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¡,
MASSIMO MODONESI
r-8 HEGEMONíA COMO SUBJETIVACIÓN POLíTICA
Concluiré con una crítica respecto del uso corriente -objetivado, pensamiento gramsciano ha sido puesta de relieve y subrayada solo
fetichizado- del concepro de hegemonía en el llamado populis- de forma intermitente y esporádica, sin haber sido colocada en el
mo de izquierda. centro de una sistemática y continuadalí¡ea de investigación. En
efecto, repasando el largo y extenso debate italiano que reconstruye
Liguori en su Gramsci conteso,la cuestión de la subjetividad polí-
I. tica ocupa un lugar central solo en los abordajes más próximos a
la dimensión política como, por ejemplo, en la lectura de Togliatti
Pareciera evidente que la reflexión de Gramsci en los Cuadernos y de los intelectuales más implicados en el PCI de los años 5o-6o,
de la Cárcel gira akededor de la cuestión del sujeto político," ya en relación con la temática del partido y de la clase susceptibles
que teoriza formas y procesos de subietivación política, una filo- de ejercer una hegemonía o, en el trasfondo del debate entre histo-
sofía de la praxis que implica la construcción de suietos que ac- ricismo y estructuralismo, en autores como Gruppi, Badaloni, De
túan políticamente en función de una voluntad colectiva y que se Giovanni, Vacca o Gerratana (Liguori, zorz). Estas perspectivas,
realizanplenamente en el despliegue hegemónico de un-moderno vertidas en las revistas de área del PCI, dicho sea de paso, inspira-
príncipe, esto es, del partido entendido como nintelectual colecti- ron a Laclau la acepción subjetivista de hegemonía que desarrolla
ys», por usar la efrcaz paráfrasis de Togliatti de r9 5 8 ( zoor : z 5 5 )' en su teorización e influenciaron, gracias a la difusión impulsada
una reflexión,la de Gramsci, en donde la praxis se desarrolla por por Pepe Aricó, el perfil de los gramscianismos latinoamericanos,
medio de interacciones conflictuales y consensuales, enmarcadas tendencialmente más políticos ¡ por lo tanto, más propensos a re-
en circunstancias históricas y sociales determinadas, entre actofes conocer la centralidad de la cuestión del sujeto político.
y sujetos políticos que nombra de forma diversa: principalmente Sin embargo, de las principales corrientes contemporáneas que
clases¡ y grupos subalternos, pero también multitudes, masas, pue- desarrollaron y difundieron la noción de hegemonía en el mundo,4
blo, productores, trabajadores, intelectuales, partidos, burocracias, ninguna de ellas reúne tres criterios fundamentales: haber colocado
jefes, figuras carismáticas (césares), hombre colectivo, hombre de en primer plano la cuestión de la subjetivación política, mantenerse
Al mismo tiempo,eso que parece obvio no es convencional- actaalizarla de forma consistente. La mayor parte de los autores no
puso el acento en la subjetivación sino en el asuietamiento, mien-
mente aceptádo, siendo que esta dimensión clásica y central del
tras que quienes lo hicieron dejaron a Gramsci en el camino y, fi-
nalmente, los pocos que se dedicaron a seguir la senda gramsciana
z Aunque exista una interesante veta sobre el suieto individual y su vinculo con lo
sociai que pasa, en particular, por las reflexiones de Gramsci sobre la educación, del estudio de los procesos de subjetivación política, no lograron, a
Véase: Mem, zor9. lni parecer, producir resultados teóricamente robustos y duraderos.
los dos primeros cuadernos, Gramsci usa las nociones de clases producti
'3 En
,rr, popularZs o fiabaiadoras y solo en el Q3 (§r4), escrito en r93o, introduce
Se¡¡ún Frosini y Cospito, quienes coordinan un seminario inter¡acional sobre el
la di ciases subalternas,"sin dejar de usar con frecuencia la de clases populares y
concepto de hegemonía que ha venido desarrollándose en los últimos años: a) la
esporádicamente clases i.nstrwnentales, inferiores, productora;, fundamentales,
frnnccs¿r ('6o:7o), L, Althusser, N, Poulantzas e M. Foucault; b) la inglesa ('6o-
sibordinadas, trabaiadoras, pobres, obreras y hasta económicamente atrasadas y
políticamente incupLces (Q19, §s).Por otra pafte, Iespecto a las clases dominantes, '7o), R, Williams e S, Halli c) la argentino-mexicana ('zol, J. C. Portantiero, J.
