SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 5
Instituto Universitario Nacional del Arte
Departamento de Artes del Movimiento
Historia Socio Cultural del Arte
Cátedra de Daniel Sánchez
Definición de Alegoría, según Juan Eduardo Cirlot
CIRLOT, Juan Eduardo: (1968) Diccionario de símbolos, Barcelona, Ed. Labor, 1969.
Alegoría: Representaciones gráficas o artísticas, imágenes poéticas y literarias;
simbolización [representación] generalmente consciente de ideas hechas, basada en la
personificación. Se comprende, pues, dado el intenso antropoformismo de la civilización
griega, que en ella tuvieran las alegorías una amplia función (durante el helenismo) que
luego paso a Roma y, por los poetas latinocristianos y los bizantinos, a la Edad Media. Las
alegorías fueron muy usadas durante todos esos tiempos y también, o más aún, en el
Renacimiento y en el Barroco, llegando, puede decirse, a nuestros tiempos. Aunque no son
símbolos, se basan en cierto material simbólico, o lo incluyen, y pueden tener repentinas
“resurrecciones” desde su pétrea situación de semiverdades. Se ha dicho que el símbolo da
la imagen (y la emoción) de una forma superior de realidad, mientras la alegoría, por el
contrario materializa –aunque sea estéticamente- ideas abstractas, virtudes, etc., de modo
más bien convencional. La Alegoría se hallaría en el extremo opuesto respecto del símbolo,
en situación parecida a la del signo convencional. Desde el lado histórico y humanista, con
todo, posee un valor mucho más considerable. Siendo las figuras humanas impotentes para
representar tantas abstracciones como se deseara alegorizar, hubo que recurrir al atributo
(objeto característico, ser, incluso ambiente, que se asocia a la personificación en modo
constante).No podemos hacer aquí una historia de la alegoría, sólo citaremos que, entre los
griegos, la mitología cita como “divinidades alegóricas” a la Fortuna, la Venganza, la Libertad,
la Ocasión, la Fama, la Paz, el Trabajo, la Noche, la Muerte.
Las alegorías más frecuentes son: la Abundancia, la Equidad, la Eternidad, la
Riqueza, la Buena Suerte, la Clemencia, la Concordia, la Felicidad, la Fe, la Fortuna, la
Alegría, el Honor, la Indulgencia, la Justicia, la Liberalidad, la Libertad, la Paciencia, la Paz, el
Pudor, la Salud, la Seguridad, la Esperanza, la Fecundidad, la Victoria, la Virtud. Cuernos de
la abundancia, alas, armas, palmas, la balanza, etc. Seguramente no bastarían para que las
alegorías así tratadas fueran identificables, pero el epígrafe las explica En la Edad Media
podemos hallarlas en la decoración escultórica de iglesias; en la catedral de Amiens
aparecen: la Caridad, la Esperanza, la Desesperación, etc. (vicios y virtudes), expresados
más por acciones que por atributos.
En el ocaso de la Edad Media y hasta el romanticismo, las alegorías, con los
emblemas, formaron parte de la decoración pictórica y también de la ornamentación
ocasional con objeto de “entradas” de príncipes en ciudades u otros hechos solemnes.
•
Vale la pena subrayar que el simbolismo es genera­
do de dos nlanera3 distintas en este fragnlento. El sim­
bolismo naturaleza-cultura se basa en los tropos cono­
cidos como tnetonimia y sinécdoque. La metonimia
sustituye la causa por el efecto o viceversa (la locomo­
tora representa la industria porque es un efecto de la
Revolución industrial) y la sinécdoque toma la parte
por el todo o viceversa (el caballo representa la Natura­
leza porque fonna parte de ella). El simbolismo sexual,
por otra parte, se basa en la metáfora y el símil, en que
una cosa equivale a otra por cierta semejanza entre
ellas; el dOlninio de Gerald sobre su yegua es descrito
de tal manera que hace pensar en un acto sexual huma­
no. Esa distinción, originalmente formulada por el es­
tructuralista ruso ROlnan Jakobson, actúa en todos los
niveles del texto literario, y de hecho también fuera de
la literatura, como n1i protagonista Robyn Penrose de­
mostró a un escéptico Vic Wilcox. en ¡Buen t:rabajo!,
mediante el análisis de anuncios de cigarrillos. Para ver
más ejemplos de cómo opera todo ello en el simbolis­
mo narrativo, veáse el pasaje de Graham Greene anali­
zado bajo el título <<:Lo exótico» en la sección 35.
lal"¡'n,:1,
i
3I'"Ji
LA ALEGORÍA
No obstante, por lo que pude colegir en forma concreta,
comprendí que tenían dos clases distintas de moneda en
circulación, cada una regida por SUs propios bancosy su pe­
C'utlar código mercantil. Uno de los dos sistemas (el que re­
gía en los Bancos Musicales) considerábase como el verda­
dero y la moneda que emitía como la moneda legal,en la
