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BIBLIOTECA -b~ HISTORIA NACIONAL

VOLVM;EN XCVII

E1 Movimiento Comunal de 1781


Nuevo Reino de Granada
(Reivindicaciones Hist6iicas)

CON COPIOSA DOCUMENTACIÓN INÉDITA

por
PABl.O E. CARDENAS ACOSTA

Miembro de Número de la Academia Colombiana de Historia, Miembro


de Número de la Academia Boyacense de Historia, Miembro Correspon-
diente de la Real Academia Española de la Historia, Miembro Correspon-
diente de la Academia Antioqueña de Historia y Miembro Correspondiente
de la Academia Panameña de la Historia; Delegado por Colombia al Primer
Congreso Hispano-Americano de Historia, reunido en Madrid en 1949, y
Delegado por Colombia al Segundo Congreso Internacional de Economia
Cooperativa, reunido en' Lourdes en 1948.

EDl!:C;:ÓN CCNJYIEMCM'Z'IVA DEI.• S¡:!:SQUXCEN'::"ENAR::D


D~ XA !N:CEa?EN})~Á'!~lA NACICN.&:C,

TOMO II

BOGOTA (COLOMBIA) . MCMLX

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El Movimiento Comunal de 1781
en el Nuevo Reino de Granada
_ (Reivindicaciones Históricas)

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OBRAS DEL MISMO AUTOR:

LOS COMUNEROS

(Reivindicaciones Históricas y Juicios Críticos


Documentalmente Justificados).
Un tomo de 306 páginas.
Editorial "Minerva" Ltda.-MCMLV.-Bogotá, Colombia.

DEL VASALLAJE A LA INSURRECCION DE LOS COMUNEROS

Un tomo de 440 páginas.


Imprenta del Departamento.-Tunja, 1947.

PARA DAR A LA ESTAMPA:


LA RESTAURACION CONSTITUCIONAL DE 1867

EN PREP ARACION:

PAGINAS PARA LA BIOGRAFIA DEL GENERAL SERGIO CAMARGO

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BIBLIOTECA DE HISTORIA NACIONAL

VOLUMEN XCVII

El Movimiento Comunal de 1781


en el Nuevo Reino de Granada
(Reivindicaciones Históricas)

CON COPIOSA DOCUMENTACIÓN INÉDITA

por
PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Miembro de Número de la Academia Colombiana de Historia, Miembro


de Número de la Academia Boyacense de Historia, Miembro Correspon-
diente de la Real Academia Española de la Historia, Miembro Correspon-
diente de la Academia Antioqueña de Historia y Miembro Correspondiente
de la Academia Panameña de la Historia; Delegado por Colombia al Primer
Congreso Hispano-Americano de Historia, reunido en Madrid en 1949, y
Delegado por Colombia al Segundo Congreso Internacional de Economía
Cooperativa, reunido en Lourdes en 1948.

EDICIÓN CONMEMORATIVA DEL SESQUICENTENARIO


DE LA INDEPENDENCIA NACIONAL

TOMO II

EDITORIAL KELL Y
BOGOTA (COLOMBIA) - MCMLX

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.ANCO DE LA I'lE.-U.LIO&
1I1l10TECA LUIS ANGEL A«~G.
I",.OCESOS TI!'CNICOS

"En las obras que la Academia acepta y


publica, cada autor será responsable de sus
acertos y opiniones; el Instituto lo será sola·
mente de que las obras son dignas de publi·
cación."
Capítulo XI. Artículo 51 del Reglamento de la
Academia Colombiana de Historia.

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CAPITULO 1

Apréstanse los comuneros a marchar sobre Santa Fe. - Entrevista


del Prelado con Berbeo y Capitanes suyos. - Diputados y Capita-
nes de Tunja apoyan los pareceres del Prelado y se oponen a la
ocupación de Santa Fe. - Sepáranse del grueso del ejército las tro-
pas de Tunja y Sogamoso. - Condesciende Berbeo en ajustar
capitulaciones en Zipaquirá. - Requiere Berbeo, para ajustar ca-
pitulaciones, la concurrencia del Cabildo secular y determinadas
personalidades de Santa Fe. - Concurren los personajes desig-
nados por Berbeo y son aclamados Capitanes de Santa Fe. - Con-
curre igualmente el Cabildo secular y pone en manos de Berbeo
una carta digna de atención. - Exclamación de protesta de los
miembros del Cabildo ante el Arzobispo y los Comisionados. -
Designa Berbeo la comisión encargada de redactar las capitula-
ciones. - "Plan de Capitulaciones". - Envía Berbeo el proyecto
de capitulaciones a los Comisionados. - Constancia de los Comi-
sionados sobre su disconformidad por la manera como les fué pre-
sentado el proyecto. - Envíanse las capitulaciones a Santa Fe. -
Protesta contra las capitulaciones el Comisionado Galavis en la
Escribanía de Zipaquirá. - Devuelve el Real Acuerdo sin aproba-
ción el proyecto. - Noticiados Berbeo y sus capitanes, atumultúan
las tropas de su campamento. - Convocados a junta Berbeo y sus
capitanes consienten en algunas modificaciones del proyecto. -
Nuevo tumulto en Zipaquirá. - Aprueban los Comisionados el pro-
yecto con las limitaciones acordadas, y de nuevo lo envían a Santa
Fe. - El Real Acuerdo aprueba las capitulaciones y jura su cum-
plimiento. - Declara el Real Acuerdo, después del juramento, la
nulidad de las capitulaciones. - Juran. los Comisionados el fiel
cumplimiento de las capitulaciones y canta el Arzobispo el Te
Deum. - Licenciamiento del ejército de los comuneros. - Pro-
mulgación de las capitulaciones. - Informe del Arzobispo Caba-
llero y GÓngora. - Nómina de Capitanes.

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8 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Conmovidas las tropas del campamento general de los co-


muneros por los capitanes Ignacio Tavera y Marcelo de ArdUa,
entre otros, que por orden de Berbeo intentaban ponerlas al
punto en marcha sobre Santa Fe, cuando advertido el señor
Caballero y Góngora, siempre diligente y precavido, que esta-
ba alerta y no perdía momento, ni omitía vigilia ni fatiga
alguna para asegurar el buen éxito de su intervención en el
restablecimiento de la quietud pública, acompañado de algu-
nos clérigos y los Comisionados, presentóse en la tarde del 30
de mayo en el Mortiño, cuando las tropas se hallaban ya en
aprestos de marcha; y después de larga y penosa entrevista con
Berbeo y los principales de sus capitanes, en la cual se vió
obligado a soportar no pocas humillaciones y sinsabores, logró
al fin alcanzar, después de inteligente y sereno razonamiento,
que los capitanes de Tunja y Sogamoso y algunos más apoya-
sen sus pareceres y le prometiesen defenderlos hasta conse-
guir que se ajustase el tratado de paz en el propio pueblo de
Zipaquirá, particularmente el Capitán don Joaquín del Cas-
tillo y Santa María y los Diputados don Fernando Pabón y
Gallo y don Juan Salvador Rodríguez de Lago, quienes le pro-
metieron además,. impedir con las tropas de su comando la-
marcha del grueso del ejército sobre Santa Fe, contra la opi-
nión adversa de los Diputados don Agustín Justo de Medina
y don Juan Bautista de Vargas y la del Capitán don Francisco
José de Vargas y León, quienes con Berbeo sostenían que las
capitulaciones habían de acordarse en la misma capital, para
no ser engañados.
Sobre los incidentes de esta entrevista y sus consecuencias,
dice el Prelado lo que al tenor copiamos:
"Viéndolos ya resueltos a marchar a Santa Fe y temiendo
verificasen sus ideas de pasar de allí a Popayán y Quito, po-
niendo en combustión todo el Continente, determiné volver a
verme con los capitanes. Fueron incomparables los trabajos,
indecibles los insultos que en esta segunda conferencia sufrí
de aquellas gentes, las más de infame extracción y aun de más
infames pensamientos; pero en fin, a costa de una inalterable
paciencia logré no sólo aquietarlos y admitir capitulación, sino
que tamién don Juan Francisco Berbeo me prometiese se re-
glaría ésta en el mismo Zipaquirá, sin mover su acampamen-
to, contra el dictamen de muchos, que acaso para poner en
ejecución sus siniestros fines, intentaban que fuese en San-
ta Fe.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 9

"Los de la comprensión de Tunja, Sogamoso y San Gil,


que componían el considerable número de cinco a seis mil
hombres, adhirieron a mi estipulación con Berbeo, y la hicie-
ron valer contra el sentimiento del partido contrario; pues
aunque éste les excedía en el número de gentes, ellos les lle-
vaban otras tantas ventajas, cuanto que era la tropa más
lucida de aquel ejército, la más esforzada y más subordinada
a suS jefes. Estos me coadyuvaron vastamente en mi empresa,
o porque en perjuicio suyo se pretendía erigir en gobierno la
villa del Socorro, o porque los más de ellos, especialmente los
de Tunja y Sogomoso, venían por fuerza (?)
"Hallándolos así divididos por sus propios intereses, me
aproveché con felicidad de su misma división, a fin de conte-
ner con su respeto a los otros, si intentasen pasar adelante, y
tener a ellos siempre a raya y bajo mis órdenes, para que
efectuasen las capitulaciones en Zipaquirá, como me lo pro-
metieron y guardaron religiosísimamente. Procuré separarlos
de los demás, y lo ejecutaron con el pretexto de serIes nece-
sario mudar sitio para que pastasen sus caballos y para liber-
tarse de alguna peste que podría introducirse por la multitud.
En este estado me hubiera sido muy fácil (y aun algunos ofre-
cieron contribuir a ello), empeñar los unos contra los otros,
si aquéllos instasen ir a la capital; pero este medio, que tiene
bastantes ejemplares en los anales de las naciones, a más de
parecerme muy contrario a las piadosas intenciones del Rey y
ser muy ajeno a la mansedumbre de mi santo ministerio, no
podría producir otra cosa que hacerles soltar de una vez 185
riendas a la independencia y a la rebelión."
Con el pretexto de conseguir que mejor pastasen sus ca-
ballerías y de librarse de alguna peste que pudiera sobrevenir
por consecuencia del desmedido número de gentes acampadas
en el Mortiño, movieron los capitanes de Tunja y Sogamoso
.sus tropas a las inmediaciones de Cajicá. El Capitán de la Ba-
rrera, testigo de vista, relata en los siguientes términos el acae-
cimiento:
"Y urgiendo su salida, -dice-, por los oficios de los se-
ñores Comisionados, de Zipaquirá, me determiné a ir a hablar
con dichos señores, lo que verifiqué el día 1Q del corriente
(junio), pasando por medio del ejército acampado en el sitio
llamado El Mortiño, en el que pasé a ver al General Berbeo
y decirle el estado en que se hallaba el señor Oidor don Josef

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10 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Osorio. Después fuí a Zipaquirá a dar la misma noticia a los


señores Comisionados. Y actuándome de las novedades que
allí ocurrían, siendo una de ellas la de hallarse en el ejército
alguna desunión, y no teniendo reparo de manifestar oposición
grande a la empresa de pasar el ejército a Santa Fe los de
Tunja y Sogamoso y algunos otros aliados, de suerte que entre
toda esta gente se compondría un cuerpo de cinco a seis mil
hombres, bastante lucido por lo que respecta a los tunjanos,
diciendo que ellos estaban a favor de Santa Fe y que no per-
mitirían siguiese ninguno del ejército el camino para la ca-
pital; y que bien reconocían ser doble el número del partido
contrario, pero que expondrían sus vidas en defensa de este
ofrecimiento. Y para ser esto más creíble y palpable, determi-
naron levantar sus tropas del campamento del llano de Enemo-
cón o Mortiño, poniéndolas en marcha por el camino para el
pueblo de Zipaquirá. Pasando por medio de la plaza, siguie-
ron hasta acamparse del otro lado del camino real que va para
Santa Fe, algo avanzados de todos los demás, para impedir el
paso a los que intentasen el proyectado asalto a la capital.
Después que concluyeron este nuevo acampamento, pasaron
los capitanes de Tunja a verse con los señores Comisionados
y decides que aquella tropa que habían visto pasar por la pla-
za, era la que Santa Fe tenía a su favor. En cuya vista, reco-
nociendo yo lo urgente del asunto, me puse en marcha para
esta capital de Santa Fe en el día 3 del corriente (junio), con
ánimo de ponerme al frente de la fuerza que se presentase,
para en caso de que fuese invadida o asaltada esta ciudad, se
viese el modo de venirme al ejército de tunjanos y sogamosos,
hasta sacrificar mi vida en el desempeño de mi obligación."
Los diputados del Cabildo de Tunja don Fernando Pabón
y Gallo y don Juan Salvador Rodríguez de Lago, en represen-
tación de 2 de julio de 1781, manifiestan:
"Que habiéndonos partido de esta ciudad (Tunja) con
aceleración y llegado a los campos de Zipaquirá, en donde se
hallaban congregadas las gentes todas, y en aquella parroquia
los señores Comisionados del Real Acuerdo y Junta Superior
de la ciudad de Santa Fe, y en compañía de ellos el Illmo.
Señor Arzobispo don Antonio Caballero y Góngora, al otro día,
en virtud de la acta que se nos entregó por este ilustre Ayun-
tamiento, seguimos a presenciarnos a dichos señores, y des-
pués de haberles significado con palabras genuinas y de todo
rendimiento el fin a que con nuestras gentes y de orden de

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 11

este Ayuntamiento nos conducíamos; el que justificamos, acre-


ditamos y hicimos patente con presentación solemne que a los
dichos señores hicimos de la ya referida acta, que no con poco
regocijo recibieron, conociendo claramente la fidelidad y amor
de este lugar a su Soberano; sujetándonos a más de esto y
ofreciendo nuestras gentes a sólo aquello que por dichos se-
ñores Comiisonados se nos ordenase y mandase. Lo que eje-
cutamos arreglados en un todo a las instrucciones privadas
que por V. S. se nos confirieron; y nos parece que aplicamos
en unión de don Joaquín de Castillo y Santa María (quien
manifestó y hizo clara su conducta y cristiano celo) todas
nuestras fuerzas a fin de libertar a la capital de Santa Fe del
insulto y ultraje que por aquellas gentes con agigantada rabia
se le procuraba; en que no poco se trabajó y parece que la
divina omnipotencia nos favoreció, pues al fin se consiguió."
y los vecinos de Sogamoso, que concurrieron a Zipaquirá,
en representación elevada a la Real Audiencia, con fecha 21
de septiembre de 1781, afirman 10 que ai pie de la letra re-
producimos:
"En este tiempo, -dicen-, resultaron algunos de los ca-
pitanes nombrados por el Socorro, con lo que alterado el lugar,
e instados,- determinaron seguir hasta dar en esa ciudad de
Santa Fe, y siendo el lance irrefragable, hubimos por bien de
que caminaran a ella algunos, solicitando entre los que iban
con OfiClO,el mejor medio y modo de confederación, para im-
pedir los depravados ánimos de los del Socorro y omitir el
avance a 10 que propendían, sirviendo a los otros de conten-
sión y custodia de esa capital, como de facto así se verificó;
pues uniéndose los que de este lugar giraron, con los nombra-
dos de Tunja y parroquias de Chiquinquirá, se segregaron de
las tropas del Socorro en el valle de Zipaquirá, y formando
un escuadrón de estos tres enunciados cuerpos, impidieron
el séquito de las tropas del Socorro y sus agregados, como les
es constante a los señores Diputados y mandados por vuestra
alteza a la contención y pacificación de aquellas gentes, los
cuales señores, como que fueron testigos oculares de este he-
cho, acreditaron la verdad con que connotamos esta nuestra
representación."
Las tropas de las jurisdicciones de Tunja y Sogamoso, com-
puestas de cinco a seis mil hombres, entre ellos cuatro mil
de caballería, levantaron el 2 de junio su campamento del Mor-

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12 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

tiño, para trasladarlo a las inmediaciones del pueblo de Ca-


jicá, en la vía para Santa Fe, con el designio de oponerse al
grueso del ejército de los comuneros, para hacerle imposible
su marcha sobre la capital.
El Protector de Indios, don Manuel Silvestre Martínez,
en la relación anónima que aparece en el tomo xv del Archivo
del General Miranda, trae, en relación con este suceso, el si-
guiente pasaje:
"y a la verdad, como el ejército de aquéllos (los comune-
ros) se compone de tan diversas gentes, se dice que queriendo
las del Socorro y sus parroq~ias entrar a esta ciudad, se les
han opuesto las de Tunja y Sogamoso, en número de cuatro
mil, como poniéndose en nuestro favor, y de aquí se teme un
tumulto intestino entre sus tropas. Esta noticia la ha apoyado
el Capitán Barrera, que acaba de llegar después de su dila-
tada prisión, referida al principio de esta historia, y de resulto
de su funesta expedición."
Con los testimonios aducidos, dejamos plenamente estable-
cidas las causas por las cuales fuese imposible la entrada de
los comuneros en Santa Fe, como se lo prometían Berbeo y
sus lugartenientes, y como lo anhelaban las tropas del Socorro.

••• ••• •••

Frustrados así los designios de ocupar militarmente a San-


ta Fe, comose proponían Berbeo y los Diputados de Tunja don
Agustín Justo de Medina, el doctor don Juan Bautista de Var-
gas y el Capitán don Francisco José de Vargas y León, con
don Javier Tello, don José Simón Villarreal, don Pedro Antonio
Nieto, don Pedro García y algunos otros, contra el parecer de
muchos, después de meditar sobre las particularidades que de-
bía contener el tratado que habría de ajustarse en Zipaquirá
y formar el plan conducente a su más acertada ejecución, hu-
bieron de adherir también al dictamen del señor Caballero y
Góngora, como se lo manifestaron, y aceptar consiguiente-
mente capitulaciones con el Real Acuerdo de Justicia y Junta
Superior, por medio de los Comisionados acreditados al efec-
to, reservándose la facultad de acordar todas las disposiciones
que dicho tratado había de contener y con especialidad las
que favoreciesen a los comunes .

•••

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 13

Para ajustar capitulaciones en la propia parroquia de Zi-


paquirá, como lo proponían y procuraban el Real Acuerdo y
Junta Superior, por mediación de sus Comisionados, revesti-
dos de plenos poderes, como al efecto lo estaban, requiere
Berbeo que concurran previamente a su campamento, para
que hagan personería por la ciudad, interviniendo en la discu-
sión del tratado, para que así quedase la capital comprometida
y envuelta en el movimiento, los señores don Francisco de Ver-
gara, don Jorge Lozano de Peralta y don Ignacio de Arce, por
sí o por medio de sus apoderados debidamente instruídos, y
todo el personal del Cabildo secular de Santa Fe.
El oficio que con tal fin pasó el Comandante General a
don Antonio Caballero y Góngora, Arzobispo de Santa Fe, reza
lo siguiente:

"Ilustrísimo Señor:
"Señor:
"Por medio del doctor don Josef Filiberto Estévez he reci-
bido el oficio verbal de V. S. por el que me patentiza el eficaz
anhelo con que a la presente tranquilidad propende, al cual
no es menor mi propensión, siendo la mayor el contener a la
muche_dumbre a quien nada le satisface, en tanto que no se
vea ligada con el principal y común de la ciudad de Santa Fe,
y los he esperanzado con que aquella ciudad diputará per-
sonas que a su nombre traten sobre los perjuicios que le son
insoportables; y uniformemente concuerden deber concurrir a
la conferencia el señor Regente del Tribunal de Cuentas don
Francisco de Vergara y don Jorge Lozano de Peralta y el señor
don Ignacio de Arce, por sí o por medio de su apoderado ins-
truido, los cuales se hallan con generales noticias y cabal co~
nacimiento del estado y miseria en que se hallaba el Reino,
aun antes de los presentes gravámenes. Lo que V. S. Ilustrí-
sima mediará para que los citados vengan en debido tiempo
a hacer la personeria de aquel común, concurriendo igual-
mente todo el Cabildo secular al mismo efecto, que lo será al
tiempo en que se hallen juntos en este Campo todas las ciu-
d~des, villas y lugares o los sujetos que para ello diputaren,
como se lo tengo ordenado; en cuyo intermedio contendré a
toda la gente que se ha ido congregando, para que no ejecute
el más leve exceso, ni lo espere V. S. l. que yo lo consienta,
aunque más se me inste del común de aquella ciudad, pues

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14 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

mi mira, y prudencia de los que hoy concurren a libertarse


de los derechos que no pueden soportar, es la de adquirirla por
los más suaves y legales medios, para cuya consecución espero
el mejor éxito por la mediación y oraciones de V. S. l., cuya
vida pido a Dios guarde muchos años.
"Campo de Zipaquirá, Mayo treinta y uno de mil setecien-
tos ochenta y uno.
"B. L. M. de V. S. 1. su estimador,

"JUAN FRANCISCO BERBEO."

"Habiendo logrado, dice el oficio de los Comisionados al


Real Acuerdo, por el poderosísimo influjo y activa instancia del
Ilustrísimo Señor Arzobispo y nuestra, el que se hayan dividi-
do del pensamiento de entrar en esa capital los capitanes de
Sogamoso, Santa Rosa, San Gil y Tunja con sus tropas, como
también los Diputados del Cabildo de ésta, se ha conseguido
a su consecuencia el que el General don Juan Francisco Ber-
beo haya escrito a su Ilustrísima, la que en testimonio acom-
pañamos a V. S., para que instruida la Superior Junta, se
sirva tomar las providencias que sean convenientes, en la in-
teligencia que si no se resuelve conforme a su solicitud, no
se contendrá, según parece por el estado de las cosas, la en-
trada en esa ciudad ... "
El Arzobispo, no menos explícito en su nota dice: "En el
estado actual y críticas circunstancias de los movimientos pú-
blicos, me parece que es indispensable, para ocurrir a los gra-
vísimos perjuicios que amenazan, el que se resuelva con la
Superior Junta, que inmediatamente vengan esos señores, a
quienes como indispensables, necesitan para la transacción de
los asuntos que han movido las presentes inquietudes; pues
de otro modo vivo en el concepto seguro de que muy lejos de
tranquilizarse, tornarán a sus antiguas ideas, con mayor ardor,
y acaso atribuirán la subsecuente perdición del Reino a esa
capital ... "
y en su respuesta, el Oidor Decano manifiesta: "En el día
de ayer (junio 19) se recibieron los dos oficios en que V. SS.
manifiestan lo interesante que es la traslación a esa parroquia
de este Ilustre Cabildo secular y demás señores que pretende
don Juan Francisco Berbeo, a nombre de las gentes de su co-
mando, para que con ellos traten sobre los perjuicios que re-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 15

claman. En el instante se resolvió por el Real Acuerdo y Junta


General que dicho Ilustre Cabildo y demás señores pasasen a
ésa al fin de su convocación ... "
Acordó a la vez el Real Acuerdo que fuesen personalmente
a Zipaquirá, además del Cabildo secular, los señores don Fran-
cisco de Vergara, don Jorge Lozano de Peralta, don Francisco
Santa María y el doctor don Francisco Antonio Vélez.
Con su llegada a Zipaquirá y la aceptación del nombra-
miento de Capitanes del Común de Santa Fe, que les extendió
Berbeo, proclamaron los comuneros la paz en medio de víto-
res y manifestaciones de regocijo.
Lleno de júbilo por la aceptación de la paz, dice el Arzo-
bispo al Oidor Decano: "Con indecible regocijo de mi alma
participo a V. S., para que se sirva pasarlo a noticia de la Su-
perior Junta, que después de tantas turbulencias y contradic-
ciones, al fin se han conseguido las paces con la aceptación
del empleo de Capitanes a que destinaron a los señores don
Francisco Vergara y don Jorge Lozano de Peralta, don Fran-
cisco Santa María y don Francisco Vélez, para que hagan per-
sonería por esa ciudad ... "
Digno de atención es el billete que los miembros del Ca-
bildo secular ponen en manos de Berbeo, el cual ad pédem
lítteme dice:
"Muy señor mío:
"Satisfechos de la fidelidad y lealtad con que por Vmd.
se procede en los asuntos que han dado motivo a las presen-
tes inquietudes, no tuvimos el menor reparo en haber salido
de la Capital en solicitud de la paz y quietud del público, en
cuyo seguro supuesto puede Vmd. contar con nuestras perso-
nas y empleos en defensa del común y Estado.
"Apreciamos las expresiones de Vmd. y deseamos se nos
proporcionen ocasiones de servirle, rogando a Dios Nuestro
Señor le guarde muchos años.
"Zipaquirá, cuatro de Junio de mil setecientos ochenta
y uno.
" B. L. M. de Vmd. sus aterrtos seguros servidores,
"JUAN MANUELDE ZORNOSA.-Dn. NICOLASBERNAL
RIGUEIRO.-FRANCISCO ZAPATA.-PEDRO DE UGARTE.-
Dr. Dn. JOAQUíN CHACÚN.- Dn. PEDRO GROOT.-Dn. MI-
GUEL GALINDO."
***

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16 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Al siguiente día, los miembros del Cabildo secular que


concurrieron a Zipaquirá, con excepción de don Juan Manuel
de Zornosa y don Pedro de Ugarte, presentaron al Arzobispo
y los Comisionados la siguiente representación de protesta:

"Ilustrísimo Señor y Señores Jueces de Comisión para la paci-


ficación de las gentes conmovidas de este Nuevo Reino de
Granada:
"Don Nicolás Bernal, el doctor don Joaquín Chacón, don
Francisco Zapata, Regidores, el doctor don Miguel Galíndo,
Procurador General, y el doctor don Pedro Groot, Asesor del
Muy Ilustrie Cabildo, Justicia y Regimiento de la ciudad de
Santa Fe, capital de dicho Nuevo Reino, con nuestro mayor
rendimiento a Vuestra Ilustrísima y Usías decimos:
"Que por la tranquilidad de la general sublevación ocu-
rrida, se nos ha precisado vengamos a esta Parroquia de Zipa-
quirá, a donde llegamos ignorantes del objeto a que venía-
mos; y teniendo noticia reducirse éste a hacer partido o a apo-
yar por nuestra parte las propuestas o capitulaciones que la
voluntad de los sublevados propusiesen, nos vemos en la nece-
sidad, por la fuerza, violencia y coartación que de nuestra
libertad tenemos, y estar a la vista de más de diez y seis mil
hombres armados, en convenir o acceder a cuanto se solicite
por el Común de los conmovidos. Y deseando salvar en tiempo
y forma nuestra conducta, el honor del Ilustre Cuerpo que
representamos, y manifestar la fidelidad debida a su Majestad,
protestamos desde ahora, para cuando llegue el caso, que no
es nuestro ánimo, directa ni indirectamente, oponernos a las
naturales regalías de Nuestro Rey y Señor; y que se tenga por
aparente cualquiera condescendencia que se haga, por más
solemne que se formalice; que será por no ver destruída yani-
quilada aquella capital, su real erario, conventos y monaste-
rios, casas y vecinos, y evitar un saqueo por el que todo que-
dase espilado (sic) y arruinado. A cuyo fín hacemos la más
jurídica exclamación una, dos y tres veces y cuantas en dere-
cho se requieran. Y ratificando como ratificamos en caso ne-
cesario nuestra fidelidad y obediencia al Soberano, suplicamos
con el mayor encarecimiento a Vuestra I1ustrísima y Usías, se
sirvan admitir esta exclamación y mandar que por principal
y duplicado, a su debido tiempo se nos dé testimonio de ella y
del Decreto que a su consecuencia se proveyese, por ser así
conforme a nuestro honor, buen nombre y de nuestro Ilustre

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 17

Cuerpo. Por tanto a Vuestra Ilustrísima y Usías pedimos y


suplicamos provea y mande como pedimos; que juramos y pro-
testamos en lo necesario, y que en todo se reserve lo conve-
niente hasta que llegue el caso, pata la debida seguridad de
nuestras casas y personas, que pudieran ser insultadas con la
más leve noticia que tuviesen de nuestra explicada inten-
ción &C.

"DON NICOLáS BERNAL RIGUIERO.-FRANCISCO ZA-


PATA.- DOCTOR DON JOSEF JOAQUíN CHACÓN.- OOC-
TOR PEDRO GROOT. - DOCTOR MIGUEL GALINDO."

Sabido es que desde que los oficios vendibles en, la época


colonial, comprendieron las dignidades de Capitulares y las
restantes de los Cabildos seculares, que sucesivamente fueron
adquiriendo los criollos, se constituyeron en los mejores refu-
gios de éstos, para la defensa de sus derechos políticos y de
sus intereses particulares.
No significa esta e.xclamación que los signatarios de ella,
miembros del Cabildo secular de Santa Fe, abjurasen de las
capitulaciones ni que fuesen adversos al movimiento comu-
nal que las engendró. Buscaban eilos tan solo constituir con
antelación la prueba vindicativa de su inculpabilidad, para
precaverse más tarde contra la responsabilidad que pudiera
sobrevenirles por la intervención en que se vieron envueltos
en aquel movimiento. Al igual que los Capitanes Generales del
Socorro y los de Tunja, procedieron los Capitulares de Santa
Fe en caso semejante.
"Para comprender cómo los homBres han obrado en otros
tiempos, dice Xenopol, impulsados por las ideas a que esta-
ban sometidos, hay que conocer éstas. Pero entonces la expli-
cación causal no es suficiente sino cuando poniéndonos· en
lugar de los hombres de antaño, y razonando con sus ideas,
reconocemos que los hechos que realizaron eran precisos, o
por lo menos estaban justificados."

Encargáronse de extender el proyecto de capitulaciones,


por designación de Berbeo, don Agustín Justo de Medina y el
doctor don Juan Bautista de Vargas, Diputados del Cabildo de
Tunja, quienes con el Capitán don Francisco José de Vargas

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18 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

y Le6n, de la misma ciudad, optaban por la marcha del ejer-


cito sabre Santa Fe, contra el dictamen de sus compafieros los
Diputados don Fernando Pab6n y Gallo y don Juan Salvador
Rodriguez de Lagoy del Capitan don Joaquin del Castillo y
Santa Maria, quienes habiendo adherido al parecer del Arzo-
biapo.don Antonio Caballero y G6ngora y al de los Comisio-
nados, resueltamente se oponian.
Entreg61es Berbeo el proyecto que habia preparado con
don Pedro Nieto, por el cual se pedia la abolici6n del derecho
de barlovento ydel estanco de tabaco; la rebaja de los precios
de la saly el aguardiente, asi como la de los tributos de indios;
el extrafiamiento perpetuo del Regente Visitador General, don
Juan Gutierrez de Pifieres; la prelaci6n de los criollos sabre
los europeos en los empleos publicos; Ia confirmaci6n de los
grados militares para todos los jefes y oficiales del ejercito de
los comuneros y la facultad para que todos los Capitanes pu-
diesen reunir sus compafiias los dias domingos, para hacerlas
diestras en el manejo de las armas, y que hubiese en las vi-
llas del Socorro y San Gil un Corregidor Justicia Mayor, in-
dependiente del de Tunja, y otras disposiciones que se omiten
para no extendernos can demasia.
Intervinieron en la preparaci6n y discusi6n del proyecto,
ademas de los diputados y capitanes de Tunja, Berbeo y don
Pedro Nieto, don Pedro Garcia, don Javier Tello y don Sim6n
Villarreal, don Jorge Lozano de Peralta, y sus compafieros los
demas Capitanes de Santa Fe, asi como los miembros del Ca-
bildo secular, y algunos otros de los principales capitanes y
jefes del ejercito.
Extendido y discutido el proyecto, con las adiciones y mo-
dificaciones que se le introdujeron, qued6 listo para ser pre-
sentado a los Comlsionados el 5 de [unio, conforme al tenor
siguiente:

"PLAN DE CAPITULACIONES

"Muy poderoso Sefior:


"El Capitan General, Comandante de las ciudades, villas,
parroquias y pueblos que por comunidades componen la ma-
yor parte de este Reino, y en nombre de las demas restantes,
por la cuales presto voz y cauci6n,mediante la inteligencia en
que me hallo de su concurrencia, para que unanimes y todos
juntos como a voz de uno, se solicitase la quitacion de pechos

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 19

y minoración de excesos que insoportablemente padecía este


mísero Reino, que no pudiendo ya tolerarlos por su monto, ni
tampoco 10s rigorosos modos inservidos para su exacción, se
vió precisada la villa del Socorro a sacudirse de ellos del modo
que ya es notorio, a la cual siguieron las demás parroquias,
pueblos, ciudades y lugares, por ser en todos ellos uniforme
el dolor, y como haya mediado para su intermedio, y se ace-
lere por la convención a que todos los principales unívoca-
mente propendemos, parezco ante V. A. con mi mayor rendi-
miento por mí y en nombre de todos los que para dicha Co-
mandancia me eligieron, y de los demás que para este fin se
han agregado, presentes y ausentes, en virtud de lo que se me
ha prevenido por los señores Comisionados exponga, propon-
go las Capitulaciones siguientes:
"1~-Primeramente. Que ha de fenecer en el todo el ramo
de Real Hacienda titulado Barlovento, tan perpetuamente que
jamás vuelva a oírse su nombre.
"2~Segunda. Que las guías, que tanto han molestado en
el principio de su establecimiento a todo el Reino, cese para
siempre jamás su molestia.
"3~-Tercera. Que el ramo de barajas se haya también
de extinguir y sólo queden por el comercio.
"4~-Cuarta. Que el papel sellado, atenta la miseria en
que está constituído este Reino, sólo quede corriente el pliego
de medio real para los eclesiásticos, religiosos, indios y pobres,
y el pliego de a dos reales para los títulos y litigantes de per-
sonas de alguna comodidad, y no otro de ningún sello.
"5~-Quinta. Que por cuanto los más Jueces que se nom-
bran de Alcaldes Ordinarios, de la Hermandad y Pedáneos, es
su nombramiento contra su voluntad por el abandono con que
dejan sus casas y cortos haberes de su manutención, y que a
más de esta incomodidad se les exigen cantidades para ellos
muy crecidas de medias anatas, es expresa Capitulación, como
las antecedentes, cese su contribución en el tiempo venidero,
por no reportar en semejantes empleos ningún cornada, ni
para su manutención, ni sufragar el oficio para las pérdidas
de la casa que abandona.
"6~-Sexta. Que en el todo y por todo se haya de extinguir
la renta frescamente impuesta del Estanco del Tabaco, a que
aun en tiempo del Excelentísimo Señor don Sebastián de Es-
lava, que entraban chorros de oro y ríos de plata, en la gar-

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20 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

ganta de la plaza de Cartagena, con su sabia inspección y no-


toria prudencia, conociendo la deficiencia del Reino, no tuvo
por conveniente su imposición, ni los dos Excelentísimos Seño-
res don Joseph Alfonso Pizarra y don Joseph de Salís, por el
práctico conocimiento que tuvieron de su miseria, hasta que
el Excelentísimo Señor don Frey Pedro Messía de la Cerda, con
el título de proyecto experimental, aparatándose beneficio del
público, fué la base en que se cimentaron tamaños perjuicios
como se han experimentado para los que le beneficiaban, y
con los canjes de otros frutos de este Reino, lo trajinaban los
pobres que alcanzaban a tener cinco cabalgaduras, y que si
~c miran las cuantiosas asignaciones a los arrentados para
esta administración, los remedios correspondientes para ella y
la alcabala, que en tantas ventas y reventas y cambios y la
muchedumbre de carga.s que de él se han quemado, se hallará
que Su Majestar (que Dios guarde), poco o nada ingresaba
en su Erario, y los míseros vasallos tuvieron con este estableci-
miento tan imponderables amarguras, que no cupieran en los
volúmenes del Tostado, si se hubiesen de referir.
"7f!.-Séptima. Que hallándose en el estado más deplorable
la ;miseria de todos los indios, que si como la escribo porque
la veo y conozco, la palpase V. A., creeré que mirándolos con la
debida caridad, con conocimiento que pocos anacoretas ten-
drían más estrechez en su vestuario y comida, porque sus limi-
tadas luces y tenues facultades de ningún modo alcanzan a
satisfacer el crecido tributo que se les exige con tanto apre-
mio, así a éstos como a los mulatos requintados, sacando los
Corregidores los tributos con tanto rigor que no es creíble, a
lo que concurren los Curas por el interés de sus asignados
estipendios. Que atenta la expresada miseria, sólo quede en la
contribución total y anual de cuatro pesos los indios, y los re-
quinta dos de dos pesos, y que los Curas no les hayan de llevar
derecho alguno por sus obvenciones de óleos, entierros y casa-
mientos, ni precisarlos para el nombramiento de alférez para
sus fiestas, pues éstas, en caso que no haya devoto que las
pida, las costeen las Cofradías, cuyo punto pide de necesario
y preciso remedio, como asimismo que los indios que se hallen
ausentes del pueblo que obtenían su territorio, el cual no se
haya vendido, ni permutado, sean devueltos a sus tierras de
inmemorial posesión, y que todos los resguardos que de pre-
sente posean, les queden no sólo en el uso, sino en cabal pro-
piedad, para poder usar de ellos como tales dueños.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 21

"8:¡L - Octava. Que habiéndose establecido la renta de


Aguardiente con la pensión a los ingenieros de trapiches de
ocho reales por botija, cuyo método se varió hasta el acrecen-
tamiento en que hoy se hallaba este ramo, sólo haya de tener
el precio de seis pesos por botija de diez frascos bocones, y dos
reales por botella y de superior aguardiente; precio perpetuo,
.sobrecuyo pie se saque al pregón, y rematado, si lo quisiesen
por el tanto las ciudades, villas y lugares, puedan encabezarse
en él según las disposiciones reales de Castilla, sexta, séptima
y octava de las condiciones generales de los arrendamientos,
y la municipal sobre el tanto de los diezmos, estancos y ven-
tas, capitulando con la debida expresión su cumplimiento; y
si esta renta quedase por arrendamiento, haya de ser penada
la persona que la defraudase, en la cantidad de cuatro tantos
de batición o licor que en dicho fraude se le encontrase, y si
fuese persona miserable, que no tenga con qué satisfacer la
multa, se le den tantos días de prisión cuantos pesos había de
pagar, y que no se le imponga otra pena alguna.
"9:¡L-Novena. Que la alcabala, desde ahora para siempre
jamás, haya de seguir su recaudación de todos los frutos co-
mestibles, y sí sólo deba de pagar el dos por ciento de las ven-
tas de géneros de Castilla, lienzos, mantas, cacao, azúcares,
conservas, tabaco, cabalgaduras, ventas de tierras y casas, ga-
nados y más de comercio, y que se exceptúe de esta contribu-
ción los algodones, por ser frutos que propiamente sólo los
pobres los siembran y cogen, y pedimos así se establezca por
punto generaL
"10!J.-Décima. Que hallándose la entrada a la ciudad de
Santa Fe con demasiada incomodidad en su tráfico, se solicitó
por el Cabildo de aquella ciudad, ante el Excelentísimo Señor
don Joseph Alfonso Pizarra, se estableciese un nuevo impuesto
de tres cuartillos por el piso de la bestia, y un real por la carga
de negociación, desde el año pasado de setecientos y cincuenta;
e importando la cuenta dada por el Administrador de Alcaba-
las más de cuatro mil pesos en cada un año, es preciso que
ascienda su contribución, desde aquel tiempo al presente, a
más de ciento y treinta mil pesos, y siendo el mayor avalúo
que en aquel tiempo se le dió, el de setenta y tantos mil pesos,
debieran sobrar cerca de sesenta mil pesos, y haber cesado
esta exacción, para que de este modo y que con el sobrante
se hubiesen construido otras obras públicas en el resto de las
ciudades y pueblos contribuyentes, pues no es bien visto que

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22 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

llevando el mayor gravamen los vecindarios de Vélez, Socorro


y Tunja, se hayan quedado sin parte alguna en la composición
de sus caminos, por lo que es muy conforme el que cese la cir-
cular contribución. Que si la de Santa Fe la necesita, sólo lo
haga con su demarcación.
"ll~-Undécima. Que habiéndose establecido el Correo en
el año pasada de cincuenta, por el Excelentísimo Señor don
Joseph Alfonso Pizarra, en aquel principio no causó las inco-
modidades que en su reforma impuso el Director General don
.Josef Panda, el cual instruído por personas inexpertas de las
distancias que hay de los lugares de sus carreras, ni las de sus
colaterales, les asignó crecidos e indebidos portes, por lo que
han resultado continuadas extracciones en los pliegos; y para
que en este ramo haya aumento al Real Erario, y los vasallos
no sean incomodados tanto en sus intereses como en la di-
minución de sus comunicaciones, debe arreglarse en el modo
6iguiente: Las cartas de Tunja, Villa de Leiva, Chiquinquirá,
Puente Real de Vélez, y los lugares de igual distancia, las sen-
cillas a medio real, las dobles a real, y la onza real y medio
los que excediesen para adelante. Las de Pamplona, San Gil,
Girón, Socorro y lugares de iguales distancias, a real las sen-
cillas, dos reales las dobles, y tres la onza; y del mismo modo,
con equiparación, la demás circunferencia, declarándose que
no sea precisado el sujeto que escribe cartas sencilIas, ni pa-
peles a que las selle, ni si le precisase mandar algún chasqui,
sea para el destino que fuese, se le pensione en pagar la quin-
ta parte del coste del chasqui, pensión gravosa. Pedimos se ob-
serve, cumpla y ejecute esta Capitulación, pues cede en bene-
ficio público y de la Real Hacienda.
"12~-Duodécima. Que por cuanto la solicitud de la con-
cesión de la Santa Bula de la Cruzada, es dirigida en utilidad
espiritual y corporal de los vasallos de nuestro Soberano, y
por su precio asignado en un Reino de tan limitadas comodi-
dades, por cuya escasez no será aún la décima parte de sus
haoitadores los que la toman, y será duplicado si se le minora
su precio a la mitad del que al presente tiene, como se experi-
mentará en la siguiente publicación, pues o se nos ha de dar
al que ofrecemos, o nos privaremos del beneficio que en to-
marla reportábamos.
"13lJ.-Décima tercia. Que habiéndose publicado el Real
Orden para que los principales de las comunidades se inter-
nen en Cajas Reales y allí se les contribuya con un cuatro por

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 23

ciento, esta disposición es de notorio gravamen a las comunida-


des y vecindarios; a la comunidades lo es, porque para recau-
dar sus réditos anuales a más de un peso menos del cinco por
ciento, y gustosamente por todos recibido, tienen la incomo-
didad de tener apoderado en la capital, gastar sin necesidad
papel para el escrito para la solución de sus réditos, las dila-
torias del informe de Oficiales Reales y decreto del Superior
Gobierno, sin los costos que en ellos se impenden, riesgo de su
conducción, gratificaciones al apoderado y conductor, y que
no es lo más lo referido, sino que cuando llega un tiempo
como el presente de guerras, durante él cesa su satisfacción;
careciendo de sus precisos alimentos, se ven precisadas las co-
munidades a consumir algunos principales contra sus estatu-
tos, o pedirlos a rédito, y así no reportarían ningún cornada,
sino palpable perjuicio; los vecindarios serían en ello nota-
blemente perjudicados, pues casi todos los hacendados y toda
clase de negociación que se versa en este Reino, es dimanada
de los censos que de dichas comunidades vienen, que si se ve-
rificase sería su cabal destrucción, y Su Majestad quedaria
comprendido en ello, por la minoración de los contribuyentes
de la alcabaIa, en cuya inteligencia debe cesar perpetuamente
dicho pensamiento.
"14~-Décíma cuarta. Es que siendo el principal y tan ne-
cesario interés, inexcusable renglón el de la sal, éste, ni en la
- fábrica deZipaquirá, ni en la de Chita haya de c.._ '':lderde dos
y medilo reales arroba, en cuya compra y precio queda bene-
ficiado todo este Reino. Y se hace presente que habiéndose
estancado, se acabó su consecución, y comprándola el vasallo
a dos reales arroba, y aun a menos, y esto no sólo a dinero,
que en cada día se halla más escaso, sino a cambio de todos y
cualesquiera clase de efectos que cada necesitado de ella tenía,
y al presente haya de ser en dinero, que tan difícilmente se
adquiere al precio de tres y medio reales arroba, cuya fábrica
y beneficio debe quedar en sus antiguos dueños los indios, y
si éstos en sus traslaciones gozan de iguales comodidades de
las que antes tenían, la beneficien los vecindarios de las sali-
nas, dándole a Su Majestad un peso por cada carga, cuyo im-
porte se saque al pregón y lo pidan, si lo quieren, por el tanto
de su remate, y lo afiancen en sus respectivos Cabildos, para
evitar la espotiquéz de Oficiales Reales, que es imponderable,
y que nunca se trabaje, ni deshaga el mineral de la vijua,
pues de continuarse, los presentes disfrutaremos abundancia,

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24 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

y los venideros padecerán su escasez, y que todas las salinas


que en el Reino se hallen, las trabajen los dueños de las tie-
rras en que se hallen, con la pensión de un peso por carga a
Su Majestad.
"15~-Décima quinta. Que en obedecimiento se ha prego-
nado un Real Orden, por el cual pide Su Majestad que cada
persona blanca le contribuya con dos pesos, y los indios, ne-
gros y mulatos con un peso, expresando en ella ser éste el pri-
mer pecho o contribución que se haya impuesto, y siendo tan-
tos con los que se nos ha oprimido, no parece de ningún modo
compatible esta expresión, por lo que en el todo nos denega-
mos, y por el contrario ofrecemos, como leales vasallos, que
siempre y cuando se nos haga ver legitima urgencia de Su
Majestad, para conservación de la fe, o parte aunque sea la
más pequeña de sus dominios, pidiéndosenos donativo, lo con-
tribuiremos con grande gusto, no sólo de este tamaño, sino
hasta donde nuestras débiles fuerzas alcancen, ya sea en dine-
ro, ya en gentes a nuestra costa, en armas, caballos o viveres,
como el tiempo lo acreditará.
"16l1--Décima sexta. Que habiendo sido causa motiva de
los circulares disgustos de este Nuevo Reino y el de Lima, la
imprudencial conducta de los. señores Regentes Visitadores,
pues quisieron sacar jugo de la sequedad y aterrar hasta el ex-
tremo con su espótica autoridad, pues en este Nuevo Reino,
siendo la gente tan dócil y sumisa, no pudo con el complemen-
to de su necesidad, ni aumentos de extorsiones, tolerar ya más
tan despótico dominio, que cuasi se han semejado sus circula-
res hechos a deslealtad; y para que en lo venidero no aspire,
si encuentra resquicio a alguna venganza, que sea don Juan
Francisco Gutiérrez de Piñeres, Visitador y Regente de esta
Real Audiencia, extrañado de todo este Reino para los domi-
nios de España, en el cual nuestro Cathólico Monarcha, con
reflexión a los resultas de sus inmoderadas operaciones, dispon-
drá lo que corresponda a su persona, y que nunca para siem-
pre jamás se nos mande tal empleo de Regente Visitador, ni
personas que nos manden y traten con semejante rigor e im-
prudencias, pues siempre que otro tal así nos trate, tratare-
mos todo el Reino, ligado y confederado, para atajar cuales-
quiera opresión que de nuevo por ningún título se nos preten-
da hacer.
"17fJ.-Décima séptima. Que el común del Socorro pide que
en aquellas villas haya un Corregidor Justicia Mayor al cual I I

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EL MOVIMmNTO COMUNAL DE 1781 25

se le ponga el sueldo de un mil pesos en cada un año, y que en


éstos no haya de haber jurisdicción en la capital de Tunja,
con tal que quienes ejerzan este empleo deban ser criollos na-
cidos en este Reino, sin que pretenda primacía alguna de estas
villas, sino que asista en una de las dos, que son San Gil y
Socorro.
"18f!.-Décima octava. Que todos los empleados y nombra-
dos en la presente expedición de Comandante General, Capi-
tanes Generales, Capitanes Territoriales, sus Tenientes, Alfére-
ces, Sargentos y Cabos, hayan de permanecer en sus respec-
tivos nombramientos, y éstos, cada uno en lo que le toque, ha-
yan de ser obligados en el Domingo en la tarde de cada se-
mana, a juntar su Compañía y ejercitarla en las armas, asi
de fuego como blancas, ofensivas y defensivas, tanto por si
se pretendiere quebrantar los Concordatos que de presente nos
hallamos aprontados a hacer de buena fe, cuanto para la ne-
cesidad que ocurra en el servicio de Nuestro Cathólico,Mo-
narcha.
"19f!.-Décíma nona. Que los Escribanos hayan de llevar
sólo por derechos la mitad de los Aranceles, y que en sus már-
genes hayan de poner indispensable mente su importe en plata,
y el porqué, ysi se les justifique tercera vez haberse excedido
de su arancelamiento, por el mismo hecho serán, sin otra cau-
sa, depuestos de sus oficios, como también los Notarios Ecle-
siásticos que sin ningún costo en la adquisición de sus oficios,
ni igual fe, quebrantando lo preceptuado por Su Majestad en
sus Reales Ordenes, y lo nuevamente ordenado por la Real
Audiencia para su cumplimiento, para que no lleven más dere-
chos por las informaciones para los casamientos que lo escri-
to en ellas, que es un real por foja, teniendo ésta treinta y tres
renglones por plana, y cada renglón diez partes, como lo pre-
viene la Ley Castellana, y no cumpliendo con esta Real Orden,
ni la de la Real Audiencia, por lo que sólo importarían dos
reales cuando más, las citadas informaciones, generalmente lle-
van doce reales, lo que debe atajarse y de ningún modo permi-
tirse; y al que de hoy en adelante lo hiciere, debe severamente
castigarse, pues esta clase de oficios es la carcoma, polilla o
esponja de todos los lugares, y que como tienen menos que
perder que los Escribanos Reales, que son los que ha mandado
Su Majestad que ejerzan estas Notarías, con más facilidad que-
brantan cuanto en contrario de lo que hacen no les traiga
comodo.

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
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"20~-Vigésima. Que de ningún modo, por ningún título


ni causa se continúe el quebranto de las Leyes y repetidas
Cédulas sobre la internación, mansión y naturaleza de los ex-
tranjeros en ninguna parte de este Reino, por el perjuicio que
t.rae al presente, y en lo futuro pueda traer su internación,
tanto en lo secular como en 10 eclesiástico, y los que haya
de presente salgan dentro de dos meses, y al que no lo hiciere
se le dé el trato y pena de espía en guerra viva.
"2H-Vigésima prima. Que habiéndose construído de or-
den de Nuestro Monarcha y Señor la fábrica de la pólvora y
puéstole el precio de ocho reales por libra, con la venida del
señor Regente se le subió el precio a diez reales, y siendo el
mencionado estanco de pólvora a beneficio de la Real Hacien-
da, pedimos que en ningún tiempo valga más que ocho reales
por libra, como se puso en su primer asiento.
"22f:\-Vigésima segunda. Que en los Empleos de primera,
segunda y tercera plana hayan de ser antepuestos y privile-
giados los nacionales de esta América a los europeos, por cuan-
to diariamente manifiestan la antipatía que contra la gente
de acá conservan, sin que baste conciliarles correspondida vo-
luntad, pues están creyendo ignorantemente que ellos son los
amos y los Americanos todos, sin distinción, sus inferiores cria-
dos; y para que no se perpetúe este ciego discurso, sólo en caso
de necesidad, según su habilidad, buena inclinación y adhe-
rencia a los Americanos, puedan ser igualmente ocupados,
como todos los que estamos sujetos a un mismo Rey y Señor
debemos vivir hermanablemente; y al que intentar e señorearse
y adelantarse a más de lo que le corresponde a la igualdad,
por el mismo caso sea separado de nuestra sociabilidad.
"23~-Vigésima tercia. Siendo la más pesada carga sobre
todas las que se padecen en cuasi todas las ciudades, parro-
quias, villas, pueblos y lugares, la exacción de Derechos Ecle-
siásticos, de la cual ni el más mísero se libra, por la inobser-
vancia del Concilio, Leyes y Cédulas, lo que en lo presente es
digno de la mayor atención, pedimos que se libren los má.s
precisos oficios al Ilustrísimo Señor Arzobispo, para que en
cumplimiento de su pastoral oficio, ponga un total remedio.
"24~-Vigésima cuarta. Que los Visitadores Eclesiásticos
se arreglen en sus comisiones a las preventivas leyes, no sien-
do congojosos a los Curas visitados, tanto en la manutención
como en los derechos que exigen de visitas, de libros de Co-
fradías, pila, sagrario y visita de testamentos, sobre que en

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781
27

conformidad de la Real Cédula se tiene mandado por este Su-


perior Gobierno, sólo se les contribuya con las vituallas del
país durante las visitas, y que todos los demás gastos sean de
cargo de los señores Arzobispos u Obispos que los comisionen,
cuando por sí no las hacen, como es de su cargo.
"25~-Vigésima quinta. Que los Jueces de Diezmos y sus
Notarios hacen indebidos percibas por las escrituras, de las
cuales no hay ejemplar se compulse testimonio, y por cada
una de ellas, el recudimiento y anotación de hipotecas, les exi-
gen cinco pesos, cuatro reales, no siendo necesario el recudi-
miento por fuerza de costumbre, sabe todo fiel cristiano lo que
debe pagar; y se experimenta que un solo diezmo que se re-
mataba en un solo postor, y contenía su extensión las dos
villas de San Gil y Socorro, hoy se halla dividido en sesenta
y más partidos y veinte casas excusadas; y por cada escritura
y recudimiento se exigen cinco pesos, cuatro reales, siendo esta
exacción un peso tan insoportable, que no es dable sobrelle-
varIo, y que aun queriendo cohonestar su trabajo con la exac-
ción, pues los Jueces particulares tienen sueldo fijo por la Mesa
Capitular y el dos por ciento de remisión, pedimos cese esta
exacción, y por la escritura sólo se paguen diez reales, y ocho
reales por cada un recudimiento, y éste sólo se dé uno para
cada iglesia y no para cada partido, como lo tenía establecido
la codicia de los Jueces particulares de Diezmos.
"26~Vigésima sexta. Que a los dueños de tierras por las
cuales median y siguen los caminos reales para el tráfico y
comercio de este Reino. se les obligue a dar francas las ran-
cherías y pastos para las muladas, mediante a experimentarse
que cada particular tiene cercadas sus tierras, dejando los ca-
minos reales sin libre territorio para las rancherías. Para evi-
tar este perjuicio se mande, por punto general, que puntual-
mente se franqueen los territorios, y que de no ejecutar el
dueño de tierras, pueda el viandante demoler las cercas.
"27~-Vigésima séptima. Que a beneficio del público se
distribuya el salitre que se halla en el territorio de Paipa, en
la hacienda de don Agustín de Medina, al precio de dos reales
y medio carga, entregado y pesado por sus Administradores.
"28lJ.-Vigésima octava. Que habiendo muchos pasos y
puentes pensionando a los viandantes con alguna exhibición a
beneficio de particulares, pedimos que del todo queden libres
de esta pensión los pasaj eros, y sólo deban pagar a beneficio
de los propios de las villas y ciudades.

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28 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

"29~-Vígésima nona. Que el puente de Chiquinquirá que-


de con la pensión de un cuartillo, para que del producto se
construya un puente de cal y canto en el mencionado río, y
que esta contribución y construcción del puente corra por or-
den del Cabildo de Tunja, y que la que hoy existe se deba res-
tablecer por los vecinos y comarcanos.
"30~-Trigésima. Que para el reparo de los malos resultas
que se han experImentado en las exacciones que indebidamen-
te exigen los Jueces de residencia, pedimos que no los haya
para nunca jamás, y que el vecino que se hallare quejoso, ocu-
rra a los Superiores Tribunales.
"31.-Trigésima prima. Que reflexionando la miseria de
muchos hombres y mujeres que con muy corto interés ponen
una tiendecilla de pulpería, pedimos que ninguna tenga pen-
sión, y sí sólo la de alcabala y propios.
"32.-Trigésima segunda. Que experimentando que a mu-
chos hombres y mujeres los reducen a prisión, no tanto por
delito sino por la utilidad que tienen los Castellanos o porte-
ro de la cárcel, pedimos que sólo se les exija dos reales por la
puerta de su salida, y que si fuese larga la prisión no paguen
nada, como que no se les permita volver bodega la cárcel para
destruir los presos y haya varios alborotos.
"33fJ.-Trigésima tercia. Pedimos que no tengan los Fieles-
Ejecutore.s de las ciudades y villas la menor intervención en
los pesos y medidas, ni que éstos hagan visita en ellos, sino que
los cabildos diputen dos miembros de él para que la ejecuten,
los que correrán con la cobranza del mínimo derecho que de-
berán pagar por el sello de las varas, pesos y medidas.
"34Q-Trigésima cuarta. Que como de resulto de las rigo-
rosas providencias del señor Regente haya muchos particula-
res apercibidos para la exhibición de la multa que se les ha
aplicado por comisas, pedimos que los hasta aquí conocidos
hayan de quedar enteramente libres, sin que ahora ni en nin-
gún tiempo se haya de hablar, ni hacer cargo sobre el asunto
de su delincuencia.
"35~Trigésima quinta. Que habiendo sido nuestro prin-
cipal objeto ellibertarnos de las cargas impuestas de Barvolen-
to y demás pechos impuestos por el señor Regente Visitador
General, lo que tanto ha exasperado los ánimos, moviéndose
los ánimos, moviéndose a la resolución que a Vuestra Alteza
es notoria, y que nuestro ánimo no ha sido el faltar a la leal-
tad de leales y fieles vasallos, suplicamos rendidamente a Vues-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781
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tra Alteza que se nos perdone todo cuanto hasta aquí hemos
delinquido; y para que su Real Palabra quede del todo empe-
ñada, impetramos el que para su mayor solemnidad, sea bajo
de Juramento sobre los cuatro Evangelios, y ratificado que
sea en el Real Acuerdo, se remita a los señores Comisionados.
para que aquí se vuelva a ratificar en presencia del Ilustrísi-
mo Señor Arzobispo, para que todos los Comunes queden en-
terados y satisfechos de su Real e inviolable palabra, por cuyo
medio han de quedar firmes y subsistentes, ahora y en todo
tiempo, los Tratados-Capitulaciones, y pedimos se nos admitan
y acepten, y que su aprobación sea sin ambigtiedad.
"Acampamento de Guerra en territorio de Zipaquirá, Ju-
nio cinco de mil setecientos ochenta y uno.
"Muy Poderoso Señor.
"Puesto a los pies de Vuestra Alteza el más rendido va-
sallo,
"JUAN FRANCISCOBERBEO."

'" '" '"

Listas las Capitulaciones en las primeras horas de la no-


che del día 5 de junio, designó Berbeo a uno de sus oficiales,
don ¡"rancisco Becerra, para que sin perder momento las pu-
siese en manos de los Comisionados, juntamente con el si-
guiente billete:

"Muy señores míos:


"Con mi oficial don Francisco Becerra, remito a Usías los
tratados, para que acordando en las necesidades presentes, jun-
to con la molestia que los vecindarios están experimentando
de las tropas, y más adversidades que de presente se hallan,
se sirvan Usías que con la mayor brevedad se haga el ajuste
de los tratados. -
"Dios guarde a Usías muchos años.
"Acampamento de Guerra de Zipaquirá y Junio 5 de 1781.
"Beso las manos de Usías. Su atento servidor,

"JUAN FRANCISCO BERBEO."

* * *

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30 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Enfadados los Comisionados por no haberse presentado


con el tratado, los parlamentarios que habían de sustentarlo,
para que discutido hubiesen podido dispensarle su aprobación,
determinaron enviarlo sin pérdida de tiempo al Real Acuer-
do y Superior Junta, habiendo ordenado previa y verbalmente
al Escribano expedir la certificación que insertamos sin aña-
dir ni quitar palabra.

"Certifico que como a las diez de la noche de este propio


día, declara el Escribano, se remitió este oficio con el Plan de
Capitulaciones, que condujo uno de los Capitanes de don Juan
Francisco Berbeo, el que habiéndolo dejado y retirádose a su
acampamento, leído que fué por los señores Comisionados, y
reflejado que no tenían con quien tratar y rebatir las propo-
siciones que se hacían por el Común, contenidas en dicho Plan,
y que el objeto era obligar con la fuerza a que se accediese a
ellas, y que se remitieran sin pérdida de tiempo, sin oír recon-
vención alguna, para que por el Real Acuerdo vinieran apro-
badas. como lo pedían en el capítulo treinta y cinco; y que
por esta razón ya se desentendían de las repetidas sesiones y
juntas que se habían tenido para rebatir el Plan, que por se-
gunda mano y con particular cuidado les habían pasado en
borrador, para explorar la voluntad de los señores Comisiona-
dos, que con repetidas reflexiones y notorios convencimientos
habían hecho ver los perjuicios que se inferían al real erario
y aun al mismo Común; de cuyos dictámenes se separaban
con vocerías de los Capitanes y demás del Común. Y como por
otra parte por el Ilustrísimo Señor Arzobispo se insistiese, te-
niendo en consideración a que el tumulto instase de nuevo a
sus ideas de pasar a la capital los tumultuados, persuadió a
dichos señores Comisionados a que dirigiesen sin pérdida de
tiempo dicho Plan de Capitulaciones, manifestando no ser
tiempo ya de reiterar reflexiones algunas, y que la necesidad
obligaba a no aventurar un instante, mayormente cuando di-
cho Plan hablaba con el Real Acuerdo y Junta Superior y no
con los citados señores Comisionados, por no verse los del Co-
mún en nuevos convencimientos. Y que cautelosamente venían
unos y otros de ellos a saber los resultas, se tuvo a bien, con
reflexión a cuanto va expuesto, el que se dirigiese inmediata-
mente dicho Plan, como se ejecutó, sin haber podido dichos
señores Comisionadosadelantar más paso en el asunto. Y para
que conste, de mandato verbal de dichos señores Comisiona-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 31

dos, y en cumplimiento de lo acordado en decreto de esta fe-


cha, doy y firmo la presente en Zipaquirá, a cinco de Junio
de mil setecientos ochenta y uno.

"MANUEL DE ARANZAZUGOITIA,Escribano Real."

.Plenamente satisfechos los Comisionados, por otra par-


te, con haber logrado contener la irrupción de los comuneros
a la capital del Reino, y habiendo hecho el último esfuerzo
por obtener la reforma de las Capitulaciones, que pretendía
imponer por su tenor el Comandante General, sin conseguir
de éste, ni de los principales Capitanes, que condescendiesen
en su solicitud, determinaron pasar el proyecto original a ma-
nos del Real Acuerdo, para las providencias ulteriores.
El oficio remisivo dice:

"Muy señ?r mío:


"El tener a la vista el número de tropa que por los docu-
mentos que en nuestro poder paran, acreditan ascender al nú-
mero de más de quince mil, con vivos deseos de internar en esa
capital, nos obliga a pasar a manos del Real Acuerdo y Junta
Superior, conforme al capítulo último del Plan de Capitulacio-
nes que se nos acaba de entregar como a las diez de la noche,
para que V. S. sin pérdida de tiempo se sirva hacerla presente,
a fin de que se resuelva 10 que pareciese conveniente, atendi-
das las presentes circunstancias y el estado actual del Reino,
y que se eviten por este medio los gravísimos quebrantos que
pueden ser consiguientes y que dejamos a la alta comprensión
de la Junta.
"Dios guarde a V. S. muchos años.
"Zipaquirá y Junio cinco de mil setecientos ochenta y uno.
"Besan la mano de V. S. sus atentos seervidores,

"DON JOAQUIN VASCO y VARGAS. - EUSTAQUIO


GALAVIS.

"Señor Oidor Decano don Juan Francisco pey Ruiz."

* * *

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32 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Entre tanto que el posta se encaminaba presuroso con los


pliegos del tratado a Santa Fe, uno de los Comisionados del
Real Acuerdo y Junta General para pactar la paz con los co-
muneros, don Eustaquio Galavis, Alcalde ordinario de prime-
ra nominación de la ciudad, declaraba de manera subrepticia,
el 6 de junio, por medio de un instrumento otorgado ante el
Escribano público de Zipaquirá don José Camacho, invalida-
das las Capitulaciones, cuyo estricto cumplimiento había de
jurar, en acto solemne, dos días después, sobre los evangelios.

"En la parroquia de Zipaquirá, dice el aludido instrumen-


to, a seis de Junio de mil setecientos ochenta y un años, ante
mí el Escribano y testigos que se nominarán, pareció presente
el señor doctor D. Eustaquio Galavis, Alcalde de primera no-
minación de la ciudad de Santafé, a quien doy fe que nocozco,
y dijo: que habiendo pasado a esta dicha parroquia en com-
pañía del señor Oidor D. Joaquín de Vasco y Vargas, con co-
misión del Real Acuerdo, del señor Regente Visitador General
y de la Junta establecida para conocer de los asuntos relati-
vos a la rebelión de las villas de San Gil y Socorro y sus inci-
dencias, a fin de tratar por todos los medios posibles de con-
t.ener a las numerosas plebes que se encaminaban con ánimo
de entrar a insultar a dicha ciudad, destruyendo las Casas y
Hentas Reales, apoderándose de los efectos y dinero que en-
contrasen en sus Administraciones, o en los sitios a donde los
ll?llasen y hubiesen trasladado para su seguridad, saqueando
las Cajas Reales y particulares, con otros excesos de que se
tenía fija noticia venían a cometer; ha llegado el caso de eje-
cutar su comisión y de usar de las amplias facultades que les
:fueron concedidas, para tranzar y componer todos los asun-
tos que propusiesen los rebeldes, con motivo de haberles pre-
sentado el que venía haciendo de General de todas las gentes
unidas, D. Juan Francisco Berbeo, un escrito que contiene
treinta y cinco capitulaciones, dirigidas unas a destruír ente-
ramente algunos ramos de la Real Hacienda, otras a perjlldi-
carlos gravemente, otras a derogar lo dispuesto por las Leyes,
Reale~ Cédulas y Ordenes, y casi todas en agravio de la Real
autoridad y soberanía. Y aunque por estas razones y llevado
de las estrechas obligaciones de fiel vasallo y las de su Minis-
t.ro, ha propendido sin omitir arbitrio y reflexión, a reformar-
las en el todo; pero habiéndose negado obstinadamente los
principales que hablaban por los Comunes, a condescender en

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 33

su solicitud, no ha tenido modo ni arbitrio para conseguir su


alteración; y antes bien por el contrario se halla estrechado
a condescender en la admisión de dichas capitulaciones, así
por las desmedidas fuerzas de más de quince mil hombres ar-
mados con lanzas, hondas y bocas de fuego, que están dispues-
tos a hacerlas efectivas por violencia, como porque de su ne-
gativa no resultaría otra cosa que encender más el ánimo de
los rebeldes, y exponer el Reino a su total pérdida, mayormen-
te cuando públicamente vociferan que así lograrán remediar
su pobreza con los caudales del Rey y de aquellos particula-
res. Por lo que y para que en ningún tiempo le obste cualquie-
ra acto que acerca de este particular practique, desde ahora
para entonces lo reclama, protestando su nulidad, como que
sólo lo ejecutará precisado de la fuerza y por ceder a la nece-
sidad, sin que sea su ánimo el que en tiempo alguno tenga
efecto; pues antes por el contrario desde luego lo declara por
de ningún valor, como si nada se hubiera ejecutado; hacien-
do al efecto cuantas protestas el derecho le permite, y la par-
ticular que si sacrificando su vida se remediara y reparara la
rebelión, y no siguiera con el mismo o mayor furor, la sacri-
ficaría inmediatamente. Y de la presente exclamación pidió
se le diese testimonio, y la firmó siendo testigos D. Antonio
José de Tobar, D. Joaquín Lasso de la Vega y D. José Ignacio
Gaitán, vecinos, por ante mí, de que doy fe.

"D. EUSTAQUIOGALAVIS.
"Ante mí, JOSE CAMACHO,Escribano público."

(Orjuela, Luis), "Minuta Histórica Zipaquireña", págs.


322 a 324, Bogotá, Imprenta de "La Luz", 1909).

•••
Convocados el día 6 en Santa Fe los miembros del Real
Acuerdo y demás de la Junta General, y leídos uno a uno los
artículos del proyecto de capitulaciones producido por Berbeo
como medio para el restablecimiento de la paz, observaron to-
dos los vocales la circunstancia de que no apareciese en parte
alguna la intervención de los Comisionados, ni que constase
haberse solicitado reforma o modificación de los artículos que
para ellos encerraban notoria repugnancia, por lo cual resol-
vió unánimemente la Junta que se devolviese original el pro-

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34 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

yecto, para que se subsanase el reparo, templando el exceso o


cxorbitr1.nciay procurando reducirlo a los términos justos, con
la armonía y suavidad correspondientes, y se interpusiese la
aceptación, en inteligencia de que se había de confirmar luego
cuanto practicasen en el particular.
"Estas proposiciones tan insonsideradas y desmedidas,
dice el Real Acuerdo en su informe al Rey- las extendió Ber-
bea a su nombre, suponiéndose Apoderado al efecto de la ma-
yor parte de las ciudades, villas y lugares del Reino, y prestan-
do voz y caución por las restantes, por las inteligencias que
expresó tener con ellas, en una representación que entregó a
los Comisionados, para que por Vuestro Real Acuerdo se les
dispensase todo lo podido, bajo de juramento.
"Conociendo éstos la fermentación que había aún entre
la multitud, y que sus reconvenciones extrajudiciales no ha-
bían alcanzado a moderar to.nto despropósito, remitieron ori-
ginales las capitulaciones, que se recibieron y examinaron el
día seis del mismo por la Junta. Absortos sus Ministros duda-
ban qué partido tomar, pero reflexionando maduramente la
gravedad y peligrosas circunstancias de la materia, y conside-
1'ando que acaso se hab1'ían vertido con estudio tan extrañas y
desc01mmalesproposiciones, pam que no se les admitiesen, y
tener este pretexto a fin de poner en planta otros peores de-
signios, resolvieron por lo pronto devolverlas a dichos Comi-
sionados, para que blanda y amigablemente solicitasen su re-
forma o modificación, en uso de sus facultades, e interpusiesen
después su judicial decreto conforme a ellas, sobre su apro-
bación."
"Presentó en fin don Juan Francisco Berbeo, en nombre
de todo el Reino, -dice el Arzobispo- un concordato com-
puesto de treinta y cinco artículos, el que remitido por los
Comisionados a la Superior Junta, no pudo ésta menos de
rehusarse, por la primera vez a la aprobación de unas propo-
siciones tan vergonzosas e insolentes; y en la persuación de
que se hallaban los ánimos algo menos inquietos, las dirigie-
ron a los Comisionr,dos para que procurasen moderarlas en
la substancia y en el modo, a lo menos las más repugnantes,
o en caso que la necesidad los forzase, las admitiesen en su
nombre y jurasen su cumplimiento."

* * *

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 35

A la par que los Comisionados, recibía Berbeo en la tarde


del 6 de junio, por correspondencia secreta de Santa Fe, aviso
de la resolución del Real Acuerdo, por la cual devolvía sin
aprobación las capitulaciones; y sospechando el Comandante
General y los Capitanes que lo acompañaban, que se maqui-
naba contra ellos algún engaño por los Comisionados, el Ar·
zobispo y los miembros del Real Acuerdo, a la señal de vo-
ladores conmovieron algunos de los oficiales las tropas del
Mortiño, las que a tambor batiente y a los toques de clarín,
entraron en Zipaquirá en ademán de guerra, y dirigiéndose.
con las armas en la mano, a la habitación del Prelado, mos-
traban su indignación y su furor. Poseídos del mismo enojo,
que inútilmente procuraban disimular, llegaron los Capitanes
a presencia del Arzobispo y los Comisionados, quienes los re-
cibieron simulando gran serenidad; y habiéndolos persuadido
de las sanas intenciones de la Junta General, enderezadas tan
sólo a establecer la exacta interpretación de algunos artícu-
los ambiguos y la moderación de otros, lograron inducirlos a
ejecutar lo que les proponían.
"Al mismo tiempo que los Diputados -dice el Arzobispo-
tuvieron los tumuItuantes, por medio de sus correspondencias
secretas, aviso de esta resolución del Superior Acuerdo, y sos-
pechando de ella que se les maquinaba algún engaño, corrie-
ron precipitadamente a mi habitación, con las armas en la
mano, al ruido de cohetes y de tambores, que hacían señal de
guerra. Sería largo referir las expresiones y movimientos con
que explicaron su indignación, su rabia y su furor. Llenos del
mismo, aunque no lo manifestaban con tanta vivacidad, lle-
garon los Capitanes a mi presencia y de los Comisionados. Re-
cibímoslos con grande serenidad, y habiéndolos asegurado de
las sanas intenciones de la Superior Junta, dirigidas a solici-
tar con ellos mismos la interpretación de algunos artículos
ambiguos y el justo temperamento de otros, los aplacamos e
indujimos a ejecutar lo que les proponíamos."
Con la correspondencia secreta de Santa Fe recibió Ber-
beo una carta por la cual se concitaba a los comuneros a ocu-
par sin dilación y con sus armas la capital; les inspiraba la
mayor desconfianza de 18,8 autoridades reales, que sólo trata-
ban de engañarlos con solemnes juramentos y falsas prome-
sas, que habrían de vioJar después de alcanzados sus intentos,
y propendía a subvertir todo lo acordado con el Arzobispo y
los Comisionados, la cual puso Berbeo en manos de algunos

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36 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

de sus Capitanes, para que la hiciesen conocer de oficiales y


tropas, los que enardecidos e indignados sólo anhelaban la in-
mediata ocupación de Santa Fe, pero aplacados algún tanto
los ánimos, enseñaron la carta al Prelado, quien movido de
irritación por su contenido, escribió el papel que insertamos a
letra, y que D. Pedro de Ugarte manifestó en la Junta Ge-
neral.

"Amigoy Señor: -dice- Celebro haya Vmd. llegado bue-


no y que haya también informado a esos señores de lo que
aquí trabajamos, aunque siempre con recelo de perder de un
instante a otro todo el fruto. Ayer tarde me trajeron una por-
ción de estas gentes una carta que les había llegado, no sé si
de esa cIUd.ado de otra parte, y que no puede haberse escrito
sino en el infierno. Toda se reducía a inspirarles desconfian-
za del Rey y del Ministerio y a que no se fiaran de la Audien-
cia ni de estos señores Comisionados ni de mí; que todos y
cada uno íbamos a engañarlos con los juramentos más solem-
nes, a que faltaríamos en la primera ocasión. Cita mil false-
dades de historia profana y profana también los pasajes de
la escritura, citándolos falsamente etcétera. Yo los tranquili-
cé y sosegué corno pude; me pidieron la carta, se la devolví, y
me ofrecieron inmediat.amente romperla o quemarla.
"En esto conocerá Vmd. la necesidad que tenemos de en-
trar en composición a toda costa, y de que se vuelvan estos
hombres a su país. Y para que no vayan descontentos necesi-
to precisamente en el día de mañana el dinero de que ya he-
mos tratado, para repartirlo entre capitanes y tropas, especial-
mente entre aquellas que conozco más inclinadas al partido
del Rey. Espero lo haga Vmd. sin falta ni dilación y que man-
de a su afectísimo que su mano besa,
"EL ARZOBISPO."

***
Convocadosa junta por los Comisionados, congregáronse
el día 7 de junio, corno a las doce, Berbeo y más de doscientos
capitanes de su numeroso ejército, entre éstos don Ambrosio
Pisco, Cacique de Bogotá, en la morada del Arzobispo en Zi-
paquirá. En consideración uno a uno los artículos del proyec-
to de capitulaciones, y hechas las correspondientes observa-
ciones y reflexiones por los Comisionados y el Arzobispo, en

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 37

favor del real erario, consiguieron éstos, a fuerza de persua-


ciones, la reforma siguiente:
Que el cuarto artículo "se debe entender no deber prece-
der información de pobreza para poder usar del papel de ofi-
cio los pobres, pues para ello ha de bastar la boleta de su res-
pectivo Juez, y que debe correr en sus casos el papel del sello
primero y segundo."
Que el quinto "se debe entender con la limitación de que
a los Alcaldes, pedáneos o partidarios, se lleven sólo dos pesos
por la media anata a favor del Rey, y otros solos dos pesos
para gastos hasta efectivamente aposesionarse; y que en los
Alcaldes ordinarios se guarde la costumbre y se les cobre la
media anata".
En el séptimo "se convino en que en orden a la rebaja de
los tributos informase don Ambrosio Pisco al señor Fiscal del
Crimen, para que pida lo conveniente; yen cuanto a que sean
restituí dos (los naturales) a sus tierras, insistieron en lo que
allí piden".
En el octavo "con sólo la declaración de que la botija de
aguardiente haya de ser de ocho frascos."
En el noveno "dijeron que para quitar toda equivocación
y duda, declararon que la alcabala se pague al dos por ciento
(2 por ciento) de todas las ventas, reventas, cambios y true-
ques y demás contratos, exceptuando los comestibles, confor-
me a la costumbre, y los privilegiados para no pagar, como
eclesiásticos, indios &a.".
En el duodécimo "pidieron que su contenido se le represen-
t.ase al señor Comisario General de la Cruzada, para la rebaja
que se solicita, por no haber facultades aquí para su alte-
ración" .
En el décimocuarto "con sólo la declaración de que el pre-
cio de la sal sea a tres reales".
No obstante las razones persuasivas expuestas por el Ar-
zobispo y los Comisionados para atemperar la exorbitancia de
otras disposiciones, no lograron que Berbeo y sus capitanes
consintiesen en aceptar modificación ni reforma alguna sobre
los artículos 19, 29, 39, 69, 10, 11 Y 13 del proyecto, presentado
sólo con la mira de que fuese aprobado y juramentado sin
discusión, ni observación, por la Junta General y los Comisio-
nados, como todos los Capitanes lo esperaban .

•• *

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38 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

En tal estado las cosas y dueñas de la población, desde


las horas de la mañana, las tropas del campamento del Mor-
tiño, los Capitanes, que se hallaban en la Junta y que no de-
seaban otra cosa sino que se les contradijese sólo uno de los
artículos del tratado, para poner en ejecución el anhelado de-
signio de marchar sobre Santa Fe, vivamente excitados por el
mero hecho de la conferencia en que se estaba, y porque no se
había dispensado ya la aprobación a las capitulaciones, pre-
textando se les hacía traición, salieron de la sala algunos de
ellos, y al instante, a la señal de voladores juntaron todas las
tropas dispersas por las calles y contornos del poblado en la
plaza mayor, y puestas al punto sobre las armas, prorrumpie-
ron en los gritos de "¡Guerm!, ¡GueTm a Santa Fe!" yacome-
tieron con tal ímpetu a las ventanas de la habitación del Pre-
lado, que abocando a ellas las escopetas, amenazaron a éste y
a los Comisionados con hacer fuego sobre ellos, si no aproba-
ban inmediatamente todos los artículos del tratado.
Era tal la confusión de tropas y la vocería en la plaza,
que fué preciso suspender por parte de los Comisionados la
consideración de los demás artículos del proyecto y suplicar a
los Capitanes restantes en la sala, que saliesen a contener las
gentes, lo que al punto intentaron, sin que las amonestacio-
nes de los oficiales superiores bastasen a calmar a los tumul-
tu antes, que ciegos y furiosos se empeñaban obstinadamente
en creer que se les trataba de mala fe. Presentóse entonces
por una de las ventanas el Prelado y les instó se apaciguasen,
manifestándoles que sólo trataban de aliviarlos en lo que
pretendían, pero insensibles a toda persuación aquellas gen-
tes, se vieron los Comisionados en la imprescindible necesidad
de disolver la junta y pasar sin discusión los demás artículos
del tratado, conformándose solamente con oír en repetidos
vivas el nombre del Rey y el reconocimiento del vasallaje, que
manifestaron todos los Capitanes y tropas.
La carta de los miembros del Cabildo secular de Santa Fe
a la Junta Superior de Tribunales dice sobre el particular lo
que al tenor copiamos:

"Muy señor mío:


"Estando en la casa del Cura de esta parroquia, donde
vive el Ilustrísimo Señor Arzobispo, juntos y congregados los
señores Comisionados, don Juan Francisco Berbeo y sus Ca-
pitanes conferenciando sobre los particulares capitulados, y

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 39
haciéndose por los primeros las debidas reflexiones, para la
reforma de sus proposiciones, de repente se conmovió un nú-
mero crecido de gentes, levantando el grito y prorrumpiendo
en voces desacompasadas: Guerra,Guerra a Santa Fe, que ya
no tenemos más que la camisa, sin que hubiese sido bastante
a los principios, para que se contuviesen y dejasen de armar-
se y prepararse como para pelear, ni las reprensiones del mis-
mo don Juan Francisco Berbeo y de sus Capitanes, ni las re-
convenciones de los señores Comisionados, pero ni el respeto
de su Señoría Ilustrísima, hasta que les ofreció decir mañana
la misa en que jurarían sus tratados los referidos señores Co-
misionados, después de confirmados por la Superior Junta,
adonde se iban a remitir conforme a lo pedido por el expre-
sado Berbeo; y pareciéndonos muy propio de nuestra obliga-
ción comunicar esta novedad a la Superior Junta, se la par-
ticipamos a V. S., para que así llegue a noticia de los demás
señores que la componen.
"Dios guarde a V. S. muchos años.
"Zipaquirá, siete de Junio de mil setecientos ochenta
y uno.
"B. L. M. de V. S. sus más atentos seguros servidores,

"DON NICOLAS BERNAL RIGUEIRO. - FRANCISCO


ZAPATA.-- DOCTOR DON JOSE JOAQUIN CHACON.- DOC-
TOR MIGUEL GALINDO. - DOCTOR PEDRO GROOT."

Conforme a lo pedido por Berbeo, dictaron los Comisio-


nados la siguiente providencia, por la cual aceptan las capi-
tulaciones a nombre del Real Acuerdo y Junta General, y dis~
ponen remitirlas a Santa Fe; para su aprobación y confir-
mación:

"Zipaquirá y Junio siete de mil setecientos ochenta y


un años.

"Con reflexión a los motivos expresados en las anteceden-


tes certificaciones, y conforme a lo pedido por don Juan Fran-
cisco Berbeo, a nombre del Real Acuerdo y Junta General se
admiten las proposiciones que contiene el plan presentado,
con las limitaciones que posteriormente se acordaron y cons-

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
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tan en la antecedente certificación de esta fecha; y remítase a


la misma Superior Junta, con el oficio correspondiente, para
su aprobación y confirmación.

"DONJOAQUIN VASCOy VARGAS.- EUSTAQUIO GA-


LAVIS.
"Fuí presente, MANUEL DE ARANZAZUGOITIA."

En el oficio remisivo exponen los Comisionados cuál era


la situación en que se encontraban, y manifiestan que el Ar-
zobispo babía quedado tan sobresaltado con los incidentes del
tumulto, que no le era posible escribir. Tal oficio, que inserta-
mos a la letra dice:

"Muy señor mío:


"Pasamos a manos de V. S. el plan de capitulaciones con
las diligencias subsecuentes del tumulto causado esta maña-
na, por no haber venido aprobado dicho plan, el que se de-
TlUelvepreviniendo a V. S. para que lo haga presente a la Su-
perior Junta, que si se demora más que el tiempo preciso para
extender la diligencia, esperamos otra mayor, en que tal vez
perezcamos todos, y no se pueda, por consecuente, impedir la
ruina y destrucción de esa ciudad.
"Con esta novedad puede V. S. igualmente hacer presen-
te que el Illmo. Señor Arzobispo ha quedado tan sobresaltado
que no le es posible escribir, pero les ha asegurado a los amo-
tinados que espera la providencia para decirles misa mañana,
para que después de ella se ratifique por nosotros, como lo
tienen pedido, y en que insisten, continuando en las ideas que
aparecen de los certificados.
"Dios guarde a V. S. muchos años.
"Zipaquirá y Junio siete de mil setecientos ochenta y uno.
"Besan la mano de V. S. sus atentos servidores,

"DON JOAQUIN VASCO Y VARGAS. - EUSTAQUIO


GALAVIS.

"Señor Don Juan Francisco pey Ruiz."

En este estado pidió Berbeo que el proyecto de capitula-


ciones, aprobado por los Comisionados, a nombre del Real
Acuerdo y Junta General, se remitiese inmediatamente a la

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 41

capital, acompañando al conductor Bernardo Malpica, don Ig-


nacio 'ravera, uno de sus Capitanes y su Ayudante de campo,
para que sin perder instante volviese confirmado y juramen-
tado, como se prescribe por el artículo 35 del mismo proyecto,
sin cuyo indispensable requisito no sería admisible, con lo
cual se consiguió restablecer la quietud y el orden.
Confirma esta aserción la siguiente certificación expedi-
da por el Escribano Real:
"Igualmente certifico -dice- que en este estado se pidió
por don Juan Francisco Berbeo que el plan de capitulaciones,
aprobado por los señores Comisionados a nombre del Real
Acuerdo y Junta Superior, se remitiese inmediatamente a la
capital, acompañando al conductor Bernardo Malpica, don
Ignacio Tavera, uno de sus Capitanes, para que sin perder ins-
tante, viniese confirmado por dicho Real Acuerdo y Junta Su-
perior, con la calidad devenir juramentado, según se previe-
ne en el capítulo treinta y cinco del citado plan de capitula-
ciones, sin cuyo indispensable requisito no será admisible; y
que evacuado que fuese, se remitiese y devolviese a esta pa-
rroquia, para que con la misma solemnidad se juramente aquí
por los señores Comisionados, en manos del Ilustrísimo Señor
Arzobispo, y patente nuestro Amo y Señor Sacramentado. Y
para que conste pongo la presente en Zipaquirá. a siete de
junio de mil setecientos ochenta y un años.

"JUAN FRANCISCO BERBEO. - MANUELDE ARANZA-


ZUGOITIA, Escribano Real."

>1< >1< *
Corroboran las aserciones que acabamos de exponer las
siguientes palabras del señor Caballero y GÓngora. testigo
ocular:
"En efecto conseguimos la mitigación de algunos (artícu-
los), pero con tal repugnancia de algunos de aquellos oficia-
les, que saliendo de la sala conmovieron las tropas, de suerte
que enfurecidas hasta el exceso, acometieron a mis ventanas,
abocando a ellas las escopetas y amenazándonos de hacer fue-
go, si no se aprobaban inmediatamente sus proposiciones. Sus
mismos capitanes temieron, y no habiéndome permitido salir
personalmente a apaciguarlos, me les presenté por una ven-
tana y les insté se quietasen, que no tratábamos sino de ali-

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PABLO E. CARDENA8 ACOSTA
42

viarlos en lo que pretendían; pero se empeñaron con tal obs-


tinación, que los Comisionados se vieron en la triste pero for-
zosa necesidad de disolver la Junta y pasar por el resto de las
capitulaciones, en que hay algunas insolentísimas, contentán-
dose solamente con oír el nombre del Rey en repetidos vivas,
y el reconocimiento del vasallaje, que manifestaron todos los
capitanes y tropas. Estas no se sosegaron hasta que vieron
salir, acompañado de uno de sus Capitanes, al propio que con-
ducía a Santa Fe sus representaciones."
Confirma igualmente la certeza de nuestras afirmaciones
el informe del Real Acuerdo al Rey, cuya parte pertinente
dice:
"El día siete siguiente convocaron a este fin en casa de
Vuestro Reverendo Arzobispo, al General Berbeo y capitanes
particulares, y habiéndose insinuado con particular tiento y
suavidad, y persuadiéndoles con vivas reflexiones el perjuicio
de Vuestros Reales intereses y las cargas a que tenían que res-
ponder, todas útiles y provechosas al Estado y a cada particu-
lar, comenzaron a tratar y discurrir acerca de cada capítulo,
y a fuerza de persuaciones consiguieron ...
"En este estado aquellas gentes, que parece no apetecían
otra cosa, sino que se les contradijese alguno de los artículos
de su tratado, para poner en planta sus criminales deseos,
pretextaron de repente que por el mero hecho de la conferen-
cia en que se estaba, y porque inmediatamente no se habían
aprobado sus proposiciones, se les hacía traición, y al instan-
te, a la señal de voladores, se juntaron todos sobre las armas
en la plaza de Zipaquirá, pregonando que venían a guerra a
esta capital. Vuestro Reverendo Arzobispo y Comisionados, el
Jefe Berbeo y algunos capitanes se esforzaron a contenerlos,
y no bastaban persuaciones para aquietar a una multitud
ruda, ciega y furiosa, que se había empeñado en creer se les
trataba de mala fe; por lo cual los Comisionados al instante
extendieron su Decreto admitiendo los tratados, con la tal cual
reforma que en aquel corto tiempo se había logrado, y sin di-
lación remitieron las diligencias a esta Junta, con expresión
de que si se tardaban más del tiempo preciso, temían peor in-
sulto, en que tal vez perecerían, y no se podría impedir la
ruina y destrucción de esta ciudad.
"Con este hecho se sosegó algo el tumulto, esperando por
instantes la resolución de esta Junta, que por tan urgentísi-
mos motivos no se detuvo en expedir una absoluta aprobación

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 43

de todos los artículos, con sus cortas modificaciones, sin em-


bargo de su nulidad, luego que los recibió.
"Nada es extraño, Señor, cuando se obra por fuerza. En
estas circunstancias no gobiernan otras reglas que las que
dictan el modo de cautelar que la violencia se ejecute con es-
trago, permitiendo en tal caso lo malo por evitar lo peor. La
sencilla relación que Vuestra Majestad acaba de examinar, no
le dejará dudar de la opresión en que se vió esta Junta, nece-
sitada a condescender con todos los despropósitos de un tu-
multo rudo y furioso que la amenazaba en caso contrario con
más de quince mil hombres (por la parte que menos), arma-
dos de lanzas, hondas y tocas de fuego, para conseguir sus
propuestas con la ruina de esta ciudad, y con ella la de todo el
Reino."

* * *
Aprobadas y confirmadas las Capitulaciones, y jurado so-
bre los evangelios su fiel y exacto cumplimiento, por los miem-
bros todos del Real Acuerdo y Junta General de Tribunales,
extendieron y firmaron la consiguiente acta, cuyo tenor dice:

"En la ciudad de Santa Fe, a siete de junio de mil sete-


cientos ochenta y uno, convocados los señores del Real Acuer-
do de Justicia y demás de que se compone la Junta General,
a las once de la noche, a cuya hora se recibió y abrió el ofi-
cio de los señores Comisionados don Joachín Vasco y Vargas
y don Eustaquio Galavis, con la representación o plan de pro-
posiciones hechas por don Juan Francisco Berbeo, Coman·
dante de las ciudades, villas, parroquias y pueblos, que por
comunidades componen la mayor parte de este Reino, y vis-
tos y examinados cada uno de los capítulos que contiene di-
cha representación, con las limitaciones posteriormente acor-
dadas, que se hallan a continuación, certificadas del Escriba-
no Real y Teniente del de Cámara de esta Real Audiencia don
Manuel de Aranzazugoitia, y el decreto proveído a su conse-
cuencia por dichos señores Comisionados, en que admiten a
nombre de este mismo Real Acuerdo y Junta General las ci-
tadas proposiciones, en vitrud de las facultades que al efecto
les están concedidas, dijeron de común consentimiento que
admitían, aprobaban y confirmaban los dichos capítulos y pro-
posiciones, según y como literalmente se contienen y expresan

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44 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

en la enunciada representación del Comandante don Juan


Francisco Berbeo, y que en su consecuencia se llevarán a pura
y debida ejecución cada uno de ellos por su tenor. Y en fe de
que dicha admisión, aprobación y confirmación tendrá pun-
tual cumplimiento, lo juraron por Dios y sus Santos Evange-
lios, puestas las manos sobre ellos, otorgando el perdón en e~
modo que se solicita por el capítulo último. y para que dicho
don Juan Francisco y las gentes de su comando se instruyan
y enteren de esta aprobación y confirmación, mandaron se
remita original, quedando copia, a los teñores Comisionados,
a fin de que se haga notorio su contenido a los interesados.
Con lo que se concluyó este Acuerdo que firmaron los señores
por ante mí el infrascrito Escribano mayor de Gobernación,
de que certifico y doy fe.
"DONJUAN FRANCISCOPEY RUIZ. - DON PEDRO CA-
TAN!. - DON MANUEL SILVESTRE MARTINEZ. - DON
JUAN MARTIN DE SARRATEA.- DON NICOLAS DE LA
LASTRA. - DON MANUEL REVILLA. - DON JUAN MA-
NUEL ZORNOSA. - DON JOSEF GROOT DE VARGAS.-
DON JUAN DE MORA.- DON PEDRO UGARTE. - Ante mí,
NICOLAS PRIETO DAVILA."
•••
Empero, los signatarios de aquella acta, que sin restric-
ciones ni reservas dispensaron la aprobación y confirmación
al proyecto de capitulaciones, y juraron solemnemente su
cumplimiento, por Dios y sus evangelios, y se constituyeron
garantes de la fiel ejecución de las prescripiciones del trata-
do, por su tenor, quebrantaban malignamente, horas des-
pués el juramento, cuando extendían una acta secreta, por la
cual declaraban la nulidad de las capitulaciones juradas.
A la inversa del Comisionado Galavis, Alcalde ordinario
de Santa Fe, que para salvar su responsabilidad protestaba
secretamente de la nulidad de las capitulaciones, ante el Es-
cribano de Zipaquirá, para aceptarlas y aprobarlas, jurando
luego su cumplimiento, los miembros del Real Acuerdo de Jus-
ticiaticia y Junta General de Tribunales dispensaban prime-
ramente la aprobación y confirmación sin restricciones al tra-
tado y juraban su cumplimiento, para quebrantar luego su
promesa, con manifiesta mala fe y faltando a las leyes de la
lealtad y del honor.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 45

El testimonio fidedigno, que desata toda duda, o sea la


propia Acta Secreta, cuyo apógrafo insertamos a la letra, y
cuya existencia negaron enfáticamente algunos historiadores,
descubierto fué con intervención nuestra en el Archivo Gene-
ral de Indias, en Sevilla, y publicado por nosotros, antes que
por cualquiera otro, primeramente en la "Revista del Cole-
gio de Boyacá", en Tunja, dirigida por el Dr. D. Jorge Cárde-
nas García, Rector entonces de aquel Colegio, en la edición
del mes de noviembre de 1944, y luego en 1945, en las pági~
nas 288 y 289 de nuestro libro "Los Comuneros". Hacemos
esta advertencia porque algunos autores han reproducido en
sus obras tan importante documento, tomándolo de las publi-
caciones hechas por nosotros, prescindiendo del deber de cor-
tesía de citar la fuente. Igual advertencia hacemos con res-
pecto a la fecha en que fué extendida el Acta Secreta, cuyo
tenor dice:
"En la Junta celebrada la noche del día siete de Junio de
mil setecientos ochenta y un años, consiguiente a lo acor-
dado sobre la aceptación y confirmación de las proposiciones
hechas por don Juan Francisco Berbeo, como Comandante
que se titula de los comunes de las ciudades, villas, parroquias
y pueblos de la mayor parte del Reino, dijeron haber proce-
dido a dicha aprobación, sin embargo de la notoria repugnan-
cia y monstruosidad que envuelven, estrechados por una par-
te de las desmedidas fuerzas de más de quince mil hombres,
con que se halla dicho Berbeo, incomparablemente mayores
que las que se han adquirido y hay en esta ciudad; y por otra
de la disposición que se ha advertido en el numeroso vulgo,
para seguir el mal ejemplo de los rebeldes, uniéndose a su
llegada y aumentando o engrosando su cuerpo infinitamente.
De suerte que si por el medio de acceder a todas sus irregula-
res y reprensibles ideas, no se hubiera evitado el asalto a esta
capital, sin duda alguna se habrían apoderado de todos los
intereses Reales, que ha sido el primer objeto contra que prin-
cipalmente han dirigido sus desórdenes; habrían saqueado y
arruinado todas las casas y conventos, y lo que es peor, ha..•
brían no sólo abatido la Real Autoridad, sino que habrían ne-
gádose a toda subordinación y reconocimiento de vasallaje al
Monarca, cuya conservación, aun a costa de toda pérdida, ha
sido la mira que ha gobernado a esta Junta en tan críticas
circunstancias, y por lo que no se detuvo en franqeuar su con-
descendencia a tan descomunales· propuestas, mayormente

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46 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

cuando sólo la corta dilación que hubo en que se procediese a


la judicial aprobación, causó el tumulto y conmoción que cons-
ta de la diligencia remitida por los señores Comisionados; y
por lo mismo, recelosa esta Junta de que a la menor repug-
nancia que hubiera manifestado, habría sufrido el insulto esta
ciudad, consiguiéndose por violencia y con absoluta destruc-
ción de la Real Autoridad lo que se les negaba, procedió a la
admisión, aprobación y confirmación de dichas proposiciones,
bajo el seguro concepto de su nulidad, pues a no haber inter-
venido tan poderosos motivos, lejos de convenir en ellas, ni
dispensar su aprobación, habría procedido a escarmentar el
execrable delito de la mera proposición, con las penas más se-
veras. Y que pues la actual situación no lo permite, ni las
facultades de la Junta alcanzan a impedirlo, se diese cuenta
a Su Majestad, con testimonio íntegro de los autos, del ori-
gen, progresos y actual estado de las cosas. Que por lo pronto
se dirigiese al Excelentísimo Señor Virrey copia de las capitu-
laciones y de lo a su consecuencia actuado, para que se instruya
y entere de todo lo ocurrido; y que en los mismos términos se
pasase aviso al señor Regente Visitador General, para su go-
bierno. Con lo cual se concluyó esta Junta, mandando se pu-
siese por separado de la aprobación, para que de ningún modo
conste a aquellas gentes, y con este motivo se embarace el res-
tablecimiento de la quietud pÚblica. Y firman los ~eñores por
ante mí, de que certifi'Co.

"DON JUAN FRANCISCO PEY RUIZ. - DON PEDRO


CATANI. - DON MANUELSILVESTRE MARTINEZ. - DON
J"UANMARTIN DE SARRATEA. - DON NICOLAS DE LA
LASTRA. - DON MANUEL REVILLA. - DON JUAN MA-
NUEL DE ZORNOSA. - DON JOSEF aROOT DE VAR-
GAS. - DON JUAN DE MORA. - DON PEDRO UGARTE.
Ante mí, NICOLAS PRIETO DAVILA."

Como medida precautoria, guardáronse los miembros del


Real Acuerdo y Junta General de expresar la fecha del acta
secreta que acabamos de reproducirr, pero el Regente Visita-
dor General viene a indicárnosla en el "Indice" de los docu-
mentos que acompaña a su carta de 20 de octubre de 1781,
dirigida a don José de Gálvez. Tal testimonio dice textual-
mente:

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 47

"NQ5. - Testimonio de las capitulaciones propuestas por


el Jefe de los rebeldes en 5 de Junio, aprobadas por la Junta
en la noche del 7, protestadas en acto separado de la misma fe-
cha, y ratificadas y juradas por los Comisionados en Zipaqui-
rá el día 8 siguiente."
y en las Reflexiones del mismo Regente, para vindicarse
de los cargos de la Junta General, dice:
"Pero había.n sin duda olvidado sus vocales que en la no-
che del día siete de Junio, en que aprobaron las capitulacio·
nes de los rebeldes, usaron de igual cautela extendiendo en
acto separado la protesta que consta del documento NQ5."

* * '"
A fin de que Berbeo y las tropas de su comando se ente-
rasen de la aprobación juramentada que se había dispensado
a las capitulaciones, dispusieron los miembros del Real Acuer-
do de Justicia se remitiesen originales, con el acta respectiva,
a los Comisionados, sacándose previamente copia, para que
constante lo actuado a los interesados.
Habiendo recibido los Comisionados en la mañana del 8
de junio los pliegos de Santa Fe, con la aprobación dispen-
sada a las capitulaciones por el Real Acuerdo, e inteligen-
ciados de su contenido, trasladáronse a la morada del Ar-
zobispo, y con su anuencia pasaron oficio a Berbeo, noti-
ciándole que en misa solemne que oficiaría el Prelado, se
efectuaría la promulgación de dicha aprobación, y finali-
zada ésta se juraría su cumplimiento con las solemnidades
pedidas.
Presentes en la iglesia mayor de Zipaquirá Berbeo, sus Ca-
pitanes y Oficiales y tropas, presenciaron, después de la misa,
el juramento prestado por los Comisionados y que el Arzobis-
po les recibió en la siguiente forma:
"¿Vuestras Señorías, como Comisionados del Real Acuer-
do de Justicia de la Real Audiencia y Chancille,.ía del Nuevo
Reino de Granada y Junta Superior de Tribunales de Santa
Fe, juran pOl· Dios Nuestro Señ.or, por su Santa C,.uz y por los
Santos Cuatro Evangelios, en nombre del Rey Nuest,.o Señor,
guardar las Capitulaciones propuestas y confirmadas por di-
cha Real Audiencia y Junta? Y Vuestras Señorías a don Juan
Francisco Berbeo, sus Capitanes. Oficiales y demás tropa, y
de no ir en tiempo alguno contra ellas? A que respondieron:

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48 PABLO E. CARDI!:NAS ACOSTA

Así lo juramos y ofrecemos cumplir en nombre del Rey Nues-


tro Señor, de dicho Real Acuerdo, Junta Superior y nuestro. Y
Su Señoria Ilustrísima prosiguió diciendo: Si así lo hicieren
Vuestras Señ.oríasy cumplieren, Dios Nuestro Señor los ayu-
de, y de lo contrario se lo demande. A que respondieron:
Amén."
Concluído el acto se cantó el Te Deum en acción de gra-
cias, con repique general de campanas y bendiciones del Pre-
lado, lo que firmaron el Arzobispo y los Comisionados por ante
el Escribano real.
Inmediatamente hizo publicar Berbeo las capitulaciones,
con las modificaciones acordadas, y el acta en que consta la
aprobación juramentada del Real Acuerdo y Junta Superior,
en las cuatro esquinas de la plaza mayor de Zipaquirá, a son
de cajas y usanza de guerra.

***
Satisfechas las tropas de los numerosos pueblos y luga-
res que componían el formidable ejército de los comuneros,
con el logro de sus pretensiones, principiaron a disolverse y a
retirarse a sus domicilios, llevando copias autorizadas de las
capitulaciones, que todos consideraban inviolables, y que Ber-
beo distribuyó con profusión entre los jefes y oficiales, como
salvaguardia individual de la propiedad privada, contra la ex-
poliación y la arbitrareidad de los exactores y guardas de las
reales rentas.
No pudiendo algunas de las tropas efectuar su retirada
por la escasez de numerario en que se hallaban, distribuyóse-
les la soldada por orden de Berbeo, a medida que lo permitían
los rendimientos de las salinas, a la vez que el Prelado, con al-
gunas personas, les distribuyeron caritativamente los recur-
sos necesarios para sus viáticos, con lo' cual pudieron despedir
a aquellas gentes, que satisfechas marcharon a sus pueblos.
Las tropas de Tunja y Sogamoso, que habían plantado
el vivac en las inmediaciones de Cajicá, para impedir la mar-
cha del grueso del ejército sobre Santa Fe, y que se mantu-
vieron firmes en el mismo sitio, fueron las últimas que aba-
tieron sus tiendas, después de permanecer allí hasta el ge-
neral licenciamiento del ejército, por indicación del Arzobis-
po, quien pretendiera servirse de ellas para oponerlas a las de-
más, en caso de cualquiera emergencia.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 49

"Inmediatamente se hicieron publicar las capitulaciones


-dice el Arzobispo-. Y aunque algunas tropas ya satisfe-
chas con el lleno de sus pretensiones se retiraron a sus domi-
cilos, otras no podían verificarlo por su necesidad. A este fin,
y para que no lo costeara todo el Real Erario, había yo escri-
to al Real Acuerdo se pidiese un subsidio a las personas aco-
modadas de Santa Fe, ofreciéndome yo por primer contribu-
yente y en la mayor cantidad, pero no habiéndolo tenido a
bien, me ayudaron algunos buenos patriotas a distribuir les
los medios necesarios para su viático, con lo que los despedi-
mos y marcharon a sus pueblos muy contentos, siendo los úl-
timos que levantaron su campo los de Tunja y Sogamoso, a
quienes dí orden se mantuviesen hasta el fin, para oponerlos a
cualquiera ocurrencia."
Permaneció Berbeo con varios de los jefes y oficiales de
su ejército por varios días en Zipaquirá, entregado particular-
mente a la tarea de hacer sacar copias de las capitulaciones.
las cuales enviaba directamente a los Cabildos de las ciudades
y villas y a todos los pueblos y lugares, aun a los más aparta-
dos de las provincias de Tunja y Santa Fe y del corregimien-
to de Sogamoso, así como a otros de Casanare, Ocaña y Mara-
caibo, para que todos los habitantes pudiesen enterarse de
las favorables prescripciones que contenían.
Desde el 11 de junio el Arzobispo y los Comisionados ha-
bían regresado a Santa Fe.
De Zipaquirá despachó Berbeo a uno de sus Ayudantes,
el Capitán don Marcelo de Ardila con las capitulaciones para
Honda y los títulos de Capitanes, por él mismo extendidos,
para los señores don Diego de Rivera y Carrasquilla, don Juan
de los Santos y don Juan de Aranzazu, vecinos de dicha villa.
El Real Acuerdo hacía también por su parte circular co-
pias de las capitulaciones, según lo expone en su informe
al Rey:
"Todos los capítulos de sus capitulaciones -dice- se han
circulado para su ejecución a las mismas partes a donde se
había comunicado la primera rebaja y relevación de derechos
hecha por esta Junta, para cautelar se hiciese efectiva la ame-
naza con que para el caso de cualquiera inobservancia nos
conminan por el capítulo diez Y ocho."

**•

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50 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Forzoso fué para la Real Audiencia de Santa Fe dispo-


ner la inmediata restitución de los naturales a sus pueblos
nativos, sin embargo que en algunos de aquellos estaban los
resguardos vendidos a censo, porque unidos los indios de la
Provincia de Santa Fe se presentaron en la capital, dispues-
tos a amotinarse, a ejemplo de los tumultuantes del Socorro,
caso que se les negase su justa petición, hecha en virtud de lo
estatuído por el artículo 79 de las capitulaciones.

¡fe ¡fe *

Convocados el Real Acuerdo y Junta General el 15 de ju-


nio, por razón de haberse alcanzado el restablecimiento de la
paz, con la aprobación de las capitulaciones impuestas por
Berbeo, y el consiguiente licenciamiento del formidable ejér-
cito de los comuneros, que amenazaba invadir a la capital,
dispusieron que aquellas se ejecutasen fielmente, y acordaron
en consecuencia, que en el mismo día se promulgasen por ban-
do en la ciudad de Santa Fe, juntamente con el Acta en que
consta la aprobación juramentada, y que sin pérdida de tiem-
po se compulsasen testimonios íntegros de las referidas ca-
pitulaciones y se remitiesen a todos los cabildos capitales de
provincias para que cuidasen de su publicación en todos los lu-
gares de sus respectivos distritos.
"En la ciudad de Santa Fe -dice la certificación-, a
quince de junio de mil setecientos ochenta y un años, Yo el
infrascrito Escribano de Su Majestad y Teniente del Mayor
de Gobernación de este Reino, certifico que hoy, día de la fe-
cha, en cumplimiento de lo mandado por los señores de la
Superior Junta que antecede, hice publicar por voz de prego-
nero público, por las calles ordinarias y extraordinarias de esta
capital, a son de cajas u usanza de guerra, las Capitulacio-
nes hechas por el Comandante don Juan Francisco Berbeo,
por sí y a nombre de las ciudades, villas, pueblos y lugares de
la comarca de este Reino, como asimismo las modificaciones
que a ellas se hicieron, e igualmente el auto proveído por los
señores del Real Acuerdo y demás de que se compone la Jun-
ta General, en siete del corriente mes y año, sobre la apro-
bación y confirmación de dichas Capitulaciones y juramento
otorgado por Dios y sus Santos Evangelios, y en que se otor-
gó el perdón en el modo que se solicita por el capitulo último

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 51

de las insinuadas Capitulacoines, leyéndose todo en altas e


inteligibles voces y al pie de la letra, para que llegue a noti-
cia de todos; y para que conste pongo la presente y firmo fe-
cha ut supra.
"JOSEPH DE ROXAS, Escribano de Su Majestad."

En la villa de Honda promulgáronse las Capitulaciones el


19 de junio, según lo que manifiesta el Regente Visitador Ge-
neral:
"Esta reflexión -dice- debe dar mayor cuidado, espe-
cialmente cuando resulta ya que los rebeldes abusan de la
aprobación y ratificación de las capitulaciones para sublevar
los pueblos, como ha sucedido en la villa de Honda, en donde
se presentó con ellas uno de sus capitanes y las hizo publicar
el diez y nueve, trayendo al propio tiempo el nombramiento de
capitanes de la misma villa para tres de sus vecinos. De ma-
nera que si no se ataja semejante depravado intento, irá por
instantes comunicándose el fuego, tanto más temible cuanto
se oculta bajo el velo de una aprobación dada a nombrl' de la
Junta y cuya nulidad no conoce el vulgo, ni aún otros que se.
tienen por de superior clase."
En instrumento público otorgado el 25 de junio por el Al-
calde ordinario de primera nominación de la villa de Honda,
don Juan BIas de Aranzazu, refiere los incidentes del motín
ocurrido allí el día 23, y consta:
"Que a estos excesos y delitos no los detuvo la promul-
gación de las capitulaciones con que puso paz y quietud en
todas las gentes el Comandante Berbeo, quien al efecto de
suspender toda indisposición remitió a esta villa al Capitán
don Marcelo Ardila, que arribó a ella el diez y siete del pre~
sente con la copia legalizada de las capitulaciones, que se pro-
mulgó al tiempo de su llegada, y también en la referida ciu-
dad de Mariquita ... "
En oficio de 2 de julio, los Capitanes de Tunja don Juan
Agustín Niño, don Joaquín de Castillo y don Juan José Sara-
via manifiestan al Cabildo de dicha ciudad lo que al tenor
copiamos:
"Nos vemos estimulados a presentar las adjuntas capitu-
laciones que en testimonio se ven, y nos ha dirigido el Coman-
dante General de las villas de San Gil y Socorro, para su pu-
blicación en esta ciudad."

