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LECTURA: L TERRITORIO Y LAS IDENTIDADES EN. LA CONSTRUCCION PE NACION* PRESENTACION La ators incursiona en las diftcultades que representé la cesvencia de dstintas identidades para la integracin de la federaciin mexicana en el siglo XIX. Sostiene que en la ‘onstruccién de la naciin los diferentes grupos sociales del México independiente entraron en una crisis de identidades, refleiada en el dmbito politico administativo en todos sus nivel Para le construccién de la nacién no silo contaria la definicién del espacio territorial en el que se movian sus bhabitantes, sino también la necesidad de que éstos se iden tificaran con la nacibn,esdecir que se desarollana un sentido de pertenencia en ells, lo que seria un problema por reolver para quienes conducirian a la naciente sociedad mexicana. Hasta abora, ls extudios predominantes en el andliss de da nacién han centrado su atencién en el discoso politico ideoldgico como elemento que permite la unidad. Sin embargo, el nuevo enfoquehistoriogrdfic agraga eta vision dos exudies de as realidades regionals entiende ala nacién como elconjunto de wna dvesidad social, éenica, culneraly politica Elementos, desde luego, mo integrados a la visibn decimoninica de Jst Maria Lis Mora y Lucas Alaman en tormoa lasetnas, ya que ambos aungue com psturas diferentes veian al indio como un laee socal para el nuew pab. Enel dmbiza de la historia de las ideas se pueden enconsrar un buen mimero de etudios al respect, Los orlgenes del sentido de pertenencia a la na- cidn, segin algunos autores, se sithan en el siglo XVIII, cuando surge la idea de un nacionalismo que exalta el pasado y la cultura indigena como elemento comtin a todos los mexicanos. Los estudios historio- agrficos recientes sobre el origen de li nacién ponen ‘ade Goma“ ternovo las idenidades ena comsrcen de la nacin’, en: HERNANDEZ, Alicia (Coord). Cinewenta ator de bitoria de Mésico, México, El Colegio de México, 1991, pp. 199-218. 13 (STOR RESCH FORMACONDOCENEVEEUCACEHBASCATN ANTOLOGARASCA énfass en la historia social y de las mentalidades, en las que lo regional y local tienen un papel significative. El texto de Jorge Zepeda Patterson, ‘La nacién vs. las regiones” aporta una mayor profundidad al andlisis de las formas a través de las cuales las regiones se configuraron historicamente, ya sea en contraposicién o-en concordancia con el Estado nacional. ELTERRITORIO Y LAS IDENTIDADES EN LA CONSTRUCCION DE LA NACION! 1.UNA NUEVA PERSPECTIVA I problema de las identidades en una nacién en construccién durante la primera década del México independiente, es complejo y dificil de abor- dar. Es necesario tomar en cuenta que estamos frente a.una multiplicidad de identidades, en la medida en que la realidad sociopolitica fortalece y estimula los regionalismos y diferencias. Porlo mismo, es dificil sino imposible, establecer un patrén tinico que defina al conjunto; en cambio, «s evidente, como punto de partida la presencia de miiltiples condicionantes geogréficos, culturales, politicos y étnicos que contribuyeron a diferenciar espacios como los de las provincias e intendencias novohispanas. A éstos se sumaron los localismos y regionalismos, que alimentaron y despertaron la guerra de independencia, ala vez que contribuyeron a acentuar las diferencias entre los estados que constituirfan la naciente federacién. Esta problemstica esta estrechamente ligada con la construccién de la nacién y su origen his- ‘rico, que encuentra también un cauce fundamental cen ka disolucién del imperio espafiol y la impronta colonial que daré cuerpo a la nacién, En casos como el de México serd particularmente importante la diferenciacién émnicao social, sobre todo el predominio y los enftentamientos entre los grupos que conformaban la sociedad ysus relaciones con la metrépoli,llimense peninsulares, criollos, mestizos o indigenas. {L.SIUDIODELO REGIONAL PAGAADUCACONDELOMCIONAL ‘Afios més tarde, durante los primeros del México independiente, concurren identificacionesamplias como americano o mexicano que coexisten con otras més espectfcas y menos manifiestas, pero que son las mds inmediatas como aquellas que distinguen aun veracruzano ‘de un yucatcco o incluso mas precisas y de cardcter atin més local, la cuales responden a una realidad especificay en la cul est inmersa la mayor parte de la poblacién. Dicha problemética abre nuevas perspectivas en el terreno de la historia social y regional, pero también en el de la politica, particularmente en el ambito administrativo-politico y aquel de las identidades que «ste lkimo conlleva. Esahi donde podemos matizar los grados de identificacién con tin teritorio delimitado, y es hoy quiad uno de los terrenos més fetes para hacer hincapié no sélo en el campo de las manifestaciones intelectuales eidcoldgicas, sino también en el significado dela pertenencia y vivencia de un territorio delimitado. Para abordar todos estos problemas partimos de que en la construccién de la nacién, ésta tiene su propia historia, en la que pueden distinguirse tres etapas fundamentales como son: la conformacién, de la idea de nacién, la difusién de un sentimiento nacional y el paso a la organizacién de la nacién? L) Las continuidades y la fuerza del pasado A partir de dichas consideraciones es patente que la existencia de la nacién responde a un proceso de construccién, El intento de recuperacién del pasado lejano, es decir la memoria que de éste se guarda, tiene un lugar privilegiado que contrasta con lo inmediato y que se recupera en forma idealizada en una suerte de paraiso perdido. En dicha recreacién es de primordial importancia la mayor 0 menor participacién de los intelectuales y politicos que reconstruyeron y buscaron difundir la memoria y los componentes culturales de la nacién al resto de la poblacién. Un asunto también fundamental -y en el que haremos particular énfasis- es el del espa- us cio territorial que constitu‘ la nacién, el cual en primera instancia era una herencia del pasado colonial al corresponderen gran medida los limites del terrtoro jados por laadministracién espaiola con los de la nueva nacién. Uniilkimo problemaal cual también se hard referencia, os el de las identidades, esto es, zcudl es el grado de identificacidn de la poblacién con la nacién en gestacién?, ya que esto supuso un proceso de maduracién, pero también se acompafié de otrasidentificaciones como eran las regionales y locales ¢ incluso la conciencia indivi- dual, ésta tltima indispensable para la existencia formal y real de los ciudadanos. 2) Las visiones prevalecientes Existe una cierta confusién frente al estudio de la nacién y la éptica con la cual se contempla. Durante mucho tiempo ha prevalecido en la literatura hist6rica elestudio ideolégico y politico que centra el andlisis en la memoria elaborada y transmitida por intelectuales y politicos. En ella se marca el énfasis en un discurso unificador que, me atrevo a calificar, en algunos de sus seguidores mds conspicuos tiene un cardcter inminente.? En este acercamiento no se analizan otros componentes como serfan el territorio, las identidades y la diversidad social particularmente importantes en cuanto a la existencia de profundas diferencias étnicas, culturales y politicas. Precisamente el desarrollo historiogréfico reciente pone el acento ya no solamente en el discurso, sino que parte del estudio de las realidades regionales, no sélo como una operacién heuristica, sino como tun proceso que se ha desarrollado con particular fuerzay el cual pone en duda el alcance de la primera visién, que encuentra los origenes de la nacién definidos desde tres siglos atrés. En dicho enfoque se parte de que el proceso de construccién de la nacién es més dilatado. En realidad corresponde a un period més tar- dio. Veamos algunos de estos acercamientos con mayor detalle. a) Un antecedente: la visién decimonénica Lacaistencia de reaidades sociales, culturales y econémicas tan diversas heredadas dal perfodo colonial conmibuyeron a complicar las posbilidades de construir a nacién. Ast por jemplo, losescrtos de José Marfa Luis Moray Lucas Alamén son un testimonio elocuente de las dificultades que se enfrentaron; en alls, quiz la obsesion por la nacién es una vivencia directa en tanto que su reference fundamental era tuna Nueva Espafia integrada que consideraban como la semilla dela nueva nacion independiente. En los trabajos de Mora y Alama, escritos en los afios treintay finales dels cuarenta,respectivamente, la reflexion acerca de la nacién tiene un sdlo dramético al percararse ambos de sdificultades en comparacién con loqueocurra ‘en ottos palses. Asf escribieron pretendiendo que d pais que vivian se fortalecera o ecobrarfa su columna vertebral, pero urgidos frente a as derrota polticas ola pérdida de mes dela mitad del terrtorio nacional. En sus escrios sala la imperiosa necesidad de no perder dl horizonte; insisten en mirar en el trasfondo histérico ‘occidental con especial énfisis en laimportanda como punto de partida dela nacién mexicana. Mora exribfa al respecto: (.) hemos resuelo escribir una obra que de alguna manera pueda contribuirafjare!jucio de os pueblos ciilizados(...) yen cuantoa la pare histérica(..) nuestro objeto principales dar a conocer los pesiodos mis interesnces de México en su conguista, en sus proyectos de independencia, en la lucha emprendida para logratla, a su Independencia ya efectuada y en su sevolucién constiucional comprendida en os aos que han transcurrdo desde el restablecimiento dela Constitucién espafola en 1820 hasta fines del 35. Aclara que en su marco cronolégico quedaban excluidos los antiguos pobladores, pues pare- ciera que sus (.) dbitos sociales estuvieron por muchos siglos en entera divergencia yy scuestracion del resto del mundo civilizado.