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DICCIONARIO DE LA

LENGUA ESPAÑOLA

VIGÉSIMA SEGUNDA EDICIÓN


2001

TOMO I
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
DICCIONARIO DE LA
LENGUA ESPAÑOLA

VIGÉSIMA SEGUNDA EDICIÓN


2001
ES PROPIEDAD
VIGÉSIMA SEGUNDA EDICIÓN
© Real Academia Española, 2001

Depósito legal: Na. 654-2006


ISBN 84—239—6814—6 (O. C.)
ISBN 84—239—6823—5 (Tomo I)

Preimpresión: Safekat, S. L.
Impresión: Rotativas de Estella, S. A.
Impreso en España
Quinta tirada, corregida, abril de 2006
Printed in Spain
Editorial Espasa Calpe, S. A. Complejo Ática - Edificio 4. Vía de las Dos Castillas, 33
28224 Pozuelo de Alarcón (Madrid)
ÍNDICE
PREÁMBULO
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
ACADEMIAS CORRESPONDIENTES
TÁBULA GRATULATORIA
LA VIGÉSIMA SEGUNDA EDICIÓN DEL DICCIONARIO DE LA
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
ADVERTENCIAS PARA EL USO DE ESTE DICCIONARIO
1. CARACTERÍSTICAS DEL DICCIONARIO
2. CONTENIDOS
2.1. Arcaísmos
2.2. Dialectalismos españoles y voces de América y Filipinas
2.3. Voces técnicas
Símbolos y fórmulas
2.4. Voces o acepciones marcadas por otros motivos
2.5. Extranjerismos
2.6. Latinismos
2.7. Siglas y acrónimos
2.8. Marcas registradas
2.9. Elementos compositivos, prefijos y sufijos
2.10. Derivados y compuestos
2.11. Aumentativos, diminutivos, despectivos y superlativos
2.12. Participios
2.13. Entradas únicas o dobles
3. MANEJO DEL DICCIONARIO
3.1. Orden alfabético
3.2. Variantes preferidas
3.3. Colocación de las formas complejas dentro del Diccionario
3.4. Uso del signo ~ como sustituto del lema
4. ESTRUCTURA DE LOS ARTÍCULOS DEL DICCIONARIO
5. CARACTERÍSTICAS DE CADA UNO DE LOS ELEMENTOS DE LOS QUE CONSTA EL
ARTÍCULO
5.1. Lema
Superíndices
5.2. Información etimológica
Escritura de los étimos
5.3. Acepciones
5.4. Formas complejas
5.5. Envíos
6. CONTENIDO DE LAS ACEPCIONES
6.1. Marcas
6.2. Definiciones
El contorno
6.3. Notas de uso
6.4. Ejemplos
6.5. Informaciones complementarias
Información sobre la conjugación verbal
ABREVIATURAS Y SIGNOS EMPLEADOS
DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA
PREÁMBULO
Desde que en 1780 compendió el gran Diccionario de Autoridades en
un solo volumen para facilitar su manejo y consulta, no ha dejado la Real
Academia de trabajar en el perfeccionamiento y actualización de su
Diccionario de la lengua española. En el Arte poética decía Horacio que
«al igual que los bosques mudan sus hojas cada año, pues caen las viejas,
acaba la vida de las palabras ya gastadas, y con vigor juvenil florecen y
cobran fuerza las recién nacidas. […] Renacerán vocablos muertos y
morirán los que ahora están en boga, si así lo quiere el uso, árbitro, juez y
dueño en cuestiones de lengua». Por ello, atenta a la evolución del uso, la
Academia va revisando de continuo las entradas del Diccionario para
prescindir de aquellas que han perdido vigencia y que, por su naturaleza,
tienen mejor acomodo en el Diccionario histórico. De los 83 014 artículos
registrados en la anterior edición han sido suprimidos, por ese u otros
conceptos, 6008, al tiempo que de las 154 480 acepciones de lema se ha
prescindido de 17 337, y de las 23 882 formas complejas se han eliminado
2131. Todo ese material queda, naturalmente, accesible para su consulta en
el Nuevo tesoro lexicográfico editado por la Corporación.
Con frecuencia se solicita, y a veces de manera apremiante, que sean
borrados del Diccionario términos o acepciones que resultan hirientes para
la sensibilidad social de nuestro tiempo. La Academia ha procurado
eliminar, en efecto, referencias inoportunas a raza y sexo, pero sin ocultar
arbitrariamente los usos reales de la lengua. Conviene tener claro al
propósito que el Diccionario debe facilitar, al menos, claves para la
comprensión de textos escritos desde el año 1500. Para que cumpla esta
misión esencial, la Academia no tiene más remedio que incluir en el
Diccionario esas voces molestas, sin que ello suponga prestar aquiescencia
a lo que significan ahora o significaron antaño.
La revisión afecta también, como es lógico, a lo ya incluido, y se
completa con numerosas adiciones. El trabajo desarrollado en este punto
durante los diez años transcurridos ha sido, en ese doble aspecto,
intensísimo. Las cifras hablan por sí solas: dos tercios de los artículos
registrados en la anterior edición han sido enmendados en mayor o menor
medida, 55 442 exactamente, y a ellos se han añadido 11 425 nuevas
entradas, 24 819 nuevas acepciones y 3896 formas complejas. Con su
reconocida autoridad en materia léxica, la Academia incorpora a su
Diccionario no solo aquello que responde a lo que se ha llamado el genio de
la lengua, sino, también, ajena a un purismo trasnochado, otro tipo de
innovaciones y, siempre con cautela, extranjerismos a veces no acomodados
a esa índole, pero ya asentados en la comunidad hispanohablante.
Como es bien sabido, la tarea lexicográfica de la Academia se realiza
de forma colegiada. Todas y cada una de las decisiones se estudian en
comisiones especializadas—Ciencias humanas, Vocabulario científico y
técnico, Etimologías—y son en última instancia aprobadas por el Pleno o
sus comisiones delegadas. Es de justicia destacar en este caso la
colaboración de las Academias hermanas de América y de Filipinas, tanto
en el trabajo general como en el específico de la revisión o incorporación de
voces y acepciones propias de cada país. La Comisión Permanente de la
Asociación de Academias revisó y homogeneizó después los trabajos
particulares. El paso que se ha dado es muy importante: se ha más que
duplicado el número de americanismos en artículos, acepciones y marcas,
que en este momento superan las 28 000. Con ello nos situamos en el
camino correcto para conseguir un diccionario verdaderamente
panhispánico, reflejo no solo del español peninsular sino del de todo el
mundo hispanohablante.
Toda esta tarea ha sido posible, en buena medida, gracias al Banco de
datos del español que la Academia ha construido durante este último
decenio y que en estos momentos, en su doble repertorio, histórico y actual
—Corpus diacrónico del español (CORDE) y Corpus de referencia del
español actual (CREA)1—, supera los 270 millones de registros léxicos. En
1997 aprobó, además, la Real Academia una Nueva planta del Diccionario,
preparada por la Comisión del Diccionario e informada por las Academias
asociadas, con el propósito de rehacer por completo el sistema de normas
que regulan su organización e incorporar las importantes novedades que en
la técnica lexicográfica se han producido en los últimos años. Al
presentarla, se advertía de que no todo lo allí previsto podría ser de
aplicación inmediata. En la descripción de las particularidades de esta
vigésima segunda edición se detallan lo realizado y la tarea pendiente.
El Diccionario de la Real Academia Española, en el que, como se
acaba de decir, colaboran estrechamente las veintiuna Academias con ella
asociadas, tiene universalmente reconocido un valor normativo que lo hace
único en su género. Esto aconseja, de un lado, no espaciar demasiado las
ediciones, que hasta ahora han venido apareciendo con una cadencia media
de diez años, para poder ir reflejando la cambiante realidad del idioma. Pero
obliga, a la par, a sopesar las decisiones, evitando incluir términos o
acepciones que pueden ser efímeros.
La universalización de las comunicaciones, que multiplica y potencia
con enorme rapidez los efectos del contacto de lenguas, ha llevado a la
Academia y a las Academias asociadas a preparar un Diccionario
panhispánico de dudas, en cuya parte léxica se considerarán de inmediato
los vocablos emergentes y se ofrecerá una indicación consensuada sobre
ellos.
Para mejorar este Diccionario solicita, y agradece de antemano, la
Academia la colaboración de todos. Las críticas, sugerencias y propuestas
pueden ser presentadas en el modo tradicional o en la página especial del
Diccionario que se abre en Internet. La Academia las estudiará todas de
inmediato y ofrecerá en el mismo medio, y en ediciones más frecuentes,
todas las resoluciones que se vayan acordando.
De ese modo, en la conciencia de que el Diccionario es una obra en
marcha, y, fiel a la tradición, que es riqueza patrimonial de todos, quiere la
Real Academia Española servir de modo eficaz, con el concurso de sus
Academias hermanas, a la unidad del español.

1 Ambos son accesibles por Internet (http://www.rae.es).


REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
MIEMBROS DE NÚMERO

EXCMO. SR. D. CAMILO JOSÉ CELA Y TRULOCK

EXCMO. SR. D. MARTÍN DE RIQUER MORERA

EXCMO. SR. D. JULIÁN MARÍAS

EXCMO. SR. D. ALONSO ZAMORA VICENTE

EXCMO. SR. D. ANTONIO COLINO LÓPEZ

EXCMO. SR. D. FERNANDO LÁZARO CARRETER

EXCMO. SR. D. MIGUEL DELIBES SETIÉN

EXCMO. SR. D. CARLOS BOUSOÑO PRIETO

EXCMO. SR. D. MANUEL SECO REYMUNDO

EXCMO. SR. D. EMILIO LORENZO CRIADO

EXCMO. SR. D. ÁNGEL MARTÍN MUNICIO

EXCMO. SR. D. FRANCISCO AYALA Y GARCÍA DUARTE

EXCMO. SR. D. VALENTÍN GARCÍA YEBRA

EXCMO. SR. D. PERE GIMFERRER TORRENS

EXCMO. SR. D. GREGORIO SALVADOR CAJA


EXCMO. SR. D. FRANCISCO RICO MANRIQUE

EXCMO. SR. D. ANTONIO MINGOTE BARRACHINA

EXCMO. SR. D. JOSÉ LUIS PINILLOS DÍAZ

EXCMO. SR. D. FRANCISCO MORALES NIEVA

EXCMO. SR. D. FRANCISCO RODRÍGUEZ ADRADOS

EXCMO. SR. D. JOSÉ LUIS SAMPEDRO SÁEZ

EXCMO. SR. D. VÍCTOR GARCÍA DE LA CONCHA

EXCMO. SR. D. EDUARDO GARCÍA DE ENTERRÍA Y MARTÍNEZ-CARANDE

EXCMO. SR. D. EMILIO LLEDÓ ÍÑIGO

EXCMO. SR. D. LUIS GOYTISOLO GAY

EXCMO. SR. D. MARIO VARGAS LLOSA

EXCMO. SR. D. ELISEO ÁLVAREZ-ARENAS PACHECO

EXCMO. SR. D. ANTONIO MUÑOZ MOLINA

EXCMO. SR. D. ÁNGEL GONZÁLEZ MUÑIZ

EXCMO. SR. D. DOMINGO YNDURÁIN MUÑOZ

EXCMO. SR. D. JUAN LUIS CEBRIÁN ECHARRI

EXCMO. SR. D. IGNACIO BOSQUE MUÑOZ

EXCMA. SRA. D.a ANA MARÍA MATUTE


EXCMO. SR. D. LUIS MARÍA ANSON

EXCMO. SR. D. FERNANDO FERNÁN GÓMEZ

EXCMO. SR. D. LUIS MATEO DÍEZ

EXCMO. SR. D. GUILLERMO ROJO SÁNCHEZ

DIRECTORES DE LA CORPORACIÓN ENTRE 1992 Y 2001

EXCMO. SR. D. FERNANDO LÁZARO CARRETER (1991-1998)

EXCMO. SR. D. VÍCTOR GARCÍA DE LA CONCHA, Director actual

ACADÉMICOS FALLECIDOS DESPUÉS DE PUBLICADA


LA EDICIÓN VIGÉSIMA PRIMERA DEL DICCIONARIO

EXCMO. SR. D. LUIS ROSALES CAMACHO († 24 de octubre de 1992)


EXCMO. SR. D. JOAQUÍN CALVO SOTELO († 7 de abril de 1993)
EXCMO. SR. D. ALFONSO GARCÍA VALDECASAS († 11 de abril de 1993)
EXCMO. SR. D. JUAN ROF CARBALLO († 10 de octubre de 1994)
EMMO. SR. D. VICENTE ENRIQUE Y TARANCÓN ( † 28 de noviembre de
1994)
EXCMO. SR. D. EMILIO GARCÍA GÓMEZ († 31 de mayo de 1995)
EXCMO. SR. D. JULIO CARO BAROJA († 18 de agosto de 1995)
EXCMA. SRA. D.a ELENA QUIROGA DE ABARCA († 3 de octubre de 1995)
EXCMA. SRA. D.a CARMEN CONDE ABELLÁN († 8 de enero de 1996)
EXCMO. SR. D. JOSÉ LÓPEZ RUBIO († 2 de marzo de 1996)
EXCMO. SR. D. EMILIO ALARCOS LLORACH († 26 de enero de 1998)
EXCMO. SR. D. JOSÉ M.a DE AREILZA Y MARTÍNEZ DE RODAS ( † 22 de
febrero de 1998)
EXCMO. SR. D. GONZALO TORRENTE BALLESTER ( † 27 de enero de
1999)
EXCMO. SR. D. TORCUATO LUCA DE TENA BRUNET ( † 1 de junio de
1999)
EXCMO. SR. D. CLAUDIO RODRÍGUEZ GARCÍA († 22 de julio de 1999)
EXCMO. SR. D. ANTONIO BUERO VALLEJO († 29 de abril de 2000)
EXCMO. SR. D. RAFAEL LAPESA MELGAR († 1 de febrero de 2001)
EXCMO. SR. D. JOSÉ GARCÍA NIETO († 27 de febrero de 2001)
EXCMO. SR. D. RAFAEL ALVARADO BALLESTER († 9 de abril de 2001)
EXCMO. SR. D. JESÚS AGUIRRE Y ORTIZ DE ZÁRATE ( † 11 de mayo de
2001)
EXCMO. SR. D. PEDRO LAÍN ENTRALGO († 5 de junio de 2001)
EXCMO. SR. D. MANUEL ALVAR LÓPEZ († 13 de agosto de 2001)

ACADÉMICOS DE HONOR

S. A. R. EL PRÍNCIPE BERNARDO DE LOS PAÍSES BAJOS

EXCMO. SR. D. JOSÉ MANUEL BLECUA TEIJEIRO

ACADÉMICOS CORRESPONDIENTES ESPAÑOLES,


HISPANOAMERICANOS Y EXTRANJEROS

ESPAÑOLES

SR. D. ÍÑIGO DE ARANZADI, Río Muni


SR. D. FRANCISCO LÓPEZ ESTRADA, Andalucía
SR. D. ANTONIO GALLEGO MORELL, Andalucía
SR. D. ALFONSO CANALES, Andalucía
SR. D. ANTONIO BADÍA MARGARIT, Cataluña
SR. D. ÁLVARO GALMÉS DE FUENTES, Principado de Asturias
SR. D. ANTONIO VILANOVA ANDREU, Cataluña
SR. D. VICENTE RAMOS PÉREZ, Comunidad Valenciana
SR. D. JOSÉ LUIS VARELA IGLESIAS, Castilla y León
SR. D. TADEO FÉLIX MONGE CASAO, Aragón
SR. D. CONSTANTINO GARCÍA GONZÁLEZ, Galicia
SR. D. JESÚS NEIRA MARTÍNEZ, Principado de Asturias
SR. D. RAMÓN TRUJILLO CARREÑO, Islas Canarias
SR. D. FRANCISCO MORALES PADRÓN, Andalucía
SR. D. JOSÉ MANUEL BLECUA PERDICES, Cataluña
SR. D. GERMÁN COLÓN, Comunidad Valenciana
SR. D. JOSÉ MILLÁN URDIALES CAMPOS, Principado de Asturias
SR. D. FELIPE ABAD LEÓN, La Rioja
SR. D. ALFONSO RETA JANARIZ, Comunidad Foral de Navarra
SR. D. FERNANDO GONZÁLEZ OLLÉ, Comunidad Foral de Navarra
SR. D. TOMÁS BUESA, Aragón
SR. D. GERMÁN DE GRANDA, Castilla y León
SR. D. ALBERTO BLECUA PERDICES, Cataluña
SR. D. ALBERTO SÁNCHEZ Y SÁNCHEZ, Comunidad Valenciana
SR. D. MANUEL ALVAR EZQUERRA, Andalucía
SR. D. DARÍO VILLANUEVA, Galicia
SR. D. JOSÉ MARÍA MARTÍNEZ CACHERO, Principado de Asturias
SR. D. CRISTÓBAL CORRALES ZUMBADO, Islas Canarias
SRA. D.a MARÍA DE LOS ÁNGELES ÁLVAREZ MARTÍNEZ, Islas Canarias
SR. D. JUAN ANTONIO FRAGO GRACIA, Aragón
SR. D. ANTONIO NARBONA JIMÉNEZ, Andalucía
SRA. D.a MAITENA ETXEBARRIA AROSTEGUI, País Vasco
SR. D. JOSÉ MANUEL GONZÁLEZ CALVO, Extremadura

HISPANOAMERICANOS

SR. D. BERNARDO J. CAYCEDO, Colombia


SRA. D.a ANA M.a BARRENECHEA, Argentina
SRA. D.a EMILIA DE ZULETA, Argentina
SR. D. RUBÉN BENÍTEZ H., Argentina