que habían de concertarse todas las operaciones financie­
ras; y por lo que pude ver, todas las personas que qturían
pasar por 'respetables tenían una cuenta co"íente, de más
o menos importancia, abierta en esos bancos. Por otra par­
te, si hay algún detalle del cualpuedo estar más seguro que
de todo lo demás, es de que el importe de esas cuentas
con-ientes carecía de todo valor comercial verdadero fuera
del banco. Estoy convencido de que los directores y cajeros
de los Bancos Musicales no cobraban su sueldo en su propia
moneda. El señor Nosnibor solía ir a esos bancos, o mejor
dicho al gran banco central de la capital, en alguna que
otra ocasión, pero no muy a menudo. En cambio e1~a el me­
,,1
,"
. jor sostén de uno de los otros bancos, si bien parece ser que.,;11',
·1;, ' desempdíaba asimismo algún Citrgo, de poca imp01~tancia,
.~ ~
,,1, en los Bancos Musicales. Las se'Fioras iban allísolas, por re­
228
229
gla general; lo mismo ocurría, además, en todas las fami­
lias, salvo en las wandes ocasiones.
Hacía tiC'lllpO que quería obtener máspormenores de esa
extraña organización y que sentía el más fuerte deseo de
acompañar a la esposa de mi huéspedy a sus hijas. Hábíalas
visto :;alir casi todas las mañanas desde mi llegada y hahía
notado que llevaban sus bolsillos en la mano, no diré que con
ostentación, pero síde tal modo que las personas que cruza­
ran en la calle comprendiesen a qué lugar se dirigían. Has­
ta aquel día, sin embargo, nunca me habían pedido que las
acompañase.
SAMUEL BUTLER, Ere"Whon (r872).
Traducción de Ogier Preteceille.
La al~goría es una forma especializada de narrativa sim­
bólica, que no se limita a sugerir algo más allá de su sig­
nificado literal, sino que insiste en ser descifrada en tér­
minos de otro significado. La alegoría más famosa en
lengua inglesa es Elperegrino de John Bunyan, que ale­
goriza la lucha cristiana para alcanzar la salvación en
forma de un viaje desde la Ciudad de la Destnlcción, a
través de obstáculos y distracciones tales COlTIO el Abis­
fila de la Desesperación y la Feria de las Vanidades, has­
ta la Ciudad Celestial. Se personifican las virrudes y los
vicios: son personajes que Cristiano, el protagonista, se
encuentra por el camino. Por ejemplo:
Ahora, cuando había alcanzado la cima de la colina, llegaron
dos hombres corriendo a gran velocidad adonde él estaba; el
23°
•
¡.
uno se llamaba Asustadizo, yel otro Desconfiado; a los cua­
les Cristiano dijo: Señores, ¿qué ocurre? Corren ustedes en
dirección contraria. Asustadizo contestó que estaban yendo
a la Ciudad de Sión y que habían superado ese difícil obs-­
táculo; pero, dijo, cuanto más avanzamos, más peligros nos
encontramos; de modo que hemos dado media vuelta y es­
'tamos retrocediendo.
Puesto que el desarrollo de una narración alegórica es­
tá determinado en cada momento por su correspon­
dencia unívoca con el significado implícito, tiende a
obrar en contra de lo que Henry James llamaba «la
sensación de vida» en la novela. Así pues, en las obras
literarias no específicamente alegóricas la alegoría,
cuando alguna vez aparece, lo hace en relatos interpo­
lados como sueños (el mismo Peregrino se presenta
como un sueño) o historias que un personaje le cuenta
a otro. Un caso acabado de Graham Greene, por ejem­
plo, incluye un cuento infantil narrado por el protago­
nista Querry a la pueril Marie Rycker. La historia, en
torno a un cínico joyero que ha triunfado, es una ale­
goría transparente de la carrera profesional de Querry
en tanto que famoso arquitecto católico que ha perdi­
do la fe religiosa; es también irónicamente aplicable a
la propia vida y carrera literaria de Greene:
Todo el mundo deda que era lm artesano extraordinario,
pero también era muy elogiado por la seriedad de sus ternas
porque encima de cada huevo había una cruz de oro con pe­
dacitos de piedras preciosas incrustados en honor del Rey.
23 1
i
•
Las obras en que la alegoría se usa no de fonna ocasio­
nal sino como un recurso narrativo central suelen ser
fábulas didácticas y satíricas, como Los viajes de Gulli­
ver de Swift, Rebelión en la granja de Orwell y E1'"ewhon
de Bnder. En esas obras maestras un realismo superfi­
cial en la presentación confiere a los acontecimientos
fantásticos una especie de extraña plausibilidad y el
juego de correspondencias se desarrolla con tal ing'e­
nía y agudeza que nunca se vuelve aburridamente pre­
decible. El título Erewhon es nowhere ('en ningún sitio')
deletreado al revés (o casi). Butler sitúa así su libro en
la tradición de la Utopía C'no lugar', en griego) de To­
