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El vínculo de Psicología
Teórica y Teoría Social en Hayek.
Esteban Leiva
Pastor Montoya
Lic. en Filosofía. Becario CONICET e Investigador del Centro de Investigaciones de la Facultad de
Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. Correo electrónico:
esteban_leiva@latinmail.com
Lic. en Filosofía. Docente e Investigador de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional
de Córdoba, Argentina. Correo electrónico: montoyapastor@hotmail.com
1
En lo esencial, el trabajo fue escrito en 1921 pero concluido recién en la década del cuarenta y publicado
más de treinta años después de su más temprana concepción. Aunque comprende críticas a la filosofía de la
percepción y de la mente anteriores a 1918, en particular, a las ideas de Mach entonces dominantes; en 1952
incluye objeciones al behaviorismo y la teoría de la Gestalt (cfr. Vries, 1994: 311)
2
Contra la clave interpretativa de las ‘ideas gemelas’ defendida por Gaus y otros, Freser ha sostenido que su
status como ‘fundamento’ de la economía y la política de Hayek ha sido exagerada y que tales afirmaciones
típicamente descansan en poco más que el hecho de que el libro caracteriza la mente justo como Hayek
caracteriza los sistemas económicos y sociales, principalmente, por ser complejos, dinámicos e impredecibles
en principio. Por otra parte, Feser también señala que la cuestión del valor de su contribución como
anticipación del ‘coneccionismo’ tendría una significación meramente histórica.
II
Por nuestra parte, en el primero de un par de trabajos anteriores3, nos propusimos entender
la interpretación relacional del ‘orden sensorial’ de Hayek, como parte de la paradójica
fecundidad del empirismo lógico, o neopositivismo, que se constituyó y difundió como
corriente principal heredada por la filosofía analítica. Durante la segunda mitad del siglo
XX, proliferaron críticas minuciosas y diversas elaboraciones alternativas que procuraron
superar, precisamente, las tendencias originarias de esta corriente de pensamiento. Feser
observa que pese a ser primo de Wittgenstein, excepto por su amistad con Popper, Hayek
“parece no haber buscado, ni le fue dada, la atención de la corriente principal de la filosofía
analítica.” (Feser, 2006:287)
Mientras los primeros positivistas lógicos le atribuían un valor paradigmático del progreso
cognitivo a las modernas teorías de la física, la química y la biología y se aplicaban a la
reconstrucción analítica de sus conceptos fundamentales; Hayek se aproxima a la
epistemología, la psicología y la metodología habiendo sido un crítico del uso académico
establecido del cálculo de equilibrio que se alejó de los tecnicismos de la teoría económica
neoclásica, para entender los precios como guías para la producción. En efecto, en
“Economía y Conocimiento” (1937) y “El uso del conocimiento en la sociedad” (1945),
Hayek había sostenido que es el todo del sistema de precios lo que proporciona los
indicadores que condensan y comunican información relevante que, en su integridad, no
puede ser conocida por ninguna persona, ni centralizada por una institución planificadora.
De esta manera, la economía conduce a la epistemología porque al destacar el rol de las
instituciones en la transmisión de conocimiento, se suscita la idea de un conocimiento
tácito, no articulado y no verbal.4
III
Pero fue casi desde el principio de su formación intelectual, que Hayek discrepó de la clave
cientificista de aquel ‘empirismo lógico’ que se apoyaba en una concepción de la
significación cognoscitiva de las proposiciones según la cual sólo serían cognitivamente
significativas las proposiciones que pueden ser verificadas en referencia a hechos de la
experiencia del mundo externo. En conjunción con un criterio de economía ontológica, el
verificacionismo hacía un giro lingüístico antimetafísico: expulsaba del lenguaje científico
los seudo-problemas de una referencia a la realidad como totalidad. También el estímulo
decisivo para El Orden Sensorial procedía del Análisis de las Sensaciones de Ernst Mach;
de su idea de basar todo el conocimiento en los sentidos, de que todo es experimentado por
la mente y que para su comprensión es importante la modelización y la cuantificación. 5 En
3
Ver Leiva y Montoya, 2007 a y b.
4
Cfr. Feser, 2006: 14.
5
Robert de Vries (1994) sostuvo que Hayek desarrolla sus propias ideas a partir de su crítica de la filosofía de
la mente y la percepción de Mach.
este escenario intelectual, Hayek se enfrenta a la tesis reduccionista, a la pretensión de
eliminar los elementos metafísicos por considerarlos superfluos y destructivos para la
economía de la ciencia.