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52 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Remitió también el Real Acuerdo el día 11 de julio un


ejemplar de las capitulaciones al Cabildo de Tunja, para su
publicación en la ciudad y en los pueblos de su jurisdicción,
la cual verificóse el 27, conforme a la siguiente certificación:

"Yo el infrascrito Escribano público del número certifi-


co que hoy, día de la fecha, como a las once, se publicó por
voz de pregonero, por las calles públicas de esta ciudad el plan
de capitulaciones propuesto por don Juan Francisco Berbeo,
y aprobadas y confirmadas por la Junta Superior, la que su
publicación se hizo a son de caja y usanza de guerra. Y para
que conste pongo la presente en Tunja en veinte y siete de
Julio de mil setecientos ochenta y uno años.
"FRANCISCOANTONIO DE ESCAMILLA,Escribano pú-
blico del número."

El domingo 29 de julio fueron publicadas las capitulacio-


nes con la mayor solemnidad, en la villa de San Gil, "por man-
dado del señor Corregidor don Juan Francisco Berbeo", según
consta en acta de 31 de agosto del Cabildo de aquella villa.

* **
"Ah Cabildo, dice don Salvador Plata, refiriéndose al de
Tunja. Es éste el que afectó tanta fidelidad al Rey en las con-
ferencias que tuvieron en Zipaquirá con sus Ministros?
"Accedieron y formaron aquellas treinta y cinco proposi-
ciones tan pél'fidas y escandalosas, que sería monumento eter-
no del más vergonzoso oprobio de este infeliz Reino. Todo él
se estremece ahora que ha abierto los ojos. ¿Por qué no pregun-
taba a Berbeo quiénes le dieron poder para que a nombre de
todas las ciudades, villas y demás lugares de él capitulase con
su Soberano? Por lo menos se sabe de Tunja, de esta ciudad
que se rindió a Ignacio Tavera y al ajusticiado Isidro Molina.
De ésta, C1.lYO Cabildo refundió toda su acción en sus cuatro
Diputados, para conferir con sus Señorías los señores Capita-
nes Generales del Ejército rebelde, cuanto condujese a su Ex-
pedición, y para reunir con ellos sus voluntades, y seguir has-
ta ver el fin de sus intentos, que canoniza de justos y chris-
tianos. Se sabe, digo, que sus Diputados dictaron la mayor
parte de aquellas momtruosísimas Capitulaciones. Tales fue-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 53

ron, Señor Excelentísimo, los que en el campo de Zipaquirá


manifestaron más fidelidad a V. Excelencia y señores Comi-
sionados. ¿Qué podrían hacer los señores Ministros de la Su-
perior Junta, si sólo éstos parecían leales?" (Plata, Defensa,
numeral CCCVI).

***
"Que la presente rebelión, dice el Regente Visitador Ge-
neral, en sus conceptos contra las Capitulaciones, tenga diver-
so principio y objeto del que se aparenta, consta de todo el
contexto de las Capituladones propuestas por los rebeldes.
Compónense de 35 capítulos que suenan firmados en el acam-
pamento de guerra, en territorio de Zipaquirá, a 5 de Junio
de este año, por Juan Francisco Berbeo, Capitán General,
Comandante, que se titula de las ciuda~es, villas, parroquias
y pueblos, que por comunidades componen la mayor parte del
Reino, y en nombre de las demás restantes, por las cuales
presta voz y caución, mediante la inteligencia en que se halla
de su concurrencia.
"Esta sola enunciativa incluye el delito más atroz que los
vasallos pueden cometer contra su legítimo Monarca, pues se
confiesa una asociación criminal y armada para usurpar los
derechos más sagrados de la soberanía. Y a la atrocidad se
agrega el dolo con que se quiere hacer trascendental a todo un
Reino la infidencia de la plebe de las dos villas del Socorro y
San Gil, centro de la rebelión y su primer origen.
"Los rebeldes tuvieron la osadía de proponer al capítu-
lo 18, Que todos los empleados y nombrados en la presente
Expedición, de Comandante General, Capitanes Generales,
Capitanes Territoriales, Subtenientes, Alféreces, Sargentos y
Cabos, hayan de permanecer en sus respectivos nombramien-
tos, y éstos, cada uno en lo que le toque, hayan de ser obliga-
dos en el Domingo en la tarde de cada semana, a juntar su
Compañía y ejercitarla en las armas, así de fuego como blan-
cas, ofensivas y defensivas, tanto por si se pretendiere que-
brantar los Concordados que de presente nos hallamos apron-
tados a hacer de buena fe &a.
"Esto equivale a capitular que la rebelión ha de ser per-
manente; que se ha de permitir dentro del Estado una aso-
ciación siempre armada para sostenerla; que los individuos de
la tal asociación no han de conocer otra autoridad ni poder

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
54

que el que han querido usurpar; y, en una palabra, que no


haya Rey, ley ni patria.
"El contexto de las capitulaciones que propuso el Jefe de
los rebeldes es tan insolente que no tengo valor para repetir-
lo, ni lo creo necesario, pues a su simple lectura y sin más ex-
plicación, conocerá cualquiera la exorbitancia, desacato yatre-
vimiento que respiran, reduciéndose substancialmente a in-
tentar dar la ley a su Soberano, a trastornar arbitrariamente
todas las reglas establecidas, y a romper los vínculos del va-
sallaje y subordinación, sin el menor respeto, ni aun mira-
miento por la Autoridad Real.
"La Junta Superior de Tribunales de Santafee y los Dipu-
tados que había en Zipaquirá aceptaron y aprobaron cuanto
propusieron los rebeldes, porque sorprendidos de terror y es-
panto, y hallándose sin fuerzas para resistirlos, se creyeron
obligados a ceder a la violencia, conociendo sin duda que todo
em notoriamente nulo."

***
El exjesuíta don Juan Pablo Vizcardo y Guzmán elogia
el altruismo de los autol'e.~de las Capitulaciones de Zipaquirá,
en relación con lo estatuido por el artículo 79 en beneficio de
los indios, en la célebre carta de 1799, dirigida a los Españo-
les-Americanos, por medio de la cual los concita a la indepen-
dencia de la Metrópoli:

"¡Generosos Americanos del Nuevo Reino de Granada!,


-les dice. Si la América española os debe el noble ejemplo de
la intrepidez que conviene oponer a la tiranía, el nuevo res-
plandor que se añade a vuestra gloria será en los fastos de
la humanidad que se verá grabado con caracteres inmortales;
que vuestras armas protegieron a los pobres indios, nuestros
compatriotas, y que vuestr03 diputados estipularon en pro de
sus intereses con la misma liberalidad que por los vuestros.
Pueda vuestra conducta magnánima servir de lección útil a
todo el género humano." (Villanueva, Carlos A.), "Napoleón
y la Independencia de América", pp. 313 Y 314).
Profusas circularon las capitulaciones no solamente en
las provincias levantadas, sino en la mayor parte de los pue-
blos del Virreinato de Santa Fe y en la provincia de Mara-
caibo. Su fama alcanzó a difundirse en el Virreinato del Río

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 55

de la Plata: "Qué hacemos -exclaman los vecinos de Mendo-


za, aludiendo a la sublevación de los comuneros de Nueva Gra-
nada- que no nos alzamos ... ? Que los que se han levantado
en Santa Fe de Bogotá. y en otras partes, han conseguido lOi
que han querido." (Lewin, Boleslao), "Túpac Amaru el Rebel-
de", pág. 319).
"Cabe afirmar, dice el docto historiador Boleslao Lewin,
sin dejar lugar a dudas, que las autoridades aceptaron las Ca-
pitulaciones, porque se encontraban totalmente a merced de
los comuneros, apostados a cuatro leguas (a diez leguas, de la
capital del virreinato. De otra manera no hubiera sucedido tal
cosa. Basta para convencernos de ello, el examen de algunos
artículos del documento en cuestión. Pero antes es necesario
que nos traslademos mentalmente a la época en la que el va-
sallo estaba obligado a cumplir ciegamente las órdenes ema-
nadas de la autoridad absoluta. Y he aquí que esta misma au-
toridad, en el caso que tratamos, no sólo tolera que se le for-
mule exigencias, sino que se somete a ellas. Esto, claro está,
pudo suceder en condiciones muy especiales, cuando a la fuer-
za de los comuneros la Junta de Tribunales no pudo oponer
nada ... " (Lewin, Boleslao-, Túpac Amaru el Rebelde", pá-
gina 364) ..
•• •
Envolvían las Capitulaciones persuasivos indicios de so-
beranía popular, puesto que por ellas asumían los vasallos la
potestad de establecer preceptos y prescripciones que las au-
toridades reales debían de obedecer y ejecutar, quebrantando
así las rgalías y el principio de autoridad, propios y particula-
res del monarca.
Estatuían implícitamente el principio de la autonomía
nacional con las prerrogativas otorgadas a los criollos, para
que fuesen antepuestos a los peninsulares en el ejercicio de los
cargos públicos en la colonia, cuyos resultados habían de re-
dundar forzosamente en favor de la emancipación de los co-
lonos.
Libraban al pueblo de gran cantidad de gabelas, secula-
res y eclesiásticas, y por consiguiente, de los grandes abusos y
múltiples corruptelas que de ellas provenían, salvando así el
principio de la propiedad individual.
Establecían, por último, la confirmación oficial de los gra-
dos militares de todos los jefes y oficiales del ejército de los

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
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comuneros, y obligaban a sus capitanes a reunir sus compa-


ñías el día domingo de cada semana, a fin de disciplinarIas
y adiestrarlas en el manejo de las armas, así de fuego como
blancas, para defender las prescripciones que por ellas se es-
tatuían.
Constituyen las Capitulaciones de los comuneros. en rela-
ción con la época de servidumbre y abyección en que fueron
acordadas, un monumento perdurable de grandeza, que pone
de relieve la dignidad humana en un pueblo sojuzgado, y que
honra la memoria de sus autores y de las armas que supieron
imponerlas a los ministros de una monarquía despótica y ab-
soluta.
Las Capit.ulaciones de Zipaquirá, únicas en su género en
las colonias españolas, y el movimiento insurreccional que
las originó, obra fueron exclusiva de los criollos del Nuevo Rei-
no de Granada, como igualmente lo fué la guerra de indepen-
dencia de la metrópoli española, que estalló treinta años
después.
Estos conceptos nuestros, publicáronse primeramente en
la Revista del Colegio de Boyacá, en su edición de noviembre
de 1944, y luego en nuestro libro Los Comuneros, páginas
143 y 144.

EL ARZOBISPO DE SANTA FE INFORMA


A DON JOSE DE GALVEZ

Carta reservada número 1 del Arzobispo de Santa Fe don


Antonio Caballero y Góngora a don Jose! de Gálvez, dando
cuenta, con documentos, de los alborotos de aquel Reino, capi-
tulación forzada en que intervino en Zipaquirá y visita que iba
a emprender para misionar y reducir los levantados. Pide el
perdón de los sediciosos y recomienda el mérito de los que más
se han distinguido, etc.
Santa Fe, 20 de junio. (Archivo General de Indias, 117-2-1-.

Excelentísimo Señor.
Muy señor mío:
Supongo a V. E. suficientemente informado por el Real
Acuerdo y Junta Superior de las alteraciones civiles que han
agitado este miserable Reino. No ha muchos días que comen-
zaron éstas a concebirse; pero se concebían con tantas precau-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 57

ciones, con tal rapidez, vivacidad y esfuerzos, que quando se


manifestaron aparecieron ya como un cuerpo formidable que
no pudo sofocarse en sus principios. Hallábame entonces muy
tranquilo, aunque algo alterada mi salud con los efectos de la
fragosidad e incomodidad de los caminos, y de la alternativa
sucesión de varios temperamentos y climas sufría en las carre-
ras y éxercicios de mi pastoral visita; pero desde el día que
se comunicó la primera noticia de tantos deplorables sucesos,
no pude contener me en un país que me brindaba con el reposo
y delicias de la profunda paz que poseía, antes bien creí que
exemplo de un buen Pastor que ocurre donde se presenta a su
rebaño maior peligro, debía suspender por entonces la visita
y anteponer a mi quietud y ventajas propias, las públicas, las
del Estado y las del Real servicio.
Con tal resolución dispuse inmediatamente mi regreso a
ésta capital, y desde que llegué a ella hubiera sin duda em-
pleado todo el celo y todos los oficios de que es susceptible mi
Ministerio, si la calidad de él no me redujera a esperar que
por el Superior Gobierno se me diese parte de estos acaeci-
mientas o se me pidiese algún consejo o se me exercitase en
alguna otra cosa que pudiese contribuir a la contención de los
pueblos. Pero como nada de esto se verificase, oía no sin gran-
de aflicción las voces que generalmente corrían y aseguraban
la intrepidez con que los primeros sublevados iban ya tomando
terreno y conmoviendo todo el Reino; veía, desde el interior
de mi retiro, los presentes escollos a que, en fin, iban ya a pre-
cipitarse, y lleno de temor y temblor de que por omisión de
alguna de mis obligaciones, se requiriese de mis manos la san-
gre de mis descarriadas ovejas, gemía en lo íntimo de mi co-
razón, lloraba, dirigía al Señor mis votos y mis sacrificios; or-
dené oraciones públicas, y escribí cartas circulares a todos los
Curas y Sacerdotes de mi Diócesis,empeñándolos a mantener
en la debida subordinación sus respectivos feligreses, por me-
dio de sus frecuentes pláticas y amonestaciones.
El Superior Gobierno por su parte usaba entretanto de
todos los arbitrios de paz, de defensa o de ofención, que le su-
gerían la prudencia y la autoridad. Era ya tiempo de hacer
frente a los amotinados. Reunió todas sus fuerzas, pero eran
tan débiles que no se presentaron en el Puente Real de Vélez,
sino para ser miserable trofeo de los enemigos. El Superior Go-
bierno dará cuenta a V. E. del fatal suceso que tuvo la salida
del Oidor don Josef de Osario y la expedición que le seguía,

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
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compuesta de solos cincuenta soldados y algunos pocos volun-


tarios (entre los quales iban tres familiares míos, seglares), co-
mandados todos por el Capitán don Joaquín de la Barrera. Los
despojos que de esta acción recogieron los rebeldes, fué nada
menos que todas las armas que nos guarnecían. Estremecióse
con tal golpe nuestra capital. No podría fixar su esperanza en
paysanos desarmados, y la abundancia de hombres inútiles no
hacía sino agravada más. El terror se esparció y derramó en
todos los corazones, y ya no se oían sino gemidos que pronos-
ticaban nuestras calamidades y nuestra ruina. Aumentábase
la consternación al paso que se tenían noticias ciertas de que
los sublevados más insolentados y atrevidos, con las incom-
parables ventajas adquiridas en este triunfo, de que estaba
pendiente la decisión de su fortuna, se hacían dueños de todos
los lugares a que se adelantaban; que éstos, habiendo hecho
causa común de todo el Reino la pretensión de aquéllos, bien
lejos de oponérseles, los proclamaban en públicos víctores, los
llamaban, salían en tropas a recibirlos, se les rendían, y aun
se anticipaban a cometer robos y estragos en las Reales Ofici-
nas, antes de avistar algunos de aquellos emisarios que a este
fin despachaban por todas partes. Que ya un grueso ejército
marchaba desde la villa del Socorro, con la cruel idea de en-
trar a fuego y sangre en la capital, si ésta no se les unía y
complicaba en la rebelión; que no respiraban sino amenazas y
en ellas prometían trágica muerte a todos los europeos y a
todos los Ministros del Rey. Que su principal objeto era apo-
derarse del Erario Real, fixar aquí la silla de la sedición y ex-
tender desde ella su fuego a las vecinas provincias de Caracas,
Quito y Popayán.
En tales circunstancias, Excelentísimo Señor, si me es líci-
to decir abiertamente mi parecer en hechos de que he sido el
testigo más ocular, no pudo ofrecerse a los fieles vasallos del
Rey otra empresa más grande, más ventajosa a su servicio,
pero ni más dificultosa que contener, por la mediación y tra-
tados de paz, la entrada de los tumultuantes a la capital. Esta
les quitaba de las manos el Tesoro del Rey y de los particu-
lares, que podía sostenerlos y dar mayor vigor a sus intentos;
extinguía la llama que iba a encenderse en regiones casi in-
conquistables; debía hacerlos retirar a sus domicilios; los con-
tenía bajo el yugo de la subordinación y reconocimiento al
Soberano y, en fin, daba lugar a fortificamos y a tomar para
en adelante las medidas que la experiencia de nuestros días

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 59

haga conocer que nos son necesarias. Pero era forzoso que una
persona de autoridad los persuadiese, y para ello debía expo-
ner su vida al furor de unos hombres a quienes el nombre de
paz era tan odioso y desapacible. No pude entonces mirar más
con indiferencia la inminente perdición del Reino y resolví
sacrificar la mía como christiano a mis prójimos, como vasallo
a mi Rey y como Pastor a mis ovejas. Comuniqué mi determi-
nación al Regente, y éste a la Junta Superior de Tribunales,
tenida en la noche del día doce del mes de mayo, y en efecto,
con acuerdo de ella, acompañado del Oidor don Joaquín Vasco
y Alcalde ordinario don Eustaquio Galavis, comisionados por
la misma, sin embargo de hallarme actualmente enfermo, salí
a la mañana del día siguiente, dirigiéndonos al pueblo de Zi-
paquirá, distante una jornada, en donde ya se suponían los
rebeldes, pero aún no habían llegado.
Entre tanto nos dieron bastante que hacer y merecer los
vecinos del mismo Zipaquirá, que aparentaban una paz muy
afectada, pues la noche del diez y seis entregué mi persona y
la de mis clérigos (no a los irrespetos, de que ya no era tiempo
de hacer caso), sino a los furores y a las violencias de una
plebe tumultuada con la maior vehemencia y obstinación. De
estos sucesos se informará V. E. por el documento número 19,
Por la resistencia que en lo sucesivo tuvo aquella gente
en admitir capitulaciones, se puede entender con quanta sin-
ceridad ofrecieron estipularlas al Oidor don Josef de Osario,
residente entonces en Chiquinquirá, a quien luego que me
avisó del día prescripto para abrir sus preliminares, encargué
con instancia me insinuase si para este acto era en alguna ma-
nera importante mi presencia, resuelto a partirme para aquel
puei:,io, no obstante las dificultades del tiempo y de los cami-
nos. De todo dí cuenta a la Junta Superior en oficio del día 19,
de que es testimonio el documento número 2Q.
Pocos días después comenzaron a aparecerse varias parcia-
lidades de treinta, cuarenta y hasta cincuenta hombres, con
sus respectivos capitanes, y una de las primeras máximas de
que me valí para ir abriendo camino a la paz, fué atraerlos
con dulzura al paso que venían, y deteniéndome con ellos en
conversaciones y discursos llenos de todos los sentimientos de
charidad y de humanidad, me hacía tan dueño de sus volun-
tades, que no sólo las disponía a quietarse con estipulaciones,
variando sus primeros intentos, en cuya certeza me confir-

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60 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

maron, sino también a contribuir por su parte que siguiesen


el mismo ejemplo algunos otros.
Supe por los mismos que el campo de Nemocón era el
punto de reunión en donde habían de incorporarse las tropas
que venían marchando, y que ya con algunas había llegado a
él su Jefe principal don Juan Francisco Berbeo. Inmediata-
mente fuí a aquel pueblo y por varios recados que le pasé
comprehendí la grande repugnancia que él y sus oficiales te-
nían en avistarse conmigo. La dificultad era casi insuperable y
no podía vencerse sin temor de consecuencias muy funestas
Atropellé por todas y me les presenté en su campo con sólo uno
de sus capitanes. Tuve con todos ellos una larga sesión, y aun-
que al principio reconocí sus ánimos impersuasibles, pude en
fin inclinarlos a aceptar mis proposiciones y acomodarse a una
composición regular. Así lo hice presente a la Superior Junta,
en oficio del día 26, cuyo testimonio es el documento nú-
mero 39.
Nos lisonjeaba la estipulada paz, y sólo restaba que los
jefes de los tumultuantes, ya acampados en las inmediaciones
de Zipaquirá, formasen sus representaciones para concluírla.
Pero al tercero día se conmovieron de nuevo las gentes con
tanto ardor, que se disiparon todas nuestras esperanzas y nos
vimos en la última consternación. Algunas compañías pasea-
ron la plaza en acción de guerra, y no contentas con insultar
mi dignidad, al tiempo que pasaban por mi habitación, publi-
caron en las cuatro esquinas las sangrientas ideas que los en-
caminaban a Santa Fe. Dió motivo a esto o una carta que me
comunicó don Juan Francisco Berbeo por medio de un ecle-
siástico (documento número 49), dirigida a él por los otros
nombrados Capitanes Generales de la villa del Socorro, en que
lo interesan y empeñan vivamente a no omitir la entrada de
la capital, y a extrañarme del Reino, tocando a sede vacante,
si fuese necesario a sus intentos, o una voz vaga que esparcie-
ron los mal intencionados de haber yo ganado a Berbeo con
quince mil pesos, suposición que los irritó de manera que no
dudó uno decir: "todo se compone con dos balas, una al Arzo-
bispo. otra al General", expresión que castigó su capitán arres-
tándolo en la cárcel, pero pocas horas después lo extraxeron
sus mismos compañeros. Hecho que dará a conocer a V. E. quál
era la subordinación de estas gentes a sus jefes.
Viéndolos ya resueltos a marchar a Santa Fe, y temiendo
verificasen sus ideas de pasar de allí a Popayán y Quito, po-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 61

niendo en combustión todo el Continente, determiné volver a


verme con los Capitanes. Fueron incomparables los trabajos,
indecibles los insultos que en esta segunda conferencia sufrí
de aquellas gentes, las más de infame extracción y aun de
más infames pensamientos; pero, en fin, a costa de una inal-
terable paciencia logré no sólo aquietarlos y admitir capitula-
ción, sino también que don Juan Francisco Berbeo me prome-
tiese se reglaría ésta en el mismo Zipaquirá, sin mover su
acampamento, contra el dictamen de muchos, que acaso para
poner en ejecución sus siniestros fines, intentaban que fuese
en Santa Fe. Consta del Documento número 59.
En esta ocasión fuí testigo de la numerosa multitud de
gentes que formaban aquel exército, formidable sin duda, no
sólo a la capital, sino aun a todo el Reino, por lo poco poblado
que se halla en su extensión. Todo el campo que media entre
los pueblos de Zipaquirá y Nemocón, distantes entre sí tres
horas de camino, estaba cubierto de tiendas. Se reguló el nú-
mero de combatientes en el de quince a diez y seis mil, sin
hacer cuenta de los yndios, a quienes mriaban con desprecio.
De todo hay exacta relación en el expediente de los Comi-
sionados.
Los de la comprehnsión de Tunja, Sogamoso y San Gil, que
componían el considerable número de cinco a seis mil hom-
bres, adhirieron a mi estipulación con Berbeo y la hicieron
valer contra el sentimiento del partido contrario, pues aunque
éste les excedía en el número de gentes, ellos les llevaban otras
tantas ventajas, cuanto que era la tropa más lucida de aquel
exército, la más esforzada y más subordinada a sus jefe~3.Estos
me coadyuvaron vastamente en mi empresa, o porque en per-
juicio suyo se pretendía erigir en gobierno la villa del Soco-
rro, o porque los más de ellos, especialmente los de Tunja y
Sogamoso, venían por fuerza (?), como se ve por el documen-
to número 6Q.
Hallándolos así divididos por sus propios intereses, me
aproveché con felicidad de su misma división, a fin de conte-
ner con su respeto a los otros, si intentasen pasar adelante, y
tener a ellos siempre a raya y baxo mis órdenes, para que efec-
tuasen las capitulaciones en Zipaquirá, como me lo prome-
tieron y guardaron religiosísimamente. Procuré separarlos de
los demás, y lo ejecutaron con el pretexto de serIes necesario
mudar sitio para que pastasen sus caballos y para libertarse
de alguna peste que podría introducirse por la multitud. En

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62 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

este estado me hubiera sido muy fácil (y aun algunos ofre-


cieron contribuir a ello), empeñar los unos contra los otros,
si aquéllos instasen ir a la capital; pero este medio, que tiene
bastantes exemplares en los anales de las naciones, a más de
parecerme muy contrario a las piadosas intenciones del Rey y
ser muy ajeno a la mansedumbre de mi santo Ministerio, no
podría producir otra cosa que hacerles soltar de una vez las
riendas a la independencia y a la rebelión.
Sólo se temía ya que la necesidad de víveres que tenían
unos y otros, y la incomodidad de los sitios en que estaban
acampados, que son lugares muy cenagosos, no los forzase a
seguir su primer intento. Para precaver este inconveniente les
distribuímos abundantes limosnas, y por estos medios conse-
guimos que las tropas menos inclinadas a la paz, solicitasen
ya sus capitulaciones con impaciencia; que con esta esperanza
en que los radicamos, no sólo desistiesen del propósito de en-
trar en Santa Fe, sino también se retirasen muchas a sus pue-
blos, quedando sólo los Capitanes, y así consiguientemente,
debilitábamos la ventaja que hacían a las de nuestro partido.
Presentó, en fin, don Juan Francisco Berbeo, en nombre
de todo el Reino, un concordato compuesto de treinta y cinco
artículos, el que remitido por los Comisionados a la Superior
Junta, no pudo ésta menos de rehusarse, por la primera vez,
a la aprobación de unas proposiciones tan vergonzosas e inso-
lentes; y en la persuación de que se hallaban los ánimos algo
menos inquietos, las dirigieron a los Comisionados para que
procurasen moderarlas en la substancia y en el modo, a lo
menos las más repugnantes, o en caso que la necesidad los for-
zase, las admitiesen en su nombre y jurasen su cumplimiento.
Al mismo tiempo que los Diputados, tuvieron los tumultuan-
tes, por medio de sus correspondencias secretas, aviso de esta
resolución del Superior Acuerdo, y sospechando de ella que se
les maquinaba algún engaño, corrieron precipitadamente a
mi habitación, con las armas en la mano, al ruido de cohetes
y de tambores, que hacían señal de guerra. Sería largo refe-
rir las expresiones y movimientos con que explicaron su indig-
nación, su rabia y su furor. Llenos del mismo, aunque no lo
manifestaban con tanta vivacidad, llegaron los Capitanes a mi
presencia y de los Comisionados. Recibímoslos con grande se-
renidad y habiéndolos asegurado de las sanas intenciones de
la Superior Junta, dirigidas a solicitar con ellos mismos la
interpretación de algunos artículos ambiguos y el justo te m-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 63

peramento de otros, los aplacamos e indujimos a executar lo


que les proponíamos. En efecto conseguimos la mitigación de
algunos, pero con tal repugnancia de algunos de aquellos Ofi-
ciales, que saliendo de la sala conmovieron las tropas, de suer-
te que enfurecidas hasta el exceso, acometieron a mis venta-
nas, abocando a ellas las escopetas y amenazándonos de hacer
fuego, si no se aprobaban inmediatamente sus proposiciones.
Sus mismos Capitanes temieron, y no habiéndome permitido
salir personalmente a apaciguarlos, me les presenté por una
ventana y les insté se quietasen, que no tratábamos sino de
aliviarlos en 10 que pretendían; pero se empeñaron con tal
obstinación, que los Comisionados se vieron en la triste pero
forzosa necesidad de disolver la Junta y pasar por el resto de
las capitulaciones, en que hay algunas insolentísimas, conten-
tándose solamente con oír el nombre del Rey en repetidos
vivas, y el reconocimiento del vasallaje, que manifestaron to-
dos los Capitanes y tropas. Éstas no se sosegaron hasta que
vieron salir, acompañado de uno de sus Capitanes, el propio
que conducía a Santa Fe sus representaciones. Brevemente
vinieron confirmadas y juramentadas todas por la Superior
Junta, y es inexplicable la alegría y júbilo con quellas recibie-
ron. Congregados en la Yglesia los Jefes de los rebeldes y los
Comisionados, después de la misa que les oficié hicie:ron éstos
en mis manos la ratificación y juramento, con la solemnidad
que pidieron aquéllos en su último artículo. Así contuvimos los
ímpetus de tan furiosa rebelión; y ojalá que aun a costa de
nuestra propia sangre hubiéramos podido hacer más. El do-
cumento número 7Qes relativo a estos hechos.
Ynmediatamente se hicieron publicar las Capitulaciones.
y aunque algunas tropas ya satisfechas con el lleno de sus
pretensiones se retiraron a sus domicilios, otras no podían
verificarlo por su necesidad. A. este fin, y para que no lo cos-
teara todo el Real Erario, había yo escrito al Real Acuerdo se
pidiese un subsidio a las personas acomodadas de Santa Fe,
ofreciéndome yo por primer contribuyente y en la mayor can-
tidad (documento número 8Q), pero no habiéndolo tenido a
bien, me aiudaron algunos buenos patriotas a distribuírles los
medios necesarios para su viático, con lo que los despedimos y
marcharon a sus pueblos mui contentos, siendo los últimos
que levantaron su campo los de Tunja y Sogamoso, a quienes
dí orden se mantuviesen hasta el fin, para oponerlos a cual-
quiera ocurrencia.

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64 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Aunque ya desde este día comenzó a verse todo en sereni-


dad, no dudo que en unos corazones todavía acalorados con
el fuego de la sedición, hayan quedado muchas centellas ca-
paces de producir el mismo incendio. En esta persuación, aun-
que al siguiente día once me restituí a Santa Fe, a fin de ce-
lebrar órdenes y asistir a las solemnidades del Corpus, pero
entre los ocho días inmediatos a la fecha de ésta, determinó
volver a Zipaquirá, en donde me espera don Juan Francisco
Berbeo, con algunos de sus Capitanes, en cuya compañía y la
de dos misiones, una de capuchinos y otra de franciscanos ob-
servantes, que he prevenido, recorreré todos los pueblos con-
movidos, para dar la última mano a esta obra de reconcilia-
ción. No podré concluir esta empresa dentro de un año, y en
ella me esperan inmensos peligros y trabajos, pero me gloriaré
en todos los que sufriere por la honra de Dios y servicio del
Soberano. Antes de hablar a aquellas gentes sobre su enorme
delito, procuraré a ejemplo de San Juan Crisóstomo en las
turbulencias de Antioquía, radicarlos en la paz y en el cono-
cimiento de sus obligaciones. No dudo que la palabra de Dios,
siempre una misma e invariable en todos tiempos y en los
labios de cualquier Ministro, producirá el mismo efecto que
en los de aquel grande Santo, y los dispondrá a hacerse dig-
nos de la gracia de Dios y del Monarca.
Esta, Excelentísimo Señor, pediré únicamente postrado a
los pies del Rey, si mis fatigas, si mis trabajos, si mi celo me-
recen algo a los ojos de Su Majestad. La inexplicable miseria
de este país los ha despeñado a tan graves atentados, y si me
es permitido aventurar una conjetura, las ningunas fuerzas
del Gobierno, que ni los ha contenido, ni podido contener en
el término de tres meses, puede acaso haber engrosado el par-
tido de los primeros, que no pasaría de cuarenta o cincuenta
hombres, hasta el número de quince o diez y seis mil, que se
han presentado en Zipaquirá. Los extraños oirán esto con ad-
miración, y nosotros no podemos testificarlo sin renovar nues-
tro dolor. Hallábase tan destituida de fuerzas esta capital,
que mis tres familiares que se presentaron voluntarios para
la expedición del Puente Real, necesitaron mucho tiempo y
mucho trabajo para proveerse de las armas necesarias. Cier-
tamente, si no se formó un exército de cien mil hombres fué
o porque no los había, o porque para sostener sus pretencio-
nes no tenían necesidad de tantos. Ni es de menor considera-
ción que unos hombres ya despechados, y defendidos con fuer-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 65

zas tan incomparables a las que podían resistirles, se hubiesen


dexado persuadir y vencer sin más armas que la promesa del
perdón en nombre del Soberano, cuio augusto nombre pro-
clamaban aún en sus más vivas conmociones. Nada digo por
disculparlos, sino porque se estremece ya el corazón con sola la
idea de la sangrienta catástrophe en que de otra suerte que-
dará envuelto todo el Reyno. Es nada menos que un Reyno
entero el que se halla implicado en delitos tan atroces; pero
también pido el perdón a un Rey clementísimo, qu~ no sólo
puede dispensarIo, sino que ha dado solemnes testimonios de
la incomparable bondad, de la paternal ternura con que lo
franquea a los que le piden con sinceridad y humillación. Ten-
go cierta confianza de que Su Majestad, por la mediación de
V. E., hará valer la Real palabra que sus Ministros han empe-
ñado tan solemnemente. La misma oración dirijo al Altísimo,
y le ruego incesantemente que, o use de misericordia con estas
mis infelices ovejas o borre al Pastor del libro de la vida.
Los Comisionados don Joaquín Vasco y don Eustaquio
Galavis y el Oidor don Josef de Osorio han tenido tanta parte
en la pacificación del Reyno, que han expuesto mil veces su
autoridad, sus respetos y sus vidas. Pero tengo también la sa-
tisfacción de poder certificar a V. E. que no ha sido :men.or
la en que han contribuido mis Eclesiásticos, manifestando
en todas ocasiones su amor y fidelidad al Soberano. El Cura
del Páramo, doctor don Fernando FernáIidez de Saavedra,
me dió desde los principios de estas turbaciones, cuenta exacta
de su origen y progresos, y casi pronostica la: fatal jornada
del Puente Real (documento número 99). El Cura Teniente
del Socorro, Maestro don Joaquín de Arrojo, ha cumplido tam-
bién sus obligaciones, que el Regente Visitador dió un testi-
monio honorífico de su proceder, en el oficio número 10, en que
a nombre de la Junta Superior me pide le dé el interinato de
aquel Beneficio, vacante por muerte del propio Cura, doctor
don Francisco de Vargas. El de Oiba, doctor don Filiberto Es-
tévez, el de Simijaca, doctor don Rafael Torrijos, el de Faca-
tativá, doctor don Juan de Salazar, el de Zipaquirá, doctor
don Juan de Rivas, me han servido de emisarios, y por su me-
dio he facilitado y mantenido la importante correspondencia
con don Juan Francisco Berbeo y sus capitanes.
Todos estos Ministros de la paz desearían ver recompensa-
das sus fatigas con el perdón de los culpados; y esperándolo

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66 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

obtener por la poderosísima intercesión de V. E., rogamos a


nuestro Señor guarde su importante persona muchos años.
Santa Fe y junio 20 de 1781.
Excelentísimo Señor.
B. L. M. de V. E. su más atento y seguro Capellán,

ANTONIO, Arzobispo de Santa Fe.

Excmo. Señor don Josef de Gálvez.

* **

NOTA BENE. Lleva el arquetipo de este documento la


siguiente anotación marginal

"Ha oído el Rey esta carta y las siguientes (que todas han
llegado juntas), coo tanto sentimiento por las escandalosas!
sublevaciones de los comunes que aspiraron a sacudir el yugo
suave de su dominación, como de gratitud hacia este dignísi·
mo Prelado, por los grandes trabajos, extraordinarios esfuer-
zos y celo apostólico con que se ha empleado en serenar aque-
llas turbaciones que hubieran arruinado el Reino, a no haber
destinado en él la Divina Providencia el mejor Pastor de cuan-
tos han ilustrado las iglesias de Indias. En este seguro cono-
cimiento ha resuelto S. M. darle gracias en una carta firmada
de su Real Mano, para manifestar el soberano reconocimien-
to y aprecio que le merecen las virtudes y servicios del Arzo-
bispo; confirma el perdón general que concedió el Virrey a los
culpados en los alborotos, bajo los términos justos que lo publi-
có a instancia del mismo Prelado, aprobándolo el Rey por con-
sideración y por las aceptables ruegos suyos, para que aquellos
vasallos deban esta especialísima gracia a la intercesión pa-
ternal de tan condecorado y respetable medianero. Y le auto-
riza S. M. para que con sus informes o dictámenes reglen el
Virrey y el Acuerdo o Junta de Tribunales las providencias
que convenga dar, hasta restituir los pueblos y habitantes de
aquellas Provincias conmovidas, al perfecto estado de tranqui-
lidad, sumisión y obediencia en que deben ponerse &a. Enero
14 de 82."

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 67

El arquetijo de este precioso documento, descubierto fué


primeramente con intervención nuestra, en 1921, en el Archivo
General de Indias; y de su apógrafo, cuidadosamente sacado,
dimos a la publicidad, antes que cualquiera otro, los más esen-
ciales e importantes pasajes que contiene, en nuestro libro
Los Comuneros, en 1945. Don José María Restrepo Sáenz, docto
académico, de grata memoria, quien conocía el libro de Carna-
cho Baños, por haberle sido facilitado por nosotros, para su
consulta, refiriéndose al informe del señor Caballero y Gón-
gora, en su último libro Biografías de los Mandatarios y Mi-
nistros de la Real Audiencia, nutrido de datos, dice en la pá-
gina 172: "El doctor don Pablo E. Cárdenas Acosta, eruditísi-
mo investigador y denodado crítico histórico, en su libro Los
Comuneros, reproduce distintos párrafos de este documento,
cuya copia ootuvo en el Archivo de Indias de Sevilla."
Sin embargo, el académico don José Manuel Pérez Ayala,
autor del importantísimo y bien documentado libro Antonio
Caballero y Góngora, hace en la página 89 la siguiente afirma-
ción: "La versión dada por Caballero y Góngora al gobierno
español, sobre los acontecimientos en que actuó, fué publicada
por primera vez en Sevilla el año de 1925,por don Angel Cama-
cho Baños." Con la venia de nuestro apreciado colega he-
mos de manifestarle que no acertamos a comprender cómo
pudo hacer tan concluyente como inexacta afirmación, puesto
que en las 87 páginas del texto, de que consta el opúsculo del
señor Camacho Baños, intitulado Sublevación de Comuneros
e.n el Virreinato de Nueva Granada en 1781, y que ponemos ,a
su disposición, no aparece el documento en cuestión, ni se re-
produce pasaje alguno, ni se aduce testimonio de ningún or-
den, ni se alude a él para nada.
** *
SUPREMO CONSEJO DE GUERRA DEL SOCORRO

D. Juan Francisco Berbeo.


D. Antonio José Monsalve.
D. Francisco Rasilla.
D. Ramón Ramírez.
D. José Antonio Estévez, Sustituto de D.
Salvador Plata.
D. Joaquín Fernández Alvarez, Secretario.
***

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
68

SUPERINTENDENTE Y GENERALíSIMO

Do Juan Francisco Berbeo.


* :'(.::-:

CAPITANES GENERALES

D. Antonio José Monsalve.


D. Francisco Rosilla.
D. Salvador Plata.
D. Ramón Ramírez.
D. Juan Miguel <González.
D. Pedro Fabio de Archila.
Do Pedro Alejandro de la Prada.
D. José Vicente Plata de Acevedo.
D. José Antonio Estévez, Teniente General.

* * *
PROCURADOR GENERAL DEL COMUN

Antonio de MoUna.

* * *
NóMINA DE LOS JEFES Y OFICIALES DEL EJÉRCITO DE
LOS COMUNEROS QUE CONCURRIERON AL CAMPAMENTO
GENERAL DE ZIPAQUIRA

***
ESTADO MAYOR GENERAL

General, Comandante General. ::'DoJuan Francisco Berbeo.


General, Ayudante Mayor *D. Pedro Antonio Nieto.
Capitán, Ayudante Mayor ::'D. Pedro García.
Teniente General. . o ::'D. Francisco Javier Tello.
" " ::'D. José Simón Villarreal.
" " ::'D. Juan Rodulfo de Azuero.
Capitán, Ayudante D. Javier Reyes.
Capitán Volante, Ayudante ::'DoIgnacio José Tavera.
" " " "'D. Marcelo José de Ardila.

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E.'L MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 69

Teniente, Ayudante . *D. Nicolás José de Vega y Gó-


mezo
Secretario, Ayudante . *D. José Ignacio de Ardila.
Capitán General de Santa Fe. *D. Jorge Lozano de Peralta.
" """" *D. Francisco de Vergara.
" " " " " *D. Francisco de Santamaría.
" " " " " *D. Francisco Antonio Vélez.
Diputado del Cabil;:::)de Tunja. *D. Agustín Justo de Medina.
" " " " " *Dr. D. Juan Bautista de Var-
gas.
" " " " " *D. Fernando pabón y Gallo.
" " " " " *D. Juan Salvador Rodríguez
de Lago.
Alférez, Ayudante. *D. Francisco Becerra.

Capitán de Barichara . "'D.Javier Gómez.


" "Carare . *D. José Román de Escobar.
" "Cerinza . "'D.Antonio Porras.
" "Cincelada . "'D.Ambrosio José Becerra.
" " " D. Juan Francisco Becerra de
la Fuente.
" " Cogua . D. Tomás Forero de Chaves.
" " Confines . ::'D.Jacinto Roque de los San-
tos.
" " " D. Lucas de la Plata.
" " Curití D. Francisco de Uribe y Ta-
vera.
" " " D. Javier de Amaya.
" " Charalá *D. Ignacio Calviño.
" " " D. Antonio José Araque.
" " " D. Tomás Araque.
" " " D. Félix de Vargas.
" " " *D. Isidro Suárez.
" " " D. Juan Francisco Reyes.
" " Cheva . D. Juan Antonio Pineda.
" " Chía . D. Martín Bayonero.
" " Chima . D. Melchor José de Rueda.
" " " D. Salvador García.
" " " D. Bernardino Girón.
" " Chiquinquirá .... D. José Francisco Melgarejo.

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
70

Capitán de Chiriví D. Herrnenegildo de la Cruz.


" "Chita *D. Nicolás Antonio de Esco-
bar.
" " Chitaraque ..... D. Vicente Francisco Calvo.
" "" D. Andrés de Torres.
" " Chocontá *D. Juan Eugenio Melo.
" " " D. Juan Miguel Sánchez.
" " " D. Juan Antonio Forero.
" " " ....... D. Juan Rubio.
" " El Cocuy *D. Pedro Núñez.
" " Enciso D. José de los Santos Carva-
jal.
" " Firavitoba *D. Juan de los Santos Agui-
llón.
" " Gárnbita D. Francisco Antonio Garavi-
to y Luque.
" " " D. Nicolás Garavito.
" " " , D. José Miguel Vesla.
" " Gárneza *D. Antonio Escobar.
" " Garagoa *D. Roque Perilla.
" " Guacarnayas *D. Gregario Wilches.
" " Guachetá *D. Pedro Barrero.
" " Guadalupe (El Ti-
rano) *D. Joaquín Pedro Carnacho y
Peñuela.
" " Guadalupe (El Ti-
rano) D. Juan Esteban Carnacho.
" " Guadalupe (El Ti-
rano) D. Javier de Zárate.
" " Guadalupe (El Ti·
rano) D. Ignacio de la Peñuela.
Sargento
Mayor " Guadalupe (El Ti-
rano) . D. Pedro José Carnacho.
Capitán " Guepsa . D. Ambrosio Pisco, Cacique
de Bogotá.
" " Hatoviejo . *D.José Antonio Hernández.
" " La Robada . *D. Felipe Mauricio Aranda.
" " La Salina de Chi-
ta *D.Manuel Granados.
" " La Uvita . '" *D.Lorenzo de Medina.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 71

Capitán de La Vega *D.José de Vargas.


" "La Vega *D. Pedro Esquivel.
" "La Villa de Leiva. *D. José de Neira y Páez.
" U""" " D. Agustín de Neira.
" """" " D. Roque del Ferro.
" """" " D. Juan Ignacio Páez.
Teniente " " " " " D. Gregorio Suárez.
Capitán " Lenguazaque D. Antonio Galindo.
" "Málaga D. José Nicolás de Cárdenas.
" " " D. Antonio Cordero.
" " " D. Isidro Hernández.
" "Mogotes , D. Juan Miguel Conzález.
" " " , D. Ignacio Joaquín Arias.
" " " , D. José Forero.
" " " , D. José Rafael de Figueroa.
" "Mongua .. , , D. Juan León Gutiérrez.
" "Moniquirá *D. Pedro José Moneada.
*D.Juan Antonio Pinzón y
" " " Ulloa.
" " " D. Alonso Moncada.
" " " D. Carlos Pacheco y Chaeón.
" " Motavita D. Francisco Javier de Umba.
" " ." D. Antonio Pulido.
" " " . '" D. Francisco Javier Cativo.
" " " ....... D. Manuel Lucio García.
Teniente " Nemocón . D. Antonio Luna.
Capitán " Neusa . *D. Juan de Mata Moreno.
Teniente" " . D. Bartolomé Moreno.
Capitán "Nimaima . *D.Agustín Mata.
" "Nocaima . *D. Isidro Feo.
" "Ocamonte ~ . *D. Miguel José Araque.
" "Oiba .....•..... D. Gregorio José Rubio.
" " " . . . . . . . . . .. *D. Martín José Cala.
" " " ........... D. Gregorio Montañés.
Teniente" " D. Pedro Ignacio Estévez.
Capitán " Onzaga *D.Francisco de Cárdenas.
" " ,., :%ID. Antonio de Ardila.
" " Pacho *D.Javier Florido.
" ;, Paipa "'D. Juan Félix de Alvarado.
" " " .•.• ; .....• "'D. José Miguel de Lara.
" " " •.......... D. Eusebio de Cifuentes.

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
72

Capitán de Paipa .... , D. Francisco Salamanca. o •• o o

" " " ':'D.Pedro Camacho.


" del Páramo *D.José Antonio de Uribe.
" " " D. Fermín de Ardila.
" de Pare D. Antonio José Vanegas.
o '" ••• o

" " Pesca . *D.Tomás Martínez.


" " Pinchote *D.Pedro Santos. o •••• o ••

" " " D. Joaquín de Uribe.


" " " D. Joaquín Camacho.
" " Puente Real de
Vélez .. *D. Juan José Reyes.
o • o ••••••

" " Puente Real de


Vélez D. Tomás Pinzón y Ulloa. o •••

" " Puente Real de


Vélez D. Esteban Pinzón y Santos. o

" " Puente Real de


Vélez D. José Pinzón Tolosa. o o

" " Puente Real de


Vélez D. Diego Beltrán Pinzón.
o •• o o ••• o • o

" " Puente Real de


Vélez .. D. Crisóstomo Beltrán Pin-
o •••• o o ••

zón.
" " Ramiriquí . D. Matías Moreno.
" " " D. Simón de Guzmán.
" " Ráquira o • *D. Juan Ignacio Mendieta.
" " Riachuelo . o o •••• *D.Ramón Martín del Busto.
" " Samacá .... o •••• *D.Juan Francisco Forero.
" " " D. Raimundo Montañés.
" " San Gil . *D.Vicente GÓmez.
" " " " D. Nicolás José de Vesga.
" " Santa Ana . D. BIas Antonio de Torres.
" " Santa Rosa de Ce-
rinza . *D.Juan Eugenio Morales.
" " Santa Rosa de Ce-
rinza . *D. Ambrosio García.
" " Santa Rosa de Ce-
rinza . *D.Joaquín Corredor.
" " Santa Rosa de Ce-
rinza . *D. Juan Norberto de la Hi-
guera.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 73

Capitán de Santa Rosa de Ce-


rinza . *D. Juan Andrés Pérez.
" " Sesquilé . ':'D.Juan Caballero.
" " " D. Juan Manuel González.
" " Soa tá *D. Ignacio Gualdrón.
" " " D. Patricio Ortega.
" " " D. Pedro Alcántara de Anga-
rita y GÓmez.
" del Socorro D. Miguel Monsalve.
" " " D. Ambrosio Nieto.
" " " D. Juan Vicencio Plata.
" " " D. Juan Dionisio Plata.
" " " D. Benigno Plata.
" " " D. Salvador de Lamos.
" " " " D. Pedro Campos.
" " " D. Pedro Montero.
" " " D. Isidro Molina.
" " " D. Ignacio Camacho.
" " " D. Fernando de Ardila.
" " " D. Juan Basilio de Ardila.
" " " D. Roque Cristancho.
" " " D. Miguel de Uribe.
" de Socotá ';'D. .Tosé Joaquín Rodríguez y
Gutiérrez.
" " Socha . *D. José Antonio Sarmiento.
" " Sogamoso . ':'D.José de Vega.
" " " D. Juan de Dios Díaz.
" " " "D. Pablo de Nosa y Hernán-
dez.
" " " '-'D.Juan Alejandro de Aven-
daño.
" " " *D. Juan Antonio de Alcantuz.
" " Sotaquirá . *D. Pío Quinto.
" " Suaita . *D. Joaquín de Echavarría.
" " " D. Antonio Luengas.
" " Sutamarchán "D. Francisco Rodríguez Fló-
rezo
" " Tasco . '~D.Lorenzo Gutiérrez.
" " Tausa . D. Juan Ignacio Rodriguez.
" " Tenza . *D. Bartolomé de Avila.
" " Tibasosa . *D. Juan Antonio Soler.

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74 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Capitán de Tiribita *D.Juan Agustín Ruiz.


.. , .
" "Toca *D.Francisco de Alarcón.
.
" "Tópaga *D.Marcos de Agudelo.
.
" "Tota *D.Matías de Vargas..
" "Tunja *D.Joaquín del Castillo y San-
.
ta María.
Capitán de Tunja *D.Francisco José de Vargas
y León.
" " Tu tasá . D. José Moreno.
" " " D.lnferantonio Sánchez.
" del Valle de San José. *D.Marcelo José de Ardila.
" " " " " " D. Francisco Javier Ríos.
" " Valle de Santo
Ecce Homo (Dis~
trito de Leiva) .,. *D.Francisco Pablo Sáenz.
" " Valle de Santo
Ecce Hamo (Dis- D. Domingo Ambrosio Sáenz
trito de Leiva) .,. de San Pelayo.
Teniente " Valle de Santo
Ecce Homo (Dis-
trito de Leiva) .,. D. Nicolás Fajardo.
Capitán " Vélez . D. José Jacinto FlÓrez.
" " " D. Juan José Franco.
" " " D. Juan Agustín Camacho.
" " " D. Miguel Vanegas.
" " Ventaquemada .. *D.Francisco Javier Gorráez.
" " Zapataca . *D.Miguel Antonio Vesga.
" " Zipaquirá . *D. Cosme Damián de Espi-
nosa.
" " " . . *D.Bernardo Romero.
" " " *D.Ubaldo Macías.
" " " *D.Francisco Riaño.
Nota. Los nombres precedidos de un asterisco (*) indican
que fueron sacados de la declaración de Berbeo y otros pape-
les del Comandante General, descubiertos en los archivos con-
sultados.
NOTA BENE. Los Tenientes Generales D. Francisco Javier
Tello, D. José Simón Villarreal y D. Juan Rodulfo de Azuero,
concurrieron al Campamento General de Zipaquirá como Sus-
titutos de D. Antonio José Monsalve, D. Francisco Rasilla y
D. Salvador Plata, respectivamente.

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CAPíTULO II

Objeciones del Regente contra las gracias dispensadas por la Jun-


ta Superior de Tribunales.-Acepta con beneplácito el Virrey las
gracias dispensadas por la Junta.-Sublevación en Guaduas, Iba-
gué y otros pueblos.-Ocupa Galán a Guaduas y le hace saber al
Regente los designios de Berbeo contra él.-Atemorizado el Re-
gente por las noticias comunicadas por Galán, sale fugitivo de
Honda para Cartagena.-Abandonan los peninsulares la villa de
Honda.-Sale de Guaduas la fuerza de Galán y acampa en La Ba-
rrosa, arriba de Honda.-Aborta una conjuración en Santa Fe.-
El pueblo de Silos hace la proclamación delInca Túpac Amarú,
para Rey del Nuevo Reino de Granada.-Movimiento sedicioso en
Guarne.-Tumulto en Neiva y muerte del Gabernador.-Atumul-
túanse los indios y dan muerte al Gobernador Peredo, de Pasto.-
Sublevación en Honda.-Berbeo Corregidor y Maestre de Campo
del Socorro y San Gil.-Envía el Real Acuerdo a don Pedro Nieto,
a conseguir de Galán que cesase en su campaña.-Acompañado de
seis misioneros, sale de Santa Fe el Arzobispo, a pacificar los pue-
blos rebeldes.-Sale de Cartagena una expedición para Santa Fe.-
Acuerda la Junta Superior la aprehensión y muerte de Galán.
-Pone la Junta Superior talla a la cabeza del General don Javier
de Mendoza.- Plan de pacificación.- Objeciones del Regente.-
Contradictoria conducta del Regente.-Suspende el virrey las Ca-
pitulaciones.-El movimiento comunal en Pamplona, Salazar de las
Palmas y Ocaña.

"Creyéndose el Visitador General en la triste necesidad


de salir de la capital -dice- dirigió su marcha a la villa de
Honda, no por sendas y derroteros extraños, como dice la Jun-
ta, empeñada siempre en desacreditar sus operaciones las más
sencillas, sino por el camino real que desde Santa Fe conduce
el correo a la ciudad de Ibagué, hasta que lo dejó para bajar a
dicha villa."

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76 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

"Consiguiente a lo acordado por la Junta -dice igualmen-


te -salió el Visitador General de la ciudad antes de amane-
cer el día 13, porque no sólo se recelaba estar muy cerca las
tropas de los rebeldes, sino que aun se decía con algún funda-
mento, que ya había dentro de ella gran número de estas
gentes."
"La mañana del 13 salí a la ligera de Santa Fe, dejando
los papeles respectivos a mi visita y comisiones en lugar re-
servado y seguro, y me dirigí a esta villa, a donde llegué la
noche del 16, con ánimo de mantenerme en ella. hasta ver el
semblante que tomen las cosas, que por ahora no puede ser
más funesto."
Fugitivo, pues, mantenías e desde la noche del 16 de mayo
en Honda el Regente Visitador, acompañado del Alguacil Ma-
yor y del Escribano de la Visita General, D. Juan Antonio
Barquín y D. Joaquín Darechea de Urrutia, con quienes había
salido de la capital.
Las gracias sobre rebaja de algunas contribuciones y re-
levación de otras, dispensadas por el Real Acuerdo de Justicia
y Junta Superior de Tribunales, en sesión del día 14, para
aplacar los ánimos de los tumultuarios y alcanzar por medio
de la clemencia el restablecimiento de la tranquilidad pública
en el Reino, y que fueron acogidas con general beneplácito y
complacencia de los pueblos, afectaron la nimia susceptibili-
dad del Visitador, obligándole a reclamar contra ellas.
Manifestaba el Regente Visitador al Oidor Decano que
no podía dejar de reclamar desde luego contra las providen-
cias de la Junta, por las perjudiciales consecuencias que
preveía.
Que toda relevación, baja o suspensión de derechos, que
tiene por principio la rebelión de la plebe, es por sí sóla nula,
y no tiene otro efecto que el de dar a conocer que se cede ~
la violencia.
Que la circunstancia de anticipar las resoluciones, como
ha hecho la Junta, y extenderlas a donde no hay sublevación..
tiene muy pocos ejemplos tan censurables, por lo cual repite,
se ve en la precisión de reclamar, para cumplir con lo que le;
incumbe.
Que las medidas adoptadas por la Junta para restablecer
la tranquilidad pública en el Reino, son tan perjudiciales al
real erario que sólo ellas bastarían para acabarIo de arruinar.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 77

Que nunca imaginó dejasen los Tribunales de sostener


sus disposiciones, pero que ve las desaprueban pública y au-
ténticamente, mandando circular órdenes para que se obser-
ve lo contrario, sin aguardar a que la necesidad o la violen-
cia sirviesen de disculpa, como sucedería si los amotinados
entrasen a mano armada en la capital y no se les pudiese re-
sistir.
Que las providencias no se circunscribieron a los pueblos
sublevados, sino que se extendieron a casi todo el territorio
de la Visita General.
Que tales providencias se tomaron luego que volvió la
espalda, con lo cual el más ignorante y menos reflexivo queda-
rá inteligenciado de que la Junta piensa de diverso modo, etc.
Expresó asimismo en carta al Virrey su queja contra la
Junta, por las gracias dispensadas, y añade:
"Todos saben que la plebe no se conduce por otros prin-
cipios que los de aspirar naturalmente a una absoluta e ili-
mitada libertad. Incapaz de conocer las razones de utilidad
pública y del Estado, en que se fundan las contribuciones, le
parecen tiránicas e indebidas las más justas y equitativas", y
termina pidiendo el castigo para los promotores de los tu-
multos y sus auxiliadores.
"En tan delicada situación -dice- veo expuesto el Rei-
no a su total ruina, y se funda toda mi esperanza en las acer-
tadas providencias de V. E. Las cosas han llegado a un extre-
mo que infaliblemente se pondrán cada día de peor condición,
si no se echa mano de los medios vigorosos que el caso pide, si
se deja consentido un ejemplar tan escandaloso y perjudicial
y si no se castigan las principales cabezas de los tumultuantes
y sus auxiliadores con pública demostración que sirva de es-
carmien to a los demás."

* * *

Le estaba vedado al Virrey efectuar alteraciones en las


reales rentas, desde la llegada del Visitador General, y sólo de
acuerdo con él podría establecer reformas en materias fisca-
les. Mas como opinase de distinto modo al de éste, en lo rela-
tivo a la forma y al tiempo para el establecimiento de algunas
reformas, se le previno por real orden, que "el modo de no
quedar responsable y merecer la real gratitud, era que provi-

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78 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

denciase en todo con arreglo al dictamen del Regente Visita-


dor, en cuanto perteneciese a la Real Hacienda."
No obstante las terminantes disposiciones reales que es-
taba obligado el Virrey a observar, disintiendo del dictamen
del Visitador General, acogió con beneplácito las gracias dis-
pensadas por la Junta de Tribunales, excepto la de la sus-
pensión del donativo, haciéndolas extensivas a las provincias
de Cartagena, Panamá, Portobelo, Santa Marta y Río de Ha-
cha, Antioquia y Popayán.
"Se ha publicado en aquella capital -dice la circular del
Virrey- y librado las órdenes convenientes a que se observe
lo mismo en los demás lugares de aquellas provincias. Y no
siendo regular, ni justo que generalmente no logren los de-
más súbditos este beneficio, especialmente cuando concurren
particulares circunstancias, que los hacen acreedores a ser
con mayor benevolencia atendidos, por la sumisión y fidelidad
con que han obedecido las órdenes superiores comunicadas so-
bre esta materia, he deliberado prevenir a V., como por ésta lo
ejecuto, haga publicar por bando, fijando carteles para la más
clara inteligencia de todos en esa capital, que desde su pu-
blicación en adelante el aguardiente y tabaco se baje y venda
a los precios establecidos antes del referido aumento; que no
se cobre el real derecho de armada de barlovento; que sólo
se cobre por el real derecho de alcabala el 2 por 100, según
que anteriormente se practicaba y que se quiten las formalida-
des con que se expiden las guíias y tornaguías, siguiendo las
cosas en esta parte como antes del nuevo establecimiento".

* * *
Sublevóse la noche del 24 de mayo la plebe de Guaduas,
soliviantada por veintiocho mulatos de la Palma, que arma-
dos de sables y lanzas llevaban a vender allí unos costales de
tabaco. Acampados en el valle de aquella villa, unióseles toda
la multitud plebeya. Aunque no cometieron tropelía alguna
los sublevados, contra las rentas estancadas, como de sólito
se hacía en casi todos los levantamientos, contentáronse con
apoderarse de los dos pedreros que por disposición de la Jun-
ta Superior de Tribunales se habían remitido de Honda a San-
ta Fe, para su defensa, juntamente con las balas.
Noticiado de lo ocurrido el Regente, y de que también se
habían sublevado los vecinos de la Palma, Nocaima, la Peña,

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 79

Quebradanegra y otros pueblos inmediatos, ordenó que pasa-


sen algunos hombres alistados, con oficiales de la milicia ur-
bana de la villa de Honda a la de Guaduas, cortasen aquel pri-
mer movimiento allí, recuperasen los pedreros, con los per-
trechos correspondientes, y los restituyesen a Honda, donde
se hacían necesarios para la defensa de la villa. Lograron re-
cuperar solamente los pertrechos aquellos hombres, porque los
sublevados, al retirarse, dejaron enterrados los pedreros.
El mismo día 24, a las siete de la noche, sublevóse la ple-
be en la ciudad de Ibagué. En gran tumulto de hombres, mu-
jeres y muchachos, con espadas, cuchillos, machetes, lanzas,
hachas, garrotes y piedras, se apoderaron de las campanas de
la iglesia parroquial, con grande algarada, y repicando las
pasaron a la cárcel, donde rompieron las ventanas y pusieron
en libertad a dos mujeres y un hombre, que el administrador
de las reales rentas había arrestado aquella misma tarde, por
haberles descubierto un contrabando de media limeta de
aguardiente y seis mazos de tabaco. Con igual algarrada pa-
saron los tumultuantes de la cárcel a la casa del administra-
dor, frente a la cual gritaron ¡Viva el Rey y muera el mal go-
bierno! Presurosos acudieron allí, con el Alcalde y el Vicario,
algunos religiosos y un lego, acompañados de varias otras per-
sonas, a contener los desmanes del populacho, pero sin que
bastasen las exhortaciones de las autoridades religiosas, ca-
yeron a pedazos, a golpes de hachas, las puertas y ventanas
de la administración, y penetrando en ella los tumultuantes,
quebraron las botijas y derramaron el aguardiente, y sacaron
y quemaron públicamente el tabaco, dejando a salvo las alha-
jas de plata labrada, el oro acuñado y el oro en polvo que ha-
llaron, lo cual fué llevado al convento y restituído después al
administrador, quien refugiado en la casa del Vicario, salió
de la ciudad el día 25, a las tres de la tarde, seguido por laj
multitud a corta distancia.

Pidieron los tumultuantes la abolición de todas las con-


tribuciones, con excepción de la alcabala, y previnieron que
de lo contrario pondrían fuego a la ciudad. Reunidos los Re-
gidores y el Procurador General con los religiosos ya nombra-
dos, algunas personas de calidad y los principales de los tu-
multuarios, en Cabildo abierto, trataron los primeros de apla-
car el tumulto y restablecer la tranquilidad, aunque sin re-
sultado favorable a sus pretensiones, viéndose por último com-

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PABLO ¡;:. CARDENAS ACOSTA
80

pelidos a conceder cuanto los sublevados pedían, para preca-


ver la completa desolación de la ciudad, pactando además que
no habría en lo sucesivo extorsión alguna sobre el particular,
y compulsando testimonios de lo acordado, con lo cual se con-
siguió el restablecimiento de la quietud el día 26.

** *
La noche del 4 de junio entró Galán en Guaduas, con un
número relativamente crecido de tropas, que en Facatativá y
otros lugares del tránsito se habían unido a los ciento cin-
cuenta hombres destacados del ejército de los comuneros en
Nemocón y Zipaquirá. Como en Facatativá, como en Villeta,
como de sólito lo hacían los demás jefes del movimiento en
todos los pueblos sublevados, por consigna y por convenien-
cia para la revolución, apoderóse de los géneros y dinero que
encontró en las administraciones de las rentas estancadas; exo-
neró de sus empleos a los administradores y guardas reales y
colocó en reemplazo de aquellos otros que las manejasen por
cuenta de los comunes, aplicando sus rendimientos al soste-
nimiento de las tropas de su comando. Nombró capitanes de
aquel vecindario y alistó gentes para engrosar su expedición,
antes de proseguir su marcha, y aumentó el armamento con
once bocas de fuego de que allí se apoderó.
Inteligenciado de los propósitos de Galán el peninsular
don Manuel de Arejula, previno desde Guaduas a sus compa-
triotas don Juan BIas de Aranzazu y don Vicente Diago, resi-
dentes en Honda, por indicación del propio Galán, del riesgo
inminente de ser aprehendido, en que se hallaba el Regente
Visitador General. La carta de Arejula, que insertamos a la
letra, dice:

"Señores don Juan de Aranzazu y don Vicente Diago.


"Paisanos y amigos míos:
"Si no tuviera yo el seguro de que me tienen bien conoci-
do, no me tomara la libertad de dirigirle ésta, por el asunto
tan crítico que encierra su exposición. Y así mi fin es bueno,
y vuestras mercedes determinarán lo que tengan por conve-
nien te.
"Todos los conductos están cerrados y ésta va a Dios y a
dicha. El Capitán y su segundo, que dirigen esta tropa, me ha-
cen mucha honra y favor, por los informes de todo este lugar.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 81

Con este motivo les he merecido mil confianzas, y una de ellas,


que es su principal objeto, el Señor Regente, conviene que no
se arriesgue en estarse en esa villa, en caso que lleguen a ella,
porque su principal mira es esa, según lo que tengo visto. Y
así, paisanos míos, vuestras mercedes verán esto con toda pru-
dencia, pues si no fuera a vuestras mercedes, no confiaría esta
carta, y porque ya me tienen bien conocido de mi proceder y
buena intención. Y para que vuestras mercedes vengan en co-
nocimiento de los fundamentos que tengo, digo que tengo vis-
ta toda la correspondencia que iba de vuestras mercedes a
Santa Fe, de fechas tres y cuatro, del señor Regente con su
lllma. y con ella dos de vuestra merced para don Gregario y
papeles sueltos &a. &a. de lo que les ordenan &a. &a. Yo qui-
siera poder extenderme más, pero no hay forma; sólo sí les
aseguro que cuantos más movimientos se hagan, más se en-
ciende la hoguera, y aquí viene aquello de Fuente ovejuna,
todos a una. Todo cuanto pasa en ésa, hasta el menor movi-
miento, no lo ignoran, y en llegando el caso forzoso todos se
les unen; por todas partes tienen gente y espías.
"Acabo diciendo que va este peón por un poco de vino, y
que en respuesta de ésta no me contesten cosa alguna, sino
de este asunto, sin prevenirme cosa alguna, pues yo estoy a la
mira y siempre que haya ocasión escribiré.
"Dios Nuestro Señor guarde a vuestras mercedes mu-
chos años.
"Guaduas, siete de Junio de mil setecientos ochenta y uno.
"B. L. M. de vuestra merced su reconocido paisano, segu-
ro servidor,
"MANUEL DE AREJULA."

Galán, que había conocido en persona, en el pueblo de Fa-


catativá, donde se le expidieron pasaportes, a doña Ignacia
Roa, esposa de don Joaquín de la Bodega Llano, Administra-
dor de la Real Renta de Aguardiente en la villa de Honda, di-
rigióle la carta que a continuación reproducimos, en cuyas
posdatas pone de manifiesto el autor, expresa y claramente,
los designios de Berbeo contra la persona del Regente don
Juan·Gutiérrez déPiñeres, a fin de que éste se pusiese en sal-
vo. Tan precioso· documentO,.que de verbo ad vérbum inserta-
mos; dice;.'" ,..

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82 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

"Señora doña Ignacia Bodega.


"Muy señora mía:
"Celebra mi cariño que la salud de vuestra merced sea
buena, y la que obtengo ofrezco a la disposición de vuestra
merced, para que me ocupe en lo que mi pequeñez valiere, que
serviré con buena voluntad; y que me encomiende a Dios, que
el día que menos piense me tendrá por allá; y mis encargos,
un sombrero de primera, una buena redecilla y mis pañuelos
finos. Favor que espero de vuestra merced, y que Dios la guar-
de muchos años.
"Guaduas y Junio siete de mil setecientos ochenta y uno.
"M. S. M.
"B. L. M. de vuestra merced su afectísimo y seguro ser-
vidor,
"JOSEF ANTONIO GALAN,
"Capitán de la Tropa SocoTre·ña."

"Posdata. Usía muy señor mío: Suplico a usted que me


haga el favor, por Nuestro Amo y Señor y por mi Señora del
Socorro, se retire, aunque sea en una montaña debajo de la
tierra, por evitar alguna ruina que pueda padecer esa villa y
vuestra merced, si lo encuentran los comunes, y esto sin que
lo sienta la tropa, para que a mí no me sobrevenga nada, por
estar la gente tan sublevada en rigor porque la orden expresa
de nuestro General es de que debo entregar la cabeza de Usía.
y así, para que no se experimente esto, hago este expediente
con el secreto posible, viendo que soy bautizado y redimido con
la sangre de Christo. Usía excogitará 10 que mejor fuere de
&uagrado, si esperamos o retirarse.
"Dios le guarde muchos años.
"Guaduas y Junio siete de mil setecientos ochenta y uno.
"B. L. M. de Usía su estimador,

"CAPITAN COMANDANTEDE LAS TROPAS DEL SO-


CORRO."

"otra posdata. Perdonará Usía los vocablos y yerros, por


ser yo tan tosco en estos negocios de vocablos. Repito a vues-
tra merced una prevención: que Usía no se vaya para abajo,

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 83

si sigue, pues tiene mucha gente en contra. Se ocultará corno


digo, y luego seguirá su destino, hablando, si quiere usted,
conmigo a solas, y es cuanto puedo decirle. A Dios."

NOTA BENE. "Según y como lo he escrito consta y parece


de las cartas originales a que me remito. Y en fe de ello lo
certifico y firmo en Cartagena de Indias, a veinte de octubre
de mil setecientos ochenta y un años.

"JOAQUíN DARECHEADE URRUTIA,


"Escribano de la Visita General del Nuevo Reino."

(Carta del Visitador General a don José de Gálvez.-Tes-


timonio NQ 7 del "Indice".-Cartagena de Indias, octubre 20
de 1781.-Archivo de Indias, Sevilla, 117-3-4).

** *
Sublevados ya los vecindarios del Espinal, Nilo y Melgar,
Santa Rosa, Llano Grande y Coello, Chaparral y Guama, per-
tenecientes a los distritos de las ciudades de Tocaima e Ibagué,
recelábase en Honda que sucediese lo mismo con los restantes,
y que la factoría de Ambalema, donde había gran cantidad
de tabaco almacenado, por estarse recogiendo la cosecha, fue-
se destruída por los comuneros, por hallarse indefensa.
Sin fuerzas ni armas suficientes para intentar formal re-
sistencia, aguardábase por instantes que los comuneros, due-
ños de Guaduas desde e14 de junio, tomasen la villa de Honda.
"Si por desgracia llegasen los rebeldes a apoderarse de
esta villa -escribía el Regente al Virrey- serfan muy fata-
les las consecuencias, por lo ventajoso de su situación, que
dificultaría desalojarlos, y porque siendo la garganta del Rei-
no, se cortaría del todo la comunicación y comercio con las
otras provincias y esa plaza. Toda la esperanza de la defensa
consiste en los pedreros que se recuperaron al fin en Guaduas,
y en dos cañones de campaña que se trajeron de Carare; pero
el corto número de hombres que los manejan, y la falta de mu-
niciones, pues toda la pólvora que eJcisteno llega a un quintal,
hace justamente temer que no se consiga el deseado efecto; y
que si los rebeldes se apoderasen de estas armas, se aumentará
su orgullo, y tendrán esto más con que ofendernos.

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
84

"Aun no han llegado los primeros doscientos fusiles que


V. E. mandó remitir, pero se aguardan de un día a otro. No
pudiendo ya dirigirse a Santa Fe, porque los rebeldes se han
apoderado de todos los tránsitos, se mantendrán aquí, y servi-
rán para habilitar a los vecinos y habitantes de quienes pueda
confiarse; pues una de las cosas que hacen más falta son las
armas de fuego."

'" * '"
La difícil situación de los realistas en Honda, según la
describe el Regente, casi bloqueados y sin medios de oponer
formal resistencia a los comuneros, con el permanente recelo
de que toda la plebe y algunos vecinos de calidad se uniesen a
éstos, caso que resolviesen tomar por expugnación la plaza, y
las poco alentadoras noticias que de Santa Fe llegaban, mo-
vieron al Regente a partir para Cartagena de un día a otro, a
juzgar por lo que previene al Virrey en carta de B de junio:

"Por aviso particular que tengo de Santa Fe -le dice-


veo que las cosas van tomando un semblante que de cualquie-
ra manera que se decidan, será dando por ahora la ley los re-
beldes. En este lamentable estado me resuelvo a no aguardar
aquí las resultas, sino retirarme a esa plaza, en donde siendo
Dios servido, manifestaré a V. E. lo demás que hasta ahora se
sabe de este fatal negocio, que por instantes se va poniendo
de peor semblante ... "
Instruído el Regente en la mañana del mismo día 8 de
junio, del contenido de las cartas de Galán y de Arejula, sUS 1

critas en Guaduas el día 7 antecedente, dispuso sin la menor


dilación que los dos cañones de campaña, tres pedreros útiles
y dos descompuestos, con sus pertrechos, y las armas de fue-
go que había en la villa y que pudiesen acopiarse, fuesen a la
mayor brevedad embarcados con destino a Mompós; y que se
previniese con igual.prontitud al piloto que condUCÍael cham-
pán con los doscientos fusiles despachados por el Virrey, que
regresase con el cargamento a la misma villa de Mompós, y
ordenó a la vez poner en seguridad los intereses de la real ha-
cienda, para precautelar cualquiera emergencia.
Acompañado del Alguacil Mayor y del Escribano de la Vi-
sita, don Juan Antonio Barquín y don Joaquín Darechea de
Urrutia, embarcóse don Juan Gutiérrez de Piñeres en el puer-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 85

to de Honda, el día 8, a las tres de la tarde, e hizo proa hacia


Barranca del Rey, adonde arribó el 13, a las once de la maña-
na, habiendo a poco continuado su viaje a Cartagena, donde
hizo mansión desde la noche d,el 16.
"Posteriormente -refiere el Regente Visitador- se fueron
extendiendo los excesos de los rebeldes, y comunicando el fue-
go de la sedición hasta llegar cuasi a las goteras de Honda,
pues se repitió el tumulto en Guaduas, que sólo dista un día
de camino, y tuve repetidos avisos de que su principal objeto
era mi persona, por lo cual me ví en la precisión de abando-
nar también aquel puesto, de que me retiré el día 8 del mis-
mo mes (junio), y llegué a esta plaza (Cartagena) la noche
del 16 ...
La carta que insertamos a la letra, suscrita por el Regen-
te en Barranca del Rey, reza lo siguiente:

"Excelentísimo Señor.
Muy señor mío:
"Consecuente a lo que manifesté a V. E. desde Honda, con
fecha ocho de este mes, salí de aquella Villa a las tres de la
tarde del mismo día, y acabo de llegar a este sitio, en el que
me veo en la necesidad de detenerme para tomar algún des-
canso de la fatiga del viaje, y principalmente porque se me
han llagado las piernas, en términos que estoy incapaz de
montar a caballo, ni aun de mantenerme en pie, lo que me
obligará a continuar la marcha hasta Mahates en silla de
manos, y desde allí embarcado a Cartagena. Siéndome dolo-
roso que este accidente me impida el cOllsuelo de ir en dere-
chura a ponerme a la disposición de V. E. y comunicarIe las
disposiciones que me pareció conveniente tomar antes de sa-
lir de Honda, reducidas a que luego se embarcasen con destino
a Mompós los dos cañones de campaña, tres pedreros útiles y
otros dos descompuestos, que allí había, con sus respectivos
pertrechos, y las armas de fuego que pudiesen acopiarse; y a
que se previniese con igual prontitud al conductor de la canoa
en que iban los doscientos fusiles, retrocediese al dicho Mom-
pós. El motivo que para ello tuve fué el no poderse concebir ni
aun remota esperanza de que los pocos vecinos fieles y hon-
rados que hay en Honda resistiesen a los rebeldes, que se ha-
llaban en Guaduas, y según publicaban, iban el siguiente día
a la referida Villa. Por lo que me pareció conveniente quitar

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
86

del medio aquellas armas, que si se apoderasen de ellas, sería


muy perjudicial, y puestas en seguro podrán ser útiles al me-
jor servicio del Rey. Espero que V. E. aprobará esta providen-
cia, de que doy aviso al Coronel don Josef Bernet, Comandan-
te en Jefe de la Expedición, para que le sirva de gobierno, y.
pueda, si lo estima conducente, recoger en el camino las ex-
presadas armas.
"Dios guarde a V. E. muchos años.
"Baranca del Rey, trece de Junio de mil setecientos ochen-
ta y uno, a las once de la mañana.

"P. D. Me dicen que es más cómodo el camino de tierra


desde Mahates, que no el del Dique, por lo que determino se-
guir el primero; y si V. E. se hallase en Turbaco, tendré el gus-
t.o de verle allí.
"Excmo. Señor.
"B. L. M. de V. E. su más atento seguro servidor,

"JUAN GUTIÉRREZ DE PIÑERES.

"Excmo. señor don Manuel Antonio Flores."

"No fué, pues, el desconfiar de la fidelidad de los habitan


tes de Honda -dice asimismo el Regente en sus Reflexiones-
10 que obligó al Visitador General a dejar aquella Villa, sino
los repetidos avisos que tuvo de que los rebeldes, que estaban
ya en Guaduas, distante una sola jornada, intentaban inva-
dirla, y que su principal conato era la persona y vida del mis-
mo Visitador General, como consta de las dos cartas compul-
sadas en el documento N<>7<>,que recibió la mañana del día
8 de Junio.
"Con estos sólidos y justificados motivos salió el Visitador
General de Honda a las tres de la tarde del citado día 8, des-
pués de haber tomado las precauciones que creyó oportunas
para poner en seguridad los intereses de la Real Hacienda y
las armas de fuego que allí había y estaban en camino, a fin
de que no se apoderasen de unas y otras los sediciosos. PÚbli-
camente manifestó que su marcha era a Cartagena, y si no
dió aviso a la Junta, fué porque estaban impedidos todos los
caminos.',

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 87

En el Indice de los documentos que acompaña a su carta


de 20 de octubre de 1781, dirigida de Cartagena a don José de
Gálvez, dice:

"N9 79 Copia auténtica de dos cartas que recibió el Visi-


tador General la mañana del día 8 de Junio, estando en Hon-
da, y le obligaron a retirarse de aquella Villa."
"El Visitador General -concluye- está asegurado de que
en la relación de los hechos ha procedido con puntual arre-
glo a la verdad."
El champán que conducía veinticinco cajones con los dos-
cientos fusiles, sus bayonetas y fornituras, remitidos por el
Virrey con destino a Santa Fe, regresó a la villa de Mompós,
adonde arribó en la tarde del 14 de junio.
"Como a las cinco de la tarde de este día (14 de junio)
--dice el Coronel Bernet al Virrey- acaba de llegar a esta Vi-
lla un champán de a veinte y cuatro, que llevaba a Honda 200
fusiles, que salió de la Ladera del Gastán, dos días y medio
abajo de Honda, según disposiciones del Señor Regente, como
consta del oficio de los Oficiales Reales, en cuya virtud me
hice cargo de ellos, y los tengo unidos con los demás que sa-
qué de esa plaza."
Los cañones y pedreros, con sus pertrechos, y demás ar-
mas, embarcados en Honda, con destino a Mompós, por or-
den del Regente, recibiéronse el día 15 en esta villa, según in-
forme del Coronel Bernet:
"Al amanecer de este día -dice- ha llegado un bote que
salió de la Villa de Honda con tabacos de S. M., dos cañones
de a cuatro y tres pedreros, con los correspondientes útiles de
ellos, que he hecho se hagan cargo los Oficiales de esta
Villa ... "
Galán, que fácilmente hubiera podido hacerse a la perso-
na del Visitador General, en obedecimiento a las órdenes de
Berbeo, ocupar a Honda, garganta estratégica de grande im-
portancia entonces, y tomar las armas que allí había, junta-
mente con las que estaban en camino, quebrantando la fide-
lidad y lealtad que estaba obligado a guardar, denunció al
Regente la consigna recibida contra él, como hemos visto, para
que pusiese en salvo su persona y en seguridad las armas y
materiales de guerra, como había de suceder. En vez de ocu-

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88 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

par con su fuerza a Honda, como estaba previsto, marchó


Galán a Mariquita y luego a Ambalema, lugar más distante
aun de la plaza de Honda, que tenía orden expresa de ocupar.

***
El 13 de junio la fuerza de los comuneros, compuesta de
trescientos hombres aproximadamente, se puso en marcha de
Guaduas hacia Mariquita, y acampó en el sitio de La Barro-
sa, dos leguas arriba de Honda, al comando de su segundo jefe
el Capitán don Javier Reyes. Apoderóse en aquel paraje de las
embarcaciones que de Ambalema bajaban hacia Honda, con
tabaco de aquella factoría, y de las balsas con provisiones para
los moradores de la villa.
"Trescientos hombres --dice el Juez de Puertos de Hon-
da, don Santiago Tello de Meneses- se hallaban acampados
a distancia de dos leguas río arriba, en el paraje que se nom-
bra La Barrosa, los cuales han cogido las embarcaciones que
venían del puerto de Ambalema con tabaco, y del mismo modo
las balsas y demás embarcaciones menores en que se condu-
cían los bastimnetos para la provisión de esta Villa. Los de-
más tumultuados se hallan repartidos en trozos en todos los
demás caminos, y a todos ellos reunidos se les espera por ins-
tantes en este lugar."

Precavido Galán, obtuvo del Alcalde ordinario de Gua-


duas el siguiente comprobante, que pone a salvo su buen com-
portamiento en las acciones ejecutadas por sus soldados:

"Guaduas y 13 de Junio de 1781.

"Recibí del señor Capitán de las tropas del Socorro, don


Jph. Antonio Galán, el dinero de los efectos de ropa que me
han comprado sus soldados, y lo más que le he querido rega-
lar, y porque conste lo firmo.

"JOSEPH DE ACOSTA."

Días después del 13 de junio salió Galán de Guaduas y


en La Barrosa se puso de nuevo a la cabeza de sus tropas, con
las cuales prosiguió su marcha a Mariquita, cuatro leguas
arriba de Honda, y entró el 18 en la hacienda de La Niña y mi-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 89

nas de Malpaso, de propiedad de don Vicente Diago, donde le-


vantó a los esclavos y les dió libertad. Tomó allí las alhajas de
oro y plata, perlas y piedras preciosas que halló, las cuales de-
volvió, según su propia confesión, a su legítimo dueño, don
Vicente Diago, por mano del Alcalde del pueblo de Ambale-
ma, donde hizo mansión.

***
Indefensa la villa de Honda desde el 9 de junio, y ame-
nazada con el riesgo inminente de ser ocupada de lli'1 mo-
mento a otro por los comuneros, que se hallaban a sólo una
jornada de distancia, evacuáronla por el mismo hecho los pe-
ninsulares y empleados de las reales rentas residentes en ella,
juntamente con sus familias, los miembros del comercio y
todo lo más florido de la sociedad.
"El crecido número de gentes de lo más florido de este
lugar -dice al Virrey el Juez de Puertos de Honda- que re-
celosas de los insultos de las gentes tumultuadas del Reino,
tenían dispuesta su marcha las unas, con todos los adheren-
tes de sus casas, y las otras con todas sus mercaderías y efec-
tos de Castilla, que van a refugiarse en las haciendas del río
abajo de la Magdalena, a quienes no he podido contener, ni
han sido bastantes mis persuaciones para ello, porque me han
puesto de presente los ejemplares de tropelías y notables exce-
sos que se han experimentado en la actual indisposición de
ánimos de aquellas gentes contrarias, que proceden con tan
poco temor de ambas Majestades a ejecutar los más terribles
y delincuentes atrevimientos; y con 10 que más me han con-
vencido ha sido con la exposición que hacen de hallarse sin
armas e indefensos; sin correspondencias ni alimentos, por
tenerlo todo embarazado a su arbitrio el enemigo, y cuasi a la
vista de este lugar."

***
Tranquilizados los ánimos y restablecida la paz y la quie-
tud públicas con las capitulaciones de Zipaquirá, dispuso el
Comandante de Armas de Santa Fe, don Pedro Catani, con
el beneplácito y contentamiento de la Superior Junta, el 14
de junio, para reducir los gastos del real erario, el licencia-
miento de las milicias de infantería y caballería, que se ha-

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
90

bían organizado para la defensa de la capital, dejando sola-


mente cuarenta milicianos, que con los veteranos que habían
regresado de la expedición a Puente Real, componían un cuer-
po de ciento diez hombres, suficiente para la conservación del
orden y la seguridad en la ciudad, por medio de las patrullas
necesarias y la guardia en el palacio del Virrey, bajo el co-
mando del Capitán don Joaquín de la Barrera.
En tal estado las cosas, se vino en conocimiento, por va-
rias noticias y secretas diligencias que se estaban practican-
do, que en la noche del mismo día 14 de junio, sin embargo
de las Capitulaciones, estaba para prorrumpir una conjura-
ción dentro de la ciudad de Santa Fe, con el designio de asal-
tar el palacio del Virrey y pasar a cuchillo a los peninsulares
perniciosos residentes en ella y que pudiesen aprehender.
Para precautelar cualquiera emergencia dispuso el Co-
mandante don Pedro Catani que se acuartelasen de nuevo las
compañías de milicias; que la de caballos corazas estuviese lis-
ta para cualquiera ocurrencia, y que patrullas de a pie y de
a caballo anduviesen recorriendo la ciudad desde las seis de
la tarde hasta las cuatro de la mañana, indicándole a cada
compañía las correspondientes horas de fatiga. Preparó los
cañones y puso la tropa en estado de repeler cualquier ataque.
A más de los centinelas que tenía apostados en las esquinas
del palacio, colocó, para mayor cautela y seguridad, otros en
la calle de Florián y en la calle Real, para que velasen, guar-
dando sus puestos, y diesen aviso de cualquier tropel de gen-
tes que observasen.
Descubiertos los principales autores de la conjuración,
procedió don Pedro Catani a prender con todo sigilo, en la
mañana del 15 de junio, a don Juan José Espada, Escribano
de las Cajas Reales, y en la noche del mismo día ejecutó per-
sonalmente también, la prisión de Nicolás Lozano, pulpero,
y la de don Clemente Correa, y ordenó al Alcalde de segundo
voto, don Juan Manuel de Zornosa, que ejecutase la de dos
conjurados más, llamados Joaquín Silva y don Francisco Po-
rras, lo que cumplió puntualmente.
Para la formación del sumario correspondiente dió comi-
sión al mismo Alcalde ordinario de segunda nominación, quien
formalizó el proceso conforme a las reglas de derecho, con la
averiguación cierta de que los presos mencionados eran los au-
tores principales de la conjuración, y pronunció sentencia con-
tra ellos el 2i de febrero de 1782.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781
91

Sin embargo de que el número de presos, entre cómplices


y autores de la conjuración del 14 de junio alcanzaba a seten-
ta, que sin previa sentencia fueron conducidos por el mes de
octubre de 1781 a los presidios de Cartagena, sólo han podido
descubrirse los nombres de las personas que se mencionan a
continuación:

D. José Merardo Bonafonte Dr. D. Francisco de Porras


Dr. D. Lucas Campuzano Marcos Quijano
D. Clemente Correa José Ignacio Ramírez
Ignacio Díaz Rafael Ramírez
Pablo Díaz Fernando Rodríguez
Dr. D. Juan José de la Espada Francisco Rodríguez
Victorino Franco Joaquín de Silva
Nicolás Lozano Dr. D. José BIas de Villegas
Pedro Millán.

Pide para los conjurados del 14 de junio el Fiscal de la


Real Audiencia de Santa Fe, don Manuel Silvestre Martínez,
la pena del último suplicio y la confiscación de sus bienes:
"Por lo cual -dice- reproduciendo en esta Superioridad
la apelación que en el Juzgado ordinario interpuso su Agente,
como Promotor Fiscal que es de él, y en caso necesario inter-
poniéndola de nuevo, Su Alteza se ha de servir declarar nula,
de ningún valor ni efecto la referida sentencia pronunciada
por el Alcalde ordinario, en 21 de Febrero del presente año, o
a lo menos revocarla como injusta, perjudicial y gravosa al
Es~ado y causa pública; y en su consecuencia condenar a to-
dos los reos que en ella se nominan en las penas ordinarias del
último suplicio y confiscación de bienes, que las leyes prefi-
nen a tales delincuentes &a."
No tuvo seguramente móviles tan siniestros la conjura-
ción de junio, para que sus autores y cómplices mereciesen el
ejemplar c~stigo pedido por el Fiscal, puesto que el Real
Acuerdo y Superior Junta en su informe al Rey sólo dicen 10
que al tenor copiamos:
"Aun después de publicados los tratados, se respiran algu-
nas chispas de la gran masa de fuego. Dentro de esta misma
ciudad no han faltado revoltosos de la gente plebeya, que ha-
yan pensado destruír a los españoles y a todo vecino decente

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PABLO E. CARDEN,'\.8 ACOSTA

para robarles. Pero se ocurrió en tiempo, apresando a los au-


tores de esta conjuración, a quienes se les está siguiendo con
ardor la caUsa."

* * *
Nombrado Capitán por Berbeo don Luis Francisco Quirós,
como hemos dicho, a quien el Comandante General en perso-
na extendió el título y dió la comisión e instrucciones para
levantar los pueblos de las jurisdicciones de Pamplona y Sa-
lazar de las Palmas, supo cumplir a satisfacción y estricta-
mente, como hombre de honor, con las obligaciones de su en-
cargo, que desempeñó con lealtad y valor dignos de encomio.
Después de levantar la bandera de la insurrección en va-
rios lugares, dirigió al Capitán del pueblo de Silos, don Agus-
tín Peña, la orden que de verbo ad vérbum dice:

"Jueves, que contamos catorce del que corre, después de


misa, juntos todos los indios de su pueblo en la plaza, tocando
caja y chirimías, batiréis bandera diciendo en voz alta:
"¡Viva el Rey Inga y muera el Rey de España y todos los.
que le defendíeren!,
"sin que persona alguna lo estorbe, y si el Cura lo inten-
tase 10 mandaréis que se entre en su Iglesia y la gobierne, pues
de no hacerla así seréis castigado a mi arbitrio, que así lo pro-
veo y mando
"YO, EL CAPITÁN LUIS QUIRóS."

En conformidad con la orden que precede y que estricta-


mente ejecutaron los Capitanes don Agustín Peña y don Juan
Ignacio Ortega, hízose con la solemnidad debida, el 14 de ju-
nio de 1781,la proclamación delInca, para Rey del Nuevo
Reino de Granada, con expreso desconocimiento del Rey de
España, según el tenor de la siguiente acta:

"En el pueblo de Silos, en catorce días del mes de Junio


del año de mil setecientos ochenta y uno, se juntaron todos
los del común de este mencionado pueblo. En voz alta, con
bandera, pífano y tambor, se hizo voz:
((Queviva el Rey de Inga y muera el Rey de España y todo
su mal gobierno y quien saliese a su defensa!

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 93

"Esto lo hicimos en obediencia de una papelera fecba del


Capitán de Pamplona Luis Quirós.
"Y por lo que conste firmé Yo el Teniente, en nombre de
todo el común.
"AGUSTíN PEÑA.

"Paso por el Capitán de Cepitá, JUAN IGNACIO ORTEGA.

"Y sigan estos conductores su destino,


"TENIENTE y CAPITÁN DE SILOS."

(Carta N9 1482 del Virrey Flores a don José de Gálvez.


Cartagena, 1781, Diciembre 31.-Testimonio N9 12.-Al'chivo
de Indias, 116-6-23).

Este preciosísimo documento, único en su clase en los do-


minios españoles, fué descubierto por nosotros y primeramen-
te publicado en nuestro libro Los Comuneros, páginas 126 y
127. Como ningún otro, este documento denuncia con fuerza
de expresión, en los comuneros, el propósito firme que los mo-
ría a salir de la sujeción a que se hallaban sometidos.

***
Las nuevas de los disturbios que tuvieron su origen en el
Socorro, propaladas de pueblo en pueblo, habían de producir
sus efectos aun en lugares distantes. El domingo, 17 de junio,
tumultuáronse en el sitio de Guarne, jurisdicción de Rione-
gro, en la provincia de Antioquia, más de doscientos hombres,
en su mayoría mulatos, contra los pulperos que allí había,
quienes recelosos de perder la vida, salieron fugitivos.
Pedían los tumultuantes se les eximiese de la contribu-
ción anual, nuevamente impuesta a los mazamorreros o lava-
dores de oro, por razón de los quintos reales del que extraje-
sen, que era de uno a dos castellanos por persona; que no pu-
diendo establecerse pulperías sino en los pueblos de españo-
les, y de ninguna manera en los reales de minas, ni en sus in-
mediaciones, en virtud de la superior orden recientemente ex-
pedida, se suprimiesen las de Guarne, por pertenecer tal sitio
a la jurisdicción del real de minas de San Nicolás de Rionegro,
y porque con ellas se privaba a los vecinos de los beneficios
del mercado de comestibles allí establecido; que se aboliesen el

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94. PABLO E. CARDENAS AOOSTA

estanco del tabaco y los demás impuestos; y en relación con


el gracioso donativo manifestaron que estaban todos prontos,
con sus personas y bienes, a sacrificarse para satisfacerlo, con-
forme a la real voluntad.
Quejábanse asimismo los dueños de minas de los perjui-
cios sufridos en virtud de la facultad concedida a los mazamo-
1'reros para sacar oro de los parajes inmediatos a las mina~
de oro corrido, dentro de sus registros y fuera de las cuadras
de ordenanza.
Noticiado el Gobernador de la provincia, don Cayetano
Vuelta Lorenzana, por el Capitán a Guerra de Ríonegro don
Alonso Elías Jaramillo y el Teniente de Oficiales Reales don
Pedro Biturro Pérez, de los sucesos ocurridos el día 17 en Guar-
ne, dispuso se hiciese retirar a todos los pulperos establecidos
fuera de lospueblos de españoles, y que se suspendiese la exac-
ción de la cuota impuesta a los mazamorreros, previniendo al
Capitán a Guerra y al Teniente las amonestaciones que de-
bían hacer a los sediciosos, para mantenerlos en la subordi-
nación.
Estudiando el expediente en Cartagena, por el Regente
Visitador General, fué del concepto que el único medio eficaz
y decoroso para prevenir el general trastorno en el Reino, se-
ría el de castigar a los autores de los movimientos sediciosos,
y que mientras esto no pudiese conseguirse, todo lo demás
sería inútil, y que cualquiera disposición benigna que se to-
mase, sólo serviría para aumentar la insolencia de la plebe.
Sin embargo el Virrey, animado siempre por nobles y genero-
sos sentimientos altruístas, analizaba el extraño concepto del
Regente, y comentándolo decía:
"Estas expreseiones, aunque en modo alguno ciertas, pro-
ducidas por un Magistrado que se ha hallado presente en los
hechos dimanados de las providencias libradas por él mismo,
que son el origen de estas novedades, y que ha procurado huír
de las resultas, asegurándose con oportunidad, parece que in-
clinan a persuadir ser muy fácil el arbitrio del castigo, y que
no hay dificultad en reducirlo a la práctica; siendo necesario
para ello negar el uso de la razón, acreditarse de la falta de
conocimiento del Reino o gobernarse por un ciego capricho,
sorprendido por un celo riguroso de justicia, o acaso de ven-
ganza, si se quiere sostener este medio violento ... "
11< * >1:

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 95

Amotinados los nativos, entraron ellO de junio de 1781


en el pueblo del Caguán. Apoderados del aguardiente y el ta-
baco que hallaron en los estanquillos, se bebieron aquel y re-
partieron éste en la plaza.
Pasada la procesión de Corpus Christi, el 14 de junio, amo-
tinóse el pueblo de Aipe, capitaneado por algunos indios re-
quinteros, que armados de lanzas y garrochas y a los gritos
de ¡Viva el Rey y muera el mal gobierno! entraron en los es-
tancos y sacaron a la plaza el aguardiente y el tabaco que ha-
llaron en ellos, distribuyéndolo todo, sin rebatiña, entre los
mismos tumultuantes, y dejando solamente las barajas, por-
que su estanco, decían, no los perjudicaba.
Motines de menor importancia, contra las rentas estan-
cadas, ocurrieron también en los días subsiguientes contra los
estanquillos de las ventas o mesones de Villavieja, el 16, For-
talecillas, el 18, y El Volcán o Piribante, el 19.
Insistían los administradores de estas rentas en expender
en la ciudad de Neiva y su jurisdicción, a tres reales la limeta
de aguardiente y a cuatro la libra ponderal, no completa, de
tabaco en rama, contraviniendo abiertamente a las disposicio-
nes vigentes de la Junta General, acordadas el 14 de mayo.

~,* *

En el sitio del Guasimal, de la hacienda de Villavieja, en


la casa de Juan Matías de Rerrera, concertóse el tumulto que
nabía de prorrumpir en la ciudad de Neiva el 19 de junio. Reu-
nidos en la mañana de dicho día los tumultuarios, en la casa
de una mujer del pueblo, llamada Teresa Olaya, fuera de la
ciudad, entraron en ésta entre la una y las dos de la tarde,
hora en que muchas personas dormían la siesta, cinco hom-
bres que hacían de capitanes, entre ellos el zambo Toribio Za-
pata, oriundo del Guama, Gerardo Cardozo, del páramo de
Raspa-Canillas, Salvador Rerrera y Cristóbal Rodríguez, na-
tural éste de la villa de Purificación, con algunas gentes, ar-
mados de lanzas, garrochas, sables y una escopeta, y dirigién-
dose a los estancos de tabaco y aguardiente, mandaron abrir
las puertas y ordenaron a las mujeres, que con tal fin se ha-
bían congregado en el barrio de Cantarranas, que sacasen las
botijas de aguardiente y las quebrasen, lo que al instante eje-

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96 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

cutaron acompañadas de dos hombres, mientras los Capitanes,


desplegados en fila, al través de la calle, guardaban convenien-
temente la entrada de este estanco. Presentáronse luego el Go-
bernador de la provincia don Policarpo Fernández, con el Al-
calde ordinario don Pablo Alvira y el Procurador General don
Pedro de Cuenca, Vicente y Antonio Moras, el criado del Go-
bernador, José Fernando González, y algunas otras personas.
Mandó inmediatamente el Gobernador que se retirasen las
mujeres y los hombres que se ocupaban en sacar y derramar
el aguardiente y quebrar las botijas, lo que al punto obede-
cieron, colocándose tras de la iglesia, para no ser vistas. Amo-
nestó en seguida a los Capitanes del motín, para que rindie-
sen las armas en nombre del Rey, viéndose desobedecido por
éstos. En tales circunstancias y recelosos el Alcalde y demás
compañeros del Gobernador de verse acometidos de improvi-
so por los tumultuarios, invocaron a nombre del Rey a las gen-
tes que se hallaban tras de la iglesia, para que acudiesen en
socorro suyo, mas como nadie quisiese obedecer, dirigióse el
Alcalde Alvira en solicitud de leales vecinos, guardas o admi-
nistradores de las reales rentas, para que los auxiliasen, pero
al apartarse del sitio donde se hallaba, recibió de los tumul-
tuarios una lanzada por la espalda, que apenas alcanzó a ras-
garle el capote. Alteró tanto esta acción al Gobernador, que ai-
rado avanzó hacia el Capitán Toribio Zapata, y en ademán
de ofenderle con el bastón, le dijo en voz algún tanto demu-
dada: "¡Rínde, perro, las armas al Rey!", mas como no le obe-
deciese, abanlanzóse al Capitán, quien de una lanzada le dió
muerte violenta. El criado del Gobernador, que quiso vengar
la muerte de su amo, recibió del mismo Capitán dos leves he-
ridas de lanza. Acudieron entonces los guardas de tabaco con
los administradores de las rentas, don Manuel Domingo Qui-
lez y Escanjadillo y don Pedro López Carballo, quien de un
tiro de escopeta mató a Toribio Zapata, el homicida del Go-
bernador, y luego privó de la vida, con un pistoletazo, a Ge-
rardo Cardoso, otro de los Capitanes, que había intentado ata-
car al Procurador General. Con esta acción huyeron los tu-
multuarios, quedando dueñas absolutas de la ciudad las auto-
ridades reales. En recompensa eligió el Cabildo de Neiva Al-
calde ordinario para el año de 1782 a don Pedro López Car-
baIlo.

***

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 9'1

Publicado en Pasto el bando sobre rebaja de los nuevos


impuestos y la supresión de otros, decretadas el 14 de mayo
por tI Real Acuerdo y Junta Superior de Tribunales, vino a in-
formarse el público de que en lo sucesivo quedaría libre de las
nuevas contribuciones impuestas por el Visitador General, pero
habiendo llegado a poco la nueva de que el Teniente de Go-
bernador, doctor don José Ignacio Peredo se hallaba particu-
lannente encargado del establecimiento del estanco de aguar-
dient.e en la ciudad de Pasto, y que al efecto remitía de Tú-
querres algunas cargas, con la orden de que se intimase por
bando la fundación del estanco, inquictóse la plebe, que jun-
tamente con los indios de los pueblos convecinos intentó amo-
tinarse, y muchos de los indios salieron al camino, a esperar
la llegada del aguardiente, para derramarlo, pero enterado el
CabildOdel peligro de los disturbios próximos a estallar, es-
cribió al Teniente de Gobernador, suplicándole suspendiese el
establecimiento del estanco, hasta que los ánimos se aplaca-
sen. La respuesta que al Cabildo dió Peredo fué la siguiente:

"He recibido la de ese muy Ilustre Cabildo, en que se me


participa de la providencia tomada, suspendiendo la entrada
de los aguardientes del Rey, por los motivos que ha tenido pre-
sentes; y en su vista he determinado pasar personalmente a
verificar el establecimiento de la renta; y más hubiera agra-
decido a Vmds. que me hubieran pedido el auxilio de las ar-
mas, y no pensar en la suspensión de la renta, que se debe es-
tablecer conforme a las órdenes reales y superiores de este
Reino ...
"JOSEE:'IGNACIO PEREDO."

El 22 de junio, de las doce a las tres de la tarde, fué de


grande agitación en Pasto, por haberse tumultuado los indios
de los pueblos de Obonuco y Catambuco, a tiempo de la entra-
da de Peredo con gente armada, que penetró imprudentemen-
~e por las calles, haciendo disparos de fusilería e hiriendo a
varios individuos y privando de la vida a otros tres de los que
por ellas transitaban, hasta encerrarse con sus soldados en el
edificio del extinguido colegio de la Compañía de Jesús, conti-
guo a la iglesia; pero bloqueados por los tumultuarios, cuyo
número aumentaba por instantes, y rotas a piedra varias puer~
tas y ventanas e intentando escalar los muros del edificio y
prenderle fuego, juntamente con la iglesia, sin que bastasen

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93 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

súplicas, promesas ni exhortaciones a sosegar a los tumultua-


rios, quienes ciegos y sin temor a las balas, sólo ansiaban ex-
terminar a los que allí se habían guarecido, arrasándolo todo.
Propusieron por último que se aplacarían si no se establecía
el estanco, si se quitaban todos los nuevos pechos, y si Peredo
y sus soldados regresaban a Túquerres; pero éste, que mostra-
ba repugnancia en regresar, por considerar este hec110en me-
noscabo de su honor, prometía a los tumultuarios concederle·'3
cuanto pedían, menos la evacuación de la ciudad. A instan-
cias de varios vecinos de calidad, cejaron algún tanto los ata ..
cantes en su arremetida, y aprovechados de esta circunstan-
cia, salieron con presteza Peredo y sus soldados, pero vistos
por aquellos, los persiguieron hasta en despoblado, quitándo-
les la vida los indios a cuatro de los soldados en los caminos,
y a Pereclo en el pue]Jlo de Catambuco a palos.
"Continuando la relación de nuestras desgracias -decía
el Cabi1dode Pasto al Gobernador de Popayán- participamos
a V. S. haberse verificado la muerte del doctor don Josef Ig~
nacio Peredo, en el pueblo de Catambuco, más de una legua
distante de aquí, habiendo llegado sólo, y encontrándose con
algunos indios de ese pueblo, quienes le acometieron con pa-
los; y después de una valerosa defensa llegó a herir a un indio.
Por la noche se empezó a tener noticia de su muerte y la de
otros infelices que habían perecido en diversas partes del ca-
mino, a manos de los brutales indios, quienes con la vocería
de la gente que salió de la ciudad, fueron saliendo a los ea....
minas, y encontrándolos SÓlos,les fueron quitando inhumana-
mente la vida. Enviamos al Cura de dicho pueblo a enterrar
los cadáveres; y por és~e sabemos haber sido cuatro, fuera de
tres que murieron en las calles (de Pasto)."

* * .•.
Los realistas, que fugitivos abandonaron la villa de Hon-
da, desde la salida del Regente para Cartagena, no regresaron
a ella antes del 16 de junio.
Publicadas las Capitulaciones el 19 en la villa, fueron en
ella recibidas con displicencia por algunos de los vecinos, por
razón de no haberse abolido el estanco del aguardiente, ni los
derechos de pá.SOS reales, ni el pontazgo del Gualí, lamentán-
dose de no haber destruído, como los comuneros en otros lu-
gares, las administraciones de rentas estancadas.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 99

Como sospechase el Alcalde don Juan BIas de Aranzazu,


por algunos indicios y rumores, que se preparaba por los mal-
contentos alguna asonada para perturbar el orden público,
procedió secretamente a inquirir los móviles y sus autores, para
prevenir cualquiera alteración e imponer a los responsables el
condigno castigo, cuando la noche del 23 de junio se le de-
nunció por don José Arriaga, en presencia del Escribano, que
estaba para prorrumpir un levantamiento de los vecinos de
los barrios del Retiro y Alto del Rosario, con cuya novedad
apuró la investigación hasta saber quénes eran los principa-
les promotores de la sublevación que se preparaba y cuáles
eran los preparativos que tenían. Como a las siete de la no-
che convocó a los vecinos de la calle real, peninsulares y rea-
listas todos, y a algunos del otro lado del Gualí, a fin de que
armados rondasen las calles de la villa, para precautelar cual-
quier movimiento sedicioso que pudiese ocurrir, y preCayerSfil
de las s.rma.s ocultas que pudiesen tener los perturbadores del
orden, ya que éstos sólo aguardaban a que se tocase la queda,
para manifestarse en rebelión, al estallido de unos cohetes.
Juntóse de improviso un golpe de gente de la plebe, de
los barrios del Retiro y del Rosario, y a los gritos de ¡Guerra,
Guerra y mori'r hasta vencer! descendió con gran algarada
por la calle de la Broma, y abocándose a la casa de don Vicen-
te Estanislao Diago, acometióla con violentos porrazos, pero
defendida por su dueño y algunos vecinos más, fueron reclla-
zados los tumultuarios con una descarga de fusiles que les
causó sin duda algunos daños que disimularon, dirigiéndose
en seguida a la casa del Alcalde ordinario don Juan BIas de
Aranzazu, la que igualmente acometieron con fuertes golpes,
hasta romper en parte la puerta de entrada, pero habiendo
acudido sin demora don Vicente Diago con los vecinos que lo
acompañaban, consiguieron, con otras descargas de fusilería,
que se retirase el tumulto, el cual se encaminó entonces por
el lado de la iglesia parroquial, a la Administración de aguar-
diente, donde con mayor violencia intentó derribar las puer-
tas, mas no consiguiéndolo de prisa, tornó la dirección de la
cárcel. Noticiado el Alcalde Aranzazu encomendó a don José
Minaya para que juntase toda la gente realista que estaba
dispersa, y con las armas que tuviese, tanto blancas como de
fuego, acometiese a los tumultuarios.
Guarecidos los peninsulares en la Casa del Palomar, vié~
mnse de pronto acometidos con ímpetu por la multitud sedi-

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100 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

ciosa, sobre la cual hicieron varios disparos de fusilería, no


pudiendo contener el avance sobre la cárcel, por la graniza-
da de piedras que la turba enfurecida, de hombres, mujeres
y muchachos lanzaba sobre ellos, sin embargo de los vari:Js
heridos, y muertos que arrojaron al Gualí, a fin de que no se
acobardasen los circunstantes, en vista de los estragos sufri-
dos. Ya en la cárcel, cuyas puertas consiguieron forzar, pusie-
ron en libertad a los Capitanes Esteban y Manuel Castañe-
d:1.::;,
con los demás paisanos que se hallaban presos, y junta-
mente con ellos retornaron a la Administración de aguardien-
te, cuyas puertas intentaron de nuevo echar abajo, como tam-
bién la~.de la casa del Alcalde y las de otras de vecinos im-
pcrtantes, sin que la vocería y el estrépito cesasen en las ca-
lles, hasta altas horas de la noche, y sin que los realistas, que
andaban en su mayor parte dispersos, pudiesen juntarse, no
obstante que unos pocos, con don Juan Antonio Racines, don
Vicente y don Pedro Diagos, don José y don Felipe Duranas y
don Bernabé Llamosa guardaban la calle real, haciendo fue-
go hasta de los tejados, para mantener a raya a los tumul-
tuarios, sin que erperimentasen desgracia alguna entre sí, y
consiguiendo acuartelarse como cuarenta hombres en la ma-
ñana del 24.
Habían entre tatnto los sublevados enviádole dos postas a
Galán, lIamándole con urgencia en auxilio suyo, pero aquel
Capitán, a quien acompañaban también varios de los sedicio-.
80S de Honda, que se habían dirigido a su campamento, con
el propósito de inducirlo a emprender, con su gente, el avan-·
ce sobre la villa, donde se le aguardaba con ansiedad, pero
sordo a las súplicas de los sublevados, retiróse de Mariquita a
Ambalema, alejándose así del centro de la sublevación.
Ocurrieron ante el Alcalde, en la mañana del 24, dos re-
ligiosos franciscanos, a ofrecerse como intercesores, para con-
seguir el restablecimiento de la paz, a fin de que no se expe-
rimentasen de nuevo estragos como los de la noche anterior;
y manifestaron que pasarían adonde se hallaban los tumuI-
tuarios, con el objeto de hacer retirar a los más obstinados en
la porfía, que amaban el peligro y que varonilmente querían
morir; y que respecto a que la intrepidez de aquellos hombres
era la que los había engañado, no permitiéndoles enterarse
del exacto significado de las Capitulaciones, ellos se encarga-
rían de hacérselo entender. Habiendo hablado separadamen-
te con los dos religiosos el Alcalde y los señores Racines y Dia-

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EL MOViMIENTO COMUNAL DE l1tn -101

go, partieron aquellos, teniendo presentes las advertencias que


éstos les hicieron, a tratar con los sublevados, llevándoles co-
pia de las Capitulaciones, que por la razón habrían de aceptar.
"En la villa de Honda -dice el Real Acuerdo en su infor-
me al Rey- donde se guareció a los principios vuestro Re-
gente, y se mantuvo algún tiempo, persuadido de la fidelidad
de aquel vecindario, se disponía a resistir toda invasión de re·
beldes, últimamente manifestó lo contrario, aun sin la discul-
pa de que los socorreños lo violentasen a ello, que es la gene-
ral de todos los pueblos; porque éstos, aunque anduvieron en
sus inmediaciones, jamás llegaron a entrar. Con todo, la ple-
be fraguó su asonada, aun con intenciones más dañadas, de
quitar la vida a todo hombre blanco y de comodidad, para 1'0-
barles. Principió su función, pero el valor de los vecinos hon-
rados desbarató el tumulto sin propio daño, pero con la vida
de no pocos de los que componían aquel, que no se ha sabido
su número, porque los mismos insultantes arrojaron los muer-
tos al río que pasa por el centro de la villa."