lnás Moro, descripción de un país imaginario que pre­
senta instructivas similitudes y diferencias respecto al
nuestro. Un joven inglés cruza una cadena de monta­
ñas en una lejana colonia del Imperio (que recuerda
Nueva Zelanda, donde Buder pasó varios años) y por
azar descubre un país hasta ese momento desconocido.
Sus habitantes han alcanzado aproximadamente el
Inis1l10 estadio de desarrollo que la Inglaterra victoria­
na, pero su sistema de valores y creencias parece ex­
travagante y perverso al narrador. Por ejemplo, con­
sideran la enfennedad un delito, cuyo culpable es
castigado y separado de la gente respetable, y el delito
una enfenuedad, que suscita la comniseración de amigos
y parientes y requiere costosos tratan1íentos imparti­
dos por compasivos Inédicos llalllados «rectificado­
res». Pronto captamos la idea fundalnental-Erewhol1
exhibe la 1noral y buenas costmn- bres de los victoria­
nos en fotInas desplazadas o invertidas-; pero es ím­
232
!!"
'111
1I~¡
portante que no la capte el narrador. Parte del placer
que nos proporciona ese tipo de narrativa es que nues­
tra inteligencia se ejercita y se siente halagada por la
interpretación de la alegoría.
Los «erewhonianos» no tienen ninguna creencia
religiosa, y atribuyellla observancia de la fiesta del Se­
ñor por parte del protagonista a «un ataque de in­
troversión que según sus observaciones nle daba cada
siete días». Lo que tienen en vez de fe son Bancos
Musicales, llamados así porque «todas las transaccio­
nes mercantiles se hacen con acompañamiento nlusi­
cal ... aunque la música en cuestión resultaba odiosa a
un oído europeo». Los.edificios en que dichas transac­
ciones se desarrollan están vistosamente decorados,
con revestimientos de mármol, esculturas, vidrieras,
etc. Las personas respetables cmno los Nosníbors
(Robinsons), que apadrinan al narrador, efectúan pe­
queñas transacciones financieras en esos bancos y la­
mentan que tan poca gente use todas las posibilidades
que dichas entidades ofrecen, aunque todo el mundo
sabe que la moneda que en ellas circula no tiene ver­
dadero valor.
Lo que se nos está dando a entender, con toda cla­
ridad, es que la religión victoriana era en gran parte un
ritual social y que, allnisnlo tielnpo que acataba en teo­
ría los principios del cristianismo, la burguesía inglesa
gestionaba en realidad sus asuntos con criterios total­
mente dístintos, criterios materialistas. Pero si leemos
y disfrutamos Erewhon, no es por su nlensaje, bastante
obvio, sino por la cOlnicidad surrealísta y la coherencia
.h,i
233
•
con que desarrolla las analogías, tan ricas en significa­
do. Es cierto, por ejemplo, que los bancos, especial­
mente los que son grarides e importantes, parecen
ig1esias o catedrales, en cuanto a su arquitectura y de­
coración; lo acertado de la analogía nos obliga a refle­
xionar sobre la hipocresía y falsas pretensiones tanto
de las instituciones financieras como de las eclesiásti­
cas. y el comportamiento discretamente autocompla­
ciente de las señoras que se dirigen al Banco Musical,
llevando sus Inonederos «no diré que con ostentación,
pero sí de tal modo que las personas que cruzaran en la
calle comprendiesen a qué lugar se dirigían», es mu­
cho más divertido de lo que sería si fuesen personajes
en una novela realista llevando misales. La alegoría es
una forma n1ás de desfamiliarizacíón.
t
32
LA EPIFANíA
Llegan a' tee, una plataforma de hierba al lada de un en­
corvado árbolfrutal con tiesosy pálidos b1·otes.
-Será mejor que me marche yo primero -le dice Co­
nejo-, hasta que usted se haya tranquilizado.
La ira acalla su corazón, lo inmoviliza a la mitad de un
latido. No le importa nada, excepto lib'rflrse de/lío en que se
halla metido. Se dice que ojalá llueva. Evita mirar a Eccles
y se fija en la pelota que, posada encima del tee, casi parece
liberada del suelo. Con toda naturalidad, desliza el cabezal
del palo sobre su hombro y tira. El sonido tiene una reso­
nancia, una peculiaridad que no había oído antes. El movi­
miento de los brazo.r hace que su cabeza se yerga, y la pelota
asciende a lo alto, con una palidez lunar contra el hermoso
azul neg;ruzco de las nubes de tormenta, el color de su abue­
lo, denso y extendido por el este, retrocede ú-azando una lí­
nea 1'ecta como elfilo de una regla, se debilita, es una esfera,
una estrella, una mota, vacila y Conejo cree que caerá ya,
pero se engaña, pues la pelota hace de su titubeo el terreno
para un último salto J, con una especie de sollozo visible,
toma el último bocado de espacio antes de desvanecerse al
caer.
235234