Aric(r, R, Zoroleta, H,. l,aclaui d) la hindú ('8o) de los nsubaltern s¡udlgs»; e) la
Lsa también las fóimulas de clases dirigentes, altas, superiores, hegemónica, burgue-
nrlrte-Americsn§ ('ll0-'90), ln escueln nco-¡¡ramsciana centrada en las relaciones
sa, pero también, más esporádicamente, expresiones como clase intelectual, clase
in tc rnecirue lc¡.
cuba, clase política y clase reuctlucionaria,
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HEGEMONíA COMO SUBJETIVACIÓN POLÍTICA
,¡¡¡¡&e
HEGEMONíA COMO SUBIETIVACIÓN POLÍTICA MASSIMO MODONESI
(Frosini, Lozoi z\).llmismo tiempo, en un texto anterior, Frosint marxismo de los años 7o-8o: la hipótesis del sujeto histórico, de la
sostuvo que la forma de la hegemonía "iacobi¡¿» -Que evoca el lucha de clases, de la lucha como acción y del sujeto que lucha. A la
pasaje de los subalternos hacia la autonomía como antesala para luz de la derrota histórica del movimiento comunista en todas sus
emprender la disputa hegemónica, señalado oportunamente por expresiones y corrientes, en paralelo con el inicio de la mundiali-
Baratta (zooil- es superada por Gramsci a partir de la conside- zación de Gramsci y de la propagación de las lecturas culturalistas
raciones sobre la revolución pasiva, en la dilatación de la noción de su obra, el deslizamiento de los temas de la subjetivación a los
hegemonía como ndialéctica de inclusión y control» y
.,unidad del asuietamiento es una señal de un cambio de época, marcado
de
entre gobernados y gobernantes» (Frosini, zo16)' En este sentido, tanto por la derrota como por la ausencia todo en ltalia-
-sobre
más allá de quienes elerzan la hegemonía, esta se rcaliza como di- de nuevas coyunturas propicias, de momentos de agudizaciín de
rección/dominación más que como proceso de subietivación. la conflictualidad que auspiciaran emergencias subjetivas políti-
Todas estas contribuciones enriquecen el debate y colocan cues- camente fuertes, desafíos prácticos que invocaran y despertaran
tiones y pefspectivas de gran relieve, pefo no alcanzana revertir la cuestiones teóricas. También por este anclaje histórico-político de
tendencia dominante y a situar de nuevo en el centro de los estudios Ia teoría y en particular de las reflexiones gramscianas, el escena-
gramscianos el vínculo entre hegemonía y subjetivación política, es rio ibero-americano resultó más favorable en las ultimas décadas
decir, entre subalternidad, autonomía y hegemonía'
para que se retomaran en esta clave las intuiciones de Gramsci.
ha sido y está siendo descui- Por otro lado, incluso en contextos menos propicios, las escasas
¿por qué esta pendiente tan relevante
dada? varias hipótesis pueden barajarse. Es posible que la tendencia
lecturas recientes de los Cuadernos centradas en la subjetivación
a contraponer el subjetivismo voluntarista del Gramsci conciliar
al política tienden a bifurcarse entre acercamientos que podemos
de los cuad.ernos para exaltar el segundo haya llevado a minimi- definir subalternistas y hegemonistas, lecturas con vocación esen-
zar la dimensión subietiva en las reflexiones carcelarias. o por ser cialista, cuyo peso interpretativo se inclinahacia un lado u otro
de la ecuación gramsciana, soluciones que desplazan y descentran
considerada menos original teóricamente o simplemente demasiado
clásicamente marxista. O como refleio del predominio de lecturas es- respectivamente hacia abajo o hacia arrlba la cuestión del sujeto,
otras aportaciones gramscianas igualmente centrales y consideradas sobre el que volveré al final de este texto. Una divergencia que no
más originales sobre el Estado,la ideología y la cultura. o por una respeta la \ógica del pensamiento de Gramsci, quien desarrollaba
espasmódica búsqueda de novedad, de acercamientos originales al la idea marxiana de un sujeto socio-político que se sitúa sincró-
estudio de la obra del marxista sardo. un olvido que pudo ser pfo- nicamente, al tiempo que se constituye y se desarrolla diacróni-
ducido por lo que, en la teoría del aprendizaie, se llama aprendizaie camente, adentro, contra y más allá del capital y el Estado que le
interferente, es decir, por elementos que sobrevinieron y obstruyeron corresponde, es decir, al interior pero potencialmente más allá de
la relación de explotación y de dominio. En términos gramscianos,
la visibilidad y la valorizaci1n de esta dimensión central'
En todo caso no se trata de un olvido o una interferencia de un sujeto no solo subalterno sino tendencial y potencialmente au-
importancia menor ya que lo que se pone t' t"g'l[do plano, no trinomo y hegemónico.
