Está en la página 1de 51

ganz1912

ACELERACION,
',,ee extos testimonin el dcslizamiento de intereses que
se ha prolut lo en vl pxnsamwnto de Reinlant Koselleck,
Fl proyveto originaries de la histori nceptl ha desem­ ,I
t
4
box lo en l; Histrica o lxtrint de la condiciones de po­
sibillad the [tons, su pr«ztama «le iwestigacion le suh
I
•.l
y;w La question «le cur mxlerna es la mxkerlacl, de tu~
es lo vend:uleramntu ntevow en el tiempu ate ell inatuu­
rt No oulta su ohjetiver na optimizaxi le la mode1mi­
«ltd veloxiferinat, €pxtz tle twjurtr sun males (la violenci,
l. ftnratmi;i, el arnihismw, el cltea lu rpilo, tl activismi
mwliore, la insolidarks, . ) y le mitigarle mediante unt
rilentiz:tern cde sn ritno frtrtieo Lt ilea le la ran his­
I«wit, le Ksellerk cvnst. a lat b,his ilstrad, tun «desde­
Reinhart Koselleck
nosat ¢on el ptslu, y vncunirat n el @slogan histoia rat­
pstn tt&ate in 'nero «e vompu mitt'tents uftl,Au iot
en esta tpoa convulsa y precipitada. Con el tel~n le fon­
te ft t.AI tnn±at ~a ' pr,he«niched per po h ;en meter
pule'ticttui tu + »lorn fovntit. tn[w, es«rit tr.t­
dwilos las afinilades vletivas vntre el tortamniento po
«aliptiev el tiemp y la aeclercin actual, centre lat prole­
«ti vl posteo, ltipeitamdo las sospwchats le ue la
eolempww,widaul no la eterrule twfiniii.mente la Art
ion mimic, le rue l sex ulazawwn no lat erraulieado
lel role el mikeruurisnu, Pues auaso n sr reluce lat awele­
raw'in mnlema a una rlextura de la lerenia apoaliptica
cristiana? La pri» hoteottita y «ilatoria de Bena pxarte
le la gener.scion conservadorat de este atutor no pretendc
bluqpuear el convoy de la emancipation, sino frenar, o lo
«Jue viere a ser lo mismo, regular la velocilad de nestr.4
.•..
civilizacion sew'gun las circumstaneias favorables o desfavor,
hes para evitar desenlaices imnpnvisNos. Frente a la tirania
fustiea del tpeso facto y lo ignoto, no quere ver conclcado
su derecho a «demorarse y a ferrre a lo familir.

ISBN 4 Et91 526 2


Reta'T Kost KG~rlitz, 192$, ras un p¢re­
grinaje academico port Bochum y Heidelberg, re
cal en le joven y excelentemcntedotada tniver­
sidad de Bielefeld, donde continu~ perfilando,
desde la interdisciplinariedad, la vriante
a mis fruc­
tiera de a histori de los conceptos un enfoque
Jue vocnz at cultivarse multidireeciomalmente y
con pupatnza a linales de los 60­. Glandon;lo con
los premios Rechlin {IS7), iistorischen Kollegs
1989) y iund Fread de prosa cientifica (1999),
ha pxrteipalo con especial protagonismo en to­
m le «debate «ue han «lejatdo st impronta en [
clturad germanz: Historias social moderna", "Len
guatje e Histonia' y "Po&tic y hermen~utica, po1
ciemplo, siencdo tambi~n cofundador de la influ­
yente revista Gschichte und Geselkschaft. Entre su
prolific: ohw. destawamos tres litos. Gica y cri­
sis Uh estudio sobre la patog~nests de! mun&do hur­
guess (159), Futuro pasado. Para tuna semantic
de los tiempos hstricos (1979) y Estratos de! tiem­
Do Eistudos sobre la Hist~rca (2000), am~n, pot
supucsto, de la edici~n, junto a W, Conze y O,
Brunner, «del portentoso dictionario Con&eptos his
ricosfundamentales. I~ttco historico del lenguaje
polittco­social en Alemania (1972­1997),

FALT1NO ON&IN Coves, Profcsor de Filosofia en la


': rst de Valnciz, ha rditado textos. entre
otre:,'· Fehte Schiller, Schelling, Gadamer y, en
cotaboracion con J. L. Villacanas, del propio osc­
lleck {Historia y hermeneutica, Barcelona, 1997), y
publicado diversos trabajos sobre Ilustracin, su cdes
pliege idealist y su critica desde la hcrmen~utca.
Su actual linea de investigacion gira en tomo a las
rclacioncs entre Historia conceptual y modrtclad
e
Reta'T Kost KG~rlitz, 192$, ras un p¢re­
grinaje academico port Bochum y Heidelberg, re
cal en le joven y excelentemcntedotada tniver­
sidad de Bielefeld, donde continu~ perfilando,
desde la interdisciplinariedad, la vriante
a mis fruc­
tiera de a histori de los conceptos un enfoque
Jue vocnz at cultivarse multidireeciomalmente y
con pupatnza a linales de los 60­. Glandon;lo con
los premios Rechlin {IS7), iistorischen Kollegs
1989) y iund Fread de prosa cientifica (1999),
ha pxrteipalo con especial protagonismo en to­
m le «debate «ue han «lejatdo st impronta en [
clturad germanz: Historias social moderna", "Len
guatje e Histonia' y "Po&tic y hermen~utica, po1
ciemplo, siencdo tambi~n cofundador de la influ­
yente revista Gschichte und Geselkschaft. Entre su
prolific: ohw. destawamos tres litos. Gica y cri­
sis Uh estudio sobre la patog~nests de! mun&do hur­
guess (159), Futuro pasado. Para tuna semantic
de los tiempos hstricos (1979) y Estratos de! tiem­
Do Eistudos sobre la Hist~rca (2000), am~n, pot
supucsto, de la edici~n, junto a W, Conze y O,
Brunner, «del portentoso dictionario Con&eptos his
ricosfundamentales. I~ttco historico del lenguaje
polittco­social en Alemania (1972­1997),

FALT1NO ON&IN Coves, Profcsor de Filosofia en la


': rst de Valnciz, ha rditado textos. entre
otre:,'· Fehte Schiller, Schelling, Gadamer y, en
cotaboracion con J. L. Villacanas, del propio osc­
lleck {Historia y hermeneutica, Barcelona, 1997), y
publicado diversos trabajos sobre Ilustracin, su cdes
pliege idealist y su critica desde la hcrmen~utca.
Su actual linea de investigacion gira en tomo a las
rclacioncs entre Historia conceptual y modrtclad
e
ganz1912 ACELERACIN,
PROGNOSIS Y
SECULARIZACIN

Reinhart Koselleck
Traducci&n, introducci~n y notas de
Faustino Oncina Coves

Joo Feres Junior

PRE­TEXTOS
!NDlCE­­­­­­­­­­­­

ganz1912

la modernidaad viloifenta _y et tmrfur de la secularizac6n


put Faustino Owim, (wes II

ACELEHACON PROGNOSIS Y SECILAR[ZACIN

L.. ·ptoltvn total t prtr al le vste lih, nu autoriza«la pxt


vwla uteselx reservaos. Cauuier wlrzaion cebe s'r
tuditcwe, 'r RWTAMI'NT ' TL IEMPt Y AK T1HR4EN'N

l'N 1NU ID 11 14 .I Mt?4u


peiarnente sulie tau.
>
57

Tiple le t exlicwn original en lengu aemn


Zetttvmntrrzwng und es hewngwng. te SM@le zur at#karation •
e n8knee zknft und die st der trop!use»
tlereneientes l liles de ierlurt Kvwllerk Zeitlichen.

Tzltiu jntmxlcion y wt.ass, Faustino uin Coves, 93


$; 5ubtkamp Vrl.g. Frankfurt am Main, 200
«t de Ea preente eulicin

Pr TTos, 2003
rs Sant.angel, 10
tu Vle·re·i.

AMR[SI 1N +['ANA 1En 1 /N


Ns, i8191 5262
IE L.At­ ­3125­280
­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­7­­­­­ LA MODERN ID AD VELO CI FER IN A
Y EL CONJURO DE LA SECULARIZACIN'

EL AVE ENIX DE LA SECILARIZACON


Y L HISTORIA DE LIN CONCE!'XO

Un aulitorio atribulado escuch~ con expectaci~n el discur­


so que Haberm:ts pronunci en la Paulskirche de Frncfort al
reibir el premio anual de la paz del gremio de los libreros ale­
manes en octubre de 2001 apenas unas pocas semanas des­
pu~s del malhadado 11 de septicmbre. Solemnemente el g:u
lardonado intent~ responder a la necesidad que la opinion
p~ihlica y la coalici~n rojiverde en el poler tenian de interpre­
tar esos siniestros sucesos Los comentaristas celebraron has pxt­
labrass del ·cuasi filsofo del Estado de a Alemania «democrtti
ca­ tildndolas de epocales, pues, a despecho de la conviccion

Ee trahryo torma parre le Ins poyectr de investigaci60 BF3X6] 355


y FF2DM­148 del Ministerio de Cenci y Tenoiwgia. Rec hi6 su [glauci~n
deiinsis durante una cstancia en el instituto Max Planck «le Histori lel
Deretho Europeo de Frankfurt y en Ia Uin@versida de Mainz. tercel .t urt.
hex tracelida por la Secretarfa de Fstado de Educacin y Univertla«des
Ai lo efi~ el prebosfe ue lus erules y ministro tde Arte Exteriot
Joschka Tischer presente en el acto (/nf@rm@tion Fbilosopbie, ', 200],
p l3 fl eco de esta alwwi~n ohelece a st incidenciau t.nto en los elate
toudavia inconlusos sore La politic± migrIoti en un pi que sc rec

II
general «de que la secularizacion era tun capituto esencial pero retrica justificadora que exonera de la rendici~n de cuentas y
ya cerrado de la obra de modernizcion, a postulaba un nuevo redime, por dispensa ideolgica, de la irresponsabilidad p­
marco conciliador, la sociedad "postsecular", con los creyentes blica, y a la postre el opio de! pueblo ha sido sustituid por la
de toda grey, dando a entender la urpencia de reformular, em pie<drat, mejor dicho, por cl prozac filosofal. Modernidad y tra­
clave de dilogo y no le encono, la relaci~n entre religion dicion apocaliptica no leben, cmpero, de distar tanto una de
politca, teologia y filosofia, fe e llustracion, soteriologia y con­ otra, pues a la retlexion filosofia sobre la politiea le tienta se­
temporaneidad. En ese aciago dia explot~ la tensin cntre so­ guir el camino de su inmolaci~n
ciedad secular y relit~n mediante la escenificaci~n apocalip­ Mas zqu~ cabe entender por el eslogan haberrasino de nna
ica de la destruci~n de los emblemas de la modernidad sociedad postsecular al que parece subyacer el proposito de
globalizada, identificados por los kamikazes con el gran Satin deslindar el secularismo de la secularizaci~n y de cerner urn
Los mis taimalos barruntaban aqui un virje y hasta unat pali common sense democrticamcnte esclarecilo que describe {
nodia, ya que se nos anlojathx una obviedad que viviamos en constitucin mental de una publicidad coral, polifnic (GW,
una socielal secular y Que autores como el laureado habian 22)? Acaso la Teoria Critica reconoce contritamente que se ha
coatclyvado a consolidar est conquista,' cxcedido en su celo por redondear el proyecto de una llstra­
Un inveterado prurito intelectual sostiene que la filosofi. cion que habia quedado descabalada por sus padres fundado
occidental tonstituye el rto del trimite de secularizacin de res del xvm y cdesarboladad por el decurso historico. Sumida en
lts costnovisiones religiosas, y que, por consiguiente, est± obli la desesperacin, se segura ahora su cuota de mesianisro. La
gala, por la sima abierta entre Iglesia y Estado, a asumir alu­ ofera de dilogo entre laicos y creyentes, por un lado, e
nos cle sus mis insoslayables cometidos tal cual la fundamenta­ interconfesional, por otro, que resonaba en la Iglesia de San
un, ls '; ;e!:tic:, rethtctend : prvesova n mero reemplazo Pblo es sin dula cdiferente de la cruzala hegemonic y bxligeran­
o ineuo tee, in duda fraudulento, de religion por filo­ te jaleada por el staff ameticano Pero zno esti uncido seme
sofi. El cielo ha bajacdo a l tierra, el reino de Dios se ha po­ jnte cdiscurso (como el de otros, desde Marramao a Virilio) ;
Bl:do de selectos mnortles, el otror cvto de la legitimnacin di Ia lectura de la modernidad de Kosclleck, a quicn, cual esla­
wina se ha trocado en la corte de los reves fil~sofos con su b~n de la cadena de la revoluci~n conservadora, Habermas re
legaria de buen grado al ostrcismo?'
a ;No se detecta una metabo­
lizaci~n nolens volens del estratega de la historia conceptual?
multicultural couo en el lem conscvadot de la cultur gufu o doninane
(Leitkulnar), habicla cuenla de ue algunes de los miembros que participaron
rn tltmmpknt ternrita resilietun en Alemanil ' Hainerma linen a Koelletk con ls huestes reactionarias Lips.Ariz.
'J Haberm.is, Gauhen und Wissn 1G1WW, Frankfurt 200)1, pp 9 10 En ci~int de lat publ idad tno de luos blasures de la Auflrunge come cmywx
tun. resen rep»etas tlc glosas sorrons, su utor R Mehring, Se peeguntt si s,
be' desvela sus filiciones Perples flosftco­ politic Madrid, 197%
acz±so ·la tazimn comunitativa no es sine Aun variante secular:zala del Espiritu pp. 38#3901 ­Carl Schmitt en la historia de ls ultra politiea le ta Repiblc:
anto> y st Haberma no pertencc a3 la mistnua culrtila protestinte que lo Federal La necesidad de curtinuidades alernamas·, en Ms all de! Esreed
ieahistas alemanes, in[erad: pur ebogus y falsificalores de maned nacioal, Madrid, 197, p. 13, Koseleck (hien tlanueclo pot la hemmer~p­
ncuhiert;s. 1Phlosophischer Iteratunrzrirr, 5/I, 312, p 683) tic; heitleggetiano­alaerizna, cde la que. no ohsrante, intenta listanciarue

2
be«larizaeon es un concepto equivoco, Con ~i se designa (H. L~bbe lo ha bautizado como religin civiD).' Luego "post­
un florilegio de ideas no sienrpre concordes enteramente en­ secular" no mienta tanto el incremento repentino del fervor tras
tre si que van desde la p~rdida de significado de la religion un largo periodo de letargo, cuanto el camhio de talnte de
hast la g~ncsis del Estado moderno, refiri~ndose no tanto a Ines se reian facltados para considerar este fen~meno en
la conuncin de aqu~lla cuanto a la limitation de sus posibilicla­ vias de extinci~n. Ha«bemas define una sociedad postsecular
des le njerencia en un Estado secularizacdo, csto es, neutral como aquella que se adapta a l persistencia de comuni±ade¢
confesiwnalmcote Es un «one«plo que se ha henchido de tal
maner que hoy sirve sin mis de marbete de lat modermidad,
rcligtosas en un enrorno que se seculariza continuamentc. U n.
lternativa dicot~mica en el juicio sobre la secularizacin cs
Dwsde una perspectiva general {y no solo eurocintrica) no capcios:t. No estin frente a frente quienes saldan la sexulari­
wan pare[ans, sin embargo, tna presencit mengante le la re­ zaci~n corno la exitos domesticaci~n de la autoridad ecie­
ligion y l moxlernizacin. El desencanto del mun«lo inpulsa­ s1attica por el poler mundano, al sustituir ls maneras «le pen­
do por la industrializacion, la urbanizaci~n, la buracratizacin, sir y las formats de vida religiosas por equivalentes ration:ales,
cte., no ha arrmbado los lazos religiosos. El caso de EE [III. superiores (esto es, lo sagrado ha sido fagocitado por el con­
por no abundar en el ejemplo islimico, distinto, ciertamen senso tundado racionalmente), y quienes en el mismo
te, de} amerieano) es lamattivo, y no s~lo por la cronica de su prove­
or«le busquecda de tl acuerdo sln ven depravaci~n y
naeimicntn tan ligada al fundamentalisrno de las sectas, sino expropi.
cirn legitima. El alegato de Habermas en favor cde la traduccion
por el puritauwsmo «pue atraviesa tulavia hoy su vida publica secular ­un tare que dehe hasarse en la cooperacin de 1m
has partes­­ de los contenidos religiosos y de las verdades de
en le cone.er pi ntt ls teltiote tntre lengttt e histomat) tunas ht dist­
fe, en el sentido de su rescate y no de su aniquilaci6n (G1
u.]
at

20­2), hirria con voces liberales que instan un drenaje «le la


c

lac la impronta tle Schmitt t L Vilca'as y F. Onetna, ·Introh­


in R owlleck/H6 €damer, Hitora hermenttca, barrel+nt, axiologia y la simbologia de ese jaez en la arena p~blica nor
I) , u pHog;rat ude' iweniguin pretencde set uita contribution la teord or de la paz e insisten en la supremacia laica con miras a un
le la oderniz:ion (vcase u etieio tde SMlen zun Begin der mulerne entente minimo en torno a los valores que estin en jego
thr, Stttgant 1977, e la entrevista ·Ikegrit]sgeschichte, Sorialeschicbte,
g
hwgrtffene tschehte etnbat Aseleck n Gspteh mtr thrtstf Lipper en
wtr phitische Literate i$, 198, p. 17) y of«xv un pxttuio tle titeriu
de demarcacion «le la modernidad en minus ck la cxpereneat tle un tem
pu nutvo nu ccnte le impliaciowes filos&fito­politicas ' ea~mieas. Asi
pej, no conpurte el anlisis lel mimu fenixneno propeestn por suss col€gt
en Bielefeld Karka y Weller (inlluencilos par I Escuela de Frankfurt,
u. ' err auspctacle es cnm~in Lai revist Gescbicbhte wnd Geselkscbaft
Bue w lewolgo en I'92, putes lo hap sa«lo put, u+1,+ +ii;wan, con
trolat«lat hituriagrificartnt y con el reuurso al au@crts de Souderwtg, del
nasal le la meibtt a{eta:, o» euail Koselleck +oasitlera pro»pi le na
histawruion ncrmtiv;

I
En los escritos que presentamos hay que distinguir una do­
ble estrategia, en consonancia con los escalones del programa
f puntar un horizonte de expectativa. Este doble vector e~rico­
pr~ctico, pasado­futuro, diagnostico­pron~stico, ya deja entre
1
de investigacin de Koselleck, el cual se mueve primeramente l ver una capa epistemolbgicamente mas profunda: la historia
en los dominios de la bistoria conceptual, registrando los vai­ ! conceptual prtsupone la Historic, unat doctrina traascenden
venes semantios de ls conceptos, en este «aso compendian­ tal de la histona que se crie pweminentemente sobre una tuo­
do una gerwalogia «del t~rmino "secularizaci~n" Este trabajo de ria tdel tiempo, o mejor dicho, de los estratos de} tie·mpo," Lt
campo ha sido realizado exhaustivamente y acogitdo en rep­ tabla categorial de pares antit~titos (tener que mnorir'poler
[ados l~xiwos y diccionarios proximos a nuestro autor, Pero in matar, amigo/enemigo, interior'exterior, antes'desputs, arri­
cluso qui, en las aport:tciones que ha promovido, descubre ba'abajo) de su antrpologia de la experiencia historic tiene,
na falla que le acicatea a examinar ~l mismo este topico con tributria a medias de su matriz hermeneutics, un momento
n escorzo metodol~gico propio que alterna la semasiologi «de aplicaci~n que va allende lo estrictnente gadammeriano la
ton la onomasiologia., El lemat de a "secularizaci~n" no puece voluntacd de corregir el mumbo de Ia modernidad, trts cronu
er estudiado' en su complejilad restringi~ndose al an~lisis de etrar sus riimos y auscultar arritrnias, El diagnostico es con­
vse t~rmino, y es menester recurrit a expresiones paralelas tunclente por la inapelabilidad de los sintomas: una nueva bur
como mundanizacin (Verweltlchung) y temporalizacicn (Ver­ btie, la pantlemia de a prisa, aqueja a nuestra cvlizaci~n, y
zeihchung) ­peterida est; ~ltim frecwntemente por la in­ la terapia rejuiere un exorcismo de Casandra y Clio at limn.
westigaeion­­ El vonceptu constituye un inudice de un espacio .on el telon «le foncdo «t vst enmicnla a la maternidaud po
le experiencia sue fue ensanch~ndose desde su inicial ubica­ mot de una meor modernidad, menos modern:, se sopesarn
cin en el derecho cannioo y que, como hemos comproba­ las afinidades clectivas centre cl acortamicnto apocaliptico dcl
«lo, sigue en buscat de nuevos contornos, lo que le confiere iempo y la aceleracin actual, entre protecia y pron~stico,
.mnbi~·n una dimension proputlsor. Es un factor que hace des­ dcspertando las sospechats de que la modernidd no ha ente
rada detinitivamente la tradici~n mesinica, de que la seculri­
tfr H Jots, ·die lot on ANrmu. der Verunft [ire tahevmas Node to zaci~n no has conjurado del tudo cl milenarismno.
let posts@kularen tee'kehat st zrlienBstol, gneft aler zuu keur> en De Zit Los textos traducilos se encuadran en la pol~mica en tornu
7622.202, p. 2 'a laudatio corrii a curgo de Haherm:as a este tema, en la que se cnzarzan figuras caras a Koselleck K
'' Conze. ­S&lulrisatton, Silarisierwng en c, Brunner, MW Conze
IR. K«selleck {eds,), Geycbtc btltche rudhegniffe (G6, V, Stuttgart, 1984 ~with y C. Schmitt (aliados contra natura, por un lado, y H.
4199 2 ed.), pp. 789-8329; G. Marrara, <S~kulartstenung en j Ritter y Blumenberg, por otro. Expone la dial~ctixa le la seculariza­
Gr~nder tecd.). Histortsches Wrterbub der Ptlosopbie, VIII, Basel, 1992,
­;
pp. 1133 116l, id.. Clo err. teneaiegia de la secularzxcin, antelona Zeit«chichten Stn«din zur iistwk(ZS, Frankfurt, 200), pp, 10 16 Vise
19N fen ml trdjos asinilt tleazs lel primer eswrito de Keeler k que Li A, 35nt pp34 <fr th Dipper, ­Die Geschitchtliche Gundbegrife ow «let
he mo», le tya vemi taiuna ·inxvnpleta­ es el epons.able). Sept{sgeschcbte zur therie cder hist@nscben Zviten­. en htorische Zett­
Historsa toneptal e histori social, en Forgemngene Zuk@ft Z, Franle schn, 270, 2000, pp. 281­30%
ant, 1979, pp. 121­122 {el. cast, Futur pasalo (FP, Barcelona, 1995, p 1I9 ascleck prologari la edieton de [a autobiografia cdel pnmeru. ­­Menn
nr nos atendremx literalmnente a tsta traducei), bebe tn Deutsch{and vor wd ach 1933. Ein Berisht, Stu!gar 198 tel

