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Conquista del Tahuantinsuyo

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Conquista del Imperio Inca
Conquista de Am�rica
Parte de colonizaci�n espa�ola de Am�rica
Montaje 2 conquista del Peru.png
De izquierda a derecha: Los Trece de la Fama; Francisco Pizarro en su segundo viaje
al Per�; captura de Atahualpa; asesinato de Hu�scar; acumulaci�n de oro y plata en
el cuarto del rescate tras el acuerdo hispano-inca de no agresi�n; ejecuci�n y
conversi�n de Atahualpa; Sitio del Cuzco; saqueo y destrucci�n del Templo del Sol;
batalla de Tiocajas durante la invasi�n a Quito.
Fecha 1532 - 1572 (40 a�os)
Lugar Actuales territorios de Per� y sierra del Ecuador
Casus belli Captura y asesinato de Atahualpa por los espa�oles
Resultado Victoria espa�ola
Consecuencias
� Anexi�n del Tahuantisuyo a la Monarqu�a Espa�ola.

� Exploraci�n y Conquista de los diversos se�or�os y pueblos de Am�rica del sur.

� Colapso de la autoridad inca en los suyos perif�ricos, especialmente Chinchaysuyo


y Collasuyo.

� Guerras civiles entre los conquistadores espa�oles.

� Expansi�n espa�ola hacia los antiguos suyos incaicos de los actuales Argentina,
Bolivia y Chile.

� Creaci�n del Virreinato del Per�.


Beligerantes
Pend�n real de Medina del Campo Conquistadores espa�oles (1537-1554)
Bandera del Imperio Espa�ol Gobernaci�n de Nueva Castilla (1529-1542)
Bandera del Imperio Espa�ol Gobernaci�n de Nueva Toledo (1534-1542)
Estandarte de los incas Incario de Vilcabamba (1533-1536)
Bandera del Imperio Espa�ol Virreinato del Per� (desde 1542)
Estandarte de los incas Nobleza incaica (desde 1533)
Apoyados por:
Huancas
Chankas
Ca�aris
Chachapoyas
Incas huascaristas
Tlaxcaltecas1?
Nicaraguas 2? Estandarte de los incas Imperio incaico (1532-1533)
Estandarte de los incas Incario de Vilcabamba (1537-1572)
Comandantes
Francisco Pizarro
Diego de Almagro
Hernando Pizarro
Juan Pizarro�
Gonzalo Pizarro
Hernando de Soto
T�pac Hualpa�
Manco Inca(de 1533 hasta 1536)
Paullu Inca 1� Fase: Incas atahualpistas (1532-1535)
Atahualpa (P.D.G.)
Chalcuch�mac (P.D.G.)
Quizquiz�
Rumi�ahui�
2� Fase: Incas de Vilcabamba (1536-1572)
Manco Inca(desde 1536)
Sayri T�pac
Titu Cusi Yupanqui
T�pac Amaru I (P.D.G.)
Fuerzas en combate
1532: 167 soldados espa�oles3? y un n�mero desconocido de Indios auxiliares
1535: +3 000 soldados espa�oles (probablemente miles m�s) y decenas de miles de
guerreros aliados ind�genas (Yanaconas)4?
Aproximadamente 5000 conquistadores durante el primer decenio de la conquista (sin
contar a regulares, milicianos, mestizos y negros esclavos)5? 1532: 100 000
guerreros en todo el Imperio Inca3? (Cantidad total de guerreros en los ej�rcitos
de las facciones de Hu�scar y Atahualpa que a�n estaban enfrentados en la Guerra
civil incaica. Previa a la llegada de Francisco Pizarro, durante los 4 a�os de la
guerra civil incaica se movilizaron hasta 750 000 soldados en todo el Imperio Inca)
1535: Decenas de miles de guerreros4?.
Bajas
Miles de soldados espa�oles muertos en batalla contra los Incas4?
+1 000 conquistadores muertos y un n�mero indeterminado de regulares, milicianos,
negros esclavos, auxiliares centroamericanos y civiles espa�oles muertos durante la
Rebeli�n de Manco Inca6?
Cantidad indeterminada de soldados y civiles espa�oles muertos durante las guerras
civiles entre los conquistadores
Cantidad indeterminada de Espa�oles e Incas muertos durante la Guerra de guerrillas
efectuada por los Incas de Vilcabamba durante 1537 a 1572
25 0003? espa�oles muertos por los J�baros hasta 1599 7 700 000 v�ctimas aut�ctonas
de 1533 a 1572 por epidemias de tifus y viruela (sobreviven 600.000)3?
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Conquista del Per�


CajamarcaCuzcoOllantaytamboVilcabamba

Guerras civiles entre los conquistadores del Per�


1537-1548
AbancayLas SalinasChupasI�aquitoHuarinaJaquijahuana
La conquista del Imperio Inca, o mayoritariamente referida como conquista del Per�,
por diversas cr�nicas de la �poca,7?8?9? se refiere al proceso hist�rico de anexi�n
del Imperio incaico o Tahuantinsuyo al Imperio espa�ol.

Se considera que inici� a poco de haber finalizado la guerra civil por el trono
incaico entre los dos hermanos Hu�scar y Atahualpa (hijos del inca Huayna C�pac)
con las acciones del 16 de noviembre de 1532 cuando el vencedor de la guerra y
nuevo inca, Atahualpa, se reuni� en Cajamarca con los conquistadores espa�oles
encabezados por Francisco Pizarro. En dicho encuentro Atahualpa y su comitiva
fueron emboscados y este tomado preso por los espa�oles y meses despu�s ejecutado,
el 26 de julio de 1533. Posteriormente los espa�oles, aliados con las panacas
huascaristas, adem�s de ca�aris, chachapoyas y otras etnias vasallas de los incas,
marcharon al Cuzco, la capital del imperio, donde ingresaron el 14 de noviembre de
1533 y proclamaron como nuevo inca a Manco Inca, con la intenci�n de convertirlo en
un rey t�tere. Pero Manco Inca se liber� y al mando de un ej�rcito encabez� una
guerra de reconquista que inici� el 6 de mayo de 1536 con el sitio del Cuzco, donde
se encontraba la mayor fuerza espa�ola comandada por Hernando Pizarro. Aunque
causaron grandes bajas a los espa�oles,4? las fuerzas de Manco Inca no lograron
tomar el Cuzco por la traici�n de muchos de sus hermanos(como Paullu Inca) y de
varias naciones del Tahuantinsuyo. Finalmente, Manco Inca tuvo que disolver a su
ej�rcito y retirarse a las agrestes monta�as de Vilcabamba, donde instal� la sede
de la monarqu�a incaica (1538), mientras que el resto del territorio fue ocupado
por los espa�oles, quienes tras un periodo de guerra civil entre espa�oles llevaron
adelante el proceso de asentamiento y colonizaci�n del Per�. El reinado de los
incas de Vilcabamba durar�a hasta 1572, cuando el virrey Francisco de Toledo
ejecut� al �ltimo Inca: T�pac Amaru I. La conquista del Per� dur� pues, en
propiedad, cuarenta a�os (1532-1572).

�ndice
1 Antecedentes
1.1 El primer encuentro entre europeos e incas
1.2 Situaci�n del Imperio incaico
1.3 Situaci�n de Espa�a
2 Exploraci�n y descubrimiento
2.1 Los espa�oles en Tierra Firme
2.2 El descubrimiento del Mar del Sur
2.3 Primeros intentos de llegar al Per�
2.4 Los tres socios de la Conquista
2.5 Primer viaje de Pizarro
2.6 Segundo viaje de Pizarro
2.7 Capitulaci�n de Toledo
2.8 Tercer viaje de Pizarro
3 La conquista
3.1 Conquista de la isla de Pun�
3.2 Desembarco en Tumbes
3.3 Los espa�oles en Poechos y las primeras noticias sobre Atahualpa
3.4 El orej�n esp�a
3.5 La fundaci�n de San Miguel
3.6 El miedo de los espa�oles
3.7 La marcha a Cajamarca
3.8 Pelea entre el mensajero y el embajador
3.9 Los espa�oles llegan a Cajamarca
3.10 La embajada espa�ola ante Atahualpa
3.11 Captura de Atahualpa
3.12 Reparto del bot�n
3.13 Atahualpa ofrece un rescate
3.14 El avance de Almagro
3.15 Expedici�n a Pachac�mac
3.16 La misi�n al Cusco
3.17 La muerte de Hu�scar
3.18 La llegada de Almagro
3.19 La fundici�n del oro y la plata
3.20 El reparto del tesoro
3.21 Viaje de Hernando Pizarro a Espa�a
3.22 El proceso de Atahualpa
3.23 La ejecuci�n de Atahualpa
3.24 Empieza la marcha al Cusco
3.25 Batalla de Jauja o Huaripampa
3.26 Muerte de T�pac Hualpa
3.27 Asentamiento espa�ol en Jauja
3.28 Batalla de Vilcas o Vilcashuam�n
3.29 Contin�a la marcha espa�ola
3.30 Batalla de Vilcaconga
3.31 Muerte de Chalcuch�mac
3.32 Manco Inca se al�a con los espa�oles
3.33 Batalla de Anta
3.34 Toma y saqueo del Cusco
3.35 Proclamaci�n de Manco Inca
3.36 Batalla de Capi
3.37 Segunda batalla de Jauja
3.38 Fundaci�n espa�ola del Cusco
3.39 Fundaci�n espa�ola de Jauja
3.40 Batalla de Maracaylla
3.41 Conquista de Quito
3.42 La expedici�n de Pedro de Alvarado
3.43 Fundaci�n espa�ola de Quito
3.44 Campa�a de Quisquis en el norte
3.45 Muerte de Quisquis
3.46 El fin de Rumi�ahui
4 La resistencia inca y los inicios de la �poca hisp�nica
4.1 La fundaci�n de la Ciudad de los Reyes (Lima)
4.2 Manco Inca se subleva contra el r�gimen espa�ol
4.3 Asedio del Cuzco
4.4 Batalla de Sacsayhuam�n
4.5 Campa�as de Quizu Yupanqui en la sierra central
4.6 Cerco de Lima
4.7 Batalla de Ollantaytambo
4.8 Instalaci�n inca en Vilcabamba y acciones posteriores
4.9 Los �ltimos actos de Manco Inca
4.10 Creaci�n del Virreinato del Per�
4.11 Asesinato y muerte de Manco Inca
4.12 Incas de Vilcabamba
4.13 Restauraci�n de la rebeli�n contra los espa�oles
4.14 Las primeras campa�as
4.15 Captura de T�pac Amaru I
4.16 Ejecuci�n de T�pac Amaru I y fin de la conquista espa�ola
5 V�ase tambi�n
6 Notas
7 Referencias
8 Bibliograf�a
Antecedentes
El primer encuentro entre europeos e incas

Grabado imaginario del supuesto encuentro entre el inca Huayna C�pac y el


conquistador espa�ol Pedro de Cand�a, seg�n el cronista Guaman Poma de Ayala.
Felipe Guam�n Poma de Ayala, cronista mestizo (inicios del siglo XVII), afirma que
el inca Huayna C�pac tuvo un encuentro en el Cuzco con el conquistador Pedro de
Cand�a (griego al servicio de Espa�a), lo cual ser�a el primer contacto directo de
los europeos con el Imperio inca. Ello debi� ocurrir no antes de 1526. Se dice que
la entrevista fue utilizando se�as, seg�n la cual el Inca interpret� que Cand�a
com�a oro, por lo que le brind� oro en polvo[cita requerida] y luego le permiti�
marcharse. Pedro de Cand�a se llev� consigo a un indio huancavilca a Espa�a y lo
present� al rey, siendo luego tra�do de vuelta al Tahuantinsuyo para que hiciera de
int�rprete. Este indio ser�a conocido luego como Felipillo. El informe de Cand�a,
seg�n Guam�n Poma, alent� a numerosos aventureros espa�oles a marchar hacia el
Nuevo Mundo.10? Sin embargo, se considera que la cr�nica de Guam�n Poma contiene
datos err�neos y que este encuentro entre Cand�a y Huayna C�pac no es sino una
leyenda.11?

Un autor moderno, Jos� Antonio del Busto, refiere que el primer encuentro de los
europeos con el imperio incaico se habr�a producido en realidad entre 1524 y 1526,
cuando el portugu�s Alejo Garc�a, junto con un grupo de sus compatriotas atra�dos
por la leyenda del �Rey blanco� o Reino de la plata, avanz� desde el Brasil
recorriendo los actuales territorios de Paraguay y Bolivia, hasta internarse en
suelo del Tahuantinsuyo. Incluso, Alejo Garc�a habr�a comandando una fuerza de 2000
indios chiriguanas y guarayos, que asaltaron la fortaleza incaica de Cuscotuyo y
aniquilaron su guarnici�n. Dicha fortaleza marcaba el l�mite oriental del imperio
incaico, protegiendo la provincia de Charcas (en el Collasuyo) de los avances de
las tribus de los chiriguanas. El cronista Pedro Sarmiento de Gamboa, cuenta,
efectivamente, que durante el reinado de Huayna C�pac los chiriguanas asaltaron
dicha fortaleza, por lo que el inca mand� tropas al mando del general Yasca, que
lograron repeler a los invasores, aunque no menciona la presencia de Alejo Garc�a.
Este emprendi� luego el retorno, cargado de un rico bot�n e incluso inform� a
Mart�n Alfonso de Sousa, gobernador de San Vicente de Brasil, hoy Santos, sobre la
existencia de un opulento reino hacia el oeste de su gobernaci�n. Pero el portugu�s
y sus compa�eros acabaron siendo asesinados por sus propios aliados indios, en la
orilla izquierda del r�o Paraguay, desapareciendo tambi�n su bot�n y las pruebas de
la existencia del imperio incaico.12?

Situaci�n del Imperio incaico


Art�culo principal: Guerra civil incaica

Mapa del Tahuantinsuyo antes de la conquista espa�ola, conformadas con sus suyos
(regiones) y wamanis (provincias).
En 1527, cuando los espa�oles se hallaban explorando las costas norte�as del
imperio incaico, el inca Huayna C�pac y su heredero Ninan Cuyuchi murieron a causa
de una rara enfermedad,13? que algunos autores atribuyen a la viruela tra�da con
los europeos, aunque tambi�n se ha sugerido que Huayna C�pac fue envenenado por un
curaca chachapoya.14?

Tras la anarqu�a posterior al deceso del Inca, Hu�scar asumi� el gobierno por orden
de los orejones (nobles) de Cuzco, quienes cre�an que su experiencia como vice-
gobernante era suficiente para asumir el mando. Hu�scar, preocupado por el excesivo
poder que ten�a su hermano Atahualpa en la regi�n de Quito, donde era apoyado por
los generales Quizquiz, Rumi�ahui y Challcuchima, orden� a Atahualpa que le
rindiera vasallaje. Pero este reaccion� organizando un ej�rcito y declar�ndole la
guerra. El enfrentamiento, que habr�a de durar tres a�os, finaliz� con la victoria
de Atahualpa y la captura y posterior muerte de Hu�scar.15?16?

Situaci�n de Espa�a

Pintura rom�ntica de la llegada de Crist�bal Col�n a Am�rica (Di�scoro Puebla,


1862).

Mapa del mundo que representa a los imperios espa�ol (amarillo) y la inca (rojo) a
inicios del siglo XVI.
En 1479 se produjo la unidad de los reinos m�s importantes de la pen�nsula ib�rica:
Castilla y Arag�n, a trav�s del matrimonio de sus reyes: Isabel I y Fernando II,
m�s conocidos como los Reyes Cat�licos. La nobleza dej� de ser se�orial y se hizo
cortesana, al servicio del rey. La unidad de Espa�a se complement� con la conquista
del reino moro de Granada, en 1492. Ese mismo a�o ocurri� el descubrimiento de
Am�rica, que ampli� el horizonte territorial al naciente Estado. En el plano
econ�mico, Espa�a entr� en un periodo de paulatina decadencia, debido a los
siguientes factores:

La tierra recuperada de los moros pasaron, en su mayor parte, a manos de la


Iglesia, de los se�ores feudales, �rdenes de caballer�a, etc., que carecieron de
inter�s por mejorar la producci�n de abono.
La expulsi�n de los horticultores moros y moriscos influy� en el atraso t�cnico y
el abandono del sistema de riego, que contribuy� a la decadencia de la agricultura.
Junto con la agricultura decae tambi�n la manufactura, mayormente debido a la
escasez de mano de obra calificada, carencia de capitales y exceso tributario.
En el aspecto social, hab�a profundas diferencias. Exist�an nobles y plebeyos y
dentro de cada clase social una serie de categor�as menores. En cuanto a la
mentalidad, los espa�oles que pasaron al Am�rica, estaban influidos por las ideas
medievales y renacentistas. De credo cat�lico, cre�an a pie firme que Dios los
hab�a destinado a conquistar y evangelizar a los habitantes de las tierras
descubiertas en ultramar.
Exploraci�n y descubrimiento
Los espa�oles en Tierra Firme

Divisiones coloniales de Tierra Firme.


Tras los viajes descubridores de Crist�bal Col�n, los espa�oles se fueron asentando
en las islas de las Antillas y se dedicaron a explorar las costas septentrionales
de Am�rica Central y Am�rica del Sur, territorio al que llamaron Tierra Firme.17?

En 1508 la corona espa�ola dividi� a Tierra Firme en dos circunscripciones, con


miras a su colonizaci�n, teniendo como eje el golfo de Urab�:18?

Veragua, futura Castilla de Oro, que comprend�a el territorio al oeste del golfo de
Urab� hasta el Cabo Gracias a Dios (en la frontera entre los actuales estados de
Honduras y Nicaragua). Es decir las actuales costas de Nicaragua, Costa Rica y
Panam�. Fue concedida a Diego de Nicuesa.
Nueva Andaluc�a, llamada tambi�n Urab�, que comprend�a el territorio al este del
golfo de Urab� hasta el Cabo de la Vela, en la pen�nsula de la Guajira, es decir la
actual costa atl�ntica de Colombia. Fue concedida al capit�n Alonso de Ojeda.
Ambos conquistadores, Nicuesa y Ojeda, partieron hacia sus provincias desde la isla
de La Espa�ola (Santo Domingo), que por entonces era el centro de las operaciones
de los espa�oles en el Nuevo Mundo.19?

Nicuesa tom� posesi�n de su gobernaci�n en 1511, donde fund� Nombre de Dios, pero
hubo de enfrentar lo agreste del territorio y la hostilidad de los ind�genas.

Por su parte, Ojeda desembarc� en la actual Cartagena de Indias y tras soportar un


recio combate con los ind�genas, fund� el fuerte de San Sebasti�n. Herido
gravemente, Ojeda retorn� a La Espa�ola, dejando al mando del fuerte a un entonces
oscuro soldado llamado Francisco Pizarro.20? Desde La Espa�ola, Ojeda envi�
refuerzos al mando del bachiller Mart�n Fern�ndez de Enciso, que parti� al mando de
una armadilla en la que viajaba de poliz�n Vasco N��ez de Balboa, que pronto habr�a
de tener figuraci�n en la empresa conquistadora. Estando en alta mar, Enciso se
tropez� con un bergant�n, en donde iban Pizarro y unos cuantos sobrevivientes de la
expedici�n de Ojeda, que hab�an decidido abandonar el fuerte de San Sebasti�n y
retornar a La Espa�ola. Pizarro, contra su voluntad, se uni� a las huestes de
Enciso y juntos retornaron a Tierra Firme.21?

Adentr�ndose m�s al oeste del golfo de Urab�, en territorio que legalmente


pertenec�a a Nicuesa, Enciso fund� la villa de Santa Mar�a la Antigua del Dari�n (o
simplemente La Antigua), el primer asentamiento estable del continente americano
(1510).22? Enciso, convertido en alcalde, se hizo pronto odioso por su despotismo.
Balboa se perfil� entonces como caudillo de los descontentos y pregon� que al estar
el nuevo poblado situado en territorio de Nicuesa, Enciso no era sino un usurpador.
La autoridad de Enciso merm� a�n m�s cuando los colonos nombraron como alcaldes a
Balboa y a Mart�n de Zamudio. Enciso fue remitido preso a Espa�a, donde lleg� en
1512.

Por su parte, Nicuesa, enterado de estos sucesos, parti� desde Nombre de Dios hacia
La Antigua, pero a la semana de su arribo fue arrestado y despose�do del mando por
Balboa. Contra su voluntad fue embarcado en 1511, rumbo a La Espa�ola, pero no se
supo m�s de �l. Debi� de morir durante el trayecto en el mar.23?

El descubrimiento del Mar del Sur

Vasco N��ez de Balboa fue el primer europeo en divisar el oc�ano Pac�fico ("Mar del
Sur" como lo llam�).

Ruta del viaje de N��ez de Balboa al Mar del Sur en 1513.


Fue as� como Balboa se convirti� en el �nico caudillo de los colonos de Tierra
Firme. Fue tambi�n el primero en recibir noticias de un fabuloso imperio situado
m�s al sur, por el lado donde se abr�a un inmenso mar. Las cr�nicas cuentan que, en
una ocasi�n, estando un grupo de espa�oles ri�endo por una peque�a cantidad de oro,
se alz� la voz de Panquiaco, el hijo del cacique Comagre, quien les increp�:

��Qu� es esto cristianos? �Por tan poca cosa re��s? Si tanta gana ten�is de oro...
yo os mostrar� provincia donde pod�is cumplir vuestro deseo; pero es menester para
esto que se�is m�s en n�mero de los que sois, porque hab�is de tener pendencia con
grandes reyes, que con mucho esfuerzo y rigor defienden sus tierras�.
Y al decir esto se�al� hacia el sur, a�adiendo que all� hab�a un mar

�donde navegan otras gentes con nav�os o barcos... con velas y remos�. (Bartolom�
de las Casas, Historia de las Indias, libro III, cap. XLI).24?
Balboa tom� muy en serio la informaci�n y organiz� una expedici�n que parti� de La
Antigua con direcci�n al oeste. Tras cruzar el istmo en medio de una penosa
traves�a, el 25 de septiembre de 1513 avist� un gran mar, al que denomin� Mar del
Sur, que no era otro que el Oc�ano Pac�fico. Fue este un momento crucial para la
historia de la conquista del Per�, pues a partir de entonces la meta de los
espa�oles fue avanzar m�s hacia las costas meridionales, en busca del imperio rico
en oro mencionado por Panquiaco.25?

Primeros intentos de llegar al Per�


Fue as� como el istmo de Panam� qued� convertido de hecho en el nudo de la
conquista y colonizaci�n de Am�rica del Sur. Balboa fue nombrado Adelantado de la
Mar del Sur (1514)26? y plane� una expedici�n destinada a avanzar por las costas
del Mar de Sur. Para tal efecto empez� a construir una flota. Pero no lleg� a
cristalizar este proyecto pues sucumbi� ante las intrigas que urdieron contra �l
sus enemigos desde Espa�a. En efecto, el depuesto bachiller Enciso, al arribar a
Espa�a present� su queja ante el rey, sosteniendo que Balboa no hab�a tenido
facultad para deponerlo como alcalde. La Corona, haci�ndose eco de los reclamos de
Enciso, nombr� a Pedro Arias D�vila o Pedrarias como gobernador de las nuevas
tierras conquistadas. Este arrib� al mando de una expedici�n de m�s de 2000
hombres, la m�s numerosa y completa que hab�a salido de Espa�a para el Nuevo
Mundo.27?

Ejecuci�n de Vasco N��ez de Balboa.


Pedrarias, hombre sanguinario y astuto, busc� la manera de eliminar a Balboa;
finalmente, lo acus� de conspiraci�n y orden� su apresamiento. Esta orden la
cumpli� un piquete al mando de Pizarro. Balboa fue llevado de regreso a La Antigua,
donde Pedrarias y el alcalde Gaspar de Espinoza aceleraron su juicio, siendo
condenado a muerte y decapitado en Acla (1519).28? Tal fue el triste final del
descubridor del Mar del Sur, que de haber sobrevivido se hubiera convertido, sin
duda, en el descubridor y conquistador del imperio incaico.

Pedrarias dedujo la gran importancia que tendr�a la Mar del Sur u Oc�ano Pac�fico
para los futuros descubrimientos y conquistas, y decidi� trasladar la sede de su
gobernaci�n a Panam�, que fund� para tal efecto el 15 de agosto de 1519. A partir
de entonces, esta villa, que obtuvo el t�tulo real de ciudad en 1521, vino a ser la
llave de comunicaciones con el Pac�fico y la puerta por donde se entrar�a al
Per�.29? Nombre de Dios fue el puerto destinado a ponerlo en comunicaci�n con el
Atl�ntico.

Las noticias de la existencia de un imperio con enormes riquezas en oro y plata,


influy� sin duda en el �nimo de los aventureros espa�oles y aport� el ingrediente
decisivo para la preparaci�n de expediciones hacia esos rumbos. En 1522 Pascual de
Andagoya fue el primero en intentar realizar esta empresa, pero su expedici�n
termin� en un estrepitoso fracaso.30?
Fue precisamente a partir de Andagoya que las tierras situadas m�s al sur del Golfo
de San Miguel (sureste de Panam�) se denominaron Bir� (palabra que despu�s se
convertir�a en Per�).31? Se desconoce el origen de este vocablo; posiblemente se
trataba del nombre de un cacique que gobernaba una peque�a comarca en la actual
costa pac�fica colombiana, nombre que los soldados espa�oles, en el habla
coloquial, har�an paulatinamente extensivo a todo el Levante, como tambi�n se
conoc�a a esa regi�n (este �ltimo t�rmino es de uso geogr�fico).

Los tres socios de la Conquista

El conquistador Francisco Pizarro, natural de Trujillo.


Hacia 1523, el conquistador extreme�o Francisco Pizarro radicaba en Panam� como un
vecino m�s o menos acomodado, como todos los residentes espa�oles en Panam�. Empez�
a entenderse con su m�s cercano amigo, el capit�n Diego de Almagro, sobre la
posibilidad de organizar una expedici�n hacia el tan mentado Bir�. Ambos eran rudos
y curtidos soldados con experiencia en la conquista de Tierra Firme. La sociedad se
concret� en 1524, sum�ndose un tercer socio, el cura Hernando de Luque, quien deb�a
aportar el dinero necesario para la empresa. Se repartieron las responsabilidades
de la expedici�n: Pizarro la comandar�a, Almagro se encargar�a del abastecimiento
militar y de alimentos y Luque se encargar�a de las finanzas y de la provisi�n de
ayuda. Se convino en que todas las utilidades se dividir�an en tres partes iguales
para cada socio o sus herederos, y que ninguno tendr�a m�s ventaja que otro.32?33?

El an�lisis hist�rico se inclina a creer que Pizarro pose�a una fortuna modesta,
porque para emprender la aventura, �l y Almagro tuvieron que asociarse con un cura
influyente, Hernando de Luque, que a la saz�n era p�rroco de Panam�. Se menciona a
un cuarto "socio oculto": el licenciado Gaspar de Espinosa, que no quiso figurar
p�blicamente, pero que fue el verdadero financista de las expediciones, usando como
testaferro a Luque y aportando 20.000 pesos.34? Ello debi� ser as�, por cuanto
nunca uno solo de los socios decid�a de manera unilateral las acciones. Solo
posteriormente, iniciada ya la conquista f�sica del Per�, Pizarro tomar�a
decisiones de campa�a o sobre acciones militares y administrativas, prerrogativas
de su cargo de gobernador de Nueva Castilla, concedido por la corona espa�ola a
trav�s de la Capitulaci�n de Toledo, firmada en 1529.

Primer viaje de Pizarro

El conquistador Diego de Almagro, natural de la villa de Almagro, uno de los tres


socios de la conquista del Per�.
Conseguida la autorizaci�n del gobernador Pedrarias D�vila, el 14 de noviembre de
1524 (dato de Jerez) parti� Pizarro de Panam� a bordo de un peque�o bergant�n, el
Santiago, con cerca de 80 hombres, algunos indios nicaraguas de servicio y cuatro
caballos.35? Dej� a Almagro el encargo de reclutar m�s voluntarios y armar otra
nave para que le siguiera cuando estuviera listo.

Pizarro lleg� a las islas Perlas, borde� las costas de Chochama o Chicam�, llegando
hasta Puerto Pi�as y Puerto del Hambre (costa pac�fica de la actual Colombia);35?
prosigui� viaje, luego de una serie de padecimientos y falta de v�veres, hasta
Pueblo Quemado (tambi�n llamado Puerto de las Piedras o R�o de la Espera), donde
sostuvo un recio combate con los ind�genas, con el resultado de dos espa�oles
muertos y veinte heridos (seg�n Cieza) o cinco muertos y diecisiete heridos (seg�n
Jerez). El mismo Pizarro sufri� siete heridas.36?

La hostilidad de los indios y la insalubridad de la zona obligaron a Pizarro a


enrumbar de vuelta hacia el norte, arribando nuevamente a las costas de Chochama.
Por su parte, Almagro, que ya hab�a partido de Panam� en un bergant�n con 60
hombres, debi� cruzarse con Pizarro en alta mar, aunque no se llegaron a avistar.
Siguiendo el rastro de Pizarro, Almagro desembarc� en Pueblo Quemado, donde
igualmente libr� un feroz combate con los indios, perdiendo un ojo a consecuencia
de un lanzazo o un flechazo.37?

Almagro decidi� continuar m�s al sur, llegando hasta el r�o San Juan, pero no hall�
a su socio y decidi� regresar a la isla de Perlas, donde se enter� de los trajines
de Pizarro. Parti� entonces a encontrarse con su socio en Chochama. Pizarro,
interesado en continuar con la empresa, orden� a Almagro que dejara all� a sus
soldados y que retornara �l solo a Panam� para reparar los dos nav�os y juntar m�s
gente.37?

En Panam�, el gobernador Pedrarias culp� del fracaso de la expedici�n y de la


p�rdida de vidas espa�olas a Pizarro. Ello motiv� a que Almagro y Luque
intercedieran por Pizarro ante el gobernador, logrando aplacar por el momento la
tensa situaci�n. Pedrarias autoriz�, no sin recelos, la continuaci�n de la empresa.
De pasada, Almagro logr� el nombramiento de capit�n adjunto.38?

