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El Papiro quirúrgico de Edwin Smith
Derechos reservados, Copyright © 2005:
Asociación Médica del American British Cowdray Hospital, AC
ANALES MEDICOS
Número
Number 1
Enero-Marzo
January-March 2005Volumen
Volume 5 0
edigraphic.com
edigraphic.com
Historia y filosofía de la medicina
ANALES
MEDICOS
Vol. 50, Núm. 1
Ene. - Mar. 2005
pp. 43 - 48
INTRODUCCIÓN
James Henry Breasted, 1865-1935 (Figura 1), fue el
director del Instituto de Estudios Orientales de la
Universidad de Chicago en la década de los años 20.
La Dra. Caroline Ransom Williams, alumna de
Breated, le presentó lo que describió como “el docu-
mento más importante de conocimiento médico que
ha sobrevivido para nosotros desde el Egipto Anti-
guo”. Breasted asumió total responsabilidad en la
traducción y edición del mismo. En 1930, después
de varios años de trabajo e investigaciones, se publi-
caron 2,000 volúmenes, de los cuales, 551 se vendie-
ron en Inglaterra y 449 en los Estados Unidos, 1,000
* Hospital Central Médico Quirúrgica de Aguascalientes.
Recibido para publicación: 28/10/04. Aceptado para publicación: 17/11/04.
Correspondencia: Dr. Ricardo F. González Fisher F.A.C.S.
Quinta Avenida # 702-305, Fraccionamiento Agricultura,
20234 Aguascalientes, Ags. E-mail: cancer@aguascalientes. com
El Papiro quirúrgico de Edwin Smith
Ricardo F González Fisher,* Patricia L Flores Shaw
ABSTRACT
Medical Science has gone through revolutionary changes through-
out the centuries. Transition from superstitious interpretations of
disease to the scientific point of view cannot be placed at a specific
date. Edwin Smith’s Surgical Papyrus presents for the first time the
doctor who seeks into the mysteries of the human body and recog-
nizes processes and conditions caused by physical agents. This
document describes specific cases and concrete episodes that incite
the reader to reach rational conclusions based on science. The au-
thor of this treatise was interested in the human body and the char-
acteristics that it shows regardless of his capacity to offer treat-
ment. It is clear that the observations of the human organs de-
scribed here are not casual and that the book is not a systematic
study of the human body. Although its organization resembles the
one from the contemporary anatomy and physiology textbooks, this
text is only a dissertation of injuries.
Key words: Edwin Smith’s surgical papyrus, Ebers’ papyrus.
RESUMEN
La ciencia médica ha atravesado cambios revolucionarios a lo largo
de los siglos. La transición entre las interpretaciones supersticiosas
de la enfermedad y el punto de vista científico no puede ser ubicada
en una fecha exacta. En el Papiro de Edwin Smith, se descubre por
primera vez al médico que busca los misterios del cuerpo humano y
reconoce procesos y condiciones surgidos de causas físicas. En él se
describen casos específicos, y hechos concretos que incitan al lector
a realizar conclusiones racionales basadas en la ciencia. El autor de
nuestro tratado se interesaba por el cuerpo humano y los fenómenos
que éste exhibe, independientemente de su capacidad de ofrecerle
tratamiento. Queda claro que sus observaciones de los órganos hu-
manos aquí descritos no son meramente casuales, y que el libro no
es un estudio sistemático del cuerpo humano. Aunque su organiza-
ción se asemeja a los textos actuales de anatomía y fisiología, este
documento es meramente una disertación de lesiones.
Palabras clave: Papiro Smith, Papiro de Ebers.
más se almacenaron en el Instituto de Estudios
Orientales y se encuadernaron en diferentes tirajes
para su distribución de manera intermitente hasta
Figura 1. Dr. James Henry Breasted.
González FRF, Flores SPL. Papiro de Edwin Smith MG
An Med (Mex) 2005; 50 (1): 43-48
44
edigraphic.com
agotarlos en la década de los 70. En 1991, se realizó
un nuevo tiraje de 300 libros más.
El documento que nos ocupa lleva el nombre de
Edwin Smith (1822–1906) quien era un aventurero y
traficante de antigüedades nacido en Connecticut en
1822 (el mismo año en que se logró descifrar la es-
critura egipcia). El joven Smith se interesó en la
egiptología, por lo que estudió el idioma egipcio en
Londres y París antes de trasladarse a Luxor entre fi-
nales de 1857 y principios de 1858 donde vivió has-
ta 1876. Aunque durante la mayor parte de su vida
adulta existía ya la fotografía, es muy posible que
nunca se le haya retratado, al menos no se ha identi-
ficado una fotografía suya; sin embargo, de acuerdo
con John A. Larson, quien desde 1980 es el archivis-
ta del Instituto de Estudios Orientales de la Universi-
dad de Chicago (comunicación personal), existe una
pintura al óleo de Edwin Smith realizada alrededor
de 1847 es decir 10 años antes de su aventura en
Luxor; esta pintura pertenece a la Sociedad Histórica
de Nueva York (Figura 2).
Aunque aparentemente no publicó nada, es evi-
dente que Edwin Smith conocía bien la egiptolo-
gía, ya que Goodwin, especialista en la misma, lo
reconoció por haber sido quien identificó la fecha
escrita en otro papiro médico importante, el Papi-
ro de Ebers.