* Lucas Alamdn, afios mds tarde en sus Disertaciones sefialaba: I objeco que me propongo (...es examinar los puntas més importantes de nuestra historia nacional, desde Is época us SORA AEGON FoRMACIN DOCENIEYEDUCACION BLSCAN : ANTOUOGIABKSCA en que se extablec6 en estas regiones el dominio espaol, es decir, desde que cuvo principio la actual nacidn mexicana yseguira étaen sus diversi vcisiudes hasta el momento en que vino a consticurse cn nacién independiente ® En autores anteriores como fray Servando de Teresa de Mier y Carlos Marfa de Bustamante, el problema étnico se tilizé como parte de un discurso reivindicativo, y de ninguna manera como una preocupacién respecto a su papel como protagonistas de la nacién, dado que los indigenas eran solamente un simbolo, Se convertian en defensores y los utilizaban en sus querellas frente a la ilegitimidad de la dominacién espafiola, lo que dicho en otras palabras era una ideologizacién d los indigenas, convertidos en instrumento y parte de un discurso.® Regresando a Mora y Alamén, la presencia indigena cra.un lastre que cargaba el nuevo pais, ya que su atraso impedfa su incorporacién a una nacién que se reconocfa en la tradicién hispanica; asi, Alamén escribia: En palses que carecen de homogeneidad en lamas desu poblacién, y ‘que poreito, ms bien que una aacibn, son una reunin de diferente corigen y que pretenden tener diversos derechos, esta diversdad no se Fanda slo en leyes, sino que procede dela naruralera b) La historia de las ideas. Sus alcances El desarrollo dela historia de las ideas ha sido un campo privilegiado de la historiografia mexicana; contamos con magnificos ejemplos de trabajos ahora clésicos que abordan con particular énfasis cl siglo XVII, periodo esencial para el problema que nos ocupa.® En ellos privé el anilisis de obras y trabajos de distinguidos autores y personajes novohispanos representativos de profundos cambios en las ideas y en los cuales se aprecian analisis sugerentes con respecto ala idea y en los cuales se aprecian andlisis sugerentes con respecto a la recuiperacién de un proceso histérico- ideolégico en torno a la idea de nacién. Uno de los temas fiandamentales que se ana- lizaron fue el explorar acerca de Ia existencia de una identidad criolla y los primeros pasos para la formacién de una conciencia nacional privilegiando el estudio de autores y politicos. SLO 10 GION PAPA LA IEUCACION DELO NACIONAL David Brading, quien ha sido uno delosautores que en los iltimos afios ha analizado con més interés los origencs ideolégicos del problema, sostiene que desde elsiglo XVIse pueden encontrar testimonios que pueden ser considerados como parte de los orfgenes del nacionalismo y que son muestra de un patriotismo criollo, cuyo sustento principal era la exaltacién del pasado indigena, la denigracién de la conquista, un profindo resentimiento contra os lamados gachupines yel inicio del culto a la virgen de Guadalupe? Siguiendo a Brading, es en el siglo XVIII cuando se percibe entre los criollos un marcada reconciliacién con el pasado indigena, incluso por su cultura y un fortalecimiento de fa vene- racién por la virgen de ahi que sefale: ‘Mientras que en Pei la ia hacia el pasado indigena estaba bloqueada por la supervivencia de a nobler, en México los inceectuales crillos, ‘especialmente cero, expropiaron es pasado para ellos mismoslibrarse dde Espafa. Los temas que caracterizan el patrotismo criollo ~ noaztequismos,guadalupanismo y el repudio ala conquista- Ruyeron irectamente hacia el nacknaliemo mexican. La fuera de esta taicion distinguira la ideologia de la insurgencia mexicana de los demis ‘moviminas contemporsncos que se eistearon en América dl Su.” Ahora bien, como el propio Brading lo reconocié en su momento, dicho andlisis tiene limitantes, por lo que es indispensable abordar el estudio de las realidades locales y regionales, pero enfocadas desde una perspectiva mds compleja que no pierda de vista el funcionamiento real de la sociedad." ©) Nuevas perspectivas: la historia social y politica El desarrollo de la historiografia de las dos iltimas décadas permite una éptica distinta y quizd mds compleja del problema. Disponemos de nuevos enfoques para el estudio de los origenes nacionales al considerar las diferentes realidades locales y regionales. Al respecto habrfa que hace hincapié en el interés que existe de la historia social y del estudio de las mentalidades para profundizar en el problema desde una perspectiva colectiva y ya no tan solo individual. us Asi, el enfoque antropolégico, en donde los simbolos el llamado imaginario cobran importancia, aunque atin sabemos poco acerca de las mentalidades colectivas y las formas que cobraron, deja el camino abierto. d) El estudio de las regiones Como se ha seftalado, ef estudio de kas realidades regionales y locales esté modificando sustancialmente la forma en que se contempla a la nacién y sin duda, en la medida que es una perspectiva historiogréfica en pleno desarrollo, modificard algunas de las aseveraciones que anteriormente parecian tan firmes. Por principio habria que advertir que el estudio de las regiones desde el siglo XVIII permite vislumbrar un panorama més que complejo, en donde una de las primeras constataciones es precisamente la diversidad y el contraste entre aquellas, lo cual dificulta considerar el problema de la nacién, dado que no hay tal homogeneidad, ni como una vivencia de los propios novohispanos, menos atin como una realidad histérica. ‘Trabajos recientes de historiografia regional nos sefialan algunos de los factores que explican la conformacién y dinémica regional, diferenciada particularmente durante el siglo XVII. En éstos se observa un marcado contraste regional: en periodos de auge nos revelan una problemética més que sugerente acerca de los intereses que se generaron, lo que se tradujo en diferentes expresiones que sin duda no se contemplan en los discursos unificadores y generales que la historia de las ideas privilegié.!? Es precisamente en este terreno donde se debe hacer un particular esfuerzo por mostrar cémo las realidades regionales y locales condicionaron en forma importante el problema de la nacidn, pues el estudio de las regiones, desde una perspectiva econdmica, ha sacado a luz la existencia de intereses arraigados y cuya presencia se hizo manifiesta de manera abierta desde el siglo XVIIT y con particular énfasis en el desmantelamiento del aparato admi- nistrativo-politico colonial. Al respecto también habria que afiadir una problematica relacionada con las modificacio- nes en la organizacién politico-administrativa, particularmente con la puesta en vigor de la Real Ordenanza de Intendencias en 1786, que modifics sustancialmente las divisiones del territorio novo- hispano, as{ como ciertas formas de adminis- trarlo.'? ‘También si revisamos las dos décadas que van desde la promulgacién dela Constitucién de Cadiz pasando porlas guerras de independencia, el fendmeno regional y local se acentué atin ms, en la medida en que primero ef desgaste y pérdida de legitimidad de la dominacién hasta su ruptura fortalecieron los intereses regionales en detrimento de una posible formacién nacional. Un ejemplo ilustrativo serfa el caso del ejército virreinal y su papel durante la guerra de independencia, que acentué el dislocamiento de la organizacién politico-administrativa dado que las diferentes comandancias militares subrayaron la descentralizacién. de facto como una forma de reprimir a la insurgencia, al tiempo que imponian sus intereses. Enel mismo sentido, el cobro de impuestos fijados por los propios militares y los innumerables casos de corrupcién en rubros tales como el abasto y la circulacién, contribuyeron a dislocar atin mds el desmembramiento del aparato administrativo- ‘econémico y acentuaron las diferencias con los civiles, incluso en el campo insurgente."* En otto terreno, la promulgacién dela Constitucién, gaditana y su puesta en vigor bajo la administracién colonial trajeron un sinntimero de novedades como fueron las elecciones, las cuales, dicho sea de paso contribuyeron a politizar atin més la de por si conflictiva situacién y complicaron las formas en que la administracién podia reprimir la oposicién. Las clecciones sirvieron para expresar legalmente el descontento con la situacién teinante, Asfsalieron ala superficie intereses y visiones diferenciadas. Precisamente la Constitucién de 1812 inten sificé de manera sustancial las actividades po- liticas en la Nueva Espafia, en la medida en que ut se establecieron tres niveles de participacién politica: el municipal, el provincial y el relativo al imperio. Este cédigo contribuyé a acentuar las diferencias yrivalidades entre las instancias del poder, pero particularmente fortalecié ls diferentes identidades politicas, partiendo desde el Ambito més reducido como era el municipal, pasando por el provincial hasta el imperial. Como lo sefiala Jaime Rodriguez, la puesta en vigor de la Constitucién gaditana intensific de manera inusitada la participacién politica. Sin embargo, no habria que dejar de tomar en cuenta las profundas diferencias existentes entre el campo y la ciudad y las diferentes formas de hacer politica, porque ya era claro para esos afios a virulencia de los movimientos en el campo novohispano, en particular cuando las tropas insurgentes estuvieron bajo el mando de José Marfa Morelos. Habrfa que considerar también las profundas diferencias respecto a lo que ocurrfa en la mayor parte de las ciudades, alin en aquellas como la ciudad de México, que alojaba una red de apoyo y resistencia a la insurgencia."® Ahora bien, el problema no se puede circunscribiral periodo de la violencia, ni tampoco ignoras, como lo han mostrado innumerables trabajos los sentimientos antiespafioles profundamente atraigados entre los nacidos en Nueva Espafa, Sin embargo, identificar tal aversién y rechazo a los gachupines con una identificacién nacional resulta excesivo, no porque se trate de un problema cuantificable, sino porque orras evidencias muestran que el problema es un asunto més complejo; como- borén de muestra se podria ilustrar la profunda identificacién de amplios sectores de la poblacién con la figura del monarca, como lo mostraron los acontecimientos ocurridos en 1808 o los llamados a la rebelién justficados en la figura de Fernando VII y enarbolados por los propios insurgentes."