Arañuela: el pequeño gran enemigo de la soja en tiempos secos

Su ataque se potencia en épocas secas, donde las altas temperaturas junto al viento son condiciones favorables para su rápida difusión. Pensar que luego de las lluvias desaparecerán es un grave error, ya que permanecen en el estrato inferior del cultivo. Su manejo no es difícil, pero hay que hacerlo a tiempo. Estrategias para su control y tratamiento químico.

Si bien, la Arañuela (Tetranychus uticae) es considerada una plaga secundaria, anteriormente se registraron focos de magnitud, que sumados a trips y mosca blanca, constituyen un complejo de especies minúsculas que alteran el estado sanitario del cultivo.

La familia Tetranychidae se destaca por reunir los ácaros plagas más importantes para la agricultura, y la especie Tetranychus urticae Koch, “arañuela roja” es considerada una de las de mayor importancia económica en el mundo.

Su ciclo se conforma por un estado de larva y dos estados de ninfas antes de alcanzar el estado adulto en 1-2 semanas, dependiendo de las temperaturas. Son muy pequeñas, miden entre 0,3 y 0,5 mm, y viven debajo de una fina tela que tejen en el envés de las hojas.  Las poblaciones de esta plaga pueden crecer rápidamente, las hembras pueden colocar hasta 300 huevos en 30 días. Tienen estiletes bucales con los cuales extraen jugos de las células y reducen su superficie fotosintética y la cantidad de clorofila en hojas infestadas, las cuales pierden agua acelerando su envejecimiento.

Las infestaciones tempranas pueden asociarse a la presencia de malezas huéspedes, cuyo control con herbicidas origina la migración posterior de la paga hacia la leguminosa.

Los daños

Cuando la población de ácaros se incrementa, los daños se manifiestan en cuatro etapas:

1°) las hojas adquieren tonalidad verde pálido, luego aparecen puntos pequeños de color amarillo.
2°) folíolos bronceados con áreas cloróticas.
3°) folíolos secos y con necrosis.
4°) caída de hojas.

Los ataques de esta plaga pueden causar inicialmente el amarillamiento de las hojas basales pero si el ataque se prolonga las mismas toman un color bronceado y mueren. Estudios señalan que en ataques severos el rendimiento puede disminuir hasta un 40%, cuando los ataques son tempranos y de corta duración, pero si el ataque se prolonga pueden causar daños totales. Además, provocan otras alteraciones: aceleran la madurez del cultivo y originan semillas anormales.

Detectando su presencia

Una vez más el monitoreo es la mejor herramienta para llegar a tiempo y realizar un buen control de la plaga. El reconocimiento del daño por ácaros debe efectuarse con precisión, dado que los síntomas pueden confundirse con lesiones por trips, enfermedades foliares, deficiencia de nutrientes o secuela por herbicidas. Por su tamaño y ubicación en el envés de las hojas resulta difícil verlos; considerando estos hábitos se recomienda usar una lupa de mano para detectar su presencia

La arañuela empieza en pequeños rodeos que se visualizan globalmente por una coloración más pálida en su inicio, coloración diferencial característica de rodeos con mayor nivel de ataque o presencia, en comparación al resto del lote.

Es muy común errar el diagnóstico creyendo que los efectos en el cultivo son pura y exclusivamente causados por la sequía. O pensar que como el área del problema es mínimo, con rodeos iníciales pequeños, no se justifica económicamente el control

Todo este escenario cambia dramáticamente cuando la persistencia de días secos con altos registros térmicos, ya que estas condiciones acentúan el desarrollo de la plaga, sumado a los vientos que favorecen la dispersión. Todo ello genera un crecimiento exponencial de su población y una rápida difusión de la plaga dentro y entre lotes. También será exponencial la rapidez del amarronado de las hojas, síntoma que indica un estado de la planta ya difícil de volver hacia atrás.

Para evaluar su abundancia no sólo debe considerarse el cultivo, sino también otras plantas hospederas, ya que la infestación inicial ocurre en los bordes de los lotes, o en áreas naturales que rodean a las cultivadas.

