Iglesia Cristiana Hashem

Iglesia Cristiana Hashem

“En Integridad y Sabiduría”

Estudio Bíblico (Martes, 5:00 PM)   |   Culto de Confraternidad (Domingos, 12:00 PM)

Series Activas: “En camino a un avivamiento” Libro de Zacarías (Martes) y “La Iglesia impulsada por la Biblia” (Domingos)

Aborrecedores de Cristo

Juan 15:23-25 “El que me aborrece a mí, también a mi Padre aborrece. Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: sin causa me aborrecieron”.

El odio del mundo incrédulo hacia Cristo no tiene ningún fundamento razonable. Alguna vez te has preguntado: ¿Qué razón puede tener una persona para odiar a Jesucristo?

Su amor es excelso e incomparable; es el Hijo de Dios que por amor a sus criaturas se hizo hombre para pagar nuestra deuda.

Todo aquel que rehúsa reconocerle a él como el único Señor y salvador, como aquel que merece todo nuestro amor, nuestra adoración, nuestro servicio, todo aquel que no haga eso es un aborrecedor del Señor. El ser indiferente a Cristo es odiarlo con todo el corazón. Tal vez tú seas un aborrecedor del Señor aunque no te veas de esa  manera.

Con Cristo no hay medias tintas, él dijo claramente: “el que no es conmigo, contra mí es” (Lucas 11:23). El mundo aborrece a Cristo porque él les revela su impotencia, el evangelio proclama que el hombre se encuentra en una situación tan miserable que Dios tuvo que venir en su auxilio. Efesios 2:8-9 dice: “por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe”.

Este es un mensaje que debería ser recibido con gozo y alegría por todos pero no es así. Porque este es un mensaje que humilla al hombre y le da la gloria a Dios, y eso es lo que el hombre en su pecado no quiere hacer; quitarse así mismo del trono que ha usurpado y poner a Dios en ese lugar. Romanos 1:18 dice: “habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en su razonamiento, y su necio corazón fue entenebrecido; profesando ser sabios se hicieron necios”.

El hombre no quiere que Dios ocupe el trono de su corazón, por eso “no le glorificaron ni le dieron gracias”.

Las personas también odian a Cristo porque ven en él una amenaza a su estilo de vida. El efecto del pecado ha trastornado al hombre en su pecado que no puede ni imaginarse viviendo fuera de esa esclavitud, de esa cárcel, y Cristo les ofrece verdadera libertad, aunque el pecador no quiere ser librado de esa prisión. Si tú te encuentras sin Cristo, piensa bien de qué lado deseas estar, todavía es posible reconciliarte con Dios.