EXTRANJEROS

SR. D. PEDRO CALMON, Brasil


SR. D. VÁCLAV CERNY, República Checa
SR. D. GÜNTHER HAENSCH, Alemania
SR. D. GEROLD HILTY, Suiza
SR. D. GEORGES DEMERSON, Francia
SR. D. MAKOTO HARA, Japón
SR. D. EUGENIO COSERIU, Alemania
SR. D. MIJAIL ALEKSEIEV, Rusia
SR. D. BERNARD POTTIER, Francia
SR. D. MARIUS SALA, Rumanía
SR. D. MAXIME CHEVALIER, Francia
SR. D. ROGER DUVIVIER, Bélgica
SR. D. JOSSE DE KOCK, Bélgica
SR. D. JACQUES DE BRUYNE, Bélgica
SR. D. JACQUES LAFAYE, Francia
SR. D. EIKICHI HAYASHIYA, Japón
SR. D. WIDO HEMPEL, Alemania
SR. D. DARIE NOVACEANU, Rumanía
SR. D. GUSTAV SIEBENMANN, Suiza
SRA. D.a MARGHERITA MORREALE, Italia
SRA. D.a LORE TERRACINI, Italia
SR. D. HANS HINTERHÄUSER, Austria
SR. D. ANDRÉ LABERTIT, Francia
SR. D. NORIO SHIMIZU, Japón
SR. D. STEPHEN RECKERT, Estados Unidos
SRA. D.a ELISA ARAGONE DE TERNI, Italia
SR. D. TIMO RIIHO, Finlandia
SR. D. I-BAE KIM, Corea
SR. D. JULIO GARCÍA MOREJÓN, Brasil
SR. D. HANS JURETSCHKE, Alemania
SR. D. MARION P. HOLT, Estados Unidos
SR. D. ENRIQUE RUIZ FORNELLS, Estados Unidos
SR. D. MARIO DI PINTO, Italia
SR. D. IVAN KANCHEV, Bulgaria
SRA. D.a PATRICIA WALKER O’CONNOR, Estados Unidos
SR. D. JEAN CANAVAGGIO, Francia
SR. D. GIOVANNI CARAVAGGI, Italia
SR. D. GAETANO CHIAPPINI, Italia
SR. D. FERNANDO POYATOS, Canadá
SR. D. AGUSTÍN REDONDO, Francia
SR. D. RUSSELL P. SEBOLD, Estados Unidos
SR. D. SERGUEI F. GONTCHARENKO, Rusia
SR. D. ARTHUR J. MONTAGUE, Reino Unido
SR. D. BERNARD SESÉ, Francia
ACADEMIAS
CORRESPONDIENTES
ACADEMIA COLOMBIANA DE LA LENGUA establecida en Bogotá
(10 de mayo de 1871)

SR. D. JAIME POSADA DÍAZ, director


SR. D. JAIME SANÍN ECHEVERRI, subdirector
SR. D. IGNACIO CHAVES CUEVAS, secretario perpetuo
SR. D. HORACIO BEJARANO DÍAZ, secretario ejecutivo y tesorero
SRA. D.a ELISA MÚJICA, bibliotecaria
SR. D. DIEGO URIBE VARGAS, censor
EXCMO. Y RVDMO. MONS. D. MARIO GERMÁN ROMERO
SR. D. ÓSCAR ECHEVERRI MEJÍA
SR. D. ANTONIO ÁLVAREZ RESTREPO
SR. D. DAVID MEJÍA VELILLA
SR. D. LUIS DUQUE GÓMEZ
SR. D. FERNANDO CHARRY LARA
SR. D. CARLOS VALDERRAMA ANDRADE
SR. D. NICOLÁS DEL CASTILLO MATHIEU
SR. D. OTTO MORALES BENÍTEZ
SRA. D.a DORA CASTELLANOS
SR. D. ALFREDO VÁZQUEZ CARRIZOSA
SRA. D.a CECILIA HERNÁNDEZ DE MENDOZA
SR. D. ALBERTO ZALAMEA COSTA
SR. D. GUILLERMO RUIZ LARA
SR. D. JUAN GUSTAVO COBO BORDA
SR. D. JAVIER OCAMPO LÓPEZ
SR. D. JOSÉ JOAQUÍN MONTES
SRA. D.a MARUJA VIEIRA
P. RODOLFO EDUARDO DE ROUX, S. J.
SR. D. EDUARDO SANTA
SR. D. ANTONIO CACUA PRADA
SR. D. FERNANDO HINESTROSA FORERO, electo
SR. D. RODRIGO LLORENTE MARTÍNEZ, electo

ACADEMIA ECUATORIANA DE LA LENGUA establecida en Quito


(15 de octubre de 1874)

SR. D. CARLOS JOAQUÍN CÓRDOVA MALO, director


SR. D. GALO RENÉ PÉREZ, director honorario
SR. D. RENÁN FLORES JARAMILLO, subdirector
SR. D. FILOTEO SAMANIEGO SALAZAR, secretario
SR. D. JAIME DOUSDEBÉS CARVAJAL, tesorero
SR. D. HERNÁN RODRÍGUEZ CASTELO, censor
EXCMO. Y RVDMO.MONS.D. JUAN LARREA HOLGUÍN, arzobispo de
Guayaquil
SR. D. GUSTAVO ALFREDO JÁCOME
SR. D. JORGE SALVADOR LARA
SR. D. ÁNGEL F. ROJAS
P. CARLOS SUÁREZ VEINTIMILLA
SR. D. ALFREDO RODAS REYES
SR. D. GABRIEL CEVALLOS GARCÍA
EXCMO. Y RVDMO. MONS. D. LUIS ALBERTO LUNA TOBAR, arzobispo
de Cuenca
SR. D. ALFONSO RUMAZO GONZÁLEZ
SR. D. JORGE ISAAC CAZORLA
SR. D. MANUEL CORRALES PASCUAL
SRA. D.a ESPERANZA MATHEUS DE PEÑA
SRA. D.a ALICIA YÁÑEZ COSSÍO
SRA. D.a SUSANA CORDERO DE ESPINOSA
SRA. D.a TERESA CRESPO DE SALVADOR
SR. D. FAUSTO AGUIRRE
SR. D. MARIO COBO BARONA

ACADEMIA MEXICANA establecida en México (11 de septiembre de


1875)

SR. D. JOSÉ LUIS MARTÍNEZ, director


SR. D. RUY PÉREZ TAMAYO, director adjunto
SR. D. SALVADOR DÍAZ CÍNTORA, secretario
SR. D. TARSICIO HERRERA ZAPIÉN, censor
SR. D. JOSÉ G. MORENO DE ALBA, bibliotecario
SR. D. EULALIO FERRER RODRÍGUEZ, tesorero
SR. D. MIGUEL LEÓN-PORTILLA
SR. D. ANDRÉS HENESTROSA MORALES
SR. D. ALÍ CHUMACERO LORA
SR. D. ERNESTO DE LA TORRE VILLAR
SR. D. SILVIO ZAVALA
SR. D. SALVADOR ELIZONDO
SR. D. JOSÉ PASCUAL BUXÓ
SRA. D.a CLEMENTINA DÍAZ Y DE OVANDO
SR. D. CARLOS MONTEMAYOR
SR. D. ARTURO AZUELA
SR. D. GABRIEL ZAID
SR. D. LEOPOLDO SOLÍS
SR. D. JOSÉ ROGELIO ÁLVAREZ
SR. D. GUIDO GÓMEZ DE SILVA
SR. D. ERNESTO DE LA PEÑA
SRA. D.a MARGIT FRENK
SR. D. RAMÓN XIRAU
SR. D. GONZALO CELORIO BLASCO
SRA. D.a MARGO GLANTZ
SR. D. ENRIQUE CÁRDENAS DE LA PEÑA
SR. D. JAIME LABASTIDA
SR. D. MAURICIO BEUCHOT
SR. D. GUSTAVO COUTTOLENC CORTÉS
SR. D. ELÍAS TRABULSE
ACADEMIA SALVADOREÑA DE LA LENGUA establecida en San
Salvador (19 de octubre de 1876)

SR. D. ALFREDO MARTÍNEZ MORENO, director


SR. D. DAVID ESCOBAR GALINDO, vicedirector
SR. D. RENÉ FORTÍN MAGAÑA, secretario
SR. D. MATÍAS ROMERO COTO, secretario adjunto
SR. D. JOSÉ ENRIQUE SILVA, tesorero
SR. D. REYNALDO GALINDO POHL
SR. D. JOSÉ MARÍA MÉNDEZ
SR. D. ALFREDO BETANCOURT
SR. D. EDUARDO RITTER AISLÁN
SR. D. JUAN ALLWOOD PAREDES
SR. D. LUIS A. APARICIO OSEGUEDA
SR. D. JORGE ADALBERTO LAGOS
SR. D. GILBERTO AGUILAR AVILÉS
SR. D. PEDRO A. ESCALANTE ARCE
SRA. D.a MATILDE ELENA LÓPEZ
SR. D. JOSÉ VICENTE MORENO
SR. D. FRANCISCO ANDRÉS ESCOBAR, electo
EXCMO. Y RVDMO. MONS. D. FERNANDO SÁENZ LACALLE,
arzobispo de San Salvador, electo
SR. D. WALDO CHÁVEZ VELASCO, electo
SR. D. ENRIQUE ALTAMIRANO MADRIZ, electo

ACADEMIA VENEZOLANA DE LA LENGUA establecida en


Caracas (26 de julio de 1883)

SR. D. JOSÉ LUIS SALCEDO BASTARDO, director


SR. D. RAMÓN GONZÁLEZ PAREDES, secretario
SR. D. BLAS BRUNI CELLI, bibliotecario
SR. D. MARIO TORREALBA LOSSI, tesorero
SR. D. PEDRO JUAN KRISÓLOGO BASTARD, censor
SR. D. LUIS QUIROGA TORREALBA, vocal
SR. D. AUGUSTO GERMÁN ORIHUELA, vocal
SR. D. RAFAEL CALDERA
SR. D. LUIS PASTORI
SR. D. TULIO CHIOSSONE
SR. D. PEDRO DÍAZ SEIJAS
SR. D. RENÉ DE SOLA
SR. D. JOSÉ RAMÓN MEDINA
SR. D. EFRAÍN SUBERO
SR. D. PEDRO GRASES
SR. D. PASCUAL VENEGAS FILARDO
SR. D. ÓSCAR SAMBRANO URDANETA
SR. D. JUAN LISCANO
SRA. D.a MARÍA JOSEFINA TEJERA
SR. D. ALEXIS MÁRQUEZ RODRÍGUEZ
SR. D. GUSTAVO LUIS CARRERA
SR. D. HÉCTOR PEDREÁÑEZ TREJO
SR. D. RAMÓN J. VELÁSQUEZ, electo

ACADEMIA CHILENA DE LA LENGUA establecida en Santiago de


Chile (5 de junio de 1885)

SR. D. ALFREDO MATUS OLIVIER, director


SR. D. GILBERTO SÁNCHEZ CABEZAS, vicedirector
SR. D. JOSÉ LUIS SAMANIEGO ALDAZÁBAL, secretario
SR. D. JUAN ANTONIO MASSONE DEL CAMPO, censor
SR. D. MIGUEL ARTECHE SALINAS
SR. D. HUGO MONTES BRUNET
SR. D. JOSÉ RICARDO MORALES MALVA
SR. D. LUIS SÁNCHEZ LATORRE
SR. D. ENRIQUE CAMPOS MENÉNDEZ
SR. D. FERNANDO GONZÁLEZ-URÍZAR
SR. D. HERNÁN POBLETE VARAS
SR. D. FRANCISCO COLOANE
SR. D. JORGE EDWARDS VALDÉS
SR. D. ALFONSO CALDERÓN SQUADRITTO
SR. D. CARLOS MORAND VALDIVIESO
SR. D. EGON WOLFF GROBLER
SR. D. ERNESTO LIVACIC GAZZANO, presidente de la Comisión de
Literatura
SR. D. ÓSCAR PINOCHET DE LA BARRA
SRA. D.a ROSA CRUCHAGA DE WALKER
SR. D. MATÍAS RAFIDE BATARCE
SR. D. FELIPE ALLIENDE GONZÁLEZ
SRA. D.a MARIANNE PERONARD THIERRY
SR. D. LUIS GÓMEZ MACKER, presidente de la Comisión de
Lexicografía
SR. D. AMBROSIO RABANALES ORTIZ, presidente de la Comisión de
Gramática
SR. D. FERNANDO LOLAS STEPKE
SRA. D.a DELIA DOMÍNGUEZ MOHR
SR. D. ARMANDO URIBE ARCE
SRA. D.a ADRIANA VALDÉS BUGDE
SR. D. MIGUEL CASTILLO DIDIER
SR. D. ANTONIO ARBEA RVDO. P. JOAQUÍN ALLIENDE LUCO
SR. D. HÉCTOR GONZÁLEZ VALENZUELA
SR. D. HUMBERTO GIANNINI ÍÑIGUEZ
SR. D. FIDEL SEPÚLVEDA LLANOS
SRA. D.a CARLA CORDUA SOMMER

ACADEMIA PERUANA DE LA LENGUA establecida en Lima (5 de


mayo de 1887)

SR. D. LUIS JAIME CISNEROS VIZQUERRA, director


SR. D. GUILLERMO LOHMANN VILLENA, vicedirector
SRA. D.a MARTHA HILDEBRANDT, secretaria perpetua
SR. D. ESTUARDO NÚÑEZ, censor
SR. D. MANUEL PANTIGOSO PECERO, tesorero
SR. D. ENRIQUE CARRIÓN ORDÓÑEZ, bibliotecario
SR. D. ALBERTO WAGNER DE REYNA
SR. D. FRANCISCO MIRÓ QUESADA CANTUARIAS
SR. D. MARIO VARGAS LLOSA
SR. D. JAVIER SOLOGUREN
SR. D. CARLOS GERMÁN BELLI
SR. D. JOSÉ A. DE LA PUENTE CANDAMO
SR. D. JOSÉ LUIS RIVAROLA
SR. D. RODOLFO CERRÓN-PALOMINO
SR. D. JORGE PUCCINELLI CONVERSO
SR. D. JAVIER MARIÁTEGUI
SR. D. GUSTAVO GUTIÉRREZ
SR. D. WASHINGTON DELGADO
SR. D. FERNANDO DE TRAZEGNIES GRANDA
SR. D. FERNANDO DE SZYSZLO VALDELOMAR
SR. D. JORGE CORNEJO POLAR
SR. D. JOSÉ LEÓN HERRERA
SR. D. CARLOS E. ZAVALETA
SR. D. MARCO MARTOS
SR. D. RICARDO GONZÁLEZ VIGIL
SR. D. EDGARDO RIVERA MARTÍNEZ
SR. D. RICARDO SILVA SANTISTEBAN, electo
SR. D. ABELARDO OQUENDO, electo

ACADEMIA GUATEMALTECA DE LA LENGUA establecida en


Guatemala (30 de junio de 1887)

SR. D. FRANCISCO ALBIZÚREZ PALMA, director


SRA. D.a JULIA GUILLERMINA HERRERA PEÑA, subdirectora
SR. D. AMABLE SÁNCHEZ TORRES, secretario
SR. D. RIGOBERTO JUÁREZ PAZ, tesorero
SRA. D.a LUCRECIA MÉNDEZ DE PENEDO, vocal
SRA. D.a TERESA FERNÁNDEZ-HALL DE ARÉVALO
SRA. D.a MARGARITA CARRERA MOLINA
SR. D. GUSTAVO ADOLFO WYLD FERRATÉ
SR. D. ALBERTO HERRARTE GONZÁLEZ
SRA. D.a ANGELINA ACUÑA DE CASTAÑEDA
SR. D. MARIO ALBERTO CARRERA GALINDO
SRA. D.a LUZ MÉNDEZ DE LA VEGA
SR. D. CARLOS GARCÍA BAUER
SR. D. FRANCISCO PÉREZ DE ANTÓN
SRA. D.a ANA M.a URRUELA DE QUEZADA
SR. D. MARIO ANTONIO SANDOVAL SAMAYOA
SRA. D.a CARMEN MATUTE
SR. D. ALFONSO ENRIQUE BARRIENTOS
SR. D. FRANCISCO MORALES SANTOS
SRA. D.a DELIA QUIÑÓNEZ CASTILLO DE TOCK
SR. D. GONZALO DE VILLA Y VÁZQUEZ

ACADEMIA COSTARRICENSE DE LA LENGUA establecida en San


José de Costa Rica (12 de octubre de 1923)

SR. D. ALBERTO F. CAÑAS ESCALANTE, director


SR. D. ADOLFO CONSTENLA UMAÑA, secretario
SRA. D.a ESTRELLA CARTÍN DE GUIER, tesorera
SR. D. EUGENIO RODRÍGUEZ VEGA
SR. D. JORGE CHARPENTIER GARCÍA
SRA. D.a VIRGINIA SANDOVAL DE FONSECA
SR. D. JÉZER GONZÁLEZ PICADO
SRA. D.a CARMEN NARANJO COTO
SR. D. DANIEL GALLEGOS TROYO
SRA. D.a JULIETA PINTO GONZÁLEZ
SR. D. ARNOLDO MORA RODRÍGUEZ
SR. D. RAFAEL ÁNGEL HERRA RODRÍGUEZ
SR. D. SAMUEL ROVINSKI GRUSZKO
SR. D. MIGUEL ÁNGEL QUESADA PACHECO
SR. D. FERNANDO DURÁN AYANEGUI, electo
SRA. D.a EMILIA MACAYA TREJOS, electa
SR. D. ALFONSO LÓPEZ MARTÍN, electo

ACADEMIA FILIPINA DE LA LENGUA ESPAÑOLA establecida en


Manila (25 de julio de 1924)

SR. D. JOSÉ RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, director y secretario


RVDO. P. JOSÉ ARCILLA, S. J., tesorero
SR. D. GUILLERMO GÓMEZ RIVERA, coordinador
SR. D. EDMUNDO FAROLAN
SRA. D.a LOURDES CARBALLO
EMMO. SR. D. JAIME L. SIN, D. D.
RVDO. P. FIDEL VILLARROEL, O. P.
RVDO. P. PEDRO G. TEJERO, O. P.
SR. D. RAMÓN A. PEDROSA
MUY RVDO. P. DIOSDADO TALAMAYAN Y AENLLE, D. D.
SR. D. ALEJANDRO ROCES
SRA. D.a ROSALINDA OROSA
SRA. D.a MARÍA CONSUELO PUYAT-REYES
SR. D. ENRIQUE P. SYQUÍA
SR. D. FRANCISCO C. DELGADO
SRA. D.a GLORIA MACAPAGAL-ARROYO
SR. D. BENITO LEGARDA, electo
SR. D. ALBERTO RÓMULO, electo

ACADEMIA PANAMEÑA DE LA LENGUA establecida en Panamá


(12 de mayo de 1926)

SRA. D.a ELSIE ALVARADO DE RICORD, directora


SR. D. JOSÉ GUILLERMO ROS-ZANET, director sustituto
SR. D. TOBÍAS DÍAZ BLAITRY, secretario perpetuo
SR. D. PABLO PINILLA CHIARI, tesorero
SR. D. LEONIDAS ESCOBAR, censor
SRA. D.a ISABEL BARRAGÁN DE TURNER, bibliotecaria
SR. D. BALTASAR ISAZA CALDERÓN
SR. D. EDUARDO RITTER AISLÁN
SR. D. GUILLERMO SÁNCHEZ BORBÓN
SR. D. CARLOS BOLÍVAR PEDRESCHI
SR. D. DIMAS LIDIO PITTY
SRA. D.a GLORIA GUARDIA ALFARO

ACADEMIA CUBANA DE LA LENGUA establecida en La Habana


(19 de mayo de 1926)

