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Unca bermeja deshilacháronse sin un ay

en hilillos de barro verde


1 quisimos salvar los techos
cáeme la luna de las derrotas cayéronse los artesonados
rómpeme el aire las muchachas los piquillines espejuelotes
que tengo en las pérfidas sienes entredichosos sonreíanse
en la derecha costa mirla borrosamente pasó una urraca
bájase otoño de las nieblas con un rosado gusanillo
bájate niebla hasta mis muslos no sé si un día volverá el sol
regalaréte lengua ansiosa no sé si un día bajará ella
hasta agoniarte y fallecérteme
hasta que mi amor póngate en yesca 4
rómpete taza sin ponzoña y crecía la hornalla hosca
estáraste en qué galladura en aquel pueblo de hornos pérfidos
en qué preñez en que siga ardiendo eran mayas eran aztecas
hasta quinientos o tres mil años eran quichés de estuco y lágrima?
ay mi casada de tornasoles eran teocallis bermellones
mi algarroba de treinta sombras o pirámides de tierra terca?
entreilusionado no veréme eran hombres de barro fresco
y en tus trémolos no seré padre recién hacidos por el gran padre?
ay mi junca desriñonada eran esclavos colorados
mi descaderada chilca augusta o eran grietosos cuasi hombres?
ni mi parida muy serásme! pero crecían las hornallas
trabajosamente crecían
21 de otoño empinábanse con dolores
para que cuajaran panes panes
eran palacios de gentes torvas
2 o con máscaras de barro impuro?
en un caldén de agua llovida con inocentes mascarillas
anaranjado el quejón llámate gentes que siempre comerán barro?
el que tócase el pecho malo crecía la hornalla cumplíase
con un ala de rocío puro entre colorinches y desvelos
nunca jamás habíalo visto
y eso que anduve en dos mil montes 5
habrá querido que así viéralo y en las hornallas hízose el fuego
para que oyera que llamábate y la gente bailó sonámbula
ay el quejón anaranjado las pirámides truncas moras
pidióme el juan para humanarse de panes pálidos cuajadas
para quejarse loco y pintado y bailaron las bayas secas
inmóvil en sus regias plumas de los mollares enrojecidos
he ahí que vino un chingolito tan en la música enlazábanse
con su arpegio húmedo y verde tan bien mirábanse a los ojos
y el chingolo dijo tu gracia el quejón bailó levemente
desde un molle tirando a triste y llamábate entre las zarzas
y el que rumora “bicho feo” y bailaron bichos azules
hermosamente cantó tu aura mariposones bermellosos
ay en el monte ensangrentado bailaba el polvo de la tierra
saquéme ojos porque comieran! la brisa toda acollarada
y muy la noche hízose el beso
y heridas fueron las caderas
3 las cinturas despeluchadas
y quisimos soplar las aguas en la barrienta hechicería
donde el redondo barro písase centella verde no bajaste
pero sonríose como espejo ni empurpurada toda fuísteme!
tan señora el agua acostada
las caderas azules negras 6
el ombligo negro claroso (barro de avispa condenado
quisimos buscar las gentes por los solones sin arrepentimientos
habríanse hecho alas como humo barro eternal de este gentío
quisimos salvar los panes de estas cáscaras como personas
los lingotes de hechura prieta de estos tan encarapachados
crías de hembra y de peludo 9
de hembra mujer y bien pisada y otra vez fuiste una mariposa
en la cuevas debajo el monte de grandes alas escarlatas
de ellas vienen los piches rubios oh y en las siestas estallantes
los peluditos de qué y qué padre tus ojos eran rogativas
cáscaras blancas cáscaras negras y yo cazaba en los cerrillos
coloraditas y enrizadas animales de frentes tristes
si váse un padre viene otro para que soltaran los fogones
para ser padre otratrozmente chillantes flores coloradas
ellas acuéstanse en el barro chisporroteaban en las cavernas
bajo el mollar tálamo poco los tremolantes corazones
gimen barrosas y dellicadas otra vez fuiste un chamal blanco
porque algo quédales todavía sobre mi pecho con cicatrices
cuando sus ojos engrandécense fuísteme un beso neblinoso
entre este barro del fin del mundo) una centella desgranándote
