente

La angustia calme que en el alma siente.

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Coii mesurado porte edificante

La vírjen resoluta mas se avanza.

De fúljidos destellos su semblante Copiosa mezcla solare Oasteo lanza.

Y en tan.solemne inevitable instante

Derramando balsámica esperanza En aquella alma de congoja llena, El eco dulce de su voz resuena.

Ella le dice—"¡Oh noble castellano

A cuya diestra de probado tino

Confiara bondadoso el soberano

Las riendas del Gobierno y su destino!

¡Hábil piloto en rumbo americano!

¡De Pelayo y del Cid émulo diño!

La voz oíd del cielo mensajera Que en prevenir el riesgo es la primera."

"No basta al hombre justo de la tierra Sentirse de sí mismo satisfecho, Que contra el ánsia que letal encierra La venenosa envidia dentro el pecho Armarse debe, y de siniestra guerra Los golpes evitar y el vil asecho, Que la mano traidora y torpe el lábio Los insultos combina y el agravio."

"Allá en indigno cónclave siguiendo

El vil impulso de sus almas ruines Colíganse los males, y atendiendo Al logro solo de sus torpes fines.

Con capciosas razones pretendiendo Sus fueros defender los paladines. La ruina de mi pueblo han decretado

T ver á Puerto-Rico csterrainado.''

"A «íuevra mueven la InglateiTa luego

Y cuentan que les basta en su demencia Prender en ella de codicia el fuego Para suplir su estú^íida impotencia. Cuantos medios alcance pondrá enjuego Su insólita maldad y su impudencia, Que atentos solo á sus horrendos fines Ninguno arredra á corazones ruines."

"Mas el ojo del Dios Omnipotente

Sumo en bondad y de justicia lleno, Tras ese pabellón do refuljente Mil soles brillan sobre azul sereno, Vijila cuidadoso al inocente Inerme pueblo de desdicha ajeno, Y contra el arma que Satan prepara Le defiende solícito y ampara."

"Por órgano del voto inescrutable De sus altos consejos me ha escojido, Y en su clemencia suma é inefable Alertaros del mal me ha prevenido.

Con la ejida contad en cuanto es dable Del Dios de los ejércitos linjido, Que al pueblo de Israel felice pudo Servir de ariete y diamantino escudo."

"Tórnese en lidiador y belicoso

Y en invencible tórnese alentado El fiel Puerto-riqueño que virtuoso De. la guerra y su mal vive apartado. No el número os arredre temeroso, Ni la pericia del inglés soldado. Quien por su patria y relijion batalla La victoria segura y'fácirhalla.''

-oí-

Callíi la voz, tletúvose iin momento Aquella celestial pura liecliicera, Y cual suele ajltar sañudo el viento Sutil columna de liuiiio volandera, Que veloz como el libre pensamiento So remonta esleiidida en su carrera, Y en vagas espirales sube y crece Hasta que allá eii las nubes desparece.

Así la víijen la misión del Cielo Dejando llena, y á la par cumplido El hondo afan y fervoroso anhelo Que á prevenir el mal la ha conducido. Remóntase veloz, y en ráudo vuelo Hurtando sus encantos al sentido. Se estiende y desvanece evaporada Hasta tornarse en invisible nada.

, No tan profundo ni pesado fuera Al ínclito giierj'ero reclinado El sueño que domina, que no hubiera El eco en sus sentidos penetrado. Cüumúevese ajilada su alma entera, A cual de chispa elóctrica tocado Que penetra su ardiente fantasía. Pavoroso despierta en su agonia.

De fé siniestra y de temor ecsento Duda y recela del oculto enviado. Con mudo asombro y suspendido aliento La vista inquieta vuelve á cada lado y ansioso busca el singular portento Que su espíritu entero ha conturbado. Mas todo yace en derredor inerte, Todo en silencio sepulcral advierte.