SR. D. SALVADOR BUENO MENÉNDEZ, director


SR. D. SERGIO VALDÉS BERNAL, secretario
SR. D. DELIO J. CARRERAS CUEVAS
SR. D. LISANDRO OTERO GONZÁLEZ
SRA. D.a LUISA CAMPUZANO SENTÍ
SR. D. MIGUEL BARNET LANZA
SR. D. EUSEBIO LEAL SPENGLER
SR. D. ÁNGEL AUGIER PROENZA
SRA. D.a OFELIA GARCÍA CORTIÑAS
SR. D. ENRIQUE SÁINZ DE LA TORRIENTE
SR. D. ROBERTO FERNÁNDEZ RETAMAR
SR. D. CÉSAR LÓPEZ NÚÑEZ
SRA. D.a GRACIELA POGOLOTTI JACOBSON
SR. D. PABLO ARMANDO FERNÁNDEZ
SR. D. AMBROSIO FORNET FRUTOS
SRA. D.a NURIA GREGORI TORADA
SRA. D.a NANCY MOREJÓN HERNÁNDEZ

ACADEMIA PARAGUAYA DE LA LENGUA ESPAÑOLA


establecida en Asunción (30 de junio de 1927)

SR. D. ROQUE VALLEJOS PÉREZ GARAY, presidente


SR. D. JOSÉ ANTONIO MORENO RUFFINELLI, vicepresidente primero
SRA. D.a BEATRIZ RODRÍGUEZ-ALCALÁ DE GONZÁLEZ ODDONE,
vicepresidenta segunda
SR. D. FRANCISCO PÉREZ MARICEVICH, secretario general
SRA. D.a DIRMA PARDO DE CARUGATI, tesorera
RVDO. P. BARTOMEU MELIÁ, protesorero
SR. D. MANUEL E. B. ARGÜELLO, secretario de Relaciones
SR. D. MANUEL PEÑA VILLAMIL, síndico
SR. D. ÓSCAR FERREIRO, síndico
SR. D. SECUNDINO NÚÑEZ
SR. D. HUGO RODRÍGUEZ-ALCALÁ
SR. D. ROLANDO NIELLA
SR. D. RAMIRO DOMÍNGUEZ
SR. D. AUGUSTO ROA BASTOS
SRA. D.a MERCEDES DOMANICZKY DE CÉSPEDES
SR. D. JULIO LEZCANO CLAUDE RVDO. P. CÉSAR ALONSO DE LAS
HERAS
SR. D. ADRIANO IRALA BURGOS
SR. D. JUAN CARLOS MENDONÇA
SR. D. VÍCTOR CASARTELLI
SR. D. ELVIO ROMERO
SRA. D.a RENÉE FERRER DE ARRÉLLAGA
SR. D. OSVALDO GONZÁLEZ REAL
SRA. D.a ELENA PANE DE PÉREZ MARICEVICH
SR. D. CARLOS VILLAGRA MARSAL

ACADEMIA BOLIVIANA DE LA LENGUA establecida en La Paz


(25 de agosto de 1927)
SR. D. CARLOS CASTAÑÓN BARRIENTOS, director
SR. D. RAÚL RIVADENEIRA PRADA, vicedirector
SR. D. JAIME MARTÍNEZ-SALGUERO, secretario
SRA. D.a GEORGETTE CANEDO DE CAMACHO, prosecretaria
SR. D. CARLOS COELLO VILA, bibliotecario
SR. D. ENRIQUE KEMPFF MERCADO
SR. D. FERNANDO ORTIZ SANZ
SR. D. JORGE SILES SALINAS
SR. D. MARIANO BAPTISTA GUMUCIO
SR. D. JULIO DE LA VEGA RODRÍGUEZ
SR. D. ÓSCAR RIVERA-RODAS
SR. D. ARMANDO SORIANO BADANI
SR. D. MARIO FRÍAS INFANTE
SR. D. RAMIRO CONDARCO MORALES
SR. D. HUGO C. F. MANSILLA FERRET
SR. D. ALBERTO CRESPO RODAS
SR. D. LUIS R. BELTRÁN SALMÓN
SR. D. FERNANDO VACA TOLEDO
SR. D. NÉSTOR TABOADA TERÁN
SR. D. WÁLTER NAVIA ROMERO
SR. D. ALFONSO PRUDENCIO CLAURE
SR. D. EDGAR ÁVILA ECHAZÚ
SR. D. ALFONSO GAMARRA DURANA
SR. D. CÉSAR CHÁVEZ TABORGA
SR. D. LUIS RÍOS QUIROGA
SR. D. ARMANDO MARIACA VALDEZ
SR. D. GUSTAVO ZUBIETA CASTILLO
SR. D. ÁNGEL TORRES SEJAS
SR. D. EDUARDO MITRE
SR. D. MARCELO ARDUZ RUIZ
SR. D. ARNALDO LIJERÓN CASANOVAS
SR. D. JOSÉ ROBERTO ARZE
SR. D. MANFREDO KEMPFF SUÁREZ
SR. D. ALBERTO GUERRA GUTIÉRREZ
SRA. D.a GABY VALLEJO CANEDO, electa
ACADEMIA DOMINICANA DE LA LENGUA establecida en Santo
Domingo (12 de octubre de 1927)

SR. D. MARIANO LEBRÓN SAVIÑÓN, presidente


SR. D. BRUNO ROSARIO CANDELIER, vicepresidente
SR. D. RAFAEL GONZÁLEZ TIRADO, secretario perpetuo
SR. D. VÍCTOR VILLEGAS, tesorero
SR. D. JOAQUÍN BALAGUER
SR. D. FEDERICO HENRÍQUEZ GRATEREAUX
SR. D. JUAN BOSCH
SR. D. RUBÉN SURO GARCÍA-GODOY
SR. D. LUPO HERNÁNDEZ RUEDA EMMO. SR. D. NICOLÁS DE JESÚS
LÓPEZ RODRÍGUEZ
SR. D. MARCIO VELOZ MAGGIOLO
SRA. D.a IRENE PÉREZ GUERRA
SR. D. PEDRO L. VERGÉS, electo
SR. D. CARLOS ESTEBAN DEIVE, electo

ACADEMIA NICARAGÜENSE DE LA LENGUA establecida en


Managua (31 de mayo de 1928)

SR. D. PABLO ANTONIO CUADRA CARDENAL, director


SR. D. JORGE EDUARDO ARELLANO SANDINO, subdirector
SR. D. FRANCISCO ARELLANO OVIEDO, secretario
SR. D. PEDRO XAVIER SOLÍS CUADRA, vicesecretario
SR. D. CARLOS MÁNTICA ABAUNZA, tesorero
SR. D. EDGARDO BUITRAGO BUITRAGO, fiscal
SR. D. GUILLERMO ROTHSCHUH TABLADA, bibliotecario
SR. D. ENRIQUE PEÑA-HERNÁNDEZ
SR. D. FELIPE RODRÍGUEZ SERRANO
SR. D. EDUARDO ZEPEDA-HENRÍQUEZ
SR. D. FERNANDO SILVA ESPINOSA
SR. D. JOSÉ JIRÓN TERÁN
SR. D. EMILIO ÁLVAREZ MONTALVÁN
SR. D. CARLOS TÜNNERMANN BERNHEIM
SR. D. RÓGER MATUS LAZO
SR. D. CARLOS ALEMÁN OCAMPO
SRA. D.a ROSARIO FIALLOS DE AGUILAR
SR. D. JULIO VALLE-CASTILLO
SR. D. ALEJANDRO SERRANO CALDERA, electo

ACADEMIA ARGENTINA DE LETRAS establecida en Buenos Aires


(13 de agosto de 1931)

SRA. D.a OFELIA KOVACCI, presidenta


SR. D. PEDRO LUIS BARCIA, vicepresidente
SR. D. RODOLFO MODERN, secretario general
SR. D. FEDERICO PELTZER, tesorero
EXCMO. Y RVDMO. MONS. D. OCTAVIO N. DERISI, arzobispo de Raso
SR. D. CARLOS ALBERTO RONCHI MARCH
SRA. D.a ALICIA JURADO
SR. D. ANTONIO PAGÉS LARRAYA
SR. D. JORGE CALVETTI
SR. D. ADOLFO PÉREZ ZELASCHI
SR. D. HORACIO ARMANI
SR. D. JOSÉ MARÍA CASTIÑEIRA DE DIOS
SR. D. ÓSCAR TACCA
SR. D. EDMUNDO CLEMENTE
SR. D. ADOLFO DE OBIETA
SR. D. HORACIO CASTILLO
SR. D. SANTIAGO KOVADLOFF
SR. D. ANTONIO REQUENI
SR. D. JOSÉ LUIS MOURE
SR. D. ISIDORO BLAISTEN

ACADEMIA NACIONAL DE LETRAS DEL URUGUAY establecida


en Montevideo (10 de febrero de 1943)

SR. D. JOSÉ MARÍA OBALDÍA, presidente


SR. D. HÉCTOR BALSAS, primer vicepresidente
SRA. D.a MERCEDES REIN, segunda vicepresidenta
SR. D. CARLOS JONES GAYE, secretario
SRA. D.a GLADYS VALETTA ROVIRA, tesorera
SRA. D.a ALMA HOSPITALÉ DE DARINO, bibliotecaria
SR. D. JULIO C. DA ROSA
SR. D. ANÍBAL BARRIOS PINTOS
SR. D. MILTON STELARDO
SR. D. HÉCTOR TOSAR HERRECART
SR. D. WILFREDO PENCO
SR. D. ANTONIO LARRETA
SR. D. JORGE ARBELECHE
SR. D. JUAN A. GROMPONE CARBONELL
SR. D. JOSÉ PEDRO BARRÁN
SR. D. HÉCTOR GROS ESPIELL
SR. D. RICARDO PALLARES
SR. D. TOMÁS DE MATTOS
ACADEMIA HONDUREÑA DE LA LENGUA establecida en
Tegucigalpa (28 de diciembre de 1948)
SR. D. ÓSCAR ACOSTA, director
SR. D. SANTOS JUÁREZ FIALLOS, vicedirector
SR. D. ALEJANDRO BARAHONA ROMERO, secretario
SR. D. HERNÁN CÁRCAMO TERCERO, prosecretario
SR. D. CARLOS R. CORTÉS, tesorero
SR. D. ALFREDO LEÓN GÓMEZ, censor
SR. D. RAFAEL LEIVA VIVAS, bibliotecario
SR. D. ATANASIO HERRANZ
SR. D. PEDRO PINEDA MADRID
SR. D. ORLANDO HENRÍQUEZ
SR. D. HÉCTOR BERMÚDEZ MILLA
SR. D. RAFAEL PINEDA PONCE
SR. D. MARCOS CARÍAS ZAPATA
SRA. D.a MARÍA ELBA NIETO SEGOVIA
SR. D. LIVIO RAMÍREZ LOZANO
SR. D. VÍCTOR MANUEL RAMOS
SR. D. NERY ALEXIS GAITÁN, electo
SRA. D.a ADA LUZ PINEDA DE GÁLVEZ, electa
SRA. D.a SARA ROLLA, electa

ACADEMIA PUERTORRIQUEÑA DE LA LENGUA ESPAÑOLA


establecida en San Juan de Puerto Rico (28 de enero de 1955)
SR. D. JOSÉ LUIS VEGA, director
SR. D. SEGUNDO CARDONA, vicedirector
SRA. D.a MARÍA VAQUERO DE RAMÍREZ, secretaria
SR. D. ELADIO RIVERA QUIÑONES, tesorero
SR. D. ENRIQUE LAGUERRE
SR. D. RAFAEL ARRILLAGA TORRENS
SR. D. RICARDO ALEGRÍA
SR. D. FRANCISCO LLUCH MORA
SR. D. HUMBERTO LÓPEZ MORALES
SRA. D.a EDNA COLL
SR. D. JOSÉ TRÍAS MONGE
SR. D. MANUEL MÉNDEZ BALLESTER
SRA. D.a LUCE LÓPEZ BARALT
SR. D. JOSÉ FERRER CANALES
SRA. D.a AMPARO MORALES
SR. D. JOSÉ RAMÓN DE LA TORRE
SR. D. EDUARDO FORASTIERI
SR. D. EDGARDO RODRÍGUEZ JULIÁ
SRA. D.a MERCEDES LÓPEZ BARALT
SR. D. EDUARDO SANTIAGO DELPÍN
SRA. D.a CARMEN DOLORES HERNÁNDEZ DE TRELLES
SR. D. EDUARDO MORALES COLL, electo
SRA. D.a JOSEFINA RIVERA DE ÁLVAREZ, electa
SR. D. ARTURO DÁVILA RODRÍGUEZ, electo
SR. D. FRANCISCO ARRIVÍ, electo
SR. D. CARMELO DELGADO CINTRÓN, electo
SR. D. RAMÓN LUIS ACEVEDO, electo
SR. D. JOSÉ JAIME RIVERA, electo
SR. D. LUIS E. GONZÁLEZ VALES, electo

ACADEMIA NORTEAMERICANA DE LA LENGUA ESPAÑOLA


establecida en Nueva York (5 de noviembre de 1973)

SR. D. ODÓN BETANZOS PALACIOS, director


SR. D. GUMERSINDO YÉPEZ, secretario honorario
SR. D. GERARDO PIÑA-ROSALES, secretario y presidente de la Comisión
de Educación
SR. D. NICOLÁS TOSCANO LIRIA, tesorero y presidente de la Comisión
de estudios medievales
SR. D. AURELIO M. ESPINOSA, hijo; censor
SR. D. THEODORE S. BEARDSLEY, bibliotecario y presidente de la
Comisión de estudios del español en los Estados Unidos
SR. D. EMILIO BERNAL LABRADA, coordinador de Información
SR. D. EUGENIO CHANG-RODRÍGUEZ, director del Boletín
SR. D. JOSÉ JUAN ARROM
SR. D. ROBERTO GARZA SÁNCHEZ
SR. D. JOSEP SOLÁ-SOLÉ
SR. D. ROBERTO A. GALVÁN, presidente de la Comisión de
Lexicografía
SR. D. STANISLAV ZIMIC
SR. D. AMÉRICO PAREDES
SR. D. ROLANDO HINOJOSA-SMITH
SR. D. ILDEFONSO MANUEL GIL
SR. D. FERNANDO ALEGRÍA
SR. D. CARLOS ALBERTO SOLÉ, presidente de la Comisión de gramática
SR. D. JOHN J. NITTI
SR. D. JOAQUÍN SEGURA, presidente de la Comisión de traducciones
SRA. D.a MARÍA SOLEDAD CARRASCO URGOITI
SRA. D.a BEATRIZ VARELA
SR. D. LUIS PÉREZ BOTERO
SRA. D.a ROSARIO REXACH
SR. D. MARCOS ANTONIO RAMOS
SRA. D.a ESTELLE IRIZARRY, presidenta de la Comisión de informática
SR. D. MORDECAI RUBIN
SR. D. UBALDO DI BENEDETTO
SR. D. ROBERT LIMA
SR. D. IGNACIO SOLDEVILA-DURANTE
SRA. D.a SILVIA FAITELSON-WEISER
SR. D. ANTONIO CULEBRAS, presidente de la Comisión de vocabulario
médico
SR. D. JOSÉ AMOR Y VÁZQUEZ
SR. D. WILLIAM H. GONZÁLEZ
SR. D. LUIS LEAL
SR. D. JOSÉ ANTONIO CUBEÑAS
TÁBULA GRATULATORIA
FUNDACIÓN PRO REAL ACADEMIA
ESPAÑOLA
La Asociación de Amigos de la Real Academia Española sirvió de base
para la creación, en 1993, de la Fundación pro Real Academia Española,
que desde entonces promueve y canaliza la ayuda de la sociedad a las tareas
de la Institución.
Quiere la Academia dejar aquí constancia de su gratitud, en primer
lugar, a Su Majestad el Rey, impulsor, Presidente de honor y alma de la
Fundación. Y al anterior Gobernador del Banco de España, don Luis Ángel
Rojo, primer Presidente efectivo; a don José María Concejo, Secretario, y a
don Fernando Lázaro Carreter, entonces Director, que con su entusiasta
trabajo la hicieron posible.
Fueron sus

MIEMBROS FUNDADORES

Su Majestad el Rey D. Juan Carlos I

Gobierno Vasco
Generalidad de Cataluña
Junta de Galicia
Junta de Andalucía
Diputación Regional de Cantabria
Principado de Asturias
Comunidad Autónoma de La Rioja
Región de Murcia
Generalidad Valenciana
Junta de Castilla-La Mancha
Comunidad Foral de Navarra
Gobierno de Canarias
Diputación General de Aragón
Comunidad de las Islas Baleares
Junta de Extremadura
Junta de Castilla y León
Comunidad de Madrid
Secretaría de Estado para la Cooperación Internacional
Banco de España
Banco Central Hispanoamericano
Argentaria. Corporación Bancaria
Fundación Caja de Madrid
Banco Bilbao Vizcaya
Confederación Española de Cajas de Ahorros
La Caixa
Telefónica de España
Banco Santander
Banco Popular Español
Fundación Banesto
Instituto Nacional de Hidrocarburos
Repsol
Bankinter
Unión Eléctrica-Fenosa
Círculo de Lectores
Metrópolis. Compañía Nacional de Seguros
Aldeasa
Espasa Calpe
Banco Zaragozano
El Corte Inglés
Grupo Anaya
Banco Atlántico
Banco Herrero
Banco de Sabadell
International Business Machines
Sema Group
Cámara Oficial de Comercio e Industria de Madrid
Santillana
Banco de Depósitos
Ferrer Internacional
Banco Luso Español
Fundación Duques de Soria

MIEMBROS BENEFACTORES

Además de todas las Comunidades Autónomas, son muchas, y cada


día más, las instituciones, entidades, empresas financieras y mercantiles y
personas privadas que con generosidad contribuyen a hacer
económicamente viable el trabajo de la Academia, y, en concreto, han
hecho posible la preparación y edición del Diccionario.
En la imposibilidad de reproducir, por razones de espacio, la lista de
casi dos mil benefactores individuales, quiere la Academia dejar aquí
constancia de la gratitud que a todos y cada uno profesa.
Son también miembros benefactores las siguientes entidades:
Banco de España
Banco Bilbao Vizcaya Argentaria
Banco de Sabadell
Banco Español de Crédito
Banco Santander Central Hispano
Banco Zaragozano
Barclays Bank, S. A. E.