7 oh y en la lengua de la tribu
he ahí que brilló en la tiniebla hablabas tímida con el cielo
tu carruaje en medio del viento y ahora estás entretornada
con sus metales bermellones y largo estoy ensusurrándote
con sus minerales como la plata piedras azules pasan volando
apagáronseme los estragos y en lo entreoscuro somos polen
la canicie de mis cenizas
oh mía mía entre lo cárdeno 10
y empapamiento de la noche y ahora estás para vos sola
dulces pálidos de las rodillas con tu sonrisa contra el mundo
porque ya no éramos conturbados cáeme la noche desvencijada
las mandíbulas de la lumbre déjame más un ay yaciéndote
ya no comieron del olvido quiero tu olor de niebla abierta
mi amamantada de la luna sácame vetas de temblor verde
en atamiento en mis costillares despellejados juanjirones
como una rosa ya dormías quiero otra muerte de canana
y flameáronse los carbones quiérome estar hasta lo claroso
mi estatuilla mi ramo moro déjame hacer en esta sombra
mi cepa de la noche canela hasta la herida del colorinche
hinchamiento de mi corazón cuando respires muy frutota
en la grosura de lo negro! mora entreblanca o entreoliva
(noche del seis de abril.) en esta cosa hecha de enjambre
quiérome estar hasta el dios mío
8 hasta que pálida medanees
oh mi dormida entre mi brazos o hasta que el buche de la paloma
cuántos siglos que no teníate déjame herir hasta lo amarillo
desde los abrigos hollinosos hasta que tu sed mate otra uva
entre los valles primigenios y entre lo destrozado vivas!
desde las cuevas de piel verde
desde los aleros silbadores 11
desde las cópulas del guanaco déjame ser una gaviota
desde las cruces laberintonas en los tomillos de tu nuca
y eran lo creado las pinturas una avutarda de agua y trémolo
y entre nosotros cuántos desmayos en la tazona de tu garganta
una fuiste una fogata déjame ser un mirlo mucho
fuísteme un sol como en desvarío un gavilán de negro encaje
y yo pintábate en el vientre un cachilote aterciopelado
una guarda con miel de abejas a media siesta y media laguna
lleguéme herido de una caza un hornero con pies de barro
y hierba fuiste forma del unto y con las sienes de belleza
entre los cueros de la noche un gorrión a medio salitre
con el color de la piedra madre a media piedra y media lágrima
oh mi dormida entre mis brazos en tus lomadas tormentonas
y yo velaba en los pedernales! déjame ser estantas alas
estantos reinos de volidos
sobre tus costas anochantes
sobre tus mujeres de miel muerta y los penachotes del quetral
déjame abiertos estos picos entre esqueletumbres señorean
en los azules de lo secreto! en lo colorado que palpita
ladran los perros moros canelos
12 cogotes de ángel lomos de ópalo
(de helada hembra y hermoseada puedes tachonarme de hermosura
véngame de antes y en aquesto puedes cuajarme de serpientes!
de tres marías abroquelunas
de una muy blanca mariposa 15
de una raíz que dejóme malo puede venir la sombra tuya
ay las dolientes de mis ojos a sonreírme que no vuelves
las lagunas anochecidas la sombra tuya como una garza
las vizcachas asesinadas bajo el poniente despellejado
y sus crías pidiendo perdón puede venir tu sombra de a pie
y los niños del monte hijastros talón azul tobillo húmedo
con sus tazas de manzanillas pueden venirme tus rodillas
porque leches del tolde fuéronse llenas de besos de hace un luna
porque en flacura críanse muchos tus vestidos enovillados
porque los ruidos del monte juntan tus desnudos sin hambremente
las espanturas de quién quién quién tus solos ojos tu sola lengua
y las pólvoras más perversas que yo estaréme quebrajoso
los perdigones más enflorados en el velorio de la uva
de una muy negra mariposa puedes venirme como una perra
de una raíz que dejóme bueno!) a deshilacharme las miradas
tan cuidadosa como la muerte
13 oh tan y amándote la cuchilla
(alguna de estas noches verdosas la llamarada de tus colmillos
cuando mis nieblas tristoneen y a lo mejor pan de tu sombra
preguntaré por el Corbata entre los más dulces espectros!