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Los ojos tonia al ciulo enternecidos

El divinal amjiaio vccliimando, Y mil rayos de lumbre suspendidos

E.n la tecluiinbrc mira^ recelando

Que cual de pura sangre enrojecidos

En signos el espacio tou llenando : jYo rindes ele mi aviso, en ellos lee, fon mi í/,v,r'/lio hafalla, espera y cree.

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i

Divísase la escuadra enemiga. El Jeueral español pasa revista ,á sus tropas, y estando en ella, recibe la intimación que le hace el jefe de la escuadra sitiadora para que rinda la plaza.

Cual bando de gaviotas se divisa Por los aires lejanos remontado, Y en jiros desiguales ya de prisa

Las alas sacudiendo alborozado Mas se aleja veloz, ya se desliza El vuelo suspendiendo comenzado, T descender parece hacia la tierra Cuando el rumbo encamina á la alta sierra.

'ii I i ' i ■ '<..1 )

Así al confín,de las cerúleas olas Que suave ajita el matutino viento,(1) Acia aquestas comarcas españolas De ignotas naves multitud sin cuento, Ocultas sus pintadas banderolas. Hiende lijera el líquido elemento Y en su rumbo inseguro mas que amigas Sospechosas parecen y enemigas.

Desde el alta atalaya que domina De San Cristoval (2) los mazisos muros. El grave centinela que camina Con lentos pasos sobre el suelo duros. Descubre de la escuadra peregrina Los varios giros á su mente oscuros, Lanza el alerta que vagando zumba Y en la ciudad tranquila al fín retumba.

Difúndense la nueva y el espanto Por almenas, castillos y torreones, i Y aunque ignoradas para miedo tanto Por el común del pueblo las razones, A la Señal de alerta, por encanto Corona presuroso las bastiones. Corriendo cada cual de sus bogares Por ver la escuadra en los tranquilos mares.

Atento el ojo sigue del Vigía

La insólita maniobra sospechosa, Y el intento descubre y la osadía Con que su rumbo oculta recelosa. Ya seguro del mal la nueva envía Con cauta diligencia presurosa, Al de Castro, que firme la recibe Y sereno al ataque se apercibe.

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i?-
J

Al arma! al arma! por do quier resuena, El rúente hiere el tambor batiente, La belígera trompa el aire atruena Y á guerra llama á la Riqueña gente. Lánzase al punto á, la sangrienta arena De beróicos pechos multitud valiente, Resueltos á alcanzar con noble gloria La palma del martirio ó la victoria.

ISTo hay nifio, jdven ni caduco anciano En tal conflicto, que la activa llama En el pecho no sienta americano Del patrio afecto que el peligro inflama.,(3) Gran legado del noble castellano Que Rorinquen con júbilo proclama; Que allí donde el peligro mas acrece Por salvar á la patria allí parece.

Cual suele el bravo toro en la llanura De salvajes ganados por caudillo La manada rondar con gran mesura, Alta la frente, en arco el cerviguillo, Y cuando ya del láesgo se asegura Contra el tigre feroz, por perseguillo Como indomable y fiero combatiente Parte al empuje de su arrojo ardiente.

Así el de Castro impávido entre tanto Con mano firme y ledo continente, El alma libre de temor y espanto Ordenes dicta á la guerrera jente. Aun mas que sus palabras, el encanto De su ejemplo persuade, y dilijente Discurre sin cesar, y en aquel punto A ISTumaucia recuerda y á Sagunto.

-es-

Ya cuando hubo sus planes combinado

Con la pericia y militar acierto

Que la victoria auguran al soldado, Serenando su antiguo desconcierto,

De la lid se prepara entusiasmado

A salir vencedor ó de ella muerto. Mas ántes quiere dar nuevas razones

Y la postrer revista á sus lejiones. (4)

En gallardo corcel que el aire hiende

Con la carga orgulloso que pasea

Impaciente y feroz como al que ofende La tardanza en lo mismo que desea. Monta el de Castro, á cuyo cinto pende

La espada venturosa en la pelea.

