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Hegemonía como subjetivación poLítica

y/o como dirección/dominación


Massimo Modonesi

De la noción de hegemonía que Gramsci enriqueció y complejizó


en sus Cuadernos de la Cárcel podemos distinguir dos caras: uun
análisis de la hegemonía en términos de constitución de clase, y nun
análisis de la hegemonía en términos de Estado,, como planteaba
Christine Buci-Glucksmann (1978: r8). Nicos Poulantzas diferen-
ciaba su sentido en relación con el proletariado y la burguesía, es
decir, las clases subalternas y el proletariado:
"dos ámbitos que se
presentan, pese a sus relaciones, como diferenciados: el de la fun-
ción polÍtica objetiva y dela esrrategia del proletariado
-lo que
plantea el problema de sus relaciones con el concepto de..dictadura
del proletariado"- y en el de las estructuras del Estado capitalista
y de la constitución política de las clases dominantes en la sociedad
moderna, (Poulantzas, t969t 43).'
Si bien estas formas {e la hegemonía están estrechamente vin-
culadas,los estudios gramscianos contemporáneos y los usos más
difundidos del concepto, salvo contadas excepciones, se orientan
e concebir la hegemonía estrictamente como forma y como lógica
de le dominación, olvidando o relegando en un segundo plano sus
implicaciones en los procesos de subjetivación política de las clases.
En las siguientes páginas problematizaré esre sesgo para trazar los
eontornos de una recuperación de una perspectiva gramsciana en el
proceso de constitución de sujetos socio-políticos basado enla a*
ticulación secuencial entre subalternidad, auronomía y hegemonía.

r TGxto ori¡lnrlt Poulentza¡, tg6t,

¡,
MASSIMO MODONESI
r-8 HEGEMONíA COMO SUBJETIVACIÓN POLíTICA

Concluiré con una crítica respecto del uso corriente -objetivado, pensamiento gramsciano ha sido puesta de relieve y subrayada solo

fetichizado- del concepro de hegemonía en el llamado populis- de forma intermitente y esporádica, sin haber sido colocada en el
mo de izquierda. centro de una sistemática y continuadalí¡ea de investigación. En
efecto, repasando el largo y extenso debate italiano que reconstruye
Liguori en su Gramsci conteso,la cuestión de la subjetividad polí-
I. tica ocupa un lugar central solo en los abordajes más próximos a
la dimensión política como, por ejemplo, en la lectura de Togliatti
Pareciera evidente que la reflexión de Gramsci en los Cuadernos y de los intelectuales más implicados en el PCI de los años 5o-6o,
de la Cárcel gira akededor de la cuestión del sujeto político," ya en relación con la temática del partido y de la clase susceptibles
que teoriza formas y procesos de subietivación política, una filo- de ejercer una hegemonía o, en el trasfondo del debate entre histo-

sofía de la praxis que implica la construcción de suietos que ac- ricismo y estructuralismo, en autores como Gruppi, Badaloni, De
túan políticamente en función de una voluntad colectiva y que se Giovanni, Vacca o Gerratana (Liguori, zorz). Estas perspectivas,
realizanplenamente en el despliegue hegemónico de un-moderno vertidas en las revistas de área del PCI, dicho sea de paso, inspira-
príncipe, esto es, del partido entendido como nintelectual colecti- ron a Laclau la acepción subjetivista de hegemonía que desarrolla
ys», por usar la efrcaz paráfrasis de Togliatti de r9 5 8 ( zoor : z 5 5 )' en su teorización e influenciaron, gracias a la difusión impulsada
una reflexión,la de Gramsci, en donde la praxis se desarrolla por por Pepe Aricó, el perfil de los gramscianismos latinoamericanos,
medio de interacciones conflictuales y consensuales, enmarcadas tendencialmente más políticos ¡ por lo tanto, más propensos a re-
en circunstancias históricas y sociales determinadas, entre actofes conocer la centralidad de la cuestión del sujeto político.
y sujetos políticos que nombra de forma diversa: principalmente Sin embargo, de las principales corrientes contemporáneas que

clases¡ y grupos subalternos, pero también multitudes, masas, pue- desarrollaron y difundieron la noción de hegemonía en el mundo,4
blo, productores, trabajadores, intelectuales, partidos, burocracias, ninguna de ellas reúne tres criterios fundamentales: haber colocado
jefes, figuras carismáticas (césares), hombre colectivo, hombre de en primer plano la cuestión de la subjetivación política, mantenerse

