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Al MAFUERTE
y OTROS MARTIRES
BIBLIOTECA DE CULTURA
URUGUAYA
☆
COLECCION NUEVA
I. — Miriha Gandolfo:
CRISTAL EN LLAMAS.
COLECCION M O DERN A
I. — Alejandro C. Arias:
MUSICA DE LA SOMBRA.
II. — Juan Parra del Riego:
POESIA.
III. — Juan Parra del Riego:
PROSA.
IV. — Pedro Leandro Ipuche:
EL YESQUERO
DEL FANTASMA
V. — Javier Gomensoro:
FIGURAS Y ESTAMPAS
DE MONTEVIDEO.
VI. — Juan de Lara:
COSAS VISTAS Y OIDAS.
VII. — Herminia Herrera y
Reissig:
VIDA INTIMA DE JULIO
HERRERA Y REISSIG.
VIII. — Gil Salguero:
IDEARIO DE RODO.
IX. — José Serrato:
VIDA PUBLICA.
X. — Josefina Lerena de
Blixen:
CARLOS REYLES.
COLECCION CLASICA
L — IDEARIO DE ARTIGAS.
Selección y prólogo de
Juan B. Silva Vila.
Al MAI HEUTE
Y OllíU.S MAUTIliES
ALVARO ARM ANDO VASSEUR
ALM AFUERTE
Y OTROS MARTIRES
E D I T O R I A L A M E R I N D I A
ALVARO ARMANDO VASSEUR
Al MAI U KRTE
V ( ) I U< >N MAU llliIiS
R I) 1 T O n I A L A M E R I N D I A
D E R E C H O S EXCLUSIVOS
IMPRESO EW EL URUGUAY
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I <MU » MI A lili 14 i I I T I V A M U N T I C s il
A. A. V.
Almafueríe
MALLARME - VERHAEREN
1854 - 1917
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C ierta vez, P alacios, señalando su lecho exclam a: “Los
paroxism os que m e asaltan a llí algunas noches” . U n joven,
h ab itu ad o desde n iño a m a d ru g a r p a ra a fro n ta r faen as de
hom bre; p a ra el cual acostarse es dorm ir, no com prende.
P a ra a c la ra r el sentido de la confidencia, h a b ría q u e sos
p echar, su tran scen d en cia fu tu ra . A dem ás, ¿qué crisis p u e
d e n a s a lta r a u n hom bre com o él? A ños después, rep e n
sando en aq u e lla explosión, la conectaba con los verso s de
"Incontrastable”: “P o rq u e yo siento — P aroxism os h o rrib les
y nostalgias, — R ebeliones salv ajes y am arg u ras, — A llá
en m i ca rn e ru in , — y no m e postran, — A llá en m i co ra
zón, y no m e m atan .”
¿Qué p o d rían ser? ¿O presiones d e angina? ¿D escargas
epileptiform es, de los cúm ulos cotidianos? ¿R eviviscencias de
los rap to s d eliran te s de la afección variolosa, cuyas p ú stu
las acaso h a b ría n afectado sus im plem entos? ¿De las vigilias
arm ad as en previsión de los atropellos nocturnos a la red a c
ción d e “E l P ueblo”, d u ra n te el últim o año, cuando algunos
am igos se tu rn a b a n p a ra h acerle com pañía? “A saltos d e la
ca rn e que, a l esp íritu audaz co rta n las alas? L o m ism o qu e
esos sueños de la gloria. E ncrespan la m a re a de las alm as?”.
E n el tra to diario, parecía ser, —como A verro is o Je h u -
d d a B en H alevy— todo razón apolínea. M ás q u e agraciado
con “u n a razón de firm eza y luz como c rista l d e ro ca”, lo
e ra de fuego luzbélico. . .
No del L uzbel rom ántico de L am artin e o d e D e Vigny,
q u e desciende a sed u cir a las h ija s de los hom bres; o el
fáustico, que por rejuvenecer, y ac ariciar alguna, v en d e a
M efisto lo que nun ca h a poseído. . . Razón feérica, análoga
a la de M allarm é, cuya delectación es g u starlas m o ralm en
te, en el ensueño?