En enero de 1862, Smith adquirió el papiro de
Mustafá Aga quien, aparentemente de manera
fraudulenta, lo dividió en dos partes, hecho que
reconoció E. Smith, por lo que se dio a la tarea de
unirlo, identificar y acomodar sus elementos y los
espacios faltantes, haciendo un intento inicial de
traducirlo. Lo conservó hasta su muerte, cuando
su hija lo donó a la Sociedad Histórica de Nueva
York. Actualmente se encuentra en poder de la
Academia de Medicina de Nueva York.
EL PAPIRO
El Papiro Quirúrgico de Edwin Smith es un tratado
médico egipcio que data aproximadamente del siglo
17 antes de la era cristiana.
Actualmente se conserva desenrollado entre
cristales en la Academia de Medicina de Nueva
York (Figura 3); mide aproximadamente 4.68 m y
por lo menos una columna se encuentra perdida
por lo que su longitud original podría ser de al
menos cinco metros.
Mide 33 cm de alto, lo que corresponde a la medi-
da característica de los rollos escritos en la época de
los imperios medio y antiguo (1700 AC). Se compo-
ne de 12 hojas de 40 cm de ancho cada una, unidas
de manera impecable, lo cual lo convierte en una va-
liosa obra de arte.
Consta de 17 columnas escritas en la parte ante-
rior (recto) y cinco en la posterior (verso), todas en
líneas horizontales.
Las 17 columnas de la cara anterior constituyen
un tratado quirúrgico que se basa en la exposición de
48 casos —esta parte no menciona “recetas” como
otros papiros de la época—.
Estos casos están organizados de forma sistemáti-
ca, comenzando por lesiones en la cabeza y siguien-
do de manera caudal. Lesiones en la cabeza 27 ca-
Figura 2. Edwin Smith (1847) pintura al óleo por Francesco Anelli
(actualmente en la colección de la New York Historical Society).
González FRF, Flores SPL. Papiro de Edwin Smith
An Med (Mex) 2005; 50 (1): 43-48
45
edigraphic.com
sos; cuello y garganta seis; clavícula dos; húmero
dos; esternón, tejidos blandos del tórax y costillas
ocho; hombros uno; columna vertebral ¿lumbar? un
caso incompleto.
De acuerdo con el tipo de escritura, el papiro es
por lo menos una generación más antiguo que el Pa-
piro de Ebers, lo cual lo coloca alrededor de la parte
final del siglo XVII antes de la era actual.
Se ha especulado sobre que su autor fue el gran
Imhotep, el médico conocido más antiguo. Sin em-
bargo, el papiro es más objetivo y menos mágico,
lo cual no corresponde con la investidura religiosa
de Imhotep.
También se cree que este manuscrito es una copia
de otro de mayor antigüedad (3000 a 2500 AC) ya
que, por una parte, el vocabulario y la gramática tie-
nen características propias del reino antiguo, además
de que existen 69 glosas en las que se explica termi-
nología que en el papiro llaman antigua.
Se tienen diferentes teorías sobre el origen de los
casos descritos en el Papiro de Edwin Smith.
Breasted sugiere que el autor pudo ser un cirujano
militar debido a la gran frecuencia de lesiones trau-
máticas que se presentan; sin embargo, Kamel Hus-
sein considera que lo anterior es poco probable ya
que, durante la cuarta dinastía, los egipcios no eran
un pueblo bélico, sino constructor —en esta época
se edificaron las grandes pirámides—; esto dio a
nuestro cirujano la oportunidad de estudiar lesiones
causadas por caídas de gran altura, con las que de-
bió de haber tenido una gran experiencia surgida
del contacto con cientos de casos surgidos de entre
los miles de constructores que trabajaron por un pe-
ríodo de más de 30 años, lo cual le permitió indivi-
dualizarlos, examinarlos, compararlos y pronosti-
carlos con gran habilidad y confianza. Entre los
cien mil hombres que trabajaron durante esos 30
años se tuvo una oportunidad irrepetible de estudiar
este tipo de lesiones. Ningún ejército y ninguna
guerra hubieran permitido que se dedicara tanto
tiempo a una obra de tal magnitud.
Se ha especulado que el papiro en cuestión pudo
haber tenido una de las siguientes tres funciones:
Primera, un manual utilizado por los cirujanos
en su práctica diaria, tal como se supone que con-
sultaban las recetas que contiene el Papiro de
Ebers. Otra opción es que fuera libreta de apuntes
con la cual los cirujanos egipcios enseñaban a sus
alumnos, ya que contiene demasiada información
como para poder transmitirla de manera oral y es
posible, además, que los comentarios adicionales
que contiene el papiro hayan sido hechos por el
maestro con base en discusiones, fórmulas y di-
rectrices acumuladas con anterioridad. Finalmen-
te, una tercera opción es que el papiro pudiera ser
un registro de la instrucción recibida por los estu-
diantes de medicina y cirugía.
Sobre lo que no hay duda es que el autor de nues-
tro tratado se interesaba por el cuerpo humano y los
fenómenos que exhibe, independientemente de su
capacidad para ofrecer algún tratamiento. Queda cla-
ro que sus observaciones de los órganos humanos
Figura 3.
El Papiro de Edwin Smith en su
ubicación actual.
González FRF, Flores SPL. Papiro de Edwin Smith MG
An Med (Mex) 2005; 50 (1): 43-48
46
edigraphic.com
aquí descritos no son meramente casuales y que el li-
bro no es un estudio sistemático del cuerpo humano;
aunque su organización semeja los textos actuales de
anatomía y fisiología, este documento es meramente
una disertación de lesiones.
En este tratado aparecen por primera vez términos
médicos específicos como: cerebro, fractura y con-
vulsión.