Segundo viaje de Pizarro


V�ase tambi�n: Trece de la Fama
Antes de emprender un segundo viaje, los tres socios formalizaron su sociedad ante
un notario de Panam�, en las mismas condiciones en que verbalmente la hab�an
conformado. A este acuerdo escrito se conoce como el Contrato de Panam�, que se
suscribi� el 10 de marzo de 1526. Sin embargo, hay discrepancias en cuanto a la
fecha, pues por entonces, Pizarro todav�a no regresaba a Panam�.39?

En diciembre de 1525, Almagro parti� de Panam�, llevando dos nav�os, el Santiago y


el San Crist�bal, a bordo de los cuales iban 110 soldados, entre ellos dos grandes
adquisiciones: el piloto Bartolom� Ruiz y el artillero griego Pedro de Cand�a.40?
Almagro se dirigi� a Chochama, al encuentro de Pizarro y sus hombres. Estos hab�an
quedado reducidos a 50; reunidos con los hombres tra�dos por Almagro, llegaron a
160.41?

A principios de 1526, Pizarro y Almagro, junto con sus 160 hombres, se hicieron
nuevamente a la mar. Siguieron la ruta anterior hasta llegar al r�o San Juan, donde
fue enviado Almagro de regreso a Panam� en busca de refuerzos y provisiones; de
otro lado, el piloto Bartolom� Ruiz fue enviado hacia el sur a fin de que explorase
esas regiones.42?

Ruiz avist� la isla del Gallo, la bah�a de San Mateo, Atacames y Coaque; a la
altura de esta �ltima se tropez� con una balsa de indios tumbesinos que iban a
comerciar, seg�n parece, a Panam�. Ruiz tom� algunas de las mercader�as: objetos de
oro y plata, tejidos de algod�n, frutas y v�veres, y retuvo a tres muchachos
indios, que los llev� consigo para prepararlos como int�rpretes. Luego enrumb� al
norte, de vuelta al r�o San Juan, donde le esperaba Pizarro.43?

Rutas de Bartolom� Ruiz (1526-1528).


Bartolom� Ruiz fue el primer navegante europeo que traspas� la l�nea ecuatorial en
el Oc�ano Pac�fico, de norte a sur (Magallanes tambi�n lo hab�a hecho en 1521, pero
de sur a norte),44? descendiendo uno o dos grados de la l�nea equinoccial
(1527).42?

Mientras que Almagro estaba en Panam� y Ruiz navegaba el oc�ano, Pizarro se dedic�
a explorar el r�o San Juan, sus brazos y afluentes. Muchos de sus hombres murieron
a consecuencia de las enfermedades y otros fueron devorados por los caimanes.45?
Cuando regres� Ruiz, Pizarro prometi� a sus hombres que, no bien llegado Almagro,
partir�an hacia el sur, a la tierra donde dec�an venir los muchachos indios que
hab�a tra�do el piloto. Cuando finalmente arrib� Almagro, con 30 hombres y seis
cabalgaduras, todos se embarcaron y enrumbaron hacia el sur.46?

Pasaron por la isla del Gallo y luego por la boca del r�o Santiago. A continuaci�n,
se adentraron en la bah�a de San Mateo. Viendo que la costa era muy segura y sin
manglares, saltaron todos a tierra, incluyendo los caballos y se dedicaron a
explorar la regi�n. Hab�an arribado a la boca del r�o Esmeraldas, donde vieron ocho
canoas grandes, tripuladas por ind�genas.47?

Continuando su marcha, llegaron hasta el poblado de Atacames, donde sostuvieron un


combate o guaz�bara con los nativos. All� encontraron comida y vieron que los
ind�genas llevaban algunas joyas de oro.48? Ello sin embargo no content� a los
espa�oles, pues no ve�an recompensados los sufrimientos que padec�an. Nada menos
que unos 180 espa�oles hab�an fallecido hasta ese momento, desde que empezaran los
viajes de Pizarro. Fue en Atacames donde se produjo la llamada �Porf�a de
Atacames�, entre Almagro y Pizarro. Ella se origin� cuando Almagro reprendi�
severamente a los soldados que quer�an volver a Panam�, calific�ndoles de cobardes,
ante lo cual reaccion� Pizarro defendiendo a sus hombres, pues �l tambi�n hab�a
sufrido con ellos. Ambos capitanes fueron a las palabras mayores, llegando hasta a
sacar sus espadas, y se hubieran batido en duelo si no fuese porque Bartolom� Ruiz,
Nicol�s de Ribera y otros lograron separarlos y avenirlos en conciliaci�n.49?

Calmados los �nimos, los expedicionarios retrocedieron hasta el r�o Santiago, que
los nativos llamaban Tempulla. Mientras tanto, continuaban las penalidades entre
los soldados, traducidas en enfermedades y muertes. Finalmente, buscando un lugar
m�s propicio, Pizarro y Almagro decidieron pasar a la isla del Gallo, donde
llegaron en mayo de 1527. Se acord� que, nuevamente, Almagro deber�a volver con un
nav�o a Panam� a traer nuevos contingentes.50?

Pizarro y Almagro sol�an tener mucho cuidado de que no llegaran a Panam� las cartas
que los soldados enviaban a sus familiares, para evitar que las quejas de estos
fueran conocidas por las autoridades. En Panam�, Almagro tuvo sin embargo
dificultades pues en un ovillo de lana que hab�a sido enviado como obsequio a
Catalina de Saavedra (la esposa del nuevo gobernador, Pedro de los R�os, sucesor de
Pedrarias), un soldado descontento hab�a remitido escondida la siguiente copla:51?
52?

"Pues se�or gobernador,


m�relo bien por entero,
que all� va el recogedor
y aqu� queda el carnicero".
Informado as� de los padecimientos de los expedicionarios, el gobernador impidi� la
salida de Almagro con nuevos auxilios y, por el contrario, envi� un barco al mando
del capit�n Juan Tafur para que recogiese a Pizarro y sus acompa�antes, que se
hallaban en la isla del Gallo.53?

Ciertamente, el descontento entre los soldados de Pizarro era muy grande, pues
llevaban mucho tiempo pasando calamidades. Hab�an transcurrido dos a�os y medio de
viajes hacia el sur afrontando toda clase de peligros y calamidades, sin conseguir
ning�n resultado. Pizarro intent� convencer a sus hombres para que siguieran
adelante, sin embargo la mayor�a de ellos quer�a desertar y regresar a Panam�. Eran
en total 80 los hombres que se hallaban en la isla del Gallo, todos flacos y
macilentos, de los cuales 20 ni pod�an ya mantenerse en pie.54?

Los 13 de la Isla del Gallo. �leo de Juan B. Lepiani, que representa a Francisco
Pizarro en la isla del Gallo, invitando a sus soldados a cruzar la l�nea trazada en
el suelo.
Tafur lleg� a la isla del Gallo en agosto de 1527, en medio de la alegr�a de los
hombres de Pizarro, que ve�an as� finalizado sus sufrimientos. Fue en ese momento
cuando se produjo la acci�n �pica de Pizarro, de trazar con su espada una raya en
las arenas de la isla exhortando a sus hombres a decidir entre seguir o no en la
expedici�n descubridora. Tan solo cruzaron la l�nea trece hombres. Estos "Trece de
la Fama", o los "Trece de la isla del Gallo", fueron:55?

Nicol�s de Ribera, el viejo


Pedro de Halc�n
Alonso Brice�o
Pedro de Cand�a
Ant�n de Carri�n
Francisco de Cu�llar
Garc�a de Jar�n
Alonso de Molina
Crist�bal de Peralta
Domingo de Soraluce
Juan de la Torre
Mart�n de Paz
Gonzalo Mart�n de Trujillo (que falleci� poco despu�s en la isla Gorgona, por lo
que su puesto fue ocupado por el piloto Bartolom� Ruiz, que pese a ser tambi�n uno
de los que cruzaron la raya, por orden de Pizarro debi� regresar a Panam�, con la
misi�n de traer refuerzos).56?
Sobre la escena que se vivi� en la Isla del Gallo, luego que Juan Tafur le
trasmitiera a Pizarro la orden del gobernador Pedro de los R�os, cuenta el
historiador Jos� Antonio del Busto:

"El trujillano [Pizarro] no se dej� ganar por la pasi�n y, desenvainando su espada,


avanz� con ella desnuda hasta sus hombres. Se detuvo frente a ellos, los mir� a
todos y evit�ndose una arenga larga se limit� a decir, al tiempo que, seg�n
posteriores testimonios, trazaba con el arma una raya sobre la arena: Por este lado
se va a Panam�, a ser pobres, por este otro al Per�, a ser ricos; escoja el que
fuere buen castellano lo que m�s bien le estuviere. Un silencio de muerte rubric�
las palabras del h�roe, pero pasados los primeros instantes de la duda, se sinti�
crujir la arena h�meda bajo los borcegu�es y las alpargatas de los valientes, que
en n�mero de trece, pasaron la raya. Pizarro, cuando los vio cruzar la l�nea, "no
poco se alegr�, dando gracias a Dios por ello, pues hab�a sido servido de ponelles
en coraz�n la quedada". Sus nombres han quedado en la Historia".
Jos� Antonio del Busto, La conquista del Per�.57?
Pizarro y los Trece de la Fama esperaron cinco meses por los refuerzos, los cuales
llegaron de Panam� enviados por Diego de Almagro y Hernando de Luque, al mando de
Bartolom� Ruiz (enero de 1528)58?. El nav�o encontr� a Pizarro y los suyos en la
isla Gorgona, (situada m�s al norte de la isla del Gallo), hambrientos y acosados
por los indios.59? Ese mismo d�a, Pizarro orden� zarpar hacia el sur, dejando en la
Gorgona a tres de los �Trece� que se hallaban enfermos: Crist�bal de Peralta,
Gonzalo Mart�n de Trujillo y Mart�n de Paz. Estos quedaron al cuidado de unos
indios de servicio.60?

Grabado que representa a Pedro de Cand�a disparando con un arcabuz de mecha, con el
prop�sito de mostrar y sorprender a los nativos de Tumbes, ya que estos desconoc�an
de este tipo de artefactos.
El tes�n indoblegable de Pizarro dar�a sus frutos. Los expedicionarios llegaron
hasta las playas de Tumbes (extremo norte del actual Per�), la primera ciudad
incaica que divisaban. All�, un orej�n o noble inca se les acerc� en una balsa,
siendo recibido cort�smente por Pizarro. El noble invit� a Pizarro a que
desembarcase para que visitara a Chilimasa, el cacique tall�n de la ciudad de
Tumbes, que era tributario del Imperio Inca. Pizarro orden� a Alonso de Molina que
desembarcara con un esclavo negro y llevara como obsequios para el cacique un par
de puercos y unas gallinas, todo lo cual caus� gran impresi�n entre los
ind�genas.61? Luego fue enviado el griego Pedro de Cand�a, para que con su arcabuz
demostrara a los indios el poder de las armas espa�olas. Los indios acogieron
hospitalariamente a Cand�a, dej�ndole que visitara los principales edificios de la
ciudad: el Templo del Sol, el Acllahuasi o casa de las escogidas y la Pucara o
fortaleza, donde el griego apreci� los ricos ornamentos de oro y plata. Luego,
sobre un pa�o Cand�a traz� el plano de la ciudad, y posteriormente escribi� una
relaci�n, hoy perdida. De vuelta donde sus compa�eros, relat� su experiencia,
afirmando que Tumbes era una gran ciudad construida a base de piedra, todo lo cual
caus� asombro y alent� m�s a continuar en la empresa conquistadora.62?63?

Pizarro navegando por la costas que actualmente son peruanas. Grabado que aparece
en la edici�n espa�ola de la obra de William H. Prescott, 1851.
Pizarro orden� continuar la exploraci�n m�s hacia el sur, recorriendo las costas de
los actuales departamentos peruanos de Piura, Lambayeque y La Libertad, hasta la
desembocadura del r�o Santa (13 de mayo de 1528). En alg�n punto de la costa
piurana (posiblemente en Sechura), se entrevist� con la cacica lugare�a, de la
etnia de los tallanes, a la que los espa�oles dieron el nombre de Capullana, por la
forma de su vestido. Durante el banquete con el que le agasaj� la Capullana,
Pizarro aprovech� para tomar posesi�n del lugar a nombre de la Corona de Castilla.
Se dice que uno de los Trece de la Fama, Pedro de Halc�n, se enamor� locamente de
la Capullana y quiso quedarse en tierra, pero sus compa�eros lo subieron a la
fuerza al nav�o y zarparon todos.64?

Ya en viaje de retorno a Panam�, Pizarro recal� nuevamente en Tumbes, donde el


soldado Alonso de Molina obtuvo permiso para quedarse entre los indios, confiado en
las muestras de hospitalidad que daban estos.65? Ya anteriormente, otros espa�oles
hab�an optado tambi�n por quedarse entre los indios: Bocanegra, que desert� en
alg�n punto de la costa del actual departamento de La Libertad;66? y Gin�s, que se
qued� en Paita (costa de Piura).67? Los tres espa�oles, Molina, Bocanegra y Gin�s,
se reunieron probablemente en Tumbes, con la idea de reunirse con Pizarro cuando
este regresase en su tercer viaje.

Pizarro continu� su viaje de retorno a Panam�; al pasar por la isla Gorgona,


recogi� a los tres expedicionarios que hab�a dejado recuper�ndose de sus males,
pero se enter� de que uno de ellos, Gonzalo Mart�n de Trujillo, hab�a fallecido.68?
Arrib� finalmente a Panam�, con la seguridad de haber descubierto un opulento
imperio, cuya riqueza y alta civilizaci�n lo atestiguaban los mismos nobles
ind�genas, que iban vestidos con primorosos y coloridos ropajes, y que llevaban
adornos de oro y plata labrados con exquisita t�cnica.

Capitulaci�n de Toledo
Art�culo principal: Capitulaci�n de Toledo

Grabado que representa al conquistador espa�ol Francisco Pizarro exponiendo ante el


rey Carlos I de Espa�a las pruebas del descubrimiento del fabuloso Imperio de los
incas.
Ante la negativa del gobernador De los R�os de otorgar permiso para un nuevo viaje,
los socios Pizarro, Almagro y Luque acordaron gestionar este permiso ante la misma
corte. De mutuo acuerdo designaron a Pizarro como el procurador o mensajero que
expusiera la petici�n directamente al rey Carlos I de Espa�a.69? Esa elecci�n,
entre otras razones, se debi� a que, pese a ser iletrado, Pizarro ten�a porte y
fluidez de palabra. Almagro no quiso acompa�ar a Pizarro, ya que cre�a que su falta
de modales y el hecho de ser tuerto podr�an de alguna manera afectar negativamente
al �xito de las negociaciones, decisi�n de la que se arrepentir�a posteriormente,
ya que Pizarro lograr�a grandes ventajas para s� mismo, en desmedro de sus socios,
pese a que antes de partir prometi� velar por los intereses de cada uno de
ellos.70?

Pizarro sali� de Panam� en septiembre de 1528, cruz� el istmo y lleg� a Nombre de


Dios, en donde se embarc� rumbo a Espa�a, haciendo una escala en Santo Domingo
(isla de La Espa�ola). Le acompa�aban el griego Pedro de Cand�a y el vasco Domingo
de Soraluce, as� como algunos ind�genas tallanes de Tumbes (entre ellos el
int�rprete Felipillo); llevaba tambi�n consigo cam�lidos sudamericanos, primorosos
tejidos de lana, objetos de oro y plata y otras cosas que hab�a recogido en sus
viajes, para mostrarlas al soberano espa�ol, como pruebas del descubrimiento de un
gran imperio.71?

Despu�s de una traves�a sin contratiempos, Pizarro desembarc� en San L�car de


Barrameda y arrib� a Sevilla en marzo de 1529. No bien desembarc�, fue apresado por
una demanda de deudas que le entabl� el bachiller Mart�n Fern�ndez de Enciso, por
un asunto que se remontaba a los primeros trabajos de Pizarro en Tierra Firme. Sin
embargo, el rey Carlos I orden� que lo pusieran inmediatamente en libertad.72?

Pizarro, junto con sus acompa�antes, parti� hacia Toledo para entrevistarse con el
monarca. All� se encontr� con su pariente, el conquistador Hern�n Cort�s, ya
prestigiado por la conquista de M�xico y pr�ximo a recibir su t�tulo de Marqu�s del
Valle de Oaxaca, quien se dice que lo ayud� a vincularse con la Corte. Pizarro fue
recibido por Carlos I en Toledo, pero este monarca, que estaba a punto de partir a
Italia, dej� el asunto en manos del Consejo de Indias.73?74?

Fue as� como Francisco Pizarro termin� negociando con el Consejo de Indias,
presidido entonces por el conde de Osorno, Garc�a Fern�ndez Manrique. Tanto Pizarro
como el griego Cand�a expusieron ante los consejeros sus razones para que el rey
diera la autorizaci�n para la conquista y poblaci�n de la provincia del Per�;
Cand�a exhibi� su pa�o donde hab�a dibujado el plano de la ciudad de Tumbes.75?

La emperatriz Isabel de Portugal, quien en nombre del emperador Carlos I de Espa�a,


su esposo, firm� con Pizarro la Capitulaci�n de Toledo.
Terminada la larga negociaci�n, los consejeros redactaron las cl�usulas del
contrato entre la Corona y Pizarro, que la historia conoce como la Capitulaci�n de
Toledo. Ante la ausencia del rey Carlos I, la reina consorte Isabel de Portugal
firm� el documento el 26 de julio de 1529. Estos fueron los principales acuerdos de
esta Capitulaci�n:76?

Se autoriz� a Francisco Pizarro el descubrimiento y conquista de toda la provincia


del Per� o Nueva Castilla, situada desde el pueblo de Tempulla o Santiago (actual
Ecuador) hasta 200 leguas al sur, terminando en el pueblo de Chincha (actual Per�).
Se dio a Pizarro los t�tulos de Gobernador y Capit�n General de la provincia del
Per�, as� como los de Alguacil Mayor y Adelantado, todos ellos de por vida, con un
sueldo anual de 725.000 maraved�es.
A Diego de Almagro se le concedi� la gobernaci�n de la fortaleza que deb�a elevarse
en Tumbes, as� como el t�tulo de hidalgo, con un salario de 5.000 maraved�es al a�o
y con una ayuda de gastos de 200.000 maraved�es.
Hernando de Luque recibi� el Obispado de Tumbes y el t�tulo de �Protector de los
Indios�, con 1000 ducados de sueldo al a�o.
A los Trece de la Isla del Gallo se los elev� a la categor�a de hidalgos de solar
conocido, y a los que ya lo eran, se les concedi� el t�tulo de �Caballeros de la
Espuela Dorada�.
Bartolom� Ruiz fue nombrado �Piloto Mayor de la Mar del Sur�, con 75.000 maraved�es
de salario anual.
Pedro de Cand�a fue nombrado �Artillero Mayor del Per� y Regidor de Tumbes.
Pizarro deb�a salir a los seis meses a partir de la fecha del documento, y desde
Panam� ten�a otros seis meses para seguir a las tierras del Per�. Se le autorizaba
a llevar 150 peninsulares, 100 que pod�an reclutar en Am�rica, as� como 50 esclavos
negros, oficiales de la Real Hacienda, eclesi�sticos y religiosos.
Como se puede ver, el gran beneficiado por esta Capitulaci�n fue Francisco Pizarro,
en desmedro de sus socios Almagro y Luque. En el caso de Almagro, Pizarro arguy� en
su defensa que fue el rey en persona quien se opuso a que el mando se dividiera
entre ambos socios;77?78? fue as� que Pizarro concentr� en su persona los t�tulos
de Gobernador, Capit�n General, Alguacil Mayor y Adelantado, mientras que a Almagro
solo se le dio la gobernaci�n de Tumbes.

Tercer viaje de Pizarro

Miniatura que representa la llegada de Pizarro al Per�.


Pizarro aprovech� su estancia en la pen�nsula ib�rica para visitar Trujillo, su
ciudad natal, donde se reuni� con sus hermanos Gonzalo, Hernando y Juan, a quienes
convenci� para que se sumaran a la empresa conquistadora.79?80? Con ellos prepar�
su tercer y definitivo viaje por la conquista del Per�. Reuni� cuatro naves: tres
galeones y una zabra destinada a capitana, pero le fue dif�cil reunir los 150
hombres que le exig�a una de las cl�usulas de la capitulaci�n. Sin embargo, Pizarro
logr� burlar los controles de las autoridades y el 26 de enero de 1530, �ltimo d�a
de plazo, se adelant� a bordo de la capitana, zarpando de Sanl�car. Los otros
nav�os, al mando de su hermano Hernando, le siguieron despu�s, convenciendo al
factor (inspector) de la Casa Contrataci�n de Sevilla que llevaban m�s de 150
hombres. En realidad llevaban menos de esa cantidad.81?

Tras un viaje sin contratiempos, Pizarro arrib� a Nombre de Dios, donde se encontr�
con su socio Almagro que, como era de esperarse, recibi� con desagrado la noticia
de las pocas prerrogativas conseguidas para �l en la capitulaci�n, en comparaci�n a
los t�tulos y poderes otorgados a Pizarro. A este disgusto se sum� la actitud
prepotente de Hernando Pizarro, el m�s temperamental de los hermanos Pizarro.
Almagro pens� incluso a separarse de la sociedad, pero Luque logr�, una vez m�s,
reconciliar a los dos socios.82?83?78?

De Nombre de Dios, los tres socios y sus hombres pasaron a la ciudad de Panam�.
Empezaron los preparativos. Durante ocho meses, de abril a diciembre de 1530, los
soldados reclutados realizaron su adiestramiento militar.84? Pizarro logr� reunir
tres naves a las que provey� con todo lo necesario para realizar la �entrada�
definitiva al Per�.83?

El 28 de diciembre de 1530 los expedicionarios oyeron misa en la iglesia de La


Merced de Panam�.83? Eran 180 de a pie y 37 de a caballo (datos de Jerez).85?
Estaban ya listos para embarcarse, pero tuvieron que esperar unos d�as m�s para dar
cumplimiento a las disposiciones que exig�a que la expedici�n llevara oficiales
reales.83?

Pizarro parti� finalmente de Panam� el 20 de enero de 1531, con dos nav�os, dejando
el otro barco en el puerto al mando del capit�n Crist�bal de Mena, con el encargo
de seguirle despu�s. Como en anteriores ocasiones, Almagro se qued� en Panam� para
proveer de todo lo necesario para la expedici�n.85? Despu�s de 13 d�as de
navegaci�n (dato de Jerez), Pizarro lleg� a la bah�a de San Mateo, donde decidi�
avanzar por tierra.86? Los expedicionarios caminaron bajo las inclemencias del
clima tropical, la creciente de los r�os, el hambre y las enfermedades tropicales.
Encontraron algunos pueblos indios abandonados, y en uno de ellos, Coaque,
permanecieron varios meses, hallando oro, plata y esmeraldas, en algunas cantidades
apreciables. Pizarro despach� a los tres nav�os con dichas riquezas para que
sirvieran de aliciente a los espa�oles: dos de ellos rumbo a Panam� y uno a
Nicaragua. La t�ctica hizo efecto: los nav�os regresaron de Panam� con treinta
infantes y veintis�is jinetes, mientras que en Nicaragua el capit�n Hernando de
Soto, entusiasmado al ver las muestras de oro, empez� a reclutar gente para partir
rumbo al Per�. El bot�n hallado en Coaque fue, pues, el comienzo de la tentaci�n
por llegar al Per�.87?

En Coaque, muchos de los soldados de Pizarro enfermaron de un extra�o mal que


denominaron bubas, por los tumores que les brotaban en la piel, mal que cobr�
algunas v�ctimas.88?89?

Pizarro parti� de Coaque en octubre de 1531. Siguiendo al sur, empez� a recorrer la


actual costa de Ecuador. Pas� el cabo de Pasao o Pasado, habitada por indios
belicosos y can�bales.90? Recorri� luego la bah�a de Car�quez, donde embarcaron a
toda la gente enferma, continuado el resto por tierra. A toda esa regi�n los
cronistas llaman Puerto Viejo o Portoviejo.91? Pasaron luego por Tocagua, Charapot�
y Mataglan; en esta �ltima se encontraron con Sebasti�n de Benalc�zar, venido de
Nicaragua y que estaba al mando de 30 hombres bien armados, con doce cabalgaduras,
todos los cuales se sumaron a la expedici�n de Pizarro (noviembre de 1531).92?

Pasaron despu�s por Picuaza, Marchan, Manta, la Punta de Santa Elena, Od�n, hasta
la entrada del golfo de Guayaquil.93? El hambre y la sed siguieron castigando a los
expedicionarios, pero se hallaban ya cerca de las puertas del imperio incaico.94?

La conquista

Mapa que muestra la ruta de la expedici�n encabezada por Pizarro durante la


conquista del Per�, desde el inicio de su Tercer Viaje, hasta la llegada al Cuzco,
la capital de los incas.
Conquista de la isla de Pun�
Pasando por el golfo de Guayaquil, Pizarro y sus expedicionarios avistaron la gran
isla de Pun�, separada de tierra firme por un delgado brazo de mar, llamado �el
paso de Huayna C�pac�. El curaca o cacique de la isla, llamado Tumbal�, invit� a
los espa�oles a que cruzaran el paso y visitaran sus dominios. Pizarro acept�, pese
al peligro de una emboscada, pues planeaba usar la isla como cabeza de puente para
el desembarco en Tumbes.95?89?

En Pun�, Pizarro se enter� del violento fin que tuvo Alonso de Molina y otros
soldados espa�oles que se hab�an quedado entre los indios en el curso de su segundo
viaje. Se dice que los espa�oles hallaron en la isla un lugar que ten�a una cruz
alta y una casa con un crucifijo pintado en una puerta y una campanilla colgada y
que luego salieron de dicha casa m�s de treinta chiquillos de ambos sexos, diciendo
en coro �Loado sea Jesucristo, Molina, Molina�. Los indios contaron entonces que
Molina hab�a llegado a Pun� huyendo de los tumbesinos y que se hab�a dedicado a
adoctrinar a los ni�os en la fe cristiana: luego, los isle�os lo convirtieron en su
caudillo durante la guerra librada contra los chonos, peleando en varios combates,
hasta que, en cierta ocasi�n, hall�ndose de pesca a bordo de una balsa, fue
sorprendido y ultimado por los chonos.96?

Tumbal� entr� en tratos con Pizarro, ofreci�ndole su ayuda en su proyectado avance


hacia Tumbes.97? Y es que entre Pun� y Tumbes exist�a una continua guerra; incluso,
en la isla hab�a unos 600 prisioneros tumbesinos, esclavizados por los pune�os. Los
espa�oles recibieron regalos e instrumentos musicales por parte de Tumbal�, como
s�mbolo de la alianza.

Lleg� por entonces a Pun� el curaca Chilimasa de Tumbes, que se entrevist�


secretamente con Pizarro; este hizo que Chilimasa y Tumbal� se amistaran e hicieran
las paces. Lo que ignoraba el espa�ol era que ambos curacas ya no peleaban entre
s�, sino que se hallaban sometidos a la voluntad del inca Atahualpa, a trav�s de un
noble quechua que ejerc�a como gobernador de Tumbes y Pun�. Ambos guardaban tambi�n
un secreto plan para exterminar a los espa�oles, siguiendo las directivas del
inca.98?

Grabado que representa a Hernando Pizarro herido, durante la lucha contra los
indios de Pun�.
Tumbal� se preparaba para realizar el exterminio de los espa�oles, cuando
Felipillo, el int�rprete de los espa�oles (uno de los muchachos recogidos de la
balsa tumbesina por Ruiz), se enter� de aquel plan y lo puso al tanto de Pizarro,
que orden� entonces apresar a Tumbal�. En plena lucha entre indios y espa�oles,
arrib� a Pun� el capit�n Hernando de Soto, procedente de Nicaragua, posiblemente a
fines de 1531. Soto trajo consigo un centenar de hombres, entre ellos 25 jinetes,
refuerzo significativo que decidi� el triunfo espa�ol sobre los indios.99?

Pizarro, para ganarse el apoyo de los tumbesinos, les entreg� a algunos de los
jefes de Pun� que hab�an sido tomados prisioneros y puso en libertad a los
seiscientos tumbesinos esclavizados que se hallaban en la isla. Como se�al de
agradecimiento, Chilimasa acept� prestar sus balsas para que los espa�oles pudieran
trasladar en ellas sus fardajes. Pero detr�s de esas muestras de amistad, Chilimasa
manten�a su plan secreto de exterminar a los espa�oles, siguiendo las directiva que
le hab�a dado Atahualpa.100?

Pizarro permaneci� en Pun� hasta abril de 1532, cuando emprendi� el avance hacia la
costa tumbesina.101?

Desembarco en Tumbes

Desembarco de Pizarro en Tumbes en 1532. Esta pintura se localiza en la Catedral de


Lima, exactamente en la tumba del conquistador.
La navegaci�n de los espa�oles hacia Tumbes dur� tres d�as. Estando todav�a en alta
mar, Pizarro orden� que se adelantaran las cuatro balsas que Chilimasa le hab�a
cedido para transportar los equipajes, en las cuales iban tripulantes indios y tres
espa�oles en cada una de ellas. Fue entonces cuando los indios procedieron a
realizar la estratagema destinada a exterminar a los espa�oles. La primera balsa
que lleg� a tierra fue rodeada por los indios y los tres espa�oles que en ella iban
fueron atacados y arrastrados hasta un bosquecillo, donde fueron descuartizados y
echados sus pedazos en grandes ollas con agua hirviente. La misma suerte iban a
correr otros dos espa�oles que llegaban en la segunda balsa, pero los voces de
auxilio gritadas a tiempo hicieron efecto, ya que Hernando Pizarro, con un grupo de
espa�oles a caballo, arremeti� contra los indios. Muchos de estos murieron a manos
de los espa�oles y otros huyeron a los bosques.102?

