Nuevos hallazgos sobre la Conquista

La sangrienta venganza de Hernán Cortés contra los aliados de los aztecas

Tras la captura de un convoy español y el sacrificio ritual de sus componentes por los alcolhuas, Hernán Cortés ordenó una sangrienta represalia contra este pueblo aliado de los aztecas en Zultépec-Tecoaque. Ahora los arqueólogos del INAH están investigando qué ocurrió exactamente.

Un arqueólogo excava en uno de los 22 aljibes localizados en Zultépec-Tecoaque.

Un arqueólogo excava en uno de los 22 aljibes localizados en Zultépec-Tecoaque.

Un arqueólogo excava en uno de los 22 aljibes localizados en Zultépec-Tecoaque. Foto Melitón Tapia INAH

Una nueva investigación dirigida por los arqueólogos Enrique Martínez Vargas y Ana María Jarquín Pacheco sugiere que los conquistadores españoles asesinaron al menos a una docena de mujeres y sus hijos en un pueblo aliado de los aztecas, donde los habitantes previamente habían sacrificado y consumido ritualmente a los miembros de un destacamento español que habían capturado meses antes. El Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH) acaba de hacer públicos los hallazgos de tres décadas de trabajos de excavación en la localidad de Tecoaque, que significa "el lugar donde los comieron" en idioma náhuatl.

Ataque contra un convoy español

En junio de 1520, los acolhuas, habitantes de Tecoaque, también conocido como Zultépec, una población situada a unos 60 kilómetros al este de Tenochtitlán, capturaron un convoy español, que estaba compuesto por unos 15 hombres, 50 mujeres y 10 niños, 45 soldados de infantería (contingente que incluía cubanos de ascendencia africana e indígena) y unos 350 aliados de grupos indígenas. Todos, aparentemente, fueron sacrificados en el espacio de pocos meses. Cuando se enteró de ello, Hernán Cortés ordenó a su alguacil mayor, Gonzalo de Sandoval, al mando de 15 jinetes y 200 infantes, que destruyera el pueblo como represalia a principios de 1521.

Panorámica de Zultépec-Tecoaque donde hace 500 años tuvo lugar un ataque contra los españoles y una represalia por parte de éstos.

Panorámica de Zultépec-Tecoaque donde hace 500 años tuvo lugar un ataque contra los españoles y una represalia por parte de éstos.

Foto: Melitón Tapia (INAH)

En junio de 1520, los habitantes de Tecoaque, también conocido como Zultépec, capturaron un convoy español. Todos, aparentemente, fueron sacrificados en pocos meses.

Este acontecimiento se relata en varios textos como las Cartas de Relación de Hernán Cortés y en La historia verdadera de la conquista de Nueva España de Bernal Díaz del Castillo, que dice lo siguiente respecto a lo que les sucedió a los miembros del destacamento: "Hallóse allí en aquel pueblo mucha sangre de los españoles que mataron, por las paredes que habían rociado con ella a sus ídolos; también se halló dos caras que habían desollado, y adobado los cueros como pellejos de guantes, y las tenían con sus barbas puestas y ofrecidas en unos de sus altares; así mismo se halló cuatro cueros de caballos curtidos, muy bien aderezados, que tenían sus pelos y con sus herraduras, coladas y ofrecidas sus ídolos en el cu [los cronistas utilizan este vocablo de origen maya para referirse a un teocalli o basamento piramidal coronado por un templo] mayor: y halláronse muchos vestidos de los españoles que habían muerto, colgados y ofrecidos a los mismos ídolos".

Desmembrados y consumidos

Los arqueólogos han localizado en el sitio arqueológico de Zultépec-Tecoaque las cabezas de las mujeres de la comitiva española cautivas colgadas junto con las de los hombres. Un análisis de los huesos ha revelado que estas mujeres estaban embarazadas y eso, según la cosmovisión prehispánica, podía haberlas colocado en la categoría de "guerreras". Otra ofrenda sacrificial incluyó el cuerpo de una mujer que fue cortado por la mitad cerca de los restos de un niño desmembrado de 3 o 4 años. Los investigadores también descubrieron los restos de un hombre que fue asimismo desmembrado y quemado, posiblemente para reproducir el destino de los dioses aztecas, según un mito conocido como "El Quinto Sol", en el que para crear al Sol actual uno de los dioses del panteón azteca tuvo que lanzarse al fuego.

Algunos de los restos hallados por los arqueólogos en los aljibes del sitio arqueológico.

Algunos de los restos hallados por los arqueólogos en los aljibes del sitio arqueológico.

Foto: Melitón Tapia (INAH)

Los investigadores también descubrieron los restos de un hombre que fue desmembrado y quemado, tal vez para reproducir el mito de El Quinto Sol.