***
En vista de las varias instancias y representaciones he-
chas a Berbeo, en su carácter de Comandante General, por los
principales Capitanes del ejército de los comuner03, por ra7.ón
de que entre los jefes de éstos no había otro que como él hi-
ciese ejecutar los preceptos de las Capitulaciones, condescendió
en solicitar para sí el nombramiento de Corregidor y Justicia
Mayor de las villas del Socorro y San Gil, en conformidad con
el artículo décimo séptimo, que determina que quienes hu-
biesen de ejercer dicho empleo fuesen criollos, nacidos en el
Nuevo Reino de Granada.
En la solicitud añadió Berbeo el cargo de Maestre de Cam-
po de las milicias, no expresado en el artículo a que nos he-
mos referido, "para que en lo político -decía- pueda man-
dar y en lo militar disponer en defensa de los contraventores
de las leyes ... (?)
Decretada en conformidad la solicitud tomó Berbeo po-
sesión de los cargos de Corregidor Justicia Mayor y Maestre
de Campo el 22 de junio, ante la Superior Junta de Tribuna-
les, en la ciudad de Santa Fe, y a poco, ante los Cabildos del
Socorro y San Gil.

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102 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Obedecióla décima séptima capitulación a las clamorosas


demandas de los jefes y oficiales de las villas del Socorro y
San Gil, para gobernarse en lo sucesivo con independencia de
las autoridades de la provincia de Tunja, a la cual pertene-
cían hasta entonces, en lo político, aquellas villas, sin embar-
go de que los mismos vecindarios, los curas y los particulares
se oponían a ello por razones de conveniencia privada, como lo
entendía el Virrey Flores.
Al disponerse por la capitulación citada que el Corregi-
dor fuese criollo, natural del Reino, aspirábase por los veci-
nos de viso de aquellas villas, pertenecientes a esta casta, a
prescindir en el gobierno de los peninsulares y de los pardos.
Fácilmente creíble, parece, que los notables de allí prefiriesen
ser gobernados por sus propios vecinos que por los extraños.
Si la Superior Junta no se hubiese visto precisada a nombrar
el Corregidor pedido, la capitulación probablemente no se ha-
bría cumplido o se habría designado pam ejercer el cargo a
alguno de los vasallos incapaces de observar lo estatuí do en
las Capitulaciones y que careciera del ascendiente de Berbeo
sobre los pueblos de aquellas jurisdicciones.
No ejecutó, pues, Berbeo, acción impropia en las circuns-
tancias en que se hallaba, ni lesiva tampoco de su dignidad.
Es inculpable, por consiguiente, en el modo y orden de con-
ducirse en el íncidente de que se trata.
Erraba sin duda la Superior Junta de Tribunales cuando
condescendía con la solicitud del caudillo de los comuneros,
recelosa quizá de verse envuelta en nuevo conflicto, puesto que
tributaba alto homenaje de distinción al Generalísimo de los
comuneros que ,le había impuesto miedo y que había abatido
su orgullo y humillado su amor propio.
Tal era el parecer del Regente, expresado en los siguientes
términos:
"Como la Junta se cree precisada a cumplir lo capitulado
con los sediciosos, va dando las providencias para que se eje-
cute lo que éstes propusieron, y ha nombrado al que era su
Jefe en el campo de Zipaquirá, por Corregidor de las villas del
Socorro y San Gil y Maestre de Campo de sus milicias y de las
de los pueblos inmediatos, que es lo mismo que autorizado
para que continúe la rebelión."
Preferente atención dedicó Berbeo, en su carácter de Co-
rregidor Justicia Mayor y Maestre de Campo, al fiel cumpli-
miento de las disposiciones contenidas en la décima octava

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1731 103

capitulación, por la cual se confirmaban los grados militares


de los comuneros y se obligaba a sus Capitanes a reunir sus
compañías el día domingo de cada semana y adiestrarlas en
el manejo de las armas, tanto blancas como de fuego, ofen-
sivas y defensivas, por si se pretendiese violar lo capitulado.
Sobre esta aserción dice don Salvador Plata en su decla-
ración lo que al tenor copiamos:
- "31a.-Preguntado si después de haber sido nombrado Co-
rregidor del Socorro don Juan :B'ranciscoBerbeo firmó algu-
na comisión para practicar cierta diligencia en Chitaraque, y
cómo en ella se firmaba Capitán General de los Comunes,
cuando ya no debía tener los recelos que pretextaba antes para
este procedimiento?
"Responde que después de haber ido de Corregidor al So-
corro Berbeo, se aumentó el espíritu de la sedición, en virtud
de mandarse por esta Audiencia guardar las Capitulaciones
hechas en Zipaquirá, pues en ellas se confirmaban los títulos
de Capitanes dados por los comunes, y por consecuencia se
les permitía a todos los rebeldes mantenerse armados y que se
ejercit.asen todos los domingos en el manejo de las armas, con
lo cual no respetaban las gentes más autoridad que la de los
Capitanes, si ella no se oponía a sus ideas y vergonzosas Ca-
pitulaciones, en las que ninguna intervención, ni conocimien-
to tuvo el declarante, como lo confiesa el citado Berbeo ~ cons-
ta de dOl>amentoque con su representación tiene presentl.l.do
al Excelentísimo Señor Virrey, cuya confirmación de Capitu-
laciones, dada por la Real Audiencia, no duda el declarante
hubiera ocasionado la total pérdida del Reino, si no las hu-
biera reprobado el Bxcelentísimo Señor don Manuel de Flores,
y escrito a los Cabildos y Capitanes con la prudencia y tino
que lo hizo, y si no se hubiera presentado en el Socorro el
llustrísimo Señor Arzobispo."
Inteligenciado el Cabildo del Socorro de la próxima llega-
da a Santa Fe, de la expedición al mando del Coronel Bernet,
solicitó del Virrey ordenase el retiro, porque conceptuaba no
era ya necesaria la presencia de tal tropa, mediante a que lol'>
Capitanes estaban prontos a hacer obedecer las órdenes de las
lusticias, para cuyo fin se había formado una tropa dp- gente
lucida de caballería en la villa, que todos los domingos hacía
ejercicios militares.

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104 PABLO E. CARDENAS AC06TA

La Junta Superior en su informe al Rey dice:


"Todos los artículos de sus Capitulaciones se han circula-
do para su ejecución a las mismas partes a donde se había
comunicado la primera rebaja y relevación de derechos hecha
por esta Junta, para cautela,r se hiciese efectiva la amenaza
con que para el caso de cualquiera inobservancia, nos conmi-
nan por el capítulo diez y ocho:"
"Desde luego se les nombró -prosigue- a éstos (los co-
muneros, el Corregidor que pidieron, y se diputó por tal a Don
Juan Francisco Berbeo."
El Real Acuerdo, después de varias consideraciones sobre
diversas circunstancias creadas por el movimiento, dice al Vi-
rrey, en su oficio de 31 de marzo de 1782:
"Gemía esta infeliz y desgraciada capital en tan deplora-
ble situación, sin que se oyesen más que suspiros y resonasen
lamentos por todas partes; las calles desiertas, las casas des-
amparadas, las familias trasladadas a los conventos, los inte-
reses y las alhajas escondidos: y, últimamente, perdido el or-
den y todo puesto en confusión."
"Fueron infructuosos estos medios (la rebaja y releva-
ción de derechos), y abusando de ellos los rebeldes, derramán-
dose a manera de inundación por los campos de Zipaquirá y
Enemocón, fijaron su cuartel y llegaron hasta el insolente y
nunca oído atrevimiento de hacer emplazamiento, para ca-
pitular con los tres respetables Comisionados el rebelde Juan
Francisco Berbeo, titulado General de los sublevados, cuyo in-
fame tratado, después de varias prudentes reflexiones, que no
podían tener en su abono más que la ra;~ón,y se hallaban des-
tituídos de toda fuerza, fué concluído, firmado y juramen-
tado . , ."
"Han sido tantas y tan repetidas las infracciones de la
buena fe, que parece protestaban con este tratado, que no de-
jando nunca él, ni sus secuaces el infame dictado de Capita-
nes Generales del Socorro, unía, sacrílegamente, el de Con'e-
gidor y Justicia Mayor por Su Majestad, firmando así varios
libramientos contra la Real Hacienda, y dando a entender con
este hecho, er.1 tan legítimo Capitán General como CO'l"regi-
dar del Socorro, descubriendo con poco recato su infiel y de-
pravado ánimo de continuar sus hostilidades y fomentar en-
tre aquella gente rústica el fuego de la rebelión. De esto es
una prueba nada equívoca la imaginada y supuesta conjura-
ción que tanto turbó el ánimo de V. E. y de este Real Acuerdo,

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 105

por el mes de octubre, sorprendiendo al Muy Reverendo Arzo-


bispo con falsas apariencias y fingidos hechos, para que nue-
vamente recomendase a V. E. sus infames solicitudes, pretex-
tando ser el único medio de consrevar Al Reino, y suponiendo
que de la pronta resolución dependía no aventurar el éxito de
tan importante asunto"
No cabe, consiguientemente, inculpación alguna contra
Berbeo, por sus actuaciones en Zipaquirá, ni por la manera
como ejerció los cargos de Corregidor y Justicia Mayor y Maes-
tre de Campo de las villas del Socorro y San Gil, como histo-
riógrafos no bien enterados de los documentos persuasivos que
en nuestro libro Los Comuneros y en el presente hemos repro-
ducido, lo habían pretendido.

:1< **

Antes de emprender Berbeo su retorno al Socorro le de-


mandó el Real Acuerdo y Junta General que indicase uno de
sus capitanes, para enviarlo a conseguir de Galán que cesase
en su campaña. Indicó Berbeo a don Pedro Antonio Nieto, Ca-
pitán de Charalá y hombre de gran valor y resolución, cuyo
ascendiente sobre Galán era de todos conocido, y a quien se
confirió la referida comisión.
Acompañado de algunos otros capitanes salió Nieto de
Santa Fe, en cumplimiento de su encargo, el 25 de junio, e
instruí do en Honda del lugar donde se hallaba Galán, pasó a
la ciudad de Mariquita en demanda de su persona, y fué allí
informado de haber levantado ya su campamento de Ambale-
ma y disuelto su gente; y que acompañado de varios soldados
se había retirado de aquellos lugares, por el río de la Magda-
lena hacia arriba. Pasó luego Galán por Llano Grande, el Es-
pinal, la Mesa de Juan Díaz y Facatativá hasta Zipaquirá,
adonde llegó el 3 de agosto como a las once de la mañana,
para seguir en breve por Ubaté y Chiquinquirá a Santa Rosa
de Cerin.za, donde hizo mansión hasta el 28 de este mes, en
que se dirigió a Mogotes, sin habsr asentido a las capitulacio-
nes de Zipaquirá.
La carta de don Pedro Nieto, que por primera vez publi-
camos en las páginas 75 y 76 de nuestro libro Los Comuneros,
que insertamos a la letra y que confirma nuestra aserción,
dice:

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-106 PABLO E_ CARDENAS ACOSTA

"Señor Alcalde Ordinario más antiguo.


"Muy señor mío:
"He tenido noticia que por Orden Superior se halla
en captura Jpll. Antonio Galán, hombre revoltoso, levantado
y de tan infames operaciones, que no solamente es reo de lesa
Majestad, sino también de innumerables delitos que ha come-
tido; y para su contención habiéndoseme comisionado por la
Real Audiencia y Real Junta, pasé a la villa de Honda, ciudad
de Mariquita sobre su caución, y quietud de aquellas poblacio-
nes; y habiendo practicado las más exactas diligencias sobre
la prisión de dicho Galán, y seguro con la prisión de su perso-
na, sólo conseguí que este levantado desertase, huyendo de los
lugares en que hacía la resistencia y poderío contra la Hacien-
da Real y particulares; y habiendo sacado varias gentes de
aquellos parajes, que de estos lugares le patrocinaban, y da-
das las providencias correspo:::J.dientc3sobre el seguro de la
Real Hacienda. con la noticia de haber salido prófugo me res-
tituí a la ciudad de Santa Fee, en donde di cuenta a la Superio-
ridad de mi comisión; y en virtud de mi cumplimiento se apro-
bó y se me dió el documento correspondeinte en grado de méri-
to por aquel servicio.

"Y entre las muchas insinuaciones y representaciones que


como comisionado se me hicieron por particulares, y en solici-
tud de recaudar lo que este ladrón violentamente les había qui-
tado, se registran los intereses que usurpó de los sujetos que
constan en la minuta o razón que acompaño a ésta; que una
y otra se servirá Vmd. agregar a los Autos, para que en su con-
fesión diga y declare en qué ha invertido estos intereses; en
dónde los ha vendido y a cuyo poder se hallan, para que los in-
teresados soliciten su recaudación, y este ladrón quede casti-
gado según las leyes; y que sirva de ejemplo a tantos que por
voz y acciones siguen los pasos del fraudulento Galán, sirvién-
dose Vmd. darme recibo de esta prevención, pues así conviene
para efectos de mi comisión.
"Dios guarde a Vmd. muchos aÚos.
"Charalá y Octubre -21 de 178l.
"De Vmd. su atento servidor,
"PEDRO ANTONIO NIETO.

"Señor doctor don Jph Ignacio Angula y Olarte."

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 107

En Zipaquirá tuvo Galán un altercado con el Corregidor


don Carlos de Burgos, a quien hizo el Real Acuerdo la incul-
pación de no haber aprehendido a aquel levantado, ya que fu-
gitivo se había presentado en aquella parroquia; pero contra
tal inculpación replicó el Corregidor que hallándose desguarne-
cidoellugar le había sido imposible reducir a dicho reo a pri-
sión, a quien acompañaban treinta hombres.
"Al que habiendo pasado el 3 de agosto por Zipaquirá -di-
ce D. Salvador Plata, refiriéndose a Galán- lugar de los más
populosos del Reino, y distante sólo diez leguas de la capital,
manifestándose alli más bien fugitivo que sublevado, como lo
confiesa el msimo Corregidor, tuvo la osadía de ultrajar a aquel
Ministro, y_a éste le faltó o valor o gente para aprisionarlo."
Hallándose en peregrinación en la parroquia de Chiquin-
quirá el Teniente de Gobernador de las ciudades de Mariquita
y Tocaima, don Juan Félix Ramírez de Arellano, en compafíía
de don Marcelino Egea, entró un día en la casa de Juan An-
tonio Quiñones, donde estaban hospedados aquellos españo-
les, Juan Nepomuceno Galán con una pistola cargada, en la
mano, con intención de matar a Arellano, la que por fuerza
le arrebató José Antonio Galán, su hermano, que entraba a
la vez, con el designio de prender al mismo Arellano. José Joa-
quín Franco, en declaración rendida ante los alcaldes del lu-
gar, don Antonio Páez y don José Joaquín de las Casas Navas,
testifica que habiendo intervenido por aquellos romeros el
Prior del convento de dominicanos, Fray Francisco Gi.ielga,
encaminóse con toda prisa hacia la hospedería donde se tenía
preso a Arellano, y habiendo salido· al tiempo José Antonio
Galán, encontráronse frente a frente, y con enfado el Prior
le dijo que 'Tetornase a la casa de donde había salido, pero Ga-
lán le replicó que para evitar escándalos sería más convenien-
te que hablasen en el convento, donde aquello reconvino pre-
guntándole porqué era tan mal hombre que a un pobre cha-
petón que se hallaba en romería lo había prendido con tanta
tropelía? A lo que replicó Galán: "No sabe el Reverendo Padre
qué clase de pollo es Arellán". Que por último condescendió
Galán con el Prior en poner a Arellanoen libertad, y dirigién-
dose a la casa donde se le tenía detenido, lo condujo personal-
mente al convento, y le pidió por favor al Prior le permitiese
dar al citado don Félix cincuenta azotes, o cuando menos vein-
ticinco, pero el Prior le manifestó que con más gusto los su-
friría él mismo, antes que consentir en que se le diesen a Are-

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108 PABLO E. OARDENAS AOOSTA

llano. Que en contorno de la hospedería estaban como veinti-


cinco hombres armados, que acompañaban a Galán y eran de
la gente del Socorro.
"Al que habiendo llegado sin gentes (7) a Chiquinquirá
-dice don Salvador Plata- parroquia de más de seis mil ve-
cinos, tuvo aún la audacia de prender a un Juez Real, y por
intervención del Prior de Santo Domingo no le dió de azotes."
Consta de documentos, que habiendo llegado don Joaquín
del Castillo y Santamaría, en asuntos particulares, a la pa-
rroquia de Santa Rosa de Cerinza, no muy distante de la ha-
cienda de Bonza, donde residía, lo solicitaba Galán para ma-
tarlo, por haber oído decir que tenía orden de la Real Au-
diencia para prenderlo, obligándolo a salir precipitadamente
del lugar, en la madrugada del 28 de agosto, por habérsele ne-
gado todo auxilio por el vecindario de allí.
"Al que presentado a cara descubierta -dice don Salva-
dor Plata- con sólo un auxiliar suyo, en la parroquia de San-
ta Rosa, lugar de no menos vecindario (que Chiquinquirá).
solicitó al Comisionado don Joaquín del Castillo para matar-
lo, y lo puso en precisión de salir de fuga la madrugada del
28 de agosto, por haberle negado todo auxilio, pues como él
mismo explica, el Rey no tenía allí vasallos, ni se le presentó
uno sólo que lo defendiese."

***
Salió de Santa Fe el 25 de junio, para el Bocana, el Arzo-
bispo don Antonio Caballero y Góngora, con lOs misioneros
capuchinos Fr. Joaquín de Finestrad, lector de teología, Fr.
Félix de Gayanes, Fr. Matías de Callosa y Fr. Miguel de Vi-
llajoyosa, doctrinero; y los franciscanos Fr. Tomás Palanca y
otro, en visita pastoral, sin más objeto que el de perfeccionar
la pacificación de los pueblos antes sublevados.
En el tránsito hacia el Socorro suscitóse en Suaita, en
horas de la noche, un tumulto contra el Cura y los Alcaldes,
capitaneado por don Joaquín de Echavarría, en el cual dió
la gente tumultuaria libertad a un reo; y otro al día siguien-
te, en el camino que de dicho pueblo conduce al de Olba, los
cuales aplacó Berbeo con gran presencia de ánimo.
"En el tránsito con el referido Berbeo -dice el Prelado-
desde la capital de Santa Fe hasta estos pueblos, en el de Suai-
ta ocurrió un alboroto a horas de la noche y en ella tomaron

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EL MOV1J4IENTO COMUNAL DE 1781 109

las armas contra su cura y sus Alcaldes, dieron libertad a un


reo y hubieran cometido otros excesos, si mis pel'suaciones y
el temor que les infundió don Juan Francisco Berbeo, no les
hubieran hecho desistir de sus intentos."
"Los mismos, de mano armada -prosigue el Prelado.-
me salieron al camino el siguiente día, clamando contra su
Cura, y yo me hubíera visto en la precisión de acceder a sus
injustas quejas, si no los hubiera dispersado el mismo Berbeo."
Sin otros contratiempos hizo el Arzobispo su entrada el
14 de julio en el Socorro, con el cortejo que lo acompañaba
desd(' Santa Fe, habiéndosele tributado por el vecindario to-
dos los honores y agasajos a que era acreedor.
Intermediario el señor Caballero y Góngora entre la Su-
perior Junta de Santa Fe y los comuneros, para las negQcia-
ciones de paz, y t.estigo presencial de las incidencias ocurridas
en los campos de Zipaquirá y Nemocón, estaba, más que los
Comisionados, inteligenciado del. anhelo de los comuneros so-
bre la rebaja en la tasa de algunas contribuciones y.la total
exoneración de otras. Depositario de la confianza de los mis-
mos comuneros y garante de la buena fe con que los Comisio-
nados pactaban con plenos poderes, y de la fiel observancia
de lo acordado en el tratado aprobado y solemnemente jura-
mentado, le estaba vedado intervenir en contra del cumpli~
miento estricto de 'lo pactado, sin incurrir en falta de infi-:
dencia.
Sin embargo, hemos de advertir que si la intervención ·del·
Prelado, por mediación de sus misioneros, en pro del perfec-
cionamiento de la paz, vino a redundar en perjuicio de los mo-
radores de los pueblos que se habían mostrado en rebelión,
puesto que intimidadas las conciencias de aquellos ingenuos lu-
gareños, con las penas eternas, fueron compelidos, contra sus
propias ideas e inclinaciones, a observar con ciega obediencia
y subordinación los preceptos emanados del Soberano, a ab-
jurar de las Capitulaciones, y a resarcir, en los días de mayor
penuria, los daños sufridos por el real erario, la intervención
del Arzobispo en el perfeccionamiento de la pacificación, en
las- villas del Socorm y .San Gil, fué .sin duda fecunda en be-
benefioios para el vecindario, puesto que retardó la ejecución
de las órdenes del Virrey contra las Capitulaciones, y alcan-
zó gracias no dispensadas a los vasallos en otras regiones.

***

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
110

Salió de Cartagena el 1Q de junio, por el Canal del Dique


hasta Mahates, y de allí por tierra a Barranca del Rey, la pri-
mera división del destacamento destinado a la capital, llevan-
do por jefe a don José Bernet, Coronel del "Regimiento Fijo",
quien fué nombrado Comandante General de Armas de San-
ta Fe, por hallarse el Virrey en el litoral.
Acordóse para las jornadas de Barranca del Rey a Mom-
pós el siguiente itinerario:
"Dia 8 de junio. De la Barranca del Rey a comer al Pal-
mar y a dormir en Tenerife.
"Día 9. De Tenerife a comer a Zambrano; a dormir a
Punta de Palma.
"Día 10.De Punta de Palma a comer a Tacamocho; a dor-
mir a Santa Ana.
"Día 11. De Santa Ana a comer a San Zenón; a dormir
a Mompós."
Hizo Bernet escala en Mompós, hasta reunir con la pri-
mera las dos divisiones restantes, compuestas cada una de
ciento setenta hombres, de las cuales arribó la segunda el día
15 y la tercera el 19 de junio, habiéndose demorado por falta
de barcas en el río.
Indicaban las banderas y gallardetes la tripulación y equi-
po de las diferentes embarcaciones, según la siguiente distri-
bución:
La bandera del Rey, con sus armas reales, el champán del
Comandante General.
La bandera toda azúl, el Comandante de la segunda di-
visión.
La bandera encarnada, el Comandante de la tercera di-
visión.
La bandera blanca y encarnada, el hospital.
La bandera azúl y blanca, el tren de artillería.
El gallardete encarnado, los víveres de la primera división.
El gallardete azul, los víveres de la segunda división.
El gallardete blanco y encarnado, los víveres de la tercera
división.
El gallardete azul y blanco, los gastadores o batidores.
Acordada por el Coronel Bcrnet la Instrucción que debían
observar los comandantes de las divisiones, en la marcha ha-
cia la capital, dispuso que cuando las tropas llegasen a dete-
nerse para almorzar, comer o dormir, en los parajes destina-
dos al efecto, debían tener el cuidado de que las embarcacío-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 111

nes llevasen los correspondientes distintivos de banueras o ga-


llardetes enarbolados en la proa, para que por aquellas insig-
nias se pudiese fácilmente acudir en demanda de la barca so-
licitada.
Prevínose al Oficial Real, Juez de Puertos de Honda, don
Santiago Tello de Meneses, la salida de la expedición de Car-
tagena, para que tuviese prontas quinientas mantas o fraza-
das de lana, que sirviesen de abrigo a los soldados; yal Go-
bernador de Mariquita y Alcaldes ordinarios de Honda, para
que facilitasen los bagajes y caballerías necesarios para la mo-
vilización de la tropa y los pertrechos hasta Santa ]!'e.
Con la primera división y guardia avanzada salieron dé
Mompós los cañones y pedreros, para usar de ellos en la prÍ-
mera oportunidad y como lo exigiesen las circunstanCias. 01'-
denóse a los comandantes de las divisiones segunda y tel'cera,
que al oír el estampido del tiro, 10 que sería fácil por la corta
distancia a que iban y la repercusión del sonido por el eco
en el aire que se observa en las riberas del río, avanzasen
rápidamente hasta incorporarse con la división del Coman-
dante General, para lograr así la inmediata concentración de
toda la fuerza.
Acordóse, además, entre el Coronel Bernet, las principa-
les autoridades civiles y militares de la villa de Mompós y los
pilotos más expertos el itinerario de las jornadas que la ex~
pedición había de observar en la navegación por el Magdale-
na, desde Mompós hasta Honda.
Previno el Virrey al Coronel Bernet, que en el caso de qué
por instancias de los comuneros se le comunicase por la Reál
Audiencia o la Junta General la orden para contramarchar
hacia Cartagena y no avanzar de Honda, se mantuviese en dF
cha villa, haciéndose fuerte allí, como garganta indispensaple
para mantener la comunicación con Santa Fe y las pl'ovincias
de Popayán y Quito.
"Si con el motivo del envío de la tropa a Honda -dice el
Virrey- - o su llegada a aquella villa, pretendieren los pueblos
alterados el que la Real Audiencia o Junta General dé orden
para que se vuelva, y la comunicare, deberá V. S. responderle
que no puede ejecutarlo sin primero darme parte; y así lo hará
V. S. manteniéndose en aquella villa hasta recibirla, sin in-
tentar pasar adelante; pero si no se hiciere a V. S. prevención
alguna, deberá seguir su viaje a Santa Fe, según le está man-
dado, para auxiliar las providencias de justicia de aquel Real

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112 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Acuerdo, mantener la tranquilidad y el sosiego de aquella ca-


pital, y ejecutar lo demás de que le tengo instruido o le comu-
nicare; en inteligencia de que en esta ocasión prevengo a aque~
lla Real Audiencia deber extinguirse la Junta General y rea-
sumir en mí las demás facultades que para estos casos le que-
daron subedelegadas."
Con rumbo hacia Honda salió de Mompós la expedición
el 26 de junio, y el 6 de agosto hizo su entrada en la capital
del Virreinato, en medio de las manifestacionestie júbilo de
los.realistas, que anhelaban por su llegada.
Por el mes de agosto determinó el Virrey enviar cien hom-
bres más, del "Regimiento Fijo" y de los batallones de milicias
de blancos y pardos, a Honda, con las correspondientes armas
y materiales de guerra, y cien fusiles de repuesto, con el fin de
mantener bien defendido dicho puerto, y que no tuviese en lo
sucesivo trastorno alguno la correspondencia de Cartagena con
Santa Fe y las provincias del interior del Reino, así como con
las de Popayán y Quito.

'" '" '"


Presintiendo el Virrey lo que pudiera acontecer hallán-
dose desguarnecidos los antemurales y el resto del litoral sobre
el Atlántico, si los ingleses, situados en Jamaica, acudiesen en
auxilio de los comuneros del Nuevo Reino, llamados por éstos,
mlicitó del Gobernador y Capitán General de la Habana un
refuerzo de tres a cuatro mil hombres, para internar una par-
te, colocándola en las capitales de las provincias. Fué portador
de los pliegos don íñigo de Sevilla, Capitán de la goleta par-
ticular "Nuestra Señora del Rosario", quien llevaba entre sus
instrucciones la de echar al agua la. correspondencia, en caso
de verse atacado por los enemigos o que recelase caer en sus
manos.

'" * *

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 113

ITINERARIO DE LAS JORNADAS QUE LA EXPEDICION


MILIT AR DEL CORONEL BERNET DEBlA OBSERVAR EN
LA TRA VESIA DE MOMPOS A HONDA

Jor-
nada .4lmuerzo Comida Dormitorio
1 Menchiquejo Purgatorio .. Chilloa.
2 Ladera de Juana Cuchara ., Vergara.
3 Rosa de Lugo Peñón Idem.
4 Bataller Barco Los Dos Caños.
5 Trapiche de Cascada. Barrigón Regidor.
6 Río Viejo Tanga Boca de la Hacien-
da.
7 Brazuelo de Caballo. Peñón de las
Ventas Punta de Andrea.
8 Balona Badillo Durú.
9 Punta de Bijal Santander Boca del Rosario.
10 Rompedero Paturia Canaletal.
11 Pital San Juan Cantagallo.
12 Playón de Pataco .. Los Pajarales .. Bohorquito.
13 Zorrilla .•......... Maldonado Barranca Bermeja.
14 Cazabito Yondo Brujas.
15 Islas de los Mogotes. Peñón de Chu-
curí '" Ladera del Tío Ro-
que.
16 Lo de Aquino ..... Entrada de Fer-
nambuco ..... Vista de Barbacoas.
17 San Juanico Entrada de Sa-
pira Entrada de Río
Nuevo.
18 Boca del mismo Río. Quiñones Peñón de Magda-
lena.
19 Vista de Remolino
Grande Garrapata Tagua.
20 Macuango Brazo de Trapo. Zambo.
21 Salida de dicho Ca-
rare Moralero Brazo de Tigre.
22 Hermitaño Idem Angostura de Ca-
rare.
23 Palagua Puerto Viejo Pita.

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114 :PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Jor-
nada Almuerzo Comida Dormitorio
24 Velásquez Sanabria Buenavista
25 Tortuga Fierro Arriba .. Conchal.
26 Guarumo Quiebra-Cintas. Totumal.
27 Dorada Humareda San Mathías.
28 Las Yeguas Vuelta de la Ma-
dre de Dios .. , Pretel.
29 Bocanegra Guarinó Quita-Palanca.
30 Lambe-Plato y de aquí a Honda.

'" '" '"


Licenciada la tropa de Galán en Ambalema, sin asentir
a las Capitulaciones de Zipaquirá, y de regreso a su vivienda el
cabecilla. en compañía de Hilarío y Juan Nepomuceno Galán,
lmtonio Pérez, Gregario Montañés y dos hermanos de éste, de
Oiba, José Niño, del Socorro, Baltasar de los Reyes, los her-
manos Altamar y otros de sus conmilitones, con los cuales se
rontaban treinta mílites, hizo mansión en la Capilla del Espi-
nal, el 20 de julio, donde estuvo a punto de caer en la celada
que le tenía preparada don Juan Fernández Recamán; allí
nombró a Juan Virgen, Jerónimo Romero y Julián Arteaga
para capitanes de aquel vecindario, ya Manuel Ortiz para Te-
niente, y para capitán del pueblo de Coello a Juan Antonio
Romero, con facultades todos para nombrar capitanes de mo-
tines en los demás pueblos de la jurisdicción.
Preocupados y recelosos los miembros del Real Acuerdo
de ,Justicia con las noticias de los disturbios ocurridos en va-
rios lugares de las jurisdicciones de Tocaima, Ibagué y Neiva,
atribuídos a Galán, particularmente en los pueblos del Espinal
y CoeHo,la villa de Purificación, Coyaima y Natagaima, de-
terminaron en la sesión del 14 de julio, sin embargo del per-
dón concedido a los comuneros por las Capitulaciones de Zi-
paquirá, dar comisión a don Juan Antonio Fernández Reca-
mán, vecino de la villa de Purificación, para que hiciese gen-
te, y asocia,do de varias personas de reconocida fidelidad al
Rey, emprendiese y ejecutase por la fuerza de las armas la pri-
sión de José Antonio Galán, la de Hilario y Juan Nepomuce-
no, sus hermanos, y la de don Javier Reyes, segundo jefe. La
providencia librada, que insertamos a la letra, dice:

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EL MOVlMlENTO COMUNAL DE 1781 115

"En la ciudad de Santa Fe, a catorce días del mes de jU Q

lio de mil setecientos ochenta y un años, hallándose en el Real


Acuerdo de Justicia los señores oidores, Decano don Juan
Francisco pey Ruiz, don Joaquín Vasco y Vargas y don Pe-
dro Catani, dijeron que por cuanto se ha hecho constar por
varios documentos haberse levantado de Capitán Josef Anto-
nio Galán, oriundo que se dice ser de la parroquia de Charalá,
habiendo sublevado y juntado a su mando varias gentes con
que ha perpetrado varios insultos, robos y atrocidades por di-
versos parajes de las jurisdicciones de Tocaima, Neiva e Iba-
gué, y que últimamente había subido por el río de la Magda-
lena arriba, desde Ambalema, después de haber hecho cuan-
tiosos hurtos en la ciudad de Mariquita, confiando esta Real
Audiencia la captura de dicho Josef Antonio Galán y socios,
de la persona de don Juan Antonio Fernández Recamán, veci-
no de la villa de Purificación, acordaron dar comisión bastan-
te al referido don Juan Antonio, para que haciendo gente
(que deberá aguerrir en nombre del Rey, para su ayuda y cus-
todia) y asociado de personas de honor y fidelidad a la Real
Corona, pueda pasar y pase a cualesquier sitio o lugar de la
comprensión de esta Real Audiencia, y emprenda y ejecute
por fuerza de razones y armas la prisión de dicho Josef Anto-
nio Galán, los dos hermanos de éste y don Javier Reyes; y con
toda guardia y custodia, aprisionados, los conduzca a esta real
cárcel de corte, embargándoles todos y cualesquiera bienes,
papeles, armas y alhajas que se les encontraren; y si llegare
el caso de no ser suficientes para reducirlos a segura prisión
las razones y facultades de esta comisión, usará de la fuerza
y violencia, hiriendo y matando y ofreciendo premio por sus
cabezas, que serán conducidas a la plaza pública de esta ca-
pital, con la seguridad y promesa que desde ahora se hace de
que el efectivo cumplimiento de esta comisión se tendrá pre-
sente para los premios que correspondan así a este Juez, como
a los que en la acción acreditaren mérito particular. Y para
todo acordaron se libre la real provisión correspondiente. Así
lo dijeron y rubricaron, de que certifico. Hay tres rúbricas. Fui
presente,
"PEDRO ROMERO SARACHAGA."

:1< :1< :\1

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116 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Considerándose infructuoso el envío de tropas a la pro-


vincia de Casanare, determinó la Superior Junta de Tribu-
nales, en sesión del 26 de junio, acreditar comisionados ante
el Capitán General don Francisco Javier de JI/lendoza,.para
conseguir de él que cesase en sus hostilidades contra las au-
toridades reales y coadyuva3e al restablecimiento de la paz en
aquellas dilatadas comarcas.
Llevaban los comisionados instrucciones secreta.;;del Real
Acuerdo para eiecutar la captura de aquel insigne jefe o la
muerte a mano airada, si persistía en sus intentos subversivos.
Reunido el 14 de julio el Real Acuerdo de Justicia y Su-
perior, Junta, acordó poner talla a la cabeza de don Javier (le,
Mendoza, por la suma de quinientos patacones. La providen-
cia que al efecto se dictó dice de verbo ad vérbum lo que al te-
nor copiamos.

"}!jn la ciudad de Santa Fe, a catorce de julio de mil sete-


cientos ochenta y un años, los señores del Real Acuerdo y de-
más de que se compone la Junta Superior para providencial'
lo conveniente en orden a la tranquilidad y quietud de los lu-
gares conmovidos, dijeron que atendiendo a la continuación
de alborotos que ha constado en esta Junta, sigue en la Pro-
vincia de los Llanos, por cartas que ha remitido el señor Pro-
visor, de los Curas de Paya y Pisva, y las que igualmente han
producido los señores Oficiales, de Josef Antonio Chaparro,
residente en Sogamoso; y que la situación de aquella Provin-
cia no admite providencia de fuerza de tropa ni otra de esta
calidad, como se tuvo presente en la Junta celebrada en vein-
te y seis de junio de este año, sin embargo de haberse expedi-
do allí la de comisionarios, para con ellos contentar al rebel-
de don Javier de Mendoza, tranquilizar el país y finalizar las
inquietudes sobre que se trata, acordó esta Junta mandar se
escriba carta por el señor Oidor Decano a Josef Antonio Cha-
parro, remitiéndole testimonio de la citada Junta, para su in-
teligencia, y que acuerde con el Gobierno y aquellos Comisio-
nados lo que oportunamente pueda ejecutarse para la captu-
ra del citado Mendoza, vivo o muerto, y aun ofreciendo a cual-
quiera sujeto que resolviere y ejecutare la muerte de aquel,
quinientos patacones de premio, que se pagarán puntualmen-
te; obrando en esto con seguridad, maña y secreto. y dando
las pro1Jidenciasque la prudencia y maña dicten, y que éstas
se comuniquen al Gobernador y Comisionarios, por dirección

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EL MOVltvUEN"TO COMUNAL DE 1781 117

de Chaparro, quien podrá ejecutar propio para ello, para que


dirijan sus ideas al mismo tiempo, y todos dén puntual noti·
cia de que fueron obrando. Con lo que se concluyó esta Junta
que firmaron los dichos SS. por ante mí el infrascrito Escri·
bano Teniente Mayor de Gobierno, de que doy fee.

"DON JUAN FRANCISCO PEY RUIZ. - DON JOAQUíN


VASCO Y VARGAS. - PEDRO CATANI. - DOCTOR DON
FRANCISCO DE VERGARA.- JUAN MARTíN DE SARRA-
TEA. -. DON MANUEL REVILLA. - EUSTAQUIO GALA-
VIS. - JUAN MANUEL ZORNOSA. - DON JOSEF GROOT
DE VARGAS.- JUAN DE MORA. - PEDRO DE UGARTE.

"Fuí presente,
"JOSEF DE ROXAS, Escribano de S. M."

***
ReducíaEe el plan del Virrey Flores para perfeccionar la
pacificación del Reino, a introducir alguna fuerza en el So-
corro, por Maracaibo, CÚcuta y Pamplona, a cuyo amparo se
acogiesen muchas gentes para vivir con seguridad, e ir poco
a poco ganando parciales; que a la sombra de la misma fuer-
za fuesen las justicias respetadas, y se hiciesen efectivas las
contribuciones a medida que lo permitiesen las circunstancias;
y que se entresacasen los cabecillas de los motines para apli-
carIes el castigo, si convenía, y que en caso contrario fuesen
, transplantados lejos.
Influían en el movimiento, según decía el Virrey, eclesiás-
ticos. letrados, desertores de las tropas reales etc. y todos los
sublevados se manifestaban concordes en no pagar derechos
al real erario y vivir con libertad.

'" * *
Recibidas por el Virrey las Capitulaciones, en observancia
de la real orden de 8 de septiembre de 1778, por la cual se le
prescribe que observe siempre el dictamen del Visitador Ge-
neral en todo lo relativo a la real hacienda, solicitó en 30 de
junio la opinión de éste sobre lo que conviniera y debiera ha-
cerse, dispensada ya la aprobación por la Junta General.

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118 PABLO !:. CAR1:ÍENA8 ACOSTA

Del dictamen que sobre el particular dió el 2 de julio el Vi-


sitador General, reproducimos por su tenor los siguientes con-
ceptos:
"Que la presente rebelión -dice- tenga diverso princi-
pio y objeto del que se aparenta, consta de todo el contexto de
las capitulaciones propuestas por los rebeldes. Compónense de
treinta y cinco capítulos que suenan firmados en el Acampa-
mento de Guerra en territorio de Zipaquirá, a cinco de junio
de este año, por Juan Francisco Berbeo, Capitán General, Co-
mandante que se titula de las ciudades, villas, parroquias y
pueblos que por comunidades componen la mayor parte del
Reino, y en nombre de las demás restantes, por las cuales pres-
ta voz y caución, mediante la inteligencia en que se halla de
su concurrencia.
"Esta sola enunciativa incluye el delito más atroz que los
vasallos pueden cometer contra su legítimo Monarca, pues se
confiesa una asociación criminal y armada para usurpar los
derechos más sagrados de la soberanía. Y a la atrocidad se
agrega el dolo con que se quiere hacer trascendental a todo un
Reino la infidencia de la plebe de las dos villas del Socorro y
San Gil, centro de la rebelión y su primer origen.
"Del que tuvieron los actuales desórdenes y de sus pro-
gresos resulta que la referida asociación criminal se formó en
aquellas dos villas; que allí se nombraron los que se titulan
Capitanes Generales que después de haber juntado el núme-
ro de rebeldes que de grado o por miedo pudieron acopiar, sa-
lieron a las poblaciones inmediatas y las fueron conquistando,
obligándolas a tolerar sus excesos y a entrar en su partido, con
la amenaza de que de lo contrario les pondrían fuego a las
casas; que por este capcioso medio y la lisonjera esperanza de
que su fin era hacer que cesasen las contribuciones y estan-
cos, lograron se les uniesen los habitantes miserables y aban-
donados que hay en todo lugar; y que hasta ahora no se ha
verificado que algún Cabildo ni comunidad entera haya en-
trado en la conjuración, siendo lo más probable que los veci-
nos hacendados y nobles de cada territorio giman bajo de la
opresión y violencia de una vil canalla, y que sólo aguardan
el feliz instante de ser sostenidos y auxiliados por fuerza su-
ficiente y autorizada, para mostrar su lealtad, oponerse a los
insultos de los tumultuantes y coadyuvar al restablecimiento
de la tranquilidad pública.

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Et MOVIMIENTO COMUNAL DÉ 1781 119

"Lo sucedido con la capital califica este concepto. No ha-


biendo podido los rebeldes conseguir que se tumultuase la ple-
be, por más que lo intentaron por medio de sus emisarios, pre-
tendían entrar armados en ella para verificarlo; y no desis-
tieron sino con la condición de que los vecinos que nombraron
de Capitanes se les unieran para proponer las capitulaciones.
De suerte que será la misma capital una de las comunidades
que contarán por de su bando, siendo así que hasta ahora se
ha mantenido fiel, y lo estará en su principal y más sana par-
te, aunque los sediciosos la insulten y se vea en la precisión
dc ceder a la violencia.
"Debe, pues, reputarse por un maligno y artificioso inven-
to de los rebeldes y de quienes los dirigen y aconsejan, la su-
puesta unión de todas las ciudades, villas, parroquias y pue-
blos del Reino, y que no sólo son reos de rebelión, sino faccio-
naríos y perturbadores del orden público, aun en aquello que
no tienen interés, circunstancia que eleva su delito al más alto
grado de traición.
"El contexto de las capitulaciones que propuso el Jefe de
los rebeldes es tan insolente que no tengo valor para repetir-
lo,ni lo creo necesario, pues a su simple lectura y sin más ex-
plicación conocerá cualquiera la exorbitancia, desacato y atre-
vimiento que respiran, reduciéndose s7.lbstancialmente a in-
tentar dar la ley a su Soberano, a trastornar arbitrariamente
todas las reglas establecidas, y a romper los vínculos del va-
sallaje y subordinación, sin el menor respeto, ni aun mira-
miento por la autoridad real.
"Porque así lo conocieron los rebeldes tuvieron la osadía
de proponer al capítulo 18, Que todos los empleados y nom-
brados en la presente expedición de Comandante General, Ca-
pitanes Generales, Capitanes Territoriales, Subtenientes, Al-
féreces, Sargentos y Cabos hayan de permanecer en sus res-
pectivos nombramientos y ser obligados en el Domingo en la
tarde de cada semana a juntar su Compañía y ejercitarla en
las armas, así de fuego como blancas, defensivas y ofensivas,
por si se pretendiere quebrantar los concordados que de pre-
sente nos hallamos prontos a hacer,etc.
"Esto equivale a capitular que la rebelión ha de ser per-
manente que se ha de permitir dentro del Estado una aso-
ciación siempre armada para sostenerla; que los individuos
de la tal asociación no han de conocer otra autoridad ni po-

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120 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

der que el que han querido usurpar, y en una palabra que no


haya Rey, Ley ni Patria."
Después de varias otras argumentaciones concluye el Re-
gente Visitador su dictamen proponiendo que el Virrey, Go-
bernador y Capitán General, en quien residen las superiores
y regias facultades, declare por nulas y de ningún valor ni
efecto la aprobación y ratificación que la Junta de Tribunales
de Santa Fe y sus Comisionados en Zipaquirá dieron, obliga-
dos por la violencia, a las Capitulaciones propuestas por el Jefe
de los rebeldes, unidos en cuerpo de ejército armado, y acam-
pados en el territorio de Zipaquirá.
Que expida por consecuencia órdenes circulares a todos
los Gobernadores, Corregidores, Cabildos y Justicias de las pro-
vincias a donde se considere que la Junta pueda haber remi-
tido las Capitulaciones, para que de ningún modo las publi-
quen, y si ya lo estaban, para que no se observen, explicando
sumariamente los atentados que incluyen, a fin de que los va-
sallos sepan que son incompatibles con la fiedlidad debida a
su soberano.
Que todo el que tuviere la osadía de acceder a las capitu-
laciones, incurrirá por el mero hecho en el feo y abominable
delito de traición y rebelión calificada.
Que descubiertos por el contexto de las Capitulaciones los
perversos designios de sus autores, que a nada menos aspiran
que a usurpar la autoridad real, y a destruir el orden público
y la autoridad de los magistrados, se les declare por rebeldes
y enemigos de la patria, y se les persiga por todos los medios
permitidos en semejantes casos, hasta obligarlos a deponer las
armas y a entrar en la obedienuia y subordinación de que se
han substraído.
Que para hacer efectiva tal disposición se envíe, además
de los quinientos hombres de tropa que van marchando sobre
Honda, toda la gente que en las actuales circunstancias pue-
da reunirse; y que se armen y disciplinen las milicias de los
pueblos que estén en condición de coadyuvar a la defensa del
Reino.
Que se mande que todo vecino y habitante que sea fiel al
soberano, se aliste y esté pronto al llamamiento que se le haga,
para defender la patria, con la prevención al que se excusare,
que será tenido por sospechoso y adicto a los rebeldes, y que
se procederá contra él en la forma que corresponda.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781
121

Que reasuma el Virrey en sf todas las facultades que le


competen, y prevenga a la Real Audiencia se limite a ejercer
solamente las que sean propias de su instttucion, sin inmls-
cuirse mas en los asuntos relativos al superior gobierno, a la
guerra y a la superintendencia general, revocando las faculta-
des que haya conterldo sobre estas materias.
Y que se extinga y no vuelva a convocarse la Junta que
con motive de las presentes alteraciones del Reino se forma
en Santa Fe.

***
Hallabase en tales circunstancias desautorlzado el Regen-
te Visitador General para proponer 0 acordar medida alguna
contra los act os y providencias de la Real Audiencia de Santa
.Fe y de la Superior Junta de Tribunales, en 10 relativo al res-
tablecimiento de la paz y del orden publico, turbado en el Nue-
vo Reino, pOl' las razones que se expresan:
Primera. Porque la Real Audiencia obraba sabre el par-
ticular en ejercicio de las atribuciones privativas de su institu-
cion y de las regias facultades que Ie habian side subdelega-
das por el Virrey.
Segunda. Porque a propuesta del mismo Regente Visita-
dol' General constituy6 el Real Acuerdo, por providencia del
11 de mayo de 1731, la Junta General de Tribunales, encar-
gada del restablecimiento de la tranquilidad publica y de la
defensa de la capital, compuesta del Regente, los Oidores, yel
Fiscal de la Real Audiencia, los Contadores del Tribunal de
Cuentas, er Superintendente de la Real Casa de Moneda, el Ofi-
cial Real Propietario, los Alcaldes Ordinarios de Santa Fe, dos
delegados del Cabildo Secular de la misma ciudad y el Maes-
tre de Campo de las Milicias urbanas mas antiguo.
Tercera. Porque la Junta asi constituida acordo en su pri-
merasesion, e112 de mayo, conla intervencion y asentimiento
del Regente, alli presente, enviar dos comisionados, con am-
pllas facultades, para que acompafiados del Arzobispo sefior
don Antonio Caballero y Gongora, saliesen al encuentro de
los comuneros y pactasen con sus jefes el restablecimiento de
la tranquilldad publica en el Reino, sin omitir esfuerzo, ni pa-
rarse en reparo alguno, dandose previamente por aprobado y
bien hecho 10 que acordasen al intento, segun acta cuyo te-
nor dice:

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122 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

"Bajo este preliminar y habiendo hecho presente dicho


sefior Regente. que el Ilustrisimo Senor Arzobispo, con noti-
etas de estos alborotos, habia ofrecido voluntaria y laudable-
mente salirles al encuentro a los rebeldes, asociado de los se-
nores que se diputasen por esta Junta, con el fin de persua-
dirles a la paz, aceptaron gustosos la oferta todos los senores,
esperando que la prudencia, celo y discrecion y respeto de su
Senoria Ilustrisima, junto con el del senor Oidor don Joaquin
Vasco y Vargas y el que representa don Eustaquio Galavis, Al-
calde de primer voto, y quienes elige y nombra esta Junta,
para que acompafiando a dicho Senor Ilustrisimo, y en virtud
de las jacultades con que al eiecto se les autoriza por el senor
Reqente, por el Real Acuerdo y por esta Junta, pueden en fuer-
za de su cornlslon y segun 10 exijan las circunstancias, entrar
por los tratados, pactos y convenios a que la necesidad de la
quietud publica obliga; de suerte que en prosecuelon de ella
no omltiran, ni se pararan en reparo alguno, pues cualquiera
cosa que hagan a este intento, desde ahora se da por aprobada
y bien hecha. Y para que asi 10 practiquen con la brevedad
que demanda la urgencia del caso, se les encarga que sin per-
didade tiempo marchen y que al mismo fin pasase el senor
Oidor Decano a donde el llustrisimo Senor Arzobispo, dan-
dole al mismo tlempo repetidas gracias de parte de la Junta,
que queda conrlada en que su pastoral mediacion ha de ser 01
iris que asegure la paz."
Cuarta. Porque pusnanime y cobarde para afrontar el pe-
ligro el senor Gutierrez de Pineros, con manifiesta pobreza de
animo e intimidado bajo el peso de las terrificas noticias pro-
paladas POI' el ayudante prorugo de Puente Real, propuso sin
rebozo a Ia Junta,determinase si siendo su persona blanco
del enojo de los comuneros en aquellas circunstancias, y te-
niendo en cuenta que no podia ya ejercer las funciones de Vi-
sitador General, convendria retirarse de la capital para no
irritar con su presencia los animos de aquellos, si se cineS:. a
ejercer tan sololas funciones de Regente.
Quinta. Porque hallandose ya en salvo su persona, consi-
deraba el sefior Gutierrez de Plfieres pequefios los mayores
riesgos; critlcaba sin recato y con sevicia las providencias del
Real Acuerdo y de Ia Junta General, dirigidas al restableci-
miento de la paz, aun las mas acertadas e imprescindibles, y
clamaba, inexorable, porel castigo ejemplar para escarmien-
to de los culpados. .

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 123

En la réplica de 9 de julio a la carta del Regente, de 2i


de mayo, decía la Junta:
"El señor Regente luego que oyó la relación del estrago,
lleno de horror, tribulación y miedo, propuso en ella a viva voz
(en la sesión del 12 de mayo), que convenía esconderse y au-
sentarse, no dudando de su muerte si visible continuaba en el
ejercicio de sus empleos; y resuelto a su retiro, en que concor-
daron todos (menos los señores Vasco y Catani), teniendo en
consideración el numeroso ejército de los sedicíosos y la falta
de fuerzas para pugnar con él, determinó, unido con los vo-
cales, dar comisión con cuantas facultades cabían en la posi-
bilidad, al expresado señor Vasco, Oídor de esta Real AUdien-
cia y al señor don Eustachio Galavis, Abogado de la misma,
Ministro de la Junta y Alcalde de primer voto de esta ciudad,
para que en compañía del Ilustrísimo Señor Arzobispo (que
se ofreció voluntariamente y con su celo pastoral puso para
el fin los imponderables esfuerzos y medios que son notorios),
salieron a encontrar al ejército enemigo e impedir, tratando
con sus Generales, en cualquiera manera y a cualquier pre-
cio, su entrada en esta capital, con la calidad de que se apro-
baba desde entonces, sin limitación alguna, todo cuanto fue-
sen practicando.
"Extendida y firmada la resolución en aquella noche se
desapareció el señor Regente Visitador y pasó a Honda según
su carta, por sendas y derroteros extraviados y aunque en ella
afirma la honradez y fidelidad con que se portaban aquellos
vecinos, es constante que de entre ellos, más prófugo que de
Santa Fe, salió por el río de la Magdalena sin haberse despe-
dido, ni dado cuenta a la Junta, ni a persona alguna y no
sabe dónde pára."
***
"De cuantos desatinos pusieron los sediciosos en las capi-
tulaciones -dice el Virrey a don José de Gálvez- ninguno
me da cuidado, sino el de querer que permanezcan los Gene-
rales y Capitanes (como ellos llaman a los que eligieron y nom-
braron) de las asnciaciones, con sus Compañías de gente en
cada pueblo, para hacerse cumplir por fuerza lo que han ca-
pitulado. Esto es, que si el Rey quisiere disponer otra cosa di-
ferente no se le obedezca, y con las armas en la mano."

***

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124 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Habiendo el Virrey subedelegado por decreto de 11 de


agosto de 1779 parte de las regias facultades de que estaba in-
vestido, a la Real Audiencia de Santa Fe y al Regente Visita-
dor General, con motivo de su ida a la plaza de Cartagena, a
dirigir desde allí la defensa del litoral, reservándose solamen-
te el despacho de los asuntos relativos a la Capitanía Gene-
ral y al Real Patronato, no tenía potestad alguna para im-
probar las capitulaciones, ajustadas por el Real Acuerdo y Jun-
ta Superior de Tribunales con el Comandante General de los
Comuneros, en ejercicio de tales facultades, y porque se lo ve-
daban en tales circunstancias y por consecuencia de lo actua-
do en privanza del Real Acuerdo las leyes del honor y las nor-
mas de la razón. Sin embargo, el Virrey estaba obligado a pro-
ceder en lo relativo a la real hacienda en conformidad con el
dictamen del Regente Visitador General.
Advierte el Virrey las contradicciones en que incurre en
su dictamen el Regente; analiza las capitulaciones y con-
cluye, son embargo, declarando en circular de 6 de julio a los
Cabildos de Tunja, el Socorro y San Gil, Leiva, Vélez y Pam-
plana: Santa Fe, Honda y Mariquita, Antioquia, Popayán y
OCalla, que "por todas las razones expuestas se sigue no po-
derse, ni deberse llevar a efecto lo acordado en ellas."
Además de la inconsecuencia que tal circular encierra en
relación con la conducta del Virrey, incurre éste a la vez en
contradicción con lo allí expue.:;to, cuando en su informe al
Ministro de Indias, dice:

"Sin embargo de todos estos reparos, adaptándome y ci-


ñéndome a la mayor y principal parte, en lo que consideré ha-
cedero, comuniqué la circular a los Cabildos que expresa, des-
entendiéndome de aprobar, ni reprobm' las dichas capitulacio-
nes, con el objeto de atraer a las comunidades de los pueblos
por medio de sus sindicas o procuradores a tratar conmigo, hu-
yendo de agraviar sus ánimos, aunque dándoles al propio tiem-
po a conocer los ex abruptos y excesos cometidos, sin que por
esto dejasen de ser perdonados de ellos ... "
En tanto que el Regente clamaba por la violencia contra
los culpados, usaba el Virrey de la clemencia, animado por ge-
nerosos sentimientos altruistas, como hemos dicho.
"Acaso el Regente Visitador General u otros -d.ice el Vi-
rrey- serán de dictamen contrario al mío y a las intenciones
que me he propuesto como conformes con las del Rey en el

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EL MOVlMIEtrtO COMUNAL DE 1'161 125

gobierno de estos sus súbditos, y escribirán cuanto les parez·


ea, porque se pintan las cosas en el papel con tanta facilidad
como en la imaginación de quien las dicta, pero que no sabrán
reducir a la práctica sin muchas dificultades y mayores ma-
les. Ni me opongo ni me inclino a semejantes partidos violen-
tos, porque todo Gobierno debe ser reglado por la prudencia
y ceñido a las circunstancias de los tiempos y ,países. Pero
comprometería mi honor y mi conciencia en desempeño de
la confianza que he debido a la piedad del Rey y de lo que
me debo a mí mismo, si no expusiese sinceramente lo que sien-
to; y que así como las Indias se conquistaron con la violencia
y se han conservado con la suavidad y la tal cual libertad que
cfrecen sus vastos terrenos, así podrán solamente por iguale~
equivalentes medios conservarse~ dejando a los que manden,
aquella dependiente y autorizada superioridad establecida por
las leyes, y que de necesidad exige la remota distancia del So-
berano, a fin de que con ella pueda ser el que como su ima-
gen lo represente en estas regiones, acatado y respetado; como
que restringidas sus facultades y no teniendo la de premiar o
casUgar (que son los dos polos de todo buen Gobierno) a los
que manda, según sus méritos o delitos, dudo puedan con-
servarse estos Dominios, ni fomentarse como conviene, y me-
nos mantenerse y gobernarse con paz y sosiego. Tengo éstas
por máximas fundamentales para el Gobierno de la América,
y por de contado de este Reino; y siempre que se inviertan es-
tos principios sucederán novedades, porque el orden que debe
irse poniendo en las cosas,.para irlas a.semejando a lo que se
observa en esos reinos, requiere mai1a, prudencia, suavida.d y,
tiempo. Como no aspiro a practicarlos por mí sino a que S. M.,
como tengo insinuado recientemente a V. Exc~, se digne nom-
brar sujeto que sepa manejarlos con el mayor y luejor acier-
to en su Real Servicio, ,de que yo me considero incapaz PQr la
tenacidad de mis achaques, cuyo motivo y súplica tengo re-,
presentado desde el 5 de octubre de 1779. Parece que en este
juicio 110 puede t~nérseme por sospechoso, aunque pueda pro-
ceder en él engañado."

=le =le *

Apoyado en el dictamen del Regente Visitador sobre, las


Capitulaciones, revocó en 7 de julio el Virrey las regias facul~
tades que había subdelegado a la Real Audiencia y al mismo

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126 t'ABLO E. OARDENAS ACOSTA

Regente, 'reaeumtendotas en sl, para ejercerlas directa y con-


juntamente en 10 sucesivo, y declar6 extinguida la Junta Ge....
neral de Tribunales, creada por el Real Acuerdo para conocer
de losasuntos relativos a la detensa de la capital y al resta-
blecimiento de la paz y del orden publico.

"Reasumi otra vez -dice el Virrey al Ministro de IndiaS-:


la subdelegaci6n de la Superintendencia General de Real Ha-
cienda, con el despacho del Superior Gobierno, y demas co-
misiones que por mi bajada a. esta plaza y las presentes ocu-
rrencias, habia cometidole y ampliadole despues, con In ex-
tlncion de la Junta. Todo, segun 10 propuesto por el Visitador
General; y porque acudiesen a mi, que no estaba cefiido al
cumplimiento de 10 acordado alla (?), Y en cuya resoluci6n no
podia menos de hallarse embarazada aquella Real Audiencia."
I
Palabras estas que ponen de manifiesto la flagrante vio-
laci6n de la fe publica por parte de las altas autoridades rea-
les, y que constituyen un efugio artificioso para encubrir con
astucia yfalacta su dafiada intenci6n.

Trasladado en camilla 'a Santa Fe el Oidor don Jose Oso-


rio, rue hallado sin vida, en su lecho de entermo, Ia manana
del once de agosto. Informa el Coronel Bernet al Virrey Flo-
res que la muerte del Oidor fue ocasionada par un acceso de
hidropesia,segun el parecer de los facultativos que 10 asis-
tieron.
***
Levantado el estandarte de la sedici6n en la ciudad de
Pamplona, los eapltanes aclamados alli par el comun, don Luis
Caceres, don Jose Manuel de Caceres Enciso, don Jose Javier
Gallardo, don Luis Francisco Quir6s y don Marcos Antonio
Hernandez, sublevaron los vecindarios de los pueblos de aque-
lla jurisdicci6n y los de las de Salazar de las Palmas y de
Ocana.
Dispusieron los capitanes Quir6s y Hernandez suspender
el trance de los cacaos, las harinas y otras provisiones can
Cartagena. .
Al mando del Comandante don vicente Pineda, Corregi-
dar del partido de Servita, los Capitanes don Manuel de Ca-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 12~

ceres Enciso y don Luis Francisco Quirós, el Teniente don Ma-


riano Quirós, los Alféreces don José Ignacio Bermúdez y Ca-
ñas y don Antonio Bermúdez, quienes llevaban bandera car-
mesí el primero y blanca el segundo; los Sargentos Silvestre
Carnero, bodeguero de la ciudad de Pamplona, Miguel Suárez,
vecino de la villa del Socorro, y Antonio Llanos, y Matías
Suárez, Procurador del Común, y su hijo Pedro Suárez, Se-
cretario, llegaron los pamploneses sublevados al valle de Cú-
cuta, y acamparon el 17 de junio en la hacienda del Trapiche,
mientras se aprestaban para efectuar la entrada en la parro-
quia realista del Rosario, adonde se dirigían con el principal
objet.o de ocupada y abatir allí las armas reales.
Acompañábanlos algunas prestante s personalidades y en-
tre ellas don Juan Antonio Villamizar, Alcalde de la Santa.
Hermandad, con el grado de Sargento Mayor, el Capitán don
José Javier Gallardo, don Pedro de Omaña, y el Fiel Ejecutor
don Miguel Jerónimo Villamizar y don Pedro Antonio Gómez,
Capitán de Bochalema, don Juan Agustín Santander y don
Manuel de la Torre y Angula, Capitanes de San José de Cú-
cuta, don José María Hernández, MiguM Chacón y Felipe de
Vargas, representantes del común de la misma parroquia, 'J
don Joaquín Yáñez Caballero, Capitán de San Cayetano.
Acudieron el mismo día a la hacienda del Trapiche el
Provisor y Visitador General de la Arquidiócesis don José Ca-
rdón y Marfil con los Sacerdotes don Juan Ignacio Gutiérrez
y don Manuel Antonio de Nava, a interceder con los subleva-
dos para que desistiesen de sus propósitos; mas no habiendo
conseguido nada de éstos, tornaron el día 28 a suplicarles que
no entrasen en la población a inquietarla en la forma en que
lo anunciaban.
Exigieron los sublevados, como condición indispensable
para prescindir de la entrada en la población del Rosario, la
inmediata entrega, por parte de las milicias y las autoridades
reales, de todas las armas blancas y de fuego, pólvora y plomo
que hubiese, así como de las provisiones de la real cárcel y la
suma de dos mil cuatrocientos pesos en numerario; y recibie-
ron por consecuencia treinta y una armas de fuego, dos pe-
dreros, ocho sables, dos arrobas de pólvora, cinco libras de plo-
mo, y dos pares de grillos y dos esposas de la real cárcel, con
la suma ya expresada en efectivo, de la cual tomaron dos mil
pesos los Capitanes Cáceres y Quirós, para distribuir entre las
tropas de Pamplona, y entregaron cuatrocientos al Coman-

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128 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

dante Pineda, para el pago de la soldada a las gentes de Bu-


caramanga y otros lugares.
Promulgóse luego por el Secretario, en la misma hacien-
da del Trapiche, a son de caja y pregón, la prevención del Pro-
curador del Común de Pamplona, sobre penas a los morado-
1es de la parroquia del Rosario, que no se alistasen en las tro-
pas de los comuneros, y sobre exoneración de pechos y gabe-
las a los que apoyasen el movimiento.
Sin embargo de la entrega inmediata de los materiales de
guerra y del pago del empréstito forzoso, en efectivo, exigido
a los moradores del Rosario, los Capitanes Cáceres y Quirós,
faltando a lo prometido, entraron el 29 en el poblado, a la ca-
beza de los sublevados, quienes con gran barullo y algarada
recorrieron con banderas desplegadas las calles, ostentando sus
alabardas los Sargentos Carnero, Suárez y Llanos, y exigieron
al punto la entrega de cinco armas de fuego, restantes en el
cuartel, y aclamaron luego, para Capitanes, juntamente con
el común, a don Antonio Díaz de Rueda y a don Martín de
Omaña y Galavis, nombrados previamente en Pamplona, así
cemo a don Ambrosio Javier de Castro.
Atenta a los clamores de los pamploneses, la ciudad de
Salazar de las Palmas abrazó con febril entusiasmo patriótico
la causa de los comuneros del Socorro, y aclamó para Capi-
t."nes a don Carlos Galavis, don Fernando de 1:1 Rosa y M;;,-
drid, don Salvador de Silva, don Juan José de I\i.Iolina,don
José Ignacio de Riojas, don Diego Eslava y don Fernando de
Valderrama. Con palmaria eficacia aquella ciudad influyó
igualmente en el levantamiento de los vecinos de Ocaña, quie-
nes aclamaron para Capitanes a don Miguel Antonio Rizo,
don Antonio Luis Jácome y don Diego José Jácome.
En la parroquia de San José de Cúcuta, que desde el prin-
cipio de los disturbios en .Pamplona, se mostró adicta al movi-
miento comunal del Socorro, fueron aclamados para Capita-
nes, por el común, don Juan Agustín Santander y don Monuel
de la Torre y Angulo. En todas partes la causa del movimien-
to ganaba constantemente partidarios y adeptos. Don José
Joaquín Yáñez Caballero proc.lamóse Capitán de los comune··
ros en el poblado de San Cayetano, y don Antonio Salas en la
ciudad de San Faustino.
Las Capitulaciones de Zipaquirá eran acogidas con singu-
lar beneplácito y entusiasmo en cada una de las poblaciones
de aquellas regiones, donde se iban conociendo.

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CAPITULO III

El movimiento comunal en Maracaibo.-Don Ambrosio Pisco redu-


cido a prisión.-Intentan los indios de Nemocón tomar posesión
de la salina y son vencidos.-Pretenden los Capitanes Generales
justificar su conducta subversiva.-Envía el Arzobispo a Berbeo a
pacificar los vecindarios rebeldes de Pamplona, Salazar y Ocaña.-
Suspenden los Cabildos del Socorro y San Gil la providencia del
Virrey contra las capitulaciones.-Aprueba el Virrey la determi-
nación de los Cabildos de estas villas.-La rebelión de Galán.-
Orden de captura contra Galán.-Aprehensión de Galán y sus
consortes.-Su remisión a Santa Fe.-Nómina de los presos con-
ducidos a Santa Fe.-Prohibe la Real Audiencia los dictados mi-
litares a los jefes del movimiento.-Son violadas las capitulacio-
nes por la Real Audiencia.-Indulto del Virrey Flores para los
implicados en el movimiento.-Sugiere el Virrey la conveniencia
de acabar con la vida de Galán.-Pide Plata la restitución del Re-
gente.-EI movimiento comunal en Antioquia.-Indulto del Virrey
para los comuneros de Antioquia.-EI movimiento comunal en Tu-
maco.-Regresa del Socorro el Arzobispo Caballero y GÓngora.-
Sentencia contra Galán y sus consortes.-Ejecución de la senten-
cia-Restitúyese el Regente a Santa Fe.-Bando sobre orden pú-
blico.-Anulación de las Capitulaciones y destitución de Berbeo.-
Acéptase la dimisión del Virrey Flores. - Posesión del nuevo
Virrey don Juan Pimienta.-Muere en Santa Fe el Virrey Pimien-
ta.-Asumen el Poder la Real Audiencia y el Regente.

El Gobernador de Maracaibo don Manuel de Ayala, en ofi-


cio de 21 de agosto de 1781, decía al Virrey Flores lo que al te-
nor copiamos:
"Silvestre Carnero, bodeguero de la ciudad de Pamplona,
y Miguel Suárez, vecino de la villa del Socorro, titulándose Te-
nientes de las Milicias de dicha villa, habiéndose internado en

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
130

esta provincia, de mi mando han logrado sublevar las ciuda-


des de Mérida, La Grita y villa de San Cristóbal, con sus ju-
risdicciones ... "
El 14 de junio de 1781, día de Corpus Christi derramaron
los moradores de Lobatera el aguardiente que hallaron en el
estanco, y despojaron al estanquero, con el consentimiento del
Alcalde, de los dineros que poseía.
El día 30 don Pedro Díaz de Aranda, Alcalde pedáneo de
San Antonio del Táchil'a, con unión y concurrencia de don
Eugenio de Omaua, don Salvador Santander, don Silvestre
Jaimes, Fiel Ejecutor de la villa de San Cristóbal, y varios ve-
cinos de aquel lugar pasaron a la hacienda del Trapiche, en
jurisdicción del Virreinato de Santa Fe y como a una legua de
distancia, donde se hallaban los Capitanes y gentes de Paro-
plana y otros lugares, con el fin de conseguir de los comuneros
que llevasen la insurrección a Venezuela, particularmente a
los pueblos de la Provincia de Maracaibo. Al amanecer de aquel
día aparecieron en San Antonio pasquines contra los im-
puestos.
Accesibles a los anhelos de aquellos íncolas, pasaron la
frontera en los primeros días de julio y entraron en el pobla-
do de San Antonio los Capitanes don José Manuel de Cáceres
y don Luis Francisco Quirós, en compañía de don Juan Agus-
tín Santander y don Manuel de la Torres, don Martín de Oma-
ña y Galavis y don Ambrosio Javier de Castro, don Joaquín
Yáñez Caballero, quien tenía ya apercibidos para la insurrec-
ción a los habitantes de Lobatera y matenía correspondencia
subversiva con los de Mérida, Joaquín Medina, natural de Tun-
ja y mercader, que se hallaba en Cúcuta, donde se había com-
prometido a capitanear con Yáñez Caballero el movimiento
en Lobatera, y los Sargentos Silvestre Carnero y Miguel Suá-
rez, entre otros.
Convocado en San Antonio el común, aclamó para Capi-
tán General a don Pedro Díaz de Aranda y para Capitanes
ordinarios a don Miguel Antonio y a don Juan José de Omaña
Riva de Neira. Para Capitán de las tumultuadas mujeres fué
nombrado Luis Gutitérrez.
Varonas de temperamiento indómito capitanearon a sus
congéneres en el movimiento allí, habiendo descollado entre
ellas, por su valor y osadía, Ignacia Chacón, Antonia Gonzá-
Iez y Bernardina Alarcón.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 131

Concordes los Capitanes Cáceres y Quirós declararon que


no tenían autorización del Consejo de Guerra del Socorro para
ínvadir el territorio de la Capitanía, y que la circunstancia de
hallarse ellos en San Antonio del Táchira se debía a los empe-
ños insistentes de sus moradores, para inducirlos a trasladar-
se allí. Accedieron, sin embargo, a que Yáñez Caballero con ]os
granadinos Joaquín Medina, Silvestre Carnero y Miguel Suá-
rez tumultuasen los vecindarios de los pueblos convecinos y
extendiesen el movimiento a otros lugares de Venezuela. Don
Clemente Rangel, Alcalde de San Cristóbal, aseguró que un
chasqui había llevado cartas al Socorro pidiendo se extendie-
se el movimiento al territorio de Venezuela. Los comuneros
allende el Táchira no invadían ajena jurisdicción sin el asen-
timiento previo de sus moradores.
Ordenaron, por último, los Capitanes Cáceres y Quirós, a
don Antonio Salas, Capitán de San Faustíno, poner a preven-
ción una emboscada, para prevenir cualquier sorpresa de las
tropas reales, que se decía llegarían de la ciudad de Mara-
caibo.
El granadino Joaquín Medina levantó una horca en San
Antonio con el objeto de infundir miedo en los ánimos de los
realistas, y Silvestre Carnero y Miguel Suárez, sus compatrio-
tas, dedicáronse a tumultuar el vecindario.
A voz de pregonero leíanse en ciudades, pueblos y lugares
las Capitulaciones de Zipaquirá, para encender con ellas los
ánimos de los comuneros. Pedían éstos, allende el Táchira, la
abolición de todos los pechos, ]a completa extinción del estan-
co de tabaco, y que sólo quedase subsistente el derecho de al-
cabala a la tasa del 2 por 100, como antes estaba.

***
Fueron sucesivamente sublevándose el vecindario de la
villa de San Cristóbal y los de las ciudades de La Grita y Mé-
rida, con los de los pueblos de sus jurisdicciones.
Para Comandante General del movimiento en la Provincia
de Maracaibo aclamóse en La Grita a don Juan José García
de Hevia, como adelante veremos.
El Procurador del Común de La Grita, don Salvador Ig-
nacio de Contreras, solicitó en pedimento elevado al Rey, que
se anexase de nuevo la Provincia de Maracaibo al Nuevo _Rei·

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
132

no de Granada, al cual había pertenecido desde la época de la


conquista hasta finalizar el año de 1777, pero el Consejo de
Indias desatendió la petición.
Inteligenciado desde el mes de julio de los disturbios que
ocurrían en la Provincia, el Gobernador de Maracaibo don Ma-
nuel de Ayala, determinó enviar una expedición militar de
ciento veinticinco hombres de tropa veterana y debidamente
armados, que se puso en marcha el 6 de agosto, al comando
del Ayudante Mayor don Francisco Alburquerque, con la con-
signa de pacificar los lugares levantados, ocupar a Mérida e
inclJrporar en el camino a los individuos que se manifestasen
leales y que deseasen servir al Rey con sus personas, armas y
bienes.
Con un refuerzo despachado de Caracas podía la expedi-
ción ascender a más de trescientos hombres. Receloso el Virrey
Flores que de la Provincia de Maracaibo intentase la sedición
introducirse en las Provincias de Santa Marta y Río de Ha-
cha, envió un destacamento de doscientos hombres, compues-
to de soldados veteranos y milicias de la Provincia de Carta-
gena, para situarse en Chiriguaná y de allí pasar a la ciudad
de Ocaña, con orden al Oficial encargado del comando, de au-
xiliar al Gobernador de Maracaibo, si lo necesitase, y darle avi-
so, para acordar el plan de operaciones conveniente para res-
tablecer la tranquilidad y castigar a los sediciosos, haciendo
uso de la fuerza, si era preciso.
Don Manuel de Ayala, Gobernador de Maracaibo, ofre-
ció al General García de Hevia abolir los pechos, si cesaba el
movimient.oinsurreccional.
Al finalizar la primera década del mes de julio, fué la ciu-
dad de Mérida escenario del movimiento comunal allende el
Táchira .
.ti. Sll retorno de San Cristóbal, adonde se había dirigido
a llevar auxilios a los comuneros y a informarse del estado del
movimiento, entró el día 10 don José Camelia Uscátegi y Ran-
gel con cincuenta tumultuantes que gritaban: "¡Viva el Rey y
Abajo el mal Gobierno!", los cuales colocó de manera que na-
die pudiese entrar ni salir sin expreso consentimiento suyo.
Armados de bocas de fuego, sables, machetes, lanzas, pu-
ñales y hondas, entraron en la misma ciudad los comuneros
de los varios lugares levantados de la Provincia, en número de
dos mil hombres, el fausto día 28 de julio. A recibirlos salieron
con banderas desplegadas Tomás Contreras y sus tres hijos

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EL MOVIMIENTO COMUNAL Dli: 1781 133

Luciano, Augusto y Vicente Contreras. Estos, con el Capitán


Marcelo Contreras y el Teniente Felipe Contreras, de Baila-
dores, entre otros, hacían calle y levantaban las banderas a
los lados, formando arcos con ellas, por debajo de los cuales
marchaban los comuneros.
Acto continuo plantaron los comuneros una horca en la
plaza, para amedrentar a los realistas, enemigos del movi-
miento.
Con aparato y ceremonia fueron leídas en alta voz las Ca-
pitulaciones de Zipaquirá.
Reunidos con. sus tropas en Mérida los Jefes del movi-
miento, que con patriótico entusiasmo abrazó esta ciudad,
concitaron a los vecinos de Trujillo a adherirse a la insu-
rrección.
"Oh nobles y plebeyos vasallos fieles de la ciudad de Tru-
jillo, decíanles en manifiesto de 12 de agosto.
"... Con los nuevos pechos e imposiciones que de día en
día han ordenado sus desornedanadas conciencias, ya pode-
mos decir que estos alquimistas hallaron la piedra filosofal
para hacer oro a costa de nuestros bienes; pero para poner
remedio a tan crecido daño, y para quebrantar las escamosas
cabezas de serpiente tan venenosas puso sobre ella el pie, en
primer lugar la Muy Noble y Muy Leal Villa del Socorro, si-
guiendo a su imitación varias ciudades, villas y parroquias, y
entre ellas la capital de Santa Fe ...
"Hermanos: Hasta aquí habíamos vivido engañados con
los mandatos de aquellos crueles Ministros, que mostrándo-
nos la piel de oveja, tenían para nosotros el corazón de lobo ...
Bien habréis conocido que así los mismos de Santa Fe, como
los de Caracas, nos han dado el veneno en taza de oro, esto es
que paliados sus robos en nombre de Cédulas Reales, nos han
hecho reventar con el tósigo de alcabalas duplicadas, donati-
vos desarreglados etc. Y así basta ya de martirios y ver morir
de hambre a nuestros padres, mujeres, hijos y familias. No du-
damos que recibiréis y obedeceréis las Capitulaciones que acep-
tó lá Audiencia de Santa Fe y confirmó con juramento delante
del Santísimo Sacramento (que alabado sea para siempre) en
manos del Ilustrísimo Señor Arzobispo, pues como a nuestros
carísimos ha determinado esta ciudad ir a esa a exonerada
de tan crecida carga ... "
Habiendo pertenecido hasta fines del año 1777 al Nuevo
Reino de Granada tanto Mérida, Trujillo y Barinas, como La

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134 PABLO l!:. CARDENAS ACOSTA

Grita y San Cristóbal y demás pueblos y ciudades de la Pro-


vincia de Maracaibo, y encontrándose muchos de los habitan-
tes de allí animados por el anhelo de alcanzar la reincorpora-
ción de aquellos territorios en el Virreinato de Santa Fe de Bo-
gotá, invocaban en el manifiesto los Capitanes de Mérida el
movimiento comunal del Nuevo Reino y las Capitulaciones de
Zipaquirá, inteligenciados de que los vecinos de Trujillo, sus
compatricios, adherirían al movimiento.
Requeridos desde Timotes, por los Capitanes de los comu-
neros, los vecinos de Trujillo, para que diesen una respuesta
perentoria al manifiesto del 12 de agosto, a fin de invadir sin
resistencia el distrito de la ciudad, enviáronles la repulsa sus-
crita el 16, en el sitio de La Mesa, por los Capitulares del Ca-
bildo.
Ante la insólita negativa de los convenios de Trujillo, y
la impotencia en que se encontraban los comuneros, para com-
batir con ventaja contra fuerzas veteranas y bien armadas,
los comuneros de la Provincia de Maracaibo, que aspiraban
principalmente a exonerar a los pueblos de la Capitanía Ge-
neral de los pechos y gabelas que gravitaban sobre ellos, y a
ganar prosélitos para la causa del movimiento, los comuneros,
que no ejecutaron desmanes ni tropelías dignos de reproba-
ción, contramarcharon de Timotes al ver frustrados sus pro-
yectos, y determinaron, por consecuencia, dispersarse, con el
asentimiento del Comandante General García de Hevia, sin
haber alcanzado los resultados que perseguían.
Desesperanzado García de Hevia para proseguir en la con-
tienda empeñada, sin posibilidades de luchar con ventajas,
aconsejó a los comuneros de los pueblos sublevados la disper-
sión, como providencia salvadora para precautelar mayores
males, y acompañado de don Vicente Aguiar, su Secretario,
buscó,por el mes de agosto, refugio en la Nueva Granada, don-
de continuó prestando sus servicios a la causa del movimien-
to, alentado por la buena acogida que le dispensaron sus par-
tidarios, y asistió en la hacienda de Tescua, con Berbeo y otros
de los principales jefes del movimiento, a las conferencias que
allí ocurrieron.
El comunero don Vicente Aguiar, vecino de La Grita, que
actuaba como Secretario del General García de Hevia, no
era el mismo que asociado de don Dionisio de Contreras, inter-
\'ino en las gestiones adelantadas ante el gabinete británico,

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 135

para adquirir los elementos bélicos para la independencia de


la Nueva Granada, como en su lugar veremos.
Dispersos ya los comuneros de mayor influjo, en San An-
tonio del Táchira la plebe, alentada por las mujeres, mantenía-
se tumultuada.

***
Licenciadas en todos los lugares las tropas de los comune-
ros, procedióse por disposición del Capitán General de Cara-
cas ,a mediados de 1782, a la aprehensión, embargo de bienes
y castigo de todos los que se reputaban por cabecillas del mo-
vimiento, viéndose muchos de ellos compelidos a salir fugiti-
vos y tomar el monte por asilo, dejando pobres y desampara-
das a sus mujeres, huérfanos y desdichados a sus hijos, y ane-
gados todos en un mar de miserias y desconsuelos.
La parroquia de San Antonio del Táchira, la villa de San
Cristóbal, los pueblos de Lobatera y Bailadores,El Exido y Ti·
motes y las ciudades de Mérida y La Grita, principalmente,
presenciaron aquella persecución. Veintiocho presos, aherro-
jados, fueron trasladados a Caracas, sin tener en cuenta su
posición, edad o calidad. En una representación dirigida al Ca-
pitán General, por don Bernardo Ramírez de Arellano y San-
tander, don Luis Ignacio de Contreras, don José Andrés de
Cárdenas, don Calixto Sánchez Cossar y don Manuel Gutié-
rrez, de San Cristóbal, y don Juan José Omaña Riva de Neira,
de San Antonio, parientes todos entre sí, decíanle: "haber sido
traídos con ignominia y ligados con grillos y con esposas, pero
no humans de amor, sino férreas, de tortura, durante sesenta
y seis días que duró el viaje desde aquella villa a Caracas, ha-
biendo sufrido antes un riguroso embargo ... "
Concedido el indulto el 6 de agosto de 1782, por el Prela-
do-Virrey señor Caballero y Góngora, para los comuneros del
Nuevo Reino de Granada, eleváronse ante él siete representa-
ciones de la parroquia de San Antonio del Táchira y de las
ciudades de La Grita, Mérida y Barinas y villa de San Cristó-
bal, de la Provincia de Maracaibo, por las cuales se pedía ha-
cer extensiva la gracia del indulto a los vasallos de aquellas
jurisdicciones, responsables del delito de sedición.
Inclinado el Prelado-Virrey a la clemencia, acogió con ele-
vación de ánimo los clamores de aquellas víctimas, e inter-
cedió con el Gobernador y Capitán General de Caracas, por

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136 PABLO E. CAfWENAS ACOSTA

los vasallos vejados y perseguidos allende el Táchira.


Los comuneros aprisionados en las cárceles de la capital
de Venezuela recobraron su libertad, merced a la intervención
del señor Caballero y Góngora, el 26 de octubre, mediante el
pago de las costas procesales, y recuperaron, con fianzas, la
posesión de sus bienes.
Los datos para la relación del movimiento comunal en la
Provincia de Maracaibo, fueron, en parte, tomados del libro
Investigaciones Históricas (Tomo II), de que fué autor el Dr.
Vicente Dávila.

* **
Sin razón justificativa dispuso la Real Audiencia la pri-
sión del Cacique don Amprosio Pisco, residente entonces en
Santa Fe. El Oidol' encargado afirma cómo la orden de arresto
fué ejecutada:

"La noche del día cuatro de septiembre -dice- pasó el


señor Oidor don Pedro Catani, Juez Comisionado para este
encargo, asociado de suficiente tropa, a la posada de don Am-
brosio Pisco, y arrestando su persona, la hizo conducir al Pa-
lacio del Excelentísimo Señor Virrey; y en una pieza de él
quedó asegurada, encargando al Oficial de Guardia su custo-
dia, habiendo precedido el oficio urbano de estilo al señor Co-
mandante General. Y para que conste lo pongo por diligencia,
de orden del dicho señor Juez comisionado.

"CATANI.-PEDRO ROMERO SARACHAGA."

La causa aparente de la prisión del Cacique fué la de atri-


buírsele haber prometido a los indigenas de Nemocón soste-
nerlos con su persona y bienes en la pretensión de adquirir,
conforme a las Capitulaciones, la posesión y el benficio de la
salina de dicho pueblo.
Fué luego despojado de sus bienes don Ambrosio, los que
inventariados y justipreciados, se embargaron y depositaron
en poder de don Jorge Casal, uno de los vecinos más inmedia-
tos a la casa de doña Rosa López, donde aquel había sido
aprehendido.
Declara la vista fiscal haber incurrido don Ambrosio "en
el horrendo crimen de lesa majestad y estado sedicioso, aleve,

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 137

traidor y perturbador de la tranquilidad del Reino, y usurpa-


dor de vuestros reales derechos". Pronunciada la sentencia,
fué enviado a los presidios de Cartagena, de donde nunca ja-
más volvió.

***
Habiéndose acordado por el décimo cuarto artículo de las
Capitulaciones, que el beneficio de las salinas debía quedar a
favor de sus antiguos dueños los indios, con la pensión de un
peso por cada carga de sal, que debían pagar al real erario,
presentáronse los naturales de Nemocón en la capital, acom-
pañados de su Teniente Antonio Luna y de Felipa Molina, in-
dia rica, que los alentaba y les suministraba el dinero necesa-
rio para la manutención, a manifestar sus fundadas pretensio-
nes sobre la posesión y el beneficio de aquella salina, pero ha-
biéndolos despedido con efugios la Real Audiencia, promovie-
ron a la vuelta a su pueblo varios motines contra el Teniente
de Corregidor y Administrador de la salina, don Juan Raimun-
do de Cabrera e Insiarte, a quien repetidas veces injuriaron
de palabra.
Advertida la Real Audiencia de lo que ocurría en Nemo-
cón, por informe de doña María Luisa Gomaya de Cabrera,
esposa del Administrador, y de que los naturales preparaban
para el dos de septiembre una asonada para perturbar el or-
den público allí, quitar la vida a la persona del Administrador
y a las de su familia, y tomar posesión de la salina, dió aque-
Ha entidad aviso inmediato al Comandante General y soli-
citó el auxilio para prevenir el desorden que se anunciaba.
Destinó inmediatamente el Coronel Bernet la Compañía
de Granaderos del Regimiento Fijo, con sus oficiales y veinti-
cinco fusileros, y al Teniente don Andrés Carrillo con dos pe-
dreros y dos artilleros, que se pusieron en marcha el 30 de
agosto, a las diez de la noche, al mando del Comandante
don BIas de Soria, y llegaron a las cercanías de Nemocón el
19 de septiembre a las tres de la mañana.
Dicho día, como a las ocho y media de la noche, amoti-
náronse todos los indios del pueblo, hombres y mujeres, y aco-
metiendo con ímpetu contra la casa del Administrador, hicie-
ron pedazos puertas y ventanas. A caballo salieron, entre .tan-
to, algunos individuos a dar aviso de lo que en el pueblo ocu-
rría, a la tropa enviada de Santa Fe, para que acelerase la

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138 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

marcha, pero lejos los indios de intimidarse a la vista de las


tropas reales, se volvieron contra ellas, abandonando la casa
del Administrador, e intimándoles que rindiesen las armas
como lo habían hecho en Puente Real, arrojándoles una gra-
nizada de piedras, de la cual resultaron dos soldados levemen-
te heridos. Como no bastasen las prevenciones del Comandan-
te Soria a serenar los ánimos de los tumultuantes, ordenó ha-
cer fuego sobre ellos, habiendo resultado cinco muertos y seis
heridos graves, sin contar las mujeres. Los restantes huyeron
a los cerros de los contornos y buscaron refungio en los mon-
tes, después de poner fuego a la casa de la Administración, la
cual quedó en ruinas al mismo tiempo que la cárcel y dos casas
contiguas, que eran las de Francisco Salgada y Felipa Mo-
lina.
Contábanse entre los principales tumultuantes el Tenien-
te Antonio Luna, Manuel Luna su primo hermano, José An-
tonio González, Juan Agustín Bernardino, Francisco Velan-
dia, José Gómez, Bernardino Colorado, Diego Castellanos, Fe-
liciano, Juan y Carlos Churis, Franciseco y José Trigeños y
Vicente Sánchez; y Mónica y Rita Churis, Francisca Luna y
Manuela Chaves, entre las mujeres.
En refuerzo del destacamento que se hallaba en Nemocón
envió el Coronel Bernet veinticinco caballos corazas, para que
obrasen unidos con aquel.
Las cabezas de los indios rebeldes Manuel Luna, Francis-
co Mendieta, José García e Ignacio Murruco, muertos en la
acción de Nemocón, llegaron a Santa Fe en la mañana del 4
de septiembre, y fueron colocadas en maderos, a las entradas
de la ciudad, en los caminos reales, de orden de Bernet, a las
diez de la noche, para escarmiento y terror de las gentes.
De los tumultuantes de Nemocón, salieron de aquel pue-
blo para los presidios de Cartagena el Teniente Antonio Luna,
Manuel Morales, José Gómez, Juan Agustín Bernardino y Ma-
tea Galicia, quien fué el único que regresó.
••• ••• •••

Calmada ya la agitación originada por el movimiento co-


munal que terminaba, y repuestas del miedo las autoridades
reales, con la nueva de la próxima llegada a Santa Fe de los
500 hombres enviados de Cartagena al comando del Coronel
Bernet, los Capitanes Generales del Socorro, con excepción de

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E:L MOVIMIENTO éOMUNAL DE 1781 139

Rerbeo, algún tanto rt>celososdel castigo que pudiera sobreve-


nirles por su intervención en el movimiento, sin embargo del
perdón prect>ptuado por las Capitulaciones, queriendo justifi-
car su actitud subversiva y persuadir de su inculpabilidad al
Virrey, entregáronse a constituir las pruebas de su fidelidad al
Monarca.
Exhibieron, antes que cualquiera otra prueba, los Capita-
nes Generales, con excepción de Berbeo, el instrumento lla-
mado entonces de exclamación, otorgado el 18 de abril en ll:i
Escribanía del Socorro, por el cual hacen constar de manera
expresa su fidelidad al Soberano, y que vjolentados y contra
su voluntad habían aceptado el nombramiento de Capitanes.
Noticiados de la marcha de la expedición del Coronel Ber-
net a Santa Fe, elevaron los Capitanes Generales del Socorro,
el lQ de julio, representaciones al Virrey Flores y a la Real
Audiencia.
Manifestaban en la primera que "La divina providencia
inspiró a los sublevados el que eligiesen Capitanes; y habién-
donos prometido aquellos guardar obediencia en lo que para
arreglo de su empresa les preceptuásemos, para precaver que
intentasen vulnerar en el último grado la Soberanía, admiti-
mos sus aclamaciones proponiendo lo primero, que éramos va-
saIlos leales de nuestro Rey y Señor, y que la acción no había
de pasar a otra cosa que a la quita de pechos, haciéndonos
cargo que de no aceptar aquel partido (el nombramiento que
se les hacía), resultaría indefectiblemente la pérdida de nues-
tras vidas y cortos haberes, y a nuestro Cathólico Monarca
la de todo el Reino ...
"Cuando les vino a las gentes carta de esa ciudad (Carta-
gena), en que dan aviso de estar próximos a salir 500 hom-
bres armados, con destino a Santa Fe, y propagada la noticia
en todos los lugares, se ha puesto el Reino en riesgo de redu-
cirse a peor estado que el antecedente, cuyo conocimiento nos
ha obligado, en fuerza de nuestra lealtad, a participarlo así
a V. E., para que libre inmediatamente orden de que el Coro-
nel Bernet se regrese a esa plaza con dicha fuerza ...
"Ahora pues, para único remedio a tanto mal, ponemos
presente a su sabia y piadosa comprensión que la serenidad
(tranquilidad) del Reino sólo se logra con aprobar V. E. las
resoluciones de los Capitanes Generales y subalternos, por ha-
llarse las gentes en algún modo sujetas a sus preceptos, para
que con el tiempo se restablezca la debida obediencia a las jus-

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
140

ticias, a que propenderemos con toda la industria y mañosi-


dad que sea posible, e igualmente al establecimiento y justa
contribución de alcabalas y estancos de aguardiente, que se
hallan en una total suspensión en casi todas las provincias,
aun después de haberse capitulado la subsistencia de su per-
cepción."
Firman esta representación don Salvador Plata, don An-
tonio José Monsalve, don Francisco Rasilla, el doctor Ramón
Ramírez, don José María Franqui y el doctor Luis Cáceres
Enciso.
En la representación dirigida a la Real Audiencia mani-
fiestan con menos recato aun lo siguiente:
"Por lo que suplicamos a V. A. que por ningún término
(motivo) se informe a S. M. sin que por este Nuestro Consejo
se ejecute. Y si V. A. tuviere que informar, nos participe el
informe que hiciere, para que así vayamos unánimes (concor-
des) .,.
"Tal vez el premio vendrá a ser de que a los Capitanes se
les mande quitar la cabeza, para ejemplo en lo futuro, y el tim-
bre será el de Por levantados. Esto y muchas cosas más nos
tienen tímidos ...
"Todo 10 que así hacemos presente en fuerza de nuestra
lealtad. Y para poder continuar o cesar en nuestras tareas, su-
plicamos a Vuestra Alteza se sirva significarnos, y aun expre-
samente declararnos a continuación de este nuestro informe,
si vamos bien o mal, si proseguimos o cesamos en lo que deja-
mos referido y lo demás que pueda ocurrir en lo futuro."
No poca ironía encierran estos pasajes. Como signatarios
de esta representación aparecen los Capitanes don Salvador
Plata, don Antonio José Monsalve, don Francisco Rasilla, don
Pedro Alejandro de la Prada, don José Vicente Plata de Ace-
vedo, don Pedro Fabio de Archila, don Ramón Ramírez, don
Gabriel José de Silva, don Juan de la Cruz de Rueda, don
Joaquín José de Uribe, don Antonio Rojas, don Andrés Nava-
rro, don Ignacio Apolinar de Buenahora y don Gregario José
Rubio.
Atribuye el Virrey no poco atrevimiento a los Capitanes
que tales representaciones suscribieron, cuando al comentar-
las dice:
"Instan también sobre que mandase regresar la tropa des-
tinada a Santa Fe al mando del Coronel don Josef Bernet,

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 141

porque era nuevo motivo para que las poblaciones conmovidas


no dejasen sus inquietos movimientos ...
"Insisten sobre las fuerzas y sus causas con que hubie-
ron de admitir de los comunes el nombramiento de Capitanes;
lo que han trabajado con este motivo en beneficio de la reli-
gión y de la obediencia a nuestro Monarca; el recelo que sin
embargo de esto les asiste de que se sacarán por premio la,
pérdida de sus cabezas, con el timbre de levantados, lo cual
los tiene tímidos para obrar ...
"Que la Real Audiencia les advirtiese si en aquellas ope-
raciones iban bien o mal o si proseguían o cesaban en la apli-
cación y dirección de sus referidas disposiciones, para cesar o
continuar en sus tareas, según lo que determinase.
"Y que la suplicaban igualmente que si aquel regio Tri-
bunal tenía que informar al Rey, les participase lo que infor-
mara, para ir así unánimes (concordes).
"Esta representación -concluye el Virrey- está llena de
audacia y manifiesta un espíritu dispuesto a todo, bien sea
que dimane del recelo o temor del castigo, o del efectivo influ-
jo de la sedición desde sus principios ... "

***
En representación de 17 de septiembre, los Capitanes Ge-
nerales Plata, Monsalve y Rosillo, dicen al Virrey lo que al
tenor copiamos:
"De la misma suerte lo es el que luego que vimos los áni-
mos menos enfurecidos, y que ya las cosas parecía que muda-
ban de semblante, descubrimos abiertamente nuestra repug-
nancia a las Capitulaciones; y a solicitud del Ilustrísimo Se-
ñor Arzobispo, que con sus vivas y autorizadas persuaciones,
y defendidos con su respetable presencia, nos hizo sacudir todo
temor, otorgamos y remitimos a la Real Audiencia nuestros
poderes para que o se moderasen o se aboliesen todos aquellos
artículos que expresa o implícitamente agravian a la Sobe-
rama, ... "

"Nosotros fuimos -dicen- las más tristes víctimas de


su furor (el de los comuneros). Los documentos que acom-
pañamos harán ver a V. E. la consternación, el temor y las
violencias con que estrecharon nuestra fidelidad. Ésta, hasta
entonces constante e inalterable, cedió, en fin, a la fuerza.
Nombráronnos por sus Capitanes, y para hacernos desde luego

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142 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

a nosotros la acusación con que debe sindicamos la Superior


Autoridad de V. E., confesamos que admitimos las Capitanías;
estos empleos vergonzosos, que es necesario hagan sospechosa
nuestra conducta.
"Si sólo los 18.000 hombres o poco más, que sin algunas
armas de consideración concurrieron a Zipaquirá, llenaron de
terror y de espanto la capital y todos los pueblos vecinos, tu-
vieron la osadía de hacer venir allí por su mandado al Muy
Ilustre Cabildo, forzaron a cuatro caballeros tan distinguidos
por su nacimiento como por su fidelidad, a admitir las Ca-
pitanías de los comunes de Santa Fe, y pusieron a la misma
Real Audiencia en la estrechísima necesidad de pasar, de ad-
mitir, de aprobar, de ratificar por un juramento tan solemne
aquellas Capitulaciones que lee con horror todo hombre
cuerdo ...
"Qué mucho que sus violencias nos obligasen a suscribir
como autores aquellas monstruosidades derramadas en tantas
órdenes y en tantas cartas, que nos traían ya escritas, y que
no pudieron ser obra sino de la insensatez, de la ignorancia,
de la obstinación y del capricho?"
Hubo, por lo expuesto, más temor al castigo que les espe-
raba, que traición a la causa de los comuneros, en algunos de
los Capitanes Generales.

***
Don Salvador Plata en su defensa ante el Arzobispo-Vi-
rrey dice:
"Luego que reconocimos los ánimos menos enfurecidos y
que las cosas, parecía, mudaban de semblante, descubrimos
abiertamente nuestra repugnancia (contra las Capitulaciones-;
y a solicitud del Ilustrísimo Señor Arzobispo, que con sus vi-
vas y autorizadas persuaciones, y defendidos remitimos nues-
tros poderes para que o se moderasen o se aboliesen todos
aquellos artículos que expresa o implícitamente agravian la
Soberanía, perjudican demasiadamente la Real Hacienda y
ofenden a la nación española."
En los mismos términos los Capitanes Plata, Monsalve y
Rasilla se habían dirigido al Virrey en su representación del
mes de septiembre de 1781.
"Cotéjese -dice asimismo don Salvador Plata en su de-
fensa- mi procedimiento en este particular, no sólo con el de

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DI: 1781 143

Berbeo, sino también con el de todos los 18.000 que concurrie-


ron a Zipaquirá. Aquél (Berbeo) se presenta con supuestos
poderes de todo el Reino, para capitular contra la Soberanía.
Yo los pido y me los dan efectivamente para suplicar a sus
Ministros. Los 18.000 capitulan, delito el más nefando y ho-
rrible, que sus Capitanes y demás Oficiales se mantengan en
sus respectivos empleos e instruyan sus tropas en el ejercicio
y manejo de las armas, para hacer valer sus insolentes Capi-
tulaciones en cualquier tiempo que se intente irritarlas. Pero
mis poderdantes piden con reverentes súplicas y exponen que
si de esta suerte y con la voluntaria abjuración de todo lo con..
cedido en aquellos tratados no consiguen la gracia que solici-
tan, saben que sus vidas y haciendas son de Su Majestad, para
sacrificarlas en su servicio."

'" '" '"


A instancias del señor Caballero y Góngora otorgaron los
Capitanes Generales, con los Procuradores del Común, que se
mencionan, un poder para modificar las Capitulaciones, el cual
dice de verbo ad vérbum:
"En la villa de Nuestra Señora del Socorro, en veinte y
ocho de julio de mil setecientos ochenta y un años, ante mí el
doctor don Ignacio Angula y Olarte, Alcalde ordinario de di-
cha villa, por ante testigos, parecieron presentes los Capita-
nes nombrados y precisados por el Común, a saber: don Sal-
vador Plata, don Francisco Rosillo, don Antonio Monsalve, doc-
tor don Ramón Ramírez, don Pedro Alejandro de la Prada,
don Vicente Plata, don Pedro Fabio Archila, don Melchor de
Rueda y don Salvador García, y los Procuradores del Común
don Antonio MOlina, don Antonio Gómez Farelo y don Mateo
Vásquez, unos y otros Procuradores y Capitanes del Común
de esta villa, Parroquia de Simacota y de Santa Bárbara de
Chima, y dijeron que por cuanto admitieron sus empleos con
protesta de no ir, ni contravenir contra nuestro Soberano Rey
y Señor Natural don Carlos III, que Dios guarde, y sólo con el
fin de la contención y arreglo de las gentes, para que no se
perdiesen las repúblicas (municipios), ni se tocase en puntos
que fuesen contra nuestra santa fe, como se temía por el sumo
desarreglo de las gentes plebeyas y de mala inclinación, y para
restituir y sostener el respeto a la justicia, que habían ya aban-
donado; y como parte de los comunes siguieron para la Corte

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144 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

de Santa Fe con algunos de sus Capitanes, llevando por Co-


mandante General a Don Juan Francisco Berbeo, quien estipu-
ló Capitulaciones con los Señores Comisionados y Real Junta
de Tribunales; y como para la celebración de éstas no concu-
rrieron los otorgantes con poder, ni instrucción alguna; para
que en ningún tiempo se les atribuya culpa, sino antes bien
dar a conocer y manifestar su lealtad, y que por nuestro So-
berano están dispuestos a sacrificarse con sus vidas y cortos
haberes, para la morigeración, retormación y enmieda de las
dichas Capitulaciones, dando todo su poder cumplido y nece-
sario, por lo que a su parte toca y la de sus comunes, para
valer a los mismos don Salvador Plata, don Pedro Alejandro
de la Prada y doctor don Ramón Ramírez, especial para que
cada uno de por sí o a todos en común, a nombre de los otor-
gantes, puedan parecer y parezcan al Tribunal o Tribunales
que corresponda, en donde harán las representaciones a fin
de conseguir lo relacionado, etc."
"Este poder -dice Plata- lo dictamos en una de las pie-
zas del Escribano, estando éste ausente, el mismo Teniente,
el Alcalde ordinario doctor don Ignacio Angula y yo. Me hace
mucho honor esta escritura, para dejar de ponerla a la letra."
Carece este poder del alcance que escritores no bien in-
formados le atribuyen como testimonio irrecusable contra la
lealtad de los Capitanes que lo otorgaron, puesto que los mis-
mos poderdantes Plata, de la Prada y Ramírez, se constituyen
en apoderados de Plata, de la Prada y Ramírez, para modifi-
car un tratado solemnemente ajustado y juramentado, para
lo cual carecían de la potestad requerida. Este poder denun-
cia solamente la farsa de los capitanes que lo otorgaron, para
mostrar su fidelidad al Soberano, ya que nunca hicieron uso
de él, mas no por la razón que algún escritor empeñado en
tergiversar la verdad aduce de no haberse llegado a firmar.
Sin embargo, expresa este poder la oposición contra lo
estatuído por las Capitulaciones y envuelve la felonía de los
otorgantes contra la causa de los comuneros.

* * *
Persuadido el Arzobispo de que la presencia de Berbeo en
las villas del Socorro y San Gil era un obstáculo para la obra
de pacificación que estaba adelantando, con la poderosa ayu-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 145

da de los misioneros, por el influjo y autoridad que ejercía


sobre los comunes, determinó alejarlo de allí, enviándolo a pa-
cificar los vecindarios de las ciudades de Pamplona, Salazar
de las Palmas y Ocaña, que se hallaban aún en rebelión.
En cumplimiento de su encargo partió Berbeo para Pam-
plana a principios de septiembre, acompañado de don Juan
Miguel González y otros de sus Capitanes. Reconocido el terri-
torio por el cual se extendían los términos de la ciudad, con-
siguió de los comuneros rebeldes aun, que depusiesen las ar-
mas, eficazmente ayudado por los Capitanes pamploneses don
Luis Francisco Quirós y don Marcos Antonio Hernández, así
como por el Alcalde de primera nominación don Juan Anto-
nio Rodríguez Terán, cuñado suyo, y mediante la promesa de
que el Cabildo no promulgaría la superior orden del Virrey,
expedida el 6 de julio contra las Capitulaciones, acogidas por
los pueblos con singular beneplácito.
Envió mensajeros ante los Capitanes de Salazar de las
Palmas y Ocaña, con cartas y recados suyos y de los Capita-
nes Enciso, Quirós y Hernández, incitándolos a trabajar por
el restablecimiento de la paz y la tranquilidad públicas, en los
vecindarios donde aun se manifestaba el espíritu de la sedición.
Consiguió de las justicias de varios pueblos que dispensa-
sen benévola acogida a los rebeldes de la Provincia de Mara-
caibo que buscasen asilo en el territorio del Virreinato y reu-
nió juntas con las principales Capitanes del movimiento, en
algunos de los lugares próximos a la frontera, para inducirlos
a cesar en sus propósitos de sedición. El historiador Briceño
dice sobre el particular lo que al tenor copiamos:
"Berbeo llegó a Pamplona y consiguió aquietar todo con
el destierro de los españoles don Antonios Pasos y don Joa-
quín de Molina. Convocó una Junta de los principales jefes
de la insurrección en la hacienda de don Juan José García
(hacienda de Tescua), y allí combinaron el envío de un co-
misionado que debía entenderse con el Capitán de navío don
Luis Vidalle, que se encontraba con su barco surto en el puer-
to de Maracaibo, y comisionaron para entenderse con él a don
Vicente de Aguiar, natural de Maracaibo y Secretario del Ca-
pitán General García. Vidalle había servido en la marina in-
glesa y lo consideraron hombre aparente para solicitar del
Gobierno inglés la protección que necesitaban para conseguir
la independencia del Nuevo Reino."

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146 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

El español don Ignacio Sánchez de Tejada, en carta de 22


de septiembre, dirigida al Virrey, le dice:
"El Comandante de los Comunes, Berbeo, (Corregidor que
se dice), está en Pamplona, a sosegarla, según voces, aunque
poco se puede espera?" de su cond1¿cta ...
"Perdone V. E. mis palabras, nacidas del celo del servi~
cio de Dios y del Rey, y hablo con verdad, como castellano, lo
que la experiencia me ha enseñado ... "
Cumplida su misión regresó Berbeo al Socorro, adonde
llegó el 4 de Octubre.

***
Recibida el 31 de agosto por el Cabildo de San Gil y el 7
de septiembre por el del Socorro la superior orden del Virrey,
por la cual se dispone nc poderse, ni deberse llevar a efecto
lo acordado en las Capitulaciones, y perplejos los capitulares
de la última de estas villas, por los resultados adversos que
pudieran sobrevenir de su publicación por edicto, como estaba
ordenado, en momentos en que la plebe del vecindario se ha~
lIaba en extremo exaltada, como lo demostraban los alborotos
ocurridos en diferentes lugares; sin atreverse a determinar por
sí solos lo que conviniera hacer al respecto del cumplimiento
de tal providencia, acudieron los del Socorro, por medio del
Alcalde .Angula y Olarte al Arzobispo, que se hallaba en San
Gil desde el 17 de de agosto, y consultado sobre el particular
fué de opinión que se suspendiese la publicación de la superior
orden de 6 de julio. Hizo el Prelado conocer su parecer, por
conducto del Juez de Diezmos don Ignacio Sánchez de Tejada,
a los capitulares de San Gil, para que procediesen de acuerdo
con los del Socorro.
"Bien dan a conocer los antecedentes ejemplos -dice el
Prelado al Virrey- el calor que aun está recogido en el cora~
zón de un vulgo que acaba de precipitarse en el fuego de su
infidelidad, y cuan expuesta iba a una tropelía o menosprecio
la respetable providencia de V. E. fijándose en las esquinas o
partes públicas.
"Yo, pues, Señor Excmo., atendiendo a tan graves circuns~
tancias, y justamente recelando nuevas inqiuetudes, sin que
tampoco pudiera desatenderme de las diarias noticias que nos
llegan de las conmociones de La Grita, Mérida y demás pobla~
ciones del Gobierno de Maracaibo, aconsejé a estos Cabildos

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 147

suspendiesen por ahora la publicación de la contenida provi-


dencia, ofreciéndoles lo informaría así a V. E., para que bajo
este acontecimiento y como Ministro bien autorizado en el
caso, disponga lo que más oportuno hallare."
A la vez y sobre el dictamen del Prelado informaron tam-
bién los Cabildos del Socorro y San Gil al Virrey, para que
estuviese instruido de la razón que los obligaba a suspender
la ejecución de la superior providencia contra las Capitula-
ciones.
"El Cabildo, Justicia, Regimiento y Procurador General
de esta villa de Nuestra Señora del Socorro -dice aquel-
puesto a los pies de V. Exa. con el más reverente respeto, para
informar de haber recibido la Superior carta orden de 6 de
julio, que obedeció este Concejo debidamente; y por lo que
pudiera importar al sosiego y tranquilidad pública, tuvimos
por conveniente consultarlo por nuestro Alcalde ordinario de
primera nominación doctor don Josef Ignacio Angula y O1ar-
te con el Ilustrísimo Señor Arzobispo, que en la actualidad se
halla en la villa de San Gil, con cuyo acuerdo hemos proce-
dido a suspender la fijación del edicto que contiene la Superior
Orden, mediante a que de verificarse no habría duda de una
nueva sublevación de las gentes ...
"Por lo que, y con el dictamen del Señor IUmo., que acre-
dita la carta que remitimos, hemos suspendido la ejecución,
hasta tanto que informado V. Exa. mande, si no obstante lo
referido y 10más que expondremos, se deben fijar los edictos
prevenidos, para ciegamente obedecerlos, mediante a que ya
en este caso no se nos podrá notar de inconsiderados o faltos
de prudencia."
Entre tanto continuaba en el Socorro y en San Gil la re-
caudación de los impuestos en conformidad con lo preceptua-
do por las Capitulaciones.
Manifiesta el Virrey, en respuesta a los Cabildos de estas
villas, que "Aprueba desde luego el que suspendiesen la publi-
cación de dicha providencia; respecto a no ser posible dar a co-
nocer a esa plebe alborotada, que no puede ser más favorable
para lograr el bien común 'y la pública tranquilidad, porque
sólo oye con gusto las sugestiones de los hombres malvados,
que envolviéndola en sus mismos delitos la conducen a su
ruina."

