Características del pensamiento en la época helenística

El helenismo es la época de la cultura griega que se inicia con las conquistas de Alejandro Magno, que suponen la expansión de la cultura griega por todo el Mediterráneo oriental, Egipto y el antiguo Imperio persa, llegando hasta la India. Los cambios evidentemente no se produce de la noche a la mañana. Muchas de las novedades venían gestándose de antiguo. La crisis de las poleis griegas, era evidente desde el siglo IV. La cultura griega, en su conjunto, estaba en crisis desde hacía, al menos, un siglo y se había hecho problemática. El helenismo es una solución al problema.

La época helenística está claro cuando comienza pero no cuando acaba. Su fin, tradicionalmente, se ha considerado en torno al año 30 a.C., cuando Egipto queda incorporado al Imperio Romano. Pero desde un siglo antes el helenismo comienza a decaer por la presencia de Roma en el Mediterráneo.

Alejandro Magno, «fundador» del helenismo (Mosaico de Issos, Nápoles).

La época helenística tiene sus características propias que vamos a tratar de sintetizar. El primer rasgo es obvio; la enorme expansión de la cultura griega, con la lengua como vehículo y símbolo. La lengua y cultura griegas dejan de ser patrimonio de un pueblo o una raza para convertirse en instrumento de civilización y vínculo de unión entre pueblos muy diversos. Se convierte en lengua culta y lingua franca, hablada en Damasco, Babilonia y Alejandría. Es un griego internacional conocido como “lengua común”, más simple que los dialectos clásicos y sin muchas de sus peculiaridades.

Por otro lado, la vida del ciudadano cambia por completo. Las gentes se repliegan a la vida privada, conscientes de que la vida pública depende de fuerzas que no pueden controlar. Se produce una marcada tendencia al individualismo y la búsqueda de la felicidad personal; el ideal de autarquía se traslada de la ciudad al individuo.

Junto a la lengua se difunden también el arte, la literatura, la educación, la retórica, la religión, la filosofía. El arte griego, que llega hasta la India, adquiere desde luego modulaciones regionales. Las tragedias griegas se representan hasta en las cortes de los príncipes hindúes, pero la época de la tragedia ya ha pasado; la helenística es una cultura burguesa, a la que sientan mejor la “comedia nueva” y los poemas idílicos. La retórica sigue siendo el ideal de la educación, los reinos helenísticos se llenan de escuelas de retórica.

Monedas conmemorativas de Alejandro Magno en la India.

También la religión griega se difunde por el Mediterráneo y Oriente, pero en este terreno es más lo que se recibe que lo que se da. Las religiones orientales van ganando cada vez más adeptos, sobre todo entre las clases bajas y la adhesión a la religión tradicional se convierte en algo superficial, en lo que no se acaba de creer.

La filosofía sufre también una profunda transformación. Por un lado se desvincula de las ciencias y por otro tiende a ocupar el hueco dejado al debilitarse las creencias religiosas tradicionales, asumiendo al mismo tiempo algunas de las exigencias de salvación planteadas por las nuevas religiones orientales. El nuevo tipo de filósofo no es el socrático (buscador de la verdad) sino el del sabio dogmático, que conoce la verdad y predica con su ejemplo y palabra.

BIBLIOGRAFÍA

AAVV. Historia del pensamiento filosófico y científico. Antigüedad y Edad Media. 1ª Edición. Barcelona: Herder, 2010. pp. 203-206.

PADILLA MORENO, J. Historia del pensamiento antiguo y medieval. 1ª Edición. Madrid: CEF, 2016. pp. 92-95.

Deja un comentario