Los espa�oles, que no entend�an el motivo de la belicosidad de los tumbesinos, a


quienes hab�an considerado como aliados, encontraron a la ciudad de Tumbes
completamente arrasada y comprobaron que no era una gran ciudad de piedra, como
hab�a informado el griego Cand�a, sino de adobes, lo que desilusion� a no
pocos.103? Hernando de Soto con su tropa persigui� a los tumbesinos levantados
durante toda la noche y en la ma�ana: cayeron sobre sus campamentos,
sorprendi�ndolos y mat�ndolos. Al d�a siguiente continu� la persecuci�n. El cacique
Chilimasa con las debidas garant�as para su vida, se present� ante Hernando de
Soto, quien lo llev� ante Pizarro. Interrogado por la raz�n de su rebeld�a,
Chilimasa se limit� a negar todo y acus� a sus jefes principales de haber tramado
la conjura contra los espa�oles. Pizarro le pidi� que entregara a esos jefes, pero
Chilimasa dijo que eso estaba ya fuera de su alcance, pues aquellos ya hab�an
fugado de la comarca. Superado el incidente, Chilimasa se amist� de nuevo con los
espa�oles y no volvi� a traicionarlos.104?

Con los datos proporcionados por los cronistas espa�oles, se puede reconstruir el
contexto en que ocurri� la destrucci�n de Tumbes, tal como la hallaron los
espa�oles: este poblado hab�a sido arrasado por orden del inca Atahualpa, en
castigo por haber apoyado a Hu�scar, en plena guerra civil incaica. Es posible
tambi�n que una epidemia diezmara a sus pobladores, tal vez la viruela tra�da por
los espa�oles, la misma que acabara con la vida del inca Huayna C�pac. Los
tumbesinos fueron obligados a rendir vasallaje a Atahualpa, quien orden� a su
curaca Chilimasa realizar una comisi�n especial, para demostrar su lealtad: ganarse
la confianza de los espa�oles, para luego, una vez en pleno desembarco, matarlos a
todos. Sin embargo, parece ser que quien llev� a cabo el plan fue el capit�n
incaico dejado en Tumbes por el mismo Atahualpa, con el apoyo de algunos jefes de
Chilimasa, mientras que este se mantuvo al margen. De todos modos, el plan
fracas�.105?
Fue en Tumbes donde Pizarro se enter� de la existencia de la ciudad del Cusco, a
trav�s de una conversaci�n que sostuvo con un indio tumbesino, seg�n se relata en
la cr�nica de Pedro Pizarro:

�...pues preguntando al indio qu� era, el dijo que era un pueblo grande donde
resid�a el Se�or de todos ellos, y que hab�a mucha tierra poblada y muchos c�ntaros
de oro y plata, y casas chapeadas con planchas de oro...�.
Se inform� tambi�n sobre la existencia de valles m�s f�rtiles. Todos estos informes
entusiasmaron a Pizarro, quien qued� muy alentado para continuar con la
conquista.106?

Cabe contar tambi�n que hubo un conato de rebeli�n entre los espa�oles,
espec�ficamente en la persona de Hernando de Soto. Este, durante la correr�a que
hizo al interior persiguiendo a los tumbesinos rebeldes, qued� maravillado al ver
el majestuoso camino inca (el C�pac �an) que iba hacia el norte, a la provincia de
Quito. Quiso entonces Soto, que comandaba una nutrida hueste, independizarse de
Pizarro y dirigir por su cuenta una expedici�n a ese territorio, pero varios de sus
hombres no quisieron seguirle, y algunos fueron a contarle a Pizarro, por lo que el
mot�n debi� frustrarse. Pizarro hizo como que no se enter�, pero a partir de
entonces vigil� rigurosamente a Soto.107?

El 16 de mayo de 1532 Pizarro abandon� Tumbes, donde dej� una guarnici�n espa�ola
al mando de los oficiales reales.108?

Los espa�oles en Poechos y las primeras noticias sobre Atahualpa


Las huestes de Pizarro, que sumaban unos 200 hombres, avanzaron con direcci�n a
Poechos, divididos en dos grupos. La vanguardia estaba al mando del mismo Francisco
Pizarro, acompa�ado por Hernando de Soto. La retaguardia, que constitu�a el grueso
de las tropas, y que estaba al mando de Hernando Pizarro, sali� de Tumbes poco
despu�s, avanzando lentamente porque en sus filas hab�a enfermos.109?

El 25 de mayo de 1532 los espa�oles llegaron a Poechos,110? que era una localidad
habitada por indios tallanes y gobernaba por el curaca Maizavilca, un indio
rechoncho y muy astuto. Este recibi� cordialmente a los espa�oles y para ganarse
m�s la voluntad de Pizarro, le regal� a su sobrino, un muchacho que fue bautizado
como Martinillo y que se convirti� en int�rprete.111?

Poco despu�s, lleg� a Poechos la retaguardia de conquistadores que ven�a con


Hernando Pizarro. Francisco Pizarro mand� a sus hombres a explorar la regi�n: a
Juan Pizarro y a Sebasti�n de Benalc�zar envi� a las provincias adyacentes a
Poechos; y a Hernando de Soto le comision� recorrer las m�rgenes del r�o Chira.
Soto hall� poblaciones numerosas, con curacas o caciques muy revoltosos, a los
cuales captur� y llev� a Poechos, donde fueron obligados a jurar vasallaje al rey
de Espa�a.112?

Atahualpa, �ltimo inca del Tahuantinsuyo (1532-1533).


Fue en Poechos donde los espa�oles supieron de la existencia de un gran monarca que
dominaba todo un vasto imperio, el inca Atahualpa, el cual se estaba desplazando de
Quito a Cajamarca. Adem�s, tuvieron detalles de la guerra que aquel rey sostuvo con
su hermano Hu�scar, el cual, tras ser derrotado, se hallaba cautivo. Preocupado por
la guarnici�n dejada en Tumbes, Francisco comision� a Hernando Pizarro a que
volviera all� y trajera consigo a todos sus hombres.113?

Hernando Pizarro regres� por tierra, pero algunos espa�oles lo hicieron por mar.
Por entonces se hab�an levantado los curacas de la Chira y de Amotape, obligando a
los espa�oles de Hernando Pizarro, a atrincherarse en la huaca Chira y enviar un
mensaje a Francisco Pizarro en demanda de ayuda. Este, al mando de 50 jinetes, se
dirigi� a auxiliar a sus compa�eros de armas, logrando salvarlos. Pizarro castig�
severamente a los curacas: luego de someterlos a tormento para que confesaran su
conjura, trece de ellos fueron estrangulados y quemados sus cuerpos, seg�n lo
cuenta Pedro Pizarro en su cr�nica.114?

El orej�n esp�a
Enterado Maizavilca que Pizarro planeaba fundar una ciudad de cristianos cerca de
su territorio, se incomod� y se puso de acuerdo con los dem�s curacas tallanes
sobre la manera de deshacerse de los espa�oles. Enviaron mensajeros al inca
Atahualpa, que se encontraba entonces en Huamachuco celebrando su triunfo sobre
Hu�scar, para informarle de la presencia en Tumbes y Piura de gente extra�a, de tez
blanca y con barba, salidos del mar, que seg�n ellos pod�an ser los dioses
viracochas, aludiendo a una antigua leyenda que vaticinaba la llegada de seres
divinos con esas caracter�sticas. Quer�an de esa manera que el inca se interesara y
que invitara a los espa�oles a su encuentro.115?

En efecto, Atahualpa se interes� en el asunto y envi� un esp�a a Poechos. Pedro


Pizarro, que hab�a quedado con Hernando Pizarro en Poechos, describe al esp�a como
un orej�n o noble inca, al que llama Apo (que en realidad es un t�tulo, que
significa �se�or�). Crist�bal de Mena lo llama simplemente �capit�n del Inca� y
Juan de Betanzos afirma que se llamaba Ciquinchara y que era un orej�n natural de
Jaquijahuana.116?

Disfrazado de un r�stico vendedor de pacaes, Ciquinchara se adentr� en el


campamento de los espa�oles sin levantar sospechas. Pero Hernando Pizarro,
maliciando de su presencia, lo empuj� y le dio de puntapi�s, arm�ndose entonces un
alboroto entre los ind�genas, lo que aprovech� Ciquinchara para escabullirse e ir
donde el Inca, a quien dio un informe. Particularmente, llamaron la atenci�n del
orej�n tres espa�oles: el domador de caballos, el barbero que con su arte
�rejuvenec�a a los viejos� y el herrero que forjaba espadas. El orej�n opin� ante
Atahualpa, que cuando se procediese a exterminar a los espa�oles, se conservaran a
estos tres, pues ser�an de gran utilidad para los incas.117?

La fundaci�n de San Miguel

Retrato de la fundaci�n de San Miguel de Tangarar� por parte de Pizarro, primera


ciudad espa�ola en el Per�.
Luego de apaciguar a Chira, Pizarro se dirigi� a Tangarar� o Tangarala, a orillas
del r�o Chira, en donde se propuso fundar una villa. Se encomend� la exploraci�n de
la regi�n al fraile dominico Vicente de Valverde.

La villa de San Miguel de Tangarar�, fue fundada el 15 de agosto de 1532 (seg�n el


c�lculo hecho por el historiador Jos� Antonio del Busto).118?n 1? Se eligi� ese
lugar pues era muy f�rtil y se hallaba regularmente poblada de indios; estaba a la
margen derecha del r�o Chira, a unas 6 leguas de un lugar llamado Amotape y a 40 km
del mar.119? Luego de la ceremonia se inscribieron como vecinos 46 conquistadores.
Como su teniente de gobernador fue nombrado el contador Antonio Navarro y como
alcaldes ordinarios al asturiano Gonzalo Farf�n de los Godos y al castellano Blas
de Atienza. Francisco Pizarro hizo el primer reparto de tierras y siervos indios
entre los espa�oles que quisieron afincarse en la villa. Este primer reparto
incluy� adem�s de Piura, Tumbes, el m�s codiciado repartimiento, que le fue
concedido a Hernando de Soto.120?

San Miguel de Tangarar�, actual ciudad de Piura, fue la primera ciudad espa�ola
fundada en el Per� y en todo el hemisferio sur. Tiempo despu�s, en 1588, su sede
fue trasladada a donde se halla actualmente, en Tacal�, en el valle del r�o
Piura.121?

El miedo de los espa�oles


Los espa�oles siguieron recibiendo noticias sobre la riqueza y la inmensidad del
imperio incaico. As�, supieron de la existencia, m�s al sur, en la costa, de
Chincha, gran emporio comercial, mar�timo y terrestre; y de la fabulosa ciudad del
Cuzco, que se hallaba m�s adentro, en la sierra, capital del imperio. Sab�an
tambi�n que el inca Atahualpa, luego de vencer a su hermano Hu�scar, se hallaba en
Cajamarca, a doce o quince jornadas de San Miguel, a donde se llegaba cruzando una
inmensa cordillera. El miedo cundi� en algunos espa�oles, que quer�an regresar a
Panam�. Cierto d�a se hall� en la puerta de la iglesia de San Miguel un papel
clavado donde estaba escrita una copla contra Pizarro. Se acus� de ser su autor a
Juan de la Torre, uno de los trece de la fama, quien, sometido a tortura, confes�
su responsabilidad, siendo condenado a muerte. Pero Pizarro le conmut� la pena y lo
desterr�, siendo embarcado en un nav�o mercante. Algunos a�os despu�s se comprob�
su inocencia y retorn� al Per�.122?

La marcha a Cajamarca

Hernando de Soto, fue uno de los embajadores espa�oles que se entrevistaron con el
inca Atahualpa en Pultumarca o los Ba�os del Inca, cerca de Cajamarca.
Luego de dictar una serie de disposiciones y de reforzar su retaguardia, Pizarro
emprendi� la marcha a Cajamarca.

El cronista Jerez dice que Pizarro sali� de San Miguel el 24 de septiembre de 1532.
Pizarro cruz� el r�o Chira y luego de tres d�as de marcha, lleg� al f�rtil valle
del r�o Piura, donde se detuvo diez d�as. Descontando algunos que regresaron a San
Miguel (a solicitud del teniente de gobernador de esa villa), la hueste de Pizarro
qued� conformada por 62 jinetes y 102 infantes.123?124?

Pizarro parti� de Piura el 8 de octubre de 1532. Ese mismo d�a envi� una avanzada
de 50 a 60 soldados, al mando de Hernando de Soto, hacia el pueblo de Caxas o Cajas
(actualmente desaparecido), donde se dec�a que estaba el ej�rcito de Atahualpa; de
paso, Soto deb�a conseguir el vasallaje de los nativos.125? Soto lleg� a Caxas el
10 de octubre, encontrando el poblado destruido y casi despoblado, enter�ndose que
todo ello era obra de los atahualpistas, que castigaron as� al curaca del pueblo
por ser huascarista. No obstante, los espa�oles hallaron dep�sitos de alimentos y
ropas, y un acllahuasi con m�s de 500 acllas o v�rgenes del Sol, que Soto reparti�
entre sus hombres. Fue entonces cuando apareci� Ciquinchara, el esp�a inca enviado
a Poechos, quien recrimin� a Soto por su osad�a; luego se present� como embajador
de Atahualpa, con la misi�n de ir a invitar a Pizarro para que fuese al encuentro
con el inca. Ciquinchara llevaba unos curiosos presentes para Pizarro: unos patos
desollados y unas fortalecillas de piedra.126?

Soto parti� de Caxas el 13 de octubre, acompa�ado de Ciquinchara, y lleg� a


Huacabamba, un pueblo con mejores edificios y una fortaleza de piedra bien labrada.
Por all� pasaba el camino del Inca o C�pac �an, que caus� asombro a los espa�oles
por su grandeza y su buena f�brica, enter�ndose que un�a Quito con el Cuzco a lo
largo de 300 leguas.127?

Mientras tanto, Pizarro lleg� al pueblo de Pavur, en la orilla derecha del r�o
Piura. Luego, pasando a la margen opuesta, el 10 de octubre lleg� al pueblo o
fortaleza de Zar�n o Serr�n, donde acamp� para esperar a Soto, quien lleg� el 16 de
octubre.128? Ciquinchara se entrevist� con Pizarro para hacerle saber que el Inca
�tiene la voluntad de ser su amigo, y esperalle en paz en Caxamarca�. Luego de esto
el embajador retorn� donde Atahualpa llevando consigo unos regalos que enviaba con
�l Francisco Pizarro (una camisa blanca y muy fina, cuchillos, tijeras, peines y
espejos de Espa�a) y para informarle que el jefe espa�ol �se apresurar�a en llegar
a Caxamarca y ser amigo del Inca�.129?

Tras descansar ocho d�as en Serr�n, Pizarro parti� el 19 de octubre de 1532,


continuando su marcha hacia Cajamarca. Pas� por los pueblos de Copis, Motupe,
Jayanca y T�cume, en tierra de los lambayeque. El 30 de octubre lleg� al pueblo de
Cinto, cuyo curaca inform� a Pizarro de que Atahualpa hab�a estado en Huamachuco y
de que se dirig�a a Cajamarca con cincuenta mil hombres de guerra. Desde Cinto,
Pizarro envi� a un jefe tall�n, de nombre Guachapuro, como su mensajero para hablar
con Atahualpa, con algunos presentes (una copa de cristal de Venecia, borcegu�es,
camisas de Holanda, cuenta de vidrio y perlas).130? Cinto, unida posteriormente a
Collique, ser�a el origen de la ciudad de Chiclayo.131?

El 4 de noviembre Pizarro prosigui� su marcha, pasando por Reque, Mocupe y Sa�a,


esta �ltima una poblaci�n grande y con mucha comida, al pie de la sierra. 132? All�
los espa�oles encontraron una bifurcaci�n del camino. Uno de ellos llevaba a
Chincha y el otro a Cajamarca. Algunos espa�oles opinaban que ser�a mejor ir a
Chincha y postergar el enfrentamiento con Atahualpa. Sin embargo, Pizarro decidi�
continuar hacia Cajamarca, aduciendo que ya el Inca sab�a que hab�a partido de San
Miguel y que iba a su encuentro, habi�ndole incluso enviado mensajes en ese
sentido; cambiar la ruta har�a creer a Atahualpa de que los espa�oles rehu�an por
cobard�a.133? Asimismo, Pizarro quer�a capturar al principal l�der ind�gena,
siguiendo las recomendaciones de Hern�n Cort�s: "lo primero que hay que hacer es
apoderarse del jefe, lo consideran como su dios y tienen poder absoluto. Con ello,
los dem�s no saben qu� hacer". �l mismo ya lo hab�a experimentado en Coaque, la
Pun� y T�mbes, y sab�a que apresando un curaca y teni�ndolo como reh�n se ganaba
mucho. En cambio, suelto, el curaca se convert�a en enemigo peligroso.134?

Pizarro y sus tropas dirigi�ndose a Cajamarca, con el objetivo de entrevistarse con


Atahualpa.
El 8 de noviembre de 1532, los espa�oles empezaron a subir la cordillera.135?
Pizarro decidi� dividir su ej�rcito en dos grupos: la vanguardia con �l y cuarenta
de a caballo y sesenta de a pie. El resto, al mando de Hernando Pizarro, formar�a
la retaguardia y se unir�a a Pizarro cuando �l lo indicase. Luego de un d�a de
marcha, Pizarro mand� decir a su hermano Hernando que se le uniese para continuar
el viaje juntos.134?

El 9 de noviembre de 1532 Pizarro acamp� en medio del fr�o de la sierra, donde


recibi� una embajada de Atahualpa, con diez llamas que el Inca hab�a enviado como
regalo y avis�ndole que este se hallaba hac�a cinco d�as en Cajamarca. El 10 de
diciembre Pizarro prosigui� su camino y acamp� en un lugar que podr�a ser la actual
poblaci�n de Pallaques.136? Aqu� recibi� otra embajada del Inca, encabezada
nuevamente por Ciquinchara, que tra�a otro obsequio de diez llamas, y ratificaba
los informes de la anterior embajada, en el sentido de que Atahualpa se hallaba en
Cajamarca, donde esperaba en son de paz a los espa�oles. Ciquinchara acompa�� a
Pizarro durante todo el camino a Cajamarca.137?

Pizarro continu� el viaje, llegando el 11 de noviembre a un lugar que posiblemente


es la actual Llapa, donde descans� todo el d�a 12. El camino era muy fatigoso, por
ser muy �spero, lleno de riscales y abismos.136?

Pelea entre el mensajero y el embajador


El 13 de noviembre de 1532 regres� Guachapuro, el mensajero tall�n que enviara
Pizarro ante Atahualpa. Cuenta Jerez que Guachapuro, viendo al embajador del Inca
(Ciquinchara), arremeti� contra �l y lo cogi� de las orejas, siendo separado por
Pizarro, que le pregunt� la raz�n de su agresi�n. Guachapuro dio las siguientes
explicaciones: que el enviado del Inca era un mentiroso, que Atahualpa no estaba en
Cajamarca sino en el campo (Ba�os del Inca) y ten�a mucha gente de guerra acampadas
en innumerables tiendas; que a �l lo hab�an querido matar, pero se hab�a salvado
porque amenaz� con que los embajadores de Atahualpa ser�an ajusticiados por
Pizarro; que no permitieron que hablara directamente con el Inca, porque estaba
ayunando, y se entrevist�, por fin, con un t�o de Atahualpa, quien le requiri� por
los cristianos, siendo esta su respuesta:
�Y yo les dije que son valientes hombres y muy guerreros; que traen caballos que
corren como viento y los que van en ellos, llevan unas lanzas largas, y con ellas
matan a cuantos hallan, porque luego en dos saltos los alcanzan, y los caballos con
los pies y bocas matan muchos. Los cristianos que andan a pie dije son muy sueltos,
y traen en el brazo una rodela de madera con que se defienden y jubones fuertes
colchados de algod�n y unas espadas muy agudas que cortan por ambas partes, de cada
golpe, un hombre por medio, y a una oveja (nota: llama) llevan la cabeza, y con
ella cortan todas las armas que los indios tienen; y otras traen ballestas que
tiran de lejos, que de cada saeteada matan un hombre y tiros de p�lvora que tiran
pelotas de fuego, que matan mucha gente�.138?
Por su parte, Ciquinchara, un tanto asombrado de escuchar que un indio tall�n
hablara con tanto atrevimiento, replic� as�: que si Atahualpa no estaba en
Cajamarca era porque sus casas hab�an sido reservadas para aposentar a los
cristianos; que Atahualpa se hallaba en el campo porque esa era su costumbre desde
que estaba en guerra con Hu�scar; que cuando el Inca ayunaba no dejaban que hablara
con nadie m�s sino con su padre el Sol. Muy diplom�ticamente, Pizarro, zanj� la
discusi�n, dando a entender que no ten�a por qu� dudar de la intenci�n pac�fica de
Atahualpa.139?

Los espa�oles llegan a Cajamarca

La vista que se les present� a los espa�oles a su llegada a Cajamarca no debi� ser
muy diferente a la que hoy se le presenta al viajero que por primera vez contempla
desde arriba.
Los espa�oles continuaron su camino. El 14 de noviembre, descansaron en Zavana, A
falta de un solo d�a para llegar a Cajamarca. En Zavana recibieron otra embajada de
Atahualpa, con comida.140? Estando a solo una legua de Cajamarca, �toda la gente y
caballos se armaron, y el Gobernador los puso en concierto para la entrada del
pueblo, e hizo tres haces de los espa�oles de pie y de caballo�.

Los espa�oles divisaron Cajamarca desde las alturas de Shicuana, al noreste del
valle. Era el mediod�a del viernes 15 de noviembre de 1532. Hab�an caminado 53 d�as
desde San Miguel de Tangarar�.141?131?

El Inca Garcilaso de la Vega y Miguel de Estete aseguran que los espa�oles


encontraron en Cajamarca �gente popular y algunos de la gente de guerra� de
Atahualpa. Adem�s, que fueron bien recibidos. Otros cronistas, como Jerez, aseguran
que los espa�oles no encontraron gente en el poblado. Antonio de Herrera y
Tordesillas dice que �s�lo se ve�an en un extremo de la plaza unas mujeres que
lloraban la suerte que el destino reservaba a los espa�oles que hab�an provocado la
c�lera del emperador indio�142?

Cuando Pizarro entr� en Cajamarca, Atahualpa se encontraba a media legua de la


ciudad, en Pultumarca o los Ba�os del Inca, donde hab�a asentado su real, �con
cuarenta mil indios de guerra�, como cuenta Pedro Pizarro. Este campamento,
conformado por extensas hileras de tiendas blancas, con miles de guerreros y
servidores incas, apostados en la falda de una sierra, debi� ofrecer una vista
sorprendente a los conquistadores. El cronista soldado Miguel de Estete, testigo de
los hechos, relata as� sus impresiones:

Y eran tantas las tiendas... que cierto nos puso harto espanto; porque no pensamos
que indios pudieran tener tan soberbia estancia, ni tantas tiendas, ni tan a punto;
lo cual hasta all� en las Indias nunca se vio; que nos caus� a todos los espa�oles
harta confusi�n y temor�
La embajada espa�ola ante Atahualpa
Art�culo principal: Entrevista de Pultumarca

Entrada a las fuentes termales de los Ba�os del Inca. (Cajamarca)


Entrados en Cajamarca, Francisco Pizarro envi� a Hernando de Soto con veinte
jinetes y el int�rprete Felipillo, como embajada para decirle a Atahualpa �que �l
ven�a de parte de Dios y del Rey a los predicar y tenerlos por amigos, y otras
cosas de paz y amistad, y que se viniese a ver con �l.� Soto se hallaba ya a medio
camino, cuando Pizarro, viendo desde lo alto de una de las �torres� de Cajamarca el
impresionante campamento del Inca, temi� que sus hombres pudieran sufrir una
emboscada y envi� a su hermano Hernando Pizarro con otros veinte encabalgados m�s y
el int�rprete Martinillo.143?

Tras cruzar el campamento inca, Soto primero, y luego Hernando Pizarro, llegaron
ante el palacete del Inca, situada en medio de un pradillo, custodiado por unos 400
guerreros incas. A trav�s de los int�rpretes, los espa�oles inquirieron la
presencia del Inca, pero este demor� en salir, a tal punto que inquiet� a Hernando,
quien ofuscado, orden� a Martinillo: ��Decidle al perro que salga...!�144?

Tras el exabrupto de Hernando Pizarro, un orej�n o noble inca sali� del palacete a
observar la situaci�n y luego torn� al interior, informando a Atahualpa que se
hallaba afuera el mismo espa�ol irascible que lo hab�a golpeado en Poechos, sede
del curacazgo de Maizavilca. En efecto, dicho orej�n era Ciquinchara, el esp�a que
hab�a sido enviado por el Inca para que observara a los espa�oles, cuando estos
todav�a se hallaban en Poechos (en el actual departamento de Piura), ocasi�n en la
que sufri� la ira de Hernando Pizarro. Atahualpa se anim� entonces a salir,
caminando hacia la puerta del palacete y procediendo a sentarse sobre un banco
colorado, siempre tras una cortina que �nicamente dejaba ver su silueta.

De inmediato, Soto se acerc� a la cortina, a�n encabalgado, y le present� la


invitaci�n a Atahualpa, aunque �ste ni siquiera lo mir�. M�s bien, se dirigi� a uno
de sus orejones y le susurr� algunas cosas. Hernando Pizarro, muy irascible, perdi�
nuevamente los papeles y comenz� a vociferar una serie de cosas que acabaron por
llamar la atenci�n del Inca, que orden� que le retirasen la cortina. Por primera
vez, los espa�oles pod�an ver al se�or del Tahuantinsuyo y los describieron como un
indio de unos 35 a�os, de cabellos largosn 2? y mirada feroz, vestido con un traje
multicolor, en cuya cabeza reluc�a una borla de rojo encarnado, la mascapaicha.145?

Atahualpa mir� muy particularmente al osado que lo hab�a llamado �perro�, pero se
dirigi� a Soto, dici�ndole que avisara a su jefe que al d�a siguiente ir�a a verlo
en Cajamarca y que ah� deber�an pagarle todo lo que tomaron durante su estancia en
sus tierras.

Hernando Pizarro, sinti�ndose desplazado, le dijo a Martinillo que le comunicara al


Inca que entre �l y el capit�n Soto no hab�a diferencia, porque ambos eran
capitanes de Su Majestad espa�ola. Pero Atahualpa no se inmut�, mientras cog�a dos
vasos de oro, llenos de chicha o licor de ma�z, que le alcanzaron algunas mujeres.
Soto le coment� al Inca que su compa�ero era hermano del Gobernador. El Inca sigui�
mostr�ndose indiferente ante Hernando Pizarro, pero finalmente se dirigi� a �l,
dici�ndole que su capit�n Maizavilca le hab�a informado sobre la manera en que
hab�a humillado a varios caciques encaden�ndolos, y que, de otro lado, el mismo
Maizavilca se vanagloriaba de haber matado a tres cristianos y a un caballo; a lo
que el impulsivo Hernando contest� que Maizavilca era un bellaco y que �l y todos
los indios no podr�an nunca matar cristianos ni caballos porque eran todos unas
gallinas, y que si quer�a comprobarlo, que �l mismo le acompa�ara en la guerra
contra sus enemigos, para que viera c�mo se bat�an los espa�oles.

Retrato que se personifica la entrevista de Pultumarca.


Luego, el Inca ofreci� a los espa�oles los vasos de licor, pero aquellos, temerosos
de que la bebida estuviera envenenada, se excusaron de tomarla, diciendo que
estaban en ayuno. A lo que el Inca replic� diciendo que �l tambi�n estaba ayunando
y que el licor de ning�n modo hac�a romper el ayuno. Para que se disipara cualquier
temor, el Inca prob� un sorbo de cada uno de los vasos, lo que tranquiliz� a los
espa�oles, que bebieron entonces el licor. Soto, montado en su caballo, quiso
enseguida lucirse y comenz� a galopar, haciendo cabriolas ante el Inca; de repente
avanz� sobre el monarca como queriendo atropellarle, pero par� en seco. Soto qued�
asombrado al ver que el Inca hab�a permanecido inmutable, sin hacer el menor gesto
de miedo. Algunos de los servidores del Inca mostraron temor y por ello fueron
castigados. Atahualpa orden� luego traer m�s bebida y todos bebieron. Finaliz� la
entrevista con la promesa de Atahualpa de ir al d�a siguiente a encontrarse con
Francisco Pizarro.146?

El Inca, una vez que se fueron los espa�oles, orden� que veinte mil soldados
imperiales se apostasen en las afueras de Cajamarca, para capturar a los espa�oles:
estaba seguro que al ver tanta gente, los espa�oles se rendir�an. Atahualpa ide� un
plan para capturar a los espa�oles poniendo a cargo a Rumi�ahui para que lo
ejecutara. Sin embargo, Rumi�ahui huy� cuando se produjo la captura de
Atahualpa.147?

Captura de Atahualpa
Art�culo principal: Captura de Atahualpa

�leo de Juan B. Lepiani que representa la captura de Atahualpa en Cajamarca.


La hueste espa�ola constaba de 165 hombres de guerra: 63 jinetes, 93 infantes, 4
artilleros, 2 arcabuceros y 2 trompetas.148? Adem�s de Pizarro, �nicamente Soto y
Cand�a eran soldados de profesi�n. Contaban adem�s con tres int�rpretes ind�genas:
Felipillo, Francisquillo y Martinillo. Los esclavos negros y nicaraguas venidos con
los espa�oles eran muy pocos y debieron actuar solo como escuderos. No ten�an
perros de guerra, pues estos se hab�an quedado en San Miguel.149?