® e) Lo étnico En cuanto a la problemdtica étnica, trabajos re- cientes la han abordado en una perspectiva social, tratando de analizar su irsercién real en a socie- SRO FLO GION PABA LABOUCACEN DELO NACIONAL dad colonial. Al respecto, estudios como los de Eric ‘Van Young nos muestran una faceta més del problema. Esce autor sefila que en relacién con las comunidades indigenas se aprecian a finales de la colonia tendencias contradictorias en la sociedad campesina indigenas por un lado se intensifica -aparentemente en contra- posicién- sefortalece y sobrevive la corporacién, parti- cularmente de los propietarios indigenas. “Tal contradiccién se resolvia sacando los problemas alexterior dela comunidad. De todas formas, muestra uuna presencia viva y actuante de la poblacién indigena en la sociedad colonial con una identificacién propia; asimismo, si se analizan las guerras de independencia se observard que la participacién indigena fue importante; sin embargo, se debe insistiren el émbito dentro del cual se movia la comunidad. Por lo que se trasluce de los testimonios de la guerra, era una lucha por la defensa de sus tradiciones, entre otras las de cardcter religioso, pero también del pasado, que ocupaba, un lugar mitico importante.” En laconstruccién de a nacién la presencia indigena alteré muchos de los proyectos que se plantearon los primeros liberales, ya que en su busqueda de una sociedad de ciudadanos y particulares, lis comunidades indigenas imposibilitaban su aplicacién. As{, las consideraciones en cuanto al problema de etnias y regiones trae consigo sugerencias que deben ser tomadas en cuenta, ya que si se acepta, como lo seffala Van Young, que para finales del periodo colonial se fortalecieron algunos de los principales lazos de solidaridad en las comunidades, parecicra necesario coincidir en que dicho fenémeno contribuyé a la tegionalizacién producto de la dispersién de la poblacién indigena."* Il, ALGUNAS POSIBILIDADES DE ANALISIS: LAS DEMARCACIONES POLITICO- ADMINISTRATIVAS. PERMANENCIAS Y CAMBIOS Un antecedente fundamental a tomar en cuenta es la organizacién del sistema de intendencias 18 puesto en vigor por la casa de los Borbones en Nueva Espafia, hecho que si bien, como sefiala O'Gorman, mantuvo una parte importante de la administracién y demarcaciones anteriores del territorio, también establecié nuevos criterios. Para fines del siglo XVIII el territorio novo- hispano estaba constituido por 12 intendencias sujetas al virrey: México, Puebla, Veracruz, Oa- xaca, Mérida, Valladolid, Guadalajara, Zacatecas, Guanajuato, San Luis Potosi, Durango y Arizpe, junto con las Provincias Internas de Oriente compuestas por el Nuevo Reino de Leén, Nuevo Santander, Coahuila y Texas y las Provincias Internas de Occidente formadas por la Nueva Vizcaya, Sonoray Sinaloa, Nuevo México y los tres gobiernos de Tlaxcala, Vieja California y Nueva California. Dicha divisién territorial prevaleciente a fines del siglo XVIII trajo consigo, a juicio de O'Gorman, (..) un gobierno de excepein paralaparte norte del Vitreinato debido 2 las muy especiales circunstancias en que se encontraba esa regién; después, viene la intoduccin del sitema de incendencias con miras .uniformarlaadministacién,vciada con la vatiedad de jursdicciones también fracciona cl territorio en entidade determinadas,Lasegunda divs eto invade teritorio propio dela primers, sin invalid EExos dos grandes sistemas perduran, sufriendo modificaciones y reformas, hasta los dls de la consumacign de la independencia,y las Aivsionesterioriales aque dieron lugar sirven de base ala primera y posterioces dvisiones del Mexico independiente.” 1) Poblacién y tervitorio Si bien la divisién del territorio novohispano sufrié modificaciones importantes durante dl siglo XVIII que no alteraron del todo la organizacién anterior, siplantean problemas relevantesen lo que se refierea as dimensiones de cada una de las subdivisiones, la poblacién y particularmente su gobierno, administracién y pertenencia identificacién de los habitantes con el tertitorio, problema este iiltimo que cobrara mayor importancia durante la primera década del siglo XIX. conlas elecciones para diputados y ayuntamientos. 2) La éptica de Humbold ‘A partir del trabajo clisico del barén de Humboldt revisamos algunos de los asuntos que sugiere la distribucién de la poblacién y el territorio. Segiin los datos que nos proporciona, la poblacién de la Nueva Espafia en 1793 era de aproximadamente 4 millones y medio de almas repartidas en forma mds que irregular a lo largo del territorio novohispano. Diez afios més adelante, es decir en 1803, la poblacién alcanzaba cerca de 6 millones, obviamente las disparidades en su discribucién se mantuvieron.” Humbolt hizo una serie de comparaciones entre la extensién de las diferentes intendencias y la poblacién con el fin de tener una idea apro- ximada acerca de la densidad relativa de cada tuna de ellas, Los resultados son interesantes porque mucstran cémo desde principios del siglo subsist la problematica referente a las tendencias de la poblacién’ como una permanencia colonial e incluso prehispeinica. Revisarlapoblacién de algunas intendencias capitales esimportante. Por ejemplo, en lo que tocaa extensidn, la intendencia de San Luis Potosi se componia de 27821 leguas cuadradas, pero no contaba mds que con 334 000 habitantes y con una densidad de 12 habitantes porlegua, ‘mientras que su capital no pasaba de 12 mil almas. En cambio la intendencia con mayor densidad de poblacién era Guanajuato, la mas pequefia, ya que habitaban 568 habitantes por legua. Estas cifras podrfan parecer obvias, pero a mayor territorio menor densidad; sin embargo, habria que sefialar que en dicha intendencia vivian un poco mas de medio millén de habitantes, y lo més interesante es stu discribucién en el interior dela demarcacién, ya que para principios de siglo contaba con 14 poblaciones gue oscilaban entre los treinta, veinte y quince mil habitantes; la manera era Acémbaro que tenfa més de 10 mil. En la ciudad de Guanajuato vivian un poco mas de 55 mil personas, pero con la poblacién de las minas que rodeaban a la ciudad la cifra se eleva 270 mil. Agudo contraste con otras ciudades como Ia de San Luis, que ya se ha mencionado2" 19 SIonA R1ONA. FoRVACON DOCENEYEDUCACHONBNCAEN : AMLOGIABASCA Un caso similar al de Guanajuato era Puebla, la cual para principios del siglo XIX contaba con varias poblaciones que oscilaban entre los cuarenta, los treinta ylos veinte mil habitantes. Por el contrario, en Durango © Nueva Vizcaya, las poblaciones que rebasaban los 10 mil habitantes eran escasas, pues atin la capital provincial contaba con menos de 9 mil. Al respecto es sumamente interesante mencionar cémo el propio Humboldt llamé la atencién acerca de los problemas derivados de la administracién politica de un territorio tan vasto y contrastado, tanto en la distribucién de su poblacién como en sus condiciones geogréficas. Al referirse ala divisién politica que le tocé palpar de cerca, nos dice: Esa dvisones seein con el tiempo de sumo interés politico, cuando la cultura de México exté menos limitada dentro delat ano central, sobre I Joma de la couliler, y cuanda las costas empiecen a poblaree® Hace una critica al respecto a las enormes difi- cultades que significaba gobernar el territorio noyohispano, que sin duda era vélida para la nacién en vias de construccién, Asi, sefiala: I cuadro exadiico que acabamos de presetar prucba wna grande mpeefecisn en la divin tecritoralParece que cuando te encargs a losintendents a administracin de policy hacen, fuecom el abjeto de divide el suelo mexicano por priacpios andlogos alos que en oto tiempo habla seguido el gobierno francé, dividiendo el reino en _gvcralidades(.) Peroal formarlasintendencias mexicanas, seha prado ‘muy poco la atncién en la extensin del renizorio, ocr el estado dela ppoblicién, mis menos sptada, Adems, eta nueva divs se hizo fn una época en. que et minisro de Indias, el consejo y los vieryes ‘arctan de rodaslos materiales necesatos para una obra an importantes (sin dear de seal) y jedmo puede enterase nadie del pormenor dela adminitacién de un pas cuyo mapa no etd ain evantado, y acerca del cual ain no se han ensayado los principior mis sencilos dela artméiea polite! Su razonamiento parece impecable y al mismo tiempo implacable: Si se compara la extensisn de la superficie de las intendencias mexicanas, se encuentran muchas de ells que son die, vein y ain trv veers mayores que ors. Por ejemplo, la intendencia de San is Potos tiene mas extensin que toda la Espaia europea, al paso aque la de Guanajuato no et mayor que dos o tres departamentos de Francia Por otra parte al poner en relacién poblacién con superficie sefiala ‘Cuando comparames dl etado def poblacién deb de insndencias con ddd laecensién desu tetinro,cs cuando mds earatamoverladesigualdad ‘con que ex csbuida la poblacn mesicana ain nf pare del ino que sed mas cada (.) (por lo que) la elacdn que sine la poblacén con Ia catersin en leguascundrids () es el principio que deberiaprincipal- ener losencrgadsde formate nites als dvsoncsteoiles®> Por todo ello, Humboldt concluye: lego crerqueles res extados quehe formal para mostra aextensi, poblacién absolursy telatva de las itendencias de la Nueva Espasa, probarin suficientemence la grande imperfecién de la aca division teritocial. Un pale en donde la poblacién ict dispera en una vasa ‘exten exige quel adminisracin provincial se limite porciones de ‘esreno menores que las que forman lis intendencias mexicanas Para dividir un territorio anota que se deben tomar en cuenta diversos criterios, ya que: De esta mayor menor reunién depende sin duda alguna el grado de industria, y por consiguiente la actividad del cometco, y el nsimero de negocios que deben llamar la atencin del gobiemno provincial, Bajo exe axpecto, la poqueta intendencia de CGoansjuato da més ocupacién ain administrador que ls provincias de Texas, Coahuila y Nuevo México, que tiene seis 0 diez veces exten, Poniendo el énfasis en este asunto, comenta con ran: Qué esperanzas