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Amor materno / amor alterno"

Cultura, escasez y pensamiento materno


Las prcticas maternales comienzan con el amor, un amor que para Ia mayora
de las muieres es lo ms intenso, confuso,

ambivalente y conmovedoramente dulce que vivirn jams.


Snnq Ruoolcx (1980: 344)

Los siguientes captulos tratan sobre cultura, escasez y pensamiento ma::ino. Exploran las creencias, sentimientos y prcticas maternas y su inciden:-a sobre la supervivencia infantil en el Alto do Cruzeiro. Lo que aqu expongo =ttronca con un controvertido artculo anterior que escrib sobre el tema -985), el cual desde entonces he repensado y reflexionado junto a las mujeres :el Alto en tres viajes realizados al campo desde 1987.t Confo en que ahora po:: tratar el tema mejor que cuando comenc. No obstante, si aqu no consigo -lablecer cierta base para la empata, para comprender prcticas y sentimien,-s que parecen muy diferentes a los nuestros y, por consiguiente, profunda:--nte turbadores, considerar que mi intencin ha fracasado. Una de las prin:-:ales dificultades que enfrento viene dada sin duda por el hecho de que a lo ':"o de los aos he llegado a participar de la visin del mundo de estas muje. =. r' ahora sus sentimientos y prcticas me parecen perfectamente normales y := sentido comn. Debo esforzarme por recuperar la sensacin de <extraa-,-ento> para poderme identificar, al menos inicialmente, con los lectores y su :=---uencia a aceptar toda una serie de prcticas orientadas por una moralidad -:=lenina alternativa que para muchas supondr una (experiencia distante>. Se -:=--a de un dilema presente en toda narracin etnogrfica: cmo representa-- - s el otro a los otros? Y en esto ciertamente es mucho lo que est en juego. El tema de mi estudio es el amor y la muerte en el AIto do Cruzeiro, espe--' nente eI amor materno y Ia muerte infantil. Trata sobre los significados y la
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original (M)Other Inve: amor materno y amor diferente (N del t )

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incidencia que la privacin, la prdida y el abandono tienen sobre Ia capa..::de amar, criar, confiary tenery mantener Ia fe. Trata de las dimensiones -..: viduales y personales, adems de las colectivas y culturales, de las prcticas :: =, ternales dentro de un ambiente hostil a la supervivencia y al bienestar i. dres e hijos. Mi argumento es que la alta expectativa de mortalidad infa: ... = un poderoso determinante del pensamiento y las prcticas maternas, als- :-en particular se evidencia en el retraso con que se manifiesta el cario ha-. . criaturas, a quienes a veces se piensa como "visitantes) transitorios de la :... Este desapego, que a veces puede resultar mortal, contribuye a una acrilL: : gligente en el cuidado de ciertos bebs y se manifiesta en la (ausencia) de : -. ante la muerle de los recin nacidos. No estoy diciendo que el amor ma:-.: tal como lo entendemos, sea deficiente o est ausente en esta pequea co::--dad amenazada, sino ms bien que su historia de vida, su curso, es dife:=- modelado como est por constreimientos econmicos y culturales asola:-:.-, EI amor y la atencin maternal va apareciendo gradualmente ura \'Z C-: : riesgo de prdida (mediante una muerte catica y prematura) parece hab., :. sado. Mi anlisis se sita en el marco de los estudios sobre ia consrr*-: .cultural de los sentimientos e intenta superar las distinciones entre el :.-=:"natural" y el nsocializado", entre sentimientos privados uprofundos,) \ >: mientos pblicos usuperficiales>, entre expresiones emocionales conscie--.- =- . inconscientes. En la medida en que intenta mostrar cmo el contexto e. - - mico, poltico y cultural dan forma a las emociones este anlisis puede s-, =tendido como una (economa poltica, de las emociones.2 Un segundo cometido de mi anlisis es ms abstracto y terico. B-:-entablar un dilogo entre diferentes visiones del pensamiento y las pra;..-..

maternas. Los resultados de mi anlisis impugnan las teoras del uvi--:emocional) y el apego psicolgico maternal hacia los infantes, (ts co,,: -. feminismo cultural que defiende la existencia de una concepcin singu,=: -. Ios objetivos, intereses y concepciones morales de las mujeres. Me refi- , . quienes resaltan vn ethos esencialmente nfemenino" de devocin mater-" > versin ms reduccionista aparece en la bibliografa de la psicologa ero--, : y clnica sobre "vnculos afectivosn, los cuales son concebidos como un =-- materno universal. En una versin ms compleja y "socializada",los ,=-.. feministas defienden la existencia de una upoticao de la maternidad, d= --voz y una sensibilidad moral especficamente femeninas que se manih=. .en una "tica de la atencin,. Esta ltima perspectiva, intentando recu:--:las voces silenciadas y marginalizadas de las mujeres, puede paradjicar.= '. distorsionar las experiencias y sensibilidades diferentes de las mujeres I --.. del Tercer Mundo, cuyas concepciones morales tal vez no encajen con - - : radigma feminista. Defendiendo una tica femenina comn el anlisis ,. , nista cultural puede marginar doblemente a las mujeres pobres. Sara F.-: dick, por ejemplo, ha postulado la existencia de unos (intereses [unir.er:..:que parecen regir la prctica maternal en todas las especies) y que hacei : nel amor materno apaezca como algo totalmente natural) (1980: 3-ll---:: Sus persuasivos textos sobre el (pensamiento maternal, y la nprctica rr:. =nal" (Ruddick, 1989) proporcionan la piedra de toque de las reflexiones : ' cas que siguen.
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El amor materno no es un amor natural; representa ms bien una matriz de imgenes, significados, prcticas y sentimientos que siempre son social y culturalmente producidos. En lugar de la potica de la maternidad prefiero la pragmtica de la maternidad, porque, parafraseando a Marx, estas mujeres perifricas crean su propia cultura, pero no Ia crean como les place o bajo las circunstancias que ellas eligen. Por ello me parece mejor colocar al amor materno entre parntesis y aadirle esta acepcin de namor alterno". No pretendo que mi anlisis tenga validez universal. Tampoco considero que esta "cultura de Ia pobreza, sea exclusiva de la situacin de las madres y nios de la barriadanordestina. Pero aunque descubriremos resonancias y semejanzas con practicas maternas de otras pocas y lugares, de aqu en adelante nos ceiremos a las
particularidades de la situacin brasilea.: Las mujeres y nios cuyas dolorosas r-idas me atrevo a exponer aqu son el fin en s mismo de mi anlisis. En los aos sesenta, cuando trabajaba en el mbito de la salud en el Alto do Cruzeiro descubr que al tiempo que era posible, e incluso no demasiado dificil, salvar de la muerte prematura a bebs e infantes con diarrea y deshidratacin por medio de una simple solucin de azicar, sal y agua (incluso la CocaCola poda ser efectiva en un momento dado), era bastante ms dificil conseguir :ue las propias madres colaboraran en la recuperacin de un hijo a quien ellas :onsideraban malhadado para la vida o juzgaban que mejor estara muerto. Toiar.a ms difcil era lograr que algunas jvenes madres desesperadas recibieran je r'rrelta en el seno de la familia a un beb a quien se haba considerado un angelito", un pajarito frgil, un husped de la casa, un visitante ms que un riembro permanente de la familia. As, haba bebs del Alto que en la guardeja o en la sala de rehidratacin del hospital se trataban y recuperaban (con :rito, y nada ms volver a casa moran antes de que yo tuviera la oportunidad -= realizar una visita de seguimiento. Al final aprend que antes de intervenir '::-a que preguntar con cautela: nDona Maria, cree que debera intentar sal'- a este nio?o o, incluso de forma ms atrevida, nDona Auxiliadora, vale la -E--a que me ocupe de este nio?r. Y si la respuesta era no, como a veces ocu-:-= aprend a mantenerme apartada. Despus descubr que la alta expectativa de mortalidad y la capacidad de :-rrtDt?r a la muerte con estoicismo y serenidad producan pautas de cuidado --:=rtil diferentes para los nios (considerados) ovigorosos, y para los que na- ::- ,\'a queriendo morirr. Mientras que las madres criaban a los que conside=:an supervivientes, permitan que los infantes estigmatizados o "condena:-> murieran d mngua [de negligencia y descuido]. A veces las madres se -.---=ban y dejaban que la naturaleza tomara su curso. Esta conducta que pri::.,_' denomin (bastante desafortunadamente) nnegligencia etnoeugnica se:"-ir-r3.> (Scheper-Hughes, 1984: 540), hoy simplemente Ia llamo ndescuido -.:--a1,. Ambos son trminos infelices, y no es extrao que algunos crticos se :'-,.:r sentido ofendidos por lo que consideran una cada en el relativismo cul--r o una falta de solidaridad con mis <sujetos" femeninos. El concepto pre-':--or de Claire Cassidy (1980) de nnegligencia benvola" quiz est ms pr' :-. , a la percepcin que las propias mujeres tienen de su conducta. No ::=nte, trasladado al contexto norteamericano, el trmino nnegligencia ben-: Irae a la mente imgenes de golfillos de la calle descuidados y sueltos y,

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sin embargo, felices y despreocupados, cabalgando encima de Ios trens

tro en las calurosas noches de verano de Nueva York. Los nios v be'a-. talmente descuidados a los que me refiero aqu son a menudo (aunque r- - :.: pre) mantenidos con preciosismo: Iavados, con el cabello peinad

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pequeos cuerpos esculidos empolvados con talco y rociados con un l:--agradable. Cuando mueren, normalmente les ponen velas en sus plida. = tas para alumbrar su camino a la otra vida. Al menos algunos de estos :=--, os "ngeles, han sido nofrecidos, de buen grado a Jess y a Su Madr :. : ndevueltos, al lugar de donde proceden estara ms prximo al dicho l-. - . Debido a la dificultad que comporta el tema de investigacin me -,. gada a crear un pacto con el lector o lectora. stas que estoy describi..,: son vidas (normales>. Son vidas breves, violentas y famlicas. Aqu \o\ ; --: sentar la vida nordestina sta a travs de un cristal oscuro, lo que hace :-- ,. lectura suponga un descenso al corazn de las tinieblas de Brasil \, e:. -:peores miedos y terrores inconscientes sobre la "naturaleza humana,) \ - :: ticular sobre las madres y bebs, la lectora puede sentir una justificacia -.: -. nacin. Que sentido tiene pasar por este trago amargo? Por otra pae i: . : la distancia apropiada y respetuosa que hay que tomar con los sujetos i; :, , vestigacin? Una que no sea tan estrecha como para violar su propio sen--: : decoro ni tan distante como para hacer de ellas meros objetos de la , Fr,::-penetrante, y a veces comprometedora, de la antropologa. Como sre:::-.

que toca y evoca, como sealaba Peter Homans (1987), algunos de

n-=.

comenzar con relatos (algunos son relatos dentro de relatos) porque . -. historias, algo intrnseco al arte etnogrfico, ofrece la posibilidad de una .- .=pretacin personal, y sin embargo respetuosamente distante, de los acl-..mientos a partir del urase una vez> o uhace mucho tiempo en un luea: distante,.

Lordes y Zezinho: las ambigedades del amor materno


En 196 me llamaron por segundavez para ayudar en el parto a nr, vecina Lordes: esta vez fue un pequen hermoso y robusto con un llar-, zano. Pero mientras que Lordes mostraba un gran inters por el recin :::: ignoraba completamenle a Z, quien pasaba sus das miserablemente en. - =,: en posicin fetal sobre un pedazo de cartn mojado de orines bajo la ha::.,-de su madre. Los das pasaban y Lordes concentraba toda su atencin r'la : -:. energa que Ie quedaba en el recin nacido mientras Zezinho pareca ten-: : - das contados. Hasta que al final decid intervenir. Cuando fui a coger aZ:- apartarlo de Lordes y llevarlo a la seguridad relativa de la guardera, repe- .mismas palabras que solan usar las mujeres del Alto cuando decidan res.i.: i -=auna crianga condenada de una pariente o vecina. nDame ese nio -le porque no va a salir vivo si se queda contigo.> Lordes no reclam, pero las ::,dres de la guardera se rean de m por el empeo que pona en un caso qr.-- -, ' pocas esperanzas suscitaba. EI propio Zezinho se resista a sobrevir.ir coi: -r: obstinacin slo comparable a la ma. Rehusaba comer y gema lastir::-.:mente cuando alguien se le aproximaba. Las madres de la guardera me a

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sejaban que dejara a Zezinho a su suerte. Decan que ellas haban visto muchos bebs como se y que nsi el beb quera morir, morira,. No tena sentido contrariarle porque ese chico estaba completamente <sin vidao, no tena ninguna (escapatoriau. Sus ojos ya estaban hundidos hacia dentro, una seal inequvoca de que ya haba comenzado el viaje a la otra da. Y las madres de la guardera me advertan que no era nada bueno luchar contra la muerte. Como su filosofa me resultaba extraa, yo continu batallando con el chico hasta que finalmente desisti: comenz a comer, aunque slo era picar la comida con falta de inters. Verdaderamente, pareca que Z no tena gosto por

la vida. Cuando empez a ganar unos pocos kilos Ia gran cabeza de Z Enalmente encontr algo sobre lo que sostenerse. Su pelo ralo comenz a crecer y su rostro arnrgado de hombre mayor rejuveneci en cuanto le salieron sus primeros dos dientes (largo tiempo prisioneros en las encas atrofiadas). Poco a poco, tambin, Zezinho desarroll un apego extrao y ambivalente hacia su madre suplente quien, cuando estaba descontenta,le forzaba a comer por la tremenda. En esos momentos la lucha de poder iba en serio; una vez en la que Z me escupi e\ mingau a la cara le di Ia 'r,r-relta y le pegu un cachete sonoro en su delgaducho trasero. l ni siquiera me dio Ia satisfaccin de llorar. Las piernas de Z estaban dbiles y combadas, y antes de que l pudiera ponerse derecho estuvo mucho tiempo arrastrando cmicamente sus piernas ayudndose con las manos. Z se acostumbr a estar en mis brazos e incluso acab gustndole; sola agarrarse con fuerza pasando los brazos larguiluchos alrededor de mi cuello y sus piernas en torno a mi cintura. Me recordaba a uno de esos atemorizados (monos araa> de Brasil. Su enfado, cuando le soltaba de esa incmoda posicin de llave al cuello, era colosal. Z aprendi a sonrer y todo, aunque su sonrisa se asemejaba ms a una mueca de pena. Con todo, yo estaba orgullosa de mi nxito, y de demostrar a las madres de Ia guardera que se haban equivocado. Despus de todo, Z vivira. En Ia guardera haba otros muchos pequeines como Zezinho, pero ninguno haba llegado en un estado tan precario como l y ninguno me ocup de la misma forma. Pero conforme se aproximaba la hora de devolver Z a su madre comenzaron a asaltarme las dudas. Sera cierto, como insinuaban las madres de la guardera, queZ nunca estara lo nbastante bienr, que siempre ira a vivir en las sombras nbuscando" la muerte, una muerte a la que yo haba conseguido engaar una vez pero a la que sera incapaz de adelantarme siempre? Estos sentimientos ufatalistas> no eran en modo alguno exclusivos de las madres de la guardera. Un pediatra del Medio Oeste norteamericano que vino a risitar la guardera manifest un parecer negativo. Al principio yo no entend su reaccin negativa. Qu era lo que estaba mal? Cada uno de los treinta y tantos bebs de la guardera llevaba paales de algodn con el monograma de la UPAC bordado que haba que lavar a mano. Haba cunas de lona hechas a mano e incluso un parque donado por las monjas alemanas del convento. En medio del recorrido por las instalaciones, el doctor se apart, apoy el codo contra la pared y recost cansinamente su cabeza sobre la palma de su mano. "Qu crees que ests haciendo?r, pregunt. Tuve que sacudirme toda mi familiarizacin con aquello para ver lo que el pediatra americano haba visto: que los paales, tan blancos como estaban de

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mentado? O, peor todava, talvez quedaran ms traumas por lle_ear.:-= pronto lo devolvera a Lordes y regresara al miserable cuartucho del aurer.:.vertedero de basuras que era el Camino de los Buitres. Despus de todo k : le hice pasar, no habra sido mejor que hubiese muerto? Y Lordes? Era '*:: para ella? Bastante tena ella ya con sustentarse a s misma y a su recien : = cido. Pero Lordes estuvo de acuerdo en recibir aZezinho y daba la impre., de que, ahora que pareca un poco ms humano que un mono arana, se rn,. :. saba ms por el chico. Mientras tanto, mi propio inters en el chico comenz menguar. Estaba comenzando a (pasar). A estas alturas ya estaba ms soc-._ zada en la vida del AIto. Nunca ms pondra tanto esfuerzo donde las pos-:_. dades fueran tan pocas. Cuando en 1982 volv al AIto, Lordes formaba parte de las mujeres i- : muestra. Ella ya no viva en el mismo cuartucho aunque todava pasaba :,. grandes apuros y luchaba para crear algo parecido a una vida para sus cincr,, --. jos vivos, el mayor de los cuales, Z, era ahora un joven de diecisiete aos Z= me pareci un joven callado y reservado, con una sonrisa irnica para sus aJ = - tros y un gracioso sentido del humor. Tena unos brazos largos, delgados r . embargo, obviamente fuertes; poda ver cmo le haban sido de utilidad, cr:---pensando sus piernas todava algo arqueadas. Mi encuentro con Lordes t Ze:-= todo un acontecimiento. Una y otra vez se cont la historia de cmo se 1o -.=ba quitado a Lordes cuando Z haba sido prcticamente abandonado a .: muerte v cmo le haba forzado a comer cebndolo como un capn. Z se p=,ta de risa con todos estos (cuentos de superviviente> y de su propio casi =:contronazo con la muerte por culpa de una madre <indiferente) que a menli*, se olvidaba de darle de comery lavarle. Z y su madre disfrutaban a todas --ces de una relacin estrecha z afectuosa. Mientras hablbamos, Z se reclinai= sobre su madre pasndole su brazo protector por los hombros. EnZ no ha'.= acritud ni resentimiento, y cuando le pregunt a solas y en privado quin era . mejor amigo en la vida, Ia persona con la que l siempre podra contar para :-cibir apoyo, le dio una profunda calada a su cigarro y contest sin un atisbo ;irona: "Md.ezinhq, claro.> Lordes, por su parte, "honraba) a su hijo llamndc.filho eleito, su hijo predilecto, sus obrazos ypiernas>, ms importante para e.:
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iraberlos sacudido contra las piedras y de haberse descolorido al sol, estaba.- --, briendo culitos sin carne. El punto lgido del da era el ritual del pesaje: sr-,=, mos gritar de entusiasmo cuando algn beb de diez meses pesaba un qrr: por encima de los nnormales, seis o siete kilos: ugordinho lgordito]n o u9r,. lglotn]r, decamos en broma pero tambin para darnos nimos. Los upeo-u-_ , nes) en su parque estaban sentados pasivamente, no lloraban pero tampoc. gaban. Se apartaban de los juguetes de plstico de colores vivos, objetos nad. ,miliares para ellos. La guardera tena algo de grotesco porque era un cnrri -: atencin infantil, un lugar donde nios sanos y activos deberan haber es:.: chillando y rindose. Desde la perspectiva del mdico visitante, prcticarn:- . todos los nios de Ia guardera estaban gravemente <retrasados, fsica v e-. .,tivamente y lo ms probable era que continuaran as, prolongando su anon-,: .i prematura en lo que slo podra ser una vida adulta seriamente comprome:.:: Qu estaba haciendo yo entonces? Zezinho se pondra obien, para s-.pre? Podra crecer normalmente despus de los traumas que haba e\;=-

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Inrdes y Zezinho (con un cigano): nEste chico es mis brazos y mis piernas.,

:-ue el hombre mayor y sombro con el que entonces estaba viviendo y ms .inado que cualquiera de los otros hijos vrvos. Para entender mejor a Lordes (y a Zezinho) le pregunt a mi vieja amiga =i estara dispuesta a narrarme su historia de vida. Lordes accedi al instante, :unque se sonroj cuando pregunt modestamente: "Crees que la gente de all" encontrar algo de inters en mi vida?, Yo le asegur que oellos> lo en:ontraran. Cuando el sbado siguiente llegu a los bancos del ro Capibaribe

