1. SEMINARIO “SAN ANTONIO ABAD” - CUSCO
Presentado por: Yonatan Puma M.
“Año MisionerodelaFamilia”
2. APOLINAR DE LAODICEA
Fue un teólogo y heresiarca cristiano autor de la
doctrina conocida como apolinarismo.
Conocido como Apolinar el Joven, era hijo de
Apolinar de Alejandría y tras estudiar en Alejandría
y Antioquía fue consagrado obispo de Laodicea
(Siria) hacia el 361.
Contemporáneo de San Cirilo de Jerusalén, amigo
de San Atanasio colaboró con este en las disputas
cristológicas con los arrianos lo que le supuso, en
342, el destierro de su ciudad natal instigado por el
obispo arriano de la misma.
A partir del 352 comenzó a enfatizar la naturaleza
divina de Cristo en detrimento de la humana,
cayendo en la posición cristológica heterodoxa del
apolinarismo.
Nació en Laodicea, c. 310,
Murió en Constantinopla, c. 390.
3.
4. Condenado por los sínodos de Roma celebrados en el 374 y 377, de Alejandría
en el 378, de Antioquía en el 379 y en el Primer Concilio de Constantinopla en el
381, Apolinar constituyó en Antioquía una comunidad con una jerarquía
eclesiástica propia pero el emperador Teodosio I le condenó al exilio en el 388.
5. Apolinar basó su teoría en dos principios o suposiciones, uno ontológico u objetivo
y uno psicológico o subjetivo.
Ontológicamente le parecía que la unión de Dios completo con el hombre
completo no podía ser otra cosa que una yuxtaposición o colocación.
Dos seres perfectos con todos sus atributos, argüía, no pueden ser uno. A lo
más son un compuesto incongruente, parecido a los monstruos de la
mitología.
Puesto que la fe de Nicea le prohibía decrecer al Logos, como había hecho
Arrio, inmediatamente procedió a mutilar la humanidad de Cristo y a
despojarla de su más noble atributo, y esto, reclamaba, por amor a la
verdadera unidad y verdadera Encarnación.
6. Psicológicamente, Apolinar, al considerar el alma racional o espíritu como
esencialmente predispuesta al pecado y capaz, en su mejor momento, apenas
de esfuerzos precarios, no vio forma de salvar la impecabilidad de Cristo y el
infinito valor de la redención, a no ser eliminando el espíritu humano de la
humanidad de Cristo sustituyéndolo por el Logos divino.
Para la parte constructiva de su teoría Apolinar recurrió a la bien conocida
división platónica de la naturaleza humana: cuerpo (sarx, soma), alma (psyche
halogos), espíritu (nous, pneuma, psyche logike).
Cristo, decía, asumió el cuerpo humano y el
alma humana o principio de vida animal, pero
no el espíritu humano.
El Logos mismo es o se pone en lugar del
espíritu humano, convirtiéndose así en el
centro racional y espiritual, el asiento de la
auto-conciencia y auto-determinación.
7. Por este simple mecanismo el Laodiceo pensó que Cristo estaba seguro, Su
unidad sustancial asegurada, su inmutabilidad moral garantizada y el valor
infinito de la Redención evidentemente manifestado.
Para confirmarlo todo, citaba a San Juan 1,14 “y
el Verbo se hizo carne”; a San Pablo, Fil. 2,7,
“…haciéndose semejante a los hombres y
apareciendo en su porte como hombre”; y en 1
Cor. 15,47 “El primer hombre, salido de la
tierra, es terreno; el segundo, celestial, viene
del cielo”.
8. Doctrina.
Se encuentra en el séptimo anatema del Papa Dámaso en el concilio de Roma de
381: Pronunciamos anatema contra los que dicen que el Verbo de Dios está en la
carne humana en lugar del alma humana racional e intelectiva.
Porque la Palabra de Dios es el Hijo mismo.
Ni vino a la carne para remplazar, sino más bien
para asumir y preservar del pecado y salvar al alma
racional e intelectiva del hombre.
En contestación a los principios básicos de
Apolinar, los Padres simplemente negaron el
segundo como maniqueo.
Respecto al primero hay que recordar que los
concilios de Éfeso y de Calcedonia aún no habían
formulado la doctrina de la Unión Hipostática.
9. También señalaron el significado correcto de los pasajes de la Escritura
aducidos por Apolinar, haciendo notar que la palabra sarx, en San Juan, como en
otras partes de las Sagradas Escrituras, fue utilizada como sinécdoque para
toda la naturaleza humana; y que el verdadero significado de San Pablo
(Filipenses y 1 Corintios) estaba determinado por la clara enseñanza de las
epístolas pastorales.
Sin embargo, algunos de ellos insistieron incautamente
sobre las limitaciones del conocimiento de Jesucristo
como prueba positiva de que su mente era
verdaderamente humana.
Pero cuando el heresiarca los llevó más adentro en el
misterio de la unidad de Cristo, tuvieron miedo de no
reconocer su ignorancia y se rieron amablemente del
espíritu matemático de Apolinar y la implícita
dependencia de una mera especulación y razonar
humano.
10. La controversia apolinarista, que hoy parece cosa infantil, tuvo su importancia en
la historia del dogma cristiano: transfirió la discusión sobre la Santísima Trinidad al
campo de la cristología; es más, abrió la larga línea de debates cristológicos que
dieron como resultado el símbolo de Calcedonia
11. El apolinarismo fue una doctrina considerada herética por la ortodoxia
cristiana debida a Apolinar de Laodicea y surgida como reacción contra el
arrianismo.
Esta doctrina afirmaba que en Cristo, el espíritu o intelecto no era humano
sino divino al encarnarse en un cuerpo sin alma que era sustituida por el
mismo Verbo. Con este presupuesto la naturaleza humana del Redentor
quedaba mutilada ya que, al negarle un alma humana, su figura quedaba
reducida a una especie de marioneta manipulada por Dios.
Apolinarismo
12. La negación de la naturaleza humana de Cristo hizo que las enseñanzas de
Apolinar fueran oficialmente condenadas por el papa Dámaso I en sendos
concilios celebrados en Roma en 374 y 377, y posteriormente en el Primer
Concilio de Constantinopla celebrado en 381.
En 388 sus seguidores fueron condenados al destierro por el emperador
Teodosio.
Existieron comunidades apolinaristas en Constantinopla y Siria.
A pesar de que los discípulos intentaron perpetuar la doctrina a la muerte de
Apolinar, acaecida en 392, alrededor de 416 la mayoría había pasado a la fe de
los Concilios de Nicea y Constantinopla y el resto al monofisismo.
13.
14. Apolinar (discípulo de Atanasio): Jesús es perfecto Dios, pero no es perfecto
hombre.
San Damaso: Jesús tenia alma humana.
Gregorio Nacianceno: “lo que no se asume no se salva”.
Constantinopla: salva la humanidad con un lenguaje peligrosamente dualista
(los nestorianos apelaran contra él).