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

LA NOVELA ...
LA NOVELA ...LA NOVELA ...
LA NOVELA ...CAMILOCOL
 
La literatura como tema de sí misma
La literatura como tema de sí mismaLa literatura como tema de sí misma
La literatura como tema de sí mismacuentin
 
Visión de mundo y la literatura ppt 21 nov
Visión de mundo y la literatura ppt 21 novVisión de mundo y la literatura ppt 21 nov
Visión de mundo y la literatura ppt 21 novEduardo Heredia
 
Narrativa grupo 4
Narrativa grupo 4Narrativa grupo 4
Narrativa grupo 4Nataprofe
 
la novela
la novelala novela
la novelajorge
 
Cristina Peri Rossi - Condición de Mujer
Cristina Peri Rossi - Condición de MujerCristina Peri Rossi - Condición de Mujer
Cristina Peri Rossi - Condición de MujerWilliam Ludeña Ignacio
 
Tipos de mundo primeros medios
Tipos de mundo primeros mediosTipos de mundo primeros medios
Tipos de mundo primeros medioscordovaalfred
 
La verdad de las mentiras
La verdad de las mentirasLa verdad de las mentiras
La verdad de las mentirasMiguel Pescador
 
la novela
la novelala novela
la novelayesid
 
Los géneros literarios
Los géneros literariosLos géneros literarios
Los géneros literarioslarusilva
 
Los generos literarios
Los generos literariosLos generos literarios
Los generos literariosHidalgo Loreto
 

La actualidad más candente (17)

LA NOVELA ...
LA NOVELA ...LA NOVELA ...
LA NOVELA ...
 
la novela
la novelala novela
la novela
 
La literatura como tema de sí misma
La literatura como tema de sí mismaLa literatura como tema de sí misma
La literatura como tema de sí misma
 
La novela
La novelaLa novela
La novela
 
Visión de mundo y la literatura ppt 21 nov
Visión de mundo y la literatura ppt 21 novVisión de mundo y la literatura ppt 21 nov
Visión de mundo y la literatura ppt 21 nov
 
Narrativa grupo 4
Narrativa grupo 4Narrativa grupo 4
Narrativa grupo 4
 
3. el cuento hispanoamericano contemporáneo
3. el cuento hispanoamericano contemporáneo3. el cuento hispanoamericano contemporáneo
3. el cuento hispanoamericano contemporáneo
 
la novela
la novelala novela
la novela
 
Cristina Peri Rossi - Condición de Mujer
Cristina Peri Rossi - Condición de MujerCristina Peri Rossi - Condición de Mujer
Cristina Peri Rossi - Condición de Mujer
 
la novela
la novelala novela
la novela
 
Tipos de mundo primeros medios
Tipos de mundo primeros mediosTipos de mundo primeros medios
Tipos de mundo primeros medios
 
La verdad de las mentiras
La verdad de las mentirasLa verdad de las mentiras
La verdad de las mentiras
 
La Celestina
La CelestinaLa Celestina
La Celestina
 
La novela contemporánea
La novela contemporáneaLa novela contemporánea
La novela contemporánea
 
la novela
la novelala novela
la novela
 
Los géneros literarios
Los géneros literariosLos géneros literarios
Los géneros literarios
 
Los generos literarios
Los generos literariosLos generos literarios
Los generos literarios
 

Similar a 01 alegoría

"No oyes ladrar los perros" de Juan Rulfo: Peregrinaje hacia el origen - Pedr...
"No oyes ladrar los perros" de Juan Rulfo: Peregrinaje hacia el origen - Pedr..."No oyes ladrar los perros" de Juan Rulfo: Peregrinaje hacia el origen - Pedr...
"No oyes ladrar los perros" de Juan Rulfo: Peregrinaje hacia el origen - Pedr...Pedro Lasarte
 
11 La narrativa
11 La narrativa11 La narrativa
11 La narrativaelaretino
 
LA ANTOLOGIA DEL VERDADERO CUENTO CHILENO DE MIGUEL SERRANO, NOTAS DE RELECTURA'
LA ANTOLOGIA DEL VERDADERO CUENTO CHILENO DE MIGUEL SERRANO, NOTAS DE RELECTURA'LA ANTOLOGIA DEL VERDADERO CUENTO CHILENO DE MIGUEL SERRANO, NOTAS DE RELECTURA'
LA ANTOLOGIA DEL VERDADERO CUENTO CHILENO DE MIGUEL SERRANO, NOTAS DE RELECTURA'Alicia Ramirez
 
Referentes CláSicos En Luces De Bohemia
Referentes CláSicos En Luces De BohemiaReferentes CláSicos En Luces De Bohemia
Referentes CláSicos En Luces De Bohemiaclasicasesplugues
 