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en el Campo de Sete, donde Lordes estaba viviendo con un viudo mayor, Seu Jaime, la puerta de su casa estaba cerrada con cerrojo y su hijo de cinco aos e:taba encerrado dentro, llorando desconsolado y suplicndome que le sacara de su jaula oscura. Algunos vecinos que estaban sentados en un corro al final de la calle me aseguraron que Lordes me esperaba y que pronto volvera del ro. conseguimos liberar al chico que, felizmente sentado en el regazo de una vecina, fue el primero en divisar a su querida mam que suba por el camino del ro con su cabeza movindose arriba y abajo bajo el pesado balde de ropa rnojada que cargaba encima. Aunque Lordes se haba pasado toda la maana bajo el sol y estaba toda salpicada de pecas marrones, ella continuaba siendo 1a galega, nla rubiar, su apodo de la infancia. Lordes se pareca poco a Antonieta, de piel cobriza y pmulos amerindios salidos, e incluso menos todava a su otra hermanastra, Biu, la ms oscura de las tres, con la piel morena clida, el pelo castao oscuro y los ojos bien negros. Era como si Ias tres ((razas> del noreste brasileo se hubiesen unido bajo el estandarte de la notoria (promiscuidad, de

su madre. <Md.e era fogo fnuestra madre era fuego],, solan decir las hermanastras cuando hablaban de la despreocupada indiferencia de su madre con respecto a la monogamia o cuando explicaban por qu cada una de ellas tena un padre diferente. Lordes y yo nos abrazamos y acto seguido entramos en su hacinada pero aseada casa de cemento. El tiempo haba sido benvolo con Lordes, pues cuando 1r conoc ella viva en una barraca hecha con cartones, palos y sacos de frijole: de comida para Ia Paz y se deslizaba hacia el fondo de la pobreza, Ia pobridao Su actual entorno, aunque simple en extremo, era agradable; los pocos muebles y adornos de la pared estaban dispuestos con evidente cuidado. Una maralilla dcspus de la indignidad que haba sufrido en su acampamiento en el -{ltc, uAs que quieres que te cuente la historia de mi vida? Pues mi historia e: casi un culebrn de televisin. Nac en 1948 en el Engenho Bela vista, pero n-, madre pronto me entreg a su hermana, mi ta, porque mdetena que salir c= casa a trabajar. Mi padre fue bueno con mi mae hasta que se qued pread;. Fue entonces cuando comenz a abusar de ella, y para cuando yo nac l ca. yi no tena relacin con nosotras. cuando naci el segundo beb,pai nos aba:.don para el bien de todas. Desde entonces no hemos odo hablar de l; ni . quiera s cmo se llama. De cualquier manera, el segundo beb no estaba bie-, slo vivi unas semanas. Pero mde sali adelante a pesar de todos los prob-=rnas. Ella no era de sentarse a llorar por la leche derramada. ,Md.elavaba ropa siete das a la semana, y uno de mis primeros traba', : fue ir al ro a su encuentro para llevarle el almuerzo. Ella nunca lavaba ropa el mismo sitio, as que desde pequea tuve que aprender a andar por Ia li,; Yo tambin tena otros trabajos. A m me tocaba recoger el capim (pasto) p;.r = los animales y buscar lea, todos trabajos fuera de casa. En las tareas dome.,.cas no era tan buena. Antonieta era mejor en eso. "Nunca aprend a escribir ni a leer, aunque mam y la ta intentaron :_: fuera a la escuela. Fue intil. Aprend a firmar mi nombre pero no mu\. ..:porque es un nombre complicado y tiene muchas partes. Cuando tena ci ,: aos, mde me sac de casa de la ta y me dio a otra mujer, una mujer que ',', , cerca de nosotras en la plantacin. Fue durante ese tiempo que mi ta enco::

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-- :rabajo de criada en Recife, y slo se llevo una nia consigo. As que fuimos :-'. -jidas; mam se qued con Biu, la ta se llev a Antonieta y yo me qued en :"=.: \-i51 con mi madrina, Dona Gragas. ,\Ii madrinha fue para m una verdadera madre. Dona Gragas me cri con \'sran sacrificio. En aquellos das la comida era escasa y haba das que -:-era harina de mandioca ordinaria, farinha de casi no la poda tragar por una enfermedad que me haba estropeado -' :arganta cuando no era ms que una pequea beb. Mi madrina se entriste- -' Ce verme esqueltica, as que todos los das peda unas cucharadas de fa',':,-c refinada a su patroa para hacerme una natilla que pasara mejor. Cuando - iaba otra comida , mi madrinha coga una mazorca de maz indio duro, la -.:aba y me persuada para que comiera los granos uno por ung. Ms de una = estuve a punto de morir, pero mi madrina luch conmigo para que conti.----ra viva. Y gan! ,,.{ los quince aos me cas por primera vez. Me convert en la mujer leg---..a de Severino Jos da Silva. Pero fue un matrimonio desafortunado, pronto -. ieshizo. Vivamos en un pequeo cobertizo construido al lado de Ia casa de -' ::a en el Alto do Cruzeiro, tan pequeo que dentro slo podas estar echada. J;. erino fue muy desgraciado mientras estuvimos juntos. l no haba querido :-sarse conmigo; fueron mam ylata las que le obligaron a hacerlo. En esos
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,,:, lo que tenamos para comer

'-; \'o

- 's, cuando un chico arminaba la virginidad de una chica le obligaban a ca:;rse cor ella, y si I se negaba el juez lo pona entre rejas. As que cuando a m mde lata fueron al juez y pusieron una denuncia contra -= ocurri eso, l vioylo que mi familia se traa entre manos se escap. Pero Seun =::no. Cuando

-:--;o de quince aos no tiene muchos sitios donde esconderse, as que en una >:r:lana ya estaba otravez en el Alto con sus amigos. Jos Leiteiro, elviejo pai

:= satlto (sacerdote de Xang), reconoci a Severino, corri por el camino =:aio, lo agarr y lo amarr. Entonces Jos IIam a mde y la ta y los tres lle':on a Severino ante el juez. Como Severino se negaba a casarse conmigo, el
-=z lo meti en la crcel. Severino estuvo en la crcel dos semanas hasta que --almente accedi a casarse. Cuando le dejaron salir, all estaba yo con mi me- i'estido y all mismo nos casaron con dos policas como testigos. Fue un au,-rtico casamento matuto, una boda a punta de pistola. ,A pesar de que no habamos tenido un buen comienzo en nuestro matri-tnio, yo estaba determinada a que todo saliera bien. Trabajaba estando en-=lra. Haca todo lo que poda para poner comida en la mesa, pero todo lo que >--. erino haca era estar tumbado y deprimirse. l estaba locamente enamo- =Jo, pero no de su mujer. Para que veas, durante todo el tiempo que vivi con:-'.-:go su corazn estaba con otra mujer, siempre estaba pensando en ella. Por :>o era que haba opuesto tanta resistencia a casarse conmigo. Finalmente, me =:andon y se fue a vivir con la otra mujer. Para entonces yo casi estuve agra::;ida de poder librarme de 1. ,Bueno, despus de que Severino se marchara yo tena que resolver qu .:a a hacer con mi vida. Primero me fui a vivir con mi madre, despus con la :-a \ por ltimo con mi vecina Beatrice. Bea me encontr un trabajo de asis:-rta interna en casa de un zapatero y su mujer. Viv con ellos dos aos y des:us los dej. Me fui de la ciudad a trabajar a una fbrica de cermica y all fue

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donde conoc a mi segundo marido, Nelson. El trabajo de Nelson era poner tejas en el horno y era muy habilidoso en eso. Sin embargo, realmente no puedo decir que Nelson fuera mi "marido" porque yo todava estaba legalmente casada con Severino. Y ni siquiera puedo decir que "vivieramos juntos" porque Nelson estaba muy apegado a su vieja abuela y nunca dej de vivir con ella durante todo el tiempo que estuvimos juntos. ,Al principio Nelson fue bueno conmigo. Cada sbado suba al Alto a visitarme y siempre traa una cesta con comida para la semana. Nunca vena con las manos vacas. As que todos pensaban en l como si fuese mi marido. Pero despus de quedarme embarazada todo cambi. Nelson comenz a abusar de m. Pareca que yo iba a seguir los pasos de mi madre. Me alegr de verdad cuando muri mi primer hijo. Las cosas mejoraron un poco, pero entonces me quede preada olra vez. Despus de nacer Zezinho las cosas fueron de mal en peor. Viva en una casucha sin tan siquiera un techo sobre mi cabeza. Era peor que vivir al raso Virgen Maria, las cabras del alto vivan mejor que yo! Pero me aferraba a Nelson pensando en que iba a cambiar. Yo pensaba que me maltrataba slo porque era joven y porque todava estaba muy apegado a su abuela Pero finalmente comenc a ver que Nelson me pegaba por pura y simple ditersin. Era como una especie de deporte. Lo que l quera era continuar deindome embarazada una y otra vez slo para poder amenazarrne con dejarme \-r,, era joven y sentimental, as que lloraba un montn, pero en cuanto vi cul era su juego me crec y le puse de patitas en Ia calle. >Eso estuvo muy bien, pero todava segua viviendo en mi casa destanalada con mi hijo enfermo, Zezinho. Qu situacin! Y slo tena dieciocho aos Estaba claro que era la hija de mi madre. Entonces fue cuando decid ir a Ferreiras a trabajar cogiendo tomates. Estuve tres meses trabajando en los car.pos de tomates y all fue donde conoc a Milton, mi tercer marido, ese que tani,te gusta y que tiene la lengua tan pegada a Ia boca que nadie entiende Io cu=

dice. Nos pusieron a trabajar juntos en el mismo quadro y l me miraba darriba abajo y yo igual a 1, y la naturaleza no tard mucho en tomar su curs. Cuando me qued preada otavez me qued aterrorizada porque mam r l. ta estaban perdiendo la paciencia conmigo. As qre intent esconderlo J-. nun.:' le dije nada a nadie sobre Milton. ,En aquel momento estaba desanimada y con Ia moral baja. Fue el ni:: momento de mi vida en el que yo no tena energa para nada. No pona ninsL:. inters en Zeznho y no hice nada para prepararme para el nacimiento de \\'a.ner. As es cmo pas que tuve que llamarte en el ltimo minuto para cona: ., cordn. No me importaba nada. Yo quera que el beb muriera y tambin Z=zinho. Pero result ser un beb precioso. Sin embargo, eran la causa de mi s-frimiento. Yo era tan desgraciada que no prest ninguna atencin cuando te l--vaste a Z para cuidarlo en la guardera. Podras habrtelo llevado y no habe: , devuelto nunca que a m en aquel momento me daba igual. Oxentel, v hor =da el chico es mis brazos v mis piernas, ms que un marido, mejor que lo c-*. nunca un marido podra llegar a ser. para seguir escondiendo lo c.-= "Despus de nacer Wagner no haba razn suceda. As que por fin Milton vino a visitarme con un gran saco de maz fre:: enlacabeza como presente para mamde. Amde y a la ta les dijo que l se.-=-

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:13 responsable del nio. Se convirti en mi tercer marido. Bueno, con Milton :,tr fin tuve un poco de suerte. Durante catorce aos vimos juntos y funcion. \le qued embarazada diez veces con 1. Tuve tres abortos espontneos y siete

.--rmbramientos, y de stos consegu criar a cuatro, as que no nos fue tan mal. tres hijos suyos que murieron lo hicieron rpido. El primero muri en la :.:maca mientras yo estaba fuera trabajando. Lo mat uno de los nios mayo=s: se Ie aproxim y le grit al odo. Le dio un susto de muerte. Muri de susto ::- menos de un da y no sufri demasiado. Los otros dos eran dbiles y enfer::,:zos desde el momento de nacer. No tenan "arte" para la vida. Los otros cua::,r \inieron al mundo dispuestos a enfrentar la dureza y el sufrimiento, as que ,-,'.ieron sin dificultad. ,Aunque las cosas no iban mal con Milton, tuve el capricho de dejarle y '-:llarrne con Seu Jaime, el viejo viudo con el que vivo ahora. Qu puedo de:-:le? Primero quieres a uno, despus a otro y despus viene otro y le das tu co-=zn. No nos hizo Jess de esta manera? No ha puesto esos sentimientos en :restros corazones? Si est mal, entonces ya nos castigar. Milton lo acept sin :.'-rntar demasiado escndalo. Se fue a vivir alamata y la gente dice que se ha :-.ado con otra mujer en el Engenho Votas y que ya tiene una nueva familia. -: dir una cosa de Milton: nunca se olvida de sus hijos, siempre nos enva pro-

-rs

: -r.ros de su rogado. uAhora hace casi cuatro aos que estoy viviendo con mi viejo y no ha sido .=:il. Por culpa de nuestro pecado la olencia ha entrado en nuestras vidas. El :imer problema real vino del lado de Jaime. Un grrpo de parientes de su pri--3ra esposa le apedre una noche cuando volva a casa del trabajo. Le dejaron ..=:srando e inconsciente en la cuneta; "mi pobre viejo!", dije, "qu es lo que te ,= hecho por mi culpa?" De todas formas, qu les importaba a ellos? La pri--era mujer de Jaime haba muerto y l era libre para hacer con su da lo que ,= ',iniera en gana, incluso echarla a perder con una mujer como yo. Los ante-,,res parientes polticos de Jaime eran protestantes y ellos no queran ver a su =:rilia con la mancha que les supona la asociacin con gente de mi especie. ---.ciendo caer tan bajo a Seu Jaime yo tambin les llevaba la vergenza a ellos. "Seu Jaime estaba tan herido que no pudo volver a trabajar durante mu::lo tiempo. Pens que tendramos que volvernos a mudar a alguna chabola del r-:o. Pero entonces quiso la suerte que mi primer marido, Severino, muriera de =rente, y como yo todava era su esposa legal y no la otra mujer con la que ha:-a rir.ido todos esos aos, yo tena el derecho a cobrar la pensin de viudedad. 1-;: que al final vali la pena y la pensin de Severino ha trado un poquito de -- -rtort a nuestras vidas. Ahora espero que entremos en un perodo de calma y -:-.nquilidad y que Dios finalmente nos haya perdonado.u

Nuestra Seora de los Dolores


Madre, he aqu tu hijo; Hiio, he aqu tu madre.

Juan 19: 25

338

LA MUERTE SIN LLANTO

Sin embargo, el perodo de tranquilidad de Jaime y Lordes dur poco. Tai vez Dios no los haba perdonado despus de todo. O quiz era que la muene acechaba aZezinho porque quera saldar una vieja deuda. Cuando volv a Bon: Jesus en 1987 me dieron la noticia inmediatamente: <Ve a casa de Lordes, le ha ocurrido una tragedia terrible. Est destrozada., Encontr a Lordes en su casa desconsolada, sumida en un profundo dolor. Con las lgrimas corrindole sr.. parar por las mejillas haba envejecido sbita y prematuramente. Lordes erplic que su hijo favorito, osus brazos y sus piernas,, haba sido brutalmenrasesinado la noche de la fiesta de San Pedro por el ex marido de su novia. L= haban engaado. Ni siquiera saba que su novia tuviera un marido. Lordes .golpeaba el pecho de dolor. "Si mi hijo Z estuviese vivo ahora mi vida no sera este amargo suir.miento. Ningn otro hijo ser como 1. EI da que muri se fue de casa deidola llena de comida para un mes entero. Era como si supiese que iba a d-jarme. No pude comer durante semanas despus de su muerte, me apenab: mirar toda la comida que 1 me haba dejado: ame, mandioca, pimientos, F-joles... Los otros hijos mos son unos intiles, lo nico que saben es volven:-. loca pidindome cosas. Tan pronto como Z fue lo bastante mayor como pa:: trabajar me dijo: "Mamita, ahora ests libre. Nunca tendrs que preocupar: ms. No tendrs que depender de ningn vago intil para que te alimente v p;' teja. Yo me ocupar de que siempre tengas bastante para comer y una car.-.,: para dormir. Ser tu protector." Y as fue! l era como una madre para :.Nunca se olvid de m, ni siquiera cuando encontr: una mujer. Cuntas r:-.dres pueden decir eso de un hijo?, Con Seu Jaime sentado a su lado, sosteniendo pasivamente la mano de s: consternada esposa, Lordes cont lo que haba sucedido la noche que acat con Ia vida de su hijo. nTuve una premonicin de que algo malo iba a ocui:--Todos los das de las festas juninas le previne a Z para que tuviese cuidado Ldije que durante los das de fiesta haba gente que se aprovechaba de la coi r-sin para hacer cosas malas, para montar peleas, tomar drogas, robar v ha=-: matar. Z se impacientaba con mis miedos. La vspera de San Juan Z lleg'- , casa muy tarde y yo estaba levantada esperndole, mordindome los nudi-l ,. Zezinho se puso tan furioso que me habl como nunca lo haba hecho ar:r=. pues l siempre era muy respetuoso. Pero esta vez dijo: "Vieja, djame en a No puedes entender que ahora soy un hombre y que tengo mis propios as- .tos? Si llego tarde, ya sabes dnde puedes encontrarme: estoy en casa de R. sita, mi novia." ,Al siguiente da de mercado, Ia vspera de San Pedro, Z me trajo : :, aquella comida. Dijo que era una "cesta de da de fiesta"; quera compensa:-: por las malvadas palabras que me habalanzado. Pero yo todava me senta : -lida. Se fue a trabajar ala fbrica en el turno de la tarde y lleg a casa de ,, che. En la radio sonaba forr y l la puso muy alta. Le supliqu: "Zeztnho : . el amor de Dios, es tarde. Baja esa msica. Tengo lacabeza como un bom: No quiso bajarla. As que le grit otravez. Al final quit la radio de malas ::-,' neras. Era la vspera de San Pedro, noche de fiesta, y antes de que se fue:= . cog por los hombros y le supliqu que tuviera cuidado. Le dije que una rr.i--: no puede dejar de preocuparse y que aquella noche yo tena una sensa..

AMOR MATERNO / AMOR

ALTERNO

339

Z se ri y me dio un beso de despedida. Para dejarme tranquila me pimi consuelo." \le ech en la cama con Jaime pero no poda quitarme a Zezinho de la ,,.:La. Finalmente consegu dormitar un poco, medio despierta, pendiente de -1 pestillo de la puefia y saber que por fin haba llegado a casa sano y salvo. . : , no obstante, me despert el sonido de un gr-r-rido, "ugr, ugr", eJ ruido hor-r que hace un cerdo cuando est furioso o amedrentado. Pens que real'.- . deba ser algn puerco que se haba acercado a la comida que tena guar-.---- detrs de la casa, pero cuando sal afuera con mi linterna todo estaba -:=:,,. silencioso y tranquilo. Yaves, ese fue el momento de su muerfe.Zme :: :rr haciendo saber su agonia final. Justo cuando volva a la cama un mur-a bendicin.'k "Ai, meu filho, es

- : j-

. ='la Yirgen Mara, protgeme de esta criatura enloquecida. Djame; djame -: -l? r'e2." E igual de repentinamente que lleg, desapareci de mi vista en la
.--rdad

:,;ro se me ech encima. Revolote por mi cabeza y mis hombros, despus : :r-ii barriga. NIo me dejaba. Mov los brazos para defenderme y dije: "Sa-

de la noche. Era su alma que me deca adis. Yolv a la cama y me medio dorm hasta que se oy un clamor en la , .1a, Salt de la cama; 1o saba, 1o saba. Un dolor agudo me atraves el pe\ entonces no tuve dudas. Jaime salt de Ia cama y yo le segu hasta la -:r-ra de casa. Cuando abrimos haba una multitud afuera. En cuanto me vie. :lguien dijo en alto: "Cuidado con la madre! No se lo digis! Llevarla den:or el amor de Dios!" ''\o", grit, "por el amor de Dios, decirme, decirme qu le ha pasado a mi - - ;Qu ie han hecho a mi hijo? Est en la crcel?" '\o, Pequea Madre Lordes, ha muerto", un chico tuvo coraje de decir. : -. ;uerpo est en el hospital. Puedes ir a recogerlo." Eso fue el fin. Me ca redonda al suelo, completamente echa polvo. Jaime ,' ,corriendo hacia el hospital. Me dej all en el suelo. No recuerdo qu me ..,, despus de eso. De camino al hospitai, Jaime se encontr con un hombre - = rlevaba una larga capa de lana r que le dijo: "S quin ha matado a tu hijo

dnde se esconde." Pero Jaime estaba demasiado consternado para agarrar ,,mbre y llevrselo con 1. En vez de eso, corri hasta la otra punta de la ciu:- para coger el cuerpo de Zezinino y traerme a casa Io que quedaba de mi
-

.-

Lordes no pudo continuar. Despus que se meti dentro para acostarse, . : :ne se puso el dedo en los labios para que yo guardara silencio mientras bus-::; en una caja escondida entre sus cosas. Dentro haba una fotografa deZe- ro, tomada cuando fue hallado sangrando y ya muefto, desparramado en las :--.iinatas de la parte de atrs del Alto do Cruzeiro. Su ojos estaban abiertos y = :inisa empapada en sangre. Volv la cabeza al instante sofocando un grito. ,l: :omenz a dar vueltas la cabeza. ,La madre nunca debe ver esto Seu Jaime-. No debe saber que -dijo : :o esta foto escondida. Eso la acabara de matar.,, Ojal que Jaime se huLa .bendicin, (benQa) es una especic de protocolo intcrgcneracional, sobre todo entre parienLes, propio del : -:il cspccialmcntc dcl norte La pcrsona maor da su .bendicin, (l,con ello su proteccin) a la persona mc . salrtdo o despcdida (N deL t )

'

340

LA MUERTE SIN LLANTO

biese acordado de que una vez, mucho tiempo atrs, ese hombre muerto

rar

bin haba sido mi uhiio,.