puede tener un intendence de San Luis Potos, de llegar a conocer las necesidades de una provincia que tiene cerca de 28000 leguascuadradas?;Cimo podri velar sobre la condueta delos subdelegados, proteger al indio conta las vejaciones que se cometen en los pueblos paricularmente, atin cuando se dedique con el ceo mis paritico devempebar las obligaciones de su empleo? Su comentario final parece profético en la medida en que no se pudo poner en préctica: Un gobiemo regenerador debe ocupr ante todas cosas cn vai los limites actuales de Ia intendenca, Esa variacn poltica debe estar fundada en el conocimiento exacto del estado fico y agricola dels provincias que componen el reino de Nueva Fspata* Como se aprecia, el terreno para explotar es vasto, ya que parece indispensable tener claro Jo que significa un territorio tan extenso y las caracteristicas de la distribucién de la poblacién como unasunto crucial para analizar la problemética politica y particularmente la referente a la pertenencia a un tetritorio especifico. Asf, parece notorio que la poblacién localizada en ciudades y poblaciones ocupa un lugar importante, sobre todo cuando ciertas intendencias de la parte central agrupaban a la mayor parte de los novohispanos y a los que después se denominaré mexicanos. Dicha realidad establece un’ marcado contraste, ya que estamos frentea un conjunto de habitantes cuyos referentes territoriales son locales © estén relacionados con regiones o incluso con ciudades y capitals. De-ahi que el problema de las identidades debe ser revisado con una perspectiva més amplia, en donde la impronta colonial tiene particular importancia. IIL ZUNA NUEVA NACION? Quizds uno de los terrenos mis fecundos en los que se deba explorar es el referente a las primeras préc- ticas de la nueva nacién una ver que se procama como tal; por un lado nuevas perspectivas muestran la necesidad de afinar criterios que no parecen vilidos respecto a los primeros afios del México independiente y la practica de gobierno, parti- cularmente en el intento por llevar a cabo una poli- tica nacional frente a los esfuerzos por contrarrestar- la de parte de las provincias. Al respecto, lo que interesa es destacar, como ya lo sefialé hace varias décadas Nettie Lee Benson, queen la creacién de las diputaciones pronvinciales esté el origen del federalismo mexicano, esto es, la edificacién de los estados que conformarfan la federacién, primero como diputaciones provinciales ¥ posteriormente como estados: ‘Asi pues el orgen del federalismo en Mésico, se puede remonta ala forma de gobierno crablecida por la Coneinucén de 1812 para Espasa y sus colonias, Proveyd de wn gobierno representative y de Independencia politics 3 cada provincia.” Precisamente l territorio -como lo sefiala O’Gorman- adquirié una nueva caracteristica al convertirse en criterio fundamental para la representacién politica, es decir, cobré un nuevo significado, aunque habria que enfatizar que ello ocurtié a partir de una diversidad de tertitorio, os cuales representaban intereses diversos y en ocasiones contrapuestos. Ast se crearon las diputaciones provinciales, una en la capital y otras en San Luis, en Guadalajara de la Nueva Galicia, Mérida en Yucatén, Monterrey de las Provincias Internas de Oriente y en Durango de las Provincias Internas de Occidente: “La Constirucién declaré a cada diputacién politicamente independiente de las demés” 2* El trabajo de Nettie Lee Benson también abrié un camino esencial para el estudio de las continuidades politicas y regionales, las cuales deben seguir analizéndose. Ast, el periodo dela lucha armada, como ya se sefialaba anteriormente, contribuyé en forma importante a acentuat los regionalismos y los intereses particulares, lo cual se tradujo de manera impoztante cn los primeros debates constitucionales.” Para 1823, el alcance y grado de autonomia de los gobiernos provinciales era un asunto que se discutia con particular interés en diversos confines del nuevo pals en gestacién. Se insista en la imperiosa necesidad de un gobiero local pues se sefalaba que solamente con gobiernos a escala provincial podrian llevarse a cabo politicas que comprendieran las probleméticas de cada porcién del pals que estaba en formacién, dado que con leyes uniformes serfa imposible gobernarlas. La demanda por una mayor representacién fue creciendo con el correr del tiempo. Desde la primera convocatoria a Cortés, como durante | periodo de 1820-1821, los diputados novo- hispanos demandaron mayor representacién; dicha peticién fue atendida pero sin satisfacer plenamente sus deseos. El panorama se modi- ficé una vex declarada la independencia, cor lo cual la representacién de las provincias se constituyé en ¢l problema fundamental en la medida en que se habia producido la separa- cién de la metrépoli. En su reclamo, las pro in- m HORA RENAL RMAC DOCAEEVEDUCACIENRASCADY.: AMTOLOGIABESCA insistfan con vehemencia en que se encontraban. aislados nuestros pueblos por su posicién topogrifca, colocados en lossltimos éngulos de nucsz septentrién, privadas de communicacién con el resto de la nacin, distances quinientasseisciemts yserecientas leguas de esta core (.) por lo que En cada provincia debe, conform als ley, nstalare una dipuraciin provincial yn jefe politica superior y conforma la necesidad deben Facultarse para obra con toda libertad en favor de os pcos, con al que sus dispesciones no sean coatraris alas leyes generale del imperio Y sin otra resticcin que dar cuenta al supremo gobierno.” Ast, para 1823 ya existfan diputaciones provinciales en veintitrés provincias, algunas de las cuales“(..) habjan ido més lejos de sus atribuciones, asumiendo plenos poderes como gobierno local autnomo”.! 1) Las constituciones de los estados a) Delimitacién territorial Un panorama de las diferencias existentes entre los estados nacientes se puede apreciar en las diversas constituciones de las provincias 0 estados, pero también acerca de 1o que podria ser considerado nacional; es decir, éstas no Hevan a un problema sustancial que es el de las identidades, el cual atin no estaba resuelto, en Ja medida en que coexistian diferentes identidades colectivas, como podrian ser las que se identificaban con un territorio, Ikimese intendencia y luego estado. Asi por ejemplo, cuando se trataba en el Congreso lacreacién de los estados, las discusiones en algunos casos no fueron sencillas en la medida en que se afectaban intereses y sentimientos de identificacién. En el caso de las provincias de Nuevo Leén y Coahuila, Servando Teresa de Mier como diputado, insistia que la divisién que se pretendia en ellas tal como acabé ocurriendo, lesionaba a aquellos que deseaban formar un solo estado ya que se com- LESUDO E10 AGW PARA A BOLCACIDN BELO NACONAL ponfa de familias que en muchos casos eran patientes y que habjan vivido bajo un mismo gobierno y con la ‘misma diputacién provincial. Asimismo, discrepaba de que Tamaulipas formara un estado separado y advert: Si se obedeci6y jurd el act, fe con grandisimo dolor y sentimiento Porque eonsiderando que tenfa mucha més poblacién Nuevo Lesa ‘qu Tamaulipas, yteniendl coegios de estos, convents, 70 cantas til amas y en fin mucho comerca y rqueta,considerd que rena sms rain que Tamaulipas para ser estado. Esta es una muestra palpable de las dificultades para una plena identificacién nacional y también de las diversas modalidades con las cuales se vinculaba la poblacién. Por cestoe obstéculos, para su cristalizacién requirié -como ya se ha sefialado- de tiempos mas largos.®* En la delimitacién territorial que se establece en cada una de las constituciones estatales desde el Acta Constitutiva se precisa el territorio y su composicién, asunto que es remontado en fa Constitucién con la advertencia, en diversos pasajes, ce que se podria aumentar 0 modificar el mimero de estados y territorios.* Ahora bien, esta divisién politica del terrivorio esta estrechamente relacionada con el sistema de intendencias, ya que varios estados se definen de acuerdo con los limites de la intendencia, como seria el caso de Chiapas, aunque se sefiala que la ley que rige la subdivisién interna es provisional. Caso diferente es el de Chihuahua, que se delimita por lo fijado por el soberano Congreso general en su decreto del 27 de julio de 1824 y se agrega que una ley constitucional arreglard sus limites. Ademds de estas discusiones, semanas antes en el Congreso se discutfa si Chihuahua deberfa ser la capital del nuevo estado que se creaba, ya que, segtin la diputacién de aquella provincia, Durango deberia serlo, y que en caso de que no fuera asf deberfa convertirse en un estado tal como ocurrié. Argumentaban que si Chihuahua y Nuevo Leén, que se convirtié en tenitorio, tenia seis diputacionesy Durango solamente cinco, aquellos siempre “(..)triunfarén)...) en petjuicio de sus intereses, y especialmente en la cues- tién de fijar la residencia de la primeras autoridades,” afiadiendo que su provincia tiene “(..) los elementos necesatios para constituirse en estado; territorio grande, fértil en frutos, rico en metales, poblacién de 150 mil almas, gentes industriosas en las artes, y varones capaces por su ilustracién, su prudencia y otras virtudes, de gobernar aquellos paises” La comisin propuso y el pleno aprobé que Durango formara un estado, y la propuesta de que Chihuahua y Nuevo México fueran uno solo quedé pendiente. El mes siguiente, esto es, el 5 de julio, el pleno aprobé que la provincia de Chihuahua se convirtiera en estado y Nuevo Leén en territorio.® Al estado de Coahuila-Texas se le define su territorio a partir de las provincias del mismo nombre, pero se advierte que una ley posterior fijard sus limites con los estados colindantes.