It 17
cion de un modo prieto (al pasar en sileneio o mencionar Qu~ es lo verdaderamente nuevo en el tiempo que ella estre­
escuctamente nombres notorios), mas el rastreo prolijo es und na? Se decanta, con matices, por el duo L~with­Schmitt, a pe­
labor ya hecha con rigor por otros. A ~l le interesa afrontar el sar del respeto que le merece la oneracin de salvamento de
asunto situndolo en un terreno poco hollacdo, esto es, al tras­ la originaliulad de la idea le progreso emprendida por l
luz de los estratos tel tiempo, y par,a ello le basta comenzar con mnenberg, para quien no es e{ botin expoliado a st dueo n;­
el lac~nico planteamiento de las dos opciones rivales «ue higan tural, el mesianismo judeotristiano. Sep~n el metafor~logo, La
o desligan secularizatcion y moxlernidad: la moxlemill es l modernidad es legitima y no le ha hurtaco a na«die sn patri
secularizei~n tde la esatologad tristiana (L~with) o su re'gr'ion monio ni vive a epensas «le la intrusion de motivos torste­
Blumenbwrg). Ia tesis swg~n la cual La filosofiat progresista de ros, en tste catso, Iegicos; no tlehe arrastrar ningun senti­
la histori consiste en la transposicin del eschaton de la truscen nient de culpa cultural por una presuntat pert inexistente
«lenwia a l inmanencit hist~rict se torn provoxaudorat si la en­ morositlad
granamos con el apoteggna schmittiano «de «ue la polittuad no
derna had importalo de la teologit su meollo doctrinal. Lo ~ltimo
induce at connotar positivat o Dugativamente lat secularizacitn. [I A4CALIPSI DJ LA MODERNIDAD» ACELEADA
bay una version embrutccida o degeneracda en cuanto profa­
ntci~n, y otr;t «depurda o autcntica? Mutatis mnutandis, y ~st Con las herramientas de la historiat conceptual y con I vis­
vs tl interograntt «te ssitt oseek; ;cxite tina mwtkrnr­ ta Duett en la Hist~nc, aselleck se apresta a ponderar lu
z.aeon espuria, una modernidad falseacda, que es ha que se had relevancia el factor tiempo en la configuracion de la moxlernt
imnpuesto, y otrt genuinat que exige la rectificaci~n «de tl frau­ dad,'­ En la Introducetn al liccionario Conceptos hist~wits
cke? O. en otros terminos, ;en mulernat es la modernicdad?'' fundamentales! espiga la conviccin de que todavia hoy so
mos la herencia de la cosmovision gestada en el parto de un.
Mwlml 19i+; al Segundo le uediat s tests loxtoral y lo vita viteraul
et cnturia, haciendo tde nuestro prescnte, de nosotros, los cue
men!e 'ntne nt pre« irones; tl Tetu ts utn excelsw ttnnptnero tle vi,jt 1aineos de la Sattelzet. En el arco temporal que va de 1750 a
Jte v tr, carti ne,tie en is al#mt[ts, «le la his[twit 4eepfl 1$f) se acttn significaciones «ue ya no necesitan «de una ul
rs lo reconowri n el ~ltio swnlumen «le su l~xis (cc, Vt [1992], p.VT[H
terior tnttuccion pa ue las entencdamos aqui y ahor, pues
Lfuenem T t M on@ult, ftp'ttiarunte, tin ebw; cle c;ula tit «t
elloe Welty@eschche mud Wei~escheer.e thwodegischen Fran<wtzugwn der
pertilan nuestras seias de identidad semntica y engrosan nues­
(echichtsphikw«hie. Sttgt, 193, ! ed. fed. cast El enttdo de fa bisterin tra autoconcieneia sociopolitica. Loss cuatr cambios ate alc
Malriu, 1971, Polttche eolaaie er apitel znr Lehne ton der Sourer
nrar, Mnchen Lipa.ig.19l2 test, cast Etchios politicos, Maeleil, 1941)
!ltie he evogie I! Die Awgede run der Frkedgwng Wer litischen Heu­ cvdi la funu.tcw def Cokgie Hist~ricv vn 19 Ee et ix de Neu:et
logic elin, [o701­ wit «her Neuzeit won An part Indanenial hip en As, pp 2!:5
kularisierwry el Nebivbupwg. de 197, arachdat mis turk: a un
rneva vlici~n «de tte Bibo Fr,nkh I'H
4«j se itnla la conftnent a tat prurwi6 al fecihjr l prumie tu le ex
n. Es el utve leatloaG Marrano en !ler secularize iv Ikarrelo­
1980))
" GGl972l, pp. XII! XXVII

1
tan a las conceptos» en la Europa continental de esa epoca fue­ que escatologico tanto del corpus apocaliptico de la consuma­
ron: temporalizacibn (se cargan ­a costa de las expericncias re­ cin de los siglas como del milenarista de la culminaci~n de la
cogidas en ellos­­ con expectativas y metas, y se vuelven pro­ historia universal. Asistimos al choque (zs6lo en Nueva York?
cesuales, concepts de movimicnto, dinimicos, ore i ntatudos haci entre «les representationes contradictorias. una sumarisima de]
el futuro), democratizacion, ideologizacin y politizaw'in. Este acabxumiento cdel mundo y otrad triunfal «de su pknstud. Las concep­
lxico busca determinar c~mo los hablantes alcmanes pereibe ciones kl fin de la bistoria apuntan o bien a su meta (cuya con­
rot t incorpowron a st vocabulanio las mutacies teleradas sccuci~n no es sin~nimo de finalizaci~r) o a s termino. Si la
que meliaron entre la lustracion y la Revoluei~n Industrial. La histori munlial tiene una meta, entonces ella es su cumnli
controvertida prioridad tde este intervalo ohelexe no s&lo a «tu iento, y hacia la misma se encamin paulatina o abnptamente
nos sentimos tudavia legatarios de la tradition incuhada por Sieg~n la Biblia el fin es el reino del Hijo del Hombre v del mi­
cntoncts, a Ge represent nuestro hogar cultural, sino sobre lenio de Cristo; segtin los antiguos la e.tad de ore; segtin los
tolo a que con l emergencia de la modernidad surgen las dos moulernos la paz perpetua de Kant y el reino de la lihertad de
calcorias estelares, los Irscenlenttles por antonomasiat, de ht Hegel, Si, por el contrario, el decurso hist~rico encuentra su tin
historicicdad y de la historia: experiencia y txpxctativa. Estas ca­ en el final del mundo, st meta en el t~mmino, entonces es interrumm­
tegorias se han hecho visibles ~nicamente cuando han alean­ picdo mediante cat~strofes, que hoy se corresponcden con temo­
zado la mixima asiretria, cuando no hahia posihilidad de en­ res nucleares, cool~gicos y ~ltimamente terrorists
IfemezeEarlaes al est : en kats antipolas de la atru fen~meno Koselleck no se ihra de tildes ideolicas. Contra ~t defende­
que solo sc onstata con lad explosion del progreso; 's~lo se mos «Jue lat llustracwn sin ms (aun sin prconizar tumpoco su
puede conee·ht la ulernicdad «euzeit como un [iempo ntte­ canonizact~n) no es unad propel&utica de la revoluci~n ni dc
vo tneue Zeit desde que las expectatrvas se han iclo alcjando la noxin de la molernidad como un tiempo nuevu, cl tempo
catda vez ms de Its experienias hechas hast entonces" (VZ de la aceleracion, que ha escindido, sin reconciliaci~n posible,
359, FP, 32 513). A la Saelzcit, esa franja secular a horcajadads la expectativa de la experiencia, la esperanza del rcuerlo, cl
sobre 1750 18530, Kosellek le profesa tenor reverencial, al futuro del pasalo. Lessing y Kant (a quienes evoca para co­
combinar I devoci~n por el embri~n de la modernidad y el rrobowar su hip~tesis) no pueden ser involucrdos en lo aue
icdo a las patologias «ute ha producilo, La voz "seculariza­ enuicia desde su primer libro como patogtnesis, una fascinan­
ciom"comparece en este ectel de conceptos, per nuestro au le genealogia de la modernidad teida de claroscuros que des.
tor le la una vueltt de tuerca. ;es la coyunda de acortamicnto cribe el trinsito de las guerras de religion a la Revolucion Fran­
del tiempo y acelercion una endiadis o un oximoron? ;No se cesa En este paso la ftosofia de la historiat es la ejeucin de]
reduce la aceleracion moderna a na relectnra de Ia herenciad plan undido por la moral, refugiada y oculta en los cdbes ja­
pocaliptica cristiana? ;Es la secularizacin el puwnto de rupiur. cobinos, las logiats mas~nicaus y las rep~blicas de las eras. EL
o te sutura? Este tema, ceemos, ha estableciclo por analidurad nonimato politico de la Ilustracion conduce a lad postre al asal
un vinulo cntre cl manicdo t~pica del final de los ticmpos y el to del Estado por la moral y a la apoteosis de la topia con la
sempiterno de\ fin de la histonia, y su dramaturgia posee cl te­ Revolucin. La critic desemboca en la crisis. Nacido del fin de

21
} vwtiendis civiles, e! Esradey absolutista va a lesmoronare punto de fuga de la promesa deliberaci~n, se abate el des­
~_ 1739, Mas tambin la guerra ser~ la scuela de la Revolu­ cr~dito sobre las Luces y se encarece la perentoriedad de un
in. La guerra, por tanto, es alfa y omega de esNe proceso: toda antidoto contra la implosion social.
llustracion se ve expuesta tarde o terprano a situaciones conflic­ Ea historian conceptual no se mitat a olrweer tn diagnostito
ivas «Jue, pxrat descifrarlas rwiwnalmente, requieren unat transposi­ sino que tambin hrinda un pron~stico, a mejor dicho, un pro
cion e la mer critic a modos de comportamiento politico,'' posito de enmienda que exhorta a na cauteriztci~n le la mo­
que suelen adoptar la format de crisis blica, de guerra civil S cdernidad que tatje sus paologias. La vorlgne de nuestrat ert
particular Dialekttk der Aufkl@rung magnifica y agrava la in­ hace tpue nos sint:mos otuscatcdos y obsoletes, amwronismos
dole conflictiva de la Ilustracion a fin de aholir ­~sa cs la im vivientes (segun su maestro Cadamer), ante un futur avast­
presion­­ el mismo principio de la conflictividad. Confunde ilus­ lllor. En estat edad veloz somos ya seres p~stumos ansioss
trado (Aufklrer e iluminado (Alluminat, convirtientlo al primero fustitamente «le un.t nuevat vida plenat a l uue tanbien Ile
en la vanguardia de la Revolucion y de lat aceieracion entropl garemos tarke penas la inauguremos, Koselleck quite contra­
ca,'' De este molo se hermanan falatzmente los destinos del rrestar los reclamos cdel progreso, neutrtlizar el paler de Fas­
programa ilustrado y «del jtcobino, y el terror pasa a oupar el cinacion de la utopia negativa, recuperaundo la historiat como
ntgistra vitae, avanzanlo sobwe suelo firme y sin cl aprenio
' .wwvwr­ la ehiein e lsith e #ritile wd rise. Frankfurt, 8 rirnp
de pisar el aclrador part penctrar en tun tr±smund virtual
0,p • 'L lHstr:u in, obligut l atlje pw litieo, st tmhi ate u igoto Quiere, prudentenvnte, aortiguar el curse rentico
popta mix1ilie;won. La nueew, elite vivid en ta evlent le n± nwnaitivi«dud de nuestra civilizacion, tl ritmo trepidante de hoy. Contra la
tat enyet ntiu pwlitir wau, le&le hug, en Lt anfesis co repute ilusi~n de la autouleteninacion subtiva y la corespondiente
la politia aleletit] I tittue la nlaciw line'ta ton l politiwa, eto t disponibilidad absohuta de la historia, cl ~nfais en las condcio­
La itopit, que «lesle a fem.vi~ secret de un lrntu ontr el she·tune
namicntos impermeables a los agentes. Frente al auontexi
absolutist costiuulo po la soleoael, apareue dial~«titamcnte en liz, t
tr.tnstom n lus taters el humhtt ttuevo en nun +pit l tarente le cnhertn niento instantnco y fugaz, la estabilidad y la duration de fa
r: politic. El pain~ fie aldalo pot ye primera en L Revole in Frncesat estructurat." Frente al furor ilustrado de la aceleracin y el te
tNritiM wnd Arise

hurM~nchen, 9,
19
Ee Staude zr uthugenee der br@geriche Welt, Frei
pp. 154 15', el east., Madrid, 196, pp. 339.3+)1.
fr ·ta nvwlit te «la ttra el fstado: it funtio pwhitea e la log arpii icleas «ue he expuesto en ±xpxienxia y pwlitr en I. hito+ea €ftp­
secrefa lessing y ·El proxvst e Ea critic­ don«le ahorla la sumisin del tuah, en es public@. evssta de le hitorier el preswte de or ocetiters titi­
Fstatle, l tthunatl le la taro kantitna y estahlecc la conexion entry critiea ts, I, 1)8, pp. IA13­119 en mi catnbusin al volumen f' HertiniM.A.
bvmgpuesat, su torn nlirxta del pule y la crisis politicu, en Kritik und rise ranted 'eds., Ermeutica, polnica e medema net Conflate, atet'ult
lt Nant Ilogna ten pens)
pp. 6 ss,, 101 ss., cud. esp, pp. 15ss., 22I s., ·Espxeio» de experienia y hon
zonte de expectativa Po «tegorias htstiwicas», en Vz, 349­375; F! 353­357 La vat.stetrtha temportl tle l­ vtrctuni ts l reties, el rtonu le
En warius articulus tle su ilpim ih tlestae lat preen;al en Kant de ligr o mitto, an taflu «stu zmbie ; largo o exlio plaza, Cree n mt
tzilisties apliads a la actuation politieat, poierule al leseuhierto un trarie ahigartacl e «tntc'turas: furmes le organizacin, tuerrts prrxduct;ts
impilso la acelerein hist~rit; ue hwota tlel misrno impertivo categorioo, y relacioes le prude'tin, relacionus amigo­enemigo, ciwu srnits geu
v enlaza eta opinin con Ea de Robespierre (Z5, 172-17%, [91 192L Retorw yrfitas, forts incnwentes lel comportamiento, costumbres y ts!emnz

25
­­r­­
rror revolucionario de la innovacion, el principio hermen~u­ expectativa y la experiencia, y presienten su paroxismo en el
tico de la conservacibn y de la responsabilidad homcost~tica. elixir despotico de la gratificaci~n r~pida y de las carreras re­
Frente al determinismo objetivo (tambi~n bajo el palio del l~mpago. Progresar no es medrar y, sin embargo, nunca como
raulicionalismo, esto es, de la presin y la autoridad de lo ahora han brillado taunto los activos, o mejor dicho, los act­
beredado), el valor incancelable de\ azar. Frente al esnobismo vistas mediocres, cya persecucin del ~xito ultraveloz" [es
y la ruptura radical, la lenta madraci~n de lo transmitido y l aboca al autismo, a la competencia feroz, al acosn y derrilw
continuidad de la historia efecw:al ( Wirkungsgeschtchte La mengua de lo pret~rito en nombre de un futuro anticipn­
Sin duda, no seria honesto endosarle a Koselleck la inten­ do velociferinamente culmina en error y violencia, en estulti­
ci~n absurda de tuna retractacion e incluso demonizacin de cia y protervia. Entre la hipertrofia del futuro y la atrofia dcl
.,··wlerrddad Prefere hablar de una optimizacin (VZ 3Pi; pasado, el prescnte se ha diluido en un tiempo de trnsito p­
p h), cue, auneue conscwie: ti it irreversibilidad de lo rennemente huero, en un regressus'rogressnus
p ad ifinittun
«ue dictamina como paigenesis, coniga atenuar sus consecten­ La pristina llustracin le Lessing y Kant nos ensenat que la
cias. Mas ;no es tambi~n para el ilustrado el ritmo moderno conlici~n humana vive hacia delante, pero slo se compren­
una arritmia, la precipitacin? Convicrte a Lessing y Kant su de mirando hacia atr~s, y su malversacin se manifiesta tan­
respectiva connivencia con la ontologia de la masoneria y con to en la incapacidad de recordar como en la de esperar." La
la Revolucin Francesa en apologetas de lo velociferin+,
conjuncion de velocidad y Lucifer, un creaci~n I~xica de ox­ " En la «arta «tad: a Zeler, Goethe e apeteihe «de c~mo La noul, de [o
the especitlmente apropitda en este caso? Al menos esos au­ ultra en el persamientn y la aen ncalla una y tra vez er la medioxrilal
ores nos alertan de los peligros de la maldici6n de la lenti­ (Gotbes Bricfe, IV, p 1i6). «Sr M. Osten. ·Die besblewigte Zett Alles seko­
zifiriwh- Anertungen 2u Modert@t Goethe, en Die Zeir, 3$,1)$81966
tud y la paciencia, de la desaparicion del gozne vntre lt r

y ­34, j en su tevente [bro Alles eloziferisch oder wtie» Etcdeekun


ler angsanleit Znr Melernttt eines Nlasstkers in t. [abwrun«dert, Fran
(V7 12, 61­04, 147­148, 157, 374, FP 16, 62­64, 144, 153, 56) fort 2003. La actuahdad e la cuestion e confirma pot l convoxtori en
'~w la petspuaz
fridts
intruucci~n «le E Palti a • Kvolleck, Los «stratus de ! de un premix auspiado por Ea Fundacin K~rbxr Hamburgu), con un
ttmpo, alena, 2Xl ins~to desplitgue propaynities, l mejyr tensayosabre el mrulo acvler
' En seukr vartats tle juni y nuvicmbpe de 1825 linigtdas a Zelter No­ «lo t­temp! Die bescbkuripe Wel­
lewis, lesgrana Gvtle lo vkoctfern te sis tia y, po«lri.tors at.tlar, an­ '' In esa epoua le mwitzatirn «leslorada Kant y Lessin, en contra de La
bi~n le los rues»tres. Al prier le cscnihe "Hirueza y vwloxidl es ln quc el tgcsis de Kuselleck, apotarn a menu«le per lat ralentire~n: la ley penn
mancdo admira y a l que catla cl spur. iGiethes rtefe V Hamburg, i'a trno in ingreiente tut.lat lor cdel riotisn sthito y l tolerancia cwwno
1967, p. 146), Y al segurlo No tengo mnis remedio que consiuerur que la tsIsa del fartisrno wissonamio, end~nicaenie segregationist Kant;+? et,
mayor <lesgracia «le uestra ~poca, le este tiemnpo Que no pxrmitt tue nada prop«we una sutil taxunomia de tipos le historia pol~tica. las pmtexfa ile;ti
adre. es que clevoramos cad instnte al eaho cle un irtatte que arrind Ina se Basa Dier en leyes n:tr.les, Dien en n intuiin solrenatr;l, y st
mos el dia antes te que aeabe, y que asf vivimos siempre al di, sin engn­ uelve ya en n rlcei~n de la hrnilad a histpria natural (ignornule
drar nada" {p. I99) La importancia de Goethe en el disefo e una Histric «Jue el progireso humane se rliere sobwe tclo a Ja histoa tle ls costumhpes
ha sido creciente en Koecllexk, ta! como testirenia su belle libro Goethes y;ten tun uso ideal~giro y sectario de la politiea coro manipulacion de Eu
wzet.gemsse Gieschchte, Heidelberg, 1997 relidad social (repudiable pot no ser universalizablet. Sin ezhargo, no abli­
contusionde la histori prottica dc ant o cl atisbo de la nadores, y son un afucnte de frustraci~n, un foco de tensiones
tercera edad de Lessing con el profetismo o la futurolatria y, a la postre, la ambrosia de la violencia. Esta reflejaria la
constituye o un malentendido inocente o un dislate inexcusa­ modernizaci~n apresurada y desarraigadora. zNo es entonces
ble un desafio lat sincronizatin «de imbitos parlales de la socie­
Otr sec«a de la malernidad entendida como un tempo dad «e evolucionan con «diferente rupidez? Pero ;no dt'genera­
lebril y desprovisto «le retrovwisores es la simultatnetulaud crono­ ria tal sincronizaion en una uniformizacin a~in ms arrasaz­
loge: de lo «ue no es simultaineo culturalmente, lo que de dora y abonariamos un mal evitable al tratar de mitigar uno
se'neademat situaciones conflictivats. Las granules confrontacio inevitable?
nes ya no st sucetlen, sino quc' st yuxtaponen y superponen
Antao los cambios experienciles acontecian a lo largo de si­
glos, mas hwy st peipitatn le nnat matnerat tan comprimxla y
en intervals tan cortos, que' injertan cn ntcs[rats vids 1cos
y cctils inextriwaoles tdesde lat experienciau previad. Los pl Una de las tesis fertes de Kosclleck afirma l cat:lisis de la
zus tle readaptacin son cada vz mis breves y compulsivus, historia poor la llustracion, en cuyo cenit se tdesboea el futur­
esto es, st produce un cotucintito en l repetibilidad del apren centrismo tipito de ntestr contemporaneidacl No aspir± a zan­
dizajey en la vigenia de lo aprendido (ZS, 16 165), lay un jar lat pol~mica so»re el momento tn uue se Imme tl um­
hiato inevlmable entre los respeutives lepos de los diversos bral de la modernidad y si se remonta ya a l Reform.t. Mis
ape«tus de la soc idad Estes ritmos siempre divergentes Den lo qu' st propowne es consttar gen~ricamente tn in am­
malapuistan a :trasados con adelantados, a perdecdores con ga­ plio perioxlo la presencia de ese criterio de temporlizawin
para desentraunar la diferencia especifica. Dicho toseamente.
«a Li nuuei he au liwn jw Aita qu fiche e rte politico e pretie­ tanto Lutero como Habespierre hablan le la redaction cdel
«rm y +ti.t..z:!tr le! fut en le twnte a nvsttu destine vn
est+ mum«lute la vtieto ale us Fee ulturles non, Lanie el ettchitnw»
cent lt ti to» el lumin,dos, al lesrtair la pntepsivn le unt txplacio llawemmts Ia aplau et idea al fun«lament;[istx moulemo «us insp
pwelctat naturalist (qw: tptniprt al hotnbrt a algo fisit e instintiwu) r.4 los aul tes isl.st,is lel triren le Nieva York, en at nts l at, I
a4

Ira±sw«valenit pwzt» con surpet I&sas {In1hunts he'emote as tnmnenits Attncon la ne tine:ltd enfn los mpwtrvos y los me lios vmple:doe tr,
{«u tentifiwa err~nearwnte I suipr,sensible de jndole pr.ixtiea +jute lty er 4I, En Eupu, cot tir suhwets le poguhsmw, st ht l+at,lo pn; tu
nus«tres con le» solventtuarl beteoomn Lina histori: pro~tiea legitimt est,i trover en turnu a s compesibiliLacl cultural con ls cm;ni«dales Ei.a­
igaudy alga«rat clause t exper« ncia, p un llo, y e compatible ton sat ley «4ue Ia propitiudo L inmtr,ciint, entatizanlo ue se mueen ¢p pianos de
al, pn ro La prediction qe alberga no exrae su legitimacirn de lo «xw:ieneit listintos Miertras ;Aue le vurv»per se Ian al ado «le stt propt
en&enu, sine de ls itcttses tle la fa2on y de la htmanudd. No pom&'tt fltgion tritium y le tttluutier crexlo y pr±txas nli ares, lee usbane
unat ley cpima supwte pirt, y pur cw es incierta er canto al tempo «de o tnprnden a sas imtletatores nureue hahlan tin lengtajr rubnzaulo,
u eieeucion, : ifencnct de la podniclad que se arrogan lo creadores de p+enan y tertian «de acerdu ton il Au~los pneeen hallare en ans epux,
tr(pits rte'riles» e o vit.kpte mnulrsLts ft ctmpliwntu no pile trmsi potroxlerna, mit:nttas tut ¢stes confinuaun tstanc;dos en un ahsulir
ti ni en tn verileacin empirics ni en una vnuumacin personal o nacional tow,itits med v:d