Amor materno y muerte infantil


EI amor es siempre ambivalente y peligroso. Por qu ira a serlo mer. : entre una madre y su hijo? Y sin embargo, ha sido el destino de las madres a: jrecer a lo largo de toda la historia a travs de imgenes extraas y distorsic,..=das. A veces las madres han recibido atribuciones desmesuradas, aparecre:: como figuras todo-poderosas o todo-destructivas. O bien han sido represer-.:;das como seres desvalidos, dependientes e indefensos, seres angelicales. Es: , viejos mitos y estereotipos culturales sobre Ia inocencia de la infancia 1'e. :,rio materno, as como sus contrarios, han influido a historiadores, antrop- gos, filsofos y al opblico, en general. El nterrible) poder atribuido a las :--,dres se basa en la percepcin de que el nio no puede sobrevir mucho rie:::, I sin recibir amor y cuidado, normalmente responsabilidades de las madre. : vida del infante es algo vulnerable que depende en gran medida de Ia buen:' luntad de la madre. Sara Ruddick (1989: 34-38) ha captado bien la conrr-: cin que supone el hecho de que las madres tengan totalmente el control ci.: '. vidas y el bienestar de sus hijos a \a vez que ellas mismas estn bajo la c -: nacin y el control de otros, normalmente hombres. Poderosas e impoten.-. mismo tiempo, no es extrao que artistas, acadmicos y psicoanalistas : - -. se pongan de acuerdo sobre si la umadreo ha sido el primer agente o la pr-- --vctima de varias tragedias domsticas. Los mitos del <instinto maternal ', = - :. mentemente protector han competido en diferentes pocas y lugares con -,-. tos de la madre igualmente poderosa, pero devoradora e "infanticida". Siempre que intentamos comprender el significado de vidas difere:.,=- las nuestras corremos dos riesgos interpretativos. Por un lado, podemos Ssr ,:-. tadas a endosar nuestras propias formas de pensar y sentir a (otras) nrr;---:Cualquier sugerencia de premisas existenciales radicalmente diferentes i por ejemplo, las que guan la negligencia selectiva en el noreste de Brasii .- - sestima por imposible e inconcebible. Decir que algunas mujeres pobres '.-- -- o inducen a la muerte de ciertos hijos suyos se considera (culpar a la r':-.:, Pero la alternativa es pensar a las mujeres como uvctimas> pasivas de s.' -. tino, carentes de poder, voluntad, agencia y subjetividad. Parte del probie:--= -dica en la confusin enfe causalidad y responsabilidad. Tiene que hai:-. --forma de mirar desapasionadamente el problema de la supervivencia -:-.:. para que podamos decir que un nio ha muerto por un descuido mc:':, cluso cometido por su propia madre, sin por ello culpar a la madre, o .=, hacerla personal y moralmente responsable. En relacin con esto est la idea persistente de que las madres. madres, deben sentir dolor, una (profunda afliccin>, ante la muerte ir--.-. cuando hay mujeres que no muestran el dolor (apropiado> se juz-ea por -: - -: psicoanaltico que estn "reprimiendo" sus sentimientos maternales :.: - Ies, para cubrirlos con un estoicismo culturalmente prescrito pero ,s{-r: -: . si no, se las considera emocionalmente anuladas, uabrumadas, por c, ::

AMOR MATERNO / AMOR

ALTERNO

341 o

.r-aumatizadas por

la conmocin. Pero era indiferencia ms que desplome

,:-auma Io que yo observaba con ms lrecuencia en el Alto. Una persona trau=tattzada no se encoge de hombros tdice alegremente umejores que se muera . beb que t o yo> v al poco tiempo se r,uelve a quedar embarazada porque

rs nios pequeos son intercambiables v fcilmente sustituibles. Una puede sentirse incmoda frente a las profundas diferencias humanas, :obre todo si amenazan nuestras concepciones culturales de lo unormalo y Io tico,. Pero endosar (unifomidad, a lo largo de divisorias sociales, econmi,as r"culturales tan vastas es un grave error para una antroploga, que debe co:tlenzar, aunque pr-udentemente, con una asuncin respetuosa de la diferencia. \qu queremos dirigir nuestra mirada a las formas que estas mujeres tienen de ., er, sentir y pensar su experiencia de estar-en-el-mundo y, como creyentes ca1icas, de estar-ms-all-de-este-mundo. Esto implica sortear la tentacin de -,rs discursos (esencjalizadores, y nuniversalizantesr, va provengan de las cien-ias biomdicas v psicolgicas o del feminismo filosfico o cultural. Por otra parte, existe el peligro de distanciarnos en exceso de las personas :r quienes estamos intentando comprender dando a entender que no tenemos rada en comn con ellas. Esto ocurre con algunas teoras desconstrrrctivas y oosmodernas sobre la poltica del gnero, donde las categoras de umadre, y mujer, son rigurosamente problematizadas y desconstruidas.+ Aunque no de orma tan radical, el uexceso de diferencia, tambin se encuentra en los textos ce historiadores sociales que han sealado que el amor materno constituye una rnr.encin del mundo umoderno, , que hasta recientemente las mujeres apenas :aban Io que era amar a sus hijos (vase Aries, 1962; Badinter, 1981; De Mause, 1974; Shorter, 1975). El lenguaje de estos historiadores puede llegar a ser ex.

lremo y desalentador. ul-a historia de la infancia De Mause- es una pesadilla de la cual slo recientemente hemos -escribi a despertar. Cuanto ms nos recomenzado montemos en el tiempo... ms probabilidades habr de que los nios sean asesinadcs, abandonados, golpeados, aterrorizados v sexualmente abusados, 11974: l). En la misma lnea argumental, Edr,vard Shorter escriba, en referencia a la Inglaterra de comienzos de Ia Edad Moderna, que ulas madres vean con indiferencia el desarrollo y felicidad de los nios menores de dos aos,, lo que explicaba el porqu sus uhijos desaparecan en la espantosa mortandad de inocentes que causaban las prcticas tradicionales de cuidado infantiln (1975 168, 204). Los autores de este gnero a menudo han apuntado la "hostilidad hacia los niosu v el uinfanticidio, encubierto de instituciones culturales tales como las (amas de leche,, las uinclusas, (Trexler, 1973),la introduccin temprana de la upapillau de bebs y otras comidas poco nutritivas despus del destete (Phillips, 1978; Fildes, 198), adems del uso comn de jarabe de ludano \ otros ucalmantes, narcticos (Engels [1845], 1958: 161) durante los primeros siglos de la Europa moderna, todo lo cual habra contribuido a los altos ndices de mortalidad infantil. William Langer (I974:30-361), por ejemplo, se refera a las nodrizas europeas de comienzos de Ia Edad Moderna como ufabricantes de ngeles, , nmatadoras de bebs,, las cuales habran mantenido ocupados a los fabricantes de atades infantiles de Italia 1' Francia desde el sislo xtv hasta el xrx. Las

342

LA MUERTE srN LLANTo

menino asalariado. Talvez haya un terreno intermedio entre las dos perspectivas extrema.s _.amor materno: entre la sentimental npotica> maternal y los nvnculos n-..,,.-. nales, instintivos, por un lado, y los tericos de la nausencia de amor : otro. Entre estos extremos est la realidad del pensamiento y la prctic. - _ terna asentada en realidades histricas y culturales especfics v limitadr :. diferentes constreimientos econmicos y demogrfics. Las prcticas r..;: nales siempre comienzan como una respues ta ali urealidad hisiorica de ui-. -. biolgico en un contexto social particularu (Ruddick, 19g0: 34g). Vista en su contexto social particular y en su realidad histrica especr _: la historia de Lordes y Z transmite las ambigedades de la maternidad : . Alto do cmzeiro, donde la negligencia selectiva mortal coexiste con u.n ri;-: apego maternai. Las madres del Alto como Lordes a veces se evaden de su. :.., ponsabilidades con ciertos bebs malhadados y los abandonan a una m,---. prematura en ]a que su negligencia a veces juega un papel cr-ucial v defin.Pero la indiferencia materna no siempre acarrea la mulne, y si un bebe _ nio pequeo muestran, como Z, tener un <talentoo ocult para la r.ic:, : madre puede acoger con grata alegra v profundo y duradero uf".to el ca-:-. sorprendente experimentado por un nio <condenador. y estas mrsmr> .

nodrizas, reclutadas entre las clases sociales ms pobres y mal pagadas por .= servidumbre que supona prestar su cuerpo pur. u. de mamai a los hij'os .= las clases ms pudientes, estaban muy poco motivadas v raramente se las c._ tigaba cuando mora un beb confiado a su cuidado displicente. Maria pi-:. (1978) deca que la institucin de las amas de leche era poco ms que una ,.cencia pblica para matar bebs no deseados .v/o excedentes en sociedacles : las que el infanticidio activo estaba condenado moralmente por la Iglesia r Estado. Thomas McKeown (1976) arga que estas prcticas culturalmenre =. -._ tablecidas aunque dainas para los bebs y los nios haban servido pr -r:nar el crecimiento demogrfico en Europa durante muchos siglos. De todas formas, los historiadores sociales continan debatiendo si la,-diferencia observada en las madres ante la suerte de sus hijos a comienzos :_ la Edad Moderna era meramente una reaccin o una contribucin real . . muerte de los nios pequeos. La mayora de los historiadores han tendii _ , rechazar la hiptesis de la negligencia mortal , han interpretado la indite:=-_ cia maternal no tanto como la causa sino como el efecto e la alta mortali:._ infantil. Segn esta visin, Ia falta de sentimientos no es sino una (cor:-. emocional contra el riesgo de ver morir a los objetos de su afecto, (Baclin . 1980: 58). Pero en las barriadas urbanas inhspitas donde Ia vida es mur d..:. sobre todo al comienzo de la misma, la indiferencia materna (ya sea inten. nal o no) aumenta los riesgos y expone a los nios vulnerables a una rL:r : prematura. No obstante, una vez que hemos identificado el papel de la ncgencia materna en la etiologa de la mortalidad infantil debemos tener rrc . cuidado del mundo para no desligarla de sus causas sociales y econm--,centrarnos en la maternidad v el amor materno no debe hacernos oh.ica:. . hecho de que las mayores amenazas para ra superwivencia infantil desde c : mienzo de la Edad Moderna hasta la actualidad (y a travs de todas las....-de industrializacin) ha sido la extrema pobreza y la explotacin del trabai_ .
.

AMOR MATERNO

/ AMOR ALTERNO

J+J

Jres unegligentes) pueden exclamar, como Lordes, que ellas slo viven para sus hijos crecidos, algunos de los cuales han sobrevivido a pesar de ellas. Y esto no quiere decir en modo alguno que estas mujeres sean hipcritas o se
autoengaen.

Una de las cosas buenas de retornar al Alto do Cruzeiro despus de un apso de diecisis aos fue la oportunidad de observar el feliz desenlace de va:os casos memorables de nios que despus de padecer descuidos graves y se-ectivos haban sobrevivido y despus haban conseguido granjearse dentro del :irculo domstico la custodia protectora y el amor de sus padres. La prctica rabitual de la negligencia selectiva en el Alto do Cruzeiro no tiene nada que ver :on lo que en Estados Unidos llamamos maltrato infantil. No es algo que venga ::rotivado por el enfado, el odio o la agresividad hacia los nios pequeos; la ente del Alto considerara eso grotesco y antinatural. Ante los nios que estn ruv enfermos y que dan mucho trabajo lo ms probable es que las mujeres em-

:obrecidas, desamparadas y muchas veces abandonadas del Alto expresen Dena), ms que enfado. Adems, las madres del Alto no son en absoluto pro:ensas a pegar a quienes ellas consideran pequeas criaturas inocentes e irra::onales, y (a menos que sean psicpatas) nunca proyectan imgenes del mal en

-n infante. El amor materno es motivo de una rica elaboracin en el Alto do Cru-:iro y en la culturanordestina y brasilea en general (vase Arago, 1983). Es un tema celebrado en el folklore y en el arte popular, en la msica popu-.i- r en una intensa devocin a la virgen y a san Antonio, el santo patrn de
--s madres y los hijos. Pero en esta comunidad es especialmente Mara viuda, .r llanto al pie de la cruz o sentada meciendo en sus brazos al Jess adulto .:-,uerto, con su corazn (como el de Lordes) atravesado por una espada, la

,:rasen popular de la sufrida maternidad y del torturado pero santificado ':ror materno. Nuestra Seora de los Dolores, Nossa Senhora das Dores, ,:ina sobre Bom Jesus como santa patrona del municplo. Varios das festivos . ao se baja su figura de la cavidad que hay encima del altar principal de la -=-esia, se la engalana con coronas de flores y se la saca en procesin por toda -= .-iudad. Pero las imgenes de Mara como madre en el pesebre, sosteniendo =:: brazos a su hijito rollizo o dndole de mamar en sus pechos blancos, que -'r comunes son en la imaginaria y la iconografa catlicas del norte de : 'ropa y Amrica (vase Fernndez, 1979:70-71; Kristeva, 1980:237-270) es':: curiosamente ausentes en Bom Jesus da Mata, incluso durante las Navi:=ies. En el Alto do Cruzeiro, el nacimiento de un nio difcilmente puede ser ---1 nomento de celebraciones, y el amor materno sigue un tortuoso camino --'.: a menudo comienza con un inicio incierto y plagado de problemas, peli.:r:, separaciones y muertes. En el inhspito promontorio pedregoso del Alto do Cruzeiro el amor ma-=rro crece despacio, tentativa y temerosamente. El jovial y fuerte (optimismo --ternaln del cual escriba Ruddick (1989: 74), q.ue permite a la madre recibir .:a de esperanza cada nueva vida que nace, cede el paso en la barriada a ne--s nubarrones de pesimismo, incertidumbre y desespero maternal enraizado . - la experiencia desdichada de muertes infantiles repetidas. nEs posible que Jess quiera que me vaya de este mundo sin ni -::eguntaba Margarita-

AMOR MATERNO

/ AMOR ALTERNO

345

Sujetar y dejar. La pragmtica de la maternidad


Qu madre que viva en una casa segura r protegida no ha tenido alguna en su vida que reprimir el impulso violento de estrangular a un nio -in:-.,rso a un beb indefenso- que no para de llorar, de quejarse o de pedir co.:s? Y qu madre de clase media no se ha uolvidado" en ms de una ocasin

:z

-e un nio, dejando al pequen aterrorizado vagar por entre los percheros de lpa en la planta abarrotada de unos grandes almacenes mientras ella est ab>lrta en el foenes del consumo? Qu madre no ha aplacado a un nio fastijioso e "hiperactivo, ponindolo a echar un sueecito ms de una vez al da o el invierno no ha enviado a los nios mayores afuera a jugar al uaire fresco", =n .ncluso aunque sus dedos enrojecidos estn a punto de helarse, para as poder :isrutar inintermmpidamente de una taza de caf con la visita de una amiga :,uerida? S, todas hemos hecho estas cosas u otras parecidas con (al menos as -o creemos) poco dao. Pero apesar de tales olapsus,, la mayora de las madres entran en esa am:lia e indulgente categora que D. W. Winnicott llamaba (madres por Io gene:al dedicadas, o bien madres usatisfactorias, o (razonablemente buenas, 1987: 16). Para Winnicott, el acto de nsujetar, era la raiz o metfora genera;iva de la crianza, el "prototipo de todo cuidado infantil, (37). Al satisfacer su recesidad bsica de ser abrazado y nsostenido> protectoramente, el recin nacido se siente Io "suficientemente seguro> y lo "suficientemente) real como para empezar a desarrollar un ego autnomo. En trminos de Erikson, uuna buena sujecin, ahanza Ia uconfianza bsica, del nio en el mundo (Erikson, 1950: 247-251). Para Winnicott, la maternidad normal y dedicada tena un carcter sobredeterminante y existencial. Es donde comienzan los humanos: una madre y un hijo, cada uno adaptndose y confortando al otro (naturalmente,. En la mayora de los casos las madres saben "intuitivamente, o descubren fcilmente con la experiencia cmo sostener y tratar a un beb de forma que ambos se sientan cmodos. Como psicoanalista infantil, Winnicott se interesaba por los riesgos psicoIgicos y evolutivos para el beb que resultaban de extraos ofallosu en lo que l llamaba nel principio general de la maternidad dedicada,. Perturbaciones en Ia atencin que recibe el beb en las primeras fases de su vida, lo que Winnicott describa en trminos reales y metafricos como ndejar caer al beb" en lugar de (sostener al beb,, pueden producir (angustias inimaginableso en el niRo. l se refera a los miedos de los nios a caerse, a upartirse en pedazosu, a (caer eternamenten y a sentimientos de profundo y total aislamiento. "He Winnicott-, no has visto visto y he hablado con miles de madres cmo cogen al beb sujetando 7a cabeza y-escriba Si tienes en tus manos un el cuerpo? cuerpo, tronco y cabeza, de un nio y no piensas en eso como en una unidad, y vas a agarar un pauelo o lo que sea y Ia cabeza se te va para atrs, el nio se queda en dos pedazos: cuerpo y cabeza', el nio llorar y nunca lo olvidar. Lo terrible es que nunca se olvida nada" (1986: 55). Si se quiebra la continuidad de su vida el nio saldr de este drama desagradable sido soltadoD- con un residuo de ansiedad y falto de conhanza en-nhaber e incluso de una creencia slida en su propia realidad. Eslas cosas

JI O

LA A,IUERTE SIN LLANTO

tos casos de fallos inrportantes en la usujecin> protectora son, sin en'rbargo, = tremadamente raros, y Winnicott, que ms que cualquier otro psicoanalisi;, ,. . fantil tenda a posicionarse con las madres, sttgera que el desanollo nornta- --. nio recluiere slo Llna maternidad normal y urazonableu, no perfecta ni er.:=lente. Sr-rs experiencias clnicas como pediatra y despus como psicoanalisr. . fantil trabajando con miles de madres e hijos ingleses llevaron a Winnicor: :. .conclusin de que lo normal son Ios hogares urazonablemente bnenos'. Pe:' pesar de que la benvola teora del celo maternal de Winnicott y su conil,::innata en las madres sea reconfortante, sta se basa en una visin por 1o se-... ral optimista de la adaotatividad del nio. Vivir en una barriada como el Alto comporta ttna autntica anenazr [rs. - y se necesita abundante vigilancia para mantener a un nio con vida. Aqu: . cluso el descuido ms pequeo en la atencin de la madre puede a veces rq>,.tar fatal. No todos los bebs de Ia guardera se salvaban como el pequeo Z. algunos no conseguan escapar a la murerte a pesar de todo el esfuerzo rea]rz:: por Llna cooperativa maternal totalmente volcada en la supelivencia ini;., , En este contexto pareca justificada Ia percepcin que las mujeres del Allc .nan de sus hijos como criatllras Lln tanto extraas, transitorias y con cLl\i :-per-vivencia no se poda contar. Marcelinho, el nio abandonado qne adc::-.mos y criamos Nailza y yo en 195, sufri ttna serie de crisis intestinales :_-.. le pusieron al borde de la n-u,rerte var.ias veces durante su primer ao de'.--: Veamos al nio con reservas y siempre con Lln atisbo de nsospecha,. El i.... pero ni frrea creencia norteanericana (basada en la calma tranquilizador* -: Benjan-rin Spock) en la dureza y capacidad de resistencia de los bebs se i::r-bale para siempre. Sin en-rbargo, Winnicott guardaba un extrao silencio sobre la cuesti:- -: los bebs usatisfactorios, o urazonablemente buenos), a pesar de que los n.:. - . entermizos y discapacitados nanargan> razonablemente a menndo la er::.= cia de las madres. En las barriadas brasileas, la nn'raternidad satisfac toria : - pone una carga terrible sobre mujeres qr,re, habiendo sido usoltadaso ellas:--...mas y estando uamargadas) tan a menndo son a veces incapaces de reun.: . extraordinario coraje necesario para (agarraro y nasir, a los nios dbiles : este contexto, una uatencin infantil satisfactoria, requiere un estuerzo cas] : brehr,rmano. Como deca una mujer pobre brasilea a un etngrato qure le ::-. gunt por qu moran tantos nios y bebs en su comnnidad: nMire, seol' creo que aqu unlquiera puede moriro (Nations y Rebhr"rn, 1988: 175). \-',=,. daderamente as es. En el ambiente del Alto do Cn-lzeiro, las amenazas a los bebs y nios :=. qr-reos parecen venir de todas partes: el agua pblica demasiado contanl:-.::y ntratada,, la suciedad bajo los piececitos descalzos, los insectos en el aire - , lentos e insidiosos caracoles en los bancos lodosos del ro, las garrapatcs r. - : animales don-rsticos, los grmenes (como la enfermedad de Chagas) esc;r:'--. dos en las paredes de barro de las casas, las lombrices en los hoyos cle las .trinas, los perros rabiosos vagando por entre la basr-rra aclrmnlada, la lecl:. . mal estado porque no se ha conservado en Lln frigorfico, la carne salada \ s. : cr.rbierta de gusanos en r-rn plato sobre lna viga del techo, el vendedor de i:-. ., tubercnloso en el mercado prblico, el nio con neumona al lado... No es :..
.

a---

AMOR MATERNO / AMOR

ALTERNO

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cesario ir ms lejos. Hay motivos suficientes para la mLrerte infantil en las condiciones materiales de la vida de la barriada. Las diferentes campaas de sah-rd infantil de la OMS y la UNICEF se han centrado en combatir estos riesgos ambientales para la infancia en las comunidades empobrecidas del Tercer Mundo. Pero lo que me interesa no es esto sino las dimensiones ms existenciales del problema: la formacin de la conciencia, la reflexividad y la accin de estas mujeres qlle son forzadas a tomar decisiones y elecciones morales que ningnna mujer debera tomar. Qr"r significa criar a un hijo para estas mujeres que son forzadas a tomar parte en la curltura y el espacio de muerte de la barriada? Si el pensamiento maternal es, como algunos sugieren, un guin universal y natural, cmo es el pensamiento materno de mujeres para quienes la escasez, la enfermedad y la muerte infantil han hecho de ese amor algo
desesperado?

