Cerca de 450 millones de personas en todo el mundo padecen un trastorno mental o de la conducta. En Europa, la salud mental es una de las principales preocupaciosanes de salud pública en cuanto a prevalencia, carga de enfermedad y discapacidad. El aumento del consumo de psicofármacos es un reflejo de ello.

Según la última Encuesta Europea de Salud en España, del año 2020, entre los problemas de salud más frecuentes se encuentran la ansiedad y la depresión. Y los sistemas de salud todavía no han dado una respuesta adecuada a la carga de trastornos mentales.

El principal desafío es la adherencia al tratamiento. Y es que las tasas de incumplimiento en pacientes con problemas de salud mental varían amplia­mente del 20 al 70 por ciento según la metodología, población objetivo y definición del concepto de adherencia. Las tasas empeoran cuando la terapia se alarga en el tiempo (normalmente, tratamientos crónicos).

Una adherencia adecuada es esencial para una psicofarmacoterapia efectiva. Por ello, la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) ha lanzado el ‘Manual para la mejora de la adherencia en salud mental’, que ha elaborado junto a la Fundación Española de Farmacia Hospitalaria (FEFH), el Grupo de Trabajo de Neuropsiquiatría de la SEFH y el Grupo de Trabajo para la Adherencia de la SEFH.

La visión del paciente

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), una buena salud mental va más allá de la ausencia de trastornos mentales y la define como un “estado de bienestar en el cual la persona es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”.

La falta de adherencia es una barrera para lograr la salud mental. Según se expone en el documento, las consecuencias en pacientes psicóticos pueden ser muy graves, como riego de recaída y rehospitalización, mayor duración de la hospitalización y mayor riesgo de suicidio.

“Los tratamientos farmacológicos de los que disponemos actualmente para el manejo de los trastornos mentales son altamente eficaces para una gran parte de estos trastor­nos siendo, además, en su mayoría, tratamientos seguros y bien tolerados”, expone el manual. Sin embargo, de nada sirve tener los mejores tratamientos si no se implica a los pacientes y se les proporciona la información necesaria. Así, la comunicación eficaz es clave. Además de informar al paciente, se establece una relación de confianza entre él y el profesional.

De hecho, los pacientes demandan tener acceso a una información clara sobre su medicación, tal y como refleja el documento. Consideran fundamental saber los motivos de su tratamiento, así como los efectos esperados sobre la sintomatología. Asimismo, los pacientes reconocen que un buen cumplimiento de la pauta indicada pasa por un adecuado nivel de conciencia sobre su enfermedad.

Mejorar la adherencia en salud mental

En el ‘Manual para la mejora de la adherencia en salud mental’ se enumeran algunas claves para paliar este problema:

  • Individualizar la intervención: es imposible recomendar una intervención válida para todos los pacientes, ya que cada uno tiene sus circunstancias y necesidades. La causa de la falta de adherencia puede ser debida a muchos factores, por lo que toda intervención debe adaptarse a las difi­cultades específicas de cada uno.
  • Trabajar en equipos multidisciplinares: la prevención, detección y abordaje de la falta de adherencia requiere de la implicación y coordinación de todos los profesionales sanitarios.
  • Continuidad: es necesario revisar, de manera continuada, los conocimientos, la comprensión y las preocupaciones del paciente sobre los medicamentos, así como su opinión, ya que estos pueden cambiar con el paso del tiempo.
  • Tomar decisiones compartidas entre profesionales y pacientes: dotar al paciente de los conocimientos, habilidades y confianza necesarios para sentirse responsa­ble de su tratamiento y cuidados y potenciar su autonomía.
  • Fortalecer la relación entre el profesional y el paciente: esta relación debe estar basada en la confianza, generando un clima que permita al paciente transmitir los problemas que pueda tener en cuanto al cumplimiento del tratamiento.
  • No culpabilizar: reconocer, sin juzgar, que la falta de adherencia es habitual. La mayoría de los pacientes pueden mostrarse no adherentes en algún momento.

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