JUNTAMENTE CON CRISTO

8_new-person-diagram

INTRODUCCIÓN

Efesios 2:4-6  Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),  y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,

 Juntamente: viene de una palabra compuesta en griego:

  • Sun: Unión, con o junto a. También tiene la connotación de: asociación, compañía, proceso, parecido, posesión, adición.
  • Egéiro: la idea de hacer acopio de las facultades de uno. Reunir las cualidades de alguien.

 “Al estar unidos con Cristo, reunimos sus facultades o nos apropiamos de las cualidades que Él tenía.”

 Hemos estado hablando durante semanas sobre este versículo. Hemos tratado de enseñar, de predicar, meditar y estudiar este y otros textos con la intención de poder entender lo que la Gracia nos ha concedido.

 Pero cuando meditaba en ello, me encontraba con una pared, una muralla que no me permitía avanzar. “Señor, estoy recibiendo revelación de tu gracia, de lo que hemos recibido, de quienes somos en Ti, de lo que Tú nos has dado ya, pero ¿Por qué no causa el efecto que estoy esperando? ¿Por qué a pesar de entenderlo, parece como si aún no lo entendiera? ¿Por qué a pesar de que estamos entendiendo lo que significa estar sentados juntamente contigo en lugares celestiales, no podemos vivirlo, experimentarlo, verlo hecho una realidad en nuestra vida?”

 Y fue mientras estaba en la cama meditando en ello, hablándolo con mi mujer, de cómo me sentía, de cómo lo estaba viviendo, de esa frustración que estaba viviendo por el hecho de que estar entendiendo su gracia y lo que esta nos da y aún así no poder vivirlo, cuando el Espíritu Santo me interrumpió y me habló dándome la respuesta a mis interrogantes.

Efesios 2:6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,

 MORIR JUNTAMENTE CON CRISTO

 Generalmente solemos quedarnos con una cara de la moneda. Este texto tan apasionante y que tanto nos gusta leer y estudiar, resulta que tiene dos partes y sólo hemos visto una de ellas: y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.

 Y nos vemos allí sentados con Cristo, gobernando, en autoridad, en potestad, pero incapaces de hacer nada más, sólo mirando, sólo sentados.

 Pero antes de de eso dice: Y juntamente con él nos resucitó…

 (NTV) Efesios 2:6 Pues nos levantó de los muertos junto con Cristo…

 Y ahí el Espíritu Santo comenzó a traer a mi entendimiento, versículo tras versículo:

 Rom 8:17  Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.

 

NTV: Y, como somos sus hijos, también somos sus herederos. De hecho, somos herederos junto con Cristo de la gloria de Dios. Pero, si vamos a participar de su gloria, también debemos participar de su sufrimiento.

 Flp 2:5  Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,

 NTV Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús.

 Queremos gobernar juntamente con Cristo, pero Cristo antes de gobernar, tuvo que morir, se despojó, se humilló, se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

 La palabra juntamente significa entre otras cosas “proceso”.  Es todo un proceso:

 Cristo muere, es sepultado, resucita y es sentado en su trono de gloria.

 Si nosotros queremos gobernar juntamente con Cristo, dice Efesios 2:6, primero tenemos que ser resucitados con él. Pero no podemos ser resucitados con él, si antes no hemos muerto con él.

 Romanos 6:4 Pues hemos muerto y fuimos sepultados con Cristo mediante el bautismo. Y, tal como Cristo fue levantado de los muertos por el poder glorioso del Padre, ahora nosotros también podemos vivir una vida nueva.

 Rom 6:5 Dado que fuimos unidos a él en su muerte, también seremos resucitados como él. (6) Sabemos que nuestro antiguo ser pecaminoso fue crucificado con Cristo para que el pecado perdiera su poder en nuestra vida. Ya no somos esclavos del pecado. (7) Pues, cuando morimos con Cristo, fuimos liberados del poder del pecado. (8) Y, dado que morimos con Cristo, sabemos que también viviremos con él.

 Gál 2:20  …y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí;

 Pero ¿qué dice anterior a esto? Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí. Primero tenemos que morir, crucificar nuestro yo, despojarnos de nuestra manera antigua de vivir (Ef. 4:22) y luego viene la resurrección. No podemos decir “ya no vivo yo, más Cristo vive en mí;” si primero no decimos “juntamente con Cristo estoy crucificado.”

 Gál 5:24  Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.

 Lucas 9:23 Entonces dijo a la multitud: «Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su manera egoísta de vivir, tomar su cruz cada día y seguirme.

 Hemos estado meditando en Juan 1:12 “Los que creyeron en Él, y los que le recibieron, les dio el derecho de ser hijos de Dios”.

 Rom 8:17  NTV: Y, como somos sus hijos, también somos sus herederos. De hecho, somos herederos junto con Cristo de la gloria de Dios.

 Y nos quedamos ahí, disfrutando de estos textos, herederos de Dios, coherederos con Cristo, sentados con Él, gobernando con Él, con la misma autoridad que Él, pero este versículo de Romanos 8:17 tiene una segunda parte: “Pero, si vamos a participar de su gloria, también debemos participar de su sufrimiento.”