“Ces N im phes je v eu x les p e rp e tu e r”. P e rp e tu a rla s en
la p asto ra l lírica, no m u ltip licarlas e u g e n ésica m en te.. . No
in tim ar, con beato sadism o, a la m a n era d e esos déspotas
confesionales, en quienes la v o lu n tad de dom inio h ace las
veces d e “frisson” m e d u la r .. . Y a en 1876, la nostalgia de
M allarm é distingue: “P a ra la m ayoría, gozar físicam ente;
p a ra pocos, m o r a lm e n te ...”.
E n P alacios no percibim os nostalgia del sexo com ple
m en tario : n i física, n i m o ral n i intelectu al: “E sas e tern as
sensuales y secundarias — celosas de mis noches tan so lita
rias.”
El gozo, si lo hay, es de represión señorial, de desti-
lución pasional. La presión volcánica reprim id a, ex p lica ría
la función com pensadora de las descargas electropsíquicas,
las fu rias o r a to r ia s ... Com plejo de Ju v en al, de Q ueve-
do. E sclarecería el sentido e sp iritu al del pseudónim o: A l-
m afuerte! T am bién esto se relacionaría con sus crisis n o c
tu rn a s ”. P ablo de T arso no las ignora: ‘‘Vale m ás casarse
que a rd e r” . Es m ás hum ano que el evangelista que acon
seja la m utilación: ‘‘Si un m iem bro te traicio n a o puede
ser causa de tu “perdición”, lo c o rta rá s”. "El reino de los
cielos, vale m ás” . P alacios canta: “S obrará m ucho b arro de
bestia — L a vez que despliegues del todo tu A lm a” .
Son perspectivas de la "E volución C readora", en tre v ista s
en la pam pa, antes de que llegaran al P lata, “el anhelo del
su p erh o m b re”, y “la m áquina de h acer dioses". Ese d es
pliegue energético del alm a es lo que Bergson denom ina
“La creación de si, p o r sí, el acrescentam iento in terio r, qu e
e x tra e m ucho de poco, y com plejiza sin cesar la riqueza es
p iritu a l del m un do”. R iqueza en personalidades selectas, en
genios técnicos, en creadores éticos y estéticos.
E sta página, una de las m ás hegelianam ente poéticas de
Bergson, eco plotiniano de “La evolución p ere n n e” de S.
A gustín, es contem poránea, de las tesis del “Jeiús" p am
peano!
Si p ro testa contra las form as orgánicas del m al, sabe
q u e este es consubstancial a l devenir. Sin m al no hay v o
luntad v ital, ni antagonism os selectivos. No hay h isto ria
n atu ra l, ni h istorias geniales. Lo voluntad se realiza en el
dolor. Y aunque en o tra época, exige al creador, qu e el
lia creado: "¡Págame m i dolor!" en "Sin Tregua" (19101
confiesa: “Dolor, santo dolor, — Sol iracundo, — Que las
alm as estólidas caldea; — P a d re de lo m ejor, A m o del m u n
do, — G enerador suprem o de la Idea, — D raga de rem o
ción, L lam a ex p iato ria — Que convierte las p ú stu las en
G loria!". Ya lo decía en el "Homenaje a Guido" (18901: "Si
el dolor no re p a rte sus frutos, — No es fuerza, ni lauro,
o 1 cruz, ni enseñanza”.
Inspirado por el ancestral in stin to guerrero, de los li-
u njci que le han legado, hom bría, lengua, apellido, com-
b a te e l dogm a de las d octrinas ig u a lita rias y pacifistas:
“G enios de la igualdad, — por cobardía. — Q ue q u i
sie ra n u n m undo sin porfía — M undo como e l E dén, p u ra
am brosia”. ("Sin Tregua". 1910). Y olvidando el m ás sacro de
los dolores — el de los alum bram ientos, — q u e le h a h e
cho em erg er a la luz de la vida, — blasfem a: “No d esarro
lla n genio las m ujeres, — P o rq u e sin gran dolor tie n en p la
ceres”. (Idem , 1910).