masa, etc. en el perímetro de la elaboración gramsciana y lograr proyectarla/

Al mismo tiempo,eso que parece obvio no es convencional- actaalizarla de forma consistente. La mayor parte de los autores no
puso el acento en la subjetivación sino en el asuietamiento, mien-
mente aceptádo, siendo que esta dimensión clásica y central del
tras que quienes lo hicieron dejaron a Gramsci en el camino y, fi-
nalmente, los pocos que se dedicaron a seguir la senda gramsciana
z Aunque exista una interesante veta sobre el suieto individual y su vinculo con lo
sociai que pasa, en particular, por las reflexiones de Gramsci sobre la educación, del estudio de los procesos de subjetivación política, no lograron, a
Véase: Mem, zor9. lni parecer, producir resultados teóricamente robustos y duraderos.
los dos primeros cuadernos, Gramsci usa las nociones de clases producti
'3 En
,rr, popularZs o fiabaiadoras y solo en el Q3 (§r4), escrito en r93o, introduce
Se¡¡ún Frosini y Cospito, quienes coordinan un seminario inter¡acional sobre el
la di ciases subalternas,"sin dejar de usar con frecuencia la de clases populares y
concepto de hegemonía que ha venido desarrollándose en los últimos años: a) la
esporádicamente clases i.nstrwnentales, inferiores, productora;, fundamentales,
frnnccs¿r ('6o:7o), L, Althusser, N, Poulantzas e M. Foucault; b) la inglesa ('6o-
sibordinadas, trabaiadoras, pobres, obreras y hasta económicamente atrasadas y
políticamente incupLces (Q19, §s).Por otra pafte, Iespecto a las clases dominantes, '7o), R, Williams e S, Halli c) la argentino-mexicana ('zol, J. C. Portantiero, J.
Aric(r, R, Zoroleta, H,. l,aclaui d) la hindú ('8o) de los nsubaltern s¡udlgs»; e) la
Lsa también las fóimulas de clases dirigentes, altas, superiores, hegemónica, burgue-
nrlrte-Americsn§ ('ll0-'90), ln escueln nco-¡¡ramsciana centrada en las relaciones
sa, pero también, más esporádicamente, expresiones como clase intelectual, clase
in tc rnecirue lc¡.
cuba, clase política y clase reuctlucionaria,
MASS|MO MODONESI 27
HEGEMONíA COMO SUBJETIVACIÓN POLÍTICA

se juega en el crecimiento o no de las subjetividades sociales; so-


La temática de origen bolchevique (Di Biagio, zoo8)
que
es decir' la bre su condición de actividad o pasividad más o menos acentuada
Gramsci teorizó,desarrollándola y complejizándola'
y culminante de en el interior del mismo; proceso no univoco, ni unidireccional,
cuestión de [a hegemonía como parte integrante
des- hecho de muchos y diversos estadios, en el cual el conflicto entre
la constitución del sujeto socio-político, fue tendencialmente
múltiples opciones está siempre presente» (Di Meo, zot6¡ 5 8). La
p|azadahaciaeltefrenodelanálisisdeladominación,delejercicio
y, por lo tanto' del catarsis operaría, según la lectura de Di Meo, como pasaje de la
del poder por parte de las clases dominantes
integral que le estructura a la superestructura, de la necesidad ala libertad, don-
análisis y la comprensión del Estado, en el sentido
de libertad significa:
otorgó el marxista italiano.
en tiem-
Eito ,ro quiere decir que no haya un reconocimiento' la posibilidad de generar 4or parte de un determinado sujeto
negable' de
pos recienter, d. 1" impoitancia, de por sí difícilmente social fundamental- todos los instrumentos necesarios para
de hegemonía
ia cuestión subjetiva en la elaboración del concepto ponerse a sí mismo como protdgonista autónomo de la historia,
Finelli' quienes
en Gramsci. Además de Giuseppe Vacca y Roberto es decir, en poder colocar el problema de sw propia hegemonía,
en los últimos
venían señalando este aspecto desde tiempo atrás' d pdrtir de un inicial
"espíritu de escisión»
(Di Meo, zor 6: 5 fl.
y Frosini ofrecie-
años, autores como Di Meo, Ciavolella, Cospito
C)tra aportación notable es la de Riccardo Ciavolella, quien recu-
ron contribuciones importantes'5
Gramsci' es pera el debate antropológico particular la obra de Ernesto
Roberto Finelli sostiene explícitamente que' para -en
el devenir De Martino en Italia- y de la historia social, y abre una línea de
la hegemonía más que la economía la que determina
colecti- reflexión que conecta y problematiza, en clave de subjetivación
histórico, marcado po, *.1hacerse y deshacerse de sujetos
y políticamente' política, subalternidad y hegemonía (Ciavolella, zotg; zozol.
vos,ligados por la capacidad o no de dirigir social
clases y grupos de un Entre los autores más centrados en la reconstrucción filológica
además de a sí misrnos, a La mayoría de las
(Finelli' zotz" 1 zz)' del pensamiento de Gramsci,la cuestión aflora de manera más pro-
determinado conjunto histórico-social"
togliattia- blemática. Giuseppe Cospito, en un texto en el que rastrea las va-
Vacca, recuperando y actualizando la perspectiva
de la praxis de riaciones en los usos de la noción de hegemonía en los Cuadernos,
na, reiteró recientemente la idea que la filosofía
tratando fundamentalmente de argumentar el desperfilamiento de
Gramscidebeentendersecomo..unateoríadelaconstituciónde
la perspectiva clasista en Gramsci, termina por reconocer el carác-
lossuietosr.6Aunquenodesarrollenisustenteesteplanteamiento
y problemas anexos' ter subjetivo de la lucha hegemónica cuando, por ejemplo, resalta
en relación con e[ archipiélago de conceptos
en el contexto de la reescritura del Q9, §rz4 en Qr3, §6, donde ,.Gramsci definirá
dene un fuerte u"lo, po, la influencia del autor
ttrl "seguridad en si mismo" del nuevo grupo social como "actitud
los estudios gramscianos.
hegemónica", para reafirmar cómo la autoconsciencia (colectiva,
TambiénnotableeslacontribucióndeDiMeosobreelcon.
«proceso que además de individual) representa el primer paso en la vía de la
cepto de catarsis, ya que evidencia una lectura ds[
afirmación de la hegems¡(¿» (Cospito, zo16:49-88).
Por su parte, Fabio Frosini volvió sobre la cuestión central,
5 También cabe señalar, por la temática, Liguori,
zorg' planteada por Gerratana en los años 7o, de la diferencia entre he-
(Yacca, r99rl' aparece'ahora gemonía préletaria y burguesa (Gerratana, r.997t rzz-rz7) para
6 Esta idea, ya presente el libro Grarnsci e Togliatti
alternatiua. ll nouecento di Anmnio Gramsci (zor7l r85) y en nDel
en Mad.ernitá tostener cierta equivalencia y un vinculo dialéctico entre ambas
;;t.;i;lir;" histórico a la filr¡sofía de la praxisn (Vacca' rorT: 9r)'

