Cura
analitica
y
transferencia
De
la
represión
a
la
desmentida
Norberto
C.
Marucco
rrortu
editores
4.
Crisis
de
la
adolescencia:
identificae
afecto.
Vivencias
de
vacío
y
plenitud
y
disct
ue
ue
cu
del
psic
vRS
Cr
ede
ma
Sin
duda
hay
una
relación
entre
los
dos
subtítulos
qué
se
refieren
vacioy
-plenitud:
ue
podemos
decir
crisi
la
identificación
y
el
afecto?
El
problema
de
la
identifñcación,
siendo
central
en
la
es
tructuración
del
psiquismo
y
en
l8s
expresiones
psicopatolá
gicas,
no
se
consolida
como
un
concepto
univoco,
mas
aun
su
abordaje
se
complejiza
y
se
torna
dificil
ubicado
en
ese
pe
riodo
del
desarrollo
psíquico
tan
tumultuoso
como
es
la
ado.
lescencia. La adolescencia es
un
periodo
vital
61gnado por
profundos
cambios
estructurales
que
pueden
devenir
en
pa-
i
ee
tología o ser fuente de decisivos cambios
individuales.
Cam-
bios
que
además trascienden el
campo
histórico-8ocial, en
tanto
el
adolescente
y
su
grupo
de
referencia
se
insertan
de
un
modo
peculiar
en
los
procesos
culturales
del
mundo
que
-
los
rodea.
Por
esta
razón
algunos
autores
sostienen
que
las
caracteristicas que adquiere la crisis de la
adolescencia
en
cada
tiempo
histórico
producen
marcados
efectos
sociales,
aun
cuando
no
puedan
definirse
inmediatamente
o
los efec.
tos
de
su
influencia
permanezcan
ocultos
o
silenciosos.
Pro-
bablemente
la
revisión
analítica
de
la
adolescencia
de
aque
llos
que
fueron
promotores
de
cambios
en
la
cultura
nos
aportaría
datos a
este
respecto.
Quiero
entonces
tratar
de
hacerles
conocer
loque
entien
rdo
por
«adolescencia-,
así
como
el
significado
de
«crisis»,
y
preguntarme,
y
preguntarles:
ipor
qué
el
análisis
de
adoles-
centes
habrá
alcanzado
una
entidad
propia
dentro
del
psico-
análisis?Es
la
adolescencia
un
estado
«analizable»,
como
diría
Octave
Mannoni,
o
es
un
proceso
evolutivo
que
tiene
Este
trabajo
fue
presentado
en
el
Vill
Congreso
Latinoamericano
de
Psiquiatría
Infantil
y
en
el
V
Congreso
Argentino
de
Psicopatologia
Infanto-Juvenil,
organizado
por
ASAPPIAy
la
Facultad
de
Psicolot
Universidad
de
Buenos
Aires,
que
sesionó
en
octubre
de
1001
me parece que a Urribarri no le gusta hablar de crisis
discurrir
con
toda
una
serie
de
conflictivas
inevitables
que
que
culminan
con
1a
adolescencia
(Winnicott)?
Si
bien
como
proceso
ede
considerar
como
un dempo
logico
de
reestructuración
del
psiquismo
en
ei
et
anun
papel
destacado
las
nue
ereencias,
los
mitos, y
los
nuevos 1deales (muchos
de
ellos
provenientes
del
contexto
cultural).
Con
una
amplia
gama de variantes,
suelen
senalarse
como expresiones de la
crisis
adolescente
1a
opos1cion
a
los
padres,
a
las
institucio-
nes
y, a
veces,
al
conjunto
mismo
de
la
sociedad;
es
necesa-
rio
aclarar
que
el
problema
no
radica
en
caracterizarla
para
aisuadirla
o
-dar
cauce
a
estas
actitudes,
sino
en
develar
que
representa
esa
rebeldia:
Es
esa
rebeldía
resultante
del
rebrote
pulsional
del
Edipo
en
la
adolescencia
(aparente,
en
tanto
el
naufragio
del
Edipo
en
el final del complejo
de
Edi-
po
podría
culminar,
si
se
reprimiera
hasta
su
ultuma
expre
sión
como
lo
sugiere
Freud
como
solución
ideal,
en
la
total
aniquilación
del
complejo
de
Edipo)?
