Deleitosa un pueblo un fototógrafo W. Eugene Smith
Antonio Cano Urbano
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Dedicado a Juande, Carlos, Mª Angeles, Ventura y a todos con los que me encontré y conversé durante el breve espacio de tiempo que estuve en Delitosa.
Un volantazo en el último segundo decidió que me dirigiese a la localidad de Deleitosa. En el cruce en el que me desviaba hacia Cabañas del Castillo, había un letrero en el que se leía: “DELEITOSA 5”, no era demasiada distancia, podría acercarme y volver, en total 10 Km y unos minutos más sumados a mi viaje por las Villuercas, así que cambié el rumbo para dirigirme al pueblo, esta vez no pasaba de largo como en otras ocasiones.
José Manuel Navia, me mostró por primera vez el trabajo de Eugene Smith hace ya bastantes años, entre los trabajos que mostró estaba este de Deleitosa “Spanish Village”, realizado en 1950 y publicado posteriormente en la revista LIFE con un éxito rotundo, tanto que en otra entrega de la revista se adjuntó un sobre con 17 fotografías inéditas de este trabajo.
Aparqué, me dirigí al centro de la población y comencé a tomar fotos; como en tantos pueblos me llamaban la atención tanto las casas antiguas y derruidas como las de nueva construcción; materiales en desuso y materiales nuevos, un guiño intencionado a las fotografías antiguas de 1950 y la actualidad. A pesar de ello, sentía que el pueblo era un pueblo más. A la vuelta de una esquina, me encontré con un mural “grafiti” representando una de las fotografías famosas de Eugene Smith “Hilandera”, la fotografié y de inmediato me sentí conectado con el pueblo; lo que me había traído hasta aquí tomaba sentido, el propio pueblo de Deleitosa rendía culto a ese fotógrafo que estuvo un mes fotografiando a las personas en su vida diaria.
Por azar, hablando con vecinos en una plaza del pueblo, en una fiesta en la que se repartía chocolate caliente con churros, me presentaron a Carlos y María Ángeles, dos miembros de la Asociación del pueblo para la memoria del trabajo de Eugene Smith.
La charla por el interés común que nos movía fue amena, llamaron por teléfono a una persona que tenía las llaves de la casa donde se está organizando todo el material que tienen del trabajo de “el Smith” como lo denominaban en los años 50.
Al día siguiente a las 10.00h quedé con Juan de Dios, “Juande” como lo conocen en el pueblo; desde el primer momento se notaba que creía en lo que estaba haciendo. Comprendí que esta asociación tiene mucho sentido en Deleitosa, que no se puede perder este legado y que además hay que poner en valor lo que supuso aquel reportaje tanto para el pueblo como para el país, e incluso internacionalmente; además de lo que significó para la fotografía.
Con un interés digno del mejor historiador, Juande me fue contando los detalles que sobrevolaron el trabajo de Eugene Smith en Deleitosa, de todo lo que detalló me quedo con lo que dijo al respecto de la Asociación; son los que mejor pueden desgranar este trabajo, pues son sus propios paisanos los que aparecen en las fotografías, conocieron en persona a Eugene Smith, a su traductora Nina y a su ayudante Ted; ellos por el boca a boca saben mejor que nadie cómo fue creciendo el reportaje, quien es cada uno de los fotografiados y el porqué cómo y cuándo se hicieron las fotografías.
Disfruté de la charla con Juande, me sentí privilegiado escuchando, preguntando y fotografiando.
Estuve en el pueblo algo menos de 24 horas , a pesar de ese periodo de tiempo tan corto aunque mucho más largo del que en principio pensaba dedicarle, pude fotografiar el pueblo bajo tres condiciones de luz distintas; llegué cuando al sol le quedaba poco más de una hora para ponerse, más tarde sin luz natural y aprovechando la luz artificial y, por último, a la mañana siguiente con un pueblo mojado por la lluvia bajo un manto de nubes grises.
El día anterior, Carlos me dijo una frase que creo tiene mucho de cierto: “El que esté interesado en conocer la historia y los detalles del trabajo de Eugene Smith en Deleitosa, deberá venir aquí.”
Me alegro de haber dado aquel volantazo, me alegro de haber entablado conversación con muchas personas del pueblo, me alegro de haber conocido a unos cuantos jóvenes que paraban coches en el paso de cebra elevado, con la excusa de pedir dinero para crear una barra libre para todo aquel que quiera acercarse a la hoguera que hacen el 30 de diciembre en una plaza del pueblo, me alegro de haber conocido y fotografiado a Ventura frente a la fotografía que un día le tomó Eugene Smith mientras era bautizado.
A todos les doy las gracias por emocionarme, porque todos me hicieron sentir desde el primer momento como si estuviese pisando las calles de un pueblo que podría ser el mío.