,¡¡¡¡&e
HEGEMONíA COMO SUBIETIVACIÓN POLÍTICA MASSIMO MODONESI

(Frosini, Lozoi z\).llmismo tiempo, en un texto anterior, Frosint marxismo de los años 7o-8o: la hipótesis del sujeto histórico, de la
sostuvo que la forma de la hegemonía "iacobi¡¿» -Que evoca el lucha de clases, de la lucha como acción y del sujeto que lucha. A la
pasaje de los subalternos hacia la autonomía como antesala para luz de la derrota histórica del movimiento comunista en todas sus
emprender la disputa hegemónica, señalado oportunamente por expresiones y corrientes, en paralelo con el inicio de la mundiali-
Baratta (zooil- es superada por Gramsci a partir de la conside- zación de Gramsci y de la propagación de las lecturas culturalistas
raciones sobre la revolución pasiva, en la dilatación de la noción de su obra, el deslizamiento de los temas de la subjetivación a los
hegemonía como ndialéctica de inclusión y control» y
.,unidad del asuietamiento es una señal de un cambio de época, marcado
de
entre gobernados y gobernantes» (Frosini, zo16)' En este sentido, tanto por la derrota como por la ausencia todo en ltalia-
-sobre
más allá de quienes elerzan la hegemonía, esta se rcaliza como di- de nuevas coyunturas propicias, de momentos de agudizaciín de
rección/dominación más que como proceso de subietivación. la conflictualidad que auspiciaran emergencias subjetivas políti-
Todas estas contribuciones enriquecen el debate y colocan cues- camente fuertes, desafíos prácticos que invocaran y despertaran
tiones y pefspectivas de gran relieve, pefo no alcanzana revertir la cuestiones teóricas. También por este anclaje histórico-político de

tendencia dominante y a situar de nuevo en el centro de los estudios Ia teoría y en particular de las reflexiones gramscianas, el escena-
gramscianos el vínculo entre hegemonía y subjetivación política, es rio ibero-americano resultó más favorable en las ultimas décadas
decir, entre subalternidad, autonomía y hegemonía'
para que se retomaran en esta clave las intuiciones de Gramsci.
ha sido y está siendo descui- Por otro lado, incluso en contextos menos propicios, las escasas
¿por qué esta pendiente tan relevante
dada? varias hipótesis pueden barajarse. Es posible que la tendencia
lecturas recientes de los Cuadernos centradas en la subjetivación
a contraponer el subjetivismo voluntarista del Gramsci conciliar
al política tienden a bifurcarse entre acercamientos que podemos
de los cuad.ernos para exaltar el segundo haya llevado a minimi- definir subalternistas y hegemonistas, lecturas con vocación esen-
zar la dimensión subietiva en las reflexiones carcelarias. o por ser cialista, cuyo peso interpretativo se inclinahacia un lado u otro
de la ecuación gramsciana, soluciones que desplazan y descentran
considerada menos original teóricamente o simplemente demasiado
clásicamente marxista. O como refleio del predominio de lecturas es- respectivamente hacia abajo o hacia arrlba la cuestión del sujeto,

-porposcolonial y colocados en extremos-


tructuralistas de Gramsci. O por la fragmentación temática propia de como poner ejemplos los el sub-
los estudios gramscianos. O por haber sido velada esta cuestión pof alternismo el hegemonismo laclausiano o populista,

otras aportaciones gramscianas igualmente centrales y consideradas sobre el que volveré al final de este texto. Una divergencia que no

más originales sobre el Estado,la ideología y la cultura. o por una respeta la \ógica del pensamiento de Gramsci, quien desarrollaba

espasmódica búsqueda de novedad, de acercamientos originales al la idea marxiana de un sujeto socio-político que se sitúa sincró-
estudio de la obra del marxista sardo. un olvido que pudo ser pfo- nicamente, al tiempo que se constituye y se desarrolla diacróni-
ducido por lo que, en la teoría del aprendizaie, se llama aprendizaie camente, adentro, contra y más allá del capital y el Estado que le
interferente, es decir, por elementos que sobrevinieron y obstruyeron corresponde, es decir, al interior pero potencialmente más allá de
la relación de explotación y de dominio. En términos gramscianos,
la visibilidad y la valorizaci1n de esta dimensión central'
En todo caso no se trata de un olvido o una interferencia de un sujeto no solo subalterno sino tendencial y potencialmente au-
importancia menor ya que lo que se pone t' t"g'l[do plano, no trinomo y hegemónico.
es la base más política, marxista y leninista, de la En esta dptica, partiendo de una intuición de Baratta (zoo7),
"asou[-"rrte, he insistido en quer entre subalternidad y hegemonía, polos del
cuestión de la subietividad, el aspecto más espinoso de la crisis del