Era inevitable que en la noche del 15 de noviembre de 1532, previa al encuentro con
el inca, cundiera el miedo entre la tropa espa�ola.150? Pedro Pizarro dice: �Pues
estando as� los espa�oles, fue la noticia a Atahualpa, de indios que ten�a
espiando, que los espa�oles estaban metidos en un galp�n, llenos de miedo, y que
ninguno aparec�a por la plaza. Y a la verdad el indio la dec�a porque yo o� a
muchos espa�oles que sin sentirlo se orinaban de puro temor�.151? Los
conquistadores a las �rdenes de Pizarro velaron armas durante la noche, Francisco
Pizarro sobre la base de los largos relatos que le hac�a Hern�n Cort�s sobre la
conquista de los aztecas, ten�a en mente capturar al Inca imitando a Cort�s en
M�xico.

Esta imagen representa a Santiago Mataindios, una extensi�n en Am�rica de Santiago


Matamoros (santo que ayud� a Espa�a contra los musulmanes). Para animar a sus
tropas, los conquistadores dec�an que en los momentos m�s dif�ciles llegaba al
apoyo divino. El grito de batalla era "Santiago, a ellos".
Pizarro dispuso que el griego Pedro de Cand�a se colocase en lo m�s alto de la
fortalecilla o tambo real, en el centro de la plaza, con dos o tres infantes y dos
falconetes o ca�ones peque�os, adjunt�ndoles adem�s dos trompetas. A los de caballo
los dividi� en dos fracciones, al mando de Hernando de Soto y de Hernando Pizarro,
respectivamente. La infanter�a tambi�n fue dividida en dos fracciones, una al mando
de Francisco Pizarro y la otra al mando de Juan Pizarro. Todos deb�an estar
escondidos en los edificios que rodeaban la plaza, esperando la llegada del Inca y
hasta escuchar la se�al de ataque. Esta ser�a un arcabuzazo disparado por uno de
los que estaban con Pizarro, y el sonoro grito de �Santiago!. Si por alguna raz�n
el disparo no fuera o�do por Candia, se agitar�a un pa�uelo blanco como se�al para
que el griego disparara su falconete e hiciera sonar las trompetas (los trompeteros
eran Juan de Segovia y Pedro de Alconchel). La orden era causar estragos entre los
indios y capturar al Inca.152?

Los cronistas fijan las cuatro de la tarde como la hora en que Atahualpa ingres� a
la plaza de Cajamarca, pensado que su ej�rcito de 20.000 hombres ser�a suficiente
para que los espa�oles se retiraran sin luchar, sus hombres no estaban armados.
Miguel de Estete dice: �A la hora de las cuatro comienzan a caminar por su calzada
delante, derecho a donde nosotros est�bamos; y a las cinco o poco m�s, lleg� a la
puerta de la ciudad�. El Inca comenz� su entrada en Cajamarca, antecedida por su
vanguardia de cuatrocientos hombres, ingres� a la plaza con toda su gente, en una
�litera muy rica, los cabos de los maderos cubiertos de plata...; la cual tra�an
ochenta se�ores en hombros; todos vestidos de una librea azul muy rica; y �l
vestido su persona muy ricamente con su corona en la cabeza y al cuello un collar
de esmeraldas grandes; y sentado en la litera en una silla muy peque�a con un coj�n
muy rico�. Por su parte, Jerez se�ala: �Entre estos ven�a Atahualpa en una litera
aforrada de plumas de papagayos de muchos colores, guarnecida de chapas de oro y
plata�. Detr�s del Inca ven�an otras dos literas, donde iban dos personajes
importantes del Imperio: uno de ellos era el Chinchay C�pac, el gran se�or de
Chincha, y el otro probablemente era el Chim� C�pac o gran se�or de los chim�es
(otros dicen que era el se�or de Cajamarca). Los guerreros incas que ingresaron al
recinto se calcula en n�mero de 6.000 a 7.000 y ocupaban media plaza.153?

Dibujo de Guam�n Poma de Ayala que representa a Atahualpa en Cajamarca, sentado en


su trono o usno y acompa�ado de sus guerreros. Delante de �l est�n Francisco
Pizarro y el padre Vicente de Valverde.
Francisco Pizarro envi� ante el Inca al fraile dominico, fray Vicente de Valverde,
al soldado Hernando de Aldana y al int�rprete Martinillo. Ante el Inca, el fraile
Valverde hizo el requerimiento formal a Atahualpa de abrazar la fe cat�lica y
someterse al dominio del rey de Espa�a, al mismo tiempo que le entregaba un
breviario o un Evangelio de la Biblia. El di�logo que sigui� es narrado de forma
diferente por los testigos. Seg�n algunos cronistas, la reacci�n del Inca fue de
sorpresa, curiosidad, indignaci�n y desd�n. Atahualpa abri� y revis� el evangelio
minuciosamente. Al no encontrarle significado alguno, lo tir� al suelo, mostrando
singular desprecio. La reacci�n posterior de Atahualpa fue decirle a Valverde que
los espa�oles devolviesen todo lo que hab�an tomado de sus tierras sin su
consentimiento, reclam�ndoles en especial las ropas que hab�an tomado de sus
almacenes; que nadie ten�a autoridad para decirle al Hijo del Sol lo que ten�a que
hacer y que �l har�a su voluntad; y finalmente, que los extranjeros �se fuesen por
bellacos y ladrones�; en caso contrario los matar�a.154?

Lleno de miedo, el fraile Valverde corri� donde Pizarro, seguido de Aldana y el


indio int�rprete, al tiempo que gritaba al jefe espa�ol: ��Qu� hace vuestra merced,
que Atabalipa est� hecho un Lucifer!�. Luego, Valverde le cont� que el �perro�
(id�latra) hab�a arrojado el evangelio a tierra, por lo que prometi� la absoluci�n
a todo aquel que saliera a combatirlo.155?

Pintura que representa de lo que fue el masacre en Cajamarca.


A una se�al de Francisco Pizarro se puso en marcha lo planificado. Cand�a dispar�
su falconete, tocaron las trompetas y salieron los jinetes al mando de Hernando de
Soto y de Hernando Pizarro. Los caballos fueron los que causaron m�s p�nico a los
ind�genas, que no atinaron a defenderse y solo pensaron en huir de la plaza; tal
era la desesperaci�n, que formaron pir�mides humanas para llegar a lo alto del muro
que circundaba la plaza, muriendo muchos asfixiados por la aglomeraci�n. Hasta que
finalmente, debido a la tremenda presi�n, el muro se derrumb�, y por encima de los
muertos aplastados, los sobrevivientes huyeron por la campi�a. Tras ellos se
lanzaron los jinetes espa�oles, dando alcance y matando a todos los que
pudieron.156?

Mientras tanto, en la plaza de Cajamarca, Francisco Pizarro buscaba el anda del


Inca, mientras que Juan Pizarro y los suyos cercaban al Se�or de Chincha y lo
mataban en su litera.153? Los espa�oles arremetieron especialmente contra los
nobles y curacas, que se distingu�an por sus libreas (uniformes) con escaques de
color morado.157? �Otros capitanes murieron, que por ser gran n�mero no se hace
caso de ellos, porque todos los que ven�an en guarda de Atahualpa eran grandes
se�ores.� (Jerez). Entre esos capitanes del Inca que cayeron ese d�a figuraba
Ciquinchara, el mismo que hab�a oficiado de embajador ante los espa�oles durante el
trayecto entre Piura y Cajamarca.158?

Pintura que representa a Francisco Pizarro en el momento en que captura a


Atahualpa, evitando su muerte a manos de un soldado espa�ol.
Igual suerte hubiera corrido Atahualpa, de no ser por la intervenci�n de Francisco
Pizarro. Suced�a que los espa�oles no pod�an derribar la litera del Inca, a pesar
de que mataban a los portadores, pues cuando estos ca�an, otros cargadores de
refresco se apresuraban a reemplazarlos. As� estuvieron forcejeando gran tiempo; un
espa�ol quiso herir al Inca de un cuchillazo, pero Francisco Pizarro se interpuso a
tiempo, gritando que �nadie hiera al indio so pena de la vida... �; se dice que en
ese forcejeo, el mismo Pizarro sufri� una herida en la mano. Al fin cay� el anda y
el Inca fue capturado, siendo llevado preso a un edificio, llamado Amaru Huasi.159?

Jerez calcula en 2000 los muertos en Cajamarca, todos nativos, quienes durante la
media hora que dur� la masacre no se defendieron (muchos murieron aplastados por
sus compa�eros en el intento de huida), por lo que a dicha carnicer�a es equivocado
llamarla �batalla�.160?

Reparto del bot�n


Tras la victoria en Cajamarca los vencedores se repartieron el bot�n de guerra en
Pultumarca o los Ba�os del Inca. El soldado cronista Estete dice: �... todas esas
cosas de tiendas y ropas de lana y algod�n eran en tan gran cantidad que a mi
parecer fueran menester muchos nav�os en que cupieran�. Otro cronista dice: �...el
oro y la plata y otras cosas de valor se recogi� todo y se llev� a Cajamarca y se
puso en poder del Tesorero de Su Majestad.� Jerez nos dice: �el oro y plata en
piezas monstruosas y platos grandes y peque�os, y c�ntaros y ollas o braseros y
copones grandes y otras piezas diversas. Atahualpa dijo que todo esto era vajilla
de su servicio, y que sus indios que hab�an huido hab�an llevado otra mucha
cantidad�. Fueron los primeros trofeos de importancia que tomaron los espa�oles.

Los metales preciosos llegaron a sumar ochenta mil pesos en oro y siete mil marcos
en plata; tambi�n encontraron catorce esmeraldas.161? A su vez, Francisco L�pez de
Gomara se�ala que �ning�n soldado se enriqueci� tanto en tan poco tiempo y sin
riesgo� aunque agrega �nunca se jug� de esa manera, pues hubo muchos que perdieron
su parte a los dados.�

Era tanto el bot�n, que los espa�oles, al volver a Cajamarca, decidieron solo
llevarse las piezas de oro y plata, dejando todo lo dem�s. Para tal fin, comenzaron
a tomar prisioneros entre los indios, pero, ante su asombro, vieron que estos se
ofrec�an voluntariamente para realizar la labor de cargueros, llevando a sumar
miles. Todos ellos se reunieron en la plaza de Cajamarca; all�, Francisco Pizarro
les habl� por medio de un int�rprete, dici�ndoles que el Inca se hallaba vivo, pero
que era su prisionero. Luego, viendo que los indios eran pac�ficos, orden� que los
liberaran. Suced�a que todos esos indios eran quechuas, partidarios de Hu�scar, y
por lo tanto, enemigos de Atahualpa, y como tales, se hallaban agradecidos con los
espa�oles, a quienes ve�an como aliados. De entre ellos Pizarro escogi� a los m�s
fuertes para que sirvieran de cargadores; tambi�n separ� a las indias m�s j�venes y
bellas, destinadas a ser las sirvientas de los espa�oles.162?

Atahualpa ofrece un rescate

El Rescate de Atahualpa, pintura de Carlos Baca-Flor que representa las


negociaciones de Atahualpa en donde el inca est� contabilizando la cantidad de oro
y plata �hasta donde alcanzara su mano�.
Estando en prisi�n Atahualpa, recib�a en visita a los curacas que le tra�an
obsequios, en oro y plata. El Inca se dio cuenta entonces de que esos metales
preciosos ten�an para los espa�oles otro valor, diferente, al que �l y su pueblo le
daban. Tambi�n se dio cuenta y se convenci� que la �nica forma de salvarse era
ofreci�ndoles gran cantidad de oro y plata. Y as� lo hizo. Le propuso a Francisco
Pizarro que le dar�a, a cambio de su libertad, una sala llena, hasta donde
alcanzaba su mano alzada, con diversas piezas de oro: c�ntaros, ollas, tejuelos,
etc.; y dos veces la misma sala llena de objetos de plata. La sala, conocida ahora
como el Cuarto del Rescate, med�a 22 pies de largo y 17 de ancho (datos de Jerez).
Atahualpa prometi� que cumplir�a en reunir toda esa cantidad de metales preciosos
en un plazo de dos meses. Pizarro se apresur� a confirmar la promesa por escrito en
un acta ante escribano.163?

El Cuarto del Rescate (Cajamarca), habitaci�n donde supuestamente estuvo prisionero


Atahualpa.
Pizarro comenz� a tomar una serie de providencias; reforz� la seguridad de
Cajamarca, con obras civiles, en las cuales trabajaron �muchos indios
huascaristas�. La vigilancia se hizo permanente, por rondas, de 50 soldados de a
caballo, durante el d�a y gran parte de la noche. Durante las madrugadas, era de
150 de a caballo, am�n de los esp�as, informantes y vig�as de pie; indios y
espa�oles.134?

El primer cargamento de oro ofrecido por Atahualpa lleg� del sur y lo trajo un
hermano del Inca, �tr�jole unas hermanas y mujeres de Atahualpa, y trajo muchas
vasillas de oro; c�ntaros y ollas y otras piezas y mucha plata, y dijo que por el
camino ven�a m�s; que como es tan larga la jornada, cansan los indios que lo traen
y no pueden llegar tan a�na; que cada d�a entrar� m�s oro y plata de los que quedan
m�s atr�s�. �Y as�, entran algunos d�as veinte mil, y otras veces treinta mil, y
otras cincuenta, y otras sesenta mil pesos de oro en c�ntaros y ollas grandes de
tres arrobas y de a dos, y c�ntaros y ollas grandes de plata y otras muchas
vasijas�. Pizarro iba acumulando esas piezas en uno de los aposentos donde estaba
Atahualpa, �hasta que cumpla su promesa�.

Sin embargo, los soldados espa�oles comenzaron a murmurar que, al ritmo que iba la
recolecci�n, no se llenar�an los cuartos o galpones en el plazo fijado. Al darse
cuenta de esos comentarios, Atahualpa propuso a Pizarro que, para agilizar el
acarreo del oro y la plata, enviara a sus soldados, tanto al santuario de
Pachac�mac, que se encontraba a �diez jornadas al sur�, como a la ciudad del Cusco,
capital del Imperio, lugares que estaban repletos de esas riquezas. Pizarro acept�
la propuesta.164?

El avance de Almagro
Mientras ocurr�an los sucesos de Cajamarca, arribaron al puerto de Manta (actual
Ecuador) seis nav�os. El 20 de enero de 1533, Pizarro recibi� mensajeros enviados
desde San Miguel de Tangarar�, avis�ndole de tal arribo. Tres de las naves mayores
ven�an de Panam�, al mando de Diego de Almagro, con 120 hombres. Las otras tres
carabelas llegaron de Nicaragua, con 30 hombres m�s. En total desembarcaron 150
hombres, adem�s de 84 caballos, refuerzo apreciable para la empresa de la
conquista. El cacique de Tumbes entr� en rebeld�a, mas no levant� a su gente.

Se iniciaba una nueva etapa de la conquista, que fue m�s de consolidaci�n del
triunfo que hab�an tenido en la plaza de Cajamarca y de reparto del primer bot�n de
guerra. A Francisco Pizarro debi� preocuparle no s�lo la presi�n de sus hombres
para el reparto del oro y la plata, sino la presi�n que deb�an estar recibiendo sus
socios en Panam� y Nicaragua para el pago de los fletes y dem�s pertrechos, para
demostrar el �xito de su empresa y poder as� reclutar m�s gente para la empresa,
gente que por otro lado deb�a necesitar con suma urgencia, dada la escasez de
hombres con que contaban.134?

Expedici�n a Pachac�mac
Siguiendo el consejo de Atahualpa para apresurar la recolecta del oro y la plata,
Pizarro envi� a un grupo de espa�oles a Pachac�mac, en la costa del valle de Lima;
se trataba de un c�lebre santuario de origen preinca, sede de un or�culo de
prestigio, donde iban en peregrinaci�n los indios.165?La expedici�n a Pachac�mac
estuvo al mando de Hernando Pizarro; lo conformaban 14 jinetes, 9 infantes y un
n�mero indeterminado de cargueros ind�genas. Entre los expedicionarios se hallaba
Miguel de Estete, quien escribir�a una Relaci�n de este viaje. Para que les
sirvieran de gu�as, Atahualpa entreg� a los espa�oles al gran sacerdote de
Pachac�mac y otros cuatro sacerdotes menores; tambi�n fueron en la expedici�n
cuatro orejones o nobles incaicos.166? Atahualpa no sent�a ning�n respeto por el
dios Pachac�mac, pues, en una ocasi�n, no acert� en uno de sus or�culos consultados
con respecto a su persona, durante la guerra contra Hu�scar.167?

La expedici�n parti� de Cajamarca el 5 de enero de 1533 y sigui� el camino real o


C�pac �an. La primera escala importante fue Huamachuco. Luego siguieron por el
Callej�n de Huaylas, Huaylas, Huaraz y Recuay, bajando a la costa. Pasaron luego
por la fortaleza de Paramonga, Barranca y Chancay, y entrando al valle de Lima, se
detuvieron en el pueblo de Surco, antes de llegar a Pachac�mac, el 2 de febrero de
1533.168?

Templo del Sol en Pachac�mac.


Llegado ante el templo principal de Pachac�mac (llamado Templo del Sol), que era
una pir�mide escalonada, Hernando exigi� a los servidores del templo que le
entregaran todo el oro que guardaban. Estos le dieron una peque�a cantidad, que no
content� al espa�ol, quien ingres� al recinto sagrado y subi� hasta la cima, donde
se hallaba, dentro de una b�veda peque�a, el �dolo del dios Pachac�mac, tallado en
madera. Vi�ndolo como cosa de idolatr�a, Hernando sac� la imagen y lo quem�,
aprovechando la ocasi�n para adoctrinar a los indios en la fe cristiana.169? La
profanaci�n conmovi� a los nativos, quienes temieron una cat�strofe como castigo;
sin embargo, nada ocurri�.

Como encontrara poco metal precioso en Pachac�mac, en los siguientes d�as, Hernando
mand� mensajeros a los curacazgos aleda�os, orden�ndoles que trajeran todo el oro
posible. Llegaron cargamentos de distintas zonas, como de Chincha, Yauyos y
Huarochir�. Los espa�oles reunieron un bot�n valorado en 90.000 pesos.170? Seg�n
Cieza �es p�blico entre los indios que los principales y los sacerdotes del templo
[de Pachac�mac] hab�an sacado [de este] m�s de 400 cargas de oro, lo cual no ha
aparecido ni los indios que hoy son vivos saben donde est�.165?

El 26 de febrero de 1533, Hernando Pizarro parti� de Pachac�mac y se adentr� en la


sierra, rumbo a Jauja, pues se enter� que all� se hallaba el general atahualpista
Chalcuch�mac, con gente de guerra y m�s oro. Pasando por la meseta de Bomb�n y
Tarma, Hernando lleg� a Jauja, el 16 de marzo. All�, Chalcuch�mac lo recibi� con
grandes fiestas y comedimientos. Hernando, con astucia, convenci� al general indio
para que lo acompa�ara con sus tropas a Cajamarca.171?

La expedici�n de Hernando Pizarro regres� a Cajamarca el 14 de abril de 1533,


trayendo �veintisiete cargas de oro y dos mil de plata�, pero quiz�s lo m�s
importante: tra�a como reh�n al feroz Chalcuch�mac, as� como el conocimiento del
vasto territorio en que se extend�a el imperio incaico, al que pudo recorrer
gracias a su maravilloso camino o C�pac �an.172?

La misi�n al Cusco
Mientras tanto, el 21 de enero de 1533, ingres� a Cajamarca otro cargamento de oro
y plata, tra�dos por un hermano de Atahualpa. Fueron �trescientas cargas de oro y
plata en c�ntaros y ollas grandes y otras diversas piezas�.

Francisco Pizarro, desde Cajamarca, comision� a un orej�n o noble incaico


(posiblemente un hermano de Atahualpa), junto con los espa�oles Pedro Mart�n de
Moguer, Mart�n Bueno y Juan de Z�rate (que se ofrecieron de voluntarios), para que
viajaran hacia el Cuzco. Su misi�n era apresurar el env�o del oro y plata, tomar
posesi�n de la capital del Imperio e informarse de su situaci�n.173?174?

Cuzco en una l�mina de Civitates orbis terrarum (segunda mitad del siglo xvi)
Los comisionados salieron de Cajamarca el 15 de febrero de 1533, acompa�ados de
negros esclavos y cientos de indios aliados. Los espa�oles iban en hamacas cargadas
por muchos indios y con la confianza que les inspiraba la compa��a del noble
incaico, que garantizaba el respeto de los nativos hacia sus personas.175?

Los tres espa�oles llegaron a Jauja, continuando a Vilcashuam�n, y finalmente, tras


dos semanas de viaje, avistaron la gran ciudad del Cusco, de la que sin duda
quedaron impresionados. Fueron los primeros europeos en ver la capital de los
incas. All� se hallaba acantonado el general atahualpista Quizquiz, con tropas
quite�as que sumaban unos 30 000 hombres. Este acogi� amigablemente a los
espa�oles, pues iban acompa�ados del orej�n o noble inca, por lo que les dej� en
plena libertad de actuar. Los espa�oles procedieron a saquear la ciudad todo lo que
pudieron, llegando a deschapar las planchas de oro del templo de Coricancha. Al
descubrir el acllahuasi o casa de las v�rgenes del sol, se dedicaron a violar a las
doncellas.176?

Los tres espa�oles retornaron a Cajamarca llevando unas 600 arrobas de oro, no
pudiendo llevar el cargamento de plata, por ser excesivo, dej�ndolo al cuidado de
Quizquiz, que prometi� guardarlo hasta la llegada de Francisco Pizarro. Uno de esos
espa�oles, Juan de Z�rate, que era escribano, inform� a Pizarro que �se hab�a
tomado posesi�n en nombre de su majestad en aquella ciudad del Cuzco�, entre otras
cosas, como el n�mero y descripci�n de las ciudades existentes entre Cajamarca y el
Cuzco, de la cantidad de oro y plata recogidas. Un dato importante que informaron a
Pizarro fue la presencia en el Cuzco del general Qu�zquiz con �treinta mil hombres
de guarnici�n.� (marzo de 1533).177?

La muerte de Hu�scar

Hu�scar, pen�ltimo inca del Tahuantinsuyo (1525-1532).


Atahualpa, en su prisi�n, se mostraba desenvuelto, alegre y conversador con los
espa�oles, aunque sin perder nunca su solemnidad de gran monarca. Sus captores le
permitieron tener todas las comodidades, siendo atendido por sus servidores y sus
mujeres. Demostraba tener una inteligencia superior. Los espa�oles le ense�aron a
jugar ajedrez y a los dados.178?

Atahualpa recib�a todas las noches la visita de Francisco Pizarro. Ambos cenaban y
conversaban a trav�s de un int�rprete. En una de esas conversaciones, el espa�ol se
enter� que Hu�scar, el hermano y rival de Atahualpa, estaba vivo y prisionero de
los atahualpistas, en las cercan�as del Cusco. Pizarro hizo prometer a Atahualpa
que no matar�a a su propio hermano y que lo trajese a Cajamarca sano y salvo.179?

Grabado que representa la muerte del inca Hu�scar, arrojado a un r�o desde un
precipicio, por orden de su hermano Atahualpa (en Historia de la conquista del
Per�, de William Prescott, edici�n en espa�ol. 1851).
En efecto, Hu�scar fue trasladado con direcci�n a Cajamarca, a trav�s de los
caminos de la cordillera, con los hombros horadados con las cuerdas que arrastraban
sus custodios. En alg�n momento Hu�scar, ya enterado de la prisi�n de Atahualpa a
manos de extra�as gentes, se enter� que aquel hab�a ofrecido un enorme tesoro en
oro y plata por su libertad. Se dice que en ese momento, Hu�scar dijo en voz alta
que �l era el verdadero due�o de todos esos metales, y que se los entregar�a a los
espa�oles para salvarse y ser�a Atahualpa el que fuera muerto. Al parecer, ello
lleg� a o�dos de Atahualpa, quien decidi� entonces eliminar a Hu�scar antes que se
encontrara con los espa�oles, enviando un mensajero con el encargo. Los
atahualpistas cumplieron la misi�n: arrojaron a Hu�scar desde un acantilado al r�o
Andamarca (en la sierra de �ncash).180? Asimismo, la mujer y la madre de Hu�scar,
que le acompa�aban en su cautiverio, fueron asesinadas. Ello debi� ocurrir por el
mes de febrero de 1533.181?

La llegada de Almagro
El 25 de marzo de 1533, poco antes del retorno de Hernando Pizarro de Pachac�mac,
arrib� Diego de Almagro a Cajamarca. Tra�a 120 hombres de Tierra Firme y 84
caballos, m�s los 30 soldados procedentes de Nicaragua que se le sumaron en la
bah�a de San Mateo. En total, 150 hombres. Entre ellos estaban el tesorero Alonso
de Riquelme, y dos de los Trece de la Fama, Nicol�s de Ribera el viejo y Mart�n de
Paz. Tambi�n estaban Nicol�s de Heredia, Juan de Saavedra, entre otros.182?

Almagro y sus hombres quedaron completamente decepcionados al enterarse de que no


les correspond�a nada del fabuloso rescate del inca, pues hab�an llegado muy tarde.
Sin embargo, se tranquilizaron en algo al saber que, en adelante, todo lo recaudado
se repartir�a entre todos. Pero para que ello pudiera ser viable deb�a morir el
Inca.183? Fue por eso que Almagro fue uno de los que m�s instig� la ejecuci�n de
Atahualpa, contra la opini�n de los hermanos Francisco y Hernando Pizarro, en
especial de este �ltimo, quien trab� amistad con el Inca cautivo.

La fundici�n del oro y la plata

Grabado de Theodor de Bry, siglo XVI, que representa el acarreo de oro y plata para
el rescate del inca Atahualpa en Cajamarca.
Mientras tanto, segu�an llegando a Cajamarca los cargamentos de metales preciosos.
El 28 de marzo de 1533 entr� un env�o de oro y plata procedente de Jauja, que tra�a
�ciento siete cargas de oro y siete de plata.�

Pizarro y los suyos, ansiosos por repartirse el rescate, no esperaron a que se


llenaran las habitaciones y dispusieron el inicio de la tarea del reparto. El 13 de
mayo de 1533, se empezaron a fundir las piezas de oro y plata, labor que realizaron
metalistas ind�genas, de acuerdo con su m�todo. Los tom� un mes entero en realizar
la labor.184? Com�nmente se fund�an cada d�a cincuenta o sesenta mil pesos. No
entr� en la fundici�n el trono o sitial que el Inca usaba cuando entr� en andas en
la plaza de Cajamarca, el cual era una pieza de gran valor, pues era oro de 11
kilates y pesaba 83 kilos. Esta pieza qued� en poder de Francisco Pizarro.185?

El reparto del tesoro


El 17 de junio de 1533, culminada la fundici�n, Francisco Pizarro orden� por bando
el reparto del bot�n. Al d�a siguiente presidi� dicho reparto.186? La suma total
del oro alcanz� �un mill�n y trescientos veintis�is mil quinientos treinta y nueve
pesos de oro� (1.326.539 pesos de oro). El total de plata fundida se valoriz� en
�cincuenta y un mil seiscientos diez marcos.� (51.610 marcos de plata). Para dar
una idea de la magnitud del valor del oro, Prescott dice que �teniendo presente el
mayor valor de la moneda en el siglo XVI, vendr�a a equivaler en el actual (siglo
XIX) a cerca de tres millones y medio de libras esterlinas o poco menos de quince
millones y medio de duros� La historia no ofrece ejemplos de semejante bot�n, todo
en metal precioso y reducible como era a dinero constante.�187?n 3?

Luego de pagar los derechos del fundidor espa�ol (1% del total, que da 13.421
pesos), se separ� el quinto real para la Corona espa�ola, que fue de 262.259 pesos
de oro de alta pureza. En cuanto a la plata, a la Corona le toc� 10.121 marcos.
Pizarro, seg�n su criterio, premi� a unos con m�s y a otros les quit� algo. A
continuaci�n, rese�amos algunos datos tomados del acta de repartici�n del rescate
de Atahualpa levantada por el escribano Pedro S�nchez de la Hoz. Para el obispado
de Tumbes se separ� 2220 pesos de oro y 90 marcos de plata. A Pizarro, el
Gobernador, se le otorgaron 57.220 pesos de oro y 2350 marcos de plata. A Hernando
Pizarro le correspondi� 31.080 pesos y 1267 marcos; a Hernando de Soto, 1.740 pesos
y 724 marcos; a Juan Pizarro, 11.100 pesos y 407,2 marcos; a Pedro de Cand�a, 9.909
pesos y 407,2 marcos; a Sebasti�n de Benalc�zar, 9.909 pesos y 407.2 marcos� Los de
a caballo recibieron en total 610.131 pesos de oro y 25.798,60 marcos de plata, lo
que da un promedio individual de 8880 pesos de oro y 362 marcos de plata. Los de
infanter�a recibieron en total 360.994 pesos de oro y 15.061,70 marcos de plata, lo
que da un promedio individual de 4.440 pesos de oro y 181 marcos de plata. Algunos
m�s o algunos menos; se trata solo de promedios.188?

Tambi�n se entreg� unos 15.000 pesos de oro a los vecinos que quedaron en San
Miguel. A pesar de que a Diego de Almagro y su hueste no le correspond�a nada del
rescate, Pizarro quiso mostrarse algo generoso y les otorg� 20.000 pesos de oro
para que se repartieran entre todos ellos (150 hombres), es decir, a cada uno les
correspondi� much�simo menos que a los caballeros e infantes que intervinieron
directamente en la captura de Atahualpa (si tenemos en cuenta que a cada uno de
estos se les dio una cifra que va de 4.000 a 8.000 pesos).188? Almagro hab�a pedido
que a �l y a sus compa�eros les tocase la mitad que a los de Cajamarca. Como no se
pusieron de acuerdo, fue otro motivo para que ambos socios se distanciasen m�s,
arrastrando en sus diferencias a los soldados que estaban bajo el mando de cada uno
de ellos.