La espada que mil muertes allí augura. Y gloria á Borinquen, paz y ventura.

Nuevo Aquíles parece formidable Al frente de sus griegos batallones.

Cuando á asaltar á Troya inespugnable Anima con su ejemplo y sus razones. Discurve por do quier infatigable El héroe, recorriendo sus lejiones, Y en todas ellas impaciencia advierte Por buscar en la lid gloriosa muerte.

En rozagantes potros cabalgando

Que pacen en riquísima llanura, Sobre entrambos estribos descansando Y el vengador acero á la cintura, Vése al Areciveño, aspecto blando, El pecho firme á la batalla dura.

Que á nadie cede en su denuedo fiera El primer golpe y el lugar primero.

—64—

ISÍo menos se presentan belicosos

De Gnainabo los bravos caballeros

En sus bridones por demás airosos. De fuertes miembros y en andar lijeros. De Bayamon sobre corceles briosos Fueron los escuadrones los primeros. Al clamor de la patria conmovidos Resueltos raarcinin á salvarla unidos.

El rico San Germán, aunque lejano.

Las voces de la patiáa oido liabia

Y con espada cortadora en mano El trotador ácia el peligro guia.

Los que moran en Cáguas, fértil llano

De caballos de fama y nombradla, Montan bizarios en guerrera plaza Gallardos potros de lucida raza.

La castellana enseíia al aire ondea Y orgulloso en sus filas la sustenta El Fijo batallón(5)que á la pelea Primero en los infantes se presenta.

Allí también el arma centellea, Y el arrojo marcial allí se ostenta Del soldado de J uncos y el Fonceño, Ardientes como el Sol Puorto-riqueño.

Los que habitan el áspero Cayey

El húmido Toa-baja y á Toa-alta, De su hogar en defensa y de su rey, Ninguno á su deber ingrato falta.

Que no hay mejor razón, ni mejor ley. Ni otro Ínteres humano tanto exalta, Como la voz de patria en grave ofensa Que pide de sus hijos la defensa.

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Descuellan en las filas impacientes"Í.OS del oculto y pintoresco Utuado, Declinando en las armas relucientes El noble rostro por el sol tostado. Los no menos patriotas y valientes . Que moran en Peñuelas apartado, Se ofrecen á sus ínclitos amigos Dispuestos á afrontar los enemigos.

Con distinguida, militar bravura Al ronco son del atambor herido Que anuncia guerra y muerte y desventura Apuestes los de Añasco han acudido. Los que habitan gozosos la llanura De Manatí feraz, tardos no han sido, Y también a sus bravos compañeros x*i\i6lDaii 110 S6r allí d.6 los postreros.

Los del campo riquísimo que rieíra En su adormido curso y abundante El turbio rio de la Baja—Vega, Su patriótico ardor muestran radiante. Dispuesto se apercibe á la refriega Sin temer el peligro amenazante, El que mora en los prados de la Tuna Confiando en su valor y su fortuna. '

Cual rayo que despide el alto cielo Ministro de su cólera ofendida, Que parte y llega en fulminante vuelo A castigar la falta cometida, Así en defensa del paterno suelo

El arma brilladora luce unida De los fieles de Coámo y de la Aguada, Que nada esquivan á la patria amada.

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. En los secos ardientes arenales

Del valle de Rio-Piedras comarcano, Se escucha el son de roncos atabales Que el aire puebla y ensordeced llano, Y trocando las armas desiguales De manso labrador por las de TJrhano (6) Veloces á agregarse al campamento Parten sus liijos como el raudo viento.

De gloria y fama y de renombre dignos

Patricios esforzados á la ñ'ente Rijen de las lejiones los destinos El bravo Vizcarrondo, Diaz valiente. Los hermanos intrépidos Andinos, Lara, Paris, que fervoroso siente Que la patria querida, aunque adoptiva. Pueda gemir del invasor cautiva.

