EL AFAN
Había una vez un hombre que vivía afanado por la vida, no le gustaba hacer filas en los bancos, no le gustaba esperar, siempre miraba el reloj, conducía muy ligero, no tenía tiempo para hablar, su vida siempre iba de prisa incluso más que el reloj. Tenía una biblia en su auto y de vez en cuando, cuando estaba más afanado que ayer la biblia caía al suelo donde habla del afán pero el hombre vivía tan agitado que ni tiempo tenia para recogerla y leerla, así paso en varias ocasiones, apenas tenía tiempo para Dios, pues él decía para todo hay tiempo, pero el tiempo se iba rápido así que aprovechaba hacer todo afanado así avanzaba hacer todo y le sobraba tiempo aun así ese tiempo que le sobraba también estaba afanado, se levantaba muy temprano por la mañana para ir a trabajar. Pero una tarde camino por una carretera, un camión que venía de frente, venia sin freno, tocando bocina, pues el vagón iba de lado de la carretera llevándose todo a su paso, el hombre pego un frenazo, el auto giro y paro en el otro lado en la yerba, mientras el camión seguía llevándose todo a su paso. Esa tarde el hombre quería salir pero algo lo detenía, pero él no hacía caso a eso que lo detenía, así que se monto en su auto y arranco a las millas, al carro girar la biblia cayó al suelo haciendo un estruendoso ruido, tan estruendoso que él nunca lo había escuchado, ese sonido le robo su atención, el hombre aun respirando agitado, pasando el susto, tomo la biblia en sus manos y leía donde siempre caiga la biblia. Y el hombre comenzó a leer:
Mateo 6:25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; 29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. 30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. 34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal. También leyó Lucas 12:22 al 31.
De repente le vinieron a la memoria todo esos sucesos que había pasado que Dios lo detenía y el no prestaba atención, empezó a considerar la vida de otra manera. También leyó
Lucas 10:39 Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. 40 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. 41 Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. 42 Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.
El hombre mismo se decía Ramón, Ramón, afanado y turbado estas con muchas cosas, y el hombre no pudo aguantar las ganas de llorar y desde ese momento prosiguió su camino más tranquilo y relajado, pidiéndole perdón a Dios por las veces que lo ignoro sintió un peso que salió de sus espaldas, una carga que llevaba muy pesada, entonces el hombre siguió su vida tranquilo, en paz, practicando en fruto de la paciencia y todo le fue bien hasta que murió.
