El almizcle: una nota de limpieza en la perfumería

El almizcle es reconfortante, como una humeante taza caliente entre las manos o una manta en invierno mientras leemos.
Almizcle
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Es difícil encontrar a alguien que no quede conquistada al instante por los perfumes con almizcle. Incluso aunque nunca hayas escuchado hablar de este acorde, probablemente habrás tenido una fragancia que lo incluya alguna vez en tu vida. Lo distinguirás porque, al vaporizarlo sobre tu piel, habrás pronunciado la siguiente frase: “huele a limpio”. No falla, la palabra limpieza siempre aparece cuando tratamos de describirlo. Y ternura. Y luminosidad. O las comparaciones con una caricia, ropa tendida al sol o un jersey suave. Sin duda, es uno de los aromas más reconfortantes que conocemos. No es dulce, pero sí delicado, de alma amaderada pero sutil. Sencillo, pero al mismo tiempo, misterioso. Cálido, pero no pesado ni agobiante. Es, simplemente, perfecto.

Orígenes del amizcle

Si bien como explican desde Isolée en el pasado era extraído de los ciervos almizcleros, “hoy en día el uso del almizcle natural está prohibido en perfumería desde 1973. Las moléculas sintéticas diseñadas para sustituirlo aparecieron a finales del siglo XIX, por lo que existe una amplia selección de notas almizcladas con una paleta olfativa que va desde las facetas afrutadas, hasta las amaderadas y las animales”.

Antiguamente, era utilizado para realizar jabones, inciensos, champús, perfumes para el hogar e incluso como remedio médico en China y en India, para repeler a los supuestos espíritus oscuros causantes de ciertas enfermedades. Dicen incluso que persas y árabes lo utilizaban para perfumarse la barba y que era muy codiciado entre las clases altas.

¿Por qué nos gusta tanto?

Explicar por qué nos gusta un perfume es complejo, pero en este caso la tarea no resulta tan ardua. El almizcle es reconfortante, como una humeante taza caliente entre las manos, una manta en invierno mientras leemos o el primer baño en el mar del verano. Resulta cremoso, pero no empalaga y aunque no podríamos ponerla la etiqueta de acorde fresco, como haríamos con los cítricos, ni dulce, como con las flores, es a la vez ambas cosas y ninguna. O la mezcla de ambas, suavizada y mejorada.

Además, el almizcle es lo que los especialistas llaman un “ingrediente fijador”, es decir, que promueve la durabilidad y permanencia de la fragancia. Por lo tanto, si buscas un perfume que dure horas y se grabe a fuego en tu piel, deberías buscarlo entre sus ingredientes.

Cuatro perfumes que son la representación nata del almizcle:

Pure Musc de Narciso Rodriguez

El perfume de almizcle por excelencia, de la firma que más y mejor emplea esta nota. Digamos que es la seña de identidad de todas sus fragancias, que destacan por una limpieza y una sensación de calidez y bienestar como pocas otras. En este caso, se unen a la fiesta las flores blancas y un fondo de cachemira que fomentan la pureza de este ingrediente.

Molecule 01 de Escentric Molecules

Dicen de él que es un perfume mágico, que es como no llevar nada y de pronto sentir una caricia de aroma o que parece simular las feromonas del propio cuerpo. Sin duda, es toda una revolución y no puede faltar en la colección de una amante de las fragancias particulares. Almizclado, floral y leñoso, es unisex y conquista a todo el mundo por igual.

Aqua Universalis de Maison Francis Kurkdjian

La sensación de ropa limpia y de ternura se desata entre sus notas de bergamota de Calabria, cidra de Sicilia, un buqué de flores blancas como el lirio de los valles y las maderas claras y almizcladas. Siempre apetece llevarlo.

Another 13 de Le Labo

La elegancia y la sencillez son la base de su aroma, que apuesta por el ambroxyde, un almizcle sintético de origen animal, mezclado con toques de jazmín y musgo, para volverlo luminoso e irresistible. Es tan deseable como un jersey blanco suave y recién secado al sol.


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