es la base más política, marxista y leninista, de la En esta dptica, partiendo de una intuición de Baratta (zoo7),
"asou[-"rrte, he insistido en quer entre subalternidad y hegemonía, polos del
cuestión de la subietividad, el aspecto más espinoso de la crisis del
*i *ffi¿
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proceso de subjetivación política sugerido por Gramsci, media la tenga menos visibilidad y pueda resukar menos original respecto
autonomía, un concepto que si bien usa poco puede que por al debate marxista en el que se inserta la contribución de Gramsci.
-y
ello no aparezca en el diccionario gramsciano (Liguori yYoza, Recorro esquemáticamente algunos pasajes que forman este arco
zoog)-no deia de ser crucial en la famosa nota del Q3 retoma- y delimitan el perímetro de una constelación conceptual.
da más tarde en el Qz5,z además de ser, más allá del nombre' una El itinerario, tanto histórico-político como teórico, parte de la
problemática de peso, ya que' en el fondo, no es otra cosa que el base subalterna de todo proceso de subjetivación política. En efecto,
de la conceptualizacióny caracterización de la condición subalter-
equivalente de la idea de independencia de clase que es la piedra
miliar de la cuestión subjetiva marxista, de Marx en adelante, pa- na arranca el hilo rojo que lleva de la pasividad a la actividad o
sando obviamente por el otro gran interlocutor de Gramsci, es activación, a la praxis, a la que corresponde en los Cuadernos las
decir, Lenin. un pasaje fundamental, aquel sobre las fases por
las nociones más concretas de «acción política» o
"acción colectivar,
cuales los subalternos se vuelven autónomos, en donde la autono- expresiones que Gramsci usa con cierta frecuencia, como cuando
mía es más que la simple premisa o bisagra que abre la posibilidad afirma que ula acción política tiende precisamente a hacer salir a
las grandes multitudes de la pasividad" (QZ, §6, v. 3: 148).
hegemónica, la coronación del príncipe que sanciona el logro de
,rrra pl.rr" soberanía subietiva, el protagonismo histórico ¡
por lo Un recorrido que podemos leer como de experiencia subalterna,
zorS). caracterizada por la espontaneidad, el usubversivismo esporádico e
tanto,la definitiva salida de la subalternidad (Modonesi,
inorgánico, (Q8, §zS, v.3: z3t),la defensa activa, en donde inter-
viene una tendencia a la activación subjetiva que es impulsada por
el oespíritu de escisiónr, el corte, el desgarre, el momento de ruptura
2.
que antecede y permite la sutura interior,la construcción autónoma
que pasa por dinámic¿5 ds «compren-
Antes de volver sobre el concepto de hegemonía, sobrevuelo rápida- "progresiva autoconscienciar,
modo de inventario- algunos pasaies del arco formado sión crítica de sí mismos" (Qr r, § r z, v. 4: z y), molecularmente pero
mente
-a
por dos conceptos fundamentales que aparecen enunciados como también por medio de saltos, de catarsis, ayanzahacia la formación
de una voluntad colectiva,la
tales, subalternidad y hegemonía, los polos de la dialéctica subje- "consciencia exacta de su propia per-
tiva gramscianary el de autonomía, que media y sirve de puente, sonalidad histórica" (Q¡, §+6, v. z: 48), a través de la intervención
operando como bisagra, cumpliendo un papel teórico -y obvia- cle intelectuales orgánicos que orquestan y conectan una concepción
del mundo, que contienden el sentido común. Concretamente se plas-
mente práctico- de gran relevancia, aun cuando nominalmente
ma en la iniciativa histórica, en el sujeto colectivo, en el moderno
(...) "su príncipe, un partido en el sentido histórico y no efímero
7 En síntesis: r. su .formación objetiva, en el mundo de la producción -siguien-
' orig.r, grupos sociales pree*irtent"s'; z' oSu adhesión activa o pasiva a las for- do la distinción de Marx en una carta a Freiligrath del r 86o-, una
"n
,rr".ion., dominantes, en las cuales intentan influir; 3. "El nacimiento de
iotiti"", voluntad colectiva nacional popular organizada que, por medio de
el consenso y el control
frrtido, nr.uo. d. los grupos dominantes para mantener
á. lo, g.rpo, s.rbrlterriosi4. Las formaciones propias de los grupossubalternos una guerra de posición, se propone expugnar las trincheras de la so-
p"r, ,Jiuindi.uciones de carácter restringido y parcial; 5. Las nuevas formaciones ciedad civil, promover una reforma moral e intelectual, ser dirigente
vieios cuadros; 6.
