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Acechanza planetaria

por Haiman El Troudi
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Acechanza planetaria

¿Es posible sostener la vida a largo plazo y por consiguiente la salud del planeta?, ¿Cuáles son las amenazas reales que se ciernen sobre el globo terráqueo, bien de tipo naturales, extraterrestres o procedentes de la locomoción humana?, ¿Cuáles son los orígenes de las acechanzas que tienen en jaque el futuro de la especie?

Este material ofrece una rápida enumeración de las principales causas identificadas y los efectos derivados de la degradación terrestre, marco de comprensión necesario para esquematizar el compendio de iniciativas y acciones salvadoras por acometer a escala global.

La salvación del planeta demanda voluntad política universal, planificación de un esfuerzo civilizatorio conjunto y acción coordinada de toda la especie. El punto de partida, la conciencia mayoritaria de una humanidad movilizada y resuelta a evitar su extinción, como consecuencia del extractivismo y frenesí productivo que, desde los albores de la revolución industrial, acelera su ritmo para saciar un apetito consumista inducido por el metabolismo del mercado, pero no así para satisfacer las necesidades fundamentales de la población mundial.

Aceptar o no la teoría del Antropoceno no es relevante, sobran los debates científicos, la propaganda de las Corporaciones y gobiernos corresponsables del deterioro medioambiental, o la negación autoimpuesta de las mayorías sociales, lo cierto es que las huellas del hombre aparecen esparcidas por toda la escena de los continuos crímenes de agresión, ultraje, trato hostil, y lento asesinato de la Pachamama.

El origen de la acechanza: las causas

Acechanza planetaria

 

La estela de daños a la biósfera que va dejando a su paso nuestra especie no es menospreciable ni pasa desapercibida. Hemos comprometido los equilibrios de la unidad ecológica al poner en riesgo la vida de plantas y animales y deteriorar sus componentes abióticos (suelo, aire y agua). Una rápida mención de las actividades humanas que han contribuido al deterioro ambiental pudiera referir:

La incesante y creciente polución industrial; el vertimiento químico de residuos contaminantes sin tratamiento alguno; la quema de combustibles fósiles para fines energéticos; la ingente concentración de basura marina y el envenenamiento de océanos, lagos y ríos; la erosión y contaminación de los suelos por uso de agroquímicos, materiales tóxicos y por la expansión de las fronteras agrícolas; las emisiones del transporte basado en motores de combustión interna tanto en vehículos aéreos, terrestres como marinos; la tala indiscriminada y no controlada; la deforestación persistente de zonas vulnerables como cuencas de ríos y selvas ricas en biodiversidad; la sobreexplotación pesquera y la colosal cacería de animales llevados al límite de su extinción.

 

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También los usos inapropiados y no planificados de los suelos; la ganadería extensiva y la agricultura intensiva, la sobre empleada quema de praderas y la sustitución de bosques por pastizales; la cada vez mayor producción de basura y la incorrecta disposición de los desechos; la sobrepoblación, la expansión de las ciudades convertidas en megalópolis desenfrenadas que retienen el calor de la radiación solar y restringe la circulación del viento; la voraz demanda de materiales de construcción; la sobreexplotación y consumo excesivo y no equilibrado de recursos no renovables; la minería no controlada; el deterioro de hábitats naturales como consecuencias de represas u otras infraestructuras; la difusa y extendida contaminación radioactiva, sónica, lumínica, térmica y por desechos electrónicos en el planeta, la atmósfera y su espacio circundante.

Al listado puede añadirse, además, las emisiones domésticas, comerciales o industriales de gases efecto invernadero (Dióxido de carbono CO2, Metano CH4, Óxido nitroso N2O, Hidrofluorocarbonos HFC, Perfluorocarbonos PFC y Hexafluoruro de azufre SF6); el monocultivo de semillas transgénica que empobrecen los nutrientes del suelo; la no practicada cultura del reciclaje y reutilización; los conflictos bélicos por controlar riquezas naturales; los hábitos alimentarios regulados por patrones consumistas que aseguran los intereses del mercado; el reparto no equitativo de los recursos y riquezas planetarias y por derivación el egoísmo, la avaricia, la explotación humana y la pobreza.

En suma, casi todo el listado anterior puedes sintetizarse en dos vertientes: el extractivismo capitalista y el productivismo socialista.