También se describen por primera vez procesos
fisiológicos, entre ellos: el retorno sanguíneo, el sis-
tema nervioso y la importancia de la columna verte-
bral como centro de control y movimiento.
La discusión de cada caso en sí mismo lleva un
orden sistemático, que incluye: título, examen, diag-
nóstico, tratamiento (a menos que fuera un caso fa-
tal) y glosas (un pequeño diccionario de términos
obscuros).
Título: consiste de la palabra “instrucciones”, se-
guido de la designación de la lesión, junto con la in-
dicación de la región u órgano afectados, a veces con
detalles adicionales. Por ejemplo, el caso 4 dice:
“Instrucciones concernientes a una herida abierta en
la cabeza, que penetra y divide el cráneo.”
Examen: Está escrito como instruyendo a una se-
gunda persona, es decir, utilizando el pronombre de
segunda persona del singular. Por ejemplo: “si Usted
examina a un hombre que tiene..., debe colocar sus
manos sobre... o inspeccione...” Estas descripciones
nos permiten inferir que los médicos de la época ob-
tenían información de cinco diferentes maneras: a
través de interrogatorios, observación visual, olfato,
palpación, y evaluación de movimientos de partes
del cuerpo dirigidos por el examinador.
Veredicto: Siempre inicia con las siguientes pala-
bras: “Deberá decir con respecto a...”, seguidas por
dos partes: La primera, donde se repite el enunciado
del título y, la segunda, uno de tres posibles enuncia-
dos: Una enfermedad que trataré, una enfermedad
que contendré y una enfermedad que no debe ser tra-
tada. Los anteriores son veredictos, no pronósticos.
Un ejemplo de veredicto es: “Con respecto a uno que
tiene una herida abierta en la cabeza, penetrando al
hueso y aplastando su cráneo, mientras sufre rigidez
de su cuello, una enfermedad que no debo tratar”.
Tratamiento: En su discusión de los 48 casos, el
cirujano no opta siempre por una intervención tera-
péutica. De hecho, en 16 de ellos decide rechazarlo
y, de éstos, 12 tienen un veredicto desfavorable. Para
los demás, uno necesita un cambio de dieta, otro ne-
cesita un cambio de posición y para uno en particu-
lar no existe tratamiento alguno.
Las diferentes opciones de tratamiento que se
ofrecen son tres: La primera se refiere al exclusiva-
mente mecánico o quirúrgico, (tres casos), para los
cuales en el papiro se describe el uso de torundas,
hisopos de lino, vendas de lino manufacturadas para
el uso exclusivo de los cirujanos por los embalsama-
dores, algún tipo de tela adhesiva, suturas quirúrgi-
cas y cauterización (descritas por primera vez en la
literatura médica) y entablillados, muletas y soportes
para mantener al paciente en posición erecta.
La segunda opción de tratamiento es la combina-
ción del quirúrgico con uso externo de medicamen-
tos (20 casos).
La tercera opción es el uso de medicamentos ex-
ternos (19 casos).
Como una parte final del tratamiento, y no en to-
dos los casos, se menciona de manera sistemática
una serie de cláusulas de temporalidad, que se rela-
cionan directamente con la condición del enfermo, y
son tres: a) hasta que se recupere, b) hasta que el pe-
riodo de su enfermedad pase y c) hasta que alcance
un punto decisivo.
Se identifican 69 glosas que, de acuerdo con va-
rios autores, equivalen a la parte más valiosa del do-
cumento, porque constituyen un diccionario de tér-
minos médicos que demuestran que el papiro ya era
un documento antiguo.
ALGUNOS CASOS
Caso 6
Título: Instrucciones concernientes a una herida
abierta en su cabeza, penetrando el hueso, aplastan-
do el cráneo, dejando abierto el cerebro de su cráneo.
Examen: Si examina a un hombre que tiene una
herida abierta en su cabeza, penetrando el hueso,
aplastando el cráneo, dejando abierto el cerebro de
su cráneo, deberá palpar su herida, si encuentra en la
parte aplastada esas corrugaciones como las que se
forman en el cobre fundido y algo reblandecido y
agitado bajo los dedos, como la parte débil de la co-
rona de un infante antes de que se haga uno, cuando
González FRF, Flores SPL. Papiro de Edwin Smith
An Med (Mex) 2005; 50 (1): 43-48
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edigraphic.com
sucede que ya no hay reblandecimiento y movimien-
to bajo los dedos, hasta que el cerebro en su cráneo
está abierto, y sangra por la nariz y sufre rigidez de
su cuello...
Veredicto: Deberá decir concerniente a él, “un pa-
decimiento que no debo tratar”.
Tratamiento: Deberá untar la herida con grasa, no
cubrirla ni afrontarla, hasta que se dé cuenta que al-
canzó un punto decisivo.
Glosa: “Aplastando su cráneo” y “dejando abierto
el cerebro de su cráneo” quiere decir que la herida es
grande, que se abre hacia el interior de su cráneo y a
las membranas que envuelven el cerebro, por lo que
deja abierto el líquido interior de su cabeza.
Caso 11
“Si examina a un hombre que tiene rota la columna
de su nariz, su nariz está desfigurada y deprimida,
mientras que la hinchazón arriba protruye y sangra
por los orificios nasales, deberá limpiar con dos ta-
pones de lino. Deberá colocar otros dos tapones de
lino, saturados con grasa, en la parte interior de los
orificios nasales, y deberá colocar dos rollos duros
de lino con los que se sujetará su nariz”
Caso 25
“Si examina a un hombre que tenga dislocada su
mandíbula y su boca abierta, deberá colocar su pul-
gar en la parte final de la rama de la mandíbula, sus
dos garras (dedos), bajo su mentón y así reducir la
dislocación. Nunca ha habido y nunca habrá otro
método para reducir este tipo de dislocaciones.”