“P a rto ”. “P a rtirs e ”. “D ar a luz”. P a la b ra s sím bolos de
toda creación. L a m adre, im agen de todo creador. ¿Cómo
p u ed e olvidarlo, *él que ta n to h a honrado a la suya? E n
"Ante el Abismo" (1910) confiesa: “Yo respeto en la M u jer
— a la M adre, n a d a m ás — Y jam ás, nu n ca jam ás. Por
su igual m e ha de tener". (Años antes, — h ac ia 1904— can
ta : “T am bién yo pienso q u e la D erro ta — M erece su s la u
reles y arcos triu n fale s: — C ualq u ier dolor que sea, siem
p re re b o ta — S obre el alma futura d e los m ortales. — Es
ca la r las cum bres, i r a l A bism o — Son in stan te s fugaces,
son b reves pasos — No es en la p ropia carne, no es en sí
m ism o. — Q ue h a de sentirse el golpe de los fracasos! —
El mártir, el Cristo, será la Idea, — No e l esqueleto donde
n au frag a : — C uando se q u ie b ra el brazo qu e alza u n a
te a — L a luz es la q u e sufre, po rq u e se apag a — A m í no
m e co n stern an las am arguras, — A m í no m e in te resa la
p ro p ia vida; — Lloro las adm irables prédicas p u ra s — Q ue
p ie rd e n su prestigio con m i C aída. — Lloro sobre la dulce
la b lan ca lu m b re — Q ue se h a trocado en ro ja n ie b la m a
cabra, — M e llen a de tristeza la m u chedum bre — Q ue o l
v id a rá el cam ino de m i p alab ra. — P o r m ás q u e m e com
p aro con ta n to m undo — N unca doy con el tipo q u e b ien m e
cuad re: Yo he nacido sin duda para ser Madre". ("Confí
teor". 1904).
M i conocim iento, de las décim as "Ante el Abismo", pos
terio res a l "Jesús", se rem o n ta a 1920 en M ontevideo: “Me
p ides am or, y voy — S in p o n er y sin q u ita r — A h o ra m is
mo a m o stra r — L o q u e por adentro s o y . .. — P a ra q u e
p uedas ro m p er — Ese cam arín rosado — D onde m e tie n e
g u ardado — T u corazón de m u je r”. — Yo soy el negro
p in a r — Cuyo som brío follaje — Como u n colosal ra m a je —
No cesa de reso n a r — Soy e l resuello d el m a r, — E l fo rm i
d able concierto — D el ancho pulm ón ab ierto — D e la p am -
|iu «otituibi — La m ujcstad, In piegarla, — La vibración
d el DeM rrtn", La «scéais de li» soledad lo h a Ido deshum a-
nlzando, convirtiendo en algo elem ental: pin ar, rr.nr, p am
pa, jaiinpero, silencio, m irajes del desierto." Se siento des
poblado, en celados aním icos en los que re v e rb e ra n sus ga
ses m egalom aníacos.
“Yo soy u n p alm ar plan tad o — S obre cal y p ed reg u
llo — La floración del orgullo — D el orgullo su b lim ad o . .
— M eteoro sid eral — Q iiu en su soi se precip ita; — Viejo
«mi q u e necesita — L as fu entes de lo inm ortal".
O esto, a u n m ás significativo: “Yo soy u n m u erto que
quiero — l¿ue no lo tengan |x>r n u iert i".
La generalidad de los conceptos, hiperbólicam ente sim
bólicos, con sus jactan cias antitéticas, señalan la cu rv a m o r
bida del yoisfoo, del rnisuginistno, del nudismo. P ero estas
situaciones, m ás parecen circunstanciales qu e d efin itiv as;
im puestas po r los azares del v iv ir económico social, qu e in
trínsecas, neurocentrífugas.