El denodado Toro, el fiel Linares, Acá y allá discurren presurosos, Gallardos cabalgando en los sillai'es Al frente de las tropas, animosos. Separados allí de sus hogares Y' ardientes como el rayo y belicosos De Mascaré se muestran y Quiñones Los dispuestos, marciales corazones.

Aquí llegaba el bravo veterano

Las filas con orgullo recorriendo De tanto noble, egregio americano Que á la voz de la patria respondiendo Con digna abnegación, mirara ufano. Resuelto á salvarla van viniendo Dejando abandonados sus aduares. Hijos, esposas y paternos lares.

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¡Oh patria, cara patria que en tu seno Abrigas miicbeclumbre tan valiente, Del iracundo rayo y ronco trueno Propicia dale su valer potente!

¡Y ante los muros de Carib sereno Que el polvo muerda la enemiga jente!....

¿Mas quién detiene al Borinqueño el paso 1 su arrojo marcial estorba acaso ?

De blanco lino al aire tremolante Sobre lijero esquife enarbolado,

Un pabellón se vé, que á cada instante A tierra avanza por el mar rizado. Un rayo de tristeza en el semblante Brilla por un momento, del soldado, Creyendo que tal vez arrepentido La paz el enemigo baya ofrecido.

A tierra llega ansiado el mensajero (7)

Y en ella al punto por de Castro inquiere, Diríjese al caudillo, y altanero En nombre de Albercombry (8)le requiere Con voz resuelta y ademan lijero:

"Que si la paz en Puerto-Rico quiere "La plaza rinda y el Gobierno junto, "Püerto á sus naves concediendo al punto.''

Como el potro salvaje cuando herido

Por sierpe venenosa en la pradera. Chispeante la mirada, el cuello erguido, Se detiene en su rápida carrera, Y de la ancha nariz el resoplido

Lanza á los aires con augustia fiera, Y de bermeja sangre y roja espuma

Por la boca entreabierta espesa bruma.

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Así «] de Castro la demanda oyendo, De hondo coi'ai'e y de furor movido, l.as garzotas al aire sacudiendo y el rostro por la rabia contraido, , • , Quisiera arremeter; mas reprimiendo Para mejor sazón su honor herido, Crispando duro el formidable acero Fiero contesta al torpe mensajero.

"Id, digno heraldo de sajona raza, "Y á Albercombry decidle que primero "Si la sangre evitar quiere á la plaza "En singular batalla aquí le espero; "Mas si cobarde esquiva mi amenaza "Que avance sus escuadras altanero, "Que solo á la Española Monarquía "Rendirá Puerto-Rico pleitesia."

Dijo y al punto se alejd el enviado, Llevándole á Albercombry en triste suerte Por respuesta á su orgullo inusitado Del caudillo Español el reto fuerte ; En tanto que el ejército alentado A vencer ó lograr gloriosa muerte, En tierra Se apercibe y"¡ guerra 1" esclama Y "guerra!guerra !" el patriotismo clama.

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Trábase la refriega. Loa sacerdotes y el pueblo ruegan al Todo-podero so por la suerte de la patria, y una ilusión milagrosa difunde el es panto en loa invasores que huyen atemorizados.

Kayó la aurora del vecino día Y el grito de batalla se dió en ella, Ese grito de horror y de agonía Que muerte deja tras sangrienta huella. Valor y decisión y bizarría Fieles dirijen la radiosa estrella De los invictos hijos de la España Que el mar de Atlánte con sus aguas baña.

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Ninguno sesga ante el deber, cobarde, Ni el riesgo teme de segura muerte, Que de valor haciendo bravo alarde Firme al Riqueño en su lugar se advierte: Solo aparece á su impaciencia tarde El tiempo de fijar la ambigua suerte. Sintiendo cada hora que se avanza, Y el castigo retarda y la venganza.

Bajo la capa de la noche umbría El altivo sajón ganando tierra

Sus reales levantado en ella habia Y á. su enemigo provocado á guerra. Ya imajina su necia fantasia

Del llano dominar á la alta sierra Y al carro de sus triunfos ver atada La castellana perla codiciada.