Caso 31
Titulo: Instrucciones concernientes a la dislocación
en una vértebra en su cuello.
Examen: Si examina a un hombre que tiene una
dislocación en una vértebra de su cuello, si lo en-
cuentra inconsciente de sus dos brazos y de sus dos
piernas en relación a eso, y gotea orina de su miem-
bro sin que él lo sepa; su carne ha recibido viento,
sus dos ojos están muy rojos, es una dislocación de
una vértebra de su cuello que se extiende hacia el
hueso de la espalda y le ocasiona estar inconsciente
de sus dos brazos y sus dos piernas. Pero, si la vérte-
bra media de su cuello está dislocada, es una emisión
de semen que sale de su falo.
Veredicto: Deberá decir respecto a él, “uno que
tiene dislocación de la vértebra de su cuello, mien-
tras está inconsciente de sus dos piernas y sus dos
brazos y su orina escurre, una lesión que no debe tra-
tarse”.
Glosa: “Una dislocación en una vértebra de su
cuello”, habla de una separación de una vértebra de
su cuello de otra, la carne que le cubre no está lesio-
nada.
Caso 45
Título: Instrucciones concernientes a tumores en su
pecho.
Examen: Si examina a un hombre con un tumor
abultado en su pecho y encuentra que la hinchazón
se ha extendido sobre su pecho, y si pone su mano
sobre ese pecho, sobre esos tumores, y los encuentra
fríos y no hay fiebre, y no tienen granulación, y no
forman líquido y no generan secreciones, y se tocan
como bultos.
Veredicto: Debería decir con respecto a él: “Uno
que tiene tumores abultados, una enfermedad que
debo contener”.
Tratamiento: No hay tratamiento. Si encuentra tu-
mores abultados en cualquier miembro de un hom-
bre, deberá tratarlo de acuerdo a estas direcciones.
(Que no se haga nada).
Caso 48
Título: Instrucciones concernientes a un desgarro de
una vértebra en su columna vertebral.
Examen: Si examina a un hombre con un desgarro
en una vértebra de su columna vertebral, deberá de-
cirle: “extienda ahora sus dos piernas y contráigalas
otra vez”. Cuando extiende las dos y las contrae in-
mediatamente por el dolor que causa en la vértebra
de su columna vertebral en la que sufre.
Veredicto: Deberá decir con respecto a él: “Uno
que tiene un desgarro en la vértebra de su columna
espinal, un padecimiento que debo tratar”.
Tratamiento: Deberá colocarlo postrado en su es-
palda y deberá hacerle...
González FRF, Flores SPL. Papiro de Edwin Smith MG
An Med (Mex) 2005; 50 (1): 43-48
48
edigraphic.com
sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c
cihpargidemedodabor
:rop odarobale FDP
VC ed AS, cidemihparG
arap
acidémoiB arutaretiL :cihpargideM
sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c
Y nunca sabremos qué. El papiro llega a un
abrupto final a la mitad de una oración, y la voz del
autor nunca es escuchada nuevamente, no se sabe
porqué, pero al parecer el escritor simplemente sus-
pendió la escritura.
CONCLUSIONES
El autor del Papiro de Smith fue un científico médi-
co nato, su ciencia puede ser cuestionada, ya que se
ha sugerido que sin las consideraciones teóricas, la
cirugía es meramente un arte manual. Sin embargo,
esto es un error: los médicos se darán cuenta de que
tal tratado es la altura y la esencia de la ciencia mé-
dica. La ciencia médica es la observación fina de he-
chos, su clasificación, la valoración adecuada de su
importancia, y la aplicación correcta en casos simila-
res. Esto lo encontramos hermosamente ejemplifica-
do en nuestro papiro.
De acuerdo a lo que escribe, podemos deducir que
el autor tuvo una mente lúcida, una memoria vívida
y una gran capacidad para poner orden. Lo anterior,
junto con su sentido de lo que es significativo, son
manifestaciones perfectas de la inteligencia humana.
Su estilo agudo, conciso, claro y dogmático inspira
confianza. Su habilidad para discernir aspectos im-
portantes demuestra su inspiración científica, mien-
tras que sus evaluaciones de los hechos reflejan al
artista nato. Este documento es la primera tesis espe-
cializada en una materia específica; el primero con
un orden racional de exposición y el primero en uti-
lizar terminología no inteligible al hombre común.
El primer ejemplo de pensamiento inductivo correc-
to en la historia y aún más, una obra de arte digna de
ser admirada por todo médico.
REFERENCIAS
1. Breasted JH. The Edwin Smith Surgical Papyrus. University
of Chicago Press, 1991.
2. Atta HM. Edwin Smith surgical papyrus: The oldest known
surgical treatise. Am Surg 1999; 65: 1190–1192.
3. Masdeu JC. Aphasia. Arch Neurol 2000; 57: 892-895.
Premio Nobel de Medicina 1975
Renato Dulbecco
David Baltimore
Howard Martin Temin
Howard Martin Temin. Nació en Filadelfia en 1934. Realizó sus estudios
superiores y el doctorado en el Instituto de Tecnología de Pasadena (Ca-
lifornia) y hasta 1970 fue profesor adjunto de la Universidad de Wiscon-
sin. Posteriormente fue profesor de oncología en el Marc Ardle Labora-
tory de Madison. Las teorías formuladas por Temin fueron consideradas
casi como revolucionarias dentro del mundo científico de la época. Estu-
dió los virus que contienen diversas clases de material genético, inyectó
ARN de virus en células y descubrió que éstas adquirían ciertas cualida-
des del virus, lo que indicaba que el material genético viral subsistía en
ellas. También indicó que la multiplicación viral y la transformación nece-
sitan de la síntesis de un ácido desoxirribonucleico.