io, ,fi.*"n la autonomía de los grupos subalternos pero en los (Q25, y dominante, construir y eiercer hegemonía.
Lr. for-r.ion.s que afirman la autonomía integral, etcétera" §5_, v- 6: _r8z),
h i,, .*¡i *;
HEGEMONÍA COMO SUBJETIVACIÓN POLíTICA MASSIMO MODONESI
económico-corporativa para elevarse a la fase de la hegemonia del concepto de revolución pasiva.s En este sentido hegemonía es,
ético-política en la sociedad civil y dominante en el Estado" (Qr3, en abstracto, afirmación paulatina de un sujeto dominante y diri-
gente y, por otra parte, a nivel histórico-político, afirmación de la
§r8, v. 5: 4r).
una secuencia que tiende a la agregación y a la organicidad, burguesía, negación de las clases subalternas ¡
finalmente, en un
a hacer bloque, que comporta relaciones dialécticas y no mecá- sentido proyectual, hipotético, su posible tránsito, vía autonomía
nicas, pasajes cuantitativos y cualitativos, saltos pero también
y y hegemonía,hacia su emancipación y la disolución de toda do-
sobre todo transformaciones moleculares, según una lógica y,
poI minación coercitiva. Porque la hegemonía no puede, en un pensa-
lo ranto, una inteligibilidad del proceso de subjetivación política' miento emancipatorio como el marxista y el gramsciano, quedarse
En este contexto, el concepto de hegemonia aparcce más como relegada a un mera instrumentalidad, ser herramienta de poder sin
factor de subjetivación que de aswietamiento, es decir, hegemonía otra finalidad que su reproducción en el terreno de las relaciones
de dominación.
hacia los aliados antes que hacia los adversarios'8
Esta distinción no es simplemente una secuencia a lo largo de una
línea homogénea sino que comporta dos planos, distintos aunque
articulados, y por tanto no tiene que ser perdida de vista por una 3.
lectura desde arriba de la hegemonía, sin que esto impida recono-
cer el valor de la expansión del concepto operada por Gramsci, su En esta óptica, es necesario, en mi opinión, colocar en el centro una
perspectiva gramsciana de la autono mía y la emancipación despla-
novedad en el debate marxista de la época y su relevancia actual.
Al mismo riempo, también desde el punto de vista ampliado y zada por las opuestas derivas del subalternismo y el hegemonismo,
pcrspectivas centradas respectivamente en el estudio de los subalter-
alargado,la noción de hegemonía no excluye la cuestión subieti-
nos en cuanto tales derrotados, siempre marginales- o
va,la tensión pasividad-activación. En efecto, la otra vertiente de -siempre
la hegemonía, la que expresan las clases dominantes no es solo cle Ia hegemonía como ejercicio de la dominación, desde arriba, en
ocon- clonde, de forma simétrica,los subalternos se quedan como tales o
la culminación de su propia trayectoria de subjetivación al
son sustituidos por otros, igualmente subordinados y oprimidos.