La
adolescencia
es
un
|
momento
del
desarrollo
del
aparato
psiquico
en
el
que
se
hace
posible
denunciar,
como
testigo
y parte,
las imitaciones
de
deseos
ajenos
provenientes
de
la
identificación
y
que
la
compulsión
a
la
repetición
transforma
en
destino,
ante
las
cuales
la
rebeldía
es
una
manera
de
defenderse
(véanse
Do-
ra,
la
Gradiva).
La
adolescencia
es
una
circunstancia
de
la
cual
todos
adolecimos
alguna
vez.
Se
cristaliza
una
ruptura
generacio
nal
que
añade
a
los
efectos
del
complejo
de
Edipo
personal
un
mayor
distanciamiento
y
un
aumento
de
la
rebeldía
frente
al
padre
y
la
madre.
Sin
duda
esto
incluirá
la
temáti-
ca
del
narcisismo.
No
sólo
el
intrasubjetivo,
sino
también,
ntersubjetivamente,
el
narcisismo
de
los
padres
frente
al
crecimiento
de
los
hijos,
y
el
«narcisismo
de
la
cultura
con
Sus
idealesy
deseos
frente
a
la
familia.
No
se
me
escapa
que
tratar
en
profundidad,
en
el
período
ae
la
adolescencia,
las
identificaciones
y
afectos
en
relación
con
las
vivencias
de
vacío y plenitud, debería llevarnosa
ainar
toda
una
serie
de
cuestiones
como
la
anorexia,
las
aacciones,
las
conductas
antisociales,
los
grupos
adolescen
es,
las
primeras
experiencias
sexuales,
etc.;
pero
por
Es
ae
espacio
y
de
deseos
voy
a
concentrarme
mas
espetut
ente
en
el
tema
de
las
identificaciones.
Debemos
men-
OLar,
entre
la
variedad
de
características
que
las
dehnen,
se
la
puede
ubicar
temporalmente,
también
se
la
79
aquellas
que
provienen
de
lo
transgeneracional
y
tienen
que
ver
con
los
mito8
que
se
tstructra
tn
un
sujeto
cuyo
origen
se
encuentra
en
Eenerc
s
rs
previas:
las
identificaciones
primaras
tta
t
aeodcon
que
Freud
les
dio),
que
a
su
vez
cliisihque
en
pNsivas
y
activas,
7
bién
deberiamos
examinar
el
prot
que
se
plantea
cuando
la
jdenancacon
suprne
e
alectu,
osea
carga
de
objeto,
porque
en
ese
caso
suprine
umoien
la
posibilidad
del
recuerdo.
La
identilicaci0n
es
un
proceso
que
implica
que
el
yo
es
el
otro
pero
adenmas
muchos
otros).
Cuando
la
desidentificación
hace
consciente
la
idenuhcacion,
y
por
lo
tanto
impulsa
su
disolucion,
la
Vivenca
de
vacio
cobra
el
lu.
gar
de
una
angustia
mayor.
Sera
dificil
entender
que
en
es
te
pasaje
de
dejar
de
ser
sin
ser
todavia-
la
actitud
de
acer
camiento
odistanca
de
los
padres
respecto
del
adolescente
cobra
una
significatividad
esencial?
Cuanta
más
distancia
mantenga
la
familha
oon
el
adolescente,
y
lo
margine,
más
lo
llevará
a
buscar
en
el
grupo
una
representacion
de
algo
que
cubra
sus
carencias;
y
esto,
lejos
de
ayudarlo
a
ser
libre,
lo
conducira
a
caer
dominado
por
la
mistica
o
el
1anatismo.
Cuando
este pasaje se
da
más
armoniosamente,
aun
dentro
de
la
crisis,
posibilita
el
encuentro
de
objetos
contingentes,
para
que
exista
una
pulsion
de
vida
renovada
en
su
camino,
y esto lo
desatará
de
la
endogamia
y
permitirá
que
definiti:
vamente
Edipo
destrone
a Narciso.
También
se
hace necesario incluir
en
estas
consideracio
nes aquellas identificaciones e
ideales
provenientes
de
la
cultura,
que
cobran
primacía
cuando
los
padres
ceden
el
lu
gar
de
su
narcisismo
en
relación
con
los
hijos
y
se
niegan-
a
ser
objetos
de
identificación.
En
este
punto
vuelvo
a
repetir
que
es
la
coexistencia
de
la
elección
de
objeto
con
la
ident
thcacion
lo
que
permite
abandonar
esos
objetos
conservanao
parte
de
su
historia.