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
148

En vista de las representaciones hechas al Ayuntamiento


del Socorro por el Procurador del común don Antonio de Mo-
Una, que por conducto del Arzobispo recibió el Virrey, y de lo
que el Prelado la había informado sobre la penuria y miseria en
que se halIaban los moradores de las villas, determinó aquel
mantener en ellas y la de Leiva, en las ciudades de Tunja, Vé-
lez, Pamplona y Girón y en los pueblos de Zipaquirá y Soga-
moso el goce de las gracias concedidas por la Junta General
de Tribunales el 14 de mayo, con la libertad, aunque restrin-
gida, de la siembra de tabaco en las tierras apropiadas, com-
prendidas dentro de los distritos de las villas del Socorro y
San Gil y el de la ciudad de Girón.
"Desde luego -dice el Virrey- deseando concurrir a los
alivios, vengo, según que estaba dispensado ya por la Real
Audiencia de Santa Fe en 14 de mayo de este año, y Yo lo ha-
bía mandado observar:
"En que se suspenda y quite el cobro restablecido del De-
recho de Armada de Barlovento, y se continúe el cobro del 2
por 100 de Alcabala, en los mismos términos yue se cobraba
antes de estas novedades.
"Que se corten y no se observen las formalidades expues-
tas para la expedición de Guías y Tornaguías, y sigan las co-
sas como antes.
"En permitir que en las jurisdicciones de esa villa y la de
San Gil se siembre el tabaco que se regulare necesario y de-
termínare el Director General de la Renta, de Santa Fe, pero
con la condición de que los cosecheros hayan de ceñirse a la
siembra de lo que se les señalare, y de venderlo precisamente
a la Renta, y observar las demás reglas prescritas en las Ins-
trucciones que observan y guardan los cosecheros de Girón,
porque siendo muchos los tabacos que se sembraren, no po-
drán expenderse; la Renta sufrirá perjuicios, y acaso será ne-
cesario para sostener los gastos y pensiones del Reino, gravar
otros ramos, no de los vicios, como éste se considera, sino de
los más comunes para la vida.
"Y que el tabaco y aguardiente se venda con rebaja del
aumento de dos reales en libra del uno, y dos en frasco del
otro, que se había subido de orden del Rey últimamente, con
motivo de la presente guerra (con Inglaterra).
"Con estas gracias, que ese Ilustre Cabildo hará publicar
en esa vilIa y las demás poblaciones de su partido, y la del

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 149

Indulto y Perdón General de sus excesos, que se contienen en


el adjunto Edicto (cuya gracia he pedido al Rey se digne con-
firmar, atendiendo a dimanar de irreflexión estos alborotos
y no de infidelidad, y espero lograr su real condescendencia en
todo), parece quedar atendidos esos comunes en los alivios
que pretenden; y que por lo mismo no dudo que agradados y
agradecidos a este beneficio, se mantendrán quietos y pací-
ficos, dedicados a sus labores e industrias, y que contribuirán
a que se serenen y contengan las de otros pueblos inmediatos
que acaso pretendan mantenerse en libertad por robar y dar-
se a otros delitos, sin temor del castigo; pues asi lo espero de
su celo y de que moverán a él todas las gentes leales y de bien
de esa jurisdicción."

* *' =1<

La noticia de la muerte de los indios de Nemocón, rápi-


damente divulgada por los pueblos, y los rumores que se pro-
palaban sobre la providencia del Virrey contra las Capitula-
ciones, produjeron general descontento y excitaron los áni-
mos de los más exaltados vasallos, hasta el punto de intentar
nueva insurrección, a efecto de que se les cumpliese lo pacta-
do con la Real Audiencia en Zipaquirá.
José Antonio Galán, a quien dejamos en Santa Rosa has-
ta el 28 de agosto, después de su correría por la Provincia de
Mariquita, y quien se hallaba perseguido por las autoridades
reales, por consecuencia de no haber asentido a las Capitula-
ciones de Zipaquirá, ni haber entregado la fuerza de su co-
mando ~l Capitán don Pedro Nieto, en obedecimiento a órde-
nes superiores, llegó a Mogotes en los primeros días de sep-
tiembre, incitado por el común de aquel pueblo, para coman-
dar la gente que había de levantarse.
"El 28 de agosto -afirma Plata- salió Galán de Santa
Rosa para Mogotes, y es regular llegase el dos o tres de sep-
tiembre, desde el cual se cumplen treinta días de estación
en él."
El Alcalde de San Gil en carta de 11 de octubre, dirigida
al del Socorro, le comunica lo siguiente:
"El referido Alcalde de Mogotes remitió en este día, con
un par de grillos, a esta cárcel, a Juan Manuel de Roxas, di-

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150 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

ciendo que es compañero de Galán y uno de los más revolto-


sos, y el que ha dado más calor al motín, y quien se apersonó
a trae?' a dicho Galán a Mogotes.."
Entre tanto Manuel Ortiz, Isidro Molina, don Miguel Mon-
salve y Lorenzo Alcantuz, Juan Dinonisio Plata y sus hijos, e
Ignacio de Ardila en el Socorro, y don José María Franqui y
Esteban Ochoa en Málaga y José de los Santos Carvajal en
Enciso, y Baltasar Cala en el pueblo del Páramo intentaban se-
cundar el nuevo levantamiento que había de prorrumpir en
Mogotes.
Presentáronse a poco en este pueblo Juan Dionisio Plata
y sus hijos, acompañados de Isidro Molina, y manifestaron los
primeros a Galán haber convocado a los comunes del Valle de
San José, Pinchote y Confines, y Molina a los de Simacota y
Chima para el levantamiento.
Galán, que llevado por Juan Manuel de Roxas de Santa
Rosa a Mogotes,y que advertido de que los cabildos del Soco-
rro y San Gil habían suspendido la ejecución de la providen-
cia del Virrey contra lase Capitulaciones, y que éstas se ob-
servaban en los pueblos del distrito de aquellas villas; Galán,
que engañado a sí mismo con el prestigio de que creía gozar
en aquellos vecindarios, Galán, decimos, alzóse en rebelión
contra las reales autoridades, para alcanzar a viva fuerza el
cumplimiento de las Capitulaciones a' que había contravenido;
y con algunos hombres mantúvose en sedición, cerca de cua-
renta días, aunque inactivo, en Mogotes, en inútil espera de
los contingentes de tropas de los diferentes pueblos que ha-
bían de secundar el levantamiento, para marchar con ellos
contra Santa Fe, guarnecida con 500 soldados de línea.
Acompañábanle como Capitanes en Mogotes Juan Manuel
de Roxas, Miguel Rafael Sandoval, Custodio Arenales, Buena-
ventura Gutiérrez, los dos hermanos Altamar, Juan Ignacio
Gualdrón y algunos más.
Primer Capitán para la invasión a Santa Fe fué aclama-
do Galán; Manuel Ortiz segundo, Ignacio Ardila tercero y don
Miguel Monsalve cuarto. Como Secretario de GaUin actuaba
don José Camacho.
Aclamó el común de Mogotes para Capitanes de aquel
pueblo a Miguel Rafael Sandoval y a Custodio Arenales, quie-
nes dirigieron a los pueblos la siguiente circular, concitándo-
los al levantamiento:

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 151

"Muy apreciados señores:


"A vista de que nos hallamos pensionados a una total rui-
na de vidas, honras y haciendas, y para lo sucesivo al remo
de una miserable esclavitud perpetuante (sic), según las ame-
nazas que nos resultan de la capital de Santa Fe, por la infi-
delidad que han guardado a las juradas Capitulaciones que se
hicieron en Zipaquirá, hemos determinado, amados y queridos
prójimos hermanos, volver a seguir todos los comunes de este
Reino, de Girón para arriba, con tropas militares, para la ca-
pital de Santa Fee, sobre el empeño equitatible (sic) de la Sisa,
Barlovento, Correos y Estancos de Tabacos, y los tres pesos
anuales de casados y solteros, y la duplicación de tributos a
los pobres indios y mulatos, para cuyo nuevo empeño convi-
damos los esfuerzos valerosos de estos comunes a levantar sus
Capitanes, y el día 9 del próximo venidero Octubre marchen
en nuestro favor, que por ser en beneficio de todos, así lo es-
peramos; y no decimos más por ahora que rogar a Dios guar-
de sus vidas para nuestro socorro muchos, felices años.
"De esta su Parroquia de Mogotes y Septiembre veinte y
seis de mil setecientos ochenta y uno.
"Beso la mano a Vuestras Mercedes sus más atentos her-
manos, estimadores y C@lt-ªnes, Q.ol,:sí y sus Comunes.
"Y siga para todos esos lugares circunmarcanos, haciendo
Vuestra Merced de su parte todo lo posible para animar los
ánimos.
"Capitán, MIGUEL RAFAEL SANDOVAL. - Capitán,
CUSTODIO ARENALES."

Es de notarse que todos los capitanes del movimiento, que


tanto ardor mostraron en la primera sublevación de Mogotes,
hubiesen mirado fría y despectivamente a Galán y no le hu-
biesen prestado apoyo alguno, ni secundado en otra forma su
levantamiento.
Quejosos Galán y sus compañeros de la indolencia que ob-
servaban en los moradores del Socorro, al respecto del nuevo
levantamiento, dirigieron en 23 de septiembre la carta a que
nos referimos en las páginas 192 y 193 de nuestro libro Los
Comuneros, que hubimos de reproducir en las páginas 293 a
295 del mismo libro, escrita de puño y letra de Basilio Plata y
conducida por él en persona al Socorro. Destinatarios de esta
carta aparecen los que ella expresa, a saber:

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
152

"Señores Capitanes y Comunes de la Villa del Socorro y sus


circulares Lugares, a saber: Dn. Isidro Molina, Dn. Igna-
cio ArdUa, Dn. Miguel Francisco Monsalve y Dn. BIas
Antonio de Torres y Dn. J. Manuel Ortiz, que les conside-
ramos de nuestra parte."
Merecen destacarse de esta carta los siguientes pasajes:
"Esto supuesto, señores, qué es lo que hacemos? A qué es-
peramos? A que Santa Fe se abaste de todos surtimientos y
que lleguen las tropas de abajo, que están al salir, y vengan
nos aniquilen sin reserva, ni aun de los inocentes, como lo tie-
nen prometido. Alentémonos, pues, y veamos si a costa de
nuestras vidas atajamos este pernicioso cancel', que amenaza
nuestra ruina en honra y haciendas, y cuando no las vidas el
infame borrón y sucesivo reato de una sonrojada esclavitud.
"jViva Dios!, jViva nuestra Santa Fe! y !Viva nuestro
Señor Soberano! y jMuera su mal Gobierno!"
y para poder nosotros de aquí conmovernos y a otros Co-
munes, particípesenos una Instrucción con relación jurada
de lo que debemos hacer y mapa por donde hemos de caminar,
por dónde, cómo y cuándo; y de no, desengañémonos, para
cada uno desamparar sus familias y ver a dónde podemos
escapar las vidas, aunque será dificultoso; y lo que resultare
de esta nuestra exclamación se nos dé pronta noticia, sin el
embeleso de que dentro de un mes, ni veinte, ni quince días,
porque según nos parece no dará el tiempo ese lugar, y por-
que esperamos de Vmds. la más exacta providencia.'
"No decimos más que rogar a Dios Guarde sus vidas mu-
chos años.
"De esta Parroquia de Mogotes, Septiembre 23 de 81 años.
"Besamos las manos de Vmd.s.sus más atentos compañe-
ros, Común y Capitanes."
"Capitán, Joseph Antonio Galán.-Buenaventura Gutié-
,·rez.-Custodio Arenales.-Juan Manuel de Roxas-Juan Ig-
nacio Gualdrón. - Por mí, Francisco Piñuela.-Y Dn. Antonio
Toro y Francisco Xavier y Juan Andrés Pinzón y Juan Agus-
tín Flores y Manuel Díaz.-Isidro Joseph de Tello."
"jY siga su destino a las demás Comunidades!"
Merece reparo que Galán, como primer jefe, pidiese ins-
trucciones a sus partidarios del Socorro e itinerario o mapa
de la ruta por donde había de marchar, cuando a él corres-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 153

pondía el deber de indicar, ordenar y hacer cumplir por los


5ubalternos suyos las instrucciones que debieran observar y
el derrotero que habían de seguir.
Finalmente, en carta de 2 de octubre, previene Galán su
sa.lida para Santa Fe, en los términos siguientes:
"Nos hallamos dispuestos -dice- a salir con nuestra tro-
pa el 10 del corriente, cuyo seguimiento tenemos practicado
con todos los comunes del lado del Socorro; y Gutiérrez salió
de aquí para Tequia con la misma orden, a dispone?"la salida
de aquellas tropas."

'" '" *
Ya la Real Audiecia había acordado en 1Qde septiembre,
librar despacho a los alcaldes ordinarios de las villas del So-
corro y San Gil, para que procediesen inmediatamente, por
cuantos medios fuese posible, a la captura de Galán y su re-
misión a la real cárcel de corte, con la debida custodia.
Recibida la real provisión, dictaron los alcaldes del Soco-
rro, en 18 del mismo mes, el consiguiente auto, en obedeci-
miento a lo mandado.
Noticiados del lugar donde se hallaba Galán a la cabeza
de algunos sublevados, expidieron los referidos alcaldes, el 6
de octubre, el auto de prisión contra aquel.
Determinaron, por consecuencia, los alcaldes, conferir la
comisión para la captura de Galán a don Salvador Plata, quien
voluntaria y graciosamente había ofrecido ejecutarla; en su
defecto a don Juan Bernardo Plata de Acevedo,y en el de am-
bos a don Francisco Rosillo, y en el de todos a don Pedro Ale-
jandro de la Prada, para que procediesen sin demora, con la
fuerza que pusieron a sus órdenes.
"El 1Q de septiembre -dice Plata- se libró la misma co-
misión sin promesa de algún premio, a los alcaldes del Soco-
rro. Yo me ofrecí voluntariamente a verificarla; y bien lejos
de que me moviese algún interés, no me propuse otro, como lo
representé a la Real Audiencia, sino el de hacerme digno de su
soberana gracia por este corto mérito."

'" * '"
En ejecución del mandato salió Plata de Socorro como a
las once de la mañana del 9 de octubre, con la tropa destinada
a la captura de Galán y acampó en el sitio del Hoyo de los Pá-

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154 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

jaros, donde permaneció el día 10, en espera de otra partida


de soldados, que había de salir de la misma villa en refuerzo
de la primera.
Habiendo llegado el 11 a Mogotes se le informó allí por el
Alcalde del lugar, que Galán había arrebatado y batido el es-
tandarte real que se había enarbolado, luego que tuvo noticia
de la aproximación de la tropa del Socorro que marchaba en
su persecución, y retirádose con él desde ellO hacia el pueblo
de Onzaga, con diez y nueve o veinte hombres que le seguían.
Enarboló, pues, Galán el estandarte del Rey, para protegerse
con él, e~ vez de la bandera carmesí, insignia de los comu-
neros.
"Las tropas que esperaban a Galán para el día 10 de oc-
tubre -dice Plata- o se resistieron o no se movieron de sus
pueblos. Los lugares que se ofrecían abandonaron sus em-
presas."
El 12 salió Plata de Mogotes con la gente que sacó del So-
corro y diez hombres más, que se habían adelantado a los se-
senta despachados en refuerzo, por los alcaldes de la villa, y
acampó en el sitio de La Capilla.
Habiendo salido de allí el día 13, despachó espías en el
tránsito, para que explorasen caminos y sendas, y consiguió
por este medio, aprehender en la marcha a Hilario Galá..l1,
Fl'J,nciscoAntonio Mesa, Francisco Peñuela y Julián José Lo-
sada, que en Onzaga se habían separado de su Jefe, a quienes
dejó bajo la custodia de don Juan Rodulfo de Azuero, con nú-
mero suficiente de soldados.
En el sitio del Resguardo de Onzaga tuvo noticia de ha-
lJf'r f:alidode allí Galán como a las dos de la tarde, y avanzó
en tal virtud hasta el poblado, donde supo que había tomado
dicho día la vía de los Llanos de Casanare y que haría noche
en la Boca del Monte. Por temor a que hubiese en este pueblo
algunos partidarios de Galán, dejó en él parte de sus soldados
al comando de don Juan Bernardo Plata de Acevedo,y prosi-
guió la marcha con el resto de sus tropas.
Pasadas las diez de la noche hicieron alto los soldados de
Plata en el paraje de Caguanoque, en el recuesto llamado Alto
de Onzaga, donde a poco trecho hallaron un rancho con te-
chumbre de paja y sin paredes ni puertas, y sorprendieron en
él a Galán y sus compañeros, quienes sin espionaje ni centi-
nelas para apercibirse a la defensa, extenuados por el cansan-
cio, dormían alli sin temor a peligro alguno. Cercado el ran-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 155

cho por los soldados de Plata, con las armas vestidas y en ac-
titud ofensiva prorrumpieron en los gritos de ¡Muera Galán!,
¡Viva el Rey de España! y ¡Mueran los rebeldes! Intimáron-
les al punto Plata y de la Prada la rendición de las armas a
nombre del Rey, pero habiendo observado alguna renuencia en
entregarlas inmediatamente y salir del rancho, como se les
requería, ordenaron hacer fuego sobre ellos. De los disparos
resultaron heridos José Antonio Galán, levemente en el hom-
bro derecho, Andrés Galán, quien murió al día siguiente, y
Manuel Salvador Alvarez; y aprovechados de la oscuridad lo·
graron escapar Custodio Arenales, Altamar y algunos más. Pi-
dió Galán un momento de tregua y respondiéronle los asaltan-
tes que saliese desarmado, hecho lo cual aseguraron de11ida-
mente su persona. Con la de éste fueron igualmente aprehen-
didas las de Ignacio Parada, José Velandia, José Tomás Ve-
landia, Miguel Fulgencio de Vargas, Nicolás Guillermo Pedra-
za y Baltazar de los Reyes.

***
Ejecutada. la captura del reo y sus compañeros, Plata y los
Capitanes que lo acompañaban, contramarcharon con sus tro-
pas el 14 de octubre, y llegaron como a las ocho de la noche
del 16 al Socorro, donde el primero puso inmediatamente a
Galán y diez prisioneros más en poder de los Alcaldes ordina-
rios, en la puerta de la Real Cárcel. Ya encerrados, fueron
aherrojados con un par de grillos cada uno.
"Hasta los herreros -dice Plata- se resistieron a poner-
les y remachar les los grillos. Fué necesario que yo destinase a
esto mis esclavos. Irritábase y enfurecíase más el espíritu im-
placable de su venganza y de su odio al ruido del martillo.
'Don Salvador y don Bernardo Plata, decían Carlos y Agustín
Platas, son los autores de nuestra prisión; pero nosotros les
haremos poner cadenas más gruesas que éstas'."
"Josef Antonio Galán, confiesa él mismo, que estando en-
fermo en Giba lo trajeron al Puente Real Cala y Rubio; que
de allí pasó a Chiquinquirá; vino a Enemocón, y de allí conti-
nuó sus infames expediciones; luego es evidente que no es-
tuvo en todo este tiempo en el Socorro, hasta que lo presenté
a las puertas de aquella Real Cárcel. La primera palabra que
habló entonces fué pedir certificación al Alcalde Angula de no
haberlo visto jamás entre los tumultuantes de aquella Villa.; y

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156 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

le respondió el Alcalde: 'Hombre, no sólo no te vi en aquel


tiempo, pero aun ésta es la primera vez que te veo y conozco'."
La certificación a que alude Plata, expedida por el Alcal-
de Angula, dice ad pédem lítterae:

"El Dr. Dn. Jose! Ygnacio Angulo y Olarte, Alcalde Ordi-


nario de Primera Elección, en la Villa de Nuestra Señora del
Socorro, y Subdelegado Conservador de las Reales Rentas
de ella,
"Certifico en la mejor forma que puedo y debo, para ante
los Señores que la presente vieren, donde y como convenga,
que la noche que me entregó Dn. Salvador Plata en la Real
Cáreel del Socorro, a Jose! Antonio Galán y sus socios, le sa-
ludé de esta suerte: "pues, Señor Capitán Galán?" e interrum-
piéndome dijo: 'No me trate Su Merced assí, que Yo soy fiel
vasallo del Rey', a lo que respondí, ya es tarde para que lo co-
nozcas; y me replicó diciendo le había de certificar si lo ha-
bía visto en los movimientos de aquella Villa, a 10que respondí:
hombre, no sólo no te vi en aquel tiempo, pero aun ésta es
la primera vez que te veo y te conozco; y que jamás supe, ni
oí decir que semejante hombre hubiese asistido en las rebe-
liones de aquella Villa, ni que en ella fuese conocido, ni tuviese
trato, comercio, ni correspondencia con ninguno de aquella
Villa, antes de las sublevaciones, hasta que supe que se halla-
ba en los Campos de Facatativá. Y para que conste, doy la
presente a pedimento verbal de Dn. Salvador Plata, vecino de
aquella Villa y residente en esta Capital, en 22 días del mes de
NoviEmbrede 1782 años.

"DOR. JOSEF YGNACIOANGULOy OLARTE."

***

No merece atención el inventario que de los bienes tomados


a Galán, al punto de ser aprehendido, presentó Plata a los Al-
caldes del Socorro. Mayor importancia encierra el que forma-
do por don Pedro Nieto pasó a la Real Audiencia y al Virrey,
del cual insertamos a la letra el siguiente pormenor:
"Lo que más indignación causó entre aquellos vecinos fué
que el propio Galán le sacase de la falquitrera a una niña, en

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 157

Mariquita, noventa pesos en doblones de oro, que eran el único


patrimonio que poseía aquella huérfana, heredados de su pa-
dre, que acababa de morir."

Dice la Real Audiencia en su informe de 31 de julio al Rey:


"Conducidos a esta Cárcel Galán y sus compañeros, y to-
madas sus confesiones, se convence de su contexto que nun-
ca pudieron juntarse con Galán sesenta hombres entre fugi-
tivos, sediciosos y arrepentidos, habiéndose informado eran
más de diez mil."
Afirma el señor Caballero y Góngora que Galán no asin-
tió a las Capitulaciones:

"Finalmente -dice- la expedición (del Coronel Bernet)


salió para Santa Fe, y aunque llegó después de tres meses (?),
en cuyo tiempo tenía yo casi concluida mi peregrinación por
los pueblos inquietos, no obstante sirvió para cortar un segun-
do levantamiento (la rebelión de Galán), movido por uno de
aquellos que se desprendieron del Cuerpo general de los des-
contentos y no querían sujetarse a lo capitulado; y entonces
fué cuando el pueblo dió la primera prueba de su nueva fi-
delidad. prendiendo a este capataz (Galán) y sus principales
parciales, y entregándolos a disposición de la Real Audiencia,
la que, ya con el auxilio de la tropa, determinó lavasen con su
sangre su doble infidelidad, dando pronta cuenta al Sr. Flo-
res para que saliese de cuidados." ("Relaciones de Mando",
pp. 207 Y 208, Biblioteca de Historia Nacional, Vol. VIII, 1910).

* ,~*

Antes que Galán se alzase en rebelión, había ya prorrum-


pido en el pueblo del Páramo un tumulto sedicioso de alguna
entidad, por lo cual libró la Audiencia de Santa Fe la real pro-
visión de 27 de agosto, para prender e imponer la pena del
último suplicio a Baltasar Cala, Hipólito Martínez, José Joa-
quín Porras, Fernando Porras, José Bayona y Pedro José Del-
gado, sindicados como principales cabezas del motín.
El 15 de octubre fueron reducidos a prisión, uno tras otro,
en la villa del Socorro, por el Alcalde Angulo y Olarte, Juan

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158 PABLO E. CARL~NAS ACOSTA

Lorenzo Alcantuz, Juan Manuel José Ortiz Manosalva y BIas


Antonio de Torres, y en Simacota fué aprehendido Isidro Mo-
lina, a juzgar por el informe del señor Caballero y Góngora
al Virrey, que en su parte pertinente dice:
"El documento número 39 -dice- es una carta del Cura
interino de la parroquia de Simacota, y por ella verá V. Exa.
las actuales disposiciones de aquellos naturales con los efectos
de la Santa Misión. Esta parroquia era antes el asilo de los
últimos incendiarios del Reino, quiero decir los que ahora se
van asegurando: y la primera también, que unida con la de
Mogotes, levantó el estandarte de la rebelión. Ya la tiene V.
Exa. con otros muchos pueblos pronta y fiel al Rey, de que es
prueba concluyente la prisión que ha pocos días hizo de un
N. Molina, remitiéndolo sin asomo de oposición a voluntad
de estas Justicias, cuyo reo con Galán y otros veinte y dos,
todos de un mismo partido, según me ha informado el L1lcalde,
seguirán juntos para Santa Fe."
Como cómplices en el delito de sedición fueron también
aprehendidos, días después, los hermanos José Agustín y Car-
los José Platas, Ignacio Jiménez y Antonio Díaz.
Los alcaldes del Páramo consiguieron tambiín aprehen-
der a Pedro José Delgado, Hipólito Martínez y José Joaquín
Porras, en cumplimiento de la real providencia de 27 de agos-
to, a quienes enviaron sin dilación al Socorro.
Antonio Pabón, que se encontraba preso en la cárcel del
Socorro desde el 16 de mayo, estaba sindicado como reo de de-
litos comunes.
Sindicado también por delitos comunes hallábase entre
los presos por sedición Pedro Martínez Rugeles, de acuerdo
con el oficio de 6 de noviembre, de los alcaldes del Socorro a
la Real Audiencia de Santa Fe.
"Igualmente remitimos -dicen los alcaldes- la sumaria
y confesión de Antonio Pabón, hombre de perversos procedi-
mientos; y también se remite la sumaria y confesión de Pedro
Martínez, de igual naturaleza que la antecedente.
El día 20 de octubre se les tomaron confesiones a Isidro
Molina y BIas Antonio de Torres, por el Alcalde Angula y
Olarte, en el Socorro, y el 22 a Juan Lorenzo Alcantuz y Juan
Manuel José OrUz Manosalva.

***

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 15&

Sobre el informe producido por don Salvador Plata el 18


de octubre, acerca de la captura de Galán, dictaron los alcal-
des ordinarios del Socorro el siguiente auto:

"Socorro y octubre 22 de 1781.

"Recibido en el día de ayer; y mediante a que las causas


que habían impelido a tratar de la remisión del reo Josef An-
tonio Galán para la ciudad de Cartagena, están en la actuali-
dad allanadas por el celo del Alcalde Provincial don Antonio
de Uribe y don Nicolás de Vargas, por haber obligádose llana-
mente a entregar la persona de dicho Galán y sus consortes,
vivos o muertos, en la Real Cárcel de Corthe, y por esto ser le-
gít.ima esta remesa, y no la que se trataba, mediante la Real
carta, agréguese a las diligencias; y concurriendo con lo nece-
sario, el Escribano le conferirá testimonios de su representa-
ción y este decreto, para que le sirvan de documento compro-
bante por el servicio que ofrece él y sus socios a S. M. y a esta
República (Municipio), de que se les dan las gracias. Y hága-
sele saber.

"DR. JOSEF IGNACIO ANGULO y OLARTE. - LUIS


FERNANDO CESPEDES. - Ante mí, MATHEO DE ARDILA,
Escribano público del nÚmero.
"Incontinenti Yo el Escribano hice saber lo proveído a don
Salvador Plata y firma. - PLATA. - ARDILA, Escribano."

* * *

Con suficiente escolta, y atados a satisfacción de los con-


ductores, salieron en lúgubre desfile del Socorro, Galán y sus
consortes, el 26 de octubre, con rumbo a Santa Fe.
"Hasta lo presente --decían los alcaldes- no se ha no-
tado en las gentes cosa algtma en orden a la remisión de Ga-
lán y sus consortes, pues antes sí se reconoce bastante com-
placencia en las mismas gentes, pues sin repugnancia asistie-
ron a la custodia de los reos hasta su remisión, con total fi-
delidad; y en la salida no se manifestó demostración contra-
ria, a excepción de las madres y mujeres propias de los que se
conducían, que éstas, por lo natural, demostraron el senti-
miento (micamente con lágrimas."

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160 PABLO E. CARDElolAS ACOSTA

Exponen asimismo los alcaldes la razón por la cual les fué


imposible ejecutar la pena del Último suplicio en la persona
de Galán, como se les había prevenido:
\

"Cuando recibimos la Real carta de 20 de octubre -di-


cen- en que se nos previene hagamos ejecutar la pena del úl-
timo suplicio en la persona de Josef Antonio Galán, ya éste iba
en vía para esa Corthe, a distancia de cuatro días, por cuyo
motivo nos fué imposible la ejecución de lo mandado."
"Apenas supo la Real Audiencia su aprehensión -afir-
ma Plata- mandó que sin la menor formalidad de juicio se
le cortase la cabeza, distribuyendo sus cuatros en tres o cua-
tro Corregimientos distintos, que .fueron otros tantos teatros
de sus infames proezas."
De paso para Santa Fe llegaron a Zipaquirá el 4 de no-
viembre, a las cinco de la tarde, Galán y sus consortes. Entre-
gados los presos en la real cárcel de Santa Fe, en manos de
los cancerberos, el 6 de noviembre, rindió la Real Audiencia
informe al Virrey, en el cual dice:
"Y aunque al principio habían determinado los enun-
ciados Alcaldes remitir los reos a esa plaza, pero como don
Antonio de Uribe, Alcalde Provincial del Socorro se hubiese
ofrecido a poner dichos reos, que constan en la lista que se
incluye a V. S., vivos o muertos, en esta capital, y obligándose
a ello por escritura, se le entregaron aprisionados a su satis-
facción, y los entregó en esta Real Cárcel de Corthe el día 6
del corriente, desde cuyo día los Ministros de este Tribunal,
incesantemente y sin pérdida de tiempo, han pasado a tomar
las confesiones, para que seguidas las causas con la mayor
prontitud, se impongan a los reos las penas correspondientes,
que sirvan de escarmiento al público.
** :'¡:

"MINUTAde los presos que conduce el señor Alcalde Pro-


vincial y don Nicolás de Vargas, hasta la Real Cárcel de Cor-
the, a entregar vivos o muertos en ella, los siguientes:

J osef Antonio Galán


Hilario Galán
Fulgencio de Vargas
Francisco de Mesa
Baltasar de los Reyes

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 161

Josef Velandia
Josef Tomás Velandia
Julián Losada
Francisco Peñuela
Nicolás Pedraza
Ignacio Parada
Manuel Ortiz
BIas Antonio de Torres
Lorenzo Alcantuz
Antonio Díaz
Ygnacio Ximénez
Josef Agustín Plata
Carlos Josef Plata
Pedro Martínez Rugeles
Antonio Pabón
Hipólito Martínez
Pedro Delgado
Josef Joachín Porras
Isidro Molina

"Socorro y Octubre 26 de 1781.

"DON JOSEF YGNACIO ANGULO y OLARTE. - LUIS


FERNANDO CESPEDES. - "Es copia de su original. - San-
ta Fe, Noviembre 14 de 1781. - DOR. BERNAVE ORTE-
GA. - "Es copia. - JUAN DE CASAMAYOR."

***
No obstante la infracción que se hacía del artículo 18 de
las Capitulaciones, dispuso la Real Audiencia de Santa Fe, por
real providencia del 12 de septiembre, se hiciese saber a don
Salvador Plata, don Antonio José Monsalve, don Francisco Ro-
sillo. don José Vicente Plata de Acebedo, don Pedro Alejandro
de la Prada, don Gabriel José de Silva, don Pedro Fabio de Ar-
chila, doctor don Ramón Ramírez, don Juan de la Cruz de
Rueda. don Ignar.io Fernández Saavedra y don Gregario José
Rubio, que cesasen y no usasen de los dictados de capitanes
que con motivo de las pasadas alteraciones se apropiaron, por
ser turbativos de la paz y tranquilidad públicas, y contrarios
a las regalías del Rey.

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162 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Notificada la providencia en 19 de octubre, manifestó Pla-


ta, en representación del día último del mes, a la Real Audien-
cia, lo que al tenor copiamos:

"Tan lejos he estado de usar -dice- mucho más de apro-


pial'me un dictado tan vergonzoso e infame, que por el con-
trario, tengo la satisfacción de haber sido uno de los más de-
clarados antagonistas de las citadas turbaciones y de los que
les han presentado más abierta y más viva guerra.
"Miraba (la Capitanía) con tanto horror, que me aver-
gonzaba ser llamado Capitán de hombres tan infames. Rehu-
sé como un oprobio llevar las insignias de tal, en unas manos
siempre prontas a exterminar los enemigos del Estado; y en
esta disposición me negué a :mscribir y aún a acceder a los
proyectos y determinaciones que iban tomando en su rebelión.
De todo esto me hacen justicia los mismos Capitanes, que en
esta materia son los testigos de mayor excepción.
"Esta, Señor Poderosísimo, es la Capitanía que yo he ob-
tenido, si se habla de la que me confirieron los rebeldes; y si
aun después de mi relato juzga la justificación de V. A. que
yo me la he apropiado, que he usado de ella, o a lo menos que
he usado culpablemente, desde luego, en debida forma, y con
todas las solemnidades que ordena V. A., remmcio, abomino,
detesto este empleo que he rehusado mil veces, y del que por
mi renuncia me relevaron los mismos que me la dieron."
** *
Repuesta la Real Audiencia del temor que la embargaba,
con la llegada de la tropa de Cartagena a la capital, no tuvo
escrÚpuloalguno en violar los dictados de la fe pública, deter-
minados por un solemne tratado, revestido con todas las fol"
malidades establecidas para ser válido, y juramentado por sus
propios miembros, de manera más solemne aun. En puridad
y con no poca impudencia aquel Tribunal manifestaba al Vi-
rrey, en oficio de 13 de otcubre, los propósitos de que estaba
animado.
"Esta Real Audiencia -decía el oficio- jamás ha duda-
do que las concesiones hechas por vía de asonada y conmo-
ción, no deben tener efecto alguno, y que aunque no estuvie-
sen irritadas por la Ley (las Capitulaciones), bastaba para co-
nocer su nulidad el ser otorgadas sin otro respeto que la
fuerza.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 163

"La violencia, que la obligó a acceder a las inícuas Capi-


tulaciones de los sublevados, nunca pudo comprometer a sus
Ministros que las aprobaron, ni dejarles sin aquella libertad
que puede la expedición de los negocios. Así que este Tribunal
se ha visto con algunos auxilios para hacer respetar sus pro-
videncias, no se ha ceñido a mantener promesas injustas, ni
se ha sujetado a sostener concesiones monstruosas, sino que
examinando los continuos acontecimientos, con aquel celo y
prudencia que le dicta el deseo del mejor servicio del Rey, ha
tomado los medios más proporcionados a las críticas circuns-
tancias, para la recta administración de Justicia, subsisten-
cia de las Reales disposiciones y obediencia a las órdenes su-
periores, procediendo en todo contra los infractores de las le-
yes y perturbadores de la paz pública, en el modo más adap-
table a los tiempos presentes."

•• *
En 20 de octubre concedió el Virrey Flores la gracia del
perdón a todos los vasallos comprometidos en las pasadas al-
teraciones del Reino. El indulto, que insertamos a la letra, dice:

"Don Manuel Antonio Flores Maldonado Martínez y Bod-


quín, Comendador de Lopera en la Orden de Calatrava, Te-
niente General de la Real Armada, Virrey, Gobernador y Ca-
pitán General de este Nuevo Reino de Granada y Presidente
de la Real Audiencia y Chancillería de Santa Fe de Bogotá
etcétera.

"Hecho cargo de las varias representaciones que se me


han hecho por el Cabildo, Justicia y Regimiento de las Villas
del Socorro y San Gil, y ot.ros pasajes y antecedentes de las
causas que han podido inducir a las comunidades de ellas y de
otros lugares y parroquias de la comprehensión de la Provin-
cia de Tunja y otros pueblos de fuera de ella a haberse expe-
rimentado los alborotos que han conmovido todo el Reino, y
cuyos excesos pedían la razón y la justicia que fuesen castiga-
dos y escarmentados con el mayor rigor; y atendiendo a que
en estas novedades ha tenido desde luego más parte la impru-
dencia y falta de reflexión de algunos malcontentos, apoyados
en su ignorancia, que otros condenables motivos, por el pre-
sente y usando de de los Reales Poderes y facultades que en mí

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
164

residen como Virrey y Capitán General de este Reino, concedo


como tal y a nombre de su Majestad, que Dios guarde, a todos
los individuos y personas de cualquiera calidad y condición que
hayan tenido parte en los alborotos suscitados, Indulto y Per-
dón General, para que en fuerza de él ninguno pueda ser re-
convenido ni castigado, pero con la calidad de que éste se en-
tiende y debe solamente entenderse con los que desde que se
publique esta Gracia se retiren a sus casas, dejen las armas y
estén prontos a defender la cansa del Rey y del público, siem-
pre que sean llamados por las Justicias Reales o por quien ten-
ga autoridad legítima para ello. En la inteligencia de que todos
aquellos que se obstinen y mantengan en la rebelión, siguiendo
los desórdenes, alborotos y tumultos, sin reducirse a obedecer
como deben, a la Justicia, no gozarán del referido Perdón e In-
dulto en manera alg7¿na; y antes por el contrario, de allí en
adelante serán tratados como traidores al Rey y enemigos de la
patria. Y para que llegue a noticia de todos, mando se publique
este bando en la forma acostumbrada; y que se fijen edictos
de él en las partes públicas, así de las citadas Villas y luga-
res cabezas de partido, como en las respectivas parroquias de
ellos, a cuyos respectivos Alcaldes deberán igualmente comu-
nicarlos.
"Que es dado en Cartagena de Yndias, a veinte de Octubre
de mil setecientos ochenta y uno.

"MANUEL ANTONfO FLORES. - JUAN DE CASA··


MAYOR."

Por el artículo 35 de las Capitulaciones se otorgaba sin


restricción alguna el perdón a los vasallos que habían inter-
venido en el movimiento comunal. El indulto concedido por el
Virrey ratificaba aquella gracia.
Fué por la intercesión del señor Caballero y Góngora que
el Virrey Flores concedió el indulto de 20 de octubre, que aca-
bamos de insertar, y que a instancias suyas fué confirmado
por el Rey. Corroboran esta aserción la minuta de real orden
de 21 de enero de 1782, en respuesta al informe del Prelado,
y la carta firmada por la real mano de Carlos III, de la mis-
ma fecha:

"Fiados (los vasallos) -dice el Monarca- en vuestra au~


torizada mediación con mi Virrey, quien en efecto les conce-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 165

dió por ella un perdón general de los delitos que habían co-
metido en la sublevación, y después me ha suplicado, como
también lo hacéis vos encarecidamente, me digne aprobal'lo.
Por lo que teniendo Yo muy particular efecto a vuestra vene-
rable persona, y la mayor consideración a la sabiduría, pru-
dencia, caridad y otras grandes vIrtudes de que Dios os ha do-
tado, he venido en confirmar, por vuestra intercesión y mere·
cimientos, el referido perdón general, en los propios térmi-
nos que lo concedió mi Virrey."

***

Ignorante el Virrey de la captura y prisión de Galán y sus


compañeros, decía de verbo ad vérbum, en carta de 20 de oc-
tubre al Coronel Bernet, lo siguiente:

"Son muy propias del talento militar de V. S. y su amor


al Real Servicio las disposiciones tomadas, pues aunque no
sean ciertas en el todo las noticias que V. S. ha tenido, lo son
en lo principal, y espero que con ellas se ha de conseguir cas-
tigar a los sublevados, si intentan la irrupción que anuncian.
Lo que importaría mucho para atajar este nuevo fuego, que
va encendiéndose, es quitar de en medio al que lo fomenta;
y atribuyéndose todo al rebelde Josef Antonio Galán, sería muy
conveniente que V. S. tomase sus medidas para sorprender o
acabar con éste y sus inmediatos secuaces, valiéndose de los
medios más reservados y oportunos; de modo que cuando se
trascienda la disposición, sea logrado el efecto; porque quita-
das todas estas nuevas, conocidas cabezas, el cuerpo decaería
por sí mismo.
"Si llega el caso de que V. S. se vea en la precisión de ha-
cer alguna salida, debe cuidar de tener segura su retirada,
para cualquier desgraciado acontecimiento, teniendo siempre
presente que los enemigos que va a castigar, son también va-
saIlos del Rey, aunque rebeldes; y las demás advertencias que
hice a V. S. en mi Instrucción, cuidando ante todo de dejar
esa capital con la mayor seguridad.
"Con esta fecha he concedido Indulto General sobre to-
dos los delitos y excesos que hayan cometido todos y cuales-
quiera individuos, así de la Villa del Socorro, como de las otras

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166 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

ciudades, villas y lugares que han tenido parte en los alboro-


tos ocasionados en este Reino, y que todavia se pretend en con-
tinuar por algunos malcontentos,"

***
No satisfecho arm Plata con las demostraciones de fide-
lidad ya hechas, solieito y obtuvo la autorizacion de Rosillo
y Monsalve y la de algunos otros vecinos de la villa y de las
poblaciones de Simacota y Chima, para pedir al Cabildo del
Socorro solicitase por mediacion del Prelado la violacion del
articulo 16 de las Capitulaciones, con la restitucion del Regen-
te a la Audiencia de Santa Fe.
"Estando persuadido -dice-·- que no llenaremos esta con-
fianza sin la restitucion del sefior Regente Visitador don Juan
Francisco Gutierrez de Pifieres, quien por libertarse de los ul-
trajes que una plebe desentrenada pretendia cometer en su
persona, en quien estaban depositados los regios poderes, se
via en la triste necesidad de retirarse a la ciudad de Cartage-
na, en donde aun reside, 0 por motivo de aquel insolente ar-
ticulo de las Capitulaciones, forjadas sin acuerdo nuestro en
Zipaquira, en que se sienta su extrafiamiento y extincion de
Ia plaza que tenia en la Real Audiencia,
"Me parece muy conveniente que nosotros pOI'si y a nom-
bre de todos aquellos que a continuacion quisieren suscribir
con Vmds., solicitemos que nuestro !lustre Cabildo, pormedio
del mismo Ilustrisimo Sefior, pase carta a aquel Ministro ase-
gurandole de todo recelo pOl' nuestra parte, como que no he-
mos tenido la menor en su desautorizacion y extrafiamiento,
y de que estamos prontos no solo a verificar la restitucion de
su persona en su dignidad, facultades y honores, sino tambien
a defender pOI'todos los medios que nos sean posibles y hacer
que se obededcan sus superiores ordenes."

***
Las repetidas noticias de los progresos del movimiento co-
munal en las villas y ciudades de la Provincia de Tunja y de
la de Santa Fe; Ia de la rebaja de varias contribuciones y su-
presion de otras, decretadas el 14 de mayo por Ia Junta Gene-
ral de Tribunales, y la promulgacion de las Capitulaciones de
Zipaquira, orden ada por el Real Acuerdo de Justicia, fueron

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 167

recibidas por los vecindarios de los pueblos de la jurisdicción


de la ciudad de Antioquia, particularmente por la plebe, con
ostensibles muestras de entusiasmo.
Alentados con tales noticias los vecinos de varías lugares,
y con la esperanza de alcanzar un porvenir menos aflictivo,
entregáronse algunos de éstos a la siembra y beneficio del ta-
baco. Pero intelígenciado el Gobernador de la Provincia, don
Cayetano Buelta Lorenzana, por denuncias presentados ante
él, de la existencia de algunos tabacales de contrabando, en
varios parajes de la parroquia del Sacaojal y del pueblo de 80-
petrán, dió comisión al Alguacil Mayor y Regidor del Cabildo
de la ciudad don Bernardo González y Cossío, con la jurisdic-
ción y facultades que para su cumplimiento se requerían, para
que en compañía del Escribano y otras personas, y en caso
necesario de las más que tuviese por conveniente, pasase a
los parajes que indica el apunte que al efecto le entregaba, y
a los demás de que tuviese noticia de haberse sembrado taba-
co en ellos, e hiciese arrancar todo el que hallase y quemar
de modo que no quedase mata ni semilla que pudiese repro-
ducirse; y una vez reconocidos los reos los arrestase y condu-
jese presos a la ciudad de Antioquia, después de embargarles
por inventario formal los bienes que se les hallasen y deposi-
tarIos conforme a derecho.
Llegada la ronda al paraje de la Noarque el 20 de sep-
tiembre de 1781, pasó el Alguacil Mayor a la casa del campe-
sino Diego Montoya, uno de los sospechosos del fraude a la
renta, en cuyas tierras halló un tabaca1, todo el cual se arra-
só y quemó y se embargaron y depositaron los pocos semovien-
tes y demás bienes que aquel infortunado labriego poseía, no
habiéndolo reducido a prisión por haberse hallado enfermo de
gravedad.
Pasó aquel día el Alguacil Mayor a la casa de Juan de la
Lastra, libertino, en cuya finca se halló un tabacal cultivado
por el mismo, quien a poco se presentó con una espada desnu-
da en la mano, acompañado de más de cien hombres que ca-
pitaneaba, armados de lanzas, chuzos de palo, sables, mache-
tes y espadas, y cercando con las armas al Alguacil Mayor y
sus guardas, cubriéronlos de improperios y dijéronles a una
voz, que todos poseían sus tabacales, que pasaban de ciento,
y que los defenderían hasta morir. Y Pablo Flores, con la lan-
za. clavada en el suelo y demudado por la ira, díjoles que él
era uno de los muchos que poseían tabacales y que a costa die

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
168
su pellejo los habría de defender; que ellos no temían a las
bocas de fuego, ni les causaban miedo ni espando los tiritas
de pólvora. y levantando entonces la voz los del tumulto di-
jeron que ellos no obedecerían ni a Dios ni al Rey, y que del
Tablazo para abajo, donde residían, no pasaría persona alguna,
y que quien lo intentase debería ir confesado y comulgado.
Atemorizados el Alguacil Mayor y sus guardas, resolvieron,
para prevenir mayores peligros, suspender el embargo de los
bienes de Juan de la Lastra y omitir el reconocimiento de los
demás tabacales y regresar a la ciudad a llevarle la nueva al
Gobernador Buelta Lorenzana.
Mas como estaba premeditado el movimiento, uniéronse
el día 21 los moradores del paraje de la Noarque, el Tablazo,
Taxami, el Rodeo, la Miranda, los del Río Arriba del Cauca y
los de Quebrada Seca con los del Sacaojal y los del pueblo de
Sopetrán en nÚmero de más de ochocientos hombres, con las
armas referidas y unas doce escopetas y dos tambores, y pro-
clamaron para Capitanes a don Juan Bautista Herrera, veci-
no de la Miranda, y a Juan de la Lastra. Se apoderaron luego
del Paso del Río Cauca que va a la ciudad de Antioquia y de
tres canoas que allí había; y dueños de esta ventajosa posición
podían impedir el paso a los auxilios que de Medellín y Río-
negro se remitiesen al Gobernador; y quedaban además en li-
bertad para obrar ofensiva y defensivamente.
El Cura del Sacaojal don Vicente Celedón Jaramillo, de
quien los tumultuantes se valieron para que a su nombre ha-
blase con el Gobernador, como en efecto lo hizo en la noche
del 22, informándole del crecido número de sublevados, que a
una voz pedían la extinción de los estancos de tabaco y aguar-
diente, y que no se les impidiera la siembra ni el beneficio de
aquel. Sin embargo de la negativa del Gobernador a las peti-
ciones hechas por el Cura del Sacaojal en nombre de los suble-
vados, ofrecióse como intermediario el Cura Vicario y Juez
Eclesiástico de Antioquia, doctor don José Salvador Cano,
quien consiguió obtener de los tumultuantes que redujesen sus
peticiones a obtener el perdón general y la libre siembra y be-
neficio del tabaco en los pueblos de la jurisdicción de la ciu-
dad de Antioquia, y que continuasen en ella y los demás pue-
blos de la provinuia los estancos menlionados y la venta del
tabaco de Ambalema por cuenta del Rey; y habiéndoles conce-
dido el Gobernador lo último que aquellos tumultuantes pidie-
ron y que éste no podía negarles, sosegóse el tumulto y reti-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 169

ráronse los tumultual'ios a sus moradas el día 24 de septiem-


bre, cuando llegaron a unirse con ellos ciento cincuenta hom-
bres de la parroquia de San Jerónimo.
Ya, desde el 23, los cosecheros de tabaco del Sacaojal, So-
petrán y Quebrada Seca, habían elevado una representación
al Gobernador, sobre la petición que a su nombre había hecho
el Cura Vicario don Salvador Cano. La resolución, que no se
hizo esperar y que insertamos a la letra, dice:

"Antioquia y septiembre veinte y tres de mil setecientos


ochenta y uno.
"Vista la representación hecha por los cosecheros del ta-
baco de las parroquias del Sacaojal, Sopetrán y Quebrada Seca,
en que constan firmados sus nombres y apellidos en ella, por
sí y a nombre de los demás cosecheros que no firmaron, y en
atención a que es muy conveniente conservar la paz y evitar
los perjuicios que de lo contrario pueden ocasionar a la Repú-
blica, he tenido a bien el suspender el procedimiento que te-
nía pendiente contra los que habían sembrado tabaco; y les
concedo el permiso para que puedan proseguir en 10presente
en la siembra y beneficio de dicho tabaco, ínterin y hasta tan-
to que con dicha representación dé cuenta al Excmo. Señor
Virrey, que será en el próximo correo, para que si mereciese su
aprobación gocen constantemente de ese beneficio, de cuya
superior resolución se les dará noticia a su debido tiempo. Y
por lo que respecta al perdón general que solicitan, se lo con-
cedo en cuando puedo y alcanzan mis facultades; de modo
que por ello, ahora ni en tiempo alguno, se les podrá hacer
cargo, ni serán castigados por este Gobierno; lo que se cum-
plirá bajo el juramento que piden, y que se verificará todo se-
gún queda relacionado, con la expresa condición de que por
su parte han de cumplir prontamente lo que ofrecen en dicha
representación, retirándose a sus casas al cultivo de sus ha-
ciendas, sin -causar nuevos alborotos, inquietudes ni impedir la
venta del tabaco de Honda en sus respectivos estanquillos, se-
gún también tienen ofrecido, porque si lo contrario hicieren no
podrá tener efecto la gracia que se les concede. Y para que
tenga el correspondiente resguardo, se sacará testimonio de la
representación y de este decreto, autorizado del presente Es-
cribano, el que se les entregará en el día de mañana, veinte
y cuatro del corriente. Así lo proveyó, mandó y firma su Se-
ñoría el señor don Cayetano Buelta Lorenzana, Capitán del

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170 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Regimiento Provincial de León, Gobernador y Comandante


General de esta ciudad y su Provincia, por ante mí de que
doy fee.

"DON CAYETANOBUELTALORENZANA.- SIMÚN RO-


BLEDO, Escribano público y de Cabildo."

* **
Confirma el Virrey el Indulto concedido por el Goberna-
dor a los sublevados de Antioquia, en los términos que al te-
nor copiamos:

"He visto la representación de Vmd. de 8 de octubre y las


diligencias que la acompañan -dice- en que me manifiesta
el origen del alboroto ocurrido en esa Provincia y sujetos que
han hecho cabeza en él; providencias tomadas para conte-
nerlo, aunque sin efecto por no haberse podido juntar más que
veinte y siete milicianos blancos y cincuenta y siete de color,
de los cuales había huído la tercera parte, y del resto no se
podía confiar; noticias que se tuvieron de estar premeditada
la sublevación en la Provincia, por los habitantes del paraje
de la Noarque, el Tabalazo, el Rodeo, la Miranda, los del Río
Arriba del Cauca, Quebrada Seca, el Sacaojal y pueblo de So-
petrán, cuyo número pasaba de ochocientos; proposiciones he-
chas por los amotinados a instancias del Cura de Sacaojal,
para dejar las armas, con concesiones que les acordó ese Go-
bernador para conseguir el sosiego, y lo demás que en dicha
difusa carta me comunica Vmd.
"En vista, pues, de estas ocurrencias, he venido en con-
ceder, en uso de las facultades que me competen, Indulto y
Perdón General a los tumultuosos, con tal de que arrepenti-
dos de sus anteriores excesos, se mantengan en la debida su-
bordinación a la Real Justicia y respeten la autoridad Real."

"MANUEL ANTONIO FLORES. - JUAN DE CASA-


MAYOR."
* **
Sin embargo de los términos del Indulto, claros y preci-
sos, aunque lacónicos, limita el Virrey en ulterior providencia,
las concesiones hechas a los sublevados de Antioquia, que ha-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 171

bían depuesto las armas, y sosegados se habían retirado a sus


faenas campestres, merced al perdón general y a las gracias
ofrecidas por el Gobernador, se desdice con insidia maquiavé-
lica de sus primitivas determinaciones y ordena obrar con ma-
lignidad y disimulo contra los principales cabecillas de los tu-
multos que estallaron en aquella Provincia. La providencia a
que aludimos dice de verbo ad vérbum: o

"Reservada.-En mi carta separada, de esta fecha, COl1-


tesetando a la en que con la de 8 de Noviembre me da Vmd.
cuenta, en consorcio de los Oficiales Reales, de las ocurrencias
en esa Provincia; y sin embargo del Indulto y Perdón General
que en ella concedo a los sublevados, prevengo a Vmd. que
este Indulto no comprende a las principales cabezas del motín,
como don Juan Bautista Herrera, Juan de la Lastra y otros
que en el proceso de las diligencias que Vmd. me ha remitido
(y devuelvo para su continuación), se justifique haber aconse-
jado y dirigido a los sediciosos, sino que debe Vmd. proceder
contra ellos con la debida precaución y disimulo hasta apre-
henderlos; y logrado esto los remitirá Vmd. con sus respecti-
vos procesos a la R.eal Audiencia de Santa Fe, pretextando en
caso necesario otro motivo público, para evitar nueva fermen-
tación; encargando a Vmd. muy particularmente gobierne
esta providencia con el mayor pulso, para que por ella no se
altere la quietud, recelándose los culpados de que a ellos les
suceda lo mismo.
"Dios guardE; 8 Vmd. muchos años.
"Cartagena, 3 de Diciembre de 1781.
"Hay una rúbrica. - JUAN DE CASAMAYOR.

"Señor Gobernador de Antioquia."

***
Las noticias del levantamiento de Túpac Amaru y las muy
frecuentes del movimiento comunal d.el Nuevo Reino de Gra-
nada, a diario esparcidas, soliviantaron los ánimos de los ve-
cinos de Tumaco, quienes capitaneados por don Francisco Sán-
chez de la Flor, don Raimundo Montaña, don José Vallejo y
don Esteban Eraso levantaron el estandarte de la sedición allí,
el 7 de noviembre, y a los gritos de ¡Viva el Rey! y ¡Muera e~

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172 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

mal Gobierno! entraron en la casa de las administraciones de


tabaco, aguardiente y alcabalas y se apoderaron de las armas
de fuego que para su custodia había y de los géneros estanca-
dos que hallaron, con excepción del numerario y 8: archivo.
Asaltaron la real cárcel, dieron libertad a todos los presos y
destro~~aronel cepo. Exoneraron del empleo al Teniente de
Gobernador don Honesto Ramón Gómez, a quien atálldole de
manos lleváronlo a la cárcel y le pusieron un par de grillos;
mas como manifestase a los sublevados que aprobaba todo lo
hecho por ellos, quitáronle a pocas horas los grillos y pusié-
1'Onloen libertad con la expresa condición de que se mantu-
viese en el puerto, de donde consiguió evadirse a deshoras de
la noche en una canoa, llevando consigo los dineros públicos
de las administraciones de rentas, y fué a parar en Bal'bacoas,
donde lo ampararon las autoridades reales,
Aclamaron para Capitanes los tumultuantes a don Fran-
cisco Sánehez de la Flor y a don Raimundo MontaÚo y nom,
braron para Tp.niente de Gobernador a don José Vallejo y éste
designó para Secretario a don Esteban Eraso.
Contábanse entre los sublevados Vicente de la Cruz, Ig-
nacio Sudario, Baltasar y Andrés Quinteros, Simón Anas, Se-
verino Ulloa, Eugenia y Dominga Vallejos, Teodoro Prado,
Juan Agustín Salazar, Francisco Castillo, Ascencio Ortega,
Caseano Portocarrero, Bernardo Alarcón, Juan Manuel Alar-
eón, Tomás Ceballos Sudario, Eusebio Peña, Críspulo Sudario,
Juan Bautista Vallejo y muchos más.
Tampoco en Tumaco los sublevados comuneros se exce-
dieron en desafueros ni tropelías dignos del púb1ico escar-
miento.
Mantuviéronse con las pocas armas que pudieron reunir,
dueños de la situación allí, hasta fines del mes, cuando ya se
aproximaban las tropas que por orden del Gobernador de Po-
payán salieron en su persecución, de aquella y otras ciudades,
y dispersos se retiraron en distintas direcciones, huyendo del
castigo que pudiesen imponerles.

* **

Mantúvose el señor Caballero y Góngora en el Socorro des-


de el 14 de julio hasta el 3 de diciembre, habiendo visitado en
este tiempo la villa de San Gil.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 173

Los vecinos del barrio de Chiquinquirá, reunidos todos


procesionalmente, diéronle la despedida la noche del 15 de no-
viembre, con los cuartetos aconsonantados que a continuación
insertamos, los que fueron cantados con sonidos meloriosos
y variados.

"Villa del Socorro y Noviembre 15 de 1781.


"En dicho día, mes y año, por la noche, fueron los vecinos
del barrio de Chiquinquirá, de esta villa, a visitar al Ilustrísi-
mo señor doctor don Antonio Caballero y Góngora, dignísi-
mo Arzobispo de Santa Fe; llevaron en su compañía la ima-
gen de María Santísima, y cantaron los versos siguientes:

"En compañía oh buen Pastor


de aquesta estrella del mar,
os vienen a visitar
vuestras ovejas, Señor.

"Si nos permites licencia,


la que humildes pediremos,
obsequios te ofreceremos
en su divina presencia.

"Quisiéramos, Gran Señor,


con humildes sacrificios
recompensar los oficios
que has hecho a nuestro favor.

"Aquesta Villa afligida


conturbada se miró,
mas todo se suavizó
Señor, con vuestra venida.

"Pues cual otro Nicolás


De Mira, invicto Pastor,
con vuestro celo y fervor
has propendído a la paz.

"Se dignó vuestra piedad


tus misioneros mandar
viniesen a predicar
en tan gran calamidad.

Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia
174 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

"Quienes prontos estuvieron


como ministros celosos
y por caminos fragosos
aquesta Villa siguieron.

"Con fatigas y sudores,


con su ejemplo y su virtud
han puesto en paz y quietud
a todos sus moradores.

"Démosle gracias al cielo,


que por mano de este Marte,
en este lugar reparte
su piedad, paz y consuelo.

"Pues como héroe famoso,


en caridad encendido,
con gran celo ha conseguido
quietud, sosiego y reposo.

"y pues que por vuestra mano


y válida protección,
esperamos el perdón
del Monarca Soberano.

"Oh mar de benignidad


no nos déis con vuestra ausencia,
pues faltando tu presencia
se recela novedad.

"Con afecto singular


os suplica este rebaño
que aunque sea por sólo un año
mores en este lugar.

"De vuestra piedad espero


conseguir este favor;
el cielo os guarde, Señor.
Viva el señor Caballero.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 175

"Vuestra dignidad reciba


el corto obsequio que hacemos,
que a voces todos diremos:
el señor Góngora ¡Viva!"

A Charalá llegó el mismo día 3 de diciembre; pasó la pas-


cua de Navidad en Santa Rosa y arribó a Tunja el sábado 29
del mismo mes, donde permaneció proponiéndose realizar la
visita pastoral en los pueblos y lugares de la jurisdicción de
esta ciudad, luego que los misioneros acabas en de prepararle
los caminos, según sus propias palabras .

•••
En 30 de enero de 1782fulminó la Real Audiencia de San~
ta Fe la sentencia contra Galán y sus consortes, que ad pédem
lítterae dice:
"En la causa criminal, que de oficio de la Real Justicia se
ha SE'guidocontra Joseph Antonio Galán, natural de Charalá,
jurisdícción del Socorro, y demás socios presos en esta Real
Cárcel de Corthe, la que se halla sustanciada con audiencia
de las partes, y del señor Fiscal, habiendo visto los graves y
atroces atentados, que ha cometido este reo, dando principio
a su escandaloso desenfreno por la invasión hecha en Puen-
te-Real de Vélez, desde donde pasó a Facatativá para intercep-
tar la correspondencia de oficio y pública, que venía de la pla-
za de Cartagena para esta capital, acaudillando y capitanean-
do un cuerpo de gentes con las que sublevó aquel pueblo; sa-
queó las administraciones de aguardiente, tabaco y naipes,
nombró capitanes a los sediciosos y rebeldes, y faltando al sa-
grado respeto de la justicia, se hizo fuerte con formal resisten-
cia a dos partidas de honrados vecinos que salieron de esta
ciudad para impedir sus hostilidades, hasta el extremo de des-
armarIos y hacerlos prisioneros; y continuando su voracidad
y designios infames se condujo a Villeta y Guaduas, en donde
repitiendo los excesos del saqueo, atropelló también al Alcal-
de ordinario de esta Villa, don Joseph de Acosta, sacándolo
con improperio y mano armada del refugio y asilo que la ca-
lamidad le había obligado a tomar; le robó su tienda y repar-
tió los efectos, dejando nombrados Capitanes, continuó a Ma~
riquita, donde insultó al Gobernador de aquella Provincia, ejer-

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
176

ciendo actos de jurisdicción en desprecio de los que la tenían


legítima y verdadera; avanzó desde allí a la hacienda llamada
Mal-Paso, propia de don Vicente Diago, alzando a los esclavos,
prometiéndoles y dándoles libertad como si fuera su legítimo
dueño; robando muchas alhajas de considerable valor, de oro,
plata, perlas y piedras preciosas, bajando a Ambalema, en
donde ~'aqueó,destrozó y vendió cuantiosa porción de tabacos
pertenecientes a S. M. repartiendo mucha parte de su pro-
ducto a los infames aliados que le habían auxiliado en todas
sus expediciones; y continuando desde allí con algunos de
ellos a Coello, Upito, Espinal y Purificación; pidiendo y to-
mando dinero de los Administradores, regresó por la Mesa a
Chiquinquirá, atropellando en este pueblo, en compañía de
sus hermanos, a don Félix de Arellano, por haber oído decir
tenía orden de prenderlo; y últimamente se restituyó a Mo-
gotes, desde donde hecho el terror y escándalo de los pueblos,
que lo miraban como invulnerable y prestaban ascenso a sus
patrañas y fantásticas ilusiones, suscitaba y promovía por sí
mismo con hechos y dichos sediciosos nueva rebelión, escri-
biendo cartas a sus corresponsales, comunicándoles sus detes-
tables y execrables proyectos, suponiendo tener aliados que le
protegían, abultando el número de malvados secuaces y pue-
blos rebeldes; esparciendo por todas partes noticias de con-
moción, hasta que viendo frustrados sus infames designios se
puso en fuga con el corto número de secuaces que fueron apre-
hendidos con él, haciendo en este acto resistencia a la justicia,
por cuya causa se ejecutó una muerte y quedaron heridos al-
gunos. Teniendo presente los escandalosos hechos y enormes
infamias que ejecutó en todos los lugares y villas de su trán-
sito, saqueando los Reales intereses, ultrajando sus Adminis-
tradores, derramando y vendiendo los efectos estancados, mul-
tando y exigiendo penas a los fieles vasallos de S. M., nom-
brando Capit.anes y levantando tropas para con su auxilio co-
meter tan asombrosos como no oídos ni esperados excesos con-
tra el Rey y contra la Patria; siendo asimismo escandaloso y
relajado en su t.rato con mujeres de todos estados, castigado
repetidas veces por las justicias, y procesado de incestuoso con
una hija; desertor también del Regimiento Fijo de Cartage-
na, y últimamente un monstruo de maldad y objeto de abo-
minación, cuyo nombre y memoria debe ser proscrita y borra-
da del número de aquellos felices vasallos que han tenido la

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EL MOVlMIENTO COMUNAL DE 1781 1'17

dicha de nacer en los dominios de un Rey, el más Piadoso, el


más Benigno, el más Amante y el más Digno de ser Amado de
todos sus Súbditos, como el que la Divina Providencia nos ha
dispensado en la muy Augusta y Cathólica Persona del Señor
Don Carlos Tercero (que Dios guarde) que tan liberalmente
ha erogado y eroga a expensas de su Real Erario considerables
sumas para proveer estos vastos dominios de los auxilios es-
pirituales y temporales, no obstante los graves y urgentes gas-
tos que en el día ocupan su Real atención, habiendo estos
reos y sus pérfidos secuaces olvidado las piedades y gracias
que tan liberalm~nte se les habían franqueado por los Supe-
riores, afianzados en su Real Clemencia; atendida su estupi-
dez y falta de religión, vIendo el abm>oque hacían de ellas,
siendo ya preciso usar del rigor para poner freno a los sedi-
ciosos y malcontentos, y que sirva el castigo de este reo y sus
socios de eiemplar escarmiento, no pudiendo nadie en 10 su-
cesivo alegar ignorancia del horroroso crimen que comete en
resistir o entorpecer las providencias o establecimientos que
dimanan de los lep.:ítimosSuperiores, como que inmediatamen-
te representan en e~tas remotas distancias la misma Persona
de nuestro muy CathóHco v amado Monarca, para que todos
entIendan la estrecha e indispensable obligación de defender,
auxiliar y proteger cuant0 sea del servicio del Rey, ocurriendo
en caso de sentirs~ ap.:raviadosde los eiecutores a la Superio-
ridad. por los medio~ d~l respeto v sumisión, sin poder tomar
por sí otro arbitrio. ~ienr'loen p<;tp asunto cualquiera
.. opini6n
contraria. ec:ca,nd~lol'la.
prrónea v directamente opuesta al Ju-
ramento de fidelidad. Olle J1P:?ndoR. todo¡::.sin distinción (le
persona~. sexo. clases ni ec:taoo. por privilegiados Que sean.
obliga también mutnamente a <lelatar cualec:;ouieratransgre-
sores. va 10 sean con hee'ho o con palabras: v de su silencio
serán responsablec:;V tratrldos como verdaderos reos ~T cóm-
plices en el abominable crimen de Lesa-Majestad, y por tanto
merecedores de las atroces penas que las Leyes le imponen.
Siendo. pues, forzoso dar satisf::wción al público y usar de se-
veridad, lavando con la sangre de los culpados los negros bo-
rrones de infidelidad con que han manchado el amor y ternu-
ra con que los fieles habitantes de este Reyno gloriosamente
se lisonjean obedecer a su Soberano; condenamos a Joseph
Antonio Galán a que sea sacado de la Cárcel, arrastrado y lle-
vado al lugar del suplicio, donde sea puesto en la Horca hasta

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178 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

que natul'f'llmente muera; que bajado se le corte la cabeza,


88 divida su cuerpo en cuatro partes, y pasado el resto por las
JJ8.mas (para lo que se encenderá una hoguera delante del Pa-
tíbulo): su cabeza ."erá conducida a las Guaduas, Theatro de
sus escandalosos immltos; la mano derecha puesta en la plaza
del Socorro; la izquierda en la Villa de San Gil; el pie derecho
en Chal'alá. lugar de su nacimiento; y el pie izquierdo en el
Lugar de Mogotes: declarada por infame su descendencia, ocu-
pados todos sus bienes, y aplicados al Real Fisco; asolada su
Casa, :r sembrada de sal, para que de esta manera se dé alol-
vido su infame nombre, y acabe con tan vil Persona, tan detes-
table memoria, sin que quede otra que del odio y espanto que
inspira la fealdad del delito! Assí mismo, atendiendo a la co-
rrespondencia, amistad y alianza que mantenían con este in-
fame Reo, comunicándole las noticias que ocurraín fomentan-
do sus ideas, levantando Pueblos y ofreciendo sus Personas
para los más execrables proyectos, condenamos a Ysidro Mo-
lina, Lorenzo Alcantuz y Manuel Ortiz, quienes ciegamente
obstinados insistieron hasta el fin. en llevar adelante el fuego
de la rebelión, a que siendo sacados de la Cárcel y arrastrados
hasta el lugar del Suplicio. sean puestos en la Horca hasta que
naturalmente mueran; bajados después se les corten sus ca-
bezas y conduzcan la de Manuel Ortiz al Socorro, en donde fué
Portero de aquel Cabildo; la de Lorenzo Alcantuz a San Gil, y
la de Ysidro MoUna colocada a la entrada de esta Capital; con-
fiscados sus bienes, demolidas sus casas y declaradas por in-
fames sus descendencias, para que tan terrible espectáculo
sirva de verg"jenza y confusión a los que han seguido a estos
cabezas, inspirando el horror que es debido a los que han mi-
rado con indiferencia estos infames vasallos del Rey Cathólico,
bastardos hi10S de su Patria! Y atendida la rusticidad, igno-
rancia y ninguna instrucción de Hipólito Galán, Hilario Ga-
lán, Joseph Velandia. Thomás Velandia, Francisco Piñuela,
Agustín Plata, Carlos Plata, Hipólito Martín, Pedro Delgado,
Joseph Joachín Porras, Pedro Joseph Martínez y Rugeles, Yg-
nado Parada, Ygnacio Jiménez, Antonio Pabón, Antonio Diaz,
BIas Ant-aniode Torres y Balthasar de los Reyes, los condena-
mos a que sean sacados por las calles públicas y acostumbra-
das, sufriendo la pena de doscientos azotes, pasados por deba-
jo de la Horca con un dogal al cuello, asistan a la ejecución
del último suplicio a que quedan condenados sus Capitanes y

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1181 179

Cabezas; confiscados sus bienes, sean conducidos a los Presi-


dios de Africa por toda su vida natural, proscritos para siem-
pre de estos Reynos, remitiéndose hasta nueva providencia a
uno de los Castillos de Cartagena, con especial encargo para
su seguridad y custodia. Y usando de la misma equidad, con-
siderada la involuntaria y casual compañía en que se halla-
ron con Joseph Antonio Galán, Fulgencio de Vargas, Nicolás
Pedraza, Francisco Mesa y Julián Losada, les condenamos en
que para siempre sean desterrados cuarenta leguas en contor-
no de esta Capital, del Socorro y San Gil; y declaramos que
esta sentencia debe ser ejecutada sin embargo de súplica, ni
otro recurso, como pronunciada como a Reos convictos, con-
fesos y notorios; de la cual cumplida que sea, y puesto de ello
Certificación, se sacarán los testimonios correspondientes para
remitirlos a los Jueces y .Tusticias de S. M. en todo el distrito
de este Virreynato, para que leyéndola los tres primeros días
de mayor concurso y fijada en el lugar más público llegue a
noticia de todos, sin que nadie sea osado de quitarla, rasgarla
ni bon-arla, so pena de ser tatrado como infiel y traidor al Rey
y a la Patria, sirviendo este auténtico monumento de afren-
ta, confusión y bochorno a los que se hayan manifestado dís-
colos o menos obedientes, y de consuelo, satisfacción, seguri-
dad y confianza a los fieles y leales vasallos de S. M., reco-
nociendo todos el superior brazo de la Justicia, que sin olvidar
su innata clemencia castiga a los delincuentes y premia a los
beneméritos, no pudiendo nadie, en lo sucesivo, disculparse en
tan horrendos crímenes dp-conjuración, levantamiento o re-
sistencia al Rey o sus Ministros con el afectado pretexto de ig-
norancia, rusticidad o iniusto miedo; y mandamos a todos los
Jueces y Justicias de S. M. celen con la mayor escrupulosidad
y vigilancia el evitar toda concurrencia o conversación dirigi-
da a criticar las Providencias del Gobierno, procediendo con
el más activo celo contra los agresores o autores, ya de especies
sediciosas, ya de pasquines o libelos infamatorios por todo ri-
gor de derecho, dando oportuna y circunstanciada noticia de
cuanto ocurra a este Superior Tribunal, pues su más leve omi-
sión o disimulo en tan importante encargo, será el más grave
y culpable descuido que sin remisión les hará experimentar
toda la indignación y desagrado de Nuestro Muy Amado So-
berano, quedando manchada su conducta con la fea nota de
infidelidad; y de haber ejecutado esta sentencia en la parte

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J80 PABLO E. CARDBNAB ACOSTA

que les toca, darán cuenta a este Tribunal; por la cual defini-
tivamente juzgando, assí lo mandamos, fallamos y firmamos
en consorcio del señor don Francisco Xavier de Serna, nuestro
Alguacil Mayor de Corthe y Abogado de la Real Audiencia,
como Conjuez en esta causa.

"D. JUAN FRANCISCO PEY RUIZ. - JUAN ANTONIO


MON y VELARDE.- D. JOACHíN VASCOy VARGAS- PE-
DRO CATANI.- FRANCISCO XAVIER DE SERNA.

"Pronuncióse la sentencia de suso por los señores Virrey,


Presidente, Regente y Oydores. Licenciado don Juan Francis-
co pey Ruiz, don Juan Antonio Mon y Velarde, don Joachín
Vasco y Vargas, don Pedro Catani y Conjuez don Francisco
Xa.vier de Serna, Alguacil Mayor de la Real Audiencia y Chan-
cillería Real de S. M. en el Nuevo Reino de Granada, estando
en la Sala pública de Relaciones, en Santa Fe, a treinta días
del mes de enero de mil setecientos ochenta y dos años.

"PEDRO ROMERO SARACHAGA.

Concuerda con el original que queda en la Secretaría de


Cámara de esta Real Audiencia, de que certifico. (Hay una
rúbrica)."
'" '" '"
Esta sentencia fué puntualmente ejecutada en la plaza
principal de Santa Fe, el1 Q de febrero de 1782, a juzgar por lo
que consta en los informes de 31 de marzo de la Real Audien-
cia al Virrey Flores y al Rey de España, de los cuales inserta-
mos a la letra lo pertinente, que dice:

"Hallándose en esta capital un destacamento de quinien-


tos hombres, que la acertada resolución de V. E. proporcionó,
superando y venciendo todos los inconvenientes que a prime-
ra vista impedían su venida, se repitieron con mayor firmeza
las providencias para contener a los rebeldes y especialmente
para aprehender a Galán y sus socios, habiendo este infeliz y
demás reos sus compañeros sufrido la terrible sentencia que
se les impuso y ejecutó en la plaza pública de esta capital, fue-
ron remitidas sus cabezas a los respectivos sitios que en la sen-
tencia se señalan."

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EL MOVIM1ENTÓ COMUNAL DE 1781 1M
"Sustanciada la causa de Galán y sus socios y ejecutada
puntualmente la sentencia, de que este Tribunal da cuenta
por separado, con testimonio de los autos, empezó desde luego
la Justicia a ejercer con vigor las funciones de su ministerio
y poner freno a los infames rebeldes, los que cambiando su
execrable y sacrílega osadía en pavoroso miedo, sólo aspiran
a manifestar su obediencia y disculpar sus yerros con la ig-
norancia." (Archivo de Indias, Sevilla, 117-3-3'.
De la carta de 9 de febrero, dirigida de Tunja por el señor
Caballero y Góngora al Virrey Flores, destacamos los siguien-
tes pasajes:
"Después de despachado por la vía de Cartagena el prin-
cipal y duplicado de mi anterior de 3 del corriente, he averi-
guado lo que hay de cierto en el particular de la tropa de que
allí hablo y es a saber: Que no ha salido ninguna con las ca-
bezas y demás miembros de los ajusticiados, pues sólo parece
acompañaron a los conductores cuatro o seis soldados hasta
Zipaquirá, y que desde aquí los van conduciendo de Justicia
en Justicia. La gente al parecer se conmueve algo, pero esta
noticia más la atribuyo a lástima que tenga, que no a nove-
dad que intente.
"Aunque el castigo de los reos -prosigue- lo supongo
justísimo, diré a Vuestra Merced la glosa que se hace por mu-
chas gentes acerca de la providencia que se ha tomado de po-
ner la mano derecha de Galán en la plaza del Socorro, y ar-
guyen, pues, así: 'Este reo no fué natural del Socorro sino de
Charalá; don Salvador Plata en carta al Alcalde le pide que
entre los hombres que le mandase fuese alguno que conociese
a Galán, lo que prueba que no sólo no era de allí, sino que ni
aun le conocían; tampoco fué nombrado Capitán por los del
Socorro en la primera rebelión, ni tampoco en la segunda con-
moción pasó al Socorro'."

Don Angel Camacho Baños, español, dice en su opúsculó


sobre "Sublevación de Comuneros en el Virreinato de Nueva
Granada en 1781", refiriéndose a la sentencia:

"Inmediatamente se procedió al cumplimiento de la sen-


tencia, siendo ejecutados en la Plaza de Santa Fe los reos Ga-
lán, Molina, Alcantuz y Ortiz el día 1Q de febrero, pronuncian-
do a continuación una plática el padre Acero, franciscano, so-

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iS2 PABLO E. CARDENAS ACOS'1'A

bre la justicia conque se había procedido en aquella causa y


el deber que los pueblos tienen de obedecer y respetar al Go-
bierno, colocándose los miembros de los ajusticiados en los
lugares designados en la sentencia." (pág. 58).

•••
La cabeza de Galán fué enviada de Santa Fe el 19 defe~
brero, por Facatativá y Villeta a Guaduas, donde se recibió el
día 3 como a las cinco y media de la tarde, y el 4, a las nue-
ve y media de la mañana, quedó fijada en una jaula de ma-
dera, a la entrada del lugar, sobre un madero de considerable
altura.

L-osdocumentos comprobatorios son los siguientes:


"Señor doctor don Pedro Romero Saráchaga.
"Hoy, día de la fecha, como a la una de la tarde, poco más
o menos, recibí un cajón clavado, que me entregó el Cabo Juan
Pérez y dos soldados, el que habiéndolo abierto, como se me
previene, hallé la cabeza de Joseph Antonio Galán, y volvién-
dole a clavar inmediatamente, le remití a la Justicia de Ville-
ta, según y como Vmd. me lo previene, cuya razón se servirá
darla a ese Real Acuerdo.
"Dios Nuestro Señor guarde a Vmd. muchos años.
"Facatativá, Febrero dos de mil setecientos ochenta y dos.
¡
"HERMENEGILDO CONTRERAS.'"
. "Muy señor mío:
"Recibí los ejemplares que de orden de la Real Audiencia
me remite, que han llegado a mi mano como a las once y me-
día, hoy que contamos tres del corriente; su fecha 19 del mis-
mo, y en su observancia, luego, al punto, hice publicar en ban-
do, según se previene, en esta Villa, y al mismo tiempo remití
dos ejemplares a las justicias de mi distrito, para el mismo
efecto.
"En el mismo día, como a las cinco y media de la tarde,
recibí un cajón con dos conductores, y en él la cabeza de Josef
Antonio Galán, que vista por todo el Congreso, por ser ya tar-
de se pasó a la cárcel pública, con la custodia necesaria; y hoy
cuatro, como a las nueve y media del día, quedó fijada en una
jaula de madera, a la entrada de esta Villa, en un madero de
considerable altura y en la parte más pública, mirando para

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EL MOVIMIENTO COMUNAL OE 17ál 183

el sitio de Charalá, lugar de donde era nativo, quedando a la


mira a poner en ejecución lo más que en dicha orden se me
previene.
"Nuestro Señor guarde la vida de V.mr. muchos años con
toda perfección.
"Guaduas y Febrero 4 de 1782.
"Besa la mano de V.mr. su afectísimo servidor,

"JUAN JOSEF OSORIO y MEDINA." (Rubricado).

"Al señor doctor don Pedro Romero Saráchaga.."

•••••••••
Las cabezas y cuartos restantes de los ajusticiados fue-
ron enviados de Santa Fe el 19 de febrero, por Zipaquirá, Uba-
té, Chiquinquirá, Leiva, Tunja, Sogamoso, Mogotes, San Gil,
el Socorro y Charalá, conforme a los comprobantes siguientes:

"Muy señor mío:


"En cumplimiento del superior orden del Real Acuerdo,
que V.mI'. se sirve comunicarme por su carta de 1Qdel corrien-
te, para que haga reconocimiento de las piezas de cuerpo hu-
mano, que condujo hasta esta parroquia el Cabo Lorenzo Fer-
nández, practiqué el que demuestra la diligencia que por tes-
timonio acompaño; que concluídas siguieron en los mismos
cajones inmediatamente a su destino.
"Dios Nuestro Señor guarde a V. mI'. muchos años.
"Zipaquirá, Febrero 3 de 1782.
"Besa la mano de V.mr. su atento servidor,

"CARLOS DE BURGOS" (Rubricado).

"Señor doctor don Pedro Romero Saráchaga."

•••••
"Muy poderoso Señor.
"Señor:
"El día tres del corriente se me entregaron cuatro cajo-
nes que contenían las truncadas cabezas y partes de los ajus-
ticiados en la capital, por el justo superior mandato de V. rec-
titud; y las reconocí por ante testigos, dando inmediatamente

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184 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

cumplimiento, para que con toda seguridad se llevaran por su


derrota a los destinos, como lo acredito por la adjunta certifi-
cación que con individualidad expresa cuanto se practicó en
este pueblo; y la prontitud con que llegaron los conductores
a trasportarlas a Chiquinquirá; lo que hago preséute para ma-
nitestacion de mi obediencia, y por prevenírseme que dé pron-
to aviso en negocio ue tanta Importancia y tan convE:niente a
la tranquilidad de el públíco.
"Dios Nuestro SeÚor guarde la importante vida de V. A.
los muchos años que neceSlCaeste Reino para su acertado go-
bierno.
"Ubaté, 5 de Febrero de 1782.
"Muy poderoso Señor.
"Puesto a la pIedad ue V. A. su hel, ooediente y rendido
&úbdíto,
"Doctor FRANCISCOGONZALl!..Z .iVIARRIQUE."

"Yo el doctor don Francisco González IVlanl'ique, Abogado


de la Real Audiencia de Santa Fe, Teniente de Conegidor y
Justicia lViayorae el partido ue Ubaté, certii1co en la manera
que puedo y debo y haga fe para an'~elos señores que la pre-
sente vieren, cómo hoy día de la fecha, sitndo como las cinco
y cuarto de la tarde, poco mas o menos, me llegó a buscar en
este pueblo Joaquín Mél1.dez,vecmo de la parroqUia de Zipa-
quirá, según él me dijo llamarse, y éste me entregó en presen-
CIa de don Josef de Casa80la, Auministmdor de aguardientes
de este partido y de don J 08e1Rodríguez, mdio GoOernador
de la parte de Gacha, en este pueblo, es a saber: ocho pliegos
cerrados y lacreados: dos dirigidos al Corregidor de Tunja, otro
al de Sogarnoso, otro para las Justicias de la Villa de el Soco-
rro o para las de San Gil, otro para Charalá, otro para Mogo-
tes y otro rotulado a las Justicias de este partido, el que abrí
inmediatamente y hallé que dentro se contenían dos cartas
del doctor don Carlos Burgos, Corregidor de Zipaquirá, diri-
gidas a mí, la una con fecha de este mismo día y la otra sin
expresar el día, con sólo el aÚo; por la primera se me prevenía
el que hiciera el reconocimiento de dos cabezas, dos brazos y
dos piernas de los facinerosos ajusticiados Josef Antonio Ga-
lán, Manuel Ortiz y Lorenzo Alcantuz; y la otra en que me re-
mitía un ejemplar impreso que contenía la sentencia pronun-
ciada por los señores de la Real Audiencia, en la causa segui-
Ua contra los ya mencionados y demás criminosos aliados y

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EL MOVIMIENTO COMUNAL bE 1781

confederados con dicho Galán, la que al punto respeté con la


demostraciones que son debidas al solio de mi Soberano y su
Reales Audiencias; y puesto en pie, en demostración de mi va
sallaje, por hallarme destacado, la ley; y entendí y quedé rE
suelto a cumplir y verificar en la parte que se me manda, ta:
justa como sabia resolución; e inmediatamente pasé a la pueI
ta de la cárcel, acampanado de los dichos y de el Alcalde do,
Josef de la Torre y otros vednos de penetración e mteligenci
para hacerse cargo de cualquier asunto y llamé los tres mdic
Gobernadores, dicHO don Josef Rodríguez, don Antonio Chm
maque y 0.011 Agustín Ca.bézas; y en presencia de toaos me er
trego el conaucwr lVlenuez y otro, vet:lllOSde Zlpaqulfá, cuatl
cajones que habian traIuo en una OeS¡;la,lOS que mee aorJ
en presencia ue touos, y .nal1eque venían dOScaDezas, aoson
zos y dos pIes; y al lllS¡;ate !OrIne cuerpos ae guardIa para qu.
guaruasen las p.LE:za:s o.e estos aJ ust.LClaUOS, y nombre eonaue
tores que sIgUleran aUeH;in¡,eC011lOSpuegos y lOScajo:ues Ci.'.
conteman Ulcllas panes; y eSLOSfueron IgnaclO Rmcon, 1-',
dro Albornoz, Gregario Uuml::z y Joaquin ue lV.1U.L"Cla, a 4.I.W::1.1
le.) eluregue !Os UIC1WS Cd.Júnes,preVll.ll~ndOleslOSl1l::val- ••n cu.
'i.oda pronLHua a la p ••L1uqUld.ue CtHqulIlqull:a y que lOSen
tregasen a la.s JU.:>LlCli::Wu.t::clla, é:ll la pUel'La ae la ~dl'Cel,po
ante tesugus; l' lo.:ii:;ll::Lc
pliegos qUcLtnia recli:Jluo~se lOS G
pard. que ver:i.llcasen Igual el1Lfega.,e~ef1Olel1u.ocarca renllsiv.
C0n iguales expre':;lOnes y tIlC,U'gos que contenían las CJ.lnglUa
en mI pliego, encarga.llo.Oles :>uúre Wi10 la mayor orevedau, ql.l
ue lo COllGranOSE:ran t;a&Ugauos por 1'E:spul1saoles,con toa,
sevenuaci; y asmllsmo ell eSLeuía he C1ao.orespuesta cie las cal
Las al a.ícno doc~or don Carlos Burgos, uanQO tamoien la cu
blerta del plIego a rl1í ulflglCi,U,con la nota rubricada Qe nabe
recibido; y por pl'evenirseme que de todo dé cuenta a los St
ñores de la Real AudIencia, con la brevedad que píde la irn
portancia del asunto, doy la pl"esente en Ubaté, a tres de Ft
brero de mil setecientos ochenta y dos años, firmando con te~
tigos a quienes les consta el tenor de ésta, por no haber escr
bano.
"Doctor FRANCISCO GONZÁLEZ lVIANRIQUE.- JUA~
JOSEF DE CASASOLA. - Testigo, HENRIQUE ANTONlt
A~VIA
y A. - Testigo, JOSEF ANTONIO V ÁSQUEZ.
"Fuí presente, JUAN JOSEF DE LA TORRE."
***

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186 PABLO E. CARDEN AS ACOSTA

"Muy poderoso Señor.


"Habiendo la noche del día 7 de este mes recibido los cua-
t.ro cajones que contenían dos cabezas, dos piernaJ y do.::bra-
zos de hombres y los pliegos rotulados para el Socorro, San
Gil, Mogotesy Sogamoso, lo remití todo al siguiente día al Co-
rregidor de este último partido, como Juez más inmediato; y
he practicado las demás diligencias que reza el adjunto do-
cumento y acredita el expediente original que para en esta
Escribanía pública. Lo que comunico a V. A. en cumplimiento
de este soberano precepto.
"Dios guarde la importante vida de V. A. los muchos años
que deseo.
"Tunja y Febrero 15 de 1782.
"Muy poderoso Señor.

"EUSTAQUIO GALAVIS." (Rubricado).

"Yo el infrascrito Escribano público de el número de esta


ciudad de Tunja, y su jurisdicción certifico: que el jueves que
contamos siete del corriente mes entraron en esta dicha ciu-
dad cuatro cajones remitidos por los Alcaldes ordinarios de la
Villa de Leiva al señor Corregidor y Justicia Mayor de esta Pro-
vincia, los que habiendo abierto y reconocido en esta cárcel
pública, hallé en ellos dos cabezas, dos piernas y dos brazos de
11ombres;y habiéndolos vuelto a cerrar y tapar, como a las
seis y media de la noche, que fué la hora en que llegaron, se
quedaron resguardados y custodiados en la misma cárcel, has-
ta el siguiente día, que de orden del mismo señor Corregidor
se remitieron con el correspondiente oficio, junto con los plie-
gos rotulados para las villas del Socorro y San Gil y lugares
de Mogotes, Charalá y Sogamoso, al Corregidor de este último
partido, como a las tres y media de la tarde; de todo lo cual
acusó recibo, por ausencia de aquel Corregidor el Pedáneo Fe-
lipe Romero, en carta de diez de este mes, en la que expresa
haber hecho conducir dichos cajones y pliegos sobrantes a sus
destinos; y que quedaba practicando las demás diligencias
prevenidas por la Real Audiencia, en el ejemplar de la sen-
tencia pronunciada contra el infame Josef Antonio Galán y
sus socios. Asimismo certifico que por el referido señor Corre-
gidor y Justicia Mayor de esta Provincia, a son de caja y voz
de pregonero, se ha hecho promulgar en días de concurso y

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EL MOVIMIENTO COl4UNAL DE 1781 187

fijar en las puertas de este Ayuntamiento la referida senten-


cia, cuyo ejemplar ha también remitido con orden a los Ca-
bildos de la jurisdicción de esta Provincia, para que la hagan
publicar en los lugares y parroquias de sus respectivos distri-
tos, según que todo consta y parece de lo practicado y del ex-
pediente de su asunto que para en la Escribanía de mi car-
go; y porque conste, de mandato del referido señor Corregidor
y para dar la cuenta prevenida a los señores de la Real Au-
diencia de Santa Fe, doy y firmo la presente en esta referida
ciudad de Tunja, en quince días del mes de Febrero de mil
setecientos ochenta y dos a..iíos.

"FRANCISCO ANTONIO ESCAMILLA,Escribano Público


del Número."

•••••••••

"Muy poderoso Señor.


"Señor:
"El Teniente de Corregidor del partido de Sogamoso y Dui-
tama informa a V. A. que hallándome en esta parroquia el día
quince del que gobierna, a cosa de las nueve de la noche, re-
cibí un pliego del Alcalde de la parroquia de Onzaga, por la
que dice conduce las piezas de Josef Antonio Galán y sus com-
pañeros; y al mismo recebirla pasé en compañía de los Alcal-
des a la Real Cárcel de ésta; y habiendo hecho judicialmente
el registro, viendo lo que V. A. previene, pusimos cuerpos de
guardia, prevenimos una viga para poner el pie izquierdo de
dicho Galán, el que con efecto se puso y está puesto en esta
plaza; y conducimos al día siguiente el resto de las piezas a la
Villa de San Gil, como más inmediato, junto con los pliegos,
de lo que se nos mandó recibo por don Diego Meléndez, miem-
bro de aquel Cabildo, de lo que doy noticia a V. A.
"Dios guarde a V. A. su importante vida.
"Parroquia de Mogotes, Febrero 16 de 1782.
"A la piedad de vuestra alteza, vuestro rendido y humil-
de servidor,
"Doctor JOSEF GREGaRIO SUAREZ."

•••••••••

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188 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

"Muy señor mío:


"Recebimos la de Vmd. que acompañó a los 4 ejemplares
de la sentencia pronunciada contra el rebelde e infame Josef
Antonio Galán; inmediatamente el cuarto de éste y cabeza
de el socio Ortiz, cuya entrega se hizo como a eso de las dos
de la mañana del día diecisiete, en el cual, como a eso de las
nueve se hizo pública la sentencia en concurso de muchísima
gente: y en la noche, a eso de las diez u once, (por no haber
verdugo ejecutor que pudiese verificarlo de día), se hizo colo-
car por mano de uno vil, la mano o cuarto en esta plaza, en
una vara clavada la mano; y la cabeza a la entrada de esta Vi-
lla, alIado del barrio de Chiquinquirá, en los mismos términos
que el cuarto; y ayer, viernes, veinte y dos, se repitió la pu-
blicación en igual concurso, sin que en todo lo referido se haya
experimentado conmoción ni rumor de ella, y antes si grande
respeto y acatamiento. pues siempre que se mentaba en el pre-
gón a Nuestro Cathóllco Monarca, todos reverentemente se
destoca.ban. Pal'ticip~Lmosloasí para la inteligencia de su re-
cibo y de que quedamos practicando lo demás que se nos pre-
viene.
"Dios guarde a V.mr. muchos años.
"Socorro y Febrero 23 de 1782.
"Besa la mano de V.mr. sus servidores,
"Doctor JOSEF IGNACIO ANGULO y OLARTE. - LUIS
FERNANDO CÉSPEDES.

"Señor Secretario doctor don Pedro Romero Saráchaga."

***

"Muy señor mío:


"La de Vmd. con fecha primero de Febrero de este pre-
sente año de mil setecientos ochenta y dos, recibí el día dieci-
siete, como a las once del día, adjunta el testimonio de la sen-
tencia dada y ejecutada contra Josef Antonio Galán, reo ajus-
ticiado, con el pie derecho; y en cumplimiento de lo mandado,
y haber en todo y por todo cumplido con lo que Su Alteza

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 189

manda, se servirá usted que la adjunta se ponga en mano del


Superior Tribunal.
"Dios guarde a usted muchos años.
"Parroquia de Monguí de Charalá, Febrero 25 de 1782.

"MIGUEL MEJíA REYES.

"Señor doctor don Pedro Romero Saráchaga."

"Muy poderoso señor.


"Señor:
"El Alcalde de la parroquia de Monguí de Charalá, con
todo rendimiento hace presente a Vuestra Alteza que con car-
ta de vuestro Alcalde ordinario de la Villa de San Gil, don Die-
go Meléndez, se le remitió un pliego cerrado con un cajón, en
el que venía la pierna y pie derecho de Josef Antonio Galán,
reo ajusticiado por sus notorios y justificados delitos; y pre-
cediendo la apertura del pliego, encontré la orden de Vues-
tra Alteza, acompañada con una carta de vuestro Secretario
de Cámara, y impuesto en lo que se me ordena y manda. obe-
decí y puse en ejecución lo preceptuado; habiendo hecho abrir
el cajón en que venía la pierna y pie derecho de Josef Antonio
Galán, y convocando las gentes a la puerta de la cárcel de esta
parroquia, y habiéndose manifestado este espectáculo, en el
mismo instante se publicó todo el contexto de la sentencia, en
claras voces, por Luciano Olave, pregonero y alguacil de esta
parroquia; y en el mismo instante hice clavar una vara muy
alta en la mitad de la plaza, y en ella se fijó la pierna y pie
derecho del mencionado Galán, poniendo centinelas para res-
guardo de alguna extracción, y continuando hasta esta fecha
en dicho ejercicio.
"Con fecha diez y nueve del corriente se publicó el Supe-
rior Orden, por voz del mismo pregonero, siendo este día el de
mayor concurso y en que por ser el de la feria general concu-
rren de todas partes a este lugar; y en el día veinte y cinco
del mismo mes se volvió a pregonar, por voz del mismo prego-
nero la sentencia de Josef Antonio Galán y sus socios, presua-
diéndome no habrá quien en· adelante alegue de ignorancia
ni se persuada a que los excesos y delitos queden sin castigo.
"Y pareciéndoll,le haber cumplido con ciega obediencia lo
que Vuestra Alteza se digna mandarme, como también por mi
desvelo y vigilancia en cumplimiento de mi oficio, se halla este

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190 PABLO B. OARDBNAS AOOSTA.

lugar quieto, sosegado y las administraciones de Real Hacien-


da en su establecimiento; esto sf con la ayuda y esfuerzo de los
honrados vecinos que tiene esta parroquia, los que unidos con
la Justicia propenden al exterminio de los agresores y tranqui-
lidad publica; y pareciendome ser del agrado de Vuestra Al-
teza que los reos de lesa majestad y otros de innumerables de-
litos que tengo en esta carcel, sigan en derechura para esa de
Santa Fe 0 a las tabrlcas de Cartagena, Vuestra Alteza me co-
municara sus ordenes, pues con el motivo de remitirlos a la
matriz, que es el Socorro, todos huyen y se quedan sin casti-
go; los demas sin ejemplo de castigo y el Juez vendido y sen-
tenciado por cada uno de los reos, que solo maquinan de que
modo pueden vengarse de quien los castiga y contiene en sus
excesos. Experimentalmente se estapalpando y la experiencia
me obliga a representar a Vuestra Alteza esta necesidad, pues
si estos malvados no tuvieran ni hubieran tenido el patrocinio
del Socorro, no hubieramos experimentado levantamientos, al-
zamientos de vecinos honrados, ni robos de sus haciendas; y
todo fuera y hubiera sido paz y quietud.
"Dios Nuestro Senor guarde por muchos afios la impor-
tante vida de Vuestra Alteza, para amparo de esteReino.
"Parroquia de Monguf de Charala, Febrero 25 de 1782.
"Muy poderoso senor.
"MIGUEL MEJiA REYES."

Nota marginal. "Escrfbase a este Juez, por nuestro Escri-


bano de Camara, advirtiendole se queda enterado en el cum-
plimiento que ha tenido 10 mandado; y de que debe acreditar
haber cumplido la sentencia en todas sus partes ... Hay cua-
tro rubricas. Pedro Romero Sardchaga."

***
"Muy poderoso senor.
"Senor:
"El dia diez y sets del mes de Febrero de este presente afio,
se recibieron de mana del Teniente de Sogamoso y Alcaldes
partldarios de la parroquia de Mogotes los cajones en los cua-
les se recibieron una pierna y brazos de Josef Antonio Galan
y las cabezas de Manuel Ortiz y de Lorenzo Alcantuz, con los
ejemplares de la sentencia; yen el mismo dia se remitieron al
Socorro los cuartos que se habian de poner alli; y el pie dere-

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BL MOVIMIENTO OOMUNAL DE 1781 191

cho a Charalá, como se previene; y por lo que respecta a la


ejecución de la sentencia en esta Villa, fué colocada la cabeza
de Lorenzo Alcantuz en una esquina de una calle de los luga-
l'es más públicos y de tráfico; y la mano izquierda también se
puso en otro lugar, también de los de mayor trajín y a la den-
trada de esta Villa, en cuyos lugares quedan en columnas altas
de madera contra éstas los referidos cuartos, con clavos de fie-
rro. La referida sentencia se promulgó en los tres días man-
dados y de mayor concurso, que lo fueron el día diez y siete,
veinte y tres y veinte y cuatro del próximo pasado Febrero; y
sólo resta dar parte a V. A. de que igual publicación se hizo
en las parroquias de esta jurisdicción, y se verificará en el pró-
ximo venidero correo, pues por lo que respecta a esta Villa,
queda todo cumplido como se previene, y se hace presente a
V. A. en cumplimiento de la obligación de poner en ejecución
lo que se manda por esee Regio Tribunal.
"Nuestro Señor guarde la real persona de V. A. muchos
años, para amparo de sus Reinos.
"Villa de Santa Cruz y San Gil y Marzo ocho de mil sete-
cientos ochenta y dos años.
"Muy poderoso señor.
"Puestos a los pies de Vuestra Alteza sus más atentos
súbditos.

"FRANCISCO BASILIO DE ACEVEDO.- DIEGO ME-


LÉNDEZ DE VALDÉS."

'" '" '"

En carta de 21 de febrero decía el Alcalde Angula y Olar-


te al señor Caballero y Góngora;
"Hállase el brazo derecho de dicho rebelde (Galán). fi-
jado en la plaza de esta Villa, en una vara clavada la mano
y la cabeza de Manuel Ortiz en iguales términos, a la entrada
de esta Villa, a orilla de la quebrada Guayacá, al lado del ba-
rrio de Chiquinquirá; y aunque también se creía que pudie-
ran quitar estos cuartos, no se ha experimentado cosa la me-
nor, ni rumor de ello."

y el Cura de Oiba D. Filiberto José Estévez, en carta de 4


de marzo, dirigida al mismo Prelado, le decía:

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92 PABLO B. CARDENAS ACOSTA

"Quince días ha que llegaron los cuartos de Galán y sus


Jrnpañeros. En la plaza del Socorro pusieron el brazo y en
t entrada de la Guayacana la cabeza de Ortiz. Allí se man-
tenen sin más guardia que la de los elementos; y ni cuando
egaron ni después que los pusieron, ni cuando leyereron la
?ntencia ha habido quien hable palabra. Todos confiesan 10
lsto de la sentencia, y sólo, si es que acaso hablan, dicen que
)Íos los libre de que por ellos venga tan lastimoso espectácu-
l. No hay que dudar, Ilustrísimo Señor, que están cobardes,
:tn tímidos y compungidos de 10pasado, que quisieran más,
ntes sepultarse vivos que padecer los sustos que por instan-
es padecen. No hay hombre que tenga valor para siquiera
espirar con desahogo; de suerte que antes mueven a compa-
ión y pena al oirles relatar sus trabajos. Están tan obedientes
sujetos a los Curas y Justicias, que no hay sino mandar y
bedecer."

* '" *
Después de una ausencia forzosa de nueve meses, de San-
3.Fe, restituyóse a la ciudad, procedente de Cartagena, el Re-
ente Visitador General don .Juan Francisco Gutiérrez de Pi-
.eres, el 13 de febrero de 1782.

'" '" *
Atemorizados los pueblos del Virreinato con la sentencia
¡roferida contra Galán y sus consortes, sólo confiaban en la
¡az para reponerse de los temores que abrigaban y alcanzar
a tranquilidad, cuando el Regente Gutiérrez de Piñeres con-
,acó a sesión al Real Acuerdo de Justicia el 21 de febrero, y a
nstancias suyas acordó una prevención que fué promulgada
lar bando y por carteles, la cual en su primer artículo pres-
:ribe lo que a la letra insertamos, a saber:

"I. - Todos los que tuvieren en su poder papeles, cartas,


)asquines, versos, capitulaciones o cualquiera género de es-
:ritos o libelos infamatorios, pertenecientes a las pas::tdas re-
roluciones o sus incidentes, en este Reyno y los del PerÚ, con
os que sucesivamente hubieren, los manifestarán inmediata-
nente, poniéndolos en la Escribanía de Cámara de este Real
t\cuerdo, delatando quien sepa los tiene y no los manifiesta;

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 193

y aunque nadie es culpable hasta ahora en tener por pura cu-


riosidad estos escritos, si con todo quisiese evitar el descubrir
su nombre, podrá por medio de un criado y con cubierta hacer
su entrega, pues no se preguntará de quién son; y cuando no,
por medio del confesor, verificándola dentro del preciso tér-
mino de ocho días de esta publicación, sin que nadie en lo su-
cesivo pueda hablar, criticar, censurar ni discurrir sobre este
punto, ni sus causales, que nunca deberán ocupar lugar en
la memoria, y sí darse para siempre al olvido tan desgracia-
dos acaecimientos; pues de lo contrario, si es persona vil, será
sacado a la verguenza y condenado por seis años a presidio;
y si es noble, multado en quinientos pesos y desterrado por seis
años."

***
Convocó asimismo el Regente a sesión al Real Acuerdo de
Justicia, para el 18 de marzo, y a instancias suyas los miem-
bros de aquella entidad "Acordaron declarar, como por el pre-
sente auto declaran, por nulas, insubsistentes y de ningún
valor ni efecto todas las gracias, dispensas y rebajas de reales
derechos y formalidades para recaudarlos, que concedió la Jun-
ta que hubo en esta capital, por la sesión celebrada el día ca-
torce de Mayo del año próximo pasado, y las inicuas Capitu-
laciones propuestas por el Jefe de los rebeldes, cuando se ha-
llaban unidos en forma de ejército cerca de Zipaquirá, su apro-
bación y ratificación. Y consiguientemente mandaron se re-
cojan originales y archiven todos los ejemplares que de unas
y otras se hayan comunicado, como también las diligencias
practicadas sobre su publicación, con encargo a las Justicias
que sin pérdida de tiempo las remitan sin que quede copia,
por lo que conviene borrar, si es posible, de la memoria de los
hombres los desgraciados sucesos que motivaron aquellas in-
voluntarias condescendencias."
"Que desde luego y sin pérdida de tiempo -consta en la
misma acta- se libren reales provisiones por separado a los
Cabildos del Socorro y San Gil, para que recojan y remitan el
título de Corregidor que se expidió a favor de Juan Francis-
co Berbeo, tilden y borren las actas que en su cumplimiento
y para ponerle en posesión, se hayan celebrado, y le hagan
saber cese en el ejercicio de este empleo."

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194 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Firmaron esta acta el Regente don Juan Gutiérrez de Pi-


íieres, y los oidores don Juan Francisco pey Ruiz, don Juan
Antonio Mon y Velarde, don .Joaquín Vasco y Vargas y don Pe-
dro Catani, de los cuales los dos últimos salvaron sus votos, a
juzgar por los informes por ellos dirigidos al Rey.
"Las resoluciones de las Audiencias -dice Ayala- se to-
maban por acuerdo de la mayoría, tanto en asuntos civiles
como criminales, pudiendo salvar su voto el oidor que no com-
partiere el criterio de la mayoría y escribir su opinión al Rey.
"Las sentencias y autos interlocutorios se firmaban por
todos los que habían estado presentes a la votación, incluso
por los que hubieran emitido voto contrario al de la mayoría."
(Diccionario de Gobierno y Legislación de Indias, t. II, pág. 11).

***
Merced a las reiteradas instancias del señor Flores, deter-
minó el Rey en 26 de noviembre de 1781, relevarle del mando,
en conformidad con la siguiente real providencia:

"Don Manuel Antonio Flores, Teniente General de mi


Real Armada' Virrey, Gobernador y Capitán General del Nue-
vo Reino de Granada y Presidente de mi Real Audiencia de
Santa Fe de Bogotá, sabed: Que teniendo presente, que según
me habéis expuesto en representación de once de Julio últi-
mo, vuestros accidentes casi habituales no os permiten soste-
ner con la actividad que inevitablemente se requiere las ta-
reas y fatigas anexas e inseparables de vuestro mando, he ve-
nido en condescender a vuestra solicitud de relevaras de él y
en consecuencia he nombrado para que os suceda interinamen-
t€ y por vía de comisión al Mariscal de Campo de mis Reales
Ejércitos don Juan Pimienta, Gobernador de la Plaza de Car-
tagena de Indias."

***
Con la orden aludida de 26 de noviembre y la real cédula
de la misma fecha, por la cual se nombra para Virrey, interi-
namente, a don Juan Pimienta, recibidas el 27 de marzo de
1782, dióle posesión el Virrey Flores al sucesor, el 31 de este
mes, en conformidad con el acta que por su tenor insertamos:

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 195

"En la ciudad de Cartagena de Yndias, a treinta y un


días del mes de Marzo de mil setecientos ochenta y dos años,
estando en este Palacio del Exmo. Señor Don Manuel Antonio
de Flores, Virrey, Gobernador y Capitán General de este Nue-
vo Reyno de Granada, y Presidente de la Real Audiencia de
él, el Exmo. Señor Don Juan de Torrezar Díaz Pimienta, elec-
to sucesor interino en dichos empleos, con asistencia del Muy
Ilustre Cabildo Justicia y Regimiento de esta ciudad, y de to-
dos los Oficiales de Plana Mayor que hay en esta Plaza, inclu-
so el Teniente de Rey de ella, y demás personas de distinción,
entregó el Exmo. Señor Don .Juan Pimienta al Exmo. Señor
Don Manuel Antonio de Flores la Real Cédula de su nom-
bramiento, que precede; y habiéndola tomado su Excelencia
en sus manos la besó y puso sobre su cabeza, cuya diligencia
también ejecutó el otro Señor Excelentísimo, expresando am-
bos Señores la obedecían como a carta de su Rey y Señor Na-
tural, y en su cumplimiento me mandó el Exmo. Señor Don
Manuel Antonio de Flores la leyese en altas e inteligibles vo-
ces, lo cual así ejecutado y repetido por sus Excelencias el obe-
decimiento en la forma ordinaria, el Excelentísimo Señor Don
Juan Pimienta juró en manos del Excelentísimo Señor Don
Manuel Antonio de Flores y sobre el libro de los Santos Evan-
gelios a Dios Nuestro Señor y por la cruz de su hábito, y pro-
metió al Rey desempeñar bien y fielmente los empleos de Vi-
rrey, Gobernador y Capitán General de este Nuevo Reyno de
Granada, y Presidente de su Real Audiencia, que Su Majestad
se ha dignado confiarle interinamente, y de defender y guar-
dar las leyes del Real Patronato, como todas las demás del
Reyno. según y como debe y es obligado; con lo que, y en se-
ñal de posesión el Exmo. Señor Don Manuel Antonio de Flo-
res dejó el asiento preferente que ocupaba, entregando el bas-
tón de Capitán General de este Reyno al Exmo. Señor su su-
cesor Don Juan Pimienta, quien tomó aquel asiento quedan-
do, en su consecuencia, recibido y posesionado de dichos em-
pleos, mandándome lo pusiese así por diligencia, en seguida
de dicha Real Cédula, como lo hago en la presente, que fir-
man sus Excelencias por ante mí de que doy fe. Hay una rú-
brica.