“M i hogar —si tu v ie ra hogar— S ería un h u erto sella
do — T an solem ne, Ion sitiado — Como uno roe« on el
m a r — Nido azul, nido y a lia r, — Todo on él luz y arm o
nía — P ero a la p rim er falsía, — Todo en él espanto y
duelo — Como si alma de Otelo — R esplandeciese en la
m ía!". <WI6>.
Si aun no posee hogar es porque no h a h allado como
crearlo, ni con quien crearlo. No os tullo do 01, Incapaci
d ad suya. No dispone de un dom inio ululado cunto unn r o
ca en el rnar, ni ha hallado la Andróm ac». lu C ornelia que
no lo exponga u obscurecer su aureola; u h acer d e F.l, no
el Humlot que dice u Ofcllu: “Velo a un c o n v e n to ..," El
moru de Vernicili, de quien Yago al poner el pie encim a
rechina m efistofèlicam ente: “Ecco il leone!".
Otelo, m aestro de escuela. Otelo, represen tan d o el "M i
sionero", abandonado de todos, salm odiando uM uyuit iiioLí -
fislcas al "A gnus O ei". A doctrinando « lo« pueblos: "Como
polvo de a u ro ra difuso, — D ifuso en el tuyo mi esp íritu
se h a l l a " .. . Ya, Y». P ero m otejando de “ vírgenes ro ja s”
a las obreras de los talleres, de “catedrático* d e besos” , z
la 5 m aestras: De su e rte q u e O telo adem ás de m isogino es
untifem im stu. Ni “logas ilu stres en los procesos", — Ni
"verbos en los Congresos", — Ni genios en las Artos: — P or
q u e a llí y e n todas p a rte s — C ated ráticas d e besos!".
Vemos aq u í h a sta donde p u eden conducir los juegos
solitarios, las actitudes im perativas. T an nefastas como la
m iseria y los resentim ientos en la m adurez.
R om ánticam ente, a l m odo de las p ara lela s d e su m aes
tro G utiérrez, cantó en su ju v e n tu d a l am or: “Como b rilló
u n a luz en el desierto — P a ra sa lv a r u n a nación esclava, —
Como cruzó u n a estrella los espacios — A l com enzar la
redención hum ana, — A sí en la noche — D e m i d esg ra
cia — S urgió sobre m i cielo, tu sonrisa — Y alu m b ró m is
p en u m b ras tu m irad a.”
“V irgen d el cielo — L len a de gracia — Q ue b a ja ste
a s u frir con los m ortales — Y has hecho d e m i esp íritu
tu A lcázar — Yo te h a ré d e m i gloria u n a diadem a, — D e
m i m en te u n a tú n ic a de g ra n a —D e la u re les y aplausos u n a
alfo m b ra — D e m i pecho y m i sangre u n a m u ralla; — P o r
q u e yo tengo — V irtu d en m i alm a — P a ra lle n a r d e ad
m iració n a l O rb e — S i u n a sonrisa tu y a m e lo m an d a!”.
H acia e l ocaso de la m adurez C iterea acab a p o r h a
cerle se n tir su te rrib le m agia. P arec e h a b e r sido m ás u n a
crisis de o rfan d ad m oral, de ted iu m an te qu e d e sen su ali
d ad ”, /
“J e dem ande a ton lit, le lo u rd som m eil san s songe:
. . .T oi q u i s u r le N éant, en sais plus q u e les m o rts” . A q u e
lla b ú squeda aú n m ás atroz: E t tro u v e r ce N éa n t q u e tu
n e connais p a s . . . " (M allarm é, Angoisse).
E l fá tu m es que, en M a n c h a .. . S olar, n u estro b eluario,
solloza "L a T raición de u n a M ujer!" “L lam é, g e m í. . . No
salió. — E n la p u e rta de su alcoba — G rab é con sa n g re su
n o m b re — Y e n tre besos, gritó u n hom bre: —■ Cam bió d e
re y esta alcoba” .