Identificación
diferente
de
la
identnca
ción
melancólica
en
la
que,
frente
a
la
pérdida
del
objeto
ae
amor,
se
produce
un
vaciamiento
libidinoso
y
el
yo
tiendea
Seguir
el
destino
del
objeto.
En
relación
con
la
identiicacio
de
Tam.
CO
Su
id
CI
8e
desarrolle
de
modo
tol
ante
que
la
vida
pulsio*
a que
permita
el
sentimiento
0e
pertenenca
socio-cultural
sin
avasallar
los
deseos
prop
En
cuanto
a
lo
transgeneracional:
el
pasaje
de
una
ge
ración
a
la
siguiente
conlleva
el
cambio
de
algunos
valore
ideales
asi
como
la
permanencia
de
otros.
Aquí
se
abre
u"
80
omo
entre
Ecili
y
Cantxiis,
corTeria
sinuoO
mito
La
etapa
de
la
adolescencia
poira
transaro
enen
de
maneri
vi,
ibrando
pros
Cli
podra
inevitabiee
cntestaturia
de
a
deeos
ccidet
vivaz,
sembriando
proyectos
y
deseos
progpios,
w
muda,
silencio
COn
una
Nensaci
Cerlo
de
ma-
eos
deales
y proyec-
intenten
mpxoneele,
o
podrá
hacerlo
de
ma
do
el
yo
se
Asume
como
rt
tud-
apa-
pera
ando
el
yo
se
asunne
como
Portavoz
de
una
historia
ente
ada,
que
a
traves
de
la
compulsión
a
la
repeticiÓn
de
Clad
ica
do
la
or
lo
el
lu.
encubre
el
nivana
e
la
talua
de
deseos
a
repetición
seudo
proytws
yue
deberian
cumplirse
expresa
en
Situaco
catorios
y
del
afecto,
generadora
de
un
autent-
i
Situacon
que
no
ts
Ouri
que
la
de
la
congelo
"destno.
oesos
identificatorioS
y
del
afecto,
gener
0n
de
los
pro.
A
e l
ovacio
de
ser.
ps"
c
que
pueda
resultar,
para
que
esto
no
Ocurr,
ti
escene
debera
un
día
-alejarse
de
casa
de
sus
paares
en
ese
alemiento
renunciará-
a
as
primeras
elecciones
objetales
y
las
transformará-
en
identificaciones.
i
nego
s
que
as
identiicaciones
y
el
duelo
por
el
alejamiento
de
l0s
prmeros
obyetos
se
hicieran
e
manera
patológica
y
fueran
vividos
como
una
auténtica
irtida
de
la
familia,
de
los
padres,
con
lo
cunl
la
identifica-
ción
quedaria
desprovIsta
de
alecto.
l
alecto
está
ligado
a
las
cargas
de
objeto
pulsionales.
LA
1dentiicación
tiene
que
er
con
el
yo
y
el
narcisismo.
Por
eso
el
adolescente
deberá
ograr
hacer
coexistir
la
identificación
con
la
carga
de
objeto
la
relación
objetal;
de
tal
manera
que
se
genere
un
proceso
identificatorio
que
no
necesariamente
implique
frente
a
la
pértida
de
objeto
la
vivencia
de
vacío.
La
identificación
per-
mitirá
al
adolescente
alejarse
de
los
padres
en
determi
ado
momento
sin
temer
a
la
sensación
de
vacío
y
soledad
que
significaría
su
pérdida; y al
mismo
tiempo, el
man-
teaimiento
de
la
relación
objetal
evitaria
que
la
identifica-
Cin
se
haga
totalizante
o
totalitaria.
En
este
interjuego,
*
ue
es
crisis
y
desarrollo,
el
adolescente
vivenciará,
sin
du-
,DOmentos
de
vacio
ante
la pérdida
de
ciertos
ideales
que
a ese
momento
lo
regían
(el
padre
serå
uno
mas
en
esa
y
también
la
madre dejará de ser aquel objeto
de
amor
ado,y
momentos
de
plenitud.