*i *ffi¿
HEGEMONíA COMO 5U BJETIVACIÓN POLíTICA MASS|MO MODONESI 25

proceso de subjetivación política sugerido por Gramsci, media la tenga menos visibilidad y pueda resukar menos original respecto

autonomía, un concepto que si bien usa poco puede que por al debate marxista en el que se inserta la contribución de Gramsci.
-y
ello no aparezca en el diccionario gramsciano (Liguori yYoza, Recorro esquemáticamente algunos pasajes que forman este arco
zoog)-no deia de ser crucial en la famosa nota del Q3 retoma- y delimitan el perímetro de una constelación conceptual.
da más tarde en el Qz5,z además de ser, más allá del nombre' una El itinerario, tanto histórico-político como teórico, parte de la
problemática de peso, ya que' en el fondo, no es otra cosa que el base subalterna de todo proceso de subjetivación política. En efecto,
de la conceptualizacióny caracterización de la condición subalter-
equivalente de la idea de independencia de clase que es la piedra
miliar de la cuestión subjetiva marxista, de Marx en adelante, pa- na arranca el hilo rojo que lleva de la pasividad a la actividad o
sando obviamente por el otro gran interlocutor de Gramsci, es activación, a la praxis, a la que corresponde en los Cuadernos las
decir, Lenin. un pasaje fundamental, aquel sobre las fases por
las nociones más concretas de «acción política» o
"acción colectivar,
cuales los subalternos se vuelven autónomos, en donde la autono- expresiones que Gramsci usa con cierta frecuencia, como cuando

mía es más que la simple premisa o bisagra que abre la posibilidad afirma que ula acción política tiende precisamente a hacer salir a
las grandes multitudes de la pasividad" (QZ, §6, v. 3: 148).
hegemónica, la coronación del príncipe que sanciona el logro de
,rrra pl.rr" soberanía subietiva, el protagonismo histórico ¡
por lo Un recorrido que podemos leer como de experiencia subalterna,
zorS). caracterizada por la espontaneidad, el usubversivismo esporádico e
tanto,la definitiva salida de la subalternidad (Modonesi,
inorgánico, (Q8, §zS, v.3: z3t),la defensa activa, en donde inter-
viene una tendencia a la activación subjetiva que es impulsada por
el oespíritu de escisiónr, el corte, el desgarre, el momento de ruptura
2.
que antecede y permite la sutura interior,la construcción autónoma
que pasa por dinámic¿5 ds «compren-
Antes de volver sobre el concepto de hegemonía, sobrevuelo rápida- "progresiva autoconscienciar,
modo de inventario- algunos pasaies del arco formado sión crítica de sí mismos" (Qr r, § r z, v. 4: z y), molecularmente pero
mente
-a
por dos conceptos fundamentales que aparecen enunciados como también por medio de saltos, de catarsis, ayanzahacia la formación
de una voluntad colectiva,la
tales, subalternidad y hegemonía, los polos de la dialéctica subje- "consciencia exacta de su propia per-
tiva gramscianary el de autonomía, que media y sirve de puente, sonalidad histórica" (Q¡, §+6, v. z: 48), a través de la intervención
operando como bisagra, cumpliendo un papel teórico -y obvia- cle intelectuales orgánicos que orquestan y conectan una concepción
del mundo, que contienden el sentido común. Concretamente se plas-
mente práctico- de gran relevancia, aun cuando nominalmente
ma en la iniciativa histórica, en el sujeto colectivo, en el moderno
(...) "su príncipe, un partido en el sentido histórico y no efímero
7 En síntesis: r. su .formación objetiva, en el mundo de la producción -siguien-
' orig.r, grupos sociales pree*irtent"s'; z' oSu adhesión activa o pasiva a las for- do la distinción de Marx en una carta a Freiligrath del r 86o-, una
"n
,rr".ion., dominantes, en las cuales intentan influir; 3. "El nacimiento de
iotiti"", voluntad colectiva nacional popular organizada que, por medio de
el consenso y el control
frrtido, nr.uo. d. los grupos dominantes para mantener
á. lo, g.rpo, s.rbrlterriosi4. Las formaciones propias de los grupossubalternos una guerra de posición, se propone expugnar las trincheras de la so-
p"r, ,Jiuindi.uciones de carácter restringido y parcial; 5. Las nuevas formaciones ciedad civil, promover una reforma moral e intelectual, ser dirigente
vieios cuadros; 6.
io, ,fi.*"n la autonomía de los grupos subalternos pero en los (Q25, y dominante, construir y eiercer hegemonía.
Lr. for-r.ion.s que afirman la autonomía integral, etcétera" §5_, v- 6: _r8z),

Todas las .efer"ncia. a k¡s Cuadernos d.e la aircel se realizarán a


partir de la edición
Escribe Giamsci en este sentido que las clases subalternas pue-
el cuaderno (Q), el
fublicada por la editorial ERA (Gramsci, rgSrlzooo),indicando
iúr.ro de nota (§), el volumen correspondiente (v') y el número de página' den y deben «scr dominantes, desarrollarse más allá de la fase

h i,, .*¡i *;
HEGEMONÍA COMO SUBJETIVACIÓN POLíTICA MASSIMO MODONESI

económico-corporativa para elevarse a la fase de la hegemonia del concepto de revolución pasiva.s En este sentido hegemonía es,