vertirse en Estado, (QzS, §5, v. 6: r8z) sino que, además, en la
tensión entre dominación y emancipación, resulta, en el análisis La pendiente subjetiva del concepto de hegemonía, estrechamen-
gramsciano, antitética, es decir de-subjetivante, subalterrrizante, te ligada y entrecruzada con los de subalternidad y de autonomía,
pcrmite, a mi parecer, captar plenamente los matices,las distinciones
propia de las voluntades y las práctica s de aswietamiento. Me refie-
y las discordancias propias del proceso, los pasajes y las condensa-
ro en particular a toda la galaxiade cuestiones que giran alrededor
ciones a las que altdíaesquemáticamente antes. Explorando en par-
ticular las tensiones en cada uno de los pasajes, la construcción del
g
- .E[ estudio del desarrollo de estas fuerzas innovadoras desde grupos subalternos sujeto hegemónico atravesada por implicaciones y contradicciones
, g.rpo, dirigentes y dominantes debe por lo tanto buscar e identificar las fasesquea
tr"'r¿, d" las-cuales'han adquirido la autonomía con fespecto a los enemigos derivadas de la condición subalterna, del ejercicio de márgenes de
o pasivamente'
había que abatiy la adhesión de los grupos que las ayudaron activa Autonomía y del logro progresivo de la autonomía integral.
.rr,"rrá qu" todt este proceso er, t'áceiatio históricamente para que se unificasen
progre-
en Estado. El grado de conciencia histórico-política al que habían llegado
precisamente con
sivamente .rt"i f.r.rrr. innovadoras en las diversas fases se mide
estas dos medidas y no solo con la de su alejamiento de las fuerzas
anteric¡rmente c Véa¡cl Modonesi, ro¡o, La versión en castellano se encuentra en proceso de publi-
eación por psrte de lrr erli«rrisl cutsluna llellaterra y verá la luz cn zo¿2,
dominanteso (QrS, § j, v, 6: rlla)'
.¡¡&.
H EGEMONÍA COMO SUBJETIVACIÓN POLÍTICA MAsSIMO MODONESI
contraposición, aun permeada por el consenso. Aplicando el criterio cr¡ntradicciones que persisten, en la subjetividad, en las autonomías
parciales, combinaciones desiguales que hay que descifrar caso por
gramsciano, antes de la conquista del poder del Estado debe sedi
cirso, que se arrastran y anidan en las subjetividades que se presu-
mentarse una subjetividad capazde expresarse en la sociedad civil,
tnen plenamente autónomas y aspiran a la hegemonía.
un poder encarnado subjetivamente y no por aparatos de Estado,
un contrapoder que en América Latina ha sido a menudo llamado Otro problema candente se plantea con respecto a la democra-
poder popular. Un recortarse subjetivamente al interior de la relación cia, a la distinción-unificación entre gobernados y gobernantes en
el seno de la hegemonía, pero también de un proceso de subjetiva-
de dominación antes o mientras se cose y descose el teiido nacional
y popular en clave de alternativa hegemónica. Lo cual obviamente eirin expansivo que comporta alianzas, articulaciones y ejercicio
no encuentra cofrespondencia en la estrategia laclausiana de arti- de Ia dirección ¡ por tanto, relaciones de fuerza internas y lógicas
culación transversal o desde arriba ni en el culto del acontecimiento de subordinación, de consenso y de coerción que subsisten y son
que, en nuestros días, propicia precipitaciones y ataios populistas, a constitutivas del proceso y del sujeto que le corresponde.
los cuales haré brevemente referencia al final de este texto' Valentino Gerratana advertíaren un coloquio en la escuela co-
El horizonte interior de la hegemonía, visto desde el más acá tnunista de Frattocchie en rgTTrsobre un cambio de signo necesario
en relación con las fuerzas sociales que aspiran a la hegemonía ¡
subjetivo, se relaciona con la autonomía y se convierte en una ecua-
por lo tanto, una clase o un partido que, apuntando a la emancipa-
ción que podemos formular, en téfminos gramscianos, como auto-
e iótt, no puede ni debe generar «un consenso traducible en delega-
nomía + hegemonía, es decir, autonomía acotazada de consenso.
La extensión de la hegemonía, en ese caso, no solo presupone ción, un consenso de aliados subalternos» (Gerratana, t977: 5o).
la existencia de un suieto sino que, como decía anteriormente, es hirtonces la hegemonía no solo como forma instrumentalrtáctica,
¡irro como contenido y prefiguración estratégica que en el pensamiento
su coronación principesca en el plano de la dirección y el dominio,
la prolongación de una dilatación subjetiva que tiende potencial- tle (iramsci pasa, en gran medida, por el tipo de subjetivación política
mente a abarcar a la sociedad en su coniunto. t¡tte cleriva de una relación pedagógica que riende a la autoeducación.