Ante
la
frustracion
de
do
que
empieza
a ser distinto para
él,
podrá tender
E
recuperar
aquella
sensación
de
plenitud
que
10
d
nSu
narcisismo,
a
través
de
la
apropiacion
ae
dogaroCesOs
identificatorios
que
lo
llevarían
de
la
en-
amlar
a
una
endogamia
de
grupos,
de
masas
o
es
acer.
ente
incia
aa8 lo
que
e,
lo
o,
ntro
ntes,
nino,
initu
acio
lel
la
l
lu-
petir
ent
ndo
fica
o
de
de
a
cion
ISI0
o
de
10S.
ene
ese
un
81
de
religiones,
que
le
permitan
vivir
en
e
terreno
lusion
en
lugar
de
aceptar
la
~miseerna-
cultural
dent
de
ue
neurosi
través
del
mecanismo
de
desaenuncacion,
se
recone
narcisismo
ajeno
yesto
evaa
un
cutonmiento
de
l
Sur
y
las
identuhcacione
que,
a
traves
e
eeanismo
de
expresa
como
un
reconocimientoyo
y
10
que
crei
Ot
era-.
Momento
de
vacio,
de
preciprc,
utontera
entre
desidentiicacion,
pAsah
a
ser
consclentes.
E.sa
concienci
que
P"
dependencia
y
la
independencia,
entre
la
repetición
v
creación,
y
en
algunos
casos
entre
la
muerte
y
la
vida.
Pro
Pro.
ceso
dificil
y
critico
en
el
cual
el
adolescente
tendrá
que
r
der
reencontrar
en
un
nuevo
espejo
el
renego
ae
una
identi,
je
po
El
analis1s
de
un
adolescente
cuando
vvencia
esa
sensa.
cion
de
vacío,
de
pérdida
de
ser,
esta
angusua
maxima-,
re
vela
una
situación
paradojal:
la
reoelala
uepreserva
de
pertenecerle
a
otro
lo
coloca
a
su
vez
antee
miedo
al
desam
paro.
Si
el
anaista
establece
una
ananat
co
loS
padres
y
con
la
cultura,
colocará
al
adolescente
en
un
dilema
entre
la
rebeldia
y
la
vivencia
de
vacio
o
la
aceptaci0n,
y
una
aparen.
te
plenitud
que
sera
en
verdad
esclavitud.
Esta
ültima
ac.
titud
puede
desembocar
en
irrupeiones
psicoticas,
en
neuro
sis
obsesivas
graves,
etc.,
mientras
que
la
primera
puede
hacerlo
en
actitudes
suicidas,
o
ncluso
llegar
al
ntento
sui-
cida
mismo.
El
adolescente
se
rebelara
tambien
contra
su
analista,
pero
el
temor
a
la
pérdida
de
su
amor
lo
llevará
a
pedir
tambien
su
compasión.
Si
el
analista
se
la
otorga,
aplastará
con
su
intlujo
la
hbertad
del
deseo
del
adolescen
te, tal
como
lo
hicieron
sus
padres
en
la
infancia.
El
analista
deberá
hacer
sentir
a
su
paciente
que
existe
algo
que
lo
sos
iene
para
que
pueda
abandonar
sus
antiguas
identificacio
nes
hasta
encontrar
un
proyecto
propio
para
su
vida.
Mo
mento
clave
en
que
el
analista
deberá
evitar
identificar
al
paciente
con
él
prestándosele
como
objeto, y a
su
vez
ser
identificado
por
este
para
posibilitar,
en
una
nueva
puesta
en
crisis, una renovación
de
identificaciones
y
valores.
El
descubrimiento,
que
será
constante
e
interminable,
se
ex
dad
definida
y
lo
mas
propla
pSIDE
presara
en
cierta
pregunta:
cómo
es
posible
que
yo
actuara
ast?
La
toma
de
conciencia
no
implicará
la
certeza
de
lo
gue
Se
-es,
Sino
de
lo
que
se
-fue-,
lo
que
se
quiso
ser,
lo
que
ue
parte
de
mismo
y
termina
mostrando
lo
imposible:
ser
82
arolongación
del
oro,
viwir
en
tunción
del
otro.
Momento
de
onciencia
del
"exuranero
que
uno
fue
y
de
atisbo
de
una
nueva
organización
de
deseoS
y
afectos
que
le
sean
propios.
urge
aquí
entonces
una
compleja
problematica
que
atañe
a
la
filiación
paterha,
a
l05
Orgenes,
y
que
a
su
vez
apunta
al
orvenir,
a
cuales
van
a
serreaumene
lOs
propios
proyectos.