Sara Ruddick ha sealado qr-re allnque determinadas condiciones econmicas y sociales, tales como la extrema pobreza o el aislamiento social, pueden erosionar el afecto materno, no acaban con ese amor. Su definicin del amor materno recuerda a la de Winnicott, especialmente cuando se refiere a la actittrd metafsica de osujetar>: stjetar, sostener, abrazar, estinnr. El pensamiento maternal, explica ella, comienza con Lna postura de proteccin, (una actitud presidida, por encima de todo, por Ia prioridad de guardar sobre adquirir, de conservar lo frgil, de ocnparse de todo Io necesario para Ia vida del nio, (1980: 350). Es, continuaba, citando a Adrienne Rich (1977), (uDa actitud suscitada por el trabajo de proteccit1 , preservqcin, reparacin... eI tejer invisible de ttna vida familiar deshilachada ygastadao (1980: 350). Sujetar es Lrn intento por parte de la madre de nminimizar el riesgo); es una oforma de estar atenta para que no falte la armona mnima, los recursos materiales y las habilidades necesarias para mantener la segr-rridad de la criatura" (1989: 79). Ruddick reconoca los uriesgoso y upeligros> qlle comportaba la posicin metafsica de (slljetar>: su degeneracin en superproteccin maternal, mimando en exceso y sofocando la creatividad y la necesidad de aventura de los nios peqr:eos, especialmente en ambientes acomodados donde los riesgos reales para la seguridad del nio son mnimos. Pero qu ocLlrre con el afecto materno en un ambiente como el del Alto, donde los riesgos para la salud y la seguridad infantil son innumerables, en realidad tantos que las madres deben necesariamente asumir cierta nhumildadr, incluso upasividadu hacia un mundo que en tantos sentidos est ms all de su control? Entre las madres del Alto el pensamiento y las prcticas maternales suelen estar guiadas por otra posicin metafsica ms bien opuesta, una que tal vez el trmino ndejar, le haga justicia, vista la propia eleccin metafrica de las mujeres. Si <sujetar> tiene la doble connotacin de, por un lado, el amor y el cuidado maternal (tener y sostener) y, por otro lado, de sostener reteniendo y restringiendo o conteniendo y frenando, udejarn* tambin tiene doble valencia. En su sentido ms negativo, dejar puede significar dejar a sus anchas el poder materno destructit,o, puede in-rplicar cosas tales como pegar palizas a los nirlos y otras formas de maltrato infantil. Pero el abuso infantil
" ltttitg go
En ingls en el original. (N. dal t )

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malvado es extremadamente raro en el Alto do Cruzeiro, donde los bebs v j,-. nios pequeos suelen ser idealizados como <inocentes> criaturas a quien.. no se debera castigar o dominar fsicamente. Pero dejar en el sentido de aba:,donar no es tan infrecuente en el AIto. De vez en cuando ocurren casos de :=cin nacidos que han aparecido solos en un montn de basura en el patio tr:sero de una casa. El abandono de recin nacidos por sus madres desanimac.. tambin se da en Ia maternidad del hospital local, tanto es as que fuera de -: enfermera siempre cuelga de una cuerda una libreta de registro donde se :.cogen los datos de adopciones informales y abandonos. Abandonar a un n :. no es una actitud vergonzante, si bien el personal de enfermera del hospi:.exige que la madre se quede en el hospital hasta que se encuentren a los tu--ros padres adoptivos. Pero la madre raramente tiene que esperar ms de u:- . no hay regulacin ;= pocos das. En cuanto aparecen los padres adoptivos -y proceso, a excepcin del criterio personal de la enfermera responsable qu. =, algunos casos rechaza a potenciales padres adoptivos porque no le gustan- -, madre biolgica no necesita ms que firmar su nombre (o hacer una Xr c-.pus de declarar que ella ha dejado libremente a su hijo o hija nacida en -= da a tal hora en el hospital. Los padres adoptivos, si as lo desean pueder, :=gistrar al nio a su nombre en el cartrio civil, y la mayora as lo hace :. 1986, doce recin nacidos, ocho varones y cuatro hembras, fueron abanci,:,=dos en la enfermera por sus madres; en 1987 fueron diez recin nacidos, s.... chicas y tres chicos. Todas estas madres biolgicas eran pobres, algunas := ellas hasta la miseria extrema, y slo seis saban firmar sus nombres: h.-. tantas madres mayores (de ms de treinta) como jvenes (de diecisis a .;..tinueve); y tambin haba casi el mismo nmero de mujeres que vivan cc:. esposo o amante que las que declaraban vivir (solteras>, (separadas) o ar. -donadaso.

Pero aqu quiero reflexionar sobre otro significado de udejaru. En:r.,.. mujeres del Alto, dejar tambin implica una posicin metafsica de calma ', , ., zonable resignacin ante los acontecimientos que no pueden ser fcii:-.., = cambiados o superados. Esto se expresa en la frecuencia con que las muje:-. .. exhortan entre ellas, especialmente en tiempos de gran dificultad, a /, >r-.-.ndejar pasar>, udejar estar>: deixe, menina, deixe isso, deixe (rs coisas co,,'. para ver como ficam [deja, chica, deja las cosas tal como estn para ler -=. - -: resultan]. Esta actitud requiere mucha fe y confianza, algo que no es fci :. grar para la mayora de las mujeres. No obstante, la persecucin de una ::- que los primeros monjes cristianos y Padres de Ia Iglesia ila:--=:.-bendita -lo nla indiferencia sagrada))- en medio de la confusin y Ia adversidad :.-=. . contina siendo un valor religioso estimado entre el campesinado no,j-. catlico. Es un valor que los antroplogos laicos a menudo suelen malin:=- -. tar y reducir al referirse a ste como el nfatalismo campesino,. Algunas : grafas que insisten en ver a las mujeres nordestinas pobres como iguale: : : : niegan incluso que esta postura particular existencial exista siquiera (r ea:= :. ejemplo, Nations y Rebhun, 1988). Pero este ethos de nresignacin sa:.:-, ante nproblemas) crnicos existe y es relevante para entender las prct-;-. : pensamiento maternal. Est presente cada vez que las madres del .\.: - -, que sus nios son como npajaritoso, criaturas nerviosas y voltiles que --- .

AMOR MATERNO

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,n aqu y maana en el ms all. Igual que liberaramos a los cielos a un pa;arito silvestre que bate sus alas contra una jaula, una madre perfectamente rormal puede de buena fe y con la conciencia tranquila ndejar, a un infante que nquiere> escapar de la vida. uQu significa realmente pregunt a Doralice, una mujer mayor del -le ,\lto que suele intervenir con frecuencia en las casas pobres para ayudar a las madres jvenes en peligro y a sus hijos amenazados- decir que los recin naidos son como pajaritos?, nSignifica que... bueno, hay otra expresin que deberas conocer antes. Es

que todos nosotros, nuestras vidas, son como velas encendidas. En cualquier momento podemos apagarnos de repente la qualquer momento apagaf. Pero para los nios eso an es ms as. La persona mayor, adulta, est muy apegada a la vida. Una no quiere dejarla de cualquier manera, sin luchar. Pero las criaIuras no estn tan apegadas y su luz puede extinguirse muy fcilmente. En lo que a ellos respecta, tanto fal vivir que morir, para ellos, tanto da una cosa que otra. No hay esa fuerte vontade lvoluntad] de vivir que caracteriza ala persona adulta. Por eso decimos que los "nios son como pajaritos"; en un momento esrn aqu, al siguiente ya estn volando. As nos imaginamos sus muertes tambin. Imaginamos a nuestros hijos muertos como angelitos alados volando ha-

cia el cielo para reunirse alegremente en torno al trono de Jess y Mara,


llevndoles placer a ellos y esperanza a nosotros en la tierra.>

Por tanto, en el Alto do Cruzeiro para criar a los hijos hay que saber cundo hay que udejar, a un nio que da muestras de querer morir, as como cul es el momento en el que una madre puede dejarse llevar y amar a un hijo, confiando en que l o ella estn dispuestos a entrar enlaluta de la vida. Podemos pensar que estas mujeres tienen una visin del mundo existencialista, una visin que capta Ia vida y la muerte no como polos opuestos sino como puntos a lo largo de un continuo llamado caminho, el camino de existir. Sus palabras y acciones indican una concepcin de la muerte como una parte legtima de la existencia, de forma que esa muerte, tambin, ha de ser vivida. Sobre algunos de sus hijitos se cierne una sombra, una <certidumbre mortal> (como lo llamaba Ludwig Binswanger [1958: 2941), que causa problemas y continuamente perturba el desarrollo de sus fugaces existencias. Aqu, la pragmtica una prosa ms hbil que la ma podramos hablar incluso de una -en (potica) alternativa- de la maternidad requiere todos los recursos y fuerzas necesarios para arudar al propio beb o nio pequeo enfermizo, incapacitado o dbil a que se suelte, es decir, a morir rpidamente y bien. Tal como Doralice v otras mujeres del Alto imaginan, aunque al morir la nia deje de existir en el espacio y el tiempo normales, ella pasa a la eternidad donde contina existiendo sepultada en un momento eterno de amor trascendente. o quiz debamos decir que Doralice lo ndeseabaD ms que nimaginabar, porque ella aada la siguiente matizacin: nBien, esto es lo que decimos, esto es lo que nos decimos las unas a las otras. Pero para decir la verdad, no s si estas historias de la otra vida son verdaderas o no. Nosotras queremos creer lo mejor para nuestros hijos. Cmo si no podramos soportar todo este sufrimiento?,

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LA MUERTE SIN LLANTO

A crianga condenada
Qu significa odejar, a un beb? Cul es la lgica que est detrs de esta prctica tradicional? Las madres del Alto hablaban, al principio veladamente (bajando lavoz y echando miradas furtivas alrededor para ver quin poda estar escuchando), de un sndrome folk, un conjunto de seales y sntomas temibles que aparecan en el recin nacido o en el nio pequeo y que provocaba que las madres (y los padres) se desentendieran de ellos. De alguna manera, la muene prematura se ve venir en estos bebs, y los padres esperan que sea una muene rpida y Io menos (amarga) posible. Sin duda, no quieren ver sufrir a sus pequeines. A estos casos sin remedio se les denomina con los trminos mu]- generales y eufemsticos de (enfermedad infantil" (doenEa de crianqa) y "ataque de niio> (ataque de menino). Otras veces simplemente se refieren al sndrome comc, sa enfermedad o como esa enfermedad horcible. Las madres rehyen nombra: y describir las condiciones especficas y fuertemente estigmatizadas que estl subsumidas bajo la nenfermedad infantil" o el nataque de nior. Entre stas est1 el gasto (el debilitamiento), batendo (conr,qlsiones), olhos fundos (ojos hundidos), doenga de cdo (la locura rabiosa y espumeante),pasmo, roxo (rojol, p;Iido, susto, corpo mole (cuerpo flojo) y corpo duro (cuerpo rgido). En general se entiende que un nio que presenta uno o ms de estos sntomas (peligrosos) y uhorribles" est condenado, (est aS como muerto" o, incluso, omejor estara muerto>. Por consiguiente, la gente no se rompe la cabez= para mantenerlo vivo. Lo que ocurre despus de diagnosticar la enfermedad l::fantil puede considerarse una forma de eutanasia pasiva que no es infrecuen:en el Alto. Jvenes y viejos, hombres y mujeres, de al menos cuatro generacirnes de moradores del Alto do Cruzeiro reconocen la prctica de udejar, a unio o beb. Se produce dentro de un catolicismo (popular> independienre :las posiciones formales de la Iglesia catlica sobre estos asuntos.o Debido a que no es fcil hablar de estas enfermedades horribles, ni : quiera entre mujeres, no sea que ello tenga el efecto de uinvocarlasu -adern-= -, de porque hay muchas formas y variedades diferentes de enfermedad infanr: ataque de nio-, es difcil calcular exactamente cuntos nios del Alto mue:-con sus madres sospechando lo peor y a veces precipitando el final. De las l:: muertes de bebs y nios pequeos apuntadas por las mujeres de mi mues:,-: (vase tabl,a 7.6),39 fueron directamente atribuidas a Ia "enfermedad infanri, Pero, despus de examinar los datos, tambin sospecho de otros 37 bebs c--= al parecer murieron de "debilidad", 14 de susto y al menos algunas de las m.=-tes de enfermedad de denticin y muchas de las muertes calificadas de ucie -=pente). En total, estos diagnsticos folk suman 110, el 43 o/o de todas las mL=:tes registradas por las madres del Alto. Sea lo que fuere, la "enfermec-infantil, no era un fenmeno aislado en la barriada; las madres del Alto lo . sideraban una de las causas ms habituales de muerte prematura de sus fri . Aunque la enfermedad infantil y el ataque de nio son dolencias que se lrla:-fiestan entre el nacimiento y los cinco o siete aos de edad, en el ALto do C:-zeiro, donde Ia inmensa mayora de las muertes de nios ocurre durante los ::-meros doce meses de vida, el sndrome del nio condenado es en realida: sndrome del beb condenado.

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A,\OR T\,IATERNO

ANIOR ALTE,R\O

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.:.lcprico, paraltico, lisiado: en delinitira, (no apt() para la rida,. Los princi-, c: sntomas que alarman v alenan a las nradres de que su hijo prr'5cnta Lrn :,,sible caso de enfermedad o ataque infantil son un rpido adelgazamienlo, --ra diarrea vimlenta c incontrolada, una piel plida o con manchas rojas, ata-llLes v convr-rlsiones con saliva o espuma saliendo por la boca, ojos r,idriosos o .rundidos; debilidad v letargo, un cLrerpo flojo v descoordinado, incapacidad de :nfocar la visin o estabilizar la cabeza. Dentro de esLe sistema etiolgico folk :lLalcluier enfermedad uordinaria, puede udegenerar,' en lln caso de enfernreiad de cricLngcL condenada; por consiguierrte, las radres cleben saber diferencirr intre un caso utrivial y corriente, de s.s1o v Llno clue ha nderrenido> en un caso grave> y Lerminal de ataqr-re infantil. Las mujeres dicen que hav siete, a \/eces hasta cal-or-ce o reintifrn tipos diierentes de enfermedad infantil, cada uno de stos agrr-rpado bajo uno de los dos polos principales: ei crnico (doenEa de crianga) ' el agudo (atoque de nterrlrzo). No eriste denasiado acuerdo entre las mr-rjeres sobre las uvariedades, identificadas y los subtipos Las parter-as, lrs rezadoras v otras curanderas tradicionales del Alto reconocen muchas ms varicdades que las mujeres de a pie, por as decirlo. Dona Maria, la parlera, aseguraba que haba hasta veintin tipos reconocibles de enfernredad infantil, pero ni siquiera cnando se concentraba poda recordarlos todos; ella slo pudo identificar doce. nPrimero est el gasto, cI tipo ms corriente de enfennedad infantil. Muchos l-rios vienen al mundo as, enfermizos \' consllmidos. Despus est el tipo donde cl cuerpo del nio aparece con magullacluras, con moratones o aplastado, v el tipo en el que el beb llora v llora sin parar. Otro tipo lo produce un gran pavor que sobresalta al beb v que nunca consigue superar. Dcspus est el tipo donde
ei beb tiene los labi<s v las uas de las manos morados. Cuntos van?, uCreo que unos cinco, Dona Maria; todar,a le quedan muchos., uTodar,a tengo ms en la cabeza. Ha- uno que consiste r-n un no parar de vomitar r. una diarrea verde hedionda. Est el tipo que se cletecta porque grita v pone caras horribles lella lo ilustrabal. Est otro cn qlre el beb sc pasa la vida durmiendo, con una pereza tan grande que ni siquiera se despier-ta para mamar o comer. Este tiene que ver con orro en el que el nio se vuelve estpido de f orma que se pasa ei liempo babando. Est el tipo horrible que pro\.oca ataqucs en ia criatura, sus ojos se le giran hacia atrs o empieze a parpadear mu1 rpido; as [ella Io ilustra]. Est el tipo en el quc el nio se golpea la cabeza y se tira contra el suelo. Por rltimo, est el tipo en el que el nio es defectnoso, paralizado o lisiado. Ya est., A pesar de Ia falta de acuerdo sobre lo concreto, todas las mujeres sealaban dos variedades principales: 1) consumiciin 1, pasividad v 2) convulsiones v ataques salvajes. La tabla 8.1 recoge los principales subtipos identificados de enfermedad infantii. Estos sntomas alerlan a la madre sobre el precario estatus ontolgico de su hiio. uEristen r,arias caractersticas de la enfermedad infantil Ju-

Los sntomas de la (enfernledad infintil , colresponden a mnlti[ud de trrstros ir-rfantiles que si bien no necesariamcnle sori mortales, probablemente .' -t.len orisinal que la madre se quede con el nio perrnaincntenrentc cleter-io ,.Jo o discapacitado: excesivamente dbil o endeble, retardado o loco, n-ir-rdo,
:

-deca

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LA MUERTE SIN LLANTO

Tnr, 8.1. Caractersticas y sntomas del sndrome del nio condenado


Enlbnneclad crnica nlant (Doenga de crianga)

il

Ataque de no (Ataque de tnenno)

Consumicin gradual; envejecimiento prematuro @asto) Debilidad, escualidez (fraqueza)


Discapacidad (alej ado) ; letargo,

Aparicin repentina (de repente)

inactividad, pasividad (preguiga) Retardo (boba); alterado, estpido


(pasmo) Piernas flojas, flojera (corpo mole) Plido, blanco, fantasmal (plido) Denticin (dentigao), dientes atrofiados (dentes recolhidos) Ojos hundidos, cados hacia atrs (olhos fundos) Fontanela abierta (moleira funda)

Chillar (gritar)', llorar (chorar) Ataques y golpes en la cabeza (bater, bate-bate) Espumajear y babear (espumar) Cuerpo rg\do (corpo duro)', cuello tieso, cuerpo extendido Manchas rojas o moradas en la pie en Ia barriga y en las uas (ro-rr-r uas moradas Respiracin superficial v rpida (falta de ar) Impresin fuer1e (s.rso) De[ecaciones continuas, sueltas, verdes, y vmitos (obrar e vomitar direito)

rema-. Algunos mueren con marcas de color rosa por todo el cuerpo. O,:

mueren con colores morados, casi negros. Es espantoso. Con estas enfern---.. des, el beb puede tardar mucho tiempo en morir. Extrae mucho de la ma- . Te pone triste. Pero de todos modos, estas enfermedades no las tratamos. S .tratas, el nio nunca estar bien fbomzinhol, nunca valdr nada. Algunr-: '"'uelven locos. Otros son dbiles y enfermizos toda su vida. Nunca podrr. , bajar o cuidarse de s mismos., Dona Norinha, la anciana partera, aada lo siguiente: oQuin no -\a-: que es esta enfermedad? Cuando el beb recibe un susto mientras esr. tero de Ia madre porque sta se ha enfadado por algo. Su disgusto en\.::-

lasangredelnio,aSquenacepequeo,defectuoso,blando,estpido' gre es toda floja. A veces la lengua le cuelga de la boca y su mirada rlrr--:
centra en nada. Los meses pasan pero el beb nunca aprende a sostener :beza derecha." En respuesta a la pregunta de cuntos tipos diferentes de = medad infantil haba, la vieja partera seal a un grupo de nios eue e :-;-: la puerta y bromeando dijo: nVaya, hay un tipo para cada nio. Uno c,-:' uno como ella, uno como ese pequeo que est all.' Y los nios gritar','lieron corriendo. Las criaturas que nacen pequeas y (consumidasu sufren disturbic-,: -: cos. Suelen ser bebs tremendamente plidos, dicen las madres, adem. -. sivos, y no reaccionan. Tales bebs no demuestran ninguna fuerza vital -.. cidad. No succionan el pezn con vigor. Apenas lloran. Estn <desinte r.;::por la comida y, al parecer, por la propia vida. Esto es lo que algunas : - decan: uSon muy plidos. Se asustan fcilmente.n nAlgunos bebs son muy perezosos. Les pones el bibern en la br-,:nen los labios blandos, no estn tensos. Dejan escurrir elmingau poi .: sura de los labios. No tiran.,

