Aunque no siempre se nos advierte, hay ciertos medicamentos y cremas que absorben los rayos solares y los retienen: es lo que se conoce como medicamentos fotosensibles. Ya sea por vía oral o aplicado sobre la piel, su ingesta y posterior exposición al sol pueden acarrear problemas de salud, sobre todo problemas en la piel.

Es de suponer que al prescribir los medicamentos fotosensibles el profesional sanitario advertirá de los problemas que se podrán sufrir si se mezcla la medicación con la toma de sol. Pero el poco tiempo con el que cuentan por consulta e incluso la suposición de que el paciente no se “tumbará al sol”, hacen que no siempre se avise de los posibles problemas. Son muchos los pacientes que acuden con lesiones en la piel y manifiestan que nadie les había avisado de esos efectos secundarios producidos por los medicamentos fotosensibles.

Reacciones a los medicamentos fotosensibles

Como suele pasar con muchas otras cosas, las reacciones negativas a los medicamentos fotosensibles pueden variar dependiendo de cada persona y cada tipo de piel. Lo más normal es que aparezcan placas rojas acompañadas de escozor o picor en las zonas más sensibles al sol, como pueden ser los dorsos de los brazos, el escote o la cara. En caso de que se produzca una reacción más grave se puede llegar al punto de que aparezcan malestar general, ampollas o vesículas.

En verano es habitual que se multiplique el número de pacientes que acuden a las consultas de los profesionales sanitarios por casos de lesiones provocadas por el sol y la toma de medicamentos fotosensibles. En cambio, los expertos avisan que también hay muchas personas que ni siquiera llegan a darse cuenta de cual es la verdadera causa de su problema. Lo que sí se sabe es que los medicamentos fotosensibles que más problemas acarrean son los antiinflamatorios y los antibióticos, aunque no todos los que están enmarcados dentro de estos dos grupos van a ocasionar problemas.

Medicamentos fotosensibles: lo mejor es prevenir

El primer consejo es el más evidente, en la medida de lo posible hay que intentar sustituir los medicamentos fotosensibles por otros que no tengan estos efectos secundarios, pero recuerda que esto siempre se debe dar bajo prescripción del médico. En el caso de que no sea posible su sustitución, el paciente debe proseguir con el mismo tratamiento ya que su abandono puede tener peores consecuencias que la exposición al sol.

Las personas que estén bajo medicación fotosensible deben ser aún más conscientes de que durante las horas centrales del día es importante no estar expuestos al sol, ya que son las horas en las que la radiación solar llegan con más potencia. Además tampoco es aconsejable pasar mucho tiempo bajo la influencia de sus rayos y se recomienda el uso de prendas de vestir que cubran de manera efectiva las zonas más sensibles del cuerpo, y de protección solar muy alta.

En caso de que no se haya podido evitar la lesión solar de la piel por culpa de los medicamentos fotosensibles es de vital importancia acudir lo antes posible a la consulta del dermatólogo para que determine cuál ha sido el problema y el tratamiento adecuado para tratarlo. Lo más seguro es que te aconseje el uso de cremas emolientes sin perfumes y algún tratamiento antiiinflamatorio a base de corticoides, pero recuerda que siempre debe ser el profesional sanitario quién indique el tratamiento a seguir.


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