Pablo Macera nos da cifras calculando el peso del oro y la plata en kilogramos: �El
Rescate de Atahualpa consisti� en 6,087 kilogramos de oro y 11,793 kilogramos de
plata. A cada soldado a caballo le tocaba 40 kilogramos de oro y 80 kilogramos de
plata. A los peones, la mitad. A los soldados con perros m�s que a los peones. A
Pizarro 7 veces lo que a un jinete de caballo, adem�s del trono de Atahualpa que
pesaba 83 kilogramos de oro. Los sacerdotes recibieron la mitad de un pe�n.�

L�mina gruesa de oro que revest�a un muro inca. Museo del oro. Lima-Per�.
Muchos espa�oles decidieron entonces retornar a Espa�a, con miras a disfrutar en su
patria de las riquezas que hab�an conseguido; y as� fue que unos treinta de los que
participaron en la captura del Inca, colmados de oro y plata, arribaron a
principios de 1535 a Sevilla. Sin embargo, no hab�an podido enterarse que, por
orden de Carlos V, todos sus bienes les ser�an confiscados apenas al desembarcar,
ya que el emperador estaba reuniendo fondos para costear sus empresas de conquista
en el norte de �frica.189?Dice el cronista Jerez, uno de los que abandon� la
conquista, que era tanta la abundancia de dinero que hizo que aumentara enormemente
el valor de las cosas. Se ha dicho que fue la primera inflaci�n de la historia del
Per�.n 4? Este fen�meno se produjo tambi�n en Espa�a, cuando llegaron a Sevilla los
tesoros procedentes del Per�.185?

Los conquistadores pudieron hacer todo ello gracias a la cooperaci�n prestada por
los ind�genas y a la tranquilidad que reinaba en el Imperio. Nada turb� la paz de
los espa�oles: ninguno de los generales de Atahualpa, ni Rumi�ahui en el norte, ni
Chalcuch�mac en el centro, ni Quisquis en el sur, movilizaron sus ej�rcitos,
posiblemente en acatamiento de lo ordenado por el Inca que esperaba confiado su
libertad. Ya vimos que incluso Chalcuch�mac fue tra�do a Cajamarca por Hernando
Pizarro, donde qued� vigilado;190? incluso, fue torturado con fuego para que
revelara el lugar donde ocultaba el tesoro del rescate proveniente del Cusco. El
general inca se limit� a responder que todo el oro lo guardaba Quisquis en dicha
ciudad. Sufri� quemaduras en las piernas y qued� bajo la custodia de Hernando
Pizarro.191?
Viaje de Hernando Pizarro a Espa�a
El 12 de junio de 1533, Hernando Pizarro parti� de Cajamarca, rumbo a Espa�a,
comisionado para llevar lo que hasta ese d�a se hab�a separado del Quinto Real.192?
Francisco Pizarro se deshac�a as� de uno de los m�s fervorosos defensores de la
vida del Inca; evidentemente planeaba acabar ya con el problema que significaba la
prisi�n de Atahualpa.193?n 5?Hernando lleg� a San Miguel de Tangarar�; ah� embarc�
rumbo a Panam�. Cruzando el istmo, se embarc� nuevamente, rumbo a Sevilla, Espa�a.
La primera de las cuatro naos, lleg� a Sevilla, el 5 de diciembre de 1533, con los
espa�oles Crist�bal de Mena y Juan de Sosa (misionero de la Orden de La Merced); el
oro y la plata que se desembarc� de dicha nao, ascend�a a 38.946 pesos. El 4 de
enero de 1534, arrib� y ancl� en Sevilla la nao Santa Mar�a del Campo, en donde
estaba embarcado Hernando Pizarro.

Desembarc� con 153.000 pesos de oro y 5.048 marcos de plata. Todo lo tra�do de
Per�, fue depositado en la Casa de Contrataci�n de Sevilla; de ah� fue trasladado
al aposento del rey de Espa�a. Finalmente, el 3 de junio de 1534, llegaron las
otras dos naos, en donde estaban embarcados Francisco de Jerez, primer secretario
del gobernador Francisco Pizarro y Francisco Rodr�guez, en una y otra nao; se
desembarc� de estas naos, 146.518 pesos de oro y 30.511 marcos de plata. Villanueva
dice que el total desembarcado por las cuatro naos �� fue valorizado en 708.580
pesos. El peso y el castellano eran monedas equivalentes; pero cada uno era igual a
450 maraved�es. S�lo el oro fundido (convertido en barras y otros pedazos) se
valoriz� en 318.861.000 maraved�es. La plata fundida vali� 180.307.680 maraved�es�.

El proceso de Atahualpa

Grabado de Guam�n Poma de Ayala, que representa a Atahualpa prisionero y custodiado


por un soldado espa�ol.
Uno de los acontecimientos de la conquista del Per� del cual se carece de
documentaci�n fidedigna es el proceso que se le sigui� al Inca Atahualpa. Todo
indica que Pizarro nunca tuvo la intenci�n de dejar libre al Inca. Cuando termin�
el reparto del rescate, la situaci�n de los espa�oles en Cajamarca se torn�
espinosa para Pizarro. Especialmente por la gente que hab�a llegado con Almagro,
que estaban ansiosos por entrar en acci�n y marchar al sur, hacia los territorios
a�n desconocidos.194?

El car�cter del Inca y su digno comportamiento, hicieron que muchos de los


capitanes de Pizarro tomaran partido por su persona. De entre ellos sobresalen
Hernando de Soto y Hernando Pizarro, que se opusieron tenazmente a la muerte del
Atahualpa. En especial, se resalta la amistad que trab� Hernando Pizarro con el
Inca. En cuanto a Soto, se dice que quer�a que Atahualpa fuera llevado a Espa�a.
Pero otros, los m�s, deseaban la eliminaci�n del Inca, entre los que se contaban
Almagro y los suyos (quienes quer�an de una vez salir de Cajamarca y continuar con
la conquista), el cura Valverde (que se escandalizaba por los �pecados� del Inca),
el tesorero Riquelme y otros m�s.195?

Tambi�n es de mencionar el papel desempe�ado por el int�rprete Felipillo, que puso


sus ojos en una de las j�venes prometidas de Atahualpa, Cusi Rimay Ocllo,n 6? lo
que le atrajo la ira del Inca. Tuvo que intervenir el mismo Pizarro para obligar a
Felipillo a desistir de sus pretensiones. El int�rprete se veng� del Inca
transmitiendo noticias alarmantes a los espa�oles, fingiendo que aquel preparaba su
fuga en connivencia con sus generales y planeaba la muerte de todos los
cristianos.196?

Francisco Pizarro utiliz� una vez m�s la astucia, urdiendo todo un esquema para
deshacerse de Atahualpa. Su hermano Hernando ya estaba lejos, comisionado para
llevar el Quinto Real a Espa�a. Solo quedaba Hernando de Soto como �nico opositor
prominente de la muerte del Inca. Pizarro, aprovechando las denuncias formuladas
contra el Inca, en el sentido de que estaba en secretas connivencias con sus
capitanes para atacar a los espa�oles por sorpresa, despach� a Hernando de Soto con
una fuerte dotaci�n hacia Huamachuco, a fin de comprobar y batir si era preciso a
los indios que se hallaran en pie de guerra. Apartado as� Soto, Pizarro hizo abrir
un proceso al Inca con la finalidad de justificar la sentencia de muerte que le
ten�a reservada.197?

El tribunal que juzg� a Atahualpa fue un consejo de guerra. Lo presidi� el mismo


Francisco Pizarro. Lo integraba un �doctor� (no identificado) y un escribano
(posiblemente Pedro Sancho de la Hoz). Tambi�n es probable que lo conformasen el
tesorero Alonso de Riquelme, el alcalde mayor Juan de Porras, el fraile Vicente de
Valverde y algunos capitanes como Diego de Almagro, Pedro de Cand�a, Juan Pizarro y
Crist�bal de Mena. Tambi�n se nombraron un fiscal, un defensor del reo y se citaron
diez testigos. El juicio fue sumario y se realiz� en Cajamarca, inici�ndose el 25
de julio de 1533, y culminando al amanecer siguiente.198? Se dice que las
respuestas del Inca, como las declaraciones de los testigos debieron ser ama�adas y
modificadas por el int�rprete Felipillo, quien as� remataba su venganza contra el
Inca.199?197?

Vargas Ugarte dice que sobre el proceso, �no conocemos ni ha llegado a nuestras
manos y por lo tanto, sobre el mismo no existen sino conjeturas�. Agrega que las
famosas preguntas del proceso mencionadas en la Historia General del Per� (Libro 1,
cap�tulo 37) del Inca Garcilaso de la Vega, �o fueron un ama�o del Inca
Historiador, bastante propenso a tejer estas mara�as, o bien, se las sugiri� a �l,
o a alguno de los cronistas de entonces los partidos del Cuzco que, en el hermano
de Hu�scar no ve�an sino un usurpador sanguinario�.197? Sin embargo, el historiador
Del Busto considera que esas preguntas bien pueden merecer alguna credibilidad.200?
Las preguntas que transcribe Garcilaso fueron las siguientes:
�Qu� mujeres hab�a tenido Huayna C�pac? �Si Hu�scar era hijo leg�timo y Atahualpa
bastardo? �Si Huayna C�pac hab�a tenido otros hijos fuera de los citados? �C�mo
hab�a llegado Atahualpa a adue�arse del Imperio? �Fue Hu�scar declarado heredero de
su padre o lo destituy� �ste? �Cu�ndo y c�mo tuvo lugar la muerte de Hu�scar?
�Atahualpa forzaba a sus s�bditos a sacrificar a sus dioses mujeres y ni�os?
�Hab�an sido justas las guerras que movi� Atahualpa, pereciendo en ellas mucha
gente? �Hab�an derrochado las riquezas del Imperio? �Favoreci� a sus parientes en
estos derroches? �Hall�ndose preso, dio �rdenes para que se diese muerte a los
espa�oles?197?
Atahualpa fue hallado culpable de idolatr�a, herej�a, regicidio, fratricidio,
traici�n, poligamia e incesto y fue condenado a morir quemado en la hoguera. La
sentencia se dio el 26 de julio de 1533 y para ese mismo d�a se program� la
ejecuci�n de la misma. Atahualpa rechaz� todas las acusaciones y solicit� hablar en
privado con Pizarro, pero este se neg�.201?

La ejecuci�n de Atahualpa

Ejecuci�n de Atahualpa, seg�n grabado del siglo XIX.


A las 7 de la noche Atahualpa fue sacado de su celda y llevado al centro de la
plaza, donde se hallaba clavado un tronco. All�, rodeado de los soldados espa�oles
que portaban antorchas y del cura Valverde, fue puesto de espaldas al tronco y
luego atado fuertemente, mientras que a sus pies eran arrimados le�os. Un espa�ol
se acerc� con una tea encendida. Viendo que iba a ser quemado, Atahualpa entabl� un
di�logo con Valverde. Preocupado por el hecho de que su cuerpo fuera consumido por
las llamas y no conservado como se estilaba entre los incas, acept� la oferta que
Valverde le hizo, es decir, bautizarse como cristiano para de esa manera cambiar la
pena de hoguera por la del garrote (ahorcamiento); de esa manera su cuerpo ser�a
enterrado.n 7? Fue bautizado all� mismo y le pusieron de nombre Francisco (no Juan,
como algunas versiones dicen). Luego se le enroll� una soga al cuello ajust�ndola
al tronco, y aplicando un torniquete, se procedi� a su estrangulamiento (26 de
julio de 1533).202?
Ha habido mucha discusi�n sobre la fecha de este acontecimiento. Prescott menciona
el 29 de agosto como la fecha de la ejecuci�n del Inca.203? Pero Mar�a Rostworowski
la considera err�nea:
��parece l�gico suponer que la muerte del Atahualpa ocurriera despu�s del 8 de
junio y antes del 29 de julio de 1533. Los espa�oles se quedaron a�n unos d�as en
Cajamarca preparando la partida que tuvo lugar hacia mediados de agosto. El d�a 26
[de agosto] ya estaban en Andamarca y el dos de septiembre en Huaylas. Es
importante aclarar la fecha de la muerte de Atahualpa y rectificar que no tuvo
lugar el 29 de agosto como ha sido sugerido sin fundamento alguno�.204?
Fue el historiador peruano Rafael Loredo quien fij� la fecha en el 26 de julio,
bas�ndose en un documento que hall� en el Archivo de Indias de Sevilla en 1954,205?
donde se dice lo siguiente:
�Y en dicho pueblo de Caxamalca en treinta y un d�as del dicho mes de julio en
presencia de los dichos oficiales de S.M. manifest� Francisco Pizarro mil ciento
ochenta y cinco pesos en piezas labradas de indios que dijo que se le hab�a dado el
cacique Atahualpa y manifest�les despu�s de la muerte de dicho Atahualpa cinco
d�as�.
Lo que, haciendo cuentas, nos da la fecha de 26 de julio de 1533. El historiador
Del Busto apoya esta fecha.205?

Los funerales de Atahualpa, pintura de Luis Montero que representa a Atahualpa


muerto.
Muerto Atahualpa, termin� la dinast�a de los Incas, que gobernaron el Imperio m�s
grande de la Am�rica precolombina (aunque Atahualpa no fuera reconocido por las
panacas reales cusque�as, los espa�oles si lo consideraron Inca). Para guardar las
apariencias, y tener un seguro hasta la toma del Cuzco, Francisco Pizarro, decidi�
nombrar otro Inca (o Sapa Inca), t�tulo que recay� en otro de los hijos del inca
Huayna C�pac: T�pac Hualpa, que los cronistas espa�oles nombran como Toparpa, un
gobernante t�tere, que reconoci� vasallaje al rey de Espa�a.

Empieza la marcha al Cusco

Retrato de Francisco Pizarro, como Gobernador de la Nueva Castilla posteriormente


llamada Per� o Pir�, �leo de Daniel Hern�ndez.
A pesar de tener casi dominado el norte del Imperio incaico, de tener de rehenes a
varios curacas y haber asesinado al Inca y contar con el apoyo de muchos indios
huascaristas y de las diversas etnias o naciones esperanzadas en ser liberadas del
yugo inca, los espa�oles a�n no hab�an consolidado la conquista. Sab�an los
espa�oles que el camino que iba al Cusco, la capital del Imperio incaico, estaba
amenazado por las tropas atahualpistas o quite�as, cuyo caudillo era Quisquis, que
se hallaba en el Cusco.

Pizarro decidi� partir de Cajamarca, rumbo al sur, con direcci�n al Cusco.


Previamente, envi� una comitiva de 10 soldados a San Miguel con la finalidad que
esperasen en ese lugar al primer nav�o procedente de Panam� o de Nicaragua. Con lo
desembarcado, deber�an reunirse con �l en el trayecto.

La hueste espa�ola sali� de Cajamarca el lunes 11 de agosto de 1533, muy de ma�ana.


Eran aproximadamente 400 espa�oles y un n�mero desconocido pero grande de guerreros
indios aliados de los espa�oles, as� como cargueros nativos, mayormente indios
cajamarcas, que transportaban el oro y la plata. Iba tambi�n, como prisionero, el
general Chalcuch�mac, todav�a con las secuelas de las torturas que hab�a sufrido en
Cajamarca, pero que a�n era temido por su calidad de caudillo militar.

En la vanguardia iba T�pac Hualpa o Toparpa, el inca coronado por los espa�oles,
acompa�ado por un gran s�quito de cortesanos, todos alegres porque iban a recuperar
el Cuzco. Detr�s avanzaban los infantes espa�oles, luego segu�an los cargueros
indios, vigilados por los negros esclavos y los indios nicaraguas; al final iban
los jinetes espa�oles.206?

En el primer d�a de viaje, luego de avanzar algunas leguas, acamparon cerca del r�o
Cajamarca. Fue all� donde se enteraron de la muerte de Huari Tito, hermano de T�pac
Hualpa, quien hab�a salido a verificar el buen estado de los puentes y caminos. Los
autores del crimen fueron los quite�os partidarios de Atahualpa.207?

Llegaron a Cajabamba el 14 de agosto y a Huamachuco el 17 de agosto. Esta �ltima


era una ciudad de piedra, cuyo trazo recordaba a Cajamarca; se trataba de la
capital de un gran se�or�o y centro religioso donde se rend�a culto al dios
Catequil. A�n se recordaba la profanaci�n cometida tiempo atr�s por Atahualpa, que
hab�a derribado el �dolo y asesinado a su anciano sacerdote; por ellos, los
huamachucos eran huascaristas y recibieron a los espa�oles como libertadores.208?
Luego de reponer fuerzas por dos d�as, Pizarro continu� la marcha al sur, enviando
previamente una avanzada al mando de Diego de Almagro. Ambos se encuentran en
Huaylas, el 31 de agosto de 1533, donde descansaron una semana.209?

Grabado de Guam�n Poma de Ayala, que representa a Diego de Almagro en lado


izquierdo y a Francisco Pizarro en el derecho.
El 8 de septiembre, los espa�oles continuaron la marcha al sur a trav�s del llamado
callej�n de Huaylas. Pasaron por Andamarca, Corongo, Yungay, Huaraz y Recuay.

El 1 de octubre los espa�oles llegaron a Cajatambo. Ah�, Pizarro reforz� su


vanguardia y retaguardia, ante el temor de levantamientos y ataques de los
naturales, preocup�ndole el hecho de que los pueblos por donde pasaban siempre
estaban abandonados.

El 2 de octubre los espa�oles partieron de Cajatambo, llegando al d�a siguiente a


Oy�n, a 4.890 msnm. El 4 de octubre continuaron la marcha, virando hacia el camino
que cruza la cordillera de Huayhuash. Avistaron la laguna de Chinchaycocha,
borde�ndola por su lado occidental y avistaron el r�o Mantaro.210? En el camino,
Francisco Pizarro se enter�, por informantes, que los generales atahualpistas o
quite�os Yncorabaliba, Yguaparro y Mortay, ven�an reclutando gente de guerra en
Bomb�n (Pumpu); y que conoc�an los movimientos de los espa�oles por noticias
enviadas por Chalcuch�mac. Pizarro orden� entonces que se vigilara rigurosamente a
este.211? El cronista Sancho de la Hoz, dice que el motivo de los quite�os era que
�quer�an guerra con los cristianos, porque ve�an la tierra ganada por los espa�oles
y quer�an gobernarla ellos�.

Los espa�oles prosiguieron a Bomb�n, pueblo que ocuparon el 7 de octubre. Pizarro


redobl� la vigilancia, pues temi� un ataque de los quite�os. Por la noche se enter�
que a cinco leguas de Jauja se hab�an reunido los quite�os y otros indios de
guerra, cuyo plan era replegarse al Cusco y unirse a Quisquis, no sin antes dejar
arrasada toda la localidad jaujina para que los espa�oles no encontraran nada para
aprovisionarse. Pizarro no quiso perder tiempo y se adelant� rumbo a Jauja (9 de
octubre). Llevaba a Chalcuch�mac encadenado, tal vez con el prop�sito de usarlo
como reh�n.211?

Los espa�oles llegaron a Chacamarca, donde hallaron 70.000 pesos en oro, parte del
rescate de Atahualpa, que se hab�a quedado all� tras la muerte del Inca. Pizarro
dej� el oro al cuidado de dos jinetes y continu� su marcha. Todo el paisaje era
silencioso. No se ve�an ni esp�as. Al atardecer del 10 de octubre los espa�oles
arribaron a Tarma, sin encontrar resistencia. All� pasaron la noche, padeciendo
hambre, sed, lluvia y granizo. Al amanecer reemprendieron la marcha hacia
Jauja.212?

Batalla de Jauja o Huaripampa


El Gran Mural de la Historia del Cusco, en esta secci�n del mural se gr�fica la
conquista espa�ola y la ca�da del Tahuantisuyo.
A dos leguas de Jauja, Pizarro dividi� su ej�rcito. Ya cerca, se dio cuenta de que
el pueblo estaba �ntegro; m�s a�n, tuvieron un recibimiento cordial de parte de los
ind�genas, �celebrando su venida, porque con ella pensaban que saldr�an de la
esclavitud en que les ten�a gente extranjera�. El valle de Jauja era tan hermoso,
que los espa�oles no pudieron reprimir su admiraci�n.213?

Pero Pizarro no solo encontr� en Jauja a gente amistosa, sino tambi�n a las tropas
quite�as o atahualpistas de los generales Yurac Huallpa e Ihua Paru, en pie de
guerra. El enfrentamiento result� una atroz matanza de indios; los espa�oles y los
indios auxiliares, emboscaron a las tropas quite�as, haciendo una gran matanza. Los
mismos lugare�os, enemigos de los quite�os, ayudaron a los espa�oles a exterminar a
estos, indic�ndoles donde se escond�an. A este encuentro b�lico se le conoce como
la batalla de Jauja o de Huaripampa.214?

Esas tropas quite�as hab�an sido enviadas por los generales Yncorabaliba, Yguaparro
y Mortay, que se encontraban con el grueso de su ej�rcito a 6 leguas de Jauja y en
permanente contacto con el ej�rcito de Quisquis, que se hallaba acantonado en el
Cusco. Enterado Francisco Pizarro, envi� a un grupo de sus soldados para hacerles
frente, m�s los quite�os los hicieron retroceder. Pizarro, ante esto, pretendi�
atacarlos por sorpresa; pero fue enga�ado y cuando quiso continuar hacia el Cusco,
se dio cuenta de que los puentes estrat�gicos hab�an sido cortados.

Muerte de T�pac Hualpa


En Jauja muri� misteriosamente T�pac Hualpa. Se dice que ya se hallaba enfermo
desde la partida de Cajamarca y que en Jauja empeor�: de pronto perdi� el
conocimiento y cay� desvanecido. El rumor que corri� fue que Chalcuch�mac lo hab�a
envenenado, d�ndole un bebebizo de acci�n letal retardada en Cajamarca. Pero por lo
pronto Pizarro obvi� esta sospecha y convoc� a Chalcuch�mac y otros nobles incas
colaboracionistas que viajaban con �l, para que propusieran un nuevo Inca. En esta
reuni�n y frente al enemigo com�n, nuevamente se notaron las diferencias entre
huascaristas y atahualpistas, lo que fue explotado h�bilmente por Francisco
Pizarro. Chalcuch�mac, propuso a Aticoc, hijo quite�o de Atahualpa, mientras que
los nobles cusque�os propusieron a un hermano del Inca muerto, pero de origen
cusque�o. Como estaban cerca del Cusco, Pizarro, h�bilmente, se decidi� por el Inca
de origen cusque�o.

Mientras los nobles incas buscaban a ese inca cusque�o, Pizarro enviaba
expediciones a la costa, con la finalidad de encontrar lugares id�neos para
instalar puertos mar�timos, y esperando los resultados, se qued� en Jauja. Entre
tanto, envi� otra tropilla con rumbo al Cusco, a fin de que fueran reponiendo los
puentes que estuvieran cortados.

Asentamiento espa�ol en Jauja


Pizarro se percat� que se hab�a alejado mucho de San Miguel de Tangarar�, la
primera ciudad que fundara en el Per�, sin dejar en el camino acantonamientos para
conservar lo ganado. Atra�do por la comarca en que ahora se hallaba, que era
abundante de mantenimientos y muy poblada de nativos amistosos (los huancas),
decidi� hacer en ella la segunda poblaci�n de espa�oles. Fue en ese entonces cuando
se origin� la frase �pa�s de Jauja�, para indicar un lugar pr�digo en riquezas. Se
entiende que los huancas se mostraran demasiado serviciales con los espa�oles, pues
los vieron como aliados para luchar contra los quite�os, sus jurados enemigos.

Pizarro inform� a su gente de su proyecto, recibiendo buena acogida. Unos ochenta


espa�oles pidieron ser admitidos como vecinos y se ofrecieron a guardar el oro y la
plata de sus compa�eros, mientras estos continuaban su marcha al Cusco. Se
empezaban a realizar los preparativos para la fundaci�n, cuando Pizarro recibi�
noticias alarmantes de parte de sus aliados huancas: los quite�os asolaban los
campos, destru�an sus cosechas y cada vez eran m�s numerosos. De modo que pospuso
la fundaci�n y decidi� continuar la marcha.

Dejando una peque�a guarnici�n al mando del tesorero Alonso de Riquelme, Pizarro
parti� con el resto de su ej�rcito, continuado el viaje al Cusco. Era el 27 de
octubre de 1533; hab�a permanecido 15 d�as en Jauja. El capit�n Hernando de Soto se
le hab�a adelantado, al mando de una avanzada de jinetes.215?

Batalla de Vilcas o Vilcashuam�n

Catedral de Vilcashuam�n elevada sobre un antiguo Templo del Sol incaico.


Los espa�oles, en su viaje por todo el valle del Mantaro, continuaron recibiendo el
apoyo de los huancas, alianza que ser�a de vital importancia para la conquista.
Llegaron al pueblo de Panarai (Paucaray) el 30 de octubre de 1533, encontr�ndolo
destruido, aunque pudieron hallar algo de comida. Continuando el viaje, el 31 de
octubre de 1533 llegaron al pueblo de Tarcos (Parcos), donde los recibi� un cacique
que les agasaj� con comida y bebida, y les inform� acerca del paso de Hernando de
Soto, que se preparaba para luchar contra los quite�os atrincherados en las
cercan�as. Continuando la marcha, Pizarro lleg� a un pueblo semidestruido
(posiblemente el actual Tambillo de Illahuasi), donde recibi� una carta de Hernando
de Soto, que le refer�a el combate que sostuvo en Vilcas, cinco leguas m�s
adelante. Era el 3 de noviembre.216?

Efectivamente, Hernando de Soto, que iba de avanzada con un grupo de jinetes


espa�oles y un nutrido ej�rcito de indios jaujas y huancas aliados, hab�a llegado a
Vilcas (hoy Vilcashuam�n), sede de una imponente ciudadela incaica, guarnecida por
los soldados quite�os al mando de Apo Maila, pero que en ese momento se hallaban en
el campo, dedicados a un gran chaku o cacer�a. Solo se hallaban en Vilcas las
mujeres, que fueron tomadas cautivas por Soto. Enterado Apo Maila de la presencia
de los espa�oles, retorn� apresuradamente a defender la fortaleza. Se trab�
entonces un recio combate, entre el 27 y 28 de octubre de 1533. Los espa�oles y sus
aliados ind�genas se vieron rodeados por fuerzas nume

rosas, pero pudieron resistir firmemente. Apo Maila cay� en la lucha y sus tropas,
desmoralizadas, se retiraron, perseguidos por los jinetes espa�oles. No obstante,
las fuerzas quite�as se rehicieron y contraatacaron. Para apaciguar a los
sitiadores, Soto entabl� negociaciones y entreg� a las mujeres que hab�a capturado
en la ciudadela. Poco despu�s, Quisquis orden� a sus tropas retirarse m�s al sur,
ya que el grueso de las tropas espa�olas, con Pizarro a la cabeza, se acercaba a
Vilcas. Los espa�oles tuvieron varios heridos y un caballo muerto.217?

Algo que tambi�n contribuy� a debilitar los ataques de los quite�os, en este tramo
del viaje hacia el Cusco, fue el hecho que tuvieran los espa�oles como reh�n al
general Chalcuch�mac, hombre muy querido por sus tropas. Tem�an la represalia de
Pizarro y la muerte del valiente general atahualpista.

Contin�a la marcha espa�ola

El Qhapaq �an (red vial del Tahuantinsuyo) fue uno de los factores que facilit� la
conquista espa�ola.
Pizarro lleg� a Vilcas el 4 de noviembre y se cercior� que Soto hab�a partido de
all� hac�a dos d�as. Al d�a siguiente, Pizarro prosigui� la marcha. A la altura de
Curamba not� que hab�a galgas o piedras grandes acomodadas en lo alto de los
cerros, con claro prop�sito b�lico, lo que le dio un mal presentimiento. Temiendo
que Soto hubiera sido atacado nuevamente, envi� a Diego de Almagro en su auxilio,
con treinta jinetes.218?

El 6 de noviembre, Pizarro entr� en Andahuaylas (Andabailla, para los espa�oles),


sin ser molestado, donde pas� la noche. Al d�a siguiente continuaron hasta Airamba,
en donde encontraron dos caballos muertos, lo que preocup� a Pizarro sobre la
suerte de Hernando de Soto y su gente. Pero enseguida recibi� otra carta de Soto,
donde este le informaba que se encontraba en el camino al Cusco, que estaba
bloqueado, pero que no hab�a tropas indias enemigas y que los caballos hab�an
muerto de �tanto calentarse y enfriarse�. No mencionaba a Almagro, se�al que no se
hab�an encontrado todav�a.219?

Abandonando Andahuaylas, Pizarro continu� su viaje pasando por Curahuasi y estando


cerca de un gran r�o (el Apur�mac), recibi� una tercera carta de Soto, con la
noticia de que se hallaba acorralado en Vilcaconga por un crecido n�mero de indios
guerreros. La carta se interrump�a bruscamente y el mensajero indio no supo dar
noticia de lo que hab�a ocurrido con posteridad, pues sali� a traer el mensaje muy
entrada la noche. Esto hizo temer a Pizarro que Soto y su tropa hab�an sido ya
exterminados.219?

Batalla de Vilcaconga

Grabado que representa a la hueste espa�ola de Pizarro viajando por la agreste


cordillera de los Andes.
Lo que hab�a pasado era que Hernando de Soto y su gente quisieron adelantarse en
llegar al Cusco, para apoderarse de sus riquezas y no compartir con el resto de los
espa�oles. Pero luego de vadear un r�o, al que hab�a cortado los puentes, se
encontr� con tropas indias enemigas, que le trabaron batalla en la empinada cuesta
de Vilcaconga (8 de noviembre de 1533). Estas tropas pertenec�an al ej�rcito de
Quisquis, y ten�an como aliados a los indios tarmas; su jefe era Yurac Huallpa.220?
Los tarmas estaban aliados con Quisquis debido a que anteriormente hab�an sufrido
una grave afrenta de parte de Soto: sus embajadores a los que enviaron para
solicitar alianza con los espa�oles fueron mutilados, pues Soto no confi� en ellos
y temi� un enga�o.221?222?

