Maladeta

Maladeta y el Pico Maldito

Cada vez tengo más datos que confirman que la humanidad prefiere la leyenda a la verdad.

Todos los montañeros y excursionistas que rondan el Macizo de La Maladeta, saben que tanto estas rocas, como uno de sus picos principales, el Maldito, llevan ese nombre por la maldición del mendigo muerto de frío (¿qué haría un mendigo a tres mil metros?) que no atendieron unos pastores egoístas.

Parece una bobada, pero los mitos y leyendas trascienden y llegan a “estorbar” a la razón, que por algún motivo desconocido suele evitar entornos que parecen vedados como este de una verdadera corona montañosa que en sus apenas ocho kilómetros de diámetro acoge una decena de nombres que en Aragonés, Catalán o Castellano nos suenan a maldición.

Esta concentración de nombres en lo más alto de la montaña oscense, siendo notable, no es única en la geografía cercana. En España hay Tierras Malditas, Cuesta Maldita, Fuente y Puente de la Maldición, La Maldición, La Maldita, Maldidain, Monte Maldiz, Montes Malditos, Pico Maldito, Corno Maldito, y hasta un par de Sierras Malditas… pero también hay varios Maladitxa, Maladeta (barranco, diente, glaciar, macizo, pico…), Maladanza, Maladero, Maladúa, Maladín… y docenas de Maletas que pronto trataremos.

Un desafío para quienquiera creer que hay algo de maldición en Maladanza o en cualquiera de otros nombres parecidos aquí, en Francia, Italia o Portugal, por ejemplo.

Desechada la maldición del mendigo, recorriendo el áspero tramo del Tajo internacional, tuve la suerte de encontrarme con un lugar llamado Cuesta Maldita, un barranco en el que está encajado el arroyo o rivera de Calatrucha, dos, tres nombres llenos de información y de reminiscencias ancestrales; “malda eta, kalá y turtxa”. “Malda” ha sido y es la principal expresión de una cuesta, vertiente o pendiente en Euskera, “kalá” indica profundidad, abarrancamiento y “tur txa” equivale a surtidores, fuentes, no al salmónido que pescamos en primavera (aunque es posible que haya relación con la querencia de este pez por las aguas claras).

La Sierra Maldita de Asturias y la de Jaén, no presentan grandes alturas, pero la enorme cantidad de oteros y mogotes, hace de ellas un entorno lleno de cuestas en todas direcciones: “mald eta”, las cuestas y laderas, cuestas por todas partes.

En el norte de Córdoba, junto al pueblo “reciente” de Los Blázquez hay una sierrita de apenas dos kilómetros que se llama “Del Castillo” aunque en ella no haya restos de castillo alguno y en su cota alta haya además de un hito llamado “Castillo de los Blázquez”, otro punto llamado Castillo de Maldegollado. Todos estos castillos hacen referencia a los escarpes rocosos de la cima y el apelativo de “maldegollado”, no puede ser otra cosa que la alteración de “malde goia adu”, una frase de ánimo que viene a decir “alto de la cuesta gozoso”, quizás por la gran cuenca visual que se puede disfrutar de los dos valles circundantes desde los 150 metros de altura de esa atalaya.

Antes de irnos al Pirineo, en lo más alto de Los Ancares está el Pico Maldito, pirámide con sus aristas desafiantes, sus cuestas imposibles y sus laderas cóncavas que emula al Matterhorn suizo. “Mald itu”, cuesta sorprendente, de “isu, Itu”, llamativa, asombrosa

El borde Nordeste de la Sierra Calderona cerca de Sagunto, sube bruscamente desde la rambla del río Palancia por dos cuestas que se llaman Maladitxa, igual que un barrio residencial que se ha creado en los primeros llanos tras las cuestas. La alteración de “malda ita”, irónicamente, “la cuestita”.

En el Norte de Coruña, “Malados” (“cuesta estrecha”) se refiere probablemente al crestón que preside la aldea de Ulfe de Malados y Maladanza cerca de Ávila, lo contrario, en un lugar donde el estrecho farallón de granito de diez kilómetros de largo se ensancha y “suaviza”. Es posible que deba su nombre al apelativo “malda antxa”, es decir la cuesta que se expande, la zona de cuesta ancha.

Así que llegando al templo de los picachos por doquier, no hay nada maldito en los infinitos picos de La Maladeta, sino la expresión de las infinitas rampas en todas direcciones: Malda eta, entorno de las cuestas. Lo que se ve en la imagen que los pastores paleolíticos bautizaron acertadamente.