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(Vienen al mundo con una aversin por la vidi. Son den-rasiado sensibles y enseguida se hartan fabusados) de la leche v el nttgau; lr corida n< les interesa, no mantiene su atencin. No estn ni aqu ni all., Las mujeres dicen que esLos bebs ude transicin, o liminares que -bebs existen en algn sitio entre este mundo r el otro- sontlilicis de cricLr. Difciles no porque pidan demasiado sino porque son mu) poco exigentes, demasiado dispuestos a morir; y es demasiado probable que nrueran. olros son difciles
porque si sobreviven causan muchas molestias a ia madre. Aunque nruchos son as desde que nacen, otros son bebs que, aunque nacen sanos, pronto mLleslran poca uresistencia" y ninguna usalidau flente a ]os causantes de la monalidad in-

fantil, especialmente las dian-eas, las infecciones respiratc-rrias, las enfermedacles cutneas y ias fiebres tropicaies. Son bebs que se nvienen abajo, den-rasiado fcilmente; son demasiado moles. La debilidad es el sntoma ms comn de la cnfermedad infantil <crnica>. Ellas me decan que los ricos podan criar a este tipo de bebs ndbiles, v udifciles, pero que los pobres necesitaban bebs que fueran fuertes desde el principio. uMueren de esta enfermedad una madre- porque tienen que morir. Aden-rs, si fuesen a rivir sera-deca de aqueila manera. Yo creo que si fi:esen a estar siempre dbiles no seran capaces de defenderse en la vida. As que realmente es mejor dejar que los dbiles mueran.) Estos nios mueren, dicen las madres, a mtgua, de negiigencia gradual v

lentamente. Este trmino, un vulgarismo, indica especlicamente una nrLierte por debilitamiento. Su sentido literal es nrecular,), (malchitar,. Esta misma expresin se usa para las mujeres que han sido recientemenle abandonadas por su nrarido o su amante. Dicen que su (rrrayor miedo, es morir a nngua, abandonadas v hambrientas, vagando por las crlles conro un triste perro callejero. La mayor parte de bebs afectados por una enfermedad infantil crnica v desgastante son simplemente pequeas vctimas del hambre, a1 cual se unen las diarreas v la deshidratacin para terminar la faena. Las nuertes por hambre pueden llegar a ser dolorosamente lentas puesto que los bebs a veces renen una energa increbie para resistir al final, 1'los padres pueden suftir bastante en el proceso. uA la madre le duele ver cmo se retrasa la muerte de su beb Seu Manoel en referencia a la muerte, el ao anterior, de su hija de -comenta edad a un ao de causa de una enfermedad infantil crnica-. La madre no Ilor, pero yo llor por elia al ver cmo nuestra pequeina desapareca lentamente. Pero Dios es Dios, y si no tuvisemos una tremenda l'e en El nos pondramos una soga alrededor del cuello v nos mataramos., Las personas que avudan a precipitar este tipo de muertes no expresan cuaiquier sensacin de culpa o responsabilidad, puesto que se considera que los bebs a quienes se deja morir d mngua en realidad estn queriendo morir. Los que quieren vivir sobrevivirn pase lo que pase. una mujer joven hablaba de la muerte reciente de su quinto hijo consecutivo, una pequea de cuarro meses, de la siguiente manera: uEstuve enferma durante todo el embarazo v tambin despus de que ella naciera. No Ie prest atencin ltrcm liguei, nao]. con todas las cosas de las que me tena que octlpar no me preocup por ella. No poda hacerlo todo bien. No herva su agua. No pona mucho cuidado con su rrtingau. No Ie espantaba las moscas y mosquitos. Y no luchaba con los otros chicos mayores para asegurarme de que fuean calzados. Es dificil encontrar a un nio al

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que no le guste jugar en el barro. No puedo impedir que todo tipo de enferr--. dades vengan a mis hijos. Si elios tuviesen la fuerza, el coraje para la vida, eiviviran a pesar de todo. Y si no Io tienen, no importa io que te esfuerces, r,rirn de todas formas. Eso es lo que yo creo. Julieta muri porque elia nu:-: agarraba el pezn. Ella misma nunca se sujet [a la vida]. Si ella muri fue p : que ella misma, al ver lo que le vena enfrente, lo que la vida le tena resen'ai

decidi morir., A veces una mujer mayor o una partera intervienen y ayudan a la madr= decidir en el mismo par-to si conservan al beb (en el dicho popular, nlar.ar :recin nacido) o Io ponen na un lador. La anciana partera Dona Maria erpi-:. "Cuando nace una criatura saudvel [sana y robusta] yo le mando a la ma::: que le d al beb un t de hierbas limpiador, un ch de erva santa. Eso le - :--pia el organismo y le da fuerzas. Pero si nace enclenque y gastado o incn,-.mando que no Ie d el t.'
uPor qu?,

uPorque el t puede curarle., nY qu tiene eso de malo?o nPues que en algunos casos es mejor que muera. Si lo cura ser una

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sona daada. Nunca valdr nada. As que le digo a la madre que le pon.s; . beb polvos Johnson para nios y que espere a que Jess venga y se lo l1:'. = (Y en ese caso ella le da algo de comer al beb?' "Nadie deja a un recin nacido morir de hambre. Lo que hacemos es i= ,que Jess decida la hora apropiada de acuerdo con Su plan, no con el nues::oQu es lo que se le da de comer al beb?, "Un poquito de leche aguada, nada que refuerce o fortifique al beb, ::-, fuerte, leche entera, sin vitaminas. Le da un poco de mingau de dgua [ea:. ., acuosasl. Con slo probar un par de veces al da es suficiente. Y despus : =.perar que Jess decida el resto.> La madre, pues, se limita a permitir que la (naturaleza> tome su curso F-: piensa que est cooperando con el plan de Dios y no (como sera el caso cl- aborto provocado) contrariando a Dios. Se considera que Ia causa real ]'\-::idera de Ia muerte est en alguna deficiencia del chico, no de su pobre madre ::-, tornada. Zulaide, de veintids aos y preada por quinta vez,habla de su :.-':.- , tico hijito de un ao que est sentado en su regazo. nTodava vive, pero nc, >.-: por mucho tiempo. No puede levantarse; no dice una palabra. Se pasa la :: .' parte del da en el suelo porque yo no lo puedo tener apa todo el da. Tien. ., bre y diarrea, diarcea y fiebre. Los mdicos dicen que seguir as a menos c--= lleve al Hospital Peditrico de Recife. Pero yo no puedo tratarlo de maner..-,-. cial. No le puedo dar de mamar porclue mi salud no es buena. Eso no Sr-.: -: ay'uda ni para l ni para m, verdad que no? No puedo hacerle comidas es:=: les. l no es mejor que los otros. As que le doy la misma calidad de lech. ,- -rior que a los otros. Ya s que es demasiado floja para l v que es por eso qr.^- :: tan tonto. Pero si se muere, qu le vamos a hacer? llo es l nico que r-,,= El otro polo, ms extremo y pavoroso, es el de los bebs "condenado! -, : mueren repentina y violentamente. A menudo se les reconoce porque s l -: rojos o morados o les cambia el color de la piel o las uas. Estos bebs sc:. : pensos a tener ataques, sus pequeos cuerpos se contorsionan, se les p,--.= -

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3ida la espalda y el cuello. A veces sacuden lacabeza con violencia uqueriendo" golpearse contra la pared o contra el suelo. Chillan, ponen caras horribles y a '. eces espumajean. Parecen animales furiosos, rabiosos, dicen sus madres. Los ,rrcradores creen que las fases de la Iuna pueden tener algo que ver en esta afecin. Son descritos como bebs nrojoso, en contraste con los plidos y crnicos rebs nblancos". Los nios que sufren ataques suelen morir rpidamente, a vees de un da para el otro. El beb puede estar muerto antes de que la madre :e entere de que tiene algo malo. Los gemelos condenados de Clia, por ejem-

lo, no le dieron oningn problemao cuando murieron. Simplemente (comenzaron a temblar, los ojos se giraron hacia atrs y se quedaron tiesos>. Otros bets sufoen (ataques) sucesivos, lo que resulta particularmente uviolento) para -a madre porque ella puede llegar a tener que actuar de forma decisiva. Puede :ener que oeliminaro al beb; hay otros en los que pensar y a quien proteger en -a familia. uCuando el beb comienza elbqte-bate, golpendose la cabeza,lo po:emos en el suelo en la parte de atrs de Ia casa y Io dejamos allo, dice Zefinha, -a madre de dos bebs que murieron de ataque infantil. Las mujeres del Alto ha:^an claramente de (poner al beb aparte para moriro (a gente bota o menino -:ra pqra mourrer). Seu Z de Mello, un cortador de caa de setenta aos, :r'rent tangencialmente el ataque de nio durante la narracin de su historia de .-da en 1989. l se refera al ataque infantil como la.enfermedad de los nios .aivajes, feroces y enloquecidos que se cran en el suelo [es decir, no en los bra:rs; sin cuidadoslr. La fiebre alta suele acompaar las temibles convulsiones, y --. madres rezanpara que la muerte llegue pronto.

Aunque las condiciones habituales de la infancia en la barriada pueden :ausar por s solas los sntomas del ataque de nio meningitis, t-encefalitis, la mayora de los bebs que aparecen como vctimas de esta temible =nos-, =riermedad son bebs cuyos cuerpos entran en shock debido al desequilibrio de =.ectrlitos que acompaa a las diarreas y la deshidratacin agudas.; Es el del':c da sede,la nlocura de la sedo. Todos estos trastornos que arnenazarr la vida -pero especialmente la locura de la sed- son alteraciones virulentas pero m:^:amente tratables.a Y las madres del Alto saben perfectamente que existen tra- -:nientos que pueden curar estas afecciones infantiles. <Si se trata, s, el nio vivir Roslia- pero nosotras no los tratamos.) nPor qu - -ede -concordaba -. : adianta, fue su respuesta. nNo vale la pena, (es decir, aunque lo tra"Nd.o -:::.os, el beb estar enfermo toda su vida). Decid profundizar la investigacin. En la Fundago Joaqum Nabuco de i -:ie revis los archivos para buscar referencias a la enfermedad infantil y el :-:-ue de nio, pero en ningn sitio encontr una referencia de la doenga de -'-.:''.Qa o el ataque de menino. Finalmente, en un manual de medicina popular, ."'':dios Populares do Nordeste (Maior, 1986: 37), encontr una referencia a las - -.iulsiones infantiles", las cuales, el autor notaba, a veces se las denomina :, :larrnente ataque de menino. Aunque las mujeres del Alto decan no cono-=, ::insuna cura, Mrio Santo Maior enumeraba varias, entre ellas sumergir al - -,- - en agua muy fra o hirviendo, frotar vigorosamente el cuerpo del nio con .-:,rol, darle un t de hierbas hecho con hojas de eucalipto y semillas de san: : '. provocar un shock en el beb dndole unas buenas bofetadas en la cara :,=-: devolverle a la razn.

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Entre los curanderos populares de Bom Jesus, sin embargo, desde 1, ,. -boristas que trabajan en el mercado pblico hasta los sacerdotes de Xanq' . sando por las viejas rezadoras del Alto, la respuesta a mi pregunta siemp:- . Ia misma: <Esta enfermedad no la tratamos.) Dona Marcela, ur reZd'rr-, -: refera a los diferentes tipos de enfermedad infantil como doenQdo, una a -enfermedad,. Y su comentario repeta el de Dona Roslia. nS eli:.-deca posible que en algn sitio haya una cura para estas cosas, pero lo mejor-=. . tos casos es no hacer nada., Dona Maria do Carmel recit todas las en.: -.. dades infantiles que Dios le haba permitido curar: asfixia, mal de ojo r :.--os ss/os. Entre las enfermedades que ella no trataba estaban los atac,-., -, nio, la locura ;,7a doenga de menino. uPor qu no?, nPues porque Dios .*, -' I ha dado el poder para curarlos., nS, s cl:.'o"rezar" todas las enfermedades normales de la infanci' --. ca la partera Norinha-.Yo "rezo" para curar fiebres, tero cado, fon:.. . abierta, y pequeos sustos, pero si quieres que te diga la verdad, no rer.- -. masiada fe en estos rezos. Y no quiero ser responsable por ias vidas i : Ios nios oue avudo a traer al mundo. Si lo hiciese sera madrina de todc, . -y mi casita estara siempre repleta de criaturas. Slo entono mls rezos pr-i: - -: los nios nazcan sanos y salvos, no para curarlos una vez que va estar- ::En cuanto a la enfermedad infantil, Norinha replic con bmsquedad: u-\' -.nada que ver con eso. Ve a hablar con Nita la Marar''illosa; quz ella ' . -alguna cura.> Pero Nita la Maravillosa, una seguidora de Xang espec.. en enfermedades peditricas que trabajaba baio la proteccin espiritua -nios santos Cosmos y Damio, tampoco fue de avuda. Nita estaba de a: -. con su mentora, Ia gran hechicera Dona Clia, en que ula nica cura F.:: doenEa de menino era la propia muerte>. El doctor Raiz, el herborista que venda docenas de hierbas curati',:: : : mercado, fue franco. S, haba una cllra para el ataque de nio, pero ha:., - -, aplicarla nada ms comenzar ia enfermedad. ul-as madres con las que ::: blado raramente prestan atencin. Esta clase de mujeres va es lo basra,-..,- : bre como para poder cuidarse de s mismas, cuando menos de un nic salud arminada., oCul es esa cura inicial?u oCuando el nio tiene la primera conr,rrlsin, la madre tiene que I - .- , sal en la boca y hacerle un corte en alguna parte del cuelpo. Debe coger --r.: - labaza intacta, que no haya sido usada antes, v cortarla por la nritad ] . -. encima de la tripa del chico. Lacalabaza extraer el mal si es que sre r= , causado por alguna maldad "colocada" en el nio fpor brrjera]. Es u:-:. simple. Pero las mujeres de las que estamos hablando no quieren saber -=..:- curar; elias tienen miedo de Ia cura.,
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uPor qu?,

cura, pero no se trata de una cura contpleta. En el me.jor ci- . a/o. La enfermedad infantil es como L1n :r- -. en un camarada viejo. Cuando un derrame htrnde a una persona vieja -:. cosas que se puedan hacer?; falve'z no vuelva a estar completamente br---. :,. puede recobrar parte del habla y de la capacidad de moverse. Pero . - -, ' como estas mujeres, que dicen de sus hijos, "Ah, ndo tem jeito" lno'..-'
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sos, el nio puede curarse un 40

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cin], claro que morir, naturalmente. El viejo se quedar totalmente intil, paralizado y mudo. Lo mismo pasa con el ataque de nio." Entretanto, la mayora de los mdicos de Bom Jesus no saban nada de la enfermedad infantil o del ataque de nio, aunque unos pocos haban odo a las madres pobres usar esos trminos: (enfermedad infantil? el doc-respondi tor Antnio, el director mdico de la clnica municipal-. No es sarampin y tos ferina, este tipo de cosa?, Otro mdico de la clnica, el doctor Fernando, neg con la cabeza: (no, nunca he odo tal cosar. Pero durante un cafezinho en el hospital con la doctora Gloria y varias enfermeras, mi pregunta obtuvo por fin una respuesta positiva. uClaro que sabemos lo que es", dijeron las enfermeras. Pero discrepaban de la doctora Gloria, cuyas palabras eran clnicas y fras: oEnfermedad infantil se usa en referencia ala crianga condenada, una especie de nio rechazado. La madre lo ha abandonado, ya no atiende a sus necesidades. Ella viene a la clnica con un beb que muestra sntomas de desnutricin y deshidratacin de tercer grado. Le echo un vistazo y le digo que slo podemos salvarlo si lo hospitalizamos. Pero Ia madre no quiere. EIIa dice que el beb tiene "aquella" enfermedad, ni siquiera la nombra, y que no hay solucin. No hay solucin, es decir, a no ser Ia muerte. En su cabeza el beb ya est medio muerto. A ella ya no le interesa conservar al nio con vida. Quiere que se apague la llama. El sentimiento maternal est ausente. No est all. El nio enfermo es como un objeto que est roto y no sirve para nada.u oPero aun as, ellas vienen a la clnica. No es contradictorio?, uA veces las mujeres vienen a la clnica porque buscan un pretexto. Quieren evitar lafofoca, el cotilleo de los vecinos que tal vez digan que la madre ha dejado morir al nio de negligencia. La madre viene a la clnica buscando medicinas para despus poder decir "he ido a esta clnica y a esa otra, pero las medicinas que me han dado los doctores eran'flacas', no valan nada". O, si no, "me he gastado tanto dinero en medicamentos caros, y al final no han servido para nada". Muchas veces ni siquiera me escuchan cuando les digo que las medicinas no son la solucin real para su hijos." Una enfermera intervino a favor de las madres: uPero es slo porque tienen un autntico pavor a esta enfermedad. A veces hay una "crisis" de fiebre y el beb tiene una convulsin, y la madre inmediatamente piensa que son Ias seales de la epilepsia. La gente pobre tiene un miedo realmente atroz a esa enfermedad; tienen una especie de terror, como si fuese la enfermedad del mismsimo diablo. Ellas tienen tanto pavor de las con'u,ulsiones y de los ataques en el beb que queman sus ropas y clavan clavos en el suelo de barro para impedir que vuelvan. Algunas madres esconden el hecho de que su hijo ha tenido esta enfermedad; fingen que la enfermedad era de poca importancia. La lacra, la marca, es muy pesada."

Diferencia y pelgro: estgma, rechazo y muerte


Confieso que abordar el tema del estigma, en relacin al ataque de nio y infantil, me produce cierta aprensin, ya que no deseara aumentar el pesado fardo que recae sobre personas que viven tan cerca de los lmites de
a la muerte

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lo soportable. Pero, como sugera la doctora Gloria, en la muerte infantil =. Alto do Cruzeiro ms que ocasionalmente est presente una actitud de a:r-tarse con rechazo y temor.

El estigma es la diferencia indeseable. Es todo lo que nos hace aparta::-:: de otros seres humanos por miedo, disgusto, peligro, pena o aversin. E.:-=rnatizar a otro ser humano es uno de los actos ms antisociales, ya que .--,signa a la vctima a una muerte en vida, a los mrgenes de la interaccin : --

mana. En el caso de los bebs, el estigma nos permite decir con un consider=:-= riesgo para el beb que l o ella todava no es (o quiz nunca llegue a ser I '--- persona. "Hein, hein, coitado, mas o bichinho ndo sente nqda, ndo 2 [Pobre:- - pero eI bichito no siente nada, verdad que no?l.o El estigma es discurso, un lenguaje de relaciones humanas que pone ei- r-

lacin el yo con el otro, el normal con el anormal, el sano con el enferm: : fuerte con el dbil. Contiene todas aquellas oposiciones excluyentes v dicotc,-:-cas que nos permiten trazar los lmites seguros de lo aceptable, lo permisib-: deseable, aplacando as nuestros propios miedos y fobias respecto a Ia enfe:-,.dad, la muerte y el deterioro, la locura y la violencia, la sexualidad y el caos I =. tcticas de separacin nos perrniten decir que una persona es gente, una de -:sotros, y que aquella otra es otra. Erving Goffman (1963) deca que cuar:j nnormal, se encuentra por primeravez con lo (otro) estigmatizado se pro;--: una escena sociolgica primordial, un momento especial en que la econ'- - . moral que gobierna las relaciones sociales se desenmascara y la sociedad se ---:nifiesta a s misma en los fenmenos que repudia, excluye y rechaza. Nunca olvidar una de estas (escenas primordialesr. Era febrero de -:*: y yo estaba junto a otros peregrinos en un autobs que cruzaba el rido -.:- = de Pernambuco en direccin a la ciudad de Juzeiro do Norte, lugar de --=: miento del gran santo regional y hacedor de milagros, el padre Ccero rC-::Romo Batista). Desde que muriera el llamado padrinho da gente (padr.:.- -= todos), Juzeiro do Norte se haba convertido en un lugar famoso de pe:=-nacin (vase Slater, 198). Estbamos todos muy animados despus de', ----, horas de viaje por el interiory habamos comenzado a entretenernos co:- :'-. ciones y bromas de excursin. Jarras de vino tinto barato pasaban ai-:.:: abajo del autobs. Cada uno de nosotros llevaba secretas peticiones que.=:.-. sitara a los pies de la gran estatua de cermica del padre Ccero, solic:---.: curas milagrosas, recuperar objetos perdidos o personas desaparecidas o :Erdas, xito en el amor, el matrimonio, los negocios, la educacin de los ,- - .., etc. Era un momento especial, un tiempo fuera del tiempo. En un determinado punto de la inmensa y desierta carretera que se = -:: traba en el sertdo, una pareja que estaba bajo el sol brutal sin ninsuna r: -=: cin, a excepcin de un paraguas negro harapiento, hizo seas para que r:rr-i el autobs. Una mujer joven, una matuta, con un modesto vestido de -. .: de manga larga, extrajo de un saco de papel un par de zapatos y se los p-:- :los pies justo cuando par el autobs. Con ella estaba un campesino \ri-: :'sandalias de plstico y un sombrero de paja. Al viejo se le vea mur.de l:.: extremadamente flaco. Su hija (o as cre) era solcita con l y le aruc - -blemente a subir al autobs. Era un tramo de la carretera terrible, r'acc, '. . '. deban haber caminado una buena distancia para llegar hasta la car:;::-:
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despus haber esperado un buen l-ato hasta que pasar-a el autobs. Una vez instalados en la parte de atrrs del autobrs no pudieron hacerse invisibles porqlle pronto fi,re eridente que el viejo estaba enferro, muv enfermo en realidid. lntercilaba sr-Ls golpes de tos spera con escupitajos er.r una lata de hojalata que llevaba con esc propsito. El espritu jovial v cantarn de camrradera sc rompi cor-r la tos tuberculosa incesante v asfixialrte No haba tr-anscurrido mucho tiempo cuando el conductor del autobrs par ste en sec(). Hizo unr seai a la parejzi parr quc pasara adelrnte. La chica se inclin sobre l v le cuchiche unas palabr-as, pero ste no respondi, simplemente abri la puerta de adelante v ies conminci con un geslo a que descendierrn del autobs. Nadie de nosotros protestr cuando la pareja descendi despzrcio v con crutela 1 otro pedazo de carretera desicrti. Trrnscurriran horas antes de que pasara ctro autobrs. Continuanlos cn silencio durante un buen raLo hasta clue Lln pasajero solt un nen-ioso per-o sonoro ,r resquebrajante pedo. La tensin se rompi r nos remos rcusndonos unos a otros. Algunos sacaron botellines de colonia barata \ rocial'on gotas por los asientos, "pur-ificando, el aire. Las crncior-ies v el ambiente jocoso se reanudaron conro antes del uincidenter. Estbamos segLlros, ramos otra vez una (comunidad,. Todos hemos obsen,ado o incluso hemos parlicipado alguna qr-le otra vez en este tipo de escenas primordiales de inch-rsin/exclusin. Sin embargo, con la posible excepcin de los nios cori SIDA, nr estamos acostumbrados a asociar el estigma con los pequeines. Pero lo ql-le vo quiero sugerir es que rechazar a nios umalogradosu es el prototipo de tctda estignratizacin. Mientras que ei estlgma puede condenar a un adtLlto repudiado a unr vida de crclusin v marginaiidad, la estigmatizacin de un neonato, qLle es absolutamente dependiente, implica inevitablemente una sentencia de muerte. E,l beb enlermizo, debilitado o con deformidades congnitas desafa las fi'giles v tentativas fronteras simblicrs entre lo humano v lo no-htLmano, lo natural v lo sobrenatural, lo normal v Io abonrinable. Estos bebs son inclasilicables v llegan a ser vistos con cautela cr con repulsin corrro una fuente de polucin, desorden peligro. Los nuer afri canos estudiados por E. E. Er,'ans-Pritchard (195) se referan a los bcbs del'ormes como nios ncocodrilo, r' a los gemelos (otro tipo de anomala de nacimiento) como pjaros, Pocos gemelos nuer o bebs cocodrilo sobrevir.an,'r' cuando moran, los nner decan qlre se haban ido unadando> o (\ollnclor. Los pjaros vuelven (o son de."l-reltos) al aire, v los bebs anfibios rolvan (o erin derueltos) al agua, il mcdio al cual pertenecan, r-espectivamente. En otros lugares, los bebs fsican'rente diferentes son rcchazados v csliguiatizados como ubebs brujos, o como unios de hadasr. Entle los campesinos irlandeses de West Kerrr, la gente rnrvor habla dc pequeas criltnras que al nacer- (son cambiadas por otras> rnhs enfermizas v gastadas, que las hadas han dejado en la cnna o en el catre del beb humano sano (Scheper-Hughes, 1979; Eberlv, 1988). A los nios ncambiados,, irlrncleses, conro a los npjaros-

gemeios, nller, r nrenudo se lcs "avndaba" a voher al mundo espiritual de clonde haban venido, en algunos cirsos clucmndolos en la chimcnca de la crsa. Carol-r'n Srr,qent (1987) estr-rdi las puicticirs de alun-rbramiento entre los bariba cle la Reprblica Poptrlar de Benin, r-n Afi-icr occidental, donde hasta rr-iur recientemente se practicaba e1 infanticidio con el objctiro de librar a la conruni-

