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Los verbos reflexivos indican que el sujeto lleva a cabo una acción que recae sobre sí
mismo. Por esta razón, el pronombre reflexivo debe convenir siempre con el sujeto en
persona y número.
Ejemplo:
La abuela de Lucía se tiñe el pelo en casa una vez al mes.
Cada semana se corta las puntas.
A diario se peina como una verdadera profesional.
Siempre se mira en el espejo mientras utiliza el secador.
Ejemplo:
El gato se acurruca al sol en el balcón.
Las hojas secas se arremolinan en las aceras.
Ejemplo:
La abuela se tiñe el pelo. (reflexivo)
La abuela le tiñe el pelo a Lucía. (no reflexivo)
En algunas ocasiones, un verbo en la forma reflexiva porta un significado distinto con
respecto al mismo verbo sin pronombre reflexivo. Esta tabla reúne algunos ejemplos de
verbos que pueden funcionar con o sin pronombre reflexivo.
Verbos recíprocos
También existen los verbos recíprocos: se trata de verbos reflexivos cuyo sujeto son
dos o más personas o cosas que ejercen una acción que afecta a todas ellas. Los
verbos recíprocos solo se conjugan en las personas del plural y nunca en singular.
La diferencia entre los verbos recíprocos y los verbos reflexivos convencionales que se
usan en plural es que el verbo recíproco aporta el sentido de «entre sí»; es decir, todas
las personas del sujeto ejecutan la acción y se ven afectadas por ella de manera
conjunta.
Ejemplo:
verbo recíproco → Lucía y su abuela se entienden a la perfección. (entre ellas)
https://espanol.lingolia.com/es/gramatica/verbos/verbos-reflexivos#:~:text=Algunos%20verbos%20van
%20acompa%C3%B1ados%20necesariamente,%2C%20desinteresarse%2C%20dignarse%2C
%20suicidarse.