BBVA Privanza
Fundación ICO
Fundación Juan March
Fundación Marcelino Botín
Fundación Pedro Barrié de la Maza, Conde de Fenosa

CAM (Caja de Ahorros del Mediterráneo)


Caixagalicia (Caja de Ahorros de Galicia)
Caixavigo (Caja de Ahorros Municipal de Vigo)
Caja Asturias (Caja de Ahorros de Asturias)
Caja de Ahorros y Monte de Piedad Círculo Católico de Obreros
Caja de Ahorros de la Inmaculada
Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Segovia
Caja de Ahorros de Murcia
Caja de Burgos (Caja de Ahorros Municipal de Burgos)
Caja Duero
Caja Jaén (Caja Provincial de Ahorros de Jaén)
Caja Madrid (Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid)
CECA (Confederación Española de Cajas de Ahorros)
La Caixa (Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona)
Ibercaja (Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y
Rioja)
Sa Nostra Caixa de Balears
Unicaja (Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Ronda, Cádiz,
Almería, Málaga y Antequera)
Fundación Bancaja
Fundación Caja de Badajoz

Ayuntamiento de Albacete
Ayuntamiento de Madrid
Ayuntamiento de Pamplona
Ayuntamiento de Zaragoza

Cortes de Aragón
Cortes de Castilla y León

Diputación General de Aragón


Diputación Provincial de Cáceres
Diputación Provincial de Sevilla
Diputación Regional de Cantabria
Diputación Provincial de Toledo

Fundación Coca-Cola España


Fundación Enresa
Fundación Garrigues & Andersen
Fundación Germán Sánchez Ruipérez

Cámara del Libro de Madrid


Cámara Oficial de Comercio e Industria de Burgos

Colegio de Abogados de Madrid


Colegio de Economistas de Madrid
Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantil de España
Colegio Oficial de Corredores de Comercio
Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid
Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Centro y Canarias
Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación
Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de la 1.a Región
Colegio Territorial de Administradores de Fincas de Madrid y
Guadalajara
Colegios Oficiales de Corredores de Comercio, Consejo General
Universidad Complutense de Madrid
Universidad de Granada
Colegio Universitario «Domingo de Soto»
Colegios Marcote
Instituto de Educación Superior «Manuel de Falla»
Instituto de Bachillerato «Santo Tomás de Aquino»

Abenhazan, S. A. Accenture, S. L. Aceralia, Corporación Siderúrgica,


S. A. Altadis. American Express de España, S. A. Central Técnica
Correduría de Seguros, S. A. Círculo de Lectores. Diario de Burgos,
S. A. Ediciones Nobel, S. A. Editorial Castalia. El Corte Inglés.
Empresa Nacional Aldeasa. Espasa Calpe, S. A. Focus-Abengoa.
Fomento de Construcciones y Contratas. Ford España, S. A.
Fundosa Control de Datos, S. A. GlaxoWellcome. Grupo Dragados,
S. A. Grupo Santillana de Ediciones, S. A. Hermes Traducciones y
Servicios Lingüísticos, S. L. Hidroeléctrica del Cantábrico.
Iberdrola, S. A. Inmobiliaria Río Vena, S. A. International Business
Machines España. Metrópolis, S. A., Compañía Nacional de
Seguros. Musini Sociedad Anónima de Seguros y Reaseguros.
Previsión Española. Price Waterhouse Coopers. Repsol YPF. S. M.
Ediciones. Sociedad Rectora Bolsa de Valores de Madrid, S. A.
Telefónica de España, S. A. Telefónica Telecomunicaciones
Públicas, S. A. Unión Eléctrica-Fenosa, S. A. Unión Española de
Entidades de Seguros y Reaseguros (UNESPA). Word Works, S. L.

AYUDAS ESPECIALES
A la contribución general de la Fundación pro Real Academia
Española se han añadido algunas ayudas especiales.
Así, el minucioso trabajo de revisión de los americanismos registrados
en el Diccionario y la extraordinaria adición de nuevos artículos y
acepciones revisados por las Academias Correspondientes y por la
Comisión Permanente, han sido facilitados por ENDESA y sus empresas
colaboradoras:
—FUNDACIÓN ENDESA, España
—ENERSIS, Chile
—CHILECTRA, Chile
—RÍO MAIPO, Chile
—EDESUR, Argentina
—EDELNOR, Perú
—CERJ, Río de Janeiro, Brasil
—COELCE, Estado de Ceará, Brasil
—CODENSA, Colombia

***

La revisión del léxico jurídico del Diccionario ha sido patrocinada por


la editorial CIVITAS.

***

Con la ayuda económica del Grupo PRISA se han realizado diversas


acciones informáticas de preparación del Diccionario.
INSTITUTO DE LEXICOGRAFÍA
En todo el proceso de elaboración del Diccionario ha contado la
Academia con la colaboración inestimable de su Instituto de Lexicografía.

Subdirector

Rafael Rodríguez Marín

Miembros del Instituto que han trabajado en esta edición

Catalina Carrillo Aranda


Elena Cianca Aguilar
Silvia M.a Fernández Alonso
Juan Pedro Gabino García
Elena García García (†)
Emilio Gavilanes Franco
Lourdes Gordaliza Escobar
Carmen Lozano Andrés
Luis Magrinyà Bosch
Eva M.a Manceras Madroñal
Laura Manso de Frutos
María Matesanz del Barrio
Consuelo Mayor Andrés
Montserrat Montés Germán
Teresa Palacios Faci
Fernando Pardos Martínez
Enrique Recondo Iribarren
Isabel Rey Rodríguez
José Eduardo Santos Moreno
Cruz Soberón García de Enterría
Consuelo Tovar Larrucea
Diego Varela Villafranca
Con ellos han colaborado en tareas lexicográficas varias:
José María Aránguez Otero
Guadalupe Galán Izquierdo
Pilar Llull Martínez de Bedoya

Colaboradores externos

Han prestado su ayuda en distintas tareas lexicográficas:


Miguel Artola Domínguez
Óscar Barrero Pérez
Miguel Beltrán de Felipe
M.a Ángeles Calero Fernández
Ángel Cano Vela
Jesús Castañón Rodríguez
José Luis de Castro Martín
Esther Forgas Berdet
Claudio García Turza
Manuel González González
Salvador Gutiérrez Ordóñez
César Hernández Alonso
Janick Le Men
Eulàlia Lledó Cunill
Julián López Martín
Adolfo López Vaqué
M.a Antonia Medina Guerra
Juan Antonio Martínez Camino
Ralph Penny
Francisco Petrecca
José Luis Puerta López-Cózar
J. Manuel Sánchez Miguel
Jaime Suances-Torres
Henar Velasco López
LA VIGÉSIMA SEGUNDA
EDICIÓN
DEL DICCIONARIO
DE LA REAL ACADEMIA
ESPAÑOLA
Tal como se anticipa en el Preámbulo, son dos las ideas principales
sobre las que se ha fundado la revisión general del Diccionario para esta
nueva edición. De una parte, era necesario cumplir la obligación estatutaria
de mantener actualizado el cuerpo de la obra en cuanto a los términos en
ella registrados. Por otro lado, se ha puesto en práctica la idea tradicional de
«verter el vino viejo en odres nuevos», acomodando en lo posible todo ese
contenido a la estructura fijada por la Nueva planta.

En cuanto a la actualización de la nomenclatura de la obra, trabajo


indispensable para que el Diccionario de la Academia pueda seguir
sirviendo como repertorio de referencia en el mundo hispánico, es
conveniente destacar varios aspectos.

A la labor de adición, enmienda y, en su caso, supresión de artículos y


acepciones, se han dedicado esfuerzos continuos desde el mismo
momento de la salida de la edición anterior, en octubre de 1992. Sus
resultados, vistas las cifras ya mencionadas, han sido superiores a los
de cualquier versión precedente del Diccionario académico.
El manejo de la información procedente del Banco de datos del
español ha permitido trabajar en estas tareas con rapidez y, al mismo
tiempo, con rigor filológico. Así, la base documental sobre la que se
han incorporado a la nueva edición buena parte de las enmiendas y
adiciones procede del repertorio actual de ese depósito electrónico, que
recoge miles de textos representativos, de España y de los países de
habla española, correspondientes a los últimos 25 años. Precisamente
la ausencia de algunos términos en esta nueva versión no ha de
interpretarse solo como expresión de la voluntad colegiada de los
académicos, quienes deciden en cada momento, de acuerdo con sus
criterios sobre buen uso lingüístico, acerca de la oportunidad de
registrar o no un término dado; tal ausencia puede deberse también al
hecho de que, en los distintos momentos en que se hizo la selección de
documentos para elaborar las propuestas después discutidas en
comisiones o en el Pleno de los académicos, no había una
documentación suficiente—tanto cuantitativa como cualitativamente—
sobre esos términos que justificara su presentación. El mismo criterio
explica que algunas familias léxicas no contengan todos sus posibles
integrantes; por ejemplo, podrá observarse que se recoge mediterráneo,
pero no mediterraneidad ni mediterraneísmo, ambos documentados en
el corpus académico, pero no suficientemente para ser, al menos hasta
ahora, objeto de propuesta. Lo cierto es que muchas de estas series
quizá no lleguen a completarse nunca, porque el uso de los hablantes
no se rige por normas de simetría ni de proporcionalidad, y este
Diccionario prefiere atender más a aquel uso que a estas normas.
La consulta del Banco de datos del español ha hecho posible también
proceder con cierta rapidez y seguridad en una labor de sentido
opuesto, a la que se hace referencia en el Preámbulo: suprimir del
Diccionario muchos registros innecesarios, que ya solo servían de
incómodo lastre. Este era el caso, por ejemplo, de los artículos de una
sola acepción constituida por una variante fónico-gráfica o
morfológica del término al que remitía, y cuyo uso reconocido era
exclusivamente medieval. Consultando los datos del corpus histórico,
donde se almacenan millones de registros del español desde su
nacimiento hasta su entronque con el contenido del corpus actual, se
han podido suprimir más de mil entradas de este tipo, como yoglar o
excomulgamiento, definidas en la última edición del Diccionario por
remisión, respectivamente, a juglar y excomunión, y ambas señaladas
con la marca «ant.» (es decir, desaparecidas del uso antes de 1500; v.,
más adelante, § 2.1 de las Advertencias para el uso de este
Diccionario). Basándose en los mismos datos—fiables en el momento
de plantear la supresión, lo que, claro está, siempre comporta el riesgo
de que posteriormente se hayan incorporado nuevos datos que pongan
en tela de juicio lo ya hecho—, otras entradas del mismo tipo han
cambiado su marca por la de desusado, poco usado o incluso han
pasado a ser consideradas de uso actual. La utilización de los medios
informáticos ha contribuido así a cumplir un viejo propósito
académico: aligerar su Diccionario de variantes arcaicas innecesarias 1.
También ha resultado particularmente útil la consulta del banco de
datos electrónico para suprimir artículos innecesarios correspondientes
a muchos aumentativos, diminutivos, despectivos, superlativos y
participios que hasta ahora venía recogiendo el Diccionario como
voces o acepciones independientes. De los cuatro primeros tipos de
palabras solo han quedado aquellas que, además de ser, en cierto
sentido, asistemáticas en cuanto a su formación (v. § 2.11 de las
Advertencias), tenían documentado su empleo actual2. En cuanto a los
participios, solo se mantienen como entradas con esa sola acepción los
irregulares que, como absuelto o propuesto, y según los datos tenidos
en cuenta, mantienen su vigencia en el uso de nuestros días, por lo que
figuran también dentro de la información morfológica del artículo
correspondiente al infinitivo del verbo (v. § 2.12).
La supresión de artículos o acepciones no solo ha tenido como base el
manejo interno de los corpus léxicos de la Academia. También ha
afectado a algunas de las entradas portadoras de marcas dialectales,
con respecto a las cuales la Corporación dirigió una amplia consulta
tanto a los académicos correspondientes españoles, americanos y
filipinos como a estudiosos de solvencia reconocida en algunos
ámbitos lingüísticos concretos. Resultado de esta consulta ha sido la
supresión de muchas voces o acepciones que, si en algún momento
llegaron a tener vigencia en determinadas áreas geográficas del
español, ya la habían perdido en nuestros días. Conservarlas en el
Diccionario, cosa que muchas veces se ha criticado a la Academia, no
pasaba de ser, en efecto, una manifestación de arqueología dialectal.
Otras muchas acepciones del mismo tipo han sido actualizadas en sus
marcas y en el texto de su definición. En el caso de los americanismos,
además, se ha estimado oportuno pedir a las Academias hermanas su
colaboración para aumentar el número de voces y acepciones
recogidas. Del resultado de esta iniciativa hablan con elocuencia los
datos mencionados en el Preámbulo.
Objeto de revisión temática, a partir de propuestas elaboradas por los
académicos de la Española o por algunos especialistas ajenos a la
Corporación, han sido, en grado mayor o menor, campos como los de
las matemáticas, la física y la química (en particular los elementos
químicos y las unidades del Sistema Internacional), la biología, la
informática, la medicina, el derecho, la economía, el comercio, la
filosofía, la literatura, la lingüística, el teatro, el léxico militar
(especialmente los grados del Ejército y de la Armada), la religión y la
liturgia, el montañismo, etc.
Para respetar la economía de medios exigible en una obra como esta,
se ha seguido recurriendo—como hacen todos los diccionarios—a los
usos gramaticales de nuestra tradición. Así, las definiciones,
especialmente las que utilizan el procedimiento de la remisión (v. §
6.2.2 de las Advertencias) a un lema con moción de género, se han
redactado en masculino, respetando el principio del género inclusivo
existente en español. Dentro de este capítulo, se ha hecho un
importante esfuerzo en cuanto al registro en masculino y femenino de
determinados nombres referidos a profesiones, cargos y actividades
con vigencia en la actualidad. Cuando el uso, especialmente el bien
documentado, así lo recomienda, esas palabras se recogen en los dos
géneros (p. ej., médico, ca), aunque se registre la posibilidad, si
también lo propicia el empleo real, de utilizar solo el masculino («Julia
es médico») para ambos. En el momento en que la costumbre ya no dé
por bueno este último recurso, como sucede en la actualidad con otras
denominaciones (p. ej., maestro, tra, o, desde hace menos tiempo,
catedrático, ca), así se recogerá en el Diccionario, buen testigo del uso
lingüístico vivo.

Una vez fijado el contenido de la nueva edición, se procedió a la


revisión del Diccionario completo, para regularizar el texto en lo posible y
ajustarlo a algunos de los criterios de la Nueva planta, sin poner en tela de
juicio el contenido de las definiciones. Quien esté familiarizado con los
trabajos lexicográficos se dará cuenta de que esta era una labor cuyos
resultados ya se sabían de antemano fragmentarios y, en algunos extremos,
seguramente discutibles; pero también advertirá hasta qué punto era patente
la necesidad de abordarla. No ha sido fácil, en efecto, trabajar sobre un
diccionario cuyos artículos fueron redactados, en proporción nada
despreciable, hace muchos años o, en ciertos casos, hace siglos. También ha
resultado comprometido proceder con la sospecha—a veces seguridad—de
que algunas definiciones no se corresponden con la realidad actual. Y, por
último, ha sido particularmente arduo hacerlo todo en unos plazos de
tiempo siempre cortos para la envergadura de la labor abordada.
Así, entre otras muchas tareas menores que sería fatigoso enumerar, se
han llevado a cabo los siguientes trabajos, cuya descripción se justifica
aquí, sobre todo, para conocimiento de los interesados en lexicografía:

Se ha revisado la correcta lematización de los artículos y la colocación


adecuada, dentro de ellos, de las formas complejas (v. §§ 3.3 y 5.4 de
las Advertencias). El banco de datos ha sido la fuente de información
empleada para documentar la variación de género en aquellos lemas de
formas complejas que, al adoptar ahora marcas gramaticales antes
inexistentes, la necesitaban (p. ej., abogado de oficio-abogada de
oficio, documentado en masculino y femenino, frente a abogado de
secano, documentado exclusivamente en masculino). Todo el sistema
de envíos (§§ 4.5, 5.5) tuvo que ser rehecho al mismo tiempo.
Se han suprimido muchos nombres propios que, como los de las
constelaciones, no desempeñaban función alguna en un diccionario de
lengua como es este, y, al mismo tiempo, se ha sistematizado la
información enciclopédica que aparece en algunos artículos
(etimologías—v. § 5.2—, gentilicios, adjetivos derivados de nombres
de persona—§ 2.10—, etc.).
Para no perder datos contenidos en ediciones anteriores, se ha llevado
toda la información sobrante de la revisión de los aumentativos,
diminutivos, despectivos, superlativos y participios (v. antes) a los
correspondientes paréntesis etimológicos (v. §§ 2.11, 2.12), indicando
en su caso, previa consulta al banco de datos, si su valor aumentativo,
despectivo, etc., se mantenía en el uso actual o debía llevar marcas
para hacer patente su desfase cronológico.
Se han revisado todos los antiguos participios activos del Diccionario,
para desplazar la información sobre su carácter de tales al paréntesis
etimológico.
Se han dispuesto de acuerdo con criterios fijos (v. § 2.13) las parejas
de artículos en los que se registran sustantivos femeninos (dinámica,
lavandera) y adjetivos (dinámico, ca) o sustantivos de dos
terminaciones (lavandero, ra).
Se han uniformado los paréntesis etimológicos, especialmente para
regularizar el orden de los elementos contenidos en ellos.
Se ha reajustado y regularizado en lo posible todo el sistema de marcas
(v. §§ 2.1, 2.2, 2.3, 2.4, 6.1) y notas de uso (§ 6.3), sujeto
tradicionalmente a grandes desigualdades. Se han colocado las
acepciones de cada artículo de acuerdo con los nuevos criterios de
ordenación (§§ 5.3.1, 5.3.2).
En los casos en que el Diccionario los presentaba fundidos, se ha
separado el contorno de la definición, distinguiéndolo del contenido.
La tarea, que solo ha afectado a algunos tipos concretos de contorno (v.
§ 6.2.3), necesitó muchas veces de apoyo documental y, en caso de
duda, no se llevó a cabo.
Se ha revisado totalmente el sistema de definición por remisión (v. §
6.2.2), para asegurar que a cada término con el que se define le
corresponde una acepción o un artículo determinados. Se han reducido
las indeseables series circulares entre este tipo de definiciones y se ha
procurado situar la definición en la entrada no sujeta a restricción por
carecer de marca cronológica, geográfica o de nivel de uso. Cuando la
existencia de una preferencia académica entre variantes no lo impedía
(§ 3.2), se han deshecho las cadenas de remisiones, en las que, para
definir un artículo, se enviaba a otro y de este a un tercero o incluso a
un cuarto.
Se han regularizado, además, los enunciados de las definiciones
llamadas impropias (v. § 6.2.3), para ajustarlas al menor número
posible de modelos.
Se ha actualizado en lo posible el texto de las definiciones,
sustituyendo, en los casos en que así se acordó, determinados usos
anticuados o poco frecuentes (p. ej., nimiamente—«nimiamente
delicado»—o músico—«instrumento músico»—) por otros más
actuales (exageradamente, musical). En este extremo se ha actuado
con especial precaución, porque, entre otros aspectos que muestran la
singularidad del Diccionario de la Academia, la forma de redactar sus
artículos es materia que debe ser revisada con gran delicadeza. Solo se
ha intervenido, fuera de los terrenos en que era técnicamente forzoso el
cambio, como sucedía con la delimitación del contorno o la
regularización de las definiciones impropias, en aquellos otros donde
la innovación mejoraba claramente el texto primitivo. Incluso en
asuntos como, por ejemplo, la eliminación de leísmos de persona,
mucho más complejo de lo que a primera vista puede parecer, no se ha
hecho un cambio global; es preferible actuar, más adelante, caso por
caso.
Se han recuperado todas las informaciones sobre construcción y
régimen obligado contenidas en las definiciones para situarlas en los
ejemplos (v. § 6.4.1).
Se ha preparado todo el capítulo correspondiente a las notas de
conjugación (v. § 6.5), remitiéndolo al apéndice dedicado a los
modelos verbales.
Se han aplicado al texto del Diccionario los preceptos de la nueva
Ortografía académica, especialmente en dos capítulos: las variaciones
que esta edición supone con respecto a la anterior en cuanto al uso del
acento gráfico en secuencias vocálicas que pueden ser interpretadas
como diptongo o como hiato (guion-guión; truhan-truhán) y el empleo
de iniciales mayúsculas. Para llevar al Diccionario la doctrina de este
último apartado se han añadido las notas de información ortográfica
oportunas (v. § 6.5).