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El papiro edwin smith

  • 1. Otras secciones de este sitio: Índice de este número Más revistas Búsqueda Others sections in this web site: Contents of this number More journals Search Artículo: El Papiro quirúrgico de Edwin Smith Derechos reservados, Copyright © 2005: Asociación Médica del American British Cowdray Hospital, AC ANALES MEDICOS Número Number 1 Enero-Marzo January-March 2005Volumen Volume 5 0 edigraphic.com
  • 2. edigraphic.com Historia y filosofía de la medicina ANALES MEDICOS Vol. 50, Núm. 1 Ene. - Mar. 2005 pp. 43 - 48 INTRODUCCIÓN James Henry Breasted, 1865-1935 (Figura 1), fue el director del Instituto de Estudios Orientales de la Universidad de Chicago en la década de los años 20. La Dra. Caroline Ransom Williams, alumna de Breated, le presentó lo que describió como “el docu- mento más importante de conocimiento médico que ha sobrevivido para nosotros desde el Egipto Anti- guo”. Breasted asumió total responsabilidad en la traducción y edición del mismo. En 1930, después de varios años de trabajo e investigaciones, se publi- caron 2,000 volúmenes, de los cuales, 551 se vendie- ron en Inglaterra y 449 en los Estados Unidos, 1,000 * Hospital Central Médico Quirúrgica de Aguascalientes. Recibido para publicación: 28/10/04. Aceptado para publicación: 17/11/04. Correspondencia: Dr. Ricardo F. González Fisher F.A.C.S. Quinta Avenida # 702-305, Fraccionamiento Agricultura, 20234 Aguascalientes, Ags. E-mail: cancer@aguascalientes. com El Papiro quirúrgico de Edwin Smith Ricardo F González Fisher,* Patricia L Flores Shaw ABSTRACT Medical Science has gone through revolutionary changes through- out the centuries. Transition from superstitious interpretations of disease to the scientific point of view cannot be placed at a specific date. Edwin Smith’s Surgical Papyrus presents for the first time the doctor who seeks into the mysteries of the human body and recog- nizes processes and conditions caused by physical agents. This document describes specific cases and concrete episodes that incite the reader to reach rational conclusions based on science. The au- thor of this treatise was interested in the human body and the char- acteristics that it shows regardless of his capacity to offer treat- ment. It is clear that the observations of the human organs de- scribed here are not casual and that the book is not a systematic study of the human body. Although its organization resembles the one from the contemporary anatomy and physiology textbooks, this text is only a dissertation of injuries. Key words: Edwin Smith’s surgical papyrus, Ebers’ papyrus. RESUMEN La ciencia médica ha atravesado cambios revolucionarios a lo largo de los siglos. La transición entre las interpretaciones supersticiosas de la enfermedad y el punto de vista científico no puede ser ubicada en una fecha exacta. En el Papiro de Edwin Smith, se descubre por primera vez al médico que busca los misterios del cuerpo humano y reconoce procesos y condiciones surgidos de causas físicas. En él se describen casos específicos, y hechos concretos que incitan al lector a realizar conclusiones racionales basadas en la ciencia. El autor de nuestro tratado se interesaba por el cuerpo humano y los fenómenos que éste exhibe, independientemente de su capacidad de ofrecerle tratamiento. Queda claro que sus observaciones de los órganos hu- manos aquí descritos no son meramente casuales, y que el libro no es un estudio sistemático del cuerpo humano. Aunque su organiza- ción se asemeja a los textos actuales de anatomía y fisiología, este documento es meramente una disertación de lesiones. Palabras clave: Papiro Smith, Papiro de Ebers. más se almacenaron en el Instituto de Estudios Orientales y se encuadernaron en diferentes tirajes para su distribución de manera intermitente hasta Figura 1. Dr. James Henry Breasted.
