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B Protocolos 10

Cómo elegir un adiestrador


Como ocurre en otras profesiones relacionadas con el mundo de
los animales de compañía, no existe todavía una cualificación o
titulación de carácter nacional que permita elegir un educador/
5 El profesional puede recomendar al propietario que rea-
lice las sesiones de obediencia o de modificación de la
conducta en diferentes lugares (en el domicilio o en un centro
adiestrador con una formación oficial acreditada. de adiestramiento, por ejemplo). Cualquiera de las opciones es
válida, aunque debe adaptarse a sus necesidades según lo que
Por tanto, algunos consejos que pueden ser útiles si se quie- el dueño desee lograr. Lo importante es que el educador, traba-
re contratar los servicios de un educador para el perro son los jando en diferente medida él mismo con el animal, guíe al pro-
siguientes: pietario sobre cómo conseguir lo que se pretende de la mascota.

1 Elegir un educador con experiencia en el campo que se


desea trabajar con el perro. No es lo mismo educar a un
animal para que aprenda las órdenes básicas de obediencia,
No se debe permitir que se lleven al perro para trabajar con él
sin estar presente el dueño o alguien de la familia. Los resultados
pueden ser desastrosos.
que realizar una modificación de la conducta cuando existe un
problema de comportamiento. 6 La conducta de un perro depende de innumerables facto-
res, por lo que no es posible garantizar resultados cuando

2 Es necesario asegurarse de que el profesional utiliza sis-


temas de trabajo adecuados. Los últimos estudios cientí-
se educa a un perro o se modifica su conducta. Se debe des-
confiar si el profesional asegura que va a conseguir cambios.
ficos han demostrado que el mejor sistema para educar a un
perro y cambiar su comportamiento es el que se basa en el uso
del refuerzo positivo (premios) como técnica principal. Se debe
7 El propietario toma la decisión de qué educador elegir,
pero cuando lo hace debe sustentarse en la experiencia
del educador, sus métodos de trabajo y sus conocimientos. No
desconfiar de aquéllos que dicen trabajar con refuerzo positivo debe hacerlo basándose en la comodidad, el precio o las solu-
pero no usan golosinas. En muchos casos, suelen usar castigos ciones rápidas y milagrosas. Desgraciadamente éstas no existen
y refuerzos negativos (evitación de un castigo) antes de elogiar al en el adiestramiento canino.
perro por haber respondido a sus coerciones.

3 Prestar atención a las explicaciones que ofrece el educa-


dor: “El perro tiene que trabajar para complacer al amo”,
o atribuir cualquier conducta del animal a que es “dominante”.
Esto suele reflejar un sistema de trabajo basado en conceptos
obsoletos e inefectivos.

4 Observar una clase de adiestramiento. Si la gente está có-


moda durante su desarrollo y si los perros disfrutan, será
una buena señal. La comunicación entre el educa-
dor, el perro y el propietario, debe ser fluida y ba-
sada en la confianza. Si algo del sistema o del
educador no parece adecuado, probablemente
no se seguirán sus indicaciones y los resulta-
dos no serán los esperados. Si no permiten
asistir a una clase, ofreciendo diferentes
Ivonne Wierink/shutterstock.com

excusas, se debe desconfiar.

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Manual de etología canina Pablo Hernández Garzón. Manual de etología canina
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