“Roto esta b a el p o strer cable, — Y e l b a je l ro to en
astillas — D esplom ado, de rodillas — Ja m á s m e se n tí m ás
solo — Y sonám bulo, som brío — T om é la sen d a d el río —-
B uscando la paz, lo in e rte — L a supresión d el dolor: P e n
sa b a q u e lo m e jo r — Es la Vida de la Muerte."
“M u e r to ... Sí, yo estu v e m u erto — Y a sin la fie l so
b rev e ste — B usqué la ciudad celeste — Q ue es recom pen
sa y es p uerto: M e h u n d í en e l é te r desierto — C om o palo
m a ex tra v ia d a — Q ue busca la P u e rta P ía: Y a l en g o lfar
m e no h ab ía — N i Luz, n i P u e rta , n i N a d a ! ...
D esde aq u ella neg ra cu ita — E n la m ás h elad a calm a
— O tra vez resid e m i alm a — E n esta carn e m a ld ita ; —
A quí está, la p o brecita — S in e n say a r n in g ú n vuelo — Co
m o la m onja en su velo, — Como el reo en su cadalso —
P u es sabe que todo es falso — E n la tie rra y en cielo.”
“Y como el can d elincuente — Q ue reg resa h acia la
A u ro ra — L am iendo la p u e rta llora — L arg am en te, am ar
g am ente — E n m í covacha doliente — Y acu rru cad o en su
quicio — T a l vez e l D ía del Juicio — M e h a b rá d e encon
tr a r e l m undo — Como u n triste , gem ebundo — P a lp ita n te
desperdicio!”
Estos espolios autobiográficos que ilum in an y resq u e
b ra ja n con rayos ígneos la e statu a d el héroe, p arecen es
cenas de pesadilla. P rovocadas p o r e l m ás dem oníaco d e
sus contradictores subjetivos. T errib le venganza d e C iterea,
sobre su re ta rd a d o idólatra. E sta poesía q u e n u n ca debió
ru m ia r, n i conservar, n i publicarse, aparece a l fin d el vo
lum en, con fecha de 1905. S in em bargo, algunos versos evo
can la p erspectiva pam peana. A ntes o a l p a r d e la p rim e ra
elaboración d el "Jesús". “E l alm a flotando a le rta — P u se m i
faz e n la p u e rta — D el p atern o rancho m ío, — Y e l r a n
cho estab a vacío — Sobre la pampa desierta."
C onsterna e l d erru m b e d e la to rre cuya arm a d u ra creía
m os de acero! S obre todo, si rea lm en te es ta n a n te rio r a
" L a In m o rtal", fechada en 1909. S infonía dig n a d e l m ás som
brío H ugo, d el m ás g rav e V erhaeren.
“¿No llo ra u sted se ñ o r M allarm é, en su s versos? —
p re g u n ta u n a d am a en 1880.
—No señora. No lloro, ni gimo, n i estornudo, n i m e
sueno.
—Eso empobrece la poesia. V ea usted como Musset,
Corbière, Laforgue o Verlaine saben llorar y rezar, 4
pous le pauvre Gaspar”. O m on Dieu vous m ’avez bléSsez'-
d’amor. Et la blessure est encore la qui-tonne”. .Y Corbiérèî!
e l solitario Tristan des "Amours Jaunes":
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(Febrero, 1942).
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P a ra sa lv a r la n u ev a epifania,
H ay q u e acudir, es hora,
Con e l h ach a y e l fuego a l nuevo D ía:
No oyes c a n ta r los G allos d e la A uro ra?
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Y en 1917:
“M as o tra E sp añ a nace,
L a E sp añ a del cincel y d e la m aza,
Con esa e te rn a ju v e n tu d q u e se hace
D el pasado m acizo de la raza.
U na E spaña im placable y redentora,
E sp añ a q u e alborea,
Con u n h ac h a en la d ie stra vengadorá,
E spaña del fu ro r y de la Id ea”.
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SI loa “buenas c a u sa s” dispusieran de la m itad de la
elocuencia que sirve a la s m alas causas, cam biaría la t->en
<u de la* cosas del m u n d o . — Giacosa.