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dad de la arnenaza de los brujos peligrosos a quienes se responsabiliz:= -", todo tipo de desgracias humanas. Se crea que los brujos se presentabr =r : parto en forma de anomalas fsicas, como venir de nalgas, deformidao-: : :l gnitas y anomalas faciales o dentales. Tradicionalmente, a estas cnar-:-=. ": Ias dejaba al descubierto, se las envenenaba o se las dejaba morir de ina:-:, 1. Cuando los bariba pasaron a vivir en comunidades urbanas pluritnico. : menzaron a parir en los hospitales, la matanza de tales bebs esti-ema-.--. - " fue, por supuesto, prohibida. En la nueva situacin urbana estos bebs rr-: 'l dos seguan vivos, cargando con ellos el estigma y padeciendo en conse.-::r: una dosis nada despreciable de negligencia y agresin fsica. Los bebs ::--,.,, se convertan ms tarde en nios brujos y despus en chivos expiatorios .; ,:n la comunidad, pues eran culpados por cualquier tipo de acontecimienr- -:al fortunado que acaeciese. En la Amazonia brasilea, muchos pueblos amerindios practicabr- =. ,i fanticidio regularmente en inters de la higiene social. Hoy en da, cori--: ,-., rre en la mayor parte del mundo, la Iglesia y el Estado intervienen proh-:-= ,:, estas prcticas. Sin embargo, Thomas Gregor ha detectado que actualm:,-= indios mehinaku continan practicando el infanticidio, aunque ercLrr-=- mente, con los gemelos y los hijos ilegtimos o con defectos de nacimie:---. : alumbramiento de bebs deformes se denomina kanupa, una cosa proh-:--* tab, algo que cubre de vergenza a los padres. En el nacimiento se er-r, cuidadosamente al beb: "Miramos su cara, sus ojos, su nariz y sus se:---i:" su recto, sus orejas, sus dientes y sus dedos. Si tiene algo malo, entonce! .- :-:* es prohibido. Nos repugna. As que lo enterramos' (1988: 4). Los mehinaku, adems, contrastan Io acertado de sus prcticas natl', :. el comportamiento irracional de los brasileos urbanos que dejan cor- ,-.-j sus hijos deformes. ul-os brasileos tienen muchas personas intiles \ ';:,--i nantes con ellos. Hemos visto a gente sin ojos, sin nariz, sin orejas, sin p,=-,:. En So Paulo hay incluso un hombre con dos rectos. Si naciera aqui i*-- _-r as lo enterraramos inmediatamente. No por aqu cerca, no, sino all, ;:-=- ," jos! Por eso es que somos bonitosn (4). Si bien los bebs estigmatizado: := -.r., barriadas urbanas no son envenenados ni enterrados en un hoyo, ? \'eC> :- : ur se les considera y trata como otabn, y algunos de ellos resultan, comc ..:- ' visto, gradual pero mortalmente descuidados. No obstante, no deseara insinuar que los brasileos son ms pr-'E-'F l que nosotros a estigmatizar al enfermo o al diferente. La vida social dej '::1-:i: de Brasil si se destaca por algo es porque es mucho ms tolerante que -.- lugares con la diferencia humana. Los enfermizos y discapacitados qu- > :-1 viven a la infancia estn, con pocas excepciones, bien integrados en la'.::. :L-, blica y comunitaria. Entretanto, la locura circula libremente por el merc:: - :1", blico y las plazas del centro de Bom Jesus, donde los locos y payasos dei : -=': son conocidos y tolerados por todos. En Bom Jesus siempre pueden ve:>- - : gos, sordos, lisiados y leprosos, particularmente el da de mercado, cua:,: mendigos profesionales vienen a Ia ciudad. Las enfermedades tropicale= --:.,ciosas y transmisibles no son infrecuentes, incluso entre la clase media-. --:generalmente no se intenta excluir a los enfermos de la participacin a--- ,: 1la vida ciudadana.
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De todas formas, algunas enfermedades despiertan un temor particular y resultan difciles de admitir, hasta el punto de que pocos se atreven si quiera a mentar sus nombres. En los aos sesenta, cuando todava era incipiente en el noreste, Ia tuberculosis era una de estas enfermedades fuertemente estigmatizadas. Connotaba miseria, mugre, promiscuidad. Por Io general se sola ocultar y de puertas afuera nunca se reconoca su existencia en una casa. Hoy en da, la epilepsia, los trances psicticos agudos y la rabia entran dentro de Ia categora de enfermedades horrendas y profundamente estigmatizadoras y, en gran parte por analoga, lo mismo ocurre con la enfermedad infantil y el ataque de nio, cuyos sntomas parecen una copia de los de Ia epilepsia y la locura. No dispongo de datos sobre Ia extensin de la epilepsia en Bom Jesus, pero s s que la rabia constituye una amenaza real. En 1986 hubo hasta siete pacientes en el puesto de salud local de Bom Jesus que recibieron dolorosos tratamientos por va intramuscular porque haban sido mordidos por animales rabiosos. Cinco de estos siete animales fueron identificados y eliminados. Dificilmente transcurra una estancia de campo en Bom Jesus sin que hubiera al menos un incidente de persecucin catica de un perro rabioso, que normalmente culminaba con la lr:'alar.za colectiva del animal en las calles y pragas de la ciudad. La matanza llegaba a tomar un carcter festivo. A veces, un simple perro callejero suelto y hambriento que no mostraba cualquier seal de enfermedad era atacado y muerto por bandas callejeras de alborozados nios de la calle armados con palos y piedras. Es lamentable que el ataque de nio sea a menudo identificado con la rabia e incluso se le denomine con repulsin doenEa de cdo, uenfermedad de perrou (rabia). Maria Pozinho relataba una experiencia triste: nNos dan mucho miedo los ataques de nio. Es una enfermedad loca, igual que la rabia de un perro. Es una molstia mental. Mi hijo varn sufra ataques, y cuando le venan escupa la comida en el suelo. Mis otros hijos, que tenan hambre, corran a recoger los bocados contaminados para metrselos a la boca. Yo les gritaba para que no se acercaran. Y gracias a Dios, ninguno de ellos los cogi., "Y qu le pas a tu hijo enfermo?, <Estuvo enfermo mucho tiempo, desde los dos aos. A consecuencia de un sLt.t/o comenz a golpearse contra la pared, se batendo, se batendo, sin parar. Yo rogaba a Dios que se lo llevara y no me dejara con un chico as. Hice muchas promesas a Jess, a la Virgen y a san Severino de Ramos para que se lo llevaran. Pero no se muri hasta que tuvo diez aos, cuando una fiebre por fin se lo llev." "Quin puede criar a criaturas tan defectuosas?u, me preguntaban retricamente en diferentes ocasiones (con respecto al ataque de nio), y la respuesta que ellas mismas se daban era invariablemente oslo los santos>, santas vivas tales como Dona Marta o Dona Amor (vase captulo 3), esas mujeres ejemplares y dedicadas que haban consagrado su vida a criar nios dementes (doidos), enfermizos (fracos),lisiados (aleiiados), paralticos o salvajes (brabos) en el Alto do Cruzeiro. Los esfuerzos de estas mujeres, a la luz de las realidad social y econmica de la vida del Alto, eran verdadaremente heroicos. Joo Fabiano, por ejemplo, era un chaval de doce aos fisicamente sano y desgarbado, un adolescente larguirucho, todo piernas y brazos. Sus movimien-

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tos son descoordinados; anda a trompicones y adems es mudo y autista - : vecinos dicen que est loco (doido), salvaje (brabo) y totalmente deforme ';=-, tuoso). Le tienen miedo. Pero para los chicos que viven cerca de su chabola : la otra punta del Alto, Joo Fabiano es uno de sus principales pasatiempos \ . 'tretenimientos. Le tiran piedras en cuanto le ven aproximarse. Imitan sus :t-idos y salen corriendo berreando si l les hace caso. Dona Marta intenta =-tener a su hijo a salvo dentro de su pequea barraca de dos cuartos, si bie:. . resulta sencillo pues en casa tambin viven su marido, cuatro hijos ms r - .: hija mayor con sus dos hijos respectivos. Prcticamente no hay espacio pa:e -ochico salvaje, como Fabiano, el cual se convulsiona violentamente, se go-:== la cabeza y chilla desde su lugar preferido, en el suelo bajo la mesa, cuaniest entre los brazos de su paciente madre examinando su cara como si f-=-= un mapa del tesoro. oEl no se cansa de mi cara su madre, cansacs-dice Pero cuando le pido que me d un abrazo de verdad, sale corriendo grita:: Cuando le pregunto si me entiende parece que s, que me entiende. Y, r,--= cuando le pregunto "me quieres, Fabiano?" se pone todo alterado intenra--.: hablar. Intenta decir "s". Pero me temo que acabar matndome." Dona Marta atribuye el trastorno de su hijo a un ss/o que tuvo cie :=queo, cuando lo llev a visitar la casa de una persona del Alto que estaba -:,:= Eldoido le asust tanto a Fabiano que ste sali corriendo de la casa v se.:, en un pozo de barro. LIeg a casa empapado, sucio y farfullando idiotec-. desde entonces est enfermo. Antes de pasar tres aos hospitalizado en e. :. quitrico de Recife, aade Dona Marta, estaba incluso peor. Actualmente i _ . : noventa gotas de cloropomicina tres veces al da. El medicamento antipsicc:.: ncalma, a Fabiano lo suficiente como para dejarle dormir. Antes de medica:.= Fabiano gritaba y se tiraba al suelo golpendose la cabeza. Era un bobo .. -bbedo (nborrachor, tarambana y descoordinado). Era un autntico marT-:-- dice ella. nQu desgracia tenemos en esta casa con un chico que anda per: - habla y otro fen referencia a uno de sus nietos] que puede hablar pero nc darln Aunque las vecinas decan que Fabiano padeca la terrible enferme*: Dona Marta se resisti durante mucho tiempo a admitir el diagnstico de :-que de nio> sin remedio, y lo intent ntodo, para curar a su hijo, pero fu= -vano. Por supuesto, nunca Ie pregunt a esta pobre mujer trastornada si es:.:. de acuerdo con las vecinas que afirmaban sin pestaear que nhubiese sidc, : jor que le hubiesen dejado morir cuando era un beb en vez de dejarlo ci-.:con esta horrible enfermedadr. Se trata del mismo consejo que Dona Maria la partera da a las madres :. Alto cuando sospecha que un recin nacido presenta un caso de enfermeda: --, fantil o ataque de nio. Dona Maria se basa en su propia experiencia desatunada. uEs duro decirlo, pero hay veces que enseguida lo veo y le advienc, = , madre "a ste no hay que lavarlo".n
.

mune a esta enfermedad. Puede atacar a cualquiera. Mi propia hija


Pero no ocurri de la manera que yo hubiese querido, no.

"Pero siempre ests tan segura?> "S, porque como ya me ocurri a m, pues ya s lo que es. Nadie es ----

r:.:

d'aquele ieito lde esa maneral, pequea y dbil, e inmediatamente decid de'.--

Mi comadre r.--visitarme aquel mismo da v tuvo pena de la criaturita. Ella le dio un r -

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Amor matento: Dona Marta con su hiio autista.

piador y despus un poco de mingau. As que la chica vivi hasta los catorce aos, estpida y mema todo el tiempo. Mi hija slo grua. Nunca aprendi a andar ni a hablar. Sobrevivi bastante tiempo pero al final muri. Ella "naci moribunda" y por culpa de mi comadre tuve que sufrir un buen tiempo hasta que por fin muri.u Lo que ms teme la gente del Alto es un espectculo pblico protagonizado por un hijo. Cualquier cosa, incluso una muerte temprana, es meJor que enfrentarse con una escena como la que ocurri en agosto de 1989 en el mercado de la mandioca el da de feira, cuando el hijo ndefectuoso, de Seu Daniel nse desplomn, cayndose al suelo con conr,'ulsiones (epilepsia/locura) a la vista de cientos de personas del pueblo. Cuando los vendedores estaban preparndose para guardar sus productos en sacos para llevrselos a casa, se produjo una algaraba en la entrada del edificio del mercado y rpidamente se form un gento alrededor de un chico de unos quince aos que o bien estaba en trance profundo o bien estaba sufriendo un ataque. Se con'"rrlsionaba violentamente, sacaba espuma por Ia boca y sus ojos estaban desorbitados. nVirgen Mara, Nuestra Seora, protgenos -exclam una mujer que estaba en la corona exterior del crculo de gente-, creo que es esa enfermedad, la enfermedad de desplomarse., El chaval, en un estado de semisonambulismo, temblando y bramando, embisti con los dientes desnudos contra la garganta de una mujer. La gente empez a gritar y salir corriendo en todas direcciones y se form una estampida en la puerta del mercado. Marcelo, el joven y gil gerente del mercado municipal, salt a Ia espalda del chico y lo inmoviliz en el suelo. Pero necesitaba ayuda. La frrcrza del chico en pleno ataque pareca sobrehumana, prodigiosa. Golpeaba con manos y pier-

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nas mientras espumajeaba sin parar y tena los ojos totalmente en blancc, Lgente iba alternando gritos de miedo y estupor por el chico y palabras de npara Marcelo y otros dos hombres que intentaban sacarlo del mercado. \-, , .-gu al gento. Primero llevaron al chico a Ia farmacia de Feliciano para c^L= : diera un tranquilizante, pero all nadie se atreva a acercarse al nio sal'.' = Tampoco ningn taxista quiso llevarlos al hospital. Finalmente, Ilegaro: , hermanos mayores del chico en una camioneta. Despus de atar diestram.,-..= al chico como a un novillo Io echaron en la parte trasera de la camioneta. L '.; = supe que lo haban llevado a casa de Dona Maria Umbandista en Ia rua do \i,tadoro, donde se tranquiliz, al menos temporalmente. Al da siguiente, acompaada de Marcelo, hice una instructiva rjs-:= . Dona Maria Umbandista. Despus de recibir el permiso de Ogum (san Jo:-su espritu domstico, Dona Maria y su ohija, discpula salieron de su pec-*. ' salao de trabalho y manifestaron su acuerdo en hablarnos sobre el problen. :chico. Ayud el hecho de que el anciano padre de Dona Maria, aunque e>::-casi ciego, me haba reconocido como (la moga del Alto,,. El chico ciertamente estaba, comenz Dona Maria, "tocado, por Ia : ,:. medad que derrumba (epilepsia), a causa de Ia posesin de un espritu. Cua. : lleg al umbral de su casa el chico posedo gritaba: oSoy Z Pilenta fel pen:= ciero espritu mulato al que Ie gustan los cigarros, las mujeres y el aguardi-..:= y quiero beberme tu sangre. Quiero ver tu sangre derramada por el suelo hermanos mayores del chico no se Io podan creer. Con anterioridad, orras : curandeiras se haban negado a tralar al chico alegando que se trataba de . '. enfermedad demasiado nfuerte" para ellas. Ellas eran las que haban prop'-:!: a Dona Maria como ltimo recurso. La mujercita acept al chico como pac-= : y pidi que Io entraran dentro mientras ella se preparaba en la sala de rra:= A los pocos minutos sali vestida con sus ropas rituales, incluyendo la fur:, la espada de su protector, Ogum/san Jorge. As, armada como un guerrero ; -corporada por Ogum, Dona Maria libr una batalla con el espritu del cr,: Depositando sus manos y la espada de Ogum sobre la cabeza y los hombrc. := chaval pidi al espritu que saliera, lo que ocurri casi al instante. El cht: -. dermmb encima de la cama exhausto y sudando copiosamente. Come;-t . abrir y enfocar los ojos, y entonces pidi un vaso de agua. Despus de be:,=-.. tres tazas de agua azvcarada le pregunt a Dona Maria qu era lo que le h= sucedido. l no recordaba nada. EIIa dijo a los hermanos que se Io ller.ar.- . casa a descansar veinticuatro horas y que despus lo trajeran otra vez pa:: nalizar el diagnstico y la terapia. Dona Maria tena el plpito de que el ;: : no estaba posedo por Z Pilenta, un mero hacedor de travesuras, sino p.. -espritu mucho ms poderoso y peligroso, el mismsimo Ex de Ias Sier; E-.
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crucijadas. El anciano padre de Dona Maria, que estaba sentado con nosotros en la .. . se agach y con la punta de su bastn traz en el suelo de tierra los cuatrc, :-.. drantes de una encrucijada, nel lugar donde se rene todo lo r' -explicEra el lugar donde las mujeres .vertan> Ios fetos abortados y donde las a - .paganas y de los no bautizados se reunan para hacer todo lo que se le anrc-. al Malvado. En el mismo centro de ntodo este mal>, continu el viejo, riua E- El desgraciado, hombre o mujer, que era posedo por Ex estaba en un serir : - -