  • 3. González FRF, Flores SPL. Papiro de Edwin Smith MG An Med (Mex) 2005; 50 (1): 43-48 44 edigraphic.com agotarlos en la década de los 70. En 1991, se realizó un nuevo tiraje de 300 libros más. El documento que nos ocupa lleva el nombre de Edwin Smith (1822–1906) quien era un aventurero y traficante de antigüedades nacido en Connecticut en 1822 (el mismo año en que se logró descifrar la es- critura egipcia). El joven Smith se interesó en la egiptología, por lo que estudió el idioma egipcio en Londres y París antes de trasladarse a Luxor entre fi- nales de 1857 y principios de 1858 donde vivió has- ta 1876. Aunque durante la mayor parte de su vida adulta existía ya la fotografía, es muy posible que nunca se le haya retratado, al menos no se ha identi- ficado una fotografía suya; sin embargo, de acuerdo con John A. Larson, quien desde 1980 es el archivis- ta del Instituto de Estudios Orientales de la Universi- dad de Chicago (comunicación personal), existe una pintura al óleo de Edwin Smith realizada alrededor de 1847 es decir 10 años antes de su aventura en Luxor; esta pintura pertenece a la Sociedad Histórica de Nueva York (Figura 2). Aunque aparentemente no publicó nada, es evi- dente que Edwin Smith conocía bien la egiptolo- gía, ya que Goodwin, especialista en la misma, lo reconoció por haber sido quien identificó la fecha escrita en otro papiro médico importante, el Papi- ro de Ebers. En enero de 1862, Smith adquirió el papiro de Mustafá Aga quien, aparentemente de manera fraudulenta, lo dividió en dos partes, hecho que reconoció E. Smith, por lo que se dio a la tarea de unirlo, identificar y acomodar sus elementos y los espacios faltantes, haciendo un intento inicial de traducirlo. Lo conservó hasta su muerte, cuando su hija lo donó a la Sociedad Histórica de Nueva York. Actualmente se encuentra en poder de la Academia de Medicina de Nueva York. EL PAPIRO El Papiro Quirúrgico de Edwin Smith es un tratado médico egipcio que data aproximadamente del siglo 17 antes de la era cristiana. Actualmente se conserva desenrollado entre cristales en la Academia de Medicina de Nueva York (Figura 3); mide aproximadamente 4.68 m y por lo menos una columna se encuentra perdida por lo que su longitud original podría ser de al menos cinco metros. Mide 33 cm de alto, lo que corresponde a la medi- da característica de los rollos escritos en la época de los imperios medio y antiguo (1700 AC). Se compo- ne de 12 hojas de 40 cm de ancho cada una, unidas de manera impecable, lo cual lo convierte en una va- liosa obra de arte. Consta de 17 columnas escritas en la parte ante- rior (recto) y cinco en la posterior (verso), todas en líneas horizontales. Las 17 columnas de la cara anterior constituyen un tratado quirúrgico que se basa en la exposición de 48 casos —esta parte no menciona “recetas” como otros papiros de la época—. Estos casos están organizados de forma sistemáti- ca, comenzando por lesiones en la cabeza y siguien- do de manera caudal. Lesiones en la cabeza 27 ca- Figura 2. Edwin Smith (1847) pintura al óleo por Francesco Anelli (actualmente en la colección de la New York Historical Society).
  • 4. González FRF, Flores SPL. Papiro de Edwin Smith An Med (Mex) 2005; 50 (1): 43-48 45 edigraphic.com sos; cuello y garganta seis; clavícula dos; húmero dos; esternón, tejidos blandos del tórax y costillas ocho; hombros uno; columna vertebral ¿lumbar? un caso incompleto. De acuerdo con el tipo de escritura, el papiro es por lo menos una generación más antiguo que el Pa- piro de Ebers, lo cual lo coloca alrededor de la parte final del siglo XVII antes de la era actual. Se ha especulado sobre que su autor fue el gran Imhotep, el médico conocido más antiguo. Sin em- bargo, el papiro es más objetivo y menos mágico, lo cual no corresponde con la investidura religiosa de Imhotep. También se cree que este manuscrito es una copia de otro de mayor antigüedad (3000 a 2500 AC) ya que, por una parte, el vocabulario y la gramática tie- nen características propias del reino antiguo, además de que existen 69 glosas en las que se explica termi- nología que en el papiro llaman antigua. Se tienen diferentes teorías sobre el origen de los casos descritos en el Papiro de Edwin Smith. Breasted sugiere que el autor pudo ser un cirujano militar debido a la gran frecuencia de lesiones trau- máticas que se presentan; sin embargo, Kamel Hus- sein considera que lo anterior es poco probable ya que, durante la cuarta dinastía, los egipcios no eran un pueblo bélico, sino constructor —en esta época se edificaron las grandes pirámides—; esto dio a nuestro cirujano la oportunidad de estudiar lesiones causadas por caídas de gran altura, con las que de- bió de haber tenido una gran experiencia surgida del contacto con cientos de casos surgidos de entre los miles de constructores que trabajaron por un pe- ríodo de más de 30 años, lo cual le permitió indivi- dualizarlos, examinarlos, compararlos y pronosti- carlos con gran habilidad y confianza. Entre los cien mil hombres que trabajaron durante esos 30 años se tuvo una oportunidad irrepetible de estudiar este tipo de lesiones. Ningún ejército y ninguna guerra hubieran permitido que se dedicara tanto tiempo a una obra de tal magnitud. Se ha especulado que el papiro en cuestión pudo haber tenido una de las siguientes tres funciones: Primera, un manual utilizado por los cirujanos en su práctica diaria, tal como se supone que con- sultaban las recetas que contiene el Papiro de Ebers. Otra opción es que fuera libreta de apuntes con la cual los cirujanos egipcios enseñaban a sus alumnos, ya que contiene demasiada información como para poder transmitirla de manera oral y es posible, además, que los comentarios adicionales que contiene el papiro hayan sido hechos por el maestro con base en discusiones, fórmulas y di- rectrices acumuladas con anterioridad. Finalmen- te, una tercera opción es que el papiro pudiera ser un registro de la instrucción recibida por los estu- diantes de medicina y cirugía. Sobre lo que no hay duda es que el autor de nues- tro tratado se interesaba por el cuerpo humano y los fenómenos que exhibe, independientemente de su capacidad para ofrecer algún tratamiento. Queda cla- ro que sus observaciones de los órganos humanos Figura 3. El Papiro de Edwin Smith en su ubicación actual.
