En contra de la norma

Prerrafaelitas, la sociedad secreta que se convirtió en movimiento artístico

La Hermandad Prerrafaelita apostó por recuperar la autenticidad de los artistas "previos a Rafael", algo que iba en contra de la academia, y llevaron el romanticismo al extremo.

10+1 Obras maestras del movimiento prerrafaelita

10+1 Obras maestras del movimiento prerrafaelita

A finales de la década de 1840, Dante Gabriel Rosetti, John Everett Millais y William Holman Hunt, tres artistas veinteañeros, coincidieron en Londres. Millais y Hunt estudiaban juntos en la Royal Academy of Arts, una de las entidades artísticas más importantes de Inglaterra. Rosetti, en cambio, era discípulo de Ford Madox Brown y se unió al grupo tras recibir las alabanzas de Hunt por su cuadro La víspera de Santa Inés, inspirado en un poema de John Keats, que había fascinado a su futuro compañero.

Al entablar amistad, los tres jóvenes se percataron de que compartían las mismas ideas sobre el arte: todos concedían en que la pintura había perdido su autenticidad y ansiaban regresar a la honestidad, el detallismo y los colores luminosos de los pintores “previos a Rafael”, es decir, a los renacentistas del Quattrocento, el Trecento y los artistas medievales. Dispuestos a ir en contra de la academia y optar por su propia dirección creativa, los artistas decidieron fundar una sociedad secreta que, con el tiempo, se convirtió en uno de los movimientos artísticos más rompedores y revolucionarios de la era victoriana: el prerrafaelismo. 

Los primeros pasos de la Hermandad Prerrafaelita 

Rosetti, Millais y Hunt crearon dicha sociedad secreta, denominada “la Hermandad Prerrafaelita” (Pre-Raphaelite Brotherhood, en inglés), en la casa de los padres de Millais en Londres, ubicada en Gower Street, en 1848. Un año después, los jóvenes dieron el primer paso en su revolución, presentando tres obras en las que se deducían los rasgos característicos de la pintura prerrafaelita. Hunt y Millais expusieron en la Royal Academy sus cuadros Rienzi jurando vengar la muerte de su hermano menor y Lorenzo e Isabella, respectivamente. Rosetti exhibió su Infancia de la Virgen María en una exposición libre en Hyde Park Corner. 

Rienzi

Rienzi

Rienzi jurando vengar la muerte de su hermano menor, obra pintada por William Holman Hunt en 1849

CC

El público no vio nada de extraño en aquellas obras. De hecho, incluso alabaron los vínculos con la tradición de las tres pinturas y sus reconocibles personajes medievales o religiosos. Tampoco advirtieron las siglas “PRB” escondidas, con cuidado, en la esquina de cada uno de los cuadros. Al año siguiente, sin embargo, tras contemplar Los misioneros en Bretaña de Hunt, El taller del carpintero de Rosetti y La Anunciación de Millais, los victorianos se rebelaron. ¿Cómo osaban aquellos tres jóvenes tratar temas tan elevados como la historia o la vida de Jesús con aquel estilo cotidiano y próximo? ¿Por qué dudaban del relato oficial de la historia y la mitología? Y, más importante aún, ¿a qué venían aquellas siglas conjuntas que, al fin, adivinaron en los tres cuadros?

“PRB” significaba una unión, una provocación temática calculada e intencionada. “PRB” agrupaba las obras de aquel año y del año anterior bajo una poética común y ponía en evidencia a la hermandad, que pronto dejaría de ser secreta. En su breve ensayo Prerrafaelitas, Renato Barilli, afirma: “Esos cuadros suscitaron el escándalo, tuvieron un efecto traumático, como si de un latigazo se tratara sobre el tranquilo público victoriano, suscitando una airada polémica y una ola de protestas”. La sociedad no comprendía ni aceptaba que los hermandados bebieran del romanticismo en cuanto a la elección de sus motivos, pero que trataran dichos “temas legendarios desde una evidente familiaridad, como si no remitieran a un pasado fabuloso y remoto, que las confiriera realce y nobleza, y pertenecieran, por el contrario, a la ‘vida moderna’”, explica Barilli. 

Rosetti

Rosetti

La infancia de la Virgen María, obra pintada por Dante Gabriel Rosetti en 1849.

CC

 

Los ideales prerrafaelitas

Después de aquel primer impacto, el prerrafaelismo entró en escena. Muchos, entre ellos el escritor Charles Dickens, criticaron y ridiculizaron aquel nuevo estilo. Otros, en cambio, quedaron fascinados por la apuesta de Rosetti, Hunt y Millais y decidieron sumarse a la hermandad o al movimiento en el que esta se acabaría transformando. Algunos fueron el pintor James Collinson (comprometido con la hermana de Rosetti), el escultor Thomas Woolner, el crítico William Michael Rosetti y la poeta Christina Rosetti (ambos hermanos de Dante Gabriel Rosetti), el también crítico Frederic George Stephens y las pintoras y modelos Elizabeth Siddal y Marie Spartali Stillman. 