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D« T ristan C orbiera
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(R im baud — 1870).
De M allarm é
NA VIG AV IM U S. . .
S. A gustín.
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A -A
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Un 28 de Ju n io en el B eain.
Virtuosos y parodistas.
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; ?
E n tre el fluido psíquico y la espum a ca p ilar: alm as, a l
m illas, alm ejas.
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L as culturas, sistem as de valores sociales. De bases con
trad ictorias. Conservas de tradiciones. . .
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P. Louyi.
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A cerca de las causas de la Revolución F ran cesa de 1789,
escribe L am artine:
“Se engañan quienes creen que la revolución surgió de
ab ajo . .. Las ideas siem pre vienen de arrib a. No es el p u e
blo quien hace la revolución. . . Es la nobleza, el clero, y la
p arte p ensante de la N a c ió n ... La R evolución F ran cesa es
una filo s o fía .. .”
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Evoca las playas del pais — D onde vaporosa ceniza
gris — Florece, la flo r del tam aris.
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cursivas, —ya elim inadas por Spinoza ("E lica", p a rte final)—
en la m ayoría de los casos no resu lta ni co n stru ctiv a n i
realm en te profunda.
En fin, H egel reafirm a que lo A bsoluto, es persona. E sta
aflojada m etafísica, —que a su vez suscita la contraposición
panteística de S cbopenhauer— , es reiterad a un sigla des
pués, por nuestro Bergson, “como u n a necesidad m etafísica”.
La expresión y la idea pedagógicas pertenecen a K ant. B erg
son escribe: “Que el A bsoluto es P erso n alid ad ” . EL, en vez
de L O . EL. survival creacionista: el Señor, el P ate r, el
C reador.
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D espués de p resen tad as al Consejo de Indias, las M em o
ria s del P ad re las Casas denunciando ta n ta s y tales ínqui-
dades, fueron declarados tiranos cuantos con sem ejantes
p retextos habían hecho g uerras y sujetado esclavos; conde
nándolos a la restitución de los daños y perjuicios que h u
bieren causado.” (Fág. 147 Ídem).
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De C hn rd o rn n r «obre Hacine:
'E n el, ninguna desenvoltura, ningún abandono. En
cada una de sus obras lia tendido toda su energía, p ara
realizar e! designio de su espíritu, la necesidad de su alma..
D esarrollando cada vez m és lejos dicha tensión.
La m edida de su esfuerzo es el de su agotam iento suce
sivo. ¿Va a sostener siem pre ese ritm o in fern al? H a son
deado su ser. Se ha soborendo en su esencia. P a ra realizarse
dignam ente, es m enester una elevación de m iras, de v o lu n
tad, una depuración de orgullo, que es privilegio de pocos
espíritus. A dem ás, trasciende de eso el sentim iento íntim o de
la saciedad.
D onde hay mucho, hay dem asiado. C o n tin u ar sería
com placerse en sí mismo. ¿Va a in c u rrir en ello, él que em
tan difícil. El hom bre superior se disgustó de si, como de
los otros. El hom bre de gusto no puede acep tar n inguna
repetición, ninguna p aráfrasis. Ya que tam bién existe ese
terrib le gusto francés, que exige la concisión. Todo v e rd a
d ero francés es el am an te desesperado de la concisión
L a concisión es lo co ntrario de lo precioso. En fin, el
hom bre de genio es un hom bre de pasión. ¿D espués de cu a
re n ta años puede uno co n centrarse con el m ism o ím petu?
¿Va a rem over v iejas brasas? El genio se h alla h arto
vinculado a la carne, no puede ren acer fuera de ella, tan
vivo, ta n flavo. Se ha adaptado pues, luego de enm udecer.
H abiendo vencido todo, puede retira rse . ¡Se Va!"