ético-política en la sociedad civil y dominante en el Estado" (Qr3, en abstracto, afirmación paulatina de un sujeto dominante y diri-
gente y, por otra parte, a nivel histórico-político, afirmación de la
§r8, v. 5: 4r).
una secuencia que tiende a la agregación y a la organicidad, burguesía, negación de las clases subalternas ¡
finalmente, en un
a hacer bloque, que comporta relaciones dialécticas y no mecá- sentido proyectual, hipotético, su posible tránsito, vía autonomía
nicas, pasajes cuantitativos y cualitativos, saltos pero también
y y hegemonía,hacia su emancipación y la disolución de toda do-
sobre todo transformaciones moleculares, según una lógica y,
poI minación coercitiva. Porque la hegemonía no puede, en un pensa-
lo ranto, una inteligibilidad del proceso de subjetivación política' miento emancipatorio como el marxista y el gramsciano, quedarse
En este contexto, el concepto de hegemonia aparcce más como relegada a un mera instrumentalidad, ser herramienta de poder sin

factor de subjetivación que de aswietamiento, es decir, hegemonía otra finalidad que su reproducción en el terreno de las relaciones
de dominación.
hacia los aliados antes que hacia los adversarios'8
Esta distinción no es simplemente una secuencia a lo largo de una
línea homogénea sino que comporta dos planos, distintos aunque
articulados, y por tanto no tiene que ser perdida de vista por una 3.
lectura desde arriba de la hegemonía, sin que esto impida recono-
cer el valor de la expansión del concepto operada por Gramsci, su En esta óptica, es necesario, en mi opinión, colocar en el centro una
perspectiva gramsciana de la autono mía y la emancipación despla-
novedad en el debate marxista de la época y su relevancia actual.
Al mismo riempo, también desde el punto de vista ampliado y zada por las opuestas derivas del subalternismo y el hegemonismo,
pcrspectivas centradas respectivamente en el estudio de los subalter-
alargado,la noción de hegemonía no excluye la cuestión subieti-
nos en cuanto tales derrotados, siempre marginales- o
va,la tensión pasividad-activación. En efecto, la otra vertiente de -siempre
la hegemonía, la que expresan las clases dominantes no es solo cle Ia hegemonía como ejercicio de la dominación, desde arriba, en
ocon- clonde, de forma simétrica,los subalternos se quedan como tales o
la culminación de su propia trayectoria de subjetivación al
son sustituidos por otros, igualmente subordinados y oprimidos.
vertirse en Estado, (QzS, §5, v. 6: r8z) sino que, además, en la
tensión entre dominación y emancipación, resulta, en el análisis La pendiente subjetiva del concepto de hegemonía, estrechamen-

gramsciano, antitética, es decir de-subjetivante, subalterrrizante, te ligada y entrecruzada con los de subalternidad y de autonomía,
pcrmite, a mi parecer, captar plenamente los matices,las distinciones
propia de las voluntades y las práctica s de aswietamiento. Me refie-
y las discordancias propias del proceso, los pasajes y las condensa-
ro en particular a toda la galaxiade cuestiones que giran alrededor
ciones a las que altdíaesquemáticamente antes. Explorando en par-
ticular las tensiones en cada uno de los pasajes, la construcción del
g
- .E[ estudio del desarrollo de estas fuerzas innovadoras desde grupos subalternos sujeto hegemónico atravesada por implicaciones y contradicciones
, g.rpo, dirigentes y dominantes debe por lo tanto buscar e identificar las fasesquea
tr"'r¿, d" las-cuales'han adquirido la autonomía con fespecto a los enemigos derivadas de la condición subalterna, del ejercicio de márgenes de
o pasivamente'
había que abatiy la adhesión de los grupos que las ayudaron activa Autonomía y del logro progresivo de la autonomía integral.
.rr,"rrá qu" todt este proceso er, t'áceiatio históricamente para que se unificasen
progre-
en Estado. El grado de conciencia histórico-política al que habían llegado
precisamente con
sivamente .rt"i f.r.rrr. innovadoras en las diversas fases se mide
estas dos medidas y no solo con la de su alejamiento de las fuerzas
anteric¡rmente c Véa¡cl Modonesi, ro¡o, La versión en castellano se encuentra en proceso de publi-
eación por psrte de lrr erli«rrisl cutsluna llellaterra y verá la luz cn zo¿2,
dominanteso (QrS, § j, v, 6: rlla)'

.¡¡&.
H EGEMONÍA COMO SUBJETIVACIÓN POLÍTICA MAsSIMO MODONESI

La autonomía debe entonces ser considerada como una cues- 4.