Pero tened, traidores, que valientes Blandiendo asoladora la cuchilla j Y el arcabuz mortal, los descendientes ]

De la invencible patria de Castilla, Bien presto os piobarán cuán impotentes Y de poco valer contra esta Antilla, Son el poder y ese prestijio mismo Que se hundirán como en profundo abismo.

Ti'onó el cañón y retembló la tierra, Y á su estampido rechinante y duro

Mil ecos vuelve la vecina sierra. El aire pueblan desde el alto muro Candentes bombas que el obús encierra, Y el humo denso torna el cielo oscuro Cual ancha nube 6 funerario velo Que noche esparce y lobreguez al suelo.

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No tan horrible la bravura fuera Del Etna siciliano, ni espantosa, Cuando despide á la vecina era Do ardiente lava cantidad coidosa. Ni el Vesubio elevando la voz fiera Arroja por su cráter tan ruidosa. Cuando lanza feroz á un tiempo mismo Rocas y lavas desde el hondo abismo ;

Como el fragor horrísono, espantoso y el estruendo marcial que allí retumba, Dejando tras sus ecos, ominoso Míseros restos á la helada tumba. Nada arredra al isleño valeroso, Y discurriendo por los aires zumba El grito de entusiasmo y de esperanza Coir que arrojado á combatir se avanza.

A cada golpe codo alguna vida, A cada golpe un porvenir precioso. Como el arbusto que en edad florida Troncha y agosta vendabal furioso. Cada cual á las armas remitida La razón que defiende valeroso. Lucida por sacarla mas se esfuerza. Ya la astucia ejerciendo, ora la fuerza.

Auméntase el fragor y se enardece La bravura enemiga en la pelea, Y el varonil esfuerzo mas acrece Y el hierro destructor mas centellea. Del contrario en la muerte ya parece Que alegre cada bando so recrea. Prestando la codicia al uno brio Y el Patriotismo, al otro, poderío.

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Ya dfc bermeja sangre ancha laguna Iiinunda las campiñas á ton-entes, Y torna los que ñieron en su cuna Claros arroyos, en rojizas fuentes.

Las ojas de los campos una á una Segadas por las balas inclementes, En yerma vuelven la pradera hermosa. Que antes fuera galana y deleitosa.

Allí del hijo vése entre las manos

Al venerable padre moribundo, Esfuerzos ejerciendo, aunque ya vanos Por vengar las ofensas iracundo; Y viendo los instantes ya cercanos De alejarse su espíritu del mundo. La suerte de la patria en su agonia Al hijo encomendar que allí tenia.

Mas allá se presenta ardiendo en ira El padre que sostiene al hijo amado. Cuando perdida la esperanza mira De un porvenir en flor ya marchitado. Los ojos entreabriendo en torno jira El imberbe mancebo denodado, Y al desprenderse su alma en medio el campo La alumbra de la gloria el puro lampo.

lío ménos se presentan aflictivas

En los reales de Albion escenas varias. Que incesante el Riqueño lanza activas Bombardas que repelen las contrarias. Ya anhelan por las márjenes nativas Y dejar las escenas funerarias, Tarde llegando á verse arrepentidos De haber sido á la tumba conducidos.

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r

I-íüiTor 03 tudo y confueioii j muerte, y llanto y sangre y luto y agoráa ; Ni aun se piensa en la propia adversa suerte. Solo vencer el corazón ansia, Y hasta en la noche cuando tudo inerte Grato descansa tras penoso dia, Los fuegos del canon venso alumbrando Horribles cuadros del contrario bando.

Un sol tras otro sol, trece corrieron Sin descanso ni tregua en la pelea, Los que en la márjen de la Antilla vieron Voraz arder la sanguinaria tea. Jamas tantos estragos se sintieron. Ni destrucción jamas tan jigantea En Borinqnen felice, que tranquilo Antes fuera do paz seguro asilo.