Dono \,Iaria {tmbatuiist,j; u,\.si io cL;r: ",lere., L,rl

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blema. Haba tres posibles desenlaces: l (o ella) mataba a alguien, comer : cidio o era muerto por otros. Quien era posedo por Ex estaba conde:=: Con tales ejemplos aterradores no es de extraar que las mujeres de- -consideren que la nica solucin para ciertos nios marcados sea la n:---prematura. La enfermedad infantil, especialmente los ataques infantiles ., dos, tienen algo de asombroso. El infante parece <tocado> por una fuerza poder innombrables. Se trata de una afeccin intensa, parece ms prop , -, adultos que de nios. El ataque infantil agudo presenta unos sntomas m*-. : recidos a los de Ia epilepsia, Ia rabia, la apopleja, la posesin de espritu. - lignos y la esquizofrenia, todas situaciones fuertemente estigmatizadas . . Alto do Cruzeiro. Con frecuencia suele sospecharse de la magia negra, pLl;: : tos trastornos nmalvados" y temblorosos recuerdan a los estados de trar::. -, Ios fieles de Xang y sus espritus. No ser que estos nios estn uhe:., . dosu? No ser que alguien les ha lanzado una maldicin? Los nios r -- que sufren ataques son fieros, sacan espuma por Ia boca y muerden cor:, animales. Por su parte, la enfermedad infantil crnica aparece corro ur ;. : jecimiento prematuro, como si el precioso pequen de una hubiese sido :.biado por un viejo marchito y desdentado con el cuelpo flojo y las extre::..:. des sin tuerza ni definicin. Sus pequeas caras armgadas, plidas y amar-:. : hacen que estos nios parezcan mucho ms ajados y tristes que lo que en :-cipio se desprendera de sus pocos meses o aos de edad. Todo esto acre.:-'la percepcin de uprematuridado e intensidad de su enfermedad. De manera general se considera que la enfermedad infantil, especialr=. '= el ataque de nio, es una situacin <contagiosa" y contaminante, por Io qL-. - madre diligente siempre intentar proteger a sus otros hijos del contacto . . : hermano contaminado. Si un hijo mayor come las sobras de un hermanirc, : taminado la enfermedad le pasar a 1. Por la misma lgica se cree eue - - : etapas iniciales la enfermedad puede ser transferida mgicamente a los a:-,'. .. les callejeros. Cuando un nio est sumido en un ataque agudo, la madre ra- : coja un pedazo de carne fresca y lo pase por la boca del nio salvaje. Si des: -= de lanzar Ia carne (contagiada) a un perro callejero el animal comienza a =. .. trar sntomas de rabia, su hijo se habr salvado. La temible enfermedai =-, tonces, habr pasado al cuerpo del animal uhechizado". Los nios o bebs enfermos se mantienen aislados. Nadie intenta cocir. o llevarlos en brazos. Permanecen escondidos entre los pliegues de una sra:- .- :. maca. Nadie culpar a una madre por apartarse de un hijo tan desgraciaic - ", madre tampoco se hallar responsable por una muerte provocada por fa^:= : comida v bebida. En el Alto, el criterio que orienta el cuidado materno S r.: en la udemanda, que manifiestan los pequeos. Por eso no es extrao ee . . : nios hambrientos v deshidratados se les npermita> negarse a comer. Esrc: os prcticamente se retiran y rehyen el contacto humano. Se convlene:. = criaturas fastidiosas v profundamente infelices, difciles de atraer e impo-. :.., de satisfacer. Aunque lleguen a morir de inanicin, raramente piden alime- -.,, o cuidados. Y como son tan pasivos parece que no hay ningn problema en ::jarlos solos durante largos perodos de tiempo. Consecuentemente, puede --. nadie oiga sus gimoteos apagados que anuncian la crisis final mientrs Sr: rr.: dre est fuera trabajando en el ,oQado o en la casa grande. Muchos de tales
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las esquinas y vigas del techo para purificar la casa. Si no se toman St-i rr:cauciones el pequeo finado puede regresar para ollevarse> otro nio - = tumba. Dona Xiquinha explicaba que (una vez un pequeo de la rua Fu:-. :Mala muri repentinamente de la enfermedad maldita. Menos de un rrrS -:: pus su hermano tambin muri. El padre fue a enterrarlo en el mismo,-..que su hermano y cuando descubri la tumba se encontr con que el in-.- = muerto estaba totalmente intacto y sonriendo, esperando a su hermano. I :, gnate! Normalmente, con el calor de estos trpicos, un nio no tarda rn: -: seis o siete das en comenzar a desintegrarselestourar] en la tumban. oPero, vamos a ver, qu es realmente la doenga de crianEa? para qr-i: pueda explicrselo a Ia gente cuando vuelva a mi pasr, solicit a un pec'';. grupo de mujeres del Alto, dos de ellas curanderas. <Y por qu se le i-= = Dona Maria chocando las palmas d- .. tanto miedo?, nYa est! -contest manos-' No es la enfermedad infantil otra forma de llamar a Ia muene: ': no es un ataque de nio la misma agonia da morte que todos sufrire :-- ,

cuando muramos? iQuin puede evitar que llegue la muerte? Cuanc . muerte venga a reclamar su deuda tu morirs y yo morir. Nadie puede ;.::par. Lo mismo pasa con nuestros hijos.o Pareca pues como si el ataq.= -. nio fuese ante todo la personificacin de la muerte en su agona final E. .muerte marcada e inscrita en el nio, y es la muerte en su forma ms c:--= muerte prematura, muerte acaecida antes de tiempo. Y es una muerte d-==perada e uinmerecida" de un beb inocente. La enfermedad infantil o e. ,que de nio es liminaridad; no se trata slo de la muerte sino de la m-=*fuera de su propio tiempo y lugar. Independientemente de cul sea la trayectoria anterior del nio, en c*rse le pone la etiqueta de la fatal enfermedad un manto de muerte soci:- : ,mienza a envolver a Ia pequea criatura y los padres empiezan a prepa:a::: para el final. El proceso no es demasiado diferente al de la muerte socia- . .. de la muerte por sugestin que estn presentes en los fenmenos austrai:: , , del nbone pointing" y de la (muerte por vud, en indiduos otrora SroS --: han sido hechizados. W. Lloyd Warner describa una secuencia de ?co:--:mientos que pasaban en Arnhem Land y que presentan ciertas semejanza-. : las reacciones sociales ante la enfermedad infantil en Bom Jesus: <Se cons::=que el hombre [hechizado] est "medio muerto" y morir en breve. EI efe:. es suficiente para que se produzcan ciertas reacciones psicofisiolgicas a-: destructivas. Entonces aumenta la presin a travs de ritos mortuorios c-.'= :: practican con la funcin de intentar extraerle de la sociedad de los r,ivos '" :varlo a la de los muertos, extinguiendo su deseo de vivir, (1959: 9). En los - -mos aos se ha cuestionado el clsico argumento psicognico (vase Ca.----1942) en favor de una explicacin ms materialista que apunta a que el a*-,=. tico motivo de la muerte de individuos hechizados tal vez sea la deshidrau. provocada por Ia privacin de lquidos (Eastwell, 1982). En el caso del sndrome del nio condenado no tiene ningn sentii. =blar de que el nio en cuestin est sugestionado, si bien los nios en es-: avanzado de desnutricin llegan prcticamente a perder la voluntad de -.--' .como tan prestamente notan sus madres. La analoga es ms ntida con r=:, pecto a la resignacin de la madre y el padre ante lo inevitable de la mue:-= :,
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3 '"r\

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/ AMOR ALTERNO

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su hijo, con el consiguiente efecto aadido de desatencin y descuido. Tampoco

y lquido, especialmente en cuerpos pequeos ya deshidratados por ataques agudos de diarrea, como cuando Dona Norinha aconsejaba a las madres que acababan de parir que (no dieran ms que un poquito a probar" de mingau al nio enfermo un par de veces al da. El beb debe estar tan aprisionado en el complejo del nrendido que se rinde, (vase Engels, 198) como los aborgenes hechizados de Arnhem Land. Harry Eastwell (1982) se refera a las prcticas de muerte social como una eutanasia aconsejable, especialmente cuando se trata de personas muy enfermas o muy viejas cuya muerte nnatural, sera prolongaday dolorosa. Lo mismo puede decirse de algunos casos de sndrome del nio condenado en el noreste de Brasil. Pero yo an continuaba frustrada. La categora folk de oenfermedad infantil, era imposiblemente vaga, fluida, elstica y nada concreta. Era ambigua. Cmo puede una madre esfar segura de que se trata de un caso sin remedio de ga.sto y no de una simple diarrea infantil? Cmo puede una madre distinguir entre la denticin corriente y los sntomas ms temidos y potencialmente fatales de los odientes atrapadoso? Cundo un sas/o deja de ser slo un mal sobresalto, un mero reflejo del miedo, y pasa a vaciar el alma del beb? Nations y Rebhun (1988) probablemente estn en lo cierto cuando sealan que la mayora de los casos de enfermedad infantil o de sndrome del nio condenado se diagnostican despus de producirse la muerte del nio. Entonces puede concluirse con rotundidad: nNd.o teve ieito, [no hubo remedio]. La evidencia est delante mismo, en un pequeo atatid azul. Se trata de un tipo de diagnstico que encaja con el que, en general, realizan los brasileos pobres, es decir, a travs de un proceso (vase Loyola, 1984) de oeliminacin sucesiva,, un mtodo de prueba y elTor que va eliminando todos los diagnsticos posibles hasta que slo queda uno, una especie de diagnosis diferencial. Durante la grabacin de un vdeo de carnaval en febrero de 1988 (De Mello y Scheper-Hughes, 1988), Neninha, que estaba posando graciosamente para una entrevista frente a su casa, se enfad con una niita de cara triste que se interpona en el foco de la cmara. Neninha finalmente sali corriendo tras ella, y la pequea se refugi en un anexo dermido en la parte de atrs de la casita de Neninha. La pequea perteneca a una familia odesesperadao de inmigrantes rurales que haba llegado recientemente de la mata, Dentro del pequeo habitculo se sentaba una mujer de aspecto adusto de unos cuarenta aos que tena en brazos a un beb que pareca estar a punto de morir. La nia era muy blanca y estaba inmvil, con los ojos hundidos y la mirada vaca. El marido, un hombre mucho ms joven de ventipocos aos que estaba sentado en el colchn de paja al lado de su mujer, dijo que esperaban que la nia muriera pronto. Ella era su tercera hija. Una semana antes haba muerto una hermanita de dos aos de edad. Pronto slo quedara una nia. Les pregunt si conocan el soro y me dijeron que s, y repitieron que hoy en da casi todo el mundo conoca el preparado de rehidratacin. Se lo daban a la nia? <No, est muy enferma, con diarrea., <Ni siquiera agua con arroz?, uNo. nada.,
se puede menospreciar el papel que cumple la privacin de comida

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(Est bautizada?,

"La bautizaremos el domingo., "Tal vez no viva hasta el domingo.n *Como Deus quiser, pues.) Sin querer entrometerme ms sal de la chabola, intranquila. Afuer: pequeo grupo de mujeres mayores delacreche me hacan seales pr c,u= -: uniera a ellas. En voz baja comentaban la situacin miserable de las ric--: de Ia sequa. "Pssimor, deca Teresa, cuya propia familia tantas veces 1: : padecido el hambre. Estaban planeando recoger raciones de emergencia .:-= familia. nY qu me decs de la beb?,,, pregunt. Se hizo un silencio has:= :-. Marlene por fin lo rompi: <Van a dejar a la nia. El padre dice que ella :-=esa enfermedad; no hay cura. Le ha prohibido a su mujer que le d el sorc : -: mejor, aadi, dejar a Ia nia morir. Las mujeres, conociendo mi descon----- -.respecto al sndrome de la criange condenada, esperaban mi reaccin. P-. reaccion, y no fue la primera vez. Ciertamente, toda aquella situacin D:-- r condenada, no slo el beb; era el sndrome de la familia condenada. E.:_ tentada a decir: (creo que padecen la doenga de famlia", pero ni siquiera .- - mor negro pareca apropiado. Al da siguiente volv a la chabola y me encontr con la situacin--..-: rada. Mientras la cmara de vdeo rodaba le pregunt al padre: <Qu t.. =
,

hija?o

"Es aquilo
<Cmo

mesmo.>>

lo sabes?,

nTiene marcas rojas en el cuerpo.u


<Ensamelas.>

Con cuidado la madre levant la pequea camisita y el paal del be.-e :'- -r revelar un cuerpo muy consumido y plido pero sin mancha alguna. <Pues yo no las veo.)

nl-as marcas se han ido; se han retirado edentro del beb,,


padre.

erp--::

Decid cuestionarle directamente: uEso son tonteras. Los hombres -= . '. ben nada de la horrible enfermedad. Es algo que slo concierne a las mu---:. nEsts equivocada. Muchos hombres saben de esta enfermedad. \-o :: .slo era un chico de esta altura cuando enterr a mi hermanito en la "-:'; Cmo poda haberme olvidado de que los chicos tambin formar- :,=--^.' de la procesin de ngeles al cementerio? Me march avergonzada, des-.::--: cien cruzados bajo :ur'ataza de caf descascarillada. Pero nunca vohi a',= :, nuevo a la pareja. El beb muri ese mismo da, sin bautizar, y ai ar-..----los tres supervivientes liaron el petate y se volvieron al campo azotado :,- , :

sequa.

Comenc a poner ms atencin en el papel de los hombres, y de los :,:-,,, en particular, cuando a mi regreso en 1987 fui a casa de Terezinh \'r--= :contr con que Edilson, su pequeo (condenador, haba decidido sorpri,--:- I todo el mundo escapando a la muerte. La ltima vez que haba sto -- ---' zinha haba sido en 1982.F,lla sola hablar continuamente de su peque:--. esperanza>, de la resistencia de ste a tragar no ms de unas pocas cuc:::-:'de mingau al dia, y de la necesidad que tena de un tratamiento "caro,) cr-: :

{,lOR \IATERNO / f \{OR ALTERNO

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Terezinln - Edilson:

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jt.tgar con las cucarac/'Las ,

pareca tener cuatro, si bien era mu\ r'ivaracho v pr-ecoz. Terezinha mc cont lo que haba suceclido: "Yo ra habra clesisticlo. T r,isre la situacin en la que

se podra coltseglrir a expensas de sns otros hijos. Terezinha estaba segura de que Edilson se estaba muriendo de gcLsto v aunque a menudo deca que senta rpena) de su hijito raramente 1o sostena en brazos. uPara 1, pobrecito, va es bastante con sentarse en el suelo v jugar con lrs baratas lcucarachas grandes]r, deca. Le llev algunos antibiticos para el rrio r Terezinha pos para unos fotos de recuerdo para cnando Edilson va no esturr,.iese. Pero cuando volv en 1987 all estaba el pcaro char,alito jugando a ftbol con un baln de trapo fuera de su casa. Aunque casi tena siete aos, Edjlson

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estaba. Entonces tuvo una ltima crisis terrible. l estaba vomitando \'rt: tena la panza tan hinchada y sensible que no dejaba que nadie se la rc,:, . Simplemente se quedaba en el suelo hecho un ovillo y sufriendo. Tena pe:-. _. 1, as que decid llevarle una ltima vez al hospital clnico. Las enfermer-a> -: dijeron que lo dejara all pero les dije: "No, me lo voy a llevar a morir ? !::: Estaba segura de que no durara ms de uno o dos das. Simplemente lo := quieto en su hamaca. No quera molestarle ms. ,Esa noche, cuando Manoel lleg a casa del trabajo pregunt por E,J.--. y yo le dije que era intil, que no haba cura para el chico. Pero Manoel n _ -, cuchaba. l es mucho ms listo que yo. "Lo que no tiene remedio", dijo, := -. hospital. Tenemos que llevarlo a una clnica de verdad". As que Manoel ab- = bien a nuestro pequeo montn de huesos y lo llev a la clnica privada de : ,_ tor Francisco Melo. sta es una clnica para gente rica que pueda permitirs= :. gar bastante. Yo nunca hubiese tenido el coraje de aparecer por all, perc l,l=. noel trabaja para el alcalde [de pen de albail] y pens que tena el rr,-.,

derecho que cualquiera a llevar a su hijo a la consulta, aunque no tur-ie:--. _cmzado para pagar. Cuando finalmente le llamaron a la sala de consuha l.!= noel se vino totalmente abajo. Se emocion y casi no pudo hablar. Dijo: - doctor, estoy desconsolado. Voy a perder a mi hijo. Le suplico que Ie mir= lesposa ya se ha rendido. Ella no quiere hacer nada ms por 1. No tengo uL -: timo para pagarle, as que le pido, en nombre de su santo patrn y por el ._ que tiene por los pobres, que atienda a mi hijo moribundo." El doctor Frar_.. respondi: "Ourdate tu dinero. No lo quiero." Y examin a Edilson mu\ :::tamente. Dijo: "Tu mujer tiene razn. Tu hijo est casi muerto. Tendr qui ,. . Hospital Infantil de Recife si quieres que se salve." oPero cuando Manoel lleg con Edilson alaplaza, la ambulancia mu--__pal se haba marchado. Volvi corriendo a la clnica del doctor Francisco r =-'. le dijo: "Ahora lo nico que podemos hacer es tratar al chico aqu." Le dio . l,l. noel una receta para un antibitico y le puso al chico soro inyectable. Du:-- -'. diez das Manoel fue cada maana y el tratamiento funcion. Edilson cons-:_ despistar a la muerte y se puso mejor, casi bien. No quiero ni pensar eur biese ocurrido si Manoel no hubiese insistido con el doctor santo.> Manoel permaneca callado mientras su mujer contaba la historia, S. -_: le pregunt cmo pudo ver algo de vida en el chico cuando su mujer slo i.=: _ visto la muerte. Manoel contest: nHay mujeres que no entienden mucho i= :=. bs. Ellas no saben, por ejemplo, cundo un nio est mintiendo o no. A..=::. cuando el nio llora y llora, como haca Edilson, ellas piensan que est llor.-. sin razn y le pegan en la cabeza para que calle. Pero Edilson slo lloraba :. que tena hambre. Su nica enfermedad era el hambre y la falta de cuida; _. Terezinha se inquietaba mientras oa lo que deca su marido, pero no le tradijo en ningn momento. Obviamente, estas prcticas de negligencia selectiva no son maniobra-. :=-, fectamente conscientes e intencionales. La conciencia oscila constanter,- . : entre diferentes niveles de aceptacin. Una maana, dos chicas vecinas m- .-: maron para que fuera al entierro de un beb con cuya madre yo haba lib:-.: una batalla infructuosa para que le diera de mamar. Las chicas me suplic=que no (regaara) a la madre sino que le dijera que senta mucho eu S --=:,:
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hubiese estado tan enfermo y que Jess se lo hubiese tenido que llevar. Mientras me instruan sobre la etiqueta apropiada para los velatorios infantiles en el Alto las chicas tenan la mirada puesta en sus sandalias polvorientas. nSr, estaba de acuerdo. Por supuesto. nPero qu crees t?",\e espet a Xoxa, la ms joven de las dos. nDona Nanc, el beb no se alimentaba lo bastante. Pero nunca debes decir eso!, Los altibajos, oscilaciones e intermitencias de la conciencia tambin aparecan en las reuniones de la comunidad de base, cuando me tomaba la libertad de proponer el tema de la enfermedad infantil como un tema para la reflexin crfica, para la conscientizagdo. Pero a pesar de que haba muchas mujeres que como Terezinha (o la pareja de chicas de la escena anterior) estaban demasiado predispuestas (a ver slo la muerte> en determinados nios, era igualmente probable que otras mujeres y hombres del Alto se negaran a reconocer la aparente falta de esperanza en situaciones que parecan desquiciadas. Una tarde deprimente de lluvias torrenciales tom un atajo que pasaba por casa de Teresa Gomes. Varios hombres estaban apoyados en el alfizar de su ventana aprovechando que Teresa tena una nueva televisin y podan ver el partido de futbol. Los hombres estaban bastante borrachos y uno de ellos coment con brusquedad: ol-a nica ocasin en que los brasileos son felices es cuando ganan un partido de futbol. El resto es sufrimiento y decadencia.o Teresa me rescat de los hombres y me salud afectuosamente insistindome para que entrara hasta que la lluvia remitiera. Dentro de la limpia barraca, con Teresa estaban sus dos hijas adolescentes, cada una con un recin nacido, y un pequeo grupo de mujeres vecinas. Teresa estaba sentada con sus dos nietos sobre su amplio regazo, sujetando uno en cada brazo. Ella se mostraba cariosa con ambos, pero mientras que uno de los bebs era rechoncho, bonito y sonrosado, el otro estaba raqutico y amarillento. Mientras cambiaban el paal aI beb que a todas luces estaba enfermo, Teresa comenz una discusin sobre la enfermedad infantil. Todas tenan una opinin, incluso hasta algunos de los hombres. Todos estaban de acuerdo en que el estado del nio era precario, pero discordaban sobre la causa y la cura. Los hombres eran de la opinin de que el deterioro del nio se deba al cambio de marca de la leche en polvo. En respuesta al congelamiento de los precios que se haba decretado en todo el pas para luchar contra la inflacin los tenderos locales haban acumulado provisiones de muchas mercancas populares y caras, incluyendo el Nestogeno integral, el npreparadon infantil de leche entera preferido por los exigentes padres y madres del Alto para sus bebs ms pequeos. Las madres ahora tenan que utilizar marcas nacionales de leche en polvo de peor calidad, y desde entonces muchos bebs del Alto haban enfermado y algunos haban muerto. Un hombre apoyado en el alfizar de la ventana de Teresa se vanagloriaba de haber conseguido una gran lata de Nestogeno para su beb de dos meses, aunque para su otro hijo de un ao slo haba comprado leche desnatada en polvo vendida a granel en sacos de plstico. Las mujeres voleron su atencin hacia la beb enferma. Teresa crea que el problema haba comenzado con la erupcin de un furnculo en el pecho, cerca del corazn, que haba afectado adversamente a todo su sistema. Despus de la infeccin haba venido la diarrea, y ahora la beb se mantena a base de

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paquetes de soro comprados en la farmacia. Teresa explicaba que haba r=. -. gado un pollo por el furnculo para exprimir la pus hasta que slo habra .=gre. Pero la beb haba continuado debilitndose. La llev dos veces al:-=,de salud pero nunca consigui ver al mdico, as que tuvo que volver a cas: : ser atendida. La madre del beb inter-vino para decir que tal vez ella hr... responsable del problema del beb porque durante el embarazo haba rc,:.-.muchas medicinas. uAhora la nica solucin ella- es reunir dinerc :, - -dijo conseguir saber lo que tiene y curarla apropiadamente en la farmacia i- - ciano. )

