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Si alguna vez te encontraste con una banda elástica que se cortó y saltó de su lugar mientras mantenía junto un paquete de tarjetas de béisbol, sacaste tu par de tenis favoritos y descubriste que estaban duros como una tabla o se te rompió la aspiradora debido a que una pequeña arandela, banda o correa, se rompió, sabrás que el caucho se endurece con el tiempo. El caucho natural se degrada y se endurece cuando el calor, los aceites y hasta el oxígeno causan reacciones químicas. Por lo tanto, limitar su exposición al calor, los aceites y el oxígeno es una manera de retrasar el endurecimiento de los objetos hechos de este material. Sin embargo, al mismo tiempo, tanto el calor como el aceite pueden restaurar parte de la suavidad de los objetos de caucho, si se utilizan adecuadamente, aunque es una batalla que perderás con el tiempo.

Método 1
Método 1 de 3:

Demorar el endurecimiento del caucho

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  1. Ten en cuenta que lenta pero seguramente, todo lo que esté hecho con este material se endurecerá, ya sea el caucho de las plumas de los limpiaparabrisas o el resorte de la cintura de los pantalones de tu pijama favorito. La evidencia de sustancias blancas o coloreadas sobre el caucho podría ser una indicación de que está teniendo lugar una reacción química.
    • El caucho natural tiene poca resistencia al ozono y a la luz ultravioleta (UV), al igual que a los aceites del petróleo. Adicionalmente, las temperaturas por debajo de los -51 grados Celsius (-60 grados Fahrenheit) y por encima de los 104 grados Celsius (220 grados Fahrenheit) lo degradarán rápidamente, aunque las temperaturas extremas en general facilitarán la degradación y el endurecimiento.[1]
    • El caucho se estira y flexiona porque está hecho de cadenas moleculares largas y enredadas que se pueden enderezar bajo tensión. La degradación de estas cadenas moleculares puede ocurrir a causa de la tensión repetida o excesiva (piensa en las bandas elásticas rasgadas o estiradas excesivamente) o por la exposición a elementos tales como los que se describieron antes.[2]
  2. El caucho cuarteado permanecerá así aun cuando lo suavices. Una vez que se formen grietas, tus únicas opciones serán probar con un kit para parchar caucho o simplemente reemplazar el objeto. En este punto ya no hay ninguna cura milagrosa que intentar.
    • Una aclaración que vale la pena hacer es que los métodos comunes para suavizar el caucho, como el calor y los aceites, de hecho lo dañarán en el proceso. Por lo tanto, cada vez que suavices una junta o una suela de zapato de caucho duro también estarás contribuyendo a su desgaste.[3]
  3. Hay solo algunas cosas que puedes hacer para evitar que el oxígeno, los cambios de temperatura y la luz tengan contacto con el caucho, pero limpiar los residuos puede ayudar a que los aceites degradantes no dañen el objeto.
    • Limpia los objetos de caucho solo con agua tibia y un paño limpio cuando sea posible. De ser necesario, usa un detergente suave y enjuágalo completamente.
    • Ten en cuenta que ciertos químicos que contienen los limpiadores pueden degradar o hasta disolver el caucho.[4]
  4. De ser posible, elimina tanto aire, es decir oxígeno, del contenedor como puedas antes de cerrarlo.
    • Si guardas los artículos de caucho en bolsas con cierre y usas una pajilla para extraer la mayor parte del aire, lograrás demorar notoriamente el proceso de endurecimiento. Si alguna vez comparaste las banditas elásticas guardadas en una bolsa de plástico y las que están sueltas adentro del cajón de tu escritorio, ya sabes la diferencia que hay entre los dos métodos de almacenado.[5]
    • El caucho natural es especialmente susceptible a la oxidación, porque se le añade sulfuro a la mezcla cuando se fabrican productos tales como bandas elásticas. El oxígeno reacciona con el sulfuro y esencialmente lo extrae del objeto, haciéndolo más quebradizo.
  5. El mismo lugar en el que almacenarías manzanas o papas será, de hecho, un lugar adecuado para guardar tus tenis gastados.
    • Una temperatura de entre 20 y 25 grados Celsius (68 y 77 grados Fahrenheit) es muy adecuada para almacenar objetos de caucho, aunque las temperaturas más bajas también podrían ser buenas.[6]
    • Hasta podrías considerar guardar objetos de caucho herméticamente sellados en el refrigerador. Sin embargo, el frío excesivo y la humedad elevada del congelador, lo convierten en una elección poco adecuada.
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Método 2
Método 2 de 3:

Suavizar el caucho con calor

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  1. El horno o una secadora de pelo son las elecciones más comunes, aunque algunas personas están a favor de poner los zapatos con suela de caucho sobre un radiador, por ejemplo.[7] Asegúrate de que tu horno se pueda programar a una temperatura baja y que tu secadora de pelo tenga una opción de temperatura alta, a fin de lograr un nivel de calor más o menos parejo.
    • Una secadora de ropa programada a su temperatura más alta también podría ser una buena opción, especialmente en el caso de los tenis.
    • El rango de temperatura que es aconsejable que logres es de entre 93 y 104 grados Celsius (200 y 220 grados Fahrenheit). Es probable que las temperaturas superiores a estas causen más daño que bien.[8]
    • Recuerda limpiar los objetos de caucho, idealmente solo con agua, antes de calentarlos.
  2. Acomoda el objeto o los objetos en una fuente u otro recipiente seguro en caso de que tu horno se caliente de más y derrita el caucho, pero solo elige una que no vayas a usar para hornear alimentos.
    • Si calientas zapatos, asegúrate de que las suelas estén hacia arriba a fin de reducir las posibilidades de que se derritan sobre la rejilla de tu horno o sobre el molde.
    • Deja el objeto o los objetos en el horno por entre cinco y 10 minutos. Si tienes un termómetro infrarrojo de superficie, podrás eliminar de la ecuación la tarea de adivinar si el horno ya alcanzó la temperatura deseada.
    • Nuevamente, ten cuidado con el calor excesivo, porque este descompondrá el caucho y limpiar lo que se derrita será una tarea que nadie podría considerar divertida.[9]
  3. Al menos en el caso de los zapatos con suela de caucho, muchos afirman que al calentarlos a temperatura alta por entre 7 y 10 minutos se obtienen buenos resultados.[10]
    • No sostengas la secadora en un solo punto y revisa el artículo de caucho con frecuencia para comprobar que no se esté derritiendo o muestre otras señales de deterioro.
    • Sin embargo, revisa el artículo con mucho cuidado, ya que el caucho se puede calentar mucho. Nuevamente, un termómetro infrarrojo de superficie podría ser útil.
  4. Luego intenta manipularlo. Con suerte, el objeto permanecerá más suave y flexible aun después de enfriarse.
    • Sin embargo, ten en cuenta que hay muchas fórmulas de caucho y que algunas podrían responder mejor que otras al calor. Además, no existe una cura milagrosa y algunos objetos de caucho endurecidos simplemente estarán demasiado deteriorados como para suavizarlos. De hecho, al calentar el caucho para ablandarlo lo estás dañando y es probable que algunos artículos no soporten este tratamiento.[11]
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Método 3
Método 3 de 3:

Remojar el caucho para suavizarlo

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  1. Este método es mejor para las partes industriales o mecánicas de caucho que se insertarán en un ensamblaje.
    • A no ser que tengas unas suelas de caucho que puedas sacar y volver a poner con facilidad, este tal vez no sea el mejor método para los zapatos. La solución para el remojo podría dañar o decolorar el cuero y otros materiales que se usan para hacer zapatos.
    • Recuerda limpiar muy bien el objeto antes de remojarlo, idealmente solo con agua tibia y un paño limpio.[12]
  2. Asegúrate de que la cantidad de solución que prepares sea suficiente para cubrir el objeto de caucho por completo cuando lo coloques en el recipiente.[13]
    • Aunque es seguro trabajar con cantidades pequeñas de estos dos líquidos, es aconsejable usar pinzas o guantes cuando sumerjas o retires el objeto de caucho. Así al menos evitarás que tus manos huelan a gaulteria.
  3. Sellar el recipiente reducirá la evaporación, que podría dejar expuesta una parte del objeto sumergido.
    • Tal vez solo pasen unas pocas horas para que veas los resultados, pero también podrían hacer falta unos días. Ten paciencia y sigue revisando. Sin embargo, si ya pasaron varios días, será poco probable que veas beneficios adicionales si mantienes el artículo sumergido.[14]
  4. Deja que el caucho se seque al aire, ten presente que aunque olerá mucho a gaulteria, no es recomendable que enjuagues el aceite.[15]
    • Si dejas el aceite sobre el artículo, el proceso de suavizado podrá continuar.
    • Por supuesto, recuerda que el residuo de aceite también dañará lentamente el caucho al mismo tiempo que lo suavice, así que tendrás que usar tu mejor juicio para determinar si es conveniente dejarlo o enjuagarlo con agua. En todo caso, lo más recomendable es evitar el uso de detergentes fuertes.[16]
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Cosas que necesitarás

  • horno
  • secadora de aire
  • alcohol isopropílico
  • aceite de gaulteria
  • contenedor hermético

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Categorías: Química
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