26
lapso que ls separa def ocaso de la Babilonia papal o del An­ mundo. El antagonismo entre experieneia terrenal y expecta­
tiguo R~gimen, del fin del mundo y del alumbramiento de uno tiva ultraterrena no aboca a su exclusion reciproca. Pero el pro­
nuevo (lmese reino de Dios o de la virtud), Pero mientras que gressus rndno va deshaneando l pwvfecs ultr.mundatno. L.
el contamicnto apocaliptie «lel ticmpo» ts una racia cdwin.t per[tccits, alcanruble anuiguamente slo en el cielo, e torr
la atelerain tevwlucionaria es ina tarea humana. Tras la ce­ erfectibilid.l. se temporaliz:a bajo La form de perfcionanicntu
sura epocal provocada a partir de la segunda mitad del siglo planificado, pronostido y ejecutalo por los hombres. Ei futu
xvi por la vivencia y la conciencia de un nuevo tiempo, I15 ro ser distinto y mior que cl pas:tdo( Z, 361.65, FP' 5i1­+ 7)
profecias son reemplazalats pot la ciencat clel pronosuco y Ii f- El angostmiento «l tiempo hijaulo antes extrthist~ricamente se
losafia de Ia historia." Resurge la espinosa cuesti~n de si el mud ahora en acelerawin intrahstrica a no se rats «le um
progressus esulta de una secularizacin del profectus. En lat es cetcamicnto mis raipilo al juicio universal, sino de «ue ls
catologft crstint, que dabe anpare a una soviedaul campesint .antes actuales se proulucen cda vez a unat mayor velacihaul
y artesanal, el future permanecia varado en el pasatdo, pues us En el crecimiento exponencial, y no en el lineal, estribxa el ras
cpextativs no apuntatbn al mus acl siro al ms alli, al tue' sit po distintivwo de la revoluci6n tecnolgica. Lego existe una
:cetdi:t apoea!iptie:mente meliante lat profecia del final de este analogia formal entre tradicin apoxalipti y filosofia de la [is­
tori dievioxhesca; ambas vislumbran una meta tjue h:ty tut
' Mien(rs e It prufvvt tr.vienule el hwiwonte e La tpwrienci
adenzt [Metro.mentt, pro el conevpto tuxkrno «de acvler
ale lase vl potties w sale anhilo en la situ:ax'iM politea ' l et cion nu es una mera secularizacion del milenarismo, pues el
hast tal punte re her wn pnitien sirifita ya traarsfrtr la situaciun n~cleo experiencial de las nuevas esperanzas no es biblico
'l prrwtiv ts {ti pies ttte onsw nut te an pwNiia, st tel€it Me ino cientitico­t~cnicv
con aenteimientor «de le tpe esxtre la nevtad I I Fl pron~lie proxdu Si bien la filosofiat de la historiat y e! pron~stico compare<en al
rt el timpe cluesule vn vl al pwweta, mtntrms tut lt pm#tu,t po
unisono y entrelazados, la primer; acal engullendo y «difin:n
lptiea destrwve vl tiepo, e yn fin ts pre@istnente su rzin le set.].] lHn
do el segundo, L; ilea de progreo exonera a la molernidated
prlvt, tl vwlest lit nw pttle «ltwt'rtarst antt sis prop re vat it irpw
] ] Ai ts, vv taut txpuvtatie frat­racda aunwnta lat cvrtvza tle stt cnm de! lastre de su propio pasatdo y anticipa el futuro al imprinir
plient ltumps. lot vl vvntrario, un pities Pallid no pue ser mt'pi una marcha vertiginosa. L.a originalidad del porenir insito en
lo, ni si«tier per vrt, pwes es nh~en de ss premnisas efiicdas de una Ve" el progreso es la premura con la que nos sale al emuentr y su
po toxlas La tenla racial tel prnxtico se content con pohlilades caracter enigmitito al calcinar el hilo conductor de nuestra
tratnunudanas. [. ! Ai, onsiuderae desle el ingrul de La ctrtttr.t tempo
1al,Lr cent tel ptie ehe cvnptexlere ctn n rut pleggr.le experiencia tVZ, 34: FP 36­37), Pero esa originalidad termina
lel Ftlu, swbnepats.rd el munxlo tt le es ronliado con ntirats a un futtro imponi~ndase a costa «le la peculiaridad de! pron~stico, con
lttad' (VZ, 2­0, FY, 52­ En P ya le dedica «lensas pigin.ss a l sistente en na tram temporal lenta en la redida en que ope­
evindiwawiw del ptoiris condtelonal frente al meranentt tdesealo o l ra con «datos potenciahmente repetibles. El pron~stico implica
tzcwr ,,,t e"Di, ''' 'I 1,8 Issi, Aqu:! zloptas ta format ­si
·g ; tealiudasd pas la que pue<le repetirse structural­
un diagnostico que insert el pasado en el futuro, es uturo pa­
cntomer y cten!a
mnenle en el future. Fn um, «le las cxdicioness repetihes lepvnle el arte te
sa«lo, movilidad est~tica, periodicidad. Si el presente se ha achi
la prognosis (Z$, 232­235 ca«do por la galopante concentraci~n de innovaciones por tint­
da temporal, e futuro dilatauo por el progreso que no reco­ lo mismo, regular la vclocidad segun las circunstancias fvora­
a
noce limite de velocidad se ha vuelto amn~sico y romo (no solo bles o desfavorables para evitar desenlaces imprevistos. Frenie
se ha olvidado del pausado ­lo que lamentan Koselleck y un ala opresiva escatologia del ahora y la tiranit del ipso facto, la
conspicuo s~quit de conservatdores avezacdos, incluso progre genera&ti~n de Koselleck no quire ver onculead su «lerecho
istats­­, ino 1amhien, lo ue se nos antoja ain mats grave, de st a titubxar y atemrarse a lo familiar.
pthoss em:ripatorio) Como la proctuccion se hat estilizado atbo En una reciente entrevista ha definid el ojetivo de su Ju
rat en pruxluhivilad y hater no es sino hater miximo en lo
le cha partisan· (continta la ronda schnittin:av) pr una Histori­
minimo posibie el mito ilstrado de la faetibilidad de! futuro se ca4 evocanlo el declinar en nutestres tdias del topos Historia ma
ha vnlegalo a tin neto revesi :cumulador «le sma y sigue gistra vitae. La Histrica tematiza estntu.rs durakers (naturales,
Que ;e pesar cde llevar presuntamente estaumpacda nustr r~bri­ antropologicats y contingentes) como ondiciones de posibili
ca, us desbxmnla Dwsde la alienacion grad pure'gnuos ; dad de historas ten plural frente a la hhwis ilustr:la cdel sinuu­
Et alienaci~n profaint. Nos shemos causat tde lo prxducido pero lar coletivoh que conduen a la rehabilitacin de esa consiu
no sus subwranus, le presut.iblemente intimo nos resuta abo­ na, tuya evideneia quel seriamente mermada pot la Revolt@ion
rat ms ignot que nunc: nos asedia el temor a lo desconoxi­ Francesa y rematacda por la industrial y tecrolgiea, puesto qte
«lo, lgo «tte pareeit «desterrado por el imparable conouimien la histona entera tue concchida desde entonces come tnica,
lo ctentilico No tener tiempo, por correr demasido leprisa cm esta singularitdad le imprde ejerver su magisterio y extraer al
poss le tuna ingmitt, et hoy tle moda, pse: a que tunas cle las punt enseianza de un caso preelente Desde el siglo wi lo
rtezts le ls imweniones ternieas cra pr«xisamentc poner mis habitual se transforma m:is tleprisa que antes. Al hale·rsw des
lierpe rurestr lipwsicon. oselleck nos ulvierte tle la
at

Vanecitlo por la velocilal de los sisterts «de minicaciones


convenicneia tde orientacones «ue compensen las mutaciones y de la trasrisin de informacin I diacroniat entne acanteci­
Instataneats cdel munclo moderno y alzapmrima la s:lu«table mientus, por in halo, y su presentatcin t interpretaeion pli­
roulucti~n le fa«tores cilatorios cue facilitarian pron~sti&os leas, pot otro, tstas «leben ser aquilaalas tcoricatente por
m.vs» atimudust/, 2y pur tanto, stjetar el tuturo ton brilas anticipacdo, a fin «de poler influir en aqu~llos. Es me·nester in­
I.t praxis \weosttica no obstwuiza el convoy de la emancipa­ tervenir con mayor celericdad y part hacerla hay que pensar a
cior ino» tte permite frenar, demorarse, o lo «tue viene a sef largo plaza sohre las bases de lo iterativo. Pensar por cdehun-
tatdo presupone un minimo «de repetibilidad (ZS, 15), un es­
Luthy h euna,do e! t~spinw (eyer@rtssehrump{ung wnctmiento del crutinio tle plausihilicaudes recurrente: ·llistoria nagista ti
pttle+ ;if lyemilnt l tu tuat«Tel le portamnitnto the hi ¢pt'lo ¢e le, si, per no en el sentido de la repeticin de acontectfientes
cf th «[tit peulcwwm tot vnd tuwt de wtl tn titttt moult
tttt particulares, sino en el sentilo de una iwncia del pron~stico
vostante tegri'{see htcbte mad Lewi!fsowerug, en up. et. vn ta no&a
que mila los mirgenes cl posibilidad de acontecimientos­
, p Cr. iul. Im Zu, der Zen erk@rzter Anufemthalt in let egenwat, la historia no es futurologia, no es an oriclo infahible por l
elin, New Yark Heidelhemg, 192 H lrnenberg, enter! unl Weltzeit
Fr:nkhnt, I9Sh, y, dentm pr completes le la ~rbit; de voe{letkx I, H~lwlet
De Paule#up «er Zent} nkfnt, 199)

l
incancelabilidad del azar que nos recuerda lo anch aque es la riesgos y se afana por esclarecer hasta el fondo el humus cul­
hendilura entre intenciKn y acto, entre prop~sito y consecencia. tural de la herencia que pesa sobre los contemporZncos para
Sin embargo, debe ser una ciencia prospectiva, un arte predicti­ exigir y asnmir rrsnonsabilidades y para sabet qu~ cuota de las
v capaz «le erratudicar la actual udiccin lat futurolatria. Es radicioes e instituciones ha de perder su inmnitdad por ha­
pwopwctiva pow swr retrospectiva, proyecta porque renemor her servido de escabe} a los m~viles bastarlos del irrelentis­
per a cste audalid tel pa slow cale plantearle la misma ohje­ mo, La histora conceptual atin no se ha atrevid a entaillar una
cin «e a lat hermen~uticat: el esptcio de experiencia no pue­ clscusin sobre su proceso de autoconstitucin; no ha queri
de erigirse por principio en un venero edificante para ei hori­ do someterio a una critic en sentido kantiano. La estrutur
zonte de expectativa, porue a menudo las estructuras han cn la que emerge se ha revelado como un cstigmt que lastra
manado de un juego de relaciones asim~trieas, Ademts, ha in­ sus resultados y tdespierta suspicacias por un ~xito soberbio sin
sistido hiperh~licamente en las crisis «ue fermenta lu critic y voluntad de autoriticze. Fstamos asistiendo» al lastiosa espectic
ulesatenli«lo caluier alterntiva tute no st apoye en la desco lo de desenmascaramiento ideologico de sus pioneros" y ello
fianz en la razon. Su Hist~riwa, su antropologia, slo explora por no pr&star oidos en su literalilad a su propia recomwncda­
ycitientos «de tonfhcto» in Iener en ctenta tam~n la ta­ cion: Histortu nagtstr vitae
eltad hunan: de solution.dos t"de legar a acuendos, de prac
iwar la justieit t ilso, «le pendon;tr"),'' E] so tnlenciost»
le la rtz~n historic st atitne at it «rxcncia le que tl potcncal
future de tin pueblo es dire@tamente proporcion? a la intan­
ibililaud «de Las tali ones v at la estabilidated institutional. Por
el contrio, st legitimuw to» pblict no st rreclr ante tales
" Lais wigeiomts @via iv [ Diuratlit «e lu eeehiewes le tt,, fut
t«lurer le la moder.t hists@tu scaly pi~thanes tke u temevttggenet tn l;
Due en Bew!iule Zits hoift {r Philswpbe, 1 20, pp 270!7I E«ta cocvptt O runner y W. Conze, ban hecho atlat.r estmtors tequfvre.
covets;in two lug el 17 le septiemlwe le It] y to tr.'v stet's tle nente pinizi pet le cue vtvctn rexrwnpens;ls zeal~picas. Lo ate er
Vevat 'ok st st;lee exprtsaw'nft a col;win tome ;val tle a a tali«lad pvmteriorilad set bxutiz top histcria estructural se Ilarahi at la siren hi«tr
el prtgcams le Kvselev rat popular o n;wional f tksgeschichte y se proponia dar rspauldo cientifi ts
Lott se I'au 'er le vs npwt le y apotillat. ta1so ire ibl tdt l pangermarism fendido pr tel pcto de Versallest6, Aly.Macht, Geist
cernir en { hstria ganancsr de raunaliudacl y pMoesurs le apralat, lWahn ontiuten «detcben Den~ens, Berlin, ; 1, Vin Hurn Me'en
nhiz:ir ut tonlitiwne epweurlo en el senticd de in autortelero bit~­ Orto Bruer «@a' the dedogk al Origins of Re,rt{{sgehicbt, en tt. Le1
rivatente reflexivwo de tales process? (ibid, p. 26MD, El esepicismo de Kost­ ann y M. Richter (els.), meaning of Historical Tervs anet Cane3ii ¢

llek st fun«la solo en el an»tu ule la mnotreat, en el refleju regatrw de los tu'#es on BegrfRggeschtcbte. Wtshtngton D.C, 1998, pp. 21­3, M, Richter, 7he
letters de la filessoti «le la historia v le L Ihstracitn, lee uicdando l history of po{tttea! aned social concepts, New York, Oxford, 1995, pp 27.34
re·verso, eto es, e esa ~enincia tonsttuye unat corqutsta le {a Lustracion, En el enjundvw volumen epni{{geschichte, Diskeursgcschichte, Metapberng
La tu.l linone tie eursM pat per4 limifes y autoimpunarw ermlante scbtbte (Goningen, 22), cuilalo por H. E. Bdeker, y «e inluye un tapi­
mnente Lt autucriti a c var~ate le la e ritiea le la azon, que esalt Et tulo te Koselhek;, se anima a cnltivar un maw mestizaje metoxlol~it entn
lgnicEael the La D~suutda tn term#no le alterm±tits le existent'
a ios entojues citauss tn el titulo

33
ACORTAMIENTO DEL TIEMPO Y ACFLERAC1N
U'N ESTUDIO SOBE LA SECULAIZAC1ON'

·Et winer ant steut meses et menses stet swptim@ta ef


sepia sict dies et «dies stcut horaest"Y los aros s aorta­
rain a meses y los meses a semanas y las semanas at dias Joe
cliats a horas") Estas lineas proceden del siglo Iv y pertenecen
a las visiones de la Sihila Tiburtin;' Se trata de um
texto,po
taiptic, Con cl acortaniento del tiemp» se inieia la revue[t,

'Zettserrzeu ud Reschketgug Eine Sudie zur S~llarati" et


einlant Kvcleck, Zeisscbtebten Stdien zr Hisrik, Sul.mo, Fr0k4et
20809, pp. L77­202 Esta conferencta fut pronunciacla en aliamno con el LA,
Acceleruzwe e Sxokarizaziowttrd. «de G Marr.rot, Flintoni scientific he
Iralane Npoles, 1989. ] text alemin, in~dit hast; la fech de nub·lie aein
de Zeiteb hen, es hast.ante mis orpleto tue La vvrsn ith re 4N J'
ih{la Rhetta frnxpkanatisenii), en SihVlniche Weisswnge1'.
wndtvretzung; e'ix.ion carte Allons Kurtess, Heiner.n (Minx hen,
a
1951
p 276. F textn ticne sn mien, eg~n E ;ckur (Sihrlttse Tete uet ts.
tench«nge, Halle, 15##. p 16i) y A. Kfes6 o». , p. i6, hewi el­iw 3
cl Ci. El corespondent+ pxsijetle Laetanwie, cyo texts, wgin Hn Lietz.r
h onocido Ctnstantine, tert 'tune et ams et msts et aie hewiuubtur
y
hne vssw ndt swevtukenate defecttoe Treystu elorutus es! qpue ewe
trenerint, quese tent[es seedtn est, qi ckees ad tout@«{
@exeiru
de los temibles pueblos que destruirn el Imperio Romano. Es cha una ley que los sustentaba: "Esta ley, claramente recono
una obra del Anticristo, que trae a la tierra la ~ltima gran mi­ cible. es la de la acelerc
a i~n constante «del actual desarrollo de
ert, pco tambi~n in tcto lel Cristo qt ttgresad, putes el Se nestra civillzaci~n: ciclos evolutivos que en tiempos pasados
or abreviri aquells dis en atencion los eledos' par lucron recorridos a lo largo de siglos, y que al comienzo de
ue str sulrimiente nu dre leasialo» Antes «del triunto tel Sal­ nuestra ~poca netesitaron talavia decenios, e completan how
valor sobre el Anticristo El acortamiento «el tempo, yat st en anos, y a menudo nacen ya plenamente maduros. FstO es,
protluci«lo pot .to o el Anticrito, constituye tin presagio del pot un iatdo, la consteuencia natural de una format «de mani
fin«·l med festaci~n de nuestro misrno progreso cultural[...4, por otro, el
Compareme estats line:as con un;t atirmtci~n del ingeniero
eteeto de um autoestilizaci~n del progreso cientifien­t~cnico",
el~etrico y empres;rio Werner von Siemens. Fn [ Siemens Desle el pinto de vistas formal, estas los determinawiones
liri «de tia trw de tlesetbwiitnto realizalos haslat esa le­ temporales parecen sorprendentemente similares, En aml»s
casos sin evocatlos e escritos intervalos temporales ahrevit­
Prats #irvan ate tannii Pp«toe hit+in&tun stfniet ti1f, uxd.
dos, aurue en contextos y con contenitlos diversos, El texto
raruhl ­ tEL., vol IX pp 756 s., nupelucilo en Kurtess, 0p. cl. p. 246
En t tewte a le pht it apwx aliptic as, «lisx utiuas teoliemete ant
de la ibila Tiburtina remite a un acort.mento del tiempo» «u
4el+runtu griee pie en el t viletde latter, mt mitimus tn aaelpte a Lis prvede al fin de! mwnlo. El texto «del ingeniero cl~trico se re­
tl,au ts te Hutnak Li tzLan lin lat « tenet.t pup&tlt ton»ton ftere, en «amhio, a una acclcraci~n en el horizonte del pro
etaml prtwentu Im tpwxfativts le tiernpo final y on vllats tamhiin {urs reso, Si las consideramos atentamente, las dos posiciones son,
viwnenlt tarrtpit le la acelerciwtt y tdel actttuw'nu le] tie pr consiguiente, perfectamente distinguibles. En el primer
pt, y poiat y puielen ser nwwtea en toxle powento Arthur Hilgher pu­
catso es acelerado el tiempo mismo, en la medida en «e se
e le relieve el p argen «de vatiattwt de las Fitts Dsleas tDe grose
Ee#ssguy. exte chic De wt etung oder lrulwzewe vt «le h contraen lo mre g nes temporales dados en l naturalez ­;l
bWisclen lropNeeu hts auf sere zeit, Minchen, 192). Cn una abundant monos en lo Que concierne a los aos. meses y dias­­Se trait;
loetanet.tin historic.t, peso sin tin enfoue analinwu desde lt perspectie de tuna muutaci~n del tiempo natural querida por Dios, vuyos
vi er pal. Wea-« Et t lwrz, Alelraton des Zett als ges­ ritmos regulares se abrevian al aproximarse el juicio final.
hhws nl beilesbiuhthies P:oble, Main 1977 (All. d. Geil­
ml sowilwis lw er Mize Al;uleriit ler Wis us;fen un let [i­
En el segunlo caso no cahe pensar, por rzones cientifico­
teratur, Jg. 977, NL 2 Auue iespxritin vn el plan <de la eris tdel tiem
naturales, que ei tiempo natural mismo puetda molificarsw Es,
po, result,a estmulnte par la tistoria cultural Daniel Haivy Esswi sur ae iguiendo a Newton, siempre igul a si misno, Pero, en el seno
«vieratton de Tbstore, Pans, 196) le una cronologia fundable en la naturalez., los progitos en
ibW'a burttatstt rota I), p. 2 ­­sgin Mc 1, 20­ [Marcos 1, 2 'Y
si vi Senor nu abevise uellos las, no se salvana nadi pero, en atencin
lo elegtlus que el euvg, ha abrevialo los diaus Para la tradocin le 1as
rmer voe Siemens, 'ks naturw{ssensc.haft'icdv Zetta#tor rtratgg, cha!
ten mn er $ eremrmhwg Butscher Naturforsxc her d Arzte a
vitars tustanntaria ne he bxmauo en la version de s HbWia de kereken, nue­
ep
ember 1, Ietin, 1%, itale en Johann Henlnik Jal van de Pet 1
w eliion revwsala y atent.at, Des lie de Rruwer, ill0, 15 ET a5e lkeevrtuy des echsche Fotschwttts Ee systemattschw DJ·rict er 'He
sramtento filolgo t historic el pretewt Jes fare'ia Rua ha silo tnt r'ten, Mastrirht, 1945, ww»ls, vol I, p L2I; alli Ii,y un;a cvlerin de de+
wt'z mis, estirnable]. Ii let TI rte nto lrttitle para la {istori conceptual
la ciencia y la cultura, asi como su difusi6n, se producen cada I. Secularizacion segn la historia real y desde el punto de
vez ms deprisa. Aunque el tiempo de la namraleza perma vista metafrico
ezca iual a si mismo, el contenido creaudo por las hombres
se realiza de manera acelerada. A pesar de la analogia seman­ La secularizaci~n se ha convertido hoy en un eslogan amplio
tic:t cstmos, pot tanto, Irene a dos hallazgos diferentes e in y difuso, sobre cuyo so apenas es posible alcanzar DI ace
chs +onlralietorios entre st: tn el texlo de [ Sibila se acort; «lo. Sirve a la critic cristiana o anticristiana de l civilizaci6n
el tiempu +mo tail, en el texto «lel ingeniero se etler.a lt u cs tamnbi~n epleado como molelo interpretative en la filose
ccsion de innovacionts y mtjoras tdentro le plazos tempora­ fia de la historia. Su uso varia segun la uhicacir
les iguales Si seguimos la historia conceptual, constatamos: I) que lat se­
cortamicnto dci tiempo y accleracion son «definidos anlo­ tltrizucin posee un n~cleo institucional inequivoco, sobre
tent«, p'rt se rtieren a representciones o estaulos de to­
at diferentes Hermann l,~bhe, S~kn'riserung. Gechicbte ees kleenpolitischen 1e..
Nos encvntrnos si en el corzon de nuestro prublema. ,Es­ grits, Freihurg y M~nelen, 196.. Sabre " Stknlartsierung, Skuarisutioa
:in interconectattdas amhas representaciones? ;Revela lat analo­ @rwvltliehma', asi coo sole ss equivalencia tn oMrt ienguas, inter,
pa ling~istira entre tats dos formulationes y determinaciones tnftetantt ton tigur t AMrro en listurisex IEteuch deer t9uksephte