Lilith

Lilith

Lady Lilith, obra pintada por Dante Gabriel Rosetti en 1866.

CC

Como se puede deducir de la diversidad de disciplinas artísticas a las que pertenecían los mencionados, pese a que el prerrafaelismo empezó, fundamentalmente, como un estilo pictórico, pronto definió sus ideales y abrió las puertas a la literatura, la escultura, la crítica y la poesía. Para los prerrafaelitas, lo más importante no era empuñar el pincel o la pluma, sino cumplir con las siguientes intenciones: primero, expresar ideas auténticas y sinceras; segundo, estudiar con atención la naturaleza y pintarla con el máximo detallismo (de hecho, los prerrafaelitas fueron los primeros en pintar grandes lienzos al aire libre); tercero, rechazar el arte académico tradicional, volviendo al estilo previo a Rafael; y, por último, buscar la perfección en la creación de sus obras.

Otro punto en común eran los temas y motivos a los que regresaban, una y otra vez, los prerrafaelitas: la historia, la religión, las diversas mitologías y las leyendas y relatos de la Edad Media. Muchos de ellos también encontraron una gran fuente de inspiración en las obras de William Shakespeare e hicieron de sus personajes los protagonistas de cuadros tan conocidos como Ophelia de John Everett Millais.

Ophelia

Ophelia

Ophelia, obra pintada por John Everett Millais en 1852.

CC

La historia detrás de Ophelia: romanticismo llevado al extremo

Para la creación de este icónico cuadro, John Everett Millais se sentó frente al río Hogsmill, en Surrey, a pintar los detalles naturales y florales de la obra durante cinco meses, invirtiendo once horas diarias y seis días por semana para retratar con el mayor realismo posible (en cuanto a captar la realidad frente a los ojos, pero sin hacer ningún tipo de denuncia) del escenario elegido para su pintura. Además, siguiendo esta obsesión prerrafaelita por la autenticidad, Millais le pidió a Elizabeth Siddal, una de sus mayores musas y modelos, que posara como Ophelia.

Lizzie, tal y como se la conocía en su círculo más cercano, se sumergió, vestida, dentro de una bañera y adoptó la posición lánguida y de profunda tristeza que caracteriza a Ophelia al final de Hamlet. Cuando la llama de las velas que calentaban el agua se extinguió, ni Lizzie ni John hicieron nada: ambos continuaron (ella como intérprete, él como retratista) durante horas, hasta que se hubo completado el cuadro. El resultado fue la impactante obra que cuelga hoy de las paredes de la Tate Britain en Londres y un terrible constipado que estuvo a punto de costarle la vida a Siddal.

Rossetti, Dante Gabriel   La Ghirlandata   1871

Rossetti, Dante Gabriel La Ghirlandata 1871

La Ghirlandata, obra pintada por Dante Gabriel Rosetti en 1871.

CC

Esta anécdota sirve, por un lado, para mostrar el romanticismo extremo al que estaban dispuestos a llegar los prerrafaelitas para alcanzar el nivel de detalle, expresividad y emoción plasmado en sus obras. Por otro lado, vale para destacar el imprescindible papel que tuvieron las mujeres en el movimiento: tanto como musas de miradas enigmáticas y largas cabelleras pelirrojas, representadas hasta la saciedad sobre el lienzo, como artistas fundamentales que trabajaron codo a codo con sus compañeros, aunque con el paso del tiempo sus nombres hayan resonado menos que los de ellos. 

Elizabeth Siddal

Elizabeth Siddal

Dama colocando un banderín en la lanza de un caballero, obra pintada por Elizabeth Siddal en 1856.

CC

Pioneros de las vanguardias

Pese a que la Hermandad Prerrafaelita durara apenas un lustro como grupo constituido y el movimiento se disolviera poco después (dando paso, por ejemplo, al Arts & Crafts impulsado por William Morris), la gran influencia que ejerció sobre las corrientes artísticas posteriores ha hecho que algunos críticos lo consideren el primer movimiento de vanguardia, valorando la elección de sus temas y contenidos más que las formas. 

Es cierto que el cuestionamiento de la tradición que llevaron a cabo los prerrafaelitas fue mucho menos radical que el representado por las vanguardias que surgirían años más tarde, sin embargo, la revolución formal y estilística que significó el prerrafaelismo es innegable. De ahí que se les considere uno de los grupos más relevantes e icónicos de la era victoriana.

Si quieres conocer la historia del arte mejor que nadie, esta oportunidad es para ti. Suscríbete a la revista Historia National Geographic por solo 1€ al mes. Disfrutarás de acceso a la revista del mes y a los números anteriores en la web y en la app, una newsletter con contenido exclusivo e invitaciones a eventos solo para suscriptores. No lo dudes más, ¡únete hoy y da un paso más en historia!