Compartir

Booggie El Aceitoso, la maldad humana al servicio de la ironía política y social

Él era un asesino a sueldo, un vividor: mercenario sin piedad, que por dinero hace lo que le digan, sin pensarlo dos veces. Dice su biografía que nació en alguna parte de Estados Unidos y que estuvo en la guerra del Vietnam. Dice también que allí, en medio del napalm y el Vietcong, se hizo experto en manejo de todas las armas posibles. Sus valores prioritarios son él mismo y sus propios placeres, es machista, maltratador, racista, homofóbico, torturador…

Y así, es un personaje del que una generación se enamoró, pues gracias a su desgarrada crueldad, dijo lo que había que decirle a políticos, empresarios y gentes de sociedad cuando era necesario ponerles a pensar, o dejarles callados. Él es Boggie El Aceitoso, una de las creaciones de Roberto Fontanarrosa que conquistó los diarios de Iberoamérica desde 1980.

Sobre el personaje, su propio creador escribió:

“Sé que Boogie me despreciaría mucho,

Por sudamericano de un país periférico.

No entraría dentro de sus amistades.”

(Roberto Fontanarrosa)

A través de este personaje, “el Negro”, como apodaban a Fontanrrosa, hizo crítica social y política durante más de tres décadas: a través del humor negro hizo señalamientos contra la mentalidad armamentista, la violencia, así como otras convicciones que poblaban a escondidas la sociedad, como la homofobia, el machismo, el racismo y la ausencia de sensibilidad por el otro.

Fontanrrosa, nacido en Rosario, Argentina, falleció el 19 de julio de 2007, hace hoy 11 años. Unos meses antes, aquejado por la enfermedad, ya había tenido que soltar el lápiz y dejar empezada la historia de los entrañables personajes, unos más ingenuos como Inodoro y su mascota Mendieta, otros detestables como Booggie, pero todos con la capacidad de hacer pensar, criticar el establecimiento y la vanidad y provocar sonrisas.

Fue diagnosticado de esclerosis lateral amniotrófica, y a consecuencia de esta enfermedad, iniciando el año 2007 anunció que ya no le era posible dibujar.

Para entonces, ya hacía años Booggie había desaparecido del mapa. Decía su creador que seguramente estaba huyendo de la ley; lo que eso resultaba bastante peligroso, y que él mismo andaba buscándolo sin mucho éxito:

“El caso es que la gente como Boogie, es que tiene la violencia como gesto, me da mucho temor. No me gustan nada esos tipos que dividen las cosas con una línea tajante entre amigos y enemigos”, dijo.

Compartir