A este respecto, Alan Ebenstein (2003) registra una matizada oposición de Hayek al
verificacionismo del Círculo de Viena, al requisito de que las proposiciones sean
empíricamente testeables para ser científicas que, pese a que procede de algunos años
después, corrobora nuestro marco6:
IV
6
Pese al punto de partida común en Mach, Ebenstein sostiene que El orden sensorial puede interpretarse
como una propuesta contraria al positivismo lógico. En 1985, Hayek describió su pensamiento psicológico a
partir del punto de partida de que todas las sensaciones individuales tienen una cualidad pura original que se
modifica constantemente con la experiencia. Más allá de Mach, solo existe un orden original y luego el
cambio experiencial. Si la experiencia puede cambiar la cosa, para qué postular una cualidad originaria que
podría esta haber surgido del mismo modo. Cfr. Ebenstein, 2003:134-5.
7
Ebenstein cita a Hayek en The Constitution of Liberty (1960).
reconocimiento de una tendencia empírica de los sistemas de mercado hacia la formación
de un orden espontáneo de acciones y, además, en que tal orden era susceptible de análisis
con arreglo al cálculo de equilibrio. Sin embargo, fue entonces que Hayek propuso que el
mercado se describe mejor como un sistema cognitivo de coordinación que posibilita el
intercambio y conduce a la formación de expectativas cada vez más correctas. Un sistema
cuya eficiencia competitiva no puede ser igualada mediante el diseño deliberado de un
mecanismo artificial de asignación.
Lo que desde aquellos años Hayek procuraba comprender era cómo las acciones
independientes de muchos hombres pueden producir un todo coherente, estructuras
persistentes de relaciones que sirven a propósitos importantes sin haber sido diseñadas para
tales fines. La reconstrucción explicativa describe un proceso de composición de relaciones
de una complejidad creciente, que sólo en principio y no detalladamente, podemos
modelizar.
“Que esto es así, como regla es un hecho empírico importante que, por una parte,
requiere explicación (una tarea para la psicología) y, por la otra, debe ser aceptado
como un dato básico en nuestro estudio de la conducta de la gente.” (Hayek, 1943:
35)
La distinción entre mundo fenoménico y mundo físico, entre las cualidades sensoriales (o
percepciones sensibles inmediatas) y las propiedades que describen la imagen científica del
mundo externo, ha sido posible gracias al progreso cognitivo de las ciencias. Entre los
elementos de estos dos órdenes no existe una simple correspondencia uno a uno, no puede
asegurarse que, varios objetos o eventos que en un orden pertenecen al mismo tipo o clase,
también pertenecen a un mismo tipo en el otro. Ya no estamos autorizados a asumir que el
mundo se nos aparece como lo hace porque es de ese modo: no podemos identificar el
mundo fenoménico con el mundo físico.
VI
Mediante esta teoría, Hayek cree haber refutado una concepción dualista que explica la
sensación como algo común a lo mental y al mundo físico, sensaciones elementales y
constantes serían los constituyentes últimos del mundo. El ideal de una descripción
completa no contempla la reclasificación que efectuamos para reproducir las relaciones
existentes en el mundo físico y que alteran la apariencia de los eventos para nosotros. Una
ciencia puramente descriptiva es algo imposible.
Sin esquemas perceptivos no podríamos captar los eventos complejos como ‘todos
coherentes’, ni adaptarnos a las circunstancias u operar sobre ellas. Las conexiones entre las
partes que preservan una estructura se vinculan con nuestros propósitos individuales porque
la existencia de esos todos sociales es la condición para la concepción de nuestros deseos y
el logro de nuestras metas. Y sin embargo, la naturaleza incompleta del conocimiento
individual implica que la gente no reconoce la influencia que su propia acción tiene sobre
las decisiones de otras personas. En cierta medida, estos efectos son transmitidos en forma
impersonal gracias a la emergencia de sistemas de reglas de conducta, formas coherentes de
comportamiento tales como el lenguaje, la tradición, la moralidad, la costumbre, como un
resultado no planeado ni intencionado de las interacciones de sus miembros. Esto significa
que no son los motivos manifiestos o implícitos de la acción humana los que pueden
explicar las consecuencias de las acciones consideradas como un todo. Dada su
complejidad, los órdenes espontáneos son algo a lo cual todos contribuyen, de lo cual todos
se benefician, que todos dan normalmente por sentado, pero que los individuos escasamente
comprenden.9
9
Cfr. Witt, 1994: p.179.
La complejidad de los órdenes espontáneos no depende sólo del número de variables, o de
la imposibilidad de su manipulación, sino de la naturaleza de las interacciones entre ellas,
de la emergencia de patrones que poseen rasgos abstractos, independientemente de los
valores de los datos individuales, de manera que una estructura general resulte preservada.