Aflora aqüí la cuestión de la doble acepción de las clases y gru-
poe subalternos que aparece enlas Cuaderutos,y que bien señalaron
HEGEMONiA COMO 5UB}ETIVACIÓN POLíTICA ñ/[AS5i¡V10 MODON¡EsI
pluralidad de fuerzas políticas. ¿Qué significan estas afirmacio' ¡rnra imaginar y practicar la construcción múltiple y plural de un
nes? ¿Que nosotros nos uoluemos pluralistas a la manera de los nuevo príncipe como proceso de convergencias y de federación.
católicos o los socialdemóctatas? De ninguna rndnerd. Nosofros
?nantenenlos corno elemento central de nuestra acción la crítica
de la diuisión de la sociedad en clases antaganistas' en explott' ,r.
dores y explotados,y lwchamos por la superación de esa escisión,
que pdrte de la estrwctwra de la sociedad y que es para nosotros Hn csta dirección, me permito un breve excursus crítico y polé-
el origen de todo iln proceso de compresión y desagregación de tRico en relación con el lugar y el papel que ocupa el concepto de
la persona humana. La superación de esa escisión es la razón Itegemonía en el proyecto y el discurso del llamado populismo de
d.e fondo de nwestro ser comunista. El fin al que tienden todas iee¡uierda. Si bien este asume el desafío de la subjetivación políti-
nuestrds acciones. La consffucción de und estructura unitaria de ea inherente al principio de hegemonía, lo desplaza y lo deforma
la sociedad, sin embargo, no significa pdra nosotros *a' aquí co- reapecto de las coordenadas que hemos situado anteriormente.
rregimos algunas interpretaciones esquernáticas de nuestra doc' Si me permiten la metáfora, que no pretende ser sistemática
trina- reducción de toda la sociedad a un solo organismo sócial ritto sugestivá y provocadora, la hegemonía exclusi-
-entendida
(totalitarismo de partido): entonces autonomía del nmomentoo vátnente como construcción de alianzas y de consenso en términos
MASSIMO MODONESI
32 HEGEMONíA COMO SUB,IETIVACIÓN POLÍTICA
interna sino en función de su inmediata venta y consumo en el aubalternas conforman su visión del mundo.
[,a prisa tiende a justificarse en razón de la emergencia; emer-
mercado político.
En este sentido,la hegemonía como apariencia del sujeto, como ¡¡encia en su doble acepción, como novedad que aflora y como
ur¡lencia frente a la crisis civilizatoria que vivimos. Por otra par-
discurso e instrumento táctico, mistifica, sobrepone la existencia
t§, los ritmos vertiginosos llevan, en ocasiones, a forzar lalígica
de un actor político-institucional a la ausencia de un sujeto
so-
de guerra de movimiento hasta el punto de desenterrar la idea de
cio-político de fondo, simula una relación entre personas mientras
se retroalimenta de los vínculos entre aparatos, dirigentes
o inte- Blitzkrieg,la guerra relámpago. Blitzkrieg que, aun rriunfando,
lectuales orgánicos, en el sentido ampliado por Gramsci' Froduce una modificación de la correlación de fuerzas en el plano
tnás superficial y efímero del sistema político y del gobierno de
Comoproduccióndiscursivaycomoartificiotácticopermite
efectivamente construir alianzas en la sociedad política y con- turno, si no la penetración cultural de la derechizaciln,el subsuelo
senso en la sociedad civil, pero opera como falsa conciencia
y se he¡¡ernónico que la sigue sosteniendo.
convierte en un obstáculo a la auto-conciencia necesaria para un fil desenfreno populista de izquierda basado en el fetiche de
la hegemonía necesita tomar atajos. Menciono cuatro de ellos.
real proceso de subietivación política de las clases subalternas.