lel tempo lad prusent «le un nexo? ;No st Urata aeauso cl un Basel, 1912, vol, 8, pp. 1I­11t. Nobe la [istonat de fa tnterta y «kel con­
ctple v~ase hora Zr lrudarisation geistlicheer stitutkoen in [ ind im
secularization de lss expectativats apocalipticas cristianas del
I'9 Jahyindent, ehein a cryo le Irene t.rusits, Grttirgen, 196 tut}i
tiempo final, «ue han conducido a lat tesis de la aceleracion? «awin del Max­inwkfntit fir Geschichte, vnl 12i, Stdiun z Gent,ni
No es n. wrenwiat crisltatn.t, tu lat silo K[ti rmsputest,1 , wr '. Taal~ aunt t pwninente La contrihuci le Minin itel, te
lat modermidad? O en oros t&rminos, ;cstin relawionados el tornpenc, sus investigauoes de la hitoria tder vote'pdu r cde l mnitetLt /es
acortamiento del tiempo, lt aceleracion y lat secularizacin? lroshle des antarisation er efaa tin, pp, ]­Su [,t fig.tun •
Imopii± he] ct vptn de seelriuton ton e! swpo svulo' tsle
Para responder a estos interroggantes, proceder~ por etapas: It no tst;i, [,pstt «lurch se sf@ tvente hemwtt, I, v.rg, vi4i
tut' aliment,t eet 4le e Sis v sens f[tut .it in,t vwgei lei
En primer lugar, pretendo clarificar etimolgicamente el con tnNrepxrgtirj Ells rntte limit twnte al nww ctn s er.wwt +

cepNw tdle secularizacn. tel /whe, tin4wt uh' gyvriwmno, ltew le lid tu f h tin
le une sit « tjut pule swr mh,s.uh mu e he anal, pt vu.,
En segundo lugar, seguir~ el rastro de la categoria de acor
gtiente ; ujue} lapse le tiempr ate pwor n Lio h isle wmalt.he
Lamiento tdel tiempo desde el Nuevo Testamento hast l ente 4,i en sl /mntnwn Artumr, punt +int, pl. tr mtnvvpwt.sh+ +
era moderna el terttte+ cnsttuo­ tu 'titularu+ t wliy I .Ase­wt lel+
En teneer lgar, intentar~ destacar el concepto modern de ct pt nmlano 1 Wettegrt]' 'sr@rot la s a+yr l' tAhrhede
celeracin para contra+starlo con cl tonctpto de seculari­ Jue clarities y mnimz lees evputr, ~tu< ti'fe un + ''th petri4it , t
etectu~ en lor stgles 1 y nt, Sobe '/stewt prelhr inti utmus'­ft,it Wt
zacion y le acortamiento cdel tiempo. ase tulawia Hans Lietzmnn, Der We{tbestand, onn, 19M19, y ahua sohn el
accesw a las fcntes el ant. Sexuun', en Der kleme !'auly Mun hen, 1979
vol +, pp. 1492­1+9i

tI 4i
cuyo significado no hay ninguna duda. El t~rmino, surgido en da los mismos soberanos de los Estados cat~licos. Los obispos
la lengua francesa slo hacia finales del siglo xv. significa ini­ alemanes se resorvaran el derecho a transformnar la propiedu
cialmente el transito de urn religioso regular al estado secular. de kaus fundaciones elesisticas, no solo por el Dier de la reli
EI clera regular patso entoncts a ser un saeculartis, clero sevu­ gin, sino igualmente por el bien "de la comunidacl, en Otr;
lar En el uleretho tansnico lad xpresin ha conservalo hast cosa, en algo ms conforme al fin principal y decuwtdo a lats
hoy st sentitlo estricte' verdalerats necesiudades" Jos~ II destin~ numerosos hienes
2) Un:e primer ampliwin de esta institucion juridieat tuvo cclesiisticos a nucvos fines, y en l Revoluci~n Francesa tole
lugar con la Paz de Westfaliat de 1698, En el ranscurse de las el patrimonir de lat Iglesia aah siencdo copfiscado y transfe­
cxtenantts ntgociciones le paz de Minster y Osnatbr~ck, rido, mediante la nueva moneda respalcdada por lo exproptt
cl legado fines introduijo con el viejo t~rmino tun muwvo con­ lo, a la brguesi provrtat de capitales. Coro capitulo final de
cepto, a saher el de secularizaci~n, Designaba un atcto puli­ estat oleada de secularizaciones pueule considerars la disoh
ttco existente en la Iglesia des«de los albares del Medievo, sin ci~n de toles los domios de la Iglesia alemana, la que aca
Jut no obstamnte huhierat sido empleada para ello estat de­ rre el bandono de la viejt constituci~n imperial
nomineiwn l;rt el emtsario franc~, seclrizaci~n signifi Lt eclarizawon tienc, por consiguiente, un ntheo le de­
caha el pso le Dents ewlsisticos a manos swelares, En Ea rerh canoieo, (yo significaclo hat penineiud»en vier has
situation coerttd de it gt'TE tle los Treintat \nos, csta «de­ ta oy. Ades, lat secularization «designs un acto juritlieo po
igmwi~n tenit tiertmmcnte tin acento anliprotestante Se Que­ liticamente fundtclo, qt reduct o expropin los clomninios y las
ti, peir a los senors territoriales protestintes lo uu tllos
nismos Hanahan Reform": I continua contiswacin de hie­
l'fur yin he 'ms vntn hes arrohisptu le Magnus Tw·w is, tut
es de la lgtesit caoliea Mediate la Paz de Westfalia se pr
tlujo so he el stew el mpeo ale:n na situacn glohal de
alzbut kel !5. 'W» vt wt,a (, p o, it en Cl Atilt, gs'en zur
t »eschi@be des ates wd des vrwtselen Nohs!t tsus, F~!ns 19%
tablas ue fijabs rig«latente lats cuotats «le propielad cclesits­ n. 41. 'E}!S apt de tN6 rs «lelegal tde le menciunidas arze»ispxe:,
Iiua y secular Estat situacion, sin embargo, ibt a cambar. En el iris'i;st put el vtcuifnt ulel le Tfeveris, 4 Fthronio, eLhvi tu pr
so le la lustrcin, «e culminari con la Revolucin Fran pueta en 2R antic l, lirigicda al caper.dot lusi ll y euocida cw el mown
bre «de la l'ctr e ms, pow la cue eliminahan l jureuhc,on &e u nun­
ctsad, llego unt oleatda de ulteriores secularizawiones en e!sen­
iur y s¢ teluat tunsttdealent la autoridal poptihit. Loss ectos pipale
tilo «de expropiaciones tle propiedades, fundaciones y bienes solo sefian obligatotins si los plieaba t! ohispo diocesano. 'Tl pm puest,
cclesiisticos. En este pmorcso participaron de mancra cdestac­ tutetsu «in en la prtesta po la or­'esion al principe Lark Tef' Je
awiera nor partr el pxmp Pio VI le um mt iatr en Mich El espirttt
tie­ inform e»rs articular retle, las tenclenia cisrnitia le pell ten­
Jr «atilt rulanatot, xludarserung', tn Geschtchtlcbe Grunad pors. Las reivnlisaciones son r1as, y van tdesde el derecht tie print lo
be@it'e tint,et 1Ii vol , pp, 7891­8_9) la pane udehie.tda tvuvpt en
at tli:ts de abstinenua tle etotgir tlmspensts en ls irpetlimentrs tde atrrno
el;unlito le} wnhw tao~iv y tle las relacites Estle­lesia fue redact.a. nio, Ruta la preitren de neter al pllet de los olisps tr lament
l per Weter Canu y Hans Wllgang SMr~itz y en el imbitn «d La tilsofia dee pointitiwies Lepo «estilan urt ta sv luntad «le indepcn.tzar tle lgun rnuxlo
lat tom pM Hurm.nn Zabel) el episcopalo alerin de l Curia roman]. IN. let T.]

+3
----------------,
del mundo, al progreso, el cual debe realizar en el plano in­ conciencia de la aceleracin ­o de la correlativa desacelera­
tramundano los postulados cristinnos hast alanzar en el fu ei6n­ la experienciat cdel tien1po, siempte ya dala naturlmen
ro la libertud respecto «le calanier torma de domination te, puede ser definida como una experiencia del tiempo epu­
Todas las opriones glohales de filosofia de la historia aqui citicamente hist~rica.
esDoz.atlas pulen ser, tlesle la Revoluci~n Francesa en ade­ Dctengnonos todaviat un momento en nuestr primer re
lante, localizadas politicamente. Son catalogables dentro de un sultado provisional. Hasta alreedor de 100 l secularizacin
«determinalo espectro de partidos politicos que van del con dems tde sud acepcin juridico­canonic:a, es un pruceso juri
servlrismw al conuristo y the po tanto htcer tip lect lto­politico qpte ha inluwide un cdesplauzamiento tel peso le
• le lem misnors tnbien en clave «de critita de la ileologi. la Iglesia hacia el Estale secular. Des«de esa fecha, la seculari­
lay, sin embargo, una signaturt com~in a estas loxtrinas de [ zaci6n adquiere una «dimension propia de la filosofia de la his­
secularizacior: touds renuncian a una separacibn rigurosa en toria, La doctrina tle los dos muncdos, como ~timo titulo «le le
tre el rats :lli y el ms ac, eternidacd y mundo, espiritual y se­ gitimacion del brr politico y del comportamiento social, cs
clr M.is bien tlos lo es«Jent interpretalivus le L filo­ reenplzala por Its nociones de historia y de timpo hist~ti
sofi de La historiat se oeten a la pres«ripci~n por la que todas co, invocadas y movihizadas le ahor en adelarte como iltin:
las tareas y desatios dehen ser resueltos en el tiempo hist~ri­ instancia de fundamentacin de ls planes politicos y de la o
co, cony a raw~s lel tiempo hist~rico mismo, "Tie1po" no se anizacion social Llegamos asi a la segunla parte de nuestras
opoe a 'eternilad' el tiempo reclamna para si la cteridaad. To­ reflexiones.
«las los pares opuestos lualistas de ofigen cristiano se tdisuck­
wen ljo el presuputesto, presentaulo tomo universalmente vi­
lido, de ue el tinpo mundamno de la historia no s~lo plantet .'. La trnsfowmacwi del cotaietu
problerats, sino que tambi~n aporta sus soluciones. En otrs del tempo apocaipico
palabras, la oposicion entre pasado y futuro pasa a ocupar el
puesto central. despidiendo a la oposicion entre el mis ac y ;Fiene algo que ver la aceleratci~n moderna con la herenci:
el mis all:i rislint, sin la cual nuestra mouldernidad no pieule ser enten­
Este pout'so peule ser descrito como mundanizawion, aun- lida? O formulacdo mis rigurosamentc: zsc puede explicar I
Jue stria mats correcto denominarlo "temporalizacin" Habria­ tneomtovetible experiencia tle la aeteletati~n moderna solo ;
mos encontrado asi un primer cceso a ntestra problem~tic partir de su origen cristiano? O, todavia mis preciamentees
de la relation entre acceleraci~n y secularizacibn. Si hay, en efex­ la acvlerzcin moderna el producto de una mundanizaci~n «Jue
to, nII Gp'Tei tel Ii« pw tnMnHnHe al undo e histori no es possible pnsar sir el cone«pto antonimo tlel cieta y Lt
e1 que se difereni de los ritmos temporles ligacdos a la na eternilad?
ralezat, ~st es sin «duda la experiencia tle la acelercin, tr esle el punto de vista puramente formal, son concebibles
virtud de la cual se talilica el tiempo hist~rico de tempo pro­ dos respuestas En pmimer lugr, "secularizaci~n"puede signi­
lucido especificamwnte por los hombres. Slo a traves de la tier la negacin tel origen Cristiano, el deshancamiento de kt
doctrina de los dos reinos, la renuncia por principio a esta doc­ el es cierto. La medida de este acortamiento es la supresi~n,
trina. ya prescrita para el futuro, del tiempo mismo. Antes de que el
En segunlo lugar "secularizacin" puede significar que las juicio universal ponga fin al mundo existente y a su cronolo­
problematicas y las tespernzas cristianas --ms concretamente, gia, tambi~n el tiempo natural de la revoluci~n solar y de las
less contenilos de la fe cristiana­­ continuan siendo un presu­ estrellas adquiriri, en medio de un torhvllino de miserai y de
• moncito para poder p:nsr y conoccr en general la dolor, una veloidad fren~tica. Con las palabras de La«tancio:
..ar!niaciwr "EL sol se osxreceri revisti~ndose tle una palilez perpetua la
Esta alternativa analitica, qte, consideracdat emputcamente luna se teniri le sangrey no reparar lau merma cde su luz per­
admite, comw es natural, muchisimas formats intermedias, uia­ lida, todas ls estrellas se precipitarain desde el cielo y la re­
ri mestra reflexion ulterior. Me permito por eso recordar Lt gulariclad de las estaciones no se mantenlr, confundi~ndose
distinct~n introducida al inicio: la distincion entre el acort entre si el invierno y el verauno. Entonces el au. el mes y el
miento del tiepo ­­ejemplifiea«do por la Sibila Tiburtina y la lia se acortarin [unc ct ammus et mensis et dies bnvaburl; y
celeracin ctyo testigo principal ert nuestro ingenicro clec­ '~sta es la scnctud y l dccrepiturd de] mundo', seg~n Trisme­
tu gisto Cando estats cnsas sucetlatn, ha de saherst que {a lle­
I) La representai~n de que sea posible acortar el tempo gatlo el momento en Que Dios volveri paura translormar estut
mismo proviene de los textos apoalipticos de la tradition ju muncdo saeculuml'
deo­cristin.s. Se trata te un coneepto propio de la experien El acortamiento cdel tiempo es un signo premonitorio de la
cia religiosa, que recihbe su sentido de la esperanza de salva redencion de este muno. Subjetivamente, detrs de tal repr­
cin. En la expectativa cristint, el acortamiento del tiempo es sentacion se cscondia la expectativa de los creyentes de la vel­
una rcia concedida por Dios, que quiere abreviar las tribu­
laeiones «de los suyos antes el fin del mun«do (Me I,
2t; Mt
1, 22).' Luego se tratat ce adelantar el fin del mundo, que como
ta de Cristo, «ut se condensaba en la preunta: zcundo ven­
lr;i por fin? Lat espertnza, cl fire «desto «e los cnyvnte de
ver tcortado el tiempo pr poder tomar parte lo ms ripila­
mente posible en la salvacin eterna era el motvo de seme
jante expectativa. En ~rminos teologicos, este deseo pres1po
Los gros griego para 'wt.at' rdrzen), 'hwvrir sot muel me
nia un Dios que, como senor y creacdor del tiempo, era tambi~n
evidentes: ekdohosen' temite tmthlen a tvrnmen I mutilar' truncar]»
rvrwhlruclen Tratar' ahsgrhet, enllir'] (Me 1, 2D, sinismo 'efxNofu­
capaz lc acortaro. Era suficientemcnte poleroso paura acek­
then' y kwlohheseta 1Mt 2i, Tabi~n ur de lo pa.es con fr raur incluso el tiempo del curso «le los astros y provocattl pr
eucnwil two as sohn lat txpextati inmedittp (] Cor 7 29), empts hrw grumnado fin tel mundo antes de lo previsto.
t cue pot towsiutunte, t nalabrs tde Lutero, cl tempo es cotto, est for­ En el bagaje de ls motivos he·men~uticos cristinns, el actor­
multlo er Two con tr,ts clariulatdhwkatirzs syetaloeas estin ­cl Ie tamiento «del tiempo antes del fin cde! mundo no ha jugalo siem
«t
pre'uit, lo v«prime In pr.lo v er ante sen aludo la vwy [Mt
a a

pre un papel central Mis bien Ea interpretacin apowalipuic.


, ! "Y st ;wells let nw s awwttsn, nw»sw <alwari n;uliw; pwrovn aten
s a a hu eleyixlus st evtarn atuele w dis'; 1 tor ', 2 tys le, put's,
hermanus fl timpw premit'I, [N del T yese nota l, td. urtess, p 2i6.
apenas fue aplicada a acontecimientos politicos e hist~ricos que para et fin del mundo taltaban tot:via s~lo 0 aas: " Sed
concretos, cay~ muy pronto en el ambito de la here]ia. Al acor­ Deus abbreviabit dies propter electos; pues el mundo se alej
ramiento del tiempo, una vez vaticinado, le quedaba, sin em­ apresuradamente, quia per boc decennium vere notum saecu­
hargo, unad oportuni«dad «de interpretatui~n teologueat a lt que hum fit"." En cl dcrenio transcrrido entre la dieta de Worns
constantcmcnte se pulia recurrir swgtin la situatcin. Y puesto le 1521, ante la cul Lutero protest~ contra el anutma y el os­
«fue los vattcmtos y lats pwoleciats. en cuinto tnspialus por racismo, y lat segunela deta de Speyer de l?9, que vio cm
Dios. ex«eden al saber humane, participan en una verdad s se inutependizaht el alt protesttnte, mientras los turns siti;
pwatemporal ue no putetde set derogadt por ningun atunte­ han Vient, w: tonlenaron tntos eventos «uu el nueve sae­
cimiento datable cronolgicamentu' Por supuesto, igue sicn­ ct«lum se le antoja catsi amortizado. El tin «del mundo pantexi.
do un problem permanente, irresoluble por ningun dogma, irrumpir un ritmo ateleraco
qzute los anunciaulos acortamientos lel tiempo remitan antes del Lutero, que tenia grndes reservas respecto al Apxxalipsis y»­
fin de] munlo a pxesos historicatmente nicos, cuya estrut­ niwo, sueumbio, sin embargo, a la sugestion que irradiahnn ls
Itta, no obstante, clebe pocler repetirse de continuo, El con­ pasajes del Nuevw Testamento cdeclicados al aeortamiento del
flieto con la Iglesia institutional estaba programaclo. tiempo. Era siempre la catrta de los acontecimientos politi
Sot:re todo en las postrimerias de la Edad Media proliferaron cos concretos lo Que provwxaha la utilizacin de cs«s pasties
y 4.4nu0», •·o·win ts viioue ;;mu nipti&as, fie S& IS[EI bhlicos que, ante la pruximilad cdel fin cdel mundo, hacian apa­
on al «al «o tgteia carolica,' pe ello es tun buen tes­ rtetr alt vez ms breves os intervalos temporales previn, al
timonio el misro Luteru; aqtel Lutero que, cn contrauste con juicio universal. A medida que Lutero renuncia a la apeltcion a
tIs tseritos leulgicons, en sis chrlats le obremest, velve Figuras apoxalipicas ­con significalo ml o metafrico­y
int y or vez solwe ls expectativats tpocalipticas, ya st por se relieve s~lo a conflictos y constelaciones constatauhles empt­
«tie implo.at un apiaszmiento lel fin del 1undo o port« ve iamente os pasajes relativns al acoramiento tdel tiempo su
inminente y anhel ardientemente el din tel Juicio. Asi diser­ convirten casi hajo mano cn argumentos hustoritts solve l
rah en una ocasion at propsito de la ilea de Melanchton tde aceleracin. Per [unlamentlente se tratttbtainbien de um.d
determinaci~n cdel tiempo extrathist~rica y suprihistorica, «ue st
Innes, Aerts hewrw!' 44_9, [i_)5,Hip6iitn, efistatie mum hoe­
prestaha a er nuevamente aplicada a la historia. Es una cons
reium , 5. La cvlerid! nirgin:hle f nestimabtlis vlocttas o teierttas eun fate de las prelicciones apuxztlipticas el hecho de que pedan
la {te lier­ ee'tat el ;tie fir:tl nwwe tiene pefeetewnte el.tr.as etde el sef continuamente repetidas, Una proteCid O expeCttia po­
ptfu'po its nten'ts Ga+i Ct von Frisirgg, 4.hron. VII1 I, pry.ne en caliptica incumplida siempre puede repetirse; iniutso !Lpmo­
tin !cet, et ', ! e puede ef vonltrhud c'on cl argent+ wln habilidl futura creue contorme se st~eden las pretictiures fat
el :cotaitnte cdel tiempet, «jue tlepole de La di.eronia listen llidaess. Precisente el error en el compute e las fehas crnsuituye
V~amme enle +rs. ' amlali, \pvt/ypre und fiehtchtshe nkege let
lin, 1'35 (Historische Stulwn 1} tin. Vacuz, 1965), Norman Culn, TTe
prsnit of the llemim, London, 196 [trd s st En pus le! mtlemio, Aiian­ M. Luther, Ttschreulen, en Wer#ausgahe t&'eiru, 19151 N 74 4y 1pul
z. ditoial, Mdrid, 1 2756 1u/0@0t2
una prueba de
que su cumplimiento futuro es tanto mas segu­ n tos hist~ricos con vistas al fuicio universal. Loque, por el con­
ro. Ia formula del acortamiento, la supresin del ordo tempo­ trario, se abre paso a partir del siglo xv es algo fundamental­
rum, es, por consiguiente, una premisa teolgica o metahist~­ mente nuevo. El n~cleo duro de la experiencia del que se tom~
ica pertnenemente aplietble, Lo tdato empirics que «debvn crecicnte impulsu estaha constiruido por los descubrimientos
corroorar cl preconizado acot'miento de los tiepos pueden y las inwenciones de as emergentes ciencias de la naturaleza
v.ir pre la plausibilidatd de la argumentaci~n siguw intac­ Ya a mediados de} siglo xvt, Ramus constataba, por cjemplo,
tat, mientrats la durciwn lel mundo sea comparala con el ti­ quc en el ultimo siglo se habian producido mis descubwimien­
lo vital de nn hombre, Cante mis se aproxima el hombwe a tos que en los catore siglos anteriores. Bacon lo formulab
la mcrte, Into mis breves se (ormn los mrgenes Import­ tolavia como una esperanza: con una guia racional las inven
les «ue estin tocdavrat a su disposition. En el Medievo la me cones se acelerrian: "itaqte lunge plura et meltor. atque pr
tatlorica biol~gua st insert en el contexto de! acortamiento mtnora intervalla, a ratione et industria et directione et tnten
del ticmpo teol~gico. La premisa duradera de este medio in tione hominum speranda sunt." En el siglo xv menuclearon
terpretativo mas que milcnario consistia en el tiempo funcda­ las confirmaciones dc que esto iha a ser asi: Leibniz, verbigrad­
lo y delimitado pot Dos, cle cuyo fin podia disponer sober­ cia, pensaha que, en el arte de la invencion, se habian hecho
namente la Iglesiat. El acoramiento de! tiempo era aplicable a progresos cada vez mayores en un tiempo cada vez menor. La
l historia en todo momento, pera ~l mismo era tin requisito cspernzt se convicrtc, por tanto, en unat mxima empiric
et.listoricn y suprahstrico, sobrt el cal el hombre mismo
no podia decidu, Esto cmbi al principio de la elad moderna, Dos con el hombre. Lt pimera, la de las bras (focdus operum), rigi antes
2 Destde el siglo xv se multiplican los indicios de que, en el pecado original Fra un pacto pnr el el Lio praetla ls salve in tlel
lapsos «de tiempo cad vez ms breves, sc preparan grancdes homhte a camtiu de bents olras y perfecta obedient espu~s «kl pees­
lo el alvegad, pew Lis e tlign hater int s'gun«la aliann, Lt de Et
move«lades en este munlo, Formalmnente, el acortriento de
los intervalo tempowales ts conservado cono argumentt pa­
acit t_feds gmute, pe se realizat en unrt srie te ta;as his~iuts tue tit
in:ant en tl reinui ttero de Dias, e inhuye. pxr ant, ns leis ch milers­
ta aleanzar la salvacibn futurat, pero la apelaci~n al apocalipsis rimo Dante el slow tusvtern un putsza lowalizalt ls corteiue, chis
cede tereno. Este pierde resonancit politiea, aun cuando con ipulo de oh, «te afirmabr «ue tpxla las pwoteciass se nterian a Jeuunst
tin~a cultivandose en las sectas cnstianas ­­por milenarisas, pie­ y qe estaban prefiguralos en la hisiotla sagrtld 1odors loss aonteimten1oms
r·etas v f~logs «de Et alinza' part interpretar acontecimnien que le hrabrian de seeker a la Iglesia Para ellos antes del fin udel nude ha
le Iahet wle lat errt un reinacloy le Jescristo, uue detr tr ei de} Ari
enstn N del T.]
r 'udestheologeen, I principal reprvsentante de la #um«destiwkyga o fr­ "Git, en]. B.ry,The Ikea of Progress +19A2aperhack, New Yo1l 1955
lerltbeologie es Johannes Coxei {cnowilo mi~n nor Johannes Kuch p 5lruud cat. La «du le pegreso, Ali:rza Editorial Madrid, 197L
Coch t169- 160)), te~logo protestante alemin y prfes en Lr«lent, quc ust­ ' Francis Bacot, Nwm +mg@um, en Wwt I, Lorn, It, p. 18 elmp:
he el cxeepto blieo le alianza (Bub» omo cluwe para la relauin centre Stitt,rt­Had Cann;it, 196, vol. I, p. 2917)]"or le tasnto han de espevare mu
Ls vvl hemhwey part Lr contirudu le la bitottt ue lt alv;~ten tel An­ cha mis y tjft t, y a ervalas ta crtu, le l ta~n le ls Iott­
tigoy el Nev Testamentu. En u iibro Summa doctrinae de feeler et tes hres y de s industria, direcion y atenta aplicaa (rad. cat: wum Ow
tannta{ Le clearroll teugia de la alianza. Distirgi loss al an as de ganum, Losada, Bueno Aires, 196l, p 148)] IN del TI
Qu~ distingue entonces argumentaciones formalmente tan ­eho que las expuctatvas de salvaci~n bajo cl ropaje «le esj
similares? En qu~ se diferencia el acortamiento del tiempo en ranzas milenaristas puedan ser traspasadas tambi~n al nuevo
el horizonte escatol~gico dcl juicio universal de la aceleraci~n concepto de aceleracion, el ncleo de experiencia que invo­
en el horizonte lel progreso? caban las nuevas expectativas ya no era deducible del apoca­
l'ot un lado, ya no es Dios el senor de la ateci~n, sino que lo lipsis ni determinado por el juicio final. M's bien la historin del
es el hombre ue prowot el proreso, St trta de un lento mundo msma e convirti, en palabras de Schiller, en el tri
cambio del sujeto de la atcion. hunatl tke·l mun«do."
or otro, ya no es el tempo mis1no el que es privado de su Se putecde, sin embargo, aventurar la afirmacion de que (am
eglarulaud natural, y, pot anIo, aorta«lo, sinu «ue es mis Diem hi~n el concepto moderno de progreso, verificable por la ace­
el hombre quien se sirve le\ siempre uniforme tiempo de ha leracin de los lescubrimientos e invcneiones, continua teni­
naturaleza para melir ronol~gcamwnte los progresos impul­ do ule antiguats expetativas eristiatnas. El dictum schilemianu
sales por ~l. Lat celeracion esperada o ya contirmada de ls de la listuia universal como rill universal ­repetilo it
progreus es caeulada en un tiempo en si mismo unilorme en numerables veces­testimoniat inmediatamente la temporali­
opoicion al acrtamientu clel tiempo, del qe Dos dispone zacion, uue hate entrar el iulicitum maximum en el procso
Pot estat vi el riginen argumentativu se tolilita raulical de la hstoria. Inchso si cl futuro circunscrito escatologit O
mente El acvtamiento del tiempo, «Jue antes ponia fin pre­ powalipticamente tu reinterpretatlo como un futro abiertu
atur;mente tles«le el exterior a la historian, se trmna hora unat 'as csperanzas depositadas en las ciencias le la naturalezat con
celeraein que es registrada en la historia mista y «le la que servaron un residuo de expcctativas cristianas.Son [recuentes
cisponen los hombres. La novedad nside en la representaci~n lats votes tue, de La tibia admonicin de la sabiduria dcl An­
«le queel fin no se aeen; m.is r;ipilamente, sino que, en com­ tiguo Testamento de cue, a lus ojus tde Doss, mil afios son como
prAewn con lus lentos progress de los silos pasades, los ac­ n dia (sal 98), y 2 Pe 3, 8), extraen la conclusion inversY
tuales avafees se producen at un ritmo cad± vez m:is veloz. I convicrten en una met:fora lei progreso; los avaunces par
Amhas posiciones tienen alo en com~in. En efecto, sus ar­ los que en otro tiempo se necesitaban mi anos, ahorat se re±­
gumenuteiones se nutren le la fiawin de una mca, de la izarian en un ano.'' En cierta medidat, esti parcialmente just
determination tde unt teleologia, tde tin tlos que cdehe ser al­ ticado hablar en sentido aut~ntico de mundanizacion de laus
«anzlo ca«la vez mis tleprtsa. La mcl de los prgresos ct­ mctaus cristian;ts
leredos vra el loinio le La natturtleza y, de moxlo crecien­ Esto puetle ser aclarade mediante na serie «de emplos
le, tambicn la autoorganizatcion de la souiedatd constituida g