 Si queremos que el estar sentados juntamente con Cristo en lugares celestiales sea una realidad en nuestra vida:

  • Primero hay que morir,
  • Para luego ser resucitados
  • y seguidamente levantados con Cristo y sentados con Él.

 ¿Entonces no es por gracia? ¡¡Claro que es por Gracia!! Porque aunque hiciéramos miles de cosas por acercarnos a Dios, si Cristo no hubiera muerto y resucitado, vana seria nuestra fe y nuestros esfuerzos. (1ª Corintios 15:13)

 Cristo ganó ese lugar porque en Él no se encontró pecado. Nosotros  estamos manchados por el pecado desde el día que comencemos a ser formados en el vientre de nuestra madre. La gracia nos otorga el derecho, el privilegio de ser Hijos, de ser herederos, de sentarnos en un lugar que no merecemos.

 Romanos 5 y 6 habla de la Gracia y de que esa gracia nos lleva a ser como Cristo, no sólo en su trono, sino también en su muerte.

 Romanos 5:17 nos dice que reinaremos en vida, pero Romanos 6 nos dice que es necesario morir junto con Cristo.

 La gracia no sólo te capacita para reinar, sino también para morir, morir  a tu yo, al pecado y a todo aquello que te separa de Cristo o que anula la imagen de Cristo en ti.

 Juan 3:30  Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.

NVI “A él le toca crecer, y a mí menguar.”

NTV “Él debe tener cada vez más importancia y yo, menos.”

 ¿Estás muriendo con Cristo? ¿Está tu YO menguando? ¿Estás abandonando tu manera egoísta de vivir? ¿Están tus derechos rendidos a Jesús? ¿Está siendo Cristo reflejado en ti en toda tu manera de vivir?

 Mateo 6:24 – Lc 16:13  »Nadie puede servir a dos amos. Pues odiará a uno y amará al otro; será leal a uno y despreciará al otro.

 Efesios 2:6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,

 Antes de estar sentados en los lugares celestiales con Cristo, hay que resucitar con Cristo, pero antes de resucitar con Él, hay que morir con Él. No puede resucitar lo que no ha muerto.

 Reinar o gobernar o sentarse juntamente con Cristo significa estar unido a Cristo, ser uno con Él, tener las facultades que Cristo tenía.

 No es que tú y yo estemos sentados en lugares celestiales, sino que somos uno con Cristo. Si Él está sentado en lugares celestiales, nosotros lo estamos con Él.

Sólo hay una manera en la que podamos estar sentados con Cristo en lugares celestiales y es ser uno con Él, que Cristo sea formado en nosotros, su carácter, su persona, su pensar, su hablar, su caminar. Que seamos uno con Cristo. Que como Pablo podamos decir, ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mi (Galatas 2:20)

 Juan 15:4 Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Pues una rama no puede producir fruto si la cortan de la vid, y ustedes tampoco pueden ser fructíferos a menos que permanezcan en mí. (5) »Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada. (6) El que no permanece en mí es desechado como rama inútil y se seca. Todas esas ramas se juntan en un montón para quemarlas en el fuego. (7) Pero, si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pueden pedir lo que quieran, ¡y les será concedido!

 Si no eres uno con Cristo, no puedes estar con Cristo allí sentado.

Ser uno con Cristo es un proceso. Cristo debe ser formado en ti, su persona, su carácter, su pensar, su hablar, etc.

 Juan 17:20  Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, (21)  para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. (22)  La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. (23)  Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste,

 Gál 4:19 ¡Oh mis hijos queridos! Siento como si volviera a sufrir dolores de parto por ustedes, y seguirán hasta que Cristo se forme por completo en sus vidas.

 Esta es la obra del Espíritu Santo, tomar de Cristo y darnos a nosotros (Juan 16:14-15)

 Morir a nosotros, dejar cosas a un lado que no edifican, que nos roban tiempo para dedicarlo a estar con el Espíritu Santo, nos llevará a la consagración, a dar lugar al Espíritu Santo en nuestra vida y como resultado Él irá formando a Cristo en nosotros, seremos uno con Cristo. Ya no seremos nosotros, sino Cristo en nosotros, y entonces podremos decir que estamos sentados juntamente con Cristo en lugares celestiales. Pero no sólo lo diremos, sino que lo experimentaremos.

  CONCLUSIÓN

Y, como somos sus hijos, también somos sus herederos. De hecho, somos herederos junto con Cristo de la gloria de Dios. Pero, si vamos a participar de su gloria, también debemos participar de su sufrimiento.

 Gál 2:20 Mi antiguo yo ha sido crucificado con Cristo. Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí.

Lo que el Espíritu Santo nos está diciendo es que necesitamos tomar nuestra cruz, crucificar nuestro yo, morir a cosas que son pérdida de tiempo. Dedicar más tiempo a estar con el Espíritu Santo.

Romanos 8:13 …si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.

Para vivir, primero hay que morir. No hay resurrección si primero no ha habido muerte. Y no puede haber gloria, sin resurrección.

Renunciar a pecados, a comodidades, a horas sin hacer nada provechoso para dedicarlo a estar con el Espíritu Santo, a orar, a la Palabra, dará como resultado que el Espíritu Santo formará en nosotros la imagen de Cristo y nos hará ser uno con Él, y entonces podremos estar juntamente con Él en lugares celestiales.

Deja un comentario