En tanto que al guerrero en campo abierto Sin descansar de la fatiga un punto. Como indomable tigre en el desierto Ocupa de la lid el solo asunto, Con dulcísimas voces en concierto Del coro celestial vivo trasunto, Otro coro á la par ocupa el templo Evanjélica unción dando su ejemplo.

Ampara del asilo sacrosanto Austeros cenobitas la techumbre, Corridos los capuces con espanto, Poseídos de amarga pesadumbre, Kuegan en tierno y misterioso canto

Al Dios de la cristiana muchedumbre Que la guerra termine asoladora Y con ella los males que deplora.

-H —75— ,i,; ' ' t

De la cristiana grci turba piadosa Fiel acompaña el relijioso aconto, Y elevando sus preces fervorosa Con llanto lúega el sacro pavimento. Ternísima es la escena y dolorosa Que el pueblo presentára en su tormento. En medio de la escena levantado Descuella la figura de un prelado.

.Cual se viera á Moisés en el desierto Rijiendo los destinos israelitas, Buscar en Dios el bonancible puerto Contra el valor de fieros Amalcitas; Y á Aaron y FEur por divinal concierto Escojidos pontífices Levitas, Los brazos mantenerle al cielo alzados Hasta ver los contrarios derrotados.

Así el patriarca de la lei sagrada Con rostro edificante y venerable. Preces dirije con su grei amada Al Dios de los cristianos inefable. Y por la patria ofrece amenazada. Con santa abnegación inestimable. La vida en holocausto, que destina Para aplacar la cólera divina.

* En alas de la fé resplandeciente Y entre el rumor del bélico ardimiento Elévase hasta el solio omnipotente Del piadoso redil el dulce acento. Sonrio de Jehovah la faz clemente Y de su alcázar en el réjio asiento Ordenes dicta al áujel de la Gloria Al Caribo acordando la Victoria.

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¿Y qué milagro ó üiugular porteuto

A cumplir su querer el cielo envia?

;Quién esparce el pavor y desaliento Ir turba del Bretón la bizarría?

¿Qué prodijio del alto firmamento Desciende, como el Lábaro en un dia

Por los rugeos del grande Constantino A Roma protejleudo y su destino'

De aguerridas lejiones turba inmensa

Y aun mas que las Riqueñas valerosas, Acudir de la plaza á la defensa Ven los sajones por el campo airosas(9); Y entre el rumor de muchedumbre densa Percíbense las voces animosas

Y el eco de—¡Santiago! ¡cierra! ¡cierra! El triunfo acuerda á la nativa tierra!

* Mil y mil lanzas de bruñido acero De muei'te portadoras y de ruina, El hijo del Erim con pasmo fiero Blandiendo sobre sí ver se imajina. Cede humillado su valor guerrero Ante la hueste y protección divina, Que mayor á sus ojos aparece Cuanto mas dentro el alma el miedo crece.

Cual huye de los tiros acertados Que el hábil cazador dispara atento. La bandada de buitres descuidados Veloces como el ráudo pensamiento Y dejando la víctima azorados Subir se ven al alto firmamento. Hasta perderse en el remoto seno Que lanza el rayo y que despide el trueno.

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Así de snsto j de mortal pavura

El audaz invasor sobrecojido En vergonzosa huida se apresura A volver á su escuadra arrepentido. El pánico terror y la amargura Se apoderan del hombre fementido, Cuando el cielo en sus fueros provocado Muestras de su poder ofrece airado.

No hai ya vacilación, ni hai otros fines Que abandonar las costas malhadadas. Con ecos destemplados los clarines Allegan á las tropas desbandadas; Y en el centro del campo y sus confines

Cual voz de centinelas avanzadas De ^'■Sálvese quien fueda'' el grito suena, Que á la estranjera turba de horror llena.