"JUAN PIMIENTA. - JUAN DE CASAMAYOR.- MAU-


RICIO CARRASQUILLA.

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196 PABLO E. GAHDENAS AGOSTA

"Concuerda con la Real Cédula y diligencia de posesión


original a que me refiero.
"Cartagena, fecha ut supra.

"FRANCISCO AUGUSTfN DE RIVERA."

(Archivo Histórico de Tunja).

En el navío "El Dragón", surto en la bahía de Cartagena,


hizo el señor Flores la travesía a la Habana, de donde escri-
bió a don José de Gálvez el 9 de mayo, dándole las gracias por
haberle relevado el Rey del mando del Virreinato de Santa Fe,
y anunciándole que en la primera ocasión se trasladará a Es-
paña.
***
El 21de abril salió de Cartagena el Virrey Pimienta, acom-
pañado de su esposa y de su hijo, así como de varias otras per-
sonas, y llegó el 22 de mayo a Honda, donde lo esperaba el Ar-
zobispo de Santa Fe, señor Caballero y Gógora, que había sa-
lido a recibirlo y a enterarlo del estado en que se hallaba la
obra de pacificación en el Nuevo Reino.
El 7 de junio llegó a Santa Fe harto accidentado, por
consecuencia de una alteración en la salud, que le sobrevino
en el camino; y murió el día 11, a las doce y diez minutos de
la mañana, a juzgar por lo que doña María Ignacia Sala, su
esposa, afirmaba en carta del 14 a don José de Gálvez:

"El día en que entró mi marido en esta Capital -decÍa-


le- a servir el alto empleo de Virrey de este Reyno, venía mo-
lestado de un dolor en el pecho, que al principio le tuvieron
los facultat.ivos por flato, pero bien presto conocieron su en-
gaño; se le dieron todos los Sacramentos aquella misma no-
che y Dios fué servido llevárselo el día 11 del corriente, a las
doce y diez minutos de la mañana."

En pedimento de 14 de junio, de doña María Ignacia Sala


al Rey, decíale:
"Excuso molestar la atención de V. M. en representarle el
mérito y servicios de mi difunto marido, pues que las muchas
honras que le ha dispensado pregonan bien el concepto que
le merecía su conducta; pero no puedo omitir el patentizar a

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 197

V. M. cuál sería mi aflicción viendo que en el mismo día en que


entré con mi marido en esta Capital fué preciso suministrar-
le con la mayor aceleración todos los Sacramentos, y que sin
más intermisión que la de cuatro días se verificó su muerte;
y yo me hallo en un país extraño, muy distante de Cartagena,
que es el de mi nacimiento, con la poca experiencia que es co-
mún en la corta edad de 17 años que tengo; mal convaleci-
da del mal parto que padecí en el Río de la Magdalena, a mi
subida; obligada a pasar otra vez este penoso y largo camino,
y sin auxilio para verificarlo sino con mucha estrechez, por
la suma escasez de medios en que me ha dejado mi difunto
marido."

***
Sabida en Santa Fe la muerte del Virrey Pimienta, con-
vocó el Regente, el mismo día 11 de junio, a sesión al Real
Acuerdo de Justicia, y reunido como a la una de la tarde, fué
de dictamen que no se abriesen los pliegos de la providencia,
y consecuencialmente determinó que la Real Audiencia asu-
miese el Superior Gobierno y el Regente la Capitanía General,
como en efecto ocurrió.

***
"Yo me hallaba ya de regreso para esta ciudad -dice el
Arzobispo en carta de 19 de junio a don José de Gálvez- y en
el camino supe, por aviso despachado al intento, de la muerte
del señor Virrey. Llegué aquí el trece del corriente mes y ya
en consternación toda la ciudad hallé que dividida la authori-
dad del Virreynato estaba el mando de las armas en el señor
Regente Don Juan Francisco Gutiérrez de Piñeres y el políti-
co en los señores de la Real Audiencia, según disposición que
había resultado en Junta de Real Acuerdo y conforme también
a las Leyes Reales del caso en estos semejantes."

* * '"

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CAPITULO IV

Abre el Real Acuerdo de Justicia el pliego de providencia.-


Acto posesional del señor Caballero y GÓngora.-Asume el
Arzobispo Virrey el mando supremo en el Virreinato.-Pri-
mer acto del Arzobispo Virrey.-Es condecorado el Arzobispo
Virrey con la Gran Cruz de Carlos ¡H.-Concede el Arzobispo
Virrey indulto general a los comuneros.-Providencias ulte-
riores al indulto.-Promoción de don Juan Gutiérrez de Piíie·
res al Supremo Consejo de Indias.-Pretendientes a la plaza
de Regente de la Real Audiencia de Santa Fe.-Se previene
a Gutiérrez de Piñeres que sin esperar al sucesor vaya a ser-
vir su empleo de IUinistro del Consejo de Indias.-Don José
Ferrer nuevo Regente de la Real Audiencia de Santa Fe.-
Llega don José Ferrer a Santa Fe y toma posesión de la dig-
nidad de Regente de la Audiencia.-Declara la Real Audiencia
comprendido en la gracia del indulto el Cacique de Bogotá
don Ambrosio Pisco y dispone el desembargo de sus bienes.
-Dispone el Arzobispo Virrey que el Cacique Pisco sea dete-
nido en Cartagena, para que nunca más vuelva a Santa Fe.-
El incentivo de los Jefes Superiores del movimiento comunal
fué el de alcanzar la independencia del Nuevo Reino de Gra-
nada.-Gestiones de los Jefes comuneros del Nuevo Reino de
Granada ante el Ministerio Británico.-Redúcese a prisión al
Coronel inglés don Roberto Hodgson y se incauta el Gobierno
del Virreinato de sus papeles.-Es aprehendido en Francia
el Capitán de navio don Luis Vidalle con uno de sus compa-
ñeros y se le traslada a España.-Proyecto reservado que el
Conde de Aranda presenta al Rey de España.

No sin oposición en el Real Acuerdo de Justicia pudo abrir-


se el pliego de providencia el 15 de junio de 1782, que contenía
la real cédula por la cual se hacía el nombramiento de Virrey
interino del Nuevo Reino de Granada, en la persona del Arzo-
bispo de Santa Fe don Antonio Caballero y Góngora, puesto

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200 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

que los Fiscales de lo Criminal y de lo Civil don José Marchante


de Contreras y don Manuel Silvestre Martínez y los Oidores
don Joaquín Vasco y Vargas y don Pedro Catani sostenían que
la cédula en referencia había ya prescrito.
Lastimado el Arzobispo Virrey por esta razón, decía en
carta número 21, de 31 de enero de 1783, a don José de Gálvez
lo que a la letra insertamos:
"En fin, Señor, por mayor número de votos se consiguió
que mi providencla no fuese revocada, y por este afortunado
incidente y haber asistido el Regente Visitador General, se evi-
tó un escandaloso compromiso entre mi autoridad y la Real
Audiencia, dimanado únicamente del empeño con que ha que-
rido manifestar el Fiscal del Crimen su protección al enuncia-
do Vélez (don Francisco Antonio), apandillándose con él los
dos Ministros don Joaquin Vasco y don Pedro Catani y el Fis-
cal de lo Civil, para que lograse su deseo.
"Aunque la conducta en esta parte de los tres citados Mi-
nistros Vasco, Catani y el Fiscal Martínez sea muy ajena de
unos Magistrados que debían preferir la tranquilidad pública
y el servicio del Rey a sus resentimientos particulares, es mu-
cho más extraña en el Fiscal del Crimen, Marchante, quien
si tuviera reflexión podría conjeturar los motivos reservados
de mi providencia, por otra semejante que le había yo comu-
nicado cuando separé al Capellán del Hospicio de esta ciudad,
que corre a su dirección como Fiscal Protector, dándole desti-
no fijo fuera de esta ciudad, para que jamás volviese a ella.
Estaba yo informado por noticias seguras de que en el cuarto
que tenía este eclesiástico en el Hospicio se habían celebrado
muchas juntas nocturnas, donde habían concurrido otros ecle-
siásticos en las alteraciones pasadas. y manifestádose en ellas
un espíritu de poca fidelidad al Rey y menos respeto a sus
Magistrados. Esto mismo se lo había confiado al Fiscal Mar-
chante a presencia del Visitador General, con el premeditado
fin de que no conviniendo publicar el verdadero motivo de mi
disposición, se diese a entender a todos dimanaba ésta del
desarreglo de dicho eclesiástico en la dación de sus cuentas y
de comisiones perniciosas en el manejo interior de la casa, que
uno y otro eran ciertos, advirtiéndole al mismo tiempo nom-
brase otro eclesiástico, propio para el desempeño de este en-
cargo, como en efecto lo verificó con mi acuerdo."

* **

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 201

Habiéndose abierto el día sábado 15 de junio el pliego de


providencia que se hallaba reservado en el Real Acuerdo des-
de el tiempo del señor Flores, hallóse la real cédula de 16 de
noviembre de 1777, dada en San Lorenzo el Real, que en lo
pertinente dice:
"Por cuanto conviene a mi Real servicio dar providencia
para que en caso de faltar el Teniente General de mi Real
Armada don Manuel Antonio de Flores, Virrey, Gobernador y
Capitán General de las Provincias del Nuevo Reyno de Gra-
nada y Presidente de mi Real Audiencia de la ciudad de Santa
Fe, haya persona que en el ínterin que Yo tome otra resolu-
ción entre inmediatamente a substituir y servir estos empleos,
en la cual concurran las buenas partes de celo, experiencia y
grado que se requieren para el mejor servicio de aquellos do-
minios, conservación y beneficio de mis vasallos, y que sean
mantenidos en paz y justicia, teniendo consideración a la ca-
lidad y circunstancias expresadas, que concurren en Vos Don
Antonio Caballero, Arzobispo de Santa Fe de Bogotá, y lo que
me habéis servido, y la satisfacción con que me hallo de vues-
tra persona, he tenido por bien de elegiros y nombraras por
mi Virrey, Gobernador y Capitán General de las dichas Pro-
vincias del Nuevo Reyno de Granada, y Presidencia de mi Real
Audiencia de la ciudad de Santa Fe, para que si el referido
don Manuel Antonio de Flores falleciere, no hubiere llegado la
persona que yo nombrar e para sucederle, o hubiere muerto
don Juan Pimienta, Gobernador de Cartagena, a quien para
en cualquiera de estos dos casos he nombrado en primer lugar,
entréis Vos a ejercer y servir los mencionados empleos ínterin
que yo ordenare otra cosa, esperando que tendréis siempre de-
lante el servicio de Dios y mío, y bien de aquellos Reynos, pro-
curando su perpetuidad, población y ennoblecimiento ... "
Efectuóse en la tarde del mismo día el acto posesional del
señor Caballero y Góngora, habiendo prestado el agraciado la
promesa juramentada que en la referida real cédula se pre-
viene, con las formalidades y solemnidades requeridas para
usar y ejercer bien y fielmente las dignidades de Virrey, Go-
bernador, Capitán General y Presidente de la Audiencia y
Chancillería Real del Nuevo Reino, que el Rey se había dig-
nado poner a su cargo.

'" '" '"

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202 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Asumió así el Prelado, en el Nuevo Reino, el poder supre-


mo en lo civil, en lo militar y en lo eclesiástico, como raras
veces había ocurrido en los dominios españoles de la América.

***
"Aun en estos días -decíale el Arzobispo Virrey al Mi-
nistro de Indias, en carta de 19 de junio- no se había verifi-
cado la apertura del pliego de providencia que trajo el Exmo.
Señor Don Manuel de Flores. Ejecutóse esto el sábado, día
quince de este mismo mes; y reconociendo los señores del
Acuerdo el nombramiento que se dignaba hacer Su Majestad
en mi persona de los empleos de Virrey, Gobernador y Capi-
tán General de este Reyno, en el caso sucedido del falleci-
miento del Exmo. Señor Don Juan Pimienta, pasaron a mis
manos en la misma mañana la Real Cédula.
"En la propia tarde de aquel juré y tomé posesión de los
altos destínos a que el Rey quiso elevarme desde la antigua fe-
cha que tiene el pliego."

* **
Pasado el acto posesional, en la misma tarde de aquel
día, dirigíóse el Arzobispo Virrey a don José de Gálvez, para
mover su piedad a efecto de que obtuviese del Rey, con su be-
nignidad, la protección a la viuda del Virrey don Juan Pi-
mienta, doña María Ignacia Sala, en la aflictiva situación en
que la había dejado el inesperado deceso de su esposo.

***
Por real orden dada en San Ildefonso el 5 de marzo de
1782, fue condecorado el Arzobispo Virrey de Santa Fe con la
Gran Cruz de Carlos IU y enviadas las insignias correspon-
dientes, a juzgar por la nota cuyo tenor copiamos:

"Remito a V. E., de orden del Rey -dice el Ministro de


Indias- el adjunto pliego, que es duplicado de uno que le di-
rigió por equivocación en el correo ordinario, del Secretario
de la Real y Distinguida Orden de Carlos Tercero, incluyén-
dole, como ahora, la Gran Cruz y el Escudo de ella, con que
el Rey se ha dignado condecorar a V. E. Ya fin de que llegue

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 203

a sus manos, con la prontitud y seguridad posible, se la envió


en un aviso extraordinario, por mano del Comandante Gene-
ral del Ejército de Operación de esas Indias Occidentales, don
Bernardo de Gálvez, con encargo especial de que lo pase a
V. E. en la primera ocasión segura que se le presente.
"Dios guarde a V. E. muchos años.
"San Ildefonso, a 10 de Julio de 1782.

"GALVEZ (Rubricado)."
***
Con magnanimidad encomiable concedió el Arzobispo Vi-
rrey, el 6 de agosto, indulto y perdón general, sin distingos, a
los comuneros del Nuevo Reino de Granada, por su interven-
ción en el movimiento comunal. Ya nosotros, antes que cuales-
quiera otros autores, habíamos tenido ocasión de emitir en
nuestro libro "Los Comuneros" (págs. 195 a 200) algunos con-
ceptos y citas rectificativos, en lo tocante al indulto, para de-
mostrar que él había sido obra exclusiva de la imaginación y
de la pluma del Arzobispo Virrey, y no del Rey de España,
como se afirma por algunos. Sin dignarse, por deber de corte-
sía, citar la fuente, fueron algunas de las citas nuestras ser-
vilmente copiadas y dadas a la publicidad. Comprueban nues-
tra aserción los testimonios que a continuación insertamos:

"Acompaño a V. E. -dice el Prelado Virrey al Ministro


de Indias, en carta reservada número 3, de 15 de octubre de
1782- seis ejemplares del Indulto que he expedido en nom·
bre de Su Majestad a todos los comprendidos en las revolu-
ciones acaecidas en este Reino, con el único y preferente objeto
de radicar más la tranquilidad conseguida en estos vastos do-
minios."
La nota que al margen lleva la sobredicha carta, escrita
de propio puño de don José de Gálvez, dice letra por letra:
"El Arzobispo Virrey de Santa Fe dirige 6 ejemplares del
Indulto que ha concedido a los comprometidos en las pasadas
alteraciones del Reino, y hace distintas reflexiones, aclarando
las razones que ha tenido para expedirlo en los términos que
está.
"Leído a S. M. el edicto adjunto y esta carta en que se
explican los motivos de sus principales declaraciones, se ha
servido aprobarlo y aplaudir el celo, prudencia y sabiduría con

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204 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

que lo extendió este dignísimo Prelado a quien se manifestará


con las correspondientes expresiones la soberana complacen-
cia y gratitud del Rey. También ha mandado el Rey que se
reimprima el Edicto y he dado providencia para ello.
"27 de Enero (1783)."

"El edicto que acompaña V. E. con carta reservada nú-


mero 3, de 15 de octubre último -dice la respuesta- mani-
fiesta a primera vista el celo, prudencia y sabiduría del autor;
y leído a Su Majestad ha tenido particular gusto y satisfac-
ción en ver exactamente combinadas las leyes de la justicia
con las de la caridad cristiana, precaviendo, por cuantos me-
dios son adaptables, la reincidencia en el triste monumento
de infidelidad y dando a conocer la necesidad de apartar en
lo posible la memoria de un espectáculo que causa horror a los
vasallos leales y honrados, todo lo cual ha llenado la soberana
complacencia y gratitud.
"El Pardo, 30 de Enero de 1783."

"Al capítulo 39 -dice el Arzobispo Virrey en su exposi-


ción sobre los motivos que tuvo para expedir el Indulto en los
términos en que está, advertirá V. E.- extiendo esta Real gra-
cia a los que acaudillaron gentes y mandaron las tropas suble-
vadas con el título de Capitanes. Por precisa necesidad me he
visto obligado a poner esta dispensación a los nombrados Ca-
pitanes, pues de otro modo era imposible sosegar los recelos
de los principales sujetos de los pueblos ni establecer sólida-
mente la tranquilidad pública del Reino ...
"En el mismo capítulo 39 los habilito para que puedan
obtener y ejercer todos los empleos honoríficos, civiles y mili-
tares, a que sean acreedores por su mérito, manifestando se-
rán despreciadas por este Superior Gobierno las excepciones
que les pongan con el anterior o semejantes pretextos de ha-
ber sido Capitanes o Caudillos de los sublevados, y castigados
los que intenten manchar en adelante a sus compatriotas con
tan feo borrón. Además de que esta habilitación me pareció
forzosa consecuencia del Indulto, tuve para ello el poderoso
motivo de la constante pacificación de los pueblos ...
"Estas consideraciones y la de evitar en adelante innu-
merables ofensas a Dios y a los prójimos, que veía como pre-
cisas y que tal vez podrían llegar a perturbar la tranquilidad
de los pueblos, como que habiendo escogido por Capitanes a

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 205

los mismos que son los principales hacendados y sujetos dis-


tinguidos de ellos, y quedando éstos incapacitados para obte-
ner los primeros empleos de la República (Municipio), recae-
rían precisamente en gente rústica e incapaz de administrar
recta justicia, me incliné a concederles esta habilitación como
medio único de lograr el servicio de ambas Majestades."
Publicóse el Indulto en la ciudad de Santa Fe de Bogotá
el día 7 de agosto de 1782.
* * ,..
EDICTO para manifestar al público el INDULTO GENERAL
concedido por nuestro Cathólico Monarca el señor don
Carlos 111 a todos los comprehendidos en las revoluciones
acaecidas en el pasado año de mil setecientos ochenta y
uno. Publicado en esta ciudad de Santa Fe de Bogotá el
día siete de Agosto de 1782.
ANTONIO CABALLEROY GÓNGORA, por la gracia de
Dios y de la Santa Sede Apostólica, Arzobispo de Santa Fe, del
Consejo de Su Majestad, Virrey, Gobernador y Capitán Gene-
ral de este Nuevo Reyno de Granada, y Presidente de su Real
Audiencia y Chancillería.
A todos y cada uno de nuestros súbditos de cualesquier
estado y condición que sean.
l.-Divulgada generalmente por todo este Reino la ines-
perada y nunca bien sentida muerte del Excelentísimo señor
don Juan de Torrezar Díaz Pimienta, llorada con universal
sentimiento de sus habitantes, por considerar desvanecidas en
este fatal momento las esperanzas que tenían fundadas en
las virtudes civiles y militares de tan digno Virrey; publicado
posteriormente otro acaecimiento no menos inopinado, cual
ha sido la elección anticipada que nuestro augusto Soberano
había hecho de nuestra pequeñez, para suceder a tan acredi-
tado General en el Gobierno de esta preciosa porción de sus
dominios; honra verdaderamente tan superior a nuestros mé-
ritos, como distante de nuestros deseos y de nuestro estado;
instando ya el tiempo de dar principio a nuestro Gobierno, es-
tableciendo sobre sólidos fundamentos la quietud general y la
tranquilidad pública, como fuentes de donde han de nacer to-
das las felicidades que deseamos propagar por las provincias
de este Reino, tenemos la dulce satisfacción de anunciar a los

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206 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

moradores la más plausible, más agradable y más deseada gra-


cia cual es el Indulto General que nuestro amable Soberano
se ha dignado conceder a todos sus vasallos, perdonándoles los
delitos cometidos en las inquietudes y desórdenes ocurridos en
la sublevación acaecida en el año anterior. Para medir y anun-
ciar desde luego por esta singular merced las demás que pre-
para el Rey nuestro Señor a sus arrepentidos vasallos, bastaría
reflexionar que si nuestros humildes ruegos y tiernas súplicas
fueron poderosas para desarmar el brazo de su justicia, estan-
do solamente condecorados con el carácter de Padre y Pastor
de una grey, entonces amotinada, distraída y trastornada por
la seducción y el engaño; mucho mayores gracias y beneficios
debemos prometemos de su liberalidad, ahora que, revestidos
de su autoridad, podemos representarle frecuentemente los
medios más proporcionados para la prosperidad de unas pro-
vincias ya pacíficas y sujetas al suave yugo de su dominio, y
solicitar al mismo tiempo los alivios de unos vasalIos arrepen-
tidos de sus yerros y amantes de su Rey. Lo decimos con toda
la ternura de nuestro corazón, ni podemos renovar la memo-
ria de esta prontísima y maravillosa pacificación, sin rendir
las más cordiales gracias a nuestro Dios, único pacificador de
este Reino, dando al mismo tiempo un solemne testimonio de
la filial inclinación de sus naturales a su Soberano y legítimo
Señor, conservando como conservaron con gran consuelo nues-
tro, encendida la llama fervorosa de su lealtad entre las con-
fusas tinieblas de la sedición, y acreditando con su pronta y
sincera conversión al Soberano, que sus corazones estaban en
un estado violento, y como fuera de su centro, enajenados de
su Monarca.
H.-Deseando, pues, abreviar los momentos de la felici-
dad pública, estimando por más urgente calmar los mordaces
recelos y continuos sobresaltos de muchos vecinos que han
buscado su seguridad en la fuga, y acaso se hallan escondidos
en los montes más ásperos, hasta saber la última decisión de
su próspera o adversa suerte; justamente condolidos de sus
aflicciones, en que los hemos acompañado, y aun consolado
por algunos meses, para poner de una vez el deseado fin a
tantas calamidades, y arrancar de raíz, si fuere posible, tan-
tas miserias, determinamos publicar el presente Indulto, por
el cual a nombre del Rey Nuestro Señor, y usando de las am-
plias facultades que nos ha comunicado, en la misma confor-
midad y propios términos con que Su Majestad ha sido servido

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 207

dispensarIo, concedemos desde ahora para siempre Indulto y


perdón general, y declaramos indultados y enteramente perdo-
nados de sus delitos a todos los comprendidos en la horrible y
escandalosa sublevación acaecida en estos dominios en el año
último, salvos siempre los perjuicios y derechos civiles de ter-
cero y del Real Fisco. Como esta legal excepción comprende
una de las obligaciones más esenciales en el fuero de la con-
ciencia, suponemos que nuestros venerables Párrocos y apos-
tólicos Misioneros habrán instruído suficientemente a las fe-
ligresías en una materia tan importante; y ya lo han mani-
festado no pocas, esmerándose con gran consuelo nuestro en
el cumplimiento de sus obligaciones en esta parte, dando a los
demás el ejemplo. Estamos en la firme persuación de que lo
imitarán todas, compitiéndose recíprocamente unas y otras,
para remover un obstáculo y redimir un reato, en que consis-
te su salvación eterna y su felicidad temporal. Una opinión
contraria degradaría mucho a nuestros queridos diocesanos
y a sus Pastores.

IH.-Para sosegar las desconfianzas de muchos vecinos


honrados, y precaver las siniestras interpretaciones de otros,
declaramos expresamente indultados y perdonados, todJS los
que tuvieron la desgracia de acaudillar gentes y mandar las
tropas sublevadas con el título de Capitanes, ya obligados de
la necesidad, ya por un efecto de su errónea y punible igno-
rancia. De muchos nos consta por propia ciencia, y de otros
por seguros informes, que si admitieron y ejercieron estos em-
pleos algunos, fué por ceder a la fuerza; otros por precaver
mayores desórdenes, y todos compulsos y apremiados de una
plebe desenfrenada. Por tanto, los consideramos acreedores a
un concepto muy diferente del que por 10 común explica el
de Capitanes y Caudillos de una premeditada y abominable
rebelión; y en su consecuencia los declaramos no solamente
comprendidos en este Indulto, sino también habilitados, para
que sin aquella infame nota que trae consigo el negro título
de Capitán de levantados, puedan obtener y ejercer todos los
empleos honoríficos, civiles y militares a que sean acreedores
por su mérito. Al mismo tiempo prevenimos que serán despre-
ciadas por este Superior Gobierno las excepciones que les pon-
gan con éste o semejante pretexto, y severamente castigados
los que intenten manchar en adelante a sus compatriotas con
tan feo borrón.

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208 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

IV.-En consecuencia, todos los reos que se hallaren ac-


tualmente presos por estas causas en la Real Cárcel de Corte,
y en las demás de la jurisdicción del Virreinato, serán puestos
en libertad, dando antes de su ejecución cuenta de sus causas,
número y cualidad, a la Real Audiencia. Igualmente los que
se hallaren ausentes y prófugos por las mismas causas, se pre-
sentarán dentro del término de un año, desde la publicación
de este Edicto, a sus respectivas Justicias. quienes les decla-
rarán estar comprendidos en el Indulto, y darán cuenta a la
Real Audiencia y a este Superior Gobierno, para su inteligen-
cia y aprobación. Asimismo mandamos que todas las causas
de esta especie sean remitidas originales con razón de su esta-
do a la Real Audiencia, por todas las Justicias, a quienes pro-
hibimos continuar en adelante en su conocimiento, ni en el de
sus incidencias, pasado el término de un mes desde la publi-
cación de este Indulto, acompañándolas igualmente con testi-
monio de no quedar ni haber otras causas de esta naturaleza
en sus Juzgados.
V.-Notorios han sido a todo el Reino los escandalosos
delitos del nominado Joseph Antonio Galán, y el ejemplar su-
plicio con que fué castigado con tres de sus principales cóm-
plices, separando las cabezas de .sus cuerpos para colocarlas,
y además los miembros de su infame caudillo, en los lugares
donde sus atrocidades fueron mayores y más visibles. Sin em-
bargo, considerando por una parte satisfecha la Justicia y
escarmentados debidamente los que se dejaron seducir y en-
gañar por un hombre de obscurísimo nacimiento, exaltándolo
por desgracia suya y por una especie de fanatismo, hasta el
ridículo concepto de Jefe invulnerable; considerando, por otra
parte, la heroica lealtad de aquellos fieles vasallos que atro-
pellando dificultades y peligros se arrojaron a prender y disi-
par esta despechada tropa de facinerosos, para quitar aquel
negro borrón a su Patria, y precaver que se comunicara el
fuego de la rebelión a las provincias más remotas, nos ha pa-
recido muy propio del amor que les tenemos, borrar, si fuere
posible, de la memoria de las gentes aquel triste monumento
de infidelidad, apartando de la vista de los hombres estas fu-
nestas reliquias, que habiendo servido a todos de confusión,
serán al mismo tiempo el espectáculo más horroroso y más
desagradable para muchos honrados y leales vecinos. En con-
secuencia, queremos y mandamos que aquellos míseros despo-
jos, a saber, las cabezas de los cuatro ajusticiados y los cua-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 209

tro miembros del mencionado Galán se quiten, con acuerdo


de las Justicias y de sus respectivos Párrocos, de los lugares
donde se hallan expuestos al público, y sean depositados con
el culto funeral que observa nuestra Madre la Iglesia, y de
que también es acreedora la memoria de unos hombres que
públicamente arrepentidos, borraron sus delitos con sus lágri-
mas y su penitencia.
VI.-Sepultada ya en un olvido eterno la memoria de tan
horrible ingratitud, y enterados todos los habitantes del Rei-
no, especialmente los de aquellaR provincias donde más CUll-
dieron los desórdenes de la rebelión, en la seguridad de sus
personas, vidas y haciendas; resta que verifiquemos las pater-
nales intenciones del Rey nuestro Señor, promoviendo cada
uno por su parte la felicidad pública, removiendo el mayor im-
pedimento, cual es el ocio, fatalísima raíz de todos los males
físicos y morales. La industria, las minas, las artes, y sobre
todo la agricultura y el comercio interior, son otros tantos ra-
mos capaces de ocupar útilmente, en beneficio propio y del
común, a todos los habitantes del Reino, poniéndolo en breve
tiempo en el último grado de prosperidad. Abierta ya la co-
municación entre las provincias y esta capital, podrán circu-
lar por todas ellas los traficantes, siguiendo sin el menor rece-
lo su giro y su comercio, en que prometemos ayudarlas de
nuestra parte, dando el impulso más vigoroso a todos los pen-
samientos útiles, y sosteniéndolos en todas las providencias
más oportunas.
VII.-Ejecutándonos ya el dar el debido curso al comercio
interior del Reino y facilitar sus progresos, mientras medita-
mos otras importantes materias dignas de la expectación del
público; considerando, por una parte que los intereses del So-
berano y los de sus vasallos están unidos tan estrechamente
que no se pueden separar sin recíproco perjuicio; deseando,
por otra, conciliar los reales intereses, como cargas forzosas
del Estado, con los del común, para facilitar algunos medios
que puedan proporcionar ambos fines, establecer principios
ciertos que sirvan en adelante de regla para la recaudación de
las rentas reales, y sobre todo para que los vasallos de Su Ma-
jestad empiecen a conocer sus paternales intenciones, decla-
ramos, en uso de las reales facultades con que nos hallamos,
que por ahora y hasta que resuelva Su Majestad lo más con-
veniente a su real servicio, se deberá cobrar y pagar el real de-
recho de Alcabala de los frutos y géneros de la tierra, en todo

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210 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

el distrito de las Administraciones principales de esta capital


y villa de Honda, por los antiguos aranceles, que se practica-
ban y estuvieron en observancia hasta el fin de diciembre del
año pasado de mil setecientos y ochenta, en que principió la
nueva planta; que de los frutos y géneros de Castilla se debe-
rá cobrar sólo el dos por ciento de Alcabala, del precio corrien-
te y legitimo valor que resulte por sus aforas, conforme a lo
dispuesto por Real orden de diez y siete de Marzo del mismo
año de mil setecientos y ochenta, debiendo cesar la práctica
de regular esta contribución por arrobas o cargas, si acaso
subsiste en algunos países contra la expresa orden de Su
Majestad; que en las provincias del Reino de Tierra-firme se
restablezca la costumbre inmemorial de cobrar la Alcabala a
razón de cuatro por ciento, hasta que, con motivo de la equi-
vocada y torpe inteligencia que allí se dió a la orden expedida
por nuestro antecesor el Excelentísimo señor don Manuel An-
tonio Flores, en veinte y seis de Mayo de mil setecientos ochen-
ta y uno, se redujo al dos por ciento, con notorio perjuicio del
Erario Real; que en los demás Departamentos y Cajas Reales
se continúen exigiendo los derechos que con el nombre de Al-
cabala, de Sisa, de Puertos, de Proyecto, o con cualquiera otro
título se pagaban hasta el citado día fin de Diciembre de mil
setecientos y ochenta, sin hacer novedad en cuauto a su cuo-
ta y tanto por ciento; que en los puertos del Mar del Sur, co-
rrespondientes a las provincias de Barbacoas, Iscuandé, El Ra-
poso, Nóvita, Citará e Isla de Tumaco, se observe puntualmen-
te lo establecido por el capítulo sexto de la Real Cédula de
veinte de Enero de mil setecientos setenta y cuatro, en que se
concedió libre comercio entre ellas y las demás de América,
con tal que satisfagan los frutos y géneros del país los derechos
de Almojarifazgo, Alcabala y Armada, exigiéndose de los dos
últimos a razón de dos por ciento por cada uno, como está pre-
venido a sus respectivos Oficiales Reales, en la instrucción que
se les dió con fecha de veinte y siete de Julio de mil setecien-
tos y ochenta, y acaba de mandarse para la provincia de Nó-
vita. Concordados así los intereses del Real Erario con los de
los contribuyentes, confiamos que todos y cada uno de nues-
tros súbditos satisfarán, sin la menor sospecha de fraude, los
Reales derechos, no con tristeza, como quien lo hace por ne-
cesidad, sino con gusto y alegría, según nos lo encarga el Após-
tol, como hijos que contribuyen para la opulencia y exaltación
de su Padre. Es verdad que a nadie importa tanto como al

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 211

Rey que sus vasallos sean felices; pero también lo es que na-
die se interesa tanto como los vasallos en que su Monarca sea
poderoso y respetable; y sería no solamente una monstruosi-
dad, sino también una injusticia, el que pagaran de mala gana
y fraudulentamente una deuda tan justa y que tanto les im-
porta.
VIlI.-Si consideramos las grandes ventajas del comercio
en todos los países civilizados, y la facilidad con que al mis-
mo tiempo se asegura la recaudación de las Rentas Reales,
cumpliéndose con la más escrupulosa exactitud por los encar-
gados, y la mayor subordinación por los contribuyentes, las
disposiciones de los Magistrados, sin gravámenes ni quejas del
público, nos parecerá increíble el miserable atraso en que por
ambos títulos se hallan estos dominios. Su origen radical está
muy distante de las reflexiones políticas de un público que
apenas ha logrado en dos siglos y medio otros ejemplos que
imitar dentro de los recintos del Reino, que los primeros re-
glamentos, siempre confusos y nunca metódicos, en fuerza de
ciertos obstáculos de diversa naturaleza en cada una de sus
provincias, dignos en todo tiempo de la vigilancia del Gobier-
no, para removerlos oportunamente y rectificar el tráfico in-
terior, reduciéndolo a un método uniforme, invariable y cons-
tante. Por desgracia el vulgo, que no penetra el espíritu de las
providencias del Gobierno, suele interpretar muy al contrario
las que no llevan otro fin que la prosperidad del comercio y
la seguridad de los reales intereses. Tales han sido las confu-
sas quejas del público con la ocasión del establecimiento de
guías y tornaguías, tan conformes al espíritu de las leyes; y
habiéndolas examinado con la más excrupulosa exactitud, ha-
llamos por la mayor parte no pocas preocupaciones del vulgo,
complicadas con algunos impedimentos reales, que resultan
forzosamente de la informe y desordenada población del Rei-
no, incapaz de admitir fácilmente desde los principios todas
aquellas formalidades que podrían y deberían observarse, si
los pueblos estuvieran reunidos o situados a distancias pro-
porcionadas. De aquí han resultado varias dificultades, que
posteriormente se resolvieron, y conviene ahora declarar, para
reducir, si es posible, una materia tan delicada y tan impor-
tante al estado de claridad, equidad y exactitud que conviene
para el arreglo de las rentas y los intereses del comercio.
IX.-Las guías y tornaguías han sido en todos los países
cultos unos medios legales para la seguridad de las rentas, tan

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212 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

antiguos como su establecimiento; y también lo ha sido el te-


dio con que los más de los traficantes han mirado siempre se-
mejantes requisitos, únicamente dirigidos a evitar los fraudes
y precaver las ilícitas y clandestinas introducciones de géne-
ros y efectos. Con todo, nos consta que la ignorancia de algu-
nos empleados y la malicia de otros, que olvidados de sus obli-
gaciones, de la suavidad, política y buen tratamiento a que
siempre ha sido acreedor el público, y aun engreídos con ciertas
imaginadas facultades que nunca tuvieron, han ocasionado
gravísimas extorsiones a los particulares, y contribuído no poco
pa.ra que se hicieran más odiosas estas formalidades legales,
que con el uso, suavidad y buen modo hubieran sido más tole-
rables; mientras descubría el Gobierno, para remediarlos en
tiempo, aquellos gravámenes que manifestaba sufrir el senti-
do común, por ciertos impedimentos y circunstancias locales.
Por tanto. para precaver en adelante semeiantes desórdenes,
declaramos: que la formalidad de guías y tornaguías sólo se
verifique por ahora en los géneros y frutos de Castilla, que
viniendo del puerto de Cartagena, como puerta principal del
Reino. o de algunos otros puertos, para ser conducidos a lo
interior de las provincias, con destino al trato y comercio, com-
pongan fardo. frangote. ca;ón o petaca: omitiéndola en los de
noca consideración, v aue sean para el uso de los conductores,
sus familias u otros encargos distintos de la negociación; que
se observe la formalidad de lac; g-uías,sin la obligación de tor-
nagufas. 8iempre Que de esta capital o de la villa de Honda
se lleven g-énerosv frutos de Castilla. destinados al comercio
interior de las provincias, la¡:;cuales gufas deberán manifestar
los negociantes al .Aomini¡:;t.rador o Recaudador del ramo de
Alcabala, para que al pie lec;ponga certificación de lo que ha-
van contribuido: Quet.ambién c;eobserve la misma formalidad,
v con las mismas condiciones aue anteceden. siempre que de
esta capital se saauen géneros de la tierra destinados para el
tráfico interior del Reino: que cuando salgan de esta capital
o de otros paraies del Reino los referidos efectos y frutos de la
tierra, para circular por otras provincias, deberán llevar guias;
y si se embarcan en Honda u otros de los que se regulan y
llaman puertos, deberán pagar los derechos establecidos; que
del todo se omitirán las guías en los géneros de Castilla y de
la tierra, que no alcancen a componer media carga, ni sean
destinados al tráfico y comercio; que también se omitan las

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 213

guías en todos los géneros y frutos de la tierra, que desde sus


haciendas sean encaminados derechamente a los diferentes
pueblos de las provincias, para su trato y venta; pero serán
obligados los conductores a manifestarlos al Recaudador del
derecho de Alcabala, para contribuír lo perteneciente a este
ramo, verificada la venta; que las personas que salieren de esta
capital, para viajar por el Reino con su equipaje, no necesitan
de guía; pero no por eso pueden excusarse al reconocimiento
que hagan los empleados para ello con la debida urbanidad y
correspondiente tratamiento; finalmente declaramos y quere-
mos que a excepción de las modificaciones que van expresadl'l's,
se observe puntualmente todo lo demás que contiene la Ins-
trucción General de veinte y seis de Agosto de mil setecientos
y ochenta.
X.-En debido reconocimiento a las gracias y franquezas
que acabamos de conceder a este Reino, estamos seguros de
que sus habitantes observarán con la más excrupulosa exacti-
tud los reglamentos establecidos, y corresponderemos por nues-
tra parte a su buena fe con la más despierta vigilancia, para
que por los empleados en el manejo de las rentas reales no se
les haga la menor extorsión, ni en la sustancia ni en el modo.
El que deben observar los dependientes de rentas, especial-
mente los inferiores, está bien prevenido en sus instrucciones,
y cuando no lo esetuviera, deberían tomar el ejemplo de sus
jefes y superiores, para deponer o a lo menos moderar, aquella
intolerable aspereza, rusticidad y grosería, solamente propia
de siglos bárbaros, que ha ocasionado tantos clamores. Para
precaverlos en adelante, prevenimos con anticipación que ve-
laremos incesantemente sobre la conducta de los empleados, y
castigaremos con la última severidad a los que faltaren al res-
peto debido a las Justicias, o causaren alguna vejación a los
vecinos o traficantes.
XL-Después de un indulto tan general como el que ha
concedido nuestro Augusto Soberano, y de los innumerables
beneficios que prepara Su Majestad a los que tienen la dicha
de vivir bajo el suave yugo de su imperio, parece increíble que
haya vasallos tan olvidados de sus obligaciones, que intenten
violar la fidelidad correspondiente al más benigno y más li-
beral de sus Monarcas, o trastornar la debida subordinación
a los Magistrados y Jueces que mandan en su real nombre.
Con todo, si a pesar de la religión y de la razón quedaren reli-
quias de tan horrenda ingratitud, y se averiguase que algunos,

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214 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

continuando la cadena de los pasados desórdenes, esparcen


papeles o noticias sediciosas, fijan pasquines para inquietar a
los fieles vasallos del Rey, o se atreven a murmurar, criticar
o desaprobar las providencias del Gobierno, tengan desde aho-
ra entendido que muy lejos de volvernos a interesar a favor
de semejantes monstruos, los oprimiremos con todo el peso
de la Suprema Potestad que a nombre del Soberano ejercemos
en estos dominios, abandonándolos irremisiblemente a la se-
veridad de las leyes y a las penas que imponen a los perturba-
dores de la tranquilidad pública.
XII.-Pero siendo inseparables de nuestro pastoral mi-
nisterio, como también de nuestro carácter, la mansedumbre
y la dulzura con que igualmente deseamos exhortar y gober-
nar a unos pueblos tan amantes de su Rey como subordina-
dos a sus ministros desde la hora feliz en que rayó la luz del
desengaño en sus corazones, descansa el nuestro en la dulcí-
sima esperanza de ver en adelante más afianzado el justo con-
cepto que hicimos de su lealtad. En premio de nuestras bien
empleadas fatigas no pretendemos en lo temporal otra recom-
pensa que la de ser fielmente correspondidos por aquellos mis-
mos a cuyo beneficio se han dirigido nuestros desvelos y nues-
tra solicitud, esperando que contribuirán, en la parte que les
toca, para verificar las promesas que a nombre de todos te-
nemos hechas de su inviolable fidelidad a nuestros Augusto
Soberano. Asegurados en este concepto, rogamos, como Pas-
tor, a todos y cada uno de nuestros súbditos, y los exhortamos,
por las entrañas misericordiosas de nuestro Dios, que acaba
de visitar y redimir a su heredad, haciendo que de repente
amanezca en este Reino, entre las negras tinieblas y los ho-
rribles desórdenes de la rebelión, el orden y la tranquilidad;
con tan poderoso motivo les rogamos y encargamos que pro-
curen con el más religioso cuidado conservar en sus generosos
pechos aquel tierno amor y aquellos filiales y nobles senti-
mientos para con su Monarca, que ya suponemos no solamen-
te impresos, sino también profundamente grabados en sus co-
razones. El amor que la religión y la naturaleza nos inspiran
por la patria, debe reunirse. como en su centro, en el Sobera-
no que la gobierna. La lealtad de los vasallos debe ser insepa-
rable de la ternura de los hijos, como que de una y otra resul-
ta el primero y más precioso tributo que debemos al Padre co-
mún de la Nación. La caridad cristiana, que nos hace amar
en el prójimo la imagen de nuestro Creador, nos obliga tam-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 215

bién a que amemos en el Rey, no sólo la imagen de Dios, sino


un ministro suyo destinado, según la expresión del apóstol
San Pablo, para nuestro beneficio. Siendo esta obligación ge-
neral para todos los cristianos, es más particular para los es-
pañoles, que siempre han sido el ejemplo de la fidelidad, y
mucho más respecto de un Soberano que siempre ha sido el
ejemplo de la bondad; un Soberano más amable por su reli-
gión y sus prendas personales que por su Dignidad; un So-
berano más generoso para remitir injurias, que severo para
castigar agravios; y al mismo tiempo tan justo que cuando
perdona los delitos con su clemencia, restablece las virtudes
con su ejemplo; un Soberano, sobre todo, tan benigno para
estos dominios, que cuando lo suponía la expectación común
de las naciones castigando los desacatos de sus vasallos con su
brazo irresistible, lo vemos nosotros, al contrario, desvelado por
su felicidad, asegurándoles que si fueren reconocidos a la ines-
timable gracia del Indulto que les concede, y borraren los exce-
sos pasados con las pruebas más positivas de obediencia y leal-
tad, se harán acreedores a las felicidades que se les preparan,
y gozarán perpetuamente de las ulteriores piedades de su ge-
neroso Monarca.
XIlI.-En esta inteligencia resta únicamente que demos
las más cordiales gracias a nuestro Dios y a nuestro Augusto
Soberano por los beneficios recibidos; y para que corresponda
en lo sucesivo la prosperidad de este Reino a los paternales
anhelos de Su Majestad, prometemos en su Real nombre con-
tribuir con todas las facultades del Superior Gobierno y todas
las nuéstras, sin perdonar fatigas ni desvelos, para prosperar
el comercio, fomentar la industria, ocupar a los pueblos en un
trabajo útil y facilitar a estos dominios y sus habitantes las
inmensas ventajas con que les brinda el amenísimo terreno
que por dichosa suerte les ha tocado, agotando, si fuere posi-
ble, todos los recursos para sacarlos del estado de miseria y
esterilidad en que se han mantenido hasta hoy, con detrimen-
to de sus moradores y de su legítimo Señor. Con la misma
buena fe que lo prometemos, esperamos cumplirlo a beneficio
del Reino, siempre que sus naturales, depuestas las preocupa-
ciones que reinan por lo común en la muchedumbre ciega y
poco instruída de sus verdaderos y sólidos intereses, contribu-
yan con la docilidad necesaria para tan alta empresa. No se-
ría mucho, ni tampoco nuevo, si entre las muchas dificulta-
des que suelen concurrir en las grandes obras, en que por lo

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216 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

común han de intervenir hombres sujetos al error y a las de-


más flaquezas de la condición humana, se presentasen algu-
nos obstáculos que puedan impedir el curso de nuestras provi-
dencias y la práctica de los utilísimos medios que meditamos
emplear para este fin. Con este anticipado conocimiento no
dudamos también asegurar emplearemos igualmente nuestros
esfuerzos para remover los impedimentos y gravámenes legi-
timas que ocurran (no aquellos aparentes que suele abortar
la preocupación), siempre que sean representados por legíti-
mos y regulares conductos, con el decoro debido a la Majestad
y la competente sumisión a los Tdbunales.

Dado en Santa Fe, a seis de Agosto de mil setecientos


ochenta y dos años, día en que la Iglesia celebra la gloriosa
Transfiguración del Señor, y esta capital renueva la memo-
ria del primer sacrificio que se ofreció al Dios de los Ejércitos
por la publicación y extensión del Evangelio en estos domi-
nios; recordánclonos al mismo tiempo, con esta ocurrencia, la
nueva obligación en que nos hallamos de perpetuar nuestro
reconocimiento por las bendiciones que actualmente derrama
sobre todo el Reino el mismo Señor de la Paz, único y verda-
dero autor de la tranquilidad que gozamos después de tantas
inquietudes. Volviendo a considerar esta maravillosa trans-
formación, obra verdaderamente digna de la poderosa mano
del Altísimo, enajenados COIl aquellos excesos de júbilo y ale-
gría, semejantes en cierto modo a los del Apóstol San Pedro,
repetimos nuestra exhortación a todos los habitantes de estas
provincias, para que reflexionen cuán bueno y suavísimo es
permanecer aquí reunidos en una misma familia, obedientes
a nuestro Padre y concordes con nuestros hermanos, gustan-
do en su compañía los frutos sazonados de la paz y quietud
pública. Igualmente los exhortamos, a imitación del Apóstol
San Pedro, para que dilaten los senos de sus corazones, for-
mando en ellos aquellos tres tabernáculos que han de ser pri-
micias del que Dios nos tiene preparado por toda la eternidad;
uno por un tierno amor al Dios de las misericordias, fuente
inagotable de nuestras felicidades; otro por una obediencia fi-
lial y cordial a nuestro Soberano, por cuya mano liberal nos
las dispensa; y el tercero por una respetuosa subordinación a
sus Magistrados y a nuestra persona, lugar que no desmerece-
remos, pues representamos al vivo la imagen de Dios y del So-
berano, dibujada en los tiernos colores de no pocas lágrimas

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 217

derramadas a los piés del Santuario y del Trono, para interce-


der por la seguridad de sus vidas y haciendas, adquirido con
tan justos títulos, cuales son los sudores, fatigas y desvelos
que por tanto tiempo hemos empleado para establecer la tran-
quilidad de los particulares y promover la felicidad pública;
y lugar que no desmereceremos en adelante, porque desde aho-
ra para siempre los abrazamos en nuestro corazón, protestan-
do amarlos como padre, quererlos como hijos y contribuir por
nuestra parte con todos nuestros arbitrios para verificar su
salvación eterna y su felicidad temporal. Con el mismo afecto
dirigimos al Cielo nuestros fervorosos votos y humildes súpli-
cas, para que llueva bendiciones abundantes sobre estos domi-
nios, por la omnipotente mano del Altísimo, en cuyo admira-
ble nombre damos a todos y cada uno de sus habitantes nues-
tra pastoral bendición.

(L. S.) l' ANTONIO, Arzobispo de Santa Fe.

Por mandato de su Excelencia,

JOSEPH DE ROXAS, Escribano de S11 Majestad.

Contenía el Edicto publicado por decisión del Arzobispo Vi-


rrey don Antonio Caballero y Góngora el 6 de agosto de 1782,
además del indulto, amnistía o perdón general para los compro-
metidos en el movimiento insurreccional de 1781, una carta
pastoral, por la cual se encarga a los súbditos el reconocimien-
to del más absoluto vasallaje al soberano español, en confor-
midad con las tradicionales normas de las monarquías des-
pótícas y absolutas, que se observaban en aquella época, y el
restablecimiento de todos los impuestos y su reglamentación,
como se hallaban antes de los primeros disturbios del Nuevo
Reino, hasta el 31 de diciembre de 1780.
Olvidaba el Prelado, cuando ocupaba ya el más alto sitial
de la administración pública en el Vil'reinato de Santa Fe, que
gracias a las promesas que repetidamente hacía en Zipaquirá
y sus contornos a los candorosos e incautos comuneros, de que
con intervención suya serían aliviados y redimidos de tantos
y tan pesados tributos, imposiciones, pechos y gabelas, omino-
sos e intolerables, que pesaban sobre ellos; y que fiados en sus
promesas, que consideraban inviolables, depositaron en él toda

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218 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

su confianza, después de jurarse solemnemente por el Real


Acuerdo y Junta Superior, primeramente, y por los Comisio-
nados luego, ante el mismo sellOrArzobispo, en persona, el fiel
cumplimiento de las Capitulaciones, único amparo para tama-
ños males, los cuales sólo en parte podía remediar.
"Que se restablezca la costumbre inmemorial, dispone el
Prelado Virrey, por el númeral VII de su Edicto, de cobrar la
Alcabala a razón del cuatro por ciento en las provincias de
Tierra Firme (esto es en las de Cartagena, Santa Marta, Río
de Hacha, Portobelo y Panamá), que por motivo de la equivo-
cada y torpe inteligencia que allí se dió a la orden expedida
por nuestro antecesor el Excmo. señor don Manuel Antonio
Flores, en veinte y seis de Mayo de mil setecientos ochenta y
uno, se redujo al dos por ciento con notorio perjuicio del Era-
rio Real."
Engañábase el Prelado cuando calificaba de equivocada y
torpe la acertada inteligencia que en aquellas provincias se dió
a la Superior Orden del Virrey Flores, quien, como hemos afir-
mado en el tomo 1 de este libro, aprobó la suspensión de al-
gunos impuestos y la rebaja de otros, hechas por el Real Acuer-
do de Justicia y Junta Superior, en su sesión del 14 de mayo;
y las hizo extensivas a las provincias del litoral, con la única
restricción de mantener el cobro del gracioso donativo. Entre
las rebajas aprobaba igualmente la de la Alcabala, dejándola
reducida al dos por ciento, para todo el territorio de la juris-
dicción de aquellas provincias .

.•. '" '"

Merced a la obra de pacificación, adelantada por los mi-


sioneros, consiguió el Arzobispo Virrey que los vecinos de los
pueblos que se habían levantado en las alteraciones pasadas,
otorgasen documentos a favor del real erario, por los cuales
se obligaban a resarcir los perjuicios sufridos por el fisco, por
consecuencia del movimiento de los comunes.
Consiguió a la vez el Arzobispo Virrey que las rentas es-
tancadas alcanzasen considerable aumento en los remates
efectuados, en relación con los rendimientos anteriores al año
de 1781.

...... '"

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 219

Suspendido por determinado tiempo del ejercicio de Abo-


gado el doctor don Francisco Antonio Vélez, uno de los Capi-
tanes de Santa Fe, aprovechó el Arzobispo Virrey esta ocasión
para alejarlo de la capital, confinándolo a distante lugar,
como perjudicial a la quietud pública, "según -dice el Pre-
lado- la experiencia lo acreditó en el tiempo de las altera-
ciones pasadas, en el que habiendo sido electo Capitán de los
amotinados, hizo ostentación y alarde de lo mismo de que
debía haberse sonrojado."

.•.* *

Practicada minuciosa visita en la Administración de Co-


rreos de Santa Fe, por el Oidor Mon y Velarde, determinó el
Arzobispo Virrey exonerar del empleo de Administrador a don
Manuel García Olano, español, y al Contador-Interventor don
Jerónimo de Mendoza y confinarlos a Santa Marta, mas no
como cómplices de los comuneros en el movimiento, sino por
muy diferentes motivos, a pesar de haberse comprobado el
cargo de haber escrito Olano al Párroco del Socorro doctor don
Francisco de Vargas cartas por las cuales le noticiaba el levan-
tamiento del Inca José Gabriel Túpac Amaru, en el Perú.
"Sin embargo de la determinación que en justicia he to-
mado -decía el Arzobispo Virrey al Conde de Floridablanca,
en carta de 31 de enero de 1783- contra los citados don Ma-
nuel García Olano y don Jerónimo de Mendoza, no ha podido
dejar de causarme la mayor compasión la miseria a que que-
daban reducidas sus familias, siendo la del primero de mujer
y diez hijos, y la del segundo de cinco hijos y su mujer, pero
para darles algún alivio en sus indigencias, he señalado de
mi propio peculio a Olano quinientos pesos de limosna anual
y trescientos a Mendoza."
Para saber a ciencia cierta cuál fuera la complicidad de
Olano en el movimiento comunal, basta con leer algunos de
los pasajes de la carta que escribió el 13 de junio de 1781 a
doña María Luisa de Zuleta, vecina de Mompós. Refiriéndose
al tumulto del 16 de marzo en el Socorro dice:
"Venga el más obstinado y niegue a Dios su providencia,
viendo que al grito de una vieja despreciable, que levanta las
manos al cielo se conmueven unas mujerzuelas, les siguen los
muchachos y se conmueve un pueblo, y éste propaga la rebe-

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220 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

lión a más de ciento treinta leguas de tierra, sin derramarse


una gota de sangre, sin violencia de mujer entre gente cuasi
sin religión, sin roDa alguno, a excepción de algunas rapiñas
cortas y estafas, descargando todo su furor sobre la Real Ha-
cienda. "
En lo relativo a la irrupción de Galán en la Provincia de
Mariquita, decíale:
"Lo de Honda tomó más cuerpo, porque no queriendo su-
jetarse a las órdenes de su Jefe, que le mandó retirar. un Josef
Galán, tan pícaro que fué desterrado a las fábricas de Carta-
gena, por nueve años, y a los tres se huyó, tan corregido, que
en las sublevaciones del Socorro lo echaron de la cárcel (?) don-
de se hallaba por incestuoso con una hija; éste fué sublevando
todo el territorio y recogiendo mucha gente, con mucha más
que le aguardaba en Honda y sus inmediaciones; pero habien-
do éstos sabido las Capitulaciones, se resfriaron y lo han de-
jado cuasi solo, después que sólo del susto puso en la mayor
confusión a Honda y al Visitador, que de solas las sombras
huyó."
Sin embargo de lo expuesto, fué Olano trasladado a Es-
paña, bajo partida de registro, embarcándolo en la fragata
"Nuestra Señora de la O", y allá se le previno que no podría
acercarse a la Corte ni a ninguno de los reales sitios en una
distancia menor de veinte leguas.

* * *

Desde el 30 de mayo de 1782, en carta "muy reservada",


número 1Q, escribía de Honda el Virrey Pimienta, al Adminis-
trador de Correos de Cartagena, ordenándole indagar en ser-
vicio del Rey, y por cuantos medios fuese posible, qué corres-
pondencia tenía con España o Italia un sujeto llamado Rafael
de Vegas, comerciante en Santa Fe y lego que había sido de
la extinguida Compañía de Jesús; y le prevenía que examinase
por sí mismo, prolija y cuidadosamente, toda la correspon-
dencia que llegase de España y de La Habana y separase las
cartas que viniesen con destino a dicho señor Rafael de Vegas,
y se las remitiese con la mayor reserva, sin confiarlas a persona
alguna.
En los mismos términos el Arzobispo Virrey, en carta "Muy
reservada", número 2, que a la letra insertamos, decía:

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 221

"Siendo conveniente al servicio del Rey, indagar por cuan-


tos medios sean posibles, qué correspondencia tiene en España
o Italia don Francisco Xavier de Vergara, Ministro del Tribu-
nal Mayor de Cuentas de esta ciudad, prevengo a Vmd. exa-
mine por sí mismo, con el más prolijo Cuidado, toda la corres-
pondencia que llegue de España, y aUn de la Habana, y sepa-
rando las cartas que vengan a nombre del citado Vergara,
remítamelas Vmd. con la mayor reserva, sin confiar a persona
alguna esta disposición. Dios guarde a Vmd. muchos años.
Santa Fe, 20 de Junio de 1782.
"ANTONIO, ATzobispo ViTTey de Santa Fe.
"Señor Administrador de Correos de Cartagena."
Sabemos ya, que don Francisco Javier de Vergara fué uno
de los Capitanes de Santa Fe, designados por Berbeo, que con-
currieron a Zipaquirá, con el Marqués de San Jorge, don Fran-
cisco Santamaría y don Francisco Vélez, y que intervinieron en
la redacción y discusión de las memorables Capitulaciones de
los Comuneros.
Fueron tomadas estas providencias en fuerza de la decla-
ración que hiciera el exjesuíta Francisco José Marcano y Aris-
mendi, de hallarse en Santa Fe enemigos de la Corona, y de
que don Francisco Javier de Vergara tenía muchos parientes
entre los exjesuítas desnaturalizados del Nuevo Reino de Gra-
nada, a juzgar por el concepto del Arzobispo Virrey.

'" '" '"


Habiéndose producido la vacante en la plaza de Ministro
Togado del Supremo Consejo de Indias, por el deceso de don
Basilio de Villarrasa, fué promovido a aquella dignidad el Re-
gente de la Real Audiencia de Santa Fe don Juan Francisco
Gutiérrez de Piñeres, por R. O. de 25 de febrero de 1783, pero
confiado el agraciado en el pronto nombramiento del sucesor,
determinó esperar la llegada de éste, para transmitirle el cargo
que a despecho de los Comuneros había ejercido, y comunicar-
le personalmente las instrucciones que estimaba convenientes;
mas habiéndose resuelto por R. O. de 24 de octubre, dada en
San Lorenzo y comunicada al Arzobispo Virrey, que fuese sin
dilación a servir el empleo para que había sido nombrado, sin
esperar a que lleguase el sustituto en la Regencia, hubo de
disponer su inmediato viaje de regreso a España .
.•.* '"

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222 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Aspirantes a la dignidad de Regente de la Real Audien-


cia de Santa Fe, que dejaba vacante don Juan Gutiérrez de
Piñeres, fueron: 19 El Licenciado don Antonio López de Quin-
tana, Fiscal de la Real Audiencia de Guadalajara, en Nueva
Espafia; 29El doctor don Francisco Antonio Moreno y Escan-
dón, Fiscal de lo Civil de la Real Audiencia de Lima; 3Q Don
José Ferrer, Oidor de la Real Audiencia de Lima; 4Q Don Luis
de Chaves y Mendoza, Oidor Decano de la Real Audiencia de
Santo Domingo; .)9 El doctor don Nicolás Vélez de Guevara
y Suescún, Alcalde del Crimen de la Real Audiencia de Lima,
y 69 Don Modesto Salceda y Somodevilla, Oídor de la Real
Audiencia de Guadalajara, en Nueva Espafia, quien después
de repartidas las listas se manifestó aspirante a la dignidad a
que nos hemos referido.
A pesar de haber presentado los pretendientes menciona-
dos, con sólo una excepción, sus solicitudes en tiempo y con
las formalidades requeridas, la Cámara de Indias, dependiente
del Supremo Consejo, acordó de oficio la siguiente lista, que
propuso al Rey, en 7 de abril de 1783,que por su orden se com-
ponía de los señores don José Ferrer, don Felipe Santos Do-
mínguez, don Lorenzo Blanco Cicerón, don Manuel Lanz de
Casafonda, don Ruperto Vicente de Luyando, don Luis de Cha-
ves y Mendoza, don Antonio Porlier, don Miguel Calixto de
Acedo, don Manuel Antonio de Arredondo, y don Benito de
la Iv.ía
ta Linares.
Por título expedido en 30 de mayo en Aranjuez, nombró
el Rey, para Regente de la Audiencia de Santa Fe al español
don José Ferrer.
De los aspirantes mencionados eran naturales del Nuevo
Reino de Granada los doctores don Francisco Antonio More-
no y Escandón y don Nicolás Vélezde Guevara y Suescún, Fis-
cal de lo Civil el primero, y Alcalde del Crimen, de la Audien-
cia de Lima, el último. Contra este procedimiento de exclusión
sistemática de los españoles americanos, para las altas digni-
dades del Reino, pronunciaron los Comuneros su disconformi-
dad, por el artículo 22 de las memorables Capitulaciones de
Zipaquil'á, como hemos visto.

** *
Constan los méritos de don José Ferrer en la solicitud que
ad pédem lítterae dice:

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EL MOVIMIENTO COMUN~L DE 1781 223

"Dn. JOSEF FERRER, natural de la ciudad de Orihuela,


en el Reyno de Valencia, y Oidor de la Real Audiencia de Lima,
a los Reales Pies de Vuestra Majestad, con su mayor rendi-
miento hace presente:
"Que después de haber servido en estos Reynos las varas
de Alcalde Mayor de las ciudades de Alicante, en el citado
Reyno de Valencia, y de Manresa, en Cataluña, mereció a la
piedad de Vuestra Majestad se dignase destinarle en 22 de
Agosto de 1752 de Teniente Auditor de Guerra de Caracas; y
el que atendiendo Vuestra Majestad a la buena conducta, celo
y desempeño que acreditó en aquel destino, le hubiese honra-
do por Despacho de 26 de Abril de 761, con los honores de
Oidor de la Real Audiencia de Santo Domingo; y subcesiva-
mente con Plaza de Oidor de la Audiencia de Quito, en 15 de
Diciembre de 764, de la qual fué Decano; y últimamente con
la de Oidor de Lima, en 19 de Octubre de 778, en la que se
halla continuando su mérito, con el celo y desinterés que tie-
ne acreditado.
"En cuya atención y la de haber sido consultado en 29 lu-
gar por la Cámara, para la Regencia de GU'atemala, suplica
a Vuestra Majestad, rendidamente, se digne tenerle presente
para la Regencia de Santa Fe.
"En que recibirá muy rendidamente de la piedad de Vues·
tra Majestad.
"Madrid, 24 de Marzo de 1783.
"En virtud de poder,

"(Firma y rubrica) TOMASPÉREZ DE ARROYO."

***
En 18 de septiembre de 1782, puso la Real Audiencia en
conocimiento del Arzobispo Virrey lo que al tenor copiamos,
en relación con la causa seguida contra el Cacique de Bogo-
tá don Ambrosio Pisco:

"Habiéndose visto la causa de Ambrosio Pisco, que se de-


nominaba Cacique de Bogotá, dice la Audiencia, a quien se le
ha concedido el Indulto y mandado desembargar los bienes,
lo pone este Tribunal en noticia de V. E., para que con arreglo
a lo que verbalmente fué acordado, dé la providencia que es-
time por oportuna."

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PABLO E. l'ARDENI!>S ACOSTA
224

Desviado de la clemencia el Prelado Virrey, en este caso,


para favorecer al representativo sobresaliente de la raza na-
tiva en el Reino, víctima de su ingenuidad y de su amor por
los terrícolas, nególe la gracia de retornar al terruño, a juz-
gar por la nota que a la letra insertamos:

"Reservada. La adjunta copia certificada del oficio que


me ha pasado esta Real Audiencia, con fecha 18 del corriente,
impondrá a V. S. de haber sido comprendido en el Indulto
expedido Ambrosio Pisco, que se denominaba Cacique de Bo-
gotá, y se halla preso en uno de esos castillos. Pero no convi-
niendo que regrese a su patria, para evitar las consecuencias
que antecedentemente se han experimentado, prevengo a V. S.
lo detenga en esa plaza con el pretexto que le parezca, obligán-
dole a que se presente a V. S. diariamente, sin molestarle en
otro modo, antes bien, dándole todos los posibles alivios que no
se opongan a.l fin explicado. - Dios guarde a V. S. muchos
años. Santa Fe, 20 de septiembre de 1782.
"ANTONIO, Arzobispo Virrey de Santa Fe."

"Señor Gobernador de Cartagena."

* **
En 25 de mayo de 1783 expidióse en Aranjuez el título de
Virrey, Gobernador y Capitán General del Nuevo Reino de
Granada, en propiedad, al Arzobispo Virrey interino don An-
tonio Caballero y Góngora, quien ratificó el 19 de noviem-
bre de aquel año, en la sala principal del Palacio Virreinal de
Santa Fe, con la solemnidad debida, el juramento prestado el
15 de junio de 1782.
* **
Los elevados móviles que alentaban el sentimiento patrió-
tico de los jefes principales del movimiento comunal de 1781,
eran los de alcanzar la independencia y libertad para el Nuevo
Reino de Granada, con el establecimiento de un gobierno au-
tonómico, independiente del de la Metrópoli, como lo expre-
saba don Pedro Fermín de Vargas, testigo mayor de toda
excepción, en representación de 20 de noviembre de 1799, ele-
vada al R. H. William Pitt, que en lo atinente dice:

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 225

"Que es nativo del Nuevo Reino de Granada, y descen-


diente por su madre de los indígenas de aquel país, llamados
por los españoles indios. Conociendo que así estos últimos,
como los españoles americanos, vivimos en nuestro país natal
como extranjeros, o más bien como esclavos, la indignación
se ha apoderado de nosotros, y nada deseamos tanto como sa-
cudir el yugo de una opresión tan odiosa como la de la Corte
de Madrid. Es demasiado conocida esta opresión para que yo
ocupe la atención del Gobierno en describirla. El mal ha lle-
gado a su colmo; la población del país es suficiente para as-
pirar a la independencia, y el Nuevo Reino de Granada es hoy
como un hijo mayor que desea emanciparse. Todas las clases
desean esta emancipación, y las tentativas de 1781 y 1796 lo
prueban claramente. Este Gobierno está instruí do de ellas,
cuyo mal suceso nos ha convencido de que el medio más se-
guro para conseguir nuestro fin, es el de recurrir a una poten-
cia extranjera con cuyos auxilios formar un punto de reunión
que proteja nuestra declaración simultánea.
"Las conexiones que el infrascrito tiene en el país, tanto
de amigos como de parientes, los empleos que en él ha ejer-
cido; el ser precisamente nativo de la villa de San Gil, donde
tuvo origen la conmoción de 1781,y sus viajes por todo aquel
Reino, le ponen en estado de conocer a fondo la disposición
de sus compaisanos, y puede responder de la aprobación de
todo lo que haga por su independencia." (Archivo del General
Miranda - Negociaciones - 1770-1810,tomo XV, págs. 388
Y 389. Tipografía Americana, Caracas 1938).
El historiador español don Manuel Ballesteros Gaibrois,
Catedrático de la Universidad de Valencia, en la sección de
los "Comienzos de la Inquietud Independizante en la América
Hispana", de su "Historia de América", emite, en relación con
el movimiento comunal de 1781,el siguiente autorizado dicta-
men que de verbo ad vérbum, insertamos:
"Parte de los sucesos que forman el tejido inicial de la
subversión hispanoamericana ya nos es conocida. Los 'Comu-
neros del Socorro', reaccionando contra las medidas fiscales
del visitador Piñeres, presentan un cuadro muy similar al co-
mienzo de los agravios de los coloniales norteamericanos. Ber-
beo, jefe de los Comuneros, que desaparece a raíz de la repre-
sentación del virrey Flores, se cree que continuó trabajando
por su idea y que él fué quien envió a Londres y Paris unos

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
226

emisarios proponiendo la emancipación. Desde este punto de


vista, la sublevación del Socorro es un claro antecedente de
los movimientos independizan tes."
El historiador don Boleslao Lewin, en su admirable libro
"Túpac Amaru el Rebelde", trae sobre las finalidades del mo-
vimiento comunal de 1781 en el Nuevo Reino de Granada, los
siguientes conceptos:
"Sea como fuere, un hecho es evidente: que había un an-
helo de independencia. Este anhelo toma las formas más dis-
tintas y logra exteriorizarse en Nueva Granada y en el Perú
sólo cuando la jefatura de los movimientos revolucionarios no
tiene el control directo sobre las masas. Donde el control es
completo, se prepara el terreno para la separación, pero sin
enunciar el propósito antes de disponer de fuerzas suficientes
para 10grarIo.
"El movimiento encabezado por Túpac Amaru se propo-
nía, como dijimos, alcanzar la independencia. También el de
los Comuneros tendía hacia la misma meta.
"Terminada la sublevación y anuladas las Capitulaciones,
se presenta en Londres, en 1784,el emisario de los Comuneros,
Luis Vidalle, y solicita la ayuda británica para sacudir el yugo
español.
"Los dos hechos citados y varios otros que mencionamos
en los parágrafos anteriores, nos convencen que la finalidad
política perseguida por los Comuneros era la independencia.
Pero, aunque en este caso, como en tantos otros, compartimos
el punto de vista de Briceño, no podemos no significar nues-
tro desacuerdo con lo que expresa él, al referirse a los docu-
mentos presentados en Londres por Vidalle."
El historiador don Manuel Briceño, el primero que en Co-
lombia escribió una excelente monografía sobre el movimien-
to comunal de 1781, fué también uno de los primeros en afir-
mar que las finalidades del moviemiento eran las de alcanzar
la independencia de las colonias americanas.
"Vidalle presentó al Gabinete Británico las proposiciones
de los Comuneros, dice. Ese documento, redactado por don Jor-
ge Lozano, da a conocer lo que se propusieron los que fomen-
taron la insurrección del 16 de Marzo. Para predisponer al Go-
bierno inglés de su parte le recuerdan la intervención de Es-
paña en favor de la independencia de las Colonias de la Amé-
rica del Norte; protestan la más grande adhesión al pueblo

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781
227

inglés; solicitan pagar la.sarmas y municiones que necesitaban


para entablar la lucha; ofrecen la libertad de cultos y, por
último, prometen que se declararán súbditos ingleses.
"En el informe de Vidalle se ve que se propusieron las Ca-
pitulaciones como un medio dilataría para conseguir los re-
cursos necesarios para emprender la lucha que debía ser san-
grienta y tenaz, y se ve que había relación entre el movimien-
to de Túpac Amaru en el Perú y el de los Comuneros en el Nue-
vo Reino. Estos dos documentos dan luz sobre aquellos acon-
tecimientos, y comprueban que la insurrección de 1781 tenía
por objeto alcanzar la independencia de 1;:l.8 Colonias amen.ca-
nas. Toca al Nuevo Reino de Granada la gloria de haber ini-
ciado la idea de independencia de la América española, etc."

•••* *

Bullía en la mente de los jefes superiores del movimien-


to comunal de 1781la idea de la independencia del Nuevo Rei-
no de Granada.
Cinco años antes de estallar la trascendental revolución
francesa. que conmovió los más firmes cimientos del antiguo
régimen y esparció por el mundo civilizado entonces los claros
destellos de libertad e independencia política; cuando eran ig-
norados los principios de autonomía nacional y de igualdad
ciudadana por los colonos de los dominios españoles del Nue-
vo Mundo; cuando no se habían iniciado aún las gestiones
del precursor don Francisco de Miranda ante las primeras po-
tencias europeas, en pro de la emancipación de las colonias
hispanoamericanas; cuando todavía ninguno de los países de
la América española había intentado obtener el apoyo de po-
tencias europeas para la independencia; cuando eran desco-
nocidos los derechos del hombre, traducidos y publicados lus-
tras más tarde por don Antonio Nariño; cuando a semejanza
de los revolucionarios norteamericanos, que enviaron a Ben-
jamín Franklin, acompañado de dos personajes más, en cali-
dad de emisarios, a contratar un empréstito en numerario, en
España, para la guerra de independencia contra la Gran Bre-
taña, también los Comuneros del Nuevo Reino de Granada en-
viaron años más tarde, en calidad de emisarios, al Capitán
italiano de navío don Luis Vidalle, acompañado de dos miste-
riosos personajes, a negociar con el Gobierno británico los ar-

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228 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

mamen tos que consideraban necesarios entonces, para iniciar


la guerra de independencia contra el Gobierno de la Metrópoli
española.
Vidalle y sus compañeros desembarcaron en uno de los
puertos británicos más inmediatos a Londres, donde apare-
cieron por el mes de mayo de 1784, y donde consiguieron al-
canzar la buena acogida y los favores del General Dalling, Go-
bernador que había sido de Jamaica, quien les granjeó con
sus influencias la gracia de Lord Sidney, de quien consiguie-
ron obtener una entrevista, ante quien apellidándose "Comi-
sión de Comuneros del Nuevo Reino de Granada", presentó
Vidalle las proposiciones de sus mandantes, concebidas en los
términos siguientes;

PROPOSICIONES DE DON VICENTE DE AGUIAR y


DON DIONISIO CONTRERAS

"Proposiciones hechas por don Vicente de Aguiar y don


Dionisio de Contreras (vecinos criollos del Reino de Santa Fe
o Nuevo Reino de Granada, hombres de talento, ricos y respe-
ta.bles, los primeros Generales que dicho Reino nombró en las
disputas que tuvo con Espaiía en el año de 1780) a Don Luis
Vidalle, en el mes de Marzo de 1783, en la Isla de Curazao, a
fin de que en nombre de ellos y de los principales habitantes
de dicho Reino las trasladasen al noble Ministerio inglés.

"1. Qm:el Ministerio inglés, perdonando la libertad de es-


tas proposiciones, que dimanan de corazones llenos de afecto
a S. M. Británica, y a sus leales súbditos, supuesto que es a
ellos a quienes imploramos con profundo respeto y la más
Eoltaveneración nos conceda su asistencia, que sobre ser tan
justa, no lo será de ninguna ofensa, siempre que se acuerde
del auxilio que la Real Casa de Barbón dió clandestinamente
en tiempo de paz a los americanos septentrionales, súbditos
de la Gran Bretaña, los que sin motivo alguno fundado toma-
ron las armas contra su Patria, se hicieron libres e indepen-
dientes por los socorros insinuados de dicha Real Casa de Bar-
bón, a fin de que a lo menos nuestros hijos se vean libertados
de tanta opresión, al cabo de haber nosotros padecido tantos
años, cuya asistencia será recibida con la mayor veneración,
silencio y perpetuo reconocimiento, haciendo promesa, bajo

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 229

el juramento más solemne, que si en tiempo alguno hubiése-


mos de conquistar, mediante nuestro casi infalible proyecto,
el Reino de Santa Fe, las provincias de Maracaibo, Santa Mar-
ta y Cartagena, las entregaremos a S. M. Británica, sin reser-
vamos cosa alguna, excepto la religión y los mismos privile-
gios a que todo súbdito inglés tiene derecho, y los individuos
de ambas religiones, así cathólicos como protestantes, goza-
rán de iguales prerrogativas, sin distinción alguna.
"2. Que la Inglaterra despachará inmediatamente para
nosotros, bajo banderas Holandesa o Imperial, 5,000 fusiles con
sus bayonetas y cartucheras, 5,000 sables, 200 culebrinas, 600
trabucos de bronce para disparar a caballo, balas de culebrinas
como también de fusil, y 15,000libras de pólvora común, ade-
más de 5,000 libras de pólvora de la mejor calidad.
"3. Que dichas armas y municiones de guerra se deberán
enviar a la isla de Curazao, encubiertas con supuesta carga de
vaca salada, mantecas, etc. Y es de observar que se propone la
isla de Curazao por hallarse la misma a una distancia muy
corta de la costa de Bahía Honda, poseída de indios a los que
la España jamás pudo someter, ni permitieron ellos en tiempo
alguno a ningún buque español el comerciar allí ni arrimarse
a su costa. Dichos indios son nuestros amigos, y en Bahía Hon-
da es donde las referidas armas se han de desembarcar a cau-
sa de que en veinticuatro horas se reunirán en ella con gran
facilidad 1,000 indios, y al cabo de una marcha de seis días se
hallará el surtido de armas y municiones resguardado en el
Reino de Santa Fe, que es el paraje conveniente para dar el
primer golpe y tomar en corto tiempo la ciudad de Santa Fe
de Bogotá, en donde estamos seguros de apoderarnos de todo
lo perteneciente al Gobierno español, en cuyo caso enviare-
mos a todos los jueces y oficiales españoles a dar cuenta de la
novedad a su Corte.
"4. Que dichas armas y municiones habrán de embarcar-
se para la isla de Curazao en un bergantín muy buen velero,
y habiendo llegado, haremos parecer que estamos ocupados en
la venta de la carga de dicho bergantín, mientras don Luis
enviare un expreso a don Vicente de Aguiar, a fin de que tome
un barco inmediatamente, para la dicha isla de Curazao, y lo
disponga todo con la exactitud y el sigilo que la importancia
del asunto requiere. Prontas ya las cosas se despachará el ber-
gantín para Bahía Honda con don Vicente de Aguiar y el mis-

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230 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

mo don Luis, para que puedan ponerse en tielTa, con toda


diligencia, las armas y municiones, y después pasará el ber-
gantín a Jamaica.
"5. Suplicamos también al nobilisimo Gobierno inglés nos
conceda pagarle dichas armas y municiones a pro~'l'ata de una
onza de oro por cada fusil, las balas a seis peso;; (no dice cuan-
tas), sables a peso, culebrinas a veinte pesos, trabucas a ocho
pesos, y la pólvora a peso por libra, cuyos articulos importa-
rán la suma de 222,800pesos; esta se satisfará a un comisario
a tiempo de hacerse en Bahía Honda la entrega de dichas
armas.
"6. Que la correspondencia se conducirá por la vía de Cu-
razao, respecto a su proximidad a aquellos parajes. haciéndo-
se la misma entre don Vicente y don Luis, quien habrá de re-
sidir en la citada isla de Curazao, bajo disfraz de comerciante.
Habrán de tener un barco muy velero, que pueda despacharse
al Gobierno de Jamaica en cualquier caso necesario, según los
avisos de don Vicente, a fin de que el Gobierno inglés pueda
estar enterado de las cosas más menudas que pasaren.
"7. Que hacemos la más seria instancia al Gobierno in-
glés sobre que impida a toda persona o personas que se hubie-
sen empleado en cargar dicho bergantín con las municiones
o a toda persona o personas que hubiesen fabricado dichas
armas, el ir a bordo de dicho bergantín, después de estar car-
gado, por ser conveniente que un asunto de tanta consecuen-
cia no se divulgue, ni que conozca nadie a don Luis, ni al co-
misario que el Gobierno inglés fuese servido nombrar.
"8. Rogamos encarecidamente a la Gran Bretaña que haga
enseñar a algunos oficiales ingenieros y de tropa la lengua
española, porque habiendo conseguido una vez encender bien
el fuego en el Reino de Santa Fe, la suplicaremos nos envíe al-
gunos de dichos oficiales, quienes serán acogidos con gran
veneración y enviados sin riesgo a nuestros acampamentos, a
fin de que mediante sus buenos consejos, podamos en pocos
años gozar de la satisfacción de ser súbditos de la Gran Bre-
taña. Lo que hay de cierto es que el Reino de Lima espera
únicamente nuestros primeros movimientos para tomar las
armas, y las mismas provincias de Maracaibo, Santa Marta y
Cartagena seguirán al momento nuestros mandamientos. siem-
pre que lo tuviésemos por conveniente, de suerte que la Es-
paña verá en su continente la escena de una guerra sangrien-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 231

ta. Anhelamos sólo que la alta y Real Corona inglesa y nación


mande sobre nosotros, en dinero o frutos que dén de sí nues-
tros territorios, y hallará en nosotros súbditos leales, prontos
a servirla con sumisión y respeto.
"Certifico bajo juramento de amigo fiel de la Nación in-
glesa, que dichas Proposiciones son las mismas de que se me
ha encargado y que he recibido de don Vicente de Aguiar y
don Dionisio de Canteras, a fin de que las comunicase en su
nombre al Ministerio británico.
"LUIS VIDALLE
"Londres, 12 de Mayo de 1784."

** *
"OBSERVACIONEShechas por don Luis Vidalle, quien se
toma la libertad de presentarlas humildemente al más ilustre
Ministerio de Inglaterra, relativamente a las disputas que los
españoles americanos tuvieron, y aun tienen, aunque con ma-
yor moderación, con el Gobierno español.
"1. Es digno de observar que don Vicente de Aguiar y don
Dionisio de Contreras son los principales Generales que el Rei-
no de Santa Fe nombró para estos destinos en el año de 1780,
en las citadas disputas que entonces fermentaban y duraron
hasta 1781,habiénrtose apaciguado por las razones que siguen.
Aunque estos dos caballeros tenían la mayor parte del Reino
en estado propio de defensa contra todas las fuerzas españo-
las y bastaban para hacerse libres e independientes, su gran
talento les hizo deliberar que hallándose privados de armas de
fuego, pólvora etc., era más conveniente formar una capitu-
lación con el Gobierno de Santa Fe, en los términos que (Nota.
No se han entregado esos papeles) manifiesta el papel adjun-
to número 1, con la intención, en primer lugar, de enterarse
a fondo de las intenciones del Gobierno español, y en segundo,
por tomar más tiempo para hacer mejores preparativos, re-
flexionando en que no tenían auxilio de la Inglaterra, nación
muy revenrenciada por ellos, y constándoles el número de tro-
pas que entonces había en América, así francesas como espa-
ñolas, además de las fuerzas navales, era muy natural el su-
poner que éstas acudirían a socorrer en los limites de dicho
Reino, y consiguientemente que las operaciones de los arriba
citados Generales no tendrían tan buen éxito, por cuyas se-

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232 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

g'uras consideraciones se tuvo por más conveniente ocultar y


diferir el proyecto, con la mira de efectuar nuestros ataques
con mayor vigor y acierto.
"2. Habiéndose notificado las Capitulaciones, el Arzobis-
po de Santa Fe pasó al campo de don Vicente de Aguiar en una
llanura y territorio de Zipaquirá, a presencia de 22,500 hom-
bres armados con varios instrumentos ofensivos, y prometió
bajo su palabra de honor, que todo cuanto deseaban en las
mismas Capitulaciones presentadas a la Corte de España se
les conseguiría. Bien se hicieron cargo los Generales que en
ello no decía verdad, y que el Arzobispo hacía estas ofertas
meramente para engañar y entretenerlos, y para adquirirse
algún mérito por lo que se esparciría de haberse salvado un
Reino tan interesante a la España, por sus buenos oficios;
pero el Arzobispoestaba ignorante, y aun lo está, de las jus-
tas causas que hicieron se retirasen las tropas de los dos Ge-
nerales a sus respectivos acampamentos, hasta ulterior deter-
minación de éstos, en quienes tienen puesta dichas tropas su
entera confianza.
"3. Las expresadas Capitulaciones, según lo que tiene di-
cho el Arzobispo,se enviaron a la Corte de España. Lo que es
notorio es que el Arzobispo se atribuyó un mérito tan grande
por haber entretenido 22,500 hombres sin asistencia alguna,
y salvado a un Reino de la ruina que le amenazaba, que a los
ocho meses le fué conferido el título de Virrey de Santa Fe y
de Gobernador y Capitán General del Nuevo Reino de Gra-
nada, circunstancia no sabida jamás de que a un eclesiástico
se le hubiese revestido de tanta autoridad. Es acualmente Ar-
zobispo y Virrey de inmensos territorios, empleo que ejercen
solamente oficiales militares de gran mérito, como diríamos
Tenientes Generales. En fin, resulta de la Capitulación pre-
sentada a España, fué aumentar los privilegios, pero procu-
rar con maña poner presos a los principales habitantes del
país. Reina por demás gran armonía y una sincera amistad.
No faltó una buena alma de la inmediación y confianza del
Arzobispo,para recomendar a don Vicente de Aguiar que se
retirase a una casa de campo y asegurase a todos sus amigos
de las buenas intenciones del Ministerio español, como lo eje-
cutó; y sin embargo de tal precaución, la Audiencia de Santa
Fe sorprendió a ocho habitantes, pero don Vicente de Aguiar
despachó un extraordinario al Arzobispo, significándole que
si en el espacio de diez minutos no ponía a aquellos vecinos en

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 233

libertad, haría tocar la generala en todo el Reino, y consegui-


ría a viva fuerza la libertad que se rehusase; que si el Arzo-
bispo se figuraba sería respetado a causa de su carácter, se
equivocaba muchíseimo; que su promesa se reducía a gozar él
del Virreinato, y finalmente que se le darían dos varas de
cuerda para su rebaño, a fin de que no volviese a alucinar al
pueblo con embusterías. (Nota. Estas frases están algo obscu-
ras, pero así están en la traducción inglesa que se nos ha en-
tregado). Receloso el Arzobispo que viniese don Vicente y le
despojase al mismo tiempo de sus adornos pontificales y del
Gobierno, dió inmediatamente la libertad a los ocho presos.
"4. Don Vicente de Aguiar y don Dionisio de Contreras
tienen comunicación íntima con el Cacique de Ycuta (Don
Joseph Gabriel Túpac Amaru, Inca descendiente de los Reyes
de Indias en el Reino del Perú). Dicha comunicación o corres-
pondencia se sigue de ida y vuelta con gran puntualidad y
presteza. Don Vicente me aseguró que en el espacio de 60 días
recibió una respuesta de dicho Cacique. Los correos indios que
tienen escogidos para su correspondencia son tan ligeros como
los pájaros en el aire, y tan expeditos como los peces en el
mar. El Cacique de Ycuta reside en el Reino de Lima u Obis-
pado del Cuzco. Lo que hay que admirar es que casi al mismo
tiempo de sublevarse el Reino de Santa Fe, se rebeló también
el Reino de Lima, y cuando don Vicente se retiró con su ejér-
cito, el Cacique recogió también el suyo. No fué éste, sin em-
bargo, tan prudente como el General de Santa Fe, pues pasó
a cuchillo crecido número de tropas españolas; y lo que tenía
exasperado al mismo Cacique era la muerte ignominiosa de
su tío, dispuesta por la Audiencia de Lima, la que con pala-
bras seducientes logró se fuese a la ciudad, donde al llegar le
dieron por recompensa una corona de hierro clavada en su
cabeza por el verdugo, y otras crueldades especificadas en el
número 2, (Nota. No tiene este papel los confidentes), que es
carta del Cacique de Ycuta, sobrino del difunto, escrita al
Obispo del Cuzco, en la cual se evidencian también las medi-
das del propio Cacique, y su convocación despachada a diver-
sas Provincias en dicho Reino, para que se rebelasen (Nota.
En el legajo de papeles hay otros varios escritos sobre la ma-
teria). El haberse calmado en parte el rencor del Inca Túpac
Amaro, fué por las cartas que le escribió don Vicente, alegan-
do que sería muy a propósito obrar con moderación, pero nun-
ca con tanto furor, a fin de ponerse en estado de tomar me-

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234 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

jores disposiciones. En fin, aunque la España ofrecio al Ca-


cique de Ycuta hacerle Brigadier, rehusó y despreció esta ofer-
ta, y ahora vive bien resguardado muy tierra adentro, como
sucede a los jefes más principales de Santa Fe, no habiendo
puesto pie en la ciudad desde la revolución, sino permanecien-
do en sus casas de campo, a donde se guardará de ir ningún
ejército español. Las Provincias de Maracaibo, Santa Marta y
Cartagena, contiguas al Reino de Santa Fe, seguirán las in-
tenciones de éste, porque sin su ayuda y comunicación serían
insuficientes, consistiendo su comercio en trocar el oro por sus
mercancías. Los habitantes de estas Provincias esperan con an-
sia su separación de la España, y habiendo allí puertos de mar,
van muchos individuos de ellos a frecuentar las islas, y hacen
su tráfico principal de contrabando, pues no les está permitido
comerciar en otros términos algunos. En vista de la libertad
de que todo hombre goza, especialmente en las Islas Británicas,
no hay criollo español en el contienente que no apetezca ser
inglés, aunque debiese pagar dobles impuestos, pues están he-
chos cargo de que es precisa la paga de derechos para el en-
grandecimiento de la Corona, pero en aquellos distritos pagan
triplicado derecho, sin tener asomo de libertad en el comercio,
siendo todo ello una absoluta opresión, que sólo puede creer-
se por quien lo haya palpado, y sería en verdad hombre muy
hábil cuyo pincel pudiese representar la esclavitud bajo la cual
penan los americanos españoles. Citaré un ejemplo sólo de
un esclavo español que denunció a su amo por contrabando.
Siempre que los géneros de contrabando llegan al valor de cua-
tro pesos, al esclavo se le pone en libertad y al amo en una cár-
cel por su vida, confiscándole sus bienes. Sin embargo de esta
ley tan rigorosa de España, que fué establecida en el continen-
te, no ha habido nunca un ejemplar de su ejecución, sino es en
el año de 1777.Un esclavo de Caracas acusó a su amo, y le arrui-
nó. Aquel se quedó libre, pero no continuó así mucho tiempo,
porque los demás esclavos de su secta le mataron poco des-
pués, por mirar aquellos salvajes las mismas leyes tan opresi-
vas con horror, y desdeñarse de aprovechar y valerse de la
ventaja que sin duda alguna les proporciona. Cuán cruel pa-
recerá esta ley a toda persona sensible! Hallándose don Vi-
cente de Aguiar en la isla de Curazao por el mes de mar30
del año de 1783, en una de las más brillantes asambleas don-
de asistía un oficial americano y se quejaba altamente de la
Inglaterra sin razón alguna de fundamento, se le encaró don

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 235

Vicente expresando: I'Sl vosotros, caballeros americanos sep-


tentrionales, quienes habéis tomado las armas contra vuestro
Rey y Patria, que os hacían bien, os protegían y os concedían
tanta libertad, qué habremos de decir nosotros los americanos
españoles, faltando sólo una tasa para acabar de gravamos,
cual es sobre la facultad de dormir con nuestras mujeres?
Privados de toda libertad de comercio, tenemos un Intenden-
te y Gobernador que nos arruinan y empobrecen con cualquier
pretexto, a pesar de que estemos enriqueciendo a la España
con oro, plata, perlas, cochinilla, añil, índigo, pieles, azúcar,
palo de tinte y otros frutos exquisitos etc. Quiera Dios, no obs-
tante, se vean reunidos los americanos a la casa de Borbón,
y nosotros a la de Brunswick." El oficial americano se quedó
atónito sin saber qué responder. Nadie en toda la compañía
conocía el español, sino yo.
"5. Después de haber maduramente considerado los dos
Generales don Vicente de Aguiar y don Dionisio de Contreras
cuán poco alto hace el Gobierno español en el peligro que le
amenaza, tuvieron sus conferencias en una casa de campo
con los Jefes del Reino, y resolvieron que los primeros dos Ge-
nerales hubiesen de pasar a la isla de Curazao, y de allí tras-
ladarse a alguna isla británica para comunicar sus intencio-
nes al Gobierno inglés; pero recibieron gran chasco a su lle-
gada a dicha isla de Curazao, por la noticia de que la paz se
había positivamente arreglado. Cuando yo arribé a la misma
isla lo celebraron infinito y me comunicaron sus designios, en
cuya vista les prometí y dije que iría a España en solicitud de
mi navío y carga; y tuviese yo buen suceso o no, tomaría a
todo evento lIDa embarcación para Inglaterra. Empeñé mi pa-
labra de buena amistad y honor sobre que comunicaría sus
propuestas al Ministerio inglés, cuyas propuestas son las mis-
mas que contiene ellegago número 3, y les aseguré que les da-
fía cuenta por la vía de Curazao de todo cuanto se practicase,
pero habiéndose confirmado la paz, e ignorando si el Minis-
terio inglés condescendería con la asistencia requerida, les
aconsejé sería mejor se volviesen a sus respectivas casas mien-
tras yo estuviese en Europa.
"6. Don Vicente de Aguiar es un criollo de la ciudad de La
Grita, de padres ricos; su principal comercio fué desde su edad
de 18 años a 24 en contrabando, el que ejerció en dicha época
sobre las islas extranjeras. Después se introdujo en el centro
del Reino de Santa Fe, y se casó con una señora de mucha

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236 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

riqueza, sobrina de don Dionisio de Contreras, de cuyo ma-


trimonio tiene dos hijos, hallándose ya seis años en este es-
tado. Tiene, pues, ahora, 30 años; es muy diestro en el ma-
nejo de las armas, y fué cuatro años Coronel de Milicias. Es
hombre de bella figura, y desea ansiosamente hacerse un in-
glés. Don Dionisio de Contreras es un caballero muy rico, po-
seyendo dos millones de pesos; hombre muy prudente, valero-
so y sabio, doctor en leyes y famoso abogado. Su edad es de
45 años. Estos dos caballeros son incapaces de abandonar sus
bien fundados proyectos.
"DON LUIS VIDALLE.
"Londres, 12 de Mayo de 1784."

* * *
Desafortunadamente para los comuneros del Nuevo Rei-
no de Granada, las relaciones de amistad que por más de diez
años habían mantenido Vidalle y el Capitán irlandés Mateo
Kennedy, uno de sus compañeros de navegación, obraron de-
cisivamente en el ánimo de aquel, para enterar a éste en los
pormenores del negocio que había de gestionar ante el Gaoi-
nete británico.
Dueño del secreto del negocio, por la infidcncia de Vida-
lle, el eclesiástico irlandés Dionisio O'Driscol, hizo la delación
del proyecto primeramente sólo, y acompañado de Kennedy
luego, ante el Ministro español en Londres, don Bernardo del
Campo, a juzgar por el informe reservado, dirigido pm: éste
al Conde de Floridablanca, que a la letra dice:

"Excelentísimo Señor.
"Muy señor mío:
"Habrá cuatro o cinco semanas que llegó a mi puerta un
hombre con una carta cerrada que se me entregó estando ya
en el coche para ir a Palacio, y hallé en ella tres renglones es-
critos en francés por un anónimo, proponiendo darme ciertas
noticias sobre unos emisarios que había aquí de nuestras In-
dias. Respondióse de mi parte inmediatamente por escrito, in-
dicando que cualquier día podría dejarse ver por mi casa, y
si no me encontraba, hablase con el Secretario del Ministerio,
don Juan Virior. No pareció el sujeto, ni volví a tener car-
ta suya.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 237

"Algún tiempo después recibió el Conde de Adhemar otra


nota algo más expresiva, como reconocerá V. E. por la adjun-
ta copia del número 1. Este Embajador dijo por el pronto que
volviesen al día siguiente por la respuesta, y en el intermedio
me escribió un billete con inserción de la nota, preguntando
qué respondería. Yo le escribí otro manifestando que acaso se-
ría el sujeto que yo esperaba, y que podría oirle si le parecía
del caso, o bien aconsejarle que se viese desde luego conmigo,
mediante el antecedente que ya había. Aunque M. de Adhe-
mar contestó en estos términos, no ha parecido la persona del
billete en ninguna de las dos casas, ni nos ha citado a otro
paraje menos notable.
"Estas especies, vagas e imperfectas, me habían puesto
ya en la mayor inquietud, y tenía tomadas cuantas medidas
se me proporcionaron para descubrir el paradero de los su-
puestos emisarios americanos, procurando, entre otras cosas,
que hubiese personas que observasen en las capillas a donde
verosímilmente podrían concurrir en días festivos; pues sus
semblantes, sus trajes y mal aire, o su imperfecto modo de ex-
plicarse en el idioma, podrían dar bastantes indicios; pero nada
habían producido todavía dichas diligencias en el punto prin-
cipal, aunque adquirí las de que cierto Capellán tenía rastro
de ellos, y no me descuidé en proporcionar su conocimiento.
"En este estado de cosas se me presentó ya en mi casa, en
la mañana del 20 del corriente, este joven irlandés, eclesiásti-
co cathólico, llamado don Dionisio O'Driscol, quien después de
exigir la mayor reserva en cuanto diría, me confió había efec-
tivamente en Londres un emisario de la América meridional,
apoderado de muchas gentes principales de aquellos vastos te-
rritorios, el cual trataba con algunos Ministros ingleses, y por
encargo de ellos con el General Dalling, que fué Gobernador
en Jamaica, promoviendo de común acuerdo una gran suble-
vación en los dominios del Rey, por medio de los auxilios y so-
corros que de aquí se han de enviar.
"Añadióme dicho eclesiástico que otro sujeto, llamado Ca-
pitán Blumert, que parece haber estado prisionero en la Nue·
va Orleans y haber sido severamente tratado por nuestras gen-
tes allí, se había enganchado, y resuelto a contribuir al mismo
proyecto, yendo personalmente a Indias con el emisario ya ci-
tado, y con los socorros.
"Además de éste, había de ir con ellos otro oficial irlan-
dés y cathólico, que sirvió de Capitán en un regimiento de vo-

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238 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

luntaríos americanos en Jamaica, durante la última guerra.


Se llama Matheo Kennedy, y conoce muy particularmente al
Conde de O'Reilly, por haberle tratado en la Nueva Orleans
haciendo allí comercio; pero así por impulso de su propia con-
ciencia, como por las persuaciones del mismo eclesiástico, vi-
niendo a conocer lo horroroso de las cosas en que se iba a em-
peñar fomentando la sublevación de unos vasallos y provin-
cias contra su legítimo Soberano, estaba determinado a reti-
rarse de tal empresa, y pronto a abocarse conmigo, para en-
terarme de cuanto sabía, en cuya consecuencia los cité para
el día siguiente.
"Vinieron juntos, y el expresado Kennedy, que es quien
ha estado en correspondencia directa con el emisario y demás
sujetos de la trama, me instruyó de todas las particularidades
que le constaban, así sobre las circunstancias de éste y de sus
promotores, como por lo que toca a las proposiciones de que
viene encargado dicho sujeto.
"El emisario de que se trata es un italiado llamado don
Luis Vidalle. Está establecido en Trinidad, y casado con una
criolla, vecina que fué de Martinica, mujer hermosa. De cator-
ce años a esta parte le conoce Kennedy, y sabe que pasó a Ja-
maica y otras islas británicas durante la guerra, y que por
las noticias que dió y pasos en que se empleó, contribuyó en
gran parte al buen éxito que tuvo el Almirante Rodney, y al
de otras operaciones contra nosotros. Este ha estado pocos
meses ha en España sobre un asunto de presas, y desde allí se
embarcó para Ostende, de donde vino a Inglaterra a comunicar
el proyecto de sus protectores. Habrá seis o siete semanas que
está aquí. Ha tenido algunas conferencias con Milord Sidney,
Ministro del Departamento Interior, y otras muchas con el Ge-
neral Dalling, o con su Secretario Mr. Barber.
"Parece que su intento es partir con los socorros y gentes
que se le den, a principios o mediados de Septiembre, dirigién-
dose a la isla de San Kits, cuya navegación, según informes
que he tomado, es regularmente de seis a siete semanas. De allí
ha de pasar a Curazao, que se mirará como depósito general,
y en esta isla ha de tratar con los principales descontentos, o
con las personas de confianza que éstos destinen, sobre el modo
y tiempo de pasar a nuestro continente con gran disimulo las
armas y municiones que llevan, y sobre todo lo demás que se
haya de ejecutar de común acuerdo. Le acompañará el citado
Capitán Blumert, quien según las señas, después de hacer ju-

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EL MOVIM:ENTO COMUNAL DE 1781 239

ramento de fidelidad en Nueva Orleans y de ser empleado, obró


traidoramente en el Fuerte de Natches, de cuyas resultas fué
condenado, pero al cabo obtuvo el perdón por la circunstancia
de haberse aparecido en el Cabo el Príncipe Guillel'mo, de suer-
te que en gratitud por aquella generosidad, trata ahora de su-
blevar provincias a la España.
"Irán también dos ingenieros y algunos oficiales de arti-
llería; pero todos sin patentes, ni visos de ser enviados por la
Corona británica.
"El papel adjunto, número 2, contiene las proposiciones
que se supone hacen al Ministerio inglés las personas que en
nuestra América se quieren sublevar, y el papel número 3 se
reduce a unas observaciones del emisario Vidalle acerca de las
mismas proposiciones, y de la proporción que hay en el país
para la premeditada sublevación, a fin de que el Gobierno in-
glés se deje arrastrar reconociendo tan lisonjera perspectiva.
Supuesta la determinación del Capitán Kennedy, de sepa-
rarse de tal proyecto, y supuesta la confianza que nos ha he-
cho, queda este hombre incapaz de servir a la Inglaterra, y aun
expuesta por el pronto su vida, si llegasen a traslucir el paso
que ha dado. Su primera idea era despedirse de estas gentes,
pasar a Irlanda por algunas semanas, donde tiene una hija y
asuntos caseros, y transferirse por la primera ocasión a Cádiz
donde está su conocido el Conde de O' Reilly. Aunque con bas-
tante dificultad, he podido conseguir que varíe su proyecto y
siga exactamente otro consejo mío, el cual se reduce a que apa-
rente siempre estar conforme con el proyecto para su vuelta de
Irlanda, y siga con ellos alguna correspondencia hasta el mo-
mento preciso de dejar estos dominios, en cuyo caso no ha de
ir por el pronto a España, porque este paso haría conocer al
Gobierno inglés que nuestra Corte estaba ya en el secreto de la
conjuración, y de la protección que aquí se la quería dar, cuya
circunstancia perjudicaría mucho.
"El eclesiástico O'Driscol permanece en Londres, y me verá
de cuando en cuando; pero como a éste no le ha puesto el ita-
liano en el secreto de su proyecto, diciéndole únicamente que
con el tiempo le haría su fortuna, no podrá saber otra cosa di-
recta de lo que aquí se siga tramando, y por este mismo motivo
dejó arreglado que desde Irlanda le comunique Kennedy lo que
sea posible acerca de las especies que le trasladen los otros so-
cios en cuanto a la celeridad de sus preparativos etc.

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240 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

"Justamente se acaban de verificar en diversos días, y en


paraje neutral, dos conferencias de don Juan Virior con el ecle-
siástico y con Kennedy. Asegura dicho Capitán, que siguiendo
mis consejos, ha arraglado con el italiano le dé cuenta de todo
a Irlanda, y le espere sin falta para partir juntos, en cuya con-
secuencia marcha luego, y cuando haya de volver, se fingirá
enfermo, para ganar algún tiempo, que es lo que nos conviene.
Entre tanto aprontarán un navío, y saldrá de algún puertecillo
de poco nombre.
"El asunto de que se trata es de tanta gravedad, y son tan
urgentes las precauciones que por nuestra parte deben tomar-
se, que me ha parecido, sin pérdida de tiempo expedir a V. E.
un correo, pues aunque puede haber mucha exageración o
mucha falsedad en todo lo que contienen los dos papeles que
acompaño, y no estoy aquí en estado de verificarlo, ni aun
creo pueda hacerse en Madrid, sino únicamente en Santa Fe
y demás parajes principales de nuestras Américas.
"Se me ha ocurrido si debía yo hacer grande alboroto con
este Ministerio, dando una queja solemne con la correspon-
diente amenaza que le atemorizase; pero he preferido el par-
tido del silencio y disimulo, por varias consideraciones. La pri-
mera y principal, que de mi pública demostración podría se·
guirse que en el término de cuarenta y ocho horas hiciesen
partir los socorros que debían ir dentro de dos o tres meses
por vías indirectas. haciéndose cargo este Gobierno que el gol-
pe era demasiado importante para perder el momento de ha-
bilitar a aquellos naturales prontos a rebelarse antes que los
jefes españoles de allí tuviesen fuerzas con qué oponérseles.
Todo esto lo podría hacer el Gobierno inglés al mismo tiempo
que a mí me llenase de protestas, porque su intención nunca
ha sido, como llevo dicho, de obrar abiertamente con envíos
de tropas y bajeles de guerra. La segunda consideración es
que podría a lo menos la Inglaterra expedir buques ligeros de
aviso a nuestras costas, para hacer saber a las cabezas de los
descontentos 10que aquí ha pasado, de que se seguía retardár-
seles los socorros, y que en esta inteligencia o se pusiesen ellos
en salvo o tomasen por sí mismos un partido violento. La ter-
cera consideración es que podrían también hacer la demostra-
ción de echar del país a Vidalle, y darle por bajo mano dinero
para que en Holanda u otros parajes se surtiese de todo lo ne-
cesario.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 241

"Finalmente, he reflexionado que si el Rey determina dar


las quejas después de haber enviado desde ahí las órdenes o
fuerzas que convengan para contener cualquier desorden en
la América, estaremos a tiempo de hacerla, y será verosímil-
mente antes que partan de Inglaterra, a mediados de Septiem-
bre, los socorros. En mi concepto siempre será lo mejor callar,
sorprender a unos y a otros, y castigar a los que lo merezcan.
"Calculando el tiempo que ha de tardar en salir el navío
de estos puertos, el que ha de pasar en su primer viaje a San
Kits, y las escalas que han de correr los socorros, antes de
desembarcarse en nuestras costas, comprendo que si nuestros
jefes de aquellos países obran con actividad y con el estrechí-
simo disimulo que pide el caso, se apoderarán de todo, y serán
deudos de la acción contra los descontentos; pero si se pre-
cipitan o muestran sobresalto o desconfianza, me temo que
todo se malogre. Esto me dicta mi celo, y no puedo menos de
decirlo, porque he visto ya muchos lances errados con la me-
jor intención del mundo, por exceso de eficacia y falta de cau-
tela.
"Acaso podría yo escribir al Virrey de Santa Fe, u otro
jefe de allí; pero debería ser tan obscuramente, que mis car-
tas en vez de producir un bien, causarían el daño de alarmar
a amigos y enemigos, por cuya consideración no me atrevo a
tentar este medio, tanto más que sería incierto y largo, por los
rodeos que había de llevar.
"El Capitán Kennedy, que es un oficial a media paga, por
haberse reformado su regimiento, y que además perderá este
corto auxilio retirándose, me ha pedido el correspondiente so-
corro para su viaje y corta mansión en Irlanda. Apoderado ya
de estos papeles, pienso asistirle en términos prudentes, y asi-
mismo al eclesástico, si necesitare algo; bien entendido que
ambos cuentan con otra protección y premio más señalado de
parte del Rey, de cuya magnanimidad y noble carácter están
bien enterados. En las circunstancias en que me hallo, y tra-
tándose de una materia al parecer tan grave, miraré este des-
embolso como de poca consecuencia. Espero que Su Majestad
se dignará aprobarlo, igualmente que todo lo practicado hasta
aquí por mi parte en negocio tan delicado y escabroso. Sólo
la penetración de Su Majestad, con las luces y noticias que
tuviere su Ministerio de Indias, podrán juzgar si es posible
que cuanto contienen los papeles que hacen el objeto de esta
expedición, sea pura maquinación del aventurero italiano, en

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242 PABLO E. CARDKNAS ACOSTA

perjuicio del honor y fidelidad de vasallos americanos españo-


les que estén ignorantes de tal invención, por el fin de con-
graciarse con el Ministerio inglés y adquirir buen premio. Oja-
lá sea así, y nos engañen, pues daré por bien empleado el
susto.
"Ni el Capitán Kennedy ni el eclesiástico saben que haya
otros emisarios de nuestras Indias; antes aseguran que Vida-
lle no trata con sujeto alguno, y que si los hubiera, tratarían
naturalmente con él. Todo esto no me impedirá vigilar, por
si descubro rastro alguno de los dos de que hace mención la
nota del número 1, quienes tal vez serán algunos ex-jesuítas sin
apoyo, que por sacar dinero se finjan apoderados.
"No he perdido de vista las especies que me dió el ciruja-
nillo de que hablé en carta de 15 de febrero, número 5, sobre
el amo a quien sirvió y las cosas en que se empleaba. No he
sacado en limpio nada, y el chico no volvió a aparecer.
"V. E. se hará cargo de la inquietud en que quedo, y del
ansia con que esperaré órdenes del Rey, después del recibo de
esta expedición, que me servirán de sosiego y de gobierno.
"Dios guarde a V. E. muchos años, como deseo.
"Londres, Julio de 1784.
"Excelentísimo Señor.
"Besa la mano de V. E. su más atento y seguro servidor,

"DON BERNARDO DEL CAMPO.

"Excelentísimo Señor Conde de Floridablanca.