  • 5. González FRF, Flores SPL. Papiro de Edwin Smith MG An Med (Mex) 2005; 50 (1): 43-48 46 edigraphic.com aquí descritos no son meramente casuales y que el li- bro no es un estudio sistemático del cuerpo humano; aunque su organización semeja los textos actuales de anatomía y fisiología, este documento es meramente una disertación de lesiones. En este tratado aparecen por primera vez términos médicos específicos como: cerebro, fractura y con- vulsión. También se describen por primera vez procesos fisiológicos, entre ellos: el retorno sanguíneo, el sis- tema nervioso y la importancia de la columna verte- bral como centro de control y movimiento. La discusión de cada caso en sí mismo lleva un orden sistemático, que incluye: título, examen, diag- nóstico, tratamiento (a menos que fuera un caso fa- tal) y glosas (un pequeño diccionario de términos obscuros). Título: consiste de la palabra “instrucciones”, se- guido de la designación de la lesión, junto con la in- dicación de la región u órgano afectados, a veces con detalles adicionales. Por ejemplo, el caso 4 dice: “Instrucciones concernientes a una herida abierta en la cabeza, que penetra y divide el cráneo.” Examen: Está escrito como instruyendo a una se- gunda persona, es decir, utilizando el pronombre de segunda persona del singular. Por ejemplo: “si Usted examina a un hombre que tiene..., debe colocar sus manos sobre... o inspeccione...” Estas descripciones nos permiten inferir que los médicos de la época ob- tenían información de cinco diferentes maneras: a través de interrogatorios, observación visual, olfato, palpación, y evaluación de movimientos de partes del cuerpo dirigidos por el examinador. Veredicto: Siempre inicia con las siguientes pala- bras: “Deberá decir con respecto a...”, seguidas por dos partes: La primera, donde se repite el enunciado del título y, la segunda, uno de tres posibles enuncia- dos: Una enfermedad que trataré, una enfermedad que contendré y una enfermedad que no debe ser tra- tada. Los anteriores son veredictos, no pronósticos. Un ejemplo de veredicto es: “Con respecto a uno que tiene una herida abierta en la cabeza, penetrando al hueso y aplastando su cráneo, mientras sufre rigidez de su cuello, una enfermedad que no debo tratar”. Tratamiento: En su discusión de los 48 casos, el cirujano no opta siempre por una intervención tera- péutica. De hecho, en 16 de ellos decide rechazarlo y, de éstos, 12 tienen un veredicto desfavorable. Para los demás, uno necesita un cambio de dieta, otro ne- cesita un cambio de posición y para uno en particu- lar no existe tratamiento alguno. Las diferentes opciones de tratamiento que se ofrecen son tres: La primera se refiere al exclusiva- mente mecánico o quirúrgico, (tres casos), para los cuales en el papiro se describe el uso de torundas, hisopos de lino, vendas de lino manufacturadas para el uso exclusivo de los cirujanos por los embalsama- dores, algún tipo de tela adhesiva, suturas quirúrgi- cas y cauterización (descritas por primera vez en la literatura médica) y entablillados, muletas y soportes para mantener al paciente en posición erecta. La segunda opción de tratamiento es la combina- ción del quirúrgico con uso externo de medicamen- tos (20 casos). La tercera opción es el uso de medicamentos ex- ternos (19 casos). Como una parte final del tratamiento, y no en to- dos los casos, se menciona de manera sistemática una serie de cláusulas de temporalidad, que se rela- cionan directamente con la condición del enfermo, y son tres: a) hasta que se recupere, b) hasta que el pe- riodo de su enfermedad pase y c) hasta que alcance un punto decisivo. Se identifican 69 glosas que, de acuerdo con va- rios autores, equivalen a la parte más valiosa del do- cumento, porque constituyen un diccionario de tér- minos médicos que demuestran que el papiro ya era un documento antiguo. ALGUNOS CASOS Caso 6 Título: Instrucciones concernientes a una herida abierta en su cabeza, penetrando el hueso, aplastan- do el cráneo, dejando abierto el cerebro de su cráneo. Examen: Si examina a un hombre que tiene una herida abierta en su cabeza, penetrando el hueso, aplastando el cráneo, dejando abierto el cerebro de su cráneo, deberá palpar su herida, si encuentra en la parte aplastada esas corrugaciones como las que se forman en el cobre fundido y algo reblandecido y agitado bajo los dedos, como la parte débil de la co- rona de un infante antes de que se haga uno, cuando
  • 6. González FRF, Flores SPL. Papiro de Edwin Smith An Med (Mex) 2005; 50 (1): 43-48 47 edigraphic.com sucede que ya no hay reblandecimiento y movimien- to bajo los dedos, hasta que el cerebro en su cráneo está abierto, y sangra por la nariz y sufre rigidez de su cuello... Veredicto: Deberá decir concerniente a él, “un pa- decimiento que no debo tratar”. Tratamiento: Deberá untar la herida con grasa, no cubrirla ni afrontarla, hasta que se dé cuenta que al- canzó un punto decisivo. Glosa: “Aplastando su cráneo” y “dejando abierto el cerebro de su cráneo” quiere decir que la herida es grande, que se abre hacia el interior de su cráneo y a las membranas que envuelven el cerebro, por lo que deja abierto el líquido interior de su cabeza. Caso 11 “Si examina a un hombre que tiene rota la columna de su nariz, su nariz está desfigurada y deprimida, mientras que la hinchazón arriba protruye y sangra por los orificios nasales, deberá limpiar con dos ta- pones de lino. Deberá colocar otros dos tapones de lino, saturados con grasa, en la parte interior de los orificios nasales, y deberá colocar dos rollos duros de lino con los que se sujetará su nariz” Caso 25 “Si examina a un hombre que tenga dislocada su mandíbula y su boca abierta, deberá colocar su pul- gar en la parte final de la rama de la mandíbula, sus dos garras (dedos), bajo su mentón y así reducir la dislocación. Nunca ha habido y nunca habrá otro método para reducir este tipo de dislocaciones.” Caso 31 Titulo: Instrucciones concernientes a la dislocación en una vértebra en su cuello. Examen: Si examina a un hombre que tiene una dislocación en una vértebra de su cuello, si lo en- cuentra inconsciente de sus dos brazos y de sus dos piernas en relación a eso, y gotea orina de su miem- bro sin que él lo sepa; su carne ha recibido viento, sus dos ojos están muy rojos, es una dislocación de una vértebra de su cuello que se extiende hacia el hueso de la espalda y le ocasiona estar inconsciente de sus dos brazos y sus dos piernas. Pero, si la vérte- bra media de su cuello está dislocada, es una emisión de semen que sale de su falo. Veredicto: Deberá decir respecto a él, “uno que tiene dislocación de la vértebra de su cuello, mien- tras está inconsciente de sus dos piernas y sus dos brazos y su orina escurre, una lesión que no debe tra- tarse”. Glosa: “Una dislocación en una vértebra de su cuello”, habla de una separación de una vértebra de su cuello de otra, la carne que le cubre no está lesio- nada. Caso 45 Título: Instrucciones concernientes a tumores en su pecho. Examen: Si examina a un hombre con un tumor abultado en su pecho y encuentra que la hinchazón se ha extendido sobre su pecho, y si pone su mano sobre ese pecho, sobre esos tumores, y los encuentra fríos y no hay fiebre, y no tienen granulación, y no forman líquido y no generan secreciones, y se tocan como bultos. Veredicto: Debería decir con respecto a él: “Uno que tiene tumores abultados, una enfermedad que debo contener”. Tratamiento: No hay tratamiento. Si encuentra tu- mores abultados en cualquier miembro de un hom- bre, deberá tratarlo de acuerdo a estas direcciones. (Que no se haga nada). Caso 48 Título: Instrucciones concernientes a un desgarro de una vértebra en su columna vertebral. Examen: Si examina a un hombre con un desgarro en una vértebra de su columna vertebral, deberá de- cirle: “extienda ahora sus dos piernas y contráigalas otra vez”. Cuando extiende las dos y las contrae in- mediatamente por el dolor que causa en la vértebra de su columna vertebral en la que sufre. Veredicto: Deberá decir con respecto a él: “Uno que tiene un desgarro en la vértebra de su columna espinal, un padecimiento que debo tratar”. Tratamiento: Deberá colocarlo postrado en su es- palda y deberá hacerle...
  • 7. González FRF, Flores SPL. Papiro de Edwin Smith MG An Med (Mex) 2005; 50 (1): 43-48 48 edigraphic.com sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c cihpargidemedodabor :rop odarobale FDP VC ed AS, cidemihparG arap acidémoiB arutaretiL :cihpargideM sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c Y nunca sabremos qué. El papiro llega a un abrupto final a la mitad de una oración, y la voz del autor nunca es escuchada nuevamente, no se sabe porqué, pero al parecer el escritor simplemente sus- pendió la escritura. CONCLUSIONES El autor del Papiro de Smith fue un científico médi- co nato, su ciencia puede ser cuestionada, ya que se ha sugerido que sin las consideraciones teóricas, la cirugía es meramente un arte manual. Sin embargo, esto es un error: los médicos se darán cuenta de que tal tratado es la altura y la esencia de la ciencia mé- dica. La ciencia médica es la observación fina de he- chos, su clasificación, la valoración adecuada de su importancia, y la aplicación correcta en casos simila- res. Esto lo encontramos hermosamente ejemplifica- do en nuestro papiro. De acuerdo a lo que escribe, podemos deducir que el autor tuvo una mente lúcida, una memoria vívida y una gran capacidad para poner orden. Lo anterior, junto con su sentido de lo que es significativo, son manifestaciones perfectas de la inteligencia humana. Su estilo agudo, conciso, claro y dogmático inspira confianza. Su habilidad para discernir aspectos im- portantes demuestra su inspiración científica, mien- tras que sus evaluaciones de los hechos reflejan al artista nato. Este documento es la primera tesis espe- cializada en una materia específica; el primero con un orden racional de exposición y el primero en uti- lizar terminología no inteligible al hombre común. El primer ejemplo de pensamiento inductivo correc- to en la historia y aún más, una obra de arte digna de ser admirada por todo médico. REFERENCIAS 1. Breasted JH. The Edwin Smith Surgical Papyrus. University of Chicago Press, 1991. 2. Atta HM. Edwin Smith surgical papyrus: The oldest known surgical treatise. Am Surg 1999; 65: 1190–1192. 3. Masdeu JC. Aphasia. Arch Neurol 2000; 57: 892-895. Premio Nobel de Medicina 1975 Renato Dulbecco David Baltimore Howard Martin Temin Howard Martin Temin. Nació en Filadelfia en 1934. Realizó sus estudios superiores y el doctorado en el Instituto de Tecnología de Pasadena (Ca- lifornia) y hasta 1970 fue profesor adjunto de la Universidad de Wiscon- sin. Posteriormente fue profesor de oncología en el Marc Ardle Labora- tory de Madison. Las teorías formuladas por Temin fueron consideradas casi como revolucionarias dentro del mundo científico de la época. Estu- dió los virus que contienen diversas clases de material genético, inyectó ARN de virus en células y descubrió que éstas adquirían ciertas cualida- des del virus, lo que indicaba que el material genético viral subsistía en ellas. También indicó que la multiplicación viral y la transformación nece- sitan de la síntesis de un ácido desoxirribonucleico.