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Lo que ellos no pudieron p rev e r es qu e en los reg ím e
nes to talitarios, de tipo m ás o m enos colectivizado, se acen
tú a lo que o curre en los estados seudo dem ocráticos. Se
form an equipos, privilegiados, de políticos profesionales. Con
frecuencia, de técnicos de la incom petencia, de ética sui gé-
neris, quienes ejercen de hecho, en nom bre del pueblo, p o
deres absorventes. P oderes y prestigios que d esarro llan en
ellos, suficiencias y orgullos como de príncipes de la Iglesia
o de m inistros tradicionales. E ste aspecto tragicóm ico de las
dem ooligarquias, y de los caporalism os alejan d rin o s o cesa-
ristas, es ta n antiguo como los ensayos de las ciudades
griegas, de sus colonias m editerráneas, d e los despotism os
orientales, y del filipism o m acedonio. E stas tristes ex p erien
cias político sociales, altern ativ am en te renovadas, ya hab ían
sido observadas y estudiadas, tanto por Y sócrates como por
A ristóteles. D e la obra en que este últim o estu d iab a los cen
te n ares de constituciones de Estados ensayadas h asta su
época, p erd id a en su texto griego, se creyó hacia 1830 que
i, a l a II ii min versión àrabe. U na com isión académ ica fra n -
, .. i i umili io jjor las ciudades ju d eo árab es de A frica, en pro-
■iiiai iln algún ejem plar. P arece que nu n ca se pudo h allar
ni, i De haberlo hallado, quien sabe qué m odificaciones
IinIii In Inspirado a los legistas y políticos m editerráneos!
il ii.i que luego los sofistas contem poráneos, digan que no
«e lincile hab lar de la espiritu alid ad de A ristóteles. M agni
la u nao hocen ellos de ella).
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El Día de las Razzias
CONFESIONARIO
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C astillos he visto yo
A ventados do la tie rra ;
N adie p resum a de grande
Q ue en cuanto presum e, y erra.
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F ebrero, 1043.
POLITICA CULTURAL
LEON BRUNSCHWING
M arzo 1944.
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D esde 1940 el m ahom etista A zinc, presid e la Im p erial
A rcadem ia. Política c u ltu ra l ara b iza n te de Q uienes eligiendo
a estos fetiches de P im P am Puní, parecen m ira r alto y lejos.
A m edida que P lató n avanza de la m adurez a la senec
tud, su genio se vuelve hacia el reino de las ideas, que ilu
m ina la idea del Sum o Bien. Lo que acaso no sabrem os es,
en qué m edida, dicho reino p ertenece a la trad ició n h elé
nica; en qué proporción, es recreación suya.
R eiteradam ente escribo que el anhelo del sabio es elevar
el p en sar hacia el sol inteligible. E sta elevación im plica u n a
ascesis liberada de las pusloncs vitales. A sí con el pensar,
por el pensar, puede convivir en la beatitud , id en tificarse
con el sol que no se ve.
P a ra ello es m enester que, Insensible a lo visible y au d i
ble, se sienta pronto para desvanecerse. Así se asciende al
reino de la s ideas, se com parte la ben litu d del sum o Bien.
(Rep. V II, G orgias, 327; l'haetlon 67, 7.)
“Sólo pocos m ortales pueden con el pensar elev arse al
eterno, al Unico. A quello en que pienso, se identifica con
m igo. Cuando pienso, soy como Dios su rg en te del ser. Co
nocer a Dios es volverse divino. Es to rn ar a l p u ro ser. Co
nocerlo es iden tificarse con él. El conocim iento es id e n tifi
cación.” (Timeo, 51. 54).
“Es difícil d escubrir al C reador, al P a d re de este m undo.
No es posible n o m b rarle d elan te de todos.” (Timeo. 28. 6).
P urificarse, lib erarse de los halagos v itales, sociales, m o
r ir al m undo, sen tirse v o lu n tariam en te desterrad o . En su
ética, A ristóteles com parte el sentido in te le ctu a l de la ascesis
platónica. A nálogam ente se expresa F ilón en algunas de sus
obras m ísticoreligiosas.