Si
bien
cada
una
de
estas
desidentificaciones
(re
niento
de
la
idenuncacton
por
un
lado
parece
hacer
desa-
arecer
al
objeto,
a
8u
vez
lo
1dentihca
como
un
sedimento
en
el
yo,
transtorinandose
en
el
caracter
de
este.
No
es
po-
sible
producir
la
desidentificación,
la
renuncia
a
un
objeto,
sino
a
través
de
su
identilicacion
en
el
yo,
configurando
de
esta
manera
lo
que
seria
su
caracter.
Cuando
en
lugar
de
producirse
este
proceso
de
desidentuicacion
se
produce
un
refuerzo
de
la
identificación
con
el
otro,
el
sujeto
quedará
condenado
de
por
vida
a
buscar
su
ser
en
el
ser
del
otro,
ilu-
sionado
con
hallar
en
ello,
por
in,
aquella
anhelada
sensa-
ción
de
completud,
al
mismo
uempo
que
vivira
constante
mente
amenazado
por
el
vacio
que
le
provocaria
la
perdida
de
ese
otro,0
por
la
vivencia
siniestra
de
ir
transformnándose
progresiuamente
en
el
otro.
ocurTe
con
los
atectos?
Cuando
se
produce
la
desi
dentificacion,
surgen atectos expresados
como
sensaciones
de
angustia,
de
miedo,
de
dolor,
de
desconcierto,
pero
el
he
cho de
que
el
objeto
subsista a través
de
identificaciones
parciales proporciona un
resguardo
ante
la
vivencia
de
va-
Cao
que
ocaS1Onaria
su
perdida,y
a
su
vez
permite
Suplantar
estas
identificaciones
por
otras
que
posibilitan
la
eleción
de.
objeto.
Cuando
la
desidentificación
no
se
produce,
existe
una
aparente
sensación
de
plenitud
anclada
en
la
fusión
de
la
identificación
con
el
otro,
que
en
realidad
transtorma
a
sujeto
en
un
ser
vacío
de
afecto.
Esto
explicaría
que
hayas
personas
que
acudan
a
nuestros
consultorios,
no
por
el
pa-
decimiento
que
les
ocasiona
querer
y
no
sentirse
queridas,
Sino
por
sentir
que
no
pueden
querer
Entonces,
la
crisis de
la
adolescencia es
un
momento
eps
en
la
estructuración
psíquica
que
marca
una
nue
tructuración
del
Edipo,
al
salir
de
la
latencia,
e
implica
derote
pulsional,
generando
la
primacía
de
la
sexualj
enita.
Una
nueva
luz
roja
como
barrera
del
lnces
por
el
superyó,
y a
su
vez
una
luz
verde,
gue
pro-
dela
misma
fuente,
hacia
el
encuentro
de
un
objeto
reconocl
83
Ved
ohibi.
del
periodo
de
latencia,
instauranao
ua
ley
por
la
cual
.
exuaidad
endogámica
será
prohibida,
pero
cuya
proh
Cion
condicionará
el
surgimiento
del
deseo
exogamico.
Considero
que
toda
la
problemauca
de
la
identificac
ael
alecto,
y
de
la
sensación
de
vacioy
plenitud
en
la
adol.
te
te
exogámico.
Será
entonces
el
superyo
quien
levante
la
verl.
min
(aq
con
ado
cencia,
tiene
estrecha
relación
con
el
tema
de
la
pareja
areja
y
salida
a
la
exogamia,
la
posibilidad
de
tormar
una
parei
aun
de
proyectarla
en
una
nueva
Iamina
marcan
un
punto
una
central
en
la
salida
de
la
adolescencia.
La
formación
de
con
la
Jas
da
e
situa
pareja
posibilitará
la
coexistenca
de
la
identificación
Con
elección
objetal.
Mientras
la
iaencecun
ervira
como
de
fensa
frente
al
temor
a
la
perdida,
la
eleceión
objetal
res
guardará
de
la
alienación
en
esa
1denihicación.
Pero
tam.
bién
la
elección
de
pareja
puede
consutue
en
un
retor.
no.
Cuando
se
elige
un
objeto
amoroso
que
se
adecua
al
ideal
proveniente
de
identificaciones
totalitarias,
el
indivi.
duo
ofrendará
su
libertad
de
amar
irente
a
la
angustia
del
no-ser.