Junto a la permanente actualización de su nomenclatura, para un futuro


cercano quedan pendientes, entre otras muchas, tareas de tres tipos
principales.

Es necesario revisar, tomando como base documental el Banco de


datos del español, el contenido de todas las definiciones. Parece
evidente que la ausencia de marcas cronológicas o geográficas en
muchas de ellas no quiere decir, forzosamente, que se trata de
significados vigentes en la actualidad y en todo el ámbito territorial del
español.
Habrá que ahondar también en la revisión de algunas áreas temáticas
del repertorio y emprender la mejora de otras.
Queda también pendiente llevar al Diccionario algunos preceptos de la
Nueva planta aún no puestos en práctica, como el nuevo orden
jerarquizado de las acepciones o la expresión de la fecha en que se
documenta por primera vez cada voz. Y falta también aplicar en su
totalidad algunos capítulos que solo lo han sido parcialmente:
distinguir el contorno en otras partes de la definición donde resulta útil
señalarlo (el complemento directo y el complemento de régimen en
particular), añadir nueva información complementaria a la ahora
existente (sobre particularidades morfológicas en el nombre y el
adjetivo o sobre correspondencia entre variantes, por ejemplo), etc.

Un diccionario es una obra en continua renovación, y este, cuya


historia sobrepasa los 200 años, lo es en particular3. Pero sacar adelante y
con provecho esa renovación es, vistas las exigencias del especial método
con que se construye, tarea que lleva tiempo. Como siempre, la Academia
espera la comprensión, la paciencia y el apoyo de sus lectores. La calidad
del empeño común lo merece sobradamente.

1 Labor que ya se emprendió, con los medios entonces disponibles, en las ediciones sexta (1822) y
séptima (1832) del Diccionario.
2 En esta edición se ha suprimido el antiguo apéndice sobre formación de aumentativos, diminutivos
y superlativos. Además de tratarse de un aspecto que atañe más a la gramática que al diccionario—
como ya se reconocía en la duodécima edición (1884), primera en que se incluyó—, la presencia de
los sufijos correspondientes en la nomenclatura del Diccionario lo hacía prescindible.
3 La Academia lo ha reconocido varias veces. Así lo hacía en la novena edición del Diccionario,
aparecida en 1843: «La Academia está muy distante de creer que ofrece al público una obra acabada;
al contrario está bien persuadida de que nunca merecerá tal calificación una tarea de suyo
interminable». Y de esta manera en la duodécima, de 1884: «Cree esta [la Academia], como también
se ha dicho, haber mejorado su diccionario; no cree haber puesto fin a la tarea de aumentarle y
corregirle; tarea que no se concluye jamás sino para empezarla de nuevo».
ADVERTENCIAS PARA EL USO
DE ESTE DICCIONARIO
1. CARACTERÍSTICAS DEL DICCIONARIO
El Diccionario de la lengua española es una obra corporativa de la
Real Academia Española, con la colaboración de las Academias hermanas,
que pretende recoger el léxico general de la lengua hablada en España y en
los países hispánicos. Se dirige, fundamentalmente, a hablantes cuya lengua
materna es el español, quienes encontrarán en él recursos suficientes para
descifrar los mensajes que les lleguen.
Al tratarse de un diccionario general de lengua, no puede registrar todo
el léxico del español, sino que, por fuerza, debe contentarse con acoger una
selección de nuestro código verbal. Esta selección, en algunos casos, será lo
más completa que los medios a nuestro alcance permitan—especialmente
en lo que se refiere al léxico de la lengua culta y común de nuestros días—,
mientras que en otros aspectos—dialectalismos españoles, americanos y
filipinos, tecnicismos, vulgarismos y coloquialismos, arcaísmos, etc.—se
limitará a incorporar una representación de los usos más extendidos o
característicos.
2. CONTENIDOS
2.1. Arcaísmos

El repertorio académico, en tanto no se haya completado la redacción


del Diccionario histórico, debe seguir albergando una selección del léxico
hispánico cronológicamente desfasado, que permita al lector interpretar los
textos clásicos de nuestra lengua. Las voces y acepciones cuya vigencia
actual, de acuerdo con la documentación académica, no está probada, llevan
una marca que las asigna a uno de estos grupos:

Acepciones con la marca anticuado o antiguo (abreviada en «ant.»),


cuando su última documentación no es posterior a 1500.
Acepciones con la marca desusado («desus.»), cuya última
documentación es posterior a 1500, pero no a 1900.
Acepciones con la marca poco usado («p. us.»), todavía empleadas
después de 1900, pero cuyo uso actual es difícil o imposible de
documentar. En este caso, la marca puede responder, más que a un
criterio estrictamente cronológico, a otro de frecuencia de uso.
Acepciones con la marca germanía («germ.»), correspondientes a los
usos de este código socialmente restringido, empleado durante el Siglo
de Oro.

2.2. Dialectalismos españoles y voces de América y Filipinas

El Diccionario contiene una amplia selección de las voces y


acepciones de uso regional o provincial español, así como de aquellas que
corresponden a las distintas áreas y países de habla hispánica, cada una de
ellas con su correspondiente marca, generalmente abreviada: And.
(‘Andalucía’), Ar. (‘Aragón’), Cantb. (‘Cantabria’), Jaén, León, Vall.
(‘Valladolid’); Am. (‘América’), Á. Andes (‘Área de los Andes’), NO Arg.
(‘noroeste de la Argentina’), Bol. (‘Bolivia’), Ven. (‘Venezuela’), etc.
Requisito para el mantenimiento de estas entradas en el repertorio es que su
empleo actual—se excluyen, por tanto, los arcaísmos dialectales—pueda
ser testimoniado por la documentación académica o a través de otras vías,
especialmente la información proporcionada por los académicos españoles
y de los países hispánicos.
Todas aquellas entradas de uso general en España cuyo empleo en
otros países ha sido expresamente negado por las Academias
correspondientes, llevan la marca Esp.

2.3. Voces técnicas

El Diccionario da cabida a aquellas voces y acepciones procedentes de


los distintos campos del saber y de las actividades profesionales cuyo
empleo actual—se excluyen también los arcaísmos técnicos—ha
desbordado su ámbito de origen y se ha extendido al uso, frecuente u
ocasional, de la lengua común y culta. Siempre que tal uso no se haya
hecho general, las acepciones tienen una marca que las individualiza: Acús.
(‘acústica’), Estad. (‘estadística’), Fil. (‘filosofía’), Quím. (‘química’), etc.

Símbolos y fórmulas

Al final de las acepciones correspondientes a los elementos químicos,


a las unidades de medida y a ciertos compuestos, aparece, entre paréntesis y
en letra cursiva, su correspondiente símbolo o fórmula. P. ej.:

fósforo. (Del lat. phosphòrus, y este del gr. ἀμμψωσψόρος,


portador de luz). m. Elemento químico de núm. atóm. 15. […] (Símb.
P). […]
kilómetro. (De kilo- y -metro). m. Medida de longitud, que
equivale a 1000 metros. (Símb. km).
termia. (Del gr. θερμόν, calor, e -ia). f. Fís. Unidad técnica de
calor equivalente a un millón de calorías. (Símb. th).
amoniaco o amoníaco. (Del lat. ammoniàcum, y este del gr.
ἀμμωνιάκόν, de Amón, Júpiter, en Libia). m. Quím. Gas incoloro, de
olor irritante, soluble en agua, compuesto de un átomo de nitrógeno y
tres de hidrógeno. […] (Fórm. NH3). […]

2.4. Voces o acepciones marcadas por otros motivos


Tanto en las voces generales como en las de circulación
geográficamente restringida se señala, en los casos pertinentes, su
pertenencia a una variedad de lengua o habla determinada, así como los
distintos matices con los que el hablante tiñe, ocasional o habitualmente, su
empleo. Hay, pues, marcas que corresponden a los distintos niveles de uso
de la lengua—«vulg.» (‘nivel vulgar’), jerg. (‘jergal’), infant. (‘infantil’),
«cult.» (‘nivel especialmente culto’)—, a los registros de habla—«coloq.»
(‘registro coloquial’)—, a la valoración del hecho lingüístico—«malson.»
(‘voz malsonante’), «eufem.» (‘eufemismo’)—, a la intención del hablante
—«despect.» (‘sentido despectivo’), «irón.» (‘sentido irónico’)…—, etc.

2.5. Extranjerismos

Los extranjerismos cuya extensión de uso en nuestra lengua así lo


recomienda se van incorporando a la nomenclatura de este Diccionario. Se
registran en su forma original, con letra redonda negrita, si su escritura o
pronunciación se ajustan mínimamente a los usos del español, como es el
caso de club, réflex o airbag—pronunciados, generalmente, como se
escriben—; figuran en letra cursiva, por el contrario, cuando su
representación gráfica o su pronunciación son ajenas a las convenciones de
nuestra lengua, como es el caso de rock, pizza o blues—pronunciado
generalmente este último como [blus]—.
Los derivados españoles de palabras extranjeras, aunque estas
presenten dificultades gráficas o de pronunciación, se representan en letra
redonda. P. ej., pizzería, flaubertiano.

2.6. Latinismos

Siguiendo la tradición académica, los latinismos empleados en español


se recogen en letra redonda negrita: ex cáthedra, relata réfero. Sobre las
peculiaridades de su pronunciación, véase, más adelante, § 5.1.2.

2.7. Siglas y acrónimos

Las siglas y acrónimos cuya frecuencia de uso les ha dado un carácter


gramatical definido—sustantivos masculinos o femeninos, por ejemplo—,
aparecen recogidos como entradas normales (p. ej., radar), o en letras
mayúsculas cuando, por regla general, es necesario deletrearlos (ADN).

2.8. Marcas registradas

Las marcas registradas cuyo empleo como sustantivos comunes así lo


recomienda se recogen en el Diccionario haciendo constar su condición de
tales, de acuerdo con la legislación vigente, en el paréntesis etimológico. Si
alguna entrada correspondiente a una marca registrada no presentara esta
información, la empresa que la comercializa podrá dirigirse a la Real
Academia Española para solicitar el cambio oportuno en la próxima edición
del Diccionario.

2.9. Elementos compositivos, prefijos y sufijos

Se incluyen en el Diccionario, por regla general, cuando manifiestan


capacidad productiva en la lengua actual. Aparecen en el lugar que les
corresponde alfabéticamente, pospuestos a los otros tipos de palabras
cuando coinciden en su forma. Así, a se sitúa antes que a-, y ario, ria antes
que -ario, ria.

2.10. Derivados y compuestos

Todas las voces derivadas de otras o formadas mediante composición,


sin tener en cuenta la posibilidad de que su significado sea claramente
deducible a partir de los elementos que las constituyen, pueden entrar a
formar parte del Diccionario. Así sucede con los adverbios terminados en -
mente, las voces que contienen los prefijos anti-, des-, etc. Podrá objetarse
que las posibilidades de formación de nuevas palabras mediante estos
procedimientos son prácticamente infinitas; pero lo cierto es que el uso real,
en España y en América, acepta solo algunos neologismos de este tipo,
mientras que rechaza otros. En este Diccionario solo aparecen aquellos
términos que, vista la documentación de su empleo real, el Pleno académico
ha decidido incluir. De igual modo, para registrar los adjetivos derivados,
mediante sufijos no siempre iguales, de nombres propios de persona (p. ej.,
cervantino, valleinclanesco, borgiano, brechtiano…) se juzga suficiente el
aval académico a partir de la documentación escrita. La inclusión de los
adjetivos gentilicios (español, mexicano, limeño, asunceno…), por su parte,
es resultado de las propuestas formuladas por las distintas Academias, en
los ámbitos que a cada una le corresponden.

2.11. Aumentativos, diminutivos, despectivos y superlativos

El carácter original de tales que presentan ciertas palabras se indica,


por regla general, dentro del paréntesis etimológico cuando el uso les ha
dado nuevos valores semánticos. P. ej.:

pilón2. (Del aum. de pila2). m. Receptáculo de piedra que se


construye en las fuentes para que, cayendo el agua en él, sirva de
abrevadero, de lavadero o para otros usos. […]
presilla. (Del dim. de presa). f. Cordón pequeño con forma de
anilla que se cose al borde de una prenda para pasar por él un botón,
un corchete, un broche, etc. […]
arrapiezo. (Del despect. de arrapo). m. andrajo (|| pedazo o
jirón de tela). […]

Solo cuando un aumentativo o diminutivo de uso actual sin valores


significativos distintos a los de su raíz modifica esta para constituirse, o no
lo hace de acuerdo con las posibilidades más extendidas del sistema—las
que ofrecen los sufijos recogidos en el propio Diccionario—, se registra en
una entrada independiente. P. ej.:

bobalicón, na. adj. aum. coloq. de bobo.


bestezuela. f. dim. de bestia.

El mismo tratamiento se da a los superlativos. En el caso de estos,


dentro del adjetivo correspondiente al grado positivo se incluye, además,
información sobre la existencia de uno o varios superlativos irregulares1 de
uso actual—lo que no excluye la existencia de otros regulares—recogidos
en el Diccionario. P. ej.:

bueno, na. (Del lat. bonus). adj. Que tiene bondad en su género.
[…] ¶ MORF. sups. irregs. bonísimo, óptimo. […]
No parece recomendable incluir esta misma información en el caso de
aumentativos, diminutivos o despectivos. Las posibilidades de variación de
los correspondientes sufijos, así como la gran capacidad expresiva de los
términos formados, hacen muy discutible todo inventario de esta
posibilidad morfológica.

2.12. Participios

Su tratamiento lexicográfico en este Diccionario es similar al de los


superlativos. El carácter original de participio que corresponde a ciertas
palabras dotadas de otras posibilidades significativas se indica, por regla
general, en el paréntesis etimológico. P. ej.:

destemplado, da. (Del part. de destemplar). adj. Falto de temple


o de mesura. || 2. Dicho del tiempo: desapacible. || 3. Pint. Dicho de
un cuadro o de una pintura: Que tiene disconformidad de tonos. […]

Si se trata de una formación no regular y no tiene otras acepciones


distintas a las que corresponden al verbo, se incluye como tal participio
irregular en el lugar alfabético que le corresponde. P. ej.:

previsto, ta. part. irreg. de prever.

En la información morfológica contenida en el verbo (v. § 6.5) se


recoge también esta forma irregular:

prever. (Del lat. praevidēre). tr. Ver con anticipación. || 2.


Conocer, conjeturar por algunas señales o indicios lo que ha de
suceder. || 3. Disponer o preparar medios contra futuras contingencias.
¶ MORF. conjug. c. ver; part. irreg. previsto.

Las acepciones de un participio que corresponden exactamente a las


del verbo de cuya conjugación forma parte, aunque tengan usos adjetivos
habituales, no aparecen recogidas en el Diccionario. Será frecuente, pues,
que no aparezcan en la nomenclatura de este entradas como, por ejemplo,
descatalogado o desclasificado; sus acepciones adjetivas («Un libro
descatalogado», «Un documento desclasificado») deben buscarse entre las
correspondientes a los verbos descatalogar y desclasificar.
No sucede así con las acepciones que tienen uso sustantivo, registradas
como acepciones plenas o como notas de uso, tengan que ver o no con las
acepciones correspondientes del verbo. P. ej.:

ahogado1, da. (Del part. de ahogar1). […] || 3. m. y f. Persona


que muere por falta de respiración, especialmente en el agua. […]
desterrado, da. (Del part. de desterrar). adj. Que sufre pena de
destierro. U. t. c. s.

2.13. Entradas únicas o dobles

2.13.1. Correspondientes a adjetivos de dos terminaciones

En la práctica lexicográfica es asunto frecuente de discusión la manera


de registrar, por separado o en un solo artículo, sustantivos femeninos
como, por ejemplo, armónica (‘instrumento musical’), babosa (‘molusco
gasterópodo’), cascada (‘caída desde cierta altura del agua de un río’) o
bioquímica (‘estudio de la estructura y función de los seres vivos’), con
respecto a adjetivos de dos terminaciones como armónico, ca, baboso, sa,
cascado, da o bioquímico, ca. Este Diccionario adopta una solución que, en
cada caso, supone aplicar dos criterios sucesivos:

Un primer criterio etimológico, acorde con el concepto de diccionario


que se manifiesta en otros aspectos (por ejemplo, la separación de
artículos homónimos de orígenes distintos—v. § 5.1.6—). De acuerdo
con ello, armónica debe ir en el mismo artículo que armónico, ca,
puesto que ambos proceden de la misma base latina, como también le
sucede, por ejemplo, a bueno, na o a turbio, bia. Idéntica conclusión es
aplicable al sustantivo femenino babosa, que debe figurar en el mismo
artículo que el adjetivo baboso, sa, ya que ambos comparten su origen
etimológico: el nombre baba. Para este último ejemplo, el resultado
será, de acuerdo con las normas de colocación de acepciones según su
categoría gramatical (v. § 5.3.1):
baboso, sa. adj. Que echa muchas babas. U. t. c. s. […] || 8.
f. Molusco gasterópodo pulmonado, terrestre, sin concha, que
cuando se arrastra deja como huella de su paso una abundante
baba. […]

Por el contrario, cascada no se podrá unir a cascado, da, puesto


que sus orígenes etimológicos son distintos:

cascada. (Del it. cascata, caída). f. Caída desde cierta altura


del agua de un río u otra corriente por brusco desnivel del cauce.
[…]
cascado, da. (Del part. de cascar). adj. Dicho especialmente
de las cosas humanas: Que están gastadas o muy trabajadas, o que
carecen de fuerza, sonoridad, entonación, etc.

De modo paralelo, bioquímica debe tener un artículo


independiente, ya que su origen etimológico, el francés biochimie, no
es compartido por el adjetivo bioquímico, ca. Este, en español, deriva
precisamente del sustantivo femenino. El resultado en el Diccionario
será:

bioquímica. (Del fr. biochimie, y este der. de bio- y chimie,


química). f. Estudio químico de la estructura y de las funciones de
los seres vivos.
bioquímico, ca. (De bioquímica). adj. Perteneciente o
relativo a la bioquímica y a los fenómenos que estudia. || 2. m. y f.
Especialista en bioquímica.