Referentes CláSicos En Luces De Bohemia
Referentes CláSicos En Luces De BohemiaReferentes CláSicos En Luces De Bohemia
Referentes CláSicos En Luces De Bohemiamarisa66
 
9. Siervo sin tierra. iii periodo.
9. Siervo sin tierra. iii periodo.9. Siervo sin tierra. iii periodo.
9. Siervo sin tierra. iii periodo.ssuser9901fb
 
Escritores universales
Escritores universalesEscritores universales
Escritores universalesAyrton Mamani
 
Trabajo investigacion federico garcia lorca tema (erotismo) realizado por alb...
Trabajo investigacion federico garcia lorca tema (erotismo) realizado por alb...Trabajo investigacion federico garcia lorca tema (erotismo) realizado por alb...
Trabajo investigacion federico garcia lorca tema (erotismo) realizado por alb...JOSÉ TOMÁS
 
La vida es sueño power point.pptx
La vida es sueño power point.pptxLa vida es sueño power point.pptx
La vida es sueño power point.pptxLoliRodriguez11
 
Poesía Épica
Poesía ÉpicaPoesía Épica
Poesía Épicaalea iacta
 
Romanticismo y realismo
Romanticismo y realismoRomanticismo y realismo
Romanticismo y realismomatimena
 
Romanticismo y realismo
Romanticismo y realismoRomanticismo y realismo
Romanticismo y realismomatimena
 
Literatura universidad
Literatura universidadLiteratura universidad
Literatura universidadUNIQUINDÍO
 
'Cuentos De Terror Financiero'
'Cuentos De Terror Financiero'
'Cuentos De Terror Financiero'
'Cuentos De Terror Financiero' queesfabular
 
Romanticismo y realismo
Romanticismo y realismoRomanticismo y realismo
Romanticismo y realismomati1995
 

Similar a 01 alegoría (20)

"No oyes ladrar los perros" de Juan Rulfo: Peregrinaje hacia el origen - Pedr...
"No oyes ladrar los perros" de Juan Rulfo: Peregrinaje hacia el origen - Pedr..."No oyes ladrar los perros" de Juan Rulfo: Peregrinaje hacia el origen - Pedr...
"No oyes ladrar los perros" de Juan Rulfo: Peregrinaje hacia el origen - Pedr...
 
Clase N°9.pdf
Clase N°9.pdfClase N°9.pdf
Clase N°9.pdf
 
11 La narrativa
11 La narrativa11 La narrativa
11 La narrativa
 
11 La narrativa
11 La narrativa11 La narrativa
11 La narrativa
 
LA ANTOLOGIA DEL VERDADERO CUENTO CHILENO DE MIGUEL SERRANO, NOTAS DE RELECTURA'
LA ANTOLOGIA DEL VERDADERO CUENTO CHILENO DE MIGUEL SERRANO, NOTAS DE RELECTURA'LA ANTOLOGIA DEL VERDADERO CUENTO CHILENO DE MIGUEL SERRANO, NOTAS DE RELECTURA'
LA ANTOLOGIA DEL VERDADERO CUENTO CHILENO DE MIGUEL SERRANO, NOTAS DE RELECTURA'
 
Referentes CláSicos En Luces De Bohemia
Referentes CláSicos En Luces De BohemiaReferentes CláSicos En Luces De Bohemia
Referentes CláSicos En Luces De Bohemia
 
Referentes CláSicos En Luces De Bohemia
Referentes CláSicos En Luces De BohemiaReferentes CláSicos En Luces De Bohemia
Referentes CláSicos En Luces De Bohemia
 
Historias De Terror
Historias De Terror
Historias De Terror
Historias De Terror
 
9. Siervo sin tierra. iii periodo.
9. Siervo sin tierra. iii periodo.9. Siervo sin tierra. iii periodo.
9. Siervo sin tierra. iii periodo.
 
Escritores universales
Escritores universalesEscritores universales
Escritores universales
 
Trabajo investigacion federico garcia lorca tema (erotismo) realizado por alb...
Trabajo investigacion federico garcia lorca tema (erotismo) realizado por alb...Trabajo investigacion federico garcia lorca tema (erotismo) realizado por alb...
Trabajo investigacion federico garcia lorca tema (erotismo) realizado por alb...
 
La vida es sueño power point.pptx
La vida es sueño power point.pptxLa vida es sueño power point.pptx
La vida es sueño power point.pptx
 
Poesía Épica
Poesía ÉpicaPoesía Épica
Poesía Épica
 
Romanticismo y realismo
Romanticismo y realismoRomanticismo y realismo
Romanticismo y realismo
 
Romanticismo y realismo
Romanticismo y realismoRomanticismo y realismo
Romanticismo y realismo
 
Literatura universidad
Literatura universidadLiteratura universidad
Literatura universidad
 
'Cuentos De Terror Financiero'
'Cuentos De Terror Financiero'
'Cuentos De Terror Financiero'
'Cuentos De Terror Financiero'
 