por la duradera de su entierro
pasaré por la casa vieja
por los paredones blanconosos
estará no estará entre sales
encontrarélo acostadito 16
y sus huesos de veinte lunas puedes llamarme vuelta oveja
alumbraránme con luciérnagas? o vuelta chiva rosillona
ay el Corbata bayito y loco diuquita negra o tamarisca
con su garganta entreblanquita! achaparrada sombra lobuna
alguna de estas noches bordadas puedes venírteme del salado
de antiguas flores indefensas del cerro azul del cerro del sable
encontraré algún hueso suyo puédesme dar muerte trenzada
en su rincón de consumado bajo la quincha más secreta
y dejaránme entrar ahora bajo el zumbido de la vinchuca
tan entrejuán tan tarde herido? sobre las cruces pastoriles
alguna de estas noches henchidas sobre las tabas de garcías yaupis
oh su ladrido dulce lámame!) llámante llámante los vientos
sobre las dulcespintas vacadas
14 puedes arrojarme a las cenizas
porque tu carro subió al cielo con las penúltimas vihuelas
y vos quedaste para besarme oh mía mía de tordo y luna
ladran los perros talones blancos bajo las lámparas disgregadas
patas de niebla pechos cenizos puedes y tan dejarme en el hueso
puedes venirte de amarga grande más despojado de lo penumbro!
si es que el adiós ay cosquilléate
si es que róndate las verijas 17
he aquí que cantan los tizones y anduve solo y no era la luz
bajo la noche de vientre de unca fuíme por duros corredores
hasta que mi piedra diga sí por los pasillos pesaroso
o hasta que dígame no quiero y sáqueme un papel azafrán
delante de mí mi vaso calla con un saludo de tez granate
cuida sus negros más desgraciados “he aquí que lleguéme a verte
juancarlos estuvo en esta torre” cáenme jotes de la niebla
y fuíme solo y no era la luz paloma tostada ay aquí!
por los pasillos musitantes
atrás dejé los corredores (estancia “mir san mir”, valle daza,
negros y más que hechos con cuervos 23 de mayo)
quedóse el papel inclinado
esperando tus ojos de mora
y como un ciego fui con las manos 20
interrogando a las paredes porque mentí desde los umbrales
buscando la puerta brillante porque este libro es para tu boca
las tragaluces del castillo mi tenida de luna en luna
el aire que andaba en el mundo mi arrimada de siesta en siesta
“juancarlos estuvo en este cuarzo” vos estáraste en él mi quejona
huíme solo y no era la luz hasta saber que érate tuyo
porque este libro es para tu boca
él fuéme entero por los maíces
18 por las calandrias reventonas
(en el negro espejo del vino por los caballos de alma dorada
una perrilla llora sin madre por el silencio amoratado
y la madre ándala husmeando porque este libro es para tu boca
mi corazón prieto contémplalas miraráste en él talvezmente
loco y culpable de estos adioses por las lloviznas anacaradas
una gran piedra pónese a andar por el olor de las cotorras
no sé si es negra o colorada por mi tazona que anda y súfrese
el vino entúrbiala tormentoso por los relámpagos soterrados
con la sien en queja y suspiro como toldo de cuero fuéme
con el pecho en temblorosura mi cardenala más amarilla
sobre el estiércol de los soles porque este libro es para tu boca!
vaga la luna flaca y preñada
las gallaretas del salado (anochecer del 28 de mayo,
míranme de ojos terriblantes santa rosa)
oh mía mía en el crepitar
de los troncos de ojos volcánicos Juan Carlos Bustriazo Ortiz
échase a andar un médano en trance
con los intestinos de las flores
oh mía y tanta en el espejo
que ahora rómpese y sangra sombra)
Secretaría Extensión Cultural UNLPam, 1984

19
oh mi violeta más mojada
cáenme jotes en la niebla
y en desgarranza una cosa azul
ya no vendrás nunca en la nube
o paréceme que no vendrás
a desnudarte en los azafranes
oh mi cuenta de collar negra
cómo vuélvesme bajo el álamo
en la tarde tan compungida
en los becerros de gacho sueño
con el ánima en lo que es verde
en las ramas de piel lagarta
en esta hermosa casa en lo blanco
donde pena el alma del conde
cómo rodéasme y tengo horror
mazorca bruna costilla de agua
riñón de la luna pan cobrizo
fuente de granates en la sombra

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