** El caso de Guanajuato fue distinto, Se seftalaba ya afios atrés que por sus propias caracteristicas, su territorio tenfa que considerarse “por partidos distintos en consideracién.a su numeroso vecindario y la jurisdiccién independiente que exercen sus alcaldes orcinatios (..)”, aspectos que en las discusiones en la Camara se tomaron en cuenta para poder definir sus limites con precisién, Jo que no impidié que el ayuntamiento de Acimbaro solicitara al Congreso, dias después de que se hab/a aprobado la creacién del estado, incorporarse al de Querétaro, a pesar de que ya se le habfa considerado parte de Guanajuato, peticién que fue rechazada. El estado de Guanajuato quedé formado en definitiva por Acimbaro, Apasco, Celaya, Dolores Hidalgo, San Felipe cde Guanajuato, Irapuato, Leén, San Luis de la Paz, San Miguel el Grande, Pénjamo, San Pedro de Piedra Gorda, Salvatierra, Salamanca, Silao, Valle de Santiago, Yuririaptindaro y pueblos anexos; se mencionaba ademas que el estado “se dividirs” -nétese el fururo- en partidos y municipalidades.” b) Identidades y prerrogativas politicas Otro problema que debe ser analizado nueva- mente ¢s el de los diferentes matices existentes respecto a aquellos que se consideran mexica- nos o nacionales, frente los americanos, especificdridose como tales a aquellos nacidos o avecindados en los diferentes estados, los cuales aparecen tanto en el Acta Consticutiva como en la Constitucién y en las diferentes constituciones de los estados dela federacién mexicana, Ena Constitucién federal como en las delos estados seconsideraban tres posiblesidentidades, pero también derechos y prerrogativas diferenciados; esto es, segin la importancia dal cargo se exigf la nacionalidad mexicana, como en dl caso de la presidencia, no asi, en algunos casos, tales la gubernatura, las diputaciones y el Poder Judicial. En lasconstituciones de los estados quese promulgan después de la Constitucién federal se especifican tres calidades: los nacidos en el estado 0 lo que se define como tal, los avecindados en el estado y también los ciudadanos americanos, aunque cabe advertir que esta tikima calidad no apa-rece en todos los casos. En cuanto a los goberna-dores, os requisitos varians por ejemplo, en Oaxaca para ser gobernador bastaba con haber nacido “en uno de los puntos de la América emancipada’ 2* Notas de la lectura "Una primera versién de este trabajo se presenté en Ia VIII Reunién de Historiadores Mexicano- Norteamericanos, octubre de 1990. ? Encyclopedia Universalis, tomo 16, 1989, p.6. > BENEDICT, 1975, pp. 551-610. *MORA, 1965, tome I, pp.5 y 63. > ALAMAN, s/f, p.14. 6 BRADING, 1973; FLORESCANO, 1987. ” ALAMAN, 1985, tomo v, p. 525. ® NAVARRO, 1948; PEREZ MARCHAND, 1945; VILLORO, 1953. ° BRADING, 1973, p.13. “°BRADING, 1973, p.58. " BRADING, 1973, pp.157-158. ” PEREZ HERRERO, 1988. PASTORA REGINA FORMACIEN DOCENIEV EUCACONBASCAGN . AMOIOGINGAICA Debe recordarse que en la Constitucidn de 1824 se hicieron explicitas las diferencias que existian en el interior dela Federacién, recalcando sin duda el camino de las identidades colectivas diferenciadas, producto de una historia que exigié ser reconocida. Asi, sesefialé: La Repilblica Federada ha sido y debi sere feuto de sus dscusiones, solamente la tirana calculada delos mandarinesespafolespodia hacer _gobernar tan jamenso tevitorio por unas mismas lees, a pesar de a cliferencia enorme de climas, de temperamentos, y desu consiguiente influencia Qué relaciones de convivenca y unformidad puede haber centre el tostado suclo de Veracruz y las heladas montafas de Nuevo Méaico? ;Cémo pueden rgira los habitanes de la California y Ia Sonora las mitmas insttuciones que a ls de Yacatén y Tamaulipas? a inocencia y candor de ls poblaciones interiores zqué necesidad tienen de tanta leyescriminales sobre delitose intrgas que no han conocido? Los Tamaulipas ycoabuileiosreducrin sss cSdigns a ciertos artiulos mientras los mexicanos yjalsciensessenivelarin alos pueblos grandes que se han avanaado en lacarvera del orden social. En conclusién, He aqui las ventajas del sistema de federacién. Darse cada pueblo asi mismo leyes andlogas a sus costumbres, la calidad y demas circunstancias: dedicarse sin trabas a la creacién y mejora de todos los ramos de prosperidad (...)? ” Real ordenanza, 1984; GORMAN, 1979, pp. 26-27. ¥ ARCHER, 1990. ‘5 RODRIGUEZ O., 1990, p. 3; GUEDEA, 1989. ‘6 GORTARI, 1989, PP. 181-203. " VANYOUNG, 1984, PR 56-57; VILLORO; 1953. 8 BONILLA, 1981, p.11 ” O'GORMAN, 1979, p.25 2 HUMBOLDT, 1985, pp. 105 y 309 2 HUMBOLDT, 1985, pp. 300 y 303; Relaciones, 1947, p. 73 2 HUMBOLDT, 1985, PP. 55-68 y 90-91. * HUMBOLDT, 1985, PP. 299-300. ® HUMBOLDT, 1985, 2287. * HUMBODLIT, 1985, p.300 » HUMBOLDT, 1985, PP. 305-307. ” BENSON, 1955, p.21 *0' GORMAN, 1979, » BENSON, 1955. ® ESPINOZADELOSMONTEROS, 1823, pp.12,24 26. , RODRIGUEZ ©., 1990, pp 10-12; BENSON, 1955, p. 84, * Actas, 1980, pp. 417418. %* CHARAMONTE, 1989. 3; BENSON, 1955, p. 19. ns Acta, 1988, pp-1-15. Actas, 1980, pp. 616-618; MATEOS, 1877, tomo II, p. 289. % Acta, 1988, como I, pp. 196-273. » Acta 1988, como I, pp. 320401; BENSON, 1955, p.29; MATEOS, 1877, tomo I. p. 629. % Acta, 1988, tomo I, pp. 162-250. ® Acta, 1988, como I, pp. 22-23. L.EUOO £1 ECIONAL REA AIPUCACIONDELO NACIONAL LECTURA: . IDENTIDAD, ETNIA Y NACION* PRESENTACION Para el autor el manejo del concepto de identidad nacional actualmente se ha convertido en estratégico, ya que se le puede dar diferentes significados y direcciones. Seftala que el problema de la identidad recae en el terreno del estudio de la antropologta, pero que cuando se le agroga el adjetivo de “nacional” toma un matiz politico que lo hace constituirse en elemento del discurso oficial. Apunta que las discusiones tebrico-metodolégicas de la En este trabajo intentaré de manera exploratoria y propositiva acercarme a algunos aspectos de esta cuestién, No voy a plantear el resultado de una investigacién, sino a presentar unas discusiones, que si bien son producto de una reflexién generalizada sobre Ja tematica, intentan convertirse en instrumentos para “pensar” el fenémeno de la identidad. LESUNO E10 REGU FHPALA DEUCACIONDELONACONAL Seis proposiciones bésicas enumerare a con- tinuacién como el marco a partir del cual pueden precisarse los ambitos de la identidad: 1. La identidad, “las identidades son atributos de todo ser social”, No existe individuo 0 grupo que no participe de la identidad. 2. La identidad significa en primera instancia pertenencia, y por lo tanto exclusién: “la pertenencia y la exclusién son condiciones de toda existencia social” 3. Cualquier individuo, en cualquier cultura; part agrtpacién” que le otorgan identidades especificas. 4. Laidentidad, o las identidades implican ne- cesariamente: “conciencia de las mismas’, y en tal sentido tendrén expresiones singulares. 5. En tanto no exista conciencia de la identidad, ‘ipa de un “numero variable de criterios de no existe exclusién, ni pertenencia; por lo tanto no se expresa como identidad y “no podemos propiamente hablar de identidad”. 6. No deben confundirse por lo tanto la iden- tidad como fendmeno asumido, con las identidades que pueden surgir de criterios clasificatorios ex- ternos, particularmente los que devienen de los de- nominados marcos tedricos. En base a estas seis consideraciones bisicas puede acotar minimamente el fenémeno identitario y asimismo me permite disefiar, para propésitos ana- Iisicos un “plano de las identidades’. Este “plano de las identidades” est pensado como una primera guia de andlisis del fenémeno iden- titario, no es por supuesto una metodologia para su investigacién y estudio, es un primer intento de aproximacién que permitiera en los trabajos su- cesivos un acercamiento, en tal sentido es claro que presenta més problemas e interrogaciones que los que se resuelven en este trabajo. En la primera co- lumna he ubicado lo que denomino “niveles de identidad”. Utilizo el término niveles ya que alude aun proceso en que los criterios de agrupacién M0 son diversos pero dentro del campo de la identidad, no aluden necesariamente a un desarrollo de lo simple a lo complejo, ni de lo inferior a lo superior. La imagen més cercana a mi propésito seria la de tun paquete de hojas de papel, en el que cada hoja definirfa un nivel de identidad, pero en la cual la identidad “vireual” seria el paquete de hojas y la relacién entre las hojas. He puesto los niveles més obvios, los de uso generalizado; con criterios de agrupacién necesarios, voluntarios o imputados; es decir participamos en. ellos sin quererlo o saberlo o participamos en ellos por voluntad propia. En la segunda columna aparece lo que he denominado“dimensiones de la identidad”; tenta- tivamente he definido unas determinaciones basicas que deberin ser explotadas sistemédticamente, pero cuyo objetivo es esclarecer el nticleo analitico de adscripcién de cada nivel de identidad. En la tercera columnas os “temas de la identidad” expresan los miicleos de contenido que condensan a expresién visible de los niveles de identidad. Esta columna es la que presenta mayores problemas de precisar en forma abstracta, més que resultado del analisis, es el resultado de la investigacién concreta, ya que solo el movimiento de lo real nos puede indicar qué temas en cada nivel y en cada circuns- tancia son los pertinentes, y si existen temas exclu- sivos por nivel o si étos pueden compartirse por niveles, etc. A través de este plano podemos desglosar un campo problemético de posibilidades de par- ticipacién identitaria de un individuo. Es evidente que en el nivel primario, “relaciones de alteridad” (individuo, familia) es imposible no participar, ya que éste nos es dado como segunda naturaleza, 0 bien como “primera naturaleza social”. En el segundo nivel definido “telaciones sociales personales’, la precisién de las formas de pertenencia Jexclusibn; es decir las formas de participacién, deben estudiarse de manera concreta y comparativa para poder acercarnos a sus determinaciones bésicas. PLANO DE LAS IDENTIDADES Niveles Dimensiones ‘Temas Individuo [Relaciones de Familia alteridad Comunidad | Relaciones sociales Barrio rsonales Banda Relaciones sociales Otras concretas y empiricas nla regién clase actividad pro-| Relaciones sociales duetiva abstractas (teéricas) estrato nacién (relaciones sociales | (aztequismo, planeta, obligatorias) jguadalupanis- uni- Imo, prifsmo)* verso otras *Discutidas en el texto, pag, (16). El