politicamente. Descle entonces la salvacin ya no es buscada al Frielrxh ichiller, Fe~nation, en Wenke und iHrtefe_ Frankfurt am Masi
termins de Ea historia, sino en el desarrollo y ejecuci~n de la 192, el. I, 1n. 17 i20
" Vase van der Po (nout p vol. I, pp. 1 ss, I5al 90, 4. "l'ues mil artos a
hwtuia mism;d
tuts ju son un a1wet que pats, tna vrtilia en la nochw; 2le 3, & "Maus tna
Estas fuerun las mctats de la lustraci~n. Se trata, pot tanto, c'vat no pulet iutar, punier tpue are l St'ft in «lit ts «tr tnil flu
de algo mis y diverso de una simple secularizacin. Por mu­ , mil aio, comto dia\ [N. del T]
Lessing yat registro, en clave psiologi, «we [ambicn cn la + Revolucin industrial se propagga el pthos de la f6rmulat de la
Ilustracibn se mantuvieron operativas las tradiclones de los fa­ aceleraci~n con el resplandor dc la Ilustracion. La cucsti~n es
talcs. ;; ·le los milenaristas. EI fantioo iluminado (aufgekl~rte siempre determinar las metas de la historia reci~n descubierta
Se r;c?', comm l die, obtiene "a menudo muy justas vi­ v alcanzarlas en una progresi~n finita o a la postre infinita. Per­
swots del hturo" s~lo qe Desea su prontat llegaulary ser el ml:rMe luc'if otrts testimonies
mimo quien lo aceln" Aqui se hace patente la ligazon del Kant les extendia a los te~logos el ironico certifiuadu de afir
postulade de la aceleracion con los sujetos autonomos de la mar una y otra vez que el munclo estaria ahora precipitindost
accin: los seres humanos. E igual de difana aparece la trans­ hacia lo peor con una caitla acelcrada, pero este ahora [com
l formaci~n de la expectativa apocaliptica inminente en umna es­ sabemos, es el ahora tdel acortamiento del tiempo) es tan vie
peranza de acelerar el future: "Lo que le cuesta a la Natura±­ jo como la historia misma.' No obstante, tambi~n Kaunt, en sig­
leza mil aros ha de cumplise en el instante de la existencia no de aprohacion, recurri~ a figuras quilisticas cn cl momen­
tlel fanatico Pucs Kut vI a tener ~l e eso, si lo «ue consi to de fund:ar una constitucin juridica ordenaday una federcin
dera lo ejor no se convicrte ya en lo mejor tdurante el tiem­ mun«dial de pueblos como objetivo terreno cduracker «de la ae
po de su vida?" Frente a semejantes fan~ticos del progreso cion politica. Sin perjuicio de tala la experiencia bistria pre
lessing guarda las distancits, tal como lo hicieron en su tiem ~tita, incluso en contraposici~n con ell, Kant ha intentadu, er
po los Padres de la Iglesia antiapowalipticos, «ue rechazaron
toclo calulo clel prvenitr por consilerarlo her~tico. Sit em­
barge, la descrip'ion lessinguiana del aceleralor consciente del
l. reflexion sobwe el impxrativo tategori'o, poner al tdeselrto
un impulso a la atcclcration htoriua. En etecto, pens cu
menzase la moral t cjereer stu influencia sobre la praxis, el ob­
­
f progreso revels un lento per inequivaco cambio: aunque ha etivo duradero propugnado pot ella podria ser conseguido con
esapare«ilo la prescripci~n divinat, el revestimtiento religioso tanta mayo celerudad; "Parece que, gracias a nuestra «dsposi­
interno se transparenta por daquier. Paco despu~s de la ob­ cion racional, potdriamos anticipar ese memento tan halag~e­
, servacin ctitia de Lessing, un autor alcm~in escribia l si­
l

ienten 17 'Tenemos «ue aprsnrrnos a acelerar en lo marel Kun Dw Religion iwwrhelh der Gsnwzen «der W»sew roll
posibe la revolucion en cl espiritu humano I...]. Pongmo­ (179, I St.,I Abt en tlcammete Shrtn hg. • der reuswhen Ale­

s' "
mo manos a la obra, pues ya ts de dia" !' Mucho antes de l mie der W'ssensthften [Helin, 1907, vrl. 6, pp. IS s [Ia veti tvstrllant de
to«wtltextw aei mun tceuatlo a asi 'Ire hijan pwontr» tesouftvt la hi­
t hut tow urn sen, y es entonxvs Et ciht tn el mail el ml mt,d, tun tl uutl
€. E, ling, Die Eu:iwbunp oles Atemscbengeschlechts7HI), ]9%, en G ·iempre hte as lat par ti fisxo lo tu' pr lutacra hcen ewnrf «n au vle
anfte el, Leipzig, 18, vol ', p 3/trad. east.. lat el«eaci~n «de! g~ he spl+ u le tnuxix tptte ahew, I;err tte ahurt vs tan aniitto rmu} lit
ero bun@no, en f Lessing, Pscnts {tkosfke cs_y eolices, Editor, Nacto­ pi} vivnus en w» ~ltirxr del impw, el ltimw dia y la rtina cdel puke stir
nal Mtdrid, 192, • 593} a ls pucnt. tla rlii~; elenfro de os fmttes de la ea raz, Alane Edit
' Willet Luthwi Wildin, I#fwrivesche Brtefe 1, vol. 1u8, cit, en rial Maelrd, I1 n. 9 ' I tr,rccin le les verso le Horatia brr u n­
Rulelt Vie hums, Polit+swhews ewsstet h eutschland vwr !789,en [ud mitt Kant "La elute eltur ptlrt, pet tel le restrs ahrlo, ne
euschkad n 1 Jhrhuert, Gtigen, 19H7, p. 2O (mnese priers­ prelujoa nuw&rs, pure, pte hemos le ar leg rat cecvrlurui a~n rt%
p. 19)
mwnte en Der tat, 196. vicisa (Horacio, Glas, III, 6 it n +hid,, p. 2] {N. kelT
no par~ nuestra descendencia " Esto valia, seun Kant, tanto destino de los hombres, que ahora en la Revolucion toca rea­
part la constitucin juridica en el Zambito intraestatal como para ­i­ lizar: "les progr~s de la raison humaine ont pr~par cette grain
la federacin de pueblos, para la futura organizacion de la paz ~
de r~volution, et c'est vous qu'est sp~cialement impose le de­
mundiatl en el imbito supracstatal: "porque es de esperar que voir de l'acc~l~rer O recordcmos c~mo comentaba Wieland
los ticmpos en «e st producen iguales progresus scan cada poco «leputs» loss acontecmentos de la orlla derecha kl Rin
vez ms cortos I antigua finalidad ultraterrena de lat salva lo importante para quienes planificaron la Revolucion Franc­
cin futura lue integalat en lat hitoria como cspcrnza mun­ sa crat 7nad menos que lemocrafizatr poco a pwco, de pue
dna, temporalizada, y, a trav~s de su repercusin moral, Ia blo en pueblo, y en el mis breve tiempo posible, la titrra en
.wclerawi~n servia de guia para la acci~n de los hombres auto­ teraw.°
nomos. Lo Cue en ouro iempo era un privilegio de los elegi­ Lcteng:monos un momento y prgur~onus qui la ca
dos, poler tomr parte en el future juicio final a su perscgui­ bi:tlo entre los siglos xvi y II. Lat meta ­antiguamente aguar­
lores " Spritualis autem inulicat omnia: et pse a nenne dada, esperada o temida en clawe apocaliptica­ de un tin lel

~nchicattur , ts+ ala cr la Aieagscion moral «le la 1a­


prictic sones.tua.
Est.t position correspond, aunKue con tin:+ mnayor leis de
mundo que irrump en intervalos acortados se ha conventilo,
con la Ilustraein, en un concepto de expectativa puramente
intramunlano, Ciertamwntt, tamhi~n en l lustrawibn se I
wtiwrsmo, zjuvlla pwsieiun expweala pot Robespierre en l lefide el future de nnat promesa cuasi rehtgiosa, pues «delver.t
hiest, de Ea Constitucion de I79, Felicidad v libertaul on el rater a felicitatd y la libertad frente a cualauier format de do
minacion, y ambaus enrian que alcanzare de manert acele­
ratcla meiatnte lat action bumana, ero foxlas est;s determina­
ant, Alee u vier allgeeien Gescbtcbe mn welthurgen'icber Absicbi, H
cones de la aceleraeion fueron fundacdas tle moxlo puramente
'tz. en Ierle, hg.v wlhel Wischeke­I, Dust.t, 1Wi, vol 4, p, ·if /rad,
et hews pit ta histwi umirvrs e chaw cnsapoltte las esctttos se­
intramunlano Luego nos encontramos qui ante tin tipo de
re rkedia re Wis, em, MlrI, 1947, 1] secularization que, con arreglo a nuestros criterios analiticos

..
«
' at wt ewten Fr@den, Anh (±nude, en Werle, lg. v Wiltelm
WsleheI, Drmst;ult, 11, vol. b, p. !1 [r.d cast la pa pvfva, 'T'et
se distanciba del cristianismo. Sin embargo, no se pue«le po
ner en ducda «e tmbi~n la herencia cristiana contintia estan
no Madrid, 15 p. 4l lo presente: en la medida en ue la munlamzacion de las me
­ ] tr l al nseuto lsenuu lrmxnux baers 4 Iii alirmluin
tu pie tic'at sore, uu, tn tt4ti eden ahsiutaufe sin fingtt or
etiv tn st ht gislet, purexk st uonsitkxrault to Lt tx~'yuis irexlita y Hehespier Lhscurs sr k (sittior proruncaulo en l 4saml%et a
lat wr. istnat le Mus, pet la ettl el tr n tit at l kewa le tneiww. ionl en la swirn «el I+) le tatw tu 17934 tit. en I'wpet', Sites.g#wt
her.t hitn, yo tun«entr tl interpretaeion auttntiea, txpneaels at'Kwit six, ed Jeaa Pheren Faris, 195%, vol I, p, 1]Lue pro,rusu de L rain l
wnte', en an Iilr cdel Antignte [est1rcntu Job. {ant,'beer des Miss!tngen mnan lAn prtpurtr t1,4 gr Revwwluxion y at vrrwtr rep. ml' espe ht
lle philosopbtsche Versube tut er belier en lWenle, lg v Jlhelm e «dbet tw acchnrlt tn M Robespierre, la rolncv facthxa. ienimaul
Wile·let, 1rmstalt I9f4, vol VI p, H6 [tr,d cast Sabre efracasvde fol 3rreel+n 1975 1, 17]
es@yo filsvficn en la Teodteea, en Reist de Ftlosofi, ' Serie IV 19I, "Ch M. Wieland, S@mt/iche Wrte, Leipzig N57, vol XII p 8(om
p. 2l ­aunque no» no r heme atenilo heralente a ella4. [N, le TL versutones au alas I~espwkhe nter vter Angenl [479y], Achntt V}
tas escatol~gicas permitia en genera! definir ta futura Jerusal~n ­r inea_ferroviaria Atlintico­Pacifico en los Estados Unidos par
como un objetivo hist~rico inmanente. el futuro reino de Dios, La aceleraci~n c integracion de la re
3) Tmbi~n
a en el siglo xx, cuando los progresos t~cnicos en­ I global de comunicaciones servia a los te~logos como garantia
ripe'ieron ea«la vwz ms, mediante confirmeionews empirics, para la realizaci~n acelerada y, por consiguiente, demostrada,
la tesis de la ateleraciwn, las netts cristianas, empapafas cde clel reino «le Dios sohre est:a 'Tierra.'
religiosicdatd y pr tanto seculanzads, conservaron su atctuali­ Si comparamos ls vjeplos rcfendos al siglo KIN, qte po­
dad. Ai. por ejemplo, polia ocurrir que, en un aniculo del dic clrian multiplicarse hsta set legion, con los testimonios prece­
cionario enciclopico Brockhaus sobre ls ferrocariles de lentes, quedri claro quc cl peso de las prucbaas en favor de
138%, se asinte a cste vehiculo de vapor una mision salvifi la aceleracin se hat despluzado. La experiencit ptimaria ya no
ca. Lat organizacitn de ha pz mundial de una humanlad ca­ est constituicda por la expectativa de salvaci~n con tintes rel
padz de autoeterminarse se define primordialmentc ­­en el sen giosos, sino por la del ~xito t~cnico, que integra la red comu­
tido propio de Kant­ como un postlado de la necesicdad ~tic nicativa human± y elev.t It productividacd en intervalos tempo­
Y el autor prosigue: "Este objetivo verdaderamente divino ha ales ca«da vez mis reducicdas. Las antiguas expectativas cristiants
dirigido desde sicmpre el curso de la historia, pero, sobre las de salvacon pudieron cristalizarse desde entonces cn el pro­
rue«las de los fervtwzriles qe awanzn impetuosamenfe, se al­ greso t~cnico, y ser asi relegatdats a un fen~reno secnclario
eanzari ton alguoos sigls de delanto' " Tlavia en II apt­ En el mwjor de ls casos st puede afirmar «ue las expectati­
..
t
t reia en Alemania un libro sole el significado sagratlo de la vas intramunlanats de salvatcin tstn conett;las cvn los ii­
uos ritmos temporales apocalipticos, pero ms
no se pueule
lecir. La nueva instancia experiencial es, en efecto, un instr­
'et, transpwiein le una met txrt/tit~tita a una ntrahist~wit e ­a per­
s;r le l critic de Hans Blumenben;­ n proest incontrovertible, qe Karl
i./with demostrado en Weltwschichte wnd Hetlgeschehw {Stuttgtr, 1953) n para renal"in, I13%) El redo corn el acotamie ntu apueaiptiu tde'
h rl, + a.., '·., st bistro Awl MI+' 1973] titnpr se troca en 'a acelercitn inmanente a l histrria, sin ptkv el pxti
et !: r evlot rker tiywart, Le\pat f A. rxkl;us, I3H, wl del ant w de lat slvaw:in, quedat clarv en tales tsarjes
t, p 1126 Vause la vo 'Ferouartles ( Eimbben) 1pp, 11i­11. I ar Carl l Heinrich Christian lath, Die ideutung der Alatik Pactftk­Eisen­
e
title tertin.t u tl stale'nut ptsajt 'Sohre Is via rneas nexla nuert +i hab fir «da< Rech Gtes, erhin, 1H7I (ele» esta arm:hl inclicu v a Walter
gio hzcia un mets respltnudeciente y magnifia. El tr.ye<to espiritual «ue re Maass), El lerrocaril trnrvtintal une el At!inticn coy el Paciln " ca­
rte lo [tr±veteran tmn urn veloclal atin mnis vfttgnat que 'H rlios rigs rsrs uen lel Oeste, we protestantes germpr tel'st¢
ipxaciwes fisices. Y asi crwnw lo rugctnMes tole o de vpct deetrc:ran toe la rticat arterta poof la <Jue, a tnw~s ck corn el teteio gsaano pre­
eitercia extetna qne impertinentt y ex:ariatnente se intempwngt en s € tnte tire'ula ult' out;nu a octane la sangtt 1ts1tan, io hoahes pg
ino, esperar que tambi~n tud resisenciat espirital qe intente contra cicntes atl reino de Dias, es E line ferrea Atlintiv­Pafit. Asi re L ha
pnerles preveniones y feels sea arrollada por su fuerza giganNesea, Tula. mnari«laud st cumino El; mire a tray~s tde la tierrt, ss vis sum tda e? 1is
Vlt et:i el car triunla de vapor en is iniuics «le Si Crreta y pot ew cintul plans fetas, el itno e «r marcha cs «acls wez mis vwlz e tienpo wl
lentanente Sule eeto alirpena la ctegr esperara de que puede +er detesido; mns pt@sure nn _ala nevo siggle' (g. 1il A pesat le la e con ma
sin embargo, en ss reconridocreen las alas intpetuoeta s le s weloxidal y en­ niliestatente cnxicnte cl autos ante no saber turxlo habri dcarzdo L
cvn at aquells qe fratan «le interferir en os talies le las ruedas de s eti humatmudad 'su meta conform a I vlint.at! de w"
60
mento t~cnice, clel quc muy pronlu st constat.t la inviabilidad En este sentido deliritado cahe hablar de una mundanizz.
de sus pretensiones soteriolgicas. Las posteriores ediciones con de las prerrogativas ersiianas. Pero ya la panotimica so
del Brockhaus contienen sblo informacones t~cnicas sobre el bre los inicios de la modcrnidad nos ha ensenado que el n
fenoxarril. Quien de aqui en adelante quiera seguir aferrado a cleo duro de la experiencia moderna de la aceleracibn, esto es
stows salvwlixats intranumdamts, iene qe ponerse a us&r lat transformaci~n t~cnica e industrial de la sociecdad human,
utter cvlettudot. Fie«rich Nietzsche parlrase~ la conver­ ya no es dedvcihle a su vez de premisas tcologicas. Llegams
si~n tde la cwga probatoria qui~sti a de herencia cristiant ton ello a la parte fin;l cde nuestro discurso
I tuturo Istorico­universal: "L pensat, la m.quint, el ferro­
il, el el~gralo son premisats cyat conclusion milenaria na
«lie se ha utnvio extraer tolvia" " La antiguat csperanza mi­ . J celercis como calcpou
lenawist: contenitlaten ls eputtanivas pocliptieas cde unt postcrstiana relattva al tiempo histrico
«loble venidat ue Cristo se toma ahorat tun problemt terivtdo
le as invenciones genuinamente t~cnicas tue transforman Lt Hast ahorat se ha presentado la expectativa cristiatna de s:l­
vita entera de nuestro gloio en una perpectiva desconocida vacion, con sus lapsos de tiempo progresivanente acortados,
pero mikenaria eoomo resorte de la definici~n hist~rica de la aceleraci6n. Se ha
eteng,mos el resultacdo olemdt en lat segunda etapa le mustrle cmo uin proxlutn selarza«do ha pas«lo «le set n
test» hist. El pnttrwslo txhistoric clel ttaenlo le'fermion tel~gica de l metat a convertirse lent;mente
lel tiempo st treat al pinuipio cde ht elat modern en un cm uint tleteiwion ate'idental, vinclada prim:riamwnte ;
iomwat intr;histrico «le aceleration, El sujeto se mud asi de experiencias hist~ricas, A parir del siglo xvi la tesis tde la ex­
Dies al homhwe ate «ebe poner precismente tslat a&ele­ priencia de la aeelerwion se ha, por decirlo asi, autonomiz;
raw'in mediante una tramnstormacion Ge la naturaleza y de lt de. Ella polia sostenerse independientemente cde ls deriv:
oieclacd. For secularizatda, en el sentido de la asuncion tde tones cristianas Querria abona resumir este aspecto desde res
ma hereniat cristiatna, puetle entenders en primet lugar solo puntos le vista
la meta ligulat a las esperamzts progresistas «le realizar en el En primer lug;ar, la tesis de la aceleraci~n atquere, a partir
future un eino de l telicdatd y le Ea liivrtad frente a todad «le la Revolucin Frame«sat, unat dimension reevante purt l tee
format de dominatcin. En segundo lugar, st puecle consider.tt ma de la historiat, susceptible de verificaein mediamnte ase
como» secularizacda tambi~n la idea de que la historia misma ciones empiricas, sin necesidad de recurrir a un plan tempo­
deb tenet en general na meta. ral divino, Mientras que la Reforma alemana, e incluso todavin
­aunqpue con menor intensilad­­ la Revolucion Ingles, cS7ti
nuaban ateni~ndose a expectativat apocalpticas, Ia situ;win
Menschlches, Eumenscbttches t16 1L, IAph, 278: ·Premiss de L
eel«l e Lt m.tpuina" en fNrfile Sudivttsah. hg. w ti Cliy AM. Mun
modific radicalmente con lat experienciat del riplo czbio
int.ri Mrwhe n 1uNR ol l, p 67 {rul. c;tat Iluso, dentsudo hum­ constitutional «urunte I Revolution Franeesa Pue ohj@tole n
we, Mal, Mauss, • ' t. t:! I,p. 'e' recuente y siempre renovad an.lisis kat cirtunstancia «de qe