Entre las entradas que etimológicamente deberían forzar la inclusión


del sustantivo femenino dentro del artículo correspondiente al adjetivo
de dos terminaciones, habrá casos en que, por motivos gramaticales, se
imponga el registro por separado. P. ej.:

tenienta. f. Mil. Mujer con grado de teniente. || 2. coloq. p.


us. Mujer del teniente.
teniente. (Del ant. part. act. de tener). adj. Que tiene o posee
algo. || 2. Dicho de la fruta: No madura. || 3. Dicho de una
legumbre: Mal cocida, dura. || 4. coloq. Algo sordo, o tardo en el
sentido del oído. || 5. p. us. Miserable y escaso. Trifón es algo
teniente. || 6. com. Persona que ejerce el cargo o ministerio de
otra, y es sustituta suya. Teniente de alcalde. || 7. Mil. Oficial de
graduación inmediatamente superior al alférez e inferior al
capitán. […]

Si se unieran los dos artículos, estaríamos afirmando la existencia de


un hipotético adjetivo *tenienta. Lo mismo sucede en casos como
rapaz/rapaz, za; gigante/gigante, ta, etc.

En los casos en que los dos artículos aparecen unidos, y siempre que
entre el lugar donde debería figurar la entrada correspondiente al sustantivo
femenino y la posición que esta ocupa realmente, junto con el resto de las
acepciones correspondientes al adjetivo, haya otros artículos interpuestos,
se ha incluido un envío (cf., después, §§ 4.5 y 5.5), encabezado por la
abreviatura «V.» (‘véase’), para evitar que el lector pueda no encontrar lo
que busca. P. ej.:

babosa. f. V. baboso.
babosada. […]
babosear. […]
baboseo. […]
babosería. […]
babosilla. […]
baboso, sa. adj. Que echa muchas babas. U. t. c. s. […] || 8. f.
Molusco gasterópodo pulmonado, terrestre, sin concha, que cuando se
arrastra deja como huella de su paso una abundante baba. […]

2.13.2. Artículos correspondientes a sustantivos

Se presentan unidos en un mismo artículo cuando comienzan por


acepción referida a persona que lleva la marca «m. y f.». P. ej.:
aprendiz, za. m. y f. Persona que aprende algún arte u
oficio. || 2. Persona que, a efectos laborales, se halla en el primer
grado de una profesión manual, antes de pasar a oficial.

Aparecen separados, por el contrario, si corresponden a objetos (p. ej.,


jarro-jarra).
No se unen tampoco los nombres de animales, por razones
morfológicas (muchos de ellos son epicenos) o etimológicas (cerdo,
por ejemplo, deriva de cerda).

También existen envíos en los artículos encabezados por acepciones


sustantivas de masculino y femenino («m. y f.») que tienen acepciones
femeninas no referidas a persona2, siempre que entre el lugar que deberían
ocupar estas y el lema con moción haya artículos interpuestos. P. ej.:

tintorera. f. V. tintorero.
tintorería. […]
tintorero, ra. (De tinturar). m. y f. Persona que tiene por oficio
teñir o dar tintes. || 2. f. Tiburón muy semejante al cazón, frecuente en
las costas del sur de España y en las de Marruecos, que alcanza de tres
a cuatro metros de longitud y que tiene dientes triangulares y cortantes,
de los cuales los de la mandíbula superior son más anchos y su punta
está dirigida hacia atrás. […]

Idéntico sistema se sigue en otros casos donde también podría existir


riesgo de extravío en la consulta alfabética, es decir, en los artículos
correspondientes a prefijos, sufijos y elementos compositivos. P. ej.:

-ezuelo, la. suf. V. -uelo.


[…]
-uelo, la. (Del lat. -ŏlus). suf. Tiene valor diminutivo. Arroyuelo,
locuelo, bellacuelo. A veces, toma las formas -ecezuelo, -ezuelo, -
zuelo. Piecezuelo, pecezuelo, jovenzuelo. […]
3. MANEJO DEL DICCIONARIO
3.1. Orden alfabético

Las entradas están dispuestas de acuerdo con el orden latino


internacional. Por acuerdo del X Congreso de la Asociación de Academias
de la Lengua Española (Madrid, 1994), las voces que contienen las
combinaciones ch y ll se sitúan en sus lugares correspondientes dentro de c
y l respectivamente, con un encabezamiento (CH, LL) que recuerda su
condición convencional de letras del alfabeto español.

3.2. Variantes preferidas

Entre algunas variantes formales de ciertas palabras correspondientes


al uso culto general o propias de alguna zona geográfica concreta, la
Academia expresa su preferencia a través de dos vías distintas. Cuando el
orden alfabético lo permite, se disponen las variantes en el mismo lema,
separadas por una conjunción disyuntiva; la forma que aparece en primer
lugar es la preferida y recomendada por la Academia, que, sin embargo,
acepta las consignadas a continuación. Así, en el artículo hemiplejia o
hemiplejía, la variante recomendada es hemiplejia, aunque también se
considera plenamente aceptable hemiplejía (de hecho, era la forma
preferida en ediciones anteriores). Cuando las variantes admitidas no
pueden figurar en un mismo artículo por exigencias del orden alfabético, la
preferida por la Academia es la que lleva la definición directa; las
aceptadas, pero no preferidas, se definen mediante remisión (v. § 6.2.2) a
aquella. Así, psicología, psicológico, psicólogo, definidas directamente, son
las variantes recomendadas; sicología, sicológico, sicólogo, definidas por
remisión a sus correspondientes antedichas, constan como admitidas, pero
no se recomiendan.
La preferencia académica solo se da entre el tipo de entradas al que se
ha hecho referencia, es decir, variantes correspondientes al uso general o de
una zona geográfica concreta. No afecta a variantes marcadas de artículos
sin marcas, ni a artículos con marcas distintas a las antes mencionadas, ni a
variantes de formas complejas dentro de un mismo artículo.
3.3. Colocación de las formas complejas dentro del Diccionario

Además de registrar las entradas constituidas por una sola palabra (p.
ej., perla, aceite, susto), el Diccionario recoge series de palabras que,
combinadas de una determinada manera, expresan conceptos no
interpretables mediante la simple adición de los significados de sus
componentes (de perlas, aceite virgen, no ganar para sustos). Para localizar
estas entradas, a las que denominamos formas complejas, dentro del
Diccionario, recurrimos a las normas siguientes:

Las combinaciones estables de un elemento sustantivo con otras


palabras que, con respecto a él, desempeñan una función adjetiva (ya
sean adjetivos, nombres en aposición, complementos con preposición,
etc.), irán siempre en el artículo correspondiente al elemento
sustantivo. P. ej., aceite virgen se encontrará en el artículo encabezado
por la palabra aceite; buena mano en el artículo mano; agua de Colonia
en agua, etc.
Las locuciones (p. ej., fuera de combate), frases (subirse por las
paredes) y expresiones (a la vuelta lo venden tinto) van colocadas en
uno de los vocablos de que constan, por este orden de preferencia:
— Sustantivo o cualquier palabra usada como tal. P. ej., matar el
hambre estará en el artículo hambre; no distinguir lo blanco de lo
negro aparecerá en la entrada blanco, ca.
— Verbo, excepto si se trata de un auxiliar. P. ej., comer vivo
aparecerá en la entrada comer; haber nacido tarde, en la entrada
nacer.
— Adjetivo. P. ej., malo será se registra en la entrada malo, la.
— Pronombre. P. ej., la mía está en mío, a.
— Adverbio. P. ej., por sí o por no está en sí2.
— La locución, frase o expresión en que concurran dos o más voces de
la misma categoría gramatical se incluye en el artículo correspondiente
a la primera de tales voces. Véase antes no distinguir lo blanco de lo
negro o por sí o por no.

3.4. Uso del signo ~ como sustituto del lema


Para economizar espacio, y de acuerdo con los usos de los diccionarios
más difundidos, en el interior de los artículos se emplea la virgulilla (~)
como sustituto del lema, en las condiciones siguientes:

La virgulilla sustituye al lema solo en los lemas internos, no en los


casos en que aquel aparece en el texto definitorio de alguna de las
acepciones. En este caso, se repite en letra negrita. P. ej.:

tibetano, na. […] || 3. m. Lengua de los tibetanos.

Cuando el lema corresponde a una palabra sin moción de género o


flexión verbal, su empleo es automático. P. ej.:

ave1. […] || ~ de cuchar, o ~ de cuchara. f. cuchareta (||


ave ciconiforme). || ~ del paraíso. f. ave exótica, principalmente
de Oceanía, de plumaje exuberante. || ~ de paso. f. La que, siendo
migratoria, se detiene en una localidad solamente el tiempo
necesario para descansar y comer durante sus viajes periódicos. ||
2. coloq. Persona que se detiene poco en pueblo o sitio
determinado. || ~ de rapiña. f. La carnívora que tiene pico y uñas
muy robustos, encorvados y puntiagudos; p. ej., el águila y el
buitre. […]

El plural se indica añadiendo el segmento correspondiente. P. ej.:

ángulo. […] || ~s adyacentes. m. pl. Geom. Los formados a


un mismo lado de una línea recta por otra que la corta. || ~s
alternos. m. pl. Geom. Los dos que, sin ser adyacentes, se forman
a distinto lado de una recta que corta a otras dos. || ~s alternos
externos m. pl. Geom. Los que están fuera de las rectas. […]
papel. […] || perder alguien los ~es. fr. coloq. Perder el
dominio de sí mismo. […] || traer alguien los ~es mojados. fr.
coloq. Ser falsas o sin fundamento las noticias que da. […]

Únicamente se exceptúa la sustitución cuando existe una


variación ortográfica, debida, entre otros casos posibles, al empleo de
mayúsculas o a la presencia de acentos gráficos. P. ej.:

mundo. […] || Tercer Mundo. m. Conjunto de los países


menos desarrollados económica y socialmente. || este ~ y el otro.
m. coloq. Abundancia de dinero, riquezas u otra cosa semejante.
Tomás le prometió este mundo y el otro. || medio ~. m. coloq.
Mucha gente. Había allí medio mundo.
constitución. […] || ~ pontificia. f. bula (|| documento
pontificio de interés general). || constituciones apostólicas. f. pl.
Cierta colección de reglas canónicas atribuidas a los apóstoles,
pero cuyo verdadero autor se ignora.

Si el lema está sujeto a flexión de género, se emplea el signo de


palabra (excepto en los casos señalados en el párrafo anterior):
— Cuando el lema interno comparte la misma posibilidad de flexión.
P. ej.:

maestro, tra. […] || ~ de primera enseñanza. m. y f.


Persona que tiene título para enseñar en escuela de primeras letras
las materias señaladas en la ley, aunque no ejerza. || ~ de
primeras letras. m. y f. maestro de primera enseñanza. […]

— Cuando las voces que acompañan al signo de palabra en el lema


interno no dejan lugar a dudas. P. ej.:

maestro, tra. […] || ~ aguañón. m. maestro constructor de


obras hidráulicas. || ~ concertador. m. Mús. El que enseña o
repasa, comúnmente al piano, a cada uno de los cantantes la parte
de música que le corresponde, y organiza el conjunto de las voces
antes de la ejecución de la obra. […]

Incluso en casos como:

damasquino, na. […] || a la ~. loc. adv. A estilo o moda de


Damasco.
Pero no se utiliza en situaciones como las siguientes, donde no se
da ninguna de las condiciones antes fijadas:

maestro, tra. […] || maestro de armas. m. El que enseña el


arte de la esgrima. || maestro de atar escobas. m. irón. coloq. El
que afecta magisterio en cosas inútiles o ridículas. || maestro de
balanza. m. balanzario. || maestro de caballería. m. Cabo o jefe
principal de los soldados de a caballo. || maestro de capilla. m.
Profesor que compone y dirige la música que se canta en los
templos. […]

Cuando el artículo corresponde a un verbo, el signo de palabra solo


aparece como sustituto del infinitivo. P. ej.:

quedar. […] || ¿en qué quedamos? expr. coloq. U. para


invitar a poner término a una indecisión o aclarar una
contradicción. || no ~ algo por algo o alguien. fr. No dejar de
realizarse a causa del incumplimiento de alguien o de la falta de
algo. Por mí no queda. Por dinero que no quede. || ~ alguien
atrás. fr. No lograr el progreso alcanzado por otros; encontrarse
en situación inferior a la que se ha tenido. || 2. No comprender por
completo algo. || 3. Aflojar, desmayar en un empeño. || ~se
alguien a oscuras. fr. Perder lo que poseía, o no lograr lo que
pretendía. || 2. No comprender lo que ha visto u oído. […]

Las interjecciones impropias que aparecen en el bloque de las formas


complejas nunca son sustituidas por la virgulilla. P. ej.:

arriba. […] || arriba. interj. U. para excitar a alguien a que


apure una bebida, a que se levante, a que suba, etc. || 2. viva. U.
en frases exclamativas sin verbo. Arriba el Mallorca. || ~ de. loc.
prepos. Méx. encima de. […]

En envíos al final de artículo (v. §§ 4.5, 5.5), el uso del signo de


palabra está sujeto a las mismas reglas. P. ej.:

diurno, na. […] ϑ V. movimiento ~, pavón ~, rapaz diurna.


luz1. […] ϑ V. […] rayo de ~, servidumbre de luces, toque
de ~, traje de luces, traslación de ~, tubo de ~ fría, vara de ~.
moderno, na. […] ϑ V. Edad Moderna, griego ~, latín ~,
lotería ~.
4. ESTRUCTURA DE LOS ARTÍCULOS DEL
DICCIONARIO
La estructura general de los artículos contenidos en este Diccionario es
como sigue:
4.1. A la cabeza de cada artículo aparece un lema escrito en letra
negrita, que presenta la unidad léxica buscada (para más detalles, v.,
después, § 5.1). En el ejemplo que sigue, el lema es repente:

repente. (Del lat. repens, -entis, súbito, repentino). m. Impulso


brusco e inesperado que mueve a hacer o decir cosas del mismo tipo.
Le dio un repente y se marchó. || 2. coloq. Movimiento súbito o no
previsto de personas o animales. || 3. adv. m. de repente (||
súbitamente, sin preparación). || de ~. loc. adv. Súbitamente, sin
preparación, sin discurrir o pensar. || 2. coloq. Ur. y Ven. posiblemente.
|| hablar de ~. fr. hablar de memoria. ϑ V. coplas de ~.

4.2. En algunos casos, sigue al lema la información etimológica,


encerrada siempre dentro de un paréntesis (v. § 5.2). En el ejemplo anterior
se trata de esta secuencia: (Del lat. repens, -entis, súbito, repentino).

4.3. Aparecen a continuación la acepción o acepciones


correspondientes al lema (v. § 5.3), numeradas, cuando hay más de una, a
partir de la segunda, y separadas, en el mismo caso, por una doble barra
vertical:

repente. […] m. Impulso brusco e inesperado que mueve a hacer


o decir cosas del mismo tipo. Le dio un repente y se marchó. || 2.
coloq. Movimiento súbito o no previsto de personas o animales. || 3.
adv. m. de repente (|| súbitamente, sin preparación). […]

4.4. Tras una doble barra de mayor cuerpo que la destinada a separar
las acepciones, aparecen las formas complejas (v. § 3.3), cuyas acepciones,
si son más de una, también están numeradas:
repente. […] || de ~. loc. adv. Súbitamente, sin preparación, sin
discurrir o pensar. || 2. coloq. Ur. y Ven. posiblemente. || hablar de ~.
fr. hablar de memoria. […]

4.5. Al final de la entrada pueden aparecer uno o varios envíos,


precedidos por un cuadratín (ϑ) y la abreviatura «V.» (‘véase’), que indican
otro lugar preciso del Diccionario donde puede encontrarse la información
que se busca (cf. § 5.5). En el ejemplo anterior:

repente. […] ϑ V. coplas de ~.


5. CARACTERÍSTICAS DE CADA UNO DE
LOS ELEMENTOS DE LOS QUE CONSTA EL
ARTÍCULO
5.1. Lema

5.1.1. Encabeza el artículo y aparece representado en letra negrita, ya


sea redonda (p. ej., bizcocho) o cursiva (boutique). Este segundo tipo de
representación se reserva, como antes veíamos (§ 2.5), para los
extranjerismos no adaptados en su pronunciación u ortografía a las reglas
generales del español.

5.1.2. Lemas latinos. Los lemas correspondientes a voces latinas se


escriben en letra redonda. La situación de la sílaba tónica se distingue
mediante las normas de uso de la tilde correspondientes al español. Para la
interpretación de ciertas consonantes latinas, la Academia admite la
pronunciación tradicional española del latín. Atendiendo a esta, el diptongo
latino ae se pronuncia como e (así, aeterno—p. ej., en ab aeterno—como
[ab etérno]); la i (j) seguida de vocal y en comienzo de sílaba, como nuestra
y seguida de vocal (p. ej., iure—en de iure—o jure—en de jure—, como
[yúre]); qu seguida de a, e, o se pronuncia como kua, kue, kuo,
respectivamente (p. ej., qua—en sine qua non—, quem—en ad quem—o
quo—en a quo—como [kua], [kuem] y [kuo]). Además, se recomienda
seguir la pronunciación latina clásica para th y para ll, que se pronuncian,
respectivamente, como t (p. ej., cáthedra—en ex cáthedra—, como
[kátedra]), y como l + l (p. ej., belli—en casus belli—como [bel-li]).
Sin embargo, también se reconoce la pronunciación clásica, que difiere
de la tradicional española en los siguientes casos: ae se pronuncia como
diptongo (p. ej., aeterno como [ae-tér-no]); v, como u (vade—p. ej., en vade
retro—como [uáde]); qui se pronuncia kui (p. ej., quid como [kuid]); ge y
gi, como nuestros grupos gue y gui, respectivamente (p. ej., generis y
magister—en sui géneris y magíster díxit—como [guéneris] y [maguíster]); ce
y ci, como ke y ki, respectivamente (p. ej., iudice y facie—en sub iúdice e
in facie ecclésiae—como [yúdike] y [fákie]), y ch como k (p. ej., machina
—en deus ex máchina—como [mákina]).

5.1.3. El lema puede contener una sola palabra o varias. En este último
caso, puede tratarse de:

Secuencias procedentes del latín (p. ej., motu proprio) o de una lengua
moderna distinta a la nuestra (da capo), que se emplean en español
como unidades no divisibles. Su lugar en el orden alfabético está fijado
siguiendo este mismo criterio (da capo se encuentra en la letra d).
Variantes de un mismo lema, unidas por una conjunción disyuntiva,
entre las que la Academia muestra preferencia por la primera (v. § 3.2).
P. ej.: aerostato o aeróstato.
Elementos compositivos que pueden aparecer antepuestos o
pospuestos, separados por coma, y entre los que la Academia no
muestra, claro está, preferencia alguna. P. ej.: lito-, -lito.

5.1.4. En las palabras que tienen formas distintas para el masculino y


para el femenino, el lema lo indica situando, tras el lema correspondiente al
masculino, la última sílaba de la forma femenina. P. ej., nocturno, na;
oleáceo, a.

