Cómo preparar almácigos de verduras

Por Ángela Sáenz

Con el fin del invierno en vista, es tiempo de prepararse para la temporada de siembra de nuestras huertas. Una cuidadosa elección de semilla y la planificación de su siembra son los primeros pasos para una buena cosecha.

¿Siembra directa o con almácigos?

Considere las plantas que desea sembrar y realice un planeamiento cuidadoso, ya que algunas verduras deben sembrarse al principio de la primavera, mientras otras requieren temperaturas ambientales más cálidas. Entre los cultivos que se pueden sembrar a partir de mediados de marzo directamente en el suelo se encuentran ajo, lechuga, arvejas, papa, rábano, espinaca, y nabos (ver este calendario de siembra). Sin embargo, en algunas ocasiones, la siembra de plantas establecidas, y con hojas y raíces parcialmente desarrolladas puede ser muy ventajoso.

¿Cuándo es mejor plantar almácigos?

Existen varias razones por las cuales plantar plantas ya establecidas es de utilidad. Primero, la preparación de almácigos o plantines avanza el momento de cosecha, ya que las plantas empiezan su desarrollo antes de la siembra en campo. Esto protege las primeras etapas de desarrollo de heladas nocturnas, lluvias y plagas como aves o animales pequeños, lo cual aumenta la probabilidad de éxito en la cosecha. En caso de utilizar una variedad de verdura costosa o un híbrido, la creación de un almácigo asegura su emergencia y establecimiento, ayudando a no perder la inversión que hicimos en esas semillas especiales. Además, cuando las semillas son muy pequeñas y tienen un bajo índice de germinación, la producción de almácigos o plantines nos ayuda a mejorar nuestros cuidados y a aumentar la tasa de éxito.

Plántulas de pepino. Foto: P. Smagin.

¿Qué se necesita para preparar almácigos?

Para preparar un almácigo se necesitan varios insumos: semilla de calidad, sustrato y contenedores o bandejas de germinación. Hablemos de las semillas: la elección de la variedad depende del espacio de siembra, la cantidad de luz disponible y la arquitectura de la planta (compactas, rastreras, con necesidad de amarre), lo cual es importante si las plantas se van a combinar con otras verduras. Otra consideración es la resistencia o tolerancia a enfermedades, así como la calidad o la apariencia del fruto u hoja.

Otro punto a considerar es la elección del sustrato: materiales comerciales como perlita, vermiculita, turba o tierra de siembra se encuentran disponibles para este fin. También es posible confeccionar nuestro propio sustrato. Por ejemplo, una combinación de proporciones iguales de arena, lombricompost (compost obtenido por lumbricultura) y tierra puede asegurar que se dé un buen drenaje y se proporcionen los minerales necesarios para el desarrollo temprano de nuestras plantas. En todos los casos, es importante tamizar el sustrato para evitar que pedazos grandes de material estén presenten y dañen a las raíces.

Perlita. Foto: D. Amith.

Los contenedores o bandejas de siembra deben seleccionarse de acuerdo al tamaño de la semilla. Se pueden reutilizar contenedores plásticos de desecho como recipientes de comida o cartones de huevos con orificios para asegurar un buen drenaje, o se pueden adquirir bandejas de germinación con múltiples celdas. Estas últimas son ideales, ya que se utiliza una celda por semilla, asegurando que las raíces de la planta en cuestión queden intactas una vez removidas de la celda.

¿Cómo preparar y ocuparse de los almácigos?

La profundidad de siembra es sumamente importante para una buena germinación. Semillas muy pequeñas requieren de una siembra superficial, mientras que otras semillas requieren de una profundidad aproximada de dos a tres veces su grosor. Además, dependiendo de la planta pueden colocarse una o varias semillas en la misma celda y realizar un raleo de las plántulas más débiles una vez que hayan germinado. Después de esparcir las semillas, cuidadosamente cubra la semilla con el sustrato y riegue utilizando un aspersor de agua para evitar excesos de agua y que la semilla se mueva. El sustrato debe mantenerse húmedo, por lo que es importante revisarlo un par de veces al día.

Se debe también evitar la luz directa y el calor o frío excesivo. En los primeros días o semanas, puede cubrir las bandejas con bolsas plásticas negras para mantener la humedad y el calor. Una vez que se observan los primeros germinados, se puede cubrir el almácigo con plástico transparente a unos centímetros por encima del suelo, lo cual ayuda a conservar el calor, especialmente durante la noche. Coloque las bandejas en un lugar donde reciban de tres a cuatro horas de sol (especialmente matinal) diarias y retire del sol cuando los rayos sean fuertes para evitar quemar los brotes nuevos. Después de unos 10 días, los almácigos pueden colocarse en una zona con luz indirecta todo el día.

Una vez las plantas tienen entre tres y cinco hojas verdaderas, una apariencia sana y vigorosa, y el sistema radical sea lo suficientemente desarrollado para sostener el sustrato, se pueden trasplantar al suelo, dependiendo de las condiciones climáticas. Una semana antes del trasplante, disminuya el riego para que las raíces endurezcan sus tejidos y sean más resistentes. En este momento puede también considerar una fertilización rica en fósforo para que se dé un mejor establecimiento (más información acá).

Plántula de tomate lista para ser trasplantada. Foto: Gentaro, iStockimage.

El terreno del campo/huerta debe ser preparado antes de trasplantar los almácigos. Para esto, prepare el suelo, elimine malezas y asegúrese de que el sitio posea buen drenaje. Para este fin puede preparar montículos. El trasplante en campo debe ser cuidadoso, preferentemente en horas de la mañana. Considerando el tamaño de las raíces, realice un hoyo en el suelo y coloque la planta cuidadosamente, asegurándose de que cada planta tenga una distancia de siembra suficiente de acuerdo al tamaño esperado de la planta una vez desarrollada. Por ejemplo, se recomienda una distancia entre plantas de 30 cm para brócoli, lechuga y tomate, y de 10 cm para cebolla. Luego de ser plantadas, mantenga un riego constante y monitoree las plantas para evitar el ataque de plagas o enfermedades.

En nuestra región, entre febrero y marzo puede iniciarse la preparación de almácigos de brócoli, coles, coliflor, cebolla, pimientos, tomates. Para la región del Atlántico Medio, tenga presente el calendario de siembra antes mencionado.


Para más información:
Guía de producción de plantines: bajar el documento.
¿Cómo elaborar un almácigo?: bajar el documento.
Preparación de almácigos para hortalizas: bajar el documento.
Producción de plantines de flores para productores de la economía social: bajar el documento.


Ángela Sáenz es Ingeniera Agrónoma y estudiante de Maestría en el Departamento de Entomología de la Universidad de Maryland, College Park, USA. Hacer click aquí para leer otros posteos de Ángela.

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