La humanidad desperdicia una quinta parte de los alimentos disponibles

Cada año, cada persona desperdicia un promedio de 132 kilogramos de alimentos a nivel mundial. En América Latina y el Caribe la cifra alcanza 95 kilogramos y la media para el continente europeo es de 71.25 kg.
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Los hogares fueron los mayores responsables de la pérdida de alimentos. Representaron el 60% del total de la merma.Roman Mykhalchuk/Getty Images

Un informe publicado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) y elaborado en colaboración con la organización sin fines de lucro WRAP calcula que 1,050 millones de toneladas de alimentos se desperdiciaron en 2022 a nivel global. La tendencia detrás de la cifra ha sido calificada como “una tragedia mundial”, pues existen 783 millones de personas que padecen hambre.

El Índice de Derroche Alimentario 2024 determinó que la cantidad de comestibles no aprovechados representó una quinta parte de todos los insumos producidos en 2022. Esto es equivalente a perder 1,000 millones de comidas cada día y supuso daños económicos anuales por 1 billón de dólares.

El Pnuma advirtió que las estimaciones son provisionales. Sugiere que la proporción de comida que no se aprovecha “podría ser mucho más elevada” debido a que existen muchas regiones en el globo que carecen de registros al respecto.


Collage de una planta de tomate y una textura de tierra agrietada.
Las sequías, el calor y el clima extremo están llevando a la agricultura al límite. El entorno será muy diferente en unos 10 años y trasladar los cultivos puede ser una solución.

Los hogares fueron los mayores responsables de la pérdida de alimentos. Representaron el 60% del total de la merma con 631 millones de toneladas de insumos desperdiciados. Los servicios comerciales de alimentación participaron con una cuota de 28% y los establecimientos minoristas con 12%.

Los autores del trabajo afirman que el fenómeno en el sector doméstico es consecuencia de la compra excesiva de provisiones y de un mal cálculo de las porciones. Por otro lado, una parte importante de recursos alimentarios se pierden en las cadenas de suministro ante la falta de mecanismos de refrigeración. Las grandes empresas de la industria alimentaria prefieren desechar las materias primas no utilizadas antes que darles una segunda vida. Esta práctica es más sencilla y económica debido a que la tarifa de residuos es nula o muy baja en la mayoría de los mercados, según Clementine O'Connor, líder del equipo de Sistemas Alimentarios Sostenibles del PNUMA.

La huella ambiental del desperdicio de alimentos

Inger Andersen, directora ejecutiva del Pnuma, lamentó que “mientras se desperdicia comida en todo el mundo, millones de personas pasarán hambre hoy. Esto es un fracaso moral y ambiental”. El reporte señala que el desecho de alimentos genera entre el 8 y 10% de las emisiones globales de efecto invernadero y ocupa el equivalente a casi el 30% de las tierras agrícolas a nivel mundial.

"Si el derroche de alimentos fuera un país, sería el tercer mayor emisor de gases de efecto invernadero en el planeta detrás de Estados Unidos y China", comparó Richard Swannell, director de crecimiento de impacto en WRAP.

Andersen alertó que los residuos alimentarios están provocando un costo sustancial en el medio ambiente y favorecen el avance de los efectos del cambio climático. “Si los países dan prioridad a esta cuestión pueden revertir significativamente la pérdida de alimentos, reducir los impactos climáticos y acelerar el progreso hacia los objetivos globales”. El informe puntualiza que, hasta 2022, solo 21 países habían incluido la reducción del desperdicio de provisiones en sus estrategias, políticas y planes climáticos nacionales.



En Latinoamérica se desperdician 95 kilos de comida por persona al año

Cada año se pierden 132 kilogramos (kg) per cápita de alimentos a nivel mundial en promedio. En una lectura regional, África del Norte se ubica por encima de la media global con 140 kg de insumos desechados por persona al año. Micronesia es el territorio con el índice más bajo con 34 kg anuales. En América Latina y el Caribe la cifra alcanza 95 kilogramos y el promedio para el continente europeo es de 71.25 kg.

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 12 (ODS 12) establece el compromiso de reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos per cápita en los sectores minorista y de consumo doméstico, así como en las cadenas de suministro para 2030. Desempeña un papel clave para el cumplimiento de otros ODS, incluidos los relacionados con lograr niveles de cero hambre, la constitución de ciudades sostenibles y el fortalecimiento de la acción climática.

El Pnuma advierte que la falta de sistemas adecuados para monitorear y calcular el desperdicio de alimentos dificulta el desarrollo de medidas y políticas para contrarrestar el problema. Esto es especialmente visible en países de ingresos bajos y medios, aunque también es un pendiente que debe atenderse en mercados más avanzados. Solo Australia, Estados Unidos, Japón y Reino Unido, miembros del G20, y la Unión Europea tienen mecanismos dedicados para registrar el avance en el cumplimiento del ODS 12.