La emergencia de tales propiedades o estructuras no hubiera podido predecirse de una
muestra pequeña de elementos individuales10. Los sistemas complejos pueden ser
autosustentables, poseen una tendencia a persistir y responder a un rango de cambios
exógenos y endógenos por lo que, sólo en determinados contextos, si comprendemos los
principios generales de su funcionamiento, podemos anticipar un rango de fenómenos
esperables, estimar los parámetros entre los que el sistema se estabilizaría.
VIII
La teoría de la red neuronal que crea una estructura formal de clasificación de sensaciones
se conecta con la teoría de la evolución social porque el orden general de las acciones de un
grupo, considerado como algo diferente de las reglas específicas de conducta de un
individuo, es una propiedad que emerge del sistema de reglas considerado como un todo.
Aunque se conciba que el mismo sistema pueda ser el producto de un conjunto distinto de
reglas individuales y que dicho conjunto pudiera producir órdenes sociales diferentes en
ambientes también diferentes; son tales órdenes generales de la acción, y no las acciones
regulares que separan a los individuos, lo que importa para la preservación del grupo y,
quizás también, para la supervivencia de sus miembros. El proceso de selección opera sobre
el orden social de acciones como un todo, sobre el orden espontáneo de adaptaciones que
permiten la acción coordinada. Las reglas e instituciones que constituyen un orden son
seleccionadas por competencia entre órdenes sociales en ambientes específicos, sus
variaciones pueden proveer una ventaja y el proceso puede llevar a la selección de un orden
social con ciertos conjuntos de reglas. Aunque podemos dar una explicación general de los
órdenes sociales, modelando las relaciones entre los elementos, el comportamiento de un
sistema complejo no depende sólo de las relaciones internas sino de fuerzas exógenas. El
sistema puede no haber sido configurado por un ambiente actual sino por una secuencia
definida de ambientes precedente.
Estas explicaciones de principio de los órdenes de la acción prometen dar cuenta de las
alteraciones y desarrollos evolutivos de los sistemas sociales de una manera alternativa al
constructivismo racionalista que induce a pensar a la sociedad como si fuera el resultado
intencional de alguien que tuviera conocimiento completo de su funcionamiento. La ilusión
de esta perspectiva consiste en simplificar las instituciones humanas reconstruyéndolas
conceptualmente como sistemas artificiales que pudieran ser diseñados para propósitos
definidos. Este abuso de la razón se combina con el deseo irracional de restablecer las
10
Como la liquidez del agua que surge de la interacción de un gran número de moléculas y no podría
explicarse a partir de la química molecular.
relaciones y valores de solidaridad de los pequeños grupos. Los que proponen síntesis
constructivistas que dan pie a ideales socialistas, no pueden apreciar que es imposible
alcanzar la complejidad característica de los órdenes espontáneos emergentes mediante el
diseño deliberado o la planificación centralizada.
En “Hayek sobre la evolución de la sociedad y la mente”, Gerald Gaus sostiene que uno
podría preguntarse cómo es que el análisis
“de la formación de la experiencia sensorial (inputs) podría ser relevante para la acción
(outputs)” pero que para él, esto no plantearía un problema porque su teoría rechaza
cualquier distinción entre las bases neuronales de la sensación y el comportamiento
motor. También la acción se sigue de las conexiones neuronales y está regida por
reglas que clasifican tipos de sensación y de respuestas. Las reglas prácticas identifican
‘patrones de acciones’ que son clasificados como poseyendo el mismo significado, la
activación de tales reglas disponen al agente a actuar.” (Gaus, 2006: 250)
Las reglas son propensiones para actuar. Aprender una regla social, como aprender a
distinguir las percepciones sensoriales, es formar una red neuronal que unifica un patrón de
inputs con un patrón de outputs de comportamiento. Las conexiones neuronales forman un
mapa del mundo. La razón no sólo da forma a la cultura sino que está formada por ella. Las
formas primitivas del comportamiento social, los valores y actitudes habrían sido fijados
genéticamente como resultado de un proceso de selección regido por el criterio de
supervivencia de la mejor forma adaptativa a un ambiente particular. La evolución social es
la fuerza impulsora de la evolución de la mente. Ser racional es tener una red neuronal de
cierta complejidad, que nuestro ambiente sea crucial para su configuración y que establezca
recorridos entre las experiencias repetidas de modo tal que emerja un patrón de conexión.
La mente o la inteligencia, está íntegramente constituida por una compleja red de relaciones
y conocimientos dispersos, que escapan a cualquier control central.
Bibliografía
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Co-ordination and Evolution His legacy in philosophy, politics, economics and the
history of ideas. London, Rouledge. Pp. 311-322.
11
Ver supra nota 3.
WITT, Ulrich (1994): “The theory of societal evolution: Hayek’s unfinished legacy”. En BINER
and ZIJP. Pp.: 178-91.