1. EL CUARTO PODER EN EL VENIDERO GOBIERNO
Con un desorden mental empiezo a escribir, hechos aparentemente interdependientes y
sin argumentos de facto para sustentar cómo se constituyen en un todo, noticias diarias
que apuntan a perpetuar un estado de cosas viciado e indolente ante hechos graves
para la mayoría y omitidos por el ejecutivo y el legislativo.
Y lo peor, confirmar que es el inicio de cuatro años de desinformación y acomodación
mediática que, con el sólo encabezado de la noticia, nos dicen cómo pensar acerca de
los temas que nos proponen.
Algunos estudiosos del área de la Comunicación y sus ramas han considerado a los
medios como el cuarto poder y, a futuro, parece que ésta tesis tiene una triste
confirmación en el caso colombiano; uno de los medios, si no el más poderoso en
nuestro país, será fiel –por cuatro, ocho o doce años más sí siguen modificando la
Constitución a antojo de gobernantes que desconocen la importancia política de 1991-
a los comunicados oficiales de Gobierno en todas las áreas, seguirán cerrando revistas
denunciantes y acallando voces diferentes a las que ellos contemplan como sucedió
con cierta columnista.
Preocupación histórica sí se entiende a la propaganda política cómo estrategia para
mantener el poder, independientemente de las herramientas usadas para hacerlo;
efectiva, por ejemplo, en los holocaustos de inicios y mediados de siglo XX en Europa
dónde nació y se constituyó como fundamental para fines de gobierno siempre óptimos
y legítimos para sus pueblos arrepentidos hoy, pero mortales para los caídos de la
época.
Banderas de omisión y odio que hoy leo y escucho a diario, cortinas de humo como
coaliciones nacionales por un país burocratizado e imantado de corrupción, avalado por
un ambiente de pobreza e ignorancia sobre el que prima el bienestar individual, aquel
con carencias fuertes respecto al ser ciudadano, tolerante y respetuoso de las leyes y
reglamentaciones para lograr los fines.
¿Evidencias?
Posterior a la primera vuelta presidencial, rumores de desconocimiento como la
propuesta de ahorrase el dinero que implicaría realizar una segunda.
El continúo intervencionismo, con beneplácito mediático, del ejecutivo en temas ajenos
a su incumbencia y que dejan ver el desequilibrio y desconocimiento de funciones
dentro de las ramas del poder público.
El ataque constante a decisiones y actuaciones del poder judicial que hoy, sin
contemplarse en sus funciones, ha cumplido con la necesaria función democrática de
control político propia del Congreso.
2. El evidente uso del discurso del candidato opositor para alinderar a políticos y electores
a través de los medios de comunicación, tanto del Candidato como de su líder,
legalmente imposibilitado para hacerlo.
Las tan sonadas adhesiones burocrá… perdón programáticas, de los angustiados
corporados de nuestro poder legislativo.
Datos económicos, posterior a una crisis mundial, que reportan mejoras en indicadores
macroeconómicos como la inflación y los propios de la exportación pero que no
coinciden con un desarrollo económico integral.
La contradicción entre la minimización mediática de temas como el incremento en el
desempleo, la pobreza e indigencia, no obstante, el énfasis en los resultados positivos
de estudios internacionales como los de la OIT que incluyen temas sonados y públicos
sólo por la no inclusión en la lista de los 25 y por el rechazo del gobierno a las cifras
dadas que confirman un clima riesgoso para la vida sagrada del sindicalista (casi el
50% de los asesinatos a sindicalistas a nivel mundial son colombianos; de 101 víctimas
mundiales, 48 nos corresponden).
Lo poco importante que resultó que Colombia sea el país más violento de
Latinoamérica y se ubique en el puesto 138 según el Índice Global de Paz.
El despreciable análisis del conflicto armado que se vive en lo rural y que ha vuelto a
presentar hechos y cifras de violencia como extorsiones, pescas milagrosas, matanzas
y secuestros; temas supuestamente superados con este Gobierno.
El mismo despreciable en lo urbano que no se considera dentro de la política de
Seguridad Democrática, obviando los necesarios esfuerzos en estas zonas no sólo con
policía y ejercito; con cultura ciudadana.
Entre otras muchas más pasa el día a día de nuestra nación, noticiosamente
desinformada y construyendo una Colombia mejor para fines que no todos compartimos
y que, en adelante, no conoceremos claramente.
Cuantas voces se callaron a machete y a balazo… Coplas de mi país. Piero.