Los quite�os se hab�an dado cuenta de que ya los espa�oles estaban cansados, de
igual manera que sus caballos y perros, por lo que, de propia voluntad, a veces sin
�rdenes de Quisquis, atacaban a los espa�oles. Eso fue lo que pas� luego del vadeo
del r�o, al subir la cuesta, fueron atacados por los indios, que presionaron con
tanta fuerza que mataron a cinco jinetes espa�oles. �A cinco cristianos cuyos
caballos no pudieron subir a lo alto, carg� tanto la muchedumbre, que a dos de
ellos les fue imposible apearse y los mataron encima de sus caballos��; �les
abrieron a todos la cabeza por medio, con sus hachas y porras�. Los cinco espa�oles
muertos eran: Hernando de Toro (de Trujillo); Francisco Mart�n, el narigudo; el
sastre Rodas; el vasco Gaspar de Marquina y Miguel Ruiz.223?

Luego de este ataque, los quite�os se fueron a una colina cercana, esperando el
enfrentamiento franco, �casi concertado, esperando siempre un arreglo amistoso�,
costumbre de la guerra andina; mientras que Hernando de Soto recurr�a al enga�o, al
fingir que se refugiaba en un llano, aparentando huir, mientras que una parte de la
tropa imperial, los persegu�a a hondazos, hasta que una vez que los hubieron
alejado lo suficiente del grueso de las tropas incas, sobrepar� la caballer�a y
arremeti� contra ellos, aniquil�ndolos. Cuando el grueso del ej�rcito quite�o vio
esto, se retir�, pero acamparon muy cerca los dos ej�rcitos, que se o�an las voces.

La llegada inesperada de Diego de Almagro, con 40 a caballo, anunciada por la


trompeta de Pedro de Alconchel, hizo que los indios se retiraran, sin presentar
batalla. Esa es la versi�n espa�ola; seg�n la versi�n de Titu Cusi Yupanqui,
Quisquis orden� la retirada, porque fue informado de que Manco Inca, el noble inca
del bando cusque�o o huascarista (es decir, enemigo de los quite�os o
atahualpistas), marchaba contra �l a combatirlo, lo que compromet�a seriamente su
retaguardia. Manco Inca guardaba tambi�n el prop�sito de aliarse con los espa�oles,
y justamente iba ya al encuentro de estos.224?
Superada la adversidad, Hernando de Soto y Diego de Almagro continuaron juntos el
viaje hacia el Cuzco, cuando fueron informados de la presencia de una tropa enviada
por Quisquis, por lo que optaron por atrincherarse en un pueblo, en donde esperaron
a Francisco Pizarro.

Muerte de Chalcuch�mac

El capit�n Chalcuch�mac luchando contra las etnias del norte, seg�n un dibujo de
Guaman Poma.
Conocedor de los ataques que hab�a sufrido su avanzada encabezada por Soto,
Francisco Pizarro sospech� que todos sus movimientos eran espiados y que
Chalcuch�mac era el que enviaba dichos informes a las tropas quite�as. Continuando
el camino y estando ya cerca del Cusco, Diego de Almagro se present� en el
campamento de Pizarro y continuaron hasta donde se encontraba Hernando de Soto.
Unidos as�, siguieron ese mismo d�a a Jaquijahuana (Sacsahuana), donde acamparon
(12 de noviembre de 1533).221?

En el trayecto, ocurri� un hecho de mucha trascendencia: los belicosos indios


ca�aris, con su caudillo Chilche, ofrecieron su apoyo a los espa�oles, quienes
gustosos aceptaron. Esta etnia, procedente del actual territorio de Ecuador, hab�an
formado parte de las huestes de Quisquis, pero debido a un desacuerdo con este
jefe, se plegaron en masa a los espa�oles.225?

Diego de Almagro y Hernando de Soto, convencieron a Francisco Pizarro, de que los


ataques de los indios en Vilcashuam�n y en Vilcaconga eran producto de la
�infidencia de Chalcuch�mac�, pues de otro modo no se entend�a que el enemigo
conociera el movimiento de los espa�oles al detalle. Pizarro sab�a que, en
realidad, hab�a sido la indisciplina de Soto la que hab�a propiciado la muerte de
los espa�oles en Vilcaconga, al querer adelantarse a tomar el Cusco, pero disimul�,
pues Soto era jefe de una numerosa hueste y no conven�a en esos instantes crear
divisionismo entre ellos.226?227?

Los jefes espa�oles acordaron condenar a Chalcuch�mac a morir en la hoguera. Por


intermedio de un int�rprete, el cura Valverde trat� de persuadir al capit�n incaico
a que se hiciera cristiano, dici�ndole que los que se bautizaban y cre�an en
Jesucristo iban a la gloria del para�so, y los que no cre�an en �l, iban al
infierno. Mas Chalcuch�mac se neg� a ser cristiano, diciendo que no sab�a qu� cosa
fuese esa ley y comenz� a invocar a su dios Pachac�mac para que, por intermedio del
capit�n Quisquis, viniera a socorrerlo.228?

Chalcuch�mac muri� quemado vivo en la plaza de Jaquijahuana, neg�ndose en todo


momento a bautizarse como cristiano (12 de noviembre de 1533). Un cronista asevera
que �toda la gente de la tierra se alegr� infinito de su muerte, porque era muy
aborrecido de todos por conocer lo cruel que era�. Pizarro prometi� que atrapar�a y
har�a lo mismo con Quisquis, el otro general atahualpista que continuaba en
rebeld�a.229? Al d�a siguiente fue anunciada la visita de un pr�ncipe quechua o
cusque�o al campamento espa�ol, lo cual tom� por sorpresa a Pizarro.230?

Manco Inca se al�a con los espa�oles

Encuentro entre Manco Inca y Francisco Pizarro.


El 14 de noviembre de 1533, se present� en el campamento de Francisco Pizarro, en
Jaquijahuana, Manco Inca Yupanqui, hijo de Huayna C�pac, de ascendencia cusque�a
(es decir, del bando huascarista). Este personaje, llamado tambi�n Manco II, era
uno de los hijos de Huayna C�pac con la coya imperial, nacido probablemente en
1515, de modo que era todav�a muy joven. Hab�a escapado de la matanza de nobles
cusque�os que los atahualpistas hicieron en el Cusco, durante la guerra civil, y
desde esa �poca hab�a permanecido escondido. Ahora reaparec�a, para ofrecer su
apoyo a los espa�oles, en la guerra com�n que enfrentaban contra las tropas
atahualpistas o quite�as de Quisquis. Pizarro acept� gustoso esta alianza, y
apresur� la marcha al Cusco, que seg�n Manco, se hallaba amenazada de ser
incendiada por los quite�os.231?

Villanueva Sotomayor opina que los incas hab�an observado las costumbres de los
espa�oles, y que fatalmente, no pudieron aprovechar las debilidades de los mismos,
por las rivalidades, producto de la guerra civil que a�n continuaba, a pesar de la
presencia del verdadero invasor. Y lo grafica muy bien, diciendo que Manco Inca
Yupanqui, sab�a muy bien que los espa�oles en d�a domingo, no com�an carne roja y
habiendo ido a pescar con unos indios la �comida de los espa�oles del d�a de
guardar�, recibi� a un chasqui que le avisaba noticias del Cusco. Regres� Manco
Inca Yupanqui al campamento donde Francisco Pizarro para decirle: �� dice que
Qu�zquiz con su gente de guerra va a quemar el Cusco y que est� ya cerca, y he
querido avis�rtelo para que pongas remedio�.

Batalla de Anta

Las tropas de Quizquiz se enfrentaron al ej�rcito combinado de Manco Inca y


Pizarro. Pintura de Juan Bravo para la municipalidad del Cuzco.
La adhesi�n de Manco Inca Yupanqui a los espa�oles, adicion� m�s tropas incas al
lado de Francisco Pizarro; este inesperado apoyo, influy� en el �nimo del
conquistador para entrar al Cusco. Ya cerca de la ciudad imperial, se toparon con
las huestes de Quisquis, a las que presentaron batalla en Anta. Los quite�os
atacaron y lograron matar a 3 caballos y a herir a muchos m�s; muchos espa�oles
resultaron tambi�n heridos (se salvaban m�s que nada por estar protegidos con
corazas y cascos de metal), y llegaron incluso a retroceder varios grupos de
jinetes. Pero finalmente, viendo que era improbable ganar la batalla, los hombres
de Quisquis se retiraron; tampoco quisieron defender el Cusco, pues vieron lo
dif�cil que ser�a defender la ciudad imperial calle por calle.232? Cansados de una
larga campa�a llevada tan lejos de su tierra, muchos de ellos quer�an solo volver a
Quito.233?

Toma y saqueo del Cusco

Restauraci�n digital de lo que probablemente fue la ciudad del Cusco en la �poca


incaica. Se puede apreciar en la imagen, la plaza central dividida por el r�o Saphy
en dos sectores, la Huacaypata (lugar del llanto) y la Cusipata (lugar del
regocijo).
Sin obst�culos, Pizarro entr� al Cusco, junto con Manco Inca, la hueste espa�ola y
los aliados incas (huascaristas o cusque�os).

�De este modo entr� el Gobernador con su gente en aquella gran ciudad del Cusco sin
otra resistencia ni batalla, el viernes a la hora de misa mayor, a quince d�as del
mes de noviembre del a�o del Nacimiento de Nuestro Salvador y Redentor Jesucristo
MDXXXIII [a�o 1533].�

Representaci�n de las cuatro divisiones del Imperio incaico (o Tahuantinsuyu), que


part�an del Cuzco, la ciudad capital con forma de puma.
No hay duda que en el Cuzco era la ciudad principal de todo el Tahuantinsuyo. Al
ser tomada por los espa�oles, merm� significativamente la resistencia nativa, no
s�lo porque all� se encontraba toda la organizaci�n del imperio, sino por el
significado que ten�a para los ej�rcitos incas ver su capital tomada y dominada por
los espa�oles.

Hay en dicha ciudad otros muchos aposentos y grandezas; pasan por ambos lados dos
r�os que nacen una legua (5,5 kil�metros) m�s arriba del y desde all� hasta que
llegan a la ciudad y dos leguas (11 kil�metros) m�s abajo, todos van enlosados para
que el agua corra limpia y clara y aunque crezca no se desborde; tienen sus puentes
por lo que se entra a la ciudad...
Pizarro lleg� con su gente hasta la gran plaza cuadrada y, despu�s de escudri�ar
sus edificios, mand� a algunos peones para que los visitasen. Como no encontraron
nada que los llevase a desconfiar el gobernador tom� para s� el palacio de Casana,
morada que fue del inca Huayna C�pac. Almagro se apropi� de otro palacio que daba a
la plaza ubicado junto al de su compa�ero. Gonzalo Pizarro hizo lo propio con el de
Cora-Cora, mansi�n edificada por T�pac Inca Yupanqui.234?Seg�n explica el
historiador Jos� Antonio del Busto; parece que a continuaci�n los soldados pidieron
permiso para saquear la ciudad y el gobernador les concedi� la gracia; por lo que
los espa�oles entraron en los edificios de piedra, algunos de los cuales hab�an
sido incendiados por los quite�os pero la mayor�a se encontraba en buen estado.
Dentro no hallaron tanto oro como quisieron encontrar pero recogieron, en cambio,
much�sima cantidad de plata y piedras preciosas, chaquira reluciente, topos
art�sticos, c�ntaros met�licos y plumer�a multicolor. Despu�s visitaron los
dep�sitos de ropa fina siguiendo por los dep�sitos de comida, de calzado, de sogas
de todos los tama�os, de armas ofensivas y defensivas, de barretas de cobre, los
dep�sitos de coca y de aj�; encontraron, tambi�n, los dep�sitos de cuerpos
desollados usados para fabricar tambores de guerra.234?

El saqueo de Coricancha (Templo del Sol del Cuzco), por parte de los conquistadores
espa�oles. Cuadro del pintor peruano Te�filo Castillo.
Los espa�oles prosiguieron el saqueo hacia los barrios sacerdotales. Primero
enrumbaron al Acllahuasi o Casa de las V�rgenes, con la intenci�n de violar a las
v�rgenes del Sol, pero los quite�os se las hab�an llevado para librarlas de ser
profanadas junto con el oro y la plata del recinto. Enfadados y llenos de
indignaci�n, prosiguieron al Coricancha esperando hallar all� "m�s oro que en todo
el Cusco junto". Se cuenta que los soldados iban corriendo por las calles de muros
p�treos rumbo al Templo del Sol cuando sali� de aquel el V�llac Umu o sumo
sacerdote "lleno de santa ira" quien, tratando de cerrarles el paso, les advirti�
que para entrar al recinto sagrado se deb�a ayunar un a�o, adem�s de estar descalzo
y con un carga sobre los hombros. Los espa�oles se detuvieron un instante y alguien
tradujo sus palabras. Al entender estas ideas, lanzaron una carcajada y se
precipitaron al interior del templo.235?

El oro y plata recolectados fueron fundidos, obteni�ndose 580.200 pesos de �buen


oro�. El quinto real represent� 116.460 pesos de oro; adem�s la plata represent�
25.000 marcos: 170.000 �eran de plata buena en vajilla y planchas limpias y buena,
y el resto no porque estaba en planchas y piezas mezcladas con otros metales
conforme se sacaba de la mina.�

Proclamaci�n de Manco Inca

Dibujo de Guam�n Poma de Ayala, que representa al inca Manco Inca Yupanqui sentado
en su trono o usno.
Francisco Pizarro se apresur� en nombrar Inca a Manco Inca, por las razones que nos
explica Villanueva Sotomayor:
�El 16 de noviembre, a un a�o de la toma de Cajamarca y de la captura de Atahualpa,
Pizarro convirti� a Manco Inca en Sapa Inca. � e h�zolo tan presto para que los
se�ores y caciques no se fueran a sus tierras, que eran de diversas provincias y
muy lejos unas de otras, y para que los naturales, no se juntaran con los de Quito
sino que tuvieran un se�or separado al que hab�an de reverenciar y obedecer y no se
abanderizaran, y as� mand� a todos los caciques que lo obedecieran por se�or e
hicieran todo lo que les mandara�.
Era costumbre inca que cada curaca tuviera en el Cusco su alojamiento, porque ten�a
que venir a la ciudad imperial para entregar sus tributos al Inca, a las fiestas
(principalmente, al Inti Raymi) y a toda convocatoria que se le hiciera desde el
�Ombligo del mundo�. Pero, adem�s, el auqui del curaca (su hermano o uno de sus
hijos) siempre estaba en el Cusco, disfrutando de los favores de la corte del Inca.
Su permanencia era la garant�a del v�nculo entre el Estado cuzque�o y los dominios
del curaca. Era una especie de reh�n. Si Pizarro no optaba por darle el mando
imperial a Manco Inca, los auquis y los curacas que estaban en esos momentos en el
Cusco, pod�an romper ese v�nculo y actuar a su manera. Tal vez, podr�an haberse
unido a las tropas rebeldes de Quisquis u organizar de otro modo la resistencia.

Los nobles del Cusco no se daban cuenta a�n de que Francisco Pizarro estaba
manipulando el gobierno del Imperio al nombrar como Inca primero a T�pac Hualpa y
luego a Manco Inca, manteni�ndolos como rehenes, incluso. Para organizar mejor la
resistencia inca, bien pudieron haber nombrado los curacas del Cusco al nuevo Inca
de entre las panacas reales y manejar el gobierno con m�s independencia, pero la
guerra civil ya hab�a llegado a la capital del imperio. Lo cierto es que ni
huascaristas ni atahualpistas lo hicieron, con lo que se perdi� la oportunidad de
unir nuevamente al Imperio y ofrecer a los espa�oles una resistencia m�s organizada
y efectiva.

El otro concepto que podr�a explicar la aislada resistencia ser�a el modo de


combatir de ambos ej�rcitos: mientras los incas ofrec�an batalla en campo abierto
de manera franca; los espa�oles apelaban a argucias para derrotarlos incluso antes
de presentar batalla.

Manco Inca fue proclamado Sapa Inca, pero a la vez vasallo de la corona espa�ola.
Los espa�oles lo llamaron Manco II, pues se enteraron que el primer inca se llamaba
tambi�n Manco (Manco C�pac). Francisco Pizarro hizo legalizar el vasallaje de Manco
Inca un d�a domingo saliendo de misa a la que hab�a asistido junto con �l. Los hizo
salir a la plaza al Inca, y le orden� a su secretario Sancho de la Hoz que leyera
la �demanda y requerimiento.� Pizarro sigui� el protocolo espa�ol tradicional para
estos casos; al final Pizarro abraz� a Manco Inca y este retribuy� el gesto,
ofreci�ndole chicha en un vaso de oro.

Batalla de Capi
Pizarro, entre tanto, al no ser hostilizado cuando tom� el Cusco, organiz� otro
ej�rcito con gente de Manco Inca que logr� reunir �cinco mil guerreros�. Pizarro
orden� a Hernando de Soto, que apoyara a dicha tropa india con 50 de a caballo,
saliendo del Cusco para presentar batalla a Quisquis a 5 leguas de la ciudad, en
donde estaba su campamento. En la localidad de Capi, se enfrentaron ambos
ej�rcitos, de donde sali� victoriosa la tropa combinada de Manco Inca y los
espa�oles, pero sin poder redondear su triunfo. Luego de esta batalla, regresaron
al Cusco. El general Paullu Inca, que comandaba las tropas de Manco Inca, persigui�
al ej�rcito de Quisquis, siendo derrotados en esa persecuci�n; en el Cusco se
recibi� la noticia �que les hab�an muerto mil indios�. Entre tanto Manco Inca
solicit� a los curacas �gente de guerra�, y en menos de diez d�as, ten�a en el
Cusco un ej�rcito de 10 mil guerreros.

Segunda batalla de Jauja

Guerreros incas, seg�n el dibujo de Guam�n Poma de Ayala.


Llegado el verano y las copiosas lluvias estivales, no se organiz� ninguna campa�a
contra las tropas de Quisquis. En febrero de 1534, el ej�rcito de Manco Inca, que a
la saz�n contaba con 25 mil soldados y los 50 de a caballo de Hernando de Soto, se
puso en movimiento, persiguiendo a Quisquis, por la ruta de Vilcashuam�n. Llegando
a Vilcashuam�n, el ej�rcito de Manco Inca, descans�; all� fueron noticiados de que
el ej�rcito de Quisquis marchaba sobre Jauja. Esto preocup� sobremanera a la tropa
espa�ola, porque en Jauja, se encontraba la guarnici�n que hab�a dejado Francisco
Pizarro, durante su avance sobre el Cusco. No pudiendo cruzar el r�o Pampas en
balsas, demoraron 20 d�as en rehacer el puente destruido por Quisquis.

Mientras tanto, en Jauja se produc�a una cruenta batalla, entre el capit�n Gabriel
de Rojas y C�rdova y el general Quisquis. El primero ten�a a su mando 40 espa�oles,
20 de ellos jinetes, y estaba apoyado por 3000 ind�genas aliados (huancas),
especialmente jaujinos, enemigos mortales de los quite�os. Los espa�oles alinearon
tambi�n en su bando a los indios yanaconas, que por primera vez participaban como
soldados. La alianza indo-espa�ola surti� efecto y las tropas de Quisquis tuvieron
que retirarse sin lograr tomar Jauja.236?

Por su parte, los jinetes de Hernando de Soto m�s 4.000 guerreros del ej�rcito de
Paullu Inca, se apresuraron a ir en auxilio de los espa�oles de Jauja. Manco Inca y
el resto de su ej�rcito, regres� al Cusco.

Fundaci�n espa�ola del Cusco

Detalle de una galer�a de retratos de los emperadores del Per� donde los reyes
espa�oles (lado derecho) figuran como sucesores de los soberanos incas (lado
izquierdo). L�mina publicada en 1744 en la obra Relaci�n del Viaje a la Am�rica
Meridional en la que Jorge Juan y Antonio de Ulloa fueron sus autores.
El 23 de marzo de 1534, Francisco Pizarro realiza la fundaci�n espa�ola de la
ciudad del Cusco con el t�tulo de �La Muy Noble y Gran Ciudad de Cuzco�. Se hizo el
acta de fundaci�n, extendida por el escribano Pedro Sancho de la Hoz, que firmaron
Diego de Almagro, Hernando de Soto, Juan Pizarro y el capit�n Gabriel de Rojas y
C�rdova. Al d�a siguiente se form� el primer Cabildo: como alcaldes ordinarios
figuraban Beltr�n de Castro y Pedro de Cand�a; y como regidores, Juan Pizarro,
Rodrigo Org��ez, Gonzalo Pizarro, Pedro del Barco, Juan de Valdivieso, Gonzalo de
los Nidos, Francisco Mex�a y Diego Baz�n.237? Como en toda ciudad espa�ola, se
escogi� la Plaza Mayor, el sitio de la iglesia, y se procedi� a hacerse el reparto
de solares, tierras e indios, entre los 40 espa�oles que decidieron instalarse como
vecinos.

Bajo el pretexto de �los ense�aran y doctrinar�n en las cosas de nuestra santa fe


cat�lica�, se entreg� a los espa�oles una cantidad de indios para su uso en trabajo
e impuestos. Pizarro favoreci� a sus amigos en el reparto de solares, tierras y
nativos. Ello disminuy� la ya fr�gil cohesi�n espa�ola, aument� las diferencias y
ahond� los resentimientos entre ellos.

Por ese tiempo lleg� la noticia de que Pedro de Alvarado, el conquistador que actu�
en M�xico y Guatemala, se hallaba proyectando un expedici�n al Per�, reuniendo
barcos y gente, con el evidente prop�sito de arrebatarle a Pizarro y a sus hombres
la conquista del imperio incaico. Esa fue una de las razones que impuls� a Pizarro
la fundaci�n del Cusco, a fin de que Alvarado no arguyera que la tierra carec�a de
due�o y que pod�a reclamar derechos sobre ella. Pizarro envi� tambi�n a Diego de
Almagro a que bajara a la costa y la tomara en posesi�n del rey de Espa�a. Luego,
como ya vimos, envi� a Hernando de Soto con una partida de jinetes e indios aliados
en persecuci�n de Quisquis. Por su parte, Pizarro se alist� para regresar a Jauja,
donde dejara una guarnici�n al mando de Alonso de Riquelme; se propon�a fundar all�
una ciudad destinada a ser la capital de su gobernaci�n.238?

Fundaci�n espa�ola de Jauja

Fundaci�n espa�ola de Jauja en 1534.


Preocupado por la situaci�n de Jauja, Francisco Pizarro, en compa��a de Manco Inca
y de su ej�rcito, sali� del Cusco con direcci�n norte, en busca de Quisquis. En el
trayecto encontr� las se�ales de guerra que dejara Quisquis en su retirada: puentes
quemados, campos de cultivo arrasados, tambos saqueados. En Vilcas, se enter� de
que Quisquis y su ej�rcito se hallaban en retirada hacia el norte, tras haber sido
rechazados por los espa�oles de Jauja y sus aliados huancas. Pero junto con esta
noticia alentadora, lleg� otra preocupante: un hijo de Atahualpa bajaba desde Quito
con un gran ej�rcito de indios can�bales, dispuesto a vengar la muerte de su padre.
Pizarro le pidi� entonces a Manco Inca que avisara a los suyos el env�o de un
refuerzo de 2000 indios; luego continu� a Jauja, donde entr� el 20 de abril de
1534. All� le recibi� alborozado Riquelme, quien le puso al tanto de los sucesos
ocurridos.239?

El 25 de abril de 1534, Pizarro fund� la nueva ciudad espa�ola de Jauja, con el


prop�sito de convertirla en la capital de su gobernaci�n. Se realiz� el reparto de
solares y dem�s actos protocolares de la ocasi�n. En este �nterin llegaron los
refuerzos del Cusco, consistente en otros 2000 ind�genas, que se sumaron a los
espa�oles.

Batalla de Maracaylla

Dibujo que representa a Paullu Inca.


Hernando de Soto y Paullu Inca, al frente de 20 espa�oles de a caballo y 3000
guerreros incas, fueron en b�squeda de Quisquis, alcanz�ndolo en Maracaylla, en
donde se produjo el enfrentamiento (posiblemente a fines de mayo de 1534).
Villanueva, dice que el enfrentamiento fue duro, aunque no de �cuerpo a cuerpo�, ya
que un ej�rcito se encontraba en una orilla del r�o Mantaro y el otro, en la otra
orilla; las armas que m�s se usaron en esta batalla, fueron la ballesta, flechas y
�arcos como de piedra�. Los espa�oles, decidieron cruzar el r�o, mientras las
tropas de Quisquis iniciaron la retirada del lugar, siendo perseguidas por las
tropas de Paullu Inca �hasta hacerlas ocultar en un monte�. Como no sal�an de �l,
las tropas de Paullu Inca, las atacaron en ese monte, muriendo varios curacas
comarcanos y miles de las tropas de Quisquis, que se retiraron, siendo perseguidos
por Paullu Inca, �tres leguas�. Maracaylla signific� la derrota definitiva de
Quisquis.

El ej�rcito de Quisquis se retir� a Tarma. All�, el curaca lugare�o le impidi� la


entrada al pueblo, present�ndole batalla. Quisquis continu� entonces su retirada
hacia Quito.

Conquista de Quito

Grabado de la historia de Prescott que representa una de las batallas libradas en


Riobamba entre espa�oles y nativos.
Por su parte, Diego de Almagro recorr�a la costa. Cerca de la antigua ciudad chim�
de Chan Chan realiz� la primera fundaci�n de la ciudad de Trujillo.

Siguiendo m�s al norte, Almagro lleg� a San Miguel de Tangarar� (Piura), donde se
enter� que el capit�n Sebasti�n de Benalc�zar (que hab�a quedado all� al frente de
la guarnici�n espa�ola), hab�a partido rumbo a Quito, al frente de 200 hombres,
atra�do por las inmensas riquezas que, seg�n se dec�a, pose�a esa regi�n.

Benalc�zar emprendi� as�, por su cuenta la conquista de Quito, donde se hallaba en


pie de guerra el general atahualpista Rumi�ahui, que hab�a levantado un numeroso y
aguerrido ej�rcito de quite�os. Los ca�aris, que hasta entonces formaban parte de
la confederaci�n quite�a, se aliaron con los espa�oles, y juntos marcharon contra
Rumi�ahui. Se libr� la sangrienta batalla de Tiocajas o Teocaxas. En ella se
revelaron los ca�aris como excelentes guerreros, convirti�ndose as� en valiosos
auxiliares de los espa�oles. Las tropas hispano-ca�aris lograron romper el cerco de
los quite�os y maniobrando con la caballer�a, atacaron al enemigo por la
retaguardia, derrot�ndole. Rumi�ahui se fortific� en Riobamba, donde los espa�oles
y ca�aris le atacaron; aunque estos en un primer momento fueron rechazados, luego
contraatacaron dando un rodeo y capturaron la ciudad. Otra victoria espa�ola se
produjo en Pancallo, cerca de Ambato.240?

Es muy c�lebre un episodio de esta guerra, que cuenta que, estando Rumi�ahui a
punto de ganar a las tropas espa�olas y ca�aris, erupcion� el volc�n Tungurahua
(julio de 1534), lo que caus� que parte de su ej�rcito, temiendo la ira divina, se
desmoralizara y se retirara, pudiendo as� los espa�oles contraatacar y hacerse del
triunfo.241?242?

Los quite�os se retiraron m�s hacia el norte. Rumi�ahui, viendo que era imposible
defender la ciudad de Quito, la abandon�, llev�ndose sus riquezas y matando a las
acllas o v�rgenes del sol, para evitar que cayeran en poder de los hispanos.
Benalc�zar ingres� a Quito, encontr�ndola incendiada.243?244?

Rumi�ahui, con los �ltimos restos de sus diezmadas tropas, puso todav�a alguna
resistencia en Yurbo, hasta que se adentr� en la selva y no se supo de �l por alg�n
tiempo.243?

Tras la retirada de Rumi�ahui, Almagro y Benalc�zar se encontraron cerca de


Riobamba, donde fundaron, en las llanuras de Cicalpa, cerca de la laguna de Colta,
la ciudad de Santiago de Quito (antecedente de la actual Quito), el 15 de agosto de
1534.245? Pero antes de consolidar la conquista, los dos capitanes espa�oles se
pusieron de acuerdo para enfrentar otro peligro que se cern�a: la presencia del
adelantado Pedro de Alvarado, que pretend�a arrebatarles sus conquistas.243?

La expedici�n de Pedro de Alvarado


Efectivamente, una expedici�n de cuatro nav�os, procedente de Guatemala y al mando
Pedro de Alvarado, hab�a arribado a las costas del actual Ecuador, desembarcando en
Puerto Viejo, m�s precisamente en la Bah�a de Car�quez, el 10 de febrero de
1534.246? En total eran 500 soldados espa�oles, de los cuales 150 eran de a
caballo, as� como 2000 indios centroamericanos y considerable n�mero de negros.
Enrumbaron hacia Quito, a trav�s de una regi�n tropical poblada de pantanos y
maleza. Fue una de las m�s desgraciadas expediciones de la conquista espa�ola. El
hambre y el fr�o causaron grandes estragos. Murieron 85 espa�oles y 6 mujeres
castellanas; as� como un crecido n�mero de indios auxiliares y negros esclavos,
aunque nadie se preocup� en llevar la cuenta exacta. La marcha por la cordillera
fue igualmente penosa, en medio de la nieve que cegaba la vista y en el preciso
momento en que erupcionaba el volc�n Cotopaxi. Pero Alvarado insisti� en su empe�o
de llegar a Quito y no torci� de rumbo.247?

Preocupado Francisco Pizarro por la presencia de Pedro de Alvarado en el Per�,


instruy� a Diego de Almagro para que celebrase negociaciones con �l. Almagro dej� a
Sebasti�n de Benalc�zar como gobernador en Quito y fue al encuentro de Pedro de
Alvarado. En el trayecto, trab� un encuentro con los indios rebeldes, a quienes
derrot� en la batalla de Liriabamba.248?