De estas tres surgentes, fluyen las co rrien tes ideológicas
y sentim entales que constitu irán el ideal de v id a y d e c u ltu ra
de bus ciiMllmimluri'B neoplatónicos. Inclu siv e de varias de
las p rim e ro . l'ailreH, tam bién neaplatónicas, y a d irectam en te,
ya por interm edio de F ilón, o d e P letin a.
Es pues creencia platónica que “b asta p en sar en el sum o
B ien p ara id entificarse con El." (Phaedon 75, R epub. 6, 4Ü0,
Tim eo, 90).
E l autor de la E tica a Nicomaco se ex p resa: “V iv ir en la
contem plación es re a liz a r la v oluntad p u ra, racional. Cuando
el hom bre concentra su esp íritu , v iv e en el m ira je de lo
eterno, en la contem plación p u ra. Es v id a h u m an a p orque
es vida divina. Y a que lo divino es la v erd a d era n atu ra lez a,
e l v erdadero destino del hom bre.”
Vemos cómo esto, —ta n substan cial en la cu ltu ra re li
giosa y laica de O ccidente— es ática, an tes que judaico, o
alejandrino, judeo cristiano o latino. Como es ático llam ar
C reador, P ad re, a l D em iurgo. Como es ática la tesis d e la
id en tid ad de la s inteligencias y de las cosas. D e ah í que los
sujetos que conocen se identifican con los objetos conocidos.
Tesis q u e im plica la id en tid ad de todos los intelectos.
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P a ra g ustarlo todo,
No quieras te n e r gusto en nada.
P a ra v en ir a saberlo todo.
Na q u ieras sa b er algo en nada.
P a ra v en ir a poseerlo todo.
No quieras poseer algo en nada.
P a ra v en ir a serlo todo,
No quieras se r algo en nada.
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M adrid, 1934.
Carácter Paradojal de la
Idea de “Dios”
(PARODI - WEBER)
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I N D I C E
I N D I C E
A LM AFUERTE ............................................................................. 9
ESCOLIOS ..................................................................................... 45
SIM M EL .......................................................................................... 85
L A S TRES ..................................................................................... 123
EL DIA DE LAS RA ZZIA S ................................................... 125
LA H IST O R IA N EGRA .......................................................... 127
Confesiones .................................................................. 129
TESTIM O N IO S ........................................................................... 137
L a Revolución S indicalista (1908 -1942) ............ 137
Los Discos P oem ales de W alt W itm an ................ 141
Política C u ltu ra l ........................................................ 143
León B r u n s c h w in g ......................... ........................... 144
Revuelos P aradissiales ............................................. 144
ASCESIS PRE - C R ISTIA N A ................................................. 147
CARACTER PA R A D O JA L DE LA ID EA DE “D IO S” 105
ESTE LIBRO DE LA ED IT O R IA L AM ERINDIA,
D IR IG ID A POR EDMUNDO J. FAVARO, SE
TERM INO DE IM PR IM IR , SOBRE P A P E L
PLU M A FABRICADO ESPECIA LM EN
TE, EN LOS TA LLERES G RA FICO S
"33” S. A., EL VEINTIOCHO DE
MAYO DE M IL NOVECIENTOS
CUARENTA Y CUATRO.
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E D I T O R I A L
A M E R IN D IA
☆
I. — A l v a r o A r m a n d o V a s s e u r :
FILOSOFIA Y CRITICA
C O E X I S T E N CI A L E S .
II.— Al v a ro A r m a n d o Vasseur:
ALMAFUERTE Y OTROS
MARTIRES.
EN P R E N S A :
I s i d o r o De M a r í a :
MONTEVIDEO ANTIGUO.
— TRADICIONES
Y RECUERDOS.
Andrés Lamas:
LA ENFITEUSIS DE
R I V A D A V I A . ( Ca n u n e s i u -
d i o p r e l i m i n a r d e l I ng. J o s é
Serraio).
H u m b e r t o Zar ri ll i:
TEATRO ESCOLAR.