Almijara: AR El Bacal - Sendero Haza Encina - Río Cebollón - Río Bacal

Ruta por la Sierra de la Almijara, partiendo del Área Recreativa El Bacal, a escasos 15 minutos en coche desde el municipio de Jayena. El trayecto desde el núcleo urbano hasta el A.R. está perfectamente señalizado incluso en la propia carretera, siendo fácil de seguir.

En el área recreativa se expone un panel que muestra el recorrido del sendero Haza de la Encina, que es el que seguiremos en el primer tercio de la ruta, hasta el mirador de la Haza de la Encina. Así pues, comenzamos la jornada "almijareña" cruzando el área recreativa, repleta de mesas, barbacoas y fuentes... atisbando la presencia de varias esquivas ardillas. En 10 minutos veremos un poste indicador señalizando las direcciones de los senderos del río Bacal (o Vacal, por donde regresaremos) y de la Haza de la Encina, que es el que seguiremos. A partir de aquí la vereda comienza a ascender, con algunos repechos algo más pronunciados salpicados de rellanos que permiten una cómoda subida. Al poco veremos a nuestra derecha que sale una vereda, otra alternativa de la ruta pues más adelante desembocará en otro punto del recorrido. Siguiendo la de la izquierda, esta comienza a descender para cruzar la rambla de la Cuerda de los Morros, recuperando altura a continuación.

Siguiendo en ascenso más suave, dejamos a nuestra izquierda el Cerro del Ángel, e inmediatamente después la vereda alcanza una pista forestal la cual, tras cruzar un cortafuegos, nos lleva al mirador de la Haza de la Encina, punto más alto del recorrido (1.260 m aprox.) tras 1 h y 45 min desde el inicio. Las vistas son magníficas: desde Cabañeros al este hasta La Chapa al oeste podemos apreciar el Puerto de La Ventosilla, Piedra Sellada, el Salto del Caballo con su caseta de vigilancia forestal... y por supuesto el inconfundible Lucero. Allá al fondo del barranco, a nuestros pies, se intuye el río Cebollón, siguiente objetivo del día.

Tras descansar unos minutos, continuamos unos metros por el cortafuegos para tomar la vereda -bien marcada con hitos de piedra- que bajando por la Cuerda de los Morros nos conduce al precioso cauce del río Cebollón y sus cristalinas aguas. Remontamos el río durante breves minutos, cruzándolo en dos ocasiones, y al poco veremos una clara vereda que asciende a nuestra izquierda. Tomándola abandonamos el cauce, y tras varios pronunciados repechos y cruces de barrancos llegamos a un cortafuegos, coincidente con la divisoria de las cuencas del Cebollón y del Bacal, Llevamos aquí 3 h y 15 minutos.

A unos pocos metros a nuestra izquierda, en el margen contrario del cortafuegos, veremos unos hitos de piedra que marcan la vereda que recorreremos a continuación para descender al arroyo de Las Golondrinas. La vereda está un poco difusa en algunos tramos, pero se puede seguir fácilmente. Al llegar al WP "Barranco" decidimos recortar por él, a pesar de que la vereda nos conduciría al mismo punto. En este pequeño tramo inicial del barranco hay dos saltos que requieren un pequeño destrepe; si se quiere evitar basta con continuar por la vereda.

El barranco, con la confluencia de otros, se transforma en una rambla mucho más abierta y fácil de recorrer, y que conduce directamente al camino que discurre paralelo al arroyo de Las Golondrinas. Tomamos el camino hacia la izquierda -salvando una barrera para evitar el paso de vehículos- y tras dejar atrás el depósito cilíndrico de agua, lo abandonamos antes de llegar al cortijo de Córzola para salvar el cauce del arroyo de La Almijara, casi donde éste confluye con el de Las Golondrinas y forman el río Bacal. Estamos ahora en una preciosa llanada rodeada de chopos, tras casi 4 horas de camino, y comenzamos la última parte del recorrido descendiendo por el sendero del río Bacal. Éste se encuentra señalizado y bien marcado, cruzando el río en innumerables ocasiones, bien por piedras bien por pequeños puentes de troncos. En el inicio del río tuvimos la suerte de poder contemplar varios ciervos que tranquilamente ramoneaban en la vegetación. Multitud de pozas y pequeños saltos nos acompañan durante todo este tramo, con abundante vegetación de ribera propia de zonas húmedas: helechos, zarzas, juncos... aunque ya cerca del final el recorrido se afea por las obras de toma de agua y las canalizaciones. Por último, con un repecho final para abandonar el cauce del río, regresamos al área recreativa coincidendo los últimos 10 minutos de recorrido con los realizados al inicio de la preciosa jornada montañera.