tión mucho más sustancial y decisiva que un simple pasaie ins-
Respecto de la subalternidad, además de otras cuestiones anexas
trumental hacia la hegemonía. La hegemoníahacia los aliados es
un primer prolongamiento subietivo, todavía más acá del proceso sobre las cuales no puedo detenerme ahora,la cuestión central es
que, como decía anteriormente, la subalternidad es efectivamente
de subietivación, de la constitución del suieto político, separable
solo metodológicamente del más allá respecto de los adversarios, un punto de partida pero también una huella que no desaparece
la hegemonía verdadera, ala que corresponde el ya mencionado ¡ por ende, la historia de las clases subalternas no es solo retros-
pectiva, sino que sigue y se trenza con las formas de autonomía y
alargamiento gramsciano del concepto.
El primer nivel de articulación y expansión hegemónica es en- hegemonía. Es decir, así como la espontaneidad no se disuelve en

tonces parte integrante de la construcción del sujeto político, de la


la dirección consciente, la subalternidad no se disuelve en la au-
incorporación de aliados como dilatación del suieto, mientras que, en tonomía y en la hegemonía. Rastrear su persistencia y sus formas
relación a los adversarios, es parte de una relación de dominación, de clisímbolas permite reconocer las inercias, las incrustaciones y las

contraposición, aun permeada por el consenso. Aplicando el criterio cr¡ntradicciones que persisten, en la subjetividad, en las autonomías
parciales, combinaciones desiguales que hay que descifrar caso por
gramsciano, antes de la conquista del poder del Estado debe sedi
cirso, que se arrastran y anidan en las subjetividades que se presu-
mentarse una subjetividad capazde expresarse en la sociedad civil,
tnen plenamente autónomas y aspiran a la hegemonía.
un poder encarnado subjetivamente y no por aparatos de Estado,
un contrapoder que en América Latina ha sido a menudo llamado Otro problema candente se plantea con respecto a la democra-
poder popular. Un recortarse subjetivamente al interior de la relación cia, a la distinción-unificación entre gobernados y gobernantes en
el seno de la hegemonía, pero también de un proceso de subjetiva-
de dominación antes o mientras se cose y descose el teiido nacional
y popular en clave de alternativa hegemónica. Lo cual obviamente eirin expansivo que comporta alianzas, articulaciones y ejercicio
no encuentra cofrespondencia en la estrategia laclausiana de arti- de Ia dirección ¡ por tanto, relaciones de fuerza internas y lógicas
culación transversal o desde arriba ni en el culto del acontecimiento de subordinación, de consenso y de coerción que subsisten y son
que, en nuestros días, propicia precipitaciones y ataios populistas, a constitutivas del proceso y del sujeto que le corresponde.
los cuales haré brevemente referencia al final de este texto' Valentino Gerratana advertíaren un coloquio en la escuela co-
El horizonte interior de la hegemonía, visto desde el más acá tnunista de Frattocchie en rgTTrsobre un cambio de signo necesario
en relación con las fuerzas sociales que aspiran a la hegemonía ¡
subjetivo, se relaciona con la autonomía y se convierte en una ecua-
por lo tanto, una clase o un partido que, apuntando a la emancipa-
ción que podemos formular, en téfminos gramscianos, como auto-
e iótt, no puede ni debe generar «un consenso traducible en delega-
nomía + hegemonía, es decir, autonomía acotazada de consenso.
La extensión de la hegemonía, en ese caso, no solo presupone ción, un consenso de aliados subalternos» (Gerratana, t977: 5o).
la existencia de un suieto sino que, como decía anteriormente, es hirtonces la hegemonía no solo como forma instrumentalrtáctica,
¡irro como contenido y prefiguración estratégica que en el pensamiento
su coronación principesca en el plano de la dirección y el dominio,
la prolongación de una dilatación subjetiva que tiende potencial- tle (iramsci pasa, en gran medida, por el tipo de subjetivación política

mente a abarcar a la sociedad en su coniunto. t¡tte cleriva de una relación pedagógica que riende a la autoeducación.
Aflora aqüí la cuestión de la doble acepción de las clases y gru-
poe subalternos que aparece enlas Cuaderutos,y que bien señalaron
HEGEMONiA COMO 5UB}ETIVACIÓN POLíTICA ñ/[AS5i¡V10 MODON¡EsI

sindical, de la inuestigación cubural, etc.; la «supremacía, del


primero Baratta y después Liguori (Baratta, ?-oo7; Liguori, zor 5),
momento político se realiza no coTno anulación de los otros rno-
aquella que podemos llamar topográfica y en la cual son subal-
mentos sino como dirección, como síntesis y desenlace de toda
ternos tanto los grupos sociales marginales *en los márgenes de
una serie de impulsos que maduran en la sociedad.Y también la
la historia- como, por lo menos temporalmente, clases y grupos posibilidad de que la unidad de la dirección política del nueuo
fundamentales que tienden o pueden volverse autónomos.
Estado socialista se realice no por medio de wn solo partido, sino
Si la autonomía es premisa de la hegemonía debe haber un alto
por la colaboración (y debate y confrontación) entre más fuerzas
grado de correspondencia, es decir, una relación de prefiguración,
políticas de orientación socialista (Ingrao, zot5: rz5).
entre las formas y las prácticas de la autonomía y aquellas de la
hegemonía. Esa reflexión suponía la confluencia de un sujeto social (la clase
Emerge en este plano eminentemente democrático también e[ obrera), político (el partido comunisra) y también institucional (el
tema anexo del pluralismo. Como ha puesto de relieve Liguori con Flstado socialista), en un proyecto que no tenía que excederse, que
precisiónr la cuestión fue introducida en los estudios gramscianos en podía aspirar a ser universal pero no totalitario. Hoy la cuestión se
el76-77 y marcaun cambio de época, en respuesta a solicitaciones coloca en un escenario distinto, una compleja situación en la cual
liberales. Sin embargo, hay que reconocer que ya desde la década los sujetos relativamente autónomos (y relativamente subalternos),
anterior Pietro Ingrao *en un texto del 64, después publicado en nún cuando brotan de un determinado campo de clase, son múlti-
Masas y poder del 77- reflexionaba de forma original sobre la ples y diversos en su configuración específicay cada uno de ellos
hegemonía en clave pluralista. puede tender o aspirar a ejercer una política hegemónica (otra cosa
es que esta aspiración se vuelva realidad). Siguiendo la intuición
Nosofros afirmamos que la dirección socialista de un nueuo ¡¡ritmsciana de Ingrao, hay que ver cómo superar la hipótesis do-
Estado proletario pwede realizarse también por medio de una nt i n ante de una iniciativa hegemónica centr alizada, centr alizador a,