Romanticismo y realismo
Romanticismo y realismoRomanticismo y realismo
Romanticismo y realismo
 
Alegoria
AlegoriaAlegoria
Alegoria
 
Analisis don juan
Analisis don juanAnalisis don juan
Analisis don juan
 

01 alegoría

  • 1. Instituto Universitario Nacional del Arte Departamento de Artes del Movimiento Historia Socio Cultural del Arte Cátedra de Daniel Sánchez Definición de Alegoría, según Juan Eduardo Cirlot CIRLOT, Juan Eduardo: (1968) Diccionario de símbolos, Barcelona, Ed. Labor, 1969. Alegoría: Representaciones gráficas o artísticas, imágenes poéticas y literarias; simbolización [representación] generalmente consciente de ideas hechas, basada en la personificación. Se comprende, pues, dado el intenso antropoformismo de la civilización griega, que en ella tuvieran las alegorías una amplia función (durante el helenismo) que luego paso a Roma y, por los poetas latinocristianos y los bizantinos, a la Edad Media. Las alegorías fueron muy usadas durante todos esos tiempos y también, o más aún, en el Renacimiento y en el Barroco, llegando, puede decirse, a nuestros tiempos. Aunque no son símbolos, se basan en cierto material simbólico, o lo incluyen, y pueden tener repentinas “resurrecciones” desde su pétrea situación de semiverdades. Se ha dicho que el símbolo da la imagen (y la emoción) de una forma superior de realidad, mientras la alegoría, por el contrario materializa –aunque sea estéticamente- ideas abstractas, virtudes, etc., de modo más bien convencional. La Alegoría se hallaría en el extremo opuesto respecto del símbolo, en situación parecida a la del signo convencional. Desde el lado histórico y humanista, con todo, posee un valor mucho más considerable. Siendo las figuras humanas impotentes para representar tantas abstracciones como se deseara alegorizar, hubo que recurrir al atributo (objeto característico, ser, incluso ambiente, que se asocia a la personificación en modo constante).No podemos hacer aquí una historia de la alegoría, sólo citaremos que, entre los griegos, la mitología cita como “divinidades alegóricas” a la Fortuna, la Venganza, la Libertad, la Ocasión, la Fama, la Paz, el Trabajo, la Noche, la Muerte. Las alegorías más frecuentes son: la Abundancia, la Equidad, la Eternidad, la Riqueza, la Buena Suerte, la Clemencia, la Concordia, la Felicidad, la Fe, la Fortuna, la Alegría, el Honor, la Indulgencia, la Justicia, la Liberalidad, la Libertad, la Paciencia, la Paz, el Pudor, la Salud, la Seguridad, la Esperanza, la Fecundidad, la Victoria, la Virtud. Cuernos de la abundancia, alas, armas, palmas, la balanza, etc. Seguramente no bastarían para que las alegorías así tratadas fueran identificables, pero el epígrafe las explica En la Edad Media podemos hallarlas en la decoración escultórica de iglesias; en la catedral de Amiens aparecen: la Caridad, la Esperanza, la Desesperación, etc. (vicios y virtudes), expresados más por acciones que por atributos. En el ocaso de la Edad Media y hasta el romanticismo, las alegorías, con los emblemas, formaron parte de la decoración pictórica y también de la ornamentación ocasional con objeto de “entradas” de príncipes en ciudades u otros hechos solemnes.
  • 2. • Vale la pena subrayar que el simbolismo es genera­ do de dos nlanera3 distintas en este fragnlento. El sim­ bolismo naturaleza-cultura se basa en los tropos cono­ cidos como tnetonimia y sinécdoque. La metonimia sustituye la causa por el efecto o viceversa (la locomo­ tora representa la industria porque es un efecto de la Revolución industrial) y la sinécdoque toma la parte por el todo o viceversa (el caballo representa la Natura­ leza porque fonna parte de ella). El simbolismo sexual, por otra parte, se basa en la metáfora y el símil, en que una cosa equivale a otra por cierta semejanza entre ellas; el dOlninio de Gerald sobre su yegua es descrito de tal manera que hace pensar en un acto sexual huma­ no. Esa distinción, originalmente formulada por el es­ tructuralista ruso ROlnan Jakobson, actúa en todos los niveles del texto literario, y de hecho también fuera de la literatura, como n1i protagonista Robyn Penrose de­ mostró a un escéptico Vic Wilcox. en ¡Buen t:rabajo!, mediante el análisis de anuncios de cigarrillos. Para ver más ejemplos de cómo opera todo ello en el simbolis­ mo narrativo, veáse el pasaje de Graham Greene anali­ zado bajo el título <<:Lo exótico» en la sección 35. lal"¡'n,:1, i 3I'"Ji LA ALEGORÍA No obstante, por lo que pude colegir en forma concreta, comprendí que tenían dos clases distintas de moneda en circulación, cada una regida por SUs propios bancosy su pe­ C'utlar código mercantil. Uno de los dos sistemas (el que re­ gía en los Bancos Musicales) considerábase como el verda­ dero y la moneda que emitía como la moneda legal,en la que habían de concertarse todas las operaciones financie­ ras; y por lo que pude ver, todas las personas que qturían pasar por 'respetables tenían una cuenta co"íente, de más o menos importancia, abierta en esos bancos. Por otra par­ te, si hay algún detalle del cualpuedo estar más seguro que de todo lo demás, es de que el importe de esas cuentas con-ientes carecía de todo valor comercial verdadero fuera del banco. Estoy convencido de que los directores y cajeros de los Bancos Musicales no cobraban su sueldo en su propia moneda. El señor Nosnibor solía ir a esos bancos, o mejor dicho al gran banco central de la capital, en alguna que otra ocasión, pero no muy a menudo. En cambio e1~a el me­ ,,1 ," . jor sostén de uno de los otros bancos, si bien parece ser que.,;11', ·1;, ' desempdíaba asimismo algún Citrgo, de poca imp01~tancia, .~ ~ ,,1, en los Bancos Musicales. Las se'Fioras iban allísolas, por re­ 228 229
  • 3. gla general; lo mismo ocurría, además, en todas las fami­ lias, salvo en las wandes ocasiones. Hacía tiC'lllpO que quería obtener máspormenores de esa extraña organización y que sentía el más fuerte deseo de acompañar a la esposa de mi huéspedy a sus hijas. Hábíalas visto :;alir casi todas las mañanas desde mi llegada y hahía notado que llevaban sus bolsillos en la mano, no diré que con ostentación, pero síde tal modo que las personas que cruza­ ran en la calle comprendiesen a qué lugar se dirigían. Has­ ta aquel día, sin embargo, nunca me habían pedido que las acompañase. SAMUEL BUTLER, Ere"Whon (r872). Traducción de Ogier Preteceille. La al~goría es una forma especializada de narrativa sim­ bólica, que no se limita a sugerir algo más allá de su sig­ nificado literal, sino que insiste en ser descifrada en tér­ minos de otro significado. La alegoría más famosa en lengua inglesa es Elperegrino de John Bunyan, que ale­ goriza la lucha cristiana para alcanzar la salvación en forma de un viaje desde la Ciudad de la Destnlcción, a través de obstáculos y distracciones tales COlTIO el Abis­ fila de la Desesperación y la Feria de las Vanidades, has­ ta la Ciudad Celestial. Se personifican las virrudes y los vicios: son personajes que Cristiano, el protagonista, se encuentra por el camino. Por ejemplo: Ahora, cuando había alcanzado la cima de la colina, llegaron dos hombres corriendo a gran velocidad adonde él estaba; el 23° • ¡. uno se llamaba Asustadizo, yel otro Desconfiado; a los cua­ les Cristiano dijo: Señores, ¿qué ocurre? Corren ustedes en dirección contraria. Asustadizo contestó que estaban yendo a la Ciudad de Sión y que habían superado ese difícil obs-­ táculo; pero, dijo, cuanto más avanzamos, más peligros nos encontramos; de modo que hemos dado media vuelta y es­ 'tamos retrocediendo. Puesto que el desarrollo de una narración alegórica es­ tá determinado en cada momento por su correspon­ dencia unívoca con el significado implícito, tiende a obrar en contra de lo que Henry James llamaba «la sensación de vida» en la novela. Así pues, en las obras literarias no específicamente alegóricas la alegoría, cuando alguna vez aparece, lo hace en relatos interpo­ lados como sueños (el mismo Peregrino se presenta como un sueño) o historias que un personaje le cuenta a otro. Un caso acabado de Graham Greene, por ejem­ plo, incluye un cuento infantil narrado por el protago­ nista Querry a la pueril Marie Rycker. La historia, en torno a un cínico joyero que ha triunfado, es una ale­ goría transparente de la carrera profesional de Querry en tanto que famoso arquitecto católico que ha perdi­ do la fe religiosa; es también irónicamente aplicable a la propia vida y carrera literaria de Greene: Todo el mundo deda que era lm artesano extraordinario, pero también era muy elogiado por la seriedad de sus ternas porque encima de cada huevo había una cruz de oro con pe­ dacitos de piedras preciosas incrustados en honor del Rey. 23 1