Cuando intervenir

Si se espera a que el lote tenga un ataque generalizado muy probablemente el estrés fisiológico de la planta de soja, producto de la seca y agravado considerablemente por las arañuelas, no pueda ser revertido por la planta. Al llegar a afectar el tercio medio de la planta, el síntoma de folíolos totalmente «amarronados» es irreversible.

El control de la arañuela no es difícil, pero hay que hacerlo a tiempo, antes que sus daños tengan consecuencias irreversibles

Hasta hoy no disponemos de niveles de daño económico en cultivos de soja, además de ser muy difícil el registro de la cantidad de individuos presentes de esta plaga en cada folíolo. Por suerte hay una manera práctica de manejo como referencia para la toma de una correcta decisión.

Las arañuelas van colonizando las plantas desde abajo hacia arriba. Mientras las colonias estén sólo en el tercio inferior no habrá necesidad de control. Pero si comienzan a encontrarse colonias de arañuelas en el tercio medio de la planta, y/o se detecta la formación de tela en sus folíolos, o síntomas iniciales de amarronado en el tercio inferior, será necesario la inmediata adopción de una alternativa eficiente para el control de esta plaga.

La presencia generalizada de arañuelas en el tercio medio de las plantas de soja, y peor aún en el tercio superior, estará indicando que el lote está “pasado”, lo que complica que un tratamiento químico evite el daño y su impacto económico. De encontrar huevos de arañuelas, perlados e individuales, conviene esperar unos días para aplicar cercano al nacimiento de la plaga.

Estrategia de control

Como primer paso es clave agregar un buen tensioactivo al caldo de aplicación, preferentemente siliconado. Usándolo en una dosis no inferior a la indicada en marbete. La importancia radica en la necesidad de reducir fuertemente la tensión superficial de las gotas de aplicación para que no queden retenidas del lado externo de la tela, mientras las arañuelas permanecen protegidas debajo.

Se recomienda que el caldo tenga también un antievaporante o un aceite, fundamental en aplicaciones diurnas en días calurosos. Las gotas deben estar «protegidas» tanto en aplicaciones aéreas como en terrestres.

Una de las alternativas de control más eficientes y de mayor residualidad es el abamectina, un activo insecticida y acaricida. Generalmente viene formulado en concentraciones del 1,8 por ciento y del 3,6 por ciento. La abamectina es un ingrediente activo de origen natural, perteneciente al grupo de las avermectinas, derivados macrocíclicos de la lactona con propiedades insecticidas, acaricidas y antihelmínticas. Otorga acción residual, ya que se retiene en el interior de las hojas, conservando su acción protectora. Actúa principalmente por ingestión, teniendo también actividad por contacto directo.

Otros activos como Clorpirifós o Dimetoato, generalmente en dosis de 600 cc/ha, son alternativas con buena acción sobre arañuelas, pero con limitado poder residual. En condiciones de cultivos de soja que estén «parados», fisiológicamente hablando, por efecto de una seca, conviene la elección del insecticida de acción translaminar antes que el de acción sistémica. Estos productos fosforados a la dosis mencionada muestran una residualidad no mayor a la semana en el caso del Clorpirifós, y no mayor a los 8-10 días en el caso del Dimetoato. Abamectina en cambio presenta algunos días más de residualidad.

Cómo retardar su entrada al lote
Inicialmente el grueso de las fuentes de infestación de arañuelas está en los bordes de los lotes (focos en cabeceras), también sobre malezas que son hospederas favorables existentes en el sector de alambrados, en banquinas o cunetas y costados de los caminos, así como en situaciones potencialmente más peligrosas cuando la soja linda con lotes de alfalfa y tréboles.

Ante tal situación, y sobre todo ante la presencia de condiciones predisponentes para su desarrollo y difusión, conviene realizar una aplicación sólo perimetral a los lotes de soja, tratando también de cubrir varios metros de su alrededor donde las arañuelas estén concentradas en sus circunstanciales hospederas. De no cambiar radicalmente las condiciones de estrés hídrico, repetir las aplicaciones perimetrales a la semana o diez días.

Esta estrategia preventiva puede permitir un importante ahorro de aplicación, además de proteger el normal desarrollo de la fauna benéfica dentro del lote.

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