"P. D. Hoy mismo ha ocurrido una cosa singular. Fax,


que ha traslucido algo del proyecto, se ha encajado en casa de
Vidallp., y fingiéndose enterado del todo, exigió ver los pape-
les. Al cabo se hubiera rendido a ello el italiano, pero como
se hallaba presente el Capitán Blumert, que parece ser hom-
bre fuerte y resuelto, se opuso a ello redondamente. Yo, que
conozco el riesgo de que Fax se mezcle en nada, porque es un
botafuego y atropellaría los envíos, he dispuesto pase mañana
Kennedy a afirmar a los otros en el más rígido silencio, por-
que se daría por ofendido el Ministerio, y perderían ellos su
fortuna." ;..

.
"

'" '"

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 243

La precedente información de don Bernardo del Campo,


Ministro del Rey de España en Londres, juntamente con las
proposiciones de los jefes comuneros al Gabinete británico, y
las observaciones sobre éstas, hechas por el emisario don Luis
Vidalle, fueron enviadas en copias al Arzobispo Virrey de San-
ta Fe, don Antonio Caballero y Góngora, al Conde don Ber-
nardo de Gálvez, a la Habana, y al Capitán General e Inten-
dente de Caracas, previniéndoles que tomen desde luego cuan-
tas providencias fueren más eficaces y oportunas, para impe-
dir la realización del proyecto acogido por el Gobierno inglés,
especialmente para la vigilancia y resguardo por mar de Bahia
Honda y parajes aledaños, y para que procedan a hacer ase-
gurar las personas de don Vicente de Aguiar y don Dionisio
de Contreras, recoger sus papeles y seguirles causa.

***
Ulteriormente escribía sobre el particular el Ministro en
Londres, don Bernardo del Campo, al Conde de Floridablan-
ca, 10 que al tenor copiamos:

"Excelentísimo Señor.
"Muy señor mío:
"Veo que llegan con regularidad a V. E. mis cartas diri-
gidas fuera de pliego a don Luis Candano, y así excuso enviar
sus copias. Por ellas habrá visto V. E. lo que he ido descubrien-
do aquí en punto a los manejos de Vidalle, y que el negocio
se sigue con bastante eficacia, lisonjeándose él y los ingleses
que intervienen en que va con grandísimo secreto.
"El estado presente se reduce a haber partido anticipada-
mente el Capitán Barber, que debe preparar allí todas las co-
sas necesarias a sus proyectos; estar en el caso de partir en
breve, asimismo Vidalle para San Kits, desde donde expedirá
barcos e inteligencias a las gentes que en nuestro continente
se suponen dispuestas a un alboroto; deberle seguir en breve
el Capitán Blumert, y finalmente, tener ya orden positiva
nuestro Kennedy para transferirse a Jamaica, punto de reu-
nión de todos. A 10 dicho añadiré varias especies que coinci-
den con el asunto.
"Me consta que de un año a esta parte no se ha extraído
de la Torre de Londres ninguna clase de armas blancas o de

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244 PABLO E. CARDEN AS ACOSTA

fuego para destino alguno; tampoco de Chatam ni Wolwich,


en que hay parques de artillería, se ha extraído ningún cañón.
"Ni en los diversos fondeaderos de esta ría, ni en los puer-
tos principales de Portsmouth y Plimouth se prepara navío al-
guno que pueda mirarse como sospechoso. De todo ello se co-
lige, como siempre creí, que en efecto no se aventuran a des-
tinar buque con el único objeto de llevar las armas y auxilios
premeditados a nuestros descontentos; pero tampoco debemos
crer que no se ejecute. En Birmingham se fabrican armas; y
de allí salen continuamente para todos los parajes y destinos
cuantas necesitan los comerciantes que hacen este género de
tráfico en las cinco partes del mundo, embarcándolas, por lo
regular, en los puertos de Bristol y Liverpool. De suerte que es
materia casi imposible, descubrir el destino particular de cada
porción o remesa, porque cuantos intervienen en ellas son me-
ros comisionistas y 10 ignoran. A este propósito diré a V. E.
(aunque sea fuera del asunto), un hecho tan extraño como
indigno, que prueba hasta qué punto de bajeza y crueldad se
han solido dejar arrastrar los que llamándose comerciantes,
sólo aspiran a ganar por cualquier medio uno de los principa-
les artículos con que se hace el vergonzoso comercio de escla-
vos negros en la costa de Africa, que es el de armas, suminis-
trándolas a aquellos naturales en cambio de las infelices víc-
timas que entregan. Síguese de aquí que mientras más baratas
sean las armas, sale más lucrativo el tráfico; y así han llegado
a conseguir en Birmingham un fusil completo, de muy buena
apariencia, de cuatro o cinco chelienes. Pero cuáles son las
resultas? que suele reventar al primer tiro, matando o lasti-
mando al desdichado padre que ciegamente vendió al hijo. Y
como cada lance se atribuye a causalidad, sigue con calor el
mismo comercio, siendo por necesidad mayores las remesas
de armas, en suplemento de las que se inutilizan. Y vuelvo a
mi asunto.
"Vidalle tenía un criado español y le despidió algunas se-
manas ha, sin motivo legítimo. Sin duda por quitarse de enci-
ma aquel testigo.
"El citado Vidalle estuvo preso por deudas habrá tres me-
ses, a solicitud de algunos comercianes acreedores, pero el
Gobierno le sacó por bajo mano del apuro, y desde entonces
está libre, empleándose en los manejos que sabemos.
"Hállase aquí un ex-jesuíta inglés llamado Pool, hombre
al parecer muy honrado, de bellas costumbres y de vida muy

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 245

retirada. Con motivo de haber residido 18 o 20 años en Chile,


fué llamado dos o tres meses ha, por un personaje de la Cor-
te (según las señas fueron algunos del partido de Fox y North,
y esta circunstancia presenta una difícil combinación); y con
grandes juramentos se le preguntó si se prestaría a ir a alguna
parte de la América española, siempre que se tratase de algu-
na expedición secreta. Respondió redondamente que jamás se
emplearía en operaciones de esta clase contra soberano alguno
de la tierra; y añadió que mirasen lo que hacían, no dando
crédito ligeramente a proyectos y relaciones, porque aunque
a los ingleses les sería muy fácil desembarcar en cualquier
parte de nuestras Indias, les sería todavía más fácil a aquellos
naturales del país, pasarlos todos a cuchillo.
"No puedo descubrir el paradero de don Juan Bautista
Morales; antes creo que, o no hay tal hombre, o si existe no
es en Inglaterra. Atando cabos y antecedentes he llegado a
persuadil'me que éste puede ser un cuñado de don Bartolomé
Armesto, que pasó de San Eustacl1io a Amsterdam, con áni-
mo de tl'ansferirse a Rusia, y proponer allí grandes proyectos
o empresas, verosímilmente contra los intereses de la España
Pero como en Amsterdam no encontró el crédito y auxilio que
se prometía, de resultas de las recomendaciones que trajo de
San Eustachio, no pudo llevar adelante su viaje y proyectos.
De suerte que no se ha vuelto a saber de él.
"De don Antonio Pita tampoco descubro rastro. Aquí ha-
bia un español que pasaba por el nombre de Tijeras; fué arres-
tado, y puesto en libertad al mismo tiempo que Vidadlle. Lo
ridículo del apellido puede hacer creer que haya sido supuesto,
y que el verdadero fuese Pita. Pero en todo caso, el sujeto in-
dicado arriba, está hoy haciendo de Secretario del mismo Vi-
dalle, y se hace pasar por francés entre las gentes que le tra-
tan. Como de éste ni de Morales hay modo de descubrir la
edad, figura y otras señas precisas, sólo por casualidad se po-
dría tropezar con ellos; y más en una dilatadísima e inmensa
población como Londres, donde empezaría cualquier aventu-
rero por cambiar sus nombres.
"MI'. Barry, que como tengo dicho en otra ocasión, ha pa-
sado a Trinidad, para el asiento de negros, debe semos muy
sospechoso. Sin motivo alguno despidió también el único cria-
do español que tenía, sin embargo de que podría serIe útil en
su nuevo destino. Además de esto, antes de partir, empleó mu-
chas semanas en Birmingham y Bristol, cuyos hechos bastan

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246 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

para persuadirnos que enterado él de las cosas que se traman,


haría allí compras y acopios correspondientes al proyecto. Este
sujeto tiene un hermano establecido en Canarias; y aunque no
sé de él cosa particular, me parece que convendría hacer ob-
servar sus tratos y conexiones, como yo lo haré aquí. Hay otro
hermano de éstos, establecido en Cádiz; y de éste puedo decir
que las casas de comercio, sus corresponsales en esta ciudad,
están sorprendidas de los excesivos encargos y comisiones que
dá desde allí para remesas de géneros de todas clases. Hay
gentes que le creen interesado o sabedor en las extracciones
fraudulentas que se hacen de nuestra moneda; pero como yo
no tengo fundamento para persuadírmelo, ni darlo por posi-
t.ivo,va sólo esta especie reservada, por vía de precaución. Lo
derto es que un agente o comisionado de los Barrys, que es-
taba aquí cuatro días ha, en circunstancias muy indiferentes,
arrastra ya un coche por el lugar. Pocos días ha llegó el navío
el "Príncipe de Asturias", Capitán Mac Carthy, desde Cádiz,
a donde parece debió picar de repente, por cables, para evitar
un embargo; y se ve que logró extraer plata, pues a su arribo
vinieron a la Casa de Moneda, carros cargados con cantidad,
según apariencia, hasta de dos mil pesos; y el Capitán recibió
públicamente en la Bolsa mil elogios y aclamaciones por su
atrevida c1eterrninal:ión.Raro navío inglés viene de Cádiz que
no traiga moneda.
"Hubo aquí, años ha, un Mondragón, hombre traviesísi-
mo que dió mucho que sentir al Embajador Príncipe de Mose-
rano; y se hizo, además, despreciable por su conducta priva-
da; de suerte que hubo de huir precipitadamente, y está im-
posibilitado de volver a entrar en Inglaterra, porque sería se-
veramente perseguido. Se me asegura que está empleado al
servicio del Rey, en América, con demasiada aceptación por
su talento y travesura; pero que atendiendo a todo lo hecho
en el curso de su vida, se debe desconfiar mucho de él en cual-
quier paraje en que se halle. Mi situación y mi honor me im-
ponen la obligación de confiar a V. E. lo que llega a mi no-
ticia; pero su penertación y justificación sabrán tomar la par-
te que pueda interesar al servicio del Rey.
"El conjunto de especies vertidas en esta carta, da bas-
tante a comprobar lo que sabemos respectivamente de Vida-
lle; y el Ministerio inglés desearía, de un modo o de otro, pro-
mover disturbios en nuestras Américas, sin comparecer, hasta
poderlo hacer con seguridad de buen éxito.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 247

"Concluyo esta carta antes que llegue el extraordinario


que espero de V. E., para no confundir especies, si de resultas
de ello tuviere que entrar en nuevas consideraciones.
"Dios guarde a V. E. muchos años.
"Londres, 23 de Septiembre de 1784.
"Excelentísimo Señor.
"E. L. M. de V. E. su más atento y obligado servidor,

"DON BERNARDO DEL CAMPO

"Excelentísimo Señor Conde de Floridablanca."

***
Después de haber acogido con beneplácito el Gabiente bri-
tánico las proposiciones de los jefes comuneros, presentadas a
su consideración por Vidalle, y haber dispensado algunos fa-
vores a éste, las desestimó luego, por ciertos indicios que le
hacían recelar del tacto y cautela del emisario, quien viéndose
repudiado como sospechoso, y desconceptuado ante el Gobier-
no inglés, hubo de salir fugitivo de Londres, con sus compa-
ñeros, para librarse de la acción del Ministro español don
Bernardo del Campo, contra ellos, y buscar asilo en Francia;
pero descubiertos allí, fué aprehendido Vidalle, con uno de sus
compañeros, por las autoridades francesas, mediante la in-
tervención directa del Conde de Aranda, Embajador de Espa-
ña; y conducidos a Cádiz murieron en estrecha prisión allí.
El historiador Camacho Baños trae en la página 79 de su
libro "Sublevación de Comuneros en el Virreinato de Nueva
Granada en 1781", el siguiente pasaje:
"Pero el estadista británico Lord Sidney, no se mostró
favorable a las pretensiones de los Comisionados, que perse-
guidos por los agentes españoles en la costa inglesa, se refu-
giaron en Francia, y allí descubierto Vidalle, por los agentes
del Conde de Aranda, Embajador de S. M., fué detenido y se
le trajo a España, donde murió preso en Cádiz, y poco después
Morales sufrió la misma suerte, y Pita desapareció, cuyas no-
ticias se comunicaron al Arzobispo Virrey, el cual, sin embar-
go, continuó la vigilancia."

***

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248 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

La primera noticia sobre la presencia de Morales y Pita,


compañeros de Vidalle, en Londres, la recibió el Ministro es-
pañol don Bernardo del Campo, en un billete escrito en fran-
cés, sin firma alguna, y concebido en los términos siguientes:

"Ce 19 Juin 1784.


"Monsieur l'Ambassadeur:
"Vers le mois de Février passé, deux hommes sont venus
ci, chargés de quelques commissions politiques, de la part d'une
partie formée par les sujets de S. M. Catholique, dans l'Amé-
rique Méridionale. L'un s'appelle Juan Bautista Morales et
l'autre est nommé Antonio Pita. Ils représentant leurs com-
mettants comme un corps considerable par le nombre, l'in-
fluence et la force. L'un passe pour joaillier, et l'autre prend
le caractere de medecin, et lem résidence ordinaire est dans
La Cité ou ses faubourgs. Cepandant quelque secrets qu'ayent
eté les objets de leur mission et le progres de leur négociation
est en partie sue, et si vótre Excellence en désire la connais-
sance, la personne qU'a l'honneur de s'adresser a V. E. vous en
fera la communication, en lui indiquant le temps et le lieu ou
elle peut montrer un mémoire a ce sujet ou a V. E., ou a quel-
qu'un dans vótre confiance, qui puisse vous faire un rapport.
Comme la personne en question est interessée que l'an se sa-
che pas qu'ils s'adresse a un Ministre étranger d'une fagon
quelconque, il préférait tout autre endroit pour conférer a ce
sujet a l'hotel de V. E. Le porteur peut porter la réponse s'il
y en a."

TRADUCCIÓN

A eso del mes de febrero pasado llegaron aquí dos hom-


bres encargados de ciertos asuntos políticos, a nombre de un
partido formado por los súbditos de S. M. Católica en la Amé-
rica meridional. Llámase uno Juan Bautista Morales y Anto-
nio Pita el otro. Afirman que sus comitentes constituyen una
agrupación respetable por su número, su influencia y su fuer-
za. Se hace pasar por joyero el uno y por médico el otro, y su
residencia ordinaria es en la Cité o en los suburbios. No obs-
tante la reserva que han observado sobre el objeto de su mi-
sión y el éxito de su negociación, su objetivo es en parte co-
nocido; y si V. E. desea informarse de ellos, la persona que
tiene el honor de dirigirse a V. E., le instruirá sobre todos los

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 249

pormenores, siempre que se le indique el tiempo y el lugar


conveniente, donde pueda imponer a V. E. de la relación en
que consta lo que se sabe del negociado.
Como la persona en referencia está interesada en que na-
die sepa que se ha dirigido a un Ministro extranjero de una
manera cualquiera, preferiría se destinase para la entrevista
un lugar que no sea la mansión de V. E.
El portador de ésta puede recibir la respuesta, si la hu-
biere.

** :1=

Además de la delación que ante el Ministro español en


Londres, don Bernardo del Campo, hicieron sobre los proyec-
los de VidaUey sus compañeros, el Capitán Kennedy y el ecle-
siástico O'Driscol, ambos irlandeses, otro traidor, el Capitán
inglés John Brooks, denunció, mediante estipendio, con el ma-
yor sigilo, los mismos proyectos, ante el Conde de Aranda, Em-
bajador de España en Paris, a juzgar por la información que
insertamos en seguida:

"Excelentísimo Señor y muy señor mío:

"De vuelta de Londres don Tomás Pérez, pensionado ma-


quinista, me dió noticia de haberse traslucido allí que se tra-
mase una expedición de particulares sobre nuestras costas de
América, y haber dejado un corresponsal que le continuaría
lo que hubiese. Pocos días después me hizo ver, por una carta,
que el sujeto instruído de la trama se ofrecía a pasar de Lon-
dres a Paris, si se le costeaba el viaje de venida y vuelta, y
ofrecía que comunicaría ahora y después cuanto supiese, sin
exigir otra recompensa que la décima parte del valor de las
cargazones de guerra que se cogiesen en los bastimentos de la
expedición que él anunciaría, al saber específicamente sus des-
tinos, en inteligencia de que al fin del año, a más tardar, ten-
dría lugar su salida.
"Hecho cargo de que a no verificarse presa alguna, no
tendría cabida la menor recompensa gravosa al Rey Nuestro
Señor, de que el sujeto proponente no iría a solicitar, y con-
tentarse de un premio que sólo dependía de salir bien sus no-
ticias si no fuesen verdaderas para él, y de que no digo el ter-
cio, sino aun la mitad del valor, sería una mínima gratifica·

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250 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Clan, desde luego, sin salir del propio bolsillo, pues se verifi
case el cortar la empresa, cuya turbación podría tener conse-
cuencias de la mayor importancia. Encargué a Pérez de escri-
bir que el sujeto se transfiriese a Paris y se le pagaría su ve-
nida, vuelta y estancia, acordándole desde luego el décimo de
toda presa perteneciente a la expedición que suponía, para
cuya consecución diese las instrucciones convenientes.
"Allanándose la persona, avisó que el 17 de Julio saldría
de Londres ,y calculando yo su arribo poco más o menos, fué
la principal razón que tuve para detener el correo Nasimbene,
como menos importante que el viniente de Londres, lo cual
me ha salido exacto con mi reflexión.
"Llegó, pues, el 19 en la tarde, el Capitán John Brooks;
en su primera visita me hallé embarazado por el poco y mal
francés con que se explicaba, sin entenderlo tampoco bien; y
así, aunque malamente, tomé una tintura de su exposición,
citándolo para otra con intérprete.
"A este fin me he valido del abate O'Sullivan, irlandés,
Capellán que ha sido por el Rey Nuestro Señor en las Cortes
del Norte, y últimamente lo fué en Petersbourg, de donde ob-
tuvo real permiso para retirarse a descansar con una pension-
cilla que S. M. le acordó, y ha venido a situarse en Paris.
"Por este medio nos hemos entendido mejor desde la se-
gunda vez, y como el asunto tiene la variedad de circunstan-
cias y personas que concurren, pedí al Capitán John Brooks
me hiciese la relación por escrito, a fin de gobernarme con
mayor exactitud. Quería mejor que se fuesen apuntando sus
dichos; pero yo le hice entender que se haría sin el orden que
convendría, y sería mucho mejor que él arreglase por sí mis-
mo la relación. Convino en ello, pero exigiendo la palabra de
quedarme con copia de ella, y quemar el original de su letra,
por tranquilizarse de que ésta por ningún caso podría servir
de documento contrario en su país. Me hice cargo de que para
nuestras instrucción, fuese verdadera o supuesta su relación,
tanto valía la copia como el original, y le dije que me presta-
ba a su solicitud, y que sacando el traslado, vería quemar de-
lante de sí, en mi propio cuarto, el escrito de su puño, en cuya
seguridad no se quedase corto en sus especificaciones. Esta
franqueza le agradó mucho; cumplió con extender su nota y
enviármela por mano de Pérez; y luego la pasé al abate O'Su-
llivan, para copiarla y traducirla, citados todos a concurrir en

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 251

mi gabinete ayer a las cuatro de la tarde, como se verificó,


quemando el papel, según lo prometido.
"Incluyo su copia con traducción en francés.
"En vista del contenido tuvimos nuestra conversación.
"Preguntéle cómo era Capitán; respondióme haberlo sido
de Cazadores en un Regimiento de Loyalistas, formado en las
Colonias contra los insurgentes.
"Preguntéle si se había hecho conocer de don Bernardo
del Campo; me respondió que sí; pero que habiéndole dado
éste, para volver, la hora de las diez de la mañana, no se había
atrevido a presentarse de día.
"Preguntéle si conocía a Miranda; respondióme que de
vista no, y ser Blonmart quien le había dicho estar en el com-
plot, como que desde algún tiempo se hallaba viajando, y lo
aguardaban de vuelta para el tiempo del embarco, bien que
corría la voz de si lo hubiesen arrestado en alguna parte.
"Preguntéle quién era el Marqués de Buckingham, que
suponía a la cabeza de la subscripción; respondióme que no
lo conocía bien, que sólo sabía ser un título no antiguo acor-
dado a su persona, que había seguido la carrera de letrado.
"Preguntéle si no confundiría esta expedición de Blon-
mart con otra que había querido hacer el año pasado; respon-
dióme que no, y que estaba enterado de ella, sabiendo que un
español Luis Vidal había sido preso, y que debiendo bastantes
guineas a Blonmart, 'me había escrito éste, y había leído mi
respuesta', a que Blonmart y sus amigos no habían tenido qué
decir, y me refirió verdaderamente su sustancia.
"Preguntéle con particularidad cuánto tardaría la expe-
dición; respondióme que a su salida debía embarcarse Blon-
mart con el nombre supuesto de su mujer, de que no se acor-
daba, para ir suelto a los parajes consabidos, reconocerlos, en-
tenderse con los interesados en la idea, convenir las señales
para su arribo, y volverse a Londres para dirigir bien, después
la empresa, y añadió que Blonmart hablaba bien el español y
lenguas de los salvajes.
"Preguntéle a qué punto preciso se dirigía el proyecto de
la expedición; respondióme que puntualmente no lo sabía
aún; pero podía decirme que a uno de los dos lados de Carta-
gena, a cierta distancia.
"pregun téle si conocía a Sir Hogdson que Blonmart ha-
bía empleado el año pasado en sus primeras ideas con Vida!;

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252 PABLO E. OARDENAS ACOSTA

respondióme que no, ni tenía noticia de él, a menos que no


fuese uno de dos que había oído andar por aquellas partes de
diez a doce meses acá, y que iban enviando noticias de allá.
"Hablóme de si podía conseguir un socorro anual de cien
guineas, a cincuenta cada medio año, o por meses, para po-
derse mantener en Londres, ayudándose de lo suyo, pues con
esto sólo no podía existir sino en la campaña, y que cuando
se dudase de sus buenos servicios se le cortase la pensión. Dí-
jele que yo no tenía facultad ni aun para ofrecérsela, cuanto
menos para dársela, que 10haría presente a mi Corte y se 10
haría saber.
"Tratamos de cómo nos comunicaríamos dándome él avi-
sos cuando tuviese algo de nuevo, o preguntándole y lo que me
ocurriese, y convinimos en las señales de la hoja inclusa; de
modo que escribiéndome él pusiese una sobrecubierta para
Pérez, y entregase la carta en la Secretaría de don Bernardo
del Campo, para ocasión segura, para lo cual Pérez escribiría
a Londres de recibir las cartas que se entregasen allí para él,
como de confiaentes suyos sobre máquinas, y se incluyesen en
mi pliego. Por mi parte que se le enviase a Campo, que éste
sabía su posada, que lo enviase a llamar para hora oscura, y
se la entregase, pidiendo no me explicase con Campo hasta la
precisa de hacerle alguna pregunta o responderle; y que cuan-
do hubiese de saber Campo que él había estado en Paris, y vís-
tome, dijese yo que habiendo venido a ver a Pérez, su conoci-
do, éste había querido presentármelo, y de entonces quedaba
la inteligencia.
"Hablando de si tendría forma de adquirir más particu-
laridades del proyecto, sus empleados, sus fuerzas, el tiempo
justo de la salida y el paraje de arribada, como de los ameri-
canos que interviniesen, me dijo que haría 10 posible respecto
a tratar con estrechez a Blonmart, pagándosele como si lo pu-
diese ayudar con su pluma; y aun se le agregaría como uno
de los que quisiesen ir a la expedición; pero como si tomase
ese empeño tendría que ir a ella, era menester asegurarle que
tomado con los otros en mar o tierra, y enviando sus señas y
nombre con reserva, no se le tratase como a los otros, sino di-
simulando un poco, dejar10 después en libertad sin aparen-
tarlo. Repliquéle que aunque eso sería posible, no convenía
tomase ese medio, porque siendo 10 más importante el avi-
sarnas en el punto de partida, si como individuo de la expe-
dición lo cometiesen antes a esto o lo otro, nos faltaría a lo

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 253

mejor. Apoyéme de esta razón por no convenir en su propo-


sición, pues sería capaz de irse con frescura a la empresa, y
obrar en ella como los demás, fiado en que en un revés de su
suerte le quedaba aquel seguro, mediante la prevención anti-
cipada ..
"Tales asuntos ni se pueden apreciar ni despreciar, por-
que son posibles de ocurrir, y en cuanto a los interlocutores
confidentes cabe a veces la verdad, bien que por los más pre-
pondera a veces la mentira.
"Yo creo que poco se iba a perder en dar a este hombre
las cien guineas por mesadas y ver, por sus consecuencias, si
mereciese continuárselas, destinándolo a entenderse con don
Bernardo del Campo.
"En cuanto a su incertidumbre del lado de Cartagena para
el .d~sembarco de armas, municiones y oficiales, mejor fuera
que hubiese fijado el punto, porque como por un lado en el
golfo del Darién, y por otro hacia el Río del Hacha, hay aún
indios bravos, o sublevados, cabe por ambos que, provistos de
armas y jefes, den qué hacer, y lo peor de todo, el ejemplo
para seguirlo en otras partes, creyendo todas por buena la
ocasión de no poderse acudir a ellas a un tiempo para con-
tenerlas.
"De la relación del Capitán John Brooks y de la conver-
sación juzgará el Rey Nuestro Señor lo que resultare más
probable. Veo que nada liga esto con lo supuesto por el Polida
]'onsdeviela, que remití a V. E. por el Correo Cornet. Las dos
cosas pudieran ocurrir y ser falsas, porque sus denunciadores
no serán tal vez fieles en sus relatos, o los habrán inventado.
Causarán cuidado, con todo, y la única precaución es la de
tener por dichos puntos bastantes buques que vigilen, y tropas
suficientes en alguna posición de donde puedan acudir desde
el principio del alboroto, para impedir que no tome incre-
mento.
"Le he dado veinte y cinco luises por su viaje, que pondré
en cuenta de gastos extraordinarios. He sentido no poder fran-
camente entenderme con él en francés, porque no carece de
luces para distinguir de colores. De sí mismo ofreció que pres-
taría juramento por la verdad que hablaría, el cual, en el ca-
rácter inglés, por lo regular es más verdadero que en ninguna
otra nación; pero le respondí que me atendría a su hombría
de bien. Si ha traído estudiado su papel desde Londres, es buen
cómico, porque lo ha representado sin perder el hilo, con todo

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254 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

de que se le ha repreguntado y dado muchas vueltas a sus


dichos. No he observado en el tono ni gestos que encubriese
simulación, sino aquel natural inglés característico que los dis-
tingue de las demás naciones.
"Dios guarde a V. E. muchos años. Paris, 22 de Julio
de 1786.
"B. L. M. de V. E. seguro servidor,

"EL CONDE DE ARANDA.

"Excelentísimo Señor Conde de Floridablanca."

* '" '"
A principios de 1784 una goleta guardacostas, que tocó en
la. costa de Mosquitos, puso en prisión al Coronel inglés don
Roberto Hogdson, incautándose los papeles que éste trajera
consigo, y trasladado a Cartagena, se le condujo a Santa Fe,
por tenerse sospechas de sus manejos cautelosos en aquella
costa.
Por tal razón el Arzobispo Virrey decía don José de Gál-
vez, en carta fechada en Santa Fe, el 31 de Julio de 1784, nú-
mero 114, lo que al tenor copiamos:
"En mi oficio reservado número 32, en que di cuenta a
V. E. de haber sido hecho prisionero el Coronel inglés Dn. Ro-
berto Hogdson, le expuse también habérsele recogido varios
planos, croquis y papeles importantes, que correspondían a
patentizar las noticias que tenía este oficial de muchas plazas
y puertos de nuestras Américas, ofreciendo remitirlos a V. E.
luego que se reconociesen, copiasen los planos y tradujesen las
noticias. Arreglado todo, lo acompaño a V. E. deseoso de que
se imponga por ellos de lo que puede el citado Coronel Dn. Ro-
berto Hogdson, teniendo a la vista lo que tengo manifestado
a V. E."

'" '" *
Inteligenciado el Arzobispo Virrey del contenido de las
reales órdenes comunicadas por el Ministro de Indias, y de los
papeles de Londres, relativos a las negociaciones de Vidalle, que
le habían sido enviados, trasladóse al punto a Cartagena, don-
de principió por establecer la más severa y activa vigilancia

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 255

marítima, con veleros, de Bahía Honda hasta Portobelo, sobre


el litoral del Atlántico; colocó un destacamento de 300 hom-
bres de línea, en el pueblo de Pedraza, en las proximidades
del mar, al comando del Coronel Anastasio Cejudo, para redo-
blar la vigilancia e impedir el desembarco de los materiales
de guerra que hubieran de arribar, procedentes del Reino Uni-
do de la Gran Bretaña, y aprehender a los que intentasen in-
troducirlos, y despachó emisarios secretos a la isla de Jamai-
ca, para informarse de la arribada de barcos ingleses con ar-
mamentos para el Nuevo Reino de Granada.
En carta de 10 de marzo de 1785, escrita en Cartagena,
decía el Arzobispo Virrey a don José de Gálvez:
"Uno de los sujetos que de mi orden envió a Jamaica el
Gobernador de la Provincia de Santa Marta don Antonio de
Narváez, para indagar los designios de nuestros enemigos, so-
bre el inicuo proyecto de don Luis VidaIle, le ha despachado
un extraordinario con el aviso de estar prontas a seguir viaje
cinco fragatas de guerra y un bergantín; que dos de ellas lo
habían verificado con el bergantín el 3 de febrero con 200 hom-
bres de tropa, algunos cañones de campaña, 4.000 fusiles, mu-
chas balas para éstos, y como 300 quintales de pólvora, todo
dirigido a dar auxilio a los indios de Mosquito Shor, y a la boca
del río San Juan, por haber recibido aquel Gobierno noticia de
los habitantes de aquellos parajes, participándole que el pre~
sidente de Guatemala y el Gobernador de Nicaragua habían
despachado porción de tropas para hostilizarlos y extrañarlos
enteramente de aquel terreno."
Tanto el Arzobispo Virrey, como el Capitán General e In-
tendente de Caracas, se preocuparon particularmente por in~
quirir y averiguar con cuidado y diligencia quiénes eran los
personajes misteriosos que se manifestaban con los nombres
de don Vicente de Aguiar y don Dionisio de Contreras, a quie-
nes Vidalle reputaba por sus mandantes .

•••
De las premisas hasta aquí expuestas, sobre las negocia-
'~ionesde don Luis VidaIle en Londres, preciso es deducir algu-
las conclusiones, a saber:
Que la fuerza impulsiva de los jefes principales del movi-
miento comunal de 1781, tendía a alcanzar la independencia
del Nuevo Reino de Granada;

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256 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Que a iniciativa suya se dirigió Vidalle a Inglaterra, a ad-


quirir en aquel país los materiales de guerra necesarios, para
iniciar con ellos la guerra de independencia contra la Metró-
poli española;
Que por medida de cautela ocultaban aquellos jefes sus
verdaderos nombres bajo los supuestos de don Vicente de
Aguiar y don Dionisio de Contreras;
Que a juzgar por las observaciones 1~ y 3~ del escrito
de Vidalle, presentado al Gabinete británico, don Vicente de
Aguiar no podía ser otro jefe que el Generalísimo Berbeo.

* **
A juzgar por la exposición del capitán de navío don Luis
Vidalle, presentada al Gabinete Británico en Londres, el 12
de mayo de 1784, con las proposiciones de los personajes don
Vicente de Aguiar y don Dionisio de Contreras, que aparecie-
ron en aquel tiempo en la isla de Curazao, se infiere lógica-
mente que éstos ocultaban con los seudónimos expresados los
nombres verdaderos de los .refes de los Comuneros de 1781,
don Juan Francisco Berbeo y don Jorge Lozano de Peralta,
respectivamente.
Sin reticencias afirma el historiador Briceño que, Vida-
He "Se dijo representante de don Dionisio de Contreras y don
Vicente de Aguiar, nombres supuestos con que ocultaban los
suyos don ,Jorge Lozano y don Juan Francisco Berbeo".
"VidaIle presentó al Gabinete Británico las proposiciones
de los Comuneros. Ese documento, redactado por don Jorge
Lozano, da a conocer todo lo que se propusieron los que fo-
mentaron la insurrección del 16 de Marzo. Para predisponer
al Gobierno inglés de su parte le recuerdan la intervención de
España en favor de la independencia de las Colonias de la Amé-
rica del Norte; protestan la más grande adhesión al pueblo
inglés; solicitan pagar las armas y municiones que necesita-
ban para entablar la lucha; ofrecen la libertad de cultos y,
por último, prometen que se declararán súbditos inglesese."
(Briceño, Manuel "Los Comuneros"', pág. 93).

El historiador español don Angel Camacho Baños trae


en las páginas 78 a 80 de su ya citado libro, los siguientes
pasaj es:

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DB 1'181 257

"En mayo de 1784 tres misteriosos personajes, un italiano,


Luis Vidalle, Antonio Pita y Juan Bautista Morales, desem-
barcaron en Londres con el fin de obtener recursos para una
revolución decisiva de Nueva Granada. Allí supieron conquis-
tarse el apoyo de personalidades salientes, sobre todo el del
General Dalling, que había sido Gobernador de Jamaica, y por
influencias del cual solicitaron y obtuvieron una entrevista
con Lord Sidney, Ministro del Interior. Se titulaban "Comisión
de Comuneros del Nuevo Reino de Granada, enviados por don
Vicente de Aguiar, rico criollo de treinta años de edad, naci-
do en La Grita, después instalado en Santa Fe, y don Dionisio
de Contreras, también rico, con dos millones de pesos, doctor
en Derecho y Abogado", y declaraban los Comisionados que
el fin de sus mandan tes era proclamar la libertad del comer-
cio y cuItas, y que se declararían si fuera preciso, súbditos
ingleses.

"Pero el estadista británico Lord Sidney no se mostró


favorable a las pretensiones de los Comisionados, que perse-
guidos por los agentes españoles en la costa inglesa se refu-
giaron en Francia; y allí descubierto Vidalle, por los agentes
del Conde de Aranda, Embajador de S. M., fué detenido y se le
trajo a España,· donde murió prese en Cádiz, y poco después
Morales sufrió la misma suerte, y Pita desapareció, cuyas no-
ticias se comunicaron al Arzobispo Virrey, el cual sin embar-
go continuó la vigilancia,
"Un punto obscuro en este momento de la sedición es el
referente a la intervención de dos personajes ya citados, don
Vicente de Aguiar y don Dionisio de Contreras, que los Comi-
sionados en la Corte de Londres indicaban ser sus mandantes.
Sospecha Briceño, y así lo admiten con los debidas reservas
Mancini y Navarro Lamarca, que don Vicente de Aguiar, no es
otro que el antiguo Capitán General de los sediciosos don Juan
Francisco Berbeo, que se refugió en Curazao, adoptando dicho
nombre y constituyéndose desde allí en director de esta nueva
fase del movimiento, contando con el poderosos auxilio de don
J'orge Lozano de Peralta, Marqués de San Jorge, que se encu-
bría con el nombre de don Dionisio de Contreras. No hemos po-
dido comprobar documentalmente estas afirmaciones, única-
mente en carta del Arzovispo Virrey, ya citada, se dice que en-
tre los amotinados no ha habido ningún don Vicente de Aguiar,

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258 PABLO l!:. CARDENAS ACOSTA

ni don Dionisio Contreras, agregando que no eran apellidos


propios de aquellos lugares y que el de Contreras es el único
que se encuentra, y para ello en una sola familia de La. Grita,
jurisdicción de Maracaibo, con lo cual parece robustecerse la
afirmación de que se trata de nombres supuestos. En cuanto
a que sean los personajes de que se sospecha, sólo tenemos la
frase del Arzobispo Virrey, en oficio reservado a Gálvez, refe-
rente al cumplimiento de la R. o. de 20 de septiembre sobre las
pretensiones de don Luis Vidalle, que dice le servirán de go-
bierno "para formar juicio de los sujetos que ahora explica ser
los principales Generales de la pasada sublevación", pero no
indica sus nombres.
"Don Jorge Lozano de Peralta había sido uno de los prin-
cipales promovedores de la sedición de 1781, desempeñando
papel imoprtante en la misma, ror el apoyo que sus riquezas
y relaciones le prestaban; aconsejaba a las gentes, repartía
proclamas de Túpac-Amarú y reproducía en millares de ejem-
plares una .serie de himnos desde luego detestables, pero que
con las palabras de "libertad" y "patria" exaltaban a los im-
provisados soldados de Berbeo, muchos de los cuales los lleva-
ban en sus escapularios a manera de fetiches."

"Por otra parte -dice Jules Mancini-, los proyectos de


los Jefes de los Comuneros granadinos parecen haber tenido
mucha más amplitud de lo que al pronto pudiera creerse. Ber-
beo, cuyo papel había sido preponderante en el transcurso del
período activo de la revolución, desapareció, pero el historia-
dor más documentado del levantamiento de 1781 asegura que
Berbeo refugiado en Curazao bajo el nombre de Vicente
Aguiar, siguió trabajando por la causa de la independencia
granadina. Parece haber tenido por colaborador a Jorge Lo-
zano de Peralta, Marqués de San Jorge, qsien haciéndose lla-
mar Dionisio de Contreras, fué a reunirse con él en las An-
tillas.
"De todas maneras lo cierto es que en mayo de 1784 tres
misteriosos personajes: un italiano (?) Luis Vidalle, Antonio
Pita y Juan Bautista Morales desembarcaron en Londres. Iban
a solicitar recursos para una revolución decisiva en Nueva Gra-
nada; y, bajo el amparo del General Dalling, antiguo Gober-
nador de la Jamaica, pidieron una audiencia al Ministro de
Gobernación Lord Sidney. Decíanse Comisionados de los Ca-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 259

muneros del Nuevo Reino de Granada, enviados por don Vi-


cente de Aguiar y don Dionisio de Contreras, rico, con una
fortuna de dos millones de pesos, doctor en leyes y abogado.
"El paso dado en Londres por aquellos tres desgraciados,
había de ser repetido por los principales de entre los futuros
libertadores, lo cual constituye una razón más para conceder
a la insurrección del Socorro importancia excepcional en el
examen de los pródromos de la Revolución de 1810. No obs-
tante, el resultado más apreciable de esta insurrerción fué ins-
pirar a aquellos a qienes animaba a tomar de nuevo la direc-
ción de los movimientos emancipadores, la certidumbre de que
las clases populares se hallaban determinadas a seguirles."
(Mancini, Jules, "Bolívar y la Emancipación de las Colonias
Españolas", págs. 44 a 46).

"Aseguran algunos historiadores -dice Navarro Lamar-


ca- que Berbeo se refugió en la Isla de Curazao, con el nom-
bre supuesto (de Aguiar), y de acuerdo con el opulento san-
tafecino Lozano de Peralta, siguió trabajando por la causa de
los Comuneros.
"Lo cierto es que en Mayo de 1784 tres misteriosos perso-
najes llamados Vidalle, Pita y Morales, se presentaron en Lon-
dres al Ministro I.ord Sidney, diciéndose enviados por Aguiar
y Contreras, Jefes de los Comuneros de Nueva Granada, con
el objeto de solicitar auxilios de Inglaterra para la emancipa-
ción de Sud-América. El estadista británico no tomó en consi-
deración las propuestas de los negociadores que, perseguidos
por los agentes españoles de la corte inglesa, pasaron a Fran-
cia, cayendo allí (Morales y Vidalle) en poder del Conde de
Aranda, que los envió presos a España.
"Esta curiosa y desgraciada tentativa diplomática, de cuya
autenticidad no puede dudarse, da lugar interesante a la Re-
volución del Socorro en el complejo prólogo de la independen-
cia de Sud-América." (Navarro Lamarca, Carlos, "Compendio
de la Historia General de América", tomo II, págs 540 Y 541).

***
A propósito de las afirmaciones de Camacho Baños, que
dejamos expuestas, repetimos el pasaje del historiador español
don Manuel Ballesteros Gaibrois, Catedrático de historia de la
Universidad de Valencia, que de verbo ad vérbum dice:

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260 'PA.BLO E. CA.nDENAS A.COSTA.

"Comienzos de la inquietud independizante en la América


Hispana.
"Parte de los sucesos que forman el tejido inicial de la
subversión hispanoamericana ya nos es conocida. Los "Comu-
neros del Socorro", reaccionando contra medidas fiscales del
Visitador Piñeres, presentan un cuadro muy similar al comien-
zo de los agravios de los coloniales norteamericanos. Berbeo.
Jefe de los Comuneros, que desaparece a raíz de la represen-
tación del Virrey Flores, se cree que continuó trabajando por
su idea y que él fué quien envió a Londres y París unos emi-
sarios proponiendo la emancipación. Desde este punto de vis-
ta, la sublevación del Socorro es un claro antecedente de los
movimientos independizantes." (Historia de América. Madrid,
1946, págs. 421 y 422).

***
Frustrados los proyectos de los jefes principales de los Co-
muneros, de adquirir en Inglaterra los materiales de gue-
rra que consideraban indispensables para iniciar la guerra
de independencia contra la Metrópoli española, por el resul-
tado adverso de las negociaciones de VidalIe en Londres, hu-
bieron los españoles americanos del Nuevo Reino de Granada,
de resignarse, anuladas las Capitulaciones de Zipaquirá, a so-
portar la servidumbre del gobierno colonial, con el peso de las
múltiples y gravosas exacciones fiscales y la venganza españo-
la, por su culpabilidad en el movimiento comunal de 1781, y,
sumisos, esperar la aurora de días mejores, para fundar, ven-
cedores, en larga, cruel y sangrienta guerra a muerte, una pa-
tria libre, con gobierno propio, independiente y autónomo.

***
Indudablemente la independencia de las colonias inglesas
de Norteamérica primero, y la gran revolución del siglo XVIII
luego, influyeron de manera decisiva en el levantamiento si-
multáneo de las colonias hispanoamericanas, para alcanzar su
independencia del dominio de la madre patria.
"Si de la historia de los Estados Unidos pasamos a la de
Francia -dice el docto historiador español don Juan Ortega
Rubio, en su "Historia de América", americanos y europeos
contemplaron, unos con admiración y otros con espanto, la

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l'!;L MOVIMIENTÓ COMUNAL DE 1781 26i

gran revolución d.e 1789, en cuya noche del 4 de agosto se pro~


clamaron los derechos del hombre.
"Una y otra revolución influyeron en la levantamiento de
las colonias españolas contra la metrópoli."
Embajador de Carlos III en París el Conde de Aranda,
político inteligente, perspicaz y advertido, que presentía la in-
dependencia de la América española en futuro no remoto, con-
cibió sobre el asunto, que a cada momento inquietaba su ima-
ginación, un dictamen lleno de prácticas y luminosas ideas,
para conjurar el peligro de una guerra inminente y de tras-
cendentales consecuencias, que amenazaba a España y sal-
varIa de la pérdida de sus vastas y ricas posesiones en el Nuevo
Mundo, el cual presentó a la consideración de Carlos Tercero
y el Conde de Floridablanca, don José Moñino y Redondo, pero
seguros estos grandes personajes de la ausencia de toda con-
tingencia inminente que pudiese amenazar a España, no vieron
en aquel dictamen la importancia que envolvía.
Don Juan Ortega Rubio trae en su citado libro el siguiente
pasaje y la carta que a él se refiere, cuyo tenor copiamos;
"Cuando después del año 1783 -dice- un político ilustre,
el Conde de Aranda, Embajador de Carlos III en la Corte de
Francia vió que Inglaterra había perdido sus colonias de la
América Septentrional, dictaminó lo que procedía respecto a
las de España. El dictamen del Conde de Aranda, que aquí
se publica, no es sino una copia del original; pero le presta tal
carácter de autenticitlad la carta con que le acompaña, del
Oficial de la Secretaría de Hacienda, don Rafael Morant, que
no hemos dudado en darlo a luz, en la confianza de que su co-
nocimiento ha de ser del agrado del lector."

"Excmo. señor Duque del Infantado.


"Muy señor mío y de mi más alto aprecio y estimación.
Embriagado de dolor y de penas sólo puede despertarme el
interés de mi Soberano y de mi Patria, porque el hombre de
bien no puede dexar de serIo por más ofensas que reciba; y por
mi parte antes pereceré que dejar de serlo. ¡POCO me falta para
acabar víctima de mi lealtad!
"Entre las curiosidades que conservo se halla el papel cuya
copia acompaño; y creyendo que en las actuales circunstancias
pudiera ser útil a V. E. su conocimiento, si es que no lo hubie-
se visto, me he resuelto a transcribirlo a V. E. seguro del buen

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262 PABLO E. CAROEN'AS ACaSTA

uso que hará de él, si no hubiere llegado a sus manos, y que


aún en el caso contrario sabría apreciar mi celo y disimular mi
ligereza.
"Las causas de mi desconsuelo no son para transcribirse
a este papel, y acaso no sería inútil que V. E. las supiera: si
mi conducta y padecimientos me hIcIesen acreedor, y V. E.
pudiese destinar a oírme algunos minutos, consolaría a uno
de los realistas más legítimos, lleno de pundonor y de celo por
el bien del Rey y su mejor servicio.
"Dios guarde a V. E. muchos años. Madrid, 9 de diciembre
de 1825.

"Excelentísimo señor. B. L. M. de V. E. RAFAEL MORANT.


(Hay una rúbrica).

"Al dorso dice: Papel del señor Conde de Aranda sobre la


América. 1783."

***

"Dictamen reservado que el Excmo. señor Conde de Aran-


da dió al Rey sobre la independencia de las colonias inglesas
después de haber hecho el tratado de paz ajustado en París el
año de 1783.

"Señor:
"El amor que profeso a V. M., el justo reconocimiento a las
honras con que me ha distinguido, y el afecto que tengo a mi
patria, me mueven a manifestar a la soberana atención de
V. M. un pensamiento que juzgo del mayor interés en las cir-
cunstancias presentes.
"Acabo de hacer y concluir de orden de V. M. el tratado
de paz con la Inglaterra; pero esta negociación que parece he
desempeñado a entera satisfacción de V. M. según se ha dig-
nado manifestármelo de palabra y antes por escrito, me ha
dejado un cierto sentimiento que no debo ocultar a V. M.
"Las colonias americanas han quedado independientes:
~ste es mi dolor y recelo. La Francia, como que tiene poco que
perder en América, no se ha detenido en sus proyectos con la
c0113ideraciónque la España) su intima aliada y poderosa en

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EL MOVIMIENTO bOMUNAL DÉ 1781 263

el Nuevo Mundo, que queda expuesta a golpes terribles. Desde


el principio se ha equivocado en sus cálculos favoreciendo y
auxiliando esta independencia, según manifesté algunas veces
a aquellos ministros. ¿Qué más podía desear la Francia que
ver destruírse mutuamente los ingleses y colonos en una gue-
rra de partidos, la cual debía ceder siempre en aumento de
su poder e intereses? La antipatía de la Francia y de la Ingla-
terra cegó al gabinete francés para no conocer que lo que le
convenía era estarse quieto mirando esta lucha destructora de
los dos partidos; pero por nuestra desgracia no fue así, sino
que con motivo del Pacto de Familia nos envolvió a nosotros
en una guerra también en la que hemos peleado contra nues-
tra propia causa, según voy a exponer.
"Dejo aparte el dictamen de algunos políticos, tanto na-
cionales como extranjeros, del cual no me separo, en que han
dicho que el dominio español en las Américas no puede ser
muy duradero, fundado en que las posesiones tan distantes de
sus metrópolis jamás se han conservado largo tiempo. En el
de aquellas colonias ocurren aún mayores motivos, a sab2i':
la dificultad de socorrerlas desde la Europa cuando la nece-
sidad lo exige; el gobierno temporal de vlrrey~ y gooernado-
res que la mayor parte van con el mismo Objeto de enrique-
cerse; las injusticias que algunos hacen a aquellos infelices
habitantes; la distancia de la Soberanía y del Tribunal Supre-
mo donde ha de acudir a exponer sus quejas; los años que pa-
san sin obtener resolución; las vejaciones y venganzas que
mientras tanto experimentan de aquellos jefes; la dificultad
de descubrir la verdad a tan larga distancia, y el influjo que
dichos jefes tienen no sólo en el país con motivo de su mando,
sino también en España de donde son naturales. Todas estas
circunstancias, si bien se mira, contribuyen a que aquellos na-
turales no estén contentos y que aspiren a la independencia
siempre que se les presente ocasión favorable.
"Dejando esto aparte, como he dicho, me ceñiré al punto
del día, que es el recelo de que la nueva potencia formada en
un país donde no hay otra que pueda contener sus proyectos
nos ha de incomodar cuando se halle en disposición de hacerla.
Esta república federativa ha nacido, digámoslo así, pigmeo,
porque la han formado y dado el ser dos potencias poderosas
como son España y Francia, auxiliándola con sus fuerzas para
hacerla independiente: mañana será gigante conforme vaya

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~64 Í'~LO B. CARDENAS .ACOSTA

consolidando su constitución, y después un coloso irresistible


en aquellas regiones. En este estado se olvidará de los benefi-
cios que ha recibido de ambas potencias y no pensará más que
en su engrandecimiento. La libertad de religión, la facilidad
de establecer las gentes en términos inmensos y las ventajas
que ofrecía aquel nuevo gobierno, llamarán a labradores y ar-
tesanos de todas naciones, porque el hombre va donde piensa
mejorar de fortuna, y dentro de pocos años veremos con el
mayor sentimiento levantado el coloso que he indicado.
"Engrandecida dicha potencia angla-americana, debemos
creer que sus miras primeras se dirigirán a la posesión entera
de las Floridas para dominar el seno mejicano. Dado este paso,
no sólo nos interrumpirá el comercio con México siempre que
quiera, sino que aspirará a la Conquista de aquel vasto impe-
rio, el cual no podremos defender desde Europa contra una
potencia grande, formidable, establecida en aquel continente
y confinante con dicho país.
"Esto, señor, no son temores vanos, sino un pronóstico ver-
dadero de lo que ha de suceder infaliblemente dentro de algu-
nos años, si antes no hay un trastorno mayor en las Américas.
Este modo de pensar está fundado en lo que ha sucedido en
todos tiempos con la nación que empieza a engrandecerse. La
condición humana es la misma en todas partes y en todos cli-
mas. El que tiene poder y facilidad de adquirir no lo desprecia;
y supuesta esta verdad, ¿cómo es posible que las colonias ame-
ricanas cuando se vean en estado de poder conquistar el Reino
de México, se contengan y nos dejen en pacífica posesión de
aquel país? No es esto creíble, y así la sana política dicta que
con tiempo se precavan los males que pueden sobrevenir. Este
asunto ha llamado mi atención desde que firmé la paz en Pa-
rís como plenipotenciario de V. M. y con arreglo a su voluntad
Real e instrucciones. Después de las más prolijas reflexiones,
que me han dictado mis conocimientos políticos y militares y
del más detenido examen sobre una materia tan importante,
juzgo que el único medio de evitar tan grave pérdida, y tal
vez otras mayores, es el que contiene el plan siguiente:
"Que V. M. se desprenda de todas las posesiones del con-
tinente de América, quedándose únicamente con las islas de
Cuba y Puerto Rico, en la parte Septentrional, y algunas que
más convengan en la Meridional, con el fin de que ellas sirvan
de escala o depósito para el comercio español.

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:J!:LMbVD4:mN'l'O COMUNAt. Dl!: 1781 265

"Para verificar este vasto pensamiento de un modo con-


veniente a la España, se deben colocar tres infantes en Amé-
rica, el uno de Rey de México, el otro del Perú, y el otro de
lo restante de Tierra Firme, tomando V. M. el título de Em-
perador.
"Las condiciones de esta grande cesión pueden consistir
en que los tres soberanos y sus sucesores reconocerán a V. M.
y a los príncipes que en adelante ocupen el trono español por
suprema cabeza de la familia.
"Que el rey de Nueva España le pague anualmente por la
cesión de aquel Reino una contribución de los marcos de la
plata en pasta o barras para acuñarlo en moneda en las casas
de Madrid o Sevilla.
"Que el Perú haga lo mismo con el oro de sus dominios.
"y que el de Tierra Firme envíe cada año su contribución
en efectos coloniales, especialmente tabaco para surtir los es-
tancos reales de estos reinos.
"Que dichos soberanos y sus hijos casen siempre con in-
fantas de España o de su familia, y los de aquí con príncipes
o infantes de allá, para que de este modo subsista siempre
una unión indisoluble entre las cuatro Coronas, debiendo to-
dos jurar estas condiciones a su advenimiento al trono.
"Que las cuatro naciones se consideren corno una en cuan-
to a comercio recíproco, subsistiendo perpetuamente entre
ellas la más estrecha alianza ofensiva y defensiva para su con-
servación y fomento.
"Que no pudiendo nosotros surtir aquellas colonias de los
artefactos que necesitan para su uso, sea la Francia, nuestra
aliada, la que las provea de cuantos artículos no podamos
nosotros suministrarlas, con exclusión absoluta de la Inglate-
rra, a cuyo fin, apenas los tres soberanos tornen posesión de
sus reinos harán tratados formales de comercio con la España
y Francia, excluyendo a los ingleses; y como serán potencias
nuevas pueden hacer en esta parte lo que libremente les aco-
mode.
"Las ventajas de este plan son que la España con la con-
tribución de los tres reyes del Nuevo Mundo, sacará mucho
más producto líquido que ahora de aquellas posesiones; que
la población del Reino se aumentará sin la emigración conti-
nua de gente que pasa a aquellos dominios; que establecidos
y unidos estrechamente estos tres reinos bajo las bases que he

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266 PA13LO :E. CARDENAS ACOSTA

indicado, no habra fuerzas en Europa que puedan contrarres-


tar su poder en aquellas regiones ni tampoco el de Espana y
Francia en este continente; que ademas se hallaran en dispo-
sicion de contener el engrandecimiento de las colonias arneri-
canas 0 de cualquiera nueva potencia que quiera erigirse en
aquella parte del mundo; que Espana, por medio de este tra-
fico, despachara bien el sobrante de sus efectos y adquirira los
coloniales que necesite para su consumo; que con este trance
podra aumentar considerablemente su marina mercante, y,
por consiguiente, la de guerra, para hacerse respetar en todos
los mares; que con las Islas que he dicho no necesitamos mas
posesiones, tomentandolas y poniendolas en el mejor estado
de defensa, y, sobre todo, disfrutaremos de todos los beneficios
que producen las Americas sin los gravamenes de su posesi6n.
"Esta es la idea por mayor que he formado de ese delica-
do negocio; si mereciese la soberana aprobaci6n de V. M., la
extenders, explicando el modo de verificarla con el secreto y
precauciones debidas para que no 10 trasluzca la Inglaterra
nasta que los tres infantes esten en camino, mas cerca de Ame-
rica que de Europa, para que no puedan impedirlo. iQue golpe
tan terrible para el orgullo Ingles! Pero esto no import a, por-
que se pueden tomar providencias anticipadas que precavan
los efectos de resentimiento.
"Para esto es necesario contar con nuestra intima aliada
la Francia, la cual es regular entre con el mayor gusto en ella
por las ventajas que la resultan de vel' extendida su familia
en el Nuevo Mundo, abierto y favorecido su comercio en todo
aquel hemisferio, y excluido de el a su implacable rivalla In-
glaterra. Aunque hace poco que he venido de Paris con el per-
mise de V. M. para el arreglo de los negocios de mi casa, me
volvere inmediatamente a la Embajada pretextando aqui ha-
berlos concluido ya. Alli tengo buen partido, no solamente con
los Reyes, que me honran y distinguen particularmente, sino
con los Ministros, y espero hacerles aprobar y celebrar mi pen-'
samiento, manejandolo con la prudencia y sigilo que conviene.
'I'ambien me ofrezco a dirigir despues la ejecuci6n de este vas-
to proyecto en la forma que fuere mas del agrado de V. M.,
haciendome cargo de que nadie puede ejecutar mejor cual-
quiera plan que el que 10 ha formado.
"V. M. tiene pruebas de mi lealtad y de que ningun nego-
cio de los que se ha dignado panel' a mi cuidado se ha desgra-

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:EL MOVIM11i\NTO COMUN"AI. D:E 1781 267

ciado en mi mano. Confío que a éste le sucederá lo mismo, me-


diante mis constantes deseos de sacrificar mi reposo, mis inte-
reses y mi vida en su Real servicio."
El ejemplar de este admirable dictamen, que se encuentra
en el Archivo General de Indias, finaliza con la siguiente nota
al pie:
"Este fué el gran pensamiento del grande político militar
que tuvimos en España, y que vivió en los reinados de los se-
ñores don Felipe V, don Fernando VI, don Carlos III y don Car-
los IV, en que falleció."

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CAPITULO V

JUICIOS SOBRE BERBEO, EL GENERALÍSIMO DE LOS COMUNEROS,


y SU INTERVENCIÓN EN EL MOVIMIENTO.

"Las más elocuentes recriminaciones no ha-


rán desaparecer los hechos realizados."
Xénopol.

"¿Cuáles son los grandes personajes de la


historia que han escapado a la calumnia?"
Dr. A. Cabanés ("L'Enjer de L'Histoire").

"Nos sentimos inclinados a rechazar la ma-


yor parte de las imputaciones falsas o calumnio-
sas, exami.nándolas a la luz de los documentos
más autorizados, pero conservando nuestra en-
tera libertad para juzgar. No hemos pretendido
representar otro papel que el de árbitros desin-
teresados."
Dr. A. Cabanés ("L'Enfer de L'Histoire").

"Expondremos simplemente los hechos y


buscaremos más a menudo una explicación en
defecto de una justificación."
Dr. A. Cabanés ("L'Enfer de L'Histoire").

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270 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Nada hasta hoy se ha dicho por los modernos historiado-


res acerca de la personalidad de Berbeo, para desvirtuar la
acusación que profiriera contra él en el sigilio de la mansión
virreinal de Santa Fe, el 13 de marzo de 1783, su oficioso de-
tractor don Salvador Plata, y que los señores Briceño y Galán
reproducen con el deliberado propósito de deslustrar la memo-
ria del caudillo de la insurrección de 1781,sin embargo de que
tal inculpación no pasa de ser falsa y maliciosa, como se prue-
ba en varios pasajes de nuestro libro Los Comuneros (Capí-
tulo VIII, numeral LII).
Habremos de ver cómo las preguntas del interrogatorio,
absueltas por el deponente señor Plata con la dañada intención
de perder a Berbeo ante las altas autoridades reales, delatando
ante ellas los actos y providencias del Jefe en favor de la revo-
lución, han venido a vindicar su memoria ante la presente y
las venideras generaciones.
Por la declaración de don Fernando Pabón y Gallo, distin-
guido miembro de la nobleza criolla a.e la ciudad de Tunja,
nos hemos informado de que el Cura del Socorro doctor don
Francisco de Vargas afirmaba que Berbeo residía de ordinario
en su casa del paraje de Las Monas, en el distrito de la villa;
que con motivo de sus frecuentes visitas a Santa Fe se .hallaba,
mejor que otros, informado de los progresos de la rebelión in-
cásica; que se suponía fuese en el Socorro el cabecilla princi-
pal de la insurrección, por ser hombre resuelto y valeroso, a
la par que diestro en el manejo de las armas, como se mostró
en las expediciones contra los indios carares y yareguíes; que
ejercía gran influjo en la plebe; que había recorrido el terri-
torio de las provincias de Tunja, Santa Fe y los Llanos; que
había viajado por el Zulia a la ciudad de Maracaibo y de allí
a la isla de Curazao; que en el istmo de Panamá visitó las ciu-
dades de Chagres y Portobelo, de donde regresó por Cartagena
y subió por el río de la Magdalena hasta la boca del Lebrija,
por donde salió a la ciudad de Girón.
Era, pues, Berbeo, hombre resuelto y valeroso y conocía a
lo menos en parte, el territorio donde había de desarrollarse la
revolución. Tales circunstancias, ya que no merecimientos, va-
lieron para que la plebe del Socorro, donde ejercía no poca in-
fluencia, le nombrara con preferencia y por aclamación Capi-
tán General. En sus viajes ganó relaciones amistosas con per-
.sanas de diferentes lugares y el conocimiento de la gente prin-
cipal.

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EL MOVIMlENTO COMUNAL DE 1781 2'71

Hombre de empuje y singulares arrestos, dotado de firme


voluntad y gran dominio de sí mismo, y capaz de jugarse la
vida en cualquier momento, era por todos, Berbeo, acatado y
obedecido.
Dice Pabón y Gallo que no sabe, ni presume quiénes hu-
biesen podido precisar a BBrbeoa poner por administración la
salina de Zipaquirá por cuenta de los insurgentes; a dar co-
misión al Cacique Ambrosio Pisco para poner horcas en las
goteras de la capital; a pedir se nombrase capitanes para el
común de Santa Fe, y a que se trasladase a su campamento
el Cabildo Secular de aquella ciudad, o a proponer el plan de
Capitulaciones a los señores del Real Acuerdo, "por ser hom-
bre temible y de gran resolución y por todos reverenciado y
obedecido".
Declara el mismo "que cuando algunas de las gentes su-
ponían que la paz se estipularía en el pueblo de Zipaquirá, sin
mover el acampamento, se esparció por los malcontentos la
falsa noticia de haber ganado el Ilustrísimo Señor Arzobispo
con quince mil pesos al General y otros de sus capitanes, no
tuvo reparo un capitán Serrano de las tropas del Socorro en
decir que eso se componía con meterle dos balas al Arzobispo;
que su Capitán castigó al autor del insulto arrestándolo en la
Real Cárcel; que de ella lo extrajeron, horas después, unos
capitanes de Málaga y Mogotes y lo llevaron al sitio del Mor-
tiño; que sabedor Berbeo de esta ocurrencia, montó a caballo
y llegado al acampamento les dió de cintarazos a dichos capi-
tanes, hasta dejarlos medio muertos en presencia de sus
tropas."
Don Salvador Plata dice: "Que mal pudiera el declarante
haber amenazado a don Antonio Monsalve, cuando éste, des-
pués del Comandante General don Juan Francisco Berbeo, era
el más temible."
Don Francisco Rasilla declara: "Que en donde se junta~
ban las gentes levantadas era en casa del dicho Juan Francis-
co Berbeo, y allí fué donde se hizo la junta de dinero, y que es
cierto que el declarante concurrió a dicha junta de dinero,
acompañado de don Antonio Monsalve, pero que fué de miedo
del expresado Berbeo y por su orden."
y Juan Nepomuceno Galán manifiesta: "Que don Juan
Francisco Berbeo mandó a su hermano Josef Antonio a esos
lugares (Facatativá, Guaduas, Mariquita y Ambalema); que
luego mandó al declarante con cincuenta hombres a unirse

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272 PABLO B. CARDENAS ACOSTA

con Josef Antonio, y que iba mandando la (tropa) un Monta-


ñés, natural de Oiba, y que no sabe el fin a que iba la citada
gente.
"Que no sabe que andar levantando los lugares fuera de·
lita; que acompañaba a los tumultuantes porque lo compelió
Ignacio Calviño con pena de la vida, y que después Berbeo, a
quien todos obedecían, lo mandó a juntarse con su hermano
Josef Antonio."
Previa solemne declaración ante el Escribano del Socorro,
sobre aceptación del cargo de Capitán General, que se le con-
fería por aclamación del común, esto es del público, nombró
Berbeo para Secretario suyo al doctor don Ramón Ramírez, a
quien ascendió luego al grado de Capitán General. para habi-
litarlo de Comandante de la tropa que había de efectuar la
expugnación de Girón.
Libró antes que cualquiera otro, Berbeo, y cuando quiera
que fué necesario, títulos de capitanes y oficiales de la insu-
rrección; envió emisarios y capitanes volantes a pueblos y ciu-
dades, villas, lugares y aldeas de distintas jurisdicciones a que
lJevasen el grito de guerra, para sublevar a la plebe y nom-
brarle capitanes que la dirigiesen, así como para que alistasen
en cuerpos de ejército a los vecinos principales y a los más
aptos para el manejo de las armas, asígnándoles el número
de soldados que cada población o vecindario debía despacharle
para la toma de Puente Real y la expugnación de Santa Fe,
que proyectaba; publicó edictos y prevenciones por los cuales
se imponían severas penas a los pueblos que no cooperasen
con los levantados o se mostrasen desafectos a la Comandancia
General del Socorro; dirigió circulares y pasó órdenes a los pue-
blos para que juntasen los contingentes de tropas correspon-
dientes, en días y sitios determinados, para la marcha sobre
Santa Fe; dispuso con temeridad y audacia de las reales ren-
tas, y de las de propios y diezmos, en beneficio exclusivo de
la causa de los comuneros; decretó un empréstito forzoso y ge-
neral para los gastos del movimiento, que se hizo efectivo en
todo el vecindario de la villa del Socorro y los demás pueblos
de su jurisdicción; despachó exploradores secretos y espías
para averiguar con cautela los movimientos de las tropas rea-
les y el estado de sus fuerzas y ordenó interceptar los correos
y abrir y registrar la correspondencia oficial y la particular,
poniéndole el pase a la que no despertase sospecha alguna, para

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EL MOVIll4IENTO COMUNAL DE 1781 273

que siguiese a su destino abierta; ordenó fabricar considera-


ble número de lanzas para las tropas de los comuneros; erigió
la Comandancia General del Socorro en Supremo Consejo de
Guerra y se hizo proclamar Generalísimo; dispuso publicar
un boletín o diario manuscrito, con la información de las no-
vedades que ocurrían, el cual debía leerse a pregón en las vi-
llas y ciudades, así como en todos los demás lugares levanta-
dos; preparó la resistencia a las tropas reales que pretendían
invadir a las villas sublevadas del Socorro y San Gil, y dirigió
en persona el levantamiento de estacadas y la demolición de
dos puentes en las inmediaciones de Oiba; preparó el avance
de los Comuneros a Puente Real y dió las órdenes para su in-
mediata ejecución; dispuso la expugnación de la realista ciu-
dad de Girón; ordenó que todas las tropas de los comuneros
llevasen siempre por insignia bandera carmesí; mandó que to-
dos los capitanes y oficiales del movimiento comunal vistiesen
como distintivo honorífico uniformes de paño azul marino con
vueltas coloradas y galón de plata en las bocamangas; consi-
guió del Cabildo Secular de Tunja que patrocinase el movi-
miento, que enviase tropas a Nemocón, lugar de la concentra-
ción, y eligiese distinguidos Diputados para que entendiesen
en los negocios del movimiento; compelió a los Capitanes Mon-
salve, Rosillo y Plata a que enviasen sustitutos competentes
para que representasen a sus personas en la contienda contra
Santa Fe, y a la cabeza de las tropas que fué reuniendo, y con
el pretexto de pasar a Chiquinquirá a tratar con el Oidor Oso-
rio, marchó en persona sobre Santa Fe, por los pueblos de Mo-
niquirá, Ráquíra, Guachetá, Lenguazaque, Nemocón y Zipaqui-
rá. Llenos de alborozo y entusiasmo los pueblos todos salían
a recibirlo con vítores y aclamaciones de júbilo.
"Ya Berbeo se precipita hacia la capital, dice Plata, y una
gran porción de rebeldes del Reino se desprende y baja con
apresuración de sus pueblos para seguirle. Todo el mundo juz-
ga, y juzga bien, que no se trata ya sino de apoderarse de la
capital y hacerse dueños de la autoridad soberana, que reside
en su Real Audiencia. Desde luego, desautorizados los prime-
ros Magistrados, y no respetándose ya otro poder que el de la
rebelión."
A impulsos del esfuerzo y vigilancia de Berbeo, ayudado
eficazmente por Monsalve, Rosillo y Estévez, el Procurador Mo-
lina y el Escribano Ardila, fué cobrando mayor fuerza el mo-
vimiento, hasta hacerse general en las provincias de Tunja, y

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274 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

los Llanos, amenazando extenderse a la de Santa Fe y a todo


el Reino, como también a la provincia de Maracaibo.
"Vacilaba ya en las soberanas sienes de nuestro amabilí-
simo Monarcha, dice Plata, la suprema Corona de este tan
rico corno dilatado Imperio, y vacilaba en un tiempo tan crí-
tico, en que ocupadas sus dos manos con las dos espadas con
que tan gloriosamente combate a la enemiga nación anglica-
na, con la una por tierra y con la otra por mar, no esperaba
que se sostuviese sino por la fidelidad de sus Ministros. Pero,
jAh, Señor Excelentísimo! Ya lo ha visto V. Excelencia. No
hubo juez local que hiciese formal resistencia o que no se rin-
diese después de muy ligera oposición."
Destacó, en fin, Berbeo, de Nemocón y Zipaquirá un cuerpo
de tres compañías, constante de ciento cincuenta soldados al
comando de José Antonio Galán, a quien ascendió a Capitán
Comandante, para que corcase la comunicación con Cartagena,
interceptase los correos, se apoderase de las armas despacha-
das por el Virrey a Santa Fe, levantase los pueblos del tránsito
y aprehendiese al Regente fugitivo don Juan Gutiérrez de Pi-
ñeres; mandó, con acuerdo de los caballeros, Diputados de
Tunja, se nombrase Capitanes por el común de Santa Fe a los
señores designados por él, para que se presentasen ante él,
con el Cabildo Secular, en su campamento de guerra en terri-
torio de Zipaquírá, e hiciesen personería por la ciudad; nom-
bró a los señores don Cosme Damián de Espinosa, don Ber-
nardo Romero, don Ubaldo Macías y don Francisco Riaño,
Capitanes para el vecindario de Zipaquirá, con jurisdicción
militar sobre sus habitantes e invistiéndolos de todas las hon-
ras y prerrogativas; puso por administración la salina de Zi-
paquirá, por el término de dos meses, y aplicó los rendimien-
tos, exclusIvamente, a los gastos más premiosos de sus tropas,
y libró comisión al Cacique Ambrosio Pisco para que pasase
personalmente con sus gentes hasta las goteras de Santa Fe,
e hiciese poner, en caso necesario, dos horcas, con simulado mo-
tivo, en las entradas de San Diego y San Victorino, pero con
el loable designio de provocar una conmoción en la capital
con tan extraño procedimiento.
El Oidor Decano, en informe de 5 de junio, dice sobre el
particular al Virrey lo que al tenor copiamos:
"La variedad de hechos y despóticas facultades con que
ha procedido el General Berbeo, han tenido a la Junta en la
mayor confusión y llena de recelos muy trágicos. El ha man-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 275

dado que se administren las salinas de Zipaquirá para los gas-


tos de su tropa, en la presente expedición, y ha nombrado ad-
ministradores, como lo verá V. E. por su orden que corre en la
última foja, cuya providencia no ha tenido la Junta arbitrio
para improbarla o resistirla, así por no irritar aquellos ánimos
y perder los medios de composición a que se aspira, como por-
que siempre lo conseguirían violentamente, con mayor agra-
vio y desdoro de la Real Autoridad, prevalidos de sus muchas
fuerzas. El ha dado a don Ambrosio Pisco la comisión de pa-
sar con gentes a esta ciudad, usando de lo más alto de la Ju-
risdicción, pero la Junta ha procurado hacerla ilusoria por
medio del Ilustrísimo Señor Arzobispo y SS. Comisionados, a
quienes encargó persuadiesen a Berbeo recogiese el despacho
autorizando a dicho Pisco y sobreseyese en el particular, para
evitar la conmoción de este lugar a vista de tan extraño pro-
cedimiento, la injuria a los Tribunales de Justicia, y las fata-
les consecuencias del mal uso de estas facultades que se te-
mía podría hacer Pisco, por hallarse informada la Junta que
en el pueblo de Ubaté se hizo reconocer y jurar por sus indios
de Cacique, dispensándoles la gracia de no tributar; o en caso
necesario se le habría repelido con las armas. En efecto el Ilus-
trísimo Señor Arzobispo y SS. Comisionados practicaron las
debidas diligencias a este fin, de que resultó que el Jefe Ber-
beo pusiese por escrito dar cumplimiento a todas las preven-
ciones de la Junta; por lo que ya ha cesado este nuevo insulto,
que se había inventado para reagravar los excesos. El (Ber-
beo), por último, dispone las cosas o conforme a su antojo, o
con arreglo a las prevenciones que le tengan comunicadas los
principales autores de tan ruidosa asonada, sin reparo en que
se ofende gravemente a la Real Autoridad. Pero no hay más
que decir, sino que todo es un encadenamiento de errores de
primer orden, ejecutados con notoria injuria a las Rentas Rea-
les, en agravio de sus empleados, con menosprecio de la Ju-
risdicción y con hostilidad del público."
Perdida la posibilidad de tomar a Santa Fe, por la resis-
tencia decisiva que opusieron los Capitanes y tropas de Tun-
ja y Sogamoso contra tal empeño, trató, por último, Berbeo,
de poder a poder con el Real Acuerdo de Justicia y Junta Su-
perior, por medio de los Comisionados acreditados al efecto,
conpeliéndolos a capitular a su arbitrio y voluntad, y ocupán-
dose luego en enviar copias autorizadas de las Capitulaciones
a todos los pueblos, aun a los más distantes, y en particular a

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276 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

aquellos que habían cooperado al movimiento comunal, para


que se observasen escrupulosa y minuciosamente.
"Consta además de esto, afirma Plata en su defensa, que
Berbeo por sí o por medio de los otros dos Capitanes, o sus
oprimidos o sus aliados, se apoderó de la Hacienda Real, de la
de aquella villa (el Socorro), y de particulares, precisamente
para los gastos de esta Expedición (la que marchaba sobre
Santa Fe). En el pedimento del Procurador contra el Real Es-
tanco de Aguardiente, puesto de letra del Secretario de Ber-
beo, se dice que el producto se convierta en gastos de su em-
presa, y no puede ser otra que la de Santa Fe, pues el decreto
es de 2 de Mayo, y ya el día antes (19 de Mayo) habían salido
las gentes contra el Puente Real, como parece por carta del
mismo Berbeo y de Monsalve. Al Real Ramo de Tabaco dieron
el mismo destino que al aguardiente, y gastaron en el mante-
nimiento de las gentes que trajo Berbeo contra la Capital. De
los Diezmos se ha visto que compelió Berbeo a don Ignacio
Sánchez de Tejada a que le exhibiese un mil pesos. En el pedi-
mento presentado por el Procurador dice que se le pidan por
vía de préstamo, mediante a hallarse nuestro Comandante don
Juan Francisco Berbeo ap-rvntado a marchar con tropas para
h Corte de Santa Fe, en donde son excesivos los gastos que se
han de impender y reparando no ser suficientes los dineros
que dicho señor Comandante lleva. De alcabala y demás ramos
reales, Berbeo notificó auto a don Ignacio Celi, pidiéndole todo
el dinero que tuviese en su poder de Rentas Reales. De pro-
pios de aquella villa consta que don Florencio Moreno y el Es-
cribano ArdUa declaran la fuerza que a los dos y a todo el Ca-
bildo hizo Berbeo para que le entregasen los instrumentos,
sobre los cuales y la Hacienda Real obtuvo un mil pesos para
su empresa. De particulares, toda la jurisdicción del Socorro
se halla inundada de boletas en que los tres Capitanes exigen
dineros de innumerables personas."
"Puedo hacer pruebas, añade Plata, que la misma mujer
de Berbeo (la señora doña María Bárbara Rodríguez Terán)
anduvo solicitando fiadores para 2.000 pesos, para la invasión
a Santa Fe, persuadiéndolos que se dirigían a una obra intere-
sante al bien público, en que estaba tan empeñada, que fin-
caría sus propiase prendas; pero no habiendo hallado fiadores
hipotecó Berbeo, con sus dos Capitanes, la Real Hacienda."

* **

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 277

Antes de haber sido nombrado Berbeo Capitán General


de los Comuneros, y tan pronto como se tuvo en el Socorro
noticia de la marcha del Corregidor Campuzano a investigar
los sucesos del 16 y 30 de marzo, y a castigar a los culpados,
preparó Berbeo la resistencia, procurando en primer lugar ha-
cerle al Corregidor inaccesibles los caminos por donde había
de transitar. Al frente de las fuerzas que destacó de los cua-
tro o cinco mil hombres que regularmente había sobre las ar-
mas en el Socorro, pasó a Oiba acompañado de don Juan Mi-
guel Gonzálcz, Capitán de Mogotes, de Ignacio Calviño y José
Antonio Araque, Capitanes de Charalá; cortó caminos, puen-
tes y tarabitas, dejando libre de estorbos solamente la vía prin-
cipal que conduce a Oiba, a lo largo de la cual desplegó algu-
nas tropas sobre las eminencias inmediatas, apostó otras en
los desfiladeros y pasos de los ríos y preparó emboscadas en
los parajes más adecuados. En Oiba quemó un puente, derribó
otro y levantó estacadas, entre ellas una casi inexpugnable,
sobre la ribera septentrional del río, defendida por tropas de
las mejores.
Tales preparativos sirvieron a la vez para impedir la mar-
cha de las tropas realistas del Oidor Osorio y el Capitán de la
Barrera, así como las del Corregidor Campuzano.
"Aunque las noticias y sucesos en parte se abultan mu-
cho -dice el informe de 31 de julio del Real Acuerdo de Jus-
ticia al Rey- pero en 10 substancial son ciertos, porque uno
de los exploradores ocultos que remitió el Oidor Osario, le co-
municó haber destruído aquellas malas gentes el puente de
Oiba, uno de los pasos del Socorro, y que en las riberas había
multitud de ellas con el designio de aguardarle e impedirle el
tránsito."
Las noticias sobre las obras de defensa de los Comuneros,
recibidas en Puente Real, eran, según el parte del Capitán de
la Barrera, las siguientes:
"Que el ejército de los sublevados estaba esperándonos;
que los caminos los tenían interceptados; las cabuyas, tarabi-
tas, puentes y demás pasos de los ríos los habían cortado, a
excepción del puente de Oiba, donde aseguraban todos había
acopiados más de diez mil hombres y sus respectivos Capita-
nes, con la preventiva de una fuerte estacada a la salida de
él y otros artificios de porciones de cerro en los callejones por
donde debíamos pasar, para que con sólo tirar de una cuerda

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278 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

se desvolcanase y enterrase con sus ruinas a cuantos iban pa-


sando, y a los que escapasen de estos riesgos, recibirlos en los
llanos con sus armas de piedras, lanzas y algunas de fuego
etc. Con estas repetidas noticias, a las que ya se hacía preciso
darles crédito, pues eran de algunos curas, con unas expresio-
nes tan funestas, y la del Cura de Oiba, pidiendo por amor de
Dios no siguiésemos ni un paso adelante, considerándonos VÍc-
timas de aquella multitud innumerable de plebes insolentes,
nos vimos perplejos en seguir, dando de todo esto parte al se-
ñor Regente."

***
Cuando proyectaba Berbeo el avance sobre Puente Real,
con el designio de rendir a la hueste del Oidor Osario y hacer
prisioneros a éste y a los jefes que lo acompañaban, los mis-
mos comuneros que lo habían aclamado para Capitán Gene-
ral, exaltáronlo a la dignidad de Superintendente y Coman-
dante General, confiriéndole a la par que la dirección y cuida-
do del movimiento, el comando supremo sobre todos los demás
jefes militares, esto es el grado de Generalísimo, cuyo título
promulgaron a son de caja y voz de pregonero en las cuatro
esquinas de la plaza principal de la villa del Socorro y en to-
dos los pueblos y lugares sujetos a la jurisdicción de las villas
sublevadas.
"Ellos, Berbeo, Monsalve y Rasilla, desde los primeros días
-dice Plata- se nombraron Capitanes Generales de la Villa
del Socorro y demás lugares de las jurisdicciones sujetas a su
Capitanía. Es decir, no de los comprendidos en aquel distrito,
a que sólo se ciñe la confirmación del Teniente, y es no sólo
una jurisdicción, sino de todo el Reino, cuyas jurisdicciones
casi generalmente se sujetaban a su Capitanía. Aun Berbeo se
añadió el título de Comandante y Superintendente. Yo miré a
mi empleo con tanta abominación, añade Plata, que no me
nombraban sino Capitán de Mujeres."
"jQué prisa se daba Berbeo, afirma Plata, para que lo re-
conocieran por General en todo el Reino! En efecto, los tres
(Berbeo, Monsa1vey Rasilla), en calidad de tales Capitanes
Generales, libraron títulos desde los principios de la subleva-
ción, eligiendo en todas partes Capitanes y otros Oficiales que
la sostuviesen, fomentasen y promoviesen."

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781
279

"Ahora se echará de ver que dimanó de sí mismo su Co-


mandancia, inventada sin acuerdo mío -afirma Plata- y que
la elección hecha en el mismo día en el doctor don Ramón Ra-
mírez, fué para que llenase el vacío que dejaba Berbeo por sus
ascensos al grado de Generalísimo."

***

A fin de dar la mayor autoridad y renombre a la direc-


ción del Movimiento, erigióse la Comandancia General del So-
corro, a instancia de Berbeo, en Supremo Consejo de Guerra.
Asumió aquella Corporación las funciones privativas del
Real Acuerdo de Justicia de la Real Audiencia, en materias po-
líticas, y de alto cuerpo consultivo, para resolver las cuestiones
relativas al movimiento; dictaba las ordenanzas para el go-
bierno de las tropas, así como los reglamentos para el régimen
de los comunes, con las prevenciones de penas pecuniarias, de
azotes y de la vida; confirmaba los nombramientos de Capita-
nes y Oficiales de la insurrección, hechos por la plebe, previa
indicación de Berbeo, y expedía títulos definitivos; envió men-
sajeros ante los Cabildos de las ciudades de Tunja, Pamplona,
Girón, Vélez y Muzo y de las villas de Leiva y San Gil, invi-
tándoles a adherirse al movimiento, bajo juramento de obe-
diencia a los Capitanes Generales del Socorro, con la adver-
tencia de que se harían merecedores a severas penas los pue-
blos que se mostrasen desafectos, y se arrogó, por último, la
más alta autoridad en mat.eria de gobierno, con desconoci-
miento absoluto de las reales instituciones y sus funcionarios.
Como hubiese Capitanes que no concurrían con la pun-
tualidad requerida a los actos y sesiones del Supremo Consejo
de Guerra, entre ellos don Salvador Plata, pidió el Procurador
del común sublevado, don Antonio de Molina, en escrito de 3
de mayo, se impusiesen las penas correspondientes, en rela-
ción con las omisiones .que se advirtiesen, sin tener en cuenta
razón ni pretexto alguno.
El Consejo resolvió la solicitud en conformidad con los de-
seos del Procurador, a juzgar por el siguiente auto, promulga-
do por bando:

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280 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

"Socorro y Mayo 4 de 1781.

"Como lo pide el Procurador del común y para su cum-


plimiento, publíquese su pedimento y este decreto que sirva
de auto."
"Por el que se ordena y manda que ningún Capitán, ni
otro de los Oficiales militares pueda apartarse del ejercicio
de su empleo,pena de ser degradado públicamente y castigado
conforme al estilo militar. Y asimismo se ordena y manda a
todos los soldados en general, no sean osados a contradecir,
disputar ni armar vocería en público sobre las providencias
que se diesen por nuestro Consejo de Guerra, pues el que hu-
biese de suplicar alguna cosa sobre ellas, lo hará ocurriendo
ante Nos, para que así resuelva lo justo sin estrépito al pú-
blico, ni irrespeto a sus Capitanes, pena que si así no lo eje-
cutaren, serán castigados como a inobedientes y faltos de res-
peto. Y para que se verifique, se les ordena a todos nuestros
Oficiales, Cabos y demás leales vasallos, para que en el mismo
acto en que se levante grito de vocería en público por alguno,
le arresten en la cárcel pública, por todo rigor, y de ello nos
den pronta cuenta para su castigo. Y para en los demás lu-
gares despáchese testimonio de todo, para su publicación y ob-
servancia por los Capitanes numerarios, que así lo mandamos
Nos los Capitanes Generales de esta Villa y demás lugares de
las jurisdicciones sujetas a nuestra Capitanía .

. .. ."Juan Francisco Berbeo.-Antonio Josef Monsalve.-Fran-


cisco Rosillo.-Josef Antonio Estévez, Teniente de Capitán.
"Es fiel copia de su original a que me remito, el que se
publicó en la plaza pública de esta Villa de Nuestra Señora del
Socorro, a son de caja y voz de pregonero,· y en fe de ello lo
certifico y firmo.
"BERBEO."
* * :;.:

Acerca de la marcha sobre Santa Fe, proyectada y dis-


puesta únicamente por Berbeo, dice Plata:
"En fin, se halla en Mogotes carta de Berbeo y Monsalve,
en que hablando uno sólo, el Generalísimo Berbeo, dice: 'Yo
salgo para la Corte el lunes, que se cuentan catorce del corrien-
te, a de una vez salir de dudas'."

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 281

"Que el declarante (Plata) no concurrió, ni dió su pare-


cer, dinero, ni armas para la marcha de Berbeo a Zipaquirá.
Que sabe que el designio que le condujo a ponerse en marcha
era para apoderarse de la Capital de Santa Fe."
"Que el declarante cree que la venida de Berbeo a Santa
Fe fué proyectada y dispuesta por el mismo Berbeo."
"Que el declarante no intervino, ni tuvo parte en la salida
y expedición intentada por Berbeo, y por lo mismo no pudo
darle instrucción alguna, ni sabe se la diesen los demás Ca-
pitanes. "
* >1< *

Nunca en la escena de las guerras contempló Colombia


campamento más extenso, ni ejército más numeroso que el de
los Comuneros en el sitio del Mortiuo; veinte mil combatientes
al comando de doscientos veintiséis Capitanes, con setecien-
tas y más tiendas de campaña, hicieron mansión en el espa-
cio de terreno comprendido entre Nemocón y Zipaquirá.
Así lo testifica el Arzobispo Caballero y Góngora en el
siguiente pasaje de su informe al Ministro de Indias don José
de Gálvez;
"En esta ocasión fuí testigo --dice- de la numerosa mul-
titud de gentes que formaban aquel ejército formidable sin
duda, no sólo a la Capital sino a todo el Reino, por lo poco po-
blado que se halla en su extensión. Todo el campo que media
entre los pueblos de Zipaquirá y Nemocón, distantes entre sí
tres horas de camino, estaba cubierto de tiendas. Se reguló el
número de combatientes en el de quince a diez y seis mil, sin
hacer cuenta de los indios, a quienes miraban con desprecio.
De todo hay exacta relación en el expediente de los Comisio-
nados."
y don Ignacio Nicolás Buenaventura, Maestre de Campo
de las Milicias de Ibagué, que concurrió a Zipaquirá, declara;
"Que el veinte y tres del mismo mes (Mayo) se dijo de
público haberse acampado en los llanos del Mortiño, que me-
dian entre los pueblos de Nemocón y Zipaquirá, seis leguas
(diez) poco más o menos de eseta Ciudad, los sublevados de las
Villas del Socorro, San Gil y demás lugares de la Provincia de
Tunja y Corregimiento de Sogamoso y otros que cada día se
les unían, regulan doce a quince mil hombres, que luego, con
los que se les fueron agregando, se dijo componer hasta el nú-

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
282

mero de veinte mil, que comandaban doscientos veinte y seis


Capitanes de Compañía, de ciento unas, más otras de menos
número, al mando del que se decía General, Don Juan Fran-
cisco Berbeo; que oyó al Cura de Zipaquirá, doctor Juan Anto-
nio de Ribas, que pasó con sagacidad a reconocer el campo,
para dar las oportunas noticias a Su Señoría Ilustrísima y se-
ñores Comisionados, que contó setecientas y más tiendas de
campaña y tomó noticia de los que se decían Capitanes, de
que resultó el cómputo de los veinte mil acampados con orden.
"Que también oyó decir al doctor don Nicolás de Silva,
Presbítero, cuyo pueblo no tiene presente, que vió pasar el cam-
po (de los tunjanos y sogamosos) para el pueblo de Caxicá,
el dos de Junio de este año, acercándose a esta ciudad, y que
pasaron por entre la Parroquia de Zipaquirá, a vista de los
señores Comisionados y del Ilustrísimo Señor Arzobispo qua-
tro mil de a caballo y los demás de infantería a pie; que fué
público que venían armados de las armas interceptadas y otras
de fuego y blancas, cortantes, alabardas, picas, machetes y
otras que vió el declarante en Zipaquirá, a donde estuvo con
su Señoría Ilustrísima, para lo que se ofreciera en servicio del
Rey Nuestro Señor."

* * *
A los denigrativos y falsos conceptos de cronistas des-
autorizados, de gacetilleros de alquiler o de folicularios con-
tra la personalidad de Berbeo y su intervención en el mo-
vimiento insurreccional de 1781, oponemos, para finalizar el
presente capítulo, los de doctos y eminentes historiadores y es-
critores que procuraron determinar hechos concretos para di-
lucidar la verdad con pruebas documentales. Aunque no todas
las aserciones de éstos están justificadas, como habrá de com-
probarse, insertamos a continuación las que consideramos más
ajustadas a la exactitud histórica.

***
Don José Manuel Restrepo, docto historiador, trae en su
"Historia de la Revolución de la República de Colombia", en
el tomo 1, páginas 24 y siguientes, los que a continuación in-
sertamos:

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 283

"Aunque la generalidad de los moradores de los distritos


capitulares del Socorro, San Gil, Vélez, Tunja y otros estaban
altamente decididos a poner cima a su empresa de abolir los
pechos y contribuciones, no pensaban de la misma manera to-
dos los llamados Capitanes Generales, Plata, Rosillo, Monsal-
ve y Berbeo. El primero quería complacer al gobierno y al pue-
blo; así no fomentaba la revolución, y contrariándola en dife-
rentes ocasiones debilitaba su impetuosidad. Se puede afirmar
que más bien sirvió a la causa del Rey, como lo justificara
después, y que hizo traición a la confianza que en él deposita-
ron sus compatriotas. Rosillo y Monsalve desempeñaron sus
capitanías con más actividad, dando algunos pasos que los
comprometieron con el partido real, a pesar del carácter tími-
do que tenía el primero.
Berbeo, sí, abrazó la revolución con el mayor empeño, dic-
tando cuantas providencias juzgaba oportunas para darle im-
pulso, las que indicaban un alma elevada y enérgica. El por sí
sólo, o acompañado con Rasilla y Monsalve, dió las órdenes
para la expedición contra Puente Real; él dirigió circulares a
los pueblos, asignándoles los hombres armados que debían re-
mitirle para la invasión que meditaba contra Santafé; él dis-
puso, para los preparativos, de las rentas reales, de los diez-
mos, propios y otros caudales públicos; él, en fin, se hizo nom-
brar Generalísirno de los Coruneros; cuidó de que en su lugar
quedara el doctor don Ramón Ramírez, y bajo el pretexto de
venir a Chiquinquirá a tratar con el oidor Osorio, salió del
Socorro. En el camino halló las tropas que había exigido a los
diferentes pueblos, y poniéndose a su cabeza se dil'igió a la
capital por Moniquirá, Ráquira, Lenguazaque y Enemocón.
De paso acabó de conmover el corregimiento de Tunja, y en
todas partes fué recibido con grandes aplausos.
"Estando en Ráquira recibió un oficio de los comisiona~
dos Basco y Galavis, en que le decían que se adelantara a con-
ferenciar con ellos, pues tenían facultades amplias del Real
Acuerdo y junta superior, para oír sus peticiones y cimentar
la tranquilIdad pública sobre bases sólidas. Berbeo se adelan-
tó a Enemocón, que dista dos leguas y media de Zipaquirá, y
llamó desde allí con autoridad a los comisionados para que
fueran a verle. En esta primera conferencia (mayo 27) dió a
conocer que sus deseos y los de todas sus gentes eran marchar
a Santafé para conmoverla y tratar directamente con la jun-
ta, indicando que contaban en la capital con numerosos par-

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284 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

tidarios qUE'los llamaban; empero la instrucción principal de


los comisionados y del arzobispo era impedir esta irrupción
que habría sido funesta.
"Hubo un incidente que aumentó los temores de los co-
misionados y de la capital. Fué que Berbeo había destacado
con cien hombres (con ciento cincuenta hombres) a los Ca-
pitanes Nicolás Vega y José Antonio Galán, a fin de que ocu-
pasen a Facatativá e interceptaran los auxilios y comunica-
ciones del gobierno que vinieran de Cartagena.
"Después de aquella conferencia (mayo 27), Berbeo mo-
vió su campo al llano del Mortiño, cerca de Zipaquirá, donde
reunió de diez y ocho a veinte mil hombres. En esta villa si-
guieron las conferencias; en ellas sufrieron los comisionados
y el arzobispo algunas humillaciones y muchas penas, para
conseguir que los amotinados desistieran de su viaje a la ca-
pital, como todos ellos lo deseaban.
"Este suceso (la llegada de los Capitanes de Santa Fe y de
los Miembros del Cabildo Secular de la misma ciudad), y la
discordia que se iba introduciendo en el campo de los faccio-
sos, del que se desertaron cuatro mil hombres de Tunja y 80-
gamoso, influyeron en que se aproximara el desenlace de aquel
pesado drama."
Las tropas de Tunja y Sogamoso, compuestas de cinco a
seis mil hombres y que eran las más lucidas y disciplinadas,
según opinión del Arzobispo Caballero y Góngora, no deserta-
ron, como asevera erróneamente el historiador Restrepo; mu-
daron de campamento con algún pretexto y se estacionaron
en Cajicá, con el propósito de impedir la marcha del grueso
del ejército de los Comuneros sobre la capital.
"Don Juan Francisco Berbeo, el Generalísimo de las tro-
pas de los comunes y autor de las Capitulaciones de Zipaqui-
rá, dice para concluir el historiador Restrepo, fué depuesto
ignominiosamente del corregimiento del Socorro y de la maes-
tría de campo que obtuvo por ellas; pero se le comprendió en
el indulto general concedido por el monarca (concedido por
el ArzobispoVirrey y aprobado por el Monarca). Esto se debió
a la administración del arzobispo, después Virrey; porque sin
embargo del indulto se recibieron órdenes reservadas de Ma-
drid para que se castigara de muerte a los autores y promove-
dores de la revolución, y con todo, ninguno fué al cadalso.
Berbeo vivióen la oscuridad, y es acaso el único ejemplar en

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 285

las colonias españolas de un jefe que después de haber hecho


la guerra al soberano, hubiera existido en sus dominios sin-
morir en un patíbulo."
'" '" '"
Don Lorenzo María Lleras, en la nota número XII, acer-
ca de la noticia sobre la República de Colombia, publicada en
la séptima edición de la "Enciclopedia Británica", dice sobre
Berbeo y la insurrección de los comuneros lo que al tenor co-
piamos:
"El año de 1779 (1781) tuvo lugar en la Nueva Granada
la primera tentativa revolucionaria. Exasperados los pueblos
con los excesivos pechos y contribuciones que les arrancaba la
avaricia fiscal del Regente Visitador don Juan Gutiérrez de
Piñeres, cuyos opresivos reglamentos rentarios fueron aproba-
dos por el Rey, determinaron obtener por la fuerza el alivio
de sus males. Levantóse en masa la Provincia del Socorro, foco
de la revolución, y siguieron su ejemplo muchos de los pue-
blos circunvecinos. Organizóse un Supremo Consejo de Gue-
rra, compuesto de los Capitanes Generales don Juan Francis-
co Berbeo, don Salvador Plata, don Francisco Rosillo y don
Antonio José Monsalve. El primero, hombre intrépido y re-
suelto, y que correspondió dignamente a la confianza que en
él depositaron sus compatriotas, a la cabeza de una fuerza
respetable impuso miedo a las autoridades de Santa Fe, y lle-
gó a lograr la celebración de un tratado, en el cual se otorga-
ban a los Comuneros, que así se llamaban, casi todas sus de-
mandas. Las intrigas del Arzobispo Góngora, y la mala fe del
Virrey Flores, lo hicieron ilusorio, y los pueblos volvieron a
sufrir sus nuevas contribuciones, con más el peso de la ven-
ganza española. Suscitáronse, por consiguiente, nuevas con-
mociones, que se apaciguaron luego, así por la astucia del Ar-
zobispo, como la aprehensión y muerte del valeroso Galán y
sus dignos compañeros (MoUna, Alcantuz y Ortiz), cuyos
miembros se mandaron exponer en diferentes partes para te-
rror de los patriotas, sembrándose sus casas de sal, y decla-
rándose infame su descendencia. Estos sucesos inspiraron a
los granadinos el deseo de sacudir el yugo peninsular, deseo
que entreveían las autoridades españolas, y que se manifestó
más de una vez antes de que estallase la gloriosa revolución
de 1810."
'" '" '"

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286 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

El historiador don José Antonio de Plaza emite en sus


"Memorias para la Historia de la Nueva Granada" el siguien-
te honroso concepto sobre Berbeo:

"El alma de ese movimiento, el motor universal era el ar-


diente Berbeo, quien dictaba todas las providencias para im-
pulsar la revolución. El dió las órdenes para formar la expe-
dición contra Puente Real; dirigió circulares a los pueblos asig-
nándoles los hombres armados con que debían concurrir y re-
mitir para organizar la expedición que debía obrar contra la
capital; tuvo la suficiente resolución para disponer de las ren-
tas públicas en beneficio y auxilio sólo de la causa de los Co-
muneros. Nombrado Generalísinw de éstos, dejó en su lugar
en el Socorro de Capitán General al Dr. D. Ramón Ramírez,
y con pretexto de pasar a Chiquinquirá a tratar con el Oidor
Osario, salió del Socorro para reunir y organizar las tropas de
los diferentes pueblos que estaban ya aprestadas. Reuniéndo-
se en su tránsito con los auxilios de gente que se le franquea-
ban, se encaminó a la capital por los pueblos de Moniquirá,
Ráquira. Lenguazaque y Enemocón, situándose en Zipaquirá.
En el pueblo de Ráquira recibió un oficio de los comisionados
de la capital, indicándole estaban autorizados para entrar en
negociaciones con él, pues se hallaban revestidos de amplias fa-
cultades y sólo deseaban cimentar el orden en beneficio de los
pueblos y del Soberano.
"Berbeo estuvo en Zipaquirá el 26 de mayo de 1781 (el 27
de mayo); su campamento presentaba el espectáculo impo-
nente e interesante de cerca de veinte mil hombres armados
de la manera que les fué posible."
"Los antiguos jefes de los Comuneros Rasilla, Monsalve y
Plata, quedaron comprendidos en el indulto y el mismo Ber-
beo, aunque depuesto ignominiosamente del Corregimiento del
Socorro y de la Maestría de Campo que obtuvo, quedó bajo el
amparo del perdón, llevando todos una vida oscura para des-
truir todo recuerdo de su pasada historia."

***
El doctor Manuel Ancízar, primer Rector de la Universi-
dad Nacional de Colombia, fundada por el General Santos
Acosta, trae en su importantísimo libro intitulado "Peregri-
nación de Alpha", 1853, página 192, el siguiente pasaje:

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 287

"Cuarenta y tres ciudades y pueblos del Norte, además


de la del Socorro y San Gil, se adhirieron al movimiento, al-
zando todos por 'Comandante General de las Comunidades' a
D. Juan Francisco Berbeo, natural y vecino de la villa del So-
corro. La conducta de estos Comuneros y los sucesivos pro-
nunciamientos de Neiva y Casanare, demostraron sobrada dis-
posición a 'negar el debido homenaje', como dice nuestro na-
rrador. Faltóles un buen Jefe, y hasta el pretexto para mante-
nerse armados desde que el gobierno suscribió las 35 Capitula-
ciones de Berbeo, y éste disolvió su ejército retirándose. De lo
contrario, el incendio habría tomado cuerpo y consistencia,
pues no era un hombre común el caudillo socorrano, como lo
prueba la conducta posterior de la Real Audiencia, que sin em-
bargo de verse apoyada por las tropas de línea que mandó el
Virrev desde Cartagena, no se atrevió a castigar sino a los su-
balternos Galán, Molina, Alcantuz y Ortiz."

***

El historiador don José Manuel Groot, en su "Historia


Eclesiástica y Civil de Nueva Granada", 1869,tomo 1, pág. 482,
trae el siguiente pasaje:
"Allí (en Zipaquirá) esperaron (el Arzobispo y los Comi-
sionados) la llegada de todos ellos (los Comuneros) con sus
jefes. Berbeo había sido nombrado Jefe Supremo por haberse
mostrado el más ardiente sostenedor de la revolución y el de
más audacia y expediente para dirigirla. Eran de diez y ocho
a veinte mil hombres los que llegaron a Zipaquirá."

>le >le *

Don José Domingo Cortés traza sobre la personalidad de


Berbeo el siguiente símil en su "Diccionario Biográfico Ame-
ricano" :

"Berbeo (Juan Francisco). - Nació en la ciudad del Soco-


rro, del Virreinato de Nueva Granada, a mediados del siglo
XVIII. Su nombre hubiera permanecido en la oscuridad, si el
levantamiento de las comunidades de Nueva Granada en 1781,

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288 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

no lo hubiera llamado a la vida pública. Los reglamentos del


Comercio Libre, expedidos por Carlos III, habían acostumbra-
do a los pueblos de la Nueva Granada a ciertas franquicias
en el comercio, de manera que la imposición de algunos cargos
y trabas onerosas y el establecimiento de los estancos produ-
jeron el levantamiento referido del Comercio, según entonces
se llamaba, dando el ejemplo la ciudad del Socorro, que nom-
bró por su Capitán General a Berbeo, quien asociado de tres
individuos más, investidos del mismo título, formaban el Su-
premo Consejo de Guerra. Berbeo, dotado de gran energía y'
lleno de amor por la justicia, fué el alma de esta insurrección.
Fué debido a sus disposiciones y actividad el triunfo del Fuer-
te Real (Puente Real), obtenido sobre las tropas reales el 8 de
mayo de 1781. Viendo la tibieza de sus colegas se hizo nombrar
Generalísimo de las Comunidades, extendió la revolución por
todas partes, y llegó a reunir hasta diez y ocho mil hombres
bajo sus banderas, a cuya cabeza firmó las célebres Capitula-
ciones de Zipaquírá el 7 de Febrero de 1781 (el 5 de Junio). En
ellas se estipulaba la supresión del derecho de armada de bar-
lovento, la del estanco de naipes, tabacos, aguardientes, re-
baja del papel sellado; que los empleos se diesen a los ameri-
canos, y sólo por su falta a los españoles; que se mantuviesen
armadas las milicias de las coillw"1idades,y otras cláusulas muy
favorables al adelanto y libertades de la colonia. Este acuerdo
fué ratificado por la Junta de Tribunales; pero el Virrey Flo-
res no le dió su aprobación, aunque expidió al mismo tiempo
un indulto general, que fué confirmado por la Corte. Rotas las
Capitulaciones de Zipaquirá, Berbeo fué ignominiosamente
depuesto de sus empleos, pero se le comprendió en el indulto
general. Acabó sus días en la oscuridad, y es acaso el único
ejemplo en las colonias españolas, observa Restrepo, de un
jefe que después de haber hecho la guerra al soberano haya
existido en sus dominios sin morir en un patíbulo."

* :lO *

Don Alberto Urdaneta en el "Centenario de los Comune-


ros",publicado por disposición de la Asamblea Legislativa del
Estado de Cundinamarca, en virtud de la Ley 20 de 1880 de
la misma Asamblea, trae el siguiente concepto sobre Berbeo:

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 289

"Don Juan Francisco Berbeo, Superintendente y Capitán


General de los Comuneros.
"El Jefe de la revolución de 1781 acampó en Zipaquirá con
veinte mil hombres, y allí impuso a los Comisionados de la
Real Audiencia las Capitulaciones que fueron firmadas el 5 de
Junio. Fué nombrado por la Audiencia Corregidor y Justicia
Mayor del Socorro; pero violadas aquellas, fué destituí do y se
le suprimió el título de Don a que tenía derecho por sus ante-
pasados. El Arzobispo Caballero y Góngora lo salvó de la per-
secución, y vivió en la oscuridad para hacer olvidar la parte
que había tomado en la insurrección. Sin embargo no desma-
yó en el pensamiento que lo habla guiado al hacerse cargo del
mando de la insurrección, y si sus esfuerzos fracasaron, de-
jaba regada la semilla que fructificó más tarde."

***

El geógrafo y diplomático don Ricardo S. Pereira trae so-


bre Berbeo y la insurrección de los comuneros el siguiente con-
cepto, en su libro "Les États-Unies de Colombie", París, 1883,
pág. 274:

"Juan Francisco Berbeo, Généralissime de l'Armée des Co-


muneros en 1781. A la suite des Capitulations de Zipaquirá,
qui motivérent le licenciement des troupes q'il commandait,
on lui accorda plusieurs distinctions suggérées a l'Audience
royale par la peur des révolutionnaires; mais, lorsque celle-ci
annula les Capitulations jurées et fit écarteler les principaux
chefs de l'insurrection, José Antonio Galán, Lorenzo Alcantuz,
Isidro Molina et Manuel Ortiz, le Généralissime, par un hasard
extraordinaire, eut la vie sauve et ne fut meme pas déporté. n
était né, comme la plupart de ses compagnons, dans la pro-
"ince du Socorro."

***

El historiador don José María Quijano Otero dice sobre la


revolución de los Comuneros, en su "Compendio de la Histo-
ria Patria", Bogotá, 1883, lo que insertamos en seguida:

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290 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

"Puede decirse que, sin excepClOn,todos los pueblos del


Norte se sublevaron y siguieron el ejemplo del Socorro, que se
apresuró a nombrar Capitanes Generales para que dirigieran
el movimiento, eligiendo a don Antonio José Monsalve, don
Salvador Plata, don José Antonio Estévez (no fué Estévez ele-
gido Capitán por el común de las gentes del Socorro; fué de-
signado por don Salvador Plata para teniente suyo), don Fran-
cisco Rasillo y don Juan Francisco Berbeo, que fué el alma de
la revolución."

** =1<

Don Carlos Benedetti en su "Historia de Colombia", pág.


275, dice:

"Berbeo, que de los cuatro Capitanes Generales nombra-


dos en el Socorro, fué el que abrazó la revolución con mayor
empeño, había obtenido el mando de las armas como Genera-
lísimo, y con el pretexto de venir a Chiquinquirá, a tratar con
el Oidor Osario, salió del Socorro, encontrando en el camino
las tropas que había exigido a los diferentes pueblos. El 27 de
Mayo se celebró la primera conferencia en Nemocón, dando a
conocer Berbeo que sus deseos eran marchar sobre Santafé
para conmover la capital y tratar directamente con la Junta,
pero el principal objeto de los Comisionados era impedir este
paso. Sin embargo, siempre pudo Berbeo destacar cien hom-
bres (ciento cincuenta hombres) con los Capitanes Nicolás
Vesga y José Antonio Galán, para que ocupando a Facatativá,
interceptaran los auxilios que vinieran de Cartagena remiti-
dos por el Virrey."
=1< =1< =1<

El historiador don Raimundo Rivas, en su conferencia


leída en la Academia Colombiana de Historia, en marzo de
1909, emite el siguiente concepto sobre el Jefe de la insurrec-
ción de los Comuneros:

"Berbeo fué el Jefe verdadero de la insurrección, dice, Jefe


no sólo de nombre, sino el más caracterizado por su influen-
cia. Según parece, no tomó parte en los primeros sucesos de

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 291

la insurrección; nombrado Jefe, aceptó de mal grado (él va


hasta decir en su declaración que lo obligaron por la fuerza);
mas luego se dedicó con todas sus energías a sacar el mejor
partido de la revuelta; envió emisarios para que en todas las
poblaciones se nombraran Capitanes y se organizaran Comu-
nes; con energía y prontitud dirigió el movimiento hacia la
capital; destacó a Galán para apoderarse de las armas que de
Honda debía enviar el Visitador a Santafé; trató con los Co-
misionados de potencia a potencia y obtuvo todas las rebajas
de las nuevas contribuciones y muchas concesiones sobre las
impuestas por los Virreyes anteriores al Visitador; sentó el
principio de que debían darse empleos de distinción a los na-
turales del Virreinato, y él mismo recabó para sí los de Justi-
cia Mayor, Corregidor y Maestre de Campo del Socorro y
San Gil."

* **

Don Juan B. Enseñat, Miembro correspondiente de la Real


Academia Española de la Historia, hace la siguiente relación
sobre el movimiento insurreccional de 1781 en el Nuevo Reino
de Granada:

"El Virreinato de Nueva Granada fué teatro de conmocio-


nes más serias. Gobernaba allí el Virrey D. Manuel Antonio
Flores, hombre honrado e inteligente, que en circunstancias
normales hubiera sido un excelente mandatario. Las penurias
del tesoro español y la guerra que entonces sostenía la metró-
poli con la Gran Bretaña sugirieron a la corte el proyecto de
aumentar algunas contribuciones que pagaban los america-
nos y reglamentar otras bajo una base restrictiva. El Rey nom-
bró Visitador de Nueva Granada a D. Juan Gutiérrez de Pi-
ñeres, Regente de la Audiencia de Bogotá (de Santa Fe enton-
ces) con poderes para intervenir en los arreglos financieros
independientemente del Virrey.
"Inmediatamente se hizo sentir el descontento en la po-
blación. El 16 de marzo de 1781una mujer destrozó en la villa
del Socorro uno de los bandos en que se anunciaba cierta inno-
vación en el pago de derechos (el restablecimiento del derecho
de armada de barlovento). Este acto, no reprimido, dió origen
a la rebelión de dicha villa. El pueblo desconoció las autori-

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292 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

dades y nombró en su lugar una Junta de cuatro individuos


con el título de Supremo Consejo de Guerra. El verdadero Jefe
de aquel gobierno tué don Juan Francisco Berbeo, hombre do-
tado de gran resolución. El movimiento fué seguido por varios
pueblos de las provincias de Tunja, Pamplona (pertenecía
Pamplona a la provincia de Tunja) y Casanare, y se extendió
también a algunos puntos de la Capitanía General de Vene-
zuela.
"Los Comuneros no mancharon su causa con ningún
crimen.
"El prestigioso Arzobispo don Antonio Caballero y Góngo-
::-ase ofreció para servir de mediador a fin de evitar los azares
de la guerra. Mientras tanto, el audaz caudillo Berbeo había
llegado hasta Zipaquirá, donde había sentado su campamento.
Sus tropas formaban un ejército de cerca de veinte mil hom-
bres mal armados, pero llenos de entusiasmo y- resolución."
-

***

El conceptuoso y fecundo escritor venezolano Pío Gil emi-


te el siguiente juicio comparativo sobre Berbeo y las Capitu-
laciones de Zipaquirá en su importante libro "Cuatro Años de
mi Cartera":

"Leyendo a Eloy G. González.