A los esquifes corren presurosos. Confusos los Bretones y apiñados, Banderas y pertrechos abundosos Dejando al enemigo abandonados, Y obuces y morteros ponderosos. Rotas armas, arneses acerados, Y de insepultos hombres copia inmensa Tendidos en el campo sin defensa.

Los denodados Ínclitos guerreros Que por su hogar afrontan cruda muerte, Escuchan de los tiros postrimeros Del cobarde Sajón el rumor fuerte, Y seguros gozándose en los fueros Que acuerda al vencedor amiga suerte, "¡ Victoria!" claman con orgullo ufano "¡Victoria por el bravo Castellano!'"

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Eco tan seductór limpia y depura

El aire infecto de invasión estraña. La clara esfera en fúljida tersura Ningún celaje á la sazón empaña.

Loores mil al vencedor murmura El mar salado que las costas baña, Y hasta el Sol luminoso en ese dia Mas brillante en su curso parecía.

* ¡ Oh Sol de Mayo que en el dia primero

Al rasgar las cortinas del Oriente, Testigo fuiste del valor guerrero Que eternizó al Hispano en Occidente ! Tú que mostraste al enemigo arteroRendido ante el Caribo armipotente. Yo te saludo ¡ lumbre esplendorosa. Testigo celestial de acción gloriosa !

* En el sagrado libro do el destino Rejistra de los pueblos el arcano. Estaba inpreso del Sajón el sino Y el triunfo delegrejio americano. En el soberbio alcázar diamantino Querijelas naciones soberano. El nombre Borinqueño en plectro de oro Ensalza del Eterno el sacro coro.

Y vosotras, bellísimas ondinas,Con tropicales flores olorosas ^

Yerdes coronas de su triunfo dignas Al fuerte vencedor, tejed gloriosas. Con vuestra mano y gracia peregrinas Ceñidlas en sus sienes victoriosas. Que es dulce al alma de adalid valiente La ofrenda femenil que en ella siente.

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* El sudor enjugad de la victoria, Ninfas de Borinquen, con vuestras manos, Vosotras que ocupábais su memoria Cuando ahuyentaban al Leopardo ufanos; T el humo del cañón que en noble gloria Ennegreció los rostros milicianos , Borrad con vuestros labios divinales Emulos del carmin délos tunales.

¡Gloria á Castilla ilustre á cuja frente De nítida diadema coronada.

Tributaran sus hijos de Occidente Fresca guirnalda de laurel orlada! Y tú,feliz Antilla, que esplendente Brillassobre los mares elevada, ¡Una y mil veces salve! ¡Que en tu suelo Mil bienes caigan desde el alto cielo!

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NOTAS.

[

La escuadra inglesa 90 avistó á líis seis de lamailana.

3. El fuerte mas elevado do la ciudad.

3. Grande fué la decisión del pueblo para resistir el asedio. Hasta, las comunidadea relijiosas da Santo Domingo y San Francisco, con el Prolado de la Diócesis á la cabeza, ofrecieron al -Jeneial Español sus servicios personales en defensa de la Pótria; y las RR. Mil. Carmelitas abandonaron su convento para que sir viera de cuartel ó do Hospital para las tropas.

4. El Capitán Jonoral, previendo el at.nc^uo liabia convocado las mi. licias do los pueblos, que so hallaban por eso en la capital.

B. Llamábase el Fijo do Puerto-Rico al regimiento que guarnecia la plaza.

6. Llamábanse así en aquel tiempo todas las milicias que hoy están claBÍficadas en wbanets y disciplinudus,

L El parlamentario fué recibido al pié del Castillo del Morro.

8. El Jefe de la escuadra sitiadora.

3, El pu.eblo atribuyó en gran parte la fuga do los invasores á la protección visible del cielo.

Escrito esto poema precipitadamente en los dias últimos del pla zo fijado para admitir las composiciones al Concurso, que seña ló la Real Academia, no pudo redondearse su final como hoy ge hace con las octavas marcadas con un * asterisco.

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