El encuentro entre Almagro y Alvarado se produjo en Riobamba.248? En un principio


se temi� un enfrentamiento b�lico entre ambos, a tal punto que el int�rprete de
Almagro, el c�lebre Felipillo, viendo que las fuerzas de Alvarado eran m�s
numerosas, se pas� al campamento de este y le ofreci� su apoyo, llevando consigo a
algunos curacas o caciques indios. Pero ambos capitanes espa�oles optaron por
celebrar conversaciones para solucionar el problema de manera pac�fica. Alvarado
sosten�a que la ciudad del Cusco no estaba incluida dentro de los l�mites de la
gobernaci�n de Pizarro, por lo que cualquiera pod�a ir a marchar a conquistar esa
ciudad y los territorios situados m�s al sur. Alvarado se equivocaba, pero se dice
que Almagro, al principio, quiso negociar con �l una alianza para ir a conquistar
juntos las regiones situadas al sur del Cusco. Pero luego de tres d�as de
conversaciones, Almagro not� que los t�tulos de Alvarado no estaban del todo
claros, por lo que opt� por defender la causa de Pizarro. Almagro aprovech� tambi�n
la ocasi�n para ganarse a los soldados de Alvarado, quienes se pasaron a su bando.
Pedro de Alvarado, viendo que ten�a las de perder, opt� por transar con Almagro:
decidi� retornar a Guatemala, dejando en el Per� a su tropa, buques y todo el
parque, a cambio una crecida suma de dinero: 100.000 pesos de oro.249? Esa
compensaci�n significaba el doble del oro que recibi� Francisco Pizarro en la
repartici�n de Cajamarca. Por solo llegar hasta el Per�, Alvarado recibi� m�s oro
que la que obtuvo por todas sus conquistas de Mesoam�rica.134? El acuerdo se firm�
el 26 de agosto de 1534.250?

Posteriormente, a principios de 1535, Alvarado se entrevist� con Pizarro en


Pachac�mac, y recibi� su pago en oro. Hubo festejos por este acontecimiento.251? Se
dice que Pizarro, no tan conforme con el abultado precio acordado, adulter� el oro
con cobre.252? De todos modos, para Pizarro y Almagro, fue un gran negocio haber
adquirido las tropas, los nav�os y los pertrechos tra�dos por Pedro de Alvarado,
pues con ellos pod�an consolidar la conquista.

Fundaci�n espa�ola de Quito

Retrato idealizado del Adelantadado Don Sebasti�n de Benalc�zar, seg�n consta en la


obra Colecci�n de Documentos In�ditos relativos al Adelantado Capit�n Don Sebasti�n
de Benalc�zar 1535 - 1565.
Poco despu�s de la firma del pacto con Alvarado, Almagro fund� la villa de San
Francisco de Quito, el 28 de agosto de 1534. Esta fundaci�n se realiz� en la
llanura de Cicalpa, en el mismo sitio donde poco antes fundara la ciudad de
Santiago de Quito. Sent� el acta respectiva el escribano Gonzalo D�az. Se nombr� a
los funcionarios del cabildo y se design� a Sebasti�n de Benalc�zar como teniente
de gobernador. Sin embargo, se trataba solo de disposiciones nominales, ya que la
conquista a�n no se hab�a definido.253?

Benalc�zar se qued� en Quito, mientras que Diego de Almagro y Pedro de Alvarado,


iniciaron su marcha hacia el sur, rumbo al Per�, al encuentro de Pizarro.254?

Benalc�zar se encarg� de asentar la conquista espa�ola de Quito, lo que le llev�


algunos meses. Finalmente, el 6 de diciembre de 1534, ingresaba, por segunda vez,
en el centro de la ciudad incaica de Quitu, fundando, sobre los escombros que
dejara Rumi�ahui, la villa de San Francisco de Quito, actual ciudad de Quito.255?

Campa�a de Quisquis en el norte

Dibujo de Guam�n Poma de Ayala, que representa al general inca Quizquiz en el lado
izquierdo durante la captura de Hu�scar.
Mientras que Almagro y Alvarado avanzaban al sur, Quisquis, que hab�a escapado de
la persecuci�n de Hernando de Soto y Manco Inca, reorganizaba sus fuerzas y
marchaba hacia la regi�n de Quito. Planeaba recuperar esta ciudad. Actuando con
habilidad, Quisquis logr� separar a las fuerzas de Almagro y Alvarado, y se
abalanz� sobre este �ltimo. Pero Alvarado, h�bil militar fogueado en la conquista
de M�xico, pas� a la ofensiva y captur� al general Socta Urco, jefe de la
vanguardia de Quisquis.256?

Envalentonado, Alvarado prosigui� su avance hacia el sur, sin esperar a Almagro,


que se hab�a quedado rezagado. En una pelea que entabl� con Quisquis perdi� a 14
espa�oles. Por su parte, Almagro enfrentaba a un lugarteniente de Quisquis, Huayna
Palc�n (un noble de sangre inca), sin lograr desalojarlo de las posiciones que
ocupaba.256?

En otro ocasi�n, Quisquis atac� a los espa�oles cuando sub�an por una cuesta luego
de cruzar un r�o, logrando matar a 53 de ellos y a un buen n�mero de caballos. Fue
la primera batalla en la que murieron un n�mero crecido de espa�oles, si se compara
con el n�mero total de la hueste hispana. Sin embargo, unos 4.000 hombres de
Quisquis desertaron y se pasaron al bando espa�ol (posiblemente eran los
cargadores, reclutados a la fuerza). A partir de entonces, Quisquis sufri� grandes
derrotas, hasta que finalmente, los �ltimos restos de sus tropas fueron desechas
por Benalc�zar en la segunda batalla de Riobamba.257?

Muerte de Quisquis
Quisquis, junto con Huayna Palc�n, se repleg� hacia la selva para planear la
estrategia a seguir en la lucha contra los invasores hispanos. Quisquis quer�a
desarrollar una lucha de guerrillas hasta rehacer sus fuerzas, a lo que Huayna
Palc�n se opuso. Este, al parecer, deseaba un entendimiento con los espa�oles. En
medio de la acalorada discusi�n que se desat�, Huayna Palc�n cogi� una lanza y
atraves� el pecho de Quisquis, mat�ndolo.252?

As� termin� la vida el ind�mito general de Atahualpa que en todo momento se mantuvo
fiel a su se�or. Se sabe que, al igual que Chalcuch�mac, era cusque�o, de origen
plebeyo, y que por sus haza�as militares mereci� su ascenso a la nobleza de
privilegio. Su nombre quechua significa �langosta� y d�cese que lo adopt� pues al
igual que el sonido de las langostas atemorizaba a sus enemigos. Cabe se�alar que
del famoso tr�o de generales atahualpistas �Rumi�ahui, Quisquis y Chalcuch�mac�,
solo el primero era quite�o; sin embargo, hay que destacar que todos ellos
condujeron tropas quite�as en apoyo de Atahualpa, enfrentando al bando cusque�o u
huascarista, durante la guerra civil incaica.

El fin de Rumi�ahui

Representaci�n del jefe militar inca Rumi�ahui, �leo sobre lienzo del artista
quite�o Jos� Y�pez.
Rumi�ahui intent� reorganizar la resistencia ind�gena y recuperar Quito, pero
fracas� ante la poderosa alianza forjada entre espa�oles e indios. Si bien los
espa�oles eran solo unos cientos, sus aliados ind�genas eran miles; estos �ltimos
fueron sin duda los que inclinaron la balanza a favor de los invasores europeos. No
solo eran los ca�aris los que apoyaban a los espa�oles, sino tambi�n los cusque�os,
tra�dos por Almagro, que clamaban venganza contra los quite�os por las masacres que
estos hab�an cometido en el Cusco durante la guerra civil incaica. Los cusque�os
pensaban que los espa�oles les ayudaban a recuperar la comarca de Quito; pronto se
dar�an cuenta de su error. El ind�mito Rumi�ahui fue finalmente reducido y
capturado junto con algunos de sus capitanes, siendo ejecutado en Quito, en junio
de 1535. Posiblemente fue ahorcado,242? aunque una leyenda muy popular dice que fue
quemado vivo en la actual Plaza Grande de Quito.

Con la muerte de Quisquis y Rumi�ahui, se cerr� todo un ciclo de la conquista


espa�ola del Per�. En resumen, esta etapa se vio marcada por la resistencia que los
quite�os u atahualpistas, al mando de Quisquis y Rumi�ahui, dieron a los espa�oles,
mientras que estos eran apoyados por los cusque�os o huascaristas, as� como por
diversas etnias del imperio incaico, como los ca�aris y los huancas. En la
siguiente etapa, ser�an los incas propiamente dicho, es decir, los de la etnia del
Cusco, quienes, al mando de Manco Inca, emprender�an una guerra de Reconquista,
enfrentando a los espa�oles y a sus aliados ind�genas.

La resistencia inca y los inicios de la �poca hisp�nica


La fundaci�n de la Ciudad de los Reyes (Lima)

Fundaci�n de Lima. �leo sobre tela de Jos� Effr�n (1845-1920) en el Museo Nacional
de Antropolog�a, Arqueolog�a e Historia del Per�.
Con la entrada de los espa�oles en la ciudad del Cuzco en 1534, concluy� la
conquista militar del Tahuantinsuyo llevada a cabo por Francisco Pizarro, y dio
comienzo el desarrollo del asentamiento espa�ol en el �rea dominada hasta ese
momento por el Imperio inca. La corona espa�ola nombr� a Pizarro gobernador de las
tierras que hab�a conquistado,258? �ste emprendi� la b�squeda de un lugar adecuado
para establecer su capital.

Su primera elecci�n fue la ciudad de Jauja, sin embargo, esta ubicaci�n fue
considerada inconveniente por su altitud y su lejan�a del mar al estar situada en
medio de los Andes.259? Exploradores espa�oles dieron cuenta de un mejor lugar en
el valle del R�mac, cerca del oc�ano Pac�fico, con abundantes provisiones de agua y
madera, extensos campos de cultivo y un buen clima. Se trataba del pueblo de Rimac
(pronunciado por los Yungas como Limac), habitado aproximadamente por 20.000
habitantes260? y ubicado en territorios del curaca de R�mac, Taulichusco. En la que
ser�a la Plaza Mayor de Lima, Pizarro, como era costumbre entre los conquistadores
espa�oles, fund� su nueva capital sobre una ciudad ya existente, el 18 de enero de
1535 con el nombre de "Ciudad de los Reyes", denominada de esta forma en honor a la
epifan�a.261?Con todo, al igual que hab�a sucedido con la regi�n, en un principio
llamada Nueva Castilla y despu�s Per�, la Ciudad de los Reyes perdi� pronto su
nombre en favor de Lima�.262? Pizarro, con la colaboraci�n de Nicol�s de Ribera,
Diego de Ag�ero y Francisco Quintero trazaron personalmente la Plaza de Armas y el
resto de la cuadr�cula de la ciudad, construyendo el Palacio Virreinal (hoy d�a
transformado en el Palacio de Gobierno del Per�, que de ah� conserva el nombre
tradicional de "Casa de Pizarro") y la Catedral, cuya primera piedra puso Pizarro
con sus propias manos.263? En agosto de 1536, la floreciente ciudad fue sitiada por
las tropas de Manco Inca, pero los espa�oles y sus aliados ind�genas consiguieron
derrotarlas.264? En los siguientes a�os Lima gan� prestigio al ser designada
capital del Virreinato del Per� y sede de una Real Audiencia en 1543.265?

Manco Inca se subleva contra el r�gimen espa�ol

Manco Inca liderando la rebeli�n, detalle de pintura de Juan Bravo, en la


municipalidad del Cuzco.
Finalizada la guerra contra los que acabaron con su panaca, se esperar�a que
existiese una armon�a entre Manco Inca y los espa�oles, sin embargo la realidad fue
diferente. Pronto el nuevo monarca se dio cuenta del craso error de confiar en los
peninsulares por la serie de razones siguientes:

Estando en el palacio de sus antepasados, no pod�a reinar.


No pod�a recibir a sus s�bditos sin ser vigilado.
No pod�a circular por el Cuzco con libertad.
Ve�a m�ltiples abusos que comet�an los espa�oles contra las mujeres de la nobleza,
pueblo y v�rgenes del sol.
Se burlaban de �l con bromas muy pesadas.
Era, desde el principio, un reh�n de los conquistadores, llegando a ser en dos
ocasiones un vilipendiado prisionero.
Por estas y otras razones plane� sacudirse de la influencia espa�ola. No obstante,
sus planes fueron descubiertos y fue hecho prisionero a mediados del a�o 1535.

Mientras segu�a prisionero Manco Inca, lleg� a la capital imperial el conquistador


Hernando Pizarro, incipiente teniente de gobernador general del Cuzco, quien
prontamente lo puso en libertad en febrero de 1536, aunque sin que pudiera salir de
la ciudad de Cuzco.

El monarca escondi� su ira y se mostr� resignado ante el espa�ol, al cual en se�al


de agradecimiento le regal� una vajilla, estatuas, vigas del Coricancha y ar�balos,
todos hechos enteramente de oro. Notando el aumento de la ambici�n de Hernando le
ofreci� traerle la estatua del Inca Huayna C�pac �toda de oro, incluso las
tripas�.266? El comandante espa�ol mordi� el anzuelo y dej� salir al Inca y al
Villac Uma de la ciudad, el 18 de abril de 1536, haci�ndoles prometer su
retorno.267? Sin embargo, la verdadera intenci�n de Manco era reunir a sus
generales y capitanes en Calca para rebelarse contra los espa�oles.

Hernando Pizarro, tras darse cuenta de su error, encabez� una expedici�n contra el
ej�rcito inca, que se hab�a reunido en el cercano valle de Yucay. Este ataque fue
un fracaso debido a que los espa�oles subestimaron gravemente el tama�o del
ej�rcito de Manco Inca. �ste, sin embargo, no atac� Cusco directamente sino que
esper� hasta que reuni� a todo su ej�rcito, de entre 100.000 y 200.000 soldados con
los que el 3 de mayo de 1536, de acuerdo con la cronolog�a establecida por el
historiador Jos� Antonio del Busto,268? inici� el cerco del Cusco contra las tropas
espa�olas compuestas por 190 espa�oles (80 de ellos a caballo) y algunos miles de
auxiliares indios.269?

Asedio del Cuzco


V�ase tambi�n: Sitio del Cuzco

Pintura colonial sobre el cerco del Cusco; se puede ver la ciudad en la parte de al
fondo.
Manco Inca dividi� su ej�rcito en cuatro cuerpos: las tropas del Chinchaysuyo eran
conducidas por los generales Coyllas, Osca, Curi Atao y Taype; las del Collasuyo,
las m�s numerosas, eran conducidas por el general Lliclli; las del Contisuyo, por
los generales Sarandaman, Huaman Quilcana y Curi Huallpa; y las del Antisuyo,
mayormente flecheros y cerbataneros, por los generales Rampa Yupanqui y Anta Allca.

El ej�rcito inca lanz� un ataque a gran escala contra la plaza principal de la


ciudad, conquistando gran parte de esta. Los 190 conquistadores comandados por
Hernando, Juan y Gonzalo Pizarro, junto con esclavos negros, nicaraguas,
guatemalas, chachapoyas, ca�aris, huascaristas y miles de indios auxiliares a su
servicio, se hicieron fuertes en dos grandes edificios cercanos a la plaza central,
desde donde consiguieron rechazar los ataques incas y lanzaron frecuentes
contraataques.270?

Batalla de Sacsayhuam�n
V�ase tambi�n: Batalla de Sacsayhuam�n

Sacsayhuam�n, escenario del conflicto b�lico.


Tras varios d�as de lucha, las tropas incas conquistaron la fortaleza de
Sacsayhuam�n desde la que se dominaba la ciudad, lo que pon�a en graves
dificultades a los defensores espa�oles.

Como respuesta, cincuenta soldados a caballo al mando de Juan Pizarro, acompa�ados


por auxiliares indios, fingieron una retirada y salieron de Cusco, rodearon la
ciudad y atacaron Sacsayhuam�n desde el exterior de la ciudad. Durante el ataque,
Juan Pizarro fue alcanzado por una piedra en la cabeza y muri� varios d�as despu�s
debido a sus heridas.

Al d�a siguiente, las fuerzas espa�olas y sus aliados ind�genas rechazaron varios
contraataques incas e intentaron un nuevo asalto nocturno con escalas. En este
ataque consiguieron el control de las murallas de Sacsayhuam�n y el ej�rcito inca
tuvo que refugiarse en dos torres del complejo. El comandante inca Pa�car Huaman
decidi� abandonar las torres con parte de sus soldados para dirigirse hacia Calca
(donde se encontraba el cuartel de Manco Inca) y volver con refuerzos.271? Con el
n�mero de defensores disminuido, los espa�oles consiguieron conquistar el resto de
la fortaleza, y cuando Pa�car Huaman volvi� con refuerzos, la encontr� bajo firme
control espa�ol.

El capit�n inca Cahuide defendiendo la fortaleza de Sacsayhuam�n de las manos


espa�olas.
En la defensa de una de los torres de Sacsayhuaman se destac� un "jefe orej�n" (de
la realeza incaica), llamado Cahuide por los espa�oles, quien, con una maza de
puntas de cobre y armado de coraza y escudos espa�oles, caus� estragos entre los
espa�oles que escalaban la fortaleza. Al fin, estos atacaron con m�s n�mero,
aniquilando la poca resistencia que quedaba. Hernando Pizarro, admirado del valor
del capit�n incaico orden� que lo capturaran vivo. Pero Cahuide cuando fue evidente
que los espa�oles iban a conquistar la torre se lanz� al vac�o envolvi�ndose en su
manto, "se arroj� al vac�o donde se hizo muchos pedazos".272?

Campa�as de Quizu Yupanqui en la sierra central


Iniciada la rebeli�n inca, Quizu Yupanqui, hijo menor del Inca Tupac Yupanqui, fue
nombrado capit�n general (apuquispay) del ej�rcito de la sierra central, por Manco
Inca y el Villac Uma (sumo sacerdote inca). Sali� de Tambo para atacar Lima y
acabar con la reci�n fundada ciudad espa�ola, de manera simult�nea al sitio del
Cusco.273?

En su avance hacia Lima, derrot� a cuatro expediciones de espa�oles, que partiendo


de Lima iban en auxilio de la guarnici�n sitiada en el Cusco:274?

La primera, que estaba al mando del capit�n Gonzalo de Tapia, fue derrotada en
Huaytar�.
La segunda, que estaba al mando del capit�n Diego Pizarro, fue derrotada en Parcos.
La tercera, al mando del capit�n Juan de Mogrovejo y Qui�ones, fue derrotada en el
camino a Vilcashuam�n.
La cuarta, al mando del capit�n Alonso de Gaete, fue derrotada en Jauja.
Todos los expedicionarios espa�oles, incluyendo sus indios auxiliares, fueron
exterminados por Quizu Yupanqui. Solo se salvaron dos soldados espa�oles, quienes
en su huida a la costa se tropezaron con el capit�n y alcalde de Lima Francisco de
Godoy, quien sub�a a la sierra al frente de una quinta expedici�n. Enterado de los
hechos, Godoy orden� el repliegue total de sus tropas a Lima (120 espa�oles y miles
de aliados ind�genas). En total, durante estas expediciones frustradas, los
espa�oles perdieron casi 200 hombres y cuatro capitanes experimentados. Pizarro
lleg� a creer que los indios hab�an acabado con todos los espa�oles que se hallaban
en el Cusco, entre ellos sus hermanos Hernando, Gonzalo y Juan.275?

Luego de sus triunfos, y contando con la colaboraci�n de capitanes como Illa T�pac,
P�ucar Huam�n, Puyo Vilca, Allin Sonco Inca, entre otros, Quizu Yupanqui prosigui�
su marcha hacia Lima, aunque perdi� mucho tiempo reclutando gente en el valle de
Jauja. Esto permiti� que llegaran refuerzos desde el norte a Francisco Pizarro.276?

Cerco de Lima
V�ase tambi�n: Sitio de Lima

Dibujo de Guam�n Poma de Ayala que muestra el asesinato de Quizu Yupanqui, l�der
inca, por un soldado espa�ol durante el asedio de la Ciudad de los Reyes.
Con una fuerza aproximada de 40.000 hombres, Quizu Yupanqui inici� por fin la
marcha hacia Lima. Iba acompa�ado de los capitanes Illa T�pac y Puyo Vilca. Algunas
cr�nicas mencionan tambi�n los nombres de otros capitanes, como P�ucar Huam�n,
Yanqui Yupanqui, Hualpa Roca, Apu Siloalla y All�n Songo Inca.

Quizu Yupanqui descendi� de la sierra de Huarochir�, por el pueblo de Mama y acamp�


en las faldas del actual cerro San Crist�bal previamente capturado antes de entrar
en Lima y destruida la cruz que all� se encontraba. En Lima los vecinos espa�oles
se refugiaron en el puerto a la espera de que los barcos los recojan para Panam�
mientras los defend�a Francisco Pizarro y unos mil soldados espa�oles, quienes se
prepararon para la lucha, contaban, adem�s, con el valioso apoyo de miles de indios
aliados. Una avanzada del ej�rcito incaico trab� combate con un contingente
espa�ol-ind�gena al mando de Pedro de Lerma, en el lecho seco del r�o R�mac. Los
cuzque�os lograron matar un caballo y a un espa�ol y a herir a varios espa�oles;
sin embargo, la lucha m�s recia se trab� entre las fuerzas ind�genas rivales. Luego
de la lucha, ambas fuerzas se retiraron a sus posiciones.

Seg�n una Relaci�n An�nima de 1539, Quizu Yupanqui, al sexto d�a de asedio, reuni�
a sus capitanes y les dijo:

�Yo quiero entrar hoy en el pueblo y matar todos los espa�oles que est�n en �l, y
tomaremos sus mujeres con quien nosotros nos casaremos y haremos generaci�n fuerte
para la guerra, los que fueren conmigo han de ir con esta condici�n, que si yo
muriese mueran todos y si yo huyese huyan todos�.277?
Tras estas palabras, el ej�rcito inca, luciendo sus estandartes y sus indumentos de
vistosa policrom�a, y al comp�s de sus pututos y tambores, inici� el asalto de la
ciudad de Lima, al grito de ��A la mar barbudos!�.278?

Quizu Yupanqui, que iba adelante, cargado en andas, junto con un selecto n�mero de
sus capitanes, cruz� el r�o R�mac, pero cuando ya comenzaba a entrar por las calles
de la ciudad, en la zona donde despu�s se elevar�a el barrio de Santa Ana, fue
emboscado por la caballer�a espa�ola. Seg�n fuentes espa�olas, Quizu, que combat�a
desde su litera, recibi� un lanzazo en el pecho, que le priv� de la vida; la
autor�a de esa haza�a se le atribuye a Pedro Mart�n de Sicilia. Los dem�s jefes
incas que acompa�aban a Quizu sufrieron la misma suerte.279? En otras versiones se
asegura que Quizu Yupanqui recibi� un disparo de arcabuz que le destroz� una
pierna, herida que le caus� la muerte, cuando ya se hallaba retirado en la meseta
de Bomb�n, cerca al lago Chinchaycocha, en la sierra central del Per�.280?

A pesar de ello, la lucha continu� por alg�n tiempo m�s, aunque con resultados
desfavorables a los incas, pues no s�lo ten�an que enfrentar a la caballer�a, armas
de fuego y ballestas espa�olas sino tambi�n a los miles de aliados indios de estos
(entre ellos los huaylas, que seg�n una teor�a moderna, fueron llamados enviados
por Contarhuacho, curaca de Huaylas y madre de In�s Huaylas, la concubina de
Pizarro) y un �ltimo contingente ind�gena-espa�ol que acudi� a Lima para apoyar a
los espa�oles.

Ante los resultados desfavorables del asalto a la ciudad, los capitanes P�ucar
Huam�n e Illa T�pac, convencidos de la inutilidad de sus esfuerzos, decidieron
levantar el cerco y replegarse por el valle del Chill�n, obligando a Puyo Vilca
hacerlo por el de Lur�n.281?

Seg�n una interpretaci�n del historiador Jos� Antonio del Busto, influy� mucho en
la retirada de las tropas incas el hecho que Manco Inca no les enviara capitanes de
relevo282? (los soldados incas, acostumbrados a la disciplina militar, segu�an la
costumbre de imponer la retirada al perder a la mayor�a de sus jefes). Pero para
Juan Jos� Vega, el fracaso del cerco de Lima se debi�, fundamentalmente, a la
deserci�n de los huancas y otras etnias, las cuales deb�an penetrar por el sur en
apoyo de Quizu Yupanqui. Los huancas, en especial, se convirtieron en los m�s
entusiastas aliados de los espa�oles. Los mismos espa�oles reconocieron que, de
haberse puesto en pr�ctica el plan completo de Quizu, no habr�a sobrevivido ning�n
espa�ol en Lima.

Batalla de Ollantaytambo
V�ase tambi�n: Batalla de Ollantaytambo

Dibujo inserto en la cr�nica de Guaman Poma. La caballer�a espa�ola huye agrupado


ante los lanceros incas.
Con la conquista espa�ola de Sacsayhuam�n, la presi�n sobre la guarnici�n de Cusco
se aliger�, y la lucha se convirti� en una secuencia de escaramuzas diarias,
interrumpidas solo por la tradici�n religiosa inca de suspender la lucha durante la
Luna Nueva.283?

Alentado por el �xito, Hernando Pizarro lider� un ataque contra el cuartel general
de Manco Inca, que se encontraba en ese momento en Ollantaytambo, m�s alejado de
Cusco. Los espa�oles enviaron un contingente de 100 soldados espa�oles y unos 30
000 aliados ind�genas a atacar a Manco Inca.284?

Contra los espa�oles, Manco Inca ten�a m�s de 30 000 soldados reunidos en
Ollantaytambo, entre ellos hab�a una gran cantidad de reclutas provenientes de
tribus de la selva amaz�nica.285? El ej�rcito de Manco Inca era una milicia
compuesta en su mayor�a de agricultores conscriptos con solo una buena capacitaci�n
militar como mayor ventaja en el conflicto.286? Esta era la pr�ctica habitual en el
Imperio Inca, donde el servicio militar formaba parte del deber de todos los
hombres casados entre la edad de 25 y 50 a�os.287? En combate, estos soldados eran
organizados por grupo �tnico y conducidos a la batalla por sus propios l�deres
�tnicos, llamados curacas.288?

Al llegar a la fortaleza, Hernando Pizarro decide mandar una expedici�n de flanqueo


al mando de un capit�n. Luego, momentos despu�s, se dirige al pie de la misma, con
intenci�n de capturar al monarca inca top�ndose con una situaci�n completamente
inesperada....

"...Llegado pues Hernando al amanecer sobre Tambo hall� las cosas muy diferentes de
lo que esperaba porque hab�a puestas muchas centinelas en el campo y por los muros,
y muchos cuerpos de guardia tocando al arma con gran griter�a como los indios
suelen... era cosa notable ver salir algunos ferozmente con espadas castellanas,
rodelas y morriones, y tal indio hubo que armado de esta manera se atrevi� a
embestir con un caballo... aparec�a el Inca a caballo entre su gente con su lanza
en la mano, teniendo al ejercito recogido y arrimado al lugar que estaba muy bien
fortificado de muralla y de un r�o, con buenas trincheras y fuertes terraplenes, a
trechos y en buen orden."
cr�nicas de Antonio de Herrera. Historia general de los hechos de los castellanos
en las Islas y Tierra Firme del mar Oc�ano . Madrid (1601 � 1615).
Oportunamente informado Manco Inca descubri� el plan de Hernando y mand� que se
sacara al r�o de su lecho, con fin de inundar la tierra de tal forma que los
espa�oles no pudieran usar bien su caballer�a. Se desata el combate con una carga
frontal coordinada entre caballer�a espa�ola e infanter�a ind�gena por oleadas
hacia los andenes del lugar, siendo repelido por una enorme cantidad de piedras y
flechas con una punter�a mortal.

La batalla se tornaba m�s sangrienta y la lucha era heroica en ambos bandos. Si


bien es cierto los espa�oles pod�an resistir mejor los ataques de los rivales, los
aliados ind�genas se hallaban en igualdad de armamento con los soldados cusque�os
por lo que la cantidad de bajas entre ellos era enorme, adem�s las armas y caballos
capturados a los espa�oles muertos en los enfrentamientos anteriores eran ahora
h�bilmente utilizados por los guerreros incas, m�s aun estos sustrajeron pr�cticas
hispanas de combate como los perros y las aplicaban a su modo present�ndose en esa
fase del combate un escuadr�n de pumas amaestrados que causaron gran mortandad
entre los atacantes y sus aliados. [cita requerida]

Ollantaytambo, posible escenario b�lico de este acontecimiento.


Mientras m�s dura se tornaba la lucha, Hernando Pizarro recibi� noticias de que la
tropa que hab�a enviado para flanqueo result� vencida por los soldados incas. Para
empeorar la situaci�n, un grupo de soldados hab�a pasado inadvertido y los atac�
desde un flanco. Hernando hab�a ido a atrapar al inca en su propia base, pero ahora
los papeles hab�an cambiado. Era Manco el que quer�a capturar vivo al capit�n
espa�ol. La victoria cuzque�a empezaba a tomar forma y el comando espa�ol dispuso
una retirada pronta antes del anochecer.

El plan de Hernando era sacar a su ej�rcito en orden, pero las medidas tomadas por
el comando cuzque�o hicieron que los espa�oles cayeran en la desesperaci�n, por lo
que la retirada se transform� en fuga, los espa�oles huyeron precipitadamente del
campo de batalla, olvidando a sus aliados ind�genas en el camino, quienes fueron
siendo eliminados por los soldados cuzque�os que los persegu�an.

La persecuci�n fue feroz, otro pariente del conquistador Francisco Pizarro, su


primo Pedro Pizarro al perder su montura estuvo a punto de ser victimado por los
guerreros incas...