"En materia de exacciones, impuestos, monopolios, estan-


cos y pillajes administrativos, la Restauración nos ha llevado
al mismo nivel en que Nueva Granada, todavía colonia, tenía
en 1781. ¡Siglo y medio de retroceso! Si tuviéramos una revo-
lución como la de los Comuneros del Socorro, al celebrar unas
capitulaciones con la Restauración Liberal, podrían servir de
modelo las que Berbeo propuso a las pilladoras autoridades
del Rey de España: "Supresión de las guías y tomaguías; abo-
lición del estanco (hoy monopolio) del tabaco; mejora del ser-
vicio de correos (hoy existe la violación e interceptación de la
correspondencia y sustracción de los bultos postales); modifi-
cación de la ley del papel sellado; valor del sello de uno a dos

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 293

reales (nosotros pagamos desde dos hasta veinte reales, fuera


del robo mayor de la estampilla de instrucción); fijación de
la arroba de sal a dos y medio reales (hoy pagamos los vene-
zolanos el cuádruplo, para regocijo económico de Velutine);
que no se exijan sino dos reales por salida de presos" (nos-
otros pagamos diez por excarcelación). Tenemos además otros
monopolios que no agobiaron a los súbditos de España. La
Restauración Liberal resulta peor que la Colonia. El Héroe
Máximo nos está arruinando; su gloria nos cuesta muy cara,
porque esa gloria hay que pagada bien no sólo a los que la
ejercen, sino también a los que la defienden y a los que la
pregonan. A las cajas nacionales van muchos millones, y na-
die sabe qué se hacen esos millones; los crecidos impuestos del
Distrito Federal también se evaporan no se sabe cómo; el aseo
público está tan descuidado que Caracas parece una pocilga.
y no puede uno menos de preguntarse: ¿porqué las exaccio-
nes y expoliaciones que produjeron en Venezuela la revolu-
ción de Panaquire, y en Nueva Granada la del Socorro no pro-
ducen iguales efectos en los tiempos modernos? Ya no hay
Franciscos de León ni Franciscos Berbeos? Se ha extinguido
esa raza?"

* =1< =1<

En Boyacá, particularmente, se ha guardado con respe-


tuosa veneración la memoria del Generalísimo de los Comu-
neros.
La Asamblea del Departamento, por ordenanza número
28 de 1913, restableció el Municipio de San Fernando, de crea-
ción española, con el nombre de Berbeo, para perpetuar los
hechos ilustres y el recuerdo del caudillo esclarecido.
Don Pablo E. Acosta, hombre de clara inteligencia y bien
apersonado caballero, de singulares y excelentes prendas, fun-
dó por los años de 1891 a 1892 un caserío en territorio del dis-
trito de Miraflores, inmediato al sitio donde existiera el pue-
blo de San Fernando de Aguablanca, dándole por nombre el
de Berbeo, por indicación del General Sergio Camargo, Presi-
dente de Colombia en 1877, y en honor a la memoria del Jefe
máximo de los Comuneros.
Por intervención del H. Diputado, General Felipe S. Es-
cobar, quien sustituyó el nombre de San Fernando del pro-

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294 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

yecto original, adoptó la primera Corporación de Boyacá la


modificación propuesta, dándole al Municipio de nueva crea-
ción el nombre del Generalísimo de los Comuneros.
El artículo pertinente de la citada ordenanza dice a la
letra lo que al tenor copiamos:
"Art. lQ Restablécese el Municipio de San Fernando en el
Corregimiento de Berbeo, de la extinguida Provincia de Neira.
Este Municipio tendrá el nombre de Berbeo en honor de don
Juan Francisco Berbeo, Superintendente y Capitán General
de los Comuneros del Socorro en 1781. Tendrá por cabecera
el caserío de Berbeo y se compondrá de las veredas de El Ba.l
tatal, El Rodeo, Aguablanca y Medios, que se segregan del Mu-
nicipio de Miraflores.
"Parágrafo. Los límites del nuevo Municipio de Berbeo,
serán en consecuencia los siguientes: por el Oriente, desde el
cerro de El Batatal, en dirección al Tío (Lengupá), 11asta illl
punto llamado Buenavista, linda con el Corregimiento de Páez;
por el Sur, todo el río (Lengupá) arriba, hasta la desemboca-
dura de la quebrada de El Volcán, linda con Miraflores; por el
Occidente, esta quebrada arriba hasta su nacimiento, y luego,
por la misma dirección, hasta la peña de El Abra, linda con
Zetaquira; sigue por el Norte, toda la cordillera hasta su parte
más alta y luego al nacimiento de la Quebrada Grande, lin-
dando con Puebloviejo; luego vuelve por el Nordeste, en direc-
ción a la cordillera, primer lindero, limitando en esta parte
con Páez y Miraflores."

***
Políticos avezados a manejos cautelosos trasladaron con
fines electorales al caserío de San Eduardo la cabecera del Mu-
nicipio de Berbeo, y sustituyeron por aquel nombre oscuro
este nombre glorioso.
La Asamblea, sin embargo, con criterio digno de alaban-
za, puso al Municipio en el estado que antes tenía, según la
ordenanza número 15 de 1937, que en lo pertinente dice:
"Articulo 2Q Cámbiase el nombre al Municipio de San
Eduardo por el de Berbeo, en memoria de Juan Francisco Ber-
beo, precursor de la independencia de Colombia, por sus pa-
trióticos servicios prestados en la notable revolución llamada
de Los Comuneros."
**•

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781
295

DOCUMENTOS FIDEDIGNOS QUE DETERMINAN LA


LEGfTIMA SUCESI6N DE BERBEO

Partidas Matrimoniales de don Juan Francisco Berbeo, Jete


de los Comuneros en 1781, con dona Maria Barbara Rodriguez
Teran, y de don Jose Rito de Acosta con .
dona Maria Joseja Berbeo.

"El infrascrito Cura Parroco del Socorro certifica que en


el Libro 3Q de Matrimonios, correspondiente a los anos de 1759
a 1785, en el folio 101, a la vuelta, se encuentra la partida
que dice:
"En la Parroquia del Socorro, en dos de Mayo de septe-
cientos y setenta afios, con licencia del propio Parroco asisti
al matrimonio que celebraron JUAN FRANCISCO BERBEO Y
BARBARA RODRfGUEZ, yen el mismo dia recibieron las ben-
diciones. Fueron testigos Pedro Martin Moreno, Ignacio Xa-
vier Garcia de Cabrera y Fernando de Uribe Salazar y otros
muchos. - Doy fee. - Dr. Joaquin de Esguerra Calbo de la
Riva." Hay una rubrica.'
"Expidese en el Socorro, a ocho de enero de mil novecien-
tos cuarenta y uno.
"JESUS MARTiNEZ VARGAS, Pbro."
(Hay un sello).

NOTABENE. Fue esta la senora que anduvo solicita en las


diligencias para conseguir el dinero necesario para la marcha
de los Comuneros sobre Santa Fe, y a quien se refiere don Sal-
vador Plata en el numeral CCCVII (307) de su defensa, que
de verbo ad verbum dice:

"Puedo hacer prueba de que la misma mujer de Berbeo


(Ia senora dona Maria Barbara 'I'heran), anduvo solicitando
fiadores para DOS MIL PESOS, persuadiendolos que se diri-
gian a una obra interesante al bien publico (la expugnaci6n
de Santa Fe), en que estaba tan empefiada que fincaria sus
propias prendas; perona .habiendo hallado fiadores, hipotec6
Berbeo, con sus dos Capitanes, la Real Hacienda."

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296 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

"Asimismo el infrascrito Cura Párroco del Socorro certi-


fica que en el Libro 4Qde Matrimonios, correspondiente a los
años de 1785 a 1799, en el folio 120, se encuentra la partida
que dice:
"En la villa del Socorro, a primero de Mayo de mil sete-
cientos noventa y tres, habiendo recibido información de sol-
tería y corridas las proclamas, y no habiendo resultado impe-
dimento alguno, como consta de las diligencias previas, y el
infra firmado Cura, asistí al matrimonio que por medio de su
apoderado don Salvador Plata contraxo don José Rito de Acos-
ta, hijo legítimo de don Félix de Acosta y de doña María Fer-
mina Ruiz de Noriega, criollos de Panamá, contraxo con doña
María Josepha, hija legítima de don Juan Francisco Berbeo y
de doña Bárbara Rodríguez Therán. Fueron testigos el Maes-
tro don Lorenzo de Argtiello, Presbítero, y don Bernardo Pin-
zón: vecL110 de Vélez" - DOJT fe. - Christ-oval Jph. de ¿~breu."
Hay una rúbrica. Corre al margen la siguiente nota: "Don
José Rito de Acosta con doña María Josepha Berbeo. - Vela-
dos en quince de Junio del mismo año. ~ Dr. Abreu. - 6 ps."
"Expídese en el Socorro, a ocho de enero de mil nove-
cientos cuarenta y uno.

"JESúS MARTíNEZ VARGAS, Pbro.'·


(Hay un sello).

Partidas de Defunción de don Juan Francisco Berbeo, Jefe de


los Comuneros en 1781, de su esposa doña María Bárbara Terán
y de su hija doña María Josefa Berbeo.

"El infrascrito Cura Párroco del Socorro certifica que en


el Libro número 3 de Defunciones, correspondiente a los años
de mil setecientos setenta y uno a mil ochocientos diez y siete,
al folio cincuenta y cinco del año de mil setecientos noventa y
cinco, se halla una partida que a la letra dice:

"Dn. Juan Fran- "En veinte y nueve de Junio de noventa y


cisco Berbeo. cinco, dí sepultura eclesiástica al cuerpo di-
7 ps." funto de don Juan Francisco Berbeo, mari-
do que fué de doña Bárbara Terán. Se le

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 297

administraron los Stos. Sacramentos. - Doy fee. - Don Josef


Mariano Lozano." Hay una rúbrica.
"Expedida en el Socorro, a quince de marzo de mil nove-
cientos veintidós.

"LUIS E. ARDILA O., Pbro."

"El infrascrito Cura de la Parroquia de Nuestra Señora


de Guadalupe (Santander), certifica que en el Libro NQPri-
mero de Defunciones, correspondeinte al año de mil ochocien-
tos seis, se registra la partida siguiente:

"Doña Bárbara "En la Parrochia de Nuestra Sra. de Guada-


Terán, viuda lupe, en catorce días del mes de Marzo de
noble." mil ochocientos y seis, yo el infrascrito
Cura di sepultura en esta Santa Iglesia al
cuerpo defunto de doña Bárbara Terán, viuda, oriunda de la
villa del Socorro. Se le administraron los stos. Sacramentos,
hizo su testamento. Fué su entierro cantado. - Doy fee. - Dr.
Pedro de Andrada." Hay una rúbrica.

"Es copia fiel del original.


"Expedida en Guadalupe (S.), a dos de enero de mil no-
vecientos veintidós.
"CARLOSRAMíREZ T., Pbro."

El infrascrito Cura de la Parroquia de Nuestra Señora de


Guadalupe (Santander), certifica que en el Libro de Defun-
ciones NQPrimero, correspondeinte al año de mil ochocientos
nueve, se registra la partida siguiente:

"Da. Josefa "En la Parrochia de Nuestra Señora de Guada-


Berbeo." lupe, en quince días del mes de Julio de mil
ochocientos y nueve años, Yo el infrascrito
Cura y Veo. di sepultura Ecca. en esta Sta. Iglesia al cuerpo
de Funto de doña Josefa Berbeo, Mujer que fué de don Rito
de Acosta, oriundos de la villa del Socorro y feligreses de esta
Parrochia. Se le administraron los Stos. Sacramentos. Se hizo

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298 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

el entierro cantado por mi costumbre, de que doy fee. - Dr.


Pedro de Andrada." Hay una rúbrica.
"Es fiel copia del originaL
"Expedida en Guadalupe (Santander), a dos de enero de
mil novecientos veintidós.
"CARLOS RAMíREZ T., Pbro."
(Hay un sello).

* * '"
Nació don Juan Francisco Berbeo en el Socorro, por los
años de 1727 a 1730 y posiblemente en 1727 o 1728; era llijo
de legítimas nupcias; de don Ignacio José Berbeo y doña Juana
María Martín Moreno, cónyuges de un mismo matrimonio.

* * .•

Partida bautismal de don José Joaquín de Acosta y Berbea.

"El Cura interino de esta Parroquia de Nra, Señora de


Guadalupe Certifico en forma fe-faciente, para ante quien con-
venga, que en uno de los Libros parroquiales a foxas doce, a la
vuelta, hay una partida que dice así:

"Josef Joachín "En la Parrochia de Nuestra Señora de


Athanasio, Noble.' Guadalupe, en ocho de Mayo de mil ocho~
cientos y dos años, Yo el infrascripto Cura
bauticé, puse óleo, chrisma y di bendiciones a un niño de siete
días; llamélo Josef Juachín Athanasio, hijo lexítimo de don
Josef Rito de Acosta y doña Josepha Berbeo. Padrinos don Ma-
nuel Gabino de Angulo y doña Josepha Salgar. Advertí su obli-
gación. Doy fee. - Dr. Pedro de Andrada." - Hay una rú-
brica.
"Así consta de su original, de donde se sacó, a que en caso
necesario me remito; y para que conste, a pedimento de la
parte, doy la presente, que firmo en esta dha. Parroquia de
Guadalupe, a tres de Septiembre de mil ochocientos diez y
ocho años.
"JOS~ GAVINO PE~UELA."

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 299

Nació don Joaquín Acosta y Berbeo, padre del Gral. San-


tos Acosta y suegro del Gral. Sergio Camargo, ex-Presidentes
de Colombia, en la parroquia de Guadalupe (Santander), en
dos de mayo de mil ochocientos dos. Fué don Joaquín herma-
no germano de don Nicolás Acosta Berbeo, fusilado el 24 de no-
viembre de 1817, en la plaza principal de Chocontá, en presen-
cia de su padre, por el jefe español Teniente Coronel don Car-
los TOlrá, a la edad de veintidós años; y también de Laurencio
Acosta Berbeo, quien habiendo combatido en la acción de Sis-
ga con Nicolás, y la guerrilla de los Almeidas y Juan José Nei-
Ia, pudo escapar por páramos y desiertos e incorporarse lue-
go en una guerrilla que mantuvo en sobresalto constante al
Gobernador de la Provincia del Socorro don Antonio Fomi-
naya. Incorporado después en el ejército libertador al coman-
do del Gral. Bolívar, escribió a don Joaquín, su hermano, por
última vez, de Trujillo (Venezuela), y nada volvió a saberse
de él; supónese que murió en la batalla de Carabobo. Nació
Laurencio, como adelante veremos, en Guadalupe, el 5 de no-
viembre de 1799.

Partidas de Matrimonio de don José Joaquín Acosta y Berbeo.

"El suscrito Cura Párroco de Miraflores certifica que en


el Libro de Matrimonios correspondiente al año de mil ocho-
cientos veinticuatro, en la página veintinueve, hay una par-
tida que dice: ,

"En veinta y cuatro de Febro. de mil ochocientos veinte


y quatro, después de haber parcticado todas las diligencias
mandadas por el sto. Consilio de Trento y corrida la última
monición y no habiendo resultado impedimento ninguno, pasé
al templo de esta Parroquia, en donde presencié el matrimo-
nio que contrajeron Joaquín Acosta y Micaela Castillo, dándo-
les las bendiciones nupciales. Testigos Pío Sánchez, Fermín
Gámez, .Jph. Ant9. Castañeda. Doy fe. Joseph Ant9. Vergara."
Rubricado.
"Expedida en Miraflores, a veintitrés de Junio de mil no-
vecientos veintiuno.
"SILVERIO PINEDA S., Pbro,"
Hay un sello.

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300 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

"El suscrito Cura Párroco de Miraflores certifica que en


el Libro de Matrimonios correspondiente al año de mil ocho-
cientos cincuenta y seis, en la página setenta y dos, hay una
partida que dice:

"En Miraflores, a siete de Julio de mil ochocientos cin-


cuenta y seis, yo el Cura propio presencié el matrimonio que
contrajeron mis feligreses Joaquín Acosta Berbeo, viudo de
Micaela Castillo, y Dolores Castillo, previos los requisitos ca-
nónicos; fueron dispensados del impedimento de primero con
segundo grado de afinidad lícita, del mismo modo que de las
tres canónicas moniciones, como consta de dos despachos del
Ilmo. Sr. Arzobispo, con fecha de seis de Julio; confesaron y
comulgaron; fueron padrinos Joaquín Acosta Castillo y Cleofe
Acosta; testigos !-.lIanuel Forero y 'varios vechlos. - Do:y'" fe.
Tomás Barreto.". - Rubricado.
"Expedida en Miraflores a veintitrés de junio de mil no-
vecientos veintiuno.
"SILVERIO PI:r--mDA S., Pbro."
Hay un sello.

Partida de Defunción de don José Joaquín de Acosta y Berbeo.

"El suscrito Cura Párroco de Miraflores certifica que en


el Libro de Defunciones, correspondeinte al año de mil ocho-
~ientos ochenta y tres, en la página ciento veintitrés, bajo el
número novecientos setenta y tres, aparece la siguiente par-
tida:

"En Miraflores, a diez de Mayo de mil ochocientos ochen-


ta y tres, di sepultura al cadáver del señor Joaquín Acosta B.,
muerto el siete, viudo de la Señora Micaela Castillo, y casado
que fué en Segundas nupcias con la Señora Dolores Castillo;
se le administró el santo óleo. Doy fe. - Elías Olarte B.". Ru-
bricado.

"SILVERIO PINEDA S., Pbro."


Hay un sello.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 301

ACUERDO

por el cual se honra la memoria del señor Joaquín Acosta B.

LA MUNICIPALIDADDE DISTRITO DE MIRAFLORES,

CONSIDERANDO:

Que el señor JOAQUíN ACOSTAB. prestó al Distrito ser-


vicios de notable importancia, consagrándose durante sesenta
años a trabajar en favor de la Instrucción Pública, las mejo-
ras materiales y el adelanto moral de los ciudadanos;
Que a los esfuerzos de este distinguido patriota se debe
en su mayor parte la prosperidad y engrandecimiento del Dis-
trito, lo mismo que la unión y la tranquilidad de sus habi-
tantes;
Que es justo a la vez que digno de la gratitud de los pue-
blos honrar la memoria de sus hombres ilustres, especialmen-
te cuando éstos han dado constantes pruebas de abnegación,
desinterés y espíritu público, sin aspirar a otra recompensa
que al testimonio de su propia conciencia;
Que la muerte de tan virtuoso vecino de Miraflores, ocu-
rrida hoy, a las doce y cuarto A. N., demanda de parte de los
representantes oficiales del Distrito un homenaje de respeto
y consideración, tanto más indispensable, cuanto que con él
interpretan seguramente los sentimientos que animan a todos
sus comitentes,

ACUERDA:

Artículo 19 La Municipalidad del Distrito de Miraflores la-


menta el fallecimiento del venerable patricio señor JOAQUíN
ACOSTA B., y presenta las virtudes públicas y privadas del
dicho finado, como ejemplo digno de imitarse.
Artículo 29 El retrato de este eminente ciudadano, hecho
al óleo por un artista competente, se colocará en la sala prin-
cipal del edificio de la Municipalidad, con esta inscripción
al pie:

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
302

"FuÉ UN CIUDADANO DE GRANDES VIRTUDES"


"La Municipalidad del Distrito recomienda su memoria y la
presenta como modelo de patriotismo. - 7 de mayo de 1883."

Artículo 39 Los gastos que exiga el cumplimiento del pre-


sente Acuerdo, que se pasará en copia auténtica a la señora
doña DOLORESCASTILLO, viuda del señor ACOSTA,se ten-
drán como incluí dos en el presupuesto en curso.
Dado en Miraflores, a siete de mayo de 1883.

El Presidente,
JOSÉ REYES RUBIO
El Secretario,
AMELIO SÁNCHEZ
A la señora doña Dolores Castillo.

LEY 34 DE 1884
(N o v i e m b re 10)

por la cual se honra la memoria del señor don JOAQUÍN ACOSTA


y BERBEO.

LA ASAM.3LEALEGISLATIVADEL ESTADO DE BOYACÁ,

CONSIDERANDO:

19 Que el señor don JOAQUíN ACOSTAy BERBEO, des-


cendiente del CAPITANGENERALDE LOS COMUNEROSDE
1781, señor don JUAN FRANCISCO BERBEO, e hijo del pró-
cer y mártir de la Independencia, señor don RITO ACOSTA,
falleció en el Distrito de Miraflores el 7 de Mayo de 1883;
29 Que la desaparición de este ciudadano, tipo distinguido
de laboriosidad, honradez y celo por el positivo adelanto de los
pueblos, constituye para la República y en particular para el
Estado de Boyacá una pérdida lamentable; y
39 Que es deber de toda sociedad culta recoger el nombre
y perpetuar la memoria del ciudadano interesado por el bien
general,

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 303

DECRETA:

Artículo 19 La Asamblea Legislativa del Estado de Boyacá,


en nombre del pueblo que representa, deplora la muerte y hon-
ra la memoria del señor don JOAQUíN ACOSTA y BERBEO,
y presenta su vida como conjunto de virtudes públicas y pri-
vadas, dignas de ser imitadas.
Artículo 29 El retrato de este honrado ciudadano será co-
locado en el salón de la Municipalidad del Distrito de Miraflo-
res, y el artículo 1Q de esta Ley como inscripción.
Artículo 39 El gasto que ocasione el cumplimiento de esta
Ley se incluirá en el presupuesto de gastos de la vigencia pró-
xima.
Artículo 49 Un ejemplar de la presente Ley será remitido
a la familia del ilustre finado, con un mensaje especial del
Presidente de la Asamblea.
Dada en Tunja, a nueve de noviembre de mil ochocientos
ochenta y cuatro.

El Presidente, BENIGNO BARRETO. - El Vice-presiden-


te, DELASCARGARCíA M.-EI Secretario, SAMUELBERNAL.

PRESIDENCIA DEL ESTADO,


Tunja, Noviembre 10 de 1884.
Pub1íquese y Ejecútese.

L. S. PEDRO JOSÉ SARMIENTO.

El Secretario de Gobierno,
JOSÉ M. PINTO V.

A úLTIMA HORA

En prensa ya el presente número, ha llegado a nuestro


conocimiento la infausta noticia de haber fallecido en Mira-
flores el venerable patriarca señor JOAQUíN ACOSTA,proge-
nitor de una tan numerosa como notable familia.

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304 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Las glorias militares de Boyacá, representadas por los bra-


vos Generales Acosta y Camargo, están de duelo.
Por tan lamentable acontecimiento nos apresuramos a
enviar nuestro sincero pésame a la familia Acosta y al simpá-
tico Distrito, cuna y residencia del ciudadano cuya muerte de-
ploramos.
("El Constitucional" - Tunja, NQ2, Mayo 9 de 1883.)
De este periódico, que apareció del 23 de abril al 1Q de
agosto de 1883, fué Director el señor don Pablo E. Lozano.

Partida Bautismal del General Santos Acosta

"El suscrito Cura Párroco de Miraflores certifica que en


el Libro de Bautizos del archivo de su cargo, correspondiente
al año de mil ochocientos veintisiete, en la página doscientos
ocho, hay una partida que dice así:

"Miraflores y Noviembre 5 de 1827: Bauticé, puse óleo y


crisma a una criatura que nació hace cuatro días, a quien
llamé MIGUEL MARíA DE LOS SANTOS, hijo de Joaquín
Acosta y Micaela Castillo; abuelos paternos Jph. Rito Acosta y
Jpha. Berbeo; maternos Ildefonso Castillo y Liberata Salinas.
Fueron padrinos Jph. María Sandoval y Luz Rojas, a quienes
advertí el parentesco y obligaciones. Doy fe.-Jn. Jph. Mar-
tínez." Rubricado.
"Expedida en Miraflores, a cinco de Mayo de mil nove-
cientos veinte.
"SILVERIO PINEDA S., Pbro."
Hay un sello.

Partida de Defunción del General Santos Acosta.

"El infrascrito Cura de Las Nieves de Bogotá, Certifica:


Que en el Libro corriente de Defunciones de esta Parro-
quia, al folio ciento ochenta y dos y bajo el número ochocien-
tos setenta y cinco, se halla la partida siguiente:

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 305

"A nueve días del mes de Enero de mil novecientos uno,


SANTOS ACOSTA, hijo de Joaquín Acosta Berbeo y Micaela
Castillo, esposo de la s.eñora Carlota La-Rotta, entregó su alma
a Dios, en la comunión de Nuestra Santa Madre Iglesia, y su
cuerpo fué sepultado el día siguiente, habiendo recibido en
tiempo los Sacramentos de Penitencia, Viático y Extrema Un-
ción. - (Firmado) El Párroco, Alejandro Vargas R., Pbro."
"Bogotá, diez y ocho de Marzo de mil novecientos dos.
"(Firmado) ALEJANDRO VARGASR., Pbro."
"(Hay un sello)."

'" '" '"


El matrimonio de Berbeo con doña Bárbara Rodríguez
Terán sólo dejó por hijos a doña María Josefa Berbeo, esposa
que fué de don José Rito de Acosta, según consta en la me-
moria testamental de don JUAN FRANCISCO BERBEO, otor-
gada en treinta de mayo de mil setecientos noventa y cinco,
ante el Alcalde ordinario de primera nominación de la villa
del Socorro, don Juan Antonio Durán, por falta del escribano
público entonces, que la autorizase.

'" '" '"


De los descendientes del matrimonio ACOSTA-BERBEO,
sólo don Joaquín, padre del General Santos Acosta, dejó suce-
sión, ilustre y distinguida por cierto. Los demás, hombres y
mujeres, murieron solteros, en temprana edad. Destácanse en-
tre ellos José María, Nicolás y Laurencio. El primero, que ha-
bía peleado por la independencia en la batalla de Cachirí, fa-
lleció en 1823 en Guadalupe (Santander).
La partida bautismal que justifica su ascendencia y que
insertamos a la letra es la siguiente:

Partida Bautismal de José María Acosta y Berbeo.

"El infrascrito Curá Párroco del Socorro certifica que en


el Libro 10 de Bautismos, de este archivo parroquial, corres-
pondiente a los años de 1791 a 1794, en la hoja antepenúltima
de este Libro, y vuelta, se encuentra la partida que dice:

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306 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

"En la villa del Socorro, en diez y seis de Marzo de mil


setecientos noventa y quatro, yo el Cura interino y infrafir-
mado, puse óleo y chrisma a un niño de edad de tres días, a
quien antes había bautizado con mi licencia el Dr. Dn. Andrés
de Vega, quien le puso por nombre Joseph María Leandro, hijo
legítimo de Dn. Joseph Rito de Acosta y de Da. Josepha Ber-
beo. Fué su padrino Dn. Andrés Félix Moreno y Caballero, a
quien advertí el partesco y obligación. Lo que certifico.-Lo-
renzo de Argiielloy Martínez." Rubricado.
"Expídese en el Socorro a ocho de enero de mil novecien-
tos cuarenta y uno

"JESúS MARTfNEZVARGAS,Pbro."
Hay un sello.

'" '" '"

Justifican las ascendencia de Nicolás y Laurencio Acostas


las siguientes partidas parroquiales que insertamos a la letra:

Partida Bautismal de Nicolás de Acosta y Berbeo.

"Certifico yo el Dr. Dn. Josef Mariano Lozano, Cura de


esta villa de Nra. Sra. del Socorro, que en el Libro Parroquial
de Baptismos se halla una partida que es del thenor siguiente:

"En dies de Septiembre de noventa y sinco Bautizé, puse


óleo y chrisma a Nicolás Antonio Ramón, legítimo de don Jo-
sef Rito de Acosta y de doña María Josefa Berbeo. Abuelos Pa-
ternos don Félix de Acosta y doña María Fermina Ruiz de
Noriega. Matemos don Juan Francisco Berbeo y doña Bárbara
Rodríguez Therán. Padrinos el Fiel Egecutor don J osef Thomás
Camacho y doña María Concepción Ramíres y Femándes.
Doy fee. - Dr. Josef Mariano Lozano." - Hay en seguida
una rúbrica.
"Va cierta y verdadera esta copia según su original, que
se halla a foxas 51 buelta, a la que en caso necessario me re-
mitto.
"D. JOSEF MARrANOLOZANO."

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 307

NOTABENE. Nació Nicolás de Acosta y Berbeo en el Soco-


rro, el día treinta y uno de agosto de mil setecientos noventa
y cinco.

Confirma esta partida otra que expidió en el Socorro el


quince de marzo de mil novecientos veintidós, el Cura Párroco
doctor don Luis E. Ardila O., Pbro., cuyo original, dice, se ha-
lla en el Libro de Bautismos correspondeinte al año de mil se-
tecientos noventa y cinco.

>1< * *

Partida Bautismal de Laurencio Acosta y Berbeo.

"El infrascrito Cura de la Parroquia de Guadalupe certi-


fica que en los libros del amhivo a su cuidado, se encuentra
la siguiente partida que a la letra dice:

"J osef "En la Parroquia de Nuestra Señora de Guada-


Laurencio. lupe, en cinco de Noviembre de mil setecientos
Noble." noventa y nueve años, el Presbítero doctor don
Juachín de Andrada, con expresa licencia del
propietario, bautizó, puso óleo, chrisma y dió bendiciones a un
niño nacido en el mismo día; llamólo Josef Laurencio, hijo le-
gítimo de don Josef Rito de Acosta y doña Josefa Berbeo. Fué
padrino el dcotor don Pedro de Andrada. Cura propio. Doy fee.
Dr. Pedro de Andrada." Hay una rúbrica.
"Expedida en Guadalupe, a tres de enero de mil nove-
cientos cuarenta y uno.
"JOSUÉ GóMEZ PARRA, Pbro."
Hay un sello.
* * *

Nicolás y Laurencio, que emigraron con su padre de la


provincia del Socorro hacia Santa Fe, para salvarse de la per-
secución española, por haber los primeros peleado en la bata-
lla de Cachirí, lograron, con la familia, establecerse en una
casa de campo, que don Rito había comprado, en los contor-
nos del pueblo de Machetá, de la provincia de Tunja, pero ha-
biendo llegado allí los Almeidas y Juan José Neira, los indu-

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308 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

jeron tras leve instancia a formar parte de la guerrilla que ellos


comandaban.
Tocóle primeramente a Nicolás dedicarse a hacer gente
para la guerrilla en los pueblos del valle de Tenza y en los de
:Nemocón,Zipaquirá y Sesquilé, cuando noticiado el Pacifica-
dor de las actividades de aquel, dictó al punto la siguiente ina-
pelable orden definitiva:
"Nemocón. Nicolás Acosta, Teniente de los revoluciona-
rios, malísimo. Penado en dos mil pesos.-Morillo."
Vencidos poco después del primer combate en Sisga, fué a
parar Nicolás en la casa de su padre, pero denunciados por
un indio, cayeron en poder del enemigo; y conducidos con
Juan José Neira a Chocontá, logró escapar éste arrojándose
por el volador de Machetá y así salvarse casualmente.
El 24 de noviembre de 1817, fué fusilado Nicolás, en pre-
sencia de su padre, con dos descargas de fusilería, en la pla-
2a de Chocontá, por el jefe español Teníente Coronel Carlos
Tolrá. A don Rito de Acosta se le conmutó la pena de muerte
en el cadalso por la de prisión perpetua en Santa Fe, media.."l-
te el pago de cuatro mil pesos en plata acuñada.
Confirma la muerte de Nicolás la siguiente partida pa-
rroquial:

"El infrascrito Cura de la Parroquia de Chocontá certifica


que en el Libro 29 de Defunciones, correspondiente al año de
mil ochocientos diez y siete, mes de Noviembre, folio once vuel-
to, hay una partida que a la letra dice:

"En veinte y quatro di Sepultura Ecca. a Nicolás Acosta y


a Fernando Mendoza, Solteros, doy fee. - Fr. Manl. Ponce."
Rubricado.
"Expedida en Chocontá, a siete de mayo de mil novecien-
tos veinticuatro. Es fiel copia.

"AGUSTíN GUTIÉRREZ, Pbro."


Hay un sello.

En el cementerio de Chocontá, en fosa común recibió la


tierra, junto con los despojos de Fernando Mendoza, los de
Nicolás Acosta, cuyo nombre hasta hoy ignorado, recogerá la

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 309

historia para perpetuar con admiración y respeto la memoria


de este héroe y mártir de la independencia patria.
El doctor don Valerio Rubio, Gobernador de la antigua
Provincia de Chocontá en 1855 y Magistrado después de la
Corte Suprema de Justicia del Estado de Boyacá, en carta di-
rigida al Director del "Semanario Oficial" de Tunja, dice sobre
este acontecimiento, entre otras cosas, lo siguiente:
"Los historiadores nada han dicho del joven Nicolás Acos-
ta, que en el mes de Noviembre de mil ochocientos diez y sie-
te, después de un combate en el punto de Sisga fué hecho pri-
sionero por las tropas de los españoles y fusilado en Chocontá,
quien después de la primera descarga gritó: "¡Viva la Pa-
trial", "¡Mueran los tiranos!", hasta que acabaron con él.
"Este hecho auténtico, comprobado por varios testigos de
fe que aun viven, debe publicarse en los periódicos, para que
los historiadores lo consignen con los demás hechos gloriosos
y heroicos de la historia de Colombia."
("El Semanario Oficial". - Año l. - NQ 34. - Tunja,
viernes 16 de Mayo de 1862).

•• •• ••

Por páramos y desiertos, fugitivo, salvóse Laurencio de la


persecución española entonces, e incorporóse luego en la cé-
lebre guerrilla que mantenía en jaque constante al Goberna-
dor español de la provincia del Socorro don Antonio Fomina-
ya. Emprendió, después de la batalla de Boyacá, la campaña
de Venezuela a las órdenes del General Bolívar. De Trujillo
(Venezuela), escribió por última vez, a don Joaquín Acosta,
su hermano, y nunca más se supo de él. Supónese que murió
en la batalla de Carabobo, próxima a librarse en aquel tiempo .

•. * *

La descendencia restante del matrimonio ACOSTA-BER-


BEO, en conformidad con las partidas bautismales halladas
en los libros parroquiales de Guadalupe (Santander), fué, por
su orden descendente de edades, la siguiente, según extracto
de dichas partidas, ya expedidas:

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310 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

"Francisca Gertrudis Acosta Berbeo. Noble.- Bautizada


en Guadalupe, en diez y nueve de Noviembre de mil setecien-
tos noventa y siete años."
"José Antonio Rito Acosta Berbeo. Noble. - Bautizado
en Guadalupe, en veinte y tres días del mes de Junio de mil
ochocientos quatro años."
"María Leandra Antonia. Noble. - Bautizada en Guada-
lupe, en catorce de Marzo de mil ochocientos seis años."
"Juan Chrisóstomo Antonio. Noble. - Bautizado en Gua-
dalupe, en veinte Y ocho de Enero de mil ochocientos ocho" y
"Juana. Noble. - Muerta en la primera infancia y sepul-
tada en Guadalupe, en veinte y siete días del mes de Mayo de
mil ochocientos y nueve años."
"Parroquia de Guadalupe, a tres de enero de mil novecien-
tos cuarenta y uno.
~{T~~TT~ "'A"!\!rT:'lr7 ~AT"!~ A ~'-_ ••.•. ,'
tJ'-JUU'c' U"VJ.VJ..CILJ r.n..n,J:\,.l'1., ru.lu.

Hay un sello.

* * *

Don José Rito de Acosta. yerno de don Jua...'"l


Francisco Ber-
beo, era natural de Panamá e hijo de legítimas nupcias de don
Félix de Acosta, natural de los Reinos de España, y de doña
María Fermina Ruiz de Noriega, nacida en Panamá e hija le-
gitima de padres españoles.
Trasladado don Félix de Acosta de Panamá a La Habana,
por orden del Rey de España, para dirigir la defensa de la pla-
za contra la expugnación de los ingleses, pereció en la defensa.
Muerto su padre, trasladóse don Rito al interior de la Nue-
va Granada y contrajo matrimonio en primeras nupcias con
doña Narcisa Salvá, en la ciudad de Vélez, el 25 de enero de
1778, quien murió a poco sin sucesión.
Casó en segundas nupcias con doña María Josefa Berbeo,
hija legítima de don Juan Francisco Berbeo, el Generalísimo
de los Comuneros, y de doña María Bárbara Rodríguez Terán,
en la villa del Socorro, el1Q de mayo de 1793.
Viudo de doña María Josefa Berbeo, contrajo matrimonio
en terceras nupcias con doña María Felipa de la Cruz Tello
y Franco, vecina que fué de la ciudad de Vélez. Este matri-
monio sólo tuvo por hijos a Jesús y Juana María Rafaela.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 311

En 1796 era don Rito de Acosta, Alcalde ordinario de se-


gunda nominación de la villa del Socorro, cargo que tenía
entonces las atribuciones de los jueces de circuito en la actua-
lidad.
En 1797 trasladóse don Rito con su familia del Socorro a
Guadalupe, donde permaneció hasta 1816, en que se vió obli-
gado a emigrar de allí, como hemos dicho.

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CAPITULO VI

GRONOGRAFtA HISTORIAL DEL MOVIMIENTO

1775

AGOSTO 24. - Por real cédula expedida en Madrid, es


nombrado Virrey, Gobernador y Capitán General del Nuevo
Reino de Granada y Provincias de Tierra Firme, y Presidente
de la Real Audiencia y Chancillería de Santa Fe de Bogotá
don Manuel Antonio Flores Maldonado Martínez y Bodquín,
Comendador de Lopera, de la Real Orden de Calatrava y The-
niente General de la Real Armada.

1776

ENERO 11. - Después de cuarenta días de navegación en


la fragata de guerra "Santa Martha", desembarca don Ma-
nuel Antonio Flores en Cartagena de Indias.
FEBRERO 10. - Ante el Virrey saliente don Manuel de
Guirior y las altas autoridades civiles, militares y eclesiásticas
de Cartagena, verifícase el acto posesional por el cual asume
don Manuel Antonio Flores el mando del Virreinato de Santa
Fe de Bogotá.
FEBRERO 11. - Avisa de Cartagena el nuevo Virrey al
Cabildo de Tunja, haber tomado posesión del Virreinato.
MARZO 7. - Emprende el Virrey Flores su viaje a Santa
Fe de Bogotá, y después de remontar el río de la Magdalena
hasta el Carare, desembarca para tomar la vía del Opón has-

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314 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

ta la ciudad de Vélez, con el objeto de seaber cuáles eran las re-


paraciones que requería, para darla nuevamente al servicio.
MARZO 11. - Créanse las dignidades de Regentes para
todas las Audiencias de Indias.
MARZO26. - Nombra en comisión el Cabildo de Tunja
al Teniente de Corregidor don Fernando Pabón y Gallo, al Al-
calde Ordinario de segundo voto don Juan Bautista Valero
Gavilán y Niño, al Regidor y Alcalde provincial don Antonio
de Neira y a los Regidores don Dionisio de Cárdenas y don Ig-
nacio de Umaña para salir a recibir al Virrey don Manuel An-
tonio Flores a la parroquia de Chiquinquirá, hasta el límite
de la jurisdicción de la ciudad de Tunja con la de Vélez, y
presentarle la bienvenida en nombre del Cabildo.
ABRIL 10. - Llega a la ciudad de Santa Fe con su es-
posa y sus hijos el Virrey don Manuel Antonio Flores.
ABRIL 12. - Dá comisión el Cabildo de Tunja al Procu-
rador General de la ciudad para trasladarse a Santa Fe y
presentar la enhorabuena al nuevo Virrey y a su esposa, en
nombre del Cabildo. Era entonces Procurador General de Tun-
ja don Juan Salvador Rodríguez de Lago.
lV.L1\YO26. - Hace su entrada en forma sole¡nne en la
ciudad de Santa Fe el nuevo Virrey don Manuel Antonio
Flores.
JULIO 15. - Nombra el Virrey Flores interinamente al
Maestre de Campo don José María Campuzano y Lanz Corre-
gidor y Justicia Mayor de la ciudad de Tunja y su Provincia,
por haber sido promovido a la Gobernación de Popayán el an-
terior Corregidor don José Ignacio de Ortega.
AGOSTO22. - Por real cédula expedida en San Ildefon-
so se confiere en propiedad el cargo de Corregidor y Justicia
Mayor de la ciudad de Tunja y su Provincia al Maestre de
Campo don José María Campuzano y Lanz.
SETIEMBRE 2. - Ante el Cabildo de Tunja toma pose-
sión del empleo de Corregidor y Justicia Mayor el Maestre de
Campo don José María Campuzano y Lanz.
DICIEMBRE 23. - La Real Audiencia de Santa Fe reci-
be el juramento de fidelidad acostumbrado al Maestre de Cam-
po don José María Campuzano y Lanz, en su carácter de Co-
rregidor y Justicia Mayor de Tunja y su Provincia.
DICIEMBRE 23. - Nómbrase por real decreto Regente
de la Real Audiencia de Santa Fe a don Juan Francisco Gu-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 315

tiérrez de Piñeres, y se le inviste además de las funciones de


Visitador General de la Real Hacienda en el Nuevo Reino de
Granada y Provincias de Tierra Firme, con excepción de la de
Quito.

1777

ENERO 21. -Presenta don José María Campuzano y Lanz


al Cabildo de Tunja la real cédula de 22 de agosto de 1776,
por la cual se le nombra en propiedad Corregidor y Justicia
Mayor de la ciudad y su Provincia, y en solemne acto pose-
sional toma su asiento en lugar preferencial, con la insignia
y arreos correspondientes a su dignidad y honor.
FEBRERO 19. - Don José Moñino y Redondo, Conde de
Floridablanca, entra en ejercicio del alto cargo de Primer Mi-
nistro de Estado de la Monarquía española.
MARZO 3. - Confiérese en el Pardo al Regente Visitador
General del Nuevo Reino de Granada don Juan Gutiérrez de
Piñeres el cargo de Intendente de los Reales Ejércitos, con des-
tino a los de América.
ABRIL 26. - Comunícase por real cédula al Virrey Flores
el real decreto de 11 de marzo de 1776, sobre la creación de
las dignidades de Regentes para las Reales Audiencias de In-
dias, y que para la de Santa Fe habíase nombrado a don Juan
Gutiérrez de Piñeres, a quien se había investido además de
las funciones de Visitador General de la real hacienda en el
Nuevo Reino de Granada y Provincias de Tierra Firme, con
excepción de la de Quito.
ABRIL 25. - Avisa de Cádiz don Juan Gutiérrez de Piñe-
res, a don José de Gálvez, haber llegado el día anterior a aquel
puerto, en donde queda aguardando la primera ocasión que
se presente, para trasladarse a Cartagena de Indias.
MAYO30. - En la flagrata "Aurora", procedente de Cá-
diz, llega a Cartagena de Indias don Joaquín Vasco y Vargas,
Caballero de la Orden de Santiago, quien a poco fué investido
con la toga de Oidor y Alcalde de Corte de la Audiencia de
Santa Fe.
JULIO 5. - Avisa de Cádiz don Juan Gutiérrez de Piñeres
al Ministro de Indias don José de Gálvez, haberse embarcado
en la tarde de aquel día, con el Secretario y el Subdelegada

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316 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

de la Visita General del Nuevo Reino, don Francisco Fernan-


dez de Cordoba y don Pedro Fernandez de Madrid, en la fra-
gata "San Joseph", que se hacia a la vela, con rumbo a Car-
tagena de Indias.
AGOSTO 21. - Avisa de Cartagena don Juan Gutierrez
de Ptiieres a don Jose de Galvez haber llegado el dia anterior
a aquella ciudad, con los dependientes de Ia visita, despues
de cuarenta y cinco dias de navegacton.
AGOSTO 21. - Anuncia de Cartagena don Juan Gutie-
rrez de Pifieres al Virrey Flores, haber arribado a esa ciudad
el dia anterior.
SETIEMBRE 8. - En atencion a repetidas instancias del
Virrey Flores, segreganse del territorio del Virreinato del Nue-
vo Reino de Granada, por Real Oedula dada en el Palacio de
San Ildefonso, las provincias de Oumana, Guayana y Mara-
caibo, con las islas de Trinidad y Margarita, sin incluir la Pro-
vincia de Rio Orinoco, que aparece en la Real Cedula de 20 de
agosto de 1739 como parte integrante del Virreinato de San-
ta Fe, para agregar aquellas a la Capiania General de Vene-
zuela, afiadtendose luego el Establecimiento de Sinamaica. Fi-
jose la linea fronteriza prescindiendo de los linderos arcifinios
naturalmente indicados para la demarcacion, con grave per-
[ulcio para la Nueva Granada.
SETIEMBRE 19. - Comunica el Rey al Cabildo eclesias-
tico, haber tenido a bien presentar aI Sumo Pontifice a don
Antonio Caballero y Gongora, Obispo de Yucatan en aquel
tiempo, para la dignidad de Arzobispo de Santa Fe de Bogota,
vacante por la promocion de don Agustin de Alvarado a la
Diocesis de Ciudad Rodrigo.
NOVIEMBRE 16. - Expide el Rey en San Lorenzo el Real,
el titulo reservado de Virrey, Gobernador y Capitan General
del Nuevo Reino de Granada y Presidente de la Real Audien-
cia de Santa Fe de Bogota, en interinidad, para que don An-
tonio ..Caballero y Gongora, Arzobispo de Santa Fe, entrase a
servir los mencionados empleos, por fallecimiento de don Ma-
nuel Antonlo Flores, Virrey en ejercicio 0 de don Juan Pimien-
ta, Gobernador de Cartagena, primeramente nombrado para
ejercerlos.
NOVIEMBRE27. - Procedente de Cartagena y en via
para Santa Fe, llega don Juan Gutierrez de Pifieres a la villa
de Momp6s, con los dependientes de la Visita General.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 317

DICIEMBRE 14. - Expide la Santa Sede las Bulas por


las cuales se promueve a don Antonio Caballero y Góngora,
Obispo de Yucatán, a la dignidad de Arzobispo de Santa Fe
de Bogotá.

1778

ENERO 1Q - Anuncia de Campeche don Antonio Caba-


llero y Góngora al Cabildo eclesiástico su promoción al Arzo-
bispado de Santa Fe de Bogotá.
ENERO 12. - Sale de Honda para Santa Fe don Juan Gu-
tiérrez de Piñeres con los dependientes de la Visita General.
ENERO 16. - Llega don Juan Gutiérrez de Piñeres con
los dependientes de la Visita a la ciudad de Santa Fe.
ENERO 19. - Ante la Real Audiencia de Santa Fe pre-
senta don Juan Gutiérrez de Piñeres los reales títulos que acre-
ditan las dignidades con que ha sido investido, presta en se-
guida el juramento de fidelidad acostumbrado, y toma pose-
sión de los empleos de Regente de la misma Audiencia, de Vi-
sitador General y de Intendente del Real Ejército.
FEBRERO 18. - Rinde el Visitador General informe al
Virrey Flores sobre el estado en que se encontraba la renta
de tabaco.
ABRIL 25. - Nombra el Visitador General a don Juan
Antonio Barquín para Alguacil Mayor y Oficial Primero de la
Visita, y para Escribano de la misma al doctor don Joaquín
Darechea de Urrutia.
MAYO2. - Promúlgase por bando en Santa Fe el anun-
cio de la Visita General, relativa a los Tribunales de Justicia
y de Real Hacienda, en virtud de lo dispuesto por la real cé-
dula de 10 de febrero de 1777.
JUNIO 29. - Procedente de Méjico arriba a Cartagena de
Indias don Antonio Caballero y Góngora, nuevo Arzobispo de
Santa Fe de Bogotá.
SETIEMBRE 8. - Por real orden de esta fecha se hace
saber al Virrey don Manuel Antonio Flores, que "el modo de
no queda.r responsable y merecer la Real gratitud, era que pro-
videnciase en todo con arreglo al dictamen del Regente Visi-
tador, en cuanto perteneciese a la Real Hacienda."
OCTUBRE 12. - Expide Carlos III la Real Cédula que in-
cluye el reglamento y aranceles para el comercio entre la me-

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318 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

trópoli y las lndias Occidentales, denominada Pragmática del


Comercio Libre.
NOVIEMBRE23. - Nómbrase por real decreto de esta fe-
cha para Oidor y Alcalde de Corte de la Real Audiencia de
Santa Fe al catalán don Pedro Catani.

1779

FEBRERO 16. - Expide la Santa Sede Apostólica las eje-


cutoriales por las cuales confirma la promoción del señor don
Antonio Caballero y Góngora al Arzobispado de Santa Fe de
Bogotá.
MARZO5. - Entra en Santa Fe, con el designio de ocu-
par la silla metropolitana a que ha sido promovido, el Prelado
dan ft...Iltcnio Caballero y G6ngcru.
MARZO24. - En el Palacio Arzobispal de Santa Fe, ante
el Cabildo Eclesiástico allí reunido, hace don Antonio Caba-
llero y Góngora el juramento acostumbrado de guardar y cum-
plir en todo y por todo las leyes, cédulas y ordenanzas del
Real Patronato, y toma posesión de la dignidad de Arzobispo
Metropolitano de Santa Fe.
ABRIL 3. - Presenta España como ultimátum al Gobier-
no inglés, un proyecto de arreglo para las relaciones diplomá-
ticas, el cual es rechazado por el Gabinete británico.
ABRIL 12. - Ajústase nueva alianza defensiva y ofensiva
entre los gobiernos de España y Francia.
MAYO18. - En el Palacio Arzobispal de Santa Fe, pre-
sente el Ilustrísimo Señor don Antonio Caballero y Góngora,
Arzobispo de la Catedral Metropolitana, hace saber que ha-
biéndose dignado Su Santidad despacharle el fíat y las letras
ejecutoriales, se hace preciso cumplir con las prescripciones es-
tablecidas. Por tanto su Señoría Ilustrísima puestas las manos
sobre un misal abierto, juró solemnemente por su consagra-
ción y Santos Evangelios, de no contravenir en tiempo alguno,
ni por ninguna manera al Patronato Real.
MAYO 18. - En el Palacio Arzobispal de Santa Fe, el
Ilustrísimo señor don Antonio Caballero y Góngora, Arzobis-
po de la Catedral Metropolitana, ante el Escribano de S. M. y
testigos, da y confiere su poder cumplido al señor doctor don
Francisco Javier de Moya, Dean de la dicha Catedral, para
que a nombre de su Señoría Ilustrísima y representando su

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 319

propia persona, derechos y acciones, se presente ante los se-


ñores Virrey, Presidente y Oidores de la Real Audiencia y Chan-
cillería de este Reino, con las bulas y letras ejecutoriales y de-
más documentos que necesario fuere, a fin de que se les dé y
mande dar el debido cumplimiento a la Real voluntad y breves
apostólicos.
MAYO 23. - Es investido personalmente, con la mayor
solemnidad, con las insignias correspondientes a la dignidad
de ArzobL~pode Santa Fe de Bogotá, el señor don Antonio Ca-
ballero y GÓngora.
JUNIO 16. - F.l Marqués de Almodóvar, Embajador de
España ante la Corona británica, entrega por orden del Rey
don Carlos III, el Manifiesto de la declaración de guerra. y se
retira de aquella Corte.
JUNIO 21. - Expide el Visitador General la Instrucción
Provisional para la exacción de los reales derechos de almoja-
rifazgo y alcabala.
AGOSTO 11. - Delega el Virrey Flores en la Real Audien-
cia de Santa Fe y en el Regente Visitador General el despa-
cho de todos los asuntos de su competencia, reservándose para
si solamente las atribuciones para el despacho de todos los ne-
gocios relativos a la Capitanía General y al Real Patronato.
AGOSTO 16 (?). - Sale de Santa Fe para Cartagena el
Virrey Flores, con el objeto de atender personalmente a la de-
fensa del litoral, y particularmente a la de aquella plaza fuer-
te, contra posibles acometidas de la armada británica.
AGOSTO 26. - Procedente de Santa Fe llega el Virrey
Flores a la ciudad de Cartagena.
SETIEMBRE 25. - Llega a Santa Fe el catalán don Pe·
dro Catani, Oidor y Alcalde de Corte de la Real Audiencia.
SETIEMBRE 28. - Ante la Real Audiencia torna posesión
don Pedro Catani de la dignidad de Oidor y Alcalde de Corte.
OCTUBRE 5. - Solicita el Virrey Flores del Ministro de
Indias don José de Gálvez, que interceda con el Rey para que
se le releve del mando del Virreinato.

1780

ABRIL 12. - Por real decreto de esta fecha promuévese


al doctor don Francisco Antonio Moreno y Escandón, Fiscal
de lo Civil en la Audiencia de Santa Fe, a la misma dignidad
en la Audiencia de Lima.

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
320

MAYO29. - En conformidad con las reales órdenes de


20 y 22de octubre de 1779,transmitidas por el Ministro de In-
dias, determina el Visitador General aumentar en dos reales
($ 0.20) el precio de la libra ponderal de tabaco en rama, y
en igual cantidad el de cada azumbre de aguardiente de caña
y anís.
AGOSTO13. - Por real decreto expedido de San Ildefon-
so, nómbrase a don José Merchante de Contreras Fiscal de lo
Criminal en la Audiencia de Santa Fe, en reemplazo de don
Manuel Silvestre Martínez, cuando éste hubiese de ocupar la
vacante que había de resultar por el traslado de don Francis-
co Antonio Moreno y Escandón a la Audiencia de Lima.
AGOSTO17. - Expídese en San Ildefonso la real cédula
por la cual se impone a los vasallos de Indias la contribución
del Gracioso Donativo, para atender a gastos de la guerra con
la Gran Bretaña.
AGOSTO26. - Expide el Visitador General la Instruc-
ción General sobre las reglas que habían de observarse en la
expedición de Guías y Tornaguías, para la conducción de mer-
caderías y frutos en el tráfico interno del Nuevo Reino de
Granada.
OCTUBRE 12. - Expide el Visitador General la "Instruc-
ción General para el más exacto y arreglado manej o de las
Reales Rentas de Alcabala y Armada de Barlovento, que de-
ben administrarse unidas en todo el distrito actualmente su-
jeto y dependiente del Tribunal y Real Audiencia de Cuentas
del Nuevo Reino de Granada."
NOVIEMBRE4. - Estalla en el Perú la insurrección ca-
pitaneada por el Inca don José Gabriel Condorcanqui, Caci-
que de Tungasuca, en la Provincia de Tinta, quien toma el
nombre de Túpac Amaru.
DICIEMBRE 6. - Dicta el Visitador General el "Auta
Resolutivo, por el cual se restablece la cobranza del derecho
de Armada de Barlovento, separadamente del de Alcabala, con
arreglo a los Aranceles insertos en los despachos, para que des-
de el <tiade su recibo y publicación, que habrá de ser por Edic-
tos y no en otra forma, se cobre, sin dispensar gracias, el re-
ferido derecho íntegramente."
DICIEMBRE 7. - Restablece el Visitador General los
Aranceles para la exacción del derecho de Armada de Barlo-<
vento, en Santa Fe, Tunja, Leiva, San Gil, El Socorro, Muzo,

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 321

Vélez, Pamplona, Salazar de las Palmas, Girón, San Juan de


los Llanos, El Caguán, Tocaima, Neiva, Mariquita, Ibagué, La
Palma, Los Remedios, Antioquia, Zarazoza, Guamocó, Anser-
ma, Cartago, Toro y Arma, con sus distritos.

1781
(ENERO y FEBRERO)

ENERO 19. - Libra despacho el Visitador General al Co-


rregidor y Justicia Mayor de la Provincia de Tunja, con inser-
ción de las reales cédulas de 4 de mayo de 1635 y 4 de septiem-
bre de 1637, el Auto Resolutivo de 6 de diciembre de 1780 yel
Arancel para el cobro del derecho de Armada de Barlovento,
con orden de publicarlos por Edictos y no en otra forma, en todo
el distrito de la ciudad de Tunja y en los de las villas de Leiva,
San Gil y El Socorro, en los partidos de Sogamoso y Duitama,
y en las parroquias de Tequia o Málaga, Molagavita, Valle de
Enciso, Capitanejo, Valle de la Miel, Macaravita y el pueblo de
Tequia.
ENERO 25. - Ante el Regente y demás miembros de la
Real Audiencia de Santa Fe y previo el juramento de fidelidad
requerido, toma posesión del cargo de Oidor y Alcalde de Corte
el español don José Osorio.
ENERO 27. - Recibe el Corregidor y Justicia Mayor de la
Provincia de Tunja, en el pueblo de Lenguazaque, de su juris-
dicción, el Superior despacho del Visitador General, con el Auto
Resolutivo y el Arancel para el restablecimiento y exacción del
Real derech.o de Armada de Barlovento.
FEBRERO 2. - Recíbese en el Cabildo de Tunja, con ofi-
cio del Corregidor y Justicia Mayor, el Superior despacho del
Visitador General, con el Auto Resolutivo y el Arancel para el
restablecimiento yexacción del derecho de Armada de Barlo-
vento. Obedecido por el Cabildo, disp6nese darle inmediato
cumplimiento, publicándose por Edictos en los lugares más
concurridos, y sacándose por el Escribano público y de Cabil-
do las copias correspondientes.
FEBRERO 15. - Certifica el Escribano público y de Ca-
bildo don Luis José Sánchez, haberse obedecido al punto por
el Cabildo de la ciudad de Tunja el Superior despacho del Vi-
sitador General, con las Reales Cédulas, el Auto Resolutivo y
el Arancel para la exacción del derecho de Armada de Barlo-

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322 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

vent.o, haciéndose su publicación por Edictos y sacándose ade-


más cuatro copias auténticas para los Cabildos de Leiva, San
Gil y el Socorro, y para el Corregidor de los Partidos de Soga-
masa y Duitama.
FEBRERO 15. - El Corregiadr y Justicia Mayor de Tun-
ja avisa al Visitador General haberse dado puntual cumpli-
miento al Superior despacho de 19 de enero, juntamente con
las Reales Cédulas, el Auto Resolutivo y el Arancel para el res-
tablecimiento del derecho de Armada de Barlovento, y haberse
enviado copias autorizadas a los Cabildos de las villas de Lei-
va, San Gil y el Socorro, así como al Corregidor de los Parti-
dos de Sogamoso y Duitama, para la publicación por Edictos
en los pueblos y lugares de sus distritos.

1781
(MARzo)

MARZO 15. - En obedecimiento a los Superiores despa-


chos del Visitador General y del Corregidor y Justicia Mayor
de la Provincia de Tunja, dispone el Cabildo del Socorro fijar
en una tabla, colocada en uno de los lados de la puerta de la
Recaudación de Alcabalas, contigua al portal de la residencia
del .t\..lcaldeordinario de primera nominación, don José Igna-
cio Angula y Olarte, en la plaza mayor de la villa, un Edicto'
con el Auto Resolutivo y el Arancel para el cobro del derecho
de Armada de Barlovento.
MARZO 16. - Viernes, día de mercado semanal. Estalla
en la villa del Socorro el movimiento insurreccional de los co-
munes, con motivo de la publicación del Edicto con el Auto Re-
solutivo y el Arancel para el cobro del derecho de Armada de
Barlovento.
MARZO16. - Reunido el Cabildo del Socorro, integrado
en su mayoría por criollos de viso, en vista de las proporcio-
nes que tomara el tumulto, suspende al punto la cobranza del
nuevo derecho y da parte de la novedad al Regente Visitador
General.
MARZO17. - Motín en Simacota, en las horas de la no-
che, contra el Administrador de la renta de tabacos don Diego
Berenguer y los guardas.
MARZO22. - Recibe el Regente Visitador General en San-
ta,Fe, a las cuatro de la tarde, el parte del Cabildo del Soco-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 323

rro sobre el tumulto del 16, y determina pasarlo en traslado


a los Fiscales de lo Civil y de lo Criminal de la Real Audien-
cia, don Francisco Antonio Moreno y Escandón y don Manuel
Silvestre Martínez.
MARZO 23. - Reunido el Real Acuerdo de Justicia dis-
pone: "Que conforme a la respuesta de los Fiscales se dé co-
misión al doctor don José Ignacio Angulo y Olarte, Alcalde
ordinario de dicha villa del Socorro y Asentista del ramo de
Alcabalas, para que con prudencia, sagacidad y secreta vigi-
lancia que demanda la importancia del asunto, inquiera por
los más seguros informes el origen de semejante acaecido y
quiénes hayan sido los principales autores, o si intervino al-
gún influjo en la plebe; y en caso de que resulte justificado,
proceda con la mayor cautela a la prisión, y sin pérdida de
tiempo, en horas extraordinarias o de noche, si recelase algún
perjudicial movimiento, y remita bien asegurados y con la
custodia correspondeinte a los reos."
MARZO23. - El Cabildo de San Gil, en obedecimiento a
las superiores órdenes del Visitador General y del Corregidor
y Justicia Mayor de la Provincia de Tunja, determina fijar en
este día un Edicto con el Auto Resolutivo y el Arancel para el
cobro del derecho de Armada de Barlovento, en uno de los
lugares más concurridos de la villa, como se previene.
MARZO24. - Sábado, día de mercado semanal. Prorrum-
pe el movimiento insurreccional en San Gil. Convenida con la
del Socorro esta villa en apurar cada una por su parte las
manifestaciones sediciosas, conjúrase tumulturariamente la
plebe, como a las once de la mañana. Mujeres en tropel hacen
pedazos, con grande algarada, el Edicto con el Arancel y el Auto
Resolutivo, fijados el día anterior, a los gritos repetidos de
" iViva el Rey y muera su mal Gobierno. Ni sisa ni estanco de
tabacos queremos!'
MARZO 24. -- De tan extraño acontecimiento da parte
el Cabildo de San Gil al Corregidor y Justicia Mayor de la Pro-
vincia de Tunja, manifestándose que en tan críticas circuns-
tancias no se han resuelto los Capitulares a que la promulga-
ción por Edictos del Auto Resolutivo y el Arancel se verifique
en los pueblos y lugares de su jurisdicción.
MARZO 25. Domingo. - En el estanquillo de la vice-pa-
rroquia de Pinchote, lugar en donde no había ni alcalde ni
cura, preséntanse al improviso unas cuantas mujeres en el
estanco, con el pretexto de comprar tabaco; abierta la puerta

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324 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

penetran y extraen todo el tabaco que encuentran, el que lle-


van al punto a la plaza, donde los amotinados, cuyo número
no bajaba de doscientos, le pegan fuego, a los toques de las
campanas, que sonaban sin cesar.
MARZO 29. - Recibe el Corregidor y Justicia Mayor de
Tunja, en el pueblo de Lenguazaque, de su jurisdicción, el par-
te del Cabildo de San Gil, sobre el acontecimiento del 24, y lo
trasmite el 30 al Regente Visitador General, quien lo recibe
al día siguiente en Santa Fe, y lo pasa en traslado a los Fisca-
les de la Real Audiencia.
MARZO 30. - Viernes, día de mercado semanal. Nuevo
tumulto en el Socorro. A la lma de la tarde, a la señal de un
volador, álzase en motín la plebe del Socorro, en la plazuela de
Chiquinquirá, confabulada con los vecinos de los pueblos de
Mogotes, Simacota, Chima, la Robada y otros que habían con-
currido al rllercad.ú. Ell COITlpacta 111lichcdunlbre encamínan-
se los tumultuantes, en dos trozos, hacia la plaza mayor, ca-
pitaneados por un hombre que llevaba un saco de tabaco al
hombro y un puñal desnudo en la mano, diciendo en altas
voces: "¡Viva el tabaco!, ¡Viva el tabaco a cuartillo!", que re-
petía la multitud enardecida. Se abaten las Armas Reales y
se da libertad a los presos.
MARZO 30. - Es sepultado en la Parroquial Mayor de
Santiago, en la ciudad de Tunja, el cadáver del gran patriota
e ilustre sacerdote doctor don Francisco de Vargas, Cura Rec-
tor de la Parroquia del Socorro, y uno de los patrocinadores
del movimiento insurreccional.
MARZO 31. Sábado. - Son saqueadas por la noche, en
nuevo motín en Simacota, las Administraciones de Tabaco y
de Aguardiente.

1781
(ABRIL)

ABRIL 1Q Domingo. - Motín en Confines. Consigue por


dos vcese el Párroco don Pedro Ignacio Bautista Esquivel so-
segar con sus reconvenciones y amonestaciones a los amotina-
dos, pero a la tercera invaden el Estanquillo, sin atender a sú-
plicas ni amenazas, extraen todo el tabaco que encuentran y
lo queman públicamente en la plaza.
ABRIL 1Q Domingo. - Atumultúase el vecindario de Ba-
richara.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 325

ABRIL lQ Domingo. - Motín en el Valle de San José.


ABRIL 1Q Domingo. - Amotinase el vecindario de Chi-
ma y asalta los estancos de Tabaco y Aguardiente, que de-
fienden con valor los estanqueros, habiendo quedado más de
quince individuos heridos, de ambas partes.
ABRIL 1Q Domingo. - Dicen los Fiscales de la Real Au-
diencia que lo sucedido en San Gil el 24 de marzo, sólo mani-
fiesta el punible arrojo de la plebe en arrancar el Edicto y el
Arancel del derecho de Barlovento, propasándose a extraer de
la Administración de Tabaco un tercio y quemarlo pública-
mente en la plaza; que no pierden de vista, como recomenda-
ble obejto de su Ministerio, la quietud pública; y mediante a
que termina la queja contra el derecho tasado en los arance-
les, sobre los algodones y sus hilanzas, en que se ocupan y con
que se mantienen las gentes pobres, sirviéndoles de mnoeda
para procurrarse los alimentos, podrían eximirse de tal dere-
cho estas primeras materias; y que se comuniquen órdenes al
Corregidor de la Provincia de Tunja, para que investigue el
origen de los sucesos y el estado en que se hallan las dos
villas.
ABRIL 2. - Por auto del Visitador General decláranse
provisionalmente libres del derecho de Armada de Barlovento
el algodón en rama que se compre, venda o cambie, para hi-
larlo, y el hilo gordo y el delgado extraídos del mismo algodón,
en los territorios que comprenden las ciudades de Muzo, Vélez
y Tunja, las villas de Leiva, San Gil y el Socorro y la Provin-
cia de los Llanos de Casanare.
ABRIL 2. - El Cabildo y algunas personas de viso, de la
villa del Socorro, reciben la infausta noticia de la muerte del
Cura rector de esa Parroquia, doctor don Francisco de Vargas,
ocurrida en Tunja.
ABRIL 2. - El Cabildo Justicia y Regimiento de la villa
del Socorro informa detalladamente al Regente Visitador Ge-
neral sobre los graves sucesos ocurridos el 30 de marzo.
ABRIL 2. - Sublevación en Giba. Quítanle los tumultuan-
tes las llaves al Carcelero y ponen en libertad a todos los
presos.
ABRIL 3. - Invaden los amotinados de Simacota el pue-
blo de San José de la Robada y saquean la Factoría de Taba-
co, de donde extraen más de cuarenta cargas, que se llevan
para venderlo públicamente en las villas del Socorro y San Gil

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326 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

y pueblos convecinos, para aplicar su producto a los gastos


del movimiento insurreccional.
ABRIL 6. -' Expide el Visitador General la Instrucción
para el cobro del Gracioso Donativo, con que todos los vasallos
debían contribuir.
ABRIL 6. - Tercer motin en Simacota. Atumultuado el
vecindario contra la Administración de Alcabalas, hacen tri-
zas los pesos y las medidas; obtenida la llave del escritorio ex
trae el Libro Real y los papeles que servían de comprobantes,
y los quema públicamente.
ABRIL 7. Sábado. - Ante el Receptor de la Real Audien-
cia, don José Joaquín Galindo, el Guarda de Rentas de Santa
Fe, José García de Heras, natural del Reino de Galicia, de
cuarenta y seis años de edad, declara bajo juramento, haber
hallado en este día, como a las dos y media de la mañana, fi-
jado por primera vez en la ciudad, en uno de los postes de~
Puente de San Francisco, en la Calle Real, a la izquierda, hacia
San Diego, el pasquín en versos injuriosos contra el Regente
y el Fiscal Moreno Escandón, el cual arrancó al punto y lo
entregó en propia mano el mismo día, como a las dos y media,
de la tarde, al Regente Visitador General.
ABRIL 8. Domingo de Ramos. - Recibe el Visitador Ge-
neral, a las doce del día, en Santa Fe, el informe del Cabil....
do del Socorro, del día 2, sobre los sucesos ocurridos el treinta
de marzo en aquella villa, y lo pasa en traslado a los Fiscales
Moreno y Escandón y Manuel Silvestre Martínez.
ABRIL 8. - Sublevación en Guadalupe (alias El Tirano).
Gentes de Chima y Simacota, en número de doscientas perso-
nas lo menos, armadas de bocas de fuego, lanzas y chafarotes,
hacen irrupción en horas de la noche en el poblado y levantan
contra los estancos y los nuevos pechos al vecindario.
ABRIL 9. Lunes Santo. - Ordena el Real Acuerdo de Jus-
ticia se instruya al Corregidor de Tunja de los nuevos sucesos
ocurridos en el Socorro el 30 de marzo, y se le remitan pólvo-
ra y municinoes suficientes, para que pueda contener el orgu-
llo de la plebe insolentada; y en caso que experimente resis-
tencia, use de las armas hasta escarmentar a los rebeldes; pero
si encontrare algunos resueltos, con las armas en la mano, pro-
ceda ofensivamente contra ellos hasta el último escarmiento,
exponíéndolos al pÚblico, para que los demás se moderen.
ABRIL 9. - Dispone igualmente el Real Acuerdo se des-
tine por el Regente uno de los Ministros de la Real Audiencia,

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 327

para que pase personalmente, con las facultades del mismo


Real Acuerdo y con el auxilio de tropa y armas indispensables
y que puedan acopiarse, para sostener el decoro de la Real
Autoridad, pacificar los ánimos, castigar a los culpados y res-
tablecer las rentas y la quietud pública.
ABRIL 9. - Designa el Regente para el desempeño de la
comisión ordenada por el Real Acuerdo al Oidor don José
Osorio.
ABRIL 9. - Insinúa el Regente al Capitán de Granade-
ros del Regimiento Fijo de Cartagena y de la Guardia de Ala·
barderos del Virrey, don Joaquín de la Barrera, la convenien-
cia de marchar con el mando militar de la expedición auxiliar
del Oidor Osorio.
ABRIL 10. Martes Santo, día de mercado - Levantamien-
to en Charalá.
ABRIL 16. Lunes de Pascua. - Motín en Santa Ana.
ABRIL 16. Lunes de Pascua. - Estalla en el Socorro, a
la una de la tarde, el tercer tumulto contra las rentas reales.
Amotinados los vecindarios de las villas del Socorro y San Gil
y pueblos convecinos, reúnese en la plazuela de Chiquinquirá
una multitud mayor de dos mil personas, armadas de hondas
y mochilas de piedras, bordones, lanzas, chafarotes, espadas
y bocas de fuego.
Se lee por primera vez en público, en altas voces, en calles
y plazas del Socorro, un pasquín sedicioso, en verso, enviado
de Santa Fe, que produce arrebato y delirio en los ánimos de
los tumultuarios.
Fugitivos, abandonan la población el Administrador de Ta-
bacos don Diego Berenguer y el Guarda Mayor Visitador don
Ignacio de Arriaga.
ABRIL 16. - Sublevación en Chitaraque. Gentes forá-
neas armadas irrumpen por la noche en el poblado y levantan
a sus habitantes contra las autoridades reales.
ABRIL 17. Martes de Pascua. - Noticiados los tumultuan-
tes del Socorro de la llegada del Corregidor Campuzano, y de
que entraría este dla en la villa, determinan salirle al en-
cuentro y detenerlo en el camino, quitándole la vida, si se pre-
sentaba en actitud ofensiva. Convocan al efecto gentes de to-
dos los vecindarios de las jurisdicciones de las villas subleva-
das, y marchan a reunirse con ellas en el sitio de la Polonia,
armados de hondas y mochilas de piedras, chafarotes, chuzos,
bordones, lanzas, puñales, espadas y algunas bocas de fuego,

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328 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

capitaneados por don Juan Francisco Berbeo, don Juan Mi-


guel González y algunos otros cabecillas.
Dispone Berbeo levantar una fuerte estacada a la salida
del puente de Oiba hacia el Socorro, con otros parapetos y fa-
jinas, como asimismo quemar el Puente de San Bartolomé y
derribar el de Vargas, y cortar a la vez las cabuyas en otros
sitios e interceptar todas las vías inmediatas.
ABRIL 17. - Dispone asimismo Berbeo interceptar el co-
rreo de Santa Fe, abrir la valija y registrar la corresponden-
cia oficial y particular.
ABRIL 17.- Sale fugitivo del Socorro, en horas de la no-
che, el Alcalde ordinario don José Ignacio Angula y Olarte.
ABRIL 18. Miércoles de Pascua. - Sale de Santa Fe, a
las once de la mañana, el Oidor Osorio, con varios empleados y
particulares, el Ayudante don Francisco Ponce, y parte de la
expedición militar que había de pacificar a los sublevados; y
hace noche en el Puente de Chía.
ABRIL 18. - Reunida la multitud tumultuaria, en el So-
corro, a su regreso de la Polonia, aclama, por voz de pregone-
ro, en las cuatro esquinas de la plaza mayor, a don Juan Fran-
cisco Berbeo, a don Salvador Plata, a don Antonio José Mon-
salve y a don Diego de Ardila para Capitanes Generales del
movLlniento insurreccional, pero hall~Tldoseausente el último,
designa en reemplazo a don Francisco Rasilla.
ABRIL 18. - Aparece en la ciudad de Pamplona, a las
siete de la mañana, un pasquín sedicioso contra los nuevos
impuestos y personas de importancia de la ciudad, fijado en
¡uno de los lados de la puerta de la iglesia del convento da
Santa Clara.
ABRIL 19. - Salen del Puente de Chía el Oidor Osario
y su comitiva, y llegan a las diez a Zipaquirá, donde hacen
mediodía, y prosiguen la marcha luego hasta la Hacienda de
la Capilla de Neusa.
ABRIL 19. - Informa de Suaita el Alcalde Angula y Olar-
te al Regente Visitador General, sobre los sucesos ocurridos
en el Socorro el 16 de abril, por consecuencia de los cuales
hubo de salir fugitivo.
ABRIL 20. - Trasládanse el Oidor Osario y su comitiva
de la Capilla de Neusa a la estancia del indio Chosmoque, en
las proximidades del río de Ubaté, donde pasan la noche.
ABRIL 20. - Levantamiento en el pueblo del Páramo.
Nombrados por Berbeo Capitantes del movimiento insurrec-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 329

cional don Antonio de Uribe y FermÍn de Ardila, publican sus


títulos a son de caja y con bandera carmesí, en la plaza, apo-
yados por un séquito despachado del Socorro, para levantar
el vecindario.
ABRIL 21. - Sale de Santa Fe con el resto de la expedi-
ción militar el Capitán de Alabarderos de la Guardia del Vi-
rrey, don Joaquín de la Barrera, acompañado del Ayudante
don Antonio Wandal.
ABRIL 21. -Llega a Chiquinquirá, a las cinco de la tar-
de, el Oidor Osorio con el primer trozo de la expedición, ha-
biendo hecho mediodía en Simijaca, donde fué noticiado de la
sublevación en Vélez.
ABRIL 21. - Día de mercado semanal en Vélez. Estalla
allí el movimiento insurreccional.
ABRIL 22. - Llega el Capitán de la Barrera con el resto
de la expedición militar, a las once de la mañana, a Zipaqui-
rá, y sucesivamente el equipaje y el armamento de reserva,
pero habiéndose retardado la llegada de algunas cargas, de-
termina esperarlas, así como a don Antonio Meléndez de Ar-
jona con los guardas y el numerario, para proseguir unidos
la marcha el día siguiente.
ABRIL 22. - Sale de Chiquinquirá el Oidor Osorio con
la primera parte de la expedición, y llega antes de las nueve
de la noche a Puente Real, después de una marcha forzada
y de sufrir múltiples penalidades en el tránsito por el Mon-
te del Moro. Halla el Oidor casi desierto el lugar, y refugiados
en haliendas inmediatas el Corregidor Campuzano y los prin-
cipales empleados de la población.
ABRIL 22. - Gentes sublevadas de las demarcaciones de
las villas del Socorro y San Gil, asaltan el pueblo de Gámbita
y levantan el vecindario contra las autoridades reales.
ABRIL 22. - Levantamiento en Mogotes. Al salir de misa
declárase en rebelión el vecindario.
ABRIL 22. - Sublevados de Mogotes y otros lugares ha-
cen irrupción en Onzaga y levantan el vecindario.
ABRIL 25. - Los sublevados de Mogotes, en número de
ochocientos hombres, enarbolan en la plaza del poblado la
bandera carmesí, insignia del movimiento insurreccional, se
encaminan a la cárcel y dan libertad a los presos.
ABRIL 25. - Sublevación en Zapatoca. Levántase el ve-
cindario a los gritos de ¡Viva el Rey! y ¡Muera el mal Go-
bierno!

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3,30 PABLO ~. CARDENAS ACOSTA

ABRIL 28. - Al comando del Capitán de la Barrera llega


el resto de la expedición pacificadora a Puente Real.
ABRIL 29. - Levantamiento en Tequia. A tiempo que el
pregonero lee en altas voces el Auto Resolutivo y el Arancel
para el cobro del derecho de Barlovento, atumultúanse las mu-
jeres y arrebatan y hacen pedazos el despacho con el Autó
Resolutivo y el Arancel.
ABRIL 30. - Por orden del Oídor Osario sale de Puente
Real para Tunja el Corregidor Campuzano, llevando doscien-
tos cartuchos con balas, que recibe del Capitán de la Barrera.
ABRIL 30. - Berbeo y los Capitanes de Mogotes dirigen,
a modo de proclama, una carta sediciosa a los vecinos de Ce-
rinza, concitándolos a la insurrección, la que éstos transcri-
ben a los criollos principales de Tunja, Santa Rosa y Soga-
masa.

1781
(MAyo)

MAYO 19 - Por orden de Berbeo, tropas colecticias del


Socorro, Charalá, Simactoa, Chima, Oiba y muchos otros lu-
gares, al comando de los Capitanes don Ignacio Calviño, don
Antonio José de Araque, don Gregario José Rubio, don Mel-
chur José de Rueda, don Pedro Fabio de Archila, don Miguel
Monsalve, Antonio Becerra, BIas Antonio de Torres y varios
otros, auxiliados por los Capitanes volantes Ignacio José Ta-
vera e Isidro MoUna, parten del Socorro con la consigna de
ocupar por expugnación el poblado del Puente Real de Vélez,
defendido por cincuenta hombres de la Guardia de Alabarde-
ros del Virrey, veintidós guardas de rentas y un grupo de vo-
luntarios.
MAYO2. - Constitúyese el Supremo Consejo de Guerra
en el Socorro, que asume la dirección del movimiento comunal,
integrado por los Capitanes Generales Berbeo, Monsalve y
Rasilla, el Teniente de Capitán don José Antonio Estévez, sus-
tituto de don Salvador Plata, el doctor don Ramón Ramírez y
el Procurador del común don Antonio de Molina, con el Se-
cretario don Joaquín Fernández Alvarez.
MAYO2. - Llega a Puente Real el Maestre de Campo de
la villa de Leiva don Ambrosio de Neira y Castro, sin condu-
cir cincuenta hombres que por su conducto había pedido el

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 331

Oidor Osario al Cabildo de aquella villa, para auxiliar la ex-


pedición, que había de marchar sobre el Socorro.
MAYO 3. Jueves de la Ascensión. - Sublevación del ve-
cindario de Sogamoso. Atulmutuadas las mujeres al salir de
misa, con gran número de hombres y de muchachos, pasan a
la Administración de Aguardiente, derraman con estrépito el
que encuentran y quiebran todas las botijas; abaten y hacen
pedazos las Armas Reales a los gritos de ¡Viva el Rey y Muera
el mal Gobierno! Encamínanse luego los tumultuarios a la
Administración de Tabacos, sacan el género que encuentran
en ella y lo distribuyen entre los manifestantes, diciendo en
altas voces que no habría en lo sucesivo estancos, ni se paga-
rían en forma alguna los demás pechos.
MAYO3. - Sale de Puente Real el Ayudante Ponce, para
la villa de Leiva, con seis soldados, un cabo y cuatro guardas,
con orden expresa de conducir los cincuenta hombres pedidos
al Cabildo, para auxilio de la expedición.
MAYO3. - Recibe el Oidor Osorio la alarmante carta del
día primero, del Párroco de Oiba don Filiberto José Estévez,
por la cual le manifiesta el inminente peligro en que se halla
y le insta para que no intente dar ni un paso adelante, porque
perecería sin· remedio, si lo hiciera, y le suplica huya antes
que caer en manos de los Comuneros.
MAYO3. - Sublevación en San Andrés (de Guaca). Atu-
multuado el vecindario al salir de misa, asalta los estancos.
El común aclama para Capitanes a don Benedicto Carvajal y
a don Antonio Jeréz.
MAYO6. - LLega a Puente Real el Ayudante Ponce con
los soldados y guardas de su comitiva y cuarenta y seis hom-
bres sacados de la villa de Leiva y alistados por el Cabildo.
MAYO 6. - Hace irrupción en Moniquirá un trozo de
cuatrocientos hombres de las tropas colecticias del Socorro,
proclama la insurrección en el vecindario y nombra por acla-
mación Capitanes y Cuadrilleros.
MAYO6. - Levántase el vecindario de Moniquirá y asalta
los estancos. Alístanse cien hombres, que se incorporan en
las tropas invasoras.
MAYO6. Domingo. - Insurrección en la parroquia de la
Concepción del Gallinazo, del Valle de Servitá. A la salida de
misa, cuando el Alcalde pedáneo Juan de Dios Cáceres leía
en alta voz, en la plaza, el despacho con el Auto Resolutivo y
el Arancel sobre Armada de Barlovento, irrumpen las tropas

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332 P~LO E. CARDENAS ACOSTA

de Tequia en el poblado y se une a ellas el vecindario; furio-


sa la multitud rompe en gritos de desaprobación; amotinadas
las mujeres, rodean al Alcalde, le arrebatan los papeles y al
punto los queman. Son aclamados para Capitanes dos de los
principales munícipes o vecinos.
MAYO6. Domingo. - Sublevación del vecindario de la
parroquia de Nuestra Señora del Rosario, del Valle de Servi-
tá. Hallándose el Alcalde pedáneo del lugar, Pedro José Car-
vajal, leyendo en público el despacho con el Auto Resolutivo
y el Arancel para el cobro del derecho de Barlovento, entra de
pronto gran copia de gente sublevada de Tequia, al comando
de sus Capitanes, y como si el vecindario estuviese previamen-
te avisado y convenido, únese en tumulto a aquella gente.
Tropas de mujeres en tropel rapan de las manos el despacho
y demás papeles al Alcalde y les pegan fuego a los gritos de
¡Viva el Rey y Muera el mal Gobierno! Declaran abolidos los
tumultuantes los estancos de tabaco y aguardiente, así como
los derechos de alcabala y barlovento. Aclámase a dos muní-
cipes para Capitanes de la insurrección, y numerosos indivi-
duos preséntanse para ser alistados.
MAYO7. Lunes. - Promovido a la Real Audiencia de
Lima, con el cargo que ejercía en la de Santa Fe, sale de esta
ciudad el Fiscal de lo Civil don Francisco Antonio Moreno y
Escandón, y lo sucede don Manuel Silvestre Martínez.
MAYO7. Lunes. - Día de mercado semanal en Santa Rosa
de Cerinza. Insurrección del vecindario. Aparecen a las cin-
co de la tarde en la plaza grupos de vecinos de Charalá, que
ofrecen en altas voces el andullo o manojo de tabaco a cuarti-
llo ($ 0.02 %). Júntanse las gentes del vecindario en tumulto
de revuelta y arremeten contra las Administraciones de taba-
co y aguardiente, cuyas puertas intentan descerrajar por au-
sencia del Administrador; sacan los géneros todos que encuen-
tran y quiebran las botijas en la plaza; encamínanse luego a
la Administración de la Alcabala, clamando a gritos contra los
estancos y nuevos pechos. Acreciéntase el número de tumul-
tuantes al cerrar la noche con gran cantidad de mujeres y
muchachos que entran en las tiendas donde se vende aguar-
diente, para derramarlo. Aclámase a varios de los principales
munícipes para Capitanes del movimiento insurreccional.
MAYO7.- Las tropas de los comuneros ocampadas en
Moniquirá, ocupan las alturas de Puente Real; queman vola-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 333

dores, y doscientos hombres que se desprenden de aquellas,


invaden el poblado.
MAYO3. - Dominado por los Comuneros el Puente Real
de Vélez, la tropa realista, al comando del Oidor Osorio y del
Capitán de la Barrera, se rinde a discresión.
MAYO 8. - Levantamiento en Chita. Queman los sedi-
ciosos el tabaco, derraman el aguardiente y hacen pedazos las
botijas; nombran por aclamación Capitanes, alistan la gente
apta para el manejo de las armas y organizan la fuerza que
marcha hacia Nemocón.
MAYO 9. - Los comuneros vencedores en Puente Real
distribuyen entre ellos todo el aguardiente y el tabaco, las ba-
rajas y la pólvora que encuentran en los estancos.
MAYO9. - Levantamiento en Pesca, en las horas de la
noche. Capitanes llegados de Sogamoso conmueven el vecin-
dario; éste nombra por aclamación Capitanes; las mujeres, en
número considerable, acompañadas de grupos de sublevados,
derraman ei aguardiente y queman el tabaco de los estancos
en la plaza, sin atender a las puejas del estanquero ni a las
amonestaciones del Párroco.
MAYO 9. -- Los Capitanes vencedores en Puente Real,
don Ignacio Calviño, don Gregorio José Rubio y don José M.
Hernández Villalonga expiden salvoconducto al Oidor Osario,
para que él y los jefes de la expedición vencida, sus oficiales y
soldados no sean hostilizados por los Comuneros.
MAYO9. - Llega a Puente Real, llamado por los comu-
neros, el Capitán de Santa Ana, doctor don Fernando del
Ferro.
MAYO9. - Capitanes volantes, despachados de Sogamo-
so, levantan los pueblos de Gámeza, Monguí, Pueblo Viejo, Fi-
ravitoba, Tibasosa y Nobsa.
MAYO 10. - El Capitán de Santa Ana doctor don Fer-
nando del Ferro pone en conocimiento del Oidor Osario y el
Capitán de la Barrera, prisioneros de los vencedores en Puen-
te Real, el designio de los Comuneros de coronar por Monar-
ca del Nuevo Reino de Granada al primero, y ascender al úl-
timo al grado de Capitán General. Rechazan los agraciados la
proposición.
MAYO11. - Procedente del Socorro llega a Puente Real
en .las horas de la tarde el Capitán General don Pedro Ale-
jandro de la Prada.

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
334

MAYO 11. - Berbeo, Monsalve y Rosillo, miembros del


Supremo Consejo de Guerra constituído en el Socorro, orde-
nan a los Jefes vencedores en Puente Real, la marcha inme-
diata sobre Tunja, para que las gentes de la ciudad y su ju-
risdicción se alisten bajo sus banderas, y prosigan luego la
marcha sobre Santa Fe.
MAYO 11. - Por providencia del Real Acuerdo de Justi-
cia constitúyese en Santa Fe la Junta Superior de Tribuna-
les, encargada de la pacificación del Nuevo Reino de Granada,
compuesta del Regente, los Oidores y el Fiscal de la Real Au-
diencia, los Contadores del Tribunal de Cuentas, el Superinten-
dente de la Real Casa de Moneda, el Oficial Real propietario,
los Alcaldes ordinarios de Santa Fe y dos Diputados del Cabil-
do Secular de la ciudad y el Maestre de Campo de las Milicias
Urbanas, o par su impedimento el Capitán más antiguo, que
había de IFlllll.rse todos los días, para. a.wnla.I" lws medidas más
oportunas, convenientes y eficaces para la defensa de la ciudad.
MAYO 12. - Los Capitanes don Pedro Alejandro de la
Prada y don Tomás Pinzón expiden en Puente Real salvocon-
ducto alOidor Osario, para trasladarse a Chiquinquirá.
MAYO 12. - Prófugo y disfrazado de fraile franc1scano,
entra en Santa Fe el Teniente don Francisco Ponce, Ayudan-
te del Oidar Osario, con la noticia de la victoria de los Comu-
neros en Puente Real.
MAYO12. - Sublevación en la parroquia del Santo Ecce-
Homo de la Matanza. Fiados los levantados en la bizarría de
sus mujeres, confían a un corto número de ellas la acción de
arrebatar de manos del que dictaba al pregonero el papelón
delá sisa o barlovento y hacerla pedazos; lo que ejecutan con
presteza, habilidad y arrojo, ent.re los aplausos delirantes de
la multitud.
MAYO 12. - El Real Acuerdo de Justicia y Junta Supe-
rior de Tribunales, reunidos en el domicilio de don Juan Gutié-
rrez de Piñeres, Regente Visitador General, en sesión de las
seis de la tarde a las doce de la noche, nombra en comisión
al Oidor don Joaquín Vasco y Vargas y al Alcalde ordinario
de primera nominación de Santa Fe, doctor don Eustaquio
Galavis, para que en compañía del Prelado señor Caballero y
Góngora, que se había ofrecido, se trasladasen personalmente
a tratar con los Comuneros para evitar a todo trance la irrup-
ción de éstos a Santa Fe.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 335

MAYO 13. -- Sale fugitivo de Santa Fe, a las tres de la


madrugada, por la vía de Ibagué, el Regente Visitador Gene-
ral, Gutiérrez de Piñeres, acompañado del Alguacil Mayor de
la Visita don Juan Antonio Barquín y el Escribano de la mis-
ma don Joaquín Darechea de Urrutia.
MAYO13.. - Salen de Santa Fe, a las diez de la mañana,
a tratar con los Comuneros, el Prelado don Antonio Caballero
y Góngora y los Comisionados don Joaquín Vasco y Vargas y
don Eustaquio Galavis, acompañados de varios clérigos. del
Escribano Real y Teniente de Cámara de la Real Audiencia,
don Manuel de Aram:azugoitia y del Receptor de la :misma Au-
diencia don Joaquín Galindo, y llegan a Zipaquirá a las siete
de la noche.
MAYO13. - Sale de Puente Real, de regreso para Santa
Fe, con su tropa desarmada y vencida, el Oidor don José Oso-
rio, asistido por el Capitán comunero doctor don Fernando
del Ferro y el Alcalde ordinario de segundo voto de la ciudad
de Vélez don Roque Calvo y, llegan a Saboyá.
MAYO13. - Las tropas vencedoras en Puente Real, al co-
mando de los Capitanes Calviño y Araque, ocupan la villa de
Leiva, a las cuatro de la tarde.
MAYO 13. - Prorrumpe el movimiento insurreccional en
la villa de Leiva. Quémanse el tabaco y las barajas, derrá-
mase el aguardiente y tómase la pólvora que se hallaba en el
estanco, y aclámanse para Capitanes a varios de los princi-
pales munícipes o vecinos.
MAYO 14. - Llegan a Chiquinquirá el Oidor Osorio y su
comitiva, asistidos por el Capitán don Fernando del Ferro.
MAYO 14. - El Oidor don Joaquín Vasco y Vargas y el
Alcalde ordinario de Santa Fe, don Eustaquio Galavis, Co-
misionados del Real Acuerdo y Junta Superior, dirigen de Zi-
paquirá una comunicación a los vecinos y moradores de las
villas de San Gil y el Socorro, por la cual manifiestan a los
principales Jefes del movimiento, que tienen amplias faculta-
des para tratar con ellos.
MAYO 14. - Sale Berbeo del Socorro para Santa Fe con
un trozo de su ejército, el que va engrosando con los contin-
g2ntes de los pueblos, que se van incorporando a su paso.
MAYO 14. - Nombra Berbeo para Capitanes de Moni-
quirá a don Francisco Pinzón, don Juan Antonio Pinzón y
UIloa, don Carlos Pacheco y Chacón y don Alonso Moncada.

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336 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

MAYO14. -- La Junta Superior de Tribunales, constituí-


da en Santa Fe, suprime varios impuestos y rebaja otros, para
sosegar los enardecidos ánimos de los vasallos. Publícanse por
bando en Santa Fe, a las seis de la tarde, las gracias acorda-
das por la Junta.
MAYO15.- El Real Acuerdo y Junta Superior de Tribu-
nales nombra al Oidor y Alcalde Corte don Pedro Catani, para
Comandante General de Armas de Santa Fe.
MAYO15. - Por determinación de los Comisionados Vas-
co y Galavis, publícanse por bando en Zipaquirá las gracias
acordadas por la Junta Superior de Tribunales el 14 de mayo,
sobre supresión de varios impuestos y rebaja de otros.
MAYO15. - El Visitador español del Perú don José An-
tonio Areche, fulmina en el Cuzco la más inhumana, atroz y
afrentosa sentencia contra el Inea don José Gabriel Túpae

:MAYO16. - A la voz de una mujer prorrumpe en Zipa-


quirá un tumulto de vastas proporciones. El Arzobispo de San-
ta Fe y sus clérigos son impotentes para dominarlo.
MAYO 16. - Cae enfermo en Chiquinquirá el Oidor
Osorio.
MAYO16. - Llega en las primeras horas de la noche a
la villa de Honda el Regente Visitador General don Juan Gu-
tiérrez de Piñeres con sus acompañantes, por la vía de Ibagué.
MAYO16. - Destaca el Capitán don Ignacio Calviño en
Leiva una compañía al comando de los Capitanes Isidro Ma-
lina y Benigno Plata, con orden de marchar sobre Tunja, para
conseguir que el vecindario de la ciudad se aliste bajo sus
banderas.
MAYO17. - Entra en Tunja la compañía al comando de
Molina y Plata, la cual es recibida con grandes muestras de
entusiasmo por la plebe de la ciudad.
MAYO17.- Estalla el movimiento insurreccional en Tun-
ja. Las tropas invasoras y parte del vecindario de la ciudad, en
el recinto de la sala de sesiones del Cabildo Secular, aclaman
para Capitanes del movimiento a don Juan Agustín Niño y
Alvarez, don Juan José Saravia, don Francisco José de Vargas
y León y don Joaquín del Castillo y Santa María, miembros
todos de la primera nobleza.
MAYO17. - Los Capitanes Generales don Juan Agustín
Niño y Alvarez, don Francisco José de Vargas y León y don
Joaquín del Castillo y Santa María, aclamados por la tropa

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 337

del Socorro y el vecindario de Tunja, otorgan en sigilo, en


avanzadas horas de la noche, un instrumento que llaman de
Exclamación, para justificar, en caso necesario, su conducta
subversiva, el cual entregan a uno de los Escribanos de la
ciudad, para que lo revalide, custodie, abra, lea y publique
cuando sea oportuno.
MAYO 18. - Sublevación en Bucaramanga Destruyen los
levantados los expendios de tabaco y aguardiente. Apoya re-
sueltamente todo el vecindario a los Comuneros del Socorro.
Aclaman para Capitanes a don Manuel Mutis y don Manuel
García.
MAYO 18. -- Son ajusticiados en la plaza del Cuzco, Rei-
no del Perú, el Inca don José Gabriel Túpac Amaru y su fa-
milia.
MAYO 19. - Nombra Berbeo para Capitanes de Puente
Real a don Tomás Pinzón y Ulloa, don Esteban Pinzón y San-
tos, don José Pinzón Tolosa, don Diego Beltrán Pinzón y don
Crisóstomo Beltrán Pinzón.
MAYO 20. - Sublevación en la parroquia de San Fran-
cisco Javier del Pie de la Cuesta.
MAYO21. - Atacan los realistas de Girón a los subleva-
dos del Pie de la Cuesta y los dispersan, llevándose los prisio-
neros, después de dejar en el campo dos muertos y varios he-
ridos de los sublevados.
MAYO21. - El Regente Visitador General don Juan Gu-
tiérrez de Piñeres impugna desde Honda las gracias decreta-
das por el Real Acuerdo y Junta Superior de Tribunales en su
sesión del 14 de mayo.
MAYO 22. - Sublevación en Pamplona. Los Capitanes
don Luis Francisco Quirós y don Antonio Hernández, nom-
brados por Berbeo en el Socorro, levantan el vecindario a los
gritos de ¡Viva el Rey! y ¡Muera el mal Gobierno!
MAYO23. - El Ayuntamiento de Tunja, en Cabildo abier-
to, designa al Regidor Fiel Ejecutor don Fernando pabón y
Gallo, a don Agustin Justo de Medina, al doctor don Juan
Bautista de Vargas y a don Juan Salvador Rodríguez de Lago,
de la primera nobleza de la ciudad, Diputados para represen-
tarla y hacer por ella personería en el movimiento comunal.
MAYO 23. De paso para Santa Fe recibe Berbeo en Rá-
quira la comunicación de los Comisionados del Real Acuerdo
y Junta Superior, fechada en Zipaquirá el 14 de mayo, y les

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338 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

manifiesta en respuesta que ha determinado oírlos en el pue-


blo de Nemocón.
MAYO23. - Llegan a Nemocón las primeras compañías
del ejército de los Comuneros, al comando de los Capitanes de
Charalá Calviño y Araque y otra, la de Santa Ana, al coman-
do del Capitán BIas Antonio de Torres, vencedoras en Puen-
te Real.
MAYO23. - Sale el Oidor Osorio de Chiquinquirá para
Simijaca, adonde llega en las horas de la tarde.
MAYO24. - Procedente de Tausa llega el Capitán vo-
lante José Antonio Galán con veinticinco hombres a Nemo-
cón, donde es al punto despojado del bastón de Capitán y en-
carcelado por los Capitanes Calviño y Araque y BIas Antonio
de Torres, por las varias tropelías que había ejecutado.
MAYO24. - Prorrumpe la insurrección en Ibagué a las
siete de la noche.
MAYO24. - Sublevación en Guaduas.
MAYO25. - Reciben en Zipaquirá los Comisionados del
Real Acuerdo la respuesta de Berbeo fechada en Ráquira el
23 de mayo.
MAYO25 - Acampa Berbeo con un cuerpo de su ejér-
cito en los contornos de Nemocón.
MAYO 25. Pone Berbeo en libertad a Galán en Nemo-
eón; lo nombra para Capitán Comandante de la tropa del So-
corro; lo destaca con cien hombres del grueso del ejército, y le
acompaña al Teniente Nicolás José de Vesga para que lo diri-
ja, a efecto de que como conocedor de la vía de Cartagena, de
donde había desetrado, marche sin dilación con el fin de
aprehender al Regente fugitivo, interceptar los correos, ocu-
par a Honda y cortar la comunicación con Cartagena, y tomar
las armas que hubiere en la villa y los doscientos fusiles des-
pachados por el Virrey para la defensa de Santa Fe.
MAYO25. - Salen de Nemocón Galán y Vesga con cien
hombres y llegan el 26 por la noche a Facatativá.
MAYO26.·- Llegan a las diez de la mañana a Nemocón,
procedentes de Zipaquirá, el Arzobispo y los Comisionados del
Real Acuerdo, con el propósito de provocar una entrevista con
el Comandante General de los Comuneros y conferenciar con
él sobre el objeto de su misión.
MAYO26. - Entrevista del Arzobispo con Berbeo en el
campamento de éste, distante media hora de Nemocón. No
obstante la repugnancia que el Comandante General mostra-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 339

ba en avistarse con el Arzobispo, preséntase éste sin anuncio


previo en el campamento de aquel, acompañado por sólo uno de
los capitanes del ejército de los Comuneros, y logra hablar
largamente con Berbeo y varios de sus Capitanes, aunque sin
resultado satisfactorio para las pretensiones del Prelado, sin
embargo de haber ofrecido su persona en rehenes, como pren-
da de seguridad.
MAYO 26. - Luego que llegan a Nemocón los Comisio-
nados, dirigen oficio a Berbeo comunicándole su llegada y los
deseos de conferir y tratar CO,Jl él sobre el objeto de su misión;
y aunque cortesmente les contesta en la misma fecha, viérol1-
se obligados a dirigirle nuevo oficio, indicándole la casa del
Teniente de Corregidor para la conferencia en que estaban
interesados, por no haberse dado por enterado del asunto.
MAYO26. - Sale por la mañana de Simijaca, en silla de
manos, el Oidor Osorio y llega por la noche a Ubaté, donde
hace mansión por tiempo más o menos largo, por consecuen-
cia de la enfermedad de que padecía.
MAYO26. -- Ocupan Galán y Vesga a Facatativá en las
horas de la noche, con los cien hombres de su comando, y se
aprestan para la marcha sobre la Boca de Monte de Tena, al
día siguiente.
MAYO 27. - Primera conferencia de los Comisionados
con Berbeo y algunos de sus Capitanes en Nemocón; después
de larga sesión determina el Comandante General suspender
toda negociación hasta tanto no hayan llegado los contin-
gentes de tropas pedidos a los demás pueblos.
MAYO27. - Mueve Berbeo su campamento general a las
faldas del Mortiño, entre Nemocón y Zipaquirá.
MAYO27. - Entra Berbeo en Zipaquirá con parte de su
Estado Mayor.
MAYO27. - Retornan el Arzobispo y los Comisionados a
Zipaquirá.
MAYO27. - Rinden Galán y Vesga, en la Boca del Mon-
te de Tena, no lejos de Facatativá, a la guardia de Santa Fe,
compuesta de veinticinco hombres de caballería, y se hacen
a las armas y bagajes que éstos poseían.
MAYO27. - Rechazan los indígenas de Facatativá, uni-
dos a diez y seis hombres que habían dejado apostados allí
Vesga y Galán, una fuerza realista de cincuenta hombres pro-
cedente de Santa Fe.

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
340

MAYO29. - Prorrumpe en Zipaquirá un tumulto de los


Comuneros, al conocerse la carta de los Capitanes Generales
del Socorro a Berbeo, por la cual le comunican que el común
pide el extrañamiento del Arzobispo Caballero y Góngora y
que se toque a sede vacante.
MAYO29. - Destaca Berbeo cincuenta hombres más del
ejército de su comando, a las órdenes del Capitán Gregario
Montañés, y en refuerzo de los cien hombres primreamente
destacados al comando de Galán y Vesga, para la aprehen-
sión del Regente fugitivo y la ocupación de Honda.
MAYO29. -- Las tropas de los comuneros del Socorro, en
nÚmero de cuatro mil hombres, al comando del Capitán Ge-
neral don Ramón Ramírez, ocupan la realista ciudad de Gi-
rón, a las once de la mañana.
MAYO 29. - Los Diputados del Cabildo de Tunja, con
los Capitanes y las tropa.!; de aquella ciudad, acampan por la
noche en la hacienda de Checua, en los contornos de Ne-
mocón.
MAYO30. - Preséntase Berbeo en la hacienda de Che-
cua a dar la bienvenida a los Diputados, Capitanes y tropas
de Tunja y a arrancarles la promesa formal de incorporarse
inmediatamente en el ejército de su comando y marchar con
él sobre Santa Fe.
MAYO30. - Incorpóranse las tropas de Tunja en el ejér-
cito de los Comuneros, instalan sus tiendas de campaña en las
faldas del Mortiño, y entran en Zipaquirá los Diputados y Ca-
pitanes de aquella ciudad.
MAYO31. .- Previene Berbeo que el común de Zipaqui-
rá se reúna en la plaza principal del poblado y designe para
Capitanes a los vecinos de calidad don Cosme Damián de Es-
pinosa, don Bernardo Romero, don Ubaldo Macías y don Fran-
cisco Riaño.
MAYO 31. - Confirma Berbeo el nombramiento de los
referidos Capitanes, designados por el común de Zipaquirá en
cumplimiento de órdenes expresas suyas; y dispone se les guar-
de el respeto y veneración que merecen, obedeciéndoles ciega-
mente todas sus determinaciones en el orden militar; y fa-
culta a cada uno de dichos Capitanes para que nombre para
subalternos suyos un Teniente, un Alférez, dos Sargentos y
cuatro Cabos.
MAYO31. - Confiere Berbeo comisión especial al Capitán
de los Comuneros don Ambrosio Pisco, Cacique de Bogotá, para

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 341

que pase personalmnete con sus tropas a las goteras de Santa


Fe y haga poner dos horcas, si necesario fuere, en las entradas
de San Diego y San Victorino, con el simulado objeto de im-
pedir la entrada a los que quisiesen insultar o robar, pero con
el encubierto y plausible fin de provocar el levantamiento de
los moradores, y acudir al punto con su ejército a ocupar la
ciudad.
MAYO 31. - Pide con instancia el Oidor Decano de la
Real Audiencia al Arzobispo y los Comisionados intercedan con
Berbeo, persuadiéndolo, para que retire el despacho por el
cual autoriza a Pisco para tan extraño procedimiento, y so-
bresea en el particular, para evitar la conmoción de la ciudad.
Dice sobre el particular el Oidor Decano al Virrey lo que
al tenor copiamos:
"Él, Berbeo, ha dado a don Ambrosio Pisco la comisión
de pasar con gentes a esta ciudad, usando de 10más alto de la
Jurisdicción, pero la Junta ha procurado hacerla ilusoria por
medio del Ilustrísimo Señor Arzobispo y SS. Comisionados, a
quienes encargó persuadiesen a Berbeo recogiese el despacho
autorizando a dicho Pisco, y sobreseyese en el particular, para
evitar la conmoción de este lugar, a vista de tan extraño pro-
cedimiento, la injuria de los Tribunales de Justicia y las fata-
les consecuencias del mal uso de estas facultades, que se temía
podría hacer Pisco. En efecto, el Ilustrísimo Señor Arzobis-
po y SS. Comisionados practicaron las debidas diligencias a
este fin, de que resultó que el Jefe Berbeo pusiese por escrito
dar cumplimiento a todas las prevenciones de la Junta, por lo
que ya ha cesado este nuevo insulto, que se había inventado
para reagravar los excesos."
MAYO 31. - Ordena Berbeo a los Capitanes de Zipaquirá
ejecutar la acción inconsiderada e imprudente de despojar de
las salinas a las reales autoridades y ponerlas por administra-
ción. por cuenta del movimiento, por el término de dos meses,
y aplicar las utilidades al sostenimiento del ejército de los
Comuneros.
MAYO 31. .-- Dispone Berbeo, como requisito indispensa-
ble para ajustar las Capitulaciones, en que tan interesados se
mostraban el Arzobispo y los Comisionados del Real Acuerdo
de Justicia, que concurran a su Campamento de Guerra en
Zipaquirá el Regente del Tribunal de Cuentas don Francisco
de Vergara, el Marqués de San Jorge don Jorge Lozano de Pe-
ralta y don Ignacio de Arce, por sí o por medio de apoderados

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342 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

instruídos, y todo el personal del Cabildo Secular de Santa Fe,


para que hagan personería por el común de la ciudad en la
discusión del proyecto de Capitulaciones.