6
­1
I
en el curso de la Revolueion Francsau ­en el try&uto que va
de la monarquia, a rav~s de la monarquia constitucional, a la
constitucion republicana con su impronta desptica y terroris­
ta, y luego, rats la constitci~n hurguesa elitista, hasta la dicta­
lura napoleonica­ habrian silo recorridats apresradamcnte,
Como anof na vez Niwbuhr en na mirals reuopectiva a lu
Revoluci~n Francesa, ya la historia europea en su conjinto ha
transcurrido, desde el ~limo tcrcio del siglo xvu, mis depri­
sa." Esta percepcin subjetiva no se referia slo al acontecer
politico, sino al ~ltimo auto de la ~poca preincdstrial.
I en n decenio, tulas bats possibles formas de organizatcion h
nan.t En comprwion con el antiguo 1nodelo cilico le Ioli­
Ya antes de It intoudu'ion de las muinas en el sistem,t
plutivo, ts lexir, en los iniios de la ~pu'at preindtsrial,

I hio, se ttata, scg~n las atirmacionts «de Wieland, Oelsner, C~


res, Rehnn » Kornman ­pot itr solo a algunos­­«de un
encontr;mos a/andante» experiencias socate exirpoliies
le tcelerein, qtte preludian Ea pr~xima Revolution indus­
acwn awleraudat «ue no ha proxlucitlo fundamentlmnente trial Lo»s cw·hes «de cballos pudieron easi dupliear st vetoei
natl nuevo; Nuestra historiat contemporinea es una repeti­ dad gracis a lat rejora «de las calles; la naveg:in fHuval re
ion de los heelus y contexvimntcnte le lune mnilenio ­en gisfo, gracias la caliz:trion, tin considerahle reno el
tl periaxlo temporal mis breve'Mientraus que, en lo tocante al volmen «le activitltud pot unidad «le trmsporte y tpatio tk
conteniclo, la histoma no puede sino repetirse, lo propiamente 1iempo la transmisin de noticis st auelett enormwmenie tn
innwwalor de csta experienei revolucionariat francesa resitle el siglo vut, graciats al cureo, a la prensa y finalment a la te­
n Me tuxlo rt iue m.s r;pi!amente «jute hatsta alwr; De vste legraliat pMiua, menitat te tambi~n la teenica cde lat nawet
mnol el axiom cde la aceleracion lw pwiwado de Sut Cree'it eon at vel psoytest le tal m,men, t vn tl siglo xix lo ht
pocaliptica y extrapoldo tel contexto de la expectativa cos «le vela mas rpidos superaban en velxidad a los pmerus
progresivat y progresisfa patat poler, sin embargo, mantenerse batcus ule vapor En eh siglo vI :sistimos, por consiguientu,
coo teorema «de la experienciat hist~rica de la mouernifad
1. G Niebuhr. {schthte des {tiers er erolfict Hamhirg, Ii5,
l I p, 54 Mufi tv tuntrilren a avelerr tuu; me hrs l, tt1KL
. upent Korn»wan Pie iwe er Ze ts der Vayzei! oder Poli'isbe
roads=w dnreb» die tiesche hie hew·tit, vgensbwug, I4 4I' el 1I0
le n hgt t ire he red'ida whatste la consruccion le caminu, L w­
nlAcun rguar «er pt, te, toxle ttl. ttlt vez mi lisp«mis • t!«
"• S$ vol vol I p i pet Konat n, ti abaud de Pmferin, el msmw ura lo putt lat. te pmra una gau vnfianza en las tnprears tl tole, tpw
iun tle it sctlfta [n ­at[uii tle la bwaura­, fevopuluct y.t sn murptn
at w ne w ha+hi, tno lo ates. sn neritiltel, quite't cntw.tat l feint.
om su pvgnante ituto cl amhio «w ht­ figurs argumerlativa. L twmurxia a pusis in n llnae. a lats pwme po«lit salir adetante; alwa a slquieta le r
la+ 'Xpx tat1vats apnnipi as ­tn al.tu'our lat te critttn; y el necrsu ls ltatlxt et ills leaner nu 4itrnei ropia irlepn«tiente Fl mrts irt­
t·rut1rats ~ue st tvpitet sienpre we a hiioria nntiguat, cnn&;ueitlu can znte entire nctn la tiene mu«ltw tncjef «ge lo Autin hut ctn ;nos tl
le expertencats newvlu« wnars, espeihicamente mnoxlernts, «le la tcvltctomn hij the pxdnts astutotlades. aunete nu loo ] iiertar en l ease fidt
le permiten a Kornrnann atpuint conoitento tin fatsctn.nle emu eruddi mneptv, y 1hota el rirner e lie :c'mottles en la mimn,t ts sin cit tit
ts« ingeniosor, Jue tvitan telt pr~tan the a flosofia de la hittia "A ura +int; vc mtyor qe hast cien afox. Sue empezotamhi­n a vivir mis fdp­
true peter le tstatnt ft=er»a vet tuts pr lats que estonces re h,­ d e irtensare'rte Jue artes; pr est uutriu swle de me.cl inepinne en la
tabs la vat de atria peer.iores top. et ) C[r al respecto mt aicul ·kRe­ t'pea t hi Revolucitn, y s· desarmot' prints palmerte desule non'e+"(Lev­
+lion en Geschch{:hw· Ginuudbupr{Ne Stuttgart, I9Mi, vol , pp. 79 s ewn en el verano lo tR'en la Hniwersltl cde onn,
ms all de la experienciat de la acleraciun politic, nat in Esto vatie aeaso con mis ruz~n part la transmisin de natici.ts
tensificacion del ritmo en el Zambito de la sociedad burguesa La introducci~n de la rotativa a comienzos cdel sigio xtx y la in­
pujante econ~micamente. venci~n de la tclegrafia, de la litografia y finalmente de la foto­
En segundo lgar, con la mecanizaci~n y su organizacion in­ grafia permitieron la transformacibn, en espacios de tiempo
lstrial y capitalist el postlado de la aeler.win obtiene st eada vez ms breves, de los acontecimientas en Informcrn
confirm'in iversatl en la experiemuia cotiliana «de eadat no quc lleg a la gente cal vcz is rpidmente. Cnn L itven
'ermitanme mtencionar alggnos «jmplos, sin imporunales in tde! teltono, de la rauh y tde las television se lggr~ ha@et
con craus, La diwision del trabajo hizo posible no s~lo
el in­ «oiuiulir acciones y eventas ton stu misna notificacion Estele­
eremento tle la production, sino tambi~n de lat mismat pro nomwno rastou la entera estructrt decision politicay suit
luetivied. «.tleuier ahurru «le tempo tn ha prot«ton « lel glob at»i coo la «apatciclad organizativa politiut y sciatl
raducit en un aumento de la cantidad de praluctos fabric Uirtcis a la iplormaei~n, [wchos y acciones csnwrgct pxtgre­
loss. Se logro asi liherr un crecimiento universal y stprestan­ sivamente con su mist: elahoracin. En virtue de la aetlet,
mental de las necesdades: la satisfaction de viejts netesid­ cin, axion retlexi~n se hatn ctrle tdeasia tnts El
des se vio acompanada de la creaci~n y la satisfacci~n de hombre ya no puele por menos de ceder el pas0 l porvew
neccsidales sjemptt nut'vs hacer planes para el futuro, porque tiene a su «lispoicion «de
'ronto st vvilenwi tit mediatnte lt construccion te li er crew'nte Jes tlates de la expenwneiat propi y ;tjtrt
ea» etas y esptits n el autowil sy l industriad Aero ' est liagwtin «le la aeherein, que impute tin gut,
cia el luturo ahierto, corresponde Inalmcnte tambi~n el erei
. miutiea, pwdin swr transportatdats en iguales unidades de tiem­
pu tad.t vez mis persons y mwruanuia en intervalas temporales miento de la poblaci~n en el globo. El incremento demur.ili
co rundil, de nos quinientos millones de hombres en el sglo
l
ead vez mxt cortus. Gumo ya observaba nuestr enciclope­
li; en I80­ los terrocarriles suprimen las separaciones I a casi stis ml 1nillones en cl ano 2el), cahe interpretal

tsp:wiles mediante aproximaeiones en el tiempo [...J. Pues a Lt lz cel postlatlo de la aceleratcion: se tr[a le tuna tin.ad
toles los tpa'it on [Ara wotros distarwias s~lo ; tats;a cxponencial de ticmpo, segun la cuual en periodos cat vwz mt
cle! iempo tue netesilamer pr rvcorrerlus: si actlerrs es breves la hminidad se uplica Merced a los aumentos de
te tempo, st reluee en lo coneerpiente a su influencia sure pwusLiones «le la cienciat, la t~cnica y la industriau, su «lensifi­
la vida y el trifico, el espacio mismo". Desle cl punto de vis­ cacitn corstituye ademls el presupuesto «de que se rantenga
L purawnente tecnico, esta atrmacion ha recibido uteriores hasta ahora la capacicdad de supervivencia de una pobl:ion
tvnhirmaeiones mundial que se cdwplica en progresion geometric. cast de
la aevlertcion mismt, nuestro gloho se hat trnstormao uh un.
nave &spacial terratla
rkeh sler t»eyer t fr. ha ± nut: , vol. I p.IL7), Slee toxl
Si de nuevo planteamos la cuestibn de la secularizacin, po
estat ttiea vise alfang /om, rdicbtung und excblewnigug «des er.
lehws a!s #eint; ftwwthw «ler Mokeren Welt en Saden zum Aeyin demos afirmar con razon que la serie de factores de la aeel
der odevnen Weh, hg. v. Reinhart Kuselleck, Stuttgart, 197, pp. 1.13j raci~n que aubmos cle evocar denota certanente pro'ts s
inmtnentes al muncdo que, sin embargo, no son deducibles de Se plauntea asi la cuesti~n de st es posible deducir de las ex

I pericncias de accleraci~on pasadas pron~sticos a largo plazo in­


ias expectatrvas crstianas de salvacion. Llego asi a mi tercer
punto mancntes a la historia. Considero ­con Luhmann­ relativamente
Hoy se va dclincando una situacion en la cual, en nuestra remota tal posibilidad." Pues aun cuando la aceleraci~n se
j
so@ieda! ifereniala, determinalos fen~menos «le acclera haya onverilo en una experienia tluratdera y en ciertd me­
cion Ian aleanzado su grado» de saturacion. Sin cdutla, la po­ lida se havat esstabilizalo relativamente, sin ebrgo, de clla n
tI lei~n mundinl hahr. «ke choear con un limite aboluto, con eahe leducir en absoluto lo quc oeurriri cfectivamente en el
independencia de tun«lo y cdonle se alcnzari. An:logamen­ luture e maera acclerada.
te, existen coniciones naturales minimas que no es posible in­ Una vez que la aceleracion, como categoria especifica del
fringire ampliar para seuir acelerando Ia circulacion tle las tiemno historico, se ha convertitlo en el modelo ct experien
intercambios. El trifico de automoviles y el a~reo se blouuwar cit, la historia entera se tr;nsformat retrospectivamen!t en unit
reciproct y crecientemente Gracias a la computadora, l in secencia temporal de creviente celeraci~n. Fsto se pone «le
form~itica pede conectar con celeridad agregados de dtos maniliesto en tres curv;Is expotenciales de tiempo aue subdi
en esa mediuda suministrar mis ripidamente dates tel p:msado vilen, superponi~n«dose reropectivamente. la hstora enter;t
y «de] futuro, pwro en la interpretation prudery; le las info le la human«dad
Im.cones el hebe presiblemente deheri coninu;r con En primer lugar, la litereneiaion holugixat de l espeei hut­

. ,' tan se lleva a ho en intervatlos temporales deerevente


ran«lo cn sat eatpaeilad reecptiwat natural lnluso la ntxit:t
experiencial vlida hastat ahora, segun la cual podemos con
I I
Comparatdos con les cinco mil millones de anos transcurridos
�· j
ht
.. star nuttstro biencstar solo mncdiante tun constante amento
de It productividad, pedt quiz centrar ­en el sentido pre
des«de Et solidificaei~n de las crteza terrestre y con los mil mi­
llones de aios de vida orgiinica en Ea littsferat, los cerca de die
conizacdo par el Club cle Roma­ un limite que ya no pucule scr illones de anos lel primer hombre descendiente del mono
I
(
rvhasaulo por tinat elev.acin de las tasas de acelerain. sum apenas un breve lapso de tietpo. Y los dos millones de
Ir Surge pet taunto el problema de si lat experieneia general de nos para los ct:tles es comprohyble desle sus inicios lat pre­
la .eelertcin pntxle tontimuar sienclo registrauda sin tr4bas tam­ sencia de instrumentos creatdo pur el pareccn, por co1part­
hien en cl future Por de pronto convicne no excluir que las cion, un periolo tolavia mucho ms insignificante.
antiguas visions apocaliptieas «de decadencia scan superacdas
con cre@es en el terreno empirico pot la .pacidad hmnan " Niklas Luhmann, he_fa!re caot leygt: tefol tr@chores fn role+
de autoanicptilci~n Mientras el acortamiento apoealipMico cel et, en Seo'tul eswareh, i, 1'h,p 131­12
iempo repwesen:aha atin utnat suettte cu esclutst, «de trinsito ; la A este prep»it¢ v~amt Karl] Narr, Vm Wester des rhescher, 4alb
slvaci~n eterna, en el {mbito de la aceieraci~n del tiempo his- tier xler Mensch, en aenwm 25, 1574, pp. 293­32i, id, Zeitnaease in fer

t~rico se perfila, sin embargo, Ia posibilidad de que el hombre !'scbtehte. Opladen, 197 Rheinisch­afiliee he Akacmie cder IWisset
22 , y Hemann lamb»loeh er Mesch als S@rfaktor
shaften, ontrge
mismo aniquile las condiciones radicionales de su existencia, ta Gess pladen 196 {Rlenssh­WetEtische Akau&erit der sen­
saturalms cultural e industrialrente shaften trget, 2M.
l
En segundo lug:tr Irente a los dos millones de anos de hist­ si uue tal vez nos sin~mos constre~idos en el luturo a di­
ria humana documentable, los treinta mil anos de producciones rigir los esfuerzos de la humanidad mis bien hacia los factores
rtisticas aut~nomas y diferenciadas representan, en un clculo de cstabilizaci~n y a los condicionamientos naturales de nues­
retrospectivo, un margen temporal comparativamnente reducidi­ tra existencia tcrrestr Podria cntonces resultar cue Ia acele­
o. Desue el punto «le vista de it historid k L civilizaci~n racion registrala hasta hoy sea s~lo el indicio «de uina tase de
los intervalos eporales st acortan ulteriormente: la introxdu transicion, fas It val hah «jut proceer a unat nueva distri­
cin «de la agriculturat y de lat gaunatcderia hace aproxiratdmen hci~n «le las tspectivas cuotats entre tluraciun y supervrven
te tdoce mil anos y el consiguiente despliegue de las grandes cia, centre cambio y transtormacion, En 1erminos politicos, lo
culturas hace unos seis mil anos, rem:ten, comparacdos con E importante cs saler qui~n acelerat o retard :t quien o quue, tln
prehistorit, a tspacios cde tiempo caua vez mis estrethos, den de y cu~ndo
tr «de los cuales lo nucvo se praxluce de modo, per decire asi,
cclerado Incluso si csta novedad del mnundo civilizalo form
Ii parte ya le los presupuestos duraderos de nuestra propia vidad,
respecto a la durawin global de la historia de la cultura lmt
n, sw Ir.I te plazes temporales hweves, en los cu;les son com
probables prelatciowes omnizalivas de rnayer complejul;l
t En tertr lttr re'con«mos Iambi&n tm ctrv txpmen­
t
4+
cil le tempo cando circumscribimos nuestra mnirauda a los
cert le seis mil atos «le nuestr,ts culturas avamzadas, En cfec-
¢

to, s~lo des«le hace unos dosientos aros tiene lug;ur esat ace­
leracion que hemes conoxido como aceleraci~n postcristiana,
condicionauda t~cnico­inlustriahmcntc, cspccifica del tiempo
ht@nice. Des&le entontes» nttel mind vital se ha vista 1rans­
igutatulo por la tecniea y lt industria, de tal suerte quit lat cues
tion le tuna aecleraucion ulterior viene senillamente a uoinci
dir con la veuestin del fvturo.
Pero la tesis de la aweleracibn o del acortamiento td los in­
tervlos «de nuestra experiencia impide por definicion deducir
«le ell sin examen alguno otrus grades proyexciones. on pr-

I
cis;ente lat superposici~n y centuacin constatatdats hasta
qui de lats curvats exponentiales de tiempo las tie ya no pet­
miten hacer sin in/ibiciones y directamente proyecciones en el
ft1ro

I
71
'
­­,­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­ fa �Ult.:t<O tvt\-U'tO Y F.r. ARTE OE LA
PROGNOSlS1

i
t
;
{,
l
1
t
;
f
I
+

"tie puele tonocer lo psado si ni si«era se entiemde lo


pesenie? ;Y in «[uiefe tom.r toneepMus comets de lo pre
.
I,
scnte sin saber lo future? Lo futuro determina lo presente
.
,.
..
4,

~ste lo pasado Estas palahras proceden de Johann Georg Ha­


mann. Paras cualquier lector que interprete metal~ricamente el
4+
4

tiempo como un Linea que partiendo del pasado conduce, a


trav~s del punto imaginario cdel presente, al fro ahie1to, est
constatacitn de Hamann es insensata. Para el historiador cdel
espiritu ensegila es evidente que la» palabras de Hamann se
nutren de la expectativa soteriolgica que, ccesible medi:ante
la revelacion, pone a nuestra disposici~n un saber del futuro
Que con«ierne a cad uno personalmente, pro tamhi~n a l

"Die unbebannte Zulwnft und die Kunst der lgose'.en R seller,


Zeitscbtchten Stade :ur Histortl, Sahrkamnp, Frankfurt, 20 pp. 2015­221.

