Es necesario recordar que la difusión de la cultura es una de las prioridades del actual Consejo Directivo Nacional de la Federación Mexicana de Charrería, que encabeza el ingeniero José Antonio Salcedo López.

El guía del Museo de la Charrería, don Humberto Carmona Cobo, es quien describe el tema de hoy.

El antecedente de la albarda, o silla de montar para la mujer, fue europeo e incluso a ellas les tenía prohibido montar a horcajadas (como lo hacen los varones), sobre todo en Inglaterra.

Se diseñó este tipo de silla y las damas debían montar de lado, es decir la pierna derecha arriba y la izquierda abajo, metiendo el pie en el estribo, que en España se le conoce a la amazona. Incluso se les ponía una especie de barandal para mayor sostenimiento.

Eran sillas de paseo, diseñadas para soportar el paso de la cabalgadura, pero no para galopar. La prohibición era tan estricta que, según se decía en aquellos tiempos, que se perdía la virginidad al montar a horcajadas.

Un mexicano tuvo visión y se las ingenió para transformarlas para hacer la silla de montar mexicana, naciendo ahí el antecedente de lo que hoy en día se conoce como albarda la que utilizan las escaramuzas.

Ese señor fue don Filemón Lepe, padre de Rosita Lepe, la primera Reina Nacional.

De Europa se heredó la manera de montar; don Filemón modificó el fuste, creció los cuernos y metió el tercer cuerno. Modificó los bastos de la montura charra y las arciones eran muy delgadas, al igual que el estribo, como en el albardón inglés o de salto.

El motivo de que los bastos fueran redondos y tan grandes fue para que el sudor no manchara los vestidos. Incluso en algunas pinturas se puede observar, aunque no se ve el tipo de albarda, se puede apreciar la aristocracia europea que van montando elegantemente, señoras con su sombrilla y ese el tipo de albarda que necesitaron.

Eso se puede ver en la visita gratuita al Museo de la Charrería en la capital del país, con recorridos grupales de lunes a viernes en horarios de 10:30 a 15:00 y de las 16:00 a 18:00 horas, en la esquina de Isabel La Católica y José María Izazaga.