Situación presenta de acechanza: los efectos

Acechanza planetaria

 

El legado de los últimos dos siglos de vorágine humana ha sido multiplicar los efectos devastadores sobre la salud medioambiental y pueden resumirse como sigue:

El cambio climático acreditado por el calentamiento de la temperatura global, consecuencia directa de los gases efecto invernaderos; la inversión térmica; la recurrencia de fenómenos meteorológicos extremos como huracanes, sequías, olas de frío y calor; la acidificación de océanos y su calentamiento; el deshielo de polos, el Himalaya y glaciares de cordilleras montañosas; el avance de los desiertos; los daños sobre la vida debido a la inusual sobreexposición a luz ultravioleta por el debilitamiento de la capa de ozono.

De igual forma la salinización de zonas costeras, la lenta y sostenida pérdida de ciudades, pueblos, islas y líneas costera a lo largo del mundo como consecuencia del aumento del nivel del mar; la alteración del régimen de lluvias; el cambio de los patrones de floración vegetal y la alteración de los sistemas de polinización por cuenta de insectos y pequeños animales cuya tasa poblacional se reduce aceleradamente; los efectos negativos sobre la salud respiratoria y ciertos tipos de cáncer; la cada más pronunciada escasez de recursos que supone crisis económicas, hambrunas y más pobreza acumulada, por consiguiente mayores tensiones sociales y propensión a desenlaces violentos.

 

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Entre las consecuencias del deterioro ambiental también debe sumarse la pérdida de biodiversidad animal y vegetal; la extinción de especies animales por sobreexplotación; el menoscabo del hábitat marino y terrestre que aseguran equilibrios ambientales (arrecifes de coral, manglares, bosque y selvas, llanuras, etc.); graves impactos sobre infraestructuras y economía regionales como resultado de grandes inundaciones o bien por sequías desencadenantes de incendios.

Otras secuelas: la proliferación de lluvias ácidas; la desertificación o pérdida de fertilidad de los suelos; el incremento de carencias de recursos básicos como el agua potable; la diseminación de insectos y microorganismo patógenos o vectores de enfermedades; el perjuicio de la salud de las personas por contaminantes químicos y metales pesados; la modificación de los sistemas ecológicos y el incremento de varamientos en playas de mamíferos marinos desorientados por la contaminación acústica; la muerte de peces por contaminación de las aguas con plásticos, también la acumulación de metales como mercurio, cobre, plomo y cadmio en peces o pesticidas en plantas que al no metabolizarse son transferidos por ingesta a millones de personas.

 

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Fotografía: EFE

 

La migración de especies debido a la contaminación lumínica o por el cambio climático y su asentamiento en zonas no habituales, convirtiéndolas en especies invasoras; las migraciones de millones de personas desplazadas por la carencia de recursos, por hambre o por guerras derivadas de las tensiones surgidas tras la alteración de sus entornos naturales; incremento de la pobreza y las desigualdades dado el agotamiento de recursos.

Países enteros condenados al subdesarrollo tras haber sido explotadas sus riquezas por grandes potencias, mismas a las cuales irónicamente adeudan impagables acreencias sobrevenidas del pillaje, injustas prerrogativas o saqueo impuesto por agresiones militares.

El anterior listado da cuenta de situaciones reales que están ocurriendo, conocerlas y sistematizarlas es el punto de partida para hacerles frente. Existen cursos de solución que permiten atender tanto las causas como los efectos de la crisis ambiental que amenaza la vida humana en el planeta. Es absolutamente necesario y urgente formular un Plan Global que recopile el legajo de las acciones salvadoras, y dicha acción estratégica demanda modos audaces y radicalmente opuestos a la tímida labor realizada hasta ahora por el conjunto de naciones del mundo. Sobre las acciones salvadoras y su viabilidad comentaremos más adelante.

 


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2 comentarios

DARSON JARAMILLO octubre 26, 2019 - 8:56 am

SE PODRÍA DECIR QUE EL SER HUMANO PUEDE SER EL CAUSANTE DE SU PROPIA EXTINCIÓN EN UN FUTURO NI CREANDO CAMPAÑAS DE CONCIENTIZACION SOBRE LOS DAÑOS QUE NO HACEMOS CON NUESTRAS ACCIONES

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richard diciembre 9, 2019 - 7:36 pm

«Nuestra querida, contaminada y ÚNICA nave espacial», y de paso, en esta no tenemos botes salvavidas.

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