rercer nivel definido “relaciones sociales abstractas”, requiere como el anterior un estudio sistematico, y es tal vex el més complejo y ambiguo en cuanto a poder definir sus caracterisficas y modos especificos de participaciéns porcjemplo:l nivel nacional deidentidad expresa una “identidad institucional”, por lo tanto su adscripci6n es obligatoria, aun a pesar de que algunos individuos o grupos de ellos no asuman la nacionalidad ‘mexicana como crterio relevante de identidad, como cocurre con ciertos grupos de indios mexicanos que se definen por su identidad de grupo, 0 etnia y el ser mexicanos les tiene sin cuidado. Esimportante destacarqueeste plano delasidentidades implica un corte sincrSnico del fenémeno, que alude al uuniverso o sistema de identidades, y por lo tanto implica «que curlquier individuo participa de manera simulténea cen todos los niveles propuestos de identidad (yen ots). En ha prictica, muchos individuos no asumirlan algunos de los niveles deidentidad es mds, la pariipacién explicia sun asunto complejo, ya que siendo referencial al fenémeno identitario (participacién-exclusién) siem- ut STOMA RHONA, RUACON DOCENTEVEDUCACHON BTCA. ATOLOGINBASCA pre estard presente el contexto de esta participacién como el elemento definitorio del nivel asumido, en la practica parece casi imposible que se puedan asumir explicitamente todos Ibs niveles de identidad en los que un individuo participa voluntariamente, esto alude al ,carécter “virtual” que le asigne a la identidad como fendmeno global anteriormente. El plano muestra. no obstante, el universo de identidades qué estan en relacién permanente en cualquier hecho social identitario sin importar el nivel de expresion que éste tenga. En todo caso, serd siempre una sintesis en un nivel determinado, es decir, en cualquier momento que esto sea explorado en concreto, podremos s6lo observar una sintesis parcial del sistema. Ahora bien si consideramos el plano de manera diacrdnica surge entonces a circunstancia de que cada nivel y sus relaciones se transforman de manera desigual en el tiempo y de acuerdo a los sucesos que la propia realidad va imponiendo a este sistema, y a los contenidos explicitos de cada nivel. Puede suceder que ciertos niveles cambien radicalmente, 0 desaparezcan, que aparezcan nuevos niveles y que los, otros no se transformen, “el paquete de hojas” puede tener més o menos hojas... pueden cambiar de hojas. El plano de las identidades nos permite “evocar” la complejidad presente al intentar definir la identidad en concreto. La conciencia de su dimensién diactdnica permite el definir el cardcter histérico de estos niveles y sus necesarias transformaciones por nivel y en tanto relacién de niveles, y por lo tanto la complejidad mayor de su investigacidn y andlisis, Y un tercer aspecto relevante para la indagacién el carécter contradictorio que pueden asumir los diferentes niveles de identidad entre s{en la practica cotidiana. Contradiccién que puede darse en el individuo o en el grupo o contradiccién que puede darse en la cabeza de los analistas. Es, a mi juicio, evidente que el andlisis de la identidad debe ser una de las tareas funda- mentales de los antropélogos contempordneos, LED EL REGIONAL FARA LA DUCADONDE LO RACH ¢s.a mi juicio también evidente que la tarea es complejay que requiere de un trabajo de investigacién concreta, reflexidn y anilisis tedrico importante. Dos ejemplos me voy a permitir desarrollar en primera instancia para problematizar las propo- iciénes anteriores. Ejemplo 1. Identidad y etnia La nocién de etnia ha ocupado a las mentes més lucidas de la antropologia contemporinea, y muchos aspectos de esta “categoria” han sido esclarecidos de ‘manera brillante; no obstante, podemos ver como se comporta tal nocién de acuerdo al “plano”. De acuerdo a d, la etnia se encuentra fuera de la dimensidn dela relciones sociales personales coneretas; 5 por lo tanto una categoria de adscripcién abstracta, ue requicre de una voluntad de participacién para poder expresarse como modelo de una agrupacién humana, y esto debe ser verificable en lainvestigacién, debe significar una serie deatributos compartidos (temas deiidentidad) cexplicita y especificamente. Es entonces que surge la pregunta necesari cs la validez verificable de la etnia nahuatl2. Por ejemplo, zacaso existe en los hablantes de nahuatf en todos los espacios en los que ellos se asientan y en cual todos los niveles econémicos en los que participan, la conciencia de pertenecer a la emia nahuatt? ¢Acaso sus formas deaccién y movimientos, sus expresiones étnicas, son espectficas de la supuesta etnia nahuatl? La experiencia y las investigaciénes concretas han mostrado que -salvo en los pequefios grupos vinculados a los Consejos Supremos 0 a otros organismos de mediacién politica- Ia etnia no tiene espacio especifico en la conciencia de los supuestos individuos étnicos; que sus formas de agrupacién y manifestacién se refieren de manera significativa y concreta a considerarse comunidades campesinas indias. La misma fenomenologia folklérica es tan diversa que ni siquiera este factor les daria homogeneidad. mw Cuando se afirma que en México existen mas de 52 etnias indigenas se soslaya que éstas no existen como etnias, sino que existen como millares de comunidades dispersas por el tertitorio, nacional, sin continuidad especial, sin conciencia de identidad compartida, es decir sin existencia como tal, y en muchos casos en relaciones entre ellas de franca hostilidad identicaria. Lo que esto expresa, en primera instancia, es que las formas de indentidad -no obligatorias- resul- antes de la voluntad del Estado por generar agru- paciones especificas, en este caso etnias, se prestarén ala investigacién como formas de identidad cuando hayan alcanzado concrecién en lo real, es decir, cuando hayan generado pertenencia y exclusién, cuando hayan alcanzado identidad; hoy sélo son el deseo de algunos lideres, la voluntad del Estado y Jas interminables discusiones de los antropdlogos Jo que le dan existencia. Por lo demés en nuestro caso, la organizacién de los indios de manera auténoma estuvo prohibida desde el fin de la revolucién hasta 1934, en que el presidente Cérdenas permitié e impulso la creacién de los “Congresos de Raza”, cuyo objetivo, segtin iertos analistas®, correspondfa con un intento estatal por separar a los indigenas de las organizaciénes campesinas. Parece ser que es éste el periodo en el cual la no- cién de etnia inicia su camino exitoso en la discusin nacional y sin duda como brazo derecho del “indi- genismo paternalista’. Esta existencia teérica de las etnias ha dado origen a instituciones, acciones de gobierno, proyectos, programas, y una cauda interminable de discusiones entre los antropélogos, para precisar qué hacer con las etnias? Lo paraddjico es el vacfo de realidad que ha caracterizado estas discusiones. Las polémicas més recientes al respecto han puesto en cuestién el asunto de la identidad étnica, a partir de la denominada “identidad de clase”. De acuerdo al plano propuesto, ésta, la identidad de clase es un nivel especifico de la identidad, diferente del nivel étnico; aquella, tiene determinaciones especificas, -temas de la identidad- surgidas de la ubicacién concreta que como clase tendrfan en la estructura productiva de la sociedad, precisamente en las relaciénes de produccién. El primer cuestionamiento surgirfa de la pertinencia de cuestionar un nivel identitario con otro diferente; se ha afirmado al respecto que son esencialmente contradictorios, es decir que el asumir una identidad bloquea la otra, en otros casos se ha ponderado ;cudl es primero?, pero en términos generales pareceria establecer una lucha entre niveles -en la cabeza de los investigadores- identitarios, lo parad6jico del caso es que no se ha demostrado la pertinencia de ambos niveles para los indios. EI primer caso, lo vefamos més arriba, en el segundo caso, parece ser que el asunto no es mucho més claro. La ubicacién clasista de los indios corresponderia mayoritariamente al campesinado. En el caso de la supuesta “identidad de clase campesina”, los problemas son atin mas complejos, ya que tedricamente el campesinado no constituye histérica y estructuralmente una dase; es decir, que no puede generar una “identidad de clase” (aun en. el caso extremo que se considerara a los campesinos amente nunca han transitado “clase en si, hist de clase”). Lo que han demostrado las investignciénes concretas, «8 que los campesinos indios participan de una forma productiva denominada “mercantl simple”, o del “modo campesino” y esto es lo que determina la variedad de expresiones deluchay festa es decir sus temas deidentided. En términos generales, sus objetivos y movimientos se enmarcarn en la dimensidn identitaria de comunidad -es decir un nivel diferente al de etnia y al de clase- y es ésta la que les permite una expresién social concreta reconocible. Si hablamos de campesinos indios y nos referimos, por ejemplo, a su accién en el terreno politico, la identidad comunitaria serd mucho més evidente en sus temas y trayectorias, que la supuesta identidad étnica o la supuesta identidad Enica o la supuesta identidad de clase. ry HORA REGIONAL FOAMMCIDNDOCHEEY EDUCACIONRAICABNANTOLOGINSASCA Los contenidos histéricos diferenciados de las cexpresiones identitarias de los campesinos indios no pueden reducirse simplemente a “caracteristicas cultural, sistema de organizacién social costumbres, normas comunes, patrones de conducta, lengua, tradicién histérica, etc.” ya que todo nivel identitario implica de base los mismos factores (“virtuales”) histérico-concretos, el problema no se esclarece de esta manera, hay necesariamente que precisar los contenidos en “situacién’”, de los campesinos defina demandas -tema de identidad-éxnicas y demandas campesinas, enfatizando alguna de las dos seggin las circunstancias, esta situacién no produce la mezcla sinerética de las identidades, ni la solucién de un tipo de demandas, es la solucién a Jas otras, ni en ultima instancia desaparecen los niveles de identidad en el plano analitico En gran medida el hecho de que esta polémica continte, se debe, a mi juicio, a que la discusién de la identidad se realiza en base a meras hipétesis que a partir de una nocién de identidad confisa postulan una serie de condiciones lgicas de las cuales de derivan unas condlusiones, también logicas, cuya solidez se fundamente que no hay base empirica para discutslajeomo vimos se alucea vagos contenidos sociokbgicos, como “organizacién social’, “tradiciones’, “memoria historia’, ex. Cuando se adentra uno més en las polémicas, co- mo por ejemplo, la que vienen desarrollando desde hace varios afios los llamados “etnopopulistas” vs. los “etnomarxistas” se explicita mds el nivel de confusién. Los emopopulistas (EP) postulan la permanencia de Jaidentidad émica, espectfica de cada grupo a través del tiempo y a través de as diversas formas sociales. Sin defirir los contenidos de esta identidad étnica que permanece; se ha planteado que la lengua puede ser el “indice sintético de la etnicidad”, la “matriz de identidad” * Los etnomarxistas (EM), por su parte, plantean que la identidad cambia al cambiar la sociedad y que lo tinico que permanece es la identidad con- trastante o la alteridad étnica.