Lucas 18:7-8 “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? 8 Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”.
Jesús estaba hablando acerca de la necesidad de orar siempre, y para ilustrar esta enseñanza toma como ejemplo a una mujer viuda que clamaba justicia ante un juez que era malo, no respetaba a Dios ni a los hombres, sin embargo un día obtuvo la respuesta no porque el juez hubiese querido sino porque la mujer lo tenía desesperado con tanta insistencia.
Pero cuantas veces nosotros nos damos por vencido al ver que la respuesta de Dios se demora más de lo esperado…Esta mujer fue favorecida porque insistió, eso se llama fe, cuando usted está convencido de algo nada lo hará detenerse.
Dije convencido, el problema es que cuando oramos con duda, sin estar convencidos de que Dios puede responder nuestras peticiones, muchas veces oramos porque nos dijeron debíamos hacerlo, o porque nos acostumbramos como un ritual más, no porque realmente confiemos en que será así como hemos creído.
Tal vez te cansaste de orar porque no has visto la respuesta de Dios, pues Dios te está diciendo hoy, no desmayes, sigue orando, porque tu respuesta viene en camino, pero tú te cansaste de perseverar en la oración.
“La oración fe no se enfoca en los inconvenientes, sino en aquello que al ojo humano no es tan evidente, sigue perseverando a pesar de las dificultades y supera los obstáculos sin mirar las imposibilidades. Quien a pesar de no recibir respuesta a su petición, sigue persistiendo en la oración, más temprano que tarde recibirá su compensación”.
Humberto Cancio.