El busto de Nefertiti, la reina más bella de Egipto

El busto de Nefertiti es junto a la máscara de su hijo Tutankamón la pieza de arte egipcio más icónica. Pero esta cabeza de piedra caliza policromada nunca fue concebida como una obra de arte o una joya, hasta el punto que no está acabada. Entonces, ¿por qué actualmente la consideramos una de las obras de arte más sobresalientes del Egipto faraónico? Junto a su esposo Tutmosis IV, la reina Nefertiti protagonizó uno de los periodos más fascinantes de la historia egipcia: el faraón revolucionó la religión de su reino instaurando un culto monoteísta a Atón, cambió su nombre por el de Akhenatón y fundó una nueva capital, Amarna. Su esposa principal, Nefertiti, jugó un papel político fundamental durante su reinado y de su legendaria belleza da cuenta este busto.

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El arte de Amarna

Nefertiti vivió en un periodo especialmente convulso de la historia de Egipto. Su esposo, el faraón Amenhotep IV adoptó el nombre de Akhenatón, estableció el culto al dios Atón y fundó una nueva capital en Amarna. El estilo artístico desarrollado durante esos años fue muy singular. Dejó atrás la tradición de milenios de representaciones hieráticas y las figuras del faraón y su familia comenzaron a representarse como figuras aparentemente deformes, de cabeza ovalada, vientre abultado y caderas anchas. Así aparece la familia real en esta escena, con el faraón, su esposa tras él y los hijos de la pareja, entre ellos el pequeño Tutankhaón, que tras morir su padre heredaría el trono, desharía la herejía y cambiaría su nombre por el de Tutankhamón.

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La bella reina

El busto de Nefertiti pesa 20 kilos y mide 48 centímetros. Fue realizado hace más de 3.000 años. Fue hallado en 1912 durante las excavaciones arqueológicas alemanas en Amarna por el arqueólo Ludwig Borchardt y actualmente se exhibe en el Neues Museum de Berlín. Se trata de una figura especialmente estilizada, sobre todo si la comparamos con las imágenes típicas del periodo. La reina hace honor a su nombre, puesto que Nefertiti significa "la bella ha llegado".

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Una pieza rara

El busto es un tipo de representación artística poco frecuente en el antiguo Egipto. Ello puede deberse a que es una representación "cortada" del individuo y en el Egipto faraónico era muy importante que las imágenes que las imágenes aparecieran completas e intactas. la mayoría están relacionadas con el culto o en un contexto funerario, como el busto de Tutankhamón niño sobre estas líneas hallado en su tumba. Representa al faraón como la encarnación del Sol al amanecer y es símbolo de resurrección y renacimiento.

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Perfecta simetría

No parece esta la función del busto de Nefertiti, ya que no fue ahallado en una tumba, sino en el taller del escultor que lo realizó, Tutmés. El busto de Nefertiti deja de lado las "excentricidades" del estilo de Amarna y retrata a la reina según un canon más clásico. El rostro de Nefertriti es estilizado y perfectamente simétrico. De no ser por las orejas, deterioradas por el paso del tiempo, sobre todo la izquierda, y por los ojos, su rostro podría partirse en dos mitades idénticas. Lo que para nosotros es una obra de arte, para los egipcios era un modelo para el retrato real, como las fotos del rey en los sellos. Así, la belleza ideal estaba también asociada a cualidades del buen gobierno.

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Facciones delicadas

Según Ludwig Borchardt, el busto es "la imagen estilizada, aunque completamente reconocible, de una persona específica con una fuerte personalidad". El núcleo de la escultura es de piedra caliza recubierta por una capa de yeso que permitió al escultor moldear delicadamente las facciones de la reina: pómulos marcados, nariz apuntada y labios carnosos. El color de la piel fue obtenido con un polvo fino de cal mezclado con tiza roja.

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cuello

Sin duda, la conservación de los colores originales es lo que hace el busto tan fascinante. Así describía Borchard el cuello: "Los músculos de la nuca y de los lados del cuello están tan delicadamente representados que uno se imagina verlos flexionarse bajo la delicada piel, que se presenta en un tono saludable".

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Mirada imperfecta

Al observarlo de cerca, salta a la vista la falta de un ojo en las órbitas del busto. El ojo derecho de la reina, está perfectamente silueteado con u iris y una pupila de cera de abeja teñida de negro, cubiertos con una fina pieza de cristal de roca pulida a modo de córnea. Pero la cuenca del ojo izquierdo está vacía. En un principio se creyó que el ojo se había perdido, pero hoy se tiende a pensar que se dejó deliberadamente inacabado porque al ser un modelo para futuras copias solo se necesitaba representar un ojo.

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Los símbolos del poder

La cabeza está adornada con los símbolos del poder egipcios. El tocado que luce Nefertiti es un modio azul, un sombrero o corona cilíndrica propio de algunas diosas relacionadas con la fecundidad. La reina asociaba su persona y su papel en el imperio a Tueris, diosa de la fertilidad, Anuket, de las cataratas del Nilo, o Mut, diosa madre egipcia.

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Amuleto protector

El adorno que se ha desprendido de la parte frontal del modio es el ureo, un amuleto en forma de cobra erguida. Se trataba e un emblema exclusivo de los faraones y su familia que representaba a la diosa Uadyet, símbolo del Bajo Egipto. La serpiente simboliza la resurrección y a la cobra se le otorgaba la característica de ser muy poderosa. Muchas joyas adoptaban la forma de divinidades y su función no era sólo ornamental, sino mágica y protectora. Sobre estas líneas, el ureo de oro y esmalte que llevaba el faraón Senwosret II (1842-1837 a. C.) en su corona.

Nefertiti Historia del arte Antiguo Egipto

Nefertiti, el busto de la reina más bella de Egipto