El convoy que fue masacrado en Zultépec-Tecoaque estaba compuesto por personas enviadas desde Cuba en una segunda expedición un año después del desembarco inicial de Cortés en 1519 y se dirigían a Tenochtitlán, la capital azteca, con suministros y posesiones de los conquistadores. Cortés se había visto obligado a abandonar el destacamento mientras intentaba rescatar a sus tropas de un levantamiento en la capital. En Zultépec-Tecoaque, los prisioneros fueron encerrados en celdas sin puerta, y fueron alimentados durante seis meses, según los expertos. Poco a poco, los habitantes de Zultépec-Tecoaque sacrificaron y, aparentemente, se comieron caballos, hombres y mujeres, aunque no a los cerdos (aunque también fueron sacrificados). Los esqueletos de los europeos capturados fueron destrozados y conservaban marcas de cortes que indicaban que la carne se había extraído de los huesos.

Cortés ordena atacar

Martínez Vargas ha explicado que las excavaciones sugieren que los habitantes de Zultépec-Tecoaque sabían que una violenta represalia por parte de los españoles era inevitable, y arrojaron los huesos y otras pruebas de estos sacrificios en pozos poco profundos (aljibes), de los cuales los arqueólogos han excavado 22 hasta la fecha. En ellos se han hallado huesos de los cautivos que fueron modificados a modo de trofeos y restos de los animales sacrificados (ganado, animales de carga) que acompañaban al convoy. También se han descubierto esculturas de divinidades prehispánicas y objetos personales de los prisioneros.

Los templos fueron incendiados y las esculturas de dioses decapitadas en Zultépec-Tecoaque.

Los templos fueron incendiados y las esculturas de dioses decapitadas en Zultépec-Tecoaque.

Foto: Melitón Tapia (INAH)

En los aljibes excavados se han hallado huesos de los cautivos que fueron modificados a manera de trofeos y restos de los animales sacrificados.

Para protegerse del inminente ataque, la gente de Zultépec-Tecoaque intentó asimismo erigir algunas obras defensivas primitivas (muros y cepos) a lo largo de la vía principal de la ciudad, ninguna de las cuales funcionó cuando llegaron Sandoval y su expedición punitiva, probablemente en marzo de 1521. En la Tercera Carta de Relación de Cortés, éste narra cómo ordenó a Sandoval llevar trece bergantines a Tlaxcala para sitiar Tenochtitlán y le ordenó también que de paso "destruyese y asolase un pueblo grande, sujeto a esta ciudad de Tesuico (Texcoco), que linda con los términos de la provincia de Tascaltecal (Tlaxcala), porque los naturales de él me habían matado cinco de caballo y cuarenta y cinco peones que venían de la Villa de la Vera Cruz a la ciudad de Temixtitan (Tenochtitlán), cuando yo estaba cercado en ella, no creyendo que tan gran traición se nos había de hacer".

Una sangrienta represalia

Según los investigadores, "algunos de los guerreros que se habían quedado en el pueblo lograron huir, pero las mujeres y los niños permanecieron allí, y fueron las principales víctimas de las represalias de los españoles. Esto lo hemos podido demostrar en un tramo de 120 metros de la vía principal, donde se encontraron los esqueletos de una docena de mujeres que parecían estar 'protegiendo' los huesos de diez niños de entre cinco y seis años". Las fotografías tomadas durante las excavaciones muestran los huesos infantiles junto con los de las mujeres adultas, algunas de las cuales tenían los cráneos o los huesos de los brazos girados hacia los jóvenes. "La ubicación de los entierros sugiere que estas personas estaban huyendo, fueron masacradas y enterradas apresuradamente. Las mujeres y los niños que se refugiaban dentro de las casas fueron mutilados, como demuestra el descubrimiento de huesos cortados en los pavimentos. Los templos fueron quemados y las estatuas decapitadas", continúan los expertos.

Las mujeres y niños que se mantuvieron a resguardo en sus aposentos durante el ataque español fueron mutilados, como evidencian los huesos.

Las mujeres y niños que se mantuvieron a resguardo en sus aposentos durante el ataque español fueron mutilados, como evidencian los huesos.

Foto: Melitón Tapia (INAH)

Algunos de los guerreros que se habían quedado en el pueblo lograron huir, pero las mujeres y los niños permanecieron allí y fueron las principales víctimas de las represalias de los españoles.

Los arqueólogos han exhumado hasta ahora más de 25.000 objetos en una superficie de excavación que abarca 3,5 hectáreas de las 32 que conforman el sitio arqueológico de Zultépec-Tecoaque. Todavía queda mucho por conocer sobre el alcance de estos sangrientos acontecimientos que tuvieron lugar en esta población hace ahora quinientos años.

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