pluralidad de fuerzas políticas. ¿Qué significan estas afirmacio' ¡rnra imaginar y practicar la construcción múltiple y plural de un
nes? ¿Que nosotros nos uoluemos pluralistas a la manera de los nuevo príncipe como proceso de convergencias y de federación.
católicos o los socialdemóctatas? De ninguna rndnerd. Nosofros
?nantenenlos corno elemento central de nuestra acción la crítica
de la diuisión de la sociedad en clases antaganistas' en explott' ,r.
dores y explotados,y lwchamos por la superación de esa escisión,
que pdrte de la estrwctwra de la sociedad y que es para nosotros Hn csta dirección, me permito un breve excursus crítico y polé-
el origen de todo iln proceso de compresión y desagregación de tRico en relación con el lugar y el papel que ocupa el concepto de
la persona humana. La superación de esa escisión es la razón Itegemonía en el proyecto y el discurso del llamado populismo de
d.e fondo de nwestro ser comunista. El fin al que tienden todas iee¡uierda. Si bien este asume el desafío de la subjetivación políti-
nuestrds acciones. La consffucción de und estructura unitaria de ea inherente al principio de hegemonía, lo desplaza y lo deforma
la sociedad, sin embargo, no significa pdra nosotros *a' aquí co- reapecto de las coordenadas que hemos situado anteriormente.
rregimos algunas interpretaciones esquernáticas de nuestra doc' Si me permiten la metáfora, que no pretende ser sistemática
trina- reducción de toda la sociedad a un solo organismo sócial ritto sugestivá y provocadora, la hegemonía exclusi-
-entendida
(totalitarismo de partido): entonces autonomía del nmomentoo vátnente como construcción de alianzas y de consenso en términos
MASSIMO MODONESI
32 HEGEMONíA COMO SUB,IETIVACIÓN POLÍTICA

estatal, saltando una serie de pasajes pero fun-


de opinión pública y de elecciones- se convirtió en un fetiche,
es
-problemáticos
deciE un ob;eto al que se rinde culto, al que se atribuye un
poder' damentales- del proceso de subjetivación polític a tal y como se
el poder de la eficacia y del consiguiente éxito político. Esto ocu-
vislumbraba en los debates marxistas, en los cuales destacó la
rre iustamente porque la idea de hegemonía se objetivó en un dis- contribución de Gramsci, y los que siguieron, en particular en los
años 6o y 7o.
positivo esrratégico que produce poder -sea estatal o partidario,
qo" r"*it. a una institución o una organizaciín- que no solo se Huida hacia adelante que tiende a acelerarse, volviéndose des-
un enfrenada y compulsiva, rehén de la inmediatez, del tiempo cor-
ejerce, sino que se toma, se adquiere y se posee; es entonces
instrumento, una herramienta. Obietivar la hegemonía contribuye to de la "pequeña política, y gue, por lo tanto, necesita siempre
a desubjetivar la política y viceversa. Esto no quiere decir
que no cortar más camino, buscando atajos para evitar las dificultades
actor que inherentes a los procesos de constitución lenta de los sujetos so-
haya actores en el escenario hegemónico, pero tanto el
produce como el que consume este tipo de consenso son consus- cio-políticos,la cual sediluye al punto de desaparecer o ser invi-
tanciales a la mercantilización de la política. Bajo esta forma
de sihilizada en la convulsa y vertiginosa cotidianidad de los medios
política cle comunicación masiva y de las redes sociales, aun cuando en
concebir la hegemonía,toda producción de subjetividad
se mide en téfminos de valor de cambio y no de uso, es
decir, la ellas se producen también cambios moleculares lentos y menos
perceptibles que conforman tanto el sentido común como los nú-
subjetivación no se rcaliza en sí misma, en su capacidad de rete-
ner valor, de fortalecer a los suietos en su paulatina constitución eleos de buen sentido a través de los cuales sectores de las clases

interna sino en función de su inmediata venta y consumo en el aubalternas conforman su visión del mundo.
[,a prisa tiende a justificarse en razón de la emergencia; emer-
mercado político.
En este sentido,la hegemonía como apariencia del sujeto, como ¡¡encia en su doble acepción, como novedad que aflora y como
ur¡lencia frente a la crisis civilizatoria que vivimos. Por otra par-
discurso e instrumento táctico, mistifica, sobrepone la existencia
t§, los ritmos vertiginosos llevan, en ocasiones, a forzar lalígica
de un actor político-institucional a la ausencia de un sujeto
so-
de guerra de movimiento hasta el punto de desenterrar la idea de
cio-político de fondo, simula una relación entre personas mientras
se retroalimenta de los vínculos entre aparatos, dirigentes
o inte- Blitzkrieg,la guerra relámpago. Blitzkrieg que, aun rriunfando,
lectuales orgánicos, en el sentido ampliado por Gramsci' Froduce una modificación de la correlación de fuerzas en el plano
tnás superficial y efímero del sistema político y del gobierno de
Comoproduccióndiscursivaycomoartificiotácticopermite
efectivamente construir alianzas en la sociedad política y con- turno, si no la penetración cultural de la derechizaciln,el subsuelo
senso en la sociedad civil, pero opera como falsa conciencia
y se he¡¡ernónico que la sigue sosteniendo.