(13) En el primer caso, los EP postulan el trénsito de Iaidentidad, que si bien no de manera inalterada, se le reconoce continuidad. En ningiin caso se ha luminado esto con temas especificos: sus transformaciones. En el segundo caso, se desdefia a continuidad de los contenidos, y se postula que lo que trasciende es la diferencia. En ambos casos no se caracteriza lo que contintia 0 no contintia; en el caso de los EP se podria considerar que al no precisar esos contenidos se le asigna a la nocién de identidad étnica una sustancia metafisica, que trasciende en el tiempo y el espacio, ast se les ha criticado por los EM; no obstante estos tiltimos, caen en el mismo error que critican, ya que silo tinico que continua es la identidad, sin contenidos especificos, es ta la que se convierte en identidad merafisica. Por otro lado esta polémica, aparentemente novedosa fue dada y hace décadas en la antropologta estructural-funcionalista inglesa, por conducto de Radcliffe-Brown. El se habia planteado el problema del cambio y la continuidad de las formas sociales (a partir de los conceptos de estructura social y forma estructural). Segiin Radcliffe-Brown, la estructura social cambia lenta o répidamente, parcial o totalmente. En cambio la forma estructural permanece como reservorio o receptéculo de cualquier contenido social, y éta cambia muy lentamente.” Creo haber mostrado brevemente que si no se aborda la temética de la identidad desde una pers- pectiva rigurosa de investigacién empfrica, intensa ycomparativa, nunca saldremos del atolladero esco- listico. Eje solo: 2. Identidad nacional Go inuando con el esquema propuesto, fa identidad nacional esa su vez uno de los niveles de la identidad y diferente los niveles de etna, region o clase, en la medida de que es una identidad obligatoria, es un nivel de identidad que queda codificado en la nacionalidad y los contenidos de ésta. Se puede renunciar a esta nacionalidad y asumir otra, 0 en su defecto atenerse a los estatutos de apatrida que otorgan las Naciones Unidas, pero es imposible desplazarse por el mundo sin un estatuto nacional de identidad. La identidad nacional ha sido definida de miiltiples maneras, en el campo de la antropologta autores como Dfaz-Polanco afirman que: “...invo- Jucra una estructura compleja de clases sociales, en. relaciones recfprocas asimétricas, que encuentran no obstante un terreno comiin de solidaridad en fun- cién del cual desarrollan una forma particular de identidad...”. Desde otra perspectiva, se ha definida la identidad naciénal como: ‘...ka totalidad social que a través de una comunidad de destino articula e integra a los hombres en una comunidad de carécter”. Acotan los autores de esta cita que: .. “el cardcter (resultante) no constituye ni una substancia, ni un dato permanente sino una categoria, cuyo contenido esté sujero a constantes cambios histéricos; no es inmutable ni algo etérco sino resultado de la historia." En ambas citas, el resultante del proceso histérico estructural se concretara en la nacionalidad y ésta apareceré como identidad 0 psicologia colectiva. Se notard que en ambos casos la identidad nacional es una “conjunto vaclo” por lo canto estar de acuerdo ‘0 no estarlo es lo mismo, no existe una identidad concreta de la cual podemos discutir su existencia y proceso hist6rico de concrecién y transformacién. Si siguiéramos con definiciones de la identidad nacional, Henarfamos cuartillas sin que aparecieran, sus contenidos leves 0 profundas definiciones de continentes; a la manera de los grandes descu- bridores de las centurias pasadas descubren ignotas tierras cuyo contenido queda sujeto a las expectativas ideolégicas de los descubridores, la realidad que anima el interior de esos continentes no es impor- tante, lo importante seré lo que se decid hacer con ellos. Con el mismo afin ejemplificador que en el caso de la etnia me propongo hacer algunas acotaciones al respecto; me propongo discutir algunos contenidos de la identidad nacional mexicana contemporinea. Podemos razonablemente afirmar que la conversion. “deseada delasociedad mexicana en una sociedad moderna contextiia el discurso actual de la identidad nacional. ‘Aunque no hay que olvidar que esta preocupacién por la identidad nacional es uno de losejesideologicos del Estado mexicano en os tlkimos cuarenta afos. La crisis actual ha renido como uno de sus efectos secundarios, el que siempre se acompaiie el discurso de lamodernidad como meta, con ladefensa de identidad nacional como principio, Frente al cambio inckudible, se postula la continuidad como necesaria, y no sélo se postula sino que se explicita la amenaza a éta; Qué es Jo que hoy atenta contra la identidad nacional? La respuesta parece obvia: la propia moder- nizacién, La identidad nacional, tal cual se acepta hoy, tiene su enemigo principal interno; fundamen- talmente es el cambio, mds alld de los ataques insf- pidos contra las hamburguesas, donde la identidad estd en juego, es en la nacién misma. A menos que una invasién extranjera pusiese en peligro la autode- terminacién institucional, como fue el fuga imperio de Maximiliano, y en este caso el peligro real estaba en la propia disgregacién nacional. Ya que he formulado que es a partir de los “temas de la identidad”, que se puede analizar la identidad nacional. :Cusles serfan esos temas, en el momento contemporaneo, que estén en peligro de desaparecer como fundamentos de la identidad nacional? De manera arbitraria, no por orden de im- portancia, si no por facilidad de exploracibn escojo tres: 1.-El tema antropolégico; centrado en el “antequismo”. 2,- El tema religioso, centrado en el “cristianismo guadalupano”. 3.-El tema politico, centrado en el “prifsmo”. Estos tres temas de continua aparicién en los encabezados periodisticos, algunos tan en boga ac- us tualmente, bien puede expresar temas bisicos de la identidad nacional, y as{ mismo expresar algunas de Jas contradicciénes que la modernizacién propone. El primero de ellos, el antropoldgico, es de una cevidencia con textura de piedra. Como sabemos, la diversidad de grupos autéctono habitantes en nuestro territorio antes de la conquista, fue subsumida bajo la denominacién de indios, posteriormente, el proceso ideolégico de In independencia utilizé de manera paradigmética a “los aztecas” para referitse a los indios; la esencia de lo mexicano, se expres6, es lo azteca. En principio resulta superficialmente obvio que se haya elegido a los aztecas como representantes de los indios, sila tribu mexica habfa dado su nom- bre al pais naciente, su origen, los aztecas, seria la representacién mds universal. A partir de ese mo- mento lo mexicano se empezé a identificar con lo azteca; la seleccién de futbol, es la azteca, el estadio central Jo es también, si se piensa en un plan global econémico para el pais qué mejor que denominarlo azteca, ;Y la nueva moneda?: aztecas; la maxima condecoracién nacional es el Aguila Azteca, etc. No obstante, vatios otros grupos prehispanicos, no aztecas, tenfan control sobre importantes zonas de territorio antes de la conquista, y se defendian de los aztecas y se defendieron de los conquistadores, en algunos casos muchos afios después de que los mexicas hubieran claudicado, Tal vez hubiera sido mds congruente para reivindicar la grandeza indi- gena escoger a un grupo més aguertido y menos sanguinario que los aztecas. Un intento de explicacién posible de esta circunstancia es: la independencia implico la constitucién de un estado nacional autodeterminado, en tal sentido lo mas semejante en el pasado prehispénico a un estado independiente fue la con- federacién azteca. Los criollos, en gran medida arti- fices ideolégicos de la independencia, no buscaron su antecedente étnico, cultural, ya que no lo tenia, sino su antecedente institucional y lo encontraron en los aztecas. (Ejemplo de mezcla de temas de S.STLIO LO RECIONAL ROA ABOUCACIONELO NACIONAL identidad de diverso nivel dependiendo de la situacién conereta). E] mantener hoy este tema ideolégico de la identidad nacional, el “xztequismo institucional”, puede parecerles imposible de transformar a ciertos sectores del pais, particularmente a los habicantes de la ciudad de México, los denominados “chi- langos”. A otros sectores del pais tal vez no tanto y a ottos definitivamente no, Es, se puede decir, una demanda inconsciente, es el sustrato ideolégico de la reivindicacién regional y uno de los resortes del odio a los chilangos en el resto del pais, y por lo tanto motivo permanente de disgregacién nacional. La modemizacién nacional implica, no sélo el dlesplazamiento de los poderes federales de la ciudad de México, implica necesariamente un reparto de las ventajas federales de manera equitativa a la nacién. Sin lugar a dudas el “aztequismo” es una de las principales trabas idcolégicas, y en tal sentido si éste es uno de los temas privilegiados “naturalmente” de la identidad nacional, todo intento de modemnizacién real lo pone en peligro. ‘Vemos aqui metas y principios encontrados sin solucién de continuidad. El segundo tema es el religioso, constituido por el ‘omo todos sabemos, el ctistianismo guadalupano. guadalupanismo se entronizé Como fenémeno de identidad religiosa pasando los mediados del siglo XVII; a partir de la Independencia el fenémeno de la identidad cat6lica amplié su eficacia al terreno politico nacional. La reforma rest de manera sustancial los privilegios de la institucién eclesidstica, pero el catolicismo guadalupano no mermé su poder como factor de identidad; slo después de la revolucién, y de manera abierta con el presidente Cérdenas, otras religiones tuvieron posibilidades de acceso a convertir ala poblaciér nacional. Las ultimas décadas han sido testiga del incremento notable de conversos al protestantismo en cualquiera de sus variantes. Ante esta situacién la Iglesia catélica se ha manifestado abiertamente en contra del protes tantismo y diversos grupos sociales le han apo- yado vigorosamente desde posiciones también M6 diversas; ideolégicamente se ha identificado al protestantismo con los norteamericanos, (la mayoria de los pastores son desta nacionalidad) e inmediatamence se les ha marcado directamente, en muchos casos sin pruebas, como porenciales agentes de la Central de Inteligencia Americana, la CIA. ‘Aun a pesar de que nuestra Constitucién en su articulo permite la libertad de credos, en la practica las sectas no catélicas ven mermadas sus posibilidades de penetrar las concienciasreligiosas de los mexicanos por multiples obstéculos. Se han aducido que las sectas protestantes generan conflictos en cuanta regidn acttian, y esto es relati- vamente cierto, pero no se ha investigado de manera exhaustiva los contenidos y las circunstancias en que estos conflictos se dan. En muchos casos, estos conflictos provienen de los sectores catélicos que al ver disminuida su influencia y su grey responden con incitaciones a ka violencia y curiosamente ala defensa dela identidad nacional. Cualquier modernizacién del pais implica “la disolucién del cerco religioso”. a las comunidades campesinas eindigenas de pais, y esto implica de manera natural a apertura. los procesos multiples de conversién religiosa y al mfnimo derecho a elegir el credo de conveniencia. Hoy porel cuestionamiento al monopolio catdlico religioso de las conciencias nacionales ¢s un atentado a la identidad nacional. Como es de suponer, y de hecho se produce reidentidad -nacional. Como es de suponer, y de hecho se produce reiteradamente en el acontecer nacional, las altas jerarquias de la Iglesia catélica, al ver en peligro sus privilegios, jugarén las cartas, (que pueden ser muchas como sabemos), que consideran -mas adecuadas para no perder el poder. Otra vez las metas de la modernizacién se enfrentan a los principios de la identidad nacional, sin solucién de continuidad. Elrercer tema, el politico encarnado en el “prifsmo” es el més complejo de los mencionados, y asf mismo, cel més diversificado en suaccién identitaria. El prifsmo, como es sabido, no es simple- mente la ideologia del “partido”, mayoritario del pais, es mds que eso, Ese exceso de significacién es precisamente donde radica su funcién y accién identtatia y no en el hecho de ser partido mayoritatio, Una cadena de igualdades complejas hace depender varios términos de manera indisoluble, por los menos ideolégicamente. Si bien es cierto que nuestra consti- tucién como nacién implicé la formacién de un Estado que cristalizé en un tipo de gobierno y que ha creado un sinntimero de instituciénes poderosas, como pueden ser el Sistema Educativo Naciénal, PEMEX, CONASUPO;ISSSTE, IMSSS, etc., etc. También es cierto como dice Manuel Camacho que*... en México el partido de la revolucién fue creado una vez constituido el Estado, con el apoyo de la fuerza del Estado, desde su origen quedarfa en mayor 0 menor medida supeditado al Estado...”.? Esta compleja y singular situacién histérica ha hecho que la igualdad Nacién-Estado-Instituciones incorpore al PRI, como uno de los elementos bésicos de la igualdad mencionada. Le denominé igualdad ya que, el cuestionamiento de una de las partes de ella implica el cuestionamiento del todo, es deci, que un cuestionamiento al PRI es visto y asumido como un cuestionamiento al Estado, a las Insti- tuciones y a la Nacién.... Hoy por hoy y de manera preponderante hemos visto que un proceso de elecciones en donde se cuestiona al PRIha sido interpretado por amplios secores de diversas ideologias como un peligro para la identidad nacional. Cualquier proceso de modernizacién implica necesariamente la distribucién del poder entre los grupos que mayoritariamente lo obtengan en kas umnas, en elecciones libres. No es posible continuar, si el objetivo es la modernizacién con situaciones confusas y emanadas en torno a quien gané unas clecciones. Si no somos capaces de desmitificar la igual- dad, el priismo es y sera una de las trabas ideo- Notas de la lectura » Al respecto puede consultarse Héctor Diaz-Polanco:“Etnia, nacién y nacionali- 17 STOMA AINA FRAC DECENT EOUCACIN CAEN AMICLOCINEASCA légicas de la modernizacién En tal sentido si el prifsmo es uno de los temas clave de la identidad nacional, todo intento de modernizacién del pais pone en peligro este niicleo temdtico. Los procesos de cambio en los que el pais esté inmerso y Jo estard en los siguientes afios, nos permitirdn ver con un poco de mayor claridad si, como resultado del proceso histérico estructural, la identidad nacional modifica sus nticleos teméticos, yssiesasf, que es lo que queda. {Nos quedaré un pais simplemente con identidad conurastante, ocontinuaran ciertos temas dela identidad! Ouraalternativa, que ni siquiera consideros es que el pais se disgregue en su estructura institucional, lo cual me parece un catastrofismo interesado; sdlo aquellos que obtienen ventajas sustanciales de la identidad nacional pueden mirar al futuro como el fin del pais. Lo més probable es que se produzea una refor- mulacién radical de los contenidos teméticos de la identidad nacional, extrayendo esos nucvos nticleos tematicos, de nuestro propio proceso histérico a partir de que expresen de manera cabal la nueva situacién del pais. Como he intentado mostrar de manera sintética, con los tres ejemplos de la identidad nacional, y con la discusién en toro a los grupos indios de nuestro pais, me parece mds factible, para abordar la temética de la identidad, ir ditectamente a los contenidos y remas de identidad en los que ésta se expresa en cada is de la identidad y de esta manera superar las discusiones nivel y caso concreto para iniciar el anal generales y generalizantes que, como hemos visto, obtienen como resultado la perpetuacién de las discusiones en los mismos términos en que éstas iniciaron, limitando el desarrollo de la antropologia nacional, y limitando el aporte que nuestra ciencia std obligada a realizar al pats. dad”, en: La cuestién étnico-nacional, México, 1985, p.25. 2 Dice Claude Levi-Strauss en el prélogo de su libro La identidad: “...(la identidad) afecta de modo muy particular a la antropologfa, pues hay quienes ponen a esta tiltima en discusién bajo la imputacién de una obsesién por lo idénfico (p.7). Editorial Perrel, Barcelona, 1981. 3No obstante los historiadores, curiosamente mds los extranjeros, han producido obras soberbias al respecto como son por ejemplo: Las origenes del nacionalismo mexicano, de David Brading, Ed. Era, México, 1973, Quetzaledatl y Guadalupe, de J Lafaye, FCE, México, 197. “De Roger Bartra, La jaula de la melancolia, Ed. Grijalbo, S.A. México, 1987. De Guillermo Bonfil, México profundo, Ed, CIESASISEP, 1987, de Enrique Florescano, Memoria mexicana, tomo 1, Ed. Contrapunto, México, 1987. “Tal ver no sélo en México, se puede consultar al respecto el texto de C. Levi-Strauss, La identidad, (seminario) Ed. Petrel, Barcelona, 1981. Sergio Sarmiento y Maria Consuelo Mejfa. La lucha indigena: un reto a la ortodoxia, Siglo XI, México, 1987. "Por ejemplo, en las misma “Declaracién de ‘Temoaya” (8 de julio 1974) se afitmaba: “.. afir- mar nuestra conciencia émnica no implica des- conocer la conciencia de clase. Creemos que las dos son necesarias. La primera nos haré pri gresar en cuanto pueblo histéricamente di renciado y la segunda nos permitiré identificar y combatir a nuestros enemigos internos, como los caciques y otros explotadores, a la vez que 48 nos da un punto de unidn con el resto de los explotados del pais y del mundo”, en: Sarmiento y Mejfa op. cit. p.94. ® Stefano Varesse, Indigenas y educacién en México, Ed. CEE, México, 1983, p.25. ° MR. Radcliffe-Brown, Estructura y fuuncidn en la sociedad primitiva, Ed. Peninsula, Barcelona, 1971, p. 219 y sg. © Héctor Dfaz-Polanco, op. cit, p.24 " Elilseo Mendoza Berrueto, ef.al. Identidad Nacional y Educacién, en : Pensamiento Universita rio, No. 40, México, s/f, UNAM, P4. "= No utilizé el tema racial ya que éste ha sido abordado de manera mds prolija que los citados, aunque aparentemente pueda ser clave como tema de la identidad nacional, En mayor medida es interesante para nosotros ya que los antropélogos indigenistas se han vanagloriado explicitamente de ser los constructores del mes- tizo como simbolo étnico del mexicano. Agui- rre Beltran ha afirmado: “... Fue sin embargo, el movimiento antropolégico indigenista el que suministro las bases cientificas para la eleva- cidn del indio y el firme establecimiento del mestizo como simbolo de la identidad nacio- nal”, en: Los stmbolos émicos de la identidad na- cional, México, 1980. ‘Manuel Camacho, “La cuarta reforma del PRI”, en Vuelta, No. 21, México, agosto, 1978, p-20. LECTURA: CONCIENCIA ETNICA Y MODERNIDAD* ——_—__! PRESENTACION Lein Olive plantea en su ensayo “Conciencia émica y rmodernidad” como la tendencia filosifica ce la modernidad puede resolver con principios normativos universales,asun- 10s de legitimidad y de aceptacién de culturas diferentes, que

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