5.1.5. En las palabras susceptibles de aparecer en singular o plural, el


lema aparece siempre en singular. Si una voz solo tiene existencia en plural,
así se lematiza. La marca gramatical inmediata lo hace notar. P. ej.:

penates. (Del lat. penātes). m. pl. Mit. Dioses domésticos a


quienes daba culto la gentilidad.

5.1.6. Los verbos aparecen en infinitivo. Si solo tienen conjugación


pronominal, se representa de este modo:

acaserarse. (De casero). prnl. Chile y Perú. Hacerse parroquiano


de una tienda.

Superíndices
Cuando se produce una confluencia entre varios lemas de distinto
origen etimológico, estos se distinguen mediante el empleo de un
superíndice. P. ej.:

galio1. (Del lat. galĭon, y este del gr. γάλιον). m. Hierba de la


familia de las Rubiáceas, con tallos erguidos, de tres a seis decímetros,
delgados, nudosos y ramosos […].
galio2. (Der. del lat. gallus, gallo, traducción al lat. del apellido de
P. E. Lecoq de Boisbaudran, 1838-1912, descubridor de este
elemento). m. Elemento químico de núm. atóm. 31. Metal escaso en la
corteza terrestre, se encuentra en minerales de aluminio y de cinc. […]

El orden de los artículos distinguidos por el superíndice depende de la


mayor o menor antigüedad de su incorporación al Diccionario.
El superíndice también diferencia los infinitivos verbales de las formas
sustantivadas derivadas de ellos. En este caso, el artículo correspondiente al
sustantivo, que no lleva etimología, aparece siempre en segundo lugar. P.
ej.:

amanecer1. (De lat. hisp. manescĕre). intr. impers. Empezar a


aparecer la luz del día. Amanece a las ocho. Amanece nublado. […]
amanecer2. m. Tiempo durante el cual amanece. El amanecer de
un día de mayo. […]

5.2. Información etimológica

Aparece tras el lema, dentro de un paréntesis. En ciertas ocasiones,


afecta a una sola acepción o a una forma compleja. P. ej.:

calendario. […] || ~ juliano. (De Julio César, 101-44 a. C.,


general y estadista romano, que en el año 46, con la ayuda del
astrónomo Sosígenes, reformó el calendario). m. El que considera
bisiestos todos los años cuya numeración es múltiplo de cuatro.

El paréntesis etimológico no aparece en artículos donde no es útil,


generalmente porque la primera acepción nos da la información necesaria
para deducir el origen de la voz:

cambiador, ra. adj. Que cambia. […]


recordatorio, ria. adj. Que sirve para recordar. […]

Escritura de los étimos

Los étimos se escriben en caracteres latinos cursivos, con la excepción


de las voces griegas, impresas en su propio alfabeto.
En las voces latinas con más de dos sílabas, se marca con signo de
larga (ē) o breve (ĕ) la vocal de la penúltima sílaba, si esta es libre, es
decir, si termina en vocal. Si la vocal penúltima lleva signo de larga, es
la que lleva el acento en la pronunciación del latín (manducāre se
pronuncia [mandukáre]); por el contrario, si esa vocal es breve, la
palabra lleva el acento en la vocal anterior (mangănum corresponde a
[mánganum]). La sílaba penúltima trabada por consonante es la que
lleva el acento, aunque su vocal no lleve signo de cantidad alguno (p.
ej., mansuefactus se pronuncia [mansuefáktus]). En latín apenas si
existían palabras agudas.
Para la transcripción al alfabeto latino de los étimos árabes se ha
adoptado el sistema internacional centroeuropeo 3.
Las palabras hebreas y las de otras lenguas que emplean sistemas
gráficos propios, incluidas las indígenas americanas, se representan,
por regla general, con las letras del alfabeto latino provistas, en su
caso, de los signos diacríticos pertinentes.

5.3. Acepciones

Tanto las acepciones correspondientes al lema principal como las de


una forma compleja, aparecen, como antes veíamos (v. § 4.3), numeradas si
son más de una. El orden en que estas acepciones se recogen en cada
entrada responde a la aplicación sucesiva de varios criterios.

5.3.1. En primer lugar, la categoría gramatical a la que corresponde


cada acepción. Siguiendo una larga costumbre, que comparten otros
muchos diccionarios, las marcas gramaticales, si afectan a varias
acepciones consecutivas, solo aparecen en la primera, y dejan de ser
efectivas cuando aparece otra marca gramatical. El orden más frecuente
dentro de un artículo, como, por ejemplo, bajo, ja, que tiene acepciones
adjetivas, sustantivas, adverbiales y preposicionales, es este:

Encabezan el artículo las acepciones adjetivas (1 a 23, en el artículo


mencionado; solo la acepción primera lleva la marca «adj.»).
Le siguen las acepciones sustantivas; primero las masculinas y
femeninas—con la marca «m. y f.»—y, a continuación, las masculinas
—«m.»—, femeninas—«f.»—, comunes en cuanto al género
—«com.»—y ambiguas—«amb.»—. (En bajo, ja se trata de las
acepciones 24 a 36; la acepción 24 lleva la marca «m.»—’sustantivo
masculino’—, que deja sin efecto la marca adjetiva de la primera
acepción). Si hay acepciones sustantivas que solo pueden aparecer en
número plural, van a continuación de las que pueden aparecer en
singular o plural indistintamente; la marca correspondiente a aquellas
es «pl.», que se une a la marca sustantiva anterior para formar una
secuencia de marcas «m. pl.» (o, en su caso, «f. pl.»)4. En el caso de
bajo, ja, las acepciones 33 a 36, masculinas todas, solo pueden
presentarse en plural.
Aparecen después las acepciones adverbiales («adv.»; acepciones 37 a
42 de bajo, ja).
Van al final las acepciones correspondientes a la preposición («prep.»;
acepciones 43 a 49 en el caso del artículo citado).

Si se trata de un artículo en el que se suceden acepciones verbales de


distintos tipos, como, p. ej., dar:

Aparecen en primer lugar las acepciones transitivas («tr.»; acepciones


1 a 30, en el artículo mencionado).
Siguen las acepciones intransitivas («intr.»; números 31 a 47).
Van al final las acepciones pronominales («prnl.»; números 48 a 53, en
el caso de dar).

No obstante, criterios de lógica interna del artículo pueden alterar este


orden. Así, en un artículo como boa, la acepción sustantiva femenina
correspondiente al animal aparece antes que la masculina, donde se define
la prenda de abrigo llamada así por su semejanza con el reptil. De igual
modo, el sentido intransitivo fundamental de entrar aconseja que sus 26
acepciones intransitivas precedan a las 4 transitivas.

5.3.2. Dentro de cada grupo de acepciones correspondiente a una


categoría gramatical, el orden es el siguiente:

Aparecen primero las acepciones sin marcas de otro tipo. Entre ellas,
se tiende a anteponer las acepciones de uso más frecuente y posponer
las de empleo esporádico.
A continuación aparecen las acepciones marcadas, por este orden:
— Acepciones con marcas correspondientes a niveles de lengua
(«cult.», «vulg.»…) o registros de habla («coloq.»).
— Acepciones con marcas técnicas (Astr., Carp., Fil., Geom., Ling.,
etc.).
— Acepciones con marcas geográficas. Primero las de España (Esp.,
Esp. occid., Esp. orient., Ar., Ast., Jaén, Val., etc.) y después las de
América y Filipinas (Am., Am. Cen., Am. Mer., Arg., Bol., Filip., etc.).
Las marcas de orden superior al de las comunidades o provincias—en
el caso de España (Esp., Esp. occid., Esp. orient.)—o al de naciones—
en el caso de América (Am., Am. Cen., Am. Mer., Á. guar., etc.)—van
en primer lugar; las marcas provinciales, de comunidades autónomas
(en España) o de naciones americanas y de Filipinas siguen el orden
alfabético.
— Acepciones con marcas cronológicas. Por este orden: «p. us.»,
«desus.», «ant.», «germ.».
Las acepciones que incluyen marcas correspondientes a la intención
del hablante («despect.», «irón.», etc.) o a su valoración con respecto
al mensaje («malson.», «eufem.») no tienen una colocación fija,
aunque tienden a posponerse a las que carecen de otro tipo de marcas.

Naturalmente, la lógica puede imponer cambios también en esta


ordenación. En el artículo ángulo, por ejemplo, la acepción con marca de
geometría va antepuesta a las correspondientes a ‘rincón’, ‘esquina’ y
‘punto de vista’, sentidos derivados del anterior, pero que no necesitan
marca de ningún tipo.

5.4. Formas complejas


Esta parte del artículo, que separan de la anterior dos barras gruesas,
puede ir, a su vez, dividida en dos bloques, separados entre sí por doble
barra también de mayor cuerpo.

En el primer bloque aparecen las combinaciones estables del lema con


otros elementos que desempeñan una función adjetiva con respecto a
él.
En el segundo, las locuciones, expresiones, frases e interjecciones. P.
ej.:

esperanza. f. Estado del ánimo en el cual se nos presenta


como posible lo que deseamos. || 2. Mat. Valor medio de una
variable aleatoria o de una distribución de probabilidad. || 3. Rel.
En la doctrina cristiana, virtud teologal por la que se espera que
Dios dé los bienes que ha prometido. || ~ de vida. f. Tiempo
medio que le queda por vivir a un individuo de una población
biológica determinada. Para los recién nacidos coincide con la
duración media de la vida en dicha población. || alimentarse
alguien de ~s. fr. Esperar, con poco fundamento, que se
conseguirá lo deseado o pretendido. || dar ~, o ~s, a alguien. frs.
Darle a entender que puede lograr lo que solicita o desea. || llenar
algo la ~. fr. Corresponder el efecto o suceso a lo que se esperaba.
|| qué ~s. loc. interj. Cuba, Méx. y Ven. U. para indicar la
improbabilidad de que se logre o suceda algo.

5.5. Envíos

Estos mensajes contenidos en algunos artículos, que, recordémoslo,


siempre van encabezados por la abreviatura «V.» (de ‘véase’), pueden tener
dos finalidades diferentes:

Encontrar una forma compleja situada en otro lugar del Diccionario.


Siempre incluyen, antes de la abreviatura «V.», un cuadratín (ϑ), y no
llevan marca gramatical alguna. A partir del lugar en que se
encuentran, no rigen las marcas gramaticales anteriores, si las había.
A veces, este envío es el contenido fundamental de un artículo
completo. P. ej.:

obtusángulo. (De obtuso y ángulo). ϑ V. triángulo ~.

Su misión consiste en señalar que la definición de triángulo


obtusángulo está contenida en la entrada triángulo.
Pero lo más frecuente es que, como antes podíamos comprobar (v.
§ 4.5), aparezcan, en orden alfabético, tras las acepciones del lema
principal o del correspondiente a una o varias formas complejas. P. ej.:

acuático, ca. (Del lat. aquatĭcus). adj. Que vive en el agua. ||


2. Perteneciente o relativo al agua. ϑ V. esquí ~, lenteja ~, parque
~, pulga ~, salamandra ~.

También se emplean para indicar que la definición del lema encontrado


está contenida en otro artículo. En este caso no llevan cuadratín y se
acompañan siempre de una marca abreviada que señala la clase de
palabra de que se trata. P. ej.:

tostada. f. V. tostado.

Señala, como sabemos (v. § 2.13), que la acepción o acepciones


sustantivas femeninas correspondientes a este lema se encuentran dentro del
artículo encabezado por el lema tostado, da. (Se trata, efectivamente, de las
acepciones 5 a 7 de este artículo).

biz-. elem. compos. V. bi-.

Señala que la información correspondiende al elemento compositivo


biz- se encuentra en el artículo correspondiente a bi-.
6. CONTENIDO DE LAS ACEPCIONES
6.1. Marcas

Todas las acepciones del lema principal y de las formas complejas


llevan, explícita o implícita, una marca gramatical determinada. Si además
de ella aparecen otras, su colocación es como sigue:

Aparecen primero las marcas correspondientes a la intención del


hablante o a su valoración con respecto al mensaje.
Después de ellas, el resto de las marcas, ordenadas, en líneas
generales, de acuerdo con la secuencia de acepciones antes vista (§
5.3.2). Aparecerán primero las marcas de nivel de uso o registro de
habla; le seguirán las correspondientes a los distintos saberes y
actividades; vendrán a continuación las marcas geográficas;
figurarán, por último, las cronológicas.

6.2. Definiciones

Constituyen el contenido básico de todo diccionario. Entre los muchos


tipos de texto definitorio empleados en este, tres merecen destacarse:

6.2.1. Definición perifrástica. El caso más característico es un


enunciado que encabeza un hiperónimo del término definido, al que
modifican cuantas notas semánticas, situadas en orden de mayor a menor
relevancia, son necesarias para individualizar este de aquellos otros que
están situados en lugar comparable de su campo de significado. P. ej.:

equimosis. (Del gr. έκχύμοσις, extravasación de sangre). f. Med.


Mancha lívida, negruzca o amarillenta, de la piel o de los órganos
internos, que resulta de la sufusión de la sangre a consecuencia de un
golpe, de una fuerte ligadura o de otras causas.

6.2.2. Definición sinonímica. Menos precisa que la anterior, dada la


dificultad de encontrar voces sinónimas en todos sus contextos de uso. Por
este motivo es particularmente eficaz en la definición de variantes marcadas
geográfica, técnica o cronológicamente. Este Diccionario utiliza
tradicionalmente, para tal fin, la definición por remisión. P. ej.:

fachento, ta. adj. C. Rica, Hond. y Nic. jactancioso.


nacela. (Del fr. nacelle). f. Arq. escocia.
expremir. (Del lat. exprimĕrere). tr. desus. expresar.

La definición por remisión, cuando se dirige a una entrada que


contiene varias acepciones, puede referirse a una sola de ellas. En tal caso
se añade al lema del artículo al que se remite un texto que, al modo de una
breve glosa, especifica de qué acepción se trata. Este recurso, que ha
seguido varios procedimientos formales en ediciones anteriores del
Diccionario académico, se expresa en esta situando la especificación dentro
de un paréntesis encabezado—para simbolizar de qué se trata—por una
doble barra vertical, aunque de tamaño menor que la representada. P. ej.:

acogimiento. m. acogida (|| recibimiento). […]


[Se trata de una remisión a la acepción sexta de acogido, da:
«Recibimiento u hospitalidad que ofrece una persona o un lugar»].
amolar. […] tr. […] || 4. Méx. dañar (|| causar perjuicio). […]
[Remite a la acepción primera de dañar: «Causar detrimento,
perjuicio, menoscabo, dolor o molestia»].

El procedimiento de la especificación con paréntesis y doble barra


vertical se emplea también al final de definiciones perifrásticas, para darles
mayor precisión. Así sucede, por ejemplo, en:

posicional. adj. Perteneciente o relativo a la posición (|| postura o


modo en que alguien o algo está puesto). || 2. Perteneciente o relativo a
la posición (|| situación o disposición). El valor posicional de los
signos.

De modo análogo, la alusión a un lema con superíndice situado al final


de una acepción se hace con letra negrita. P. ej.:
embalse. m. Acción y efecto de embalsar1. […]

6.2.3. Definición impropia o explicativa. Los dos tipos de enunciados


anteriores permiten, en mayor o menor medida, sustituir, en un contexto
dado, el término definido por su definición, requisito que, en la lexicografía
actual, se juzga necesario para asegurar la calidad de un texto definidor.
Hay muchas ocasiones, sin embargo, en que el tipo de voz en cuestión—
palabras gramaticales, interjecciones, etc.—impide la construcción de una
definición de esta clase, generalmente llamada propia. En tales situaciones
es frecuente recurrir a un enunciado impropio, el cual, más que definir,
contiene una explicación de la acepción de que se trata, en la que puede
indicarse, entre otros aspectos, qué es, cómo es, para qué sirve y cómo se
utiliza. Este Diccionario, entre otros varios procedimientos, emplea, como
tipo más frecuente de definición impropia, la que da cuenta del uso del
segmento explicado mediante un enunciado que encabeza la abreviatura
«U.» (‘usado’). P. ej.:

de2. […] prep. […] || 8. U. para expresar la naturaleza, condición


o cualidad de alguien o algo. Hombre de valor. Entrañas de fiera. || 9.
U. para determinar o fijar con mayor viveza la aplicación de un
nombre apelativo. El mes de noviembre. La ciudad de Sevilla. […]
dar. […] || dale. interj. coloq. U. para reprobar con enfado la
obstinación o terquedad.

El contorno

La consideración como propia de una definición depende en muchas


ocasiones de la posibilidad de deslindar, dentro de ella, su contenido, es
decir, el enunciado semánticamente definidor, distinguiéndolo de su
contorno, es decir, de todos aquellos elementos que informan sobre el
contexto—sintáctico, situacional, etc.—en que se presenta habitualmente.
En este Diccionario se independizan, mediante el uso de fórmulas como las
ahora ejemplificadas, tradicionales en la lexicografía académica, distintos
contornos de adjetivos y locuciones adjetivas, sujetos del verbo y de la
frase, adverbios y locuciones adverbiales. P. ej.:
azoico1, ca. (De ázoe). adj. Quím. Dicho de un colorante: Que
posee el grupo funcional azo como cromóforo.
espíritu. […] || pobre de ~. loc. adj. Dicho de una persona:
Desprendida de los bienes y honores mundanos. […]
bascular. intr. Dicho de un cuerpo: Moverse de un lado a otro
girando sobre un eje vertical. […]
chamusquina. […] || oler a ~. fr. coloq. Dicho de una disputa:
Parecer que va a parar en riña o pendencia. || 2. coloq. desus. Dicho de
una palabra o de un discurso: Ser peligroso en materia de fe.
trasquilón. […] || a trasquilones. loc. adv. Dicho de cortar el pelo:
Con desorden, feamente y sin arte. […]

El contorno de las frases, siempre que no tenga, como en el caso


anterior, posibilidades múltiples, se expresa dentro del lema interno en letra
redonda. P. ej.:

pie. […] || no poner alguien los ~s en el suelo. fr. Correr o


caminar con gran ligereza o velocidad. || no tener algo ~s ni cabeza.
fr. coloq. No tener orden ni concierto.

Dentro de las frases se delimitan también otros complementos del


predicado. P. ej.:

agraz. […] || echar a alguien el ~ en el ojo. fr. p. us. Decirle lo


que le causa disgusto o sentimiento. […]
escena. […] || poner en ~ una obra. fr. Representarla, ejecutarla en
el teatro. […]
viento1. […] || beber alguien los ~s por otra persona. fr. coloq.
Estar muy enamorado de ella. […]

El contorno situacional aparece al comienzo de la acepción, separado


del contenido por una coma. P. ej.:

amortiguación. f. […] || 2. En una máquina, dispositivo que sirve


para compensar y disminuir el efecto de choques, sacudidas o
movimientos bruscos.
gardingo. (Del germ. *wardôn, guardar). m. Entre los visigodos,
individuo de uno de los órdenes del oficio palatino, inferior a los
duques y condes.