I
Imprtw pant.me'rte en Atempto, Nacbrchten fr die Milieder der en-
pug ler Frew&he de tinitvrvttat hw, He 't7I 198408, pp 841
85, y en Soztalogte umd geelkchaftliche Ent cb!sung, emandlugen des
Deutsche So­iologentayes in Dortmund 194, el a t. de utkrt Latz,
Cmpus. Frankfurt am Main y New York, pp. 5­59 [N de T]

73
I historia universal en su conjunto. El historiador politico o el so­ datos relevantes para el porvenir, con los que es menester con­
l! cial, que se ocupa profesionalmcnte de lo pre~rito y pregun­ tar. Por ~ltimo, conviene no olvidar el sueo al «e le es atri­
� ta al pasado nor cadenas causales que conduccn al presente, builo ya en s canonizacin por Artemiloru' na fuerz pro
eja le la«lo nwt~die;mente el future, Por doauier conceder, f~tica, qte tamhi~n penctra en los diagnosticos de los an.lists
pw motivos tpistemwlgeos o pieologicos, «ue las pwopi:ts «le hwy, sicndo utilizada como terapis y tambi~n como pro
expectatiwas pulen influir en lus planteamientos que le Niven nostico La sere de ejempls puecde alargarse discretionlmente
de estimulo para tel denominalo inters cognoscitivu. Duesput Luego eHa aharea escle la vida diarit de los individos hasta
de t«lo, tolerara tn pot'o tl [uturo, sin ver mtenoscabala st hat gran politic y afecta alms al espacio temporal de proe-
califiawin prolesional, Mis solicitadus estin hoy los campus sas no controlahles, aun cuando el mareo de sus condiciones
cientificos especializados le Ea po~itologia, la economia y la so­ sea moditicable. Recerdo las estiraciones de las reservas ener­
ciologiat, en la medila en que sus estimaciones se refieren no gettcas en correlacin con la curva demogrifiwa de poblacicn
casos particulares, sino a estructuras, para derivar a partir «de mun«dial, las cuales ponen a nuestra disposicion datos a largo
els ten«leis fuurts. plazo, que port su prte repercuten crexentemente en los da­
En lams Fuentes trtnsmitdas hist~ricamente abundan lats pre­ tos at medio y corto platza para la planifiwacin en la politic
hieio ts el lnuto «le tolo tipw No nevesitaros vivit en [ en la economia. Eat alimmaein «de Hamann de qtue lo future in
pir:+ pwn­air en lat legion de utopias temporals, mis negtwas tile en lo presente penats pue«de, por (anto, scr refit:da en
Jue pwsitivts, tue run conjetrado lo prescnte, o, en palabras su generalidaad
de Hamann, que ditgnostiean el prescnte ; partir det future El estatuto de lo futuro no se corresponde entones plea­
Pero la ronta vat mis lejos: reparemos, por ejemplo, en c~mo mente con el estatuto de la pasado. Lo pasado esti conteride
t infliyen os pronosticos electorl a es en los comicios reales, sea tn nuestra experiemi y es verificable empiricamente. Lo fu­
tt la
por aprobcion o el rechdzo que provocan, o lega hast las turo esctpa por principio at nuesira experienuiat y, en conse­
r fr, de pkmlie;win de uni line:a de produccion, «put de­ cuencia, no es verifiable empiricamente. Sin embargo, hay pre.
:w. pen«den tle os .uaiii le tr­valor [id ionder sus posibili licciones qt, con mayor o menor pltrsibili«dad, put«ken set
l l. '·s en el future; o a iaes alternativs computerizalats de to­ ranspuestads de lat experientia a la expectativa. En esas 0ca­
las las decisiones imaginables en tuna event:ti guerras nuclear; sioncs se trata, para recurrir a un gudo antagonist le Hu
oa las preicciones del Ch de Roma, reforzadas entretaunto mann, cde la facultad de prevision, de la praeisio. 'Poseer es­
por la conciencia ecol~ica de los vcrdes que se afaunan por ta faltad [de prever! ­<lice Kant­­ interesa mis que ealqurier
transponer su temor a rationalidal politic del tuturo; o a l
actividad usual de toda diplomacia, la cual no existiria en ab­
rtwnclot d: Dalis en Lilt, es un cscnitur griego tdel tglo II «d. C y au­
solto sin cilculo e futurts accione. Nuestr ronda continua
tot due un tnnual ottroritlc tvrftdo en tine hilt ted. ast. la nterpe­
hatsta la vicda cotilianat, en la que son consideradas las conse­ taci de {os sueiat, Grus, Madril I'8i9), en less ue epore unr clasfk a
ctencias financieras del nacimiento de un hijo, y ello tanto mis irn «le le suen y urn pnepliva de} prude onirin part st tlesx ilrpmlente
cuanto que el paro o la disminuci~n de los ingresos conticnen y recage unat casuistica amplisi part facilitar su aplicci~n. IN del 'T ]

4
otra, porque es la condici~n de toda posible acci~n y de los fi­ nidera o s~lo posibilidades? zUna posibilidad, varias o muchas?
nes a quc el hombre endcreza el empleo de sus fuerzas. Todo ;Est dicha prevision guiada por el temor o por la razin o
deseo encierra una prevision (dudosa o cicrta) de lo qne por para expresirnos como Hobbes, por ambos a la vez? ;Est di­
neli de estas tuerzas cs posihle. El volver la vista at l past­ rigicla por la creencda en una protecia o aseguraclat por el re
do (ecotular) se lace tan slo on el lesignio de hacer posi­ curso una necesidad fundacda en la filosofia de la listotia o
at

ble prevision tde lo future: miramos en torto nuesMro en L alimentala de critica y escepticismo? ;Esti vinculala a presa­
situ«ion present: para resolver alo o apercibirnos a algo, ggtos tle carctet mintico o mdgico o a un sistema signico le
Kant reconduce lats dintensiones «de! tiepo hist~co a sn nit­ interpretaciones hist~ricas o a cnsayos de an.lists cientificos?
cleo antropologieo. Fl cntasis en el agente humano, a diferen Cabe, por tanto, delimit:r las respuestas histrics si se sub
cit de lat recluecin austinanat de lat dimension temporal al sumen las ptedicciones en algunos tips fundamenttles quie st
j, hon\re interior, y a scnejatnza. sin embargo, de tun procedet pucen presentr en cl vurso de la histotia supwrindose, pro
que ya encontraumos en la hermen~utica hist~rica de Chlade ambi~n solapindose, unos a otras. Ademis, las tespuestats pue­
nit». pone a nuestrat dispricion categorias antropologicas y tn den reducirse, si se pregunta s~lo bajo qu~ presupuestos se
es sentido metahistoricas, «uc detinen kaus condicione de po han cmmplido algunos pron~sticos y olros no, cinclo y por
il lida tde i, hstori, ant le ludiea inepuivwamwntt quithat silo usi. De est itim:d ttustion the vcpfe t copti
wnttwlt Le» es tlinsiues wrpw Hales, tl miyol' psi l u nawiwy para vllo me pure «let;tr tde rturrir a tin tipilrggi.
turvy a la eultad de previsium ligala a ~l, proximalrvat
El resultaulo es clro, Deseos, como dice Kant, peo Iambi~ Dada a cantidad de pron~sticos cumplidos y la tambicn gt.an
miedos y esperattzas, an?elos y recelos, asi como planes r cantidatl, qutzas incluso mayor, de pronoslicos incumplidos
cionals, calculos e incluso pretlicciones ­ todas estas clases por eso olvidados, cdchemos pensar una alternatiwa. O bien se
tle expeutaliva prteneen al mues[rad experiencia, o mejor cdi tratat de un pum jttego de Ia surrte o de zar por qui un pr
ehw, se corresponuden ton ell El hombre omo ser ;hierto al n~stito se ha vonfirmalo y otro no. O Dien e pvsihle tncon­
muncdo, constrenides at cvnulucir su vila, tfuecdat remitilo a la vi­ trar criterios le por qu~ tin pron~stico se ha cumplilo antes
ion de futuro para poler existir A fin le poler obraw ha de que olro, por qu~ uno se ha verificado y otro no, Intentar de­
ener vn cutnta la inexprrimntabihidad de su Iuturo, la inc:a­ srrollar algunos criterios a partir de ejemplos de pron~stics
patcidad empiriea de experimentarlo, 'Tiene que preverlo, se politicos
Juste o no a la verdad Con est paratulojt nos ituamo en cl Si se preswinde de tuda experiencia histrica, se puede de
ecntr cle nae»trt problem~tit cir ue a bien el future nus es completamente desconocidoy
zQu~ prev~ el hombre? Qu~ puede prever? ;L realilad ve­ entonces talquicr pron~stice se convierte en un puego de d
dos tuyo resultaulo tdepende del azar. O bien hay, y en su far­
Kant, Anthropoloie i pwagpatischer Ahsicht, Tel I, J 2, en Weke, hg v
vor habla la experiencia hist~rica. grados de mayor o menor
iilel Weis ledel. Dart.ct, I96, val VI, p. 98ltrad. cast Atropvkgfe probabilidad, qt pernite prever la realidad por venir Exis­
Fie sea p go ,Hr Fditopt, tu'el, 1 p 96] ten hates de posihilidades que, por separado o en conjuntu
,,
constituyen un indicio de las diversas oportunidades par su plazo o incluso condiciones cduraderas, dentro de cuyos mt
realizacion. Luego ha de haber tambi~n un arte de la progno­ genes suele presentarse lo respectivamente nuevo. Cada his­
sis, «ue contena suier. tug\ts minimt part su ~xito toria particular en la que estamos involucrados la vivimos
Dede el punto de vistat puramente formal, se puede estat­ c'ofpo tinica, purr lats cir€unstanuas lxjo lats cwtles» aparete et

blecer lat siguiente regla: la esea)a de los enunciatdos subre el singulaundad, no son ellas mnismas nuevas cn absoluto, Hay es
futuro se extiende desde los pron~sticos absolutamente segu returas persistentesy hay presus durtders­ amhos contdi­
ros a1 au~llos «de contenitlo altamente improbable. Tene asi cionan y sobreviven a los correspondientes acontecimients
e p.tsar pow set ahsolutamente seguro qe nuestroy glolv so­ particulares, en los cuales se cumplimenta la historia. En otros
[reviviri a la eat.istrole «ue pure«lat provor part la humati erminos, hay distiutas veloclades de curio,
la! entera unat guerra mtclear. Por otro ludo, no es del todo l.a contdiiones geogr;fitas no cambin en absolto « slo
seuro «ue utna eat:istrofe nuclear pueda ser «desencadenaud lo hatevn en virtud de\ «dominio t~unit tde tsto pretipuestos
por zat, por error o intencionadamente, o que incluso pue­ geogrficos de la praxis humaunad. Lats condiciones juritlics «'
«la ser impedida Estu signileat «pue, canto ms nos .lejemos institcionales camhian igahente un ritmw mis lento «us
le ;osw a large plazo releulos a cireunstanwias naturtles y las auciorws polities «pue se sirven de vllas. Acitudes y men

oM vl rum tel,is pew new tI situ oMu en ls (tit t lii:nudes vari.tn amsimismo mn,s lntamwnfe «uw' tl ate le trans
hry vue .ulopt,tr
«devisioes politieas, Iarte ts diliil sera cl own.lats ilwev»logic o propagandrstieamente Coste}a«ions
I 'rte le latprognosis El rayo de hz ­«ue avanza tintenulo­­ le del poder politico mvcdan tambi~n a ms largo plauzo de lo que
I.
4
lt ciencia de] pron~stitt csurutaudora oscil entre las scgutas pow de manliesto st ranslormacon electiva de manerat u­
..
I
►• cicrtas condiciones guneales y quells que se modifican pro­ lerada en guemus o revoluciones
Aun cundo ha historia concreta siga siendo ~niuad en caula
,
t

i cestat/mente para estar, en el vampo de las acciones politic:as,


comparivament inturn, eo, cn tolo caso, la lorina de caso, hay diferentes cstratos de la velocidad de eambio qute de­
t; la prognosis exirate st evidencia de la experiencia hbida has hemes distinguir tericamente para poler comparar cotre si uni
I
ta vtonees, «ue es elaboratda cientificamente, y hater estitnt­ cidad y persistenciat, singularilad y durcion. Pero si bablamos
c'its Itur;s solre est, base represcnta un am comhinatnri de la persistencta de las condiciones geogrficas, institucionat­
cle multiples «laos e1pries les, juridic as o gadas a la mentalidad, estaros constreidos ;
Cow histrides est.mmos prestos para pweguntar at los pro­ attribuirles en la concretat cplimention de los crsos li
nsfi'os ontirratlos por qu~ se han cumplido, Como histo­ cr~nicos clel tiempo el carter de l repetieitn, La cart qw re­
riaudores tamhien saberos, no obstante, que en la historit siem­ cibo a las 9 de la maana puede contener una noticia alere o
pre acontece mns o menos e lo que est contenido en los triste, que es irreparable e irrevocable, Pero el reparto del co­

datos preliminates. En ese sentido la historia es siempre nue treo cala manan a las 9 se efectuat a diauno, pues dctrts hay
vat y est llena de surpresas, Sin embargo, si hay preliciones una organizaci~n, cuya estahilicdad reside en lat repetici~n de Tr­
que se confirman, de ah se sigue que la historiau nunca es del glas acreditadaus por su buen funcionamiento y euyo respldo
loxlo nucva, que manifiestamente hay condiones a mis Ero financiero es posibilitado por el continuo fluju de los ingresos
postales consinados pressupuestariamente. bse ejemplo es ex­ el des~n o el desenfreno, formacin y «divisin de partitlos, ri
tensihle a todos hos imbitos de la vida humana. validad entre los lileres, capacidad y necesidad de aclamcion
tar preeisat mi tests: lo pumostitos son s~lo posibles pf de Es mass. Fn ma palhra. en toda revolucin coeisten tan­
«ue hty cstucurt formals en la historia «ue st rpten, aun o atones «de tipw tncrvniv, «Jui se pit'n analog.tent
cuiando st tontcnittt concreto sea en cast cast tiicv y or­ omo cadenas de electos de tipo chacronico tunic.as en t.uh
prendente par: ls alevttds. Sin constantes tde diversa cdura­ Caso particular, per en tya estruxturt sw' present;t elementos
«it «em vl [tz du tat«tots lt conteuiitnten ven«left st'­ sic'pre fK'utttnnlts, En ttu emirs, l Piste it Ins rte 'o
ria psible preweir en general alp. swlo con .rreglo at ut seie dieronit unit, stme «tie stump
Permitanme Satar a colacion uwna serie de ejemplos del es­ ontiert tamhien repeticiones «Nprsad ntalorieatenle re
peutre temuitiwv «de ls revoluwiones motlenats: volciones­ que contienen camhio tinieo y vrrnia de lo
t El concepto de revoluuon es un concepto tle ha teoria de an;lgutent igu.l o» similar, « al wnos de lo vpxwahl
l historia que polemos calificar de verltderamente paradig­ El curso de la Revoluci~n Frances «desde I77 hast 181 s
tico y alaratorio de la alternanciad entre singularxlacl y tepe­ semeja en muchos :spectos, no s~lo en el prowso contra el
tieiwn. Ciet:menie eatda evwhcin «Jue Iiene lugr « para los ey ue tunclujo a st ejeeucin, al «de la evolution Inglesa
eoeernidus inieat devastatlort hvnte de tina dichat «pref,t­ desde It­i hast. 16w08 Y nalie puetle cntonces asombwt
la. Pero en el concepto tle revolucion tambi~n est;i contenida Jue los nuncios le Et Revohcion Franwesa uni y otr vez rt
h. la idea de repetition, de retorno» e inclusa de ciclo. Pot consi­ curriesan al cjemplo de la Inglesa y que los diagnosticas cdu­
I

uiente, este signilicatula no es le ningun modo un rsto casual rante l Revolucin Frances:at, para scr creibles, sietpre se nu­
i;
«tel vucahlo de: provlcnuia latina retolutio, EI concepiu contie­ tran de conclusiones anilogas a parr del prungn ingles
re mis hien un enunciado sobwu la estnctufa cde las revolucio­ Cromwell fue la fgura dictatorial en la que Robespierre queria
west.l evmo lleg;nos z conocerlts tint y otrI «z cn nurner­ evitatr convertinse, pero que luego, no ubstante, fie echips;ula
es var antes cn nucltt globo. Lat doctrina de It fectrfenciat pM Napolen
teoricamente contenida en el concepto tde revocion, rppiica ) Respecto at las conclusiones extradas del pasado con mi­
tano lorzosts vunsors cdiaer~nios» «tte st reputen anilogamente rats a su a1plieacion al future, hasatlas en una repetihliclad es­
eomo tambi~n atus parlelos sincronicamente te «determinaelas trtcturtl. mencionrcmos tres ejetpls que Mutninron con
cones, si eh cnuepto incluye el empieo de ha violencia n.is creeiente conrein la dictadurat de Napo}en,
u)hi lealdad. y. de ener ~xito, un caumbio en les nodes
e lat D'Argenson fue uno de los primeros en predecir corr?:
«le linacin o en las formats constituciona!es: una sustitucion, mente las acontccimtcntos venideros ! definir la combinacin
en kt mayoria de las txasiones s~lo parial, de Es elites; uina a!­ de monamuia y tlcmocracia comu probable y cargala de fut
terwion en las relationes de propiedatu por la revue'la, la tx rt,' En la topologiat aristotlica la aristouria representatha, sc­
propitcion y la redistribucion tle Dienes y beneficias. Auem.is,
e! concepto entrari comportamientos que nos son famii:res. Armin, fotsttkeoms sur le goreremer ancient et pnset de Lt
cohxrdia, valentia, temot. csgeranza, terror a causa tdel miedo, Frce, Venton. 17i, pp I3 ss

81
gun ~l, el verdadero obst~culo para el equilibrio futuro, que sea el que se oculte dctris, s~lo pueden ser "realistas" y "anti­
tarde o temprano abocaria indefectiblemente a un cambio cons­ realistas". Este es el momento de las grandes conmociones. El
tiucional. Um interpretacin sociohist~rica y procesual de las momento de las conspiraciones y las conjuras... Para eso cl
categorias politicas aristot~lieas le permiti a t'Argenson pre­ realisrno sirve como prtexto del mismo modo que el antirre­
decir la colaboraci~n del monarca con las capas burguesas en lismo_ Amhos son mascaras para la amhici~n y la codicia A/w­
aswens para ponusticar, en el easo de ser impetdila, la revo­ rat lat nacion no es mas que una masa dependiente cle tuna mu!­
lucion. Lat estruucin de a nohleza y la d~mocrate roale se titud cde criminales y corruptos, En est:a situacin no es neuusrio
coresponlian entnt i, La prognosis descanssahxt sohm int nut m.is «e un hombre y un momenfo alecualo parat hacer «ue
va combinacion, temporalizacda, de conceptos e ideas traicio curra un resultado completamente inesperado. Cuando leg.
nales. Las Ires formas constitucionales y sus molos de cdeca­ est momento st levanta cse grin hombre... Les habla a las per­
lenciat, establecdats particularmente por Polibio, se tornan mis sons «ue aun creatn sel toxlo; voswtros no sois nada, Y' ell
mviles y complejas, y conducen a asociaciones sorprenlen­ dicen: nosotros no somos nadat, Y ~l les dice: yo soy el seiot
tes (especialmente a la de una democracia monruuica), tal Y' ellos responden como na sola voz: tu eres el senor Y ~l les
como las hemos coocil desde la Revoluin France en dice: ~stats son lats condiciunes bajo las ue estoy «lispuesto a
tlinatciones siempre teas someteros. Y ellos responden Faus atceptamos.,, ;Cmo swguir.i
Lat lecnndid.al «le la prelici~n historic dependia de losdi­ alelante la revoluein? No se sabe zCu:l 5ert la conuimoon
verso estratos {Schichte hist~ricos, de los escalonamientos de esta revolucin? Se ignora" '
o gradariunu tn profunddaud tdel tiempo, tjue fueron trans­ El pron&stico de Diderot, vanforme at la tactic de la llustr­
ptesto le l expw'rieneiat histrica al enunciaclo sobre el ffu­ cion, se intrlujo de matule y anonimamente en la nbr «de
ro. La tetaforiua tspawial contenila vn nuestrat palabra "Ge- Raynal sohre la expamnsin colonial de Europa, Constituye uru.
shtchte listerial pute«le ser aqi de ayuclt para prcguntar cl Its m:is :towlrosas predicciones sobre el dccursn a medi
«ue estrato tSchtcht de la experiencia se apelt en cad1 oca­ phaze de la inminente revolucion que a granules ragos se ha
sin Psto se ver mucho mis clarmente en la segunudt pro­ confirmado complctamente. Es mucho mis con«rcto que in
nosis lel aio 177, roe«le de Diderot, y reza. 1aje el des pron~stic de parecida perspicacia «de Federico el Grande
potismo cl pueblo, resenticdo por el largo tiempo de sufrimiento, Este labia predicho la pr~ximt guerrat civil en Francia eomo
no per«ler ningunat oportunidad tde recuperar sus derechos resultado de la lustrci~n. pero Diderot, cual ilustrado de la
Per, como no tiene nt umn fin ni n pln, Vat a pafar, «de nn mo r
mento a otro, tlesule la esclwitucl at Ls anarguia, En medio tde iderot, en iRuwnatl, Histoine Phikeophqe et Politi@ue et d cunece des
est confusin resuena un inico grito libertad. Pero ze~mo as¢ Eurof~ens ans les deu des, Ginecbr, 1780, IV pp 488 ss. Para L inter
el;times vn «let:lle de esie iuier vi;use Wie et is die Nit, en l o­
gurarse cdel precioso Dien? No se sahe Y el pueblo cstt yat di
wleck, Zertschiwhen, Frkrt 2000, pp. 22­239
vidicto en los diferentes partilos, instigaclo por intervses cun
Feder o el Grnde Werfe dt. 'hg, v.GB. Vlz, vol. er'in, 1912 p 267 <
7,

tr;Klietotios. Iweve tiespo vuclwe a haher s~lo tdos pxrtlus


Tr;s riik des Stews der atnr' ran Walsh, 770, le vuy rtnet.win de­
cn el Estatlu, se dilerencian por «dos momhres cue, sea ien wa Fuerico la psin tev luciol

2
I Ilustracion, dio tolavia un paso mis y pudo acunar de nuevo
la dialectic de amo v esclvo convirti~ndola en un enunciado
cstrtttturl, put tut»
rs·l voluntarttente
ult tuttoutrun±ad \it; lit.hr;t ctp­
Lo mismo vale entonces para una prediccion de Wieland.
Este pronostica, inmerso ahora en el contexto concreto e in­
meliato le los acontecimientus «de la Revolci~n Frances, «ut'
Napoleon Bonaparte asumiri el poler para inst:uraur la dicta­
En la pre«litci~n de Diderot entraron en liza fan numero de dura en Francia. Un ao y medi antes del olpe de Estatulo lo
vstrtos de la cxpericncia hist~rica. Contemporineamente la predijo y aradi que ~sa era la mejor solucin que podia en
Revolucin Suecu de Gustavo Ill de 177 le franque cl acce­ contrar La guerrat civil francesa Wieland se vio cnvuelto por cso
so al an.lisis con el resultado de una monarquit suprtparlat­ en no pocas dificultades, pues en Weimar adquiri6 fama «de j
nentarit, «jte se proyet como possible pxralelo par el ftu cobino y honapartista , si hbiert existilo yat l palabr
ro le Fr.neit. I.uego lat segguridad del acicrte de sui prognosis e apy, •
Pero hist~ticamente a su predicci~n le suby:ctn estratos m:s i no s~lo en el instinto politic o el azrar, sino primordialmente
profundos, en ella intervienen varios elementos repetibles es en el gran parulehismo qtue establecib siempre con la Revol
tructuralmente. St trata de fiuras argumentativas que Diderot cion Inglesa, am~n de en su fomawin clsica, que lo predis
deriva «le la historiat romana, cspcialmente de Ticito y su ant poniat a ver el cambio de constitcion dentr cdel cs«uenat cde
lisis de la guemrat civil en el ano de los res emperadones. Como lat tkctrirat ciclia de Polbio, asiv como en el conowiiento de lat
pudo trarstnuitarse la consignat, incltso el deseo de libertad en guerra civil romaunt, que finalmente desemboc en la lictaudu­
la nostalgia de sumision volunfrit, ere atlgo qe no cabi de­ ra le C~sar. For cansiuiente, la prognosis concretat de Wie-
cduvir tde las premisats ilustracdas «Jue Diderot comp:tia. Dtr: land se distingue per bas:rse en la prmisa tc~wica seg~n I
le estat tesis habiat cxperiencias que Se retnontaban a las gue­ cual en el transcurso de una revolucin pueden repetirse se
rras civiles de Roma y a las de la ~poxa del Imperio, Adems, ciencias determinables de tal modo que hacen posible derivar
estatha an Dato el influjo del moxdelo ciclio de Polibio, que de ellas tamhicn uin caso particular, csto es, la dictacdurat en lat
inscrito a su vez en la tratlici~n sofistica transmitilat por Her persona de Napolen,
doto, pwrmilio interpretar lat vit monaruuica como inevitahle Estamos ahora en 6piimas conliciones de puder citar «tr;
La precision le la prognosis de Diderot se basa, por consi­ prognosis de Wieland que no se confirm~, Tras lat convoato­
uiente, en un eswatlonmiento en profundidad de hat historia, ria de la Asamblea de Notables en 1787 predijo que la inmi­
en el que estaban inciuidas «experiencias formula«das en otro I:Tte revolucon en Francia se desarroll±via de una mancra mu­
ticmpo y sus claborauciones teoricas, unque Diderot admiti derada, ben~fica y guiacda por la razon, pacifica y dichosa
no saber c~mo continuaria su curso la revolci~n, l agudeza Literalmente. "Tambi~n en estos importantes y tan esenciales
de su an~lisis se funda en la repetibilidad de los pninipios le hcchos para la sucrte de los pueblos parece (si no nos engar
la experiencia historic, nuestras confianza) aproximarse el presente estado de Europa

