El verdadero sucesor del McLaren F1 ya está aquí.

Gordon Murray, creador del McLaren F1 (para muchos el mejor deportivo de la historia), prometió que crearía el sucesor de ese coche icónico. Tenía que ser rápido, manual, lo menos asistido posible, tener un motor de giro rápido, el piloto debía ir en el medio, y sobre todo debía ser LIGERO como una pluma.

Dicho y hecho. Flirtea con los mil kilos de peso, monta un motor V12 3,9 atmosférico de 650cv que gira a más de 12000 rpm fabricado por Cosworth (similar al del Aston Martin Valkyrie), caja manual de 6 velocidades, dirección sin asistencia (solo conecta un pequeño motor a baja velocidad para maniobras de aparcamiento), tiene más de 300 litros de maletero, y como toque final, monta un extractor de aire gigante en la parte trasera para aumentar (o reducir) el downforce sin llenar el coche de alerones.

El puesto de conducción está tan adelantado, que por cuestiones estéticas (y aerodinámicas) ha tenido que eliminar los retrovisores. Explica que si en lugar de cámaras, hubiese usado retrovisores convencionales, los habría tenido que hacer enormes y muy adelantados, destruyendo totalmente la estética del coche, y penalizando la aerodinámica.

En resumen: el mismo concepto de coche que el F1, pero mejorando todo lo mejorable. Seguramente el último deportivo puro no-eléctrico de la historia. Fabricarán 100 unidades a un precio de 2,3 millones de euros por unidad (antes de impuestos)