Cuando en una definición con contorno es inconveniente separar este


del contenido—así sucede especialmente en enunciados taxonómicos—, se
recurre a definiciones impropias, tradicionales también en la lexicografía
académica, encabezadas por la fórmula «Se dice de…». P. ej.:

cámbrico, ca. (De Cambria, forma latinizada de Cymry, Gales).


adj. Geol. Se dice del primero de los seis períodos geológicos en que
se divide la era paleozoica, que abarca desde hace 600 millones de
años hasta hace 500 millones de años, caracterizado por el predominio
de los trilobites y la aparición de muchos filos de invertebrados. U. t. c.
s. m. ORTOGR. Escr. con may. inicial. c. s. || 2. Geol. Perteneciente o
relativo a dicha era. || 3. Se dice de los antiguos habitantes del país de
Gales. U. t. c. s. || 4. Perteneciente o relativo a este país o a sus
habitantes.

6.3. Notas de uso

La información expresada mediante las marcas, generalmente


abreviadas, que encabezan una acepción, puede ser completada o matizada
por una o más notas situadas al final del texto definidor. P. ej.:

apoderado, da. (Del part. de apoderar). adj. Dicho de una


persona: Que tiene poderes de otra para representarla y proceder en su
nombre. U. t. c. s. […]
chapa. (Voz onomat.). f. […] || 11. cerradura (|| mecanismo para
cerrar). U. m. en América. […]
dramón. m. Drama de tintes muy cargados. U. m. en sent.
despect.
trallazo. m. […] || 3. Golpe o ruido violentos. U. t. en sent. fig.
[…]
Cuando la acepción lleva marca cronológica, o bien si el contenido de
la nota de uso no corresponde al presente, el texto de esta última aparece
con el verbo introductor en pasado:

arabio, bia. (Del lat. Arabĭus). adj. desus. árabe. Apl. a pers., era
u. t. c. s.
centinela. (Del it. sentinella). m. Mil. Soldado que vela
guardando el puesto que se le encarga. Era u. t. c. f. […]

Si la nota señala un uso actual de la acepción cronológicamente


desfasada, pero correspondiente a una variedad de lengua no general, se
expresa en presente. P. ej.:

diuturnidad. (Del lat. diuturnĭtas, -ātis). f. desus. Espacio


dilatado de tiempo. U. en Ecuador.
doblo. (Del lat. duplus, doble). m. desus. duplo. U. en leng.
jurídico.

6.4. Ejemplos

6.4.1. Situados después del enunciado definitorio o de la nota de uso, e


impresos en letra cursiva, los ejemplos de uso del lema procuran ilustrar el
sentido preciso de la acepción en que se encuentran. P. ej.:

traicionar. tr. Cometer traición. || 2. Fallar a alguien,


abandonarlo. La intuición nunca me ha traicionado. || 3. Delatar con
algo de lo que se hace o dice la verdadera intención. Finge alegría,
pero el gesto lo traiciona. || 4. prnl. Dicho de una persona: Descubrir
involuntariamente lo que desea ocultar. No dice nada porque teme
traicionarse si habla.
transponer. […] || 3. prnl. Dicho de una persona o de una cosa:
Ocultarse a la vista de otra, doblando una esquina, un cerro o algo
similar. U. t. c. tr. Transpuso la esquina. […]

Dentro del texto de estos ejemplos se recoge, frecuentemente,


información sobre construcción del lema. Para destacar tal información,
referida con preferencia al régimen preposicional de los verbos, pero
también aplicada a otras posibilidades de uso obligado de ciertos
segmentos, se emplea la letra CURSIVA VERSALITA:

arramblar. (De rambla). tr. […] || 3. Recoger y llevarse


codiciosamente todo lo que hay en algún lugar. U. t. c. intr. Arramblar
CON algo.
maligno, na. (Del lat. malignus). adj. […] || 4. m. diablo (||
príncipe de los ángeles rebelados). EL maligno.

6.4.2. Los ejemplos que no muestran el uso en la lengua de la palabra


definida, sino que incluyen aclaraciones del propio texto de las acepciones,
van dispuestos de dos posibles maneras:

Encabezados por la abreviatura «p. ej.», cuando, por regla general, se


refieren al propio lema. P. ej.:

reiforme. adj. Zool. Se dice de las aves americanas de gran


tamaño semejantes al avestruz; p. ej., el ñandú.

O bien tras coma o punto y coma, encabezados por «como», cuando no


se refieren a él. P. ej.:

aporcar. (De lat. porca, caballón). tr. Cubrir con tierra


ciertas plantas, como el apio, el cardo, la escarola y otras
hortalizas, para que se pongan más tiernas y blancas.

6.5. Informaciones complementarias

La información sobre ortografía—especialmente sobre el uso de


mayúscula inicial—o sobre determinadas peculiaridades morfológicas de la
acepción—superlativos y conjugación de los verbos irregulares en
particular—, aparece en un apartado propio, encabezado por la indicación
abreviada correspondiente. P. ej.:
armada. (Del lat. armāta, f. de armātus, armado). f. Conjunto de
fuerzas navales de un Estado. ORTOGR. Escr. con may. inicial. […]
malherir. tr. Herir gravemente. MORF. conjug. c. sentir.

Si la información afecta a más de una acepción, el mensaje aparece


tras la última a la que puede referirse, destacado mediante un calderón (¶):

sagrado, da. (Del lat. sacrātus). adj. Digno de veneración por su


carácter divino o por estar relacionado con la divinidad. || 2. Que es
objeto de culto por su relación con fuerzas sobrenaturales de carácter
apartado o desconocido. || 3. Perteneciente o relativo al culto divino. ||
4. Digno de veneración y respeto. || 5. inmodificable. Sus costumbres
son sagradas. || 6. Entre los antiguos, sobrehumano. ¶ MORF. sup.
irreg. sacratísimo. || 7. m. Lugar que, por privilegio, podía servir de
refugio a los perseguidos por la justicia. U. t. en sent. fig. […]
atestiguar. (Del lat. ad, a, y testificāre). tr. Deponer, declarar,
afirmar algo como testigo. || 2. Ofrecer indicios ciertos de algo cuya
existencia no estaba establecida u ofrecía duda. ¶ MORF. conjug. c.
averiguar.

Información sobre la conjugación verbal

Todos los artículos del Diccionario correspondientes a verbos


irregulares, o a otros que puedan presentar dudas sobre su flexión,
contienen una nota de información morfológica que indica a qué modelo de
conjugación han de adscribirse. Se exceptúan los verbos que tienen todas
sus acepciones marcadas con las abreviaturas «desus.», «ant.» o «germ.» (v.
§ 2.1); si solo algunas acepciones están en esta situación, la nota
morfológica se refiere exclusivamente a las de empleo actual.
Los modelos escogidos (siempre verbos de extensa difusión, como
acertar, contar o construir), que aparecen en un apéndice específico (págs.
2351-2368), muestran su conjugación actual completa con todos los modos
y tiempos. También incluyen, como variantes reconocidas, las formas de la
segunda persona de singular correspondientes al voseo, tomando como base
su realización estándar más extendida en la zona del Río de la Plata. Del
mismo modo, se recogen las formas verbales correspondientes al empleo de
ustedes, en lugar de las que rige el uso de vosotros, mucho más difundido
en la actualidad (aunque no siempre como variante socialmente prestigiosa)
que el modelo tradicional.
Debe entenderse que los verbos con acepciones de uso actual no
adscritos explícitamente a ninguno de los modelos se conjugan como amar,
temer o partir (también incluidos en el apéndice mencionado), según sean
de la primera, de la segunda o de la tercera conjugación.

1 Entendiendo por tales los que no se forman de acuerdo con las posibilidades más frecuentes del
sistema (es decir, añadiendo los sufijos -ísimo o -bilísimo), recogidas como entradas en este
Diccionario.
2 Las acepciones con las marcas «m. y f.» o «f.» referidas a persona no necesitan envío de este tipo,
como tampoco es necesario en el caso de los adjetivos. Nadie dudará a la hora de buscar las
acepciones femeninas de abogada dentro del artículo abogado, da, pese a que entre ambos hay cuatro
artículos interpuestos. Como tampoco tendrá dudas en el momento de buscar ácida, pese a que entre
su hipotético lugar en la nomenclatura y el lugar donde se encuentra, junto con ácido, hay ocho
artículos interpuestos.
3 En las etimologías de voces de este origen se han seguido, básicamente, las propuestas de Federico
Corriente referidas al Diccionario académico y publicadas en el Boletín de la Real Academia
Española, LXXVI, 1996, págs. 55-118, 153-195 y 371-415.
4 Esta aglutinación de marcas gramaticales sucesivas solo se da, fuera de este, en otro caso. La
secuencia «m…u. c. f.» o, al contrario, «f…u. c. m.». Así sucede, por ejemplo, en la acepción
séptima de este artículo, que recoge la marca contenida en la tercera:

candongo, ga. adj. […] || 3. f. coloq. Dicho o hecho con que se pretende desorientar a
alguien para que no advierta el engaño de que va a ser objeto. […] || 7. u. c. m. diablo (||
príncipe de los ángeles rebelados). EL candonga. […]
ABREVIATURAS Y SIGNOS
EMPLEADOS
Las abreviaturas escritas con mayúscula inicial aparecen
siempre así en el Diccionario (p. ej., Burg., Fórm.). Las escritas
con minúscula inicial, por el contrario, pueden aparecer escritas
de este modo o con mayúscula («apóc.» / «Apóc.»).
Las abreviaturas que desarrollan palabras con variación de
género pueden sustituir tanto al masculino como al femenino (p.
ej., «it. » puede equivaler a ‘italiano’ o a ‘italiana’).
Toda abreviatura a la que se posponga una -s pasa a designar
el mismo concepto, pero expresado en plural (p. ej., «exprs.»
‘expresiones’, «locs.» ‘locuciones’, etc.).
Algunas formas abreviadas corresponden a dos desarrollos
posibles (p. ej., «fr.», que puede significar ‘francés’ o ‘frase’), o
bien, insertadas en secuencias diferentes—representadas en
esta lista entre corchetes—, tienen sentidos distintos (p. ej., «t.»
en «adv. t.» ‘adverbio de tiempo’ o en «u. t. c. s.» ‘usado
también como sustantivo’). El contexto en que se presentan
estas abreviaturas despeja cualquier duda acerca de su
interpretación.
No se recogen, salvo contadísimas excepciones, abreviaturas y
símbolos de uso general empleados en el Diccionario («etc.»,
«p. ej.», «km»…). Este tipo de abreviaciones se explica
adecuadamente en la Ortografía publicada por la Real
Academia Española.

a. alto
Á. Andes área de los Andes
abl. ablativo
abrev. abreviación
Á. Caribe área del Caribe
acep. acepción
acort. acortamiento
acrón. acrónimo
act. activo
acus. acusativo
Acús. acústica
adapt. adaptación
adj. adjetivo
adv. adverbio; adverbial
advers. adversativo
Aer. aeronáutica; astronáutica
afect. afectivo
afér. aféresis
afirm. de afirmación
Agr. agricultura
Á. guar. área guaranítica
aim. aimara
al. alemán
Ál. Álava
Alb. Albacete
Alm. Almería
Alq. alquimia
alterac. alteración
alus. alusión
Am. América
amb. ambiguo
Am. Cen. América Central
amer. americano
Am. Mer. América Meridional
Anat. anatomía
And. Andalucía
ant. antiguo; anticuado
Ant. Antillas
antonom. antonomasia
Antrop. antropología
apl. aplicado
apóc. apócope
apos. aposición
Ar. Aragón
ár. árabe
arag. aragonés
Arg. Argentina
Á. R. Plata Área del Río de la Plata
Arq. arquitectura
Arqueol. arqueología
art. artículo
ast. asturiano
Ast. Asturias
Astr. astronomía; astrología
atóm. atómico
aum. aumentativo
aux. verbo auxiliar
Áv. Ávila
b. bajo
Bad. Badajoz
Bal. Islas Baleares
Barc. Barcelona
berb. bereber
Bil. Bilbao
Biol. biología
Bioquím. bioquímica
bizant. bizantino
Bol. Bolivia
Bot. botánica
Burg. Burgos
c. como
[adv.] c. [adverbio de] cantidad
c circa (‘en torno a la fecha que se indica’)
Các. Cáceres
Cád. Cádiz
Can. Canarias
cant. de cantidad
Cantb. Cantabria
Carp. carpintería
Cast. Castilla
cat. catalán
Cat. Cataluña
celtolat. celtolatino
cf. cónfer (‘compárese, véase’)
cient. científico
Cineg. cinegética
Cinem. cinematografía
clás. clásico
C. Méx. Ciudad de México
Col. Colombia
coloq. coloquial
com. nombre común en cuanto al género
Com. comercio
comp. comparativo
compos. compositivo
conc. concesivo
condic. condicional
conj. conjunción
conjug. conjugación; conjugado
conjunt. conjuntivo
consec. consecutivo
Constr. construcción
contracc. contracción
copulat. copulativo
Córd. Córdoba
correlat. correlativo
C. Real Ciudad Real
C. Rica Costa Rica
Cronol. cronología
Cuen. Cuenca
cult. culto
dat. dativo
defect. defectivo
deformac. deformación
dem. demostrativo
Dep. deportes
der. derivado
Der. derecho
desc. desconocido
despect. despectivo
desus. desusado
deter. determinado
dialect. dialectal
dim. diminutivo
disc. discutido
distrib. distributivo
disyunt. disyuntivo
Ecd. ecdótica
Ecol. ecología
Econ. economía
Ecuad. Ecuador
Electr. electricidad; electrónica
elem. elemento
El Salv. El Salvador
Equit. equitación
Esc. escultura
escr. escrito
Esgr. esgrima
esp. español
Esp. España
Estad. estadística
estud. estudiantil
etim. etimología
eufem. eufemismo; eufemístico
eusk. euskera
excl. exclamativo
expr. expresión; expresivo
ext. extensión
Ext. Extremadura
f. femenino; nombre femenino
fest. festivo
fig. figurado
Fil. filosofía
Filip. Filipinas
Fís. física
Fon. fonética; fonología
Fórm. fórmula
Fotogr. fotografía
fr. francés
fr. frase
frec. frecuentativo
fut. futuro
Gal. Galicia
gall. gallego
gall. port. gallegoportugués
galolat. galolatino
Gen. genética
genit. genitivo
Geogr. geografía
Geol. geología
Geom. geometría
ger. gerundio
germ. germánico
germ. germanía
gót. gótico
gr. griego
Gram. gramática
Gran. Granada
Gran Can. Gran Canaria
grecolat. grecolatino
Guad. Guadalajara
guar. guaraní
Guat. Guatemala
Guin. Guinea Ecuatorial
Guip. Guipúzcoa
hebr. hebreo
Heráld. heráldica
hisp. hispánico
Hist. historia
Hond. Honduras
Huel. Huelva
Hues. Huesca
ilat. ilativo
imit. imitación, imitativo
imper. imperativo
imperf. imperfecto
impers. impersonal; verbo impersonal
Impr. imprenta
inc. incierto
incoat. incoativo
indef. indefinido
indet. indeterminado
indic. indicativo
infant. infantil
infinit. infinitivo
infl. influido; influencia; influjo
Inform. informática
Ingen. ingeniería
ingl. inglés
intens. intensivo
interj. interjección; interjectivo
interrog. interrogativo
intr. intransitivo; verbo intransitivo
inus. inusual
irl. irlandés
irón. irónico
irreg. irregular
it. italiano
jap. japonés
jerg. jerga; jergal
l. de lugar
lat. latín; latino
leng. lenguaje
leon. leonés
Ling. lingüística
loc. locución
m. masculino; nombre masculino
[adv.] m. [adverbio de] modo
[u.] m. [usado] más
Mad. Madrid
Mál. Málaga
malson. malsonante
Man. Castilla-La Mancha
Mar. marina
Mat. matemáticas
may. mayúscula
Mec. mecánica
Med. medicina
mediev. medieval
metapl. metaplasmo
metát. metátesis
Meteor. meteorología
Métr. métrica
Méx. México
Mil. milicia
Mit. mitología
mod. moderno
m. or. mismo origen
MORF. morfología
mozár. mozárabe
Mur. Murcia
Mús. música
n. neutro
Náut. náutica
Nav. Navarra
n. cient. nombre científico
neerl. neerlandés
neg. negación; de negación
negat. negativo
Nic. Nicaragua
nórd. nórdico
n. p. nombre propio
num. numeral
núm. número
Numism. numismática
occid.; occid. occidental
onomat. onomatopeya; onomatopéyico
Ópt. óptica
or. origen
ord. de orden
orient. oriental
ORTOGR.; Ortogr. ortografía
Pal. Palencia
Pan. Panamá
Par. Paraguay
part. participio
pas. pasivo
perf. perfecto
pers. persona
person. personal
peyor. peyorativo
Pint. pintura
pl. plural
poét. poético
pop. popular
port. portugués
poses. posesivo
pref. prefijo
prep. preposición
prepos. preposicional
pres. presente
pret. pretérito
P. Rico Puerto Rico
priv. privativo
prnl. pronominal; verbo pronominal
pron. pronombre
pronom. pronominal
prov. provenzal
Psicol. psicología
p. us. poco usado
P. Vasco País Vasco
Quím. química
R. Dom. República Dominicana
reg. regular
[marca] reg. [marca] registrada
regres. regresivo
Rel. religión
relat. relativo
Ret. retórica
rur. rural
s. sustantivo
Sal. Salamanca
sánscr. sánscrito
Seg. Segovia
sent. sentido
Sev. Sevilla
Símb. símbolo
sínc. síncopa
sing. singular
Sociol. sociología
Sor. Soria
subj. subjuntivo
suf. sufijo
sup. superlativo
sust. sustantivo
t. terminación
[adv.] t. [adverbio de] tiempo
[conj.] t. [conjunción] temporal
[u.] t. [usado] también
Taurom. tauromaquia
Tecnol. tecnologías
Telec. telecomunicación
Ter. Teruel
Tol. Toledo
Topogr. topografía
tr. transitivo; verbo transitivo
trad. traducción
Transp. transportes
TV. televisión
u. usado
Ur. Uruguay
v. véase
Val. Valencia
Vall. Valladolid
var. variante
Ven. Venezuela
Veter. veterinaria
Vizc. Vizcaya
vocat. vocativo
vulg. vulgar
Zam. Zamora
Zar. Zaragoza
Zool. zoología

* Forma hipotética
~ Signo de palabra (v. Advertencias para el uso de este diccionario,
§ 3.4)
ϑ Envío a una forma compleja de otro artículo (v. Advertencias para
el uso de este Diccionario, §§ 4.5, 5.5)
¶ Señal que indica el alcance de una nota de información (v.
Advertencias para el uso de este Diccionario, § 6.5)
|| Separación de bloques del artículo (v. Advertencias para el uso de
este Diccionario, §§ 4.4, 5.4)
|| Separación de acepciones del mismo bloque (v. Advertencias para
el uso de este Diccionario, §§ 4.3, 5.3)
(|| ) Remisión a una acepción de otro artículo (v. Advertencias para
el uso de este Diccionario, § 6.2.2)

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