"...acudieron tantos indios sobre Pizarro y su caballo que se le solt�, y a �l le


cercaron defendi�ndose valerosamente con su espada y su adarga, acudieron a
socorrerle dos de a caballo, que tomandole en medio aunque trabajosamente le
sacaron de la furia y porque para salir de entre ellos era necesario correr,
hallandose Pedro Pizarro muy cansado se ahogaba y rog� a los compa�eros que le
aguardasen porque m�s quer�a morir peleando que huyendo ahogado ... ."
cr�nicas de Antonio de Herrera. Historia general de los hechos de los castellanos
en las Islas y Tierra Firme del mar Oc�ano . Madrid (1601 � 1615).
La victoria hab�a sido tan contundente que, al d�a siguiente, un grupo de cuzque�os
que hab�a ido a perseguir a los rivales que hu�an, encontraron el campamento
espa�ol completamente abandonado. Dice la cr�nica de Titu Cusi Yupanqui que los
cuzque�os rieron ruidosamente porque los espa�oles hab�an huido de miedo.

Instalaci�n inca en Vilcabamba y acciones posteriores

Dibujo de Guam�n Poma de Ayala, que representa a Manco Inca incendiando al parecer
una capilla cristiana.
Con la llegada de las tropas de Almagro desde Chile, Manco Inca se retir� a
Ollantaytambo para pasar de all� hacia Vilcabamba. Desde all�, e invitado por los
antis, march� hacia Chachapoyas, derrotando en Ongoy a un ej�rcito espa�ol que
intent� sorprenderlo, obteniendo una aplastante victoria en la que solo se salvaron
dos cristianos. Sin embargo tuvo que distraer sus victoriosas fuerzas en sostener
un nuevo frente, el de los huancas.

El Inca mand� a someterlos y castigarles por haberse aliado a los espa�oles, para
lo cual mand� expediciones de castigo que acabaron vencidas por la coalici�n
huancas-hispana. Enfurecido el Inca, march� el mismo saliendo de Sapallanga matando
a todos los que encontr� en re�idos combates en el camino. Lleg� a Jauja, la
Grande, donde se produjo un gran combate en el que tropas espa�olas participaron de
lado de los huancas. Tras dos d�as de combate, el Inca vence al ej�rcito enemigo
matando 50 espa�oles y miles de aliados huancas. Tras estas acciones de castigo en
el valle del Mantaro, Manco Inca regresa al sur donde manda sacar al �dolo huanca,
llamado Varihuillca, y echarlo al r�o Mantaro, cumpliendo de esta forma su
venganza.

Despu�s de terminada la campa�a huanca, el Inca pasa a Pillcosuni, donde en Ye�upay


derrota y pone en fuga a una expedici�n espa�ola. Despu�s de producida la batalla
de las Salinas el 6 de abril de 1538, Manco Inca regresa a Vilcabamba y Victos,
desde donde pone esp�as y atalayas en los caminos que llevan a esa regi�n,
enter�ndose de que una gran expedici�n iba en su b�squeda al mando de Gonzalo
Pizarro y con la compa��a de sus traidores hermanos, Paullo, Inguill y Huaspar.
Sali� Manco a defender el paso y para mejor cumplir se encastill� en una
fortalecilla de piedra junto a un r�o.

La lucha fue tan tenaz como ardua, prolong�ndose durante 10 d�as. En la refriega
caen presos del monarca Inguill y Huaspar, y pese a las s�plicas de la coya Curi
Ocllo, los decapit� diciendo: �m�s justo es que corte yo sus cabezas que no llevar
ellos la m�a�.

Se reanuda la lucha con furor y los espa�oles logran capturar la fortalecilla.


Acosado por sus enemigos, Manco Inca hubo de echarse al r�o y atravesarlo a nado,
ganando la otra orilla para gritar a sus burlados adversarios desde ella: �Yo soy
Manco Inca, yo soy Manco Inca�, para desconcertarlos y que lo dejasen de buscar,
pero no pudo impedir que capturen a su esposa la Coya y al general Cusi Rimanchi.

Los vencedores partieron inmediatamente al Cusco y, estando descansando en


Pampacona, algunos quisieron violar a la Coya pero ella se defendi� cubri�ndose con
�cosas hediondas y de desprecio�, por lo que el abuso no se consum�. As� llegaron
al pueblo de Tambo, donde para vengarse de su marido entendieron m�s provechoso
matar a la Coya, lo que hicieron los ballesteros asaete�ndola. Tambi�n sirvi� la
ocasi�n para encender varias hogueras y matar en ellas al valeroso Villac Umu y a
los generales Tisoc, Taipi, Tangui, Huallpa, Urca Huaranga y Atoc Supi; d�as
despu�s estando ya en Yucay, los espa�oles quemaron a Ozcoc y Curi Atao, tambi�n
caudillos de la rebeli�n incaica, en mayo de 1539.

Los �ltimos actos de Manco Inca


Vuelto el Inca a Vilcabamba, hizo hurtar del Cusco a su hijo Titu Cusi Yupanqui y a
la madre de este, sali�ndolos a recibir a Victos en 1541. Estando en Victos
llegaron siete almagristas sobrevivientes de las Salinas, suplicando servir al Inca
a perpetuidad si este proteg�a sus vidas. Acept� Manco Inca a tomarlos como
vasallos para aprender mejor los usos de la guerra entre los espa�oles, por lo que
pronto se supo que ning�n indio los deber�a tocar siendo establecidos como criados
y amigos del Inca. Pronto los espa�oles alcanzaron una amistad con el monarca,
ense��ndole a este y a su corte a perfeccionar sus conocimientos sobre los caballos
y adentr�ndolo tambi�n en los juegos de bolos y el herr�n. Manco Inca utiliz� a los
esclavos para que se vayan a la guerra a luchar con otros.

Creaci�n del Virreinato del Per�


V�ase tambi�n: Virreinato del Per�

M�xima extensi�n del virreinato del Per� (verde claro) y su extensi�n final (verde
oscuro).
Al mismo tiempo que se produc�a la ca�da del Tahuantisuyo, se desat� un conflicto
entre los conquistadores. Para concluirla, el 20 de noviembre de 1542, el rey
Carlos I de Espa�a firm� en Barcelona por Real C�dula las llamadas Leyes Nuevas, un
conjunto legislativo para las Indias entre las cuales dispuso la creaci�n del
Virreinato del Per� en reemplazo de las antiguas gobernaciones de Nueva Castilla y
Nueva Toledo, al tiempo que la sede de la Real Audiencia de Panam� fue trasladada a
la Ciudad de los Reyes o Lima, capital del nuevo virreinato.

y te ordenamos y mandamos que en las provincias o reinos del Per� resida un virrey
y una audiencia real de cuatro oidores letrados y el dicho virrey presida en la
dicha audiencia la cual residir� en la ciudad de los reyes por ser en la parte mas
convenible porque de aqu� adelante no ha de haber audiencia en panam�.
Leyes Nuevas
El flamante virreinato comprendi� en un inicio y durante casi trescientos a�os gran
parte de Sudam�rica y el istmo de Panam�, bajo diversas formas de control o
supervigilancia de sus autoridades. Abarcaba una inmensa superficie que
correspond�a a los actuales territorios que forman parte de las rep�blicas de
Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Panam�, Per� y
toda la regi�n oeste, sureste y sur del Brasil. Quedaban exceptuadas Venezuela,
bajo jurisdicci�n del Virreinato de Nueva Espa�a a trav�s de la Real Audiencia de
Santo Domingo, y Brasil, que integraba el Imperio portugu�s.

Fue su primer virrey Blasco N��ez Vela, nombrado por real c�dula del 1 de marzo de
1543. Sin embargo, no pudo ejercer la autoridad real debido a los enfrentamientos
entre los partidarios de Francisco Pizarro y Diego de Almagro por el dominio del
Per�, y pereci� asesinado por Gonzalo Pizarro. El asesinato de la primera autoridad
del rey produjo mucha consternaci�n en Espa�a; la Corona dispuso castigar
severamente a quien hab�a atentado contra el virrey, el representante del rey en
territorios conquistados. Para ello, Carlos I envi� a Pedro de la Gasca con el
t�tulo de Pacificador para solucionar esta situaci�n. Ya en el Per�, La Gasca,
seguro de haber infundido la semilla de la traici�n entre los partidarios de
Gonzalo Pizarro, se enfrent� al conquistador cerca del Cuzco, en 1548. Gonzalo
Pizarro vio a sus capitanes pasarse al bando de la Gasca y la derrota para �l
result� aplastante. Conducido a la ciudad del Cuzco, fue ejecutado por delito de
alta traici�n al rey.

Asesinato y muerte de Manco Inca


Dibujo que representa a Manco Inca acuchillado por un almagrista.
Alonso de Toro, teniente gobernador general de Cuzco, ofreci� en 1545 (algunos
sostienen que fue en 1544) una oportunidad a los almagristas que hab�an traicionado
a Espa�a. Les dijo que si mataban a Manco Inca les perdonar�an, y ellos aceptaron;
por lo que un d�a de los primeros meses de 1545, en Vilcabamba, los siete
almagristas asesinaron a Manco Inca delante de su hijo,289? Titu Cusi Yupanqui,
quien fue m�s tarde cronista y narr� la muerte de su padre:

Estaban un d�a con mucho regocijo jugando al herr�n (nota: juego antiguo con tejo
de hierro, que ten�a hueco en el centro, y que se trataba de meter en un clavo
hincado en el suelo) solos mi padre y ellos y yo, que entonces era muchacho, sin
pensar mi padre cosa ninguna ni haber dado cr�dito a una india de uno de ellos,
llamada Bauba, que le hab�a dicho muchos d�as antes que le quer�an matar aquellos
espa�oles. Sin ninguna sospecha de esto ni de otra cosa se holgaba con ellos como
antes; y en este juego como dicho tengo, yendo mi padre a levantar el herr�n para
haber de jugar, descargaron todos sobre �l con pu�ales y cuchillos y algunas
espadas; y mi padre como se sinti� herido, con mucha rabia de la muerte, procuraba
defenderse de una parte y de otra; mas como era solo y ellos siete, y mi padre no
ten�a arma ninguna, al fin lo derrocaron al suelo con muchas heridas y lo dejaron
por muerto. Y unos andes, que a la saz�n llegaron y el capit�n Rimachi Yupangui,
les pararon luego de tal suerte, que antes que pudiesen huir mucho trecho, a unos
tomaron el camino mal de su grado, derroc�ndolos de sus caballos abajo, y
tray�ndolos por fuerza para sacrificarlos. A todos los cuales dieron muy crudas
muertes.
Los espa�oles salieron por la puerta celebrando la muerte del que fuera su
protector y amigo, m�s los descubri� el capit�n Rimachi Yupanqui, quien con algunos
antis les cort� la retirada derrib�ndolos de sus cabalgaduras y arrastr�ndolos
hasta el poblado, donde enterados de los sucedido, dieron cruel muerte a aquellos,
quemando a los m�s culpados. Las cabezas de los siete espa�oles que asesinaron a
Manco Inca fueron exhibidas en las plazas y calles de Vitcos y Vilcabamba.290?

Manco Inca sobrevivi� unos cuantos d�as en agon�a y entre las �ltimas
conversaciones que tuvo con su hijo se encuentra este mensaje:

No te dejes enga�ar con sus melosas palabras, son todas mentiras, si t� les crees
te enga�ar�n como lo hicieron conmigo.289?
Le sucedi� su segundo hijo, Sayri T�pac, quien renunci� y dej� el trono a su
hermano mayor (hijo mayor de Manco Inca) llamado Titu Cusi Yupanqui y cuando este
muri� le dej� el trono a su hermano llamado T�pac Amaru I. Los cuatro incas de
Vilcabamba fueron de la familia de Manco Inca.291?

Incas de Vilcabamba
V�ase tambi�n: Incas de Vilcabamba

El inca Sayri T�pac y el virrey Hurtado de Mendoza durante las negociaciones de


paz, seg�n dibujo de Guam�n Poma de Ayala.
Sayri T�pac fue hijo de Manco Inca y Culchima Caype. Fue declarado heredero
leg�timo cuando muri� Manco Inca y tom� como esposa principal a su hermana mayor
Cusi Huarcay. Sayri T�pac empez� negociaciones con el nuevo gobierno espa�ol, lo
que lo enfrent� al resto de la �lite de Vilcabamba. Incluso dej� su reino para
viajar a Lima donde fue recibido con honores. Aparentemente en ese momento Titu
Cusi Yupanqui adquiri� poder de facto y organiz� el gobierno de Vilcabamba. Sayri
T�pac, luego de obtener inmunidad y la propiedad de las tierras del valle de Yucay
(valle Sagrado o de Urubamba) construy� un palacete en Yucay, donde muri� unos a�os
despu�s. Acept� el bautismo.

Titu Cusi Yupanqui, al mando de su reino, tom� una posici�n b�lica contra los
espa�oles. En 1568 despu�s de las negociaciones finalizadas con el Tratado de
Acobamba dej� entrar a los misioneros a Vilcabamba. Titu Cusi dict� a un escribano
uno de los relatos m�s importantes conservados sobre el punto de vista inca de la
conquista del Tahuantinsuyo. Un confuso incidente con un misionero (Diego de Ortiz)
termin� con la enfermedad y repentina muerte del rey y el posterior asesinato en
represalia del cura.

Restauraci�n de la rebeli�n contra los espa�oles

Retrato de T�pac Amaru I, �ltimo inca de Vilcabamba.


El m�s joven de los hermanos de Titu Cusi tom� entonces el mando: T�pac Amaru �es
decir: Serpiente de Fuego�, (conocido como T�pac Amaru I para diferenciarlo de Jos�
Gabriel Condorcanqui quien tambi�n llev� el mismo nombre aunque en el siglo XVIII,
y que tambi�n se enfrent� a los espa�oles). El nuevo Sapa Inca form� un ej�rcito y
lo puso a las �rdenes de los generales Huallpa Yupanqui, Cori P�ucar Yauyo y Colla
T�pac. Denunci� el Tratado de Acobamba, expuls� a los espa�oles de Vilcabamba,
cerr� sus fronteras y pregon� que luchaba por la restauraci�n del Tahuantinsuyo.

El virrey del Per�, Francisco �lvarez de Toledo, quinto gobernante del Per� hispano
(1569�1581), que ya hab�a recibido de Espa�a el "c�mplase" que incluida la bula que
autorizaba el matrimonio de Quispe Titu, el 20 de julio de 1571, envi� al dominico
Gabriel de Oviedo y al licenciado Garc�a de los R�os a Vilcabamba, para que
entregaran los documentos a T�pac Amaru y solucionar el problema de forma pac�fica.
Esta comisi�n no fue recibida por el monarca y tuvo que volver al Cusco.
Encontr�ndose el virrey en el Cusco, envi� a Tilano de Anaya con una carta
amenazante al Inca. Al cruzar el puente de Chuquichaca, fue muerto por los leales a
T�pac Amaru. Conocido el hecho, el virrey Toledo decidi� terminar las
conversaciones y el concordato con Vilcabamba, enviando una expedici�n militar al
mando de Mart�n Garc�a ��ez de Loyola, Mart�n Hurtado de Arbieto y Juan �lvarez
Maldonado, para ocupar Vilcabamba "a sangre y fuego". Ofreci� a la �usta Beatriz,
heredera de las riquezas de su padre Sayri T�pac, como trofeo en matrimonio para
quien capturase al Inca rebelde.

Las primeras campa�as


Para la defensa de Vilcabamba, el inca T�pac Amaru contaba con aproximadamente 2000
soldados, de los cuales 600 o 700 eran guerreros anti (llamados chunchos por los
incas del Cuzco), de quienes el fallecido Titu Cusi sol�a decir a los emisarios
espa�oles, fingida o realmente, que a�n practicaban el canibalismo. Entre sus
generales figuraban Hualpa Yupanqui, Parinango, Curi Paucar y Coya Topa.292?

Para atacar el baluarte inca, Hurtado de Arbieto dividi� a su ej�rcito en dos


grupos, el primero de ellos bajo su mando directo atacar�a por Chuquichaca mientras
que la segunda columna, al mando de Arias de Sotelo, lo har�a por Curahuasi. Se
libraron gran cantidad de escaramuzas, pero la �nica gran batalla de la campa�a
tuvo lugar en Choquelluca, a orillas del r�o Vilcabamba. Los incas atacaron primero
con mucho esp�ritu a pesar de estar solo ligeramente armados, pero los espa�oles y
sus aliados ind�genas lograron resistirlos; seg�n Mart�n Garc�a ��ez de Loyola, los
espa�oles llegaron a estar en un momento cr�tico a punto de ser arrollados por los
guerreros incas, pero s�bitamente estos abandonaron el combate tras ser
arcabuceados y muertos sus generales Maras Inga y Parinango.293? Un momento cumbre
del combate se alcanz� con la pelea personal y a mano limpia entre el capit�n inca
Huallpa y el espa�ol Garc�a de Loyola, cuando el comandante espa�ol se hallaba en
una situaci�n desesperada por haber recibido varios golpes directos y encontrarse
en riesgo de ser desabarrancado, uno de sus leales dispar� traidoramente sobre la
espalda del inca, mat�ndolo y provocando un clima de indignaci�n que reaviv� el
combate.

Tras esta batalla los espa�oles capturaron la ciudad y el palacio de Vitcos. Al


acercarse la expedici�n a la ciudadela de Tumichaca, fueron recibidos por su
comandante Puma Inga, quien rindi� sus fuerzas y manifest� que la muerte del
comisionado espa�ol Anaya hab�a sido responsabilidad de Curi Paucar y otros
capitanes rebeldes a sus incas deseosos de la paz. El 23 de junio cay� ante la
artiller�a espa�ola el �ltimo foco de resistencia inca, el fuerte de Huayna Pucar�,
que los nativos hab�an construido recientemente y se encontraba defendido por 500
chunchos flecheros. Los restos del ej�rcito inca, ahora en retirada, optaron por
abandonar Vilcabamba, su �ltima ciudad, y dirigirse a la selva para reagruparse.

El 24 de junio los espa�oles tomaron posesi�n de la ciudad cumpliendo Sarmiento con


las solemnidades del caso, quien tras enarbolar el estandarte real en la plaza del
poblado proclam�:

"Yo, el capit�n Pedro Sarmiento de Gamboa, alf�rez general de este campo, por
mandato del ilustre se�or Mart�n Hurtado de Arbieto, general de �l, tomo posesi�n
de este pueblo de Vilcabamba y sus comarcas, provincias y jurisdicciones".
Acto seguido campe� tres veces el estandarte y a grandes voces dijo:

�Vilcabamba, por don Felipe, Rey de Castilla y Le�n.�


Clav� el estandarte en la tierra y realiz� las salvas de ordenanza.

Acompa�ado de los suyos, T�pac Amaru se hab�a marchado el d�a anterior con
direcci�n al oeste, dentro de los bosques de las tierras bajas. El grupo, que
inclu�a a sus generales y a los miembros de su familia, se hab�a dividido en
peque�as partidas en un intento de evadir la persecuci�n.

Grupos de soldados espa�oles y sus indios auxiliares fueron enviados para cazarlos
trenz�ndose en sangrientas escaramuzas con la escolta del inca. Uno captur� a la
esposa e hijo de Wayna Cusi. El segundo regres�. El tercero regres� tambi�n; lo
hizo con dos hermanos de T�pac Amaru, otros parientes y sus generales. El inca y su
comandante permanecieron sueltos.

Captura de T�pac Amaru I

Captura de T�pac Amaru en 1572. Ilustraci�n de Felipe Guam�n Poma.


A continuaci�n, un grupo de cuarenta soldados espa�oles elegidos personalmente
salieron en persecuci�n del inca. Siguieron el r�o Masahuay durante 170 millas,
donde encontraron un almac�n inca con cantidades de oro y vajilla de los incas. Los
espa�oles capturaron un grupo de chunchos y los obligaron a informarles de los
movimientos incas, y si hab�an visto al monarca inca. Estos informaron que se hab�a
ido r�o abajo, en bote, por lo que los espa�oles construyeron 20 balsas y
continuaron la persecuci�n.

R�o abajo descubrieron que T�pac Amaru hab�a escapado por tierra. Continuaron con
la ayuda de los aparis, los cuales avisaron qu� ruta hab�an seguido los incas e
informaron que T�pac se ve�a ralentizado debido a que su mujer estaba a punto de
dar a luz. Despu�s de una marcha de 50 millas vieron una fogata alrededor de las
nueve de la noche.[cita requerida] Encontraron al inca T�pac Amaru y a su mujer
calent�ndose entre s�. Les aseguraron que no se les producir�a ning�n da�o y
asegurar�an su rendici�n. T�pac Amaru fue apresado.

Los cautivos fueron tra�dos de regreso a las ruinas de Urcos y, desde all�,
llegaron al Cuzco por el arco de Carmenca294? el 30 de noviembre. Los vencedores
tambi�n trajeron los restos momificados de Manco C�pac y Titu Cusi Yupanqui, y una
estatua de oro de Punchao, la m�s preciada reliquia del linaje inca que conten�a
los restos mortales de los corazones de los incas fallecidos. Estos objetos
sagrados fueron luego destruidos.[cita requerida]

Tupac Amaru fue conducido por su captor, Garcia de Loyola, ante el virrey Francisco
de Toledo, quien orden� su reclusi�n en la fortaleza de Sacsayhuam�n bajo la
alcaid�a de su t�o, Luis de Toledo.294? Refiere Guam�n Poma que pes� mucho en el
animo de Toledo que habi�ndole mandado llamar, Amaru le contest�.
Los espa�oles hicieron varios intentos para convertir a T�pac Amaru al cristianismo
pero se cree que estos esfuerzos fueron rechazados por un hombre muy fuerte, que
estaba convencido de su fe. Los cinco generales incas capturados recibieron un
juicio sumario en el que nada fue dicho en su defensa y fueron sentenciados a la
horca, aunque varios no pudieron ser ejecutados porque la peste -la llamada
chapetonada- atac� a todos en prisi�n imposibilit�ndolos de caminar, tuvieron que
sacarlos ag�nicos y en mantas de la celda, muriendo tres en el trayecto y solo dos,
Cusi Pa�car y Ayarca, llegaron al pat�bulo.294?

El juicio del inca comenz� un par de d�as m�s tarde. T�pac Amaru fue condenado por
el asesinato de los sacerdotes en Urcos, de lo cual fue probablemente inocente.295?
Fue sentenciado a la decapitaci�n. Numerosos cl�rigos, convencidos de la inocencia
de T�pac Amaru, suplicaron de rodillas al virrey que el l�der inca fuera enviado a
Espa�a para ser juzgado en vez de ser ejecutado.

Ejecuci�n de T�pac Amaru I y fin de la conquista espa�ola

Dibujo de Guam�n Poma de Ayala, que representa la ejecuci�n de Tupac Amaru I.


Un testigo ocular del d�a de la ejecuci�n, el 24 de septiembre de 1572, lo
recordaba montado en una mula con las manos atadas a su espalda y una soga
alrededor del cuello. Otros testigos dijeron que hab�a grandes masas de personas y
que el Uari inca sali� de Sacsayhuam�n rodeado por entre 500 ca�aris,296? enemigos
de los incas, armados con lanzas y la comitiva baj� a la ciudad. Frente a la
catedral, en la plaza central de Cuzco, un pat�bulo hab�a sido erigido. Hab�a m�s
de 300 000 personas presentes en las dos plazas, calles ventanas y tejados.296?
T�pac Amaru subi� al pat�bulo acompa�ado por el obispo de Cuzco. Mientras lo hac�a,
se dice en las fuentes que
una multitud de indios [sic], que llenaron completamente la plaza, vieron el
lamentable espect�culo de que su se�or e inca iba a morir, ensordecieron los
cielos, haci�ndolos reverberar con sus llantos y lamentos
(Mur�a, 271)
Refiere Garcilazo que el Inca alz� el brazo derecho con la mano abierta y la puso
en el o�do, y de all� la baj� poco a poco hasta ponerla sobre el muslo derecho. Con
lo cual los presentes cesaron su grito y vocer�a, quedando con tanto silencio que
�parec�a no haber �nima nacida en toda aquella ciudad�.297?

Como es relatado por Baltasar de Ocampo y fray Gabriel de Oviedo, prior de los
dominicos en Cuzco, ambos testigos oculares, el inca levant� su mano para silenciar
a las multitudes, y sus �ltimas palabras fueron:298?

Ccollanan Pachacamac ricuy auccacunac yahuarniy hichascancuta (�Ilustre Pachacamac,


atestigua como mis enemigos derraman mi sangre�)
T�pac Amaru I
Los espa�oles y el Virrey entre ellos, quienes desde una ventana observaban la
ejecuci�n de la sentencia, se admiraron mucho de esta escena. Notando con espanto
la obediencia que los ind�genas ten�an a su pr�ncipe el Virrey mand� a su criado,
Juan de Soto, quien sali� a caballo con un palo en la mano para abrirse paso hasta
llegar al cadalso, diciendo all� que se procediese a ejecutar al Inca. El verdugo,
que era un ca�ari, prepar� el alfanje y T�pac Amaru puso la cabeza en el
degolladero �con estoicismo andino�.299? Al momento de la ejecuci�n rompieron a
doblar todas las campanas del Cuzco, incluyendo las de la Catedral.

La cabeza qued� clavada en una picota, pero el cuerpo se llev� a casa de Da. Mar�a
Cusi Huarcay, t�a del decapitado monarca, enterr�ndosele al d�a siguiente en la
capilla mayor de la catedral, asistiendo los vecinos espa�oles que no creyeron
comprometerse con ello ante el Virrey, y la totalidad de ind�genas Nobles,
descendientes de los incas.300?El virrey Toledo comunic� al rey Felipe II la
ejecuci�n de T�pac Amaru, en una carta del 24 de septiembre de 1572, manifest�ndole
lo que vuestra majestad manda acerca del Inca, se ha hecho301?
Algunos historiadores302? indican que, cuando el virrey Toledo dej� su cargo para
regresar a Espa�a, fue recibido por el rey Felipe ll con las siguientes palabras
aludiendo a la ejecuci�n de T�pac Amaru.

Pod�is iros a vuestra casa, porque yo os envi� a servir reyes, no a matarlos


Con su muerte termin� oficialmente la conquista del Tahuantinsuyo.

V�ase tambi�n
Historia del Per�
Incas de Vilcabamba
Conquista de Am�rica
Conquista de M�xico
Conquista de Yucat�n
Conquista de Guatemala
Notas
Anteriormente se mencionaba como fecha probable de la fundaci�n de San Miguel el
29 de septiembre de 1532, por ser la fiesta de San Miguel Arc�ngel, siguiendo la
versi�n del Inca Garcilaso de la Vega; otra fecha hipot�tica, adoptada para la
celebraci�n del IV Centenario de la fundaci�n de Piura, es el 15 de julio de 1532;
pero ninguna de estas fechas calzan con el itinerario seguido por Pizarro y su
hueste, seg�n el relato de las cr�nicas.
Atahualpa ten�a largos sus cabellos con el fin de ocultar su oreja mutilada
(atentado que sufri� durante la guerra civil inca), pero esa no era la costumbre
usual de los incas, que sol�an llevar el cabello corto.
Aunque para el mundo occidental se trataban de sumas desmedidas, en el mundo
andino o prehisp�nico, el oro y la plata no ten�an valor comercial, sino solo valor
ritual. Se sabe que no exist�a moneda en el imperio incaico, en donde se presume se
usaba trueque. Cfr.: Los Incas. Alfred M�traux. 1975.
Villanueva dice al respecto:
...el precio del caballo antes del repartimiento 2.500 pesos; despu�s del
repartimiento 3.300. Inflaci�n: 32%. Su precio en el mercado subi� una cuarta m�s
que el d�a anterior. Una botija de vino de tres azumbres (un poco m�s de 6 litros),
que costaba 40 pesos, se empez� a vender a 60 pesos. Inflaci�n: 50%. Un par de
borcegu�es (nota: botas hasta m�s arriba de la rodilla que usaban los
conquistadores) pas� de 30 a 40 pesos. Inflaci�n: 33%. Un par de calzas (ropa
interior; calzoncillo largo, bien ce�ido a muslos y piernas), de 30 a 40 pesos.
Inflaci�n: 33%. La capa subi� de de 100 a 120 pesos. Inflaci�n: 20%. Una espada de
40 a 50 pesos. Inflaci�n: 25%.
Sacando la media de lo expuesto por Villanueva Sotomayor, tenemos que al d�a
siguiente del reparto, hubo una inflaci�n promedio del 32,17%.
Villanueva Sotomayor, dice:
�La ausencia temporal de Hernando Pizarro no descarta una maniobra maliciosa de los
conquistadores, ya sea por culpa de �l o por imposici�n de su hermano. �Hernando
Pizarro ya sab�a que iban a matar al Inca? �Fue ese viaje una salida airosa del
capit�n espa�ol, �nico amigo de Atahualpa Inca? �O fue una premeditada maniobra de
su hermano Francisco para alejarlo y que no interfiriera en las decisiones
dr�sticas que ya pensaba tomar con la vida del Inca?
Esta Cusi Rimay Ocllo, prima y prometida de Atahualpa, era casi una ni�a, de una
hermosura peculiar. Despu�s ser�a bautizada como Angelina Yupanqui y fue la
concubina de Pizarro, llegando finalmente a ser esposa del cronista Juan de
Betanzos.
Seg�n una cosmovisi�n ind�gena, una persona al ser quemada quedaba anulaba para la
vida despu�s de la muerte, ya que cre�an que la muerte era un tr�nsito entre �sta y
la otra vida, y que necesitaban sus cuerpos para ello; el fuego destru�a ese
cuerpo.
Referencias
�Tlaxcaltecas/Mexicanos en el Per� del siglo XVI�.
�Los nicaraguas en la conquista del Per�.
�Victimario Hist�rico Militar�.
http://www.josemariacastillejo.com/los-incas-y-los-espanoles
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desprende de la fecha y los t�rminos de esa carta (Roberto Levillier: Don Francisco
de Toledo, supremo organizador del Per�. Su vida, su obra [1515-1582]. Buenos
Aires, Espasa-Calpe, 1935-1942).
Es la versi�n que ha transmitido originalmente el Inca Garcilaso en su Segunda
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