La hegemonía como fetiche es un dispositivo fundamental del
o El ataio del discursivismo, es decir, del reduccionismo co-
llamado populismo de izquierda ya que le permite obtener ren-
Al mismo tiempo, como lo han municacional de la política, a través del cual se diluyen los
dimientos políticos
"oyort.rrules. recientes latinoamericanas y procesos de organización y participación y se desatienden
demostrado muchas experiencias
los prdcesos de sedimentación cultural, de la educación y la
europeas, sus resultados son superficiales y efímeros porque
ob-
poder cuestión de los aparatos ideológicos en general.
teniios a través de una huida hacia adelante en la toma dcl
HEGEMONíA COMO sUBJETIVACIÓN POLíTICA MA55¡MO MODONESI
. El atajo del caudillismo (o cesarismo o bonapartismo, aun variaciones en términos de intensidad transformadora y de su ses-
cuando estos conceptos remiten a experiencias de gobierno
¡¡o progresivo o regresivo.
a las cuales no todos los populismos accedieron) por medio Revolución pasiva que coloca como escenario deseable para
se
del cual se producen efectos carismáticos de agregación gre- cl populismo de izquierda. Un proceso que, en el mejor de los ca-
garia me perdonan el trabalenguas-, se ahonda la dele- sos, amerita el sustantivo revolución, porque emprende reformas
-si
gación, inhibiendo o distorsionando la subjetivación autóno-
¡rrogresivas intra-capitalistas para estabilizar y relanzar un orden
ma de las clases subalternas, su capacidad de autoconsciencia, sr¡cio-económico. Que es pasiva en tanto impuesta desde arriba,
auto-organ izacilny autodeterminación totalmente es-
-no es decir, no sustentada en la activación y el protagonismo de las
pontánea, pero tampoco necesariamente heterodirecta-' clases subalternas, construida sobre su insuficiencia.lJna pasivi-
¡ elad que, en el caso de los gobiernos de tinte progresista, lamenta
El atajo del estatalismo (o estadolatria) por medio del cual se
y asume la iniciativa desde arriba por delegación; en los casos más
asume y reproduce la concentfación y la institucionalizaciín
re¡¡resivos, que se desea y propicia en clave reaccionaria o como
del poder político como horizonte de la transformación, des-
tlna combinación de ambos, como suele ocurrir al margen de las
dibujando o eliminando toda hipótesis de socialización del
mismo. Recluyendo, de paso, en el palacio y sus locales ane- ti¡rologías. Revolución pasiva como transformación conservado-
r0 que además refleja los efectos de los atajos antes mencionados:
xos la cuestión del equilibrio, la secuencia y la articulación
entre ser dirigente y ser dominante que inquietaba a nuesffo demagogia, verticalismo del líder y desde el Estado, negación de
Ios conflictos de clase. En ella se manifiesta, embellecido por el es-
camarada encarcelado.
pejismo del cambio, el lado oscuro de la hegemonía,yano instru-
. El atajo de la desclasificación, es decir la disolución de toda rlrento de subjetivación política desde abajo sino herramienta de
comprensión clasista de la realidad social y política en aras de rujcción y de control desde arriba.
formular hipótesis transversales como las de pueblo o de ciu- La tentación de asumir el horizonte de la revolución pasiva como
dadanía.si bien el prisma de las clases sociales puede resultar programa, como menor de los males o como único horizonte de
limitado y amerita ser renovado y enriquecido, es evidente que kr posible, parece ser, a la luz de múltiples experiencias de ayer y
su eliminación obtura toda posibilidad de formulación de pro- ho¡ el desenlace natural y lógico de una estrategia centrada en la
yectos políticos que asuman horizontes emancipatorios en el fetichización de la hegemonía.
contexto de sociedades capitalistas. La negación de los efectos l,a recuperapión de la perspectiva gramsciana de un proceso de
clasistas del capitalismo pone en discusión la existencia mis- suhjetivación política desplegado a lo largo de la secuencia subal-
ma del capitalismo tal y como ha sido caracteúzado y enten- ternidad-autonomía-hegemonía sigue dibujando los contornos de
dido por las izquierdas en los últimos ciento cincuenta años y, trtra posible alternativa emancipatoria.
valga la ironía de la historia,lo reduce a un modo de produc-
ción en el sentido más técnico y economicista del concepto'
Estos ataios, que presenté de forma simplificada, llevan a que, Bibliografía
aun en caso de un hipotético éxito,la acumulación hegemónica se
configure inexorablemente como revolución pasiva, aunque con tlnnrt'rre, (ior¡¡io lt ooflt Antirrn¡, Gramsci in contrappunto. Dialoghi col
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36 HEGEMONÍA COMO SUBJETIVACIÓN POLÍTICA MASstr'\,tO fvtODONES!
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