EL CHISME O CALUMNIA

Dice la Santa Palabra de Dios en libro de Levítico 19: 16; “No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo. Yo Jehová”.

La palabra que utiliza el escritor de éste libro en hebreo para hablar de chismear es raquíl que traduce detractor (como el que viaja por todas partes calumniando a alguien), por eso, también se traduce como calumniador. Su raíz está en otra palabra que significa viajar, por ello, el chisme para la Santa Palabra de Dios es una acusación o imputación falsa hecha contra alguien con la intención de causarle daño o de perjudicarle y que viaja de persona en persona haciendo el daño que se pretende o mayor del que se esperaba antes. El versículo agrega a la prohibición de Dios, que “No atentarás contra la vida de tu prójimo”, porque el chisme o calumnia puede y ha llevado muchísimas veces, a que se atente y destruya la vida de las personas que lo sufren. Antes se hablaba de las “viejas chismosas” denotando que eran mujeres de edad avanzada que contaban a todos lo que pasaba en secreto entre las familias en los pueblos pequeños, pero ahora, el chisme se ha extendido entre todas las personas, a todos los niveles sociales, en los hogares, barrios, sociedades, empresas y globalmente, hablando de la comunicación universal a través de las redes sociales. Ya se puede grabar con un celular un hecho normal y hacerlo pasar como anormal y difamar de esta forma al protagonista o protagonistas del video. Eso lo vemos en la televisión con mucha frecuencia hablando de los famosos, pues los “paparazis” los mantienen asediados constantemente. El problema del chisme o calumnia, es que busca dañar, es que busca decir algo de alguien que no es verdad o que tiene una verdad a medias y que compromete la integridad moral o ética de la personas. Los medios de comunicación sí que saben cómo hacerlo para decir lo que ellos consideran como verdad y acusar a personas que pueden ser inocentes. Pero esto que pasa en el mundo, está pasando en la iglesia y entre cristianos, pues encontramos que algunos, buscando el provecho propio, una ganancia posicional o de respeto en la comunidad, usa el chisme, usa la calumnia o usa la exageración o la minimización de los actos o hechos de otros, dañando la percepción que la comunidad se ha hecho del líder calumniado. Debemos pedir el perdón al Dios del cielo y buscar la reconciliación a través de limpiar lo que hemos hecho y reconocer nuestro error, por ello, pensemos muy bien antes de hablar de otros.

Padre bueno que estas en los cielos, que Tú iglesia, la que fue construida sobre la Verdad que es Cristo, viva en la verdad y para la verdad siempre. Amen.

Pastor César Hernández

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