En ese momento las mujeres comenzaron a juntarse alrededor de. :,=_ del beb, examinando las heces con detenimiento: su consistencia, olor r : ' Teresa guardaba todos los paales sucios apilados, para poder compar::. -

percibir los pequeos cambios de un da a otro. Todo el mundo hablab,: , vez; cada una ofreca un consejo. Una mujer recomendaba cambiar de::=-rado de leche en polvo; otra sugera dar a la beb una banana escachada --no estaba de acuerdo y deca que la fruta fresca poda matar a una beb ra - gil como sa. Las mujeres se quejaban de que los mdicos locales flo Se r-: :

ran de acuerdo entre ellos. Unos decan que durante una crisis aguda de i-.. . haba que quitar la comida al beb, y otros decan que haba que darle := mer. No saban a qu atenerse; todas estaban confundidas. La beb era todo piel y huesos; el esternn le sobresala particulartr:r-: Aunque tena seis meses, sus movimientos eran los de un recin naciC, lengua le colgaba de su boca. Los ojos estaban desenfocados y no te sequ.,- : dedo si se lo pasabas por delante. Su cabeza desproporcionadamente gra,-.-. .tambaleaba como la de'una mueca de trapo. A este tipo de bebs norma,: = ', se les llamababobo y mole, seguramente sntomas del diagnstico de la =-'.medad infantil crnica. Pero ninguna de las mujeres mencion esa posi':- ,::: En su lugar, intentaban ayr,rdar a Teresa y a su hija a encontrar una cu:3 :i-el beb. Justo entonces Biu se asom por la puerta de la casa. Acababa de '. :de Recife y quera hablar conmigo (urgentemente>. Normalmente eso :-:-- decir que necesitaba dinero, as que intent desviar su atencin hacia.a =:.enferma. Biu no era de andarse con rodeos y cuando daba consejos so5:= . bs Io haca con la autoridad de alguien que haba perdido muchos hijos ---. que llevarla al hospital de Recife Debes ir inmediatamente a ve: . S,. -dijo-. Flix y pedirle una plaza en la ambulancia. Mi hija Sonia muri con un a>;--parecido al de sta., Biu se volvi hacia Ia joven madre y pregunt'. u;_L= -, algo de comer?, La hija de Teresa se sinti ofendida. La escualidez de -: :-. tura no se deba al mal trato (mala atencin), dijo ella, sino a la propia -- -' medad. El furnculo del pecho le haba envenenado la sangre. Haba te:,.:' madre algn sobresalto grande durante el embarazo? uNo", contest s normal, pequeos disturbios cotidianos que siempre ocurren, nada que h-: --, podido causar un problema as en el feto. oLa beb est tan gastada!>, intervine usando la palabra clave, gas: :.-ver si alguien me cuestionaba. La madre le dio la r,rrelta al beb para r: :.que no tena carne en las piernas y nalgas. oAy! con tristeza- . -suspir huesos., Las mujeres, lnavez ms, volvieron al montn de paales sucic= - ,
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menzaron a cotejar observaciones. Conforme se aglomeraban ms mujeres en la pequea habitacin la escena iba tomando el aspecto de una ugran consulta, etnomdica. Biu frot las heces con los extremos del paal para juzgar su textura y declar que eran (verdes y tenan olor a queso>. Otra mujer encontr restos de sangre y mocos en el paal, lo que indicaba que la diarrea haba tomado un cariz serio. Pero la madre hizo notar, un poco de mala gana, que lo que realmente Ie preocupaba a ella no era ni la sangre gastada ni la calidad de las heces sino ms bien el meneo de la cabeza. "Alguna cosa no est bien -deca-. Su cabeza slo da tumbos y siempre est con la boca abierta. No se tendra que cansar de tenerla abierta as?" uBueno, si quieres saber mi opinin Biu-, eso es parlisis." Pero las -dijo otras mujeres reaccionaron airadas defendiendo a la beb. oMira Te-dijo resa-, si no estuviese tan delgada tendra mucha fuerza en las piernas), y conforme hablaba puso de pie a la pobre criatura sobre su regazo para demostrar el poder de sus piernas consumidas, pero no result ser muy convincente. Otra mujer de mediana edad aadi con un extrao giro de lgica: nSi esta beb no fuese todo pellejo sera un menindo [una chicarrona]., Y Biu de nuevo exhort a la madre a llevar al beb al gran hospital clnico de Recife. La madre se resista al consejo de Biu porque, deca, no sabra orientarse en la ciudad y se aterrorizara dentro de aquel hospital gigante. Pero Biu cont 1o bien que la haban atendido en urgencias cuando llev all a su hija Sonia. De todas formas, esto no era un argumento muy convincente que digamos, puesto que Sonia haba regresado a casa muerla. Cuando estaba a punto de irme, uno de los hombres de la ventana se me aproxim. Sus ojos estaban enrojecidos y su respiracin ola a aguardiente bapero tengo algo que decirle. Yo hice rato. nDisclpame, Dona Nanc

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-dijo-, todo, todo lo que pude contigo para salvar a mi beb hace muchos aos cuando t todava vivas en esa pequea cabaa all arriba. Pero si Dios quiere llevarse a un nio no hay nada que pueda hacerse para impedirlo. Despus que Dios se llev a mi pequea Gragas hice una promesa a la Sagrada Virgen. Jur que nunca ms en la vida volvera a acostarme con otro hombre. Y he cumplido mi promesa, no es verdad?o Los hombres asintieron. Mi confusin se convirti en embarazo cuando me di cuenta de que oln era una mujer travestida. La muerte de su pequea niita haba hecho que la mujer (a quien de repente reconoc como mi antigua vecina Irma) se revolviera contra su gnero y su sexo hasta el punto de atravesar la lnea divisoria y unirse a los hombres del Alto en lo que ciertamente era una de las reacciones de ira y duelo ms extremas que encontr.

El sacrificio y el chivo expatoro generatvo


1o que da

Y as, despus de todo lo dicho y hecho, todava no s exactamente qu es lugar a que una madre o un padre determinen que un beb es vctima de una enfermedad infantil o de un ataque de nio y por consiguiente lo sentencien a muefie. De todas formas, la flexibilidad de la diagnosis ofrece a las madres y curanderas un alto grado de autonoma a la hora de juzgar las posi-

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bilidades de supervivencia de una criatura. Los principales sntomas de la er.fermedad infantil son extremadamente generales y abiertos, abarcan la marc: parte sntomas de trastornos infantiles habituales: vmitos, diarreas, alergia. taras de nacimiento, problemas de dientes, irritabilidad, pasividad, endeblez -. el problema obamente alarmante de las convulsiones infantiles. Pero las co:-tingencias externas (domsticas) son al menos tan importantes como la ucua--dad, del infante a la hora de diagnosticar una enfermedad infantil. Acordmonos de Lordes en los momentos en que estaba tan apurada '" -viendo (en su casa de palos con su pequeo beb-palo, Zezinho". Su novio c= entonces la haba abandonado cuando estaba a punto de parir otro nio no C-seado. Ella apenas eracapaz de tenerse en pie. De dnde poda sacar la ene:ga para luchar por un nio aparentemente tan <sin remedioo como Zezinhc: Este tipo de situaciones son nidealeso para la aparicin del sndrome del ni- condenado. El sndrome del nio condenado transfiere la responsabilidad sob:= el futuro del nio a las manos de Dios. Es como una especie de programa lvino de seguridad social. A veces pienso que los bebs condenados, considerados (casos desespe:-=dosr, del Alto do Cruzeiro son como los chivos expiatorios de los sacrificios :-.tuales analizados por Ren Girard (1987a, 1987b). Girard construy su teor-' de la religin en torno a la idea de la violencia propiciatoria y la vctima s,-plente o uchivo expiatorio generativoo, uno que (como Jess) tiene la misin c= asumir la culpa por los pecados de los otros (1987a:73-lO5). Lo que ocurre -i-el sacrificio ritual es un asesinato, por eso la violencia y la muerte, arga G-rard, son las piedras angulares de la religin y la vida social. En la cultura p"-pular, el chivo expiatorio generativo es la vctima cuyo sufrimiento o muerayuda a resolver insoportables <tensiones, conflictos y dificultades de roc tipo> (74). Es importante que la creacin de chivos expiatorios sea un acto :-,consciente y que se los busque en los mrgenes, entre la gente que de algu--,: manera est <imperfectamente asimiladao, ya sean extranjeros, discapacitad,:. enfermos o, como en este caso, infantes. En cierto sentido, podemos considerar a los bebs-ngeles de Bom Jes'-. abandonados y ofrecidos en sacrificio como chivos expiatorios generativos p:'-totpicos, sacrificados en medio de terribles conflictos domsticos causados e:: la caresta y la supervivencia. Y as es cmo sus madres, a veces, hablan := ellos. La nocin cristiana del cordero propiciatorio proporciona una manera :. conferir significado a las afirmaciones por otra parte nsin sentido> que las n-jeres hacen al efecto de que sus bebs (tengan) que morir. En una reunin c= la comunidad de base de la UPAC utilic este tema con las mujeres del Alto pa:-. guiar la reflexin crtica. La presencia de la hermana Juliana, la monja franc:scana descalza, ral vez confiri a la discusin un cariz ms "teolgicoo de lo q*= hubiese tenido si ella no hubiese estado. Despus de una oracin de apertur. por parte de la hermana, plante la primera cuestin: nQu significa decir qu: un beb tiene que morir o que muere porque se quiere morir?o Terezinha fue la primera en hablar. nSignifica que Dios los toma para ahorrarnos sufrimiento., Zefinha- es que Dios sabe el futuro mejo: "Lo que significa que t o yo. Si el beb -intervino mejor causaa ms sufrimiento a la madre viviera, a Io

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Podra acabar siendo un ladrn o un asesino o un cabo safado, un intil. As que si se mueren cuando son bebs es para ahorrarnos dolor y sufrimiento, no para darnos dolor." Luiza aadi: nYo continu teniendo hijos y ellos continuaron muriendo. Pero nunca desist de tener esperanza. Qttiz tenan que morir los nueve primeros para que los cinco ltimos pudieran vlvrr.) nYo misma Ftima-, no albergo muchas esperanzas respecto a esta -dijo de aqu [Ia enfermiza y lnguida nia de un ao en su regazo]. No tiene sangre. Si Dios la quisiera, yo estara contenta por ella y por m. Yo estara feliz de tenerun coragdo santo en el cielo. Mi abuela dice que un nio que muere sin haber tocado el pezn de su madre lsin haber mamado] est sin pecado original y va directo al cielo. Es muy grato a la Virgen. Y esta ma de aqu es pura,

pura.)
oS, estoy segura de que tu pequea es pura y grata a Dios y a la Virgen, pero por qu Dios quiere que los bebs sufran tanto al morir?,, pregunt. nA m no me preguntes Edite Cosmos-. Yo hice todo para -respondi mantener sanos y vivos a la mos, pero Dios no quiso que as fuera. Yo creo que Dios enva estas horribles enfermedades para castigarnos por los pecados del mundo. Y sin embargo los bebs no merecen eso. Nosotras mismas somos pecadoras, pero el castigo cae todo sobre ellos., nCllate, Edite otra-. Mueren, como muri Jess, para salvarnos -dijo del dolor y el sufrimiento. No es as, hermana Juliana?" Pero Juliana, nativa del rido sertd.o, donde los bebs, segn dijo ella, no moran como moscas como pasaba en la zona aztcarera, no estaba tan segura de que las mujeres tuviesen razn. "Yo no creo que Jess quiera vuestros bebs Creo que lo que l quiere es que vivan.o Pero Ia hermana Juliana era -dijo-. y las mujeres del Alto no Ie prestaban demasiada atencin. una monja Qu sabra ella de hijos? El tema del beb propiciatorio apareca de muchas otras guisas: en la creencia, por ejemplo, de que los infantes que se llaman como santos patrones poderosos se convierten a menudo en las (primeras frutas, ofrecidas a ellos. Los santos pueden reclamar a los recin nacidos como su (cuota> legtima, un (pago>) a cambio de proteccin para la casa familiar. As, una estrategia <protectora> para la familia consiste en poner el nombre del mismo santo a toda una serie de hijos sucesivos que han ido muriendo. A la postre, el santo se quedar satisfecho y dejar tranquila a la casa. Una madre angustiada explicaba: .Le dije a san Sebastin que no fuese avaricioso. Le record que l yahabiatomado bastantes hijos mos, que buscara en otro sitio y que me dejara a m este pequeo, ltimo Sebastio nacido.o Pero no todas las mujeres del Alto se resignaban tan fcilmente ante los santos avariciosos o ante la hambrienta Deidad. A veces surgan blasfemias airadas de los labios de las mujeres dolientes. Una mujer, arrasada por eI dolor, grit a Dona Amor, la vieja rezadora piadosa: (Para qu sirvi, meu Amor,haber dado aluz a un hijo, con tanto dolor y sacrificio, slo para que Dios viniera a buscarlo para comrselo?o uDios, comrselo?" Nunca antes haba odo a nadie utilizar esta expresin. uS, senhora! No es horribie que ella maldiga a Dios de esa manera?

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Slo una persona loca usara esas palabras. Ella debera haberse acordaj. _, las palabras de So Antnio: "No te apenes. Dios tiene el poder; l sabe -, _ _, hace.",

Amor entonces se puso a contar un Iargo relato popular que narr en ._ tilo nasal de los cantantes repentislas pernambucanos. Ella lo llam 1a uOi-.: a So Antnior. Empezaba con la historia de un prspero y feliz hombre ' .devoto de san Antonio que puso su casa, su mujer, sus hijos y todas SUS I - : siones bajo la proteccin del santo: uYo amo a So Antnio; es un Snro t ,_: roso.) Pero las cosas comenzaron a pintar mal para el protagonista. Comc - : l sufri una serie de tragedias domsticas. Primero muri su cabaiio ia.. _ ahogado en su establo. Enfadado, el hombre maldijo a su santo patrn: ._,'_,= clase de patrn eres? No tienes poder., Su esposa, asustada por la blasfen_= _. su marido, elogi al santo: nSo Antnio es un buen santo y debe ser ala:=: Mejor que muera el caballo que cualquiera de nosotros.) Pero al ao siguiente la pareja perdi a un hijo varn, y de nuevo ei : _ bre maldijo al santo patrn: "Yo confiaba en ti. Puse todas mis posesiorrc: : -_ cuidado, mi caballo favorito y mi propio hijo, y mira qu has hecho.,, Pe. , _ mujer le desautoriz de nuevo dicindole: <No te importe lo que ha pasaoc _ hijos pueden ser reemplazados. Mejor es que muera un nio que t o ] c-) lhor mourer o menino do que um de ns1." Esta vez el marido no se conso- - . fcilmente: uDi lo que quieras, mujer, pero yo estoy perdiendo mi fe., Al ai- : guiente su mujer, tambin, muri. El marido regres del campo y se en. . su cuerpo ya ro. Enfurecido derrib el altar domstico, y la estatua de sa: -tonio se hizo trizas en el suelo. El hombre sali todo afligido para prepa:. - : entierro de su mujer. En el camino se encontr con un sacerdote que pasaba montado n Lr- r= queo burro. El sacerdote le pregunt al joven por qu estaba tan aba:- el hombre le explic lo sucedido: uHe perdido todo lo que ms quera ._ mundo.> El sacerdote salt de la burra y comenz a caminar al lado dei . bre y a revelarle por qu haban ocurrido estas cosas. EI sacerdote extraic _ _ foto y mostr al hombre qu era lo que la suerte le tena reservado: su._: roto por una cada del caballo. nEl caballo hubiese tropezado y t no ha:. . escapado a la muerte. So Antnio, como buen santo que es, te salv de e.-= nal. E igual que lo ocurrido con el caballo, Io mismo con tu hijo." El S?cer'- : sac otra foto; sta de su hijo ya crecido, preso y rodeado de guardias mir.:. . furiosos y burlones. El sacerdote rog al hombre: oMira bien. Aqu tienes r , : _. hubiese pasado. Tu hijo a los quince aos se hubiese convertido en un la:,. robando todo lo que tuviera a la vista, trayendo deshonra a tu nombre. Hu: =-. sido ejecutado en el cuartel. Pero So Antnio, como buen santo que es ::_ di librarte de esa afrenta., Y, por supuesto, igual que lo que ocurri al hr'_ mismo con su madre; y de dentro de su casaca negra el cura sac la tercs:: ms inquietante foto: su mujer, con su precioso cabello largo todo alborc,._ en un desenfreno pasional, entregada en brazos de un hombre desnui, _ hombre pregunt al cura con temor: (Este hombre soy yo?, y el cura re;-.con tristeza: <No, hijo mo, no eres t. Tu mujer se hubiera fugado con hombre y se hubiese dado a una conducta disipada. Pero So Antnio, buen santo que es, la mat antes para salvarte de tanto dolor venidero :
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-e

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hombre se qued atnito y sin saber qu decir, y el sacerdote, revelndose como el mismsimo So Antnio, pas su brazo sobre el hombro del hombre y concluv: uAhora que finalmente has odo todo, resgnate y confrmate. No hagas ningn pacto con el diablo. Corre a casa y enciende una vela a tu buen patrn que te ama y se preocupa por ti.> En este motivo popular, no slo el hijo pequeo sino tambin el caballo y la mujer de un hombre se transforman en vctimas propiciatorias para preservar la seguridad, la sensatez y la fe del protagonista. Pocos moradores del Alto pierden un animal querido y slo algunos han experimentado la prdida de una esposa joven, pero prcticamente todos han perdido un hijo r muchos han perdido varios. Y el eco de las palabras de consuelo de la balada folk de Amor a menudo resuena en el Alto. nMejor es que se muera un beb,, suelen decir las mujeres, uque t o yo,.

El asunto de la muerte infantil como sacrifico religioso finalmente pas a un primer plano mientras discuta con Dona Maria do Carmel, una rezadora del .\lto, sobre la uinutilidad, de intentar curar la enfermedad infantil. <Cmo :uede, Dona Maria, una beata, una mujer religiosa como t, decirme que no -'ra nada para salvar a un nio condenado, para rescatarlo de los padres que - -.n decidido abandonarlo? Me has dicho que no crees en el

-pregunt-.

Ctrru tor ctLttif ixitt: lu Littica c.\l)cralr-.a ntu el nitlo condetttttlL.

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aborto, que es el mayor de los pecados, y que sin embargo t, una mujer. - ,'dora, permaneceras ajena si vieras a un nio enfermo morir a mngua? Se acercaba el fin de mi estancia en Bom Jesus y estaba arriesganc zando todo lo que poda, apelando a nuestra ncoincidencia, de catlica. - -, cada domingo se juntaban frente al altar. Ella se qued silenciosa, r'. . dome fijamente, lo cual resultaba bastante desconcertante puesto que r - Maria tena un ojo que se negaba a mirar fijamente y segua una tra\-.. -independiente del otro. Ella fue lo bastante rpida como para voh'er l:. nas contra m. nYa s lo que piensas t T piensas que todos estos bebe: :-dijo-. brientos y enfermizos del Alto estaran mejor si nunca hubiesen nacidc - .nosotras, la gente de fe, creemos que todos nacen en este mundo con u-=. :' psito, incluso aunque ese propsito sea morir. Dnde est tu fe en -. -vida?" Visto que yo no responda y pareca algo arrepentida, ella decic. - ciarme en uno de los secretos de Ia enfermedad infantil. "No, no hav cur: :: pero hay algo que una mujer rezadora cc,:la enfermedad infantil -dijo-, todava no se ha extendido por todo el c*=::, puede hacer si la enfermedad slo est comenzando a mostrar su faz. Si Ia madre viene a m al orinc-:. puedo hacer algo. Pero no hay ninguna garantia.> niQu puedes hacer?u nNo puedo hablar de ello, especialmente de una mujer a otra mui poder se romper., nPuedes mostrrmelo entonces?> nVuelve maana, muy temprano, antes de que nadie se levante, incl';. tes de que las portadoras de agua hayan ido a Ia fuente pblica. Treme r---. pequeo, y yo te mostrar cmo impedir que la temible enfermedad se e].:-:- sobre 1. Pero debes prometerme que no me hars preguntas ni antes :-. -.
. .

pus.>

A la maana siguiente llegu con un chico de un ao que oped


a Nininha en el camino hacia la chabola de Dona Maria. El pequeo

na los ojos somnolientos. Era un poco antes del amanecer. esperndonos. Ella sonri al pequeo y fue a una habitacin trasera. Sa-una sbana blanca que extendi en el suelo de tierra e hizo gestos p?f *,: chico se echara sobre la sbana con las piernas juntas y los brazos e\t:,: puso los clavos en la boca, se inclin sobre el chico e intent poner un. :: clavos cerca de su mano derecha, pero el chico se puso tenso y comenz, :

pr;:,j toia...Dona Maria ::-:-

: -

Luegosacunmartillobastantegrandeycuatrograndesclavosorida:->
rar histricamente. Dona Maria movi Ia cabeza indicndole qlue no ,miedo, que se estuviese callado, pero fue intil. El pequeo rehusaba perr:-: cer inmvil. Atraves un barranco y encontr una casa con un chico mar . -, masiado mayor en realidad, pero al menos l estara ms tranquilo. E, - sonri nerviosamente pero obedeci las instmcciones de Dona Maria r':-'se estremeci cuando le uclavaba,) sus manos, sus pies y su cabeza a ur: - -simblica e invisible mientras recitaba el Padrenuestro y el Ave Maria Despus de la crucifixin, Dona Maria pidi al chico que se pusiera := : Ella lo movi y le quit la camisa y los pantalones. Hizo un fajo apreta:

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ia ropa y dijo que la quemara lejos en la mata. nY ahora --dijo al chico-, de .hora en adelante tu nombre ser Joo. No debes decir a nadie lo que has '.isto.n Me qued, como promet, sin hacer una sola pregunta, pero sopes los liferentes significados de esta representacin simblica de la crucifixin y resurreccin. El nio condenado, como el Cristo condenado, (necesitaba, morir :)ara que otros pudiesen vivir. Me pregunt, tambin, si este simple ritual sigr^-rficaba para las mujeres del Alto la comprensin dolorosa, aunque tal vez slo :arcialmente consciente, de que a veces deben sacrificar a sus propios hijos. Me que Jess de Nazaret no muri "cuerdo de haber ledo no hace mucho tiempo :or las heridas infligidas por los soldados romanos que lo azotaror' y cmcifica:on, sino ms bien, como tantos pequeos ngeles del Alto do Cruzeiro, de sed '. deshidratacin.

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