1781
(JUNIO)

JUNIO 1Q - Sale de Cartagena para Santa Fe, haciendo


escala en Mompós, la primera división del Regimiento Fijo, al
comando del Coronel don José Bemet.
JUNIO 2. - Sepáranse del ejército de los Comuneros,
acampado en las faldas del Mortiño y los contornos de Zipa-
quirá y Nemocón, las tropas de Tunja y Sogamoso, compues-
tas de 4.000 hombres de caballería y 2.000 de infantería; y
después de atravesar la plaza mayor de Zipaquirá, a la vista
del Arzobispo y los CO.misionados del Real Acuerdo de Justi-
cia, acampan en los contornos de Cajicá, para oponer tenaz
resistencia y evitar la marcha del grueso del ejército insur-
gente sobre Santa Fe.
JUNIO 3. - Llega a Santa Fe, procedente de Puente Real,
el Jefe de la expedición militar allí vencida, Capitán don Joa-
quín de la Barrera.
JUNIO 3. - Llegan al campamento de Zipaquirá, proce-
dentes de Santa Fe, don Francisco de Vergara y don Jorge
Lozano de PeraIta, en obedecimiento a las órdenes de Berbeo.
JUNIO 4. - Llegan al campamento de Zipaquirá, proce-
dentes de Santa Fe, don Francisco Santa María y el doctor
don Francisco Antonio Vélez, con el objeto de hacer persone-
ría por el común de aquella ciudad en el movimiento y en la
discusión del proyecto de Capitulaciones, juntamente con sus
compañeros, llegados el día anterior.
JUNIO 4. - Llega al campamento de Zipaquirá el perso-
nal del Cabildo Secular de Santa Fe, en conformidad con las
órdenes del Comandante General de los Comuneros.
JUNIO 4. - Son aclamados para Capitanes Generales,
con grandes demostraciones de júbilo, por los Capitanes. Ofi-
ciales, Jefes y soldados del ejército de los Comuneros, acampa-
do en las faldas del Mortiño y contornos de Zipaquirá y Ne-
mocón, los munícipes o vecinos de Santa Fe señores don Fran-
cisco de Vergara, don Jorge Lozano de Peralta, don Francisco
Santa María y don Francisco Antonio Vélez. Confirmado por

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 343

el Comandante General el nombramiento, les extiende éste,


por separado, los despachos que los acreditan de Capitanes del
movimiento, y que son leídos entre salvas de aplausos en el
campamento.
JUNIO 4. - Ordena Berbeo poner en manos de los Co-
misionados del Real Acuerdo y Junta Superior las valijas del
correo de Cartagena, interceptadas en las cercanías de Faca-
tativá por el Teniente Vesga, aunque con la correspondencia
oficial violada.
JUNIO 4. - De marcha para Honda, en cumplimiento de
los designios de Berbeo de aprehender al Regente fugitivo don
Juan Gutiérrez de Piñeres y ocupar aquella villa, entra Galán
en Guaduas, donde hace mansión por más de diez días con-
secutivos, dándole tiempo al Regente Visitador para ponerse
en salvo.
JUNIO 5. - Con el Oficial don Francisco Becerra envía
Berbeo a los Comisionados del Real Acuerdo y Junta Superior,
en Zipaquirá, como a las diez de la noche, el proyecto de Ca-
pitulaciones solicitado con ahinco por ellos, en treinta y cinco
artículos, y suscrito por el Comandante General, como apode-
rado, según decía, de la mayor parte de las ciudades, villas,
parroquias y pueblos del Reino, y en nombre de las restan-
tes, por las cuales presta voz y caución, mediante la inteligen-
cia en que se halla de su concurrencia, para que el Real Acuer-
do y Superior Junta le dispensase su aprobación sin restric-
ción alguna y bajo juramento.
JUNIO 6. - Recibido en Santa Fe el proyecto de Capitu-
laciones y convocados los miembros del Real Acuerdo de Jus-
ticia y Junta Superior de Tribunales, como a las siete de la
noche, hora en que se recibieron los pliegos de los Comisiona-
dos de Zipaquirá, en consideración a que el expediente se ha-
llaba desnudo de las justificaciones que acreditasen la razón
por la cual dichos Comisionados no habían hecho uso de las fa-
cultades que les habían sido conferidas, cuando había llega-
do el caso de ejercitarlas, ni constaba reforma ni modificación
obtenidas sobre los artículos que"denotaban notoria repugnan-
cia para las autoridades reales, ni siquiera la aprobación pro-
visional por parte de ellos, el Real Acuerdo y Junta Superior
fueron de unánime parecer que se les devolviese original el
proyecto, por medio del Oidor Decano, para que se subsanasen
tales reparos, obrando en todo evento como mejor conviniese
al restablecimiento de la pública tranquilidad.

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344 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

JUNIO 6: - Don Eustaquio Galavis, Alcalde de primera


nominación de Santa Fe, y uno de los Comisionados del Real
Acuerdo, entre tanto que el posta se encaminaba presuroso
con los pliegos del tratado a Santa Fe, declaraba de manera
subrepticia, por medio de un instrumento que otorgaba en la
Escribanía de Zipaquirá, invalidadas las Capitulaciones pre~
sentadas por Berbeo, cuyo cumplimiento, según sabía, estaba
obligado a jurar de manera solemne días después.
JUNIO 7. - Al recibir Berbeo en su campamento posta
de Santa Fe con correspondencia secreta, por la cual se le co-
munica la nueva de no haberse dispensado la aprobación al
proyecto de Capitulaciones, y considerándose víctima de una
irrisión inferida por la Real Audiencia, conmueven, con su
asentimiento previo, sus Ayudante, a la señal de voladores,
previamente convenida, las tropas del Campamento General,
laR cuales avanzan aceleradamente a tambor batiente y con
las armas en balanza sobre Zipaquirá y entran en la pobla-
ción en ademán de guerra!
JUNIO 7. - Regresa de Santa Fe y entra en las horas de
la mañana en Zipaquirá el posta con el proyecto original del
tratado, sin la aprobación del Real Acuerdo y Junta Superior.
JUNIO 7. ~-. Aplacados algún tanto los ánimos de los Co-
muneros con las amonestaciones del Prelado, consiguen éste y
los Comisionadospersuadir a Berbeo y los principales Capita-
nes de las sanas intenciones de los miembros del Real Acuer-
do y los inducen a deliberar sobre el contexto e interpretación
de algunos de los artículos del proyecto sobre Capitulaciones.
Concurren, por consecuencia, a la Junta, que se reúne a las
doce del día en la Casa Parroquial de Zipaquirá, además del
Arzobispo y los Comisionados, Berbeo y sus Capitanes, con
los miembros del Cabildo Secular de Santa Fe. Considerados
los primeros catorce artículos son aprobados, aunque con li-
geras mdoificaciones algunos, y contra la voluntad manifies-
ta de varios de los Capitanes, de los cuales salen algunos del
recinto de la sala, y a la señal de voladores y toques de clarín,
acaban por conmover las tropas comuneras, que enfurecidas
hasta el exceso,recorren las calles de la población en ademán
de gUE'lTa,a los gritos de ¡Guerra!, ¡Guerra a Santa Fe! Acu-
den luego a las ventanas de la Casa Parroquial y abocando a
ellas los fusiles, amenazan con hacer fuego sobre el Arzobispo
y los Comisionados,si no se aprobaban inmediatamente y sin

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 345

discusión los artículos restantes del proyecto de Capitula-


ciones.
JUNIO 7. - Suspendida de hecho toda discusión, pide
el Arzobispo a los Comisionados la inmediata aprobación del
resto del proyecto, la que éstos dispensan sin restricciones,
viéndose así compelidos.
JUNIO 7. - Pide luego Berbeo, que el proyecto de Capi-
tulaciones, aprobado por los Comisionados a nombre del Real
Acuerdo y Junta Superior, sea inmediatamente remitido a la
capital, para la confirmación juramentada, como requisito in-
dispensable, sin el cual no podría aceptarlo como Comandan-
te General de los Comuneros.
JUNIO 7. - Al conductor de los pliegos del tratado, Ber-
nardo Malpica, que se envía por los Comisionados a la capital,
le acompaña Berbeo al Capitán don Ignacio Tavera, uno de
sus Ayudantes, para que concurra a la sesión del Real Acuer-
do y Junta Superior y presencie la confirmación y el jura-
mento, debiendo regresar con el conductor sin la menor di-
lación.
JUNIO 7. - Convocados los miembros del Real Acuerdo y
Junta Superior en Santa Fe, a las once de la noche, hora en
que se recibieron y abrieron los pliegos enviados por los Co-
misionados, declararon por unanimidad que "admiten, aprue-
ban y confirman" los artículos de las Capitulaciones por su
tenor literal. "Y en fe de que la admisión, aprobación y con-
firmación tendrá puntual cumplimiento, juraron por Dios
y los Santos Evangelios, puestas la manos sobre ellos".
JUNIO 7. -- El Real Acuerdo y Junta Superior de Tribu-
nales, en sesión secreta, en altas horas de la noche, extiende
y aprueba otra acta, por la cual declara que a pesar "de la
notoria repugnancia y monstruosidad" que contienen las Ca-
pitulaciones propuestas por Berbeo, "procedió a la admisión,
aprobación y confirmación, bajo el seguro concepto de su nu-
lidad._ pues a no haber intervenido tan podersos motivos, lejos
de convenir en ellas, ni dispensar su aprobación, habría pro-
cedido a escarmentar el execrable delito de la mera proposi-
ción con las penas más severas."
JUNIO 7. - Dirige de Guaduas Galán una carta prodi-
toria al Regente Visitador General don Juan Gutiérrez de Pi-
ñeres, quien permanecía desprevenido en Honda, en la que le
dice de verbo ad 1.,érbum:

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346 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

"Usía muy señor mío: Suplico a usted que me haga el


favor por Nuestro Amo y Señor y por mi Señora del Socorro,
se retire aunque sea en una montaña debajo de la tierra, por
evitar alguna ruina que pueda padecer esa villa y vuestra
merced, si lo encuentran los comunes, y esto sin que lo sien-
ta la tropa, para que a mí no me sobrevenga nada, por estar
la gente tan sublevada en rigor, porque la orden expresa de
nuestro General es de que debo entregar la cabeza de Usía. y
así, para que no se experimente esto, hago este expediente con
el secreto posible, viendo que soy bautizado y redimido con la
sangre de Christo. Usía excogitará lo que mejor fuere de su
agrado, si esperamos o retirarse."
"Otra posdata. Perdonará Usía los vocablos y yerros por
ser yo tan tosco en estos negocios de vocablos. Repito a vues-
tra mreced una prevención: que Usía no se vaya para abajo,
si sigue, pues tiene mucha gente en contra. Se ocultará como
digo, y luego seguirá su destino, hablando, SI quiere usted, con·
miga a solas; y es cuanto puedo decirle. Adiós."
JUNIO 8. - Reciben los Comisionados en Zipaquirá los
pliegos conducidos por Bernardo Malpica con las Capitula-
ciones aprobadas y juramentadas por el Real Acuerdo y Jun-
ta Superior de Tribunales, y se trasladan a la mansión del
Arzobispocon el objeto de noticiarle la buena nueva.
JUNIO8. - Pasan los Comisionados oficio a Berbeo comu-
nicándole que en la misa solemne que oficiará el Arzobispo, se
promulgará la aprobación y confirmación de las Capitula-
ciones y finalizada la promulgación, se jurará por los Comi-
sionados su cumplimiento con las solemnidades acordadas.
JUNIO 8. - Conducidos a la iglesia parroquia! de Zipa-
quirá los Comisionados del Real Acuerdo y don Juan Fran-
cisco Berbeo con sus Capitanes, Oficiales y tropas, "oyeron
misa de Su Señoría Ilustrísima, en que hubo renovación, y ex-
puesto el Santísimo Sacramento, Su Señoría Ilma. teniendo
delante una mesa y en ella un misal abierto, pasaron los ci-
tados Señores Jueces Comisionados y puestos de rodillas, pues-
tas las manos en él, dijo su Señoría Ilma., estando presente
Yo el infrascrito Escribano Real estas palabras: "Vuestras Se-
ñorías como Comisionados del Real Acuerdo de Justicia de la
Real Audiencia y Chancillería del Nuevo Reino de Granada
y Junta Superior de Tribunales de Santafé, juran por Dios
Nuestro Señor, por su Santa Cruz y por los Santos quatro

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 17111 347

Evangelios, en nombre del Rey nuestro Señor, guardar las Ca-


pitulaciones propuestas, y confirmadas por dicha Real Au-
diencia y Junta? Y Vuestras Señorías a don Juan Francisco
Berbeo, sus Capitanes, Oficiales y demás tropa, de no ir en
tiempo alguno contra ellas?" A que respondieron: "Así lo
juramos y ofrecemos cumplir en nombre del Rey nuestro Se-
ñor, de dicho Real Acuerdo, Junta Superior y nuestro."
JUNIO 8. - Concluída la ceremonia del juramento can-
tó el Arzobispo el Te Deum en acción de gracias, con repique
general de campanas y bendiciones del Prelado, y firman el
acta el Arzobispo don Antonio Caballero y Góngora y los Co-
misionados del Real Acuerdo don Joaquín Vasco y Vargas y
don Eustaquio Galavis, por ante el Escribano Real don Ma-
nuel de Aranzazugoitia.
JUNIO 8. -. Hace publicar Berbeo, a voz de prego·
llero las Capitulaciones y el acta en que consta la aprobación
juramentada del Real Acuerdo y Junta Superior de Tribuna-
les, en las cuatro esquinas de la plaza mayor de Zipaquirá, a
son de caja y usanza de guerra.
JUNIO 8. - Recibe el Regente Visitador General don
Juan Gutiérrez de Piñeres, en la mañana de este día, la carta
proditoria de Galán fechada en Guaduas el día anterior, no-
ticiándole la marcha de los Comuneros sobre Honda e insi-
nuándole la conveniencia de ocultarse o retirarse .
.JUNIO 8. _. Pone en seguridad el Regente Visitador Ge-
neral, por consecuencia de la carta de Galán, los fondos de
la real hacienda existentes en la villa de Honda, y dispone
embarcar con destino a Mompós dos cañones de campaña,
tres pedreros útiles y dos descompuestos, con sus respectivos
pertrechos, útiles y fornituras, y las armas blancas que pu-
dieron acopiarse, juntamente con las de fuego, para que no se
apoderasen de ellos los Comuneros, en caso de que fuese ocu-
pada la plaza.
JUNIO 8. - Ordena el Regente Visitador General, por
consecuencia del contenido de la misma carta, que los vein-
ticinco cajones con doscientos fusiles, sus bayonetas y forni-
turas, que habían salido el 12 de mayo de Mompós, proceden-
tes de Cartagena y destinados a la defensa de Santa Fe, que
estaban para llegar a Honda, regresasen a Mompós, para que
no cayesen en poder de los Comuneros.
JUNIO 8. -- Sale de Honda, a las tres de la tarde, con
rumbo a Cartagena, por consecuencia de la carta de Galán, el

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348 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Regente Visitador General don Juan Gutierrez de Pineres,


aeompafiado del Alguacil Mayor y el Escribano de la Visita
General, senores don Juan Antonio Barquin y don Joaquin
Darechea de Urrutia.
JUNIO 9. - El Oficial Real de la villa de Honda, don Ban-
tiago Tello de Meneses, en conformidad con la orden del Be-
gente Visitador General, despacha posta rio abajo, para que
el piloto Valentin Lopez, conductor de los veinticinco cajones
con doscientos fusiles, sus bayonetas y fornituras, regresase
al punto a la villa de Mompos.
JUNIO 9. - Sale de Honda, como a las cuatro de la tarde,
ei piloto Domingo Varela, natural de la Corufia, en el Reino
de Galicia, con dos canones de montana, cinco pedreros, seis
cajones de metralla y municiones, una petaca con varios uti-
les para el manejo de los canones, un envoltorio con mache-
tes y lanzas y cinco curefias de los canones y pedreros, con des-
tino a los Oficiales Reales de Mompos, a fin de prevenir que
tales elementos cayesen en poder de los Comuneros.
JUNIO 10. - En conformidad con la orden del Alcalde
ordinario de Honda don Juan Blas de Aranzazu, deja el pilo-
to Domingo Varela, en la hacienda de Guayacan, de propiedad
del frances don Alberto Duboc, tres de los pedreros que trans-
portaba para Mompos, ocultos dentro de un platanar, y pro-
sigue la navegacion con el resto del cargamento, haciendo es-
cala en las haciendas de Palagua y de Boh6rquez.
JUNIO 10. - Las tropas de Galan, procedentes de Gua-
duas, al comando de don Javier Reyes, en numero de tres-
cientos hombres, acampan en La Barrosa, entre Honda y Am-
balema, y toman las embarcaciones que de este pueblo baja-
ban con tabaco, del mismo modo que las balsas y pequefias
canoas en que se conducian los abastos para aquella villa.
JUNIO 11. Regresan de Zipaquira a Santa Fe el Arzobis-
po y los Comisionados, despues de una permansi6n de vein-
tiocho dias en aquella plaza, donde consiguieron evitar la
irrupci6n de los Comuneros a la capital y ajustar un tratado
de paz con su Jefe el Generalisimo Berbeo.
.JUNIO 11. - Remite el Real Acuerdo un ejemplar de las
Capitulaciones de Zipaquira al Cabildo de Tunja, para su pu-
blicacion en la ciudad y en las villas y pueblos de su juris-
diccion,

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 349

JUNIO 12. - Remite el Oidor Decano de la Real Audien-


cia un ejemplar de las Capitulaciones ajustadas en Zipaquirá
al Regente Visitador General.
JUNIO 12. -Tropas de los Comuneros acampadas en La
Barrosa, avanzan sobre la ciudad de Mariquita, que ocupan
sin resistencia, y se acuartelan en las Casas Capitulares.
JUNIO 13. - Llega a Barranca del Rey con sus compa-
ñeros, a las once de la mañana, fugitivo y maltrecho, proce-
dente de la villa de Honda y de paso para Cartagena, el Re-
gente Visitador General.
JUNIO 14. - Aborta una conjuración en Santa li'e, que
había de estallar en la noche de este día, para asaltar el pa-
lacio del Virrey y pasar a cuchillo a los españoles peninsulares
residentes en ella, a juzgar por lo que éstos afirmaban.
JUNIO 14. - Despacha Berbeo de Zipaquirá al Capitán
Marcelo de Ardila con un ejemplar de las Capitulaciones para
el Cabildo de Honda y los títulos de Capitanes para don Diego
de Rivera y Carrasquilla, don Juan de los Santos y don Juan
de A.ranzazu, vecinos de aquella villa.
JUNIO 14. - Sale Galán de Guaduas hacia Mariquita, des-
pués de dar tiempo más que suficiente al Regente Visitador
General para que pusiese en salvo su persona y las armas y
materiales de guerra que estaban para caer en poder de las
tropas comuneras.
JUNIO 14. - Proclámase en el pueblo de Silos Rey del
Nuevo Reino de Granada, con expreso desconocimiento del
Monarca español, al Inca Túpac Amaru, a la voz de ¡Viva el
Rey de Ingas y muera el Rey de España!
JUNIO 14. - Motín en Yaguará, que prorrumpe a los gri-
tos de ¡Viva el Rey y muera el mal Gobierno!
JUNIO 14. - Motín en el pueblo de Aipe, que estalla a los
gritos de jViva el Rey y muera el mal Gobierno!
JUNIO 14. - Arriba a Mompós, como a las cinco de la
tarde, procedente de la Ladera del Gastán, dos jornadas y me-
dia distante de Honda, el piloto Valentín López con los vein-
ticinco cajones con doscientos fusiles que habían sido destina-
dos a la defensa de Santa Fe, y que por disposición del Regen-
te Visitador General, de 8 de junio, fueron devueltos a Mom-
pós para que no cayesen en poder de los Comuneros.
JUNIO 15. - Son aprehendidos en Santa Fe por el Oidor
y Comandante de Armas de la plaza, don Pedro Catani, y el
Alcalde ordinario de segundo voto, don Juan Manuel de Zar-

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350 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

nasa, los conspiradores don Juan José de la Espada, Nicolás


Lozano y don Clemente Correa, Joaquín Silva y don Francisco
Porras.
JUNIO 15. - Promúlganse las Capitulaciones de Zipa-
quirá en la ciudad de Santa Fe, a las ocho de la mañana, al
toque de caja y usanza de guerra.
JUNIO 15. - Remite el Oidor Decano de la Real Audien-
cia las Capitulaciones ajustadas en Zipaquirá al Virrey Flores.
JUNIO 15. - Procedente de La Barrosa llega Galán con
parte de su tropa a la ciudad de Mariquita.
JUNIO 15. - Llega a Mompós, procedente de Honda, al
amanecer de este día, un bote con dos cañones de montaña,
dos pedreros, seis cajones de metralla y municiones, una pe-
taca con varios útiles para el manejo de los cañones y pedre-
ros y un envoltorio con machetes y lanzas, despachados por
orden del Regente Visitador General.
JUNIO 15. - Llega a Mompós, a las cuatro de la tarde,
otro bote con los tres pedreros restantes.
JUNIO 15. - Liega a Iviompús,procedente de Cartagena,
la segunda división de la expedición militar del Coronel don
José Bernet.
JUNIO 16. - Llega a Cartagena en las horas de la no-
che el Regente Visitador General don Juan Gutiérrez de Piñe-
res con sus acompañantes.
JUNIO 16.- Amotínanse los indios requinteros en el tam-
bo de Villavieja y destruyen el tabaco que hallan en el estan-
quillo.
JUNIO 17. - Llega a Honda el Capitán Marcelo de Ar-
dila con las Capitulaciones de Zipaquirá y los títulos de Ca-
pitanes para tres de los vecinos principales de la villa, exten-
didos por Berbeo.
JUNIO 17. - Sublevación en el sitio de Guarne, jurisdic-
ción de Rionegro, en la provincia de Antioquia.
JUNIO 17. - De paso para la realista población del Ro-
sario de Cúcuta, acampan los sublevados de Pamplona en la
hacienda de El Trapiche.
JUNIO 18. Lunes. - Amotinados los indios en el Tambo
del río de Fortalecillas, derraman el aguardiente y queman el
tabaco que encuentran en el estanquillo de aquel lugar.
JUNIO 18. - Entra Galán en la hacienda de La Niña y
Minas de Malpaso, de propiedad de don Vicente Estanislao
Diago.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 351

JUNIO 19. - Tumulto en Neiva. Muere trágicamente el


Gobernador don Policarpo Fernández.
JUNIO 19. - Promúlganse las Capitulaciones de Zipa-
quirá en Honda.
JUNIO 22. - Amotínanse en Pasto los indios de los pue-
blos de Obonuco y Catambuco.
JUNIO 22. - Huyendo de los amotinados de Pasto, mue-
re cruelmente a palos, a manos de los indios, en el pueblo de
Catambuco, distante más de una legua de la ciudad, el Te-
niente de Gobernador doctor don José Ignacio Peredo.
JUNIO 23.-- Gran tumulto en Honda. Encuentran formal
resistencia los tumultuantes y son repelidos por las reales au-
toridades, bien armadas, con efusión de sangre, y varios muer-
tos y heridos.
JUNIO 25. - Sale de Santa Fe en visita pastoral el Ar-
zobispo Caballero y Góngora con cuatro misioneros capuchi-
nos y dos franciscanos, a pacificar definitivamente los ánimos
de los habitantes de las villas del Socorro y San Gil, con sus
pláticas, sermones y amonestaciones.
JUNIO 26. - Sale de Mompós para Santa Fe y hace es-
cala en Honda el Coronel don José Bernet con quinientos hom-
bres de línea, del Regimiento F'ijo de Cartagena.
JUNIO 28. Recibe el Virrey Flores en Cartagena las Ca-
pitulaciones de Zipaquirá.
JUNIO 29. - Irrupción de los sublevados de Pamplona en
la parroquia realista del Rosario de Cúcuta.
JUNIO 29. - Llega el Arzobispo con sus misioneros, de
paso para el Socorro, a Ubaté, con ánimo de visitar al Oidor
Osorio, enfermo allí.

1781
(JULIO)

JULIO 2. - Pide el Regente Visitador General al Virrey


Flores suspender los efectos de las Capitulaciones de Zipa-
quirá.
JULIO 2. - Los Capitanes don Juan Agustín Niño y Al-
varez, don Joaquín del Castillo y Santa María y don Juan José
Saravia presentan al Cabildo de Tunja el ejemplar de las Ca-
pitulaciones de Zipaquirá, que reciben de Berbeo.

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352 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

JULIO 6. - Suspende el Virrey Flores los efectos de las


Capitulaciones de Zipaquirá.
JULIO 7. - Revoca el Virrey Flores en Cartagena las re-
gias facultades que había delegado el 11 de agosto de 1779 a
la Real Audiencia y al Regente, reasumiéndolas en sí, para
ejercerlas directa y conjuntamente en lo sucesivo.
JULIO 8. - Nuevo tumulto en Zipaquirá.
JULIO 11. - Don Manuel Antonio Flores se dirige desde
Cartagena al Rey don Carlos III, presentándole renuncia de
la dignidad de Virrey del Nuevo Reino de Granada.
JULIO 14. - El Real Acuerdo de Justicia y Junta Supe-
rior de Tribunales dan comisión a don Juan Antonio Fernán-
dez Recamán, vecino de la villa de Purificación, "para que em-
prenda y ejecute por fuerza de razones y armas la prisión de
José Antonio Galán, dos hermanos de éste y don Javier Reyes,
usando de la fuerza y violencia, si llegare el caso, hiriendo y
matando y ofreciendo premio por sus cabezas, que serán con-
ducidas a la plaza de Santa Fe."
JULIO 14. - El Real Acuerdo de Justicia y Junta Supe-
rior de Tribunales dan comisión a José Antonio Chaparro, ve-
cino de Sogamoso, "para ejecutar la captura del Capitán Ge-
neral de los Llanos don Javier de Mendoza, vivo o muerto, y
ofreciendo a cualquier sujeto que ejecutare la muerte de aquel,
quinientos patacones de premio, que se pagarán puntualmen-
te, obrando en esto con seguridad, maña y secreto, y dando
las providencias que la prudencia y maña dicten."
JULIO 14. - Procedente de Santa Fe entra en el Soco-
rro con seis misioneros el Arzobispo don Antonio Caballero y
Góngora, y es alojado en la Casa Parroquial de la villa.
JULIO 20. - Escapa Galán, aunque con pérdida de algu-
nos de los suyos, de la emboscada que le tenía preparada el
comisionado don Juan Fernández Recamán, a su regreso de
Ambalema.
JULIO 24. - Ordena el Cabildo de Tunja promulgar con
la solemnida debida las Capitulaciones de Zipaquirá.
JULIO 25. - Procedente de Mompós y de paso para San-
ta Fe, hallábase en Honda, donde había hecho escala, el Co-
ronel don José Bernet, con la fuerza de su mando.
JULIO 27. - Promúlganse en Tunja por voz de pregone-
ro, en calles y plazas de la ciudad, a las once de la mañana,
"al son de caja y usanza de guerra", las Capitulaciones de Zi-
paquirá.

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EL MOVIMmNTO COMUNAL DE 1781 353

JULIO 29. Domingo. - Publícanse en San Gil, por orden


de Berbeo, las Capitulaciones de Zipaquirá.
JULIO 31. - De paso para Santa Fe, hallábase en Gua-
duas el Coronel don José Bernet, con la fuerza de su mando.

1781
(AGOSTO)

AGOSTO 3. - De paso por Llano Grande, el Espinal, la


Mesa de Juan Díaz y Facatativá, llega a Zipaquirá, proceden-
te de Ambalerna, José Antonio Galán, con treinta hombres
que le seguían.
AGOSTO 6. - Entra en Santa Fe con 500 hombres del
Regimiento Fijo de Cartagena, el Comandante General de Ar-
mas, Coronel don José Bernet.
AGOSTO 11. - Muere de hidropesía en las horas de la
mañana, en Santa Fe, el Oidor y Alcalde de Corte don José
Osario.
AGOSTO 17. - Entra en la villa de San Gil, procedente
del Socorro, el Arzobispo don Antonio Caballero y GÓngora.
AGOSTO 22. - Rinde el Virrey Flores al Ministro de In-
dias don José de Gálvez el informe documentado 1406 sobre
las pasadas alteraciones del Nuevo Reino de Granada, y pide
se le releve del mando del Virreinato de Santa Fe.
AGOSTO 27. - Expide el Real Acuerdo de Justicia la
real provisión por la cual dispone que los Alcaldes de la Pa-
rroquia del Páramo procedan sin pérdida de tiempo a aprehen-
der a los comuneros Baltasar Cala, Hipólito Martínez, Joaquín
Porras y Pedro Delgado y a imponerse la pena del último su-
plicio, sin causa ostensible ni razón justificativa alguna.
AGOSTO27.. -- José Antonio Galán, quien no había asen-
tido a las Capitulaciones de Zipaquirá, y quien después de
haber despedido en Chiquinquirá a los veinticinco hombres
restantes que lo acompañaron desde Ambalema, asilado desde
el 12 de agosto en Santa Rosa de Cerinza, lugar harto pobla-
do entonces y donde no tenía partidarios la causa del Rey de
España, informado de que "don Joaquín del Castillo y Santa
Maria, uno de los Capitanes de Tunja en el movimiento insu·
rreccional, se hallaba en la población, dirigióse hacia él con
ánimo de quitarle la vida a mano airada, por haber oído de-
cir que había recibido comisión del Real Acuerdo para su cap-

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354 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

tura, y viéndose éste sin amparo alguno, consideró prudente


retirarse a su hacienda de Bonza.
AGOSTO28. - Sale de Santa Rosa Galán, acompañado
de Juan Manuel de Rojas, para Mogotes, llamado por algu-
nos de los vecinos de aquel lugar, a encabezar una nueva su-
blevación para exigir el cumplimiento de las Capitulaciones
de Zipaquirá.
AGOSTO 30. - Apréstanse los indios de Nemocón, en
virtud del décimocuarto artículo de las Capitulaciones, a re-
cuperar por la fuerza y para sí la salina de aquel lugar.
AGOSTO31. - Recibe el Cabildo de la villa de San Gil
la superior orden del Virrey Flores, de 6 de julio, por la cual
se imprueban las Capitulaciones de Zipaquirá.
AGOSTO31. - Hace saber el Arzobispo Caballero y Gón-
gora a los Cabildos de San Gil y el Socorro su dictamen para
no obedecer la Superior DIcten del VirreJT Flores¡ de 6 de julio,
y observar, por consecuencia, las Capitulaciones de Zipaquirá.

1781
(SETIEMBRE)

SETIEMBRE 1Q - Tropas de Santa Fe a órdenes del Co-


mandante BIas de Soria, que salen a las diez de la noche del
30 de agosto, llegan a las tres de la mañana de este día al
pueblo de Nemocón.
SETIEMBRE 1Q- Amotinados los indios de Nemocón,
atacan, comoa las ocho y media de la noche, la casa del Admi-
nistrador de la salina, y son repelidos por la fuerza armada,
habiendo dejado cinco muertos y varios heridos y prisioneros
en el campo.
SETIEMBRE 1Q - Parte Berbeo del Socorro, con algunos
de sus Capitanes, a la pacificación de los vecindarios de las
ciudades de Pamplona, Salazar de las Palmas y Ocaña, y los
de los pueblos de sus jurisdicciones.
SETIEMBRE 1Q - Por real provisión del Real Acuerdo
de Justicia, librada en esta fecha, se ordena a los Alcaldes or-
dinarios de la villa del Socorro, proceder inmediatamente y
sin pérdida de tiempo, por cuantos medios sean posibles, a la
prisión y captura de José Antonio Galán, y con toda seguridad
y custodia remitirlo a la real cárcel de corte de Santa Fe.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 355

SETIEMBRE 1Q - Recibe el Cabildo de Tunja la supe-


rior orden del Virrey Flores, de 6 de julio, por la cual se im-
prueban las Capitulaciones de Zipaquirá.
SETIEMBRE 2. - Procedente de Santa Rosa llega a Mo-
gotes José Antonio Galán, acompañado del emisario Juan Ma-
nuel de Rojas, encargado por el común de este lugar para con-
ducirlo.
SETIEMBRE 4. - Llegan a Santa Fe, procedentes de Ne-
mocón y de paso para los presidios de Cartagena, los indios
Teniente Antonio Luna, Manuel Morales, José Gómez, Juan
Agustín Bernardino y Mateo GaUda, prisioneros en la acción
de aquel pueblo. De éstos el último solamente alcanzó a re-
gresar.
SETIEMBRE 4. - Uegan a Santa Fe, en horas de la ma-
ñana, las cabezas de los indios rebeldes Manuel Luna, Fran-
cisco Mendieta, José Chaves, José García e Ignacio Murruco,
muertos en la acción de Nemocón, y colócanse en maderos, a
las entradas de la ciudad, en los caminos reales, de orden del
Coronel Bernet, a las diez de la noche, para escarmiento y te-
rror de las gentes.
SETIEMBRE 4. - Reduce a prisión en horas de la noche
el Oidor don Pedro Catani al Cacique de Bogotá don Ambro-
sio Pisco, a quien se le embargan sus bienes.
SETIEMBRE 7. - Recibe el Cabildo del Socorro la su-
perior orden de 6 de julio, del Virrey Flores, por la cual se
imprueban las Capitulaciones de Zipaquirá.
SETIEMBRE 12. - Libra el Real Acuerdo de Justicia real
provisión a los alcaldes ordinarois del Socorro y San Gil para
que hagan saber a don Salvador Plata, don Antonio José Mon-
salve, don Francisco Rosillo, don José Vicente Plata de Ace-
bedo, don Pedro Alejandro de la Prada, don Gabriel José de
Silva, don Pedro Fabio de Archila, doctor don Ramón Ramf..
rez, don Juan de la Cruz de Rueda, don Ignacio Fernández
Saavedra, don Andrés Navarro y Moreno, don Ignacio Apoli-
nar de Buenahora y don Gregorio José Rubio, "que cesen y no
usen de los dictados de Capitanes que con motivo de las pasa-
das turbaciones se apropiaron, por ser perturbativos de la paz
y tranquilidad pública y contrarios a las regalías de Su Ma-
jestad."
SETIEMBRE 14. - Comunica de San Gil el Arzobispo Ca-
ballero y Góngora al Virrey Flores, haber aconsejado a los
Cabildos de San Gil y el Socorro suspender la publicación de

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356 PABLO E. GARDENAS AGOSTA

la providencia de 6 de julio, por la cual se imprueban las Ca-


pitulaciones de Zipaquirá.
SETIEMBRE 18. - Obedecen los Alcaldes ordinarios del
Socorro la real provisión de 1Q de setiembre, del Real Acuerdo
de Justicia, por la cual se ordena la captura de Galán.
SETIEMBRE 19. - Tumulto en el paraje de La Noarque,
en jurisdicción de la ciudad de Antioquia.
SETIEMBRE22. - Los amotinados de la Noarque, el Ta-
blazo, el Rodeo, la Miranda, Río Arriba del Cauca, Quebrada
Seca, Sacaojal y Sopetrán, en número de 800 hombres, se apo-
deran del Paso del Río Cauca que conduce a la ciudad de An-
tioquia.

1781
(OCTUBRE)

OCTUBRE 6. - Los Alcaldes ordinarios del Socorro, en


obedecimiento a la providencia de 1Q de setiembre, del Real
Acuerdo, dictan auto de prisión contra Galán y confieren a
don Salvador Plata, que espontánea y graciosamente se ofre-
cía, la comisión para la captura del culpado.
OCTUBRE9. - Con cien hombres armados y municiona-
dos que los Alcaldes ponen a sus órdenes, sale don Salvador
Plata del Socorro, acompañado de los Capitanes don Juan Ber-
nardo Plata de Acevedo, don Francisco Rasilla y don Pedro
Alejandro de la Prada, en persecución de Galán.
OCTUBRE10. - Galán, que por espacio de cuarenta días
o poco menos, hacía mansión en Mogotes, en espera de la gen-
te que habían de enviarle los pueblos de aquellas jurisdiccio-
nes, para la marcha sobre Santa Fe, burlado en sus preten-
siones y amenazado con la captura, sale en retirada con sólo
veinte hombres que lo acompañaban allí, llevando enarbolado
el pabellón real, en vez de la bandera carmesí, insignia de los
Comuneros.
OCTUBRE13. - Inadvertido Galán, sin espionaje ni cen-
tinelas que vigilasen los movimientos del enemigo yadvirtiesen
el peligro inmediato, acampa con sus compañeros en el para-
je de Caguanoque, en el recuesto llamado Alto de Onzaga, no
lejos de aquel pueblo, en un rancho pajizo, escueto y abando-,
nado; y entregados al sueño son sorprendidos a eso de las diez
de la noche, por los soldados de Plata, y aprehendidos once
que no pudieron huir, entre ellos el propio Galán.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 357

OCTUBRE 15. - Son reducidos a prisión, por orden su-


cesivo, en el Socorro, por el Alcalde Angulo y Olarte, Juan Lo-
renzo Alcantuz, Juan Manuel José Ortiz Manosalva y Bias An-
tonio de Torres.
OCTUBRE 16. - Como a las ocho de la noche llega Pla-
ta al Socorro, y en las puertas de la real cárcel hace entrega
a los Alcaldes ordinarios de la persona de Galán y de diez de
sus compañeros de infortunio.
OCTUBRE 19. - Confesión de Galán ante los Alcaldes or-
dinarios del Socorro.
OCTUBRE 19. - Son entregados por el Capitán de la
Barrera en Honda, setenta presos al Alcalde Aranzazu, para
su conducción a los presidios de Cartagena, por su complici-
dad en la conjuración del 14 de junio en Santa Fe.
OCTUBRE 20. - Ignorando los últimos sucesos, escribe
de Cartagena el Virrey Flores al coronel don José Bernet, su-
giriéndole la conveniencia de tomar medidas para sorpren-
der a Galán y acabar con la vida de éste y la de sus inmedia-
tos secuaces.
OCTUBRE 20. - Aprueba el Virrey Flores la disposición
de los Cabildos del Socorro y San Gil sobre la suspensión de
la promulgación de la superior orden de 6 de julio, por la cual
se imprueban las Capitulaciones de Zipaquirá.
OCTUBRE 20. - Previene el Real Acuerdo de Justicia a
los Alcaldes ordinarios del Socorro ejecutar la pena del últi-
mo suplicio en la persona de Galán.
OCTUBRE 20. - Confesión de Isidro Molina ante el Al-
calde ordinario del Socorro don José Ignacio Angulo y Olarte.
OCTUBRE 20. - Confesión de Bias Antonio de Torres
ante el Alcalde ordinario del Socorro don José Ignacio Angulo
y Olarte.
OCTUBRE 20. - Concede el Virrey Flores indulto y per-
dón general a todos los yasallos comprometidos en las pasa-
das alteraciones del Reino.
OCTUBRE 22. - Suplica el Virrey Flores a don José de
Gálvez, Ministro de Indias, lo releve del mando del Virreinato.
OCTUBRE 22. - En vista de las representaciones hechas
al Ayuntamiento del Socorro, por el Procurador del común don.
Antonio de Molina, que por conducto del Arzobispo recibiera el
Virrey, y de lo que el Prelado le había informado sobre la pe-

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358 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

nuna y miseria en que se hallaban los moradores de las villas,


determinó el Virrey mantener en ellas y la de Leiva, en las
ciudades de Tunja, Vélez, Pamplona y Girón y en los Corre-
gimientos de Sogamoso y Zipaquirá el goce de las gracias con-
cedidas por el Real Acuerdo y Junta Superior de Tribunales
el 14 de mayo, con la libertad, aunque restringida de la siem-
bra de tabaco en las tierras apropiadas, comprendidas den-
tro de los distritos de las villas del Socorro y San Gil y el de
la ciudad de Girón.
OCTUBRE 22. - Confesión de Juan Lorenzo Alcantuz,
de edad de cuarenta años y natural de Sogamoso, ante el Al-
calde ordinario de primer voto, del Socorro, don José Ignacio
Angulo y Olarte.
OCTUBRE 22. - Confesión de Juan Manuel José Ortiz
Manosalva, de edad de cincuenta y dos años y natural del So-
corro, ante el Alcalde ordinario de segundo voto, de la villa,
don Luis Fernando Céspedes.
OCTUBRE 26. Conducidos con suficiente escolta por el
Alcalde Provincial don Antonio José de Uribe y don Nicolás de
Vargas, atados convenientemente a satisfacción de los conduc-
tores, salen del Socorro en lúgubre desfile Galán y veintitrés
de sus compañeros de infortunio, en vía para Santa Fe.

1781
(NOVIEMBRE)

NOVIEMBRE4. - Llegan a Zipaquirá, a las cinco de la


tarde, de paso para Santa Fe, Galán y sus veintitrés compa-
ñeros de prisión.
NOVIEMBRE6. - Llegan a Santa Fe a las diez de la ma-
ñana Galán y sus compañeros de prisión y son entregados
por sus conductores al Alcalde Provincial del Socorro don An-
tonio José de Uribe y don Nicolás de Vargas en la Real Cárcel
de Corte.
NOVIEMBRE6. - Dicen los Alcaldes ordinarios del So-
corro a la Real Audiencia, en oficio de esta fecha:
"Cuando recibimos la Real Carta de veinte de Octubre.
en que se nos previene hagamos ejecutar la pena del último
suplicio en la persona de Josef Antonio Galán, ya éste iba en
vía para esa Corthe, a distancia de cuatro días, por cuyo mo-
tivo nos fué imposible la ejecución de lo mandado."

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 359

NOVIEMBRE 7. - Sublevación en Tumaco a las doce


del día.
NOVIEMBRE 10. - Confesión de Juan Manuel José Or~
tiz en Santa Fe, ante el Oidor don Joaquín Vasco y Vargas.
NOVIEMBRE 10. - Confesión de BIas Antonio de Torres
en Santa Fe, ante el Oidor don Joaquín Vasco y Vargas.
NOVIEMBRE 14. - Ante el Oidor Vasco y Vargas amplía
su confesión del 10 de noviembre el sindicado Juan Manuel
José Ortiz, preso en Santa Fe.
NOVIEMBRE 15. - Los vecinos del barrio de Chiquin-
quirá, de la villa del Socorro, en procesión, en horas de la no-
che, llevando en andas la imagen de la Virgen, visitan al se~
ñor Caballero y Góngora y le cantan unos versos en los cuales
le piden permanecer siquiera un año más en la villa.
NOVIEMBRE 19. - Pide don Salvador Plata al Cabildo
del Socorro, que a nombre de toda la villa se sirva pasar ofi-
cio al Arzobispo señor Caballero y Góngora, para que éste so-
licite la restitución de don Juan Gutiérrez de Piñeres en la
dignidad de Regente a la Real Audiencia de Santa Fe.
NOVIEMBRE26. - Por real decreto, dado en San Loren-
zo el Real, relévase a don Manuel Antonio Flores de la digni-
dad de Virrey del Nuevo Reino de Granada, y se le ordena
transferir el mando en la persona del Mariscal de Campo don
Juan Pimienta, Gobernador de Cartagena.
NOVIEMBRE 26. - Por real decreto, dado en San Lo-
renzo el Real, nómbrase en interinidad y por vía de comisión,
Virrey, Gobernador y Capitán General del Nuevo Reino de
Granada al Mariscal de Campo don Juan Pimienta, Goberna-
dor de Cartagena de Indias.

1781
(DICIEMBRE)

DICIEMBRE 3. - Concede el Virrey Flores indulto y perdón


a todos los vasallos comprometidos en las sublevaciones de la
provincia de AntioquÍa, con excepción de don Juan Bautista
Herrera, Juan de la Lastra y otros de los principales autores
de los levantamientos en aquella provincia.
DICIEMBRE 3. - Sale el Arzobispo señor Caballero y
Góngora de la villa del Socorro y llega a la parroquia de Cha-
ralá.

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360 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

DICIEMBRE4. - Pide el Virrey Flores a don José de Gál-


vez interceder con el Rey para que destine la persona que haya
de sucederle en el mando.
DICIEMBRE 15. - Confesión de José Antonio Galán, pre-
so en la real cárcel de corte de Santa Fe, ante el doctor don
Bernavé Ortega, Abogado de las Reales Audiencias de Santa
Fe y Quito.
DICmMBRE 19. - La Real Audiencia de Santa Fe acep-
ta la renuncia presentada por el Maestre de Campo don José
María Campuzano y Lanz del cargo de Corregidor y Justicia
Mayor de la Provincia de Tunja, y nombra en reemplazo, me-
diante la facultad delegada por el Virrey Flores, al doctor don
Eustaquio Galavis Hurtado y Pontón.
DICIEMBRE 19. - La Real Audiencia de Santa Fe reci-
be el juramento de fidelidad al doctor don Eustaquio Galavis,
en su carácter de Corregidor y Justicia !o¡!ayoT de la provincia
de Tunja, para que había sido nombrado.
DICIEMBRE 23, - Procedente de Charalá llega el Arzo-
bispo señor Caballero y Góngora a Santa Rosa de Cerinza.
DICIEMBRE 28. - Sale de Santa Rosa de Cerinza el se-
ñor CabaIlet'Oy Góngora en vía para Tunja.
DICIEMBRE 29. Sábado. - Entra en Tunja, procedente
de San la Rosa de Cerinza, el señor Caballero y GÓngora.

1782

ENERO 21. - Previénese al Virrey, por real orden, que


antes que él o la Real Audiencia acuerden providencia algu-
na, en asuntos relativos a la pacificación de las provincias
conmovidas, observen con presición los consejos y dictámenes
del Arzobispo señor Caballero y Góngora, sin limitación ni
restricción alguna.
ENERO 23. - Se ordena, por real cédula, a la Audiencia
de Santa Fe, no dictar providencia alguna en materias de pa-
cificación, sin el previo dictamen del Arzobispo señor Caba-
llero y GÓngora.
ENERO 23. - Autorízase por real cédula al Arzobispo de
Santa Fe señor Caballero y Góngora para ejercer las funcio-
nes de pacificador de los pueblos conmovidos en el Virreinato
del Nuevo Reino de Granada.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 361

ENERO 23. - Avísase por real cédula, que por interce-


sión del Arzobispo señor Caballero y Góngora, hase concedido
indulto y perdón a don Antonio Monsalve y a don Francisco
Rasilla, por los delitos y yerros cometidos por ellos como Ca-
pitanes y Jefes que fueron en la sublevación de la villa del
Socorro.
ENERO 23. - Concédese por real cédula amplia facultad
al Arzobispo de Santa Fe señor Caballero y Góngora, para
conceder indulto a las personas comprometidas en las pasadas
alteraciones del Reino.
ENERO 30. - La Real Audiencia de Santa Fe fulmina
inhumana y ominosa sentencia contra los comuneros Galán,
MoUna,Alcantuz y Ortiz y sus compañeros de prisión.
FEBRERO 1Q - Ejecútase puntualmente, en la plaza ma-
yor de Santa Fe, la sentencia contra Galán y sus consortes.
FEBRERO :l. - Llega a Facatativá, como a la una de la
tarde, la cabeza de Galán.
FEBRERO 3. - Llega a Guaduas, como a las cinco y me-
dia de la tarde, la cabeza de Galán.
FEBRERO 3. - Se reciben en Zipaquirá las cabezas y
cuartos de los ajusticiados y son inmediatamente reexpedidos
a Ubaté.
FEBRERO 3. - Se reciben en Ubaté, a las cinco y cuarto
de la tarde, las cabezas y cuartos de los ajusticiados y son re-
expedidos a Chiquinquirá.
FEBRERO 4. - Fijase en Guaduas, a las nueve de la ma-
ñana, en un madero de considerable altura, la cabeza de
Galán.
FEBRERO 7. - Reexpedidos por los Alcaldes ordinarios
de la villa de Leiva, se reciben en Tunja, a las seis y media de
la noche, las cabezas y cuartos de los ajusticiados.
FEBRERO 8. - A las tres y media de la tarde se despa-
chan de Tunja para Sogamoso las cabezas y cuartos de los
ajusticiados.
FEBRERO 8. - El Cabildo de Tunja pone en posesión del
cargo de Corregidor Justicia Mayor de la ciudad y su provin-
cia al doctor don Eustaquio Galavis, nombrado en interinidad
para ejercerlo; le recibe el juramento de fidelidad y le entre-
ga la insignia correspondiente.
FEBRERO 13. - Entra en Santa Fe, procedente de Car-
tagena, donde se hallaba fugitivo, después de nueve meses de

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362 PABLO El. OARDElNAS AOOSTA

ausencia, el Regente de la Real Audiencia don Juan Gutiérrez


de Piñeres..
FEBRERO 15. - Como a las nueve de la noche, recíben-
se en Mogotes las cabezas y cuartos de los ajusticiados y co-
lócase en un madero, en la plaza del lugar, el pie izquierdo de
Galán.
FEBRERO 16. - Recibidos en San Gil las cabezas y cuar-
tos de los ajusticiados, colócase la de Alcantuz en un madero,
en una de las esquinas de las calles más concurridas, y en otro
lugar, a la entrada de la villa, la mano izquierda de Galán.
FEBRERO 17. - Se reciben en el Socorro, a eso de las
dos de la mañana, la cabeza de Ortiz y la mano derecha de
Galán; y entre las diez y las once de la noche, por no haberse
hallado verdugo ejecutor que quisiese verificarlo de día, co-
lócanse la cabeza del primero en la orilla de la quebrada Gua-
yacá, a la entrada de la villa, y en la plaza mayor la mano
derecha de Galán.
FEBRERO 17. - Se reciben la pierna y el pie derecho de
Galán en Charalá. y se colocan en un alto madero en el cen-
tro de la plaza.
FEBRERO27. - Recuerda el Virrey Flores al Ministro de
Indias don José de Gálvez sus anteriores súplicas para que se
le releve del mando en el Virreinato, e hlsiste en la renuncia,
que presenta por última vez.
MARZO8. - Hácese saber por real orden al Regente Vi-
sitador General, que para el restablecimiento de las cosas al
estado que tenían antes de las alteraciones del Reino, debe
proceder siempre de acuerdo con el dictamen del Arzobispo de
Santa Fe don Antonio Caballero y Góngora.
MARZO9. - Hallábase el Arzobispo de Santa Fe en el
Desierto de La Candelaria, no lejos de Tunja.
lV~ZO 18. - La Real Audiencia de Santa Fe declara la
nulidad de las gracias, dispensas y rebajas de reales derechos
concedidos por el Real Acuerdo y Junta Superior de Tribuna-
les el 14 de mayo de 1781, así como la de las Capitulaciones
de Zipaquirá impuestas por Berbeo, el Comandante General
de los Comuneros; y ordena se libren por separado reales pro-
visiones a los Cabildos del Socorro y San Gil, para que se re-
coja el título de Corregidor expedido a favor de Berbeo, y se
tilden y borren las actas que en su cumplimiento y para po-
nerle en posesión se hayan extendido, todo eseto a instancias
del Regente don Juan Gutiérrez de Piñeres.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 363

MARZO 27. - Recibe el Virrey Flores en Cartagena la


real cédula de 26 de noviembre de 1781,por la cual se le rele-
va del mando del Virreinato.
MARZO 31. - Ante el Virrey saliente don Manuel An-
tonio Flores y las altas autoridades civiles, militares y ecle-
siásticas, celébrase en Cartagena el acto posesional del Virrey
interino del Nuevo Reino de Granada don Juan de Torreázar
Díaz Pimienta.
ABRIL 9 Y 12. - La escuadra y convoy franceses, ancla-
dos en el puerto de la Martinica, al comando del Teniente Ge-
neral Conde de Grasse, compuesta de 36 navíos, es batida por
la inglesa a órdenes del Almirante Rodney, integrada por 44
navíos, habiendo perdido los franceses 7 navíos y 2 fragatas
(entre aquellos la "Villa de Paris", a cuyo bordo iba el Gene-
ral), y dispersándose 6, de los cuales entraron 2 en el Guá-
rico el lQ de mayo.
ABRIL 21. - Sale de Cartagena, en vía para Santa Fe, el
nuevo Virrey don Juan Pimienta.
ABRIL 27. - Llegan a Mompós el Virrey Pimienta y su
acompañamiento.
MAYO5. - Procedente de Tunja, llega el Arzobispo señor
Caballero y Góngora a Santa Fe.
MAYO6. - Sale de Santa Fe, en vía para Honda, el Ar-
zobispo don Antonio Caballero y Góngora, a recibir al Virrey
Pimienta y enterarlo del estado del Reino.
MAYO 9. - Avisa de la Habana el Virrey Flores al Mi-
nistro de Indias don José de Gálvez, su llegada a aquella pla-
za y da las gracias por haberle relevado el Rey del mando del
Virreinato de Santa Fe, y le anuncia que en primera ocasión
se dirigirá a los Reinos de España.
MAYO 22. - Llegan a Honda, a las cinco de la tarde, el
Virrey Pimienta y sus acompañantes.
JUNIO 7. - Gravemente enfermo llega a Santa Fe, pro~
cedente de Honda el Virrey Pimienta.
JUNIO 10. - Sale de Honda, en viaje de regreso a San-
ta Fe, el Arzobispo Caballero y Góngora.
JUNIO 11. - Muere en Santa Fe, a las doce y diez mi~
nutos del mediodía, el Virrey don Juan Pimienta.
JUNIO 12. - Decláranse en ejercicio del mando del Vi~
rreinato el Regente don Juan Gutiérrez de Piñeres en lo mi~
litar, y la Real Audiencia de Santa Fe en lo civil.

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
364

JUNIO 13. - Procedente de Honda, llega a Santa Fe el


Arzobispo don Antonio Caballero y Góngora.
JUNIO 15. Sábado. -- Tras insistente resistencia, por par-
te de los miembros de la Real Audiencia de Santa Fe, consi-
gue el Arzobispo que se abran los pliegos de providencia, de
los cuales resulta éste nombrado en interinidad, por real cé-
dula de 16 de noviembre de 1777, Virrey del Nuevo Reino de
Granada.
JUNIO 15. - Toma posesión del Virreinato, en interini-
dad, en la tarde de este día, el Arzobispo don Antonio Caba-
llero y GÓngora.
JUNIO 19. - Comunica el Arzobispo Virrey su posesión
al Ministro de Indias don José de Gálvez.
JULIO 10. - Avisa de San Ildefonso don José de Gálvez
al Arzobispo Virrey de Santa F'e, haberle dirigido el pliego del
Secret.ario de la Real y distinguida Orden de Carlos Tercero,
con la Gran Cruz y el Escudo de ella, con que el Rey se ha dig-
nado condecorarlo.
AGOSTO6. - Concede el Arzobispo Virrey indulto y per~
dón general a todos los comprometidos en las pasadas altera~
ciones del Reino.
SETIEMBRE 18. - La Real Audiencia de Santa Fe hace
saber al Arzobispo Virrey que vista la causa de Ambrosio Pis-
co, que se denominaba Cacique de Bogotá, ha sido comprendi-
do en la gracia de indulto y mandado desembargar sus bienes.
SETIEMBRE 20. - El Arzobispo Virrey ordena al Gober-
nador de Cartagena haga salir de la prisión a Pisco, y le pre-
viene lo detenga en esa plaza con el pretexto que le parezca,
obligándole a que se presente diariamente en su dspacho, sin
molestarlo de otro modo.
OCTUBRE 15. - Hace saber el Arzobispo Virrey al Mi-
nistro de Indias, don José de Gálvez, que mantendrá en Car-
tagena a Pisco hasta que impuesto el Rey de todo, resuelva
si será más acertado trasladarlo a España o mantenerln don-
de se halla, con las precauciones y cuidados necesarios. para
que nunca vuelva a su domicilio.
NOVIEMBRE 17. - Depuestos previamente de sus car-
gos el Administrador de Correos don Manuel García Olano y
el Contador Interventor del mismo ramo don Jerónimo de Men·
daza, ambos españoles peninsulares, son arrestados en San-
ta Fe.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 365

NOVIEMBRE 18. - Nombrados en interinidad por el


Arzobispo Virrey don Juan de León y Páez y don José Anto-
nio Rodríguez, se les pone en posesión de los cargos de Ad-
ministrador e Interventor de Coreros, en reemplazo de los
empl~ados depuestos.

1783

ENERO 20. - Suscribe el Conde de Aranda en Versalles


el tratado preliminar de paz entre España y la Gran Bretaña.
ENERO 31. - Comunica el Arzobispo Virrey al Ministro
de Indias haber extrañado de Santa Fe al doctor don Fran-
cisco Antonio Vélez, como perjudicial a la quietud pública, se-
gún lo acreditó en el tiempo de las pasadas alteraciones del
Reino, jactándose de haber sido nombrado Capitán de los Co-
mtmeros en Zipaquirá.
ENERO 31. - Comunica el Arzobispo Virrey al Conde de
Floridablanca haber confinado a la provincia de Santa Marta
a don Manuel Garcia Olano y a don Jerónimo de Mendoza.
FEBRERO 25. - promuévese al Regente de la Audien-
cia de Santa Fe don Juan Gutiérrez de Piñeres, a la plaza de
Ministro Togado del Consejo de Indias, vacante por el falle-
cimiento de don Basilio de Villarrasa.
MARZO - Entrevista de don Vicente de Aguiar y don
Dionisio de Contreras, nombres supuestos de Jefes Comuneros,
con el Capitán italiano de navío don Luis Vidalle, en Curazao,
en la cual le comisionan para presentar al Ministerio britá-
nico sus proposiciones en demanda de materiales de guerra
para iniciar la independencia contra la metrópoli española, y
hacer las gestiones necesarias para adquirir el armamento
que solicitan.
MARZO 24. - Reconoce España la independencia de los
Estados Unidos de Norte América, y firma después un tratado
de paz y comercio con aquella nación.
MARZO 27. - Nombra el Arzobispo Virrey a don Salva-
dor Plata Juez Subdelegado de las reales rentas en las villas
de San Gil y el Socorro, "recordando -dice- el particular
servicio que hizo al Rey, y teniendo a la vista los documentos
con que ha hecho constar su fidelidad en aquellos calamitosos
tiempos"; y le señala un sueldo de dos mil pesos anuales.

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366 PiU3LO E. CARDENAS ACOSTA

ABRIL 7. - POl'real decreta confirma el Rey de Espana


el nombramiento hecho en interinidad en la persona del Ar-
zobispo Caballero y Gongora, para ejercer el mando del Vi-
rreinato del Nuevo Reino de Granada.
MAYO 25. - Nombrase en propiedad, en Aranjuez, al
Arzobispo don Antonio Caballero y Gongora, Virrey y Capi-
tan General del Nuevo Reino de Granada.
MAYO 30. - Nombrase en propiedad, en Aranjuez, Re-
gente de la Real Audiencia de Santa Fe a don Jose Ferrer, por
ascenso de don Juan Gutierrez de Pifieres a la plaza de Minis-
tro Togado del Consejo de Indias.
SETIEMBRE 3. - Firma en Paris el Conde de Aranda,
Embajador de Carlos Tercero, el tratado defintivo de paz entre
Espana y la Gran Bretafia, que pone termino a la guerra de
cuatro afios (1779 a 1783) entre las dos potencias.
OCTUBRE 24. - Ordenase al Arzobispo Virrey prevenir
a don Juan Gutierrez de Pifieres que sin esperar la llegada de
su sucesor vaya a servir su empleo de Ministro del Consejo
de Indias.
NOVIEMBRE 19. - Ratifica el Arzobispo Virrey el jura-
mento de fidelidad prestado el 15 de junio de 1782.
DICIEMBRE 7. -Sale de Santa Fe, en viaje de regreso
a Espana, el ex-Regente de la Real Audiencia don Juan Gutie-
rrez de Plfieres.

1784

FEBRERO. - Aparecen en Londres don Juan Bautista


Morales y don Antonio Pita, comisionados para adquirir ma-
teriales de guerra para la independencia del Nuevo Reino de
Granada.
MAYO 12. - Presenta don Luis Vidalle al Ministerio bri-
tanico las proposiciones de don Vicente de Aguiar y don Dio-
nisio de Contreras, en demanda del armamento para la inde-
pedencia del Nuevo Reino de Granada.
MAYO 12. - Presenta don LUi~Vidalle al Ministerio bri-
tanico informe sobre las proposiciones de don Vicente de
Aguiar y don Dionisio de Contreras y sobre la personalidad
de estes.
MAYO 31. - Comunica el Arzobispo Virrey al Ministro
de Indias haber dado la correspondiente orden para que don
Manuel Garcia Olano marche en partida de registro a Espa-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 367

ña y que se embarque en la fragata del Rey "Nuestra Señora


de la O", próxima a darse a la vela.
JUNIO 15. - Comunica el Ministro de Indias al Arzobis-
po Virrey la orden de reducir a prisión y encerrarle de por vida
en el castillo de San Felipe de Barajas, de Cartagena, a don
Jorge Lozano de Peralta, por haber conmovido el Reino y sem-
brado la semilla de la deslealtad con sus escritos sediciosos; y
asimismo a su confidente Fray Ciriaco de Archila, que será
confinado en uno de los conventos de su Orden en la Corte.
JUNIO 15. - Dispónese por Real orden, dirigida al Arzo-
bispo Virrey, para asegurar la tranquilidad en lo sucesivo, en
estos dominios, que se esecarmiente y castigue a los sedicio-
80S de las pasadas alteraciones del Reino.
JUNIO 18. -- Llega a Santa Fe don José Ferrer, nuevo Re-
gente de la Real Audiencia.
JUNIO 19. - Denúnciase ante el Embajador de España
en Londres, don Bernardo del Campo, la llegada de don Juan
Bautista Morales y don Antonio Pita, Emisarios de los Jefes
de los Comuneros..
JUNIO 21. - Ante el Virrey y Oidores de la Real Au-
diencia de Santa Fe presta don José Ferrer el juramento de
Fidelidad y toma posesión de la dignidad de Regente.
JULIO. 20. - El eclesiástico católico irlandés Dionisio
O'Driscol denuncia al Embajador de España en Londres las
gestiones de don Luis Vidalle, dirigidas a adquirir el arma-
mento necesario para la emancipación del Nuevo Reino de
Granada.
JULIO - El Embajador de España en Londres comunica
al Conde de Floridablanca las gestiones de don Luis Vidalle
ante el gobierno británico, como comisionando de don Vicen-
te de Aguiar y don Dionisio de Contreras, para adquirir el ar-
mamento para la emancipación del Nuevo Reino de Granada.
AGOSTO 9. - El Ministro de Indias previene al Arzobis-
po Virrey de Santa Fe proceda a hacer asegurar las personas
de don Vicente de Aguiar y don Dionisio de Contreras, reco-
ger sus papeles y seguirles causa.
AGOSTO 27. - Comunica el Ministro de Indias al Conde
don Bernardo de Gálvez, residente entonces en la Habana, las
prevenciones hechas al Virrey de Santa Fe y al Gobernador
e Intendente de Caracas, en relación con las gestiones de Vi-
dalle en Londres y con las personas de Aguiar y de Contreras.

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368 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

SETIEMBRE28. - El Embajador de España en Londres',


don Bernardo del Campo, comunica al Conde de Floridablan-
ea las úí1timas noticias relativas a las gestiones de Vidalle y
a las personas de Morales y Pita.
DICIEMBRE 24. - El Capitán General e Intendente de
Caracas comunica al Ministro de Indias las providencias to-
madas contra los proyectos de Vidalle y sus compañeros y los
informes que ha obtenido sobre las personas de Aguiar y de
Contreras.

1785

ABRIL 21. - El Ministro de Indias avisa de Aranjuez al


Arzobispo Virrey de Santa Fe, haber sido reducido a prisión
en Francia y puesto a disposición del gobierno español, por
condu.cto ('I.e 1':111': agentes. la persona de don Luis Vidalle. a
quien se traslada preso a España, con uno de sus SOClOS.

1786

JULIO 22... ~ El Conde de Aranda, Embajador de España


en Paris, informa al Conde de Floridablanca sobre las denun-
cias por él recibidas, en relación con las gestiones de don Luis
Vidalle ante el Ministerio británico.

1788

DICIEMBRE 14. - Muere en Madrid en horas de la ma-


drugada el Rey de España don Carlos Tercero de Barbón.

1789

FEBRERO 24. - El Arzobispo Virrey de Santa Fe, don


Antonio Caballero y Góngora, en el pueblo de Santa Catalina
de Turbaco, cede a título gratuito, por escritura pública, al
Rey de España, para mansión de los virreyes del Nuevo Reino
de Granada, la casa de su propiedad en aquel lugar, termina-
da en 1788, en cuya construcción gastó de los sueldos por él

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 369

devengados como Virrey, diez y ocho mil quinientos treinta


y un pesos.
AGOSTO 4. - proclámanse en Paris los Derechos del
Hombre, en sesión nocturna de la Asamblea Constituyente.

1795

MAYO30. - Otorga Berbeo, su memoria testamental en la


villa del Socorro, ante el Alcalde ordinario don Juan Antonio
Durán, por ausencia del Escribano público entonces.
JUNIO 28. - Muere Berbeo en la villa del Socorro.
JUNIO 29. - En conformidad con una cláusula del testa-
mento, es sepultado en la iglesia parroquial del Socorro el ca-
dáver de Berbeo.

* * *

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APENDICE

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APENDICE

NÓMINADE CAPITANES DE LOS COMUNEROSQUE NO


CONCURRIERON AL CAMPAMENTOGENERAL DE
ZIPAQUIRA

Capitán de Bochalema, D. Pedro Antonio GÓmez.


Capitanes de Bucaramanga, .. D. Manuel Mutis,
D. Manuel García.
Capitanes de Cácota de Suratá, D. Antonio Javier Lobo Gue-
rrero y Serrano,
D. Juan Ignacio Acebedo,
D. Eusebio Durán,
D. Diego Blanco.
Capitanes de Cepitá, . D. Juan Ignacio de Ortega,
D. Gregorio de Uribe.
Capitanes de Cincelada, ..... D. Juan Alejandro Chacón,
D. Alejo José Chacón de Torres
D. Gabino José de Vargas,
Dr. D. Pedro Ambrosio Ruiz.
Capitanes de Culatas o Confi-
nes, D. Pablo de Uribe.
D. Juan Agustín Amorocho.
Capitán de Curití, D. Francisco Castellanos.
Capitanes de Chire, D. Gregorio Bohórquez,
D. Eugenio Bohórquez.
Capitanes de El Real de Chi-
quinquirá o San Laureano,. D. Ignacio Rey,
D. Ramón García,
D. Francisco Acebedo y Peña-
losa,

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374 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Capitanes de Girón, . D. Pablo Antonio Valenzuela,


D. Adriano Salas,
D. Tomás Navarro.
Capitán de Guaca, . D. Benedicto Carvajal.
Capitanes de San Bartolomé de
Honda, . Esteban Castañeda,
Manuel Castañeda,
Luis Beamonte,
D. Diego de Rivera y Carras-
quina,
D. Juan de los Santos.
Capitanes de La Concepción, . D. Tomás de Cáceres,
D. Pedro José de Angarita,
D. Salvador Ignacio de la
Fuente,
D. Gregorio de Palencia,
D. Juan Ignacio Rincón.
Capitanes de La Robada, ..... D. l'~icolásOrtiz,
D. Matías de ArdUa.
Capitanes de La Matanza, ... D. Pedro Javier Serrano y Du-
rán,
D. Antonio José de Alarcón y
Reyes,
D. Miguel Esteban.
D. Agustín Guerrero.
Capitán General de Los Llanos, D. Francisco Javier de Men-
doza.
Capitanes de Málaga, . D. José María Franqui,
D. Isidro Galvis,
D. Bernardo de Herrera
Capitán de Miraflores, D. Francisco Ignacio de Sala-
manca.
Capitanes de Mogotes, D. Manuel de la Prada,
D. Joaquín Forero.
Capitanes de Moniquirá, ..... D. Francisco Pinzón,
D. Pedro Tomás Tello.
Capitanes de Ocaña, . D. Miguel Antonio Rizo,
D. Antonio Luis Jácome,
D. Diego José Jácome.
Capitanes de Oiba, . D. Salvador Garzón,
D. José Toledo,

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781
375

Capitanes de Oiba, D. Bernardo Campos.


Capitanes de Pamplona, Dr. D. Luis Caceres Enciso,
D. Manuel de Caceres Enciso,
D. Luis Francisco Quiros,
D. Jose Javier Gallardo,
D. Marcos Antonio Hernandez.
Alfereces de Pamplona, D. Ignacio Bermudez y Canas,
D. Antonio Bermudez.
Sargentos de Pamplona, ..... Joaquin Medina,
Silvestre Carnero,
Miguel Suarez.
Capitanes del Pie de la Cuesta, D. Pedro Mantilla,
D. Manuel Rey.
Capitan de Riachuelo, D. Juan Jose Pilonieta.
Capitanes del Rosario de Cu-
cuta, D. Antonio Diaz de Rueda,
D. Martin de Omafia y Ga-
lavis,
D. Ambrosio Javier de Castro.
Capitanes de Sacaojal y sope-
tran, D. Juan Bautista Herrera,
Juan de la Lastra,
Diego Montoya,
Pablo Ruiz.
Capitanes de Salazar de las
Palmas, D. Carlos Galavis,
D. Fernando de la Rosa y Ma-
drid,
D. Salvador de Silva,
D. Juan Jose de Molina,
D. Jose Ignacio de Riojas,
D. Diego Eslava,
D. Fernando de Valderrama.
Capitanes de San Andres, .... D. Benedicto Carvajal,
D. Antonio Jerez.
Capitan de San Cayetano de
Zulia, D.Joaquin Yanez Caballero.
Capitan de San Faustino, D. Antonio Salas.
Capitanes Generales de San
Gil, D. Ignacio Fernandez de Saa-
vedra,

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376 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

Capitanes Generales de San D. Ignacio Apolinar de Bue-


Gil, nahora,
D. Miguel Reyes,
D. Manuel Joaquín de Rueda
Rosales.
Capitanes de San José de Cú-
cuta, D. Juan Agustín Santander,
D. Manuel de la Torre y An-
gulo.
Capitán de Santa Ana, Dr. D. Fernando del Ferro.
Capitán de Santa Rosa de Ce-
rinza, D. Diego García.
Capitán de Servitá, D. Vicente Pineda.
Capitán de Sesquilé, D. Felipe Bernal.
Capitán de Silos, _ D. Agustín Peña.
Capitanes de Soat.á, D. Juan Bautista de palencia,
D. Francisco Cifuentes y Cár-
denas.
Capitanes Generales del Soco-
rro, D. Antonio José Monsalve,
D. Francisco Rosillo,
Dr. Don Ramón Ramírez,
D. Salvador Plata,
D. José Antonio Estévez.
Capitanes del Socorro, D. Diego de Ardila,
D. Juan Gregorio de Uribe,
D. José Antonio Ferreira,
D. Andrés Navarro y Moreno,
D. Antonio Luque.
Capitanes de Tumaco, D. Francisco Sánchez de la
Flor,
D. Raimundo Montaña.
Capitanes Generales de Tunja, D. Juan Agustín Niño y AI-
varez,
D. Juan José Saravia.
Capitán General de Vélez, D. Gabriel José de Silva.
Capitanes de Vélez, D. Miguel de Sotomonte,
D. Mariano Pinzón y Olarte,
D. Joaquín Pinzón y Santos,
D. Carlos Pinzón.
Capitán de Zapatoca, D. Juan de la Cruz de Rueda.

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AUTORIZADOSJUICIOS SOBRE EL LIBRO
LOS COMUNEROS

Mi distinguido colega:
Recibí su precioso libro acerca de Los Comuneros, por el
cual le felicito muy sinceramente. Ha documentado V. un su-
ceso que bien merecía la atención de los historiadores por ser
un chispazo revelador del ambiente, y un prolegómeno de ne-
cesario conocimiento para comprender la revolución neogra-
nadina. Presta un gran servicio a las letras históricas. Lo rea-
liza bien y cumplidamente. Mi renovada enhorabuena.
Su afmo.,
ANTONIO BALLESTEROS BERETTA,
De la Real Academia Española de la Historia.

Fué don Antonio Ballesteros Beretta historiador de alto


y merecido renombre en España y las naciones de habla cas-
tellana; autor de la Historia de España y su Influencia en la
Historia Universal (nueve tomos en cuarto mayor, de 600 a
900 página cada uno), Síntesis de Historia de España, precio-
so libro de 526 páginas, en cuarto mayor, Historia de América,
de singular importancia, en varios tomos, y otros estudios que
le conquistaron celebridad imperecedera.
Fué asimismo don Antonio Ballesteros Beretta Individuo
de número de la Real Academia Española de la Historia. Ca-
tedrático de Historia de España y de Historia de América en
la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central
de Madrid. Miembro correspondeinte de la Academia de Bue-

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378 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

nas Letras de Barcelona. Socio correspondiente de la "Gesell-


schaft del' Wissenschaften zu Gottingen". Correspondiente de
la Academia Nacional de la Historia de los Estados Unidos
de Venezuela, de la Academia Colombiana de Historia, de la
Academia Nacional de Historia de la República del Ecuador,
de la Academia de la Historia de la República de Cuba y de
la Junta de Historia y Numismática americana de Buenos
Aires. Miembro de la "Societé des Americanistes de Paris".
Ex-Presidente de la Sección de Ciencias Históricas del Ateneo
de Madrid. Abogado del ilustre Colegio de Madrid, Director del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Gon-
zalo Fernández de Oviedo. Secretario de la Real Academia Es··
pañola de la Historia.

***
UN LIH.H.O ADIvíIRABLE

LOS COMUNEROS.
Yo no conocía al doctor Cárdenas Acosta como historia-
dor. Después de leer su libro "Los Comuneros" es preciso re-
conocer que quien escribe en pulcro estilo sobre tema que ha
estudiado a fondo, es un historiador de serias disciplinas y crí-
tico que contradice a otros que han compuesto obras acerca
del mismo asunto, aduciendo documentos probatorios de sus
puntos de vista, desconocidos.
Es el autor de "Los Comuneros" severo historiador en la
censura de los errores históricos por otros cometidos y guarda
la compostura del lenguaje propio de quien desea ante todo,
sacar triunfante la verdad. Analiza con firme dialéctica todas
las monografías que han sido escritas acerca de la insurrección
de los comuneros del Socorro. Después de leer trescientas pá-
ginas del libro de Cárdenas Acosta inclínase uno a declarar
que el historiador boyacense ha compuesto una obra verda-
deramente seria sobre los acontecimientos de 1781 en el Nue-
vo Reino y los hombres que acaudillaron a las masas insu-
rrectas.
Analiza el señor Cárdenas Acosta, con penetrante espíritu
crítico, cuantas monografías más o menos extensas y más o
menos documentadas se han publicado acerca de la insurrec·
ción popular que correspondió en Nueva Granada al alzamien-
to de vastas proyecciones de Túpac Amaru.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 379

He anotado antes, que el historiador, cuya erudita obra


comento tan brevemente, analiza con severa dialéctica todas
las monografías escritas acerca de la Revolución de los Comu-
neros. A todos vése obligado a hacerles graves reparos, fun-
dados en los documentos que aduce. Comprueba, rectificando
la conferencia "Duda Histórica", leída por Raimundo Rivas
en la Academia Colombiana de Historia, que sí hubo conatos
de independencia de España en el levantamiento del Socorro.
La tesis de Cárdenas al sostener que sí tuvieron algunos de los
Comuneros el propósito de valerse de la insurrección del Soco-
rro, antes y después de las Capitulaciones de Zipaquirá, para
intentar la independencia de Nueva Granada, me parece bien
probada.
Al libro "Los Comuneros" del renombrado sociólogo, don
Germán Arciniegas, le formula el historiador tunjano repeti-
das censuras. Juzga la obra del joven escritor, quien tan
aplaudido es en los círculos intelectuales del Nuevo Mundo,
una historia novelada, a la manera de los libros, tan numero-
sos como amenos, compuestos por eminentes israelitas. Es se-
vero en su crítica Cárdenas Acosta. Es un historiador riguro-
so que nada se aventura a decir si no posee el documento au-
téntico de primera mano, si es posible. Hasta donde el autol
de estas líneas tiene derecho a expresar su opinión, no vacila
en decir que "Los Comuneros", de Pablo E. Cárdenas Acosta,
es una obra de vasta erudición, escrita con el único pensa-
miento de poner en claro la verdad histórica. Un crítico e in-
vestigador desapasionado como Cárdenas Acosta honra la his-
t.oria y las letras.
Llévele esta nota el modesto aplauso de
MAX GRILLO

•••••••••

Al reanudar las labores en este año de gracia, debo ma-


nifestar a usted, en nombre de la Academia Antioqueña de
Historia y en el mío propio, la complacencia y el vivo agrade-
cimiento por el obsequio de su importante obra Los Comuneros.
He tenido oportunidad de leer con todo cuidado dicha
obra y me ha sido muy grato ver que en ella pone usted los
puntos en las ies y rectifica punto por punto los múltiples
errores que se han publicado alrededor de ese tema, por otra

Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia
380 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

parte tan interesante desde el punto de vista de la génesis de


nuestro movimiento emancipador.
Con su libro y con la obra más completa aun que usted
3.nuncia sobre el movimiento comunal de 1781 en Nueva Gra-
nada, la historia patria ganará inmensamente y vamos a tener
una información veraz, ajena a la fábula y basada en docu-
mentos fehacientes, acerca de aquellas manifestaciones de re-
beldía colectiva.
Reitero a usted nuestros agradecimientos por el valioso ob-
sequio y nuestras felicitaciones por su contribución a las in-
vestigaciones históricas.

EMILIO ROBLEDO, Presidente de la Academia Antio-


queña de Historia.

***
El erudito y sabio historiador doctor Pablo E. Cárdenas
Acosta, acaba de publicar una obra importantísima sobre este
interesante tema. El autor es ya un historiador consagrado
por su sólida ilustración, su sereno criterio, su castiza dicción
cervantina, su cultura general vastísima en doctas discipli-
nas espirituales.
El tema es sugerente y patriótico; de interés sustantivo y
elocuente. Tiene el libro citado reivindicaciones históricas y
juicios críticos documentalmente justificados. Es una contri-
bución necesaria y meritoria para la historia de nuestro país,
porque el movimeinto de los Comuneros fué la chispa más es-
plendorosa que se observó en el cielo de la Patria, cuando se
preparaba en los corazones de los patriotas el augusto movi-
miento de la libertad.

En dicha obra se tratan tópicos de sumo interés cuales


son los siguientes: El Motín de Simacota. El Motín de Mo-
gotes. El Motín de Charalá, en 1780. El Salvoconducto de los
jefes vencedores en el Puente Real en 1781. Los documentos
de las capitulaciones de Zipaquirá. La carta de Galán. Las ac-
tuaciones de Berbeo. El acta secreta de ese movimiento, y en
una palabra, toda la documentación oficial y reservada de esa
época. No pretendemos dar todos los detalles completos de
este importante movimiento, pues son suficientemente conoci-
dos de todos los que han leído con atención la Historia de Co-

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 381

lombia. Y hoy solamente pretendemos admirar con efusiva


sinceridad la obra muy meritoria del doctor Pablo E. Cárde-
nas Acosta. Muy bien dice el doctor Cárdenas Acosta que casi
todas las publicaciones sobre este tema son inexactas e in-
completas. Sólo una, continúa, la del historiador Manuel Bri-
ceño, está justificada en sus principales aserciones con docu-
mentos de innegable valor histórico; pero sin embargo, tiene
juicios falsos y equivocaciones substanciales. Por eso justamen-
te cita los dos pensamientos de F'ournier y de Carlyle; el pri-
mero dice: "Todo lo que el error pierde lo gana la verdad". Y
el see;undo afirma: "El primero de todos los Evangelios es éste:
que no puede durar por siempre una mentira".
En la Academia Antioqueña de Historia, a la cual tene-
mos el honor de pertenecer, en su sesión del día 5 de febrero
de 1946, fué comentada con elogio la obra admirable del doc-
tor Pablo E. Cárdenas Acosta. El Presidente, doctor Emilio
Robledo, habló de los interesantes méritos de esta publicación
histórica; ya es muy conocida la obra por los Académicos an-
tioqueños y por los aficionados a esta clase de estudios en el
vastísL'110campo de la diosa Clío.
Merece muy cordiales felicitaciones el sapiente y distin-
guido historiador doctor Cárdenas Acosta, por esta valiosa con-
tribución al estudio de la Historia de Colombia. Esta obra no
debe faltarle a ningún intelectual en su biblioteca, porque ella
rectifica y aclara conceptos erróneos y dudosos, promulga y
muest.ra documentaciones ignoradas, y pone, como se dice,
los punt.os sobre las íes en ese estudio complicado de la revo-
lución de los Comuneros. Esa revolución fué una semilla su-
blime de libertad, que más tarde abonaron ardientemente Ca-
milo Torres, el .sabio Caldas y don Antonio Nariño, para cris-
talizar en la bella página de la Independencia, realizada por
el Libertador. La obra de Cárdenas Acosta es sustantiva, elo-
cuente, meritoria y patriótica. Por estas causas debemos aplau-
dirla y estudiarla todos los colombianos con tesonero ahínco,
con cariño y con vehemente entusiasmo, porque es la obra
más completa y más importante que hasta hoy se ha publica-
do en Colombia, sobre la importante revolución de los Comu-
neros en el año de 1781.
SAMUEL ARTURO MEZA y POSADA,De las Academias
de Historia de Antioquia, de Tunja y de Santa Fe de Antioquia.
***

Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia
382 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

De veras le agradezco ese regalo de la inteligencia. Leí su


escrito con el interés que me inspira todo lo suyo. Me parece
que los razonamientos de usted son irrefutables, de una dia-
léctica implacable, cruel si se quiere, pero justiciera, porque
mata una petulancia falaz y hondamente peligrosa.
Con el análisis de usted nada queda en pie, porque nada
debía subsistir. Esas lecciones severas se hacen cada vez más
raras en estos tiempos, y por eso son tan provechosas, para
que los charlatanes no se disfracen de sabios y los intonsos se
persuadan de que es más difícil escribir historia que tejer fá-
bulas.
Usted habrá observado que se generaliza la táctica de ha-
cerse a ciertas influencias para obtener la consagración de es-
critor, de jurista. de pensador, sin mérito intrínseco ... Los
necios se sienten con eso satisfechos, pero la maniobra no re-
tii~te la prueba del tieIi1po. La hGjarasca. se dC3huce en la co-
rriente de los años, sin dejar siquiera el recuerdo de su ruido
efímero. Dicho está que sólo la verdad perdura.
No me sorprendería que el juicio de usted tuviera una de
esas respuestas de arrabal con que la inepcia vencida suele
disimular su impotencia. Pero no. En esa lid usted no tiene ad-
versario. El contricante quedó sin fuerzas para quejarse.
Lo felicita efusivamente su invariable estimador,

GUILERMO SALAMANCA

* ••

Tengo el placer de acusar recibo, por medio de ésta, de su


magnífico estudio intitulado "Los Comuneros", libro que us-
ted tuvo la gentileza de remitirme con dedicatoria que me
abruma.
He leído su trabajo con enorme atención, como cumple
hacerla con libros de esta clase. En verdad es una completa
"reivindicación histórica", donde usted pone en relieve sus
enormes conocimientos sobre tema tan apasionante. Sin lu-
gar a duda, aquí se demuestra que todos los que han tratado
este tópico han errado por falta de completa información.
Me atrevo a rogar a usted escribir la historia de este epi-
sodio, génesis de nuestra independencia. Está muy bien la po-
lémica para despejar errores. Ya usted cumplió esta etapa

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 383

maravillosamente. Ahora falta una relación clara, circunstan-


ciada, en la que, sus investigaciones sorprendentes, sirvan de
guía al que desee cooncer este episodio de nuestra historia.
CARLOS CORTÉS VARGAS, Miembro de Número de la
Academia Colombiana de Historia.

/
***
Al finalizarse el año de 1945 vió la luz uno de los libros
más interesantes que haya producido últimamente la histo-
l'iografía colombiana y sobre el cual, sin embargo, la prensa
del país ha guardado silencio, pero silencio respetuoso, ya que
un elogio, por modesto que fuera, que muy bien lo merece en
grado máximo, lastimaría de rebote a distinguidos escritores
que hoy por hoy gozan de gran popularidad y son los favoritos
de la prensa capitalina o sus directores. Así lo previó el mis-
mo autor, cuando dijo en su preámbulo: "Escribimos historia
para lectores póstumos de no inficionado criterio".
En efecto, la obra del señor Cárdenas Acosta es una crí-
tica documentada de valiente rectificación histórica, que deja
en muy mal pie a la mayoría, por no decir a la totalidad de
quienes hasta hoy habían querido historiar la revolución de
1781 que se llamó de los Comuneros, en el Nuevo Reino de
Granada, y presenta en su verdadero valor a quien fué el eje
y motor del histórico movimiento que agrietó la hasta enton-
ces inexpugnable fortaleza del poder español en América.
En el libro que comentamos, cada aserción, cada hecho,
'le halla respaldado con la cita exacta del documento que la
inspiró o del cual fué tomado, citas que se encuentran al fi-
nalizar cada capítulo de la obra. Contiene ésta, además, una
serie de documentos inéditos que sirve para dar aún más con-
sistencia a la ímproba labor que por varios años ocupó la in-
teligencia de uno de los más conspicuos miembros de nues-
tro Centro de Historia de Boyacá.
Del libro del señor Cárdenas Acosta surge la figura de
don Juan Francisco Berbeo, alma y vida de aquella tremenda
avéntura que fué la revolución de los Comuneros, con carac-
teres definidos y luminosos que varían completamente la fiso-
nomía moral y aun física que todos los colombianos teníamos
de aquel hombre que en la noche colonial fué capaz de levan-
tar contra la corona de España, en justa reivindicación de
primordiales derechos humanos, un ejército de veinte mil com-

Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia
384 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

batientes, tan numeroso y respetable que ni el Padre y Liber-


tador de Colombia pudo reunir bajo sus órdenes en un mo-
mento dado.
La obra del señor Cárdenas Acosta tendrá que ser nece-
sariamente consultada por qiuenes en adelante quieran escri-
bir con criterio seguro la verdad histórica sobre la época en
que se produjeron los primeros conatos de nuestra emancipa-
ción de España y servirá para revaluar equivocados conceptos
que, a fuerza de ser repetidos pasaban ya como verdaderos,
no sólo entre los aficionados a la historia, sino lo que es más
grave, dentro del mismo recinto de los salones académicos.
Ojalá que muy pronto el estudioso autor de "Los Comu-
neros", dé a la publicidad ese otro libro que nos anuncia '~on
copiosa documentación inédita y que titula "El Movimiento
Comunal de 1781 en el Nuevo Reino de Granada", ya que su
primera obra ha. sido, para qiuenes il0 conocÍa¡} la erudita
preparación de su autor, una verdadera revelación en el cam-
po histórico nacional.
ULISES ROJAS,
Presidente de la Academia Boyacense de Historia.

* * *
No nos acaba de sorprender sino de deleitar la nueba obra
que con abrumadora dedicatoria nos acaba de obsequiar el doc-
tor Cárdenas Acosta. Qué volumen tan documentado presen-
t?. al público. "Los Comuneros" será un libro de obligada con-
sulta para todo el que quiera escribir sobre los precursores de
la independencia, porque cada aseveración de Cárdenas Acos-
ta está respaldada con un documento de primera magnitud.
Nada de probabilidades, nada de pareceres tan en moda en el
campo, histórico, en que se apoyan muchas obras. En este vo-
lumen, edición príncipe, la documentación le da carácter ma-
temático y la convicción brota de manera inflexible y verti-
cal. No sabemos si Cárdenas Acosta pertenece a la Academia
de Historia Nacional, pero si no lo fuere, esta obra le da de-
recho a entrar en el areópago de los centinelas del pasado.

Fray FRANCISCO MORA DíAZ, Miembro de Número de


la Academia Boyacense de Historia.

* * •.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 385

Hace ya tiempo que recibí su magnífica obra "Los Co-


muneros".
Leí su libro con verdadero interés, comenzando por im-
presionarme favorablemente las acertadísimas afirmaciones
que hace usted en el preámbulo. Su magnífica obra constitu-
ye una estupenda aportación para el estudio del movimiento
comunal de 1781 y es de desear que pronto dé a la estampa, si
ya no lo ha hecho, el libro que perpara sobre el msimo asunto.

ENRIQUE MARCO DORTA,


Catedrático de la Universidad de Sevilla.

Sevilla (España), 19 de diciembre de 1946.

***

"LOS COMUNEROS"

(Informe) .

Es interesante, de verdad, el libro "Los Comuneros", que


recientemente publicó el académico doctor Pablo E. Cárdenas
Acosta.
Encabezan el preámbulo de dicho libro las siguientes pa-
labras de Eduardo Fournier: "Todo lo que el'l'or pierde lo gana
la verdad".
Es la producción intelectual del doctor Cárdenas Acosta
una victoria de la verdad sobre los errores contenidos en obras,
bocetos, conferencias y datos biográficos de más de una doce-
na de compatriotas nuestros, y de más de un ilustre extran-
jero, en relación con la revolución de los Comuneros.
Con argumentación robusta y con documentos de auten-
ticidad insospechable, cuidadosamente consultados en el Ar-
chivo de la Biblioteca Nacional, en el General de Indias, de Se-
villa, en archivos históricos seccionales y bibliotecas particu-
lares, es decir, con crítica ilustrada refuta los errores históri-
cos de escritores que, interesados más por la forma de sus es-
critos o en darles interés dramático a los hechos, sacrifican la
verdad adulterándola, ocultándola o mutilándola.

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386 PABLO 1:. OARDENAB AOOSTA

Con documentos inéditos unos, y otros que ya han sido


conocidos fuera de los archivos históricos, pone en claro el
autor de "Los Comuneros" la personalidad del ilustre Jefe del
movimiento don Juan Francisco Berbeo, defendiendo su mc-
moria de gratuitos detractores; determina el puesto y valor
de las actuaciones del valeroso comunero José Antonio Galán;
prueba cómoen el movimiento, si bien con la inteligencia y sa-
gacidad que distinguieron a Berbeo, se exteriorizó la fidelidad
al M.onarcaespañol, iba encaminado en lo interior la idea de in-
dependencia; y, en fin, aclara el movimiento comunal de 1781;
determina el papel que cada uno de los dirigentes desempeñó
en él y cuáles fueron los actos de las autoridades españolas
de la época, haciendo una crítica ilustrada de corrección de
errores de autores que han hecho exposiciones sobre ese acon-
tecimiento histórico.
Se deduce de lo anterior ia utilidad y la nEccsidlld gran-
de de que todos los colombianos, pero sobre todo los profeso-
res de hi~toria patria, consulten el libro "Los Comuneros" del
doctor Cárdenas Acosta, y también el interesantísimo que tie-
ne en preparación, intitulado "El Movimiento Comunal de
1781 en el Nuevo Reino de Granada".
El libro del doctor Cárdenas Acosta representa una reac-
ción contra esa moda de escribir historia novelada, que tantos
estragos ha causado en el severo campo de la verdad.
La obra del doctor Cárdenas Acosta, al volver por los fue-
ros de la historia, en su acepción clásica, le presta al país un
servicio invaluable, que las corporaciones como la nuestra, es-
tán en el deber de exaltar, aplaudir y alabar.
Dejamos en estos términos formulado el concepto que se
nos ha pedido sobre el reciente libro "Los Comuneros", de uno
de nuestros más eruditos y autorizados colegas, no sin formu-
lar antes un fervoroso aplauso para el autor de la obra más
importante, documentada y seria que hasta hoy se haya es-
crito sobre la revolución granadina de 1781.
Tunja, 7 de julio de 1946.

LEONIDAS CELY G. - ULISES ROJAS, Miembros de


Número de la Academia Boyacense de Historia .

•••

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EL MOVIMIENTO COMUNAL DE 1781 387

PABLOE. CÁRDENAS ACOSTA. - "Los Comuneros" (Reivindica-


.ciones Históricas y Juicios Críticos documentalmente jus-
tificados). Bogotá, 1945.

Dedica el historiador este libro al levantamiento de los Co-


muneros del Socorro, y lo forman una seria y cuidadosa docu-
mentación y una crítica contra los autores que anteriormente
han tratado el tema, con la excepción de don Manuel Brice-
ño. La obra de éste "Los Comuneros - Historia de la Insurrec-
ción de 1781", es la única que no considera el señor Cárdenas
"inexacta e incompleta", aunque "no exenta de juicios falsos
y de equivocaciones sustanciales". - A. l.

(Revista Hispánica Moderna - Casa Hispánica, Columbia


University. Director: Federico de Onís) .

• '" *

PABLOE. CÁRDENAS ACOSTA - "Del Vasallaje a la Insurrección


de los Comuneros" - Tunja, 1947.

Estudia este libro -del cual, como de todos los de su ín-


dole, sólo damos aquí breve noticia- la organización política
y administrativa en el régimen del vasallaje o régimen colo-
nial, la constitución de los pueblos que habitaban en Tunja y
Santa Fe y las instituciones que regían la servidumbre de los
indígenas y luego de los negros. Incluye un estudio del siste-
ma fiscal y una relación sobre los gobiernos de Fernando VI
y Carlos III. La investigación juiciosa, la documentación rica
y la prosa correcta le dan positivo valor. - A. 1.

(Revista Hispánica Moderna - Casa Hispánica, Columbia


University. Director: Federico de Onís).
(These clippings, which are sent to you with the compli-
ments of the Editors, appeared in vol. XIII, Nos. 1- 2 of the
Revista) .

'" '" '"

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388 PABLO E. CARDENAS ACOSTA

PABLOE. CARDENAS
ACOSTA
- "Los Comuneros" - Bogota, 1945.

Este libro es, hasta cierto punto, el esqueleto documental


de la obra del autor, ya en preparacion, y que se titulara "EI
Movimiento Comunal de 1781 en el Nuevo Reino de Granada".
En su preambulo el autor afirma que "Todas las monografias
publicadas hasta el dia en el pais, sobre el levantamiento de
los Comuneros del Socorro, son inexactas e incompletas; solo
una, la del historiador Manuel Briceno, aunque no exenta de
[auicios falsos y de equivocaciones substanciales, esta justi-
ficada en sus principales aserciones con documentos de inne-
gable valor historico: en las demas se desfiguran los hechos y
se tergi versa la verdad."
El proposito del libro es, pues, preparar el terreno para
el estudio total del asunto a base de un analisis y una eva-
Iuacion de los documentos y libros aqui lncluidos relativos al
tema. Si las susodichas monografias carecen de metodo cien-
tifico, no asi el libro del Sr. Cardenas Acosta que es notable
por Ia precision y el orden con que van presentadas las rna-
terias, acompafiadas a cada momento,como 10 estan, por de-
talladas not as explicativas y comprobantes. ~ J. F. S.

(Revista Hispanica Moderna - Casa Hispanica, Columbia


University. Director: Federico de Onis. 435 West 117th Street,
New York City).
(This clipping which are sent to you with the compli-
ments of the Editors, appeared in vol. XII, NQ 3 - 4 of the
Revista).

***
Acaba de aparecer el importantisimo libro de que es au-
tor el distinguido hombre de letras boyacense e historiador de
reconocida ilustracion y aquilatado patriotismo, doctor Pablo
E. Cardenas Acosta. titulado "Los Comuneros".
Esta obra es de notable importancia para la historia de
Colombia, ya que en ella se enderezan ,con el respaldo de una
profusa documentacion, multitud de errores y conceptos que
vienen corriendo como buena moneda por los campos de la
erudicion historica y que se refieren a 10 acaecido en el movi-
miento de los Comuneros.

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EL MOvrumNTo COMUNAL DE 1781 389

El contenido del libro del doctor Cárdenas Acosta se anun-


cia con exactitud en el subtítulo que reza: "Reivindaciones
Históricas y Juicios Críticos documentalmente justificados".
Porque en todas las páginas de "Los Comuneros", que hoy li-
geramente comentamos, se advierte la tenacidad encomiable
la pureza del gran movimiento insurreccional de 1781. que
por poner a t1ote, en su macisa y esbelta proporción, el cuer-
po de la verdad, y en desvanecer las sombras que menguan
quiéranlo o no sus analizadores ligeros, fué el grito primero de
nuestros pueblos sojuzgados y la primera y bronca llamada a
su liberación definitiva. En este nuevo libro sobre los Comu-
neros se refutan aseveraciones inexactas y todas las confuta-
ciones del autor vienen, como antes dijimos, no de cualquier
manera, sino después de la búsqueda y análisis a fondo de
los documentos que sobre el particular se requieren.
Por la sola nómina de los autores cuyas obras se rebaten
se puede suponer el interés que encierra el libro "Los Comu-
neros" y su real importancia. Pues bien es de suponer que
cuando en materia histórica se emprende contra autores del
prestigio de los que se mencionan en el libro que comentamos
y con plumas de tan fino temple como las de ellos, muy segu-
ros tienen que ser los argumentos y muy vasto el material
que se utiliza para confutarlos.
Esta breve nota la escribimos sin otra pretensión que la de
mostrar el entusiasmo que nos produce el hecho de que sea
un boyacense connotado y un hombre de finas cualidades men-
tales quien adelanta rectificaciones de la índole de las que se
hallan en el libro "Los Comuneros", que muestran muy alto
la inquietud y capacidad de los hombres de Boyacá.

CARLOS NOSSA MONROY

(Repertorio Boyacense, Año XXXIV, Núms. 138 Y 139,


Págs. 1401 y 1402. - Tunja, Enero y Febrero de 1946).

'" .•. '"

.....................................................
Como esto de la génesis del movimiento comunero y el
aclarar cual fué la población que lo inició, es a mi parecer un
punto de gran importancia en el tema de esta conferencia, per-

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390 PABLO :E. CAROEN'AS ACOST.A

mitaseme que con el auxilio de la muy bien documentada obra


del doctor Pablo E. Cárdenas Acosta titulada "Los Comune-
ros", y en mi humilde concepto la más importante que sobre
aquel grandioso acontecimiento se haya escrito hasta el mo-
mento, pongamos las cosas de acuerdo con la verdad histó-
rica.

HORACIO RODRíGUEZ PLATA, Miembro de Número de


la Academia Colombiana de Historia.

("Curso Superior de Historia de Colombia", Tomo 1, Se-


gunda Conferencia, página 42).

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BIBLlOGRAFIA HISTORICA

Academia Colombiana de Historia. Curso Superior de Historia de Colom-


bia. Tomo 1. Editorial A. B. C., Bogotá, 1950.
Academia Colombiana de Historia. Boletín de Historia y Antigiiedades.
1902-1960.Bogotá, Colombia.
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randa. Negociaciones. 1770-1810.Tomo XV. Tipografía Americana. Ca-
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Editor. Madrid, 1934.
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Ballesteros Gaibrois, Manuel. Historia de América. Ediciones Pegaso. Ma-
drid, 1946.
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va Granada en 1781. Tip. Giménez y Vacas. Sevilla, 1925.
Cárdenas Acosta, Pablo E. Los Comuneros. (Reivindicaciones Históricas y
Juicios Críticos documentalmente justificados). Editorial Minerva, Ltda.
Bogotá, 1945.
Cárdenas Acosta, Pablo E. Del Vasallaje a la Insurrección de los Comune·
ros. (La Provincia de Tunja en el Virreinato). Imprenta del Departa-
mento. Tunja, 1947.
Conde de Fernán-Núñez. Vida de Carlos 111.Librería de Fernando Fé. Ma-
drid, 1898.

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PABLO E. CARDENAS ACOSTA
392

Congreso Hispanoamericano de Historia. Causas y Caracteres de la Inde·


pendencia Hispanoamericana. Ediciones Cultura Hispánica. Madrid,.
1953.
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paña. imprenta de íos señores Matute y compagni. Marlrirl; lRfiR

Groot, José Manuel. Historia Eclesiástica y Civil de Nueva Granada. Im-


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desde su descubrimiento hasta el 20 de julio de 1810. Imprenta del
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Quijano Otero, J. M. Compendio de la Historia Patria. Segunda Edición.
Imprenta de Medardo Rivas. Bogotá, 1883.
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lombia, en la América l\IeridionaI. Imprenta de José Jacquin. Besan·
zon. 1858.

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EL MOVIMIENTO COMUNAL bE 1781 393
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zo de 188l.
Vergara V., J. M. Y Gaitán, J. B. Almanaque de Bogotá y Guía de Foras·
teros para 1867. (Importante Resumen de la Historia de Colombia).
Bogotá, 1866.

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INDICE

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CAPITULO 1
Págs.

Apréstanse los Comuneros a marchar sobre Santa Fe.-Entre-


vista del Prelado con Berbeo y Capitanes suyos.-Diputados y Capi-
tanes de Tunja apoyan los pareceres del Prelado y se oponen a la
ocupación de Santa Fe.-Sepáranse del grueso del ejército las tropas
de Tunja y Sogamoso.-Condesciende Berbeo en ajustar Capitulacio-
nes en Zipaquirá.-Requiere Berbeo, para ajustar Capitulaciones,
la concnrrencia del Cabildo Secular y determinadas personalidades
de Santa Fe.-Concurren los personajes designados por Berbeo y
son nombrados Capitanes de Santa Fe.-Concurre igualmente el Ca-
bildo Secular y pone en manos de Berbeo una carta digna de aten-
ción.-Exclamación de protesta de los miembros del Cabildo ante
el Arzobispo y los Comisionados.-Designa Berbeo la comisión en-
cargada de redactar las Capitulaciones.-"Plan de Capitulaciones".-
Envía Berbeo el proyecto de Capitulaciones a los Comisionados.-
Constancia de los Comisionados sobre su disconformidad por la ma-
nera como les fué presentado el proyecto.-Envíase las Capitulacio-
nes a Santa Fe.-Protesta contra las Capitulaciones el Comisionado
Galavis en la Escribanía de Zipaquirá.-Devuelve el Real Acuerdo
sin aprobación el proyecto.-Noticiados Berbeo y sus Capitanes atu-
multúan las torpas de su campamento.-Convocados a junta Berbeo
y sus Capitanes consienten en algunas modificaciones del proyec-
to. - Nuevo tumulto en Zipaquirá. - Aprueban los Comisionados el
proyecto con las limitaciones acordadas y de nuevo lo envían a Santa
Fe.-El Real Acuerdo aprueba las Capitulaciones y jura su cumpli-
miento.-Declara el Real Acuerdo, después del juramento, la nulidad
de las Capitulaciones.-Juran los Comisionados el fiel cumplimiento
de las Capitulaciones y canta el ArZObispoel Te Déum.-Licencia-
miento del ejército de los Comuneros.-Promulgación de las Capi-
tulaciones.-Informe del Arzobispo Caballero y GÓngora.-Nómina
de Capitanes .

397

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CAPITULO II
P4gs.
Objeciones del Regente contra las gracias dispensadas por la
Junta Superior de Tribunales.-Acepta con beneplácito el Virrey las
gracias dispensadas por la Junta.-Sublevación en Guaduas, Ibagué
y otros pueblos.-Ocupa Galán a Guaduas y le hace saber al Regente
los designios de Berbeo contra éL-Atemorizado el Regente por las
noticias comunicadas por Galán, sale fugitivo de Honda para Car-
tagena.-Abandonan los peninsulares la villa de Honda.-Sale de
Guaduas la fuerza de Galán y acampa en La Barrosa, arriba de Hon-
da.-Aborta una conjuración en Santa Fe.-El pueblo de Silos hace
la proclamación delInca Túpac Amaru, para Rey del Nuevo Reino
de Granada.-Movimiento sedicioso en Guarne.-TumuIto en Neiva
y muerte del Gobernador.-AtumuItúanse los indios y dan muerte
al Gobernador Peredo, de Pasto.-Sublevación en Honda.-Berbeo
Corregidor y Maestre de Campo del Socorro y San Gil.-Envía el
Real Acuerdo a don Pedro Nieto, a conseguir de Galán que cesase
en su campaña.-Acompañado de seis misioneros sale de Santa Fe
el Arzobispo a pacificar los pueblos rebeldes.-Sale de Cartagena
una expedición para Santa Fe.-Acuerda la Junta Superior la apre-
hensión y muerte de Galán.-Pone la Junta Superior talla a la ca-
beza dei Generai don Javier de IvleJl(loza.-Plan de pacificación.-
Objeciones del Regente.-Contradictoria conducta del Regente.-Sus-
pende el Virrey las Capitulaciones.-El movimiento comunal en Pam-
plona. Salazar de las Palmas y Ocaña 75

CAPITULO nI

El movimiento comunal en Maracaiho.-Don Ambrosio Pisco re-


ducido a prisión.-lntentan los indios de Nemocón tomar posesión
de la salina y son vencidos.-Pretenden los Capitanes Generales
justificar su conducta subversiva.-Comisiona el Arzobispo al Corre-
gidor para pacificar los vecindarios rebeldes de Pamplona, Salazar
y Ocaña.-Suspenden los Cabildos del Socorro y San Gil la provi-
dencia del Virrey contra las Capitulaciones.-Aprueba el Virrey la
determinación de los Cabildos de estas villas.-La rebelión de Ga-
lán.-Orden de captura contra Galán.-Aprehención de Galán y S;'18
consortes.-Su remisión a Santa Fe.-Nómina de los presos condu-
cidos a Santa Fe.-Prohibe 1a Real Audiencia los dictados militares
a los Jefes del movimiento.-Son violadas las Capitulaciones por la
Real Audiencia.-InduIto del Virrey Flores para los implicados en
el movimiento.-Sugiere el Virrey la conveniencia de acabar con
la vida de Galán.-Pide Plata la restitución del Regente.-El mo-
vimiento comunal en Antioquia.-InduIto del Virrey para los Comu-
neros de Antioquia.-El movimiento comunal en Tumaco.-Regresa
del Socorro el Arzobispo Caballero y GÓngora.-Sentencia contra
Galán y sus consortes.-Ejecución de la sentencia.-Restitúyese el
Regente a Santa Fe.-Bando sobre orden público.-Anulación de las
Capitulaciones y destitución de Berbeo.-Acéptase la dimisión del

398

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P/tga.
Virrey Flores.-Posesión del nuevo Virrey don Juan Pimienta.-
Muere en Santa Fe el Virrey Pimienta.-Asumen el poder la Real
Audiencia y el Regente 129

CAPITULO IV
Abre el Real Acuerdo de Justicia el pliego de providencia.-Acto
posesional del señor Caballero y GÓngora.-Asume el Arzobispo Vi-
rrey el mando supremo en el Virreinato.-Primer acto del Arzobispo
Virrey.-Es condecorado el Arzobispo Virrey con la Gran Cruz de
Carlos Ill.-Concede el Arzobispo Virrey indulto general a los Co-
muneros. - Providencias ulteriores al indulto. - Promoción de don
Juan Gutiérrez de Piñeres al Supremo Consejo de Indias.-Preten-
dientes a la plaza de Regente de la Real Audiencia de Santa Fe.-
Se previene a Gutiérrez de Piñeres que sin esperar al sucesor vaya
a servir su empleo de Ministro del Consejo de Indias.-Don José
Ferrer nuevo Regente de la Real Audiencia de Santa Fe.-Llega
don José Ferrer a Santa Fe y toma posesión de la dignidad de Re-
gente de la Audiencia.-Declara la Real Audiencia comprendido en
la gracia del indulto al Cacique de Bogotá don Ambrosio Pisco y
dispone el desembargo de sus bienes.-Dispone el Arzobispo Virrey
que el Cacique Pisco sea detenido en Cartagena, para que nunca
más vuelva a Santa Fe.-El incentivo de los Jefes Superiores del
movimiento comunal fué el de alcanzar la independencia del Nuevo
Reino de Granada.-Gestiones de los Jefes comuneros del Nuevo
Reino de Granada ante el Ministerio británico.-Redúcese a prisión
al Coronel inglés don Roberto Hogdson y se incauta el gobierno del
Virreinto de sus papeles.-Es aprehendido el Capitán de navio don
Luis Vidalle con uno de sus compañeros y se le traslada a España.-
Proyecto reservado que el Conde de Aranda presenta al Rey de
España 199

CAPITULO V
Juicios sobre Berbeo, el Generalisimo de los Comuneros, y su
intervención en el movimiento 269

Documentos auténticos que hacen fe y determinan la legítima


descendencia de Berbeo 295

CAPITULO VI
Cronografía historial del movimiento 313
APENDlCE.-Nómina de Capitanes de los Comuneros que no
concurrieron al campamento general de Zipaquirá 371
AUTORIZADOS JUICIOS SOBRE EL LIBRO "LOS COMU-
NE·ROS" 377
BIBLIOGRAFIA HISTORICA. 391

399

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Acabóse de imprimir este libro
en la ciudad de Bogotá, Repú-
blica de Colombia, en los talle-
res de la Editorial KeIly, siendo
regente de ellos don Jorge Gó-
mez Borrás, a los siete días del
mes de septiembre del año de
l'!racia de 1960.

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ERRATAS ADVERTIDAS EN EL TOMO SEGUNDO

Página Renglón Dice Léase

4 6 MCMLV MCMXLV
11 6 Comiisonados Comisionados
20 16 Majestar Majestad
37 41 Véase, "Los Co-
muneros" Véase "Los Comuneros, pág. 284
50 29 cajas u usanza de
guerra cajas y usanza de guerra
61 19 mriaban miraban
64 7 determinó determiné
100 20 erperimentasen experimentasen
104 9 (los comuneros (los comuneros)
124 18 son embargo sin embargo
130 24 Manuel de la
Torres Manuel de la Torre
133 22 serpiente tan
venenosa serpiente tan venenosa
136 12 Amprosio Ambrosio
138 4 arrojándoles arrojáronles
138 26 Mendieta, Mendieta, José Chaves,
142 23 en algunos de los en los Capitanes Generales
145 25 las principales los principales
148 19 yue que
150 19 lase Capitulaciones las Capitulaciones
168 29 menlionados mencionados
171 8 Y9 contesetando contestando
191 16 esee ese
199 24 Roberto Hodgson Roberto Hogdson
200 1 Marchante Merchante
200 21 Marchante Merchante
200 32 Marchante Merchante
213 24 esetuviera estuviera
218 19 tomo 1 Capítulo lI, página 78
233 4 muchíseimo muchísimo
236 22 sólo solo
240 4 arraglado arreglado
254 16 decía don decía a don
256 33 inglesese ingleses
258 15 imprtante importante
258 31 qsien quien

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Página Renglón Dice Léase

259 9 insurrerción insurrección


274 28 e invistiéndolos invistiéndolos
281 35 eseta esta
297 8 correspondeinte correspondiente
299 25 En veinta En veinte
300 22 correspondeinte correspondiente
306 14 las ascendencia la ascendencia
314 1 seaber saber
323 17 correspondeinte correspondiente
325 15 mnoeda moneda
329 27 haliendas haciendas
331 21 Jeréz Jerez
340 8 primreamente primeramente
344 33 mdoificaciones modificaciones
358 30 al Alcalde
Provincial el Alcalde Provincial
362 41 eseto esto
377 14 Omitida fecha ~adrid, 1 ~arzo 1946
397 8 concnrrencia concurrencia
397 17 Enviase Envíanse
399 33 que hacen fe y que determinan
399 34 descendencia sucesión

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