convierte en un obstáculo a la auto-conciencia necesaria para un fil desenfreno populista de izquierda basado en el fetiche de
la hegemonía necesita tomar atajos. Menciono cuatro de ellos.
real proceso de subietivación política de las clases subalternas.
La hegemonía como fetiche es un dispositivo fundamental del
o El ataio del discursivismo, es decir, del reduccionismo co-
llamado populismo de izquierda ya que le permite obtener ren-
Al mismo tiempo, como lo han municacional de la política, a través del cual se diluyen los
dimientos políticos
"oyort.rrules. recientes latinoamericanas y procesos de organización y participación y se desatienden
demostrado muchas experiencias
los prdcesos de sedimentación cultural, de la educación y la
europeas, sus resultados son superficiales y efímeros porque
ob-
poder cuestión de los aparatos ideológicos en general.
teniios a través de una huida hacia adelante en la toma dcl
HEGEMONíA COMO sUBJETIVACIÓN POLíTICA MA55¡MO MODONESI

. El atajo del caudillismo (o cesarismo o bonapartismo, aun variaciones en términos de intensidad transformadora y de su ses-
cuando estos conceptos remiten a experiencias de gobierno
¡¡o progresivo o regresivo.
a las cuales no todos los populismos accedieron) por medio Revolución pasiva que coloca como escenario deseable para
se
del cual se producen efectos carismáticos de agregación gre- cl populismo de izquierda. Un proceso que, en el mejor de los ca-
garia me perdonan el trabalenguas-, se ahonda la dele- sos, amerita el sustantivo revolución, porque emprende reformas
-si
gación, inhibiendo o distorsionando la subjetivación autóno-
¡rrogresivas intra-capitalistas para estabilizar y relanzar un orden
ma de las clases subalternas, su capacidad de autoconsciencia, sr¡cio-económico. Que es pasiva en tanto impuesta desde arriba,
auto-organ izacilny autodeterminación totalmente es-
-no es decir, no sustentada en la activación y el protagonismo de las
pontánea, pero tampoco necesariamente heterodirecta-' clases subalternas, construida sobre su insuficiencia.lJna pasivi-
¡ elad que, en el caso de los gobiernos de tinte progresista, lamenta
El atajo del estatalismo (o estadolatria) por medio del cual se
y asume la iniciativa desde arriba por delegación; en los casos más
asume y reproduce la concentfación y la institucionalizaciín
re¡¡resivos, que se desea y propicia en clave reaccionaria o como
del poder político como horizonte de la transformación, des-
tlna combinación de ambos, como suele ocurrir al margen de las
dibujando o eliminando toda hipótesis de socialización del
mismo. Recluyendo, de paso, en el palacio y sus locales ane- ti¡rologías. Revolución pasiva como transformación conservado-
r0 que además refleja los efectos de los atajos antes mencionados:
xos la cuestión del equilibrio, la secuencia y la articulación
entre ser dirigente y ser dominante que inquietaba a nuesffo demagogia, verticalismo del líder y desde el Estado, negación de
Ios conflictos de clase. En ella se manifiesta, embellecido por el es-
camarada encarcelado.
pejismo del cambio, el lado oscuro de la hegemonía,yano instru-
. El atajo de la desclasificación, es decir la disolución de toda rlrento de subjetivación política desde abajo sino herramienta de
comprensión clasista de la realidad social y política en aras de rujcción y de control desde arriba.
formular hipótesis transversales como las de pueblo o de ciu- La tentación de asumir el horizonte de la revolución pasiva como
dadanía.si bien el prisma de las clases sociales puede resultar programa, como menor de los males o como único horizonte de
limitado y amerita ser renovado y enriquecido, es evidente que kr posible, parece ser, a la luz de múltiples experiencias de ayer y
su eliminación obtura toda posibilidad de formulación de pro- ho¡ el desenlace natural y lógico de una estrategia centrada en la
yectos políticos que asuman horizontes emancipatorios en el fetichización de la hegemonía.
contexto de sociedades capitalistas. La negación de los efectos l,a recuperapión de la perspectiva gramsciana de un proceso de
clasistas del capitalismo pone en discusión la existencia mis- suhjetivación política desplegado a lo largo de la secuencia subal-
ma del capitalismo tal y como ha sido caracteúzado y enten- ternidad-autonomía-hegemonía sigue dibujando los contornos de
dido por las izquierdas en los últimos ciento cincuenta años y, trtra posible alternativa emancipatoria.
valga la ironía de la historia,lo reduce a un modo de produc-
ción en el sentido más técnico y economicista del concepto'
Estos ataios, que presenté de forma simplificada, llevan a que, Bibliografía
aun en caso de un hipotético éxito,la acumulación hegemónica se
configure inexorablemente como revolución pasiva, aunque con tlnnrt'rre, (ior¡¡io lt ooflt Antirrn¡, Gramsci in contrappunto. Dialoghi col
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