Heconocer
la
existencia
del
amor
(carga
de
objeto)
a
través
del
afecto
expresado
en
la
sexualidad,
la
amistad,
la
ternura,
implica
constituir
un
vinculo
en
el
que
coexisten
la
elección de objeto y
la
identificación
«limitada»
con
el
objeto
en
C
una
de
«
enc
ves
tud,
na
y
de a
tern
de
ter
que-
Par
que
resguarda
del
desamparo
por
su
pérdid
La
identifica-
ción
limitada-
implica
una
renuncia
a
la
ilusión
de
comple
que
e
tud.
O
sea,
a
la
vez
que
la
carga
de
objeto
constituye
un
re
aseguro
para
que
la
identificación
no
pueda
hacerse
totali-
taria, la identificación
protegerá
de
la
esclavitud
amorosaa
pern
mo
t
fanta
un ideal puesto
en
el
Otro
(vivencia
de
plenitud»
que
termi
na
en
servidumbre
amorosa
y
en
autodestrucción).
mita
tradc
EI
vacio
y
la
plenitud
serán
necesariamente
experien
Clas
conexas.
El
vacio
será
una
especie
de
reconocimiento
de
la
nada
que
abrirá el
camino al
encuentro
de
un
nuevo
ou
jeto
en
el
amanecer
de
la
reestructuración del
psiquismo,
la
sensación
de
plenitud,
en
la
medida
en
que
estará
ligau
a
las
vicisitudes
de
los
procesos
de
identificación,
dejara
so
a
los
placeres
e
infortunios
de
una
vida
común.
El
ps
analisis
puede
ayudara
un
individuo
a
salir
de
la
mis
neurótica
(que
sería
la
ilusión
de
completud)
para
qu
infortunios
de
la
vida,
con
sus
momentos
de
cau
ver
gustia,
le
ofrezcan
continuamente
la
posibilidad
de
anal
sien
por
u
empezar.
En
palabras
de
Leclaire:
es
necesario
mue
a
ex
olv
niño,
representante
narcisista
primario;
aunque
*
ar
mue
84
tenga
que
suceder
una
y
otra
vez,
porque
nunca
se
ter-
mina
de
matar
esa uston,
ia
usion
de
que
no
existan
crisis
/aguella
tendencla
nirvanica.
ros,
la
sexualidad,
genera
conflictos,
pero
representa
la
lucha,
lo
que
late
tumultuoso,
adolescente,
vivo.
La
crisis
de
la
aaolescencla avisora,
reproduce,
sin
duda,
+-
las
continuas
situces
de
c1s1S
que
se
van
a
dar
en
la
vi
a
en
sus
distin
tos
momentos
y
aspectos.
La
vida
renueva
ituaciones
en
las
que
necesariamente
se
vuelven
a
poner
en
cuestionamien
esas
estructuras,
y
quiza
ante
cada
una
de
ellas
haya
que
pasar
por
aquella
vivencia
de
vacío,
de
«nada,
para
aavenir
un
nuevo
hombre;
y
atravesar
la
encrucijada
en
la
que
aquel
ideal
de
hallar
la
plenitud
a
tra-
vés
de
un
objeto
amoroso
total
puede
conducir
a
la
esclavi-
tud, o
advenir
en
una
relacion
amorosa
enriquecedora,
ple-
na
y
completa.
Por último,
desearia
relacionar
este
tema
con
el
del
final
de
análisis.
Todos
los
análisis
en
algún
momento
deberán
terminar. Los finales
de
análisis
reactualizan
crisis
como
la
de la
adolescencia.
Se
dice
que
no
es
deseable
que
el
análisis
termine
en
una
identificación con el
analista
pero
ocurre
que
no toda identificación
implica
la
idealización
de
este.
Para
que
pueda
darse
un
fin
de
anaisis,
n0
sería
necesario
que
existan
identificaciones
limitadas»
con
el
analista,
que
permitan el
alejamiento
de
este
sin
sentirse
vacío; y
al
mis-
mo
tiempo,
que
la
relación
de
objeto
tenga
un
límite
en
su
fantasía
de plenitud omnipotente
en
las
identificaciones
li
mitadas»
que
hacen
que
el
objeto
quede,
en
cierto
modo,
cas-
trado? El
análisis
terminará
en
una
castración
simbólica:
el
analista
será
en
parte
una
identificación
y,
en
parte,
seguirá
Siendo
un
objeto
de
deseo,
aun
cuando
esté
representado
por
uin
fetiche
virtual
como
condición
de
un
nuevo
amor.
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