Herdeto, list. II pp. 79 ss, [tr:ud. cast. Histora, Gredos, M:au/rid, I9'9, 'Wieland Der Nee letscbe Merer, 2 Stik marzo «de 1799, en1 Stl
pp Ii s.1 che Werk, wowl, 32, 1eipzig, 1857, pp. 55 ss.
a una revoluci~n ben~fica, una revolucion que no ser~ causa­ conclusiones de la experiencia por analogai , acert~; alli donde
da por salvajes rebeliones y guerras civiles, sino por una per­ redefini~ la historia como incomparable, desatin~.
+evermnia tranquil1, inauchrantable y firmw en uina resistencia Atcng'monos al primer resultaco provisional: cantos mis es­
contome al lecher no uetiante las perniuios luchat le las pad­ Irt temporales tlde una posible repetition hayan intervenido
siores con las pasiones, de lat violencia con la violencit, sino en el prom&tic, Lmnto mis exata fue la predicci~n. Cutanto ms
mediante la dulee convincente y a la postre irresistible suprt­ se hatya refericdo la prelieein a la incomparabilulad y singul­
micia «le lt rz~n: en sumat, tmna revolucion aue, sin imundr ri«lad de la ttura revolci~n, tanto menos se ha cumplido Ape­
Europa de sanre human ni arrasarla con fen, serl la sim­ nas hay una revoluci~n que haya sido anunciada con tanta Ire
ple obra hen~fica de la ensefanza de los hombres sob re su vet c'enc'it y precision en su advenimiento rel como la Frances;
lackero interes, sob sus derechos y tdebwres, sobre el fin le Per igual «de freuentess han si lats intormaciones ilsoris so­
su cistencia y los tnicos me«lios con los quc cste puce er bre su desarrollo posterior. Recuerdo la belle revolution cue
cn» vs.." o inf·iblemr·nt¢­"' Voltaire nunea se cans de desear y encomiar. En la anheladat
Para nuesu oblitica zlgo queda enseguida claro: la apa sublevatin no cdivis otra cos qe la ejeccin de una iustt­
cible y onfiaa preliecion «lescansa en que Wieland se cri is moral uue omo fil~sofo nunea tlej cle relamar pol~mi­
vapa e teroggar tola I experieei pre~lente mediate l came'ntt En alunats ousiones las predictiones ltwron lotu
tela tirta le i ssmat de la lustre'ion, Alentatdo pur la cs­ edas tan exacta y rigurosamente, como en le csos «le Fecleric,
peranza optimist; le la Hustracicn, Wieland augur una revo­ Diderot o Rousseau, poruc habian relativizado la singularidad
lucion que: se distinguri «de toads las anteriues por poler tc­ del progresw» lineal. Lutego lat ctota de experienciat histriea ha
ner lugar sin guerra civil. Para faworecer la singulariclad de la intervenilo en los pron~sticos en diferentes dasis, Alli donde
progresion hist~mica, Wieland renuncio, confiando en su pro las perspevtivas de repetici~n hist~rica fueron negaclas, las pre
pio parter, a tu.lurer conclusion analogiead Gue pocria ha­ tdicciones cyeron en el imbito de lo sumamente cleseabl
her extraido tle lat hstoria patsaudt y «ue, sin emhrs, Si ex­ mientras que alli donde se to en serio la repetibilidad de
et.i diez aios mis tarle. Feron precisamente la singularidad puibillales historicas, los pron~sties tenian un tnayor [fd
histwriea y la pryeion lineal de optimismno ilustrade as ue do cle: cupliento, Ira pier juzgr a ht eapacidaul tle exito
le iulujeton a lout:tr uni pre«licciwn que en pxwo tiempo lu de lats pnelitciones conviene, por cnsiguiente poner de re­
lesmentia pot los acontecimientos politicos lieve la pluralilad de estratos temporales de la experienciat his­
El primer criteriu que hemos probado est contenicdo, po torica de que se compomnen las preicciones. r
tano, en la cuestion crucial cle si uru prognosis recurre a A guisa de aclaraci6n aduciremos unat swrie de eiemplos per
posibililatd de repeticiones hist~ricas o si supone una singula­ teneventes a nuestro propio pasado que se relieren al estalli­
ridad absoluta del curse historico, All donde Wieland infiri¢ do de la Seguncda Guerra Mundial. Presentare Ires tipos que
elucidar:n nuestr tests del escalonamicnto historico en pro­
Wield, Fas telewts des osmop»oiitenodes(17), en Sdmthie 1We fundid como presupuesto del ~xito «de ls pron~sticos,
is, vol 30.p. i22 EI 6 le nowiembe de I9' el enonces presilente de C,
coslovaquia, Bens," escribi6: "S~ que la situacin es seria; sin blo es demasiado estrecho. El mundo tendr que tomar en con­
embargo, soy optimista. Creo firmemente que conservaremos sideracion algtn dia nuestras exigencias. No dudo ni un se­
la pxauz. No ereo e en un Iuturo proximo scat posihle una gue­ guncdo que, asi como nos fuc posihle galvanizar la naci~n en
mra europea. Tengo mis bien l esperanza de <ue ~st no lle­ tel interior, nos prururemos tambi~n los mismos derechos
gar~d a estallar, Es menester prepararse s~lo para la defens. la vida en el exterior que los otros puchlos",' Sin apenas ta­
Respecto a Checoslov.qui; no temo nadat".' Ln ao despu~s pujo anuia Hitler su prograra expansionist. evitando la
en~s se entantrabat cxliado en Lundres. mar por su nomhre la posible guerra En ese sentido, se tr:a
uui tenemox un ejemplo de un pron~stico inspiraula por el ta tambi~n aqui de un pronostio descado, Pero los elemcntos
leseo t unschpwognose, alimentado, tl como se confiesa ex­ le «ue sc compone su prediccion futura poseen ms es;rautos
plieitamente, «de optimismo; se trat;a de la manifestaci~n de ls que en Benes,
propias opiniones uue, en un politico cn csa posicon y cn cse Hitler invocaba, como siempre hacia, el auge de la politic;a
momento, no puede susctar sino estupor. No obstante, lorma interior como garntia del ~xito tuturo tambi~n en el terreno
parte de toda predicin el hecho de que la propia actitud fren de la politica exterior. Es un caso tipico de proyecci~n lineal a
teal fturo tonstituyat un factor de la prognosis, Pero las pro­ medio plazo desde el pasado a futuro (como hers visto igual­
balliades cde contirmacion de nas prognosis cue uno st hact mente en Wieland), sin indicar ls factores adicionales nuevos
a si mismo aumcntan solo si tl potlct es lo sulicientementt le la polita mundial en Europa, aun cuando Hitler, camo po­
gtanle como par coadyuvar a su cumplimienlo litico, podia haberlos tenido en cuenta. Aqui reside la fuerz.
En esa situaci~n se h:llaba a la sazon Hiler. Siete dias des le propulsion cle los ~xitos iniciales de Hitler, a la par que st
pus de la declaracion optimista de Ben~s, Hitler proclaraha halla oculta la profunda fuente de los errores que contribuye­
ante el grupo local del NSDAP en Augsburgo: "Es, sin em­ ron a su ruin y con ella a la de la vieja Alemania. La proywe­
'run. lu maravilloso qne el destine haya designado a hom­ cin lineal constabat de an uinieo estrato A esto se atade la
hres para poet tupleans»e en favor le st pueblo, Hoy nos apelacin al destino, na vcta ilcolgica que se remontat a la
',ardan nuevas treas, pues el cspacio vita! de mestro pue­ historia del cspirit alemin, aquel destino del que Hitler no
clue un segundo, tal uomo unat y otrad vez se segur y rea­
cur· a si mismo, Lt estructura de esta prognosis se revel
«lard en~ (18i­1948 fue presiente: le la Repibltea uhea ente 19
si como una prggosis forzus (Zwangsprognose) y pwwrento
y I. Expatrialo tr el convrmin d Minich, te impuses a Checoslv:quit
la evin le ls Suletes a lat Alemania nazi, form an gobiernw en cl exilin pri ri. Hitler sc la planted continuamente. Corresponde a fut­
mefo en Paris y hege en Londres, Emil Hcht le sueel en Lt pestles a t la proyeccin lineal que no admite alternativats, n;is bien lats
193 Benes fie eleglo pnvstentt tie nuevo en I, aunuue tue tptteto exclye. En semepante exclusividatud se resumia su indole fir
«de\ cat;o por la presin de ls­ cownistats er 1948. IN. tel T.J zosa, tue Hitler apintalaha autosugestiamente meliante Im
" C:ta a Enul Ludwig, «tt, en Helmut reuzer, Europas Prez wul etr
Schrifteller en Sddt. Zestung, 1?18 de novembee de 19,
' NSDAP :n las iglas el Nazi@uszialistischw Deutsche Arhiterpane " AM;s Dom:us, ifHler. Reen wd P'ralmartoen. Mnc hen, I~5, l
iPtilo nw ionalsorialtsta ale.in de: ls trhf.tores) 1N. del 'T] 2.p. 760

H'
conciencia de ser uno de los elegidos. Su prognosis se apro­ dijo. La expcricncia del estallido de la guerra de 1914, junto
xima a la estructura conjuradora de los vaticinios prof~ticos. con la conclusion an~loga deducida de la misma, no lo enga­
Contrastemos la prognosis dictatda por el desco de Ben~s y 6 Pero en Churchill no constituye una provecci~n lineal de
la prognosis forzosa y perentorat de Hitler con un teret tip. un futuro inehwtable sino que esta proyecci~n puso unat conch­
27 de noviembre de 1932 Churchill declar en la C:imur de cion para n posible repeticin a fin de luchar in actt con­
ls Comunes: 'Seri:t int scguro abordar de utevo la cut«tin tat ella. Lt exactitud de la prognosis se funla, por consiguiente,
le Danzig y del eorrelor poltco, por «dehieada y dificil «e s, en el empleo de instrueciones para cTuar apoyindose en a
con stngre Aria y er unt atmosferat le ealma, y mientras lads po­ rias dimensiones historicas profundas, cuya combinacion ha
ncias victoriosas mantengn auin su amplia superiorilacl, en dado lugar un juicio certero.
luggatr le vspnr e ir a I dvriv,, pas pAoy pow cl1pas, has­ Nuestr cnlouue de les cstratos el tiempw histrio fr pT
Is qut se produzea ottt vez una grain conflagraci~n en la qte mite extr:polar la citencia del pronostico tuera el mrode re
nos entrentemos, igual de conjuntatlo, Cara at Car;" ' ferencia de la auntropologia puma o incluso de lat psicologiat de
le suptesto intervenen tambin en estat prognosis tanto de­ los respeuivos agentes Ni el optimismo conmovedor de un
sews comu un vptriccitn pre[oriad a acTutr, pero con el Benes, ni lat autosugesti~n de Hitler, ni tatmpoco la irnaginativa
ohjeiv «de evitr ana segundar guerr.t mundial. Se trtat de wn sobriedaul de Churchill nos proporcionan ls clave para l exa
prognosis concdicional /elngungsprogose) alternativnt, que titud o inexactitud de ts preclicciones. Los criterins obetivat­
j,

i contiene instructiones para obmat Loque distingue at csta prg­ bles residen en lt gradaei~n en profundidaud del tiempo a la
posis es lat clra formulation ule tos posibiliclades, de las tu; «ue se recrri~ en los argumentos en fawe le la prognrs
les una reeurre a la experiencia «luracer.t de la Primera Guerr.t No es slo l repetihilidad formal de una posihle historiat
Munclinly Ia ctr.t, sin embryo, tent en centa la singularicdad lo que garantiz:t tin minimo de seguridaul en cl pron~stic0,
le la situatcin eamhiante le la posguerra, Su estrctura cons­ sino que igual de importante es tener en centa la pluralidacd
tat «le vario estratos. El tdiatgn~sticoy se hasa en l expenencia, le estrulos involcras tn lo cursos del ticmpo historito.
constnterente presente, de la catistrole le I9li on la in­ ot eso quisiemt pmc'is:r ten tun srguncdo past la cestion de
tenci~n le formular una alternativa en 1932 en vista el eala os divers estatos cdel tiempo. Te~ricame­nte cabe distinguit
vez mis estrecho margen le maniobra. La alarma po el rtor­ Ire planos temp«wales recuperabtes a os que potemo remi­
no de la germ mundial provoca la orlen de prevenirla. tirnos de mode iferente a tin de posibilitar pronsticos
Lego aunque sea posible reducir la simple alternativa a la En primer lugar, hay una ucesion a corto plazo del ans
fuerzat sugestiva de la re@nca de Churchill, dehe de hatbxr te­ cl clespues qe eartcteriza las coacuiones cotidianats part qe
nido en mente tambi~n utr:ts poibililades, La cat~strofe que ohrmos, Les prestpuestos para los agentes implieados cant­
Churchill propuso evitar politicamente, ocurri6 ta coo ~l pre bian siempr stgn la situatcion en plazos que es pusihle co­
noter mn:is tarde o mis temprato; en Anos, uSus, tII;Is,
'Churchill, Sex'b io is lose of Comes thee 7th Mow. 19{" en Par horas y hast en minutos. En este contexto es pxiulrmente
Aet.5 Ser vol 272 difieil lacer pron~stics cxactus, cn especial pore nnnca pue

'j
len ser abarcadas ni conocidas a la vez todas las acciones de A este grpo pertenece la forma elemental del proverbio, a
todos y sus reacciones. Sucede como en el ajedrez, en el que menudo provist ade ~tiles instrucciones contrapuestas entre si,
­wlo rats n determintde ninwru de jutadas las posiciones cs­ pero siempre aplicahle­ "La soberbia precede a la caida," "Mu­
t.in tan claras «e sc puelen tonal.tt pron~sticos con tuna st chos petros son It mutette le lat liebrey "Muchos cox'ineros
gridate criente, y al final absoluta. cstropean el pure" Etertivamente, ha aplicabililaud depencle cde
En segundo lug;r, existc el pluno tde las tendencias a medin si uno esti del ado de los pwrros, de Jos couiners, de las lie­

platzo, de les tdeunros «de acontecimientos en los qit entrn en bres o en el pure. Fero lat relevancit tde tl sapienciat prov«r
izt t gmn antilud le Tutotes «tie' est:tpan ;tl tontrol tde le hial aparentenente banal no puede set menospreciaula. FIE;u
tnte».ui itie iden en le ie ; a teurrir nutncrosas eondi­ flora tamhi~n en enunciatos 1n:is complejos, Inclso si se'
viwtws rnsprwnatles «ju ells mism1s s modilien swlo «vn con«le ue la nth de l istUri. no S« .ti&'Iu' , tstre
unat veloidacd mis lentt que lats acciones de los propios agt­ ficos InorAtes ni a lat sabirtat contenila en ls telranes, lt
te, tste terreno pertenexen pow ejemplo, las crisis economi­ wberbit continua sienlo, no obstnfe. una magnitul previ
ts v le» av:tares le unat conienclto le una uemmt civil, v ls sible, en outsiomnes domable en el jego de las terzas. Per
rans!ormtiones a m.is late pltzo • c:sat de lat intrelueinn iltimo. hay formulas atbweviadas «uit cncierran in pronostico
le ntevat uni«at tle prouluctiot1, e euwllos pr«'tso Ate u uya er«laud vs irretutahle si p0f «'templo, ~neea alvirti
eon1pre<lidos pow lo ateut,dos como corruprion de las vs­ en vano a Neron que: pwyfia matar a todos salvo su tu&'esor
tum/res o tomo decadenciat ule unat cntltd politic, impre Aqui se rat.as de un enunciado formal sohn el fitur, que pue­
e tratat le tiurats evolutivas intluidas por las condiciones ge­ le lenarse de contenido en tolo momcnto, Aparentemente
er.les transperswnales, las tuales, sin embargo, llegan final­ atemportles on auuellos enunit«los apliables a determinat­
mete tat le;os tu· alteran tanbi~n ess mi5mas contdiciones. cdaes situaiones. Stalin l presintit cuando mand asesi;tr a
e tr,tat «le desarrollos prouesuales que, pee I uualquier inno- [rotski, Pero no pudo impecir la cdesestalinizacion impulsacda
v,uoM1, ;miten ntts cvrwlusiones natl~gIuus coo h evj­ [KM NILS SL(tores
let ittlo la sei te templos cle nueuo prostitos de la re- En tun estatlo mis condensacdo hall+mos proposiciones me­
voluciom t.histricas, en lats cales se reflexiona sobre las conlieiones
En terer lugur, hay uin plano le duracton, por asi decirlo le· posibilidad de Istorias, por consigiente, tambi~n del fu­
mfahistowit, «jut no por co es atemporal. Se pueten twbicar taro. Remito a los discursos le Twiddes o a la temitica de
hipot~ticmente en este plano aquellas constantes antropol~ Ticito, que describe: menos Ia fcticidad de los aortecimenr
giea «ue st sustraen mis que toles los otros fatores a la pre­ que el modo contradictorio en ue
fueron vividos. Lo an:li­
­ion de la runsformic~n hist~rat, De est ambit prtxele r sis le la gerr civil de ambos autores, que no s~lo expontn
sinntimeto tle proposiiones empirics quie pot principio sot us watares, sino que hindan a la par un retlexin sum;inti­
susceptibles de repeticin y aplieables siempre y una y otra
vez. Lucgo constituyen proposicones cmpiricas a las que cs Cfr. Pru 1b, 18 '{a ubwrhut pre eue a lat ruina y el argilea la caid
inherent eo ipso un prun~stitcn verdatero, IN, delTi
ca e interrogan sobre su contenido empirico, conducen a lec­ des en apenas tres lineas sobre c~mo los melios fueron ejecu­
iones «de la histonia que no s~lo pueden ser repetidas ret~ri­
c tados tras u rendicion y sus mujeres y nios esclavizados. Pra­
anente, ·ino que tambi~n ells son aplicables. La upetacivn ga se ahorto tun sio anxiogo. los ches se doblvgamomn, Y «tr+
de lats guerras civiles contesionles en la temprnat «dad mo­ tat oxurri en 1939 con Hih. ante Hitler
lernat pulo lograse incluso sin autores antiguos, pero de he­ Stria absurdo «merer aqui constnir una historia lineal de I
che ~sto puIsieron a nuestra disposition ensenanzas 1nmu­ tnflenciay cepcion de Tucidides. Hay mis Dien estrwturas
cliattatmcntt instrtctiv.ls para muestr action Nhergah um tle a experieneia lstorica «ue. Una vez formulatdats ton rigtt
pwtcrcial ct pron~shins rue hizo peeler sit cle«to uprua 1t no se pienden, sino «jute persisten tambi~n bjo concheiw»nes
las nuevns experiencias, La intolerancia religios tntrhu den­ tompletamente iferentes, «lel ejerciwio modern tel poler t
trt le luos cilelu, vra previsible politiumentt y por eso con­ le las newats cnutepuiumes cdel lerecho, En ells mitda tu.t ,t­
re lble pacidad d pron~stico de duration mnetalist~rica y utilizahle
ex lemus traslaudarnos at presente y formular una spxsicin en totd momento para prowecciones politicas.
No» sabemos qt argumentos uv cue oir Dubcek en 1968 en Llegamos a la conclusion. Ia disminion teorica entre nuestros
el Kreznlin, ants le sow'terse ; ls vowulwones ovirl#«a. Ires rsws wpowahus (las u«ones corto plawe, los le;rt.
l'eto la vstrmTur; umulunenitl «le its rgumeu Se trttt'n­ llos «tte ienen lug; let zos:nette a mwtlio platzo, asi cow» ls
rat cn Tucidikes, en su v~lebwe i.logo entre les atenienses y pusibililades repetibles a largo pltzo o hraderas), nos 1me
lo eiuladanos de Melo, El li;loge de loss nwlies consiste em I.A Que st nterrehwion se ha alteralo teeisivamente en la his­
tna .rggumntate+on rtpflida en «lo ppwles, En ~rmints mo­ tori fCtuente.
«lerno. c trammula en una prognosis cvnxlicional alertiva, Hoy es nxis dificil hacer prun~sticos a corto plazo, purue
«4tie opera tow uuna gnat par lat ac«ion. Tucilies definio en los factores nvolucrados en ellos se han multiplicalo, Ciert.t­
ut rse l atituul de los meliums come prognosis tdescad; to enfe au intervienn clementos de «lurci~n metahistrica
man el lituru uctilto, tle' pure leseo de haer prevalecer su de­ pert lat tliverstdaul de ls condiciones universales le ta«a ate­
rel • pen prtsutt y pH t'so st ermivoctn lus aenen­ e in partitultr se ha increnentatulo, su complejitaut es n;is li­
st, pr el contrario, apxlo a la ley de le luerza, que ellos ficil de controlaur. Los pron~sticos at corto plzo eran mis ui
no lbwian inventa«lo, sine slo adoptado para aplicarla. Tras les vn los inicios de lat cpoc moderna, mientrs era abxrwahl
el intercahio de argumentos, cntre ls tute estabaun frcnte a cl nunero de agentes activos, micntras era calculable ppliti
ente tsperaz y txperiencit tlele el punio de vista cdel eanwente la lurain «le la vid:t de los princps como seres i
contemdo, el sentilo de la justicia de ls melios y el premecdi 1itos, El computo de las constelaciones de ls casos de mucr­
tale bus «le pler le lo lenients+ nos informat Twitdi le y sutttsion de los gobernantes con mirus at una event!
guierra constiti nna octipw'ion perm.tnente le lat cienet del

chtcbt des pPfewwie rieg,t t; I' 4ixhm


pronostico protomoderna Cuiantu mis nos aproxiramos al
Teiliuk,
ti h el Sutt, I'N, pp». 151 ss. H 1 [tu.d tot htwia «de { pr'apio tiempo, {ante tnss «dificil result el ante tde la prognnsts
«ewm de} eke#we, trews, M:d 19999)! corto plazo, powque Iambi~n las condiciones generales vi­

l 9

I
gentes durante un largo pertiodo de los escenarios de accio­
nes a corto plazo se han multiplicado y modificado.
Pero hadsta las constantes trunpersomales, «ue a mode de
condicones han «determinado lo prouesos a medio plazo, han
cambiado des«le hacu unos tloscientos anos una vto&idad
cfvcicntt Titnix e industriat hatn aw'trtatclo los lapsts de l
experiemci, que solo podian estabilizarse hatjo presupuestos
inalterables, Los pfesupuestos de mutestros cursos vitales cam­
Dian how mt r.ipiduente «ue antes. inc\so las eirttturas
se tonaAn aconteeimiento, pow«Jue. se transformn ms epri­
sa, EI huen y vtejo principio de que no aprendemos para la
estuelt, sine para lat vida, ha perdido su fuerza.Aprenuemos
sol c~mo poler reclarnes, Y tampoxo eso lo hemos apren­
dido toulawia. Respecto a nuestro modelo de os tres +stratus
eel tiem1po, cahe «decir que ls constantes otrow vigentes que'
mhaniuvieron @stable el maruo de las conditiones de lo pro­
ctsos at mwlio plut y de los contexts le lats acciones a cor­
Io pMazo, etn retiedaso ells mistnad ; utns enorme pesin
translomaulora Hay cacl vez mis variables, y su estimaci~n
e interdependenc resultan cahat vez mads intrincaclats. Pr est,
en terminus tde storks de la tiencit, los sociologos se han
dileremwiacdo .lel gremio de los historiadotes. La pregunt pol
cmo se intertv!auionan los plazos totos, melios y lrgos,
tosltne I Its sux 'ioiogos tormlr pHonoitos, le «reran
o no Desde una perspectiva hist~rica permitaseme todavia
u epilogo: fa scgridacd et pronstico aumentaria necesa­
rimente le nuevo si se lotase ipscrtar en el tuturo mats clee
tus chilatorios, cya previsihildad ser.t myor Ian pronto como
las tonic:ones generalus tconmiuas e institucioales cle'
ntestro ohraur scan catla vez mis estables, Pert esto rcpre­
stnta prestntblemente s~lo unat utopia tut no es «le«lucihle
tle la historiat preteuente

v,

También podría gustarte