  • 4. i • Las obras en que la alegoría se usa no de fonna ocasio­ nal sino como un recurso narrativo central suelen ser fábulas didácticas y satíricas, como Los viajes de Gulli­ ver de Swift, Rebelión en la granja de Orwell y E1'"ewhon de Bnder. En esas obras maestras un realismo superfi­ cial en la presentación confiere a los acontecimientos fantásticos una especie de extraña plausibilidad y el juego de correspondencias se desarrolla con tal ing'e­ nía y agudeza que nunca se vuelve aburridamente pre­ decible. El título Erewhon es nowhere ('en ningún sitio') deletreado al revés (o casi). Butler sitúa así su libro en la tradición de la Utopía C'no lugar', en griego) de To­ lnás Moro, descripción de un país imaginario que pre­ senta instructivas similitudes y diferencias respecto al nuestro. Un joven inglés cruza una cadena de monta­ ñas en una lejana colonia del Imperio (que recuerda Nueva Zelanda, donde Buder pasó varios años) y por azar descubre un país hasta ese momento desconocido. Sus habitantes han alcanzado aproximadamente el Inis1l10 estadio de desarrollo que la Inglaterra victoria­ na, pero su sistema de valores y creencias parece ex­ travagante y perverso al narrador. Por ejemplo, con­ sideran la enfennedad un delito, cuyo culpable es castigado y separado de la gente respetable, y el delito una enfenuedad, que suscita la comniseración de amigos y parientes y requiere costosos tratan1íentos imparti­ dos por compasivos Inédicos llalllados «rectificado­ res». Pronto captamos la idea fundalnental-Erewhol1 exhibe la 1noral y buenas costmn- bres de los victoria­ nos en fotInas desplazadas o invertidas-; pero es ím­ 232 !!" '111 1I~¡ portante que no la capte el narrador. Parte del placer que nos proporciona ese tipo de narrativa es que nues­ tra inteligencia se ejercita y se siente halagada por la interpretación de la alegoría. Los «erewhonianos» no tienen ninguna creencia religiosa, y atribuyellla observancia de la fiesta del Se­ ñor por parte del protagonista a «un ataque de in­ troversión que según sus observaciones nle daba cada siete días». Lo que tienen en vez de fe son Bancos Musicales, llamados así porque «todas las transaccio­ nes mercantiles se hacen con acompañamiento nlusi­ cal ... aunque la música en cuestión resultaba odiosa a un oído europeo». Los.edificios en que dichas transac­ ciones se desarrollan están vistosamente decorados, con revestimientos de mármol, esculturas, vidrieras, etc. Las personas respetables cmno los Nosníbors (Robinsons), que apadrinan al narrador, efectúan pe­ queñas transacciones financieras en esos bancos y la­ mentan que tan poca gente use todas las posibilidades que dichas entidades ofrecen, aunque todo el mundo sabe que la moneda que en ellas circula no tiene ver­ dadero valor. Lo que se nos está dando a entender, con toda cla­ ridad, es que la religión victoriana era en gran parte un ritual social y que, allnisnlo tielnpo que acataba en teo­ ría los principios del cristianismo, la burguesía inglesa gestionaba en realidad sus asuntos con criterios total­ mente dístintos, criterios materialistas. Pero si leemos y disfrutamos Erewhon, no es por su nlensaje, bastante obvio, sino por la cOlnicidad surrealísta y la coherencia .h,i 233
  • 5. • con que desarrolla las analogías, tan ricas en significa­ do. Es cierto, por ejemplo, que los bancos, especial­ mente los que son grarides e importantes, parecen ig1esias o catedrales, en cuanto a su arquitectura y de­ coración; lo acertado de la analogía nos obliga a refle­ xionar sobre la hipocresía y falsas pretensiones tanto de las instituciones financieras como de las eclesiásti­ cas. y el comportamiento discretamente autocompla­ ciente de las señoras que se dirigen al Banco Musical, llevando sus Inonederos «no diré que con ostentación, pero sí de tal modo que las personas que cruzaran en la calle comprendiesen a qué lugar se dirigían», es mu­ cho más divertido de lo que sería si fuesen personajes en una novela realista llevando misales. La alegoría es una forma n1ás de desfamiliarizacíón. t 32 LA EPIFANíA Llegan a' tee, una plataforma de hierba al lada de un en­ corvado árbolfrutal con tiesosy pálidos b1·otes. -Será mejor que me marche yo primero -le dice Co­ nejo-, hasta que usted se haya tranquilizado. La ira acalla su corazón, lo inmoviliza a la mitad de un latido. No le importa nada, excepto lib'rflrse de/lío en que se halla metido. Se dice que ojalá llueva. Evita mirar a Eccles y se fija en la pelota que, posada encima del tee, casi parece liberada del suelo. Con toda naturalidad, desliza el cabezal del palo sobre su hombro y tira. El sonido tiene una reso­ nancia, una peculiaridad que no había oído antes. El movi­ miento de los brazo.r hace que su cabeza se yerga, y la pelota asciende a lo alto, con una palidez lunar contra el hermoso azul neg;ruzco de las nubes de tormenta, el color de su abue­ lo, denso y extendido por el este, retrocede ú-azando una lí­ nea 1'ecta como elfilo de una regla, se debilita, es una esfera, una estrella, una mota, vacila y Conejo cree que caerá ya, pero se engaña, pues la pelota hace de su titubeo el terreno para un último salto J, con una especie de